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Marx, el comunismo y el decrecimiento
Por Daniel Tanuro, Jean-Marie Harribey
Fuentes: Viento sur
A propósito del nuevo libro de Kohei Saito ¡Menos! El decrecimiento es una filosofía
Daniel Tanuro
El libro es excelente y particularmente útil en cuatro cuestiones: la naturaleza de clase, fundamentalmente destructiva, de las fuerzas productivas capitalistas; la superioridad social y ecológica de las (llamadas) sociedades primitivas, sin clases; el debate sobre naturaleza y cultura con Bruno Latour y Jason Moore; en fin, el gran error de los aceleracionistas que se apoyan en Marx para negar la imperiosa necesidad de un decrecimiento. Estos cuatro aspectos tienen una gran importancia política hoy, no sólo para las y los marxistas preocupados por estar a la altura del desafío ecosocial planteado por la crisis sistémica del capitalismo, sino también para las y los activistas ecológicos. Este libro tiene las mismas cualidades que el precedente: erudito, bien construído y sutil y clarificador en la presentación de la evolución intelectual de Marx después de 1868. Por desgracia, tiene el mismo defecto: da por sentado lo que sólo es una hipótesis. Una vez más, Saito exagera al querer encontrar en Marx la perfecta anticipación teórica de los combates de hoy 1.
Al comienzo fue la “fractura metabólica”.
La primera parte de Marx en el Antropoceno profundiza en la exploración del concepto marxista de fractura metabólica 2. Saito sigue aquí la estela de John B. Foster y de Paul Burkett, que habían mostrado la inmensa importancia de esta noción 3 Saito enriquece el análisis al resaltar tres manifestaciones del fenómeno –perturbación de los procesos naturales, falla espacial, hiato entre las temporalidades de la naturaleza y del capital– a las que corresponden tres estrategias capitalistas de elusión –las pseudosoluciones tecnológicas, la deslocalización de las catástrofes a los países dominados y el aplazamiento de sus consecuencias a las futuras generaciones (p. 29 y ss.).
El capítulo 1 se ocupa en particular de la contribución al debate del marxista húngaro István Mészáros, que Saito considera decisivo en la reapropiación del concepto de metabolismo a finales del siglo XX. El capítulo 2 se centra en la responsabilidad de Engels al editar los Libros II y III del Capital, difundiendo una definición truncada de la fractura metabólica, sensiblemente distinta de la de Marx. Para Saito, este cambio, lejos de ser fortuito, traduciría una divergencia entre la visión ecológica de Engels –limitada al temor a las “revanchas de la naturaleza”– y la de Marx –centrada en la necesaria “gestión racional del metabolismo” por medio de la reducción del tiempo de trabajo. El capítulo 3, al tiempo que recuerda las ambigüedades de György Lukács, rinde homenaje a su visión del desarrollo histórico del metabolismo humano-naturaleza, como continuidad y a la vez como ruptura. Para Saito, esta dialéctica, inspirada en Hegel (“identidad entre la identidad y la no-identidad”) es indispensable para diferenciarse tanto del dualismo cartesiano –que exagera la discontinuidad entre naturaleza y sociedad– como del constructivismo social –que exagera la continuidad (la identidad) entre estos dos polos y por eso no puede “mostrar el carácter único de la forma capitalista de organizar el metabolismo humano con el entorno” (p. 91).
Dualismo, constructivismo y dialéctica
La segunda parte de la obra dirige una mirada muy (¿demasiado?) crítica sobre otras ecologías de inspiración marxista. Saito se desmarca de David Harvey, al que achaca una “sorprendente reacción negativa ante el giro ecológico en el marxismo”. De hecho, Marx en el Antropoceno incluye algunas citas sorprendentes del geógrafo estadounidense: Harvey parece convencido de “la capacidad del capital para transformar todo límite natural en barrera superable”; confiesa que “hablar de los límites y de la rareza ecológica (…) (le) pone tan nervioso políticamente como desconfiado teóricamente”; “las políticas socialistas basadas en la idea de una catástrofe ambiental inminente” serían para él “un signo de debilidad”. Neil Smith, geógrafo como Harvey, “mostraría la misma vacilación ante el ambientalismo”, que califica de “apocalipsismo”. Smith es conocido por su teoría de “la producción social de naturaleza”. Saito la rechaza ya que considera que incita a negar la existencia de la naturaleza como entidad autónoma, independiente de los humanos: lo deduce de la afirmación de Smith de que “la naturaleza no es nada si no es social” (p. 111). En general, Saito ataca las concepciones constructivistas planteando que “la naturaleza es una presunción objetiva de la producción”. No hay duda alguna de que esta visión era también la de Marx. El hecho incontestable de que la humanidad forma parte de la naturaleza no significa ni que todo lo que hace esté dictado por su naturaleza, ni que todo lo que la naturaleza hace esté construido por la sociedad.
Destrucción ecológica: ¿los “actores” o el beneficio?
En el marco de esta polémica, el autor dedica algunas páginas muy duras a Jason Moore. Admite que la noción de Capitaloceno “supone un avance respecto al concepto de producción social de naturaleza”, porque pone el acento en las interacciones humanidad/entorno. Pero reprocha a Moore agrupar a humanos y no humanos como actores que trabajan en red para producir un conjunto intrincado, “híbrido” según Bruno Latour. Es un tema importante. En efecto, Moore considera que distinguir una fractura metabólica dentro del conjunto-red es un contrasentido, el producto de una visión dualista. Ahora bien, la noción de metabolismo designa la manera como órganos distintos de un mismo organismo contribuyen específicamente al funcionamiento del todo. Es lo contrario del dualismo (como también del monismo) y se vuelve a la fórmula de Hegel: hay “identidad de la identidad y de la no-identidad”. Marx en el Anthropoceno ataca también las tesis de Moore por otro ángulo: el del trabajo. Para Moore, el capitalismo se mueve por la obsesión de la “Cheap Nature” (naturaleza barata), que según él engloba la fuerza de trabajo, la energía, los bienes alimentarios y las materias primas. Moore se reclama de Marx, pero está claro que su Cheap naturez escamotea el papel exclusivo del trabajo abstracto en la creación de plusvalor, así como el papel clave de la carrera por el plusvalor en la destrucción ecológica. Pero el valor no es un actor híbrido entre otros. Como dice Saito,es “puramente social” y por medio de él el capitalismo “domina los procesos metabólicos de la naturaleza” (pp. 121-122).
Está claro que la carrera por el beneficio agudiza la fractura metabólica, al exigir cada vez más energía, fuerza de trabajo, productos agrícolas y materias primas baratas. Evidentemente, de todos los recursos naturales que el capital transforma en mercancías, la fuerza de trabajo antrópica es la única capaz de crear un indice tan puramente antrópico como el valor abstracto. Como dice Saito: “precisamente porque la naturaleza existe independiente y previa a todas las categorías sociales, y sigue manteniendo su no-identidad con la lógica del valor, la maximización del beneficio produce una serie de discordancias en el seno del metabolismo natural”. Por consiguiente, la fractura no es una metáfora, como pretende Moore. “Existe efectivamente una fractura entre el metabolismo social de las mercancías y de la moneda, y el metabolismo universal de la naturaleza” (ibid). “No por dualismo cartesiano, Marx describía de manera dualista la fractura entre el metabolismo social y el metabolismo natural –así como la fractura entre el trabajo productivo y el trabajo improductivo. Lo hizo de forma consciente, porque las relaciones únicamente sociales del capitalismo ejercen un poder extranatural (alien power) en la realidad; un análisis crítico de esta potencia social requiere inevitablemente separar lo social y lo natural en tanto que ámbitos de investigación independientes y analizar después su encaje.” (p. 123)
Incomparable. No hay ninguna duda, una vez más, de que ésta era para Marx la visión del encaje de lo social en lo ambiental.
Aceleracionismo vs. anti-productivismo
El capítulo 5 polemiza con otra variedad de marxistas: los “aceleracionistas de izquierda”. Según estos autores, los desafíos ecológicos sólo pueden ser resueltos multiplicando el desarrollo tecnológico, la automación, etc. Esta estrategia, en su opinión, es conforme al proyecto marxiano: hay que derribar los obstáculos capitalistas al crecimiento de las fuerzas productivas para posibilitar una sociedad de la abundancia. Esta parte del libro es muy interesante porque clarifica la ruptura con el productivismo y el prometeísmo de los años de juventud. La ruptura no es probablemente tan neta como lo pretende Saito 4, pero hubo sin duda un giro. En El Manifiesto comunista, Marx y Engels explicaban que el proletariado debía “tomar el poder para arrancar poco a poco todo el capital a la burguesía, centralizar todos los medios de producción en manos del Estado y aumentar lo más rápido posible la cantidad de fuerzas productivas” 5. Llama la atención que la perspectiva de este texto es muy estatalista y que considera las fuerzas productivas como socialmente neutras; forman un conjunto de cosas que debe cambiar de manos (debe ser “arrancado poco a poco a la burguesía”) para crecer de forma cuantitativa.
Por tanto ¿tienen razón por tanto los aceleracionistas al apoyarse en Marx? No, porque Marx abandonó la concepción expuesta en el Manifiesto. Kohei Saito llama la atención sobre el hecho de que El Capital, su gran obra, ya no trata de las “fuerzas productivas” en general (ahistóricas), sino de fuerzas productivas históricamente determinadas: las fuerzas productivas capitalistas. El largo capítulo XII del Tomo I, Vol. 2 (“Maquinismo y gran industria”) desglosa los efectos destructivos de dichas fuerzas, tanto en el plano social como en el ambiental. Se podría añadir: no es fortuito que este capítulo acabe precisamente con la siguiente frase, digna de un manifiesto ecosocialista moderno: “La producción capitalista sólo desarrolla la técnica y la combinación del proceso de producción social agotando al mismo tiempo las dos fuentes de las que nace toda riqueza: la tierray el trabajador”. Ya no se trata de neutralidad de las tecnologías. El capital ya no es entendido como una cosa, sino como una relación social de explotación y de destrucción, que debe ser destruido (“negación de la negación”). Señalemos que Marx, después de la Commune de Paris, precisará que romper con el productivismo requiere también romper con el estatalismo.
Es sorprendente que Kohei Saito no recuerde la frase citada del Manifiesto, donde se exhorta al proletariado a tomar el poder para “aumentar lo más rápido posible la cantidad de fuerzas productivas”. Eso habría dado más relieve aún a su demostración del cambio ulterior. Pero poco importa: el hecho es que el giro es real y desemboca en el Libro III de El Capital en una magnífica perspectiva de revolución en permanencia, resueltamente anti-productivista y anti-tecnocrática:
La libertad en este terreno sólo puede consistir en que el hombre socializado, los productores asociados, regulen racionalmente ese metabolismo suyo con la naturaleza poniéndolo bajo su control colectivo, en vez de ser dominados por él como por un poder ciego; que lo lleven a cabo con el mínimo empleo de fuerzas y bajo las condiciones más dignas y adecuadas a su naturaleza humana (El Capital, T. 3, Vol. 8, p. 1044).
La evolución es clara. El paradigma de la emancipación humana ha cambiado: ya no consiste en el crecimiento de las fuerzas productivas sino en la gestión racional de los intercambios con la naturaleza y entre los seres humanos.
Subsunción formal y subsunción real del trabajo.
