#El Caballero de la Noche
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26 de Septiembre es oficialmente BATMAN DAY En HOLLYWOOD!
Hoy Batman develó su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood⭐. Es la 2,790, pero la primera que se entrega a un superhéroe. En la ceremonia estuvo presente el editor y director creativo de DC Comics, Jim Lee.
Estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y Record Guinness el mismo día. Y el único capaz de hacerlo es Batman.
El mejor personaje de ficción de la historia 🦇⭐️
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Christopher Nolan: Caballero del Cine y su Legado en ‘Oppenheimer’
Christopher Nolan, el aclamado director de cine, y su esposa, Emma Thomas, serán honrados por la Corona Británica con los títulos de caballero y dama respectivamente, en reconocimiento a sus destacadas contribuciones a la industria cinematográfica.
Este prestigioso reconocimiento llega tras el éxito de Nolan en la dirección de películas icónicas como ‘El Caballero de la Noche’ y ‘Inception’, así como su reciente galardón con un Óscar por su película ‘Oppenheimer’.
Emma Thomas, quien ha sido una pieza fundamental en la carrera de Nolan, también será distinguida como dama. Este honor se une a otros reconocimientos similares otorgados a figuras destacadas del entretenimiento como Patrick Stewart y Julie Andrews.
Actores como Anne Hathaway y Jake Gyllenhaal han elogiado públicamente a Nolan por su apoyo y profesionalismo, destacando su impacto en la industria del cine.
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La Identidad del Joker de El Caballero de la Noche, Revelada
Uno de los más grandes villanos del cine del Siglo XXI, el gran agente del caos, la personificación misma de la anarquía; el ejecutor de la policía y la mafia de Ciudad Gótica, y el némesis número uno de El Caballero de la Noche: por supuesto que estamos hablando del Joker, o Guasón, si usted prefiere usar el epíteto en español. ¿Lo curioso? No tenemos ni idea de cuál es la verdadera identidad…
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#christopher nolan#el caballero de la noche#identidad del guason#quien es el guasón#quien es el joker#universo dc comics
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Cinemex trae de regreso la trilogía de 'El Caballero de la Noche' a sus salas
Pronto podrás revivir la experiencia de la trilogía de 'El Caballero de la Noche' de Christopher Nolan, en salas de Cinemex. Preventa disponible.
Este año se cumple 15 años desde el estreno de El Caballero de la Noche, la segunda entrega de la trilogía de películas de Batman dirigidas por Christopher Nolan, y para celebrarlo Cinemex ha decido reestrenar estas películas en sus salas de todo México. Esta trilogía definió el rumbo que tomaría el cine de superhéroes a lo largo de la última década y a pesar de los años, se mantiene entre sus…
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#Aaron Eckhart#Christian Bale#Cinemex#El Caballero de la Noche#Gary Oldman#Heath Ledger#Michael Caine#Tom Hardy#Trilogía del Caballero de la noche
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" No temes a la muerte, ¿Crees que eso te hace fuerte?
Te debilita.
- ¿Por qué?
¿Cómo moverte más rápido, pelear más de lo posible, sin el impulso más poderoso del espíritu? El miedo a la muerte.
- ¿El miedo a la muerte? Le temo morir aquí mientras arde mi ciudad. No hay nadie que la salve.
Trepa entonces.
- ¿Cómo?
Igual que el niño. Sin la cuerda.
Así volverás a sentir miedo. "
Diálogo de Bruce y el reo en la prisión de Lázaro en:
- Batman el caballero de la noche asciende.
#Batman el caballero de la noche asciende#Frases#El pozo de lázaro#Motivacion#Batman#Caballero#Noche#Ra's al ghul#Dialogo#Carcel#Prision#Pozo#Prisionero#Ascenso#Exito#Fortaleza#Murcielago#Desesperacion#Esperanza#Miedo#Niño#Espiritu#Debilidad#Poder#Salvacion#Batman dark knight rises
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this is hilarious literally only to me but anyways watch
#context - in spanish tls batman epithet of -the dark knight- is translated as -el señor de la noche-#literally -lord of the night- (the dark knight would be el caballero oscuro which is whatever)#unrelated — reggaetonero don omar also has a song called el señor de la noche#it’s not about batman but the lyrics fit him really well#so recently ppl have been making memes about it being batmans theme song#Youtube
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Besos Robados (Parte 1) - Matías Recalt x Reader x Enzo Vogrincic
Pairing: Matías Recalt y Enzo Vogrincic
Advertencias: La parte de antes del sexo.
Notas: ¿Parte dos? Comenta!
Hacia unos días atrás, después de los Goyas, que se quedaron un par de compañeros a seguir festejando la cantidad de premios recibidos. Fueron a un after y siguieron con los tragos y la musica, en el reservado se oía mucho más floja, con la oportunidad de poder charlar aún con la música puesta.
Al ser veinteañeros, la mayoría, decidisteis jugar a la botella, como cuando eran adolescentes. Algunos prefirieron bailar o seguir tomando tragos, pero una minoría quiso jugar. Generalmente ya ibais un poco bebidos por lo que la sensación de lo prohibido vibraba en el aire. Por suerte no eras la única chica, sino que algunos habían traído a sus parejas.
La primer pareja que quiso jugar fue la de Matías y Malena. Tú los habías visto besándose por los rincones y riendo de bromas suyas y habías tenido curiosidad. No era un secreto que Matías era un chico guapo, y que según el beso en el set que os disteis, él como Canessa y tú como Laurita, besaba de lujo. Verlos tan pegados, disfrutando el uno del otro te hizo suspirar y pensar como sería si tu fueras su novia. Si te besara y te tocara de esa manera.
Tu vida amorosa era complicada, no podías tener a Matías por quien empezabas a sentir algo y también disfrutabas de tiempo a solas con Enzo. Había empezado tras el rodaje de la película, tú estabas soltera y para él estabas super buena y eras una compañía encantadora, y viceversa. Besaba como si siempre hubiera sabido besar. Era una sensación tan sobre-acogedora que no podías evitar terminar en la cama la mayoría de veces. Y no te quejabas de ello. Pero no era nada serio, simplemente erais amigos con derecho a roce.
La segunda pareja en ofrecerse fuisteis vosotros. También se unieron varios chicos y chicas más, solteras o con pareja. La botella empezó a rodar con la tirada de Malena, quién le toco con un chico al que no conocías. Seguidamente de silbidos y gritos, era tu turno. Así como giraba parecía que fueras a besarte con Blas, pero no fue así. La botella se paró entre Enzo y Matías. Malena te dijo que volvieras a tirar que eso no contaba. Lo volviste a hacer con un resultado totalmente idéntico. Agustín dijo que eligieras quién más te gustaba, guiñándote un ojo. Para él era fácil, solo miraba con su novia al lado.
Besaste a Enzo, casi por costumbre, pero no sin sentir la pasión y la lengua cariñosa de él. El beso era suave y dulce. Había tomado un trago con sirope y podías lamerlo en el interior de su boca. Un escalofrío te subió por la espalda. Quisiste agarrarlo y nunca soltarle. Pero eso era lo que te provocaba el alcohol, una facilidad para calentarte con cualquier roce. O simplemente era Enzo, que era lo más probable.
Matías bebió de su copa un poco enfurruñado. Al parecer, no era un secreto que el joven había puesto el ojo sobre ti, un secreto a voces incluso, menos para ti. Tú solo sabías de su relación abierta pero no querías inmiscuirte, por lo que decidiste besar a Enzo, por mucho que os hubieras besado previamente. Aún así, Matías sintió un deseo extraño: los dos increíblemente atractivos besándoos como si no hubiera un mañana de la forma más pasional que hubiera. Puede que quisiera algo de eso. Suspiró y miró a sus novia, ¿le importaría si sucediera algo así? Probablemente no.
