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lunearta · 4 months ago

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❃ 𝙱𝙰𝙸𝙻𝙰𝙽𝙳𝙾 𝙴𝙽𝚃𝚁𝙴 𝙻𝙾𝙱𝙾𝚂 - 𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 7 ❃

» Temática: SKZ híbridos x Oc (Lis) » Género: Poly, fantasía, OMEGAVERSE » Warnings: Fluff, smut con historia, angst, tensión sexual, sexo, degradación, dinámica A/B/O explícita, dom/sub, sado, amor, entre otros. » Warning de CAPÍTULO: Menciones a comida, menciones a situación besos, no smut (aún). Mención a supresores (pastillas). Si me dejo algo me lo decis. » Tipo: Serie. » Palabras: 3.146.

» Masterlist « | Anterior | Capítulo 8

— ¡LA COMIDA HA LLEGADO! —gritó Changbin, mirando la mesa central atestada de bolsas llenas de tuppers y bebidas.

Lis se apartó automáticamente del chico que estaba gritando, y Jisung fue rápido en taparle las orejas.

— ¿Tienes que formar un escándalo siempre? —replicó, molesto.

— ¿No ves que tiene que compensar su altura de alguna forma? —lo atacó Seungmin, y pronto ambos empezaron a correr el uno detrás del otro en círculos, esquivando a las estilistas y a los miembros a duras penas.

Los chicos empezaron a reírse, disipando la tensión previa. Nadie se acordaba ya del pequeño trato entre Lis y Felix, concentrados en lo que se desarrollaba delante de ellos.

— Minnie~ Ven aquí, que no voy a hacerte nada~ — canturreó Changbin, risueño, con una nota de peligro detrás.

— ¡La última vez que dijiste eso tuve que actuar SENTADO! —lo acusó sin parar de correr.

Lis se giró hacia Chan, sorprendida.

— ¿En serio?

El líder asintió.

— Y no paró hasta que le pidió perdón llorando.

— ¿Eso no cuenta como abuso?

— Qué va. A Seungmin le gusta y por supuesto, nos da su consentimiento previo a la acción. Además, siempre tenemos palabras clave por si nos sobrepasamos o no es lo que originariamente queríamos hacer.

— Eso es sano. Me gusta ver que tenéis claros vuestros límites. Como mánager me ahorra soltaros el rollo al respecto. He leído de otros grupos que han tenido que disolver la manada por cosas así.

— Estás bien informada de todo. —comentó I.N, distraído.

— Es lo mínimo que puedo hacer.

Se miraron. Jeongin no podía evitar pensar en lo que había dicho la muchacha anteriormente. ¿Estaba él cómodo con ella? ¿La quería cerca, dentro de su manada, acunándola en sus brazos como si fuera de los suyos?

No, claro que no. ¿En qué estaba pensando?

— Concéntrate en comer y no en mirarme. —dijo con la voz más grave de lo habitual.

Lis se estremeció. No era enteramente una orden alfa aunque había sonado como tal, y cada célula de su cuerpo se sentía obligada a obedecerle. Su cabeza se inclinó hacia adelante, evitando todo contacto visual. Nadie lo notó. Nadie excepto Seungmin, que paró de correr de pronto y Changbin aprovechó para rodearle el delgado cuerpo con los inmensos brazos.

— Te pillé. —le susurró en la oreja, haciéndolo temblar en un deseo repentino. Sin embargo, no era el momento ni el lugar y al darle un par de suaves toques en las manos a su alfa, este lo dejó moverse con libertad.

El vocalista caminó hacia Lis y le levantó la barbilla con el pulgar y el índice, buscándole los ojos.

— ¿Estás bien? —preguntó, preocupado. La chica parpadeó, aturdida. Se cercioró de que nadie más los veía —los siete restantes estaban enfrascados en una conversación, repartiendo la comida—, y asintió, exhalando una gran bocanada de aire.

— Jeongin no se ha dado cuenta de que me ha comandado.

