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#Camilla de Feo
zapatotenis · 2 years
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TOPOLOGIE x CAMILLA DE FEO | 2023 eu.topologie.com/fr 
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hecatechilds · 3 years
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Acababa de despedir a Felipe y Ava, quienes habían decidido tomarse unas vacaciones lejos, como hacían siempre que sus hijos estaban mucho tiempo en casa. Por ella perfecto, tampoco los soportaba. Después de dejar órdenes al servicio y bromear con un par, la joven se dirigió a las habitaciones de los hermanos, deteniéndose frente a la de Ariadna— Cielo, ¿aún despierta? —consultó después de tocar la puerta. Aunque no esperó a recibir respuesta, simplemente entró y se dirigió con una sonrisa a la contraria, como si no acabase de recibir una larga lista de insultos por parte de progenitores—. La bruja malvada del Oeste y su esposo se han ido. No vamos a desperdiciar este tiempo sagrado durmiendo, ¿cierto? // @lovcdazed​
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neptunoyyo · 3 years
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UN HOMBRE SIN SUERTE
EL DÍA QUE CUMPLÍ OCHO AÑOS, mi hermana —que no soportaba que dejaran de mirarla un solo segundo— se tomó de un saque una taza entera de lavandina. Abi tenía tres años. Primero sonrió, tal vez por el mismo asco, después arrugó la cara en un asustado gesto de dolor. Cuando mamá vio la taza vacía colgando de la mano de Abi, se puso tan blanca como ella.
—Abi-mi-dios —eso fue todo lo que dijo mamá— Abi-mi-dios —y todavía tardó unos segundos más en ponerse en movimiento. La sacudió por los hombros, pero Abi no respondió. Le gritó, pero Abi tampoco respondió. Corrió hasta el teléfono y llamó a papá, y cuando volvió corriendo Abi seguía de pie, con la taza colgándole de la mano. Mamá le sacó la taza y la tiró en la pileta. Abrió la heladera, sacó la leche y la sirvió en un vaso. Se quedó mirando el vaso, luego a Abi, luego el vaso y finalmente tiró también el vaso a la pileta. Papá, que trabajaba muy cerca de casa, llegó enseguida, y todavía le dio tiempo a mamá a hacer todo el show del vaso de leche una vez más, antes de que él empezara a tocar la bocina y a gritar. Mamá pasó como un rayo cargando a Abi contra su pecho. La puerta de entrada, la reja y las puertas del coche quedaron abiertas. Sonaron más bocinas y mamá, que ya estaba sentada en el coche, empezó a llorar. Papá tuvo que gritarme dos veces para que yo entendiera que era a mí a quien le tocaba cerrar. Hicimos las diez primeras cuadras en menos tiempo de lo que me llevó cerrar la puerta del coche y ponerme el cinturón. Pero cuando llegamos a la avenida el tráfico estaba prácticamente parado. Papá tocaba bocina y gritaba «¡Voy al hospital! ¡Voy al hospital!». Los coches que nos rodeaban maniobraban un rato, milagrosamente conseguían dejarnos pasar y un par de coches más adelante, todo empezaba de nuevo. Papá frenó detrás de otro coche, dejó de tocar bocina y se golpeó la cabeza contra el volante. Nunca lo había visto hacer una cosa así. Hubo un momento de silencio y entonces se incorporó y me miró por el espejo retrovisor. Se dio vuelta y me dijo:
—Sacate la bombacha.
Tenía puesto mi jumper del colegio. Todas mis bombachas eran blancas, aunque eso era algo en lo que yo no estaba pensando y no podía entender el pedido de papá. Apoyé las manos sobre el asiento para sostenerme mejor. Miré a mamá y ella gritó:
—¡Sacate la puta bombacha!
Y yo me la saqué. Papá me la quitó de las manos. Bajó la ventanilla, volvió a tocar bocina y sacó afuera mi bombacha. La levantó bien alto mientras gritaba y seguía tocando, y toda la avenida se dio vuelta para mirarla. La bombacha era chica, pero también era muy blanca. Una cuadra más atrás una ambulancia encendió las sirenas, nos alcanzó rápidamente y nos escoltó. Papá siguió sacudiendo la bombacha hasta que llegamos al hospital. Dejaron el coche junto a las ambulancias y se bajaron de inmediato. Sin esperarnos, mamá corrió con Abi y entró en el hospital. Yo dudaba si debía o no bajarme: estaba sin bombacha y quería ver dónde la había dejado papá, pero no la encontré ni en los asientos delanteros ni en su mano, que ya cerraba desde afuera su puerta.
—Vamos, vamos —dijo papá.
Abrió mi puerta y me ayudó a bajar. Cerró el coche. Me dio unas palmadas en el hombro cuando entramos en el hall central. Mamá salió de una habitación del fondo y nos hizo una seña. Me alivió ver que volvía a hablar, daba explicaciones a las enfermeras.
—Quedate acá —dijo papá, y me señaló unas sillas naranjas al otro lado del pasillo.
Me senté. Papá entró en el consultorio con mam�� y yo esperé un buen rato. No sé cuánto, pero fue un buen rato. Junté las rodillas, bien pegadas, y pensé en todo lo que había pasado en tan pocos minutos y en la posibilidad de que alguno de los chicos del colegio hubiera visto el espectáculo de mi bombacha. Cuando me puse derecha el jumper se estiró y mi cola tocó parte del plástico de la silla. A veces la enfermera entraba o salía del consultorio y se escuchaba a mis padres discutir. Una vez que me estiré un poquito llegué a ver a Abi moverse inquieta en una de las camillas, y supe que, al menos ese día, no iba a morirse. Y todavía esperé un rato más. Entonces un hombre vino y se sentó al lado mío. No sé de dónde salió, no lo había visto antes.
—¿Qué tal? —preguntó.
Pensé en decir muy bien, que es lo que siempre contesta mamá si alguien le pregunta, aunque acabe de decir que la estamos volviendo loca.
—Bien —dije.
—¿Estás esperando a alguien?
Lo pensé. No estaba esperando a nadie o, al menos, no es lo que quería estar haciendo en ese momento. Así que negué y él dijo:
—¿Y por qué estás sentada en la sala de espera?
Entendí que era una gran contradicción. Él abrió un pequeño bolso que tenía sobre las rodillas. Revolvió un poco, sin apuro. Después sacó de una billetera un papelito rosado.
—Acá está, sabía que lo tenía en algún lado.
El papelito tenía el número 92.
—Vale por un helado, yo te invito —dijo.
Le dije que no. No hay que aceptar cosas de extraños.
—Pero es gratis, me lo gané.
—No.
Miré al frente y nos quedamos en silencio.
—Como quieras —dijo él, sin enojarse.
Sacó del bolso una revista y se puso a llenar un crucigrama. La puerta del consultorio volvió a abrirse y escuché a papá decir «no voy a acceder a semejante estupidez». Me acuerdo porque ese es el punto final de papá para casi cualquier discusión, pero el hombre no pareció escucharlo.
—Es mi cumpleaños —dije.
«Es mi cumpleaños —repetí para mí misma—, ¿qué debería hacer?». Él dejó el lápiz marcando un casillero y me miró con sorpresa. Asentí sin mirarlo, consciente de tener otra vez su atención.
—Pero… —dijo y cerró la revista—, es que a veces me cuesta entender a las mujeres. Si es tu cumpleaños, ¿por qué estás en una sala de espera? Era un hombre observador. Me enderecé otra vez en mi asiento y vi que, aun así, apenas le llegaba a los hombros. Él sonrió y yo me acomodé el pelo. Y entonces dije:
—No tengo bombacha.
No sé por qué lo dije. Es que era mi cumpleaños y yo estaba sin bombacha, y era algo en lo que no podía dejar de pensar. Él todavía estaba mirándome. Quizá se había asustado, u ofendido, y entendí que, aunque no era mi intención, había algo grosero en lo que acababa de decir.
—Pero es tu cumpleaños —dijo él.
Asentí.
—No es justo. Uno no puede andar sin bombacha el día de su cumpleaños.
—Ya sé —dije, y lo dije con mucha seguridad, porque acababa de descubrir la injusticia a la que todo el show de Abi me había llevado. Él se quedó un momento sin decir nada. Luego miró hacia los ventanales que daban al estacionamiento.
—Yo sé dónde conseguir una bombacha —dijo.
—¿Dónde?
—Problema solucionado. —Guardó sus cosas y se incorporó.
Dudé en levantarme. Justamente por no tener bombacha, pero también porque no sabía si él estaba diciendo la verdad. Miró hacia la mesa de entrada y saludó con una mano a las asistentes.
—Ya mismo volvemos —dijo, y me señaló—. Es su cumpleaños. —Y yo pensé «por dios y la virgen María, que no diga nada de la bombacha», pero no lo dijo: abrió la puerta, me guiñó un ojo, y yo supe que podía confiar en él. Salimos al estacionamiento. De pie yo apenas le pasaba de la cintura. El coche de papá seguía junto a las ambulancias, un policía le daba vueltas alrededor, molesto. Me quedé mirándolo y él nos vio alejarnos. El aire me envolvió las piernas y subió, acampanando mi jumper; tuve que caminar sosteniéndolo, con las piernas bien juntas. Él se volvió para ver si lo seguía y me vio luchando con mi uniforme.
—Mejor vamos pegados a la pared.
—Quiero saber a dónde vamos.
—No te pongas quisquillosa, darling.
Cruzamos la avenida y entramos en un shopping. Era un shopping bastante feo, no creo que mamá lo conociera. Caminamos hasta el fondo, hacia una gran tienda de ropa, una realmente gigante que tampoco creo que mamá conociera. Antes de entrar él dijo «no te pierdas» y me dio la mano, que era fría y muy suave. Saludó a las cajeras con el mismo gesto que les había hecho a las asistentes a la salida del hospital, pero no vi que nadie le respondiera. Avanzamos entre los pasillos de ropa. Además de vestidos, pantalones y remeras, había ropa de trabajo: cascos, jardineros amarillos como los de los basureros, guardapolvos de señoras de limpieza, botas de plástico, y hasta algunas herramientas. Me pregunté si él compraría su ropa ahí y si usaría alguna de esas cosas y entonces también me pregunté cómo se llamaría.
—Es acá —dijo.
Estábamos rodeados de mesadas de ropa interior masculina y femenina. Si estiraba la mano podía tocar un gran contenedor de bombachas gigantes, más grandes que las que yo podría haber visto alguna vez, y a solo tres pesos cada una. Con una de esas bombachas podían hacerse tres para alguien de mi tamaño.
—Esas no —dijo él—, acá. —Y me llevó un poco más allá, a una sección de bombachas más pequeñas—. Mirá todas las bombachas que hay… ¿Cuál será la elegida, my lady? Miré un poco. Casi todas eran rosas o blancas. Señalé una blanca, una de las pocas que había sin moño.
—Esta —dije—. Pero no tengo para pagar. Se acercó un poco y me dijo al oído:
—Eso no hace falta.
—¿Sos el dueño?
—No. Es tu cumpleaños.
Sonreí.
—Pero hay que buscar mejor. Estar seguros.
—Ok, darling —dije.
—No digas «Ok, darling» —dijo él—, que me pongo quisquilloso. —Y me imitó sosteniéndome la pollera en la playa de estacionamiento. Me hizo reír. Y cuando terminó de hacerse el gracioso dejó frente a mí sus dos puños cerrados y así se quedó hasta que entendí y toqué el derecho. Lo abrió: estaba vacío.
—Todavía podés elegir el otro.
Toqué el otro. Tardé en entender que era una bombacha porque nunca había visto una negra. Y era para chicas, porque tenía corazones blancos, tan chiquitos que parecían lunares, y la cara de Kitty al frente, donde suele estar ese moño que ni a mamá ni a mí nos gusta.
—Hay que probarla —dijo.
Apoyé la bombacha en mi pecho. Él me dio otra vez la mano y fuimos hasta los probadores, que parecían estar vacíos. Nos asomamos. Él dijo que no sabía si podría entrar porque esos eran solo para mujeres. Que tendría que hacerlo sola. Era lógico porque, a menos que sea alguien muy conocido, no está bien que te vean en bombacha. Pero me daba miedo entrar sola al probador, entrar sola o algo peor: salir y no encontrar a nadie.
—¿Cómo te llamás? —pregunté.
—Eso no puedo decírtelo.
—¿Por qué?
Él se agachó. Así quedaba casi a mi altura, o por ahí yo unos centímetros más alta.
—Porque estoy ojeado.
—¿Ojeado? ¿Qué es estar ojeado?
—Una mujer que me odia dijo que la próxima vez que yo diga mi nombre me voy a morir.
Pensé que podía ser otra broma, pero lo dijo todo muy serio.
—Podrías escribírmelo.
—¿Escribirlo?
—Si lo escribieras no sería decirlo, sería escribirlo. Y si sé tu nombre puedo llamarte y no me daría tanto miedo entrar sola al probador.
—Pero no estamos seguros. ¿Y si para esa mujer escribir es también decir? ¿Si con decir ella se refirió a dar a entender, a informar mi nombre del modo que sea?
—¿Y cómo se enteraría?
—La gente no confía en mí y soy el hombre con menos suerte del mundo.
—Eso no es verdad, eso no hay manera de saberlo.
—Yo sé lo que te digo.
Miramos juntos la bombacha, en mis manos. Pensé en que mis padres podrían estar terminando.
—Pero es mi cumpleaños —dije.
Y quizá lo hice a propósito, así lo sentí en ese momento: los ojos se me llenaron de lágrimas. Entonces él me abrazó, fue un movimiento muy rápido, cruzó sus brazos sobre mi espalda y me apretó tan fuerte que la cara me quedó hundida en su pecho. Después me soltó, sacó su revista y su lápiz, escribió algo en el margen derecho de la tapa, lo arrancó y lo dobló tres veces antes de dármelo.
