#El Mártir
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no sé qué causó que yo dejara, de una vez por todas, de pensarme víctima con tanta seguridad, específicamente víctima de un dios en el que no creo. no es como que pasaron años de la última vez que lo culpé sólo por la necesidad de señalar un único culpable, pero tampoco puedo identificar cuándo solté el hábito de golpe. sólo agradezco que haya pasado. qué terrible es necesitar estar en control y totalmente enterado de las causas. la vida es azarosa en su instrucción y yo siempre estoy aprendiendo a ser mejor alumno.
#lo único bueno que hice con influencia de esa costumbre fue el poema de ícaro#al menos saco buenos poemas de tener actitudes de mierda#el mártir no tiene la mente en su propio bien#tiene el corazón en el bien mayor
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Toussaint L’Ouverture
[no propaganda submitted]
Policarpa Salavarrieta:
a. “She's so pretty she doesn't need propaganda” b. “Espía! Costurera! Mártir! Y a propósito, churrísima en el billete de 10 mil pesos colombianos”
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"El tirano muere y su gobierno termina, el mártir muere y su gobierno comienza." — Kierkegaard
Así será.
Art & Literature
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“La verdadera felicidad se encuentra en dedicar nuestra vida a un propósito más grande que nosotros mismos”
Edith Stein
Fue una filósofa, mística religiosa, mártir y santa alemana de origen judío nacida en Breslavia imperio alemán hoy Polonia en octubre de 1891.
Nació en el seno de una familia judía, su padre era dueño de un aserradero y fue la séptima hija de un total de 11 hijos del matrimonio, y como tal vivió las raíces hebreas familiares y el nacionalismo prusiano.
Desde muy temprana edad mostró especial interés por la historia y la literatura alemanas y de las grandes figuras de la música como Bach, Mozart y Wagner.
A la edad de 15 años experimentó una etapa de ateísmo y crisis existencial, causada por el suicidio de dos de sus tíos y a la falta de respuesta de la religión al tema del más allá. Abandona el colegio y se traslada a Hamburgo para asistir a su hermana Elsa quien iba a tener un hijo.
En 1913, la lectura de “las investigaciones lógicas“ de Husserl le abrió una nueva perspectiva en vista a su orientación objetivista, por lo que decide trasladarse a Gotinga a terminar los cursos universitarios y por ejercer Husserl allí su magisterio.
En Friburgo, en 1917, aprobó con la calificación de summa cum laude su tesis doctoral titulada “Sobre el problema de la empatía”, tema que le sugirió Max Scheler, con el que inició sus obras filosóficas.
Como estudiante de filosofía, fue la primera mujer que presentó una tesis en esta disciplina en Alemania.
Gracias a su amigo Georg Moskiewicz, Edith Stein fue aceptada en la sociedad de la filosofía de Gotinga, que reunía a los principales miembros de la fenomenología naciente como Edmund Husserl, Adolf Reinach y Max Scheler, y durante estos encuentros una correspondencia personal y profunda con el filósofo, ontólogo y teórico literario Roman Ingarden así como con el filósofo francés de origen ruso Alexandre Koyré.
Durante la primera guerra mundial Edith Stein decidió regresar a Breslau, tomó cursos de enfermería y trabajó en un hospital austriaco. Cuando el hospital fue cerrado, Edith regresó a reanudar sus estudios filosóficos con Husserl obteniendo un doctorado en la Universidad de Friburgo.
Una vez obtenido el doctorado, se enroló en la cruz roja en donde fue enviada a ocuparse de los enfermos de problemas infecciosos y trabajo en salas de operaciones, obtuvo una medalla por su dedicación y debido a lo precaria de su condición de salud fue enviada a su casa y no la llamaron mas.
Estas experiencias con los jovenes que morían a muy temprana edad de todas partes de Europa del Este, la marcaron profundamente, y poco a poco fue acercándose a la fé católica, la entereza con la que su amiga Ana Reinach, sobrellevó la muerte de su joven esposo, una vez que ambos fueron bautizados así como su acercamiento a los escritos de Santa Teresa de Jesús, y la entrada en una iglesia católica de Frankfurt en donde reparó la presencia del santísimo, hizo que se decidiera a ser bautizada en enero de 1922.
Durante esta época, dedica parte de su vida a la docencia con poco éxito para ofrecer cátedra en universidades, por lo que se dedica a dar clases particulares de fenomenología y ética en Breslau y en ocasiones pronuncia conferencias en congresos de pedagogía en Alemania, Austria y Suiza.
En octubre de 1933 ingresa al Carmelo de Colonia y rehusa marcharse a Iberoamérica para huir del nacional socialismo prefiriendo permanecer junto a los suyos, hasta que el 31 de diciembre de 1938, tras “la noche de los cristales” es trasladada al Carmelo holandés de Echt que para entonces era un país neutral, sin embargo esto no impide su deportación en 1940 junto con 244 judíos católicos mas tarde, y ser llevada a las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau en donde muere en compañía de su hermana Rosa.
Durante su estadía en Auschwitz cuida de los niños encerrados en ese campo, los acompaña con compasión hacia la muerte y les enseña el Evangelio a los detenidos.
Fueron conmovedores relatos de sus últimos días dando ánimo a las demás profesas, haciendo que el papa Juan Pablo II la canonizara como Santa Teresa Benedicta de la Cruz en octubre de 1988.