Las páginas más ricas de Marx en el Antropoceno son, en mi opinión, aquellas en que Saito muestra que el nuevo paradigma marxiano de la emancipación es resultado de un amplio esfuerzo de crítica de las formas sucesivas que el capital ha impuesto al trabajo. Aunque formando parte de los trabajos preparatorios de El Capital, esta crítica no se publicará hasta más tarde (Manuscritos económicos de 1861-1863). Su punto clave es la importante noción de subsunción del trabajo por el capital. Insistimos de paso: la subsunción es más que la sumisión: subsumir implica integrar lo que está sometido a quien lo somete. El capital subsume al trabajo asalariado puesto que integra la fuerza de trabajo como capital variable. Pero, para Marx, hay subsunción y subsunción: el paso de la manufactura al maquinismo y a la gran industria implica el paso de la “subsunción formal” a la “subsunción real”. La primera significa simplemente que el capital toma el control del proceso de trabajo que existía antes, sin aportar cambio ni en su organización ni en su carácter tecnológico. La segunda se instala a partir del momento en que el capital revoluciona completamente y sin parar el proceso de producción –no sólo en el plano tecnológico sino también en el plano de la cooperación–, es decir, de las relaciones productivas entre trabajadores y entre trabajadores y capitalistas. Se crea así un modo de producción específico, sin precedente, por entero adaptado a los imperativos de la acumulación del capital. Un modo en el cual, al contrario que en el precedente, “el mando del capitalista se vuelve indispensable para la realización del propio proceso de trabajo”. (p. 148).
Saito no es el primero en apuntar el carácter de clase de las tecnologías. Daniel Bensaïd destacaba la necesidad de que “las propias fuerzas productivas sean sometidas a un examen crítico” 6. Michaël Löwy defiende que no basta con destruir el aparato de Estado burgués –también el aparato productivo capitalista debe ser desmantelado 7. Pero hay que agradecer a Saito ceñirse lo más posible al texto de Marx para resumir las implicaciones en cascada de la subsunción real del trabajo: “aumenta considerablemente la dependencia de los trabajadores respecto del capital”; “las condiciones objetivas para que los trabajadores realicen sus capacidades les aparecen cada vez más como un poder extranjero, independiente”; “por el hecho de que el capital en tanto que trabajo objetivado –medios de producción– emplea trabajo vivo, la relación del sujeto y del objeto se invierte en el proceso de trabajo”; “al estar el trabajo encarnado en el capital, el papel del trabajador se reduce al de simple portador de la cosa reificada –los medios de preservar y valorizar el capital al lado de las máquinas– mientras que la cosa reificada adquiere la apariencia de la subjetividad, poder extranjero que controla el comportamiento y la voluntad de la persona”; “siendo el aumento de las fuerzas productivas posible sólo a iniciativa del capital y bajo su responsabilidad, las nuevas fuerzas productivas del trabajo social no aparecen como las fuerzas productivas de los mismos trabajadores,sino como las fuerzas productivas del capital”; “el trabajo vivo se convierte (así) en un poder del capital, cualquier desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo es un desarrollo de las fuerzas productivas del capital”. Se imponen dos conclusiones no productivistas y no tecnocráticas: 1°) “el desarrollo de las fuerzas productivas bajo el capitalismo no hace sino aumentar el poder exterior del capital,despojando a los trabajadores de sus competencias subjetivas, de su saber y de su visión, no abre automáticamente la posibilidad de un futuro radiante”; 2°) el concepto marxiano de fuerzas productivas es más amplio que el de fuerzas productivas capitalistas –incluye capacidades humanas tales como las competencias, la autonomía, la libertad y la independencia y por tanto es a la vez cuantitativo y cualitativo” (p. 149-150).
¿Qué materialismo histórico? ¿Qué abundancia?
Estos desarrollos llevan a Kohei Saito a preguntarse por el materialismo histórico. Es sabido que el Prefacio a la Crítica de la Economía Política contiene el único resumen que hizo Marx de su teoría. Dice:
En un determinado estadio de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo seno se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en obstáculos. Entonces se abre un período de revolución social 8.
Parece claro que Marx no podía adherirse literalmente a esta formulación –y aún menos a la del Manifiesto sobre el aumento cuantitativo de las fuerzas productivas– desde el momento en que su análisis le llevaba a concluir que el desarrollo de dichas fuerzas refuerza el dominio del capital y mutila la iniciativa de aquellos a quienes explota. Como dice Saito:
No se puede asumir que una revolución socialista pueda simplemente reemplazar las relaciones de producción por otras, una vez alcanzado un cierto nivel de fuerzas productivas. Puesto que las fuerzas productivas del capital engendradas por la subsunción real son materializadas y cristalizadas en el modo capitalista de producción, desaparecerían al mismo tiempo que el modo de producción.
Transferir la propiedad del capital al Estado no cambiaría el problema: al no cambiar las fuerzas productivas, 1°) las tareas de concepción deberían ser aseguradas por una “clase burocrática”, 2°) continuaría la destrucción ecológica. El autor concluye que “la subsunción real plantea un problema difícil de gestión socialista libre. La visión tradicional del materialismo histórico, sintetizada en el Prefacio, no da ninguna pista de solución” y “Marx no ha aportado una respuesta definitiva a estas cuestiones, ni siquiera en El Capital, de manera que debemos ir más allá.” (pp. 157-158).
“Ir más allá” es lo que se propone en la tercera parte de su obra, y lo que suscita más polémica. La cuestión de partida es sencilla: si la emancipación no pasa por el libre crecimiento de las fuerzas productivas, lo que Daniel Bensaid denominaba el “comodín de la abundancia” (op. cit.), ¿por dónde podría pasar? Por “la reducción de escala y la desaceleración de la producción”, responde Saito (p. 166). Para el autor, en resumen, la abundancia debe entenderse no como plétora de bienes materiales privados –según el modelo consumista y a la vez excluyente de la acumulación de mercancías accesibles únicamente para la demanda solvente– sino como profusion de riquezas sociales y naturales comunes. Sin ello, “la opción restante es el control burocrático de la producción social, que ocasionó el fracaso de la vía soviética” (p. 166).
Decrecimiento, economía estacionaria y transición
Marx en el Antropoceno aboga por tanto por un “comunismo decrecentista”, profundamente igualitario, centrado en la satisfacción de las necesidades reales. Según Saito, éste era el comunismo de las llamadas comunidades arcaicas, algunos de cuyos rasgos han subsistido mucho tiempo bajo formas más o menos degradadas en sistemas agrarios basados en la propiedad colectiva de la tierra, sobre todo en Rusia. Para el Marx de madurez, se trataba de mucho más que de supervivencias del pasado: estas comunidades muestran que después de haber “expropiado a los expropiadores”, la sociedad, para abolir toda dominación, deberá progresar hacia una forma más elevada de la comunidad arcaica. Me adhiero plenamente a esta perspectiva, pero con una precisión: Saito fuerza demasiado las cosas al pretender que “14 años de estudio serio de las ciencias naturales y de las sociedades precapitalistas” habrían llevado a Marx en 1881 a avanzar “su idea del comunismo decrecentista” (p. 242).Esta afirmación es excesiva. Tomada literalmente, no se basa en ningún documento conocido. Por ello, para, a pesar de todo, darle una pizca de plausibilidad (y aun en este caso:¡a condición de formularla como hipótesis, no como certidumbre!) Saito se ve obligado a recurrir a una sucesión de amalgamas: tiene que hacer como si la crítica radical de la acumulación capitalista por Marx fuese lo mismo que la economía estacionaria, como si las comunidades arcaicas fuesen estacionarias y como si la economía estacionaria fuese lo mismo que el decrecimiento. Hay mucho si, pasa por alto diferencias esenciales… y no nos hace avanzar en el debate sobre los retos del decrecimiento en el sentido en que se discute hoy entre anticapitalistas, es decir, en el sentido literal de la reducción de la producción impuesta objetivamente por el cambio climático. Veámoslo más de cerca.
Dejemos de lado el PIB y consideremos únicamente la producción material: una sociedad post-capitalista en un país muy pobre rompería con el crecimiento capitalista pero debería aumentar la producción durante un cierto período para poder responder a la enorme masa de necesidades reales insatisfechas; una economía estacionaria utilizaría cada año la misma cantidad de recursos naturales para producir la misma cantidad de valores de uso con las mismas fuerzas productivas; en cuanto a una economía decreciente, reduciría las extracciones y la producción. Poniendo un signo de igualdad entre estas dos formas, Kohei Saito mantiene una lamentable confusión. “Debería quedar claro ahora, escribe, que el socialismo promueve una transición social hacia una economía de decrecimiento” (p.242). Está muy mal formulado, porque el decrecimiento no es un proyecto de sociedad, sino justo una condición que pesa sobre la transición. Una “economía de decrecimiento”, como tal, no quiere decir nada. Algunas producciones deberían crecer y otras disminuir en el seno de una asignación global decreciente. Para ceñirse al diagnóstico científico sobre el cambio climático, hay que decir más o menos esto: planificar democráticamente un decrecimiento justo es el único medio de transitar racionalmente hacia el ecosocialismo. Dado que debe ser construído un nuevo sistema energético 100% renovable con la energía del sistema actual (que es en un 80% fósil, fuente por tanto de CO2), sólo caben en términos generales dos estrategias posibles para suprimir las emisiones: o reducir radicalmente el consumo final de energía (lo que implica producir y transportar globalmente menos) adoptando medidas anticapitalistas fuertes (contra el 10%, y sobre todo el 1% más rico); o apostar por la compensación carbono y el despliegue masivo en el futuro de hipotéticas tecnologías de captura-almacenamiento de carbono, de captura-utilización o de geoingeniería, esto es, por soluciones de aprendices de brujos que implican aún más desposesiones, desigualdades sociales y destrucciones ecológicas. Proponemos la expresión decrecimiento justocomo eje estratégico de los marxistas antiproductivistas de hoy. Hacer del decrecimiento un sinónimo de la economía estacionaria no es una opción porque equivale a reduci rel volumen de la alarma de incendio.
La comuna rural rusa, la revolución y la ecología
La perspectiva de un decrecimiento justo debe mucho al enorme trabajo pionero de Marx, pero no tiene sentido afirmar que él fue su creador, porque Marx nunca abogó explícitamente por una disminución neta de la producción. Para convertirlo en padre del ”comunismo decreciente”, Saito se basa casi exclusivamente en un texto famoso y de una importancia excepcional: la carta a Vera Zasulich 9. En 1881, la populista rusa había pedido a Marx, por correo, su opinión sobre la posibilidad de apoyarse en Rusia en la comuna campesina para construir directamente el socialismo sin pasar por el capitalismo. La traducción rusa de El Capital había desencadenado un debate sobre esta cuestión entre los opositores al zarismo. Marx redactó tres borradores de respuesta. Éstos confirman su ruptura profunda con la visión lineal del desarrollo histórico y, por tanto, también con la idea de que los países capitalistas más avanzados serían los más cercanos al socialismo. Al respecto, la última frase es clara como agua cristalina:
Si la revolución se hace en tiempo oportuno, si concentra todas sus fuerzas para asegurar el libre desarrollo de la comuna rural, ésta evolucionará pronto como un elemento regenerador de la sociedad rusa y como elemento de superioridad sobre los países subyugados por el régimen capitalista.
Para Saito, este texto significa que la degradación capitalista del entorno había conducido a Marx, después de 1868, a “abandonar su esquema de materialismo histórico anterior. No fue una tarea cómoda para él”, dice. “Su visión del mundo estaba en crisis. En este sentido, (sus) investigaciones intensivas de sus últimos años (sobre las ciencias naturales y sobre las sociedades precapitalistas, D.T.) eran un intento desesperado de reconsiderar y de reformular su concepción materialista de la historia a partir de una perspectiva enteramente nueva, derivada de una concepción radicalmente nueva de la sociedad alternativa” (p. 173). “Catorce años de investigaciones” habían llevado a Marx “a concluir que la sostenibilidad y la igualdad basadas en una economía estacionaria son la fuente de la capacidad (power) de resistencia al capitalismo”. Habría comprendido por tanto “la oportunidad de formular una nueva forma de regulación racional del metabolismo humano con la naturaleza en Europa occidental y en EstadosUnidos”: “la economía estacionaria y circular sin crecimiento económico, que antes había rechazado como estabilidad regresiva de las sociedades primitivas sin historia” (pp. 206-207).
