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Manteniendo la Calma: Estrategias para Calmar a un Bebé Lloroso
Descubre estrategias efectivas para calmar a tu bebé lloroso. Esta guía completa ofrece consejos prácticos para ayudar a los padres a manejar el llanto y promover el confort del recién nacido.
Ver a tu bebé llorando es una de las experiencias más desafiantes para los padres. A veces, parece que no importa lo que hagas, el llanto no cesa. La buena noticia es que existen formas efectivas de calmar a un bebé lloroso y aliviar la ansiedad de los padres. En esta guía completa, exploraremos estrategias probadas y comprobadas para calmar el llanto de tu bebé y promover un entorno tranquilo…
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#Bebé llorando#Calmar al bebé#Consejos para calmar al bebé#Cuidado del recién nacido#Estrategias de consuelo#Llanto del bebé#Maternidad#Niño inquieto#Padres primerizos#Sueño del bebé
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La Familia De | Enzo Vogrincic
Cuando descubres la infidelidad de tu novio, aceptas la invitación de tu amiga para pasar unas semanas en su país con su familia. Allí conoces al atractivo hermano de tu amiga, desencadenando una serie de emociones inesperadas.
Desde hace un año, la cafetería que posees en Ciudad de México ha sido tu refugio, un santuario de aromas de café y conversaciones animadas. Tu vida ha tomado un giro maravilloso desde que abriste las puertas de este lugar acogedor. No solo tienes un negocio próspero, sino que también tienes a tu lado a un novio increíble, cuyos talentos como tatuador le dan un toque de arte y rebeldía a tu vida cotidiana.
Entre el vapor de los expressos y los murmullos de los clientes habituales, siempre hay un momento especial cuando tu amiga uruguaya aparece por la puerta. Ella, con su encanto sudamericano y su energía contagiosa, es como un rayo de sol que ilumina tu día cada vez que la ves. Aunque vive en CDMX por trabajo, nunca pierde la oportunidad de visitarte en la cafetería, trayendo consigo los últimos chismes y anécdotas que hacen que la vida en la ciudad parezca aún más vibrante.
En medio de este bullicio reconfortante, te das cuenta de que no estás sola. Tu negocio florece, tu relación amorosa está en su mejor momento y tus amistades te brindan compañía y alegría. La paz y la belleza se entrelazan en tu día a día, recordándote que la vida puede ser realmente hermosa cuando tienes a las personas adecuadas a tu lado.
Sin embargo, un día decides cerrar temprano la cafetería porque no te sientes bien y tienes un fuerte dolor de cabeza. De camino a tu departamento, te sientes aún peor, como si algo estuviera terriblemente fuera de lugar. Al llegar a casa y subir las escaleras, el sonido de ruidos extraños te hace detener en seco. Escuchas un respiro profundo, quizás gemidos. Sin entender completamente lo que está sucediendo, decides apresurarte hacia tu habitación.
Al abrir la puerta, te encuentras con algo que nunca podrás borrar de tu mente: tu novio, en medio de un encuentro íntimo con otro hombre. Es una escena que nunca esperaste presenciar, y sin poder soportarlo, das media vuelta y sales corriendo, sintiendo cómo tu mundo se desmorona a tu alrededor.
Con lágrimas nublando tu vista y el corazón hecho pedazos, marcas frenéticamente el número de tu amiga en tu teléfono. "¿Dónde estás? ¡Necesito verte! Me siento horrible, mi novio… mi nov–", apenas logras articular entre sollozos.
La voz tranquila de tu amiga al otro lado de la línea te ofrece un atisbo de consuelo en medio de la devastación que te embarga. "Estoy en casa. Vení y me contás tranquila", te dice, y sus palabras se convierten en un faro de esperanza en medio de la oscuridad que te rodea. Con el corazón roto y el alma hecha trizas, te diriges hacia la casa de tu amiga, en busca de consuelo y apoyo en medio de la tormenta emocional que te consume.
Le cuentas a tu amiga todo lo que había sucedido y no puedes evitar llorar. Estás en el sofá junto a tu amiga, y te dice mientras te peina el cabello: "(Y/N), tenés que ser fuerte, yo sé que no es fácil. ¿Te acordás de Mateo? Que se fue con otra mina, pues te entiendo completamente".
Pero entre sollozos, respondes: "¡Pero en mi caso es distinto!", y lloras más fuerte, como un bebé. "Y... ahora... tú te vas para Montevideo, y... ¡yo voy a estar SOLA!", sigues elevando el tono de tu llanto. "Y no quiero verloooo, nooo, no sé cómo enfrentarloooo".
Tu amiga intenta calmar tus nervios: "Pero yo me voy solamente por tres semanas, si querés, venite conmigo, yo te pago los pasajes".
"No quiero ser un peso más", respondes entre lágrimas.
"¡Boluda! ¡Te vienes conmigo, que se joda!", te dice ella, tratando de sacarte de ese estado emocional.
"Okkkkaaaayyyy", aceptás entre sollozos, llorando como un bebé.
—
Llevas ya tres días encerrada en la habitación de tu mejor amiga en Montevideo, con un gatito real al que tratas como un peluche. La familia Vogrincic te han adoptado como una hija más, y su madre se ha convertido en tu proveedora oficial de café y consejos sobre el amor, lo cual agradece tu corazón roto.
En una tarde soleada, tu amiga irrumpe en la habitación como un torbellino, encontrándote en la cama con tu celular, absorta en las fotos de tu ahora ex. "¡Che, bo! Dame ese celular. No quiero verte así", ordena con un tono melodramático. "Tienes que salir de esta cueva. Mami me ha dicho que solo sales para tomar café y luego regresas aquí. ¡Ya basta! Esta noche viene mi hermano desde Nueva York, y vamos a recogerlo al aeropuerto. Tienes que venir conmigo, punto final", declara con autoridad.
Tú respondes: "Ay, déjame aquí con la gatita", y ella te corrige: "¡Esa gatita tiene nombre y es Uma!". Insistes: "Pues déjame con Uma, no quiero ir para allá".
Con un suspiro exasperado, tu amiga agarra tu brazo con determinación. "¡Sos una pelotuda! ¡Vas a venir ahora!", exclama, decidida a sacarte de tu caparazón de autocompasión y llevarte a vivir un poco la vida real, aunque sea a la fuerza.
—
En el auto, el padre de tu amiga está al volante, con la madre como copiloto, mientras tú y tu amiga ocupan los asientos traseros. La atmósfera está cargada de emoción, ya que toda la familia está ansiosa por recoger al tal Enzo. Por lo que has escuchado, es un actor sumamente famoso. Aunque no estás muy familiarizada con su trabajo, tu amiga siempre ha hablado con orgullo sobre él, y su entusiasmo es contagioso.
