#El jeque blanco
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STILBEIN (44): A RAINY DAY IN NEW YORK, WOODY SE RECICLA
Woody se recicla y la crítica especializada me decepciona ya que no dicen nada de esto en sus críticas sobre la película de 2019. A RAINY DAY IN NEW YORK es la reelaboración de al menos dos de los pasajes de ‘To Rome with Love’: el de Antonio y Milly, y el de Mónica. En el primero una pareja provinciana llega a Roma de luna de miel y a conocer a la familia del novio que le dará un trabajo para…
#El jeque blanco#Elle Fanning#Federico Fellini#Fellini#Lo sceicco bianco#New York#Selena Gómez#Timothée Chalamet#Woody Allen
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STILBEIN (44): A RAINY DAY IN NEW YORK, WOODY SE RECICLA
Woody se recicla y la crítica especializada me decepciona ya que no dicen nada de esto en sus críticas sobre la película de 2019. A RAINY DAY IN NEW YORK es la reelaboración de al menos dos de los pasajes de ‘To Rome with Love’: el de Antonio y Milly, y el de Mónica. En el primero una pareja provinciana llega a Roma de luna de miel y a conocer a la familia del novio que le dará un trabajo para…
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Por cierto..yo solo hago LA "RESOLUCION" MAS ALTA..como hizo AZNAR LOPEZ con GEORGE W BUSH el día de mi 30 cumple [28_11_01] al recibirle en la CASA BLANCA como el 1er mandatario extranjero tras el 11_$..cumpleaños que celebre en la calle ALBERTO AGUILERA [Alcalde de Madrid y abuelo de uno de LOS ALBERTOS condenados por corrupción por LAS TORRES GEMELAS KIO que fueron una compensación de los JEQUES DE KWAIT a JUAN CARLOS I por la participación en la GUERRA DEL GOLFO aunque no fueron a la cárcel porque el CONSTITUCIONAL considero prescrito el DELITO y donde rodaron el final del DIA DE LA BESTIA de ALEX DE LA IGLESIA donde el niño endemoniado llamado JUAN CARLOS [=REY FRATICIDA] CRUZ [Religión SATANICA O del ANTICRISTO] es el cantante JIMMY BARNATAN ..cuyo cd ROOM 13 : A BLUES TALE lo abre una alocucion con Alex ANGULO [el cura exorcista que en la realidad murió en un BRUTAL ACCIDENTE siendo trasladado al tanatorio de LOGRo+cOÑO cuando rodaba BENDITA CALAMIDAD] titulada CRUCE DE CAMINOS sobre una TORMENTA y en el siguiente cd MOTOR_CLUB grabó THE GANGSTER THAT YOU NEED con VIRGINIA MAESTRO y versiono JOHN THE REVELATOR del cd PLAYING THE ANGEL de DEPECHE MODE que como single fue un doble cara A junto a LILIAN=madre de apocalipto malogrado gustavo CERATI
Y ALBERTO AGUILERA se llamaba realmente cantante mexicano JUAN GABRIEL que tras hacerla a la viuda de España y ex presidiaria isabel PANtOJA [=DINERO Y CRUZ]..el CD HASTA QUE SE APAGUE EL SOL murió de forma imprevista en SANTA MONICA en cuyo HANGAR "INXS" dio un concierto grabando el video TIME del cd FULL MOON DIRY HEARTS y tras cantar NEW SENSATION suicidado hutchence nombró a la banda y dijo You ARE JESUS..para 40 días después darme en la sala DIVINO AQUALUNG su cerveza mexicana CORONA y tim FARRISS [que se pillo los dedos en una embarcacion y no puede volver a tocar] su PUA..
Por cierto..la Mexicana ROCIO MEDELLIN BLANCO me regalo por ese 30 cumple años..un jersey de LANA [=DINERO en MEXICO donde celebre mi 31 cumple al ir a MAZATLAN a correr la MARATON DEL PACIFICO..el 32 me regalo JESUS BENITO CASERO un reloj rosa de Argentina CHENOA y el 33 un tal DAVID al que conoci viendo la pelicula sobre el 11_$ 9/11 FARENGEITH ..otro jersey de LANA en su casa del barrio NIÑO JESUS teniendo una novia de la INDIA =lema LA VERDAD SOLA TRIUNFA..llamada LATIKA y el cual aparte de ingeniero de TELEFONICA era MISIONERO DE LOS JESUITAS]
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Evocar sin límites
Ayer el medio digital indipendiente NLI lanzó Marlowe en Buenos Aires (I), un texto de Jeque Blanco, pseudónimo de un autor que se sospecha chandleriano impenitente, lector empedernido y cinéfilo que apuesta al folletín llevado al éter o, si se quiere, ciberespacio. La obra, como señalan sus presentadoras en “El detective eterno“, evoca al mítico Marlowe desde la encrucijada de los géneros con…
#Chandler#folletín#Jeque Blanco#MArlowe#Marlowe en Buenos Aires#Novela negra#Philip Marlowe#policial
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Adiós Jeque Zayed Tahnoun bin Mohammed Al Nahyan y lo fortalezca cuando se lo pida.
Pertenecemos a Allah y a Él regresaremos
Con corazones que creen en la voluntad y el destino de Dios, Su Alteza el Jeque Tahnoun bin Mohammed Al Nahyan falleció a la misericordia de Dios.
Oh Dios, concédele larga vida, ten piedad de él, concédele buena salud, perdónalo, honra su morada, ensancha su entrada, lávalo con agua, hielo y frío, y purifícalo de los pecados como el vestido blanco
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La luz de mis ojos, parte 13 (esto es solo una historia inventada y una continuación del cuento «Las flores»)
Ahí estábamos, los jeques, Mariela, el topo, encerrados, pero yo no me sentía bien, solo como dentro de una prisión.
—Hala, cualquier cosa que quieras decirnos será bienvenido —dijo el ingeniero.
—Trato de recordar. Solo recuerdo lo que le dije a Dios una vez.
—Te escuchamos, Hala —dijo el jeque de turbante blanco. Esta vez, su voz había descendido, ya no se escuchaba esa imposición.
—Yo le dije, con mi mente: «lo que hiciste fue una locura, Dios. No lo vuelvas a hacer, Dios, no te vuelvas a operar con nadie, porque no confío en nadie. ¡Oh, Dios! La gente es muy buena y hay muchos mejores que yo, pero la gente cambia cuando tiene poder, cuando se siente poderosa. Hay cosas que ellos nunca sabrán. ¡No, Dios! Yo no confío en nadie. Mira lo que hizo mi madre, no puedo creer que una madre haga eso con una hija».
—Hala, queremos saber la verdad —continuó el jeque.
—Yo no sé ninguna verdad, Sheij. Parece que yo me divido en dos, en una que ve, que está en otro plano. Y esta que soy yo, que no sabe nada de nada. No puedo decirles nada más de lo que ustedes saben —le contesté al jeque.
El ingeniero preparaba el café y otros religiosos cocinaban. Yo pedí quitarme el «jishab» (pañuelo islámico) de la cabeza, pero no me lo permitieron algunas musulmanas que llegaron a la casa. Ya sumábamos un montón. Muchas hablaban de una forma más íntima con algunos e interpreté que pertenecían a la misma familia. Después me llamaron para rezar. Yo les dije que a veces rezaba poco y que no cumplía con muchas normas islámicas. Después de almorzar, entré a mi cuarto y tomé mi celular, para ver en las redes sociales a mi frutilla. Trataba de entender cuando él hablaba en coreano, pero no lograba entender más que solo unas palabras. Por lo tanto, busqué en una aplicación las clases de coreano. Después salí de la pieza y hablé con una de las musulmanas y le di las llaves de mi departamento y le pedí que buscara a mis tortugas y me las trajera en una caja. Ya me había olvidado de ellas. Yo sabía que todo lo que me rodeaba eran personas, tanto los animales como aquellas cosas que parecían inanimadas. Y ella me dijo que lo haría. Extrañaba a mis tortugas.
Volví a entrar a mi cuarto y le mandé un mensaje a la musulmana; su nombre: Maryam. En ese mensaje le di algunas indicaciones para que me trajera algunas cosas que necesitaba. Y le pedí que se cuidara de que no la siguieran.
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Variaciones sobre el fútbol
Variaciones sobre el fútbol
“El fútbol es la única religión que no tiene ateos” Eduardo Galeano
Por: Pedro Rafael Gutiérrez Doña
Periodista
Uno de los mejores campeonatos del mundo del fútbol que he visto a lo largo de estos años, se desarrolla mágicamente a través de la nítida imagen digital de la pantalla del televisor. Desde la bella ciudad del futuro Qatar, vivimos una fiesta deportiva donde participan 35 representaciones de todo el mundo y que ningún otro deporte hasta la fecha ha podido organizar.
El responsable de haber hecho ese sueño realidad es el jeque catarí Tamim bin Hamad Al Thani quien lleva el poder desde el año 2013, y que se convirtió en sucesor de su padre Hamad bin Halifa Al Thani quien gobernó desde mediados del siglo XIX.