¿Qué pensar de esta reconstrucción del itinerario del pensamiento marxista con salsa ecologista? La narrativa puede gustar mucho en algunos medios, es evidente. Pero, ¿por qué esperó Marx hasta 1881 para expresarse sobre esta cuestión clave? ¿Por qué lo hizo solamente a través de una carta? ¿Por qué esta carta requirió tres borradores sucesivos? Si de verdad había comenzado Marx a “revisar su esquema teórico en 1860 como consecuencia de la degradación ecológica” (p.204), y si de verdad el concepto de fractura metabólica había servido de “mediación» en sus esfuerzos de ruptura con el eurocentrismo y el productivismo” (p. 200), ¿cómo explicar que la superioridad ecológica de la comuna rural sólo se cite una vez en la respuesta a Zasulich? Last but not least: aunque no se puede excluir que la última frase de esta respuesta proyecte la visión de una economía post-capitalista estacionaria para Europa occidental y EstadosUnidos, no era el caso de Rusia; Marx insistía mucho en el hecho de que sólo beneficiándose del nivel de desarrollo de los países capitalistas desarrollados podría el socialismo en Rusia “asegurar el libre desarrollo de la comuna rural”. Al final, la intervención de Marx en el debate ruso parece desprenderse mucho más de su admiración por la superioridad de las relaciones sociales en las sociedades “arcaicas” 10 y de su compromiso militante en la internacionalización de la revolución que de la centralidad de la crisis ecológica y de la idea del “comunismo decrecentista”.
“Ofrecer algo positivo”
La afirmación categórica de que Marx habría inventado ese “comunismo decrecentista” para reparar la “fractura metabólica” es tan excesiva que habría que preguntarse por qué Kohei Saito la formula como conclusión de una obra que tiene cosas tan excelentes. La respuesta se da en las primeras páginas del capítulo 6. Ante la urgencia ecológica, el autor plantea la necesidad de una respuesta anticapitalista, considera que las interpretaciones productivistas del marxismo son “insostenibles”, constata que el materialismo histórico es “impopular hoy día” entre los ambientalistas y piensa que es una lástima (a pity), porque éstos tienen “un interés común en criticar el insaciable deseo de acumulación del capital, aunque sea a partir de puntos de vista diferentes” (p. 172). Para Saito, los trabajos que muestran que Marx se apartó de las concepciones lineales del progreso histórico, o que se interesó por la ecología, “no bastan para demostrar a los no marxistas que deben prestar atención hoy al interés de Marx por la ecología. Hay que “tener en cuenta tanto los problemas del eurocentrismo como del productivismo para que se vuelva convincente una interpretación completamente nueva del Marx de la madurez” (p. 199). “Los investigadores deben ofrecer sobre esto algo positivo”, “elaborar sobre su visión positiva de la sociedad post-capitalista” (p. 173). ¿Se trata por tanto de ofrecer de manera convincente esta interpretación “completamente nueva”, describiendo a un Marx que funda sucesivamente, y con algunos años de distancia, el “ecosocialismo” y después el “comunismo del decrecimiento”? Me parece más cercano a la verdad, y por tanto más convincente, considerar que Marx no era ni ecosocialista ni decrecentista, en el sentido contemporáneo de estos términos. Esto no quita nada al hecho de que su penetrante crítica del productivismo capitalista y su concepto de “fractura metabólica” son decisivos para comprender la urgente necesidad actual de un “decrecimiento justo”.
Querer hacer entrar a la fuerza el decrecimiento en el pensamiento de Marx resulta anacrónico. Además, tampoco es necesario. Ciertamente, no se puede defender el decrecimiento justo y mantener en paralelo la versión productivista cuantitativista del materialismo histórico. Por contra, el decrecimiento justo se integra sin dificultad en un materialismo histórico que considera las fuerzas productivas en sus dimensiones cuantitativas y cualitativas. En cualquier caso, no necesitamos el aval de Marx ni para admitir la necesidad de un decrecimiento justo, ni más en general para ampliar y profundizar su “crítica inacabada de la economía política”.
El problema de la apología
Hay que preguntarse por la utilidad de una crítica de las exageraciones de Saito. Se puede decir: lo esencial es que “(este) libro proporciona un alimento útil a los socialistas y a las y los activistas ambientales, independientemente de las opiniones (o del interés mismo de tener una opinión) sobre la cuestión de si Marx era de verdad un comunista decreciente o no” 11. Esto es lo esencial, en efecto, y hay que repetirlo: Marx en el Antropoceno es una obra excelente, sobre todo porque sus desarrollos sobre los cuatro puntos mencionados en la introducción de este artículo son de gran actualidad e importancia. Sin embargo, no hay que subestimar el debate sobre lo que Marx dijo o no porque se refiere a la metodología a emplear en la elaboración de las herramientas intelectuales necesarias para la lucha ecosocialista. Pero esta cuestión concierne también a las y los activistas no marxistas.
El método de Kohei Saito tiene un defecto: es apologético. Este rasgo ya era perceptible en El ecosocialismo de Marx: aunque el subtítulo de la obra señalaba la “crítica inacabada de la economía política”, el autor dedicaba paradójicamente todo un capítulo a hacer como si Marx, después de El Capital, hubiera desarrollado un proyecto ecosocialista completo. Marx en el Antropoceno sigue el mismo camino, pero de manera aún más clara. Tomadas en conjunto, las dos obras dan la impresión de que Marx, en los años 1870, habría acabado por considerar la perturbación del metabolismo humanidad-naturaleza como la contradicción central del capitalismo, que primero habría deducido un proyecto de crecimiento ecosocialista de las fuerzas productivas, que después habría abandonado, hacia 1880-81, para trazar una nueva vía: el “comunismo decrecentista”. He intentado mostrar que esta narración es muy cuestionable.
Uno de los problemas de la apología es sobreestimar mucho la importancia de los textos. Por ejemplo, Saito da una importancia desproporcionada a la modificación por Engels del pasaje de El Capital, Libro III, donde Marx habla de la “fractura metabólica”. La dominación de las interpretaciones productivistas del materialismo histórica durante el siglo XX no se explica sobre todo por esta modificación: deriva principalmente del reformismo de las grandes organizaciones y de la subsunción de proletariado por el capital. Luchar contra esta situación, articular las resistencias sociales para poner en crisis la ideología del progreso en el seno mismo del mundo del trabajo es hoy día la principal tarea estratégica de los ecosocialistas. Las respuestas hay que buscarlas en las luchas y en el análisis de las luchas, más que en los blocs de notas de Marx.
Y lo que es más fundamental, la apología tiende a flirtear con el dogmatismo. “Marx lo dijo” se convierte fácilmente en el mantra que impide ver y pensar como marxista sobre lo que Marx no dijo. Porque, evidentemente, no dijo todo. Si hay alguna lección metodológica a sacar de su monumental obra es que la crítica es fértil y el dogma es estéril. La capacidad del ecosocialismo para responder a los formidables desafíos de la catástrofe ecológica capitalista dependerá no sólo de su fidelidad sino también de su creatividad y su capacidad de romper, incluso con sus propias ideas anteriores, como hizo Marx cuando era necesario. No se trata sólo de pulir cuidadosamente la ecología de Marx, sino también y sobre todo de desarrollarla y radicalizarla.
Publicado en Actuel Marx, 2024 número 76. Reproducido con autorización del autor.. Traducción: viento sur
De la ecología a las luchas sociales y a la revolución: sobre el nuevo libro de Daniel Tanuro
El ingeniero agrónomo Daniel Tanuro, militante ecosocialista y miembro de la IVe Internacional, ha publicado este año Ecologie, luttes sociales et révolution (París, La Dispute, 2024). Es un libro de entrevistas realizadas por Alexis Cukier y Marine Garrisi, y prologado por Timothée Parrique. Autor ya de otros libros 12, Daniel Tanuro propone en éste una bien recibida síntesis sobre el estado de los conocimientos en materia de degradación ecológica, sobre todo en relación con el calentamiento climático, y también sobre la acción a llevar a cabo para superar el modelo de crecimiento capitalista que está en el origen de las múltiples crisis, o como indica el autor: lo que se sabe, lo que se puede hacer.
Lo que se sabe y explica Daniel Tanuro
Tanto los informes del IPCC sobre el clima como los del IPBES sobre la biodiversidad y los daños ecosistémicos no dejan lugar a dudas: vamos hacia la catástrofe, o según Daniel Tanuro al “cataclismo” (p. 25). El diagnóstico es indiscutible si “se considera simultáneamente nueve elementos interdependientes: la biodiversidad, la acidez de los océanos, la concentración atmosférica en partículas, la aparición de nuevas entidades químicas, los cambios de ocupación de los suelos, el estado de la capa de ozono estratosférico, los ciclos del carbono, nitrógenoy fósforo así como del agua” (p. 26) 13. De esta forma pueden definirse “zonas fronterizas” (p. 27) que no se deben traspasar.
En la discusión que opone a algunos expertos, ecomarxistas o no, sobre los orígenes del cambio de era provocado por las actividades humanas, Daniel Tanuro es tajante: para designar un cambio de era geológica, “hay que aplicar los criterios de los geólogos (…) que proporcionan una base sólida para situar el comienzo del Antropoceno después de la Segunda Guerra Mundial” (p. 30): nivel de los océanos, declive brutal de la biodiversidad, nuevas entidades químicas en las rocas. Aunque haya premisas antes de 1950, para el autor se trata de designar la “gran aceleración” producida después de esa fecha (p. 31). En esta cuestión Daniel Tanuro se aleja de otros teóricos marxistas con tendencia a preferir el concepto de capitaloceno al de antropoceno. Pero la distancia no es muy grande porque como Daniel Tanuro precisa: “el cambio ocurre en los años 1950 como resultado de un siglo y medio de acumulación capitalista” (p. 32, énfasis mío): “Hay que oponerse a los intentos de utilizar el Antropoceno contra la historia, como dice con toda razón Andreas Malm. Estos intentos escamotean los determinantes sociales, los disuelven en las leyes de la natualeza. Se borra así la historia, en particular el capitalismo, el colonialismoy el patriarcado.” (p. 33)
En cambio, Daniel Tanuro se separa claramente de Jason Moore, que se inserta en la corriente de Bruno Latour, recusando toda especificidad a la humanidad con respecto a la naturaleza y quitando toda significación al capitalismo (p. 34) 14.
Siguen varias páginas muy interesantes sobre la metodología utilizada para elaborar los informes en el seno del IPCC, cuyo contenido está mediatizado por la síntesis de intenciones de los responsables. Esto es siempre el fruto de un compromiso: por ejemplo, en el VIº informe de 2023, se pusieron en el mismo plano las energías renovables, las fósiles con captura-almacenamiento de carbono y las tecnologías para retirar carbono de la atmósfera (p. 40). ¿Dónde está el problema? Daniel Tanuro explica que el “cero emisiones netas” para responder a los objetivos del Acuerdo de París sería compatible, en el espíritu de los defensores de las energías fósiles, con continuar su utilización gracias a los progresos técnicos (p. 41).
Así se perfila el proyecto del autor: “El consenso pro-crecimiento y pro-capitalismo verde ya no es lo que era.” (p. 44). El crecimiento capitalista ya no es posible porque “esta producción requiere más energías fósiles, y por tanto más emisiones, que hay que reducir satisfaciendo las necesidades básicas, en la justicia social.” (p. 45) El autor da forma a la convergencia entre marxistas et decrecentistas, en favor de la cual argumenta también su prologuista Timothée Parrique 15.