Su sólida visión de personalista cristiana forjada entre la fenomenología, el tomismo y la mística, es fruto de una pasión que supo encauzar con audacia en medio de una vida singular, fruto de un arduo camino intelectual y vital que el hombre de la primera mitad del siglo XX se exponía con el materialismo, el nihilismo, el hedonismo, la xenofobia y el nazismo de su época.
Fuente: Wikipedia y philosophica.info, personalismo.org, vaticannews.va
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Este tipo no pasa de mitad de año, fija. Realmente no tiene un estado mental que le permita ser mínimamente lógico, más aún siendo PRESIDENTE. Pero bueno, culpa de los pelotudos que lo votaron (ellos son igual de imbéciles que él).
No hay una salida buena de esto. Si esto se termina en abril o diciembre, el Peluca quedará como mártir con una leyenda de "no lo dejaron gobernar" y puede renacer peor. Si se lo deja que cumpla los 4 años, el país es tierra arrasada.
Tampoco existen las condiciones para una revolución exitosa en Argentina, es decir, un partido revolucionario con el apoyo del pueblo, ya que no existe esa idea, no hay la conciencia ni el liderazgo ni la masa crítica para una revolución. Y dudo que la haya en meses.
Pero como van las cosas, no se puede descartar que haya alguna clase de revolución. Una violenta. Vivir en esos tiempos nunca es lindo.
Votaron a un pelotudo enfermo fanático. Vamos a sufrir todos como hijos de puta.
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Nosotros dos aún
Aire del fuego, no supiste jugar.
Arrojaste sobre mi casa una tela negra. ¿Qué es esta opacidad en todas partes? Es la opacidad que cubrió mi cielo. ¿Qué es este silencio en todas partes? Es el silencio que hizo callar mi canto.
Para esperar me hubiera bastado con un hilo de agua. Pero te lo llevaste todo. El sonido que vibra me fue quitado.
No supiste jugar. Atrapaste las cuerdas. Pero no supiste jugar. Tapiaste todo en seguida. Rompiste el violín. Arrojaste una llama sobre la piel de seda para hacer un horrible pantano de sangre.
El bienestar reía en su alma. Pero era todo mentira. No fue largo el reír.
Ella estaba en un tren que rodaba hacia el mar. Estaba en un huso que hilaba sobre la roca. Se abalanzaba, aunque inmóvil, hacia la serpiente de fuego que iba a consumirla. Y fue allí, de pronto, cuando sorprendió a la confiada, mientras peinaba sus cabellos, contemplando, en el espejo, su felicidad.
Y cuando vio subir esa llama sobre ella, oh...
Al instante, la copa le fue arrancada. Sus manos ya no han sido nada más. Vio como se la apretaba en un rincón. Se detuvo allí arriba como un enorme tema de meditación por resolver antes que nada. Dos segundos más tarde, dos segundos demasiado tarde, huía hacia la ventana, pidiendo socorro.
Toda la llama entonces la rodeó.
Ella se encuentra ahora en una cama, y su sufrimiento sube hasta el cielo, sin encontrar a Dios... y su sufrimiento desciende hasta el fondo del infierno sin hallar al demonio.
El hospital duerme. La quemadura despierta. Su cuerpo, como un parque abandonado...
Defenestrada de sí misma, busca cómo volver a entrar. El vacío por donde deriva no responde a sus movimientos.
Lentamente, en la granja, su trigo arde.
Ciega, a través de la larga barrera del sufrimiento, durante un mes, remonta el río de la vida, natación atroz.
Paciente, en lo innombrable inflado, vuelve a trazar sus formas elegantes, teje de nuevo la camisa de su piel fina. La curación está allí. Mañana cae la última venda. Mañana...
Aire de la sangre, no supiste jugar. Tampoco tú supiste. Arrojaste súbitamente, estúpidamente, tu tonta piedrecilla obstructora a través de una aurora nueva.
Ella ya no encontró lugar en el tiempo. Le fue preciso volverse hacia la muerte.
Apenas si divisó la ruta. Un segundo abrió el abismo. El siguiente la precipitó en él.
Uno se ha quedado confundido de este lado. No ha habido tiempo para decir hasta luego. No ha habido tiempo para una promesa.
Ella había desaparecido del film de esta tierra.
Lou Lou Lou, en el retrovisor de un breve instante Lou ¿no me ves? Lou, el destino de estar juntos para siempre en que tenías tanta fe ¿Y bien? No vas a ser como las otras que ya nunca más hacen una seña, sumergidas en el silencio.
No, no debe besarte a ti una muerte para separarte de tu amor. En la pompa horrible que te espacia hasta yo no sé qué milésima dilusión buscas aún, nos buscas lugar Pero tengo miedo No hemos tomado bastantes precauciones Debimos haber sido informados mejor, Alguien me escribe que tú, mártir, velarás ahora por mí. ¡Oh! Lo dudo. Cuando toco tu fluido tan delicado, persistente en tu cuarto y tus objetos familiares que aprieto en mis manos este fluido tenue al que sería preciso proteger para siempre Oh lo dudo, dudo y tengo miedo por ti, impetuosa y frágil, dispuesta a las catástrofes Con todo, voy a las oficinas en busca de certificados dilapidando momentos preciosos que sería preciso emplear antes que nada entre nosotros precipitadamente mientras tiritas esperando en tu maravillosa confianza que yo venga a ayudarte a sacarte de allí, pensando "seguramente vendrá Habrá podido tener algún percance pero no tardará Vendrá, yo lo conozco No va a dejarme sola No es posible No va a dejar sola a su pobre Lou..."