De la mano de la FIFA, los Al Thani le dieron un nuevo brío a los campeonatos mundiales de este deporte con imponente infraestructura deportiva y tecnología de punta, a pesar de la basureada que recibieron de sectores reaccionarios por haber fraguado un cóctel antagónico entre el fútbol y la violación a los derechos humanos.
La agenda por occidentalizar Qatar hasta ahora no ha hecho mella en el país, ni mucho menos en el campeonato, teniendo presente que el respeto a otras culturas que no son la nuestra, es un principio de sabiduría que debemos respetar. Mientras esto ocurre en Doha, Ivana Knoll la guapa aficionada de Croacia, rompe las reglas de Qatar en los estadios e insiste en mostrar sus abultados implantes de silicón en un apretado vestido roji-blanco, exponiéndose a ser detenida por las autoridades por violar la ley.
Los partidos de fútbol se juegan en una cancha, los derechos humanos se dirimen en otros estrados y bajo otros principios, pero éstos, son usados muchas veces para echar al traste el esfuerzo de toda una nación. Se sumaron al boicot la cantante colombiana Shakira, Dua Lipa, Alicia Keys y Rod Stewart quienes no logran ver la viga que tienen en los países donde viven, pero sí la paja en el vecino. Stewart se negó a participar en la inauguración y rechazó 1 millón de dólares para atorarnos con su tostada voz, afirmando que “no era correcto ir” cuando en el pasado él mismo participó en Dubái en 2010 y en Abu Dabi en 2017.
En el fútbol hay que ver sin parpadear los pasos de ballet de un jugador en el aire, haciendo una ‘chilena’ en cámara lenta convertirse en gol.., no es comparable jamás al hecho de pagar ‘bajos’ salarios, negar la seguridad social a los trabajadores o hacer alarde de preferencias sexuales desviadas. Para esto, no hay que ir muy lejos en el mapa, cuando en nuestro propio país fuimos testigos hace algunos días de la violación, abusos y agresiones físicas por parte de unos orientales a trabajadores nicaragüenses en plena avenida central.
¿Y cómo olvidar el abuso y la falta de respeto a la sociedad entera, cuando Carlos Alvarado nos embarra y nos impone -a la brava- la abusada bandera del arco iris en Casa Presidencial, comprometido hasta los tuétanos con la agenda progre LGBTQIA?
A estas alturas del mundial, será difícil olvidar el 7-0 propinado por la selección de España ante Costa Rica, quien nos superó sin lugar a dudas en técnica, actitud y por goleada. Un inicio jamás esperado para un país entero, pero superado con actitud y coraje frente a los encuentros frente a Japón y Alemania cuando el marcador nos ilusionaba por tres minutos con un 2-1 frente a una potencia del fútbol, como fueron los alemanes tetracampeones.
Vale señalar que Costa Rica a pesar de haber ganado un solo partido en la cancha, recibió sólo por participar $1.500.000 (millón y medio dólares), equivalentes a C 900.000.000 (novecientos millones de colones) una suma para nada despreciable, para seguir invirtiendo en lo que será nuestra futura y prometedora selección nacional.
A un par de semanas que termine el Mundial de Fútbol Qatar 2022, solo habrá un ganador, y quedarán en el olvido aquellos mal aficionados, malos periodistas y malos deportistas que viajaron desde muy lejos para descargar su ira en ofensas e insultos, a un grupo de jóvenes soñadores que nos hicieron palpitar el corazón en uno solo.
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1952 Lo sceicco bianco (El jeque blanco) de Federico Fellini
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Opiniones internacionales (26/7/2020)
¿Arde Irán? Israel aprovecha el fin de la etapa Trump para golpear a su mayor enemigo - Ignacio Cembrero
China: hacia un nuevo imperio (IV) - Juan Manuel López Zafra
Diez años después, una madrugada para volver a creer en Europa - Daniel Basteiro
Donald Trump, acorralado: los cuatro factores que pronostican su derrota - Argemino Barro
Ejemplaridad pública europea, a la palestra - Fernando Primo De Rivera
El acuerdo marca un punto de inflexión en el peso de Europa en las decisiones locales - Ángel Blanco
España lidera una alianza latinoamericana frente al covid-19 - David Balsa
Europa a la deriva: es tiempo de piratas - Juan Laborda
Europa existe: rescate a Sánchez - Graciano Palomo
Éxito diplomático del Gobierno de España - Fernando Berlín
Han encontrado su "enemigo exterior": Rutte - Graciano Palomo
La UE acierta a corto y arriesga a largo plazo - Enrique Feás
Las cinco cosas que Bruselas odia de la España autonómica... y que habrá que cambiar para recibir las ayudas de la UE - Ana Carvajal
Las cosas por su nombre: no son "frugales", son obstruccionistas - Virginia P. Alonso
Los hombres de Rutte - Agustín Valladolid
Las mujeres de Joe Biden - Luján Artola
Más allá de Holanda. ¿Qué pintan tres países socialdemócratas en los 'frugales' de la UE? - Nuria Vila
Papá Noel no viene de Holanda - Gabriel Sanz
Qasimi, el jeque de los arqueólogos que aspira a recuperar la Mezquita de Córdoba - Agustín Rivera
Si ellos tienen ONU, nosotros tenemos dos - Félix Madero
Trump, el virus y Margaret Atwood - Ramón Lobo
¿Un acuerdo histórico? - Miguel Ángel Benedicto
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Fellini de incógnito
Desde 1953 en I Vitelloni (Los inútiles), Federico Fellini se convirtió en un cineasta de los que suscitan permanente expectación. Algo tendrían que ver, sin duda, su propia personalidad, la pareja que formaba con Giulietta Masina y un polémico éxito de crítica, pero el caso es que cada nueva película suya era esperada con impaciencia y se convertía en un acontecimiento. Viendo hoy de nuevo las dos citadas, o incluso las siguientes —La Strada (1954), Il Bidone (Almas sin conciencia, 1955), Le Notti di Cabiria (Las noches de Cabiria, 1957)— la verdad es que sorprende; son dramas intimistas, complejos, nada altisonantes, de los que es difícil extraer conclusiones felices o moralejas simplistas: asombra tanto la devoción de unos como el desprecio de un sector minoritario de detractores que conservó toda la vida, aunque fuesen variando sus integrantes. Hoy, me temo, la reacción general hubiera sido de indiferencia, y no habría logrado ser un artista tan popular, aunque quizá constituya un fenómeno no muy distinto del que hoy representa, también en todo el mundo, Pedro Almodóvar: un autor muy personal y que va por libre, y que suscita revuelo y grandes pasiones, amor y odio entremezclados, admiración y desdén, probablemente causados, más que por las películas, por la personalidad de su director, guionista y principal promotor. La gloria universal multitudinaria y el éxito económico le llegan en 1959 con La dolce vita, sospecho que por un malentendido basado en el título. Creo que este éxito, aparte de darle una libertad que le permitiría incluso entregarse al capricho, lo digirió mal, o al menos con algún grado de empacho. Sus obras inmediatamente posteriores son las más apreciadas por muchos y las más detestadas por unos pocos, en particular la más egocéntrica e histriónica de todas, Otto e mezo (Fellini Ocho y medio, 1963), que, por razones que jamás comprenderé, parece ser película de cabecera de la mayoría de los cineastas, incluidos los menos fellinistas. Tras esta reafirmación personal, que algunos asocian a la contemplación extasiada y a menudo quejumbrosa de su propio ombligo, me parece que atraviesa un periodo de franco desconcierto, con obras muy irregulares y dubitativas, que sólo supera cuando, en lugar de hablar de sí mismo, nos cuenta lo que le gusta (I clowns, 1970) o sus recuerdos personales (Amarcord, 1973), aunque no vacile en hacer incursiones extrañas tanto en la antigüedad como en la actualidad mundana, de un formalismo algo hueco, desmedido y recargado, o en aceptar encargos de productor, cuya única motivación parece ser la necesidad de cumplir un contrato. Finalmente, en los últimos y quizá más duros años de su carrera, rueda varias de sus películas más sinceras y sentidas, típicas obras de sabiduría y vejez, sobre todo E la nave va (1983) y Ginger e Fred (1985), aunque ya no alcancen el eco de antaño y convenzan más a los escépticos que a sus antiguos partidarios. Tengo la sospecha de que, en los diez años transcurridos desde su muerte, Fellini ha ingresado en la involuntaria cofradía de los olvidados, de la que quizá la retrospectiva completa que ofrece el Festival de Cannes le ayude a salir una temporada, aunque me da la impresión de que no es el suyo un cine —y menos la parte que prefiero— muy afín a los gustos dominantes, y temo que tal vez sean las obras que menos me convencen —Otto e mezo, Fellini-Satyricon (1968), Prova d"orchestra (Prueba de orquesta, 1978), Intervista (1987)— o que no puedo soportar —La città delle donne (La ciudad de las mujeres, 1980)— las que susciten adhesiones, mientras se pasa de largo junto a las más admirables, suficientemente variadas y de diferentes periodos: Lo Sceicco Bianco (El jeque blanco, 1950), I Vitelloni, La Strada, Il Bidone, Le Notti di Cabiria, I clowns, Amarcord, Il Casanova di Federico Fellini (1976), E la nave va, Ginger e Fred, La voce della luna (1989); ni siquiera creo que un segundo grupo, muy interesante aunque discutible, el no menos heterogéneo compuesto por Luci del varietà (1950, codirigida por Lattuada), La dolce vita, Giulietta degli spiriti (Giulietta de los espíritus, 1965), el episodio Toby Dammit (1968) o Roma (1972), llame hoy la atención. Se apreciará, más que al creador de personajes de la primera época o al evocador de recuerdos de algunas de las últimas, su faceta más carnavalesca, aparatosa y arbitraria, curiosamente también la más pretenciosa y, a pesar de su egolatría en primer plano, en el fondo la menos íntima.