La mandíbula de Seungmin se desencajó. Había perdido todo el color de la cara y sus ojos refulgieron en destellos aguamarinos. Los comandos estaban prohibidos en la manada a menos que fueran estrictamente necesarios y aún así, era el último recurso. La afrenta y las consecuencias eran graves.

— ¿Qué ha hecho qué? —siseó.

— Seungmin, no. Él no sabe lo que ha hecho. Si lo que me habéis explicado es cierto, hace nada que se descubrió como alfa, y para más inri, piensa que soy humana. Los comandos no funcionan en ellos, ¿recuerdas? NO puedes regañarlo por ello. Por favor.

El chico suspiró, pasándose una mano por el pelo.

— Es verdad. Perdona. Pero si lo vuelve a hacer...

— Serás el primero en saberlo. —le sonrió.

La sonrisa de la chica le iluminó el rostro a Seungmin, quien correspondió con la suya propia. Diablos, ¿Por qué tenía que ser tan guapo? La tan aclamada "sonrisa de cachorro" la volvía loca. Seguiría...

¿Seguiría sintiendo lo mismo por ella? Desestimó ese pensamiento. Por supuesto que no, no ahora con una manada que lo proveía de toda clase de afecto.

— Vayamos a comer con el resto, ¿te parece? —le tendió una mano y la mánager se la cogió.

Como ya era habitual, Lis acabo entre Minho y Han. Se sentía muy cómoda con ellos, con el menor siendo una bola de energía y felicidad y el mayor casi todo lo contrario. No obstante, sabía lo mucho que Minho amaba a cada miembro de su grupo. No tenía que demostrarlo con palabras para verlo.

— Abre la boca. —le dijo el mayor, sosteniendo en los palillos un par de teokbokki.

Lis no tuvo tiempo de reaccionar antes de encontrarse con la comida dentro de la boca. Avergonzada, masticó lo que pudo, dejando paso a la cucharada de arroz que le acercaba ya. Gimoteó puesto que, después de la cucharada, Minho le arrimó también un poco de carne enredada en alga y paniqueó al no lograr comunicarle que no podría almacenar más comida en las mejillas.

— Jagya, Lis se va a ahogar si sigues así... —le advirtió Jisung, poniendo una mano delante de la cara de la muchacha.

Minho asintió y empezó a alimentarse a sí mismo. Había sido un bonito gesto de su parte, pero uno que casi acaba con su vida. Chan los observó, contento ante la acción del segundo mayor y en su pecho se instauró un sentimiento de tranquilidad. Temió que el cambio de mánager pudiera afectar al grupo de alguna manera. Sus inquietudes resultaron ser infundadas.

— ¿A qué han venido esas ansias por alimentarme? —inquirió Lis, tragando los últimos restos de comida.

— Desde que has vuelto de hablar con el representante Kim te noto alicaída. Pensé que... —las orejas se le colorearon de carmín a medida que hablaba.

— Pensó que si cuidaba de nuestra princesa como es debido, esta volvería a sonreír como antes. —Hyunjin expresó lo que Minho no se atrevía a decir de manera burlesca, y este lo atravesó con la mirada.

— ¿Recuerdas la temperatura?

— M-Minho...

— ¿Qué temperatura era?

— Veinte minutos a 180 grados en la freidora... para cocinarme.

— Me alegro de que lo tengas presente.

Lis explotó en carcajadas estridentes, secundada por Felix y Han. Los tres acabaron en el suelo, Lis y Han prácticamente abrazados el uno al otro tratando de controlar las convulsiones de la risa, mientras que Felix era sostenido por Changbin a fin de evitar que se golpeara con la mesa. Como siempre pasaba.

— Creía que había visto suficiente de vosotros en los videos... Ahora comprendo que ni por asomo. —dijo Lis, quitándose las lágrimas de los ojos.

— Y lo que te queda. —contestó Hyunjin, avergonzado.