Esta primera parte dedicada a los conocimientos sobre la situación ecológica permite a Daniel Tanuro mostrar la importancia de los saberes populares, porque los saberes científicos pueden estar impregnados de ideología. Por ejemplo, el destino de la Isla de Pascua está siendo hoy reconsiderado. La tesis de Diamond del ecocidio, que sería “el resultado combinado de la sobrepoblación y de la locura de grandeza de jefes tiránicos y crueles” (p. 48), resulta ser falsa: la desaparición del bosque se debió a las ratas llegadas con los polinesios. Daniel Tanuro deduce de ello que el modo de producción capitalista impide que “el trabajo social constituya una mediación simple, transparente entre la colectividad humana y el resto de la naturaleza. (…) Al apropiarse del trabajo, desmenuzándolo y sometiéndolo a su lógica absurda, el capitalismo desconecta esta inteligencia de su objeto principal” (p. 54).
Lo que se puede hacer y propone Daniel Tanuro
Progresivamente, Daniel Tanuro se coloca en el campo de la epistemología que le llevará a una estrategia anticapitalista:
La critica marxiana de la economía política es absolutamente indispensable para la comprensión de la catástrofe. Todas las corrientes de la ecología política coinciden en decir que esta catástrofe es el resultado del crecimiento, de la acumulación. Es exacto. ¿Pero de dónde viene el crecimiento? That’s the question. Para Bruno Latour y sus partidarios, el crecimiento deriva de que los modernos, a partir de la Ilustración, han creado un dualismo entre naturaleza y cultura. Sobre esta base, dicen, la sociedad ha creído poder crecer sin límites y reemplazar a este mundo por otro, como si fuera posible el paraíso en la tierra. Para Latour, debemos abandonar esta ilusión, renunciar a que haya un capitalismo que combatir, comprender que todos somos Terrestres. El eje del conflicto político, en su opinión, separa a los NoTerrestres de los Terrestres (…). Al contrario de esta visión idealista –tanto en el sentido filosófico como en el sentido común del término–, Marx, desde la primera sección de El Capital, ofrece una explicación materialista de la naturaleza crecentista”del sistema. El capital no es una cosa sino una relación social de explotación del trabajo asalariado (p. 63-64).
Daniel Tanuro es prudente: “Marx no era un ecosocialista avant la lettre […], pero su análisis del capital permite comprender la destrucción del entorno como un problema social, de origen social y que exige una respuesta social” (p. 65). Es más comedido que Kohei Saito[16], aunque al igual que este último afirma que
la lógica doblemente destructiva sólo puede ser rota sustituyendo la producción de valor abstracto por la producción de valores de uso para satisfacer las necesidades reales y democráticamente determinadas (…). La crítica científica que hizo Marx del modo de producción capitalista evita algunos patinazos reaccionarios, al articular dos niveles encajados entre sí: de una parte, Homo sapiens participa del metabolismo de la naturaleza; de otra, este metabolismo toma formas históricas quo no son naturales sino sociales (p. 65-67).
Un poco más adelante, Daniel Tanuro precisa:
Marx no era decrecentista, como tampoco era ecosocialista. Denunció la acumulación capitalista, evidentemente, pero no defendió la necesidad de producir menos para gestionar racionalmente el metabolismo humanidad/naturaleza. Pero éste es, hoy día, el sentido del decrecimiento: hay que reducir imperativamente la producción material global para detener la catástrofe. Es una obligación ecológica relativamente reciente. El concepto marxiano de fractura metabólica ayuda a comprenderlo, pero es anacrónico querer hacer entrar a la fuerza el decrecimiento en el pensamiento de Marx” (p. 73).
Daniel Tanuro explica por qué el capitalismo verde, el crecimiento verde, el “greenwashing sistémico” (p. 86), la geoingeniería son vías sin salida. Causan como efecto rebote el saqueo neocolonial de los recursos y las rivalidades interimperialistas, en un contexto en el que no se puede excluir un escenario ecofascista, aunque sea improbable a corto plazo.
El autor concede un lugar determinante a las luchas sociales ancladas en la ecología para construir alternativas. De nuevo condena la pretensión latouriana de superar la división izquierda-derecha, que lleva a negar la lucha de clases. Pero tiene cuidado en decir que el mundo del trabajo debe “romper con la estrategia sindical tradicional del reparto de los frutos del crecimiento que encierra las reivindicaciones de los trabajadores y trabajadoras en un marco productivista y tapona toda perspectiva política” (p. 109).
Para armar una buena estrategia con el fin de “apartar al movimiento obrero del productivismo” (p. 115), Daniel Tanuro observa “tres puntos débiles de la dominación capitalista”. “El primero es la incapacidad del capital para resolver, o incluso atenuar, la crisis que él mismo ha creado. Para decirlo sencillamente, el capital va bien, pero el capitalismo va mal.” (p. 113). La segunda es la amplitud de la regresión causada por las políticas neoliberales” (p. 113), cuyo signo es la debilidad de las ganancias de productividad del trabajo a pesar de la revolución técnica. El tercer punto débil es “una crisis de legitimidad extremadamente profunda de los regímenes políticos y del sistema socio-económico” (p. 114). De ello extrae lo que llama un “hilo rojo de una ruptura obrera con el productivismo”: aplicar a todos los sectores de la reproducción social los “cuidados” (p. 117) de las feministas.
Desde el punto de vista antropológico, transhistórico, ¿qué es el trabajo sino una manera de cuidar la vida? En última instancia, el capitalismo es contrario a la naturaleza humana porque sólo cuida el beneficio, desarticula el trabajo para alcanzar sus fines, y desquicia nuestro metabolismo con el resto de la naturaleza (p. 130).
En concreto,
¿cuál es la clave de la situación objetiva? La imposibilidad de detener la catástrofe climática sin disminuir radicalmente el consumo final de energía a nivel global, y por tanto la transformación y el transporte de las materias. Las condiciones de existencia de más de tres mil millones de seres humanos dependen de un decrecimiento justo, es decir, de un decrecimiento capitalista que ataque esencialmente al 1% más rico a nivel planetario (p. 140-141).
Aunque estoy de acuerdo con la consigna de “ralentizar” (p. 141) –que durante mucho tiempo he opuesto a algunos teóricos del decrecimiento para pensar la fase de transición– y también que “la cuestión no es ¿sí o no al decrecimiento?” sino más bien: “El decrecimiento de qué, dónde, por qué, para quién, cómo… y quién decide?”» (p. 141), lo que he resumido con la noción de decrecimiento selectivo, dudo mucho de que limitarlo sólo al 1% más rico sea suficiente. El modo de vida ostentoso, derrochador y depredador afecta a una capa más extensa que ese solo 1%. Sin duda, habrá que cuestionar el modo de vida de al menos la fracción del 10% más rico 16.
El libro de Daniel Tanuro ofrece un panorama completo de los principales temas para pensar más allá del capitalismo y de su corolario, el crecimiento económico. Escrito en un lenguaje sencillo pero preciso, permite clarificar los conceptos que se debaten en el seno de la ecología política y en el seno del ecomarxismo, cuando se piensa en una convergencia entre una y otro. Como escribe al final de su libro: “Ante la amenaza de una nueva inmersión en la barbarie, no tenemos otra opción que la esperanza. No tenemos otra opción que luchar por un programa rojo y verde, un programa que responda a las necesidades fundamentales de las clases populares tendiendo un puente hacia la transformación revolucionaria de la sociedad. La dificultad es enorme, pero no hay otra vía. No hay fatalidad en ver a la catástrofe convertirse en cataclismo.” (p. 154) El mensaje no tiene pues nada de pesimista; es realista.
Artículo publicado originalmente en el blog de Jean-Marie Harribey, “L’économie par terre ou sur terre?”, con fecha del 13/10/2024.
Texto original: Al’Encontre. Traducción: viento sur
Notas:
1. Ver mi artículo en viento sur “¿Era Marx ecosocialista?”
2. “Con la preponderancia incesantemente creciente de la población urbana, acumulada en grandes centros por la producción capitalista, ésta por una parte acumula la fuerza motriz histórica de la sociedad, y por otra perturba el metabolismo entre el hombre y la tierra, esto es, el retorno al suelo de aquellos elementos constitutivos del mismo que han sido consumidos por el hombre bajo la forma de alimentos y vestimenta, retorno que es condición natural eterna de la fertilidad permanente del suelo” (El Capital, T 1, Vol. 2, p. 611)
3. Leer en particular Paul Burkett, Marx and Nature. A Red and Green Perspective. Palgrave Macmillan, 1999. John Bellamy Foster, Marx’s Ecology. Materialism and Nature, Monthly Review Press, 2000 [La ecología de Marx, El viejo topo, 2000.
4. Ya en La Ideología alemana (1845-46) se puede leer: “llega un estadio en el desarrollo en que nacen fuerzas productivas y medios de circulación (…) que ya no son fuerzas productivas sino fuerzas destructivas (el maquinismoy el dinero)”. Karl Marx y Friedrich Engels, La Ideología alemana, Grijalbo, 1970.
5. Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto del Partido comunista.
6. Daniel Bensaïd, «Introducción crítica a Introducción al marxismo» de Ernest Mandel, 2e edición, ed. Formación Lesoil, en línea en contretemps.eu
7. Michael Löwy, Ecosocialisme. L’alternative radicale à la catastrophe écologique capitaliste, Mille et une nuits, 2011, p. 39.
8. Marx-Engels, Œuvres choisies, Tomo 1, p. 525
9. Marx y Engels, Œuvres choisies, op. cit. tomo 3, p. 156
10. Una opinión compartida por Engels: cf. en particular su admiración por los zulús frente a los ingleses, en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.
11. Diana O’Dwyer, “Was Marx a Degrowth Communist”, https://rupture.ie
12. En particular L’impossible capitalisme vert (El imposible capitalismo verde, viento sur y La oveja roja, 2011), Les empêcheurs de penser en rond, La Découverte, 2012; Trop tard pour être pessimistes, Écosocialisme ou effondrement, (¡Demasiado tarde para ser pesimistas!, Sylone y viento sur, 2020).
13. Estos nueve ámbitos han sido definidos por Johan Rockström and Mathias Klum, Big World, Small Planet, Abundance within Planetary Boundaries, Yale University Press, 2015. Retomados por Kate Raworth, La théorie du donut, L’économie de demain en 7 principes, 2017, Paris, J’ai lu, 2021; y “La théorie du donut: une nouvelle économie est possibl”, Oxfam, 7 de diciembre ee 2020. El esquema del dónut define el espacio de sostenibilidad entre el “techo ecológico” y el “suelo social”.
14. Ver mi artículo «La ecología-mundo de Jason Moore desde el punto de vista del valor«
15. Lo mismo en el libro que publicó Timothée Parrique, Ralentir ou périr, L’économie de la décroissance, Paris, Seuil, 2022. Aquí, en su prólogo a Daniel Tanuro “La décroissance comme transition, l’écosocialisme comme destination”, cita en notas la respuesta a la reseña que había hecho de su libro. Aunque el lector no conozca el contenido de estas observaciones, tanto positivas (comenzaba por decir que era un libro que había que leer) como críticas, en particular sobre lo que es el capitalismo y la búsqueda del beneficio, sustituidos por el pretendido “barómetro” del PIB, en lugar de la tasa de ganancia. Al final de mi texto, se puede encontrar el link con la respuesta de T. Parrique. Referenciar convenientemente las fases de une discusión forma parte de su autenticidad y también de su elegancia…
16. Ver un ensayo de formalización de una reducción drástica de las desigualdades de ingreso sen una perspectiva social y ecológica: «Réduction des inégalités pour que les retraites soient soutenables socialement et écologiquement», 28 de enero de 2023.