Miguel Marías
El Cultural, 08/05/2003
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MURIO DIEGO ARMANDO MARADONA
Artículo tomado de El Clarin.
Miércoles 25 de noviembre de 2020 - Sufrió un paro cardiorrespiratorio en la casa de Tigre en la que se había instalado tras su operación en la cabeza.
Y un día ocurrió. Un día lo inevitable sucedió. Es un cachetazo emocional y nacional. Un golpe que retumba en todas las latitudes. Un impacto mundial. Una noticia que marca una bisagra en la historia. La sentencia que varias veces se escribió pero había sido gambeteada por el destino ahora es parte de la triste realidad: murió Diego Armando Maradona.
El campeón del mundo con la Selección Argentina se descompensó en la mañana de este miércoles en la casa del barrio San Andrés, en el partido bonaerense de Tigre, donde vivía desde hacía algunos días luego de haber sido operado de la cabeza. El 30 de octubre había cumplido 60 años.
Villa Fiorito fue el punto de partida. Y desde allí, desde ese rincón postergado de la zona sur del Conurbano bonaerense se explican muchos de los condimentos que tuvo el combo con el que convivió Maradona. Una vida televisada desde aquel primer mensaje a cámara en un potrero en el que un nene decía soñar con jugar en la Selección. Un salto al vacío sin paracaídas. Una montaña rusa constante con subidas empinadas y caídas abruptas.
Nadie le dio a Diego las reglas del juego. Nadie le dio a su entorno (un concepto tan naturalizado como abstracto y cambiante a la lo largo de su vida) el manual de instrucciones. Nadie tuvo el joystick para poder manejar los destinos de un hombre que con los mismos pies que pisaba el barro alcanzó a tocar el cielo.
Quizá su mayor coherencia haya sido la de ser auténtico en sus contradicciones. La de no dejar de ser Maradona ni cuando ni siquiera él podía aguantarse. La de abrir su vida de par en par y en esa caja de sorpresas ir desnudando gran parte de la idiosincrasia argentina. Maradona es los dos espejos: aquel en el que resulta placentero mirarnos y el otro, el que nos avergüenza.
A diferencia del común de los mortales, Diego nunca pudo ocultar ninguno de los espejos.
Es el Cebollita que solo tenía un pantalón de corderoy y es el hombre de las camisas brillantes y la colección de relojes lujosos. Es el que le hace cuatro goles a un arquero que intenta desafiarlo y al mismo tiempo el entrenador que intenta chicanear a los alemanes y termina humillado. Es el que se va bañado de gloria del estadio Azteca y el que sale de la mano de una enfermera en Estados Unidos. Es el que arenga, el que agita, el que levanta, el que motiva. El que tomaba un avión desde cualquier punto del mundo para venir a jugar con la camiseta de la Selección. El del mechón rubio y el que estaciona el camión Scania en un country. Es el gordo que pasa el tiempo jugando al golf en Cuba y el flaco de La Noche del Diez. El que vuelve de la muerte en Punta del Este. Es el novio de Claudia y es también el hombre acusado de violencia de género. Es el adicto en constante lucha. El que canta un tango y baila cumbia. El que se planta ante la FIFA o le dice al Papa que venda el oro del Vaticano. El que fue reconociendo hijos como quien trata de emparchar agujeros de su vida. Un icono del neoliberalismo noventoso y el que se subió a un tren para ponerse cara a cara contra Bush y ser bandera del progresismo latinoamericano. Es cada tatuaje que tiene en su piel, el Che, Dalma, Gianinna, Fidel, Benja… Es el hombre que abraza a la Copa del Mundo, el que putea cuando los italianos insultan nuestro himno y el que le saca una sonrisa a los héroes de Malvinas con un partido digno de una ficción, una pieza de literatura, una obra de arte.
Porque si hubiera que elegir un solo partido sería ese. Porque no existió ni existirá un tramo de la vida más maradoneano que esos cuatro minutos que transcurrieron entre los dos goles que hizo el 22 de junio de 1986 contra los ingleses. El mejor resumen de su vida, de su estilo, de lo que fue capaz de crear. Pintó su obra cumbre en el mejor marco posible. Le dijo al mundo quién es Diego Armando Maradona. El tramposo y el mágico, el que es capaz de engañar a todos y sacar una mano pícara y el que enseguida se supera con la partitura de todos los tiempos.
Barrilete cósmico. Y la pelota no se mancha. Y las piernas cortadas. Y que la sigan chupando. Y la tortuga que se escapa. Y el jarrón en el departamento de Caballito, el rifle de aire comprimido contra la prensa, la Ferrari negra que descartó porque no tenía estéreo, la mafia napolitana y toda una ciudad que elige vivir en pausa, rendida a su Dios. Es el de las canciones, el los documentales a carne viva y las biografías siempre desactualizadas. El que levanta el teléfono y llama cuando menos lo esperás y más lo necesitás. El que jugó partidos a beneficio sin que nadie se enterara. El que pasa del amor al odio con Cyterszpiler, con Coppola o con Morla. El que siempre vuelve a sus orígenes y le presta más atención a los que menos tienen.
Es el abuelo baboso y el papá inabordable.
Es antes que todo y por sobre todas las cosas el hijo de Doña Tota y de Don Diego.
Y Maradona es en presente pese a que de los que mueren haya que escribir en pasado. Es el que en Dubai se codeaba con jeques y contratos millonarios y el que en Culiacán y con 40 grados a la sombra pedía un guiso a domicilio. El que internaron en un neuropsiquiátrico. El que pudo dejar la cocaína. El que hizo jueguitos en Harvard. Es el que como entrenador de Gimnasia vivió un postergado homenaje del fútbol argentino. Aquel que había dirigido a Racing y a Mandiyú no era este último Diego de las rodillas chuecas, las palabras estiradas y las emociones brotando sin filtro.
Es también Maradona el hombre que se fue apagando. Se resquebrajó su cuerpo y empezó a sacar a la luz tantos años de castigo físico, de desbordes, de excesos, de patadas, de infiltraciones, de viajes, de adicciones, de subibajas con su peso, de andar por los extremos sin red de contención.
Y el alma se fue apagando al compás del cuerpo. En el último tiempo ya no quería ser Maradona y ya no podía ser un hombre normal. Ya nada lo motivaba. Ya no servía el paliativo de los antidepresivos ni las pastillas para dormir. Y la combinación con alcohol aceleraba la cinta. Cada vez menos cosas encendían su motor: ni el dinero, ni la fama, ni el trabajo, ni los amigos, ni la familia, ni las mujeres, ni el fútbol. Perdió su propio joystick. Y perdió el juego.
Lo llora Fiorito, escenografía inicial de esta historia de película y pieza fundacional para comprender al personaje. Lo lloran los Cebollitas donde se animó a soñar en grande. Lo llora Argentinos Juniors donde no solo es nombre del estadio sino el mejor ejemplar de un molde que genera orgullo. Lo llora Boca y toda la pasión que unió a un vínculo que fue mutando pero conservó el amor genuino. Lo llora Nápoles, su altar maravilloso en el que con una pelota cambió la vida de una ciudad para siempre. Lo lloran también Sevilla, Barcelona y Newell’s, que infla el pecho por haberlo cobijado.
Y lo llora la Selección porque nadie defendió los colores celeste y blanco como él. En definitiva, lo llora el país entero y el mundo.
Entre tantas cosas que hizo en su vida, Maradona hizo una particularmente exótica: se entrevistó a sí mismo. El Diego de saco le preguntó al de remera de qué se arrepentía. “De no haber disfrutado del crecimiento de las nenas, de haber faltado a fiestas de las nenas… Me arrepiento de haber hecho sufrir a mi vieja, mi viejo, mis hermanos, a los que me quieren. No haber podido dar el 100 por ciento en el fútbol porque yo con la cocaína daba ventajas. Yo no saqué ventaja, yo di ventaja”, se contestó en una sesión de terapia con 40 puntos de rating.