Antes de dirigirse al aeropuerto, hacen una parada en un mercado para comprar globos, flores y un cartel que dice "¡Llegó el actor de la casa!". A ti no te hacen mucha gracia las flores ni los globos, ya que te recuerdan a tu exnovio.
Al llegar al aeropuerto, tu amiga asigna tareas: "Bo, aguanta los globos; yo llevaré el cartel y mami, tú llevas las flores", dice con entusiasmo. La madre asiente y el padre, con su típico sentido del humor, pregunta: "Y yo, ¿qué llevo?". La madre, con una sonrisa, responde: "La presencia". Todos ríen un poco, preparándose para la llegada del famoso Enzo.
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Justo cuando estás a punto de bostezar por el cansancio acumulado, de repente tu amiga y toda su familia irrumpen en gritos de emoción, corriendo hacia un hombre sorprendentemente guapo. Su piel canela y su cabello medio largo y desordenado lo hacen destacar en la multitud. Él también parece adormilado, llevando una maleta, hasta que se percata de su familia y se apresura hacia ellos.
La escena es conmovedora mientras se abraza profundamente con tu amiga, luego se dirige hacia su madre y ambos comienzan a llorar juntos. Por lo que tu amiga te había contado, no se habían visto durante años debido a la ocupada agenda del hermano.
Mientras esta emotiva reunión tiene lugar en el aeropuerto, tú te encuentras parada como un pingüino, sosteniendo los globos en tus manos, sin saber muy bien qué hacer en medio de tanta emoción familiar.
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Ya cuendo van para el auto, tu amiga te introduce al hermano diciendo, “Enzo, esta es (Y/N) mi mejor amiga del alma, y va estar con nosotros por estas semanas” dice mientras ya se van sentando al auto, y Enzo, que al parecer se va a sentar al lado tuyo te dice, “Un placer (Y/N)”
Y así van todos contentos para la casa, para cenar, ya que la madre iba a prepara una pasta.
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Al llegar a la casa, estás a punto de dirigirte directamente a la habitación para descansar un poco del viaje agotador, pero tu amiga te agarra del brazo con determinación y te dice: "¡Uh uh no! Te quedas con nosotros en la sala. Nada de cueva". Tú asientes, aceptando su decisión, y decides seguir su sugerencia.
Cuando te dispones a sentarte en el sofá de la sala, observas con curiosidad cómo las gatitas, Uma y Ada, salen de una habitación cercana. Enzo, al verlas, no puede contener su emoción y se tira al piso, hablándoles con ternura como si fueran bebés. La verdad es que Enzo se veía increíblemente adorable en ese momento, y no puedes evitar sonreír ante la escena.
Tu amiga te hace una mueca cómica, como si estuviera acostumbrada a este comportamiento de su hermano, y te dice en voz baja: "Es amante de los gatos, así que no te asustes si actúa así". Tú te ríes suavemente, encontrando la situación bastante divertida y encantadora.
Observas cómo Enzo interactúa con las gatitas, y te das cuenta de que tiene un lado dulce y tierno que no esperabas.
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Después de un rato, Enzo se levanta del suelo con una sonrisa, dirigiéndose especialmente a su madre: "Ma, me voy a dar una ducha. Avísame cuando esté la cena", dice con tono amable. La madre asiente con un simple "ok", ocupada con los preparativos en la cocina.
Una vez que Enzo se retira para darse una ducha, te inclinas hacia tu amiga y le susurras en voz baja para que no te escuchen: "Oye, no me habías dicho lo guapo que es tu hermano". Ella te responde con una mueca divertida y te dice: "Te lo regalo si quieres". En un gesto juguetón, la empujas suavemente y respondes con un "ajá", aceptando el comentario con humor.
Ambas se miran y se ríen, compartiendo un momento cómplice antes de que Enzo regrese de su ducha y continúe con la cena en familia.
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Después de un rato, mientras estás disfrutando de un vino con tu amiga y ayudando a preparar la mesa, Enzo hace su entrada. Viene con una cámara vintage en la mano, su cabello aún húmedo y desordenado, vistiendo una sudadera cómoda y descalzo. En general, se veía muy relajado y como en su casa; no parecía en absoluto un actor de Hollywood.
Mientras tú te sientas con tu vino en la mesa, Enzo comienza a moverse alrededor de la cocina, capturando momentos con su cámara: la madre preparando la comida, el padre cortando la carne asada, y la hermana charlando contigo. Luego, se dirige hacia las gatitas y llama a tu amiga, "Loca, ven acá, tírame una foto con Uma y Ada". Pero antes de que pueda tomar la foto, la madre interviene: "Enzo, después. Ya vamos a comer". Él asiente en respuesta.
Tú observas todo con asombro, pero al mismo tiempo, te sientes como si estuvieras presenciando algo muy familiar. Enzo se sienta nuevamente junto a ti, y de repente te toma una foto inesperadamente. Tu amiga lo regaña de inmediato, diciendo: "¡Enzo! A (Y/N) no le gusta que le tomen fotos". Con un tono suave, Enzo se disculpa: "Disculpa". Y tú respondes con amabilidad: "No te preocupes".
La atmósfera en la casa es cálida y acogedora, y te sientes cada vez más integrada en esta familia tan especial.
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Después de unos 45 minutos en la mesa, todos parecían estar inmersos en sus propias conversaciones, dejándote a ti en un silencio momentáneo. Mientras tomas sorbos de tu vino, escuchas atentamente pero te sorprendes al darte cuenta de que nadie te ha dirigido la palabra en todo ese tiempo. Una sensación de soledad momentánea te envuelve, hasta que de repente, es Enzo quien rompe el silencio.
"Y tú, ¿qué haces?", pregunta Enzo, volviendo su atención hacia ti. Levantas la mirada, encontrando sus ojos, y respondes con sinceridad: "Soy dueña de una cafetería en Ciudad de México". Su expresión se ilumina con genuina admiración: "¡Guau, eso es impresionante!", responde con entusiasmo.
En ese momento, sientes una conexión especial con Enzo, como si sus palabras hubieran creado un puente entre ustedes. A pesar del bullicio de la mesa, te encuentras atrapada en su mirada, sintiendo una chispa de complicidad entre ustedes.
#enzo vogrincic#enzo vogrincic fic#enzo vogrincic x reader#society of the snow#la sociedad de la nieve#my writing#uruguay#fanfic#latina#spanish#argentina#necesito que enzo actúe en más pelis#me enamoré de un uruguayo#Spotify
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Pequeño drabble en venganza honor a la necesidad que @deepinsideyourbeing nos ha provocado a todas de darle nuestro primogénito a Enzo. Te adoro 💕
🐻 ProtectiveDaddy!Enzo x reader 🍧Fluff
Qué maravilloso era poder pasear a la tarde ahora que ya hacía un tiempo más agradable. El calor sofocante con el que habías pasado el último tramo del embarazo se iba disipando con la llegada de septiembre. Ya no era necesario que Enzo te llevase del brazo y caminase lentamente contigo, ya te encontrabas más fuerte, pero sin embargo seguías agarrada a él, por gusto.