Fuente: https://vientosur.info/marx-el-comunismo-y-el-decrecimiento/
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Todos somos cómplices
Los republicanos, Richard Nixon con la apertura a China en los años 1970 y Ronald Reagan con la deslocalización a México en los años 1980, pusieron en el mercado cantidades de productos a precios inferiores a los de antes. Esto se presentó como un regalo al poder adquisitivo. Esto significaba que la gente disponía de más dinero. Los propietarios aumentaron entonces los alquileres y los precios de los inmuebles. En 1980, el alquiler medio ajustado a la inflación de un hogar estadounidense era de 243 dólares. En 1985, era de 432 dólares. En 2022, había subido a 1.388 dólares.
How Much the Middle Class Paid for Rent in the 1980s Compared to Now – Go Banking Rates: https://www.gobankingrates.com/money/economy/how-much-middle-class-paid-for-rent-in-1980s-vs-now/
New Data Show Just How Much Mortgage, Rent Payments Have Outpaced Income Growth; Some Cities Remain Affordable – CU today: https://www.cutoday.info/Fresh-Today/New-Data-Show-Just-How-Much-Mortgage-Rent-Payments-Have-Outpaced-Income-Growth-Some-Cities-Remain-Affordable
Las mejoras del poder adquisitivo fueron absorbidas por el coste de la vivienda. Ya no había vuelta atrás, y ya no era posible subir el precio de los bienes de consumo.
Tras el 11 de septiembre de 2001, los partidos de derechas de G.W. Busch explotaron el miedo a la identidad para restringir la inmigración legal a Estados Unidos. Presentaron a los extranjeros como una amenaza, como terroristas. Al mismo tiempo, redujeron considerablemente los recursos de sus inspectores de trabajo. Esto ha provocado una explosión de mano de obra inmigrante ilegal mal pagada, especialmente en las granjas. Ha provocado una caída del precio de la comida de la población. Una vez más, ha provocado un rápido aumento del coste de la vivienda, así como de los gastos de educación y enfermedad.
Size of U.S. Unauthorized Immigrant Workforce Stable After the Great Recession – Pew Research center: https://www.pewresearch.org/race-and-ethnicity/2016/11/03/size-of-u-s-unauthorized-immigrant-workforce-stable-after-the-great-recession/
La política de precios bajos ha convertido a gran parte de la población en cómplice de la explotación de inmigrantes ilegales o trabajadores baratos en el extranjero. Las personas ya no pueden permitirse comprar alimentos o bienes producidos al precio justo porque ya no pueden pagar su vivienda, educación y sanidad. Las pequeñas empresas ya no pueden prescindir de la mano de obra ilegal. No pueden contratar a personas legales al precio adecuado, así que los inmigrantes les quitan el trabajo. Si hoy se aplicara la ley, todas estas pequeñas empresas quebrarían. Esto convierte a toda la población en cómplice de la explotación humana.
Un candidato que va a luchar contra la inmigración legal y a reducir los controles está poniendo más trabajadores ilegales en el mercado. Cuanto más dura sea la política de inmigración, más barato será el trabajo ilegal.
Para cambiar esta situación, la vivienda, la enfermedad y la educación no pueden seguir dejándose a las simples leyes del mercado. Hay que controlar los precios para que el poder adquisitivo de los ciudadanos les permita comprar bienes de consumo al precio justo, bienes que respeten a los trabajadores, el medio ambiente y el bienestar de los animales. Ahora mismo, la gente no puede pagar el precio justo.
The global challenges of labour inspection – ILO: https://www.ilo.org/media/318756/download
Kamala Harris propone controlar estos precios.
New homes and end to price-gouging: Harris sets economic goals – BBC: https://www.bbc.com/news/articles/cy8xqy0jv24o
Kamala Harris unveils economic agenda cracking down on ‘price gouging’: https://youtu.be/DMrNAMWYTjU?si=PYbBhSjubxIxYVu4
youtube
Traducido con DeepL.com (versión gratuita)
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Tous complices: https://www.aurianneor.org/tous-complices/
We’re all in it together: https://www.aurianneor.org/were-all-in-it-together/
Arizona, Nevada y California Dream: https://www.aurianneor.org/arizona-nevada-y-california-dream/
¿Quién apoya a los militares estadounidenses?: https://www.aurianneor.org/quien-apoya-a-los-militares-estadounidenses/
El Rust belt: https://www.aurianneor.org/el-rust-belt/
Una porción del pastel: https://www.aurianneor.org/una-porcion-del-pastel/
Precios de techo y suelo: https://www.aurianneor.org/precios-de-techo-y-suelo/
La vivienda: https://www.aurianneor.org/la-vivienda/
Una vida digna: https://www.aurianneor.org/una-vida-digna/
Tener la mayoría del poder sin la mayoría de los votos: https://www.aurianneor.org/tener-la-mayoria-del-poder-sin-la-mayoria-de-los-votos/
Sólo dos candidatos, ¿cuál elegir?: https://www.aurianneor.org/solo-dos-candidatos-cual-elegir/
Will you get what you expect from Trump? Chaos is unpredictable: https://www.aurianneor.org/will-you-get-what-you-expect-from-trump-chaos-is-unpredictable/
The army’s duty is to stop this fascist: https://www.aurianneor.org/the-armys-duty-is-to-stop-this-fascist/
Immigration: https://www.aurianneor.org/immigration-2/
Les intermédiaires: https://www.aurianneor.org/les-intermediaires/
Dans l’ombre de Trump: https://www.aurianneor.org/dans-lombre-de-trump-elections-the-electoral/
Rob the poor to feed the rich: https://www.aurianneor.org/rob-the-poor-to-feed-the-rich/
#america#aurianneor#barato#complice#democracia#economía#elecciones#extranjeros#inflación#inmigración#Kamala Harris#ley#medio ambiente#poder adquisitivo#precio#propietarios#republicanos#salud#trabajadores#vivienda#Youtube
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Tarea de informática(tics)
1¿Cómo se llega a ser influencer?
Especialízate en un tema.
Apoya tus contenidos en fotos y videos.
Sé constante y relevante.
Sé honesto con tus seguidores.
Interactúa con tu público.
Usa hashtags relevantes.
2¿CÓMO INTERVIENE LA ÉTICA EN EL DESEMPEÑO DE LOS INFLUENCER?
El desempeño y triunfo de un INFLUENCER es afectado directamente por su ética, debido a que es una figura para la comunidad y debe guardar una fachada, por ende, si su ética no es aceptada por las demás personas su triunfo se irá llendo por los suelos
3¿Cómo se crea una tendencia?
Las tendencias las determinan los usuarios de redes sociales al adoptar un tema, un hashtag, un meme que hacen viral a través de sus comentarios, de las publicaciones que hacen sobre ese tema en particular
4 ¿es mejor ser community manager?
no
Entrada 1
¿Cuáles son las ventajas y desventajas ser freelancer?
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¿Qué necesitas para ser un freelancer?
Lo único que se necesita para ser un freelancer es tener alguna habilidad o conocimiento que pueda ser de gran ayuda para algunas empresas o clientes.
¿Cuáles son las ventajas y las desventajas del outsourcing?
Las organizaciones reducen costos y tiempo en la contratación de personal, cuando desconocen los procesos de selección y reclutamiento
¿Qué tipos de outsourcing existen?
Co-Sourcing. Ambas empresas –la empresa que delega y la subcontratada– comparten las responsabilidades y los riesgos que surjan del desarrollo de la actividad en cuestión.
Off – site. ...
En este caso, los servicios se desarrollan en las instalaciones de la empresa subcontratada, es decir, la que prestará el servicio de Outsourcing.
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A este tipo de Outsourcing comercial se le conoce más comúnmente como deslocalización. Se da cuando la externalización recae en una empresa que se encuentra en el extranjero. Por norma general, porque ofrece menores costes.
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Es el tipo de Outsourcing contrario a la tipología Off – site, es decir, los servicios externalizados se siguen realizando en las instalaciones de la empresa contratante, aunque los ejecuta una empresa externa.
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15 de junio de 1991
Alexander Ashford y Ozwell E. Spencer se sentaban alrededor de una mesa redonda invadida por montañas de papeles. Ambos habían tomado la decisión de reestructurar la Corporación Umbrella después de la construcción e inauguración del último laboratorio secreto en Raccoon City. A Alexander se lo percibía ojeroso, mientras que Spencer, pese a su senectud, parecía irradiar energía. Spencer notó el aparente cansancio del copresidente e hizo un comentario sobre la dificultad que había supuesto la reestructuración.
Se había decidido el cierre de tres filiales, la deslocalización en Rusia y China de algunas fábricas y el despido de unos 3.000 empleados. El objetivo era incrementar la rentabilidad de las compañías e instalaciones asentadas en Estados Unidos y Europa para compensar las pérdidas contraídas por la base antártica, cuyo coste todavía no había sido recuperado, y la construcción del laboratorio en Raccoon City. Adicionalmente, en secreto, se pretendía atraer inversores gubernamentales y captar fondos para el desarrollo de armas biológicas.
Alexander se había limitado a observar, pensativo, el montón de informes con gráficas que les había sido elaborado. Uno de los asuntos que trataron fue el efecto generado por sus últimos movimientos financieros sobre sus fortunas privadas. Fortuna que, en ambos casos, se había resentido por el último infortunio ocurrido en la Antártida y por los retrasos del laboratorio Arklay en la consecución de armas biológicas funcionales. Sin embargo, Ashford y Spencer afirmaron que las circunstancias les eran propicias. La caída de la Unión Soviética había iniciado un proceso hegemónico del dominio estadounidense que, sin duda, les beneficiaría.
Fue esto último lo que provocó las ojeras de Ashford por un recurrente insomnio. Alexander había manifestado su preocupación por la fiabilidad de la relación entre el ejecutivo norteamericano y Umbrella. Había consultado toda la documentación, incluida la de Edward Ashford, pero todavía dudaba sobre la toma de una serie de comprometidas decisiones. Por eso se habían reunido, dijo Spencer, para tomar una serie de decisiones sobre el destino de la Corporación Umbrella. Tras consultar por separado con sus asesores y discutir cada detalle, Ashford y Spencer acordaron, en primer lugar y por petición de Alexia Ashford, transferir el proyecto T-Nemesis al laboratorio subterráneo; en segundo lugar, aprobar el inicio del proyecto G o virus G, como lo denominó William Birkin; y, en tercer lugar, iniciar la creación del primer prototipo de la serie Tyrant. Las dos primeras líneas se desarrollarían en el laboratorio subterráneo, mientras que el primer prototipo de Tyrant se delegaría al laboratorio del Centro de Formación, donde un desterrado James Marcus podría probar su nueva cepa vírica.
Alexander y Spencer se estrecharon las manos; del mismo modo que Spencer estrechó la mano de Edward Ashford cuando este último le anunció la creación del virus T.