En ese mismo montaje realizado en 2005 en su programa “La noche del Diez”, el Diego de traje le propuso al de remera que deje unas palabras para cuando a Diego le llegue el día de su muerte. “Uhh, ¿qué le diría?”, piensa. Y define: “Gracias por haber jugado al fútbol, gracias por haber jugado al fútbol, porque es el deporte que me dio más alegría, más libertad, es como tocar el cielo con las manos. Gracias a la pelota. Sí, pondría una lápida que diga: gracias a la pelota”.
JPE
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Odio eterno al fútbol moderno
El siguiente artículo fue escrito por Nacho Carretero para Jotdown y resume a la perfección el espíritu que alienta a El AreA.
El fútbol, tal y como siempre lo hemos conocido, terminó en 1994. En concreto en el verano de aquel año, cuando se disputó el Mundial de Estados Unidos. Ocurrió en el acontecimiento cuatrienal algo insólito: Nike hizo un anuncio sobre balompié protagonizado por la selección de Brasil. Después vendrían muchos más, pero aquel fue el primero y recuerdo que mi todavía esponjoso cerebro preadolescente pensó: «¿Nike? ¿Un anuncio de fútbol? Pero ¿estos no son de baloncesto?». Y lo eran. A la multinacional no le importaba aquel deporte de la vieja Europa en el que los clubes no eran franquicias, las ligas no eran negocios privados y las televisiones retransmitían un partido a la semana sin anuncios que interrumpieran el juego y con espectadores separados en gradas para evitar una vistosa batalla campal.
Aquel juego que se multiplicaba por las calles de niños con rodillas ensangrentadas no daba pasta. Pero cuando el soccer cruzó el Atlántico Nike abrió los ojos: miles, millones de personas salidas de sabe Dios dónde estaban deteniendo sus vidas por ver aquel deporte lento y en el que era posible terminar con empate. Y dijeron: «¡Un momento!». Y ahí terminó todo.
Se formó paulatino un tsunami de anuncios en los que Eric Cantona se levantaba el cuello de la camiseta y decía au revoir. El merchandising, lento pero firme, lo inundaría todo: el fútbol se empezó a comercializar como nunca antes y arrancó una lenta mutación que destrozó su esencia. De deporte a producto sin que nos diéramos cuenta. No solo Nike, claro. Decenas de empresas se unieron a la orgía y comenzaron a «abrir mercado», sobre todo en China y Oriente Medio. Sin duda un puñado de tipos se hicieron millonarios —y se siguen haciendo— descubriendo este filón, pero lo que es al hincha de a pie la metamorfosis lo noqueó. Y en ese estado de shock seguimos, desesperados por reconocer el que un día fue un deporte sin deformar. Locos por recuperar su esencia sepultada bajo montañas de dólares y euros.
Cuando quisimos reaccionar los equipos habían decidido que los jugadores llevasen los números que quisieran, en lugar del 1 al 11 de toda la vida, necesario para recitar las alineaciones de memoria en el bar. Descubrimos con horror a peloteros con el 58, el 99 o a imbéciles que, si el 9 estaba ocupado, se ponían en la espalda 1+8. Delanteros con el 2, defensas con el 33, mediocentros con el 19… Inexplicable. La faena la completaron poniendo el nombre encima del número. Y claro, eso en España se tradujo en una colección de horteradas que ensuciaron cientos de camisetas, estilo Guti Haz, que decidió ponerse las iniciales de sus hijos, o el francés Julien Escudé, que se puso en el dorsal SQD. Sin comentarios.
Toda esta crítica, por cierto, vale para aquellos dorsales legibles, ya que algunas innovadoras grafías cool se olvidaron de que los jugadores llevan un numerito en la espalda para que los aficionados podamos saber quiénes son. En este punto se abre otra vía: la comercialización masiva de equipaciones empujó a los clubes a perpetrar nuevos diseños para las camisetas, obviando la historia y tradición que las elásticas portan (o al menos portaban) consigo. Así, no solo asistimos al rediseño anual de camiseta, sino que contemplamos con horror cómo, por ejemplo, la segunda casaca de la Juventus es verde pistacho, la del Madrid llegó a portar un dragón y hasta el Barça puso sus centenarias rayas en horizontal. Ni siquiera el balón es ya blanco con ribetes o pentágonos negros. Qué va, ahora los balones son de colores, con dibujos de mierda. Y en invierno hay que jugar con una pelota amarilla a pesar de que en España hay dos partidos al año, como mucho, en los que nieva. Sobre las botas de los futbolistas prefiero no opinar. Deslizo el dato de que el año pasado algunos jugadores comenzaron a competir con una de cada color. Y no fueron expulsados de la Liga.
Alguno dirá: «Pero bueno, si todo esto enriqueció al fútbol, lo llenó de dinero y lo hizo mejorar y desarrollarse. Eres un retrógrado». Y yo diré: «Sí. Y me da igual». Añoro el fútbol subdesarrollado de antes, sin fans histéricos haciendo fotos al delantero rival después de que haya metido un gol a su propio portero, ni treinta periodistas desplazados a otro país por un partido. Sin anuncios de cremas hidratantes y bancos. Sin niños preocupados por el color de sus botas. Yo quiero el fútbol en esencia. Sin señores prostituyéndolo.
Sí, en el fútbol soy retrógrado. Y totalitarista, añado. Porque opino que el fútbol no es la vida. Que no se pueden trasplantar los ideales que aplicamos en nuestra realidad al fútbol profesional. Yo en la vida, por ejemplo, creo en la libertad por encima de todas las cosas, en los derechos individuales y humanos y en la solidaridad. En el fútbol, en cambio, apoyo un intervencionismo y prohibicionismo salvajes. Prohibiría casi todo lo que implique lucro, en pos de una competición pura, esencial, basada en el talento y capacidad de cada club para sacar lo mejor de sus chavales. Y doctrina comunista para el dinero que surja: se reparte. Si no a partes iguales, sí de una forma proporcional. Neutralizadas las tonterías con mano de hierro, volveríamos a disfrutar del deporte sin más, con jugadores a los que el peinado no les importe más que los goles (léase Dertycia o el Tato Abadía) y que no hagan anuncios de calzoncillos mientras dicen «máquina» y «monstruo» cada tres palabras. Volveríamos al fútbol con identidad. La identidad o, mejor dicho, la ausencia de ella, es otra de las claves que definen el fútbol moderno: en este caso el asunto se fue al garete un año después del Mundial de Estados Unidos, en 1995. La ley Bosman remató la faena.
¿Qué hay de lo mío?
Jean-Marc Bosman jugaba en el Lieja belga cuando interpuso una demanda tras su fallido traspaso al Dunkerque francés que llegó al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE). El fallo, favorable al jugador, tuvo un mar de fondo que revolucionó el fútbol: la defensa de Bosman planteó que debían interpretarse los artículos 48, 85 y 86 del Tratado de Roma del 25 de marzo de 1957. En este tratado se prohíbe que las asociaciones o federaciones deportivas puedan establecer en sus reglamentos limitaciones en el acceso de jugadores profesionales extranjeros ciudadanos de la UE a las competiciones que organizan. La UEFA llevaba incumpliendo la legislación treinta y ocho años. En España, por ejemplo, los clubes solo podían alinear a tres extranjeros por partido, lo que favorecía a los jugadores nacionales y dotaba de sentido a la cantera. También, claro, discriminaba a los extranjeros. En 1995 cambió todo: el libre mercado llegó al fútbol y los totalitaristas del balón nos sentimos atropellados. El balompié se convirtió en un mercadeo, en un zoco de futbolistas en continuo movimiento. Se creó el llamado mercado de invierno, la posibilidad de fichar en mitad de la temporada y empezaron a brotar como hierba mala representantes, agentes, intermediarios, agencias de representación, comisionistas, relaciones públicas… Si el merchandising había edificado la base, el fútbol negocio se culminó con el traspaso indiscriminado de jugadores. El resto de listillos a los que el fútbol les había importado siempre un bledo se unieron al carnaval al son del dinero. Todo tipo de personajes olisquearon ganancia fácil, la tomaron y huyeron dejando la esencia del fútbol podrida sin remedio. Algo que, evidentemente, les importa un carajo. Nunca les gustó el fútbol.
Se multiplicaron los fichajes sin sentido, las contrataciones innecesarias, las multipropiedades de jugadores, la especulación… Chavales que salían de Sudamérica con dieciséis años para jugar en Abu Dabi, futbolistas propiedad de un fondo de inversión incapaces de decidir su destino, equipos que fichaban a japoneses para aumentar la audiencia en aquel país, cantidades de dinero estratosféricas… Un circo que pulverizó la identidad de los equipos. Los jugadores dejaron de estar en comunión con las gradas. El fútbol perdió otra esencia, la de ser algo más que un negocio, la de que los clubes no sean simples empresas con empleados, sino asociaciones con un valor y sentimiento defendidas por profesionales que creen en ellas y alentadas por el verdadero sentido de su existencia: la masa social. Hoy, miles de jugadores vienen y van sin saber nada del club para el que compiten. Los representantes salen en las revistas del corazón y las canteras se marchitan (con honrosas excepciones) haciendo que lo poco que quedaba de sentimiento, de unión entre hincha y club, se haya evaporado. Ahora cuenta solo fichar más y mejor, tener dinero y estrellas. Todavía recuerdo cómo nos reíamos de Japón cuando nos contaban que allí los aficionados siguen a jugadores concretos y no a equipos. La «cristianización» y la «messinización» en Europa nos devuelven ahora la bofetada. ¿Qué hemos hecho con la pasión?