—No lo leas —dijo, se incorporó y me empujó suavemente hacia los
cambiadores. Dejé pasar cuatro vestidores vacíos, siguiendo el pasillo y, antes de juntar valor y meterme en el quinto, guardé el papel en el bolsillo de mi jumper, me volví para verlo y nos sonreímos. Me probé la bombacha. Era perfecta. Me levanté el jumper para ver bien cómo me quedaba. Era tan, pero tan perfecta. Me quedaba increíblemente bien, papá nunca me la pediría para revolearla detrás de las ambulancias e incluso, si llegara a hacerlo, no me daría tanta vergüenza que mis compañeros la vieran. Mirá qué bombacha tiene esta piba, pensarían, qué bombacha tan perfecta. Me di cuenta de que ya no podía sacármela. Y me di cuenta de algo más, y es que la prenda no tenía alarma. Tenía una pequeña marquita en el lugar donde suelen ir las alarmas, pero no tenía ninguna alarma. Me quedé un momento más mirándome al espejo, y después no aguanté más y saqué el papelito, lo abrí y lo leí. Salí del probador y él no estaba donde nos habíamos despedido, pero sí un poco más allá, junto a los trajes de baño. Me miró, y cuando vio que no tenía la bombacha a la vista me guiñó un ojo y fui yo la que lo tomó de la mano. Esta vez me sostuvo más fuerte, a mí me pareció bien y caminamos hacia la salida. Confiaba en que él sabía lo que hacía. En que un hombre ojeado y con la peor suerte del mundo sabía cómo hacer esas cosas. Cruzamos la línea de cajas por la entrada principal. Uno de los guardias de seguridad nos miró acomodándose el cinto. Para él mi hombre sin nombre sería mi papá, y me sentí orgullosa. Pasamos los censores de la salida, hacia el shopping, y seguimos avanzando en silencio, todo el pasillo, hasta la avenida. Fue cuando vi a Abi, sola, en medio del estacionamiento. Y vi a mamá más cerca, de este lado de la avenida, mirando hacia las esquinas. Papá también venía hacia nosotros desde el estacionamiento. Seguía a paso rápido al policía que antes miraba su coche y en cambio ahora nos señalaba. Pasó todo muy rápido. Papá nos vio, gritó mi nombre y unos segundos después el policía y dos más que no sé de dónde salieron ya estaban sobre nosotros. Él me soltó, pero dejé unos segundos mi mano suspendida hacia él. Lo rodearon y lo empujaron de mala manera. Le preguntaron qué estaba haciendo, le preguntaron su nombre, pero él no respondió. Mamá me abrazó y me revisó de arriba abajo. Tenía mi bombacha blanca enganchada en la mano derecha. Entonces, tanteándome, notó que llevaba otra bombacha. Me levantó el jumper en un solo movimiento: fue algo tan brusco y grosero, delante de todos, que yo tuve que dar unos pasos hacia atrás para no caerme. Él me miro, yo lo miré. Cuando mamá vio la bombacha negra gritó «hijo de puta, hijo de puta», y papá se tiró sobre él y trató de pegarle. Los guardias intentaron separarlos. Yo busqué el papel en mi jumper, me lo puse en la boca y, mientras me lo tragaba, repetí en silencio su nombre, varias veces, para no olvidármelo nunca.
-Samanta Schweblin.
Relato extraído del libro Siete casas vacías.
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edicionesneutrinos · 5 years
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Título: Señora Fantasía
Autora: Paula Trama
Obra en tapa: “Sueño, abril”, tinta/digital, 2019. Juan Hernández
Poesía. Año 2020
Hay un territorio fronterizo donde los seres y las cosas parecen existir apenas enunciados, un lugar donde las palabras evocan animales y paisajes, situaciones y leves acontecimientos dotados de una intensa fantasía que sin embargo es tan real como este cuaderno donde escribo. Los libros reunidos en este volumen conforman un conjunto de potentes visiones, que se suceden en un ritmo sostenido y persistente. Un caballo, una remera, los nombres posibles del amor y de la ausencia, el vitalismo y la belleza, todas contraseñas perdidas que se quieren volver a recordar, para recuperar algo, cualquier cosa. Paula Trama, esa gran artista que desde sus múltiples proyectos supo y sabe interpretar nuestra confusa época llena de desvíos y posibilidades, con este libro nos conmueve una vez más, invitándonos a formar un poco parte de sus emociones y secretos.
Francisco Garamona
Antes del caballo El caballo no es un recipiente que acaricies y siempre esté llenándose Tan profundo e irritante es que parece anterior a la fauna Redondea los médanos, se enreda en los sauces fragmenta la arena Tan hostil parece y sin embargo no está presente No se sabe de qué caballo es parte parece anterior a los caballos Remera Con el pico de sol y el fin del almuerzo, aparecen las ambulancias. Entonces me pongo algodones en las orejas y salgo a la vereda a verlas pasar. Algunas se detienen cerca, se abren, y la calle se llena de médicos. Me pongo la visera y los sigo con la mirada: los más jóvenes van hacia el Coto. Tienen cuerpos casi gordos y los ojos inflamados. Inventaron una sensualidad de grupo, entre comprensiva y gélida. Uno me sonríe al pasar. Los médicos aman el suspenso, rechazan las dudas y el silencio. Los peores odian los síntomas. El mejor es el que usa la remera de calaveras. De él no espero antídotos, voy a la guardia al mediodía sólo para verlo hambriento. Y sin que me lo pida, me subo a la camilla y me quedo dormida. Entonces la verdad brota más rápido: él llama al restaurant, pule la manija de la puerta, recibe un mensaje de texto. No entiendo, no entiendo, no entiendo B es de escorpio. Escribe feo, pero habla hermoso. Se excita si algo es claramente tonto: un tipo le dijo “Me gusta cuando callas” mientras tomábamos té en un bar, y ella se fue con él. Al día siguiente la llamé con un libro de Neruda en la mano y le recité el poema completo. B pensó que era una tontería clarísima, pero no la calentó. Me dijo que no le gustaban los poemas. Y después se puso de novia con la new age, una que yo había visto primero. Mi esposa Fantasía, no entiendo qué pasa ayer llegué a casa y la cama estaba fría la cena también, estaba helada sobre el mar mi mirada hacía la plancha hacia las olas vuela una paloma blanca vuela que te vuela y se alejaba con los marineros, doce temporadas de la amistad entre los piratas, unas vacaciones de amor carnal y, al punto, parado sobre el hombro del capitán desnudo un pájaro verde cautiva su mirada La paloma y el loro, del descanso hastiados del oro y las alfombras vuela que te vuela, atraviesan las olas... tu eco en el tubo que a nada contesta frío, barajado enfila vagones, trenes de toallas una cae alguien se ha duchado, ha mordido mi cena duerme sobre mi cama ah, fantasía voladora uh, fantasía aventurera Turismo Estoy escondida leyendo a la poeta. El jefe me busca, pero yo me subí al mueble más oscuro y no me puede ver. Tengo vértigo y mi libro de poemas. Qué suerte que se desarma, hay poco espacio. Qué suerte que tiene letras fosforescentes, no hay casi luz. Alrededor, un monte de pelusas. Por debajo de los estantes, la librería en sí. Algo me corta el antebrazo: es una plaqueta de hierro, de una editorial fundida. Trae un poema feo calado a fuego que cae con ruido y vuelve obvia toda la situación. Tengo que bajar ya a atender, con mi libro en la mano. Caigo parada debajo de los spots y me reflejo en la vidriera: soy un bicho de pelusa con un tajo en una pata. Digo “hola!” cuando un grupo de clientes se arrebata “¡¿qué libro leíste, qué libro fue?!”. Toda la tarde vendo el libro de la poeta hasta agotarlo. Algunos se abalanzan sobre los últimos ejemplares y otros dejan señas y lágrimas. Los que salen felices sin el libro van a tatuarse los nombres de sus novias en la piel.
Paula Trama nació en Temperley en 1982. Es poeta, música y licenciada en Letras. Trabaja como profesora de literatura y coordina talleres de escritura de canciones. Publicó los libros de poemas Biblioteca Nacional (autoedición, 2006), La yegua y el caballo no existen (Diatriba, 2010) y Rosa y negro (Determinado Rumor, 2013). Como solista lanzó el LP AAAAAAAAAAA (2011). Con la banda Los Besos editó los EP 1 y 2 (2012), los discos Un disco de Los Besos (2016), Helados verdes (2017), Copia viva (2018) y Matemática sentimental (2019), y el cancionero Copia viva. Un libro de Los Besos (Triana, 2018). Integra el dúo Susi Pireli, con el que editó los discos Susi (2016) y Porcelana (2019).
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tarditardi · 5 years
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Balla con Samuele Sartini al Pineta - Milano Marittima (RA) e partecipa a Charity for Fun, l'asta benefica on line di Mai Più Solo
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Ad agosto 2019 l'associazione benefica Mai più solo lancia l'iniziativa "CHARITY FOR FUN". I giovani fan incontreranno personaggi famosi della musica, del cinema o televisione, del Food, dello sport. Il divertimento abbraccia il mondo della donazione, attraverso aste on-line sul sito www.maipiusolo.com
Le prime tre aste on-line sono dedicate a tre dei più noti dj italiani, che i vincitori potranno incontrare in tre dei locali estivi di riferimento.
Tra i protagonisti, oltre a Dj Matrix, che incontrerà i vincitori il 15 agosto al Beefly di Loano (SV), in Liguria Cristian Marchi, che invece sarà il 16 agosto al Lido di Bellagio (CO) c'è il marghigiano Samuele Sartini, infine, sarà protagonista di un dj set al Pineta di Milano Marittima (RA) il 17 di agosto.
Un club di livello assoluto come il Pineta non ha certo bisogno di presentazioni. E pure Samuele Sartini è ormai un riferimento per gli amanti della house melodica a livello internazionale.
I vincitori delle tre aste on line hanno diritto all'ingresso omaggio per due persone nel locale con consumazione, potranno conoscere il dj della serata e magari farsi qualche selfie con loro prima dell'esibizione in console ed intrattenersi alla console.
Nella foto sono ritratti due dj protagonisti di questa iniziativa benefica (Cristian Marchi in t shirt bianca, Samuele Sartini in t shirt nera).
Regolamento: Per partecipare all'asta online si scrive prima di tutto su Whatsapp al numero 339 3433962 indicando quale evento si vuole partecipare e la cifra si intende donare (donazione minima 50 euro).
L'asta on-line inizia lunedì 5 agosto e si conclude alle ore 18 del 12 agosto.I vincitori rispettivamente dei tre eventi verranno contattati nelle ore successive alla chiusura delle aste e dovranno effettuare la donazione indicata entro la giornata del 13 agosto su https://www.maipiusolo.com (si dona con carta di credito o paypal) indicando nella causale la frase: "Asta OnLine + nome del dj" (ovvero Dj Matrix, Cristian Marchi o Samuele Sartini). Questo il link esatto per effettuare le donazioni: https://www.maipiusolo.com/events/asta-on-line-charity-for-fun-incontra-il-tuo-personaggio-preferito-2/form
Mai Più Solo ringrazia gli artisti e i club coinvolti... e soprattutto chi deciderà di regalarsi una serata speciale facendo del bene!
Cos'è Mai Più Solo? L'attività di Mai Più Solo - www.maipiusolo.com - spazia attraverso diverse line d'azione: l'associazione tutela, attraverso percorsi di formazione e linee guida indicate, gli utenti degli strumenti tecnologici, affinché si faccia un uso consapevole e corretta esposizione dei propri dati sensibili, foto, video, siano essi privati o liberi professionisti. Si offre agli associati consulenza ed assistenza su un'ampia gamma di tematiche tutte riferite alla principale, uso consapevole della tecnologia. A titolo esemplificativo e non esaustivo, Mai Più Solo si occupa di web reputation, cyber-bullismo, vessazione, contrasto al disvalore dei rapporti umani attraverso la tecnologia affinché non ci si imbatta in vere e proprie trappole spesso, fatali che possono portare come è troppe volte accaduto all'annientamento della persona, fino al suicidio come in ricorrenti fatti accaduti. Mai Più Solo nasce nel 2019 ma affonda le radici dell'attuale progetto, attraverso l'impegno del Presidente Vincenzo De Feo, ingegnere informatico che già nel 2016 scrisse il primo protocollo di contrasto alle mode lesive dei nostri adolescenti, chiamato appunto: "Adolescenti lontano dai pericoli metropolitani".
CHI E' SAMUELE SARTINI
Samuele Sartini è un top dj house italiano molto attivo nei top club di tutto il mondo. La sua musica fa lo stesso:  ad esempio, la sua "Love You Seek / Seek Bromance" nel 2018 è stata scelta per la colonna sonora di "The 15:17 To Paris", film del celeberrimo premio oscar Clint Eastwood. Marchigiano, Sartini è spesso in console in eventi e club contano. Ad esempio, ha fatto scatenare party  legati al GP di Formula 1 nel Barhein, suona spesso al Jimmy'z di Montecarlo e in Italia è guest con costanza al Pineta di Milano Marittima e al Just Cavalli di Milano. In console ho stile preciso e una tecnica esemplare, ma più che di 'numeri' e gesti che sanno stupire, ogni suo suoi dj è pieno di musica e di melodia, ovvero si mette sempre al servizio di ha voglia di ballare. Samuele Sartini è anche un produttore conosciuto in tutto il mondo. Nella sua carriera Samuele Sartini ha remixato tracce di superstar come Calvin Harris, Roger Sanchez, Paul Van Dyk ed Armin Van Buuren ed ha all'attivo diverse hit all'attivo diverse hit recenti. E non è tutto: troppi non sanno che Avicii deve un po' del suo successo proprio a Samuele Sartini. Per la versione cantata del suo primo successo (Tim Berg – "Seek Bromance"), Avicii prese la voce da "Love U Seek", un brano pubblicato da Samuele Sartini nel 2011 su Do It Yourself. Questa canzone è tornata con Rework curato dal dj marchigiano nel gennaio 2018, una nuova versione che mette ancor più in in risalto la bella voce di Amanda Wilson.