Podías sentir los pechos pesados, pero la bebé se hallaba tan calmada en la mochilita donde Enzo la portaba que no querías despertarla, probablemente lo haría ella sin ayuda.
Decidisteis sentaros en una terraza de una cafetería del puerto, con vistas al mar en ese pequeño pueblo costero donde al menos la gente no paraba a tu novio constantemente por la calle.
El mesero tardaba en llegar, así que Enzo dejó a la pequeña con cuidado en su carro y fue dentro a buscar al menos un vaso de agua, para ayudarte a amamantar; tu novio había estado muy presente en todos los cursos de paternidad a los que habías asistido y eso siempre te daba un plus de orgullo y felicidad.
La nena estaba ya haciendo algún gesto en sueños que indicaba que pronto se despertaría, y, como si estuviese medido, comenzó a llorar en cuanto su papi llegó con el vaso de agua en la mano.
-Te pedí también un zumo de naranja natural, amor- dijo con calma mientras se aproximaba al carrito - ¿pero qué le pasa a mi princesita, eh?
No pudiste evitar sonreír ante la ternura inaguantable que suponía ver a los dos amores de tu vida juntos. Aún no te acostumbrabas a la imagen.
-Bebe un poco de agua, cielo -te pidió. Sabía que no eras de esas personas demasiado responsables de su propia hidratación, y te lo tenía que recordar a cada rato, especialmente ahora para poder producir leche sin problema.
Comenzaste a beber lentamente del agua fría que te había traído, y observabas como Enzo intentaba calmar a su hija en brazos, pero tanto tú como él sabíais que lo que le pasaba era que tenía hambre.
-¿Llora mi nena de hambre? Ahora mamá te da tetita, no te preocupés, te vas a quedar llenita ... - Enzo le susurraba mientras le secaba las lágrimas con el pequeño babero de tela estampado de ositos.
Tu corazón se derretía cuando le escuchabas hablar así.
El camarero trajo un zumo de naranja para ti y un café solo ( y probablemente doble) para Enzo. El pobre debía estar muriendo de sueño después de la noche que habían tenido con la pequeñaja.
Comenzasteis a beber y Enzo depositó a la bebé con máxima delicadeza en tus brazos.
Esta vez no llevabas una camiseta o una blusa, si no un vestido de verano, así que en lugar de levantar la prenda y colocar la cabecita de tu hija debajo, no te quedó otra opción que bajar el tirante del vestido y descubrir por completo uno de tus pechos, el cual la nena se llevó a la boca con voracidad.
-Sí tenía hambre ¿eh? - comentaste al notar su succión apresurada. Sujetabas el pezón en su boca con dos dedos en forma de V. Cuando estabais en casa Enzo solía hacer que te recostases sobre él para masajear tus pechos y estimular el flujo de leche, lo cual te ayudaba mucho.
-Sí, pobrecita -dijo Enzo sonriendo con ternura.
Fue un momento de relax con la brisa del mar peinando vuestro cabello, poco ruido, una deliciosa bebida para reponer líquidos...
- Y sí, amor, he pensado que podemos comprarle aquel gorrito de lana para cuando crezca un poco y haga frío podemos ir a Bariloche a que vea la nieve y... -Enzo te hablaba emocionado de la prenda que había visto en una tiendecita hacía unos días. Sin embargo tú no estabas escuchando lo que te decía. Tu instinto se había despertado y estaba vigilando con el rabillo del ojo a un desgraciado que no te había quitado la mirada de encima desde que te habías sentado en aquella terraza. El muy cabrón estaba aprovechando que Enzo se encontraba de espaldas a él para poder mirarte a gusto. Intuía que ibas a bajar la mirada y no ibas a hacer nada, dando impunidad a sus actos. Te estaba comiendo con los ojos, atento a cualquier movimiento de la niña que le permitiese ver un centímetro de piel más. Todo esto, obviamente te estaba desconcentrando y tu pareja no tardó en darse cuenta de que no le estabas prestando atención y te encontrabas tensa.
-¿Amor? ¿Qué pasa, te hace daño?
Negaste con la cabeza.
-¿Y entonces, cielo? ¿Que pensás?
Tu mirada permanecía fija en el sujeto que te observaba, lo cual guio la suya hacía el problema.
El tipo se encontraba concentrando toda su atención en ti mientras además fumaba. No reparó en que Enzo se había dado la vuelta en su silla.
-Qué, te gusta el espectáculo? - inquirió con ira contenida. Proyectó la voz para que sonase grave y fuerte pero no como para llamar la atención de toda la cafetería, que, en realidad estaba bastante vacía.
-Cómo? - dijo el desgraciado mientras apartaba la mirada disimulando.
-Que parés de mirar a mi mujer- le advirtió.
-Enzo... -le dijiste en bajo tratando de calmarle, aunque por dentro también hirvieses de rabia.
-Y bueno flaco, que no se saque las tetas en público - murmuró el tipo mientras apuraba su copa.
-¡¿Que decís?! Enzo se levantó y camino hacia él apartando la silla de forma brusca. Por suerte vuestra hija se hallaba ajena a toda la situación y se encontraba a aún mamando tranquila contigo.
Esta claro que el otro se sorprendió. El aspecto y la calma de Enzo podía llevar a equívoco, pero subestimar su capacidad de protección con su familia suponía cometer un grave error. El tipo levantó las manos con la intención de calmar a Enzo que se aproximaba como un toro hacia él.
-Si vos estás enfermo y ves que mi mujer te está provocando por alimentar a nuestra hija, igual te tengo que enseñar un par de cosas.
-No flaco, yo no...
-Ni se te ocurra volver a mirar a mi mujer ni a mi hija o te arranco los ojos de pelotudo que tenés. Y apagá ese cigarro a la de ya, entendiste? -Enzo apoyó sus manos en la mesa del tipo.
-Ta, flaco, no quería molestar -apagó el cigarro en el cenicero manteniendo la otra mano en alto.
-No se te olvide.
Enzo volvió a la mesa aún con el gesto fruncido y la respiración agitada por la rabia más que por el enfrentamiento. El tipo dejó un billete encima de su mesa y no tardó en irse evitando cualquier contacto visual contigo o con tu novio.
-¿No querés cambiar ya de pecho, mi vida? Preguntó cómo si nada hubiese pasado, mientras acariciaba la mejilla de vuestra niña.
Nunca cesaba de sorprenderte con qué facilidad Enzo cambiaba de tono cuando se dirigía a ti, siempre tan dulce. Asentiste aún conmovida por lo que acababa de pasar: Enzo llamándote "mi mujer", defendiéndote de una manera tan brava, usando una voz que nunca habías oído salir de su garganta... Seguramente tus mejillas se habían teñido de un tono rosado que esperabas poder disimular con el calor.