Con el mercadeo instalado en el fútbol los clubes se convirtieron en objeto de deseo para especuladores y millonarios. Llegaron y llegan a nuestro fútbol los jeques y «petro-ricos», que nada entienden del balón —y mucho menos de fidelidad a unos colores— y se creen que a esto se gana fichando a los que más veces salen en la tele. Exijo que no haya un solo hincha que no deteste a estos nuevos engendros, equipos que vendieron su alma al poderoso caballero en busca del éxito sin reparos.
De la grada al sofá
Completado el negocio, faltaba exportarlo a todos los rincones del mundo y a todos los salones de España. Y llegaron ellas, las televisiones. Y pusieron la guinda al show, a la mascarada que hace irreconocible el fútbol actual. Los directivos del ente desparramaron sus millones sobre la mesa en los llamados «derechos de televisión» y los presidentes de los clubes babearon. Que nadie piense que usaron esos fajos de papel moneda para reinvertir en sus clubes, en cantera o mejoras. Qué va: lo que hicieron fue pagar más por fichajes inútiles y engordar la burbuja absurda del fútbol hasta hacerla insostenible. Todo gracias a la usura, al negocio y al ansia de hacer dinero utilizando como medio algo que, hasta no hace mucho, era solo pasión y entrega.
Con los clubes y la Liga ya sobornados, las teles comenzaron a disponer del juego a su antojo. Decidieron que, para optimizar las audiencias, no se podían disputar todos los partidos a la misma hora, arrebatándonos los añorados carruseles de los domingos. Ahora se juega el viernes, el sábado desde la mañana hasta la noche cada dos horas, lo mismo el domingo y un último partido el lunes. Les importa un carajo que los chavales no puedan ir al estadio porque su equipo juega entre semana a las 22:00 horas. O que se arruine el ambiente de un derbi porque lo pongan un viernes. Diría que el objetivo es sacar hinchas de las gradas para sentarlos en el sofá. Si no, no se entiende por qué los horarios son de locos, con partidos de Copa un jueves a las once de la noche. O por qué no se avisa hasta dos semanas antes de cuándo se juega el encuentro, mientras que en otras ligas, como la inglesa o la holandesa, dan el calendario detallado e inamovible en verano. Y aun así hay quien se sorprende por ver las gradas de los estadios ingleses siempre llenas, con tres mil hinchas visitantes. «Es que es cultural», llega a decir algún periodista deportivo al servicio de este fútbol-negocio.
Es justo decirlo. Dentro de la mercantilización del fútbol hay niveles. Inglaterra, siempre respetuosa con sus tradiciones, mantiene una nobleza para con sus hinchas, facilitando horarios, desplazamientos y precios de las entradas. Igual o parecido pasa con Alemania. Dense un paseo, sin embargo, en España. Acudir a un encuentro resulta ridículamente caro. Resuena todavía hoy en mis oídos el dato que se hizo público en los cuartos de final de la Champions 2013-14. La entrada más barata del partido Atlético de Madrid-Barcelona costaba más que la más cara del Bayern de Múnich-Manchester United. Inaudito. Recuerdo también un cruce entre el Schalke 04 y el Athletic de Bilbao. El equipo alemán ofreció entradas a los hinchas vascos por veinte y treinta euros. Los alemanes, para acudir a San Mamés, tuvieron que pagar noventa euros. Los aficionados del Schalke desplegaron una inolvidable pancarta. «Entrada noventa euros = un euro por minuto. ¡El fútbol no es sexo telefónico!».
La asistencia media a los campos de la Liga el pasado año no alcanzó el 65 %, mientras que en Alemania llegó al 91 % y en la Premier inglesa se situó en el 95 %. La Liga, dirigida por el señor Javier Tebas, no quiere espectadores en el campo, los quiere en el sillón para que las televisiones sigan pagando. Y a los pocos valientes que todavía reúnen coraje para asistir a la grada, los sangran. Sirva otro ejemplo de hace dos años. A falta de pocas jornadas para que ganase la Liga, el Atlético de Madrid visitó al Getafe, equipo cuyo estadio parece un erial en cada partido. Se preveía una visita masiva de hinchas rojiblancos, el campo por fin rebosaría vida. Ojalá. Rápidamente los directivos afilaron sus colmillos y pusieron un precio grotesco a las entradas visitantes que arruinó el ambiente. De nuevo todos al sofá, no vaya a ser que el fútbol reviva.
Y, encima, arruinados
Comentaba el presidente del Eibar, Alex Aranzábal, en un reportaje para Jot Down, que el dinero de los derechos de las televisiones debería ser, lógicamente, beneficioso para los clubes. «Pero los clubes se gastan todo lo que ganan. La televisión les da dinero para que ellos fichen más caro y paguen más a los jugadores, con lo que la situación de deuda sigue igual. Es un bucle». Aranzábal se refiere a la deuda que asola al fútbol español: el colmo, la estupidez supina. Si has arruinado la esencia y autenticidad de la competición en nombre del dinero, al menos tendrás una competición millonaria, ¿no? No.
La Liga y los clubes españoles (salvo, otra vez, honrosas excepciones) son tan ridículos y esperpénticos que se han cargado los valores del deporte y encima están arruinados. Sacrificar todo en pos del beneficio les ha hecho ansiar cada vez más y, mientras los aguiluchos se enriquecían sin mirar atrás, los clubes inflaban una burbuja que ahora no saben cómo pagar: casi todos en la ruina, jugadores sin cobrar, intervenciones judiciales, concursos, sanciones que imposibilitan fichar, denuncias… Un absurdo en el que solo los grandes —concretamente dos: Madrid y Barça— sacan tajada gracias a las audiencias. Esto ha convertido el torneo en un previsible duopolio en el que los dos coñazos de siempre se disputan todo, se quejan de todo y compran todo. También todo lo ocupan: televisiones, periódicos, tertulias, escaparates… Una generación entera de chavales a los que les gusta el fútbol tiene hoy dos opciones: Madrid o Barça. El resto se ahogan y el cadáver toma definida forma de comparsa para que el «madribarçismo» pueda seguir creciendo. Y, sin despeinarse, Javier Tebas, el director de todo este desaguisado, elige eslogan: «La mejor liga del mundo».
La mejor liga del mundo, por cierto, tiene nombre de banco. Se llama, desde hace unos años, Liga BBVA. La pérdida de identidad no es solo una idea abstracta, es una venta de dignidad en toda regla. La Segunda División es la Liga Adelante, el eslogan del susodicho banco. Nada escapa al negocio, que avanza destruyendo el fútbol a su paso. ¿Saben dónde se va a celebrar el Mundial de 2022? En Qatar. Sí, ese país del golfo Pérsico con tantísimo arraigo y tradición balompédica y en el que en verano se alcanzan temperaturas de cincuenta grados. No es una exageración. El año pasado se registraron cincuenta y dos grados en el mes de julio. El Gobierno qatarí prohíbe por ello salir a la calle en esas fechas durante el día a sus ciudadanos. Es un misterio cómo irán entonces los hinchas a ver morir a los jugadores sobre el césped. Organizar un Mundial en Qatar, digámoslo claro, es inviable. Además de estúpido. Pero el dinero manda. En concreto, quienes manejan el dinero mandan y, con decisiones como las del Mundial 2022, demuestran a las claras cuánto les importa el fútbol. Y de paso cuánto daño le están haciendo.
La Copa del Mundo no es el único torneo desvirtuado. La Copa Intercontinental es ahora el Mundialito de Clubes. Ni hablar de galas indignas como los premios de la Liga (una especie de Goya a lo —aún más— cutre) o el Balón de Oro, que en pocos años ha pasado de ser una anécdota a ser el evento por excelencia en el año futbolístico.
Santiago Cepsa Adidas Microsoft Pepsi Bernabéu (dramatización)
El diablo también ha comprado las almas de los clubes. Camisetas sin mácula como la del Barça o el Athletic portan ahora publicidad. La del Barça, por cierto, es Qatar Foundation, el mismo país que albergará el Mundial mientras organizaciones como Amnistía Internacional siguen denunciando la sistemática violación de derechos humanos del Gobierno, que en su código penal recoge la tortura como método de castigo, por ejemplo.