Ecco come racconta la sua vita e i suoi inizi:  "Vivo nelle Marche, dove sono nato. Adoro la mia terra, anche se spesso nel fine settimana devo fare centinaia e centinaia di chilometri per raggiungere i locali in cui lavoro.  Ho due figli, Maria Camilla e Filippo Maria. Sono loro i miei veri unici successi… Ho iniziato mixando vinili e ricordo perfettamente le intere giornate che passavo in mansarda per imparare questa arte. Le prime feste, fino alla grande opportunità nel 2004 quando divenni Dj resident del Miu Miu di Marotta. In quel locale ho avuto la fortuna di affiancare tanti nomi importanti della scena house. Ho davvero cercato di carpire il meglio da ognuno di loro".
Media Partner: AllaDiscoteca.com facebook.com/alladiscoteca instagram.com/alladiscoteca www.alladiscoteca.com
Per informazioni ai media e al pubblico sulle Aste online di Mai Più solo: 339343362 (Lorenzo Tiezzi) [email protected]
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depoesiaypoetas · 6 years
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¿Qué es brucelosis? Pd. Ojalá te mejores pronto 🌻
Gracias por preocuparte, te voy a contar una historia bien ridícula casi de radionovela, pero real en serio... Hace dos meses casi que dejé de charlar con alguien y puse una barrera alta de distancia. Un muro que pinté de amarillo canario para que no se viera tan feo. Pero un muro es un muro. Eso no iba a ningún lado sano y había jurado diez mil veces que no soy una mala persona y no quiero lastimar a nadie. Y a quien primero estaba aventando hacia las vías del tren que llegaría en cualquier momento era a mí. Los puentes no se sostienen de un sólo lado y era mejor acelerar el proceso de desapego para que el incendio no quemara tanto. Sentía que eso no iba a terminar bien. Y creo que no lo hizo... Demasiado drama, pensaba. Pero mira si seré ridícula. Hace tres días que tengo dolor abdominal y yo que pensaba que eran mis intestinos irritables. Y el ibuprofeno sirvió para nada y así fui a trabajar con escalofríos y calambres abdominales. Tenia fiebre y cefalea...Y al ratito supe que ese sujeto del que ya no quiero hablar está en la cama 3 de observación adultos porque inició con cefalea y parestesias y su abdomen le duele...y fui a verlo porque me preocupé feo pero no duré mucho rato y no pude decir mucho porque salí directa a devolver el estómago... Tres veces. Y él seguía ahí acostado. Decidí recostarme tantito porque mis piernas temblaban y estaba muy preocupada por él. Aunque no me lo merezca ni él menos. Pero al ratito ya me vi canalizada y a una enfermera pasándome medicamentos. Pero yo quería trabajar, yo soy el médico, no el paciente. Me pasaron una carga de solución para una hora y me hice bolita porque estaba cansada. Cuando supe de él, ya se había ido porque se sentía mejor, sin medicamentos ni mucho menos. Se fue a su casa. Y seguí echa bolita con amigos y compañeros del hospital que me acompañaron. Cuando se terminó mi suero, el doctor cirujano pidió que me pusieran otro para que descansara. Pero yo quería trabajar. Igual nadie me hizo caso. Hasta que en la habitación vecina se escuchaban reflejos nauseosos de alguien que en serio se sentía mal y también estaba vomitando. Y canalicenlo y pasen líquidos y lo mismo que le dejaron a Clara...y era el sujeto en cuestión en la otra habitación porque la señora de intendencia fue a decir que se estaba muriendo y me preocupé de nuevo, pero no se lo diría. Mandé a todos a preguntar cómo estaba. Pero no hacia falta porque se oía que en serio era una cochinada. Yo me bajé de la camilla y traté de pasar discreta y me puse a trabajar, hacer notas, llevar sangre y laboratorios a otros pacientes. Con la venoclisis en el brazo. Y él estaba mal. Y quería saber qué le pasaba. Pero yo también estaba mal y terminé por alejarme de ahí a sentarme a otro sitio. Seguía mandando a todos a preguntar cómo estaba. Más tarde me dijeron que los laboratorios dieron para brucelosis. Los míos y los de él. La brucelosis se transmite por comer res o leche no pasteurizada. Incuba de 6-8semanas. Casi el tiempo que llevo sin hablar con él. Todos supusieron que seguro fuimos a algún sitio a comer algo juntos... Hace tanto. Pero qué le digo. Esto no es cursi, es muy ridículo. Él se fue a su casa y yo me quedé de guardia...tonta brucella que debías enfermarme junto con él de todas las personas posibles. Tontos sudores y fiebres nocturnas que tardarán en salir. Pero saldrán. Para eso líquidos y antibióticos. Ya se irá la brucelosis. Igual que él que no nos queda tanto cerca. Antibióticos y distancia porque Clarita es una orgullosa. Que lo único que nos une ahora es la brucella. Sólo espero que esté bien, que tome líquidos y descanse...
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lemmythelemuel · 2 years
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Resumen de He told me Everything
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La historia comienza con Chris murmurando: "Ojala fuéramos una familia agradable", Dave, su padre lo escucha furioso y le cuestiona porque ha dicho eso, su hermana Emma es agradable y es una buena niña, su madre es agradable, y según sus clientes y compañeros del taller mecánico, el es una persona muy agradable, Chris le da la razón, son buena gente, pero el no se refería a eso. Lo que Chris quiere es que sus padres tengan trabajos exitosos, que tengan dinero, una casa mas grande, Chris básicamente quiere ser un niño pijo rico, y no soporta que su familia sea tan ruidosa, una madre chillona, un padre muy gordo, Chris no quiere eso, todas las mañanas en el autobus, mira los chales y se imagina a el viviendo en ellos, fantaseando. La madre de Chris le encarga tirarle la basura a la señora Thomas, una profesora de literatura Jubilada que les enseño a estos cuando eran niños, y de paso pasear a Porkchop su "estúpido Perro", Chris siempre quiso uno, pero Dave se nego a comprarlo ya que habían miles de perros que adoptar, esto fastidio a Chris, el quería uno de pura raza al que adiestrar, y Porkchop era feo y tonto, La señora Thomas era muy agradable, y era increíble que siendo una viuda y muy mayor, pudiera cocinar y limpiar ella sola, incluso le ofreció a Christopher (como ella le llama) ayudarle con sus deberes de literatura cuando hiciera falta, pero para Chris, ella no le podía ayudar, estaba desfasadas, y el no quiere ser un hombre de literatura, quiere ser un hombre de ciencia. Cuando iba a la Middle School, los alumnos hicieron una visita al instituto para apuntarse a los clubs, alli vio el club de ciencias del señor Little, el cual tenia una reputación increíble, lamparas de lava, explosiones controladas, y casi siempre ganaban las ferias de ciencias, Chris se apunto a ese club y ninguno mas, porque ¿Para que ir a un club inferior estando con los mejores? Chris tenia muchas ganas de hacer el cierre de clase esta semana, una noche donde toda la clase se quedaba encerrada en clase y hacia un experimento que se repetía todos los años diseñado por Little, dicen que es una experiencia que te transforma y te cambia la vida, y un cambio es lo que quería Chris, quería ser de los mejores. Chris se estaba preparando para las clases de mañana, pero entonces vinieron "sus amigos" Josh y Kyle, para Chris ellos eran unos perdedores que no aspiraban a nada, pero estuvo con ellos siempre porque vivian cerca y se criaron juntos, para el, estaba claro que debia buscar nuevas amistades en el primer año de instituto. Al dia siguiente, Chris asistió a su primer dia en la clase del señor Little, este les impresiono con una bola de fuego y les dijo que aprenderian eso y mucho mas, tambien les dio papeles para que sus padres firmaran para no hacerse responsables de riesgos y esas cosas, tras eso, dijo que después del almuerzo se haria una Reunión para hablar del experimento nocturno, y animo a todos a asistir, pues da puntuación extra. Alli Chris conoce a Sanjeet, o San para los amigos, quien le invita a almorzar con sus amigos Malcolm y Brooke, estos se empiezan a reir de la otra clase de ciencias, la de la señora Harris, y Chris se une a las bromas pese a saber que sus amigos asisten a esas clases, pero ellos se lo buscaron por no aspirar a mas. Una vez después de comer, todos asistieron a la Reunión de Little, este les hablo que para el experimento hace falta un sacrificio, para tener una transformacion (justo lo que Chris queria) tras eso, explico el experimento: A cada alumno se le asignara un Cubiculo con una mesa y una camilla para echarse una siesta mientras se completa el experimento, en la mesa estara el Kit de cientifico loco de Freddy Fazbear, y dentro habra una solucion llamada FazGoo, los alumnos deben echar Fazgoo en un platillo y con los alicates el sacrificio: Arrancarse uno de sus propios dientes, los alumnos lo echaran en el Fazgoo y deben esperar resultados, la noche del encierro explicara que debe ocurrir, cuando el experimento acabe deben poner en una bolsa de residuos toxicos los restos y darselos a Little para que se deshaga de ellos, tambien hay un rumor, los que aceptan hacer el experimento sobrepasan mas que los que no lo hacen, se vuelven mejores que nadie, ademas ganas 500 puntos en la nota y eso es aprobado asegurado, tras eso da un permiso para los padres y les pide que mantengan lo del experimento en secreto, sobretodo lo del diente. Chris estaba aterrado, queria hacerlo, queria cambiar, pero siempre le habian dado miedo los dentistas, incluso para una limpieza, y ahora debe arrancarse un diente el mismo, asi que decide usar un diente de leche que tenia guardado desde niño, justo entonces vienen Josh y Kyle que querían invitarle a ver la nueva peli de los Revengers, pero Chris se niega diciendo que tiene que prepararse para el encierro, Josh le advierte que no se meta mucho en esa clase, porque segun dicen, parecen una especie de culto, tras unas discusiones, estos se fueron y Chris pudo notar como su amistad se estaba rompiendo, pero era lo mejor, para su cambio. Al dia siguiente, Chris fue a estudiar con San, Brooke y Malcolm en una cafeteria y hablaban sobre el experimento, el año anterior un alumno fue trasladado a la clase de Harris por no seguir los pasos del experimento correctamente, tuvieron que juntarle de nuevo unos dedos que habia perdido por no seguir las instrucciones, pero seguramente era culpa suya. Llego la noche del encierro, todos estaban asustados por lo del diente, pero nadie se echo atras, Little habia ordenado pizza para la cena y mientras llegaba, explico el experimento, un alumno pregunto si ese kit era de juguete, a lo que Little advirtió que es peligroso tratarlo como tal, tras repetir lo que dijo en la Reunión anterior, siguio con la explicación, una vez el diente este en el Fazgoo, deben colocar un dedo en la sustancia, y esta creara un hilo que conectara el fazgoo a su dedo, este hilo absorberá glóbulos rojos que alimentaran al Fazgoo y al cabo de unas pocas horas una boca crecerá, te dira con tu voz algo que no olvidaras en la vida y entonces morirá, el experimento acabara, ponen el fazgoo en la bolsa, se lo dan a Little y para casa. Tras esa explicación llegan las pizzas, cenan y empieza el experimento. Chris en su cubículo escucha como la gente grita y se queja al arrancarse el diente, el fingio hacerlo y tras eso, puso el diente de leche en el fazgoo, tras eso coloco el dedo, formo el hilo y se fue a dormir, Chris podia soñar como se convertía en un gran cientifico, entraba en una universidad buena y se hacia un hombre de exito haciendo grandes descubrimientos, pero de repente vio como ya no tenia dientes, se les habian caido todos Chris desperto de la pesadilla y vio su experimento, todo seguia igual, pero podia oir susurros desde otros cubículos, tras eso escucho a Brook sorprendida, esta salio con la bolsa y se la dio a Little diciendo: "Me lo ha contado todo", y se marcho, tras eso, mas niños se fueron yendo repitiendo lo mismo, y la misma frase, pero Chris seguia ahi, su experimento no avanzaba, Chris empezo a asustarse, ha fracasado, nunca sera nadie, hasta que de repente se sintio como que algo drenaba su energía, era el Fazgoo ¿estaba funcionando? Entonces decidio dormir un poco mas. Chris desperto, el Fazgoo habia crecido un poco, Little entro para ver como le iba, menciono que aun quedaba mas gente por acabar, pero vio que el experimento de Chris se veia diferente, este lo tranquilizo y dijo que era casi imposible fallar el experimento y le animo a seguir, y que estaba muy interesado en el resultado, esto alegro a Chris, Little le habia dado su aprobación, en cierto punto, Chris era el único que quedaba por acabar, pero Little le dijo que tuviera paciencia, el no se iba a ir si Chris no lo hacia, tras eso, Chris se sintio cansado y se desmayo. Al despertar vio el horror, el Fazgoo habia crecido un monton, ni cabia en la bolsa de residuos, tenia forma de un torso humano, aunque aun era rosa, esta latia a un ritmo que le sonaba a Chris, este vio su dedo con el hilo y ahora era enorme, Chris reconocio el ritmo, era su corazón, de repente, Chris tenia unas ganas incesantes de ir al baño, llevaba horas ahi, pero ¿como lo iba a hacer con esa cosa conectada ahi? pero de golpe, ya no tenia ganas, y la cosa rosa expulso un misterioso liquido amarillo que hizo un charco, ¿Era pis? ¿Su pis? Chirs estaba muerto de vergüenza, pero confuso, ¿El pis habia pasado por el hilo (que ahora parecia un cordon umbilical) y habia salido por esa cosa? Este se alarmo y con los alicates decidio cortar el hilo, pero noto que se ahogaba, cayendo al suelo sobre su propia orina y jadeando como un perro sin aliento, esa cosa estaba conectada completamente a el, con sus organos, no podia salir. Chris no queria ver esa cosa mas, asi que se fue a la camilla y miro para otro lado, hasta que su vision se volvio borrosa, este toco su ojo y vio el horror, su ojo izquierdo ya no estaba, este miro el cordon y observo como un orbe se dirigia hacia la cosa rosa de repente pop, la cosa rosa tenia su ojo y miraba a Chris, entonces Chris descubrió la horrible verdad, estaba siendo un donante de organos para esa cosa, este empezó a gritar a Little por ayuda, pero no habia respuesta, este empezó a sentirse cansado y se durmio. Al despertar vio a la cosa, ya no era rosa, parecia un niño, parecia Chris, incluso llevaba la ropa de Chris, ¿eso significa que el verdadero chris estaba desnudo? este se miro, ahora el solo era una masa viscosa con un ojo, la criatura se levanto de la meza y se dirigio a la camilla, Chris lo miraba, y se dio cuenta, esa criatura le iba a suplantar, iba a ser el nuevo Chris, este, con las pocas fuerzas que tenia, le pidio que fuera bueno, que tratara bien a Emma, a sus padres, a la señora Thomas, y a Porkchop, pues ahora ellos serian su familia, tras eso, vio como su otro ojo y el resto de órganos eran absorbidos por la criatura, hasta que Chris se volvio solo una masa de carne vacia. El nuevo Chris, cogio la masa y la coloco en la bolsa, tras eso salio del cubículo, alli le esperaba Little quien le deseaba unos buenos dias y le pregunto como fue, Chris contesto: "Me lo ha contado todo", le dio la bolsa a Little y se fue, hoy era un precioso dia.