Por como avanzaba la noche, sabías que ibas a irte a la habitación de hotel de Enzo. No os dejabais de mirar y no podías resistirte a sus encantos de caballero. Te susurraba al oído y te estremecías, te daba de beber de su trago, te besaba en el cuello cuando alguien le tocaba besarse con otra persona. La fiesta no tardó en terminar y con las limusinas os fuisteis todos al hotel reservado.
Nota: ¿Qué pasara? ¿Enzo y tú pasareis la noche juntos? ¿Se unirá Matías? Eso lo veremos en la parte dos, si es que os interesa. Comentad o dad me gusta y me lo haréis saber.
#lsdln#lsdln cast#la sociedad de la nieve#society of the snow#matias recalt x you#matias recalt x reader#matias recalt#enzo vogrincic x you#enzo vogrincic one shot#enzo vogrincic x reader#enzo vogrincic
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30/11
Para ti estrellita:
Hoy van 365 días desde que no estás, llevo contándolos todo este tiempo. No hay día en el que asumir tu pérdida sea fácil, no creo que lo haya nunca.
El universo me obligó a borrar las conversaciones, los audios y el registro de llamadas, pero al menos me dejó la música y las fotos, que es a lo que todavía me aferro. Me aferro a esa sonrisa un poco torcida y a la primera canción que compartimos.
A veces se me olvida que no estás, me despierto y mi cerebro me manda la orden de escribirte, y luego el golpe duele más. Porque quererte sigue siendo un tanto desgarrador y un tanto masoquista.
¿Sabes? Tu número está dado de baja, estoy segura que desde hace meses, pero antes de quedarme sin conversaciones todavía podía escribirte. El universo también me quitó eso. Y no es justo, porque ahora solo me quedan los poemas y las cartas.
La gente dice que debo pasar página, que ya está bien de llorarle a un fantasma, pero es que no saben lo que yo te quería y lo que me duele todo esto. No lo entienden y a veces siento que ni yo puedo hacerlo. Me hundo en un amor que me hace daño y en una pena interminable, no avanzo.
A veces, me asomo a la ventana y miro las estrellas. Allí estás tú, en la sonrisa de la luna creciente y en el brillo de la luna llena. Estás en las cordilleras de la izquierda y en el griterío de la derecha. Estás en las flores, en las espinas, en la tierra. Estás por todos lados y así, es imposible seguir.
El otro día recordé nuestro primer San Valentín: la llamada, las risas, la sorpresa, el que me descubrieras, la carta interminable, el amor. Luego pensé en el siguiente: la distancia, el tiempo, los enfados, los reproches, el amor innegable que seguía ahí. Al final, recordé el amor que siempre nos tuvimos y que nunca murió, ni siquiera ahora.
También estuve pensando en nuestras únicas navidades juntos, fuiste lo más bonito de aquel diciembre. Tu risa fue el mejor villancico y tu sonrisa la mejor iluminación, ni siquiera Caballero podía competir contra ti. Me gustaría volver a vivir esas noches interminables donde las anécdotas no tenían fin.
También pienso mucho en los sueños que teníamos, siguen siendo los más bonitos. Pienso en las metas que nos habíamos puesto, en las promesas que no cumplimos, en el amor otra vez. Nunca dejo de pensar en el amor.
Al final, supongo que me paso las horas, los días y los meses pensando en ti y todo eso que fuimos. En la vida que deberíamos tener y que no tenemos, en qué 2023 sin ti ha sido difícil, porque era nuestro año.
Ojalá sobrevivirte fuera más fácil o tuviera un manual de instrucciones, pero la pena es eterna y yo te voy a querer siempre niño estúpido. Ojalá te hubiera dicho una última vez lo tanto que te quería. Porque ahora solo son palabras susurradas al viento que no tienen respuesta.
Te echo de menos Andrés, siempre voy a hacerlo, pero espero que con los años sea menos difícil. Te quiero, en esta vida y en las que vendrán.
Descansa estrellita, yo seguiré luchando un poco más, gracias por ser mi Boulevard, Tu Weigel.
#citas#frases#katastrophal#luchi#notas#textos#pensamientos#cartas para mi#escritos de amor#tristeza#te echo de menos#30 de noviembre#aniversario#sin ti#dolor#perdida#te quiero#te extraño
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Holi! Como estas? Soy la que pidió el request de dark!Enzo y la lectora con vibes Audrey Hepburn. Si bien no está publicado quería pedirte un smut dentro de ese mismo universo en donde ellos duermen juntos por primera vez y medio que se cambian los roles por ejemplo la lectora saca su lado más sucio y obsceno (me la imagino diciendo "dale si chupame las tetas" "cogeme mas fuerte" "como me encanta ser tu putita") y el pobre enzo todo suave en plan 😯😲😳 porque ella ni siquiera dice malas palabras
Kinktober, Día 16: Degradation
El plan original consistía en una meticulosamente planeada tarde/noche de películas en tu hogar. Esperaste durante todo el día que las agujas del reloj marcaran las cinco para recibir a Enzo, que llegó puntual como siempre y cargando un ramo de tus flores favoritas.
Ignoraban que unas horas más tarde -mientras comentaban el final de Orgullo y Prejuicio antes del comienzo de Constantine- se desataría una tormenta que cambiaría el desenlace de la velada. El rugido de un trueno los sorprendió y cuando las luces parpadearon un escalofrío te recorrió.
Una vez finalizada la última película Enzo insistió en marcharse, argumentando que no quería molestarte más tiempo y que sólo era un poco de lluvia, pero sus intentos de ser un caballero llegaron a su fin cuando con voz firme le dijiste que no permitirías que se marchara en esas condiciones.
Regresó a tu habitación en silencio luego de tomar un baño y la imagen que lo recibió le cortó la respiración. Estabas sentada en tu cama, sin saber que por la posición tu ropa interior era visible, masajeando una crema en tus piernas; la delicada seda rosa de tu pijama caía sobre tu cuerpo y...
Tu voz sacude sus pensamientos. Vuelve a centrarse en el presente.
-¿Me abrazás?- preguntás tímidamente-. Tengo un poco de frío.
Enzo tiembla. No tiene que ver con la temperatura.
Gira sobre su costado, rodeando tu cintura con su brazo, procurando que sólo su pecho entre en contacto con tu espalda. Suspirás cuando su calor te invade y te dejás caer aún más hacia su cuerpo, moviéndote hasta que la distancia que los separa se ve reducida a átomos, pero cesás tus acciones abruptamente cuando lo sentís.
-Perdón.
-¿Por qué me pedís perdón?- preguntas luego de dejar salir una pequeña risa-. No es nada malo.
-No, pero se supone que sólo vamos a dormir, no quiero que pienses que...
-¿Que me querés coger?- completás. Estando de espaldas y en completa oscuridad no podés ver la expresión en su rostro, la manera en que separa los labios para dar paso a palabras mudas o sus pupilas dilatadas, por lo que su silencio te preocupa-. ¿No querés...?
-Quiero- besa tu hombro-, pero sólo si vos querés.
Es tu turno de voltear y justo cuando lo hacés un relámpago llena de luz la habitación. No es la primera vez que tenés el privilegio de ver el rostro de Enzo desprovisto de su usual maquillaje pero todavía te maravillás por el largo de sus pestañas, más notorias sin el delineado, así como por la manera en que el color de sus ojos destaca.
De nuevo en la penumbra tu mano encuentra su mejilla y tu pulgar se desliza con suavidad sobre su piel. Podés percibir la manera en que busca más contacto con tu palma, pero interrumpís tus caricias y arrastrás tus dedos por su cuerpo -sus labios, su mandíbula, su pecho- hasta finalmente tocar el elástico de su ropa interior.