Cambiaste de pecho a tu pequeña ya tranquila por no ser observada por ningún desgraciado. Enzo, siempre tan atento limpió tu otro pezón de restos de leche y de saliva con un círculo de algodón y te acomodó el tirante del vestido, dándote un beso en la mejilla después.
No sabías si eran las hormonas que tenías totalmente revolucionadas, si era la falta de sexo por motivos evidentes o que simple y llanamente la forma en la que Enzo te había protegido te habían vuelto loca, pero una ardiente sensación te estaba invadiendo de dentro hacia fuera como si de una repentina fiebre se tratase.
-Amor? -dijiste suavemente
-Sí, nena -levantó la vista hacia ti mientras acariciaba a vuestra hija, que seguía comiendo.
-Cuando lleguemos a casa y la niña se duerma, ¿me podés hacer el amor?
No tenías claro de donde salía semejante honestidad y desde cuando eras así de directa. Quizás la gente tenía razón y la maternidad te cambiaba hasta niveles insospechados.
-Y sí, por supuesto -contestó él sin titubear, sin sonrojarse, y como si le hubieras pedido cualquier otra cosa- no veo la hora, mi niña.
tags: @madame-fear @deepinsideyourbeing @loveinsprings @lunitt @lastflowrr @iamjustadoll (como siempre, diganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
#lsdln cast#enzo vogrincic#enzo vogrincic imagine#enzo vogrincic fanfic#enzo vogrincic fluff#enzo vogrincic x reader#que vergüenza
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Hermanaaa pensamiento random: Enzo con su novia embarazada 😭
Como le dice, el acariciándole la pancita aunque ni siquiera se le note todavía, las primeras pataditas, enterarse que es nena (porque let's be honest Enzo girl dad de acá a la china) y lo estresado que estaria en el parto porque nunca te vio en un estado tan doloroso y desesperado.
Y ya que estamos smutty though: pregnant sex 🫦
+18!
Enzo tiene tremendo breeding kink, adora la idea de tener hijos con la persona que más ama en el mundo y adora pensar en cómo tu cuerpo se transformaría con el pasar de los meses. Pasaría semanas y semanas revisando el calendario, calculando la fecha indicada, y cada vez que tengan sexo se aseguraría de acabarte dentro varias veces (¿y la forma en que le suplicás que lo haga...? Sólo alimenta su obsesión).
Creo que al momento de recibir la noticia permanecería en silencio por un momento y en lugar de comunicar qué siente, primero preguntaría cómo te sentís vos: cuando sepa que estás feliz y emocionada no ocultaría ni por un segundo más cuánto lo alegra la noticia. Desde el momento cero se convertiría en el padre más devoto y sobreprotector, además de tratarte con (todavía más) delicadeza y hacer de todo por y para vos.
¿Eventos? ��Sesiones de fotos? ¿Entrevistas? ¿Ensayos? Comienza a organizar todo basándose en tus chequeos y ecografías, no acompañarte no es una opción para él y no quiere perderse ningún momento. Lloraría al escuchar el latido del bebé por primera vez, enmarcaría fotos de las ecografías y las tendría por toda la casa. Después de sentir las primeras pataditas del bebé pasaría todo el día poniendo las manos en tu panza y esperando que vuelva a suceder.
¿Girl Dad Enzo? Patente pendiente. Él sabe que el bebé va a ser nena pero cuando les comunican la noticia no puede evitar gritar de la emoción y se contiene porque teme lastimarte si te abraza demasiado fuerte. Es el encargado de pintar la habitación de la bebé, te muestra mil opciones de muebles y decoraciones, pasa horas pegado a su celular o computadora viendo ropita y juguetes. En cuanto a la elección del nombre es muy probable que esté 24/7 haciendo sugerencias, pero sabe que la última palabra la tenés vos.
Enzo siempre está a cargo, pero el embarazo hace que te trate cual pillow princess. Va a dedicar mucho tiempo a darte todo tipo de placer (masajeando y besando tus pechos hinchados, haciéndote acabar en sus dedos y su lengua, etc) antes de siquiera pensar en su propio placer. Adora cualquier posición que le permita poner una mano sobre tu panza o ver la forma en que se mueven tus pechos y en las raras ocasiones en que permite que estés arriba suyo ("¿Estás segura bebé? Te vas a cansar") va a acariciar tus piernas, tu cadera, tu cintura, tu cara y todo lo que pueda.
Ambos se prepararon durante todo el embarazo para el momento del parto, pero llegada la hora él va a estar al borde del desmayo porque aunque está feliz, también está nervioso y ansioso... Pero en ese momento no le importa cómo se siente porque su atención está puesta en vos, en cómo te tratan las personas que te atienden, en tus necesidades, en intentar calmar de alguna forma el dolor que sentís (se siente muy culpable), en recordar todos los detalles y tenerlos en cuenta para tu recuperación durante las próximas semanas ♡
(Como que de repente me dieron ganas de tener un bebé y que Enzo sea el padre...)
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Lin Kuei (MK1) y Hanzo Hasashi y Kuai Liang (MK11) x lectora que esta por dar a luz durante una invasión enemiga. (Brooklyn 99)
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Contexto: Durante una invasión enemiga, en vez de descansar y relajarte, empiezas a armar una estrategia para repeler al enemigo, mientras tu marido está en el campo de batalla. De forma repentina, tu fuente se rompe y no quieres prepararte para dar a luz, sino ayudar a que los enemigos lastimen el lugar al que perteneces.
Bi Han:
Como esposa del Gran Maestro, siempre estabas acompañada por él, Cyrax, Sektor o sus hermanos. Era una prioridad tu bienestar y el del niño. Bi Han no toleraría que perdieran a su esposa o su hijo no nato, pero a pesar de esas incomodidades, siempre lograbas calmar a tu esposo y que no se estresara demás por ti. Querías que se tomara con calma el embarazo de su bebé, pero eso era casi imposible, ser esposa del Gran Maestro y próximamente madre de su hijo llevaba una carga pesada.
Sus enemigos harían lo que fuera para destruir al Lin Kuei y los clanes enemigos no dudarían en actuar en hacer algo en tu contra o con el clan. Un clan rival tenía espías dentro del Lin Kuei y después de esperar los arduos meses de tu embarazo tomaron las riendas de hacer una invasión sorpresa.
Ningún miembro del clan vio venir este ataque y antes de que ocurrieran cosas peores Bi Han te escoltó junto con Cyrax y Sektor a un lugar más seguro. Bi Han te promete regresar pronto y te da una ultima mirada antes de ir con sus hermanos a proteger el templo. Una vez que se va, te intentas poner de pie y le pides a Cyrax que te traiga mapas y a muchos soldados.