Yo no conocía mi vida. Mi vida pasaba a través de ti. Se había vuelto simple, ese gran asunto complicado. Se había vuelto simple a pesar del dolor. Tu fragilidad: yo era fuerte cuando se apoyaba en mí.
Dime, ¿es que verdaderamente no nos encontraremos nunca más?
Lou, hablo una lengua muerta, ahora que ya no te hablo. Tus grandes esfuerzos de liana en mí, lo ves, han logrado su fin. ¿Lo ves al menos? Es cierto, tú jamás dudaste. Se necesitaba un ciego como yo, se necesitaba tiempo, tu larga enfermedad, tu belleza, resurgiendo de la debilidad y de las fiebres, se necesitaba esta claridad en ti, esta fe, para horadar por fin la pared de la apariencia de su autonomía.
Tarde lo vi. Tarde lo supe. Tarde, aprendí "juntos" aquello que no parecía estar en mi destino. Pero no demasiado tarde.
Los años han existido para nosotros, no contra nosotros.
Nuestras sombras respiraban juntas. Bajo nosotros, las aguas del río de los acontecimientos corrían casi en silencio.
Nuestras sombras respiraban juntas, y todo estaba por ellas recubierto.
Tuve frío con tu frío. Bebí sorbos de tu dolor. Nos perdemos en el lago de nuestros intercambios.
Rico de un amor inmerecido, rico que se ignoraba con la inconciencia de los poseedores, he perdido ser amado. Mi fortuna ha quebrado en un día.
Árida, mi vida continúa. Pero no me doy cuenta. Mi cuerpo permanece en tu cuerpo delicioso y en mi pecho hay antenas plumosas que me hacen sufrir con el viento del saqueado. La que ya no está se aleja, y su ausencia devoradora me invade y me consume.
Extraño los días de tu sufrimiento atroz en la cama del hospital, cuando yo llegaba por los corredores nauseabundos, atravesados por gemidos, hasta la momia espesa de tu cuerpo vendado y esperaba emerger de pronto, como el "la" de nuestra alianza, tu voz dulce, musical, contenida, resistiendo con valor la fealdad de la desesperación, cuando, a tu vez, escuchabas mis pasos y murmurabas, libre: "Ah, estás allí".
Yo apoyaba mi mano sobre tu rodilla, por encima del sucio cobertor, y todo desaparecía entonces: el hedor, la horrible indecencia del cuerpo tratado como un barril o como un albañal por seres extraños, atareados y recelosos, todo se deslizaba hacia atrás, dejando que nuestros dos fluidos, a través de los remedios, se encontraran de nuevo, se mezclaran en un aturdimiento del corazón, en el colmo de la amargura, en el colmo de la dulzura.
Las enfermeras, el interno, sonreían; tus ojos llenos de fe apagaban los de los otros.
Aquel que está solo, se vuelve de noche contra la pared para hablarte. Sabe lo que te animaba. Viene de compartir el día. Ha mirado con tus ojos. Ha escuchado con tus oídos. Siempre tiene cosas para ti.
¿No me responderás algún día?
Pero tal vez tu persona se ha vuelto como un aire del tiempo de la nieve, que entra por la ventana, que uno cierra, presa de escalofríos o de un malestar precursor del drama, como me ha ocurrido hace algunas semanas. El frío se echó de pronto sobre mis espaldas, yo me cubrí precipitadamente y me volví cuando eras tú quizás y la más cálida que pudieras darte, esperando ser bien recibida; tú, tan lúcida, no podías expresarte de otra manera. Quién sabe si en este mismo momento no esperas, ansiosa, que yo por fin comprenda, y vaya, lejos de la vida donde ya no estás, a reunirme contigo, pobremente, pobremente, es verdad, sin medios, pero nosotros dos aún, nosotros dos...
Henri Michaux
Versión de Raúl Gustavo Aguirre.
Untitled, 1938–39, Henri Michaux. Private collection, Paris © Archives Henri Michaux, VEGAP, Bilbao, 2018. Photo: Jean-Louis Losi
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1735- El que sucumbe ante una conspiración cósmica no tiene por qué avergonzarse. No es un cobarde, es un mártir.
"El péndulo de Foucault" (1988), Umberto Eco
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Na fila do super-mercado da vida (texto, oniriko, 2024)
O atendente lhe pergunta na fila do caixa:
"O Sr. gostaria de levar algo mais?"
Indeciso sobre o que você realmente quer da sua vida, você pergunta:
"O que você teria pra mim?"