-Obvio que quiero.
Deja que tu mano explore bajo su ropa: es pesado, grande, y ya está húmedo, pero no lográs concentrarte mucho en esos detalles porque cuando comenzás a tocarlo, con movimientos lentos y un poco de dificultad por su tamaño, el suspiro que escapa de sus labios es más un gemido.
Buscás su boca y corresponde el beso con desesperación, mordiendo y tirando de tus labios, pero explorando tu cuerpo tímidamente con su mano. El calor de su palma en tu cadera, tu cintura y cuando roza brevemente tu pecho comienza a hacer efecto entre tus piernas. La necesidad se vuelve imposible de ignorar.
Te separás de Enzo y cuando te reincorporás para encender la lámpara su mano termina entre tus muslos, sujetando tu pierna con firmeza, expresando sus deseos silenciosamente. Podés ver en sus ojos el momento en que reúne el valor necesario y luego sentís sus dedos colándose bajo el dobladillo del short.
Bajás la mirada y gemís.
Las venas que decoran su brazo y el dorso de su mano hacen que la imagen sea más erótica. Roza tu centro por sobre el algodón ya húmedo y cuando te mira en busca de consentimiento asentís, estúpida por el deseo, sin recordar que querías buscar el lubricante.
-Estás muy mojada- dice en voz baja, como si se sorprendiera, cuando sus dedos entran en contacto con tus pliegues-. Vos decime si querés que pare, ¿sí...?
-Sí.
Enzo intenta controlarse pero es difícil cuando la imagen frente a él resulta así de tentadora. La suavidad de tu piel bajo sus manos, la manera en que separaste las piernas sin que tuviera que pedirlo, el tirante de tu blusa cayendo sobre tu hombro, tus pezones duros marcándose en la tela, tu centro brillando con tu excitación cuando mueve aún más la delicada prenda.
Te ayuda a recostarte y en un movimiento que parece dominar retira sólo tu ropa interior. No te da tiempo de preguntar o bromear sobre su acción, rápidamente introduce su dedo medio y suspirás, tentada por la manera en que el dígito trabaja sobre tus músculos.
El brillo en tus ojos y tu mirada fija sobre sus movimientos sólo empeoran el estado de su erección y no sabe qué quiere primero: sentir tus manos otra vez, utilizar tu boca o enterrarse en vos. Opta por prepararte para lo último porque llegado el momento quiere que estés más que cómoda.
Enzo está entre tus piernas, observando tu centro y tu rostro, su erección sobresaliendo y goteando sobre el bóxer. La punta está de un intenso color rojo y de sólo pensar en tenerlo en tu interior tus paredes se contraen, succionando el dígito y haciéndolos gemir a ambos, su voz grave empeorando tu humedad y los sonidos que sus movimientos provocan.
-Más.
Obedece sin pensarlo y en cuanto desliza el segundo dedo gritás. Intenta consolarte jugando con tu clítoris, implorando tu perdón, pero no tiene idea de cuánto disfrutás sentir ese ardor que nace por la diferencia de tamaño entre sus dedos y los tuyos.
En cuanto sentís los primeros indicios de tu orgasmo lo detenés.
-¿Qué pasa? ¿Te lastimé?
Negás y cambiás de posiciones, obligándolo a recostarse para sentarte sobre él, liberando su miembro para guiarlo a tu entrada. Mientras recorrés tus pliegues con su glande -arde- él mira, como en un profundo trance, mordiéndose los labios y brindándote un poco de apoyo con sus manos en tu cadera.
Sentís la forma en que juega con tu pijama. Estás segura de que quiere arruinarlo.
-Necesitaba tu pija- respondés finalmente. Te dejás caer-. Dios...
Es sólo la mitad, notás en cuanto bajás la vista, pero la sensación de plenitud ya es increíble y amenaza con desbordarte. Tu entrada arde por lo súbito de la penetración y Enzo insiste con que tengas cuidado, te recuerda que no hay necesidad de ir rápido, pero vos negás mientras continuás esforzándote por tomarlo.
-Necesito que me cojas de una vez- explicás entre gemidos y sollozos de placer-. Cómo me encanta tu pija, Dios, no sabía que la tenías tan grande...
La obscena confesión hace que sus caderas se muevan casi que involuntariamente, con la fuerza suficiente como para terminar de enterrarse en tu cuerpo y haciéndote caer sobre su pecho por el impulso de su acción. Sus brazos rodean tu cuerpo en un gesto protector, aunque extremadamente posesivo, mientras espera unos minutos para que te acostumbres.
-Estás muy apretada- dice contra tu hombro-. ¿No necesitás que...?
-No- te reincorporás lo suficiente para poder ver su rostro-. Necesito que me cojas toda, Enzo, por favor. Quiero ser tuya.
Toma tu mentón con sus dedos.
-Sos mía.
-Pero...- te interrumpe el palpitar de su miembro y el lento movimiento con el que se desliza fuera de tu cuerpo, hasta que sólo su punta permanece en tu interior. Dejás caer tu frente en su hombro-. Quiero que me tengas como a una putita.
-¿Qué?
-Llename toda, dale.
El shock es menor -mucho menor, ínfimo en comparación- que la excitación por tus palabras. Intenta contenerse, no quiere hacer o decir nada que esté fuera de lugar, pero la desesperación en tu voz y la forma en que permitís que manipule tu cuerpo hacen que peligre su autocontrol.
No te quejás cuando te sujeta con más fuerza para volver a penetrarte, tampoco cuando sus dedos rozan tu otra entrada o cuando escuchás el característico sonido de tela rasgándose bajo sus manos. Enzo se pregunta qué tan lejos lo dejarías llegar.
Muerde tu hombro y aumenta el ritmo de sus embestidas. Escucha tus gritos, amortiguados por tu mano o por la almohada, por lo que tira de tu cabello para obligarte a abandonar tu escondite. Un hilo de saliva mancha tu mentón.
-Mirá cómo estás- dice con tono burlón-. Y recién empezamos...
El dolor en tu cuero cabelludo te hace llorar y las lágrimas que corren por tus mejillas parecen ser un incentivo. Sucede lo mismo con la colisión entre sus cuerpos, con el obsceno y repetitivo sonido húmedo que genera, con tus gemidos y gritos.
-Querés que te escuchen todos, ¿no?- pregunta. Cuando no respondés suelta bruscamente tu cabello y golpea tu mejilla-. Contestá.
-No...
Otro golpe. Esta vez más fuerte.
-Querés que todo el mundo sepa que sos una putita, ¿no?- acentúa sus palabras con estocadas que te roban el aliento-. Querés que sepan que tenés dueño.
-Sí, sí, sí.
-Decilo- ordena luego de tomarte por el cuello-. Decí que sos una putita. Mi putita.
Humedecés tus labios mientras intentás ignorar la sensación en tu abdomen bajo, causada por el constante roce de tu clítoris con su pelvis e indudablemente agravada por el maltrato, pero no lográs pronunciar palabra alguna. Sentís sus dedos presionando para privarte de oxígeno.
-Soy...- negás frenéticamente-. Voy a...
-No- cesa sus movimientos y cuando protestás utiliza su agarre en tu cuello para sacudirte-. ¿Qué pasa? ¿Ahora no podés hablar?
Es mucho, pensás, consciente de cuánto te gusta la situación. Enzo vuelve a golpear tu mejilla cuando permanecés en silencio y por la fuerza del impacto unos hilos de saliva brotan de tu boca. Sentís su miembro pulsando.
-¿Querés que te llene la conchita?- su pulgar juega con tu labio inferior antes de deslizarse dentro de tu boca y presionar sobre tu lengua. Asentís-. Entonces me vas a decir que sos mía, ¿no?