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fans-book-forever · 6 years
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Capítulo 15 > NO TE ESPERABA - WIGETTA
Estaba por anochecer cuando Guillermo despertó de su inconciencia. Ana, su madre, aun no llamaba a su móvil, por lo que supuso era de esos días en que no llegaba a casa por el trabajo. Samuel le explicó, con toda la tranquilidad que aun tenía, por lo que había pasado en las horas pasadas. El doctor dejó descansar a Guillermo un par de minutos antes de volver a aparecer en la habitación. -Buenas tardes a todos. Entiendo que es un ambiente poco grato para los presentes, por lo que intentaré ser lo más rápido y explicito posible. -el doctor aclaro su garganta y miró a Guillermo. - Se le realizaron diversos estudios al señor Díaz y sus recuentos estaban completamente normales. -el doctor repaso los exámenes sujetos a una tablilla y volvió a mirar al omega. -Su presión está anormalmente baja pero las conclusiones las sacaremos en un minuto. La habitación estaba inundada en un silencio sepulcral. Guillermo esta sentado en la camilla, sujetando su vientre con ambas manos. A su lado estaba Samuel, con un vaso de café casi vacío y un sándwich a medio comer. En el sofá se encontraba Frank con Alex en su regazo dormido, portando la gran sudadera que minutos atrás le había proporcionado su novio. -La mayor preocupación fue su repentino sangrado rectal. Por lo que me comentaron, el señor Díaz no tiene alfa ni marca, aunque el padre del bebé si se encuentra junto a él. El joven Díaz se encuentra actualmente pasando por “placenta previa”, lo que le originó el sangrado. -¿Eso es grave? Porque si es grave necesitamos saber con detalle los pasos a seguir desde ahora y si el bebé tiene algún daño porque… -Señor de Luque por favor cálmese. La placenta previa es una condición más común de lo que usted cree, sobre todo en los omegas varones. Por la ecografía pudimos deducir que la razón de esta condición es que el feto esta posicionado de forma incorrecta y esto no afecta a su salud, aunque si la del omega. En una omega femenina tiene diferentes variables, puesto que este mismo tipo de placenta previa le prohibiría dar a luz en forma natural. En el caso de Guillermo es necesaria la cesárea, por lo que no hay que preocuparse por eso. -¿E..en..tonces solo es que mi bebé esta de nalgas? -Exactamente joven Díaz. Por otra parte, el desmayo que sufrió si puede ser algo más complicado. Sabemos que algunas condiciones en nuestro organismo, muchas veces están ligados a la persona con la que se está. La presión, los niveles hormonales y la temperatura son uno de los factores que se regularizan por la cercanía o lejanía que pueda tener una pareja alfa-omega. Una baja presión en el embarazo puede provocar desmayo, los cuales pueden llegar a ser mortales para el feto, puesto que nunca se sabe dónde pasara. -Yo tengo una pregunta con eso. -Frank levantó el brazo como un niño pequeño y la volvió a acomodar rodeando al omega. -entendí la parte de los cambios y esas cosas. El asunto es que mi omega está embarazado y yo soy beta. Él tiene algo así como un pequeño problema de ira y me preguntaba si eso de alfas y omegas juntos era como tener a un padre beta. -En el caso de un embarazo con padre beta, las cosas son un poco diferentes. El padre beta no puede regularizar todo aquello que un alfa puede hacer en su pareja y, a su vez, el omega embarazado no sufre tantos cambios en su organismo. En ese caso el mejor tratamiento es no exponer al omega embarazado a mucho contacto con alfas. -¿Entonces yo debo aislarme de los alfas también? -En su caso joven Díaz, el diagnóstico es lo opuesto. Debe intentar establecer más intimidad con el alfa del bebé. Con eso no quiero decir que la intimidad sea en un ámbito sexual, ya que parte de su tratamiento es abstenerse del coito. También necesitara permanecer en cama y haciendo el menor esfuerzo posible. -Yo me haré cargo de que cumpla las indicaciones doctor. Muchas gracias. -Samuel le estrechó la mano y lo acompañó a la puerta mientras este le pasaba un par de papeles. +++ Guillermo logró salir del hospital 2 días mas tarde. Su madre, Ana, había estado mensajeando desesperada a su móvil desde que le había llegado la llamada del hospital. Se encontraba en el aeropuerto de Roma cuando recibió la noticia e hizo todo lo posible por conseguir un vuelo de vuelta a casa para estar con su bebé. Pese a todos los intentos de sus compañeras para enviarla a casa, el itinerario que debía cumplir no pasaba por España hasta dentro de una semana entera. Samuel se ofreció, ante Guillermo, para acompañarlo en casa mientras su madre no estuviese. Le repitió cientos de veces que no era un problema para él y que, ahora que había terminado la pasantía en el instituto, tendr��a mucho tiempo libre para dedicarlo al omega y su embarazo. -Ayer ya descubrimos que mis habilidades culinarias están desastrosas, así que debemos pensar en un plan para hoy. -Samuel pasaba las paginas de un libro de cocina. -Siempre está la posibilidad de que yo cocine. No me siento mal y te tendré por si me pasa algo. -Guillermo intentó salir de la cama pero Samuel le dio una de sus severas miradas para volver al libro. -Puede bajarte la presión y desmayarte Guillermo. Desmayarte en la cocina, que esta llena de cosas afiladas. -Estas exagerando las cosas. -de la mesita de noche sacó el toma presión, acomodándolo en su brazo. Samuel dejó el libro sobre el escritorio y se acercó a ver la pequeña maquina en el brazo del omega. -Te dije que me sentía mejor. El omega se levanto con la ayuda del alfa y se puso sus pantuflas de tortuga. Vestía un afelpado pijama de osito y un gran gorro de lana. Su vientre sobresalía redondo, a la altura de la panza del pijama, luciendo como un niño pequeño que ha pasado toda la tarde comiendo golosinas. El primer día con Samuel en casa había estado lleno de vergüenzas. En cuanto llegaron, Guillermo apenas tenia fuerzas para subir a su cuarto, por lo que el alfa debió cargarlo al estilo nupcial. En cuanto llegaron, encontraron en medio de la cama una gran mancha roja. Guillermo, al estar inconsciente en el momento que sucedió el sangrado, no podía explicar como era que su cama estaba de tal forma, y en su mente se comenzaron a idear macabros planes de como es que mataron a alguien cobre su lecho. No habían pasado muchos minutos de sueño cuando el omega había sentido esas irresistibles ganas de orinar, propias del embarazo. Había intentado correr al baño y cuando ya se hallaba dentro, apareció el alfa en la puerta, con su camiseta en mano y una expresión confusa en el rostro. -Supongo que podríamos llegar a un trato. +++ -No estas cortando los vegetales correctamente, Samuel. -el omega intentó acercarse al alfa, pero este retrocedió con el cuchillo en mano. -Te puedes hacer daño Guillermo. El omega retrocedió, sentándose en una silla llena de cojines, y suspiró mirando hacia Samuel. ‘No esta cortando como le dije. Va a hacer que queden crudos y sabrán feo. ¿Cómo es que me podría dañar al compactar la carne para una hamburguesa?’ -Necesito la cesta de condimentos para aliñar la carne de la hamburguesa. Está frente a ti. -El doctor dijo que no debes poner muchos condimentos ni picantes porque te dolerá la panza luego. -No pienso comer todo tan desabrido. -el omega se levantó sujetando su vientre para caminar hasta la barra, tomando la pequeña cesta de condimentos y volviendo a su lugar. -Pero cuando termines de darle sabor me la pasas para darle forma. -No me voy a morir por darle forma a una hamburguesa. -Guillermo rodó los ojos y siguió en su trabajo. Samuel miró los desprolijos trozos de verduras y se sintió mal por su comportamiento en los últimos días. -¿Qué harás con el instituto? Se que el médico dijo que necesitas reposar pero también creo que esta parte de la educación es importante para decidir lo que quieres a futuro. Guillermo se levantó sujetando el plato de las hamburguesas, y se acomodó junto al alfa, poniendo aceite en un sartén. -En la mañana me llegó un correo desde la dirección. -el omega puso los trozos de carne sobre el teflón y miró entre las salsas de la alacena. -Me citaron para hablar con el director. No dice algo como “necesitamos atender el problema” pero, es algo que se puede intuir. -se decidió por una salsa negra viscosa que puso al sartén. -Te acompañaría pero seguramente el director no me querrá ver ahí. -el alfa puso las verduras por parte para comenzar a saltearlas. -Creo estar bien con su charla eufemista. -hizo un gesto vago con la mano en el aire y sirvió la comida. En el fondo, Samuel sabía que estaban actuando como una familia antes de ser siquiera una pareja. Le gustaba ver al omega, con su notable pancita, cocinando parte de la comida en la mesa, y con Samuel terminando el trabajo en la cocina. Se lo imagina, luego de comer, en la cama tomando una siesta y yendo Samuel a despertarlo para comer la cena que él prepararía luego de ver algún tutorial en YouTube. Casi al anochecer verían su serie en Netflix, mientras toman chocolate caliente. El omega se dormiría en medio del capítulo por lo cansado que está el embarazo, y por eso Samuel deberá cargarlo a la cama. Eso sonaba muy bien. -¿Samuel dónde estás?. -Guillermo movía la mano de un lado a otro frente a su rostro. -¿La comida no quedo bien? -No es eso. -sonrió amistosamente y sigua comiendo de los desformes vegetales, un poco quemados, a decir verdad. -Estaba pensando en como explicarle a tu madre lo del bebé. -Aún tenemos tiempo para pensarlo. Quedan al menos 4 días para que llegue. -¿Sueles pasar así tus días? Me refiero a el hecho de que tu madre no llegue en varios días… -Mamá es azafata. Desde que se enteró del bebe, ha estado tomando unas rutas mas extensas para ganar bonos de temporada. -el omega miró el plato mientras jugaba con su contenido. -Antes se tardaba máximo 2 días en volver a casa, pero ahora es normal que llegue tras una semana, descanse un par de días y vuelva a rutas largas. -Yo… lo siento mucho pequeño. Sabes que cualquier cosa me puedes llamar para que venga aquí y supervise todo. De todas formas, espero llegar a un acuerdo con ella en cuanto llegue. +++ Guillermo se había despertado más tarde de lo habitual a la mañana siguiente. Cuando vio la hora, saltó de un brinco para correr, entre lo que podía, hacia el armario. Se puso los únicos pantalones que aun le quedaban y un vestido bastante corto, aunque justo para su pansa, que había encontrado en un cajón de descuentos. Estaba por salir de la habitación cuando un atontado Samuel, vestido solo en bóxer, se le apareció por delante. Miró de reojo el escultural cuerpo del alfa y negó efusivo con las mejillas al rojo vivo. -Debo ir a la charla con el director. Voy atrasado. -pasó por el lado y bajó las escaleras con cuidado. -Ten cuidado con los taxis… -‘Ten cuidado con el taxi. ¿Es en serio Samuel?’ -Claro. Volveré para el desayuno. -el omega abandonó la habitación y se puso junto a la vereda esperando por el taxi. +++ -Señor Diaz, el director ya esta disponible en su oficina. Guillermo se quedo unos segundos apoyado en el mesón, recobrando el aliento, y se adentró en la elegante oficina. -Tome asiento joven Díaz. -el anciano beta le apuntó con un lápiz el sofá de cuero frente a su escritorio y volvió con su mirada hacia los papeles. -Lamento la tardanza señor. -Guillermo tomó asiento, aun con la respiración agitada. -No es problema. -el beta le dirigió una sonrisa no tan amistosas y junto las manos sobre le escritorio. -Imagino que el embarazo lo tiene cansado. A Guillermo no le gustaba como aquel señor usaba la palabra embarazo. Sentía que su entonación le hacia sonar un tanto cínico. -Señor, ¿Por qué motivo me citó hoy?. -jugaba inquieto con sus manos apoyadas en los muslos. -Algunos alumnos me comentaron que su gestación ya va por el quinto mes. -el director apoyó el mentón sobre las manos y se acercó. -Para el centro de padres, y la dirección del instituto, nos resulta un poco inquietante como es que su embarazo afecta al alumnado. Guillermo se tensó. Aferró sus manos, ya sudadas, sobre el pantalón, asustado. -No queremos que el instituto se vea afectado por un descuido en un adolescente poco instruido, por lo que decidimos llegar a un consenso sobre su estadía aquí. -el beta removió unos cuantos papeles dentro del cajón y tomo un sobre. -Pensamos que su estancia en esta institución podría afectar la responsabilidad de algunos estudiantes. -le extendió el sobre sellado. -Por lo que le pedimos que su estadía aquí sea pospuesta hasta que el embarazo haya culminado y se sienta apto para retomar sus estudios con normalidad. ¿Me..me.. esta echando por un embarazo…? -los ojos de Guillermo se aguaron mientras tomaba el sobre y luego envolvía los brazos en su abdomen. -Se encuentra temporalmente expulsado señor Díaz. Sabemos que es lo mejor para usted. -el director se levanto de su asiento y extendió la mano a Guillermo, para que se la estrechara.