"Tenho duas opções que o senhor irá gostar muito. Com certeza irá levar pelo menos um dos dois"
Você acena receoso mas tentando ser simpático e então ela continua:
"Aqui temos a DOR. Se você procura sofrimento, é o produto certo pra você. Levando a dor, você ainda ganha no pacote a 'Sensação de Mártir', que faz você se sentir como uma divindade, ou pelo menos o filho dele. É uma relação complicada sabe? Mas você não precisa pensar muito, é só aceitar, viu? Você ainda ganha a 'Compaixão Superficial Alheia', que é como se fosse uma versão portátil do olhar de 'Cachorro Perdido na Mudança'. A dor é recomendada para quem quer ser o centro da atenção, se sente injustiçado por um universo que tem mais o que fazer além de ser sua babá. Claro, eu sei que o Sr. realmente passou por problemas em sua vida. Quem nunca passou? Mas esse produto faz com que sua dor aumente cem vezes de tamanho. Eu sei que secretamente o senhor também gostaria de estar pendurado ali, com sangue escorrendo por seu corpo quase nu, suado, num bondage metálico perfurante, sendo visto por milhões de pessoas durante séculos. Recebendo pena, doações, tornando-se secretamente um ícone do masoquismo. (Pelo menos é o que eu acho, a maior parte das pessoas acredita em outras coisas). E a DOR pode ser usada como justificativa para quase qualquer coisa também."
Hesitante, você pergunta:
"In.. interessante. Parece realmente a melhor opção. Estou quase levando, mas gostaria de ouvir sobre o outro produto, por favor."
"Que bom que perguntou. A maioria simplesmente aceita o primeiro por causa dos benefícios. O outro produto chama-se PRAZER. É um produto novo, a gente ainda não sabe direito como usar, porque todo mundo simplesmente aceita o primeiro, nem imagina que possa existir algo como ele. Ao adquirí-lo, você ganha também a CULPA, pois todos dizem que você só merece o primeiro, que é errado você sentir PRAZER, sendo que existe tanto sofrimento no mundo, mas ao mesmo tempo seu corpo e sua mente são uma máquina preparada e pronta para o prazer."
"Realmente é complicado isso hein...?"
"O que posso dizer senhor... as pessoas que o escolheram disseram que se sentiram muito bem, mas muitas voltaram e trocaram pelo primeiro. Parece que nem todo mundo aceita o PRAZER e prefere a boa e velha DOR. Como se devessem algo que nem sabe se fizeram, ou se algum ancestral fez e então você teria herdado isso, de alguma forma. Daonde as pessoas poderiam ter tirado essa ideia? Algum livro antigo e mal traduzido, editado conforme os interesses mesquinhos de cada época, talvez? Quem sabe com um reforço diário e contínuo, um lembrete pendurado em paredes pra que você nunca se sinta no direito de sentir algo diferente? Talvez através de poesias sem rima, mas que você repete tanto que até esquece o que elas significam? Bom, novamente, os clientes da DOR não precisam pensar demais sobre as coisas. Apenas aceitar."
"Realmente eu não quero muito pensar nisso. O PRAZER parece ser bom, mas a DOR é algo garantido e que todos levam não é?"
"A nossa satisfação está em atendê-lo, caro cliente."
Você paga pela DOR, que fica numa caixa assimétrica, cheia de espinhos, pesada e disforme, sem nenhuma alça. Nem uma sacola você ganha, pois ela precisa ser carregada com ambas as mãos. Uma gota de sangue escorre pelos seus dedos.
As pessoas da fila atrás de você olham com pena, se compadecendo. Você sorri, pois sabe que fez o certo, já que todos lhe aprovaram.
#delirantesko#espalhepoesias#pequenosescritores#lardepoetas#carteldapoesia#poetaslivres#texto#projetoalmaflorida#projetovelhopoema#semeadoresdealmas
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Catalina de Alejandría fue una mártir cristiana del siglo IV.
Su fiesta se celebra el 25 de noviembre. Su culto tuvo difusión por toda Europa a partir del siglo VI, con énfasis entre los siglos X y XII. Está incluida en el grupo de los santos auxiliadores y es invocada contra la muerte súbita. Algunos académicos han cuestionado su historia.
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TÍTULO: Tríptico de Camerino (Tríptico de San Domenico) AUTOR: Carlo Crivelli FECHA: 1482 MATERIAL Y TÉCNICA: Tempera sobre tabla TÉCNICA DE TRABAJO: Temple y óleo sobre tabla DIMENSIONES: Santos Pedro y Domingo 167 x 63 cm; Virgen con el Niño 190,5 x 78 cm; los Santos Pedro Mártir y Venancio 167 x 61,8 cm; Santos Antonio Abad, Jerónimo y Andrés 26 x 62 cm; los santos Giacomo, Bernardino y el beato Ugolino Malagotti de Fiegni (?) 26 x 62 cm INVENTARIO: 155-350-351 FIRMA: OPUS CAROLI CRIVELLI VENETI/M48II Los paneles son los restos de un suntuoso conjunto procedente de la ciudad de Camerino, en las Marcas, representado con realismo en manos de su santo patrón, Venancio. La presencia de objetos en relieve, las llaves y el báculo de San Pedro, las joyas, los cuchillos que hirieron a San Pedro Mártir, la riqueza del oro trabajado de diferentes maneras y la habilidad en la reproducción de los materiales, desde el cristal del jarrón. hasta el velo del manto de San Pedro o los frutos que decoran la base, quieren hacer de las imágenes una presencia real. El tríptico llegó a Brera procedente de la iglesia de San Domenico en Camerino en 1811, tras el saqueo napoleónico. La estructura compositiva deriva del políptico de los "Bellas Santos", realizado en 1480 por Nicolò Liberatore para la iglesia de San Venanzio en Camerino, que a su vez forma parte de una tradición típicamente camerina. Durante el traslado a la Pinacoteca se perdió el marco original, que probablemente también contenía otras escenas: dos de ellas, el Ángel Anunciador y la Virgen de la Anunciación, llegaron a Brera pero fueron intercambiadas por otras pinturas. Sin embargo, dos partes de la predela permanecieron en la Pinacoteca. Como más tarde en la Madonna della Candeletta, Crivelli cincela minuciosos detalles decorativos, muestra atrevidas, vistas en perspectiva y sugiere la existencia de un espacio unitario y moderno detrás de la estructura arcaica del políptico con compartimentos; sin embargo, en esta obra de 1482 el conjunto parece menos exuberante y más natural.