Además, de que busque a los traidores porque al inicio de la invasión se enfocaron en puntos débiles del templo y que nadie más sabía eso excepto los miembros del clan. Cyrax y Sektor al verte de pie y con un montón de mapas y figuras intentan hacer que desistas de hacer una contraofensiva. Les acaba saliendo mal porque los golpeas fuertemente en la cabeza y estos dos juran que les dejaste un chichón bien notorio. No les queda otra opción más que obedecerte.
En muy poco tiempo Cyrax encuentra a los traidores y son ejecutados. Sektor te trae a unos guerreros, y les muestras qué deben hacer con las zonas débiles del templo y las trampas que deben poner alrededor del lugar en el que te encuentras para evitar que entren fuerzas enemigas.
Sektor trae más guerreros y los pones a hacer tareas, además de dar una mano a tu esposo enviando refuerzos. Todos los que se encuentran escuchaban las estrategias que tenías y dónde tenían que evacuar a los civiles. En un momento le pides a un grupo pequeño de guerreros que te traigan unos paños, toallas y ropa limpia y eso llega a los oídos de Cyrax. “¿Para que requiere eso mi señora?”
“Mi fuente se rompió. Hablando de romper, quiero que ustedes dos me traigan unos mapas de la estructura de la entrada del templo, creo que podríamos hacer una gran contraofensiva usando unas lanzas envenenadas o con pólvora.”
Ni Cyrax ni Sektor escucharon lo otro que les dijiste, en cuanto mencionaste tu fuente rota. Te hicieron que te sentaras, pero una vez más recibieron un golpazo en la cabeza que los hizo tener doble chichón en la cabeza. Les dijiste que todavía no iniciaron tus contracciones y que si estas llegaran a ser extremadamente dolorosas no ibas a parar de seguir armando un plan para defender tu clan y a tu marido. A regañadientes los dos ninjas te dejaron seguir, pero te vigilaron en cada movimiento.
Ya pasado un tiempo, las contracciones se hacen muy dolorosas y no puedes fingir más (ni siquiera fingir puede salirte bien. Hasta el ninja más inútil se da cuenta de tu situación). Cyrax y Sektor llaman a los médicos y te instan a reposar, antes les pides que sigan el plan que hiciste a las apuradas y revisaran si ocurre un inconveniente.
El dolor y el miedo te estaba agobiando. No sabías si los Lin Kuei estaban perdiendo o ganando, ni tenías noticias de Bi Han y de sus hermanos. La preocupación te estaba invadiendo y necesitabas urgentemente respuestas. Los médicos entran junto con Cyrax y Sektor, les preguntas dónde está Bi Han y si se encuentra bien. No te dan una respuesta segura y ante una contracción le agarras la mano a Sektor, el chico no sabe si se la torciste o no, pero lo que sabe con certeza es que no la siente. Además de quedar medio mal de un oído por el tremendo grito que hiciste, mientras Cyrax se va a buscar noticias de su Gran Maestro.
Bi Han y sus hermanos arrasaban con los guerreros del clan rival, caían como moscas. Los soldados Lin Kuei también ponían su parte al destruir las tropas del otro clan y era para muchos una victoria aplastante de mano a los Lin Kuei. Bi Han se sentía bastante conforme por cómo estaban yendo las cosas, pero no esperó que otros guerreros del clan enemigo rompieran una parte del fuerte del templo.
Menos que una tropa Lin Kuei los estuviera esperando con trampas y fuego. En ese instante supo que habías tramado algo y no estabas reposando o poniéndote a salvo. Llegó al lugar del fuerte roto, pasando por los cadáveres enemigos y exigiendo respuestas a sus aprendices. “¿Por qué están aquí? ¿Fue mi esposa quien les dio esa orden?”
“Sí Gran Maestro, ella nos dijo que protegiéramos esta zona con trampas y hombres, también el otro extremo del fuerte” Solo hubo un soldado que tuvo el valor para contestar a Bi Han y enfrentarlo con la mirada, pero eso se fue por la borda tras la siguiente pregunta:
“¿Ella está bien? ¿Por qué no está descansando?”
“Ella rompió fuente. Cyrax y Sektor intentaron hacerlo, incluso otros guerreros y no pudieron por más que hablaran con ella. Golpeó a Cyrax y Sektor por querer que descansara, pero ahora esta en labor de parto” El pobre guerrero tuvo que dar toda esa explicación para evitar que su Gran Maestro lo degollara, pero más o menos pudo entender. Si tenías algo en la cabeza era casi imposible que se te quitara.
Todos los aprendices escucharon que estabas haciendo estrategias, a pesar de tu estado de embarazo avanzado y no sabían si tener orgullo o miedo, pero les sirvió de fuerza para poder seguir peleando como fieras y expulsar al enemigo de sus tierras. Hasta Kuai Liang y Tomas se motivaron por tus acciones.
Tras esto, muchos soldados se armaron de valor y siguieron con una feroz lucha hasta ver al enemigo rendirse o correr con la cola entre las patas. Incluso Bi Han se unió a dar la estocada final a la batalla y dio por terminado el enfrentamiento.
Algunos soldados salieron a capturar a los enemigos, otros a llevar a los heridos con los doctores y los que quedaban a mejorar como podían la infraestructura dañada. Mientras que Bi Han corrió hacia donde te encontrabas, no iba a perderse el nacimiento de su primer hijo. En su carrera escuchó tus gritos y maldiciones (sumamente vulgares que no vamos a poner porque sino nos censuran. En otro momento ponemos malas palabras), entró al lugar y te vio preparándote para dar a luz.
“Bi Han… viniste… ¿Ganamos? ¿Tus hermanos y los enemigos?”
“Están bien, todos están bien. Pero ahora enfócate en esto, nuestro hijo es importante ahora”
Sientes otra contracción, sueltas lo que le queda de mano a Sektor y sostienes ahora la de Bi Han. Los médicos te dicen que debes comenzar a empujar así el bebé puede nacer. Con la idea de que el dolor acabe, haces lo que te dicen y sientes que en vez de acabar empeora. Gritas y lloriqueas tanto, que hace que Bi Han sienta lástima y culpa por ti (son nuevos sentimientos desbloqueados para este Gran Maestro. Nunca tuvo culpa por las acciones que hizo y ahora sí, menos lástima. Es un maldito guerrero teniendo lástima por tu estado de agonía). Quedaba poco para que el bebé naciera y sientes que te están quebrando sin parar.
“Bi Han… ya no lo soporto… me duele mucho”
“Sí, puedes hacerlo. Solo haz un esfuerzo más y terminará esto”
Te sientes motivado por sus palabras y haces un último esfuerzo en ese empujón que das. Oyes los llantos de un bebé y te permites desmayar del cansancio. Bi Han en cambio, sintió que su mundo se congelaba en el momento que vio a su hijo. Un varón fuerte y digno de liderar el Lin Kuei. Después de que los médicos lo lavaran y envolvieran se lo entregan al Gran Maestro. La impotencia lo invade, promete cuidarlos y protegerlos de cualquier mal. Promete darle una mejor educación de la que tuvo con su padre y un lugar mejor para que sea parte del Lin Kuei.