Minho y Changbin los ayudaron a levantarse. Los nueve se enfrascaron en una conversación animada, acompañada por los gritos de los dos raperos, las risas de I.N, Seungmin, Hyunjin y Felix y las miradas de profundo amor y cariño de Minho y Chan.

Hacía tiempo que la manada no tenía tantas energías. Gracias a los descansos prolongados de las semanas anteriores y los bien estructurados horarios hechos por la nueva mánager, estaban convencidos de que lograrían ser más productivos. Chris observó a Lis en silencio.

Era humana y lo sabía, pero había algo que lo impulsaba a querer protegerla. En apariencia no se veía la típica chica extremadamente delicada, sino una mujer resuelta capaz de desenvolverse por sí sola sin ayuda de nadie... ¿no? Si era así, ¿por qué el lobo de Chan le estaba pidiendo con tanta urgencia que la cortejara y la llevara a la seguridad de la manada? Ensimismado, sacudió la cabeza.

En realidad, no era demasiado descabellado. El representante Kim se había hecho parte de la manada de uno de sus backdancers que en adición era un alfa respetado, Kim Minhyeok. Según tenía entendido, HeeSeul había tomado la posición de Prime Omega a pesar de no tener órganos femeninos y, en consecuencia, no poder concebir. Tal era el amor que un híbrido como Minhyeok era capaz de albergar por alguien de una raza diferente.

Por supuesto, tal unión había desatado un caos tremendo hace algunos años. No se veía con buenos ojos que las dos razas se mezclaran en asuntos que no fueran del trabajo, sin embargo, gracias a Park Jin Young, lograron seguir adelante con sus deseos personales. El CEO de la empresa anunció que, si ambas partes continuaban rindiendo lo mismo, lo que hicieran en la vida privada le era indiferente.

La época de persecución de híbridos por parte de los humanos hacía siglos que había terminado. Una época de igualdad se desarrollaba desde hacía doscientos años, y no tenía sentido discutir de una cosa que debería estar normalizada. Con ese pensamiento, el propietario de una de las mayores compañías de música se había ganado el respeto de millones de personas... A pesar de la profunda verguenza que daba a veces.

siempre había espacio para auto ridiculizarse, ¿no? (Ejem, Sweet dreams) *

Entonces, sabiendo lo que sabían, ¿Por qué no incluir a la chica en su manada? No ahora, no inmediatamente, pero si resultaba ser buena para el equipo y congeniaba con todos, ¿Qué había de malo en alcanzar una relación platónica con ella? Por supuesto que tenía miedo, como todos: Jung Han los había abandonado.

No "abandonado" exactamente. Tampoco había querido ser parte del grupo, de la manada, y quisieran o no, les había hecho daño. Un daño que había provocado que el celo de Han empezara antes, que Minho se volviera más esquivo, que Changbin frecuentara más el gimnasio. Que Felix, I.N y Seungmin hablaran menos. Que Hyunjin pasara horas y horas frente a lienzos en blanco. Y que él mismo se cerrara en banda.

Y allí estaba Lis, prometiéndoles que no volvería a pasar, riendo y pasándoselo bien con los más jóvenes, ignorando el futuro y lo que pudiera pasar. Dándoles seguridad.

Cortéjala.

Un suave ronroneo le emergió del pecho mientras la miraba. Era preciosa, como escuchar la melodía más hermosa sobre la tierra, una llena de paz y harmonía que le calmaba el corazón y le nublaba los sentidos. Todo parecía mejorar a cada segundo que pasaba... hasta que Hyunjin le dio un golpecito en el hombro, devolviéndolo a la realidad.

— Chan, los ojos.

El líder sacó el móvil del bolsillo y se miró. Unos irises rojos le devolvieron la mirada, advirtiéndolo de que su lobo rascaba la superficie. Parpadeó varias veces a fin de controlar sus sentimientos y poco a poco el color se fue difuminando hasta retornar al castaño original. Suspiró, alterado.