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Desde terminales de camiones y patios ferroviarios a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México hasta centros de almacenamiento en Guadalajara y Monterrey, la infraestructura destinada al comercio mexicano ha atraído miles de millones de dólares de inversión ante la promesa de la producción de mayores volúmenes de manufacturas a causa del nearshoring. No obstante, la amenaza del presidente electo de EE. UU. Donald Trump de imponer nuevos aranceles incrementa los riesgos de las apuestas realizadas por los operadores logísticos sobre el comercio de Norteamérica, reporta WSJ. Sin embargo, las compañías de logística no se están alejando de la frontera. Muchas dicen que esperan que las inversiones rindan frutos a largo plazo, incluso si las relaciones comerciales entre ambos países se complican en los próximos años. “No se trata solo de aranceles”, aseguró Joachim Goller, vicepresidente sénior de logística terrestre en Norteamérica para Kuehne + Nagel International, que está estableciendo nuevos centros de almacenamiento para la producción de manufacturas que está cambiando su base desde Asia a la región. “Hay más factores que contribuyen al auge de la deslocalización”, añadió. Otro caso es el de C.H. Robinson Worldwide que tiene más de 1,5 millones de pies cuadrados de espacio de almacenamiento y de transbordo a lo largo de la frontera, El CEO de la firma, Dave Bozeman, señala no estar preocupado por la inversión. “Esta no es la primera vez que tenemos aranceles, quiero decir, no será la última vez”, dijo Bozeman en una reunión de inversores en diciembre. Las empresas de transporte y logística XPO y Schneider, la promotora inmobiliaria industrial Prologis y los operadores logísticos Kuehne + Nagel y DSV se encuentran entre las compañías que han abierto nuevas terminales de transporte y centros de almacenamiento o han iniciado nuevos servicios para dar cabida a un aumento previsto de los negocios transfronterizos a medida que más empresas establezcan fábricas en el lado mexicano de la frontera. Una de las mayores inversiones se produjo en forma de una fusión de US$31.000 millones en 2023 que creó el único ferrocarril de carga que conecta directamente a México, EE. UU. y Canadá. La nueva Canadian Pacific Kansas City, o CPKC, opera una red de 32.000 kilómetros que se extiende desde los puertos de Canadá en las costas del Pacífico y el Atlántico a través de centros ferroviarios del Medio Oeste como Chicago hasta las fábricas y puertos marítimos de México. Intercambio comercial en ascenso Estados Unidos importó US$475.000 millones en bienes desde México en 2023, un 5% más que en 2022 y un 69% más que en 2013, mientras que las importaciones de Canadá totalizaron unos US$419.000 millones en 2023, un 4% menos que el año anterior, pero un 26% más que en 2013, según la Comisión de Comercio Internacional de EE. UU. Las amenazas de Trump de imponer un arancel del 25% a las importaciones de Canadá y México si ambos países no hacen más para frenar el flujo de migrantes y drogas a través de la frontera añaden un nuevo factor impredecible a las relaciones comerciales porque abarcan cuestiones que van más allá de los asuntos comerciales estrictos. Mark Rourke, director ejecutivo de Schneider, que en 2023 llegó a un acuerdo con CPKC para transportar contenedores entre México y el Medio Oeste de EE. UU., indicó que la compañía está posicionada para expandir su negocio de transporte de carga a través de América del Norte "independientemente de lo que suceda con los aranceles". Por otra parte, XPO agregó más capacidad de transporte por carretera para manejar el crecimiento comercial esperado entre EE.UU. y México, y Ryder System, que administra flotas de transporte por carretera y logística para empresas, abrió en febrero de 2024 un centro de almacenamiento y una instalación de cross-docking en Laredo, Texas, y amplió su patio de contenedores en Nuevo Laredo, México. Prologis, el desarrollador de centros de almacenamiento más grande del mundo, señaló las tendencias de nearshoring como una de las razones detrás de su adquisición en agosto de una empresa inmobiliaria mexicana. Su director ejecutivo Hamid Moghadam aseguró que Prologis continuaría invirtiendo en sus negocios en México y Canadá "incluso a medida que evolucionan las políticas comerciales". Jason Miller, profesor de logística de la Universidad Estatal de Michigan, dijo que no espera que las empresas de transporte que han forjado conexiones transfronterizas más sólidas se vayan por la nueva incertidumbre. “Si estás considerando México, lo estás haciendo por la mano de obra”, asegura Miller, “un arancel del 25% no va a hacer que el mercado estadounidense sea el lugar donde decidas poner esa producción”. En tanto, el gobierno mexicano sigue impulsando sus esfuerzos para desarrollar capacidades de transporte de carga. Poco después de la elección de Trump, el gobierno se comprometió a invertir US$2.700 millones para ampliar el puerto de Manzanillo, en la costa del Pacífico, y duplicar la capacidad del puerto a 10 millones de contenedores anuales para 2030. Por MundoMaritimo Read the full article
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Tendencias tecnológicas que NO sucederán en 2025
Entre las tendencias tecnológicas que NO sucederán en 2025 figuran AI-RAN, gafas inteligentes de consumo, humanoides y deslocalización de semiconductores.
Agencias Como cada año, la consultora Abi Research publica las tendencias que se materializarán y las que no. Entre estas últimas figuran AI-RAN, gafas inteligentes de consumo, humanoides y deslocalización de semiconductores. Llega 2025 plagado de promesas y predicciones sobre los avances tecnológicos que cobrarán forma en el nuevo año. Sin embargo, muchas de estas tendencias no llegarán a…
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Impacto de la Globalización en la Identidad Cultural
El impacto de la globalización en la identidad cultural es complejo y multifacético. Mientras que ofrece oportunidades para el intercambio y la innovación cultural, también plantea desafíos significativos para la preservación de las tradiciones locales. Comprender estas dinámicas es fundamental para abordar las tensiones entre lo global y lo local, y para promover una apreciación más profunda de la diversidad cultural en un mundo interconectado.
-Hibridación Cultural
-Deslocalización de la Cultura
-Erosión de Identidades Locales
-Resistencia Cultural y Revitalización
-Tecnología y Comunicación
-Identidades Fluidas
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Anatomía de la caída: El declive constante de la industria europea... Hay una serie de factores que frenan la producción europea y la hacen difícil competir con otros destinos para las inversiones, principalmente China y Estados Unidos: la guerra de Ucrania ha tenido un impacto significativo en los precios europeos de la energía y en las cadenas de suministro, lo que ha provocado un aumento de los costes de los insumos para la industria europea y una menor demanda por parte de los consumidores europeos. Las industrias química y metalúrgica son las más perjudicadas por esta crisis debido a su alto grado de consumo energético... los costes laborales, tradicionalmente más elevados que en China... La interrupción de las cadenas de suministro habituales debido a la situación en el Mar Rojo, donde los houthis yemeníes atacan a los barcos extranjeros, es uno de los últimos factores que ha tenido un impacto negativo en el sector manufacturero europeo... después de que Joe Biden firmara la Ley de Reducción de la Inflación en agosto de 2022, trasladarse a EE.UU. es muy atractivo para los fabricantes... ¿qué signos reales de desindustrialización europea podemos observar ahora? Hay una reducción de los planes de expansión y de las inversiones... deslocalización de líneas de producción y la reducción de personal... Una mayor desindustrialización pondrá en peligro la prosperidad europea y los puestos de trabajo de 32 millones de personas, junto a muchas otras que trabajan en diferentes áreas relacionadas con la industria... la cuestión es si los políticos europeos serán capaces de cambiar su estrategia y centrarse en salvar su propia producción, sin volver la vista hacia Estados Unidos, que se beneficia de la difícil situación de su aliado (Stefano Salvini)
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► En un comunicado de prensa emitido el 27 de febrero, la Coordinadora Europea Vía Campesina exigió que se obligue a nivel de la UE a garantizar que los precios pagados a lxs agricultorxs cubran los costes de producción, incluida una renta digna por el trabajo de lxs agricultorxs y trabajadorxs agrícolas y sus cotizaciones a la seguridad social. He aquí lo más destacado; La ECVC cree firmemente que la directiva de la UE sobre prácticas comerciales desleales (UTP) (aplicada en España) ofrece varias medidas pragmáticas para garantizar precios justos a los productos de los agricultorxs. De hecho, obliga a cada eslabón de la cadena alimentaria a cubrir sus costes de producción, empezando por lxs productorxs. La ECVC ha exigido que esta directiva se retome a escala de la UE para reforzarla. A través de la ley, lxs productorxs tienen derecho a denunciar de forma anónima a cualquiera que compre sus productos a un precio inferior a sus costes de producción, que ellos mismos determinan para sus productos caso por caso. Esto puede acarrear fuertes sanciones. Durante el primer trimestre de 2023, el Gobierno español anunció que se había sancionado a 55 empresas, señaló ECVC. Otro aspecto de la directiva es el Índice de precios origen-destino (IPOD) que se publica cada mes para comprobar el abuso de poder y la imposición de precios por debajo de los costes de producción por parte de la agroindustria y los distribuidores. Este índice nació en 2008 como una iniciativa de organizaciones de agricultorxs y consumidorxs, e ilustraba la diferencia entre los precios pagados a los agricultorxs y los pagados por lxs consumidorxs. Esta diferencia ascendía a más del 500%, lo que indicaba que los mayores beneficiarios de la desregulación del mercado han sido los operadores más fuertes (generalmente los grandes distribuidores) y los más perjudicados lxs campesinxs y lxs consumidorxs. ECVC también exigió que la UE debe garantizar un alto nivel de control público y la transparencia de los precios a través de instrumentos como la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) que para llevar a cabo inspecciones de oficio de cumplimiento y ejecución de los contratos, sobre los abusos de precios – y – El Observatorio de la Cadena, que se encarga de realizar estudios de precios y costes a lo largo de la cadena de valor de cada producción agrícola y animal. “Los precios por ley deben cubrir los costes de producción en cada eslabón de la cadena, empezando por el agricultor, y el coste debe incluir una renta digna para lxs agricultorxs y todos los trabajadorxs agrícolas”, señala el comunicado. Entre otras propuestas, ECVC también exigió que se prohíba la venta a pérdidas. Los agricultores deben cobrar en un plazo máximo de 30 días cuando vendan un producto perecedero y de 60 días si se trata de productos transformados. Las sanciones deben ser importantes si no se cumplen los puntos anteriores. Los observatorios de precios a nivel nacional y europeo deben proporcionar los niveles de margen neto por marca y fabricante. Debe haber transparencia en las condiciones de negociación comercial. Por último, esta ley no será completamente eficaz si no se aborda el comercio internacional, apartando a la OMC de la agricultura y poniendo fin a los acuerdos de libre comercio. Se debe implementar un nuevo marco comercial basado en la soberanía alimentaria para permitir la deslocalización de la producción agrícola y evitar que la producción nacional compita con las importaciones que mantienen los precios bajos. Además, estos acuerdos de libre comercio agravan las crisis climática y de biodiversidad y dañan los sistemas alimentarios de Europa y del resto del mundo. Para leer la nota de prensa detallada, haga clic aquí. Fuente: La Vía Campesina
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Racismo clasista
La clase obrera existe desde mediados del siglo XVIII, con la revolución industrial en el Reino Unido. Consistía en una población de origen campesino desarraigada geográficamente a los centros de producción y que no decidía cómo emplear su tiempo. Los salarios de esta clase trabajadora sólo les permitían sobrevivir y reproducirse. Esta clase de trabajadores es víctima de los propietarios que los explotaron, los alienaron de los frutos de su trabajo y los deshumanizaron. Se les culpa de la pérdida de puestos de trabajo: son demasiado caros, no son lo suficientemente eficientes, no se mueven lo suficiente, etc.
Sin embargo, que los trabajadores sufran, que sean víctimas, no significa que sean virtuosos. La clase obrera es cómplice de la creación del racismo de clase.
Las últimas grandes manifestaciones populares tuvieron lugar en los años sesenta, con reivindicaciones para que los trabajadores participaran en la toma de decisiones de la empresa y para que los trabajadores tuvieran una mejor educación. El sociólogo Norbert Elias describe cómo, desde finales de los años 60, la clase trabajadora quería trabajar menos y ganar más. Durante los Acuerdos de Grenelle en Francia, los trabajadores recibieron más dinero y más tiempo de descanso. Ya no se trataba de cambiar el sistema o el funcionamiento de la sociedad (participar en la toma de decisiones, gestionar su propia seguridad social, etc.) como antes. Simplemente obtuvieron más.