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diarythingsnohe · 3 years
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Carta para mi novio cuando estoy triste.
Las noches que me invade el estrés por pensar en cosas del futuro, a veces me viene la ansiedad. ¿Qué es un ataque de ansiedad? Es un temor acompañada de nerviosismo, sentimiento de miedo que va a pasar algo malo, no se sabe qué, solo que algo puede pasar, me quita la tranquilidad. Por favor no pienses que es tu culpa, o que no me siento bien contigo, yo me siento feliz contigo. El estrés es inevitable cuando sientes mucho peso sobre tus hombros, cuando te sientes señalada. Se siente mucha presión, si en el pecho. No quieres defraudar a nadie, sin embargo sientes que haces mal las cosas y te sientes culpable por los comentarios acerca de como sos. En los días así, por favor solo abrázame, no me digas nada, solo acompáñame.
El riesgo a que sea una pésima persona por tomar decisiones que no son compatibles con mi familia hace que me estrése demasiado. Recuerda que soy un títere y las personas siempre quieren al títere haciendo lo que ellos dicen ¿Qué debería hacer cuando no quieres hacer lo que los demás dicen que es lo mejor para ti? ¿Dime? que debería hacer? Yo no lo sé, le lloro a Dios preguntándole que hacer, es muy duro y confuso para mi pensar. Sos un ángel demasiado hermoso y me ayudas demasiado a seguir adelante pero hay veces que me apago y no quiere decir que ahí me quedaré, hay veces que uno tiene que sacar todo lo malo de su cuerpo y solamente llorar para sentirse plena. Por favor no digas que no me siento bien contigo, te amo mucho y quiero una vida larga junto a ti, solo, entiende que no puedo estar bien 24/7 mi familia me mete mucha presión y yo solo soy una humana que intenta hacer todo bien para todos. Esto no se trata de mi pasado, se trata del futuro.
Para que me entiendas porque tengo que permitirme llorar y dejar salir el estrés, te contaré mi historia de ataque de estrés, pánico y ansiedad.
¿Qué pasó cuando fui a parar a la clínica?
Yancy exploto en estrés, no pude más, no puedo evitarlo, en serio me sentia estresada y demasiado agobiada. Mi respiración ese día no estaba en cincronizacion con mi mente ¿Sabes que duro es querer hablar con alguien en esos momentos? es bien jodido no poder agarrar el teléfono porque tu cuerpo tiembla y tus manos no te responden, yo intenté! recordé lo que tú me dijiste 'se fuerte, sos una guerrera' quise llamarte cuando me sentí que no podía más, fallé. Logré agarrar el teléfono y buscar tu contacto, sin embargo cuando lo encontré no pude dar un simple click en el círculo verde para llamar, no pude, te juro que yo intenté. Ni siquiera podía secar mis lágrimas porque no podía levantar mis manos. Mi perro se alarmó (terry) estaba conmigo y el empezó a ladrarme y se tiro a mi estómago y luego se bajo al piso y luego de nuevo a mi cama y no paraba de ladrarme. Él sabía que algo andaba mal, yo también lo sabía pero no podía controlarme. No podía gritarle a nadie, te juro que yo quería gritarle a alguien pero no podía. Pase como 15 minutos así y luego entro la Iris que quería cambio de un billete y me dice 'Yancy, que pasa?' Y yo solo seguía llorando y le grite 'Irisssss' y empece a llorar aun más fuerte como un bebé. La Iris llamó a mi mami y a mi primo y todos preguntándome que me pasaba, yo no sabía como responderles, apenas podía respirar. Mi abuela me agarro y terry no paraba de ladrarme, la Iris no dejaba de gritar 'no puede respirar, llevemola al hospital!!!' El chele me agarro chineada y me metió en el carro, me fui hasta descalza. No paraba de respirar feo, profundo y llorar y llorar. Que caos ocasione. Llegué a la clínica, estaba lloviendo, entre descalza y no dejaba de respirar feo y me llevan a una camilla y me revisan los ojos con una lamparita, me preguntan como me llamo y que hago de hobi, recuerdo todo muy bien. El doc me empieza a decir 'calmate, calmate, no te va a pasar nada, respira lento, respira lento, llora si quieres llorar' . pone su mano en mi pecho haciéndome presión y me da indicaciones de como respire. Me largo calmar un poco, luego entra una enfermera y me pincha y me ponen calmantes para dormir. Luego el doc empieza a preguntarme cosas... me dormí, desperté a las 2 horas. Me desperté llorando, me sentía mal y apenada por todo el drama que había echo.
No te imaginas que sentimiento más feo el que se siente el no poder respirar normal y querer gritar por ayuda y eso mi amor, es un ataque de estrés con ansiedad. Por eso siempre que siento estrés, me permito sentirlo, porque si lo acumulo exploto y volvería a ir a parar a un hospital, otra vez. Por favor no te culpes ni me digas que no me siento to bien contigo, claro que me siento bien contigo, pero las obligaciones de mi familia son muy grande y eso hace que yo me estrese y me ponga ansiosa, tu no tienes la culpa de nada, ni nada de malo. Tu solo me alegras la vida.
Solo quiero que entiendas que tu eres luz en mi vida y yo solo una humana con demasiadas preocupaciones que hacen que no pueda dormir y me provoque insomnio
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zapatotenis · 2 years
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TOPOLOGIE x CAMILLA DE FEO | 2023 eu.topologie.com/fr 
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russianyaz · 3 years
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Campeonato del Mundo DH2021: Val di Sole, entrenos
Campeonato del Mundo DH2021: Val di Sole, entrenos
Me tengo que comer mis palabras de que no podríamos tener videos RAW y demás de los entrenos, parece que la limitación en la filmación del evento se limita solo a la calificación y la carrera. En fin, al lío. Te dejo varios videos de hoy en los entrenos. En el primero castañazos buenos, uno de ellos bien feo, creo que luego se ve en el fondo la camilla y los paramédicos de rojo atendiendo al…
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lavidadearchie · 6 years
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Vol 1. Capítulo 1: ¿Por qué?
Hola... Bien yo contaré mi historia y no crean que será larga, de hecho es muy breve, sí, una historia de sólo 17 años, verán yo estoy muerto... No, no se preocupen, está bien, ya lo acepté, morí hace un año y sigo aquí, entre ustedes, soy el vigilante perpetuo de la vida en la tierra, soy un fantasma, soy Archivaldo.
La vida como muerto es muy solitaria y es bueno poder contarla, verán yo... No sé por donde empezar, claro, por mi vida antes de mi muerte, mi vida en vida:
Yo era un chico de la ciudad, de hecho no hay mucho que contar, pues nací un día de verano del 97, el más caluroso del año. Tenía un hermano mayor, Maxie… como lo extraño… la última persona con la que hablé y no fue algo muy lindo, como sea, crecí en un barrio medio de la ciudad capital, vivamos en un departamento en el quinto piso, sí, quinto piso, aún recuerdo el aroma de café en la mañanas preparado por mi tía Yoli, ella siempre se preocupaba por mí, una mujer muy correcta y quizás conservadora. Papá huyó dos años después de que nací, en realidad desapareció según dice mamá, yo sospecho que se escapó, a veces yo también quería escapar, no me juzguen, era un adolescente.
Mi madre es gerente de un restaurante en el centro de la ciudad, a veces desatenta con nosotros, es un gran mujer pero a veces Yoli parecía tener más control sobre mi hermano y sobre mí. El departamento es herencia de mi abuelo para sus dos únicas hijas así que ahí vivamos, era mi hogar.
Mi hermano, Maxie, fue siempre todo lo que yo quise ser, mayor, exitoso en los estudios, con muchos amigos, el orgullo de nuestra pequeña familia, tal vez yo era el consentido pero siempre terminaba siendo comparado con el gran hijo prodigio, que pesadilla. Mi hermano siempre se preocupaba por mí, cuando deje la preparatoria porque no quería seguir estudiando, cuando quise vender drogas para conseguir dinero, e incluso cuando me di cuenta que las drogas no eran lo mío se preocupo por conseguirme un empleo en una oficinita de telemarketing (es decir los que llaman a tu casa a arruinarte el momento con promociones estúpidas), todavía puedo oír sus últimas palabras en mi memoria:
-Archie, aprovecha el momento, la vida es un viaje y no da la vuelta atrás, no la desperdicies como lo has estado haciendo- -Bueno, no estoy seguro de querer seguir viajando, me quiero bajar- dije muy enojado, supongo que alguien me escuchó porque para la siguiente hora estaría muerto. -No digas eso, me gusta estar contigo- -Max, te quiero, eres mi hermano pero si seguimos juntos el único que brillará serás tú, siempre eres tú, ya no quiero, quiero ser reconocido por mis logros, mi estúpido trabajo lo conseguiste tú, soy un inútil, aléjate de mí- y lo empujé con mucha fuerza, lo derribé.
Recuerdo correr por las calles de la cuidad sin saber bien a donde ir eran las 3 de la tarde, fue un octubre, ya saben lluvias frecuentes. Para no perderme decidí caminar en las grandes avenidas principales. Reforma. Estaba a unas cuadras de llegar al emblemático Ángel de la Independencia cuando vi un enjambre de insectos negros, eran muy extraños, tuve miedo, se dirigían hacia a mí, corrí en dirección contraria tratando de escapar de esas criaturas hasta que un semáforo me detuvo, los vehículos pasaban a toda velocidad, no podía cruzar, di media vuelta, las demás personas que estaban ahí parecían no verlos, yo grité y cubrí mi cara con los brazos, la gente se detuvo y volteo a mirar, los insectos también se detuvieron, volaban frente mío, uno de ellos se colocó en la cabeza de una chica con el cabello morado, se introdujo en su cabeza como si se fusionara con ella.
-Estoy alucinando, estoy alucinando- me repetía mientras la gente me miraba como si fuera un vagabundo demente.
La gente se me acercaba, algunos insectos volaban hacia ellos, parecían entrar a sus cuerpos. Un señor me preguntó si estaba bien, dijo que me veía pálido, de pronto sonó mi celular: Maxie.
-Archie ¿Dónde jodidos te metiste?- -Maxie un enjambre me persigue...- -¿Abejas en la ciudad? Busca refugio- -No son abejas, son insectos negros y muy feos, están encima de la gente... ven por mí Maxie- -¿Dónde estas?- -Yo...-
No pude decirle nada, no me pude despedir, ni siquiera pude decirle lo mucho que lo quiero, a veces no te arrepientes de las cosas grandes que haces o no haces, a veces de las cosas que te arrepientes son de las cosas pequeñas que pudiste haber hecho y no hiciste. Debí abrazarlos a todos la última navidad porque para variar discutí con mamá por haber dejado la escuela, debí decirle a mi tía Yoli lo mucho que la quería por haberme ayudado y escuchado cuando lo necesite y Maxie… debí escucharlo.
Miré a la chica del cabello morado, en la que el primer insecto se internó. Se acercaba a mí cuando del cielo le cayó una polea de una grúa. Todo el mundo gritó, yo no pude moverme por el miedo. De pronto vi que un insecto estaba en mi brazo y con mi mano lo aplasté, fue como si rompiera una  pequeña esfera de árbol de Navidad… una esfera vacía… dolió… algo me dijo que no debí hacer eso. Miré hacia arriba. Lo último que vi fue la viga de acero cayendo de lo alto de un edificio sobre mí.
Silencio.
Angustia.
Miedo.
Desperté… bueno "desperté" a unos 10 metros de incidente, no sé cuanto tiempo me fui. Cuando me levanté mi celular estaba en el piso con la pantalla rota. Pude ver que Maxie estaba llamándome, traté de tomar el teléfono pero me era imposible. Mucha gente estaba aglomerada alrededor de donde cayó la viga, no podía ver nada. Un sujeto muy sucio y drogado vio mi celular, lo tomó y se lo llevó, nadie lo vio, yo corrí tras él, lo alcancé traté de tomarlo por los hombros pero no pude, lo atravesé como si el sujeto fuera de aire. Algo en mí me lo decía que yo ya estaba muerto.