-Sí.
-Sí, ¿qué?
Tus palabras son incomprensibles:
-Soy tuya.
-¿Y qué sos?
Cerrás los ojos. Todo tu cuerpo arde.
-Una putita- contestás con tu boca ahora vacía-. Tu putita.
Buscás refugio en su cuello, intentando ocultar tu estado, pero estás convencida de que es inútil. Esto recién empieza.
#letters to enzo#deep in thought#deep answers#enzo vogrincic#enzo vogrincic smut#enzo vogrincic x reader#lsdln cast#lsdln smut#lsdln x reader#kinktober#kinktober 2024
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Short Dress (Cregan / Benjicot / Aegon)
Masterlist de mi autoría
¿Cómo reaccionarían los personajes al ver que su esposa crea un vestido que apenas roza sus rodillas?
En esas épocas y en ese lado del mundo, no era normal que una princesa o cualquier mujer de cuna noble usara vestimentas reveladoras. No era propio de una mujer de bien mostrar al mundo lo que solo le correspondía a su esposo en sus "momentos de intimidad".
Pero ese verano en Westeros fue más que insoportable, e incluso más en la capital.
Fue por eso que la joven princesa amante de las telas, modas y, aún más importante, de los vestidos, decidió crear una nueva tendencia, una donde la mujer pudiera usar vestimentas más acordes al clima.
Ya casi era hora de la cena cuando ____ llamó a su esposo a su taller, indicándole desde detrás de unos vestidores que tenía una sorpresa para él.
—¡Tará~! ¿Qué te parece, amor mío?—
Cregan: *no le agrada mucho la atención que recibiría la mujer por sus vestimentas, pero permitiría que ella sea libre de usar lo que quiera. De todas formas, el señor de la nieve era libre también... Libre de romperle la cara a cualquiera que se sobrepasara con su hermosa mujer*
cuando el lord de Winterfell vio a su mujer emerger de aquellos biombos usando un delicado vestido gris claro con flores bordadas, tardó algunos segundos en procesar todo. Los hombros estaban desnudos, tal cual le gustaba usarlos para lucir las pequitas en su piel. El corsé era hermoso, un trabajo de confección impecable -como cada trabajo de la mujer- y reconoció en la falda los tules que comerciaron con vendedores de Essos.
En otras circunstancias alabaría sin más el trabajo de su esposa, siempre lo hacía. Siempre eran una obra de arte. Pero en esta oportunidad, algo le impidió soltar sus halagos de siempre.
—... Pensé que ya estaba terminado, amada mia.—tomó la mano que ella le extendió, dándole una vuelta para ver la parte de atrás del corsé.
—Lo está, amor mío. Quería que fuera fresco y cómodo.—dio algunas vueltas emocionada, y las livianas telas ondearon con gracia—. Es una falda corta, sí. Pero por debajo se ponen unos pantaloncitos sueltos... Como tus calzones.—lo miró divertida.
—Esta precioso, corazón. Pero no puedes usarlo en la fiesta de hoy.—La sonrisa de la mujer se desvaneció un poco.
—Pero trabajé mucho en él... ¿Por qué no?—
—Ninguna otra mujer usa vestidos tan cortos, y no quiero ojos curiosos sobre tu cuerpo... los hombres te mirarán.—
—¿Y qué? ¿Tú no estarás ahí para velar por mi seguridad?—El ceño de Cregan aún estaba levemente fruncido.
—Aún así, corazón...—
—Lobito...—
Ah... Cregan amaba que le dijera lobito...
—En Winterfell me la paso haciendo capas y capas, y aún más capas... y vestidos de muchas capas... Por favor, aquí en King's Landing puedo tomarme la libertad de hacer algo diferente... ¿Podrías permitirme usarlo solo una vez?—el hombre suspiró, asintiendo finalmente.
—... Esperemos que la reina no se enoje si le rompo la cara a alguien.—
Esa noche, mientras Cregan bailaba en el gran salón con su esposa, una mano descarada se deslizó por los muslos de la mujer, quien enseguida sintió que su hermoso momento se había quebrado. Pero no.
Lo realmente quebrado fueron las manos de aquel caballero cuando Cregan descubrió quién fue.
—A la señora de Winterfell se la respeta, basura... Arrodíllate y pídele perdón.—
Aegon: *el rey usurpador no era para nada alguien celoso en ese aspecto. Sabía que su mujer era hermosa, y la presumía cuanto podía. Es por eso que en cuanto la vio en aquel hermoso vestido tan amarillo como el sol del verano con flores de todos los colores adornando su cintura y resaltando sus delgadas y largas piernas, sonrió como nunca*
—¿Crees que tu madre me permita usarlo?—
—¿A quién diablos le importa lo que diga esa mujer?��Aegon dejó un besito en los nudillos de la mujer, alzando su mano al cielo y con la otra indicándole que girara lentamente para observarla mejor. Sonrió al ver que aún se notaban marquitas en su cuello de la noche anterior. Había sido bastante salvaje—. El amarillo resalta de maravillas cada perfecta parte de ti, mi linda flor.—rodeó su cintura y se pegó a su espalda, dejando un besito en su hombro—. Lo usarás sin dudas en el baile.—
—¿seguro de que estará bien?—
—¿Por qué no lo estaría?—Aegon llevó sus manos a los muslos ajenos, subiendo poco a poco—. Mira, hasta facilitaría las cosas luego de la fiesta.—El hombre rió bajito en cuanto ella le dio un golpecito en las manos y lo alejó. Había subido demasiado por su piel.
—Tu madre ya me ha tratado de impresentable antes, no sé si quiero arriesgarme a que suceda otra vez... Solo lo usaré durante la cena, en el baile me pondré el dorado.—Aegon se quejó en voz alta, rodando los ojos enseguida.
—Tú eres MI reina, LA reina. Lo que Alicent diga ya no vale de una mierda... Y si yo quiero que tú te sientes en mi falda desnuda lo harás.—
—No es gracioso, no lo haría nunca.—
—No, para nada...—retrocedió enseguida al ver que a la mujer no le resultó gracioso—. Pero se entiende el punto ¿No?—Volvió a tomar sus manos, dejando un camino de besos en uno de sus brazos—. Usa tu vestido, éste o el que quieras... y el que se atreva a decir algo, perderá la cabeza.—
—Eso es demasiado por un vestido.—
—Nada que se refiera a ti es demasiado.— Aegon tomó sus mejillas, mirándola con una mezcla armoniosa de amor y deseo,—. Corto o largo, lo único que me importa de ese vestido es que al final del día yo sea el único que te despoje de él, esposa mia.—
Benjicot: *A benjicot no le gustaba nada. No podría soportar que ella lo usara en ningún lugar público. No es que le preocupe el "qué dirán" es solo que el poco autocontrol que tenía cuando se enojaba iba a terminar en medio Riverlands muerto. Quien sea que mirara a su esposa, perdería la cabeza. Y ____ era consciente de eso*
—¿Te gusta?—
Benjicot tensó la mandíbula al ver a su esposa usar aquel vestido rojo, con delicados patrones de ramas plateadas bordados a sus lados. Pequeñas gemas negras decoraban el pecho.
—Es... Maravilloso.—____ sonrió orgullosa, buscando las manos del chico y comenzando a bailar con una melodía inexistente—. ¿Por qué tan corto?—
—Porque hace un calor de los 7 infiernos ahora, y con este vestido, si me siento en la gran mesa, estaré fresquita y nadie lo verá por debajo.—
—¿Tanto detalle solo para usarlo en las reuniones?—
—A los aldeanos tal vez no les guste, no es normal.—
—... puedes usarlo cuando damos paseos juntos.—
El par seguía moviéndose suavemente de un lado al otro, sin apartarse la mirada mutua.