Pero qué más da: dan dinero. Eso es lo que cuenta. Nadie debería levantar una ceja si mañana el Camp Nou pasa a llamarse Qatar Stadium. El Bernabéu va camino, se llamará Cepsa Bernabéu en unos años. En otros casos ya es una realidad: el estadio del Espanyol se llama Power 8 Stadium (qué precioso y entrañable nombre para preservar la tradición y romanticismo del club), el del Arsenal, Emirates Stadium, y el del Bayern de Múnich, Allianz Arena. Todos ellos cubiertos de asientos, la UEFA obliga, no vaya a ser que a algún aficionado se le ocurra vivir la pasión de un partido de pie, sin comer pipas.
Es más, todavía quedan algunos hinchas que, atención, cantan y animan a su equipo durante el partido. Se entregan a sus colores sin pedir casi nada a cambio y entienden el apoyo como una muestra de fidelidad. Fidelidad a un escudo y colores como símbolo de identidad, algo que pierde todo el sentido si quienes manejan esos códigos son ajenos a lo que significan: el fútbol moderno da la razón a quien se sorprende de que haya aficionados que animen a once millonarios corriendo tras un balón. La razón de ser de este asunto es que afición y equipo sean uno, sean lo mismo. Y puedan apasionarse sin vuelta de hoja por los mismos devenires terrenales: ganar o perder un partido. Eso es todo. Qué grandeza. Qué alivio en un mundo en el que todo es tan serio y racional.
Son estos hinchas unos extraños seres que consideran el fútbol el último reducto que la civilización les concede para dar rienda suelta a la naturaleza humana en forma de gritos, apego irracional y un folclore que solo quien no lo comparte se toma demasiado en serio. Por suerte cada vez son menos y, en España, la Liga, encabezada por Javier Tebas, ya está manos a la obra para neutralizarlos definitivamente. No descansarán hasta que todos se queden sentaditos, en silencio y, a poder ser, en casa. Que molestan menos. Los estadios, mejor, para los turistas japoneses y los millonarios rusos. Ellos sí pueden pagar el precio de las entradas.
Seamos realistas. La deriva del fútbol es imparable. Si hay posibilidad de riqueza nada ni nadie detendrá el negocio. Ocurre en todos los órdenes de la vida y es bueno para el progreso de la humanidad. El único anhelo pretendido en esta diatriba es mostrar que algunos soñamos con santuarios de autenticidad. Soñamos con preservar algunas actividades inocuas o no importantes y mantenerlas al margen de la vida real. Algunos entendemos el fútbol como una de estas actividades, un oasis en el que lo único que importe sea lo esencial, sin lucro ni negocio, una competición de alma primitiva y auténtica. Tal vez solo cuando por fin los grandes clubes-empresas del mundo acuerden hacer una liga cerrada al estilo NBA llegue nuestro momento: el momento en el que el resto de equipos regresen al amateurismo, recuperen lo que antaño les daba sentido y compitan entre ellos sin otro objetivo que la impagable gloria de vencer.
Puedes leer este artículo en El AreA
Fuente I Jotdown
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12 Quesos exóticos que, aunque no lo parezca, realmente existen
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Cremosos, duros, blandos, saborizados, grasos, suaves, fuertes, magros, de cuajada vacuna o de chiva. La inventario de los tipos de quesos es numerosa y muy difícil de enumerar. Si aceptablemente están los más famosos como el mozzarella, parmesano, cheddar, azur, entre otros, igualmente hay una gran cantidad de variedades desconocidas y exóticas.
Genial.guru te propone un alucinación gastronómico para conocer algunos de los quesos más extraños del mundo.
1. Casu marzu (o pinrel de larvas)
Casu marzu significa “queso podrido” en el dialecto de la región italiana de Cerdeña, de donde es representativo. Este nombre lo debe a que está producido con las larvas vivas de las moscas del pinrel, lo que le da una consistencia más blanda, como el de una pasta. Su cesión está prohibida en toda Italia por violar las normas sanitarias e higiénicas, pero no su fabricación casera.
2. Oscypek
A simple apariencia, parece un pan, pero el oscypek es un pinrel duro hecho a pulvínulo de cuajada de oveja y tiznado que se elabora en la zona montañosa de Polonia. Más allá de su nombre con muchas consonantes, su peculiaridad reside en que solo se puede producir entre finales de abril y principios de octubre, época en que las ovejas se alimentan de la pastura fresca de montaña.
3. Vieux-Boulogne (o el pinrel más oloroso del mundo)
Hay quesos fuertes, pero ausencia supera al Vieux-Boulogne, popular el “más oloroso del mundo” en un estudio realizado por la Universidad Cranfield. De forma cuadrada y de hasta medio kilo de peso, su olor lo produce la reacción entre la cerveza que se usa durante su elaboración y las propias enzimas del pinrel. Lo vende sólo la quesería Philippe Olivier, ubicada en Boulogne-sur-Mer, boreal de Francia.
4. Morbier (pinrel de ceniza)
Hace unos 200 abriles, a los granjeros cercanos a la ciudad francesa de Morbier se les dificultaba soportar al pueblo la cuajada con la que se producía el pinrel comté. Ante esa situación, hacían un ordeño temprano, cubrían esa cuajada con ceniza de madera para evitar que se cuajase e ingresasen mosquitos, y luego vertían en el contenedor lo obtenido del ordeño de la tarde. Así nació el pinrel Morbier, que tiene una fina capa de cenizas que la atraviesa horizontalmente en el medio.
5. Stilton de oro
La empresa láctea británica Long Clawson lanzó para la Navidad de 2011 una publicación limitada de un pinrel tipo stilton con oro comestible. Su costo en ese momento fue de 60 libras esterlinas los 100 gramos, unos USD 70 al cambio de hoy. Una suerte del pop y un jeque árabe estuvieron entre los compradores de este producto de boato, aunque por confidencialidad no se dieron nombres.
6. Milbenkäse (pinrel madurado por ácaros)
El milbenkäse es un tipo de pinrel ario que es elaborado con la fermentación sobre la cuajada que producen los ácaros, en espacio de bacterias u hongos, como es más global. Estos arácnidos segregan una enzima que luego de un período de tres meses a un año le dan color, consistencia y un sabor picante y amargo al producto.
7. Halloumi (un pinrel casi inverosímil de derretir)
Blanco, con una textura parecida al mozzarella y divertido, el halloumi es un pinrel semi duro muy popular en Chipre. Realizado con una mezcla de cuajada de chiva y de oveja, su característica principal es su suspensión punto de fusión: se lo puede freír o tirarlo directamente en una parrilla y no se derrite. Esto lo convierte en un comitiva muy requerido para platos fríos y calientes.
8. Chhurpi (el pinrel más duro)
En las altas montañas del Himalaya se elabora el chhurpi, un pinrel tiznado y seco que se hace con la cuajada del yak, un mamífero de la región. Para prepararlo se lo prensa, lo que elimina el agua, y se lo cuelga para secarlo. Se alcahuetería de uno de los quesos más duros del mundo y se lo consume dejándolo un espléndido rato en la boca para que se humedezca y ablande. Por esta consistencia, la cantidad de proteínas y su bajo costo, se volvió un producto popular para perros en algunos países.
9. Queso de carbón
La Chesrie Cheese Company, una empresa láctea británica, lanzó recientemente al mercado un pinrel cheddar mezclado con carbón activado, un material que se utiliza por ejemplo para la purificación de agua potable. Totalmente de color desafortunado, lo venden como un alimento con un sabor rico y cremoso y con propiedades médicas como la matanza de toxinas dañinas del cuerpo.
10. Queso Segador de Carolina (no existe uno más picante)
El Carolina Reaper o Segador de Carolina ostenta el récord Guinness de ser el pimiento más picante del mundo. A varios fabricantes se les ocurrió que era buena idea mezclarlo con el cheddar y así nació un pinrel 300 veces más picante que el pimiento jalapeño y la salsa tabasco. El que desee probarlo deberá hacerlo con precaución y con extintor de fuego muy cerca.
11. Queso de burra (el más caro del planeta)
El pule o magareći sir es fabricado en Serbia y posee el título de ser “el queso más caro del mundo” con un precio que alcanza los 1 000 euros por kilo. Su valencia reside en que se hace con cuajada de burra, un animal que produce menos que la cooperación y la chiva, y solamente cuando está amamantando. El otro inconveniente es que la composición natural de esta cuajada dificulta el proceso para convertirla en pinrel, lo que se logra con una fórmula secreta que conoce la única empresa que lo fabrica.
12. Queso de guacamole
El guacamole y el pinrel van aceptablemente juntos, por lo que una firma neerlandesa decidió combinarlos. Se alcahuetería de un gouda al que se le agregó una mezcla de aguacate, zumo de escofina, pimiento, tomate, cebolla y ajo. El producto fue osado en mayo del año pasado por Daily Dairy, que igualmente ofrece quesos con sabores como pesto, whisky y café.
¿Cuál pinrel de esta inventario te gustaría probar? ¿Se te ocurre alguna otra variedad exótica? Queremos aprender qué piensas, ¡cuéntanos en los comentarios!