Deseché la idea rápidamente, debía estar inconsciente en algún hospital y esto era parte de un sueño, tres ambulancias, una patrulla y una camioneta de la televisión llegaron un rato después, me acerqué y pude escuchar a los policías hablando con el reportero:
-¿Qué se supone que pasó aquí?- dijo el reportero. -Una grúa de este edificio en construcción falló por falta de mantenimiento y se desprendió una polea que cayó en una joven de 23 años identificada como Amelia Alvarez- dijo el policía más joven. -Producto de ello la segunda polea de la grúa no pudo sujetar la viga de 643 kilos y cayó directo a tres personas, dos de ella no identificadas todavía, Fabian Pliego de 39 años, uno parece ser un adolescente muy joven y otro que parece tener 58- explicó el otro policía. -¿Son todas las víctimas?- preguntó el reportero. -No, algunos restos de la grúa cayeron hiriendo de gravedad al menos a 6 personas, unos están siendo atendidos en las ambulancias- contestó uno de los hombres uniformados.
Suspiré, no podía estar pasándome esto, yo seguía aquí, no podía estar muerto, miré alrededor, varias personas también murieron aquí ¿dónde estaban? Me dirigí a las ambulancias, entrar fue fácil, no tenía que tocar la puerta, cuando vi a las dos personas que estaban en esa camilla descubrí que eran a las que se habían tenido contacto con esos espantosos insectos negros ¡Eso es! los insectos sabían que iba a pasar... ¿o ellos lo provocaron?
-Paro respiratorio- gritó un paramédico. La ambulancia arrancó. -Taquicardia en este otro paciente- dijo el otro.
El pulso de ambas personas disminuía.
-No lo lograremos- dijo uno perdiendo la esperanza.
En efecto, no lo lograrían, dos minutos después ninguno de los dos pacientes tendría pulso, su cuerpos empezaron brillar y salieron sus “fantasmas”, bueno esta bien, sus almas… pero a diferencia de mí estaban felices, tranquilas, ambos me vieron y se despidieron de mí mientras se disolvían, yo les grité que no me dejaran solo, me sentí angustiado, comencé a gritar, a llorar, estaba asustado y solo, entonces todo tuvo sentido: los insectos. Yo maté al mío, ellos no, ellos ni siquiera podían verlos.
De inmediato bajé de la ambulancia y corrí de nuevo al lugar del accidente. Ya habían más medios de comunicación, yo busqué por todos lados algún insecto, sólo encontré una cucaracha debajo de un arbusto, era inútil, tenía que hacer algo así que temeroso volví a casa, me tomó el resto del día, llegué a media noche. Subí por las escaleras intentando pensar que esto no era real que era un sueño, cuando atravesé la puerta mamá estaba inconsciente, Yoli trataba de reanimarla con una botella de algo, Yoli se veía perdida, sustraída en sus pensamientos, sus movimientos eran automáticos y Maxie, Maxie lloraba llamando a gente, quizás seguía llamando a mi celular.
Y así fue. Ese fue el día que morí. Lo más aterrador que me ha ocurrido. Aquella noche Maxie se quedo dormido en el sillón junto al teléfono, yo me quede a su lado abrazándolo, aunque sé que el no podía sentirme ni escucharme llorar, yo no podía dormir, más bien ya no podría dormir nunca más.
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contrarespuesta · 4 years
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Del aborto de Margaret, la hija de todos
El día en que Margaret abortó no hubo clase en la universidad. Era de mañana cuando salió lista para enfrentar la vida que le había tocado, a sus dieciocho años. Debía estar temprano esperando que su nombre le concediera el ingreso al consultorio, pero ese día llegó tarde y tuvo que llamar a la puerta. Necesitaría comer bien para enfrentar los embates de una batalla que entonces no conocía, pero no tuvo tiempo: ese día hubo tropel en la universidad, los encapuchados cerraron el campus.
- En ese entonces cerraban las puertas con soldadura, me recuerda.
Eran las tres y media, su nombre debía sonar a las cuatro, la hora de la cita. Sólo sonaron los golpes de matraca, olía a ese amargo de los gases, y no tenía de otra que correr. Esos ruidos de su historia se contrastan con la calma de este parque, donde estamos sentados, y donde sentimos la confianza de estar solos. Dimos algunos giros antes de empezar a hablar: mirábamos los gatos de aquella noche, la banca, y a nosotros mismos. La luna ese día nos confundía. Eran los últimos recursos para la vista, al fin y al cabo. Ahora nuestros ojos serían el recuerdo. Íbamos a recorrer uno. Abrimos una cerveza que nos acompañó. Abandonamos el parque para salir hacía un día desconocido de mayo, cuando coincidieron las señales y las confirmaciones. Margaret tenía clarísimas dos cosas en su vida: no quería tener un hijo y no necesitaba la aprobación de nadie para conseguirlo. Desde hacía mucho tiempo la menstruación le hacía saber que el mes anterior había salido bien librada, pero ese mes de mayo dejó pasar los días sin la advertencia, o más bien, sin la advertencia que esperaba. Todos los que tienen vida sexual activa, añadió, guardan esos miedos. Seguramente el que no los ha vivido no sabe de tragedias.
Ese día había amanecido con los presagios de una sospecha. Una de sus amigas debió recibir una llamada, muy cerca de las ocho. Margaret necesitaba preguntarle dónde confirmaban las sospechas sobre su propio cuerpo. Se citaron en Floridablanca, en un día que había sido tan fugaz como pendenciero. Ese día a la salida del laboratorio, en una banca, un poco antes de las diez había descubierto que un espermatozoide había atravesado la membrana celular de su óvulo, por cuenta de una simple palabra que la fustigaba a través de los ojos de su amiga.
-Cuando ella abre el sobre, me lanza una mirada y yo sólo pude decirle: ¡yo no voy a tener un hijo ahorita!
No pensaba en otra cosa. No pensaba si hacerlo estaría bien o estaría mal. Otra respuesta ante la mirada de su amiga no habría sido siquiera posible. Para Margaret las decisiones siempre habían sido objeto de tormento, un momento de incertidumbres y vacilaciones: una hojarasca de causas y efectos, métodos y consecuencias. Se sentía mal por su decisión, era el peso de una educación fundada en la virtuosa madre que podría ser, y no en la mujer que debía decidir. Se sentía asediada por unas ideas fundadas con harto tiempo de sobra: se sentía mal pero ese sentimiento no la iba a hacer retroceder. La experiencia, su madre y su abuela, le hacía saber que la responsabilidad no iba a caer sobre nadie más que en ella, por eso Margaret a sus dieciocho años sabía que las acciones del presente determinaría toda su vida: para aprender a decidir sobre su vida sólo había una sola alternativa: decidir.
-¡Yo no voy a tener un hijo ahorita! – repitió.
La determinación de su respuesta no era el producto de una confusión, sino el resultado de sus experiencias, de los cambios en su vida, de las personas que conocía, de las historias que escuchaba, pero sobre todo, era el resultado de una odisea. Lo único que podía carcomerle las carnes era saber que había anotado la dirección de su casa al momento de la prueba, porque la imaginación hace a veces las tareas de un tormento.
Había participado durante mucho tiempo en la pastoral de la iglesia, muy cerca de su casa, motivada por su madre, muchos años antes de saberse decidida a abortar. La tradición la persiguió durante mucho tiempo, haciéndole ver que la pureza de la Virgen era la pureza de una madre, era la virtud de la obediencia, que se traducía en los valores carceleros de encerrar a la madre al cuidado del hijo, y de otro más baboso, del padre. Pero no sólo mujer y madre era un binomio, mujer y madre era un absoluto.
Margaret me confesó que no fue en la iglesia donde escucho la oposición al aborto; fue duramente preparada para no nunca abortar en su colegio. Recuerda que le pusieron en clases un video en donde un feto imploraba: “¡no me arranques mi patita!”. Sus manos y su cara me indican lo absurdo que parecía. Y como dos negaciones equivalen a una afirmación, la imagen virtuosa de la madre se conjugaba con el terror en su colegio, forjaban un poder simbólico que la preparaba para nunca decidir lo que era o no conveniente para su vida.
- Es un peso absurdo que ponen sobre las chicas, desde edades tempranas ¡las ponen en situaciones vulnerables! – me responde cuando le pregunto por los movimientos actuales de “pro-vida”. Su semblante cambia, su mirada deja recorrer el camino de los gatos. Percibo en su mirada el sentimiento del que ya me habla el tono de sus palabras-. Te ponen en frente un feto más grande que tu mano, con brazos, piernas, ojos, y te dicen que tiene dos semanas ¡En ese corto tiempo a penas te estás enterando que estás embarazada! Esa gente ni se imagina las consecuencias que tiene para una mujer –cierra con tozudez.
La fecundación para los católicos es semejante al milagro de la concepción de Jesús, todo un misterio: un sueño, una paloma, y voilà, ¡navidad! Un cigoto de dos semanas es entonces un cuerpo humano, reducido a la miniatura. Basta agua y esperar a que se infle, durante nueve meses. Es equivoco llamar estatua al cobre en estado de fusión, y al hombre feto, corrige Epicteto, lejos, muy lejos, en el siglo II. Los sueños de la concepción no son más que eso, sueños filisteos, para los católicos.
Margaret detiene su historia un momento para contarme una intimidad. Y me sonrío, ante la frase que sigue rondando en mi cabeza: nada permanece, todo está dispuesto a perecer. Años más tarde, su mejor amiga, y amiga de pastoral, luego de contarle de su decisión, habría de confesarle que de encontrarse ante una situación semejante, no dudaría en sostenerse en la decisión que Margaret había tomado junto a su amiga, ese día en una banca de Floridablanca.
Floridablanca estaba a cuarenta minutos de una siguiente parada que todavía no le rondaba en la cabeza. Ese pueblo tiene el peor de los climas, y entre aquel desorden y premura Margaret y su amiga, sentadas en aquella banca que comenzaba a calentar, intercambiaron las últimas palabras y finalmente se despidieron.
-Yo conozco un lugar –le dijo a Margaret, anticipando su adiós.
Lo conocía porque al momento de hacerse una prueba de embarazo, tiempo atrás, el asistente del lugar le había sabido decir dónde se “deshacían” de los resultados. No había plata para un taxi, entonces tomó un bus inmediatamente, y antes de las doce ya estaba en una clínica de abortos, el consultorio de un ginecólogo desconocido, frente a una secretaria hermosa, como la recuerda ella, haciéndole notar lo que ella no quería, en realidad: no buscaba una consulta, ni mucho menos una valoración. Sabía que tenía un problema y necesitaba la solución. A eso venía. Y como si todo tuviera cerca de su contrario, apareció la figura horrenda del médico que oyéndolos, sabía adivinar el motivo de la inesperada “consulta”.
-Era gordo, calvo, feo: era un malparido.
El malparido salió de una puerta situada al fondo de donde se exhibía el nombre y su profesión. Era un lugar conocido por hacer abortos clandestinos. Abortar es cosa de hoy, ni fue ni es un asunto invariable, ni en su aplicación ni la actitud hacia él. No siempre fue penalizado, ni tampoco clandestino. Lo cierto es que para la Margaret si lo era; lo cierto es que no es más que un asunto de mujeres. Era clandestino, costoso y con la balanza puesta contra ella: era inseguro.
-Era un garaje, tenía unas escaleritas pequeñas – me indica con señales de sus manos un dibujo hecho en el aire – tenía una ventana de vidrio que decía: consultorio ginecológico, y los logos. Una mujer, la bonita, sentada en el mostrador, unas sillitas, y una puerta al fondo. Ahí donde era el consultorio. Ahí, cuando salió, me hizo seguir. Era blanco con algo de madera, como de casas viejas. Tenía un escritorio, dos sillas. En las paredes colgaban los diplomas y todas esas mierdas. A mano derecha estaba la camilla, contra la pared estaba el lavamanos y al lado había un pequeño estante con herramientas.
Su mirada la encuentro perdida, al menos muy lejos de este parque. Es como si estuviera junto a mí una mujer que se ve dentro de aquella blancura que satura y quema. Era una férrea oposición, una contradicción latente, que no esperaba. Era lo último que esperaba encontrar, y vivir. La vida de Margaret, durante los quince días que tuvo aquel año, habría de cambiar rotundamente. Lo único clandestino de aquella época no había sido el aborto, tener sexo también había sido una costumbre que se hace debajo de las sábanas
Esa noche los tíos de su novio debían salir, y salieron. Era el momento perfecto, cuando los tíos conservadores, que se convertían en el lastre de cualquier relación sexual, abrían la posibilidad a la voracidad de dos cuerpos jóvenes. Detrás de Margaret venía una estela de ingenuidad, inexperiencia y curiosidad, y la acompañó durante el día que tuvieron sexo con Gonzalo. Él la había invitado a pasar la noche en la casa de sus tíos, pero ella decidió que mejor iría simplemente de visita, aduciendo que su madre no le había dado permiso, para esa noche dormir en la casa de su amiga María Luisa. Esas tardes fueron la historia de toda una vida, llena de dos cuerpos desnudos e inseguros; fueron las tardes porque sintió que se extendió en el tiempo, todas las tardes, en su cabeza
-Qué de malas –se dice ella misma- era mi primera vez…
Las mujeres, para Gonzalo, tenían un comodín de primerizas. Entre los jadeos, al borde de caer entre el centeno, el aliento le salió como una bocanada viciosa
- La primera vez no pasa nada, le aseguró.
Era un comodín que seguramente Margaret no tenía, ni sus amigas, ni nadie. Para evitar esquivar esas palabras, y con ello el lastre que vendría, hubiese necesitado de suerte, la sinceridad de él, quien ya había tenido sexo antes o, lo más importante, haber tenido información, ciencia.