—Pensé que no te gustaría eso, puedo atraer miradas indeseadas.—
—Pues esas miradas indeseadas serán calladas cuando les arranque los ojos de la cara.—Ben rió bajito al sentir que ____ le hacía cosquillas en el cuello.
—Justo por eso creo que es mejor no mostrarlo a nadie que no seas tú.—
—... Tal vez tengas razón... Pero ahora que lo pienso, sí tendría utilidad en la gran mesa...—Benjicot dejó de bailar, atrapando el rostro ajeno con demanda—. Sería más fácil bajar a atenderte ¿No lo crees?—
—Que inapropiado. No le des fines lujuriosos a mi ropa tan cuidada.—
—¿Qué? No me digas que no lo has pensado.—
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Derritiendo los glaciares de su corazón | Simon Riley x Reader
¡Mi segundo escrito aquí! Estoy intentando descubrir como funciona la plataforma, sigo estando nerviosa y pronto tendré que hacer una publicación fijada con mis pequeños retazos.
Simon "Ghost" Riley x Reader
Please, listen "Say yes to Heaven" of Lana del Rey mientras lee esto para una mejor experiencia.
Los créditos se mostraban en la pantalla mientras quitabas la manta acolchada que te cubría, hacía unos minutos que la película había finalizado y como un gato perezoso, te estiraste en la cómoda cama en la que reposaba tu cuerpo, aun tratando de espabilar después del dulce sueño y las caricias compartidas por el hombre rubio del que no había rastro en la habitación.. Hacía frío, no era para menos el invierno los había arropado con una espesa capa de nieve y escarcha visible desde la ventana, donde se vislumbra el paisaje blanquecino pero ciertamente inspirador para una artista como tú.
Aunque, nunca fuiste buena pintando o esculpiendo en arcilla, tus dedos se hallaban demasiado ocupados trazando formas en el cristal de este, tarareando de manera vaga la melodía de fondo, disfrutando de la brisa congelada que refresca tus mejillas sonrojadas; porque los recuerdos de la noche anterior transitaban por tu conciencia, los besos apasionados, las mordidas traviesas, palabras sugerentes y el delicioso vaivén de caderas que impuso Simon cuando descubrió los espacios más íntimos de tu cuerpo, trazando cual cartógrafo la geografía en antiguos pergaminos, proclamándose noble conquistador de las tierras vírgenes entre tus piernas.
Cada suspiro robado en la boca de Simon se repetía en bucle en tu imaginación, dejándote embriagar por el terroso aroma a almizcle, avellanas y madera, había algo en la entereza de su ser que te hacía sentir en casa. Quizás tanto tiempo en soledad, viviendo en la monotonía de los días con las mismas palabras vacías y la rutina hueca te había hecho sentir extranjera en tu propio cuerpo, en tu propia vida, hasta que conociste al hombre de ojos cafés tormentosos.
Era una ocasión especial, llevabas un vestido fluido por insistencia de tu madre que te había convencido de salir al último festival organizado en la ciudad y lucir bonita para “pescar un buen hombre, porque el tiempo pasaba y no te hacías más joven”, sin embargo, la amargura en tu paladar al pensar en el amor y tus anteriores experiencias (aunque escasas, muy decepcionantes y terribles) se vieron empañadas en cuanto observaste a semejante semental que se encontraba sentado en un rincón oscuro del bar en el que estabas con tu hermana.
Ella, como era de costumbre, no se callaba y continuaba parloteando sobre el militar con el que estaba saliendo desde hacía semanas. Pero espabilaste en cuanto saliste de la ensoñación, dándote cuenta que su parloteo se había detenido hacía segundos y se levantaba repentinamente de la silla, corriendo como el huracán que era hacia la figura voluminosa de un hombre que llamó “John” con un tono tan enfermizamente dulce que en otro momento te hubiese provocado arcadas.
Al final conociste al misterioso hombre del que estaba enamorada tu hermana y también conociste a Simon Riley, a pesar de que al inicio se presentó con su indicativo “Ghost” con un tono seco y plano, anticipándote que no participaría mucho en la conversación. Sin embargo, al final de la noche lograste estar más cerca de ese cautivador espécimen que solía hacer bromas de papá, bebía cortos tragos de bourbon y te robaba el corazón con cada palabra que salía decorada por ese acento de Manchester.
Regresando al presente, te sentías flotando en una danza encantadora y delicada como las de antaño, donde el caballero sujetaba a una distancia prudencial tu anatomía al compás de la orquesta que entonaba el ritmo de la pieza. Como un violinista que conoce las cuerdas de su instrumento, el rubio había aprendido a tocar en los sitios indicados para conseguir ese dulce sonido de tus labios pintados de bermellón.
Aquel suceso permanece escrito en las páginas de tu memoria, garabateando corazones junto a sus nombres y anhelando esas varoniles manos sobre ti una vez más, generando una adicción a sus incandescentes sentimientos desmedidos, desprovistos de cualquier enajenación. Giraste sobre tus pies, dando vueltas como una ninfa de rostro soñador, la delgada camisa blanca de Simon cubría tu desnudez sin inmutarse por la baja temperatura hasta que percibiste esa fragancia casi afrodisíaca.
—Pensé que no querrías salir de la cama —murmuró el de orbes azules, sonaba divertido y maravillado por tu delicado semblante, aún cuando había pervertido tu mente con su excitación desenfrenada y te había devastado en su cama hacía unas cuantas horas.
—Está nevando y es precioso, quería ver la nieve caer —señalaste, sentándote sobre tus tobillos en el esponjoso colchón invitándole a que se acercara hacia donde estabas.
—Quizás, sigue sin ser más precioso que tú.
Antes de que pudieras contestar, te sujetó por la cintura y te subió a su regazo, reposando tu cuerpo en sus gruesos muslos, acariciando tramos de piel que iba revelando al subir la poca tela que lo separaba de tu cálido centro.
—Anhelo llenarte de los halagos que mereces... quiero devolverte esa alegría que provocas en mí —confesó, peinando los mechones sueltos que enmarcan tu rostro. Los mismos dedos que te habían llevado a las estrellas delineaban con delicadeza tus mejillas, hasta que el dedo pulgar reposó encima de tus labios, fascinado admirando la forma de tu arco de cupido.
—Creo que alguien ha estado leyendo a Jane Austen —dijiste más para ti misma, sin percatarse que Simon empezaba a desabrochar los pocos botones que cubrían tu modestia.
Nunca desvió sus profundos ojos marrones de tus reacciones, motivado por como mordiste tu labio inferior al observar los músculos cincelados y esos pectorales esculpidos por Miguel Ángel. Lo hacía con el objetivo de empujar tu deleite en ese armonioso espectáculo íntimo, develando la parte más sensual que poseía como individuo masculino.
En cuanto te apoyó en la cama, posicionándose sobre ti, apreciaste en silencio como iba enseñándote el sendero feliz cubierto por una delgada capa de vello y jadeaste en silencio, sintiendo el agradable calor de tu humedad cuando Simon se quitó el jogger gris que llevaba y sus torneadas piernas tocaron el colchón para subir hacia donde tus brazos lo llamaban. En cuanto estuvo más cerca, sentiste la dureza de su miembro contra la parte interna de tus muslos, mordiéndote el labio y moviendo las caderas para que pudiera sentir lo lista que estabas para recibirle.
Simon hizo descender sus dedos hacia tu centro resbaladizo, cubriendo sus dedos con la humedad acumulada en medio de tus muslos y llevándolos a su boca para probarlo mientras te miraba atentamente, provocando un gemido desesperado de tu parte. Para ese instante, el frío no era un inconveniente, puesto que apretaste los muslos al sentir como esa humedad crecía y descendía cálida, acción que no pasó desapercibida—. ¿Exaltada, mi dulce princesa?