Hasta 1976, los países occidentales habían traído inmigrantes o colonizados porque había mucho trabajo para los obreros. La socialdemocracia fue un concepto desarrollado por Albert Thomas, que consistía en permitir a los ciudadanos alcanzar una mayor prosperidad a través de la armonía nacional. Menos agresiones entre ellos y más riqueza para todos. En 1976, el 72% de los trabajadores votaron a la izquierda. A mediados de los años 70, los trabajadores empezaban a tener casa y coche en propiedad. Los trabajadores se organizaban sin discriminación: hombres, mujeres, jóvenes, viejos, inmigrantes, nacionales. Había una clase obrera numerosa y unida.
El racismo de clase surgió a finales de la década de 1970, con la deslocalización de fábricas a China y México. Cuando el empleo empezó a escasear entre 1976 y 1986, los trabajadores se dieron cuenta de que muchos de ellos iban a quedarse sin trabajo. La socialdemocracia no podía hacer nada por ellos, ya no podía salvaguardar su prosperidad. La mayoría de los trabajadores recurrieron a una forma de racismo de clase. A los inmigrantes o a los antiguos colonizados les incumbe perder su empleo, y a los llamados nativos, los WASP, repartirse los puestos de trabajo restantes. Ya no son solidarios cuando hay menos que repartir. En la década de 1990, la mayoría de los votantes y políticos de la izquierda eran habitantes urbanos con estudios superiores y trabajo intelectual. Esta izquierda socialdemócrata (como Clinton, Biden, Hollande y Obama) ha desarrollado a su vez un racismo hacia esta clase trabajadora que se considera deplorable porque son racistas, quieren mujeres en casa, quieren dinero, anteponen sus intereses y votan a la derecha o a la extrema derecha. En 2002, sólo el 13% de la clase trabajadora votó a la izquierda. La noción de preferencia nacional ha invadido a la clase obrera. Los propietarios han conseguido dividir a la clase obrera. Luchan entre ellos en lugar de ir a por los verdaderos culpables: los propietarios.
En los locos años veinte, Albert Thomas fundó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en pro de la armonía nacional: más para todos, mano a mano. Dejó la dirección de la organización en 1929, desilusionado porque, durante la crisis económica de 1929, la clase obrera había optado por el sálvese quien pueda y rechazado a los polacos, los judíos, los bolcheviques, etcétera. En cuanto la situación económica empeoró, si no proponíamos cambiar el sistema, los trabajadores dejaron de ser solidarios. Albert Thomas era un reformista: quería cambiar el sistema. Fue llamado traidor social porque estaba en contra del enfoque de la izquierda revolucionaria que quería atacar a la burguesía. Albert Thomas consideró esto innecesario porque afirmó que el sistema se reproduciría y crearía otros burgueses. Atacar a los más ricos no cambia nada. Esto es lo que describe Animal Farm de George Orwell. La Revolución Francesa cortó las cabezas de los aristócratas y Francia fue gobernada por 500 familias burguesas en lugar de las 500 familias aristocráticas antes de la Revolución. Raphäel Glucksmann fue atacado porque se consideraba un reformista. Marine Tondelier también es reformista.
Norbert Elias, en su libro Logique de l’exclusion (La lógica de la exclusión) de 1965, explica que si queremos evitar el racismo de clase que tanto daño hace, las reivindicaciones y las luchas de la izquierda deben dar prioridad a los cambios en la sociedad: más democracia, más cooperativas, implantación de rentas básicas, gestión de la propia seguridad social, etc. Subir los salarios, reducir los alquileres o recortar la jornada laboral sólo refuerza el racismo de clase. Elias también menciona el racismo de los recién llegados que no quieren a los recién llegados que les siguen. Esto último cierra la puerta. Muchos africanos en Francia, muchos pakistaníes en el Reino Unido, por ejemplo, se oponen a la inmigración y votan a la derecha.
Lo que puso fin a la primera oleada de racismo de clase fue la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, si estuviera en peligro la prosperidad de China, un país que sufrió hambrunas hace 50 años, sería un caso de guerra. Si Trump ya no quisiera importar productos chinos, sería un casus belli. Para evitar volver a caer en el mismo tipo de drama, la izquierda necesita redefinir el cambio social y no las demandas cuantitativas (reducir la edad de jubilación, aumentar el salario mínimo, etc.).
Las clases siguen existiendo. Algunos viven del trabajo de otros. Algunos son propietarios. Algunos trabajan.
A escala mundial, los líderes de izquierdas deben cambiar las reglas del juego, no limitarse a aumentar las migajas ofrecidas a los trabajadores. Deben defender la igualdad y la solidaridad, compartir la prosperidad y proteger el medio ambiente. La izquierda debe inspirar, no limitarse a ser un impedimento contra la derecha.
Un ejemplo de racismo de clase tuvo lugar la semana anterior a las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024. El campo de Trump llamó basura a los puertorriqueños. Al día siguiente, Joe Biden llamó basura a los votantes de Trump. Esto tiene que acabar.
Kamala Harris solo hace campaña sobre generalidades o cantidades: subir los salarios, cambiar los tipos impositivos, bajar los alquileres, etc. Pero no votar por ella y dejar que gane Trump, con las botas de Putin sobre el terreno, es asegurarse de que las ideas de cooperación, democracia y justicia social nunca verán la luz del día.
La derecha va a hacer algo por algunos trabajadores, no por todos. Si Trump es elegido, las cosas mejorarán para algunos de ellos: conservarán sus puestos de trabajo, obtendrán un aumento salarial, etc. Esto irá en contra del interés general, especialmente a escala global, y en contra de la democracia. De hecho, Trump está reforzando el racismo de clase, lo que podría provocar conflictos internos en Estados Unidos, pero también con otros países. Está enfrentando a unas personas contra otras. El hecho de que las personas no tengan los mismos derechos conduce al conflicto. Donald Trump está en el escenario con Elon Musk, y está atacando a los puertorriqueños en lugar de a los ultrarricos que hacen su dinero explotando a los trabajadores. En la última presidencia, una parte de los republicanos y a todos los demócratas se oponian a el. En cuatro años, ha eliminado la competencia en su partido. Si es elegido, tendrá más poder que en su último mandato. Quiere favorecer a un sector de la población: los hombres blancos cristianos sin educación. Explica que los problemas vienen de Irán, China o Europa, de los latinos y los izquierdistas. Sería el caos, todos divididos unos contra otros. Las consecuencias son dos: el riesgo de guerra y la falta de acción conjunta, sobre todo en materia de medio ambiente.
Javier Milei en Argentina hizo campaña seduciendo a los hombres blancos diciendo que iba a excluir a las mujeres, a los negros y a los holgazanes. Putin ataca a los homosexuales, a la gente de color y a los musulmanes. Victor Orban ataca a las mujeres, a los negros, a los vagos, a los no cristianos, a los homosexuales, a los izquierdistas.
Por eso la izquierda debe mejorar la situación de todos con más democracia, igualdad y cooperación. La democracia debe defenderse exigiendo un referéndum de iniciativa popular.
Racial Divisions Distract the Working Class from the Real Problem – Reimagine Appalachia: https://reimagineappalachia.org/racial-divisions-distract-the-working-class-from-the-real-problem/
Un monde ouvrier divisé – dieses: https://dieses.fr/un-monde-ouvrier-divise
Racisme de classe – Gérard Mauger – CAIRN: https://shs.cairn.info/revue-savoir-agir-2011-3-page-101?lang=fr
Social-démocratie, selon Adeline Blaszkiewicz-Maison – France Culture: https://www.radiofrance.fr/franceculture/podcasts/questions-du-soir-l-idee/social-democratie-selon-adeline-blaszkiewicz-maison-2678623
Working-Class Perspectives: https://workingclassstudies.wordpress.com/
Comunismo, Género y movimiento obrero: Un estado de la cuestión – scielo: https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-50492016000500002
Racismo y antirracismo en la formación de la clase obrera británica – Conversacion sobre historia: https://conversacionsobrehistoria.info/2022/02/28/racismo-y-antirracismo-en-la-formacion-de-la-clase-obrera-britanica-entrevista-a-satnam-virdee/
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Le racisme de classe: https://www.aurianneor.org/le-racisme-de-classe/
Working class racism: https://www.aurianneor.org/working-class-racism/
Los trabajadores: https://www.aurianneor.org/los-trabajadores/
Trabajar, al máximo o nada: https://www.aurianneor.org/trabajar-al-maximo-o-nada/
Una porción del pastel: https://www.aurianneor.org/una-porcion-del-pastel/
Inmigración: https://www.aurianneor.org/inmigracion/
Todos somos cómplices: https://www.aurianneor.org/todos-somos-complices/
Sólo dos candidatos, ¿cuál elegir?: https://www.aurianneor.org/solo-dos-candidatos-cual-elegir/
The American people’s choice: https://www.aurianneor.org/the-american-peoples-choice-fahrenheit-119/
Les autorités illégitimes: https://www.aurianneor.org/les-autorites-illegitimes/
Tener la mayoría del poder sin la mayoría de los votos: https://www.aurianneor.org/tener-la-mayoria-del-poder-sin-la-mayoria-de-los-votos/
Limiter la richesse individuelle: https://www.aurianneor.org/limiter-la-richesse-individuelle/
El 1% más rico está en guerra con el resto del mundo: https://www.aurianneor.org/el-1-mas-rico-esta-en-guerra-con-el-resto-del-mundo/
Rob the poor to feed the rich: https://www.aurianneor.org/rob-the-poor-to-feed-the-rich/
Es posible una renta básica: https://www.aurianneor.org/es-posible-una-renta-basica/
Una vida digna: https://www.aurianneor.org/una-vida-digna/
Humillados por la Republica: https://www.aurianneor.org/humillados-por-la-republica/
El Rust belt: https://www.aurianneor.org/el-rust-belt/
Voix: https://www.aurianneor.org/voix-alimentation-la-ruche-qui-dit-oui/
Solidarité Hélvétique: https://www.aurianneor.org/solidarite-helvetique-democratie-semi-directe/
Quelle démocratie voulons-nous?: https://www.aurianneor.org/quelle-democratie-voulons-nous-a-multitude-is-a/
Si al referendo de iniciativa popular: https://www.aurianneor.org/si-al-referendo-de-iniciativa-polular/
Le RIC – Référendum d’initiative citoyenne: https://www.aurianneor.org/via-httpswwwyoutubecomwatchv-e2lnzwuy4ks/
¿Cómo podemos restaurar la confianza?: https://www.aurianneor.org/como-podemos-restaurar-la-confianza/
The army’s duty is to stop this fascist: https://www.aurianneor.org/the-armys-duty-is-to-stop-this-fascist/
Will you get what you expect from Trump? Chaos is unpredictable: https://www.aurianneor.org/will-you-get-what-you-expect-from-trump-chaos-is-unpredictable/
#Albert Thomas#aurianneor#Biden#clase social#Clinton#democracia#derecha#elon musk#extrema derecha#George Orwell#guerra#hollande#inmigrantes#izquierda#Javier Milei#Kamala Harris#Marine Tondelier#medio ambiente#Norbert Elias#Obama#oit#Organización Internacional del Trabajo#poutine#preferencia nacional#propietario#prosperidad#racismo#Raphäel Glucksmann#reformista#Revolución
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CAMBIO ESTADIO RAYO | La rebelión de Vallecas contra Ayuso y Presa: “El Rayo no se entiende fuera de su barrio" | El Periódico de España
Vecinos del distrito y aficionados se oponen a la deslocalización deseada por la Comunidad y confirmada por el presidente rayista — Leer en amp.epe.es/es/deportes/20240207/rebelion-vallecas-ayuso-presa-rayo-estadio-97816376
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La computación distribuida tuvo un gran impacto en el desarrollo empresarial, ya que permitió crear sistemas informáticos más potentes, flexibles y eficientes. Algunas de las ventajas de la computación distribuida son⁷:
Deslocalización: la computación distribuida permite conectar rápidamente entre entornos deslocalizados.