Te ve a ti casi desmayada por el arduo trabajo y te acerca la vida pequeña que crearon. Lo cargas, unas lágrimas salen de tus ojos y caen por tu rostro alegre viendo a tu bebé sano. Sus ojos no paran de estudiarlos a los dos y es un momento que atesoras para siempre. Incluso Bi Han lo tiene atesorado, aunque no lo diga. Kuai Liang y Tomas también ven a su sobrino y no podrían estar más que orgulloso de su hermano mayor.
Terminado ese momento descansas con la cuna de tu hijo al lado, mientras Bi Han hace vigila hasta caer dormido por las acciones del día. Quiere darles una gran vida y protegerá a sus más valiosos tesoros sin importar que.
Kuai Liang:
Desde la traición de Bi han, Kuai Liang quiere protegerte a toda costa de la guerra que tiene con su hermano, no puede imaginar que algo malo te pase. Nunca se lo perdonaría. Por esas razones él y Tomas te cuidan como una muñeca de porcelana.
Estás a dos meses de dar a luz y Kuai Liang no te deja hacer ninguna tarea. Quiere que reposes y descanses, pero si necesitas caminar y él está ocupado, Tomas se encargará de acompañarte. Si necesitas comer, Kuai Liang o Tomas te prepararan la comida. Si Kuai Liang está en una misión, Tomas es tu sombra y no se despegará de ti.
El que también esperaba con ansias alguien nuevo en el clan era Hanzo, te hace un poco de compañía y siempre te pregunta si necesitas algo o cómo está el bebe. El Shirai Ryu estaba empezando florecer no había muchos guerreros.
Ese problema se vuelve uno enorme, cuando una línea temporal comienza a atacar los territorios del clan. Resulta que era la línea temporal de Dark Bi Han, con sus guerreros Lin Kuei queriendo destruir las defensas de la Tierra. Ante el ataque sorpresa, tu esposo te deja en un lugar seguro, cerca de un túnel de escape y con Tomas y Hanzo cuidándote.
Kuai Liang no quiere que nadie entre ni salga sin que ambos guerreros lo dejen pasar. Ante esa petición, Tomas y Hanzo quieren que te relajes y descanses, pero eso es en vano porque estás poniendo en la mesa mapas de la geografía de la zona, le pides a Hanzo que prepare un pequeño fuerte y a Tomas actualizaciones constantes de la situación.
Los muchachos intentan hacer que desistas de tu plan, pero no pueden hacer nada ante tu insistencia, solo se rinden a lo que les ordenas. A los pocos minutos tienes armado un pequeño centro de operaciones donde dejas que Tomas te ayude en dirigir las pocas tropas, preparar trampas y armamento hacia las zonas que verdaderamente necesitan.
En todo el caos de la batalla, los aprendices escuchan las estrategias que tienes planeadas y hacen lo que les ordenas. Tomas revisa las idas y vueltas de los guerreros y preparar el fuerte. En un momento, le pides a Hanzo que te traiga unos paños y almohadas. “¿Por qué quieres esas cosas?”
“Se rompió mi fuente. Hablando de eso, Tomas, quiero que traigas dardos, hierbas venenosas y bombas de humo, nos servirán para usar como armas si los invasores entran”
Hanzo no entiende qué es una fuente, pero Tomas sí y quiere que te detengas en todo lo que estás haciendo. Inmediatamente, Hanzo te trae lo que le pediste y quiere que descanses, diciéndote que te acompañará en todo.
Lo calmas diciendo que todavía falta para que des a luz, que sigues estando en condiciones para ayudar al clan y que vaya a darte lo que necesitas. Le dices a Hanzo que hasta que las contracciones sean dolorosas y no puedas estar de pie, no ibas a detenerte. Tomas fue el más duro con tus decisiones, tratando de hacer que te prepares para el nacimiento de su sobrino… Eso fue en vano y acabo con Tomas siendo golpeado con una vara para que te deje trabajar.
Persististe e intentaste ocultar estrepitosamente tus contracciones (hasta Hanzo se daba cuenta que ya no podías manejar la situación), pero fue inútil y te estaban pidiendo que descansaras. El dolor era insoportable y no podías estar de pie. Tomas le pide a Hanzo que te acompañe, mientras ��l iba a buscar a los médicos y con suerte a su hermano.
El pobre Hanzo es testigo de como casi su mano es arrancada por como la sostenías con fuerza. El miedo ya te inundaba, no sabías donde estaba tu marido y no querías que las fuerzas de Dark Bi Han destruyeran el clan que estaban formando.
Tomas llega con unos médicos y eso solo te alivia un poco. Le preguntas al ninja en qué parte del recinto Shirai Ryu estaba Kuai Liang y él no sabe con certeza donde se encuentra. Eso solamente acrecienta tus nervios y sientes que no solo caen lágrimas de dolor sino también de desesperación.
En un lugar lejos del fuerte, Kuai Liang y otros miembros intentan a toda costa repeler a las fuerzas de Dark Bi Han, pero ve que es casi imposible. Las fuerzas de Dark Bi Han los superan en número y casi es en vano contenerlo. Se preocupa por ti, espera que estes a salvo y que hayas logrado huir de los territorios del Shirai Ryu.
Lo que no esperaba era que algunos de sus aprendices estuvieran preparando armas y trampas para hacer retroceder a las fuerzas enemigas. Kuai Liang busca respuestas ante las acciones de sus alumnos y cuando le dicen que eres tú la que ordenó que hicieran las armas. Además, le dicen que tanto Hanzo como Tomas intentaron detenerte y fue imposible.
Las acciones que ordenaste a los aprendices al parecer hicieron frutos y lograron retroceder de forma exitosa. Varios aprendices al escuchar que estuviste maniobrando detrás y que lo hiciste mientras te preparabas para dar a luz, fue el impulso necesario para que los guerreros de Kuai Liang derrotaran al enemigo.
Todos celebran por la victoria, pero Kuai Liang se dirige rápidamente hacia el refugio en el que te encuentras y lo recibe Tomas. Este le dice que los médicos te están ayudando a dar a luz y que verdaderamente te necesita.
Verte lo alegra, todavía puede presenciar el nacimiento de su hijo y puede ayudarte. Cuando visualizas a Kuai Liang, te alivias sabiendo que no le ocurrió nada malo y sientes que las lágrimas empiezan a salir. “Kuai Liang… estás bien… el bebé ya viene”
“No iba a perderme el nacimiento de nuestro hijo, querida.”