—¿Qué crees? —dijiste, recostando tu fisionomía en la suavidad de las sábanas de tu amante. Querías repetir esa pecaminosa danza que se prolongó en la madrugada.
—¿No fue suficiente con lo de anoche? —cuestionó, una de sus cejas gruesas arqueadas y sus labios tirando de una sonrisa que prometía los placeres carnales.
Pero no te cohibiste como antes, la sumisión que habías mantenido se dispersó cuando lo besaste con todo el fuego que residía en tu pecho, presionando tus senos desnudos contra su pecho torneado y duro. Porque más allá de un derroche pasional y efímero, sus almas se conectaban en un plano espiritual que escribía con pluma dorada la leyenda de un amor inconmensurable, que por fin sería netamente feliz y perpetuo.
—Quiero que me hagas tuya, Simon.
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🦇Día Mundial de Batman larga vida a BATMAN!
🦇 23 de julio📅 celebramos el Día de Batman ‼️
El 23 de julio se celebra el "Batman Day" (Día de Batman). Es así desde 2014, cuando en la Comic-Con de San-Diego se celebraron los 75 años de la primera aparición en Detective Comics 27, acaecida el 30 de marzo de 1939. Hace 85 años.
#batman#the batman#BatmanDay#batmanday2024#❤️#DíadeBatman#el caballero de la noche#batman85#hombre murcielago#misuperheroefavoritobatman#happybatmanday#largavidaabatman#longlivethebat#nanananananananabatman#larga vida al murcielago#batman mi favorito#primer superheroe al salon de la fama de la comic con 👏👑#santos cumpleaños batman#el mejor superheroe de la vida batman#Día Mundial de Batman
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HAUNTED
Qimir × F!OC
Resumen: Un lazo invisible que los unía desde que eran padawans. Qimir era el verdadero significado de ser seducido por el laso oacuro. Un poder, secretos, deseo y su amor que parecía un hechizo inquebrantable.
Advertencias: Ninguna en realidad.
Especificaciones: PadawanJediQimir×PadawanJediOC.
Este fanfic será únicamente escrito en español y también será publicado en Ao3.
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Haunted en Ao3
Tumblr: Part 1 Part 2 Part3 Part4 Interlude
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Akemi Kyo fue encontrada por los jedi en un aquelarre de hermanas de la noche. Nunca supieron si era hija directa o había sido sustraída de su verdadera familia.
Al principio su entrenamiento como padawan estaba dando frutos y resultados esperados. De cierta forma era querida, sus ojos miel y cabello oscuro que contrastaba con su piel pálida eran características que nadie olvidaba. Sin embargo, una sola noche bastó para que todo se desmoronara.
Tenía 16 años y se estaba preparando para meditar en uno de los jardines del templo. Colocó en el suelo un pocillo alargado y circular que había hecho en su tiempo libre, sacó ramas secas que recolectó durante el día y finalmente dejó caer un fósforo para hacer fuego. No había nada detrás de esa pequeña costumbre, solo la ayudaba a meditar y controlar la llama. Se sentó en el suelo, pero sintió el impacto de una pequeña roca contra su cabeza. Giró rápidamente y no vio a nadie.
Llevaba días sin poder dormir, se convenció de que esa era la causa de empezar a sentir cosas que no eran reales. Hasta que nuevamente sintió el impacto, esta vez en su espalda. Entre la poca luz, por fin logró visualizar una figura humana a unos cuantos metros de ella.
Nunca olvidaría esa noche, una padawan de rango superior la atacó porque leyó sus archivos y descubrió las circunstancias en las que Akemi fue encontrada.
—¡Ya suéltame! —suplicó tratando de escapar del agarre que la otra ponía en sus brazos.
—Las brujas no deben estar en la Orden Jedi.
—¡Pero yo no lo soy!
Casi gritó del dolor cuando las uñas de la desconocida empezaron a clavarse en su piel por la fuerza del agarre.
—Las brujas como tú deben arder.
Con un movimiento rápido, la desconocida la tomó del cabello y cuello para acercar el rostro de Akemi al fuego.
—¡Basta! —gritó con tanta fuerza, que su garganta dolió.
De pronto todo se detuvo y quedó en silencio. El fuego se apagó de repente. Cuando Akemi abrió los ojos, se encontró con la desconocida suspendida en el aire, rodeada de una extraña neblina roja. Akemi se levantó del suelo y notó que aquella neblina emanaba de ella. Sus ojos se llenaron de lágrimas y miró su cuerpo aterrada y confundida. ¿Qué le estaba pasando? ¿Cómo lo detenía?
—Eso sí es fascinante —dijo una voz detrás suyo.
Cuando se giró, un padawan de su misma edad observaba la escena de cerca. Tampoco olvidaría ese cabello negro que le recordó a una noche sin estrellas y esos ojos pequeños pero llenos de brillo por lo que veía.
—¡Ayúdame! ¿Cómo detengo esto?
Antes de que el padawan pudiera responder, se escucharon pasos apresurados bajando las escaleras del jardín.
—¡Padawan, no se mueva!
Akemi no sabía para quién de los dos fue esa orden. Era la maestra Vernestra. Con eso, la joven se resigno a que estaría en graves problemas. De un momento a otro, sus piernas perdieron fuerza y su respiración se sentía cada vez más pesada. Lo último que recuerda es que cayó al suelo, mientras el padawan la miraba con intensidad.
°•°•°⋆✩⋆°•°•°
—Hasta que no encontremos el origen y la manera de controlar esa habilidad, no tendrás un maestro asignado.
Esas palabras le rompieron el corazón y confianza que tenía en sí misma. Lo único que deseaba era tener un maestro y ser guiada como todos los padawans antes de convertirse en Caballeros Jedi. Cuando la reunión terminó, salió corriendo al único lugar donde se sentía segura, su habitación. Se encerró y tan pronto como lo hizo, empezó a llorar de forma descontrolada, si alguien más la hubiera visto así, pensarían que se estaba volviendo loca.
No le importó que fuera de madrugada y otros padawans lograban oír su llanto del otro lado de las pareces. Necesitaba desahogarse.
Estuvo así por lo que pareció una eternidad. Ya solo estaba ella, pareciendo un bulto tembloroso, tumbada en su cama mirando la pared, abrazando sus piernas contra su pecho.
—¿Ya estás mejor?
El corazón casi sale de su pecho y su cuerpo salió disparado de la cama para ponerse de piel, tanto que se sintió mareada. Encendió la luz con la fuerza y se quedó fría.
El padawan de hace dos días estaba ahí.
—¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? —pregunto Akemi con los ojos muy abiertos por la sorpresa.
—Quería saber cómo estabas —respondió el joven—. Deberías tener más cuidado con tú habitación, ¿siempre la dejas abierta?
Akemi estaba avergonzada por su descuido. Siempre cerraba su habitación con código, pero su mente se sentía como una laguna por los acontecimientos recientes. El joven le dio una sonrisa rápida al notar que Akemi no estaba del todo con los pies en la tierra.
—Soy Qimir, padawan de la maestra Vernestra —se presentó.
No esperó a que la joven le extendiera la mano, Qimir la tomó y estrechó con tanto ánimo que sin querer la apretó demasiado.
—Y bien ¿Cómo estás? —preguntó mientras sonreía. Ese detalle terminó de irritar a la joven.
—¿Cómo estoy? Pues ¡¿tú cómo crees que voy a estar?! Me acaban de decir que no tendré un maestro y todo por culpa de una habilidad que ni siquiera sabía que tenía.
No supo en qué momento tomó su almohada y la lanzó del otro lado de la habitación. Qimir esquivó el objeto y eso lo hizo sonreír aún más.