Información e imagen de la Pinacoteca de Brera.
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El gay Mamante (hoy es su onomástica, recuerda felicitar a todos los Mamante que conozcas) ha descubierto que para no pasar calor el mejor sitio que tiene es la plaza de parking subterránea. Cada cual se busca las castañas para escapar del sol abrasador.
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Atendimento particular, parte 1
Pareamento: Azriel x Tillia! Personagem original
Resumo: cuidados intensivos
Madja passava de um lado para o outro, distribuindo ordens enquanto atendia alguns guerreiros machucados – originado de algum treino absurdo que os rapazes pareciam estar desenvolvendo com eles. Eu estava ao lado da lareira, os braços cruzados, e não pude evitar de reparar quando Azriel entrou pela porta com passos lentos. O rosto dele estava marcado pela exaustão, e o corte feio no ombro encharcava sua camisa preta de sangue, que começava a grudar na pele.
Revirei os olhos, incapaz de conter o comentário.
— O que foi dessa vez? Decidiu lutar com Emerie? Fiquei sabendo que ela está superando até mesmo Cassian.
Ele parou no meio da sala, o olhar cansado pousando em mim. Não respondeu, mantendo aquela postura estoica, como se a dor fosse um mero inconveniente.
Provavelmente aquilo significava que não era só um treino. Por conta disso decidi não
— Não me olhe com essa cara de mártir, Azriel. Sente-se. — Apontei para a poltrona perto da lareira, minha voz firme.
Ele hesitou por um segundo, mas acabou obedecendo sem dizer uma palavra, afundando na poltrona com um suspiro quase inaudível. Peguei uma bacia de água morna que Madja havia deixado por perto e alguns panos limpos, enquanto caminhava até ele.
— Você é o pior paciente que já vi. — Resmunguei, ajoelhando-me ao lado dele. — Sempre voltando paa cá machucado como se isso fosse algum tipo de troféu. Sabe que você não é invencível, certo?
Ele continuou em silêncio, aquele olhar intenso me observando como se buscasse algo em mim. Tentei ignorar o peso disso, focando no ferimento. Ele inclinou a cabeça levemente, mas não disse nada, o que apenas alimentou minha irritação.
— Tire a camisa. — Ordenei, meu tom sem espaço para discussão.
Azriel arqueou uma sobrancelha, mas, para minha surpresa, não protestou. Com movimentos lentos, começou a puxar a camisa ensanguentada, o tecido grudado no ferimento arrancando um pequeno suspiro de dor.
Quando a camisa finalmente saiu, eu vi a extensão do ferimento. Um corte profundo atravessava o ombro dele e parte do peito, já começando a inchar. Apertei os lábios, tentando não deixar transparecer toda a minha frustração.
Suspirei e me aproximei ainda mais, minhas mãos tocando as dele para interrompê-lo.
— Devagar. Vai rasgar ainda mais a pele se continuar assim. — Afastei suas mãos com cuidado, assumindo o trabalho de puxar o tecido. Ele ficou quieto, observando enquanto eu desfazia o estrago, meus dedos movendo-se com paciência e precisão.
— A senhora é quem manda — havia um leve humor em seu tom de voz.
Que não combinava muito com sua expressão estoica.
— Isso �� ridículo, Azriel. Quantas vezes vou ter que dizer para parar de se jogar nas situações mais perigosas? Você não é invensivel, sabia? — Minha voz saiu carregada, uma mistura de exasperação e algo mais... algo que não queria admitir.
Ele desviou os olhos, como se evitasse encarar-me. — Era necessário.
— Claro que era. — Molhei o pano na água morna e comecei a limpar o sangue ao redor do corte, a expressão no meu rosto endurecendo. — Sempre é. Até o dia em que você não vai mais voltar. Já pensou nisso?
Ele não respondeu, mas seus olhos finalmente voltaram a encontrar os meus. Havia algo ali, um brilho sutil que parecia... culpa. Bufei, afastando os pensamentos enquanto limpava cada parte do ferimento com cuidado.
— Você é impossível. — Murmurei, pegando uma pomada que Madja havia deixado. — Agora fique quieto. Se fizer qualquer movimento, juro que vou acabar machucando você mais do que já está.