— Gracias Jinnie. —le agradeció.

— Nada. Sé lo que estás pensando, también me está ocurriendo a mí. Si necesitas un poco de... ya sabes... liberación... —insinuó el bailarín. Chan esbozó una sonrisa traviesa.

— Cuando volvamos, ¿te parece? Concentrémonos en terminar de comer y en la puesta en escena.

Hyunjin asintió, contento. Salvo I.N, nadie más se había dado cuenta del pequeño desliz de Chan, y este frunció el ceño, disgustado. El tema de la "nueva" mánager se les estaba yendo de las manos y al parecer, él era el único que se daba cuenta.

A las tres menos diez, el grupo tenía el maquillaje retocado, las ropas del concierto limpias y el nerviosismo de siempre a flor de piel. Lis agradeció a las estilistas que iban abandonando la habitación y los dejaron solos con sus pensamientos. Fuera, los técnicos esperaban a que el último grupo dejara el escenario y de esa forma avisarlos de cuándo debían salir.

— Vale, ¿todos listos? ¿Parches puestos? —quiso saber Chan.

Era un deber llevar apósitos anti olor en las glándulas. Por mucho que quisieran a Stay, no iban a dejar que supieran qué olores les caracterizaban. La fuerza de las feromonas de la manada podría provocarles el celo a los híbridos tanto masculinos como femeninos que los animaban entre el público, y el caos se desataría en menos de un minuto.

— Faltas tú. —señaló Lis.

— Me los pondré, pero antes tengo que pedirte algo. ¿Recuerdas aquello que te dije de hablar antes de salir al escenario? Es... Eh... —carraspeó, tratando de encontrar las palabras adecuadas—. Mira, vas a quedarte sola un buen rato. Tú no emanas ningún olor fuerte y no perteneces a un grupo concreto de gente. Es lo normal en humanos. El caso es que... Me sentiría mucho más tranquilo si llevaras mi olor.

Lis aspiró el aire de golpe, consciente de lo que implicaba. Ser impregnada del aroma de un alfa indicaba posesión. Su loba canturreó, contenta ante la idea de que fuera él quien lo hiciera. Le encantaba el olor que desprendía, y no pudo evitar pensar en lo bien que quedaría ese aroma entremezclado con el suyo propio. Se estremeció de placer.

— No creo que sea buena idea. —saltó Seungmin, tragando saliva.

— N-No me importa, de verdad. —miró al vocalista, confiada—. Estaré bien, no te preocupes.

Seungmin asintió, pero se quedó cerca. Chan se aproximó a la chica, la abrazó y comenzó a desprender su aroma por todo su cuerpo. Paseó la mandíbula por el hueco del hombro de la muchacha, restregando las glándulas odoríferas sobre su piel, adhiriéndole feromonas en masa. Lis hizo acopio de todo su autocontrol para no desvanecerse allí mismo.

Las pastillas del representante Kim eran potentes, más que las suyas, pero su cuerpo estaba llegando al límite de lo que una híbrida normal soportaría bajo el influjo prolongado de los supresores.

No reacciones, no reacciones, eres humana, eres humana, se decía para mantenerse cuerda. Chris depositó un suave beso en el cuello de la chica y se retiró. Los ojos rojos volvieron a ser marrones y la respiración acelerada remitió a un suave arrullo vocal. Se había quedado satisfecho, más que satisfecho.

— Ya está.

— Bien, genial. Ha sido muy...

— ¿Íntimo? ¿Personal? ¿Erótico? —puntualizó Han, juguetón. Los otros miembros del grupo se habían quedado mirando, y si no fuera por los parches de feromonas es probable que se hubiera montado una buena fiesta... Y no precisamente de pijamas.

Lis enrojeció aún más de lo que ya estaba.

— Bueno... Sí... Eh... Curioso. —confesó, tímida.