—Bueno, es una lástima —dijo Qimir mientras se acercó a ella para acomodar uno de sus mechones de cabello detrás de la oreja—. Toda habilidad tiene un por qué y debe ser apreciada y perfeccionada.
—El consejo no lo ve así —respondió Akemi apartando la mirada—. Estaré desamparada hasta que busquen su origen y manera de controlarlo.
—Pero… podrías practicar.
—No puedo hacerlo, debo mantener esto oculto, no quiero ocasionar otro desastre.
Akemi se recostó en su cama hasta tener la espalda recargada contra la pared. Qimir solo se sentó en el borde
—Hagamos un trato —propuso Qimir—. Vas a practicar aquí, solo los dos. Nadie tendrá que enterarse.
—¿Sin un maestro que me guíe?
—Nos tendremos a nosotros, eso será más que suficiente.
Y ahí fue cuando Akemi le regaló la primera sonrisa. Un momento que Qimir guardaría por siempre en su alma.
☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆*:..
Las siguientes partes estarán próximamente disponibles ♡
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◈ Ámame, Secuéstrame y Quiéreme Más ◈
Yandere! OC Karma x Calculadora! Género Neutral! MC
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Sinopsis: Pones sangre, sudor y lágrimas en tu trabajo. Lo que no sabías es que tu admiradora secreta, Marka, también lo hace.
Advertencia de contenido: Yandere y literalmente cualquier cosa que vaya con ello, violencia, hipnosis (no en el lector), drogas (implicación), y sí habrá una Parte 2.
POR FAVOR APOYA A PALESTINA CON DINERO, O CON UN CLICK
Puntuaciones, talentos, personas.
ÉSTOS son los factores que clasifican el sistema educativo. Aunque no es inmaculado, cumple su propósito: enviar a personas vulnerables al mundo laboral y devorarlas enteras. Sus medios de vida, su tiempo y los minúsculos retazos de energía que les quedan dentro.
Pero hay algunos que nacen con ventajas, y otros que tienen que dejarse la piel para conseguirlo.
Yo, por desgracia, tengo lo segundo. Las cosas no vienen fáciles, ni instantáneas, ni perfectas. En realidad soy bastante ocioso, disfruto de la libertad de adquirir conocimientos y perspicacia. Conocimientos únicos, probados y comprobados que son fundamentales para la supervivencia.
Y así es como gestiono mis trasnochadas. Escuchando "Consejos para sobrevivir" con su presentador, McGregory Callahan.
En los años 60, era un oficial CWO-4 Navy Seal, un rango dado a unos pocos exclusivos. Y ahora que está retirado, comparte humildemente sus consejos con la comunidad, y presenta invitados de vez en cuando para mantener vivo el programa. Pero la mayoría prefiere escuchar su voz, algo con lo que estoy totalmente de acuerdo.
"Y así, damas y caballeros…" Su voz era suave y ronca. "Es hora de despedirse, amigos. Manténganse a salvo, y recuerden siempre…"
Me reí entre dientes, diciendo sus líneas finales con él.
"Vivir, no morir, e intentar sobrevivir. Gracias a todos".
Mientras la radio se apagaba, el sol derramaba sus rayos en mi ventana, como si el calor no fuera suficiente. Gemí, y mis ojos me llevaron a mi colección de cápsulas "despertadoras". Tentado y engañado, me deslicé hasta ellas y me metí otras dos o tres en la boca.
Refunfuñé. El arrepentimiento se filtró en mis venas, mi cuerpo mareado y tenso. Una vez más, me quedé despierto.
Y por supuesto, resultó ser un lunes por la mañana; donde tenía clase por la mañana.
"Pues fóllame suavemente con una motosierra". Empecé a llenar mi mochila con mis utensilios, papeleo, bocadillos. Nunca podría acostumbrarme a esta mierda. "Espero que nadie me cabree el resto del día".
◈
"La campana. Ugh, la maldita campana. Nunca he querido romper esa cosa en pedazos". Apenas podías distinguir a la multitud, más o menos. Ni siquiera la cara de tu mejor amigo.
"Espera. ¿Has tenido una noche dura… otra vez?" Heidi miró, sus ojos prácticamente brillaban de preocupación.
"Quizzássss..." Balbuceaste, dando pasos de bebé hacia tu asiento. "Menos mal que mi compañero de asiento es un chico tranquilo".
Hablando del diablo, Marka entró en la habitación, sus pisadas silenciosas mientras paseaba en tu dirección. Su sincronización fue impecable.
"Buenos días, Marka". Murmuraste, sin encontrarte con sus ojos. Además, no había ojos gracias a su flequillo.
"Je…" En respuesta, Marka esbozó una emocionante sonrisa, devolviéndote alegremente los buenos días. Cómo podía estar lleno de energía un lunes por la mañana, era un completo misterio para ti.
En realidad, mucho de él está rodeado de misterio. O más bien, en la sospecha.
Aparte del nombre raro, Marka era supuestamente del campo de Honduras, Tegucigalpa. Sus padres también eran hondureños, y él trabajaba como repartidor de pizzas, y se alojaba en el apartamento de un amigo para refugiarse, con el propósito de volver a estudiar tres veces para obtener un título. Aunque parte de esto es cierto, otra parte no cuadraba.
Por ejemplo, sus modismos. A veces decía "Puchica" , "Chero", "Chivo" - y cuando los busqué todos, el denominador común era El Salvador. Decía que sus padres venían de Honduras, así que ¿cómo podía ser cierto?
"[S/N]".
Entonces él, siendo el repartidor de pizza. No suele pedir pizza, pero nunca pensó que la pizza pudiera oler tan mal. Podías recordarle llegando corriendo a una de tus clases de la tarde, y en vez de oler a aceite y grasa, olía a hierba. ¿Qué coño…?
"Hola? [S/N]?."
Además, el hecho de que está rehaciendo el curso por tercera vez. Y sin embargo, en cada examen saca perfectamente una nota media. También termina antes que los demás, como si tuviera todo el tiempo del mundo.
Eso no es normal.
Aunque nunca te has enfrentado a Marka por esto, has preferido guardar silencio. Los tiempos son duros, y no estabas dispuesta a tender una mano cuando apenas podías ayudarte a ti misma.
Pero de NINGUNA MANERA te harías amigo de alguien tan sospechoso como él.
"[S/N]!!!" Heidi susurró, sacándote de tus pensamientos.
"[S/N], por favor contesta…" El Sr. Dimmy hizo una pausa, aclarándose la garganta. "En realidad. Pensándolo mejor, por favor, ven a verme después de clase. Gracias."
Me mordí el labio, dejándolo sangrar. Joder. Te has vuelto a despistar.
"Señor yo…"
"Sin peros, sin cocos".
Mientras te maldecías internamente, decidiste sacar tu libro de ventilación de la mochila, sólo para que el señor Dimmy te detuviera una vez más.
"[S/N]. ¿Puedes responder a la pregunta de la pizarra, por favor?"
Mierda, acabas de abrir tu bolso.
"Dame un momento…"
"[S/N]."
Apretando los puños, esbozaste una sonrisa de plástico. Era comprensible de dónde venía, ya que no quería que su alumno estrella soñara despierto por segunda vez.
"Culpa mía, señor. Espero hacerlo bien".
Mientras estabas ocupado resolviendo la ecuación, Marka decidió hacerte un favor y cerrar tu bolsa.
Para cuando volviste, Marka sonrió, esperando que saliera de ella un agradecimiento. Pero decidiste ignorar el amable gesto, continuando prestando atención a la pizarra. Ya tenías suficiente atención por hoy.
◈
Si había algo que le gustaba eran los relojes. Era agradable saber cómo pasaba el tiempo, si era rápido o anormalmente lento.