Enquanto trabalhava, meu pensamento vagava. Foi assim que tudo começou para mim, cuidar de alguém. Minha avó. Lembro como, na adolescência, meus dias giravam em torno dela. O câncer no útero que insistia em se espalhar rápido consumia não apenas o corpo, mas também o ânimo dela. Foi naquela época que decidi que queria ser médica. Não porque sonhasse em salvar o mundo, mas porque cuidar dela era como um chamado.
Quando recebi a carta de aprovação da universidade, foi um dos momentos mais gratificantes da minha vida. Pude mostrar a ela que eu tinha conseguido, que aquele esforço não seria em vão. Mas, três anos depois, ela se foi. A doença venceu, e eu perdi mais do que minha avó; perdi também o rumo. A falta de dinheiro me forçou a abandonar o curso, e com a morte dela vieram os problemas com Oscar e seus vícios.
Mesmo assim, nunca deixei de querer cuidar. Era meu irmão caçula, afinal de contas, e por mais que eu odiasse o que ele havia feito comigo — as dívidas com agiotas, a mudança desesperada para a cidade pequena —, ainda sentia que tinha essa responsabilidade. E então, tudo mudou de novo... Prythian.
— O que você disse? — Azriel murmurou algo que me tirou dos pensamentos, mas não consegui entender.
— Nada. — Ele finalmente respondeu, de maneira tão baixa que quase não ouvi.
Balancei a cabeça, voltando ao que fazia. Havia tanto mais que eu queria dizer, mas, como sempre, ele parecia confortável no silêncio. Um guerreiro ferido e, de alguma forma, ainda impenetrável.
Quando terminei, afastei-me e ergui o queixo, avaliando meu trabalho. — Pronto. Agora, se puder, tente não morrer na próxima missão, está bem? — Minha voz saiu mais suave, quase como se houvesse um pedido implícito.
Ele inclinou levemente a cabeça, reconhecendo a preocupação escondida por trás das palavras. — Vou tentar.
Suspirei e balancei a cabeça, indo até a bacia para lavar as mãos. — Espero que isso não seja apenas você dizendo o que eu quero ouvir.
— Eu nunca digo algo que não pretendo cumprir. — Ele respondeu, a sinceridade em sua voz me fez parar por um momento antes de voltar ao que fazia.
Poucos dias depois, Azriel voltou para minha casa. Estava sentada na poltrona perto da lareira, tentando mergulhar em um livro, embora minha mente vagasse constantemente. Era difícil me concentrar quando a tensão parecia pulsar no ar desde que cheguei aqui – todo aquele mistério desse mundo dividido entre faes, humanos e criaturas mágicas.
O som do ranger da porta me trouxe de volta à realidade, e, assim que ergui os olhos, meu coração afundou.
Lá estava ele.
De novo.
Os cortes superficiais no braço, os hematomas visíveis nas mãos, e o jeito como ele segurava o ombro, rígido, já diziam o suficiente. Mesmo sem que ele dissesse uma palavra, já sabia que tinha se machucado — de novo. Era como se ele tivesse um talento especial para se colocar em situações de risco, e o pior era que parecia achar tudo isso perfeitamente normal.
Fechei o livro com um estalo e me levantei, cruzando os braços.
— Não. Não acredito. — Apontei para ele, minha voz firme, as mãos já na cintura. — O que foi agora, Azriel? Outra missão suicida?
Ele parou no meio da sala, o olhar calmo e estoico como sempre, mas havia algo nos seus ombros caídos que denunciava o cansaço. — Foi no treino.
Franzi a testa, a incredulidade óbvia na minha expressão. — No treino de novo? — Minha voz subiu um tom. — Você está todo machucado por causa de um treino? Com quem? Aquelas nagas?
— Cassian. — Ele respondeu, direto como sempre.
Claro que foi Cassian. Quem mais? Cruzei os braços, sentindo minha irritação crescer enquanto o observava.
— Ótimo. Porque claro que um treino com Cassian nunca é apenas um treino. — Suspirei, deixando meu tom endurecer. — Azriel... Ele sempre te força assim? Ou você mesmo se força?
— É só um treino!
Ele desviou os olhos, uma ação tão pequena, mas que me dizia tanto. Era como se evitasse me responder, o que só fazia minha preocupação aumentar. Suspirei de novo, tentando acalmar o turbilhão de emoções que me envolvia, e apontei para a mesma poltrona onde ele já havia estado antes.
— Sente-se. Agora.
Dessa vez, ele não hesitou. Sentou-se com um suspiro quase inaudível, o corpo claramente exausto. Fui até a bacia de água morna e peguei os panos limpos que havia deixado por precaução. Parece que minha intuição de que precisaria deles não estava errada.
— Não consigo evitar de pensar... — Comecei enquanto molhava o pano e limpava o corte no braço dele. Meu tom era mais baixo agora, quase como se estivesse falando para mim mesma. — Sobre Oscar.
Azriel não disse nada, mas pude sentir seu olhar atento em mim, mesmo quando eu mantinha meus olhos focados no trabalho. Continuei, deixando meus pensamentos escaparem, como se falar fosse mais para aliviar meu próprio peito do que para ele ouvir.
— Ele sempre foi assim, sabe? Impulsivo em tudo o que fazia. Quando algo o interessava, ele mergulhava de cabeça, sem pensar nas consequências.
Levantei os olhos brevemente para Azriel, que continuava me observando com aquele olhar calmo e quase analítico, antes de voltar minha atenção ao ferimento.