Bangchan sonrió. Le alegró que lo aceptara tal y como era, y que incluso le gustara cómo se comportaban los híbridos como él. No había puesto en duda nada de lo que le había pedido, confiando en su persona y anteponiendo su bienestar mental. Si no la hubiera impregnado de su olor no se habría quedado tranquilo y su desempeño en el escenario habría sido sensiblemente menor.

— Gracias. —le dijo, sincero.

— A ti.

La puerta se abrió y uno de los técnicos del programa sacó la cabeza y asintió.

— ¡Es la hora! —exclamó.

Uno a uno fue saliendo, el último de ellos, Seungmin, le dio un ligero apretón en el brazo a la muchacha antes de seguir a los demás. Lis se desplomó en uno de los sofás. Ese grupo iba a ser su perdición.

— Veamos... —agarró el mando de la televisión pegada a la pared y la encendió—. El canal del programa es el tres...

Los presentadores eran Jaehyun de BOYNEXTDOOR, Sohee de RIIZE y Sung Han Bin de ZEROBASEONE. Un beta, un omega y un alfa. Balanceado. Al ver a Stray Kids subir al escenario, Lis aplaudió como si estuviera allí presente, emocionada. La presentación de 'LALALALA' junto con los backdancers fue impecable. La coordinación era espectacular, nada que ver con el ensayo previo. Las feroces expresiones de los miembros hacían gritar a las fans, y la música casi se veía opacada por sus voces.

En el ending fairy, Han hizo un símbolo de paz y seguidamente mostró una pistolita con el índice y el dedo medio, dando paso al siguiente. Lee Know no se esmeró demasiado y formó un corazón pequeño con la mano derecha... y Felix hizo exactamente y sin dudar lo que le había pedido la mánager.

— Mierda. —soltó, quedándose fría.

Pues claro. A estos chicos no les costaba nada hacer las cosas más bizarras y ridículas, y aun así quedarían bien. Había sido engañada por él y no había vuelta atrás.

— Tendría que haber pedido una cosa más loca, ¡un imposible! —se quejó, caminando por la habitación, nerviosa.

El grupo entró, eufórico, dando gritos y bailoteando. Había sido una victoria rotunda, sin desprestigiar, claro está, a los demás grupos. Olvidando el problema que iba a tener, Lis les aplaudió, entusiasmada y los abrazó uno a uno. No le importaba que estuvieran sudorosos y despeinados.

— ¡Lo habéis hecho genial! ¡Habéis estado espectaculares! —los vitoreó.

— Tú también tienes parte del mérito. —le dijo Changbin, engulléndola en un abrazo de oso. Al ser un poco más alta que él, se vio obligada a inclinarse un tanto.

— Sin vuestra confianza no habría sido posible.

Otros brazos la secuestraron del rapero, que dejó escapar un sonido de protesta. Felix se rio y la miró a los ojos.

— No creías que me iba a olvidar de nuestro trato, ¿verdad?

— N-No, claro que no... —puso la mejilla. Cuanto antes lo hiciera mejor.

El rubio negó con la cabeza.

— Ah-ah... Dije un beso, pero no dije nada de que fuera a ser en la mejilla.

Lis quiso preguntar a que se refería cuando de pronto los labios del chico se posaron sobre los suyos propios, demandantes y hambrientos. Emitió un gemido ahogado y cuando trató de apartarse, la mano de Felix la inmovilizó en el sitio por la nunca y no tuvo más remedio que seguirle el ritmo.

En el lugar solo se escuchaban los húmedos besos y los pequeños gemidos que dejaban escapar ambos. Los demás miembros asistían al espectáculo sin moverse, atónitos... y anhelantes. Al separarse, ambos jadeaban con fuerza y estaba segura de que cualquiera con el oído mínimamente fino conseguiría escuchar su corazón desbocado.

Felix se relamió las comisuras, adoptando una postura y expresión de falsa inocencia, pero con una sonrisa de oreja a oreja.

— Premio conseguido. —dijo, mirándola con ojos ambarinos.

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