Te besa la frente, dejas libre la supuesta mano de Hanzo y agarras la de Kuai Liang. Comienzas a empujar y los médicos piden ayuda a Tomas (quedó traumado después de ver lo que vio, no se atreve a mirarte a la cara), el dolor se vuelve demasiado, pero aun así sigues soportándolo. A pesar del cansancio, del dolor y miedo, las palabras de aliento de Kuai Liang te dan la fuerza para seguir empujando. Con un último grito das el último empujón y escuchas los llantos de un bebé.
Pero eso no termina ahí, los médicos te dicen que falta un bebé más y que debes hacer unos últimos empujones. “No puedo… no puedo… Kuai Liang ya no puedo más… ya no quiero”
“Vamos amor, solo un esfuerzo más. Vamos, puedes lograrlo. Un último esfuerzo”
Sus palabras te dan fuerza y haces un último empujón y el segundo bebé sale. Todo acabó, Kuai Liang se sintió impotente y no sabía que hacer en ese instante. Vio a unos mellizos, un niño y una niña, él cargó a la niña y tú al niño. Sintió que se quebraba y al mismo tiempo estaba orgulloso de lo que habías hecho. Prometió darle a ti y a sus hijos una mejor vida.
Tomas y Hanzo son los primeros en cargar a los bebés y te sientes feliz. Después de tantas emociones y acciones, caes rendida al sueño y Kuai Liang te acompaña, mientras protege a sus tres luces.
Tomas Vrbada:
Cuando le anunciaste tu embarazo a Tomas estaba absolutamente feliz. Se había arrodillado a tu vientre, lo besó y comenzó a hablarle por más que el bebé no estuviera desarrollado. La felicidad en el Shirai Ryu se palpaba en el aire por la gran noticia.
Perdió muchas cosas y tú eres una verdadera luz para él. No iba a dejar que te alejaran de su lado y más ahora cuando ibas a ser la madre de su hijo. Te protegía y no se separaba de ti, incluso Hanzo estaba cerca de ti cuando Tomas tenía que irse a alguna misión o reunirse con su hermano y Harumi para tomar las decisiones del clan.
El último trimestre estaba pasando y quedaba poco para que tu hijo naciera. Tomas te protegía muchísimo más que al comienzo de tu embarazo y no iba a dejar que hicieras tareas pesadas o caminatas sin alguien acompañándote. Durante las noches él intentaba cocinar, mientras descansabas y lo veías hacer algo de comida. A la hora de dormir, besaba tu vientre y le hablaba a su hijo, mientras le acariciabas el cabello para que se durmiera. Antes de caer en los brazos de Morfeo, Tomas ponía una mano sobre tu panza intentando protegerte a ti y a su hijo.
Los pocos miembros del clan estaban esperando el bebé del segundo al mando del Shirai Ryu, pero esa felicidad se esfuma rápidamente. No esperaban una invasión sorpresa hecha por muertos viviente dirigidos por Quan Chi y Shang Tsung. Ante este ataque Tomas, Kuai Liang y Harumi fueron a proteger los territorios del clan. Mientras Hanzo tenía que cuidarte, intentó ir a la guerra, pero el trío se negó rotundamente porque le faltaba entrenamiento.
Cuando tu esposo se fue a la guerra, sin dudar ni pensar comenzaste a armar en tu refugio un plan para repeler las fuerzas malditas. Hanzo quiso hacer que reconsideraras debido a tu estado de embarazo muy avanzado y no le salió bien. Le pides que te traiga los mapas de la zona, le dieras todas las armas de pólvora y actualización de dónde se ubicaban las fuerzas enemigas.
A regañadientes Hanzo te trae las cosas que le pediste y junto con algunos aprendices empiezas a formar una estrategia de ataque, todos te estaban escuchando para saber que paso deben tomar de ahora en adelante. Hanzo junto con otros pocos aprendices construyen alrededor de la habitación en la que te encontrabas un pequeño fuerte para evitar contratiempos.
Después de ordenar a los guerreros que siguieran al pie de la letra el plan que armaste, se marcharon todos, excepto Hanzo que se quedó protegiéndote y ayudando a armar mejores trampas en el fuerte improvisado. No esperaba que le pidieras toallas, ropa y almohadas. “¿Por qué requiere eso mi señora?”
“Primero, deja de llamarme así, no soy tu superior ni maestro y menos Gran Maestro. Segundo, lo necesito porque mi fuente se rompió y tercero, quiero que vayas a buscar más pólvora así se la puedo dar a los que están en el campo de batalla puedan usarlo para retroceder al enemigo.”
Hanzo no entiende que es una fuente, pero piensa que debe ser algo sumamente importante en el embarazo y se asusta. No quiere decepcionar a Tomas con que no pudo hacer que descasaras y te prepararas para la llegada de tu bebé. Intentas calmarlo diciendo que faltaba para que dieras a luz y que podías seguir ayudando hasta que tus contracciones duraran más de 3 minutos.
Una vez más, Hanzo no puede hacer que retrocedas ante tu terquedad y hace lo que le pides. En todo el caos, se da cuenta que ya no puedes soportar más estar de pie, por más que quieras ocultar tus gritos y lloriqueos hacia los guerreros (hasta ellos se dan cuenta que ya no puedes) y tienes que prepararte. Los médicos tienen que ayudarte con el parto y rápido. En un momento el pánico te invade, quieres a tu marido al lado y ya no estabas al tanto de lo que ocurría fuera del fuerte.
Mientras te preparabas, Tomas, Kuai Liang y Harumi estaban conteniendo al enemigo como podían. Tenían pocos guerreros y les costaba bastante, pero no creían que un montón de trampas hechas con pólvora y otros ataques sorpresa por parte de los guerreros que llevaste sirvieran para repeler al enemigo. Tomas supo que tenías algo que ver y buscó respuestas por parte de los aprendices de lo que hacías.
Ante la respuesta de que estabas organizando un contrataque y tu fuente se rompió, tiene mas infartos de los que puede contar. Necesita desesperadamente ir a ver cómo te encuentras, pero Harumi lo calma diciéndole que se iba a encargar de ayudarte en lo que era necesario.
“¿Dónde está Tomas? ¿Vamos ganando?”
La amante de Kuai Liang se retira del campo de batalla y se dirige rápidamente hacia donde te hallabas. No esperaba verte de pie frente la mesa con un mapa y sosteniendo la mano (lo que quedaba) de Hanzo. “Descansa debes prepararte para el nacimiento de tu hijo”
Harumi intenta calmarte y hacer que te recuestes. Las contracciones eran dolorosas y no sabías cuanto tiempo más podías soportar esa agonía, querías a Tomas a tu lado. Harumi prepara todo para que comiences tu labor de parto, además llama a los médicos para que te den un mejor tratamiento y Hanzo todavía no sabe si perdió o no su mano.
A pesar de que Harumi fue a ver tu estado, Tomas, seguía asustado y quería acabar con este ataque lo más rápido posible. Motivado por sus hombres, su hermano y el plan que hiciste, logran hacer una gran contraofensiva efectiva, ya que muchos de los muertos vivientes son eliminados y otros retroceden ante el ataque de los Shirai Ryu.