— Não era à toa que ele sempre voltava para casa todo machucado. Exatamente como você tem vindo para cá ultimamente. Ele achava que podia enfrentar o mundo, sempre pronto para provar algo. — Suspirei, deixando a irritação misturada com preocupação escapar na minha voz. — E eu sempre acabava cuidando dele. Me sentia impotente, mas... não podia deixá-lo sozinho.
Azriel permaneceu em silêncio, mas a intensidade de seu olhar era quase sufocante. Continuei, minha voz ficando um pouco mais amarga ao relembrar.
— Uma vez, ele tentou pular de uma ponte com amigos porque acharam que seria "divertido". Outra vez, arranjou briga com garotos muito maiores que ele porque achou que podia defender todo mundo sozinho. Era sempre assim. E toda vez ele voltava para casa, com cortes, hematomas, ou algo pior, e eu estava lá para consertá-lo. — Me forcei a sorrir, embora fosse um sorriso cansado. — Parece que algumas coisas nunca mudam.
Azriel finalmente quebrou o silêncio, sua voz baixa e direta. — Não sou Oscar.
Levantei os olhos para ele, encarando-o com firmeza.
— Não, mas isso não torna mais fácil ver você assim. — Balancei a cabeça, minha frustração evidente. — Porque a verdade é que todos vocês agem como se fossem invencíveis. Você, Oscar, até mesmo Cassian. É como se nada fosse capaz de realmente machucar vocês, mas... — Minha voz falhou, e eu tive que respirar fundo antes de continuar. — Mas machuca. Machuca quem está aqui, vendo vocês serem tão imprudentes com coisas miúdas. Porra, vocês nem estão em guerra para justificar isso tudo!
Azriel não argumentou, mas algo em seu olhar pareceu mudar, suavizar. Ele finalmente falou, e seu tom era carregado de sinceridade.
— Estou cuidando dele.
Aquilo me pegou desprevenida.
— Do Oscar? — Perguntei, piscando. — Ele está treinando com vocês, não está? Com Cassian.
Azriel assentiu, e pude ver algo genuíno em sua expressão. — Ele está indo bem. Mas precisa de orientação.
Ri sem humor, balançando a cabeça.
— Claro que precisa. Ele sempre precisou. Mas você sabe como ele é. Quando acha que pode, vai além do limite. Sempre foi assim. — Meus dedos apertaram o pano em minhas mãos. — Se algo acontecer com ele, Azriel...
— Eu paro. — Sua voz foi firme, quase como uma promessa. — Estou cuidando dele, Tillia.
Havia algo no tom dele que fez o nó no meu peito apertar e relaxar ao mesmo tempo. Suspirei, sentindo minha raiva murchar enquanto limpava os hematomas nas mãos dele com cuidado.
— Só espero que você esteja certo. Porque eu não sei se conseguiria passar por isso de novo.
Continuei trabalhando em silêncio, e Azriel permaneceu imóvel, permitindo que eu cuidasse dos cortes e hematomas. Quando terminei, cruzei os braços, o encarando.
— E que isso sirva de aviso. Se você voltar machucado de novo por algo assim, vou falar com Cassian. E vou garantir que ele me escute. E quanto ao Oscar... — Fiz uma pausa, observando-o. — Espero que esteja segurando ele o suficiente para que ele não me dê mais motivos para que eu precise intervir nisso. Não. Quero. Meu. Irmão. Machucado.
Azriel quase sorriu, mas conteve-se. — Isso eu preciso ver.
— Não duvide de mim. — Retruquei, apontando para ele. — E, de novo, tente não morrer. Tenho preocupações o suficiente sem você e o Oscar competindo para ver quem consegue me deixar mais louca.
Ele apenas assentiu, mas algo no jeito como me olhava me fez acreditar que, desta vez, ele estava realmente ouvindo. Enquanto ele relaxava na poltrona, percebi que havia algo estranhamente familiar em tudo isso. A mesma dinâmica que sempre tive com Oscar. Eu cuidava. Eu protegia. Mesmo quando eles faziam o impossível para se colocar em perigo, mesmo quando era exaustivo. Eu não sabia ser diferente.
Mas, ao contrário de Oscar, Azriel era diferente. Ele carregava um silêncio e uma intensidade que me desarmavam de formas que eu não sabia explicar. Talvez fosse a maneira como ele aceitava minha preocupação sem protestar ou o fato de que, por mais ferido que estivesse, parecia invulnerável de outras maneiras.
O silêncio se prolongou entre nós, mas não era desconfortável. Quando finalmente me levantei, peguei os panos sujos e a bacia, lançando-lhe um último olhar.
— Vou dar um jeito nesses panos. Mas, sério, Azriel. Se você não aprender a dizer "não" para Cassian, vou acabar amarrando você nessa poltrona.
Houve um sorriso divertido em seu rosto que me fez ficar desconcertada.
— Vou tentar. — Ele respondeu, e havia algo quase brincalhão em seu tom, o que era raro vindo dele.
Balancei a cabeça, sorrindo de leve. — Melhor tentar mesmo.