Seguridad: la computación distribuida ofrece mayor protección frente a fallos o ataques, al distribuir la carga y los datos entre varios nodos.
Eficiencia: la computación distribuida aprovecha mejor los recursos informáticos disponibles, al repartir el trabajo entre varias máquinas.
Fiabilidad: la computación distribuida garantiza una mayor disponibilidad y rendimiento, al evitar cuellos de botella y puntos únicos de fallo.
Estándares abiertos: la computación distribuida se basa en protocolos y formatos comunes, que facilitan la interoperabilidad y la integración.
A continuación se muestra una descripción gráfica del sistema de computación distribuida:
code +----------------+ +----------------+ +----------------+ | | | | | | | Ordenador | | Ordenador | | Ordenador | | | | | | | +----------------+ +----------------+ +----------------+ | ^ | ^ | ^ v | v | v | +----------------+ +----------------+ +----------------+ | | | | | | | Red LAN +------+ Red WAN +------+ Red LAN | | | | | | | +----------------+ +----------------+ +----------------+
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Logística de Producción
Logística de Producción Edgard Zuluaga Logística de producción La logística de producción ha sido, tradicionalmente, un sector lineal y previsible. Durante años, los fabricantes representaban el eslabón situado entre los proveedores de materias primas y los distribuidores. Sin embargo, la realidad económica actual ha roto esa tendencia y ha obligado a las compañías a hacer frente a procesos de fabricación personalizados con Logística de producción La logística de producción ha sido, tradicionalmente, un sector lineal y previsible. Durante años, los fabricantes representaban el eslabón situado entre los proveedores de materias primas y los distribuidores. Sin embargo, la realidad económica actual ha roto esa tendencia y ha obligado a las compañías a hacer frente a procesos de fabricación personalizados con un stock de materiales tan numeroso como heterogéneo. Tendencias empresariales como el just-in-time, la internacionalización de los mercados y las exigentes demandas de los clientes en cuanto a la rapidez de entregas están impulsando la transformación de la logística de producción. En este artículo, definimos y ponemos en valor las características del nuevo paradigma de logística de producción y desciframos las mejores estrategias para optimizarla. ¿Qué es la logística de producción? La logística de producción o logística industrial engloba la gestión y optimización de los procesos de almacenamiento, así como el movimiento de materiales en las instalaciones ligadas a un centro de fabricación. En definitiva, abarca todos los procesos logísticos que se dan desde la compra de materias primas hasta la creación del producto. Radiografía de los procesos de producción Para entender mejor el funcionamiento de la logística de producción, vamos a repasar brevemente los dos sistemas de fabricación más habituales y el papel que representa cada uno de ellos: - Fabricación para stock o sistema ‘push’ Tiene lugar cuando el producto final responde a una amplia demanda y cuenta con características estándares que no incluyen ninguna personalización. En este caso, las fábricas manufacturan por adelantado los artículos. Estos pasan directamente al depósito y, por tanto, el departamento comercial únicamente vende el stock disponible en depósito (a diferencia del sistema pull, que veremos a continuación). - Fabricación sobre pedido o sistema ‘pull’ El sistema pull funciona al revés: la fábrica produce una vez recibe los pedidos de los clientes, a los que se les da una fecha de entrega establecida. Con este método, aunque no haya stocks de producto terminado, sí que la empresa puede mantener inventarios de productos semielaborados, ya que estos permiten acortar los tiempos de entrega una vez el pedido del cliente se ha efectuado. A pesar de que hay sectores que destacan por usar un sistema de fabricación u otro, en la realidad ambos pueden convivir. Por ejemplo, en el caso del sector automovilístico, se fabrican vehículos estándar (sistema push), pero también otros bajo demanda con características personalizadas (sistema pull). Los depósitos que surten a la logística de producción se sectorizan si cuentan con un inventario muy heterogéneo La relación entre producción y logística en la industria La labor de la logística de producción es reducir el lead time de fabricación, es decir, el tiempo que discurre desde que se genera una orden de trabajo hasta que el producto está terminado. De hecho, para acortar los tiempos de producción, muchas empresas industriales están optando por proveedores locales de materiales y componentes. Esta tendencia ha revertido parcialmente la deslocalización de compañías: por ejemplo, según Industry Week, en 2018 aumentó un 38% las empresas manufactureras que se instalaron en Estados Unidos. Otro factor crucial en la logística de producción es la propia gestión de stock, fundamental para acometer una fabricación más rápida. Para ello, el depósito tiene que ser capaz de gestionar eficazmente los dos tipos de demanda que afectan a la logística de producción: la demanda de los clientes finales, ya esté basada en previsiones de ventas o en pedidos solicitados a fábrica (es la demanda independiente del proceso productivo), y la demanda de la fábrica, que solicita al depósito todas las materias primas que se precisan para crear el producto final (es la demanda dependiente del proceso de fabricación). En relación con este concepto de demanda de fábrica, la empresa manufacturera es capaz de calcular a ciencia cierta qué materias primas necesita la planta de producción para elaborar cada producto. Aquí conviene introducir los conceptos de BOM (Bill of Materials) y de sistema MRP (Materials Requirement Planning). El BOM hace referencia al inventario o listado de componentes requeridos para la fabricación de los productos, mientras que el sistema MRP es el software informático que determina qué materiales se necesitan y en qué cantidad para fabricar cierto modelo. Coordinar las áreas de producción y de logística pasa, por tanto, por controlar estos dos tipos de demanda (la dependiente e independiente del proceso productivo) y organizar los depositos industriales en función de cada una. Las instalaciones de almacenamiento vinculadas a plantas productivas pueden albergar productos terminados, componentes o materias primas que surten al proceso productivo o bien piezas y recambios para el servicio posventa. Los depósitos dedicados a la logística de producción pueden tener suministros con características especiales Cómo optimizar el depósito dedicado a la logística industrial Aplicando un enfoque de Lean logistics, que parte de la filosofía del Lean manufacturing, una logística de producción efectiva se basa en reducir aquellas operaciones que no añaden valor al producto. Ejemplos de ello son el transporte interno, las colas o esperas entre procesos, los stocks de trabajo en curso, entre otros. El objetivo final es conseguir ofrecer un mejor servicio y un recorte de costos en general. Pero, ¿cómo lograrlo entonces? - Automatización a medida del proceso productivo Cuando los depósitos sirven como depósito de stock que llega directamente desde producción, deben estar preparados para dar cabida y mover gran cantidad de mercaderías, generalmente pallets. La automatización del transporte de materiales es una solución muy utilizada al tratarse de procesos repetitivos y cargas pesadas. Además, gracias a ella se logra la optimización del espacio y una mejora en la productividad de la instalación al reducirse drásticamente las incidencias en el manejo de mercaderías. No obstante, también hay depósitos de piezas y recambios dedicados a la logística industrial cuya operativa está centrada en la preparación de los pedidos que surten a líneas de producción. Al tratarse habitualmente de inventarios muy heterogéneos y de unidades de carga de pequeño tamaño, una de las estrategias más comunes se basa en zonificar el depósito en función del método de rotación ABC y automatizar el movimiento de materiales con transportadores de rodillos para conectar las distintas áreas. - Software para la gestión de los procesos en logística de producción Los WMS para producción añaden a las funcionalidades base de un software de gestión de depósitos otras especialmente orientadas a optimizar el área manufacturera. Estos programas, que en cierto sentido operan como sistemas MRP, controlan y coordinan la relación que se da entre la demanda de los clientes y la demanda dependiente del proceso productivo. Los sistemas de gestión de depósitos se han revelado, así, como una herramienta esencial para tener una visión global del inventario ligado a las tareas de producción. Contar con un WMS especializado en producción facilita: - La clasificación por tipos de stock: en logística de producción, pueden ser de materia prima, de trabajo en curso o semielaborados o existencias de productos terminados. - Visualizar el stock en tiempo real: el software garantiza el conocimiento del número y del estado de la mercadería en todo momento. - Producir según el método just-in-time: este método sería imposible de aplicar sin una gestión automatizada del depósito. La importancia de la integración en logística de producción En la actualidad, la industria se encuentra ante un panorama de fabricación flexible y diversificado, en el que ofrecer un servicio eficaz al cliente depende del correcto engranaje de la logística de producción. Ante este paradigma, la automatización y la implementación de WMS especializados en procesos de fabricación son dos estrategias clave para optimizar la logística de producción. Si quieres conocer más en profundidad cómo hacer más eficiente la logística industrial de tu empresa, te invitamos a contactar con nosotros y uno de nuestros expertos analizará la situación y propondrá mejoras para tus instalaciones. Read the full article
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Entrada 1: freelancer y outsourcing
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de ser un freelancer? Ventajas:
Tú decides cuándo trabajas
Tú eliges para quién trabajas
Tú decides desde dónde trabajas
Eres tu propio jefe
Los beneficios que genere la empresa son tuyos
Desventajas de ser freelance:
Trabajo e ingresos inestables
Dificultad para conciliar vida personal y profesional
Serás tu propio comercial
Problemas con los cobros
Adiós a los beneficios sociales
¿Que necesitas para ser un freelancer? Lo único que se necesita para ser un freelancer es tener alguna habilidad o conocimiento que pueda ser de gran ayuda para algunas empresas o clientes. No obstante, deberás ser lo suficientemente responsable para cumplir con todos tus trabajos.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de ser un outsourcing? Ventajas:
No hay necesidad de contratar empleados
Acceso a un grupo mayor de talentos
Menor costo de mano de obra
Desventajas:
Falta de control
Los problemas de comunicación
Problemas con la calidad :0
¿Que tipos de outsourcing existen?
Co-Sourcing
Ambas empresas –la empresa que delega y la subcontratada– comparten las responsabilidades y los riesgos que surjan del desarrollo de la actividad en cuestión.
Off – site
En este caso, los servicios se desarrollan en las instalaciones de la empresa subcontratada, es decir, la que prestará el servicio de Outsourcing.
Off-Shoring
A este tipo de Outsourcing comercial se le conoce más comúnmente como deslocalización. Se da cuando la externalización recae en una empresa que se encuentra en el extranjero. Por norma general, porque ofrece menores costes.
In- house
Es el tipo de Outsourcing contrario a la tipología Off – site, es decir, los servicios externalizados se siguen realizando en las instalaciones de la empresa contratante, aunque los ejecuta una empresa externa.
Anoten tres direcciones de sitios de internet donde se pueda acceder a servicios de outsourcing y freelancer
Para freelancer:
Upwork
Fiverr
People PerHour
Para un outsourcing:
StudioD
Zeris
oDesk
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Loretta Napoleoni: La América "enferma" de J.D. Vance... Vance creció pobre en el llamado Rust Belt, la región industrial de Estados Unidos, con una madre en constante lucha contra las drogas... Esta es la América enferma, la que hay que curar, la que sufre desde hace al menos veinte años porque el mecanismo mágico se ha atascado: el trabajo escasea, ha volado en alas de la globalización y la deslocalización para aterrizar en otras orillas... Esta es también la América encerrada en la tenaza de la crisis de los opioides, donde la gente toma fentalyn para olvidar la humillación de una vida que ya no vale nada, la América de las sectas religiosas que busca consuelo y amor en un Dios imaginario que, como un marinero, promete una vida mejor que nunca llegará... Trump y Vance sólo se preocupan por esta América, quieren redimirla, encarrilarla desde donde se descarriló... ¿Absurdo? ¿Anacrónico? Tal vez, pero tal vez no
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