El papel de la ciencia, me cuenta más adelante, fue crucial al momento de afrontar la situación que había atravesado ese año. Con ella había descubierto qué había pasado verdaderamente ese día, pudo entender que el cigoto de entonces no era más que un conjunto de células, y que por lo tanto, un “mami, no me cortes la patita”, no debía atormentarla. La primera pregunta que surgió de todo eso fue qué le habían hecho, y sus lecturas le confirmaron que el procedimiento que le hicieron fue una succión que le había causado dolor, que le había, sin saberlo, dejado caer las lágrimas; Margaret entendió luego qué se practicó en realidad, cómo debía cuidarse, y sobre todo, entendió en que entre lo que le habían hecho, el ginecólogo era un verdadero malparido. El examen que le hizo, en una segunda cita, no era tal cosa.
- Me hizo desnudarme completamente. Estaba ahí, en la camilla, desnuda y expuesta. Se acercó y comenzó a tocarme los senos, a masturbarme y luego a besarme. ¿No había otra forma de hacerlo? Le pregunté, y me respondió que no, que tenía que excitarme para que mi útero bajara y saber de qué tamaño estaba.
Ese mismo día el ginecólogo, a guisa de estratega, le introdujo la idea de que debía guardar el secreto, que no debía contarle a nadie. Que no hablara con nadie de su decisión, que no lo comentara con su pareja, ni a sus amigas. Además, en tres días debía ir al consultorio, a eso de las cuatro, a concretar la decisión que había tomado. La intención concreta que disfrazaba en aquella parafernalia aparentemente desinteresada, el ginecólogo, era la de aislarla, someterla a un estado tal de vulnerabilidad en ella que tuviera que defenderse sola.
Le pregunté lo más lógico que se me vino a la mente, pero resultó ser todo un absurdo: por qué no buscó otro lugar.
Toda mujer está desnuda cuando aborta…sobre todo cuando se ve obligada a hacerlo en condiciones clandestinas. Margaret había buscado otras clínicas de aborto. María Luisa también se lo había remendado, pero no tenían otras referencias. Las pastillas, el Misoprostol, no eran una opción: nada es una opción cuando no se conoce. Encontró que en Medellín podría abortar. El plan era uno: decirle a su madre que iría a pasear con María Luisa durante tres noches. De la misma manera que cuando no se tiene dinero para un taxi se toma bus, a Margaret no le restó otra cosa que continuar en su primera opción. Profamilia era igualmente costoso. Al no poder costear lo que necesitaba se sometió a lo que le tocaba: la clínica donde el primer día, el médico le dio los precios sabiéndola con la premura de quien no ha ahorrado nunca para una tragedia. Era tan caro como para no poder pagarlo. Entonces el médico con la destreza de quien acostumbra a hacer negocios ubicó una silla a su lado, posó su mano sobre una rodilla que no era suya y le dijo que él podía buscar otros medios de pago.
-Yo le dije que si –con la emoción de quien encuentra una solución a un problema matemático-, le puedo ayudar a hacer aseo, a repartir volantes, en labores de archivo –y termina diciendo: realmente le podía ayudar en lo que sea.
La verdad es que el modo de pago que el médico buscaba de niñas tan lindas como ella es otra. Margaret se sobresaltó, y se levantó. Creo ver la ira en los ojos de Margaret, y hasta creo que puede lanzarse al llanto. Cada vez sus gestos se pronuncian más mientras me cuenta, eleva y deja caer los brazos con indignación.
Se alejó sin irse, sabiendo que una decisión como la de abortar, en una sociedad como la colombiana, no deja muchos chances. Deja tres, pero sin buenas referencias. No se podía ir, pero tampoco podía aceptar estar ahí. No era una elección libre, como buscan justificarla los que buscan prohibir. No era una situación placentera, no era un nada de lo que aducen los verdugos de las mujeres. Tan sólo era la primera de cuatro citas: tres a las que fue, y una cuarta que no resistió el peso de tener a un malparido, como ella dice, acosándole. No le pensaba pagar ni un solo peso más.
Él hombre, gordo y feo: el malparido quería doblegarla a la dependencia suya cuando le infundía ese veneno invisible del silencio. Pero Margaret sabía que nada hay peor que la soledad, que las luchas se ganan con fuerzas. Antes de que el médico le infundiera sus intenciones, Margaret ya lo había desafiado, en el periodo de esos tres días, a unos kilómetros de allí.
-Yo le conté a María Luisa y a otra amiga, porque ella no sabía. El día que tuve que ir nuevamente, ellas dos me acompañaron.
También le contó a su novio, pero esta parece otra historia marginal. A la final si acabó por contarle.
- Fue inútil, pero igual le dije, me confiesa con resignación.
Fue una tarde, a la víspera. Encuentro una risita burlesca que se dibuja en la boca de Margaret. Unos palitos de queso, con una salsa que sabe a yogurt, acostumbrados a acompañar la salida de clases, fueron los antecedentes de aquel día. Margaret no fue capaz de contarle mientras comían porque a pesar de que sabía que no iba arrepentirse, el peso de un juicio era el último que le hacía falta. Sólo hasta cuando terminaron de comer, y antes de tomar el bus, Margaret le enumeró los hechos sabiendo que estaba cerca de irse. La respuesta dejó en el aire muchas cosas, pero una cosa quedó muy clara: no cuente conmigo.
- Hoy, pienso que lo que hizo estuvo mal, me dice. Tenía dos opciones: acompañarme o no involucrarse. Igual sabía que lo iba a hacer, entonces prefirió dejarme sola.
Gonzalo tenía en su cabeza que el que no toca no se ensucia, de seguro. Tomó el autobús, con dirección a su casa, y se alejaron. Fue inútil, pero igual le dije, recuerdo que me había dicho. A los tres días debía regresar al consultorio blanco donde la esperaba un sonido bestial, un frio hostil, una condena a la que no la había sometido su embarazo, sino fuerzas más lejanas, más inexplicables en su momento. Había una raza de sotanas, de viejos leguleyos, una tradición mordaz en la que la mujer tiene las mismas posibilidades de decidir que un esclavo: el conjunto de esos patrones mortales eran los que la condenaban a la clandestinidad. Y esta última era la causa de su tormento, era la tradición plagada en las paredes de su escuela, de su familia, y por qué no, en ella misma. De todos estos, sólo ella tenía el deber, pero no el derecho de decidir. Aun así, decidió ejercer lo que no se posee.
Lejos, sus verdugos, a los que no les conoce la cara, amparados en el dios de los judíos saben muy bien de qué se tratan los abortos, sabe que penalizando no se abandonas las ideas. Muy claro tienen que a la mitad de la humanidad hay que castigarla para que coja escarmiento. Por eso el aborto es el centro de la contienda y por eso un médico puede violar a una niña asustada, y sin que un viento les remueva las sotanas.
Al tercer día, Margaret abortó.
La clandestinidad, el lugar marginal donde reposa todo un velo oscuro: la clandestinidad no es una clínica escondida, es la oscuridad de las ideas, de la información. La clandestinidad, es hacer inaccesible el peso del terror, de la mentira. La clandestinidad es el precedente de la desesperación y la desnudez, es el terreno de los abusos y hasta de lo irreparable. A lo único que una sociedad somete a lo clandestino es lo que no desea. Lo arroja a lo clandestino porque sabe que no desaparece, porque no le queda otra opción que disolver en un arenal la hipocresía que agrada en la mesa de las familias. Que las mujeres mueran, si no obedecen. La clandestinidad fueron las palabras del médico, a la salida:
- Límpiese –le ordenó, imperativo, con un tono desagradable-, que nadie vea que estaba llorando. Y a la salida no vaya a llorar porque sospechan. Salga del consultorio –fueron las últimas palabras. No lo volvió a ver.
Margaret tuvo que acudir a la ciencia para declararle una guerra a las hostilidades de la superstición y la humanización de las células, por ella y por las demás mujeres. Alguna amiga suya podía necesitar de su experiencia, y debía prepararse. Pero en primer lugar debía resolver las causas de sus dolores. El primero que se asestó fue el peso de todo lo que antes había luchado por desechar: el ser una asesina. Durante el aborto no sintió un dolor tan fuerte como el de sentir que asesinaba a un niño.
-Fue paradójico porque creía que había matado a un niño, pero sentía que había hecho bien. Y me sentía muy mal por eso, hasta que me di cuenta que nadie puede ser asesino sin un ser humano al que matar. Un feto no es un ser humano, es eso, un feto. Pero me costó años en superarlo.
Ahora sabe que no fue una asesina, porque para ser una asesina hay que matar a alguien. Y eso, es en realidad lo que están haciendo los guardianes de una tradición que se osifica pero todavía late. El asesino es en verdad más cruel que quien mata con el auxilio de arma y de la espada, pero no tiene rostro. Bien o mal, es un escenario de masacres, como lo decía un grupo juvenil de la parroquia. Lo que no especificaron es que seres humanos, en esta historia, solo son mujeres.
- Con un gancho, o una cuchara, con lo que hubiera que hacerlo, la decisión está tomada, aun cuando no supiera ni donde ni cuando, habría de hacerlo. Si la muerte era parte del proceso, prefería morir. No quería tener un hijo con la persona con la que estaba, y si la muerte viniera, lo asumía.
De hecho, cuando Margaret salió de del consultorio, herida e imposibilitada de un llanto sus amigas la esperaban afuera. Caminaron en silencio hasta una droguería donde debía comprar los antibióticos, luego tomó un taxi y se separó de sus dos guardianas. Sentía que en cada bache se iba a quedar sin cuerpo. Tenía miedo de manchar el taxi y ahora tener que enfrentar otro problema. Tres días duró en su casa, adolorida, con el peso de sentirse asesina, con la soledad de no poder contar con sus cercanos, ni su pareja.
- ¡Vete para la clínica, vete para la clínica!, le imploraba Mara Luisa por el teléfono.
Margaret prefería morir desangrada a que su familia se enterara, a que el Estado la condenara. Las toallas higiénicas no dieron abasto para una secuela que la dejaba sin sangre. Sentía que esa noche se instalaba en sus parpados. Bajó a cuarenta y cinco kilos, perdió el apetito, y en su cabeza solo rondaba un bebé, formado, gritando lo que le habían enseñado en el colegio. Ahí fue donde se le ocurrió sacar una cita de ginecología para probar suerte. Lo primero que hizo cuando atravesó la puerta fue atravesarle una mirada a quien sería su verdugo o su salvación. Hay quienes en el rostro dejan ver lo que tiene en las ideas. Era una chica joven, acordaron no registrar la historia. Un problema de cicatrización le había estado chupando la sangre, acorralándola en una debilidad absoluta.
Luego de tres días Margaret se sintió mejor.
Esa sería la última vez que iría a un médico en mucho tiempo, creyendo que algún rastro de su cuerpo le diría al doctor que ella había ofendido a sus verdugos. Su familia nunca lo supo, y nunca habría de saberlo. Margaret se ríe ahora, y de pronto su mirada se vuelve a perder en un acto de reflexión. Un día podría hablar con su mamá, se contradice con la actitud de quien evalúa una posibilidad. Su madre también había tenido un embarazo joven, ella. Tenía una relación complicada con su pareja, y también quiso abortar. La diferencia entre su madre y ella es que luego del embarazo a su madre la arrojaron a la calle, sin abandonar el hilo que une a la cosa con su dueño. Estaba en la calle, pero su padre la persiguió, sabiéndola capaz de tomar una decisión que en una época del siglo XX, pasaba menos por las posibilidades.
- Mi mamá me entendería. Le dolería mucho pero me entendería.
- ¿Y su abuela?, le pregunto.
- Me excomulga, se ríe.
Será un secreto familiar, uno de esos que son verdaderos porque nadie lo conoce. Es una paradoja porque si alguien le preguntara Margaret no negaría lo que ha pasado. Pero la idea de que le pregunten tal vez no pasará por la mesa de su casa. De seguro saben todos que esas cosas pasan, en algún lugar oscuro, pérfido, donde las mujeres sufren. Pero no se imaginan que un aborto, la posibilidad de descompletar la asistencia, está sentada a la diestra de cada una.
- Bueno, no me excomulgaría –continúa, con una risa que pone fin a nuestra noche-. Sólo creería que soy una asesina.
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hanabiaoi · 7 years
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17
-Sans, ¿entiendes lo que estoy diciendo? ¿entiendes la gravedad de todo esto?- eran raras las veces que Alphys no tartamudeaba, esta era una de esas ocasiones.
- Sans...
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Lo primero que recordaba era haber despertado en un habitación casi vacía, ya que solo contenía una pequeña camilla, una mesa y una silla; en la silla había alguien sentado, alguien de delgada figura, un esqueleto el cual comenzaba a hablar a un aparato en su mano.
- Especimen 01, despierto y consciente- su voz no era muy fuerte pero si era firme-, he acelerado su crecimiento en la solución de magia concentrada hasta una edad cronológica de un niño de 10 años, es lo más lejos que pude llegar o 01 habría comenzado a decaer; no solo su cuerpo sino su mente deberían estar avanzados hasta ese punto de desarrollo, por lo cual debe ser capaz de entender y comunicarse por medio de lenguaje hablado; inicio primer contacto- entonces se levantó de su asiento y se acercó a la camilla dejando la grabadora cerca de la almohada donde seguía recostado el pequeño esqueleto- Bien, tu eres el especimen 01-Sans, eres un monstruo genéticamente construido, ¿entiendes lo que acabo de decirte?
-Si...
- Muy bien, de ahora en más te dirigiras a mi como Dr. Gaster, soy tu creador, existes con el único propósito de hacer mejorar y prosperar nuestra raza casi extinta, ¿entendido?
- Entonces... ¿mi nombre es Sans y tu eres Dr. Gaster?