Y por supuesto, era lento.
"[S/N], esto ha ocurrido en múltiples ocasiones". El señor Dimmy se frotó las sienes, agotado de mantener la misma conversación con usted. "Nosotros, como personal, dejamos claro que puedes tomarte días libres".
"Lo siento mucho señor, pero no puedo hacer eso…"
"[S/N], basta de excusas. No estás durmiendo lo suficiente, y eso está afectando a tu concentración".
Puntuaciones, talentos, personas: NADA en esta conversación se aplicaba a eso. La amabilidad era un coñazo.
"Y por eso, voy a pedirle al decano que te suspenda personalmente. Una semana entera de suspensión".
Tuvo que morderse la lengua. ¿Por qué tienes que hacer el triple de trabajo?
"Señor. Estoy atrasado en lo que tengo que cubrir. Se lo ruego, por favor déjelo pasar."
"Pero [S/N], llevas tres semanas de adelanto. Tomarte una semana libre es suficiente ahora mismo. Créeme".
Miraste el reloj. Eran las 9:47, el minutero aproximadamente alcanzando el siguiente minuto.
"Si te veo el martes por la tarde, te acompañaré personalmente fuera. Eso es todo".
Frotándote los ojos, corriste hasta lo alto de las escaleras, antes de hacerte a la fuga. No podías creer lo que acababa de pasar.
"[S]-[S/N]…" Era Heidi.
"Heidi. He terminado por hoy, así que me voy a casa. Mándame un mensaje más tarde si tienes curiosidad". Sus demandas fueron rápidas y severas.
◈
"Risitas, tras risitas. Estos putos chuches no saben cuándo dejarlo, ¿verdad?".
"Markaaaa…" Resopló, sonando exactamente como él la llamaba: cerda. "Enséñame un poco de español, ¿no? ~ ❤️"
Marka negó con la cabeza, su cara mostraba claramente incomodidad.
"¡Vamos, queremos oírlo! A lo mejor podemos cagarla, ¿sabes?".
Maldito sea el cabrón de Rico. Nunca supo leer una habitación.
"He dicho que no". Marka se pasó los dedos por el flequillo, revelando la oscuridad que se arremolinaba en sus ojos. "Ahora aprended a ser buenos mierdecillas, estoy de mal humor".
Inmediatamente, todo el grupo se quedó completamente inmóvil. Antes de que pasaran unos segundos, gritos horripilantes escaparon de los labios de la gente. Algunos se congelaron de horror, sudando profusamente. Otros simplemente huyeron de Marka, mientras que algunos lucharon con él. Por suerte, gracias a su físico podía manejar a sus atacantes con bastante claridad.
"Ja…vergüenza…" Siguió golpeando a Rico con cada puñetazo, empezando a ver como la sangre le supuraba. Marka no pudo evitar sonreír con sádico regocijo. "Esta hipnosis siempre es pura suerte para mí".
Agarrando la pierna de uno de sus compañeros. Marka retorció, fracturó e incluso saltó sobre su pierna, lo que estaba perfectamente sincronizado con sus palabras".
"Joder. Joder. Joder. JODER. JODER". Marka maldijo en voz alta, gruñendo de frustración. Cada vez que pensaba en ti, la sensación no desaparecía. "Sólo quería hacer una buena obra. ¿Por qué? No. Ellos. Me. A mí".
Al oír el agudo grito del compañero, Marka lo apartó de un puntapié, dirigiéndose a tu taquilla. Estaba rodeada de un montón de cerraduras, todas ellas hechas personalmente por ti. Sabías ser eficiente y útil.
Lástima que Marka supiera forzar cerraduras demasiado bien.
"Ha pasado un tiempo desde mi último rechazo… así que veamos qué hay aquí ahora…". Con un tintineo, guió sus dedos a las primeras letras que hizo….sólo para encontrarlas….
Aplastado.
"…."
Ya debería estar acostumbrado a esto. El polvo, la suciedad, las arañas muertas. Después de conseguir por fin una taquilla nueva y fresca, era comprensible que limpiara el espacio.
Pero no lo hiciste. Decidiste hacer de tu vieja taquilla tu nueva bolsa de basura - incluyendo sus cartas de amor.
Su pulgar lleno de cicatrices aferró el sobre rosa, o la bola aplastada que era. Podía recordar la vez que tuvo que salir por negocios, perdiéndose la universidad durante una semana entera. Tuvo que permanecer agachado debido a un disparo, que le produjo una importante lesión en el hombro y en la mano izquierda. No le importaban las heridas debido a experiencias pasadas, pero estaba… deprimido. Marka no podía ver a nadie, ni estar en línea por si le descubrían. Fue una decisión que tanto él como José tomaron por su seguridad.
Y así, para saciar su soledad, te escribió. Aunque le dolía la mano izquierda, escribió. A pesar de que su cerebro le decía que parara por el dolor, escribió. Escribía porque sabía que tú le dabas la felicidad, la esperanza que necesitaba para este mundo. Sí, teníais defectos… pero el uno con el otro, los dos podíais curar las cicatrices del otro. ¿Verdad?
"….Ha…."
Sus manos temblaron con rabia silenciosa mientras gotas oscuras caían sobre el papel. Estoy seguro de que no sabías nada mejor, simplemente fue un malentendido. Sí, sí, fue un malentendido.
Era comprensible, ya que él no lo dejó claro. No coqueteó contigo, ya que no era lo tuyo. Supongo que las cartas tampoco lo eran.
Tal vez tendría que intentar algo… un poco más drástico.
"Necesito saber… ¿me quieren…? ¿No me quieren? Quizás…."
Apretando el papel contra su pecho, empezó a reírse para sus adentros. No, sonreía como un loco mientras miraba la taquilla que tenía delante, con la cara contorsionada en algo retorcido y grotesco.
"Tal vez sea hora de que haga una visita a tu casa, ¿eh? ❤️~."
NOTAS:
Cuche = Significa cerdo en el argot salvadoreño. sɪ ᴛɪᴇɴᴇs ᴀʟɢᴜɴᴀ ᴘʀᴇɢᴜɴᴛᴀ sᴏʙʀᴇ ᴋᴀʀᴍᴀ, ᴊᴏsᴇ́ ᴏ ʜᴇɪᴅɪ, ɴᴏ ᴅᴜᴅᴇs ᴇɴ ʀᴇᴠɪsᴀʀ ᴍɪ ʙᴀɴᴅᴇᴊᴀ ᴅᴇ ᴇɴᴛʀᴀᴅᴀ.
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¿Quién es Glen Powell?
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Uno de los actores que más hemos visto en la gran pantalla este año es el actor estadounidense Glen Powell, su trayectoria data de hace más de dos décadas y ahora, es una de las estrellas del momento ¿Conoces todo sobre Glen Powell? ¿Quién es Glen Powell? Nacido el 21 de octubre de 1988 en Austin, Texas; Glen Powell inició en la industria de la actuación cuando era pequeño, sólo que su primera…
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00_Juego de Tronos_Prólogo
—¿Por qué te detienes? —preguntó
—¿Por qué te detienes? —preguntó Ser Waymar.
—Mejor vamos a pie el resto del camino, mi señor. Está cerca, tras aquel risco.
Royce se detuvo un instante, mirando a lo lejos con gesto reflexivo. El viento frío soplaba entre los árboles. La larga capa de marta se agitó tras él como una cosa semiviva.
—Aquí falla algo —murmuró Gared.
—¿De verdad? —dijo el joven caballero con una sonrisa desdeñosa.
—¿No lo notáis? —preguntó Gared—. Escuchad la oscuridad.
Will sí lo notaba. Llevaba cuatro años en la Guardia de la Noche, y nunca había tenido tanto miedo.
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