Enquanto saía da sala, me peguei pensando em Oscar novamente. A vida que tínhamos antes era tão diferente, mas também estranhamente semelhante. Talvez não importasse o mundo em que estávamos. Eu sempre acabaria sendo a pessoa que cuida, que conserta. E, de alguma forma, isso parecia ao mesmo tempo um fardo e um conforto.
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Policarpa Salavarrieta:
a. “She's so pretty she doesn't need propaganda”
b. “Espía! Costurera! Mártir! Y a propósito, churrísima en el billete de 10 mil pesos colombianos”
Mariano Melgar:
a. “He's a really famous poet and a revolucionary”
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Existe una cantidad de gente en el mundo que está en un infierno, porque depende excesivamente del juicio de los demás".
El día 15 de abril de 1980. Aniversario Luctuoso de Jean-Paul Sartre Premio Nobel de Literatura 1964 Jean-Paul Charles Aymard Sartre nació en París, Francia, el 21 de junio de 1905. Conocido comúnmente como Jean-Paul Sartre, fue un filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político, biógrafo y crítico literario francés. Exponente del existencialismo y del marxismo humanista. Fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, en 1964, pero lo rechazó explicando en una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones. En 1945 abandonó la enseñanza y creó junto a Simone de Beauvoir entre otros, la revista política y literaria Les temps modernes, de la que fue editor jefe. En la mayoría de sus escritos de la década de 1950 aparecen cuestiones políticas, incluidas sus denuncias sobre la actitud represora y violenta del Ejército francés en Argelia. Su teoría del psicoanálisis existencial afirmaba la responsabilidad de todos los individuos al adoptar sus propias decisiones y hacía del reconocimiento de una absoluta libertad de elección la condición necesaria de la auténtica existencia humana. En su última obra filosófica, Critique de la raison dialectique (Crítica de la razón dialéctica, 1960), deja el énfasis puesto en la libertad existencialista por el determinismo social marxista. Entre sus obras destacan las novelas La Náusea (1938) y la serie narrativa inacabada Los caminos de la libertad, que comprenden La edad de la razón (1945), El aplazamiento (1945) y La muerte en el alma(1949); una biografía del escritor francés Jean Genet, San Genet, comediante y mártir (1952); las obras teatrales A puerta cerrada (1944), La puta respetuosa (1946) y Los secuestradores de Altona(1959); su autobiografía, Las palabras (1964) y una biografía del autor francés Gustave Flaubert, El idiota de la familia (1971-1972) entre otros muchos títulos. Jean-Paul Sartre falleció el 15 de abril de 1980 en París, Francia. Imagen de
®️Literatura, arte, cultura y algo más
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Mártir
A primeira citada teria de ser a aquela que desperta e inicia a maior parte dos ciclos, o pilar da harmonia e fé de seus devotos.
Ela, símbolo da alegria e felicidade, criadora de signos. Deusa do sacrifício, hospitalidade e do tempo.
A mais próxima dos adeptos e a mais dedicada a suas declarações.
Era fascinada com a simplicidade de suas existências momentâneas.
Um dia ela desceu até eles, disfarçada, comeu da mesma carne, dançou as mesmas cantigas, até as que eram dedicadas a ela. Viveu e explorou tudo o que podia e cada coisa que ela via a encantava mais, mas ela ainda não se sentia satisfeita.
Seus laços com os humanos só aumentavam e ela ficou esquecida.
Maravilhada pela humanidade a Deusa não percebia que a conexão com eles a afligia, sua própria natureza a sabotava. Os rios eram seu sangue, a carne seu corpo, emoções as suas.
Deusas a alertavam.
Quem eram elas mesmo? As conhecia? Queriam seu bem?
Mas ela não queria ouvir, não ligava se as relações a prejudicavam, o sacrifício era sua escolha.
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You love Abu Ubaidah?
Well I want you to know that the Martyr Sheikh Saleh Al-Arouri was of greater significance to Hamas.
Sheikh Saleh Al-Arouri was one of the distinguished and devoted leaders of the Palestinian people. We have lost him when we needed his presence the most. He was a leader who instilled confidence and tranquility in those around him and those he dealt with.
We have lost him as a leader and a person who believed in the justice of the Palestinian people's fight until martyrdom, and he achieved it in the great glory of Palestine and the resistance, in its glory that is manifested today in the jihad and heroism of the Palestinian people in Gaza, the West Bank, across Palestine, and beyond.
Therefore I ask that you pray for him, and ask Allah swt to elevate his ranks in Jannah.
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¿Amas a Abu Ubaidah?
Bueno, quiero que sepan que el mártir Sheikh Saleh Al-Arouri fue de mayor importancia para Hamas.
El Jeque Saleh Al-Arouri fue uno de los líderes distinguidos y devotos del pueblo Palestino. Lo hemos perdido cuando más necesitábamos su presencia. Era un líder que infundía confianza y tranquilidad a quienes lo rodeaban y a aquellos con quienes trataba.
Lo hemos perdido como líder y como persona que creía en la justicia de la lucha del pueblo palestino hasta el martirio, y lo logró en la gran gloria de Palestina y de la resistencia, en su gloria que se manifiesta hoy en la yihad y el heroísmo del pueblo palestino en Gaza, Cisjordania, en toda Palestina y más allá.
Por lo tanto, les pido que recen por él y le pidan a Allah swt que eleve sus filas en el Paraíso.
via. IG: laurraallam
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