-Aghh!!, si, ahora responde lo que se te pregunta... y no me hables de tu.
-uh... entendido.
ꚚꚚꚚ
-El especimen 01 se niega a participar de forma activa en las pruebas a las que necesito someterlo para conocer sus habilidades y límites, necesito encontrar una forma de coaccionarlo; por otra parte mi alma y mi cuerpo se han recuperado por completo después de casi un año del primer procedimiento, quizá sea hora de poner en marcha la fabricación de un nuevo espécimen. Esta vez no voy a acelerar tanto el crecimiento, probablemente tenga que detenerme a los 6 años biológicos, parece ser que llevarlo al extremo conlleva ciertos efectos secundarios... 01!! que te he dicho de tratar de escuchar a escondidas!! a tu habitación ahora mismo!!
ꚚꚚꚚ
- He logrado la estabilización del espécimen 02-Papyrus, hoy estoy presentandolo con 01, espero que Sans no sea agresivo con el nuevo espécimen o de lo contrario me veré obligado a mantenerlos separados, tengo la teoría que sería bueno para el desarrollo de ambos estar juntos por un tiempo- Gaster deja de grabar y se dirige a una habitación dentro de su laboratorio donde su primer esqueleto creado se encuentra leyendo de forma muy entretenida los libros de Física y astronomía que ha terminado por prestarle pues descubrió que a pesar de su falta de cooperación Sans posee un intelecto comparable con un adulto.
-Ven aqui 01 tengo que mostrarte algo- le dice mientras comienza a caminar sin esperar al pequeño.
-¿Qué va a enseñarme Doctor?
Gaster abre otra habitación donde se encuentra parado un esqueleto más bajito que Sans, el cual se queda sin palabras al ver al otro niño; es la primera vez que ve a alguien más aparte de su creador, pero en cuanto lo ve sus ojos son incapaces de mirar a otro lado, siente que su alma comienza a pulsar de emoción, ese otro niño tiene algo a lo que no puede resistirse, así que decide acercarse con cautela, mientra el más pequeño tambien lo mira totalmente intrigado.
-Hola, me llamo Sans ¿y tu?
El más pequeño miró primero a Gaster para ver si podía hablar y recibe solo un leve asentimineto con la cabeza.
-Soy 02-Papyrus.
-Papyrus, tienes un bonito nombre- Sans comenzó a levantar las manos para tomar la cara del niño pero sintió la persistente mirada del cientifico real sobre él- humm ¿puedo?
-Tienes mi autorización 01- pero en cuanto viera algún signo de agresión estaba listo para apartarlos.
Eso nunca sucedió, cuando por fin pudo tomar el rostro del otro infante el mayor pudo sentir alegría por primera vez en su vida, el hueso era suave bajo su tacto y con solo tocarlo de esa forma sentía que su alma saldría brincando fuera de sus costillas en cualquier momento; lo siguiente fue un recuerdo que quedaría en la memoria de ambos para siempre... Sans sonrió de forma verdadera y genuina por primera vez, era terrible que Papyrus no supiera que esa sonrisa se opacaría por muchos años.
- ¿Puedo llamarlo hermano?- preguntó Sans al Dr. Gaster
- Hum supongo que puedes, al final ustedes comprate una misma carga genética, aunque no creo que podrían ser considerados hermanos en el sentido... olvidalo, llamale como quieras eso es asunto tuyo no mio. 
ꚚꚚꚚ
- He dicho que avances 01!!!, tengo que hacer estas pruebas hoy mismo...
- No!! No quiero, esas cosas duelen mucho, no me gustan esas inyecciones se siente muy feo, dejeme!!
- Muy bien, si tu no cooperas entonces los haré con 02, a un lado!!
Sans sabía perfectamente lo que era pasar por los exámenes de Gaster, eran por decirlo menos una tortura, ¿y ahora eso le pasaría a su hermanito? no, definitivamente no.
- Espere... Lo haré... Pero por favor a Papyrus no.
- Ya veo- por fin Gaster encontraba el punto debil del mayor- bien, no le hare nada a 02 siempre y cuando tu seas el sujeto de pruebas.
- Esta bien, acepto.
Sans no lo sabía pero acababa de vender su alma y cuerpo al diablo en persona.
  ꚚꚚꚚ 
- He inyectado pequeñas cantidades de Determinación muy diluida en el especimen 01, las reacciones han sido diversas, pero parece que su alma esta logrando absorber dicha sustancia, aunque no se han registrado cambios significativos en el espécimen, tendré que correr más pruebas con el paso del tiempo.  
   ꚚꚚꚚ   
Cuando Sans alcanzó los trece años notó que había cosas raras pasando a su alrededor, sentía que en ocasiones su magia era muy fuerte y en otras demasiado inestable; notó que su pequeño hermano crecía más rápido que él a pesar de ser el menor y que afortunadamente Gaster estaba cumpliendo con su acuerdo; pudo notar también que el científico le traía varias clases de libros, entre ellos algunos que hablaban principalmente sobre anatomia y... sobre reproducción.
Una mañana mientras dormía en la pequeña habitación que compartía con su hermano despertó por el súbito sonido de la puerta siendo abierta de forma muy violenta.
-01!! ven aquí de inmediato, anda que no tengo todo el día!!
Sans caminó rapidamente dejando a su hermano con cierta preocupación en el rostro.
-Tranquilo Papyrus, vuelve a dormir...- pero apenas alcanzó a decir eso cuando fue arrastrado fuera de la habitación y llevado por el largo corredor del laboratorio; entonces se percató de algo extraño, el lugar olía como una extraña mezcla de cítricos, era un olor fuerte que no era del total agrado de esqueleto más bajito.
Gaster lo condujo a una habitación casi identica a donde pasaba la mayor parte del tiempo.
-Muy bien 01- se notaba que Gaster estaba haciendo un esfuerzo por mantener el control de su cuerpo- ¿ya sabes lo que es un compañero de apareamiento?
- Eh... si Dr. lo leí el otro día en uno de los... oof- Ni siquiera lo había dejado terminar de hablar cuando ya lo estaba empujando sobre la pequeña cama donde cayó de cara al colchón- ¿que hace?! 
- Escuchame bien inutil, no tengo otra opción, no podré soportar otro celo yo solo, así que haras lo que te diga o tendré que optar por ir tras 02.
-No, no, haré lo que me diga, lo prometo- era claro que estaba totalmente aterrado, pero seguramente esta era otra de esas cosas que no debía permitir que Papyrus viviera en carne propia.
Enseguida el mayor de los hermanos pudo sentir la presión del cuerpo de Gaster sobre él y el colchón, al igual que se percató de que estaba levantando la sencilla bata con la que el científico siempre le hacía vestir dejando su pelvis expuesta; y sabía casi con seguridad lo que estaba por venir pero el miedo le impedía pensar con claridad.
-He dicho que no tengo todo el día!!! concentra tu magia aqui-  Sans podía sentir que estaba tocando el área cerca de su coxis y sentía también miedo de mirar lo que estaba sucediendo a sus espaldas, por lo que decidió sujetarse de las sabanas que cubrían el colchón y mantener su rostro lo más pegado a la tela también, mientras hacia un verdadero esfuerzo por obedecer- maldición!, me tendré que conformar con ese pobre intento de entrada.
La falta de experiencia sumada al panico no permitió que Sans creará un tipo específico de genitales, por lo que su magia sólo pudo formar algo parecido a un ano; pero pronto pudo sentir presión en ese lugar a la vez que una fuerte sensación de ardor comenzaba a recorrer el tejido mágico que estaba en su parte baja.
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bely98blr · 7 years
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"Después de la tormenta viene la calma." México apresar de caer siempre encontrará la ayuda y motivación para levantarse. Tengo 17 años y el día de ayer Martes 19 de Septiembre del 2017 viví uno de los temblores más feos de la historia de mi pais. Ayer a eso de las 11 de la mañana hicimos en mi escuela un simulacro en honor y/o homenaje a lo que pasó el 19 de septiembre del 1985. alrededor de la 1:25 o 1:30 ocurrió el temblor, yo venía en el transporte público, pasábamos por una avenida y de solo ver a las personas corriendo, llorando, y gritando fue una de las sensaciones más horribles que puede haber sentido en mi corta vida, la tristeza y desolación reflejada en la cara de las madres por que sus hijos estaban en la escuela. Yo tenía (como dicen aquí) el Jesús en la boca por no saber nada de mi madre, de mi hermano, de mis tíos y demás familia, las líneas estaban saturadas, no encontraba ninguna forma de poder comunicarme con ellos, y para colmo de males se hizo un tráfico horrible, por el rumbo del transporte teníamos que pasar por un hospital, el cual tenía a todos sus enfermos afuera, pacientes en camillas afuera del mismo hospital, enfermeras, doctores, todo el personal no sabiendo que hacer del miedo, llegué a mi destino y toda la gente llorando, al ver todo ese miedo y tristeza, yo rompí en llanto, por la impotencia de no poder hacer algo, y el miedo, iba caminando para poder llegar ya a mi casa y así poder ya ver a mi madre, pero entonces ví una casa con toda su pared desecha, el peor sustos fue cuando al llegar a mi casa ver un transformador en el piso y varios cables sueltos, mi madre afuera llorando por la preocupación de no saber de mí, ahí es donde me doy cuenta que a pesar de tomar medidas de seguridad cuando nos toca, nos toca, que no valen las promesas hechas a nuestras madres de regresar con bien a nuestras casas, por que nunca sabremos que pasara. Y eso me pasó a mí, después me enteré de todos los daños en la CIUDAD DE MÉXICO, y al enterarme también que los primeros en salir a ayudar fueron los jóvenes de mi edad es donde me doy cuenta que México es más que unido en las problemas demasiados grandes, y que nosotros nunca nos dejaremos caer y si caemos encontrar la forma de levantarnos.
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nocivo-coctel · 7 years
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Anestesia/VS/Amor
Y así como anestesia, como empezar a caer dormido estando más despierto que nunca, sintiendo más emociones de lo normal, queriendo gritar, comerte al mundo… pero ahí estás, anestesia, amor… amor del puro y del bonito que te hace sentir dopado, de pronto pum! Caes dormido, te comienzas a sentir fuera de onda, como que te quieres caer, como que nunca quieres cerrar los ojos por miedo a perderlo, por miedo a perder un minuto de ver tus ojos amor, por miedo a perderme, por miedo a no despertar nunca, por miedo?, en caso de anestesia si, en caso de amor no, solo quieres seguir cayendo, muy lento, que no vaya rápido, que se quede mil años conmigo, que tenga mil años de vida para estar contigo, que se pause el tiempo, que no siga!, que me abraces y pueda dormir ahí tranquila, como con la anestesia, despiertas y sientes que dormiste 40 horas y ni 30 minutos han pasado, pero te sientes bien, descansas, disfrutas, tus brazos, mi cama, tu corazón, mi almohada, y entonces te pones de pie, junto a la camilla, caminas y sientes que te caes, de verdad! Como si estuvieras borracha, todo da vueltas, el amor… te veo tan cerca de mi, lo de atrás parece postal, todo de fondo te queda tan bien, se ve borroso pero brillas, entre cualquier cosa tú das luz, tú haces que el mundo, el lugar se haga bonito, el momento, la felicidad, y es ahí donde despiertas y no te crees que todo fue tan rápido, que no sentiste nada, que de verdad estabas tan dormida y aún que hayan metido un tubo desde la boca hasta el estómago no sientes ni un raspón, y entonces estando enamorada, después de un buen día o noche a tu lado… lo qué pasa es que recapacito, o al verte en frente mío que no hay mejor cosa que pueda estar haciendo, que te voy a cuidar mejor que nunca porque no quiero que te me vayas, que es el tesoro más grande que me han dado que poco a poco iré descubriendo, que agradezco que hayas visto magia en mí y me hayas elegido, que te quiero, el doctor comienza a descubrir que es lo que tengo, no hay nada malo, todas las opciones que tenía en mi cabeza devastadoras se fueron, solo eran nervios acumulados, solo era ácido en el estomago, intenso, muy intenso, como lo que siento por ti, me revuelve el estómago, siento pececitos, peces, grandes, pequeños, raros, verdes, rosas, rosas como tú boca, pero no hacen daño, pero calman, a pesar de ser nervios, no son feos, no son malos, no me enferman, me dan vida, como se supone pasa con el amor, trae cosas positivas no malas, nervios buenos, me hacen sentir bien de nuevo, me hacen renacer, con tu sonrisa, con tu ternura, con tus palabras, con tus besos, tus besos… me pierden, puedo empezar de nuevo?, son como anestesia, anestesia pura, anestesia buena, olvida lo malo, te duerme, te quedas en que pronto despertaras de la pesadilla, me quedo en tus labios, y no quiero despertar y quiero quedarme siempre ahí, en la belleza de tu boca, en la belleza de tus ojos a milímetros de los míos, en la belleza de ser tu novia y la persona que más quieres, me quedo ahí, en tus brazos, en tu vida, y me quito la anestesia y sigues siendo tú lo más maravilloso, y empieza de nuevo, cada día, cada minuto a tu lado, se va lo malo, me das la calma, abrazos con anestesia, amor de anestesia, amor… amor que cura, amor que da ganas de despertar cada mañana, amor, no es anestesia, es amor, y si… lo comparo con anestesia, que seríamos sin la anestesia en una operación, que seriamos sin amor en un mal día?, que sería sin ti?, ya no me lo puedo contestar. Que sería si te quedas a mi lado para la eternidad? Que sería si nos quedamos juntos y no importa nada más?, que sería si se termina la anestesia en este mundo algún día y requiero de ella, no la necesito, te tengo a ti, que más quiero?.
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