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12 Quesos exóticos que, aunque no lo parezca, realmente existen
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Cremosos, duros, blandos, saborizados, grasos, suaves, fuertes, magros, de cuajada vacuna o de chiva. La inventario de los tipos de quesos es numerosa y muy difícil de enumerar. Si aceptablemente están los más famosos como el mozzarella, parmesano, cheddar, azur, entre otros, igualmente hay una gran cantidad de variedades desconocidas y exóticas.
Genial.guru te propone un alucinación gastronómico para conocer algunos de los quesos más extraños del mundo.
1. Casu marzu (o pinrel de larvas)
Casu marzu significa “queso podrido” en el dialecto de la región italiana de Cerdeña, de donde es representativo. Este nombre lo debe a que está producido con las larvas vivas de las moscas del pinrel, lo que le da una consistencia más blanda, como el de una pasta. Su cesión está prohibida en toda Italia por violar las normas sanitarias e higiénicas, pero no su fabricación casera.
2. Oscypek
A simple apariencia, parece un pan, pero el oscypek es un pinrel duro hecho a pulvínulo de cuajada de oveja y tiznado que se elabora en la zona montañosa de Polonia. Más allá de su nombre con muchas consonantes, su peculiaridad reside en que solo se puede producir entre finales de abril y principios de octubre, época en que las ovejas se alimentan de la pastura fresca de montaña.
3. Vieux-Boulogne (o el pinrel más oloroso del mundo)
Hay quesos fuertes, pero ausencia supera al Vieux-Boulogne, popular el “más oloroso del mundo” en un estudio realizado por la Universidad Cranfield. De forma cuadrada y de hasta medio kilo de peso, su olor lo produce la reacción entre la cerveza que se usa durante su elaboración y las propias enzimas del pinrel. Lo vende sólo la quesería Philippe Olivier, ubicada en Boulogne-sur-Mer, boreal de Francia.
4. Morbier (pinrel de ceniza)
Hace unos 200 abriles, a los granjeros cercanos a la ciudad francesa de Morbier se les dificultaba soportar al pueblo la cuajada con la que se producía el pinrel comté. Ante esa situación, hacían un ordeño temprano, cubrían esa cuajada con ceniza de madera para evitar que se cuajase e ingresasen mosquitos, y luego vertían en el contenedor lo obtenido del ordeño de la tarde. Así nació el pinrel Morbier, que tiene una fina capa de cenizas que la atraviesa horizontalmente en el medio.
5. Stilton de oro
La empresa láctea británica Long Clawson lanzó para la Navidad de 2011 una publicación limitada de un pinrel tipo stilton con oro comestible. Su costo en ese momento fue de 60 libras esterlinas los 100 gramos, unos USD 70 al cambio de hoy. Una suerte del pop y un jeque árabe estuvieron entre los compradores de este producto de boato, aunque por confidencialidad no se dieron nombres.
6. Milbenkäse (pinrel madurado por ácaros)
El milbenkäse es un tipo de pinrel ario que es elaborado con la fermentación sobre la cuajada que producen los ácaros, en espacio de bacterias u hongos, como es más global. Estos arácnidos segregan una enzima que luego de un período de tres meses a un año le dan color, consistencia y un sabor picante y amargo al producto.
7. Halloumi (un pinrel casi inverosímil de derretir)
Blanco, con una textura parecida al mozzarella y divertido, el halloumi es un pinrel semi duro muy popular en Chipre. Realizado con una mezcla de cuajada de chiva y de oveja, su característica principal es su suspensión punto de fusión: se lo puede freír o tirarlo directamente en una parrilla y no se derrite. Esto lo convierte en un comitiva muy requerido para platos fríos y calientes.
8. Chhurpi (el pinrel más duro)
En las altas montañas del Himalaya se elabora el chhurpi, un pinrel tiznado y seco que se hace con la cuajada del yak, un mamífero de la región. Para prepararlo se lo prensa, lo que elimina el agua, y se lo cuelga para secarlo. Se alcahuetería de uno de los quesos más duros del mundo y se lo consume dejándolo un espléndido rato en la boca para que se humedezca y ablande. Por esta consistencia, la cantidad de proteínas y su bajo costo, se volvió un producto popular para perros en algunos países.
9. Queso de carbón
La Chesrie Cheese Company, una empresa láctea británica, lanzó recientemente al mercado un pinrel cheddar mezclado con carbón activado, un material que se utiliza por ejemplo para la purificación de agua potable. Totalmente de color desafortunado, lo venden como un alimento con un sabor rico y cremoso y con propiedades médicas como la matanza de toxinas dañinas del cuerpo.
10. Queso Segador de Carolina (no existe uno más picante)
El Carolina Reaper o Segador de Carolina ostenta el récord Guinness de ser el pimiento más picante del mundo. A varios fabricantes se les ocurrió que era buena idea mezclarlo con el cheddar y así nació un pinrel 300 veces más picante que el pimiento jalapeño y la salsa tabasco. El que desee probarlo deberá hacerlo con precaución y con extintor de fuego muy cerca.
11. Queso de burra (el más caro del planeta)
El pule o magareći sir es fabricado en Serbia y posee el título de ser “el queso más caro del mundo” con un precio que alcanza los 1 000 euros por kilo. Su valencia reside en que se hace con cuajada de burra, un animal que produce menos que la cooperación y la chiva, y solamente cuando está amamantando. El otro inconveniente es que la composición natural de esta cuajada dificulta el proceso para convertirla en pinrel, lo que se logra con una fórmula secreta que conoce la única empresa que lo fabrica.
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#UnDíaComoHoy: 31 de octubre en la historia
El 31 de octubre es el día 304º día del año. Quedan 61 días para finalizar el año. Te presentamos una lista de eventos importantes que ocurrieron un día como hoy 31 octubre.
-Hoy se celebra en muchos países Halloween o Noche De Brujas. Esta es una fiesta que se celebra principalmente en Estados Unidos, Norte de México, y algunas provincias de Canadá en la noche del 31 de octubre. Tiene origen en la festividad celta del Samhain y la festividad cristiana del Día de todos los santos. En gran parte, es una celebración secular aunque algunos consideran que posee un trasfondo religioso. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición a América del Norte durante la Gran hambruna irlandesa de 1840.
-Además se conmemora por decreto de la ONU el Día Mundial de las Ciudades, este día tiene como fin de promover el interés en la urbanización y fomentar la cooperación entre los países para aprovechar las oportunidades y afrontar los desafíos que plantea el urbanismo, así como para contribuir al desarrollo urbano sostenible en todo el mundo.
-1541: en el Vaticano, Miguel Angel termina El juicio final en la Capilla Sixtina. Una de las anécdotas en torno a esta impactante obra fue el escándalo que desató la desnudez de los personajes. Muchos fueron los críticos. Pablo III, el Papa, lo aceptó bastante bien, pero no así Biagio da Cesena, maestro de ceremonias del Papa. Miguel Ángel tuvo el ingenio y la astucia de retratarlo en la obra, ubicándolo en el infierno. Al verse retratado de tan indigna manera, Da Cesena se quejó ante el Papa. El Papa, que tenía cierto sentido del humor y mejor ánimo que De Cesena, le dijo: “Si el pintor te hubiera colocado en el purgatorio, yo podría ayudarte pidiéndole que te pusiera en otro sitio; pero como te ha arrojado al infierno, no está en mi potestad quitarte de penar, porque allí no hay redención posible”. Así fue como finalmente, el maestro de ceremonias del Papa, pasó a la historia con orejas de burro y dominado por una serpiente infernal.
-1615: en España, Miguel de Cervantes dedica al conde de Lemos la segunda parte de El Quijote.
-1795: nace en Londres, John Keats, poeta romántico.
-1798: John Dalton descubrió la enfermedad de la vista llamada discromatopsia o ceguera de los colores (daltonismo). El daltonismo es un defecto genético que consiste en la imposibilidad de distinguir los colores (discromatopsia). Aunque ningún daltónico confunde los mismos colores que otros, incluso pertenecientes a la misma familia, es muy frecuente que confundan el verde y el rojo; sin embargo, pueden ver más matices del violeta que las personas de visión normal y son capaces de distinguir objetos camuflados. También hay casos en los que la incidencia de la luz puede hacer que varíe el color que ve el daltónico.
-1904: en Reino Unido, John Ambrose Fleming, de la Universidad de Londres, da a conocer la radio de válvulas.
-1926: muere Harry Houdini, ilusionista estadounidense de origen húngaro. Erich Weiss, más conocido como Harry Houdini, fue uno de los ilusionistas más famosos de la historia. Era conocido por su habilidad para abrir candados y otros tipos de cerraduras rápidamente, y escapar de cajas y tanques cerrados, tanto dentro como fuera del agua. Además, podía permanecer bajo el agua varios minutos sin respirar. Uno de sus trucos más famosos era “La Metamorfosis”, que sirvió como inspiración a muchos magos e ilusionistas. En la Metamorfosis, Houdini era atado e introducido dentro de un saco que se metía, a su vez, dentro de un baúl, el cual luego se ataba y se sujetaba con candados. Una asistente subía al baúl y levantaba una cortina. Al instante siguiente, la cortina bajaba y se veía a Houdini liberado, parado en donde unos segundos antes había estado su asistente. Posteriormente, se abría el baúl y se desataban todas las cuerdas del saco, revelando a la asistente en su interior. En octubre de 1926, en Montreal, Canadá, fue golpeado en el abdomen por un estudiante universitario. El ilusionista había aceptado el reto, pero no tuvo tiempo para preparar sus músculos adecuadamente. Se dice que estos golpes generaron que su apéndice se rompiera. Una semana más tarde, murió en un hospital en Detroit.
-1942: en el marco de la II Guerra Mundial, un ataque aéreo alemán destruye el centro de la ciudad de Canterbury.
-1942: nace Alí Primera, cantautor, poeta y activista político venezolano.
-1961: nace Larry Mullen, baterista de la banda irlandesa U2.
-1961: nace Peter Jackson, cineasta neozelandés. Conocido especialmente por dirigir, producir y coescribir la trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo (2001), Las dos torres (2002) y El retorno del Rey (2003); así como su precuela, la trilogía de El hobbit: Un viaje inesperado (2012), La desolación de Smaug (2013) y La Batalla de los Cinco Ejércitos (cuyo estreno está previsto para 2014). Es ganador de tres premios Óscar, un Globo de Oro y tres BAFTA, entre otros galardones. En 2013 fue nombrado miembro de la prestigiosa Orden de Nueva Zelanda.
-1963: nace Johnny Marr, guitarrista y compositor inglés. Alcanzó la fama en la década de 1980 como guitarrista de la banda inglesa The Smiths, donde colaboró de forma productiva en la composición de temas musicales junto al vocalista de la agrupación, Morrissey. También fue miembro de The The, Electronic, Modest Mouse, The Cribs y The Healers. En 2011 anunció que se encontraba trabajando en el segundo álbum junto a The Healers. En 2003, la revista estadounidense Rolling Stone incluyó a Marr en la posición cincuenta y uno de su lista Los cien mejores guitarristas de todos los tiempos.
-1976: nace José María Gutiérrez Hernández ‘Guti’, futbolista español. Formó parte de la plantilla del Real Madrid durante 24 temporadas, hasta julio de 2010, cuando firmó un contrato por dos años con el equipo turco Beşiktaş Jimnastik Kulübü, que rescindió en noviembre de 2011. Palmarés: 3 Copas de Europa, 2 Copas Intercontinentales, 1 Supercopa de Europa, 5 Ligas y 4 Supercopas de España.
-1984: muere Indira Gandhi, primera ministra de la India. Fue hija única de Kamala Nehru y Jawaharlal Nehru, héroe nacional y el más longevo primer ministro de India. Tomó su nombre de su marido Feroze Gandhi (sin ningún parentesco con Mahatma Gandhi). Ejerció como Presidenta del Partido del Congreso y Primera Ministra de la India durante un total de 15 años, desde 19 de enero de 1966 hasta el 24 de marzo de 1977, y desde el 14 de enero de 1980 hasta su asesinato el 31 de octubre de 1984. Aquel día, Gandhi se dirigía a una entrevista con el actor Peter Ustinov, cuando fue asesinada por sus guardaespaldas, que le asestaron 31 impactos de bala.
-1992: el papa Juan Pablo II reconoce que la Iglesia se equivocó al haber condenado a Galileo Galilei.
-1993: muere Federico Fellini, cineasta italiano. Es universalmente considerado como uno de los principales protagonistas en la historia del cine mundial. Ganador de cuatro premios Óscar por mejor película extranjera, en 1993 fue galardonado con un Óscar honorífico por su carrera. Durante casi cuatro décadas –desde El jeque blanco en 1952 hasta La voz de la luna en 1990– y dos docenas de películas Fellini realizó un retrato de una pequeña multitud de personajes memorables. Decía de sí mismo que era “un artesano que no tiene nada que decir, pero sabe cómo decirlo”. Su obra es ampliamente considerada como única e inolvidable, llena tanto de asperezas como de sátira, y veladas de melancolía.
-1993: muere River Phoenix, actor estadounidense, hermano del también actor Joaquin Phoenix. Conocido por participar en films como Stand by Me, Indiana Jones, My Own Private Idaho, entre otras.
-2011: la ONU ha declara oficialmente que la población mundial supera 7.000 millones y crea la campaña ‘7 Mil Millones de Acciones’
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La luz de mis ojos, parte 12 (esto es solo una historia inventada y una continuación del cuento «Las flores»)
Me encontraba muy amargada, porque sabía que existía toda una ciudad subterránea, custodiada por la policía federal en la ciudad de Buenos Aires, y que no podía decirle nada a la gente, porque mi vida corría peligro. No me quedaba otra cosa que contarlo en cuentos, para que alguien inteligente se diera cuenta de que todo lo que escribía resultaba una verdad, camuflada de ficción. No obstante, debía inventar una historia para que le interese al lector. Por otro lado, dentro de la ficción, explicaba cosas ciertas, mechadas con fantasía. No sabía cómo terminar el cuento, pero tampoco deseaba terminarlo. Tal vez, debía hacerlo como uno de mis cuentos: la Biblia, en pequeñas partes o libritos. «¿Y qué vendria después de "La luz de mis ojos"?», me preguntaba. Lo cierto era que la promesa debía cumplirse y yo no sabía cómo comunicarme con el cantante. El joven hombre se pasaba publicando vídeos con su perrito o modelando para revistas de Corea. La posibilidad de que mi hijo naciera resultaban casi nulas.
Sonó mi celular y escuché la voz de Mariela, que me dijo que me esperaba en el club Geba, en la sede de San Martín. Entonces, me vestí y fui para allá. Me tomé un colectivo que me dejó en la puerta. Me encontré con varias socias que ya conocía. El lugar, verde e inmenso, me hizo bien, puesto que necesitaba descansar. Y llegué hasta un lugar en donde estaban haciendo como un picnic. Ahí me contaron el plan. Estaban Mariela, Rukahia, el ingeniero y el topo. Esta última me dijo que los illuminatis planeaban asesinarme. Después de tomar algo, me llevaron hasta una camioneta. Me dijeron que pensaban dispararme en la cabeza. Por tal motivo, habían preparado a un robot, para que pensaran que era yo. Abrirían la ventanilla, para facilitarles el trabajo. Yo iría atrás, sentada, agachada y cuando me dieran la orden, haríamos el traspaso con otro auto, que se estacionaria al lado. Yo debería bajar, sin que se dieran cuenta. Entonces, me introducirían en el otro vehículo y me esconderían. Y así lo hicimos.
La camioneta comenzó a arrancar con rapidez. Repentinamente, un auto rojo se estaciono a nuestro lado y me pasaron ahí. Ellos sabían que nos estaban siguiendo. El auto rojo arrancó y la camioneta quedó atrás. Yo miré, disimuladamente, por la ventanilla trasera. Estaba a mi lado el ingeniero, Mariela conducía; y a mi otro lado, sentada, el topo. Y vi una enorme explosión, la camioneta había estallado en mil pedazos.
—Haz una oración por Rukahia, Hala, porque ella dio la vida por vos —dijo el ingeniero.
—¡¡¡Noooooooo!!! —grité y comencé a llorar. Traté de rezar, pero mi mente se sentía turbada.
El viaje fue largo y llegamos hasta una casa. Me taparon con un burka, para que nadie me viera al salir del auto. Al entrar, estaban algunos jeques y otras personas que no conocía. Algunos hablaban en otros idiomas. Yo me senté y me sirvieron un té. Todos me miraban.
—Necesito hablar, porque hoy perdió la vida una amiga —dije.
—Hablá, Hala —me contestó el jeque del turbante blanco.
—Yo no conocía esa palabra: «sempiterno», pero por la voz que escucho de Dios, la busqué en el diccionario y la encontré. Eso es lo que hizo Dios conmigo —les dije.
—No mientas, Hala, solo Dios no tiene principio ni fin, eso deberías saberlo, porque sos musulmana —protestó el ingeniero.
Seguimos hablando y le expliqué al ingeniero que él tenía mi misma confusión entre eterno y sempiterno. También, le dije que Dios es eterno, porque nunca tuvo un principio ni tendrá un fin; pero en mi caso, yo sí tuve un principio. Sin embargo, Dios me dijo que ya no tendría un fin.
—Eso es imposible, Hala, no es un poder que Dios te pueda dar, porque es la esencia de Allah. ¡No mientas! Estamos aquí porque confirmamos todo lo que cuentas en tus cuentos. Necesitamos saber todo lo que sabes de ellos, los illuminatis —exclamó el ingeniero.
—Es verdad. Dios hizo algo terrible y me explicó eso mismo, que no puede dar su poder a nadie, pero Él se hizo una operación.
Un silencio sepulcral invadió el lugar. Los jeques dijeron que era la hora del rezo. Y los musulmanes se levantaron para rezar. El topo me confesó que ella había sido capturada por ellos y que ahora representaba solo un botín de guerra.
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