Los brujos viendo que no pueden tener una victoria aplastante, huyen como ratas a los más recóndito del Mundo Exterior. Una vez pasado el peligro, los guerreros celebran, pero para Tomas no hay fiesta hasta ver como te encuentras. Corre hacía el fuerte que Hanzo armó bajo tus órdenes y te ve tratando de empujar. Harumi estaba detrás de ti sosteniendo tu cabeza y Hanzo veía que su mano no iba a tener un mañana.
Inmediatamente, dejas libre a Hanzo (no sabe si perdió o entumeció su manito) y cuando ves a tu esposo la tranquilidad te inunda. “Tomas… viniste ¿Están bien todos? ¿Ganamos?”
“Estoy aquí, estoy aquí, amor. Vas a estar bien, todos están bien”
“El bebé … va a nacer”
“Lo sé, amor, lo sé. Necesitamos que empujes para que nuestro hijo nazca”
Lo miras con miedo y comienzas a empujar, Tomas y Harumi te alientan a seguir adelante, te esfuerzas mucho y los médicos se preparan para recibir a tu hijo. Tomas se sentía sumamente apenado porque estabas sufriendo, odiaba verte así, pero quería ayudarte en lo que más pudiera. Si era sosteniéndote la mano o motivándote haría lo que este a su alcance para que sepas que estaba contigo.
El dolor se estaba volviendo insoportable, te estabas mareando y sentías que te desvanecías. A pesar de las incomodidades, seguiste empujando y con un grito extremadamente fuerte das un último empujón. Escuchas los llantos de un bebé, pero no esperabas oír las horribles palabras de Harumi. “Queda uno más, tienes que hacer un último esfuerzo”
“No puedo… me duele todo… quiero que termine no puedo más”
“Sí puedes amor, te voy acompañar en lo que quieras. Pero vamos hacer esto juntos. Respira profundo y empuja, estoy contigo” Las palabras de tu esposo te motivan, se miran juntos y respiran simultáneamente, entonces vuelves a empujar. Sentías que una vez más te desvanecías, pero haces un último empujón y oyes los llantos de un segundo bebé.
Tomas sintió que todo quedó detenido en el tiempo. Ve a dos bebes siendo envueltas en mantas delicadas. Eran dos niñas mellizas, hermosas y fuertes. El ninja cae de rodillas al sostener a sus dos pequeñas, son tan vulnerables, tan inocentes y se siente esclavo a sus hijas. Promete criarlas, consentirlas y protegerlas a toda costa, de cualquier mal y amenaza.
Te acerca una de sus hijas y la sostienes como puedes. Sonríes al ver a tus hijas sanas, unas lágrimas salen de tus ojos y el pulgar de Tomas las limpia. Se miran a los ojos y se acerca a ti para besarte. Acomodan a las niñas en una pequeña cuna y te dejan descansar.
Los médicos te revisan para ver si no ocurre ningún inconveniente. Tomas te acompaña en tu sueño y duermen al lado de sus pequeñas niñas. Al verlas dormir, las lágrimas de felicidad salen sin parar y no puede pedir más a su vida. Perdió a su hermana y a su madre, hará en lo que este en su poder para protegerlas y darles todo lo que él posea.
Hanzo Hasashi:
Hanzo tenía sentimientos encontrados por la relación, luego matrimonio y embarazo de su nueva esposa. Desde la pérdida de Harumi y Satoshi, Hanzo ya estaría paranoico y con miedo de si vuelve a perderte a ti y a su hijo. Por eso te protegía como nunca antes, esa protección creció más cuando el embarazo estuvo muy avanzado.
Si tenía una reunión con el clan, tú ibas a estar ahí para que no te alejaras de su vista, necesitabas caminar porque estar tiempo en cama te estaba matando él te acompañada a que caminaras por los Jardines de Fuego, no iba a dejarte que hicieras ninguna tarea pesada ni forzosa. Si tenía alguna misión, Takeda tenía la tarea de ayudarte en todo.
Todo el clan estaba esperando a que el Gran Maestro tuviera a su bebé, sobre todo Takeda porque tenía la expectativa de que su Gran Maestro siguiera adelante con su vida y fuera feliz.
Esa idea se va, ya que cerca de los territorios del Shirai Ryu ven que las llamas del Infierno emergen de la nada misma e intentan forzar la entrada al templo. Fueron enviadas por Liu Kang y Kitana al querer armar una invasión y destruir las defensas de la Tierra. Por eso Hanzo te deja con Takeda en un lugar seguro mientras se va hacia la entrada con sus mejores guerreros para contener a los demonios.
Antes de irse a defender su clan le dice lo siguiente a Takeda: “No dejes que ella salga, ni que alguien entre a menos que sea sumamente necesario y de confianza. Te estoy confiando la vida de mi esposa y mi hijo, Takeda.” Mientras estabas con el joven comienzas a preparar la habitación tu centro de operaciones con los mapas del territorio y la infraestructura.
El pobre joven intenta decirte que desistas de tu plan, pero le ordenas que llame a varias tropas para que refuercen los puntos débiles, que algunos te den actualizaciones constantes de la situación y que preparasen un fuerte al lugar en el que estabas. Takeda se niega rotundamente, quiere evitar que Hanzo lo mate lentamente si ve que su esposa está tomando las riendas de una situación horrible mientras estas embarazada.
Le pones de hoyo legal que él tiene que vigilar a los que entren y salgan, además de que no ibas a salir a combatir en tu estado. Ante esa excusa y tras ver que no te ibas a detener empieza a armar el centro de operaciones, hace lo que le pediste. Dentro de pocos minutos Takeda y otros guerreros te están escuchando con la información de la ubicación de las batallas, dónde y cómo preparar trampas y reforzar las zonas débiles.
Takeda por un lado está orgulloso y por el otro tiene miedo de que su Gran Maestro lo asesine, pero aún así vigila quien entra y quien sale. Revisa las actualizaciones de las ubicaciones de los demonios y trabajaba contigo para ver dónde llevar las tropas.
En todas las órdenes que das, le pides a Takeda que te traiga almohadas, ropa limpia y paños. “¿Para qué necesitas eso?” te pregunta mientras revisaba los mapas de los territorios del templo.
“Mi fuente se rompió. Asunto aparte, si Jacqui dejó algunas de sus armas las necesito podríamos usar la pólvora para hacer trampas por los alrededores del templo”
Al escuchar esas terribles palabras detiene de lo que estás haciendo, quiere que reposes inmediatamente y necesita llamar no solo a Hanzo sino también a los médicos de las Fuerzas Especiales. Intentas calmar a Takeda, le metes excusas de que todavía no sientes las contracciones y que falta, que puedes seguir manejando lo que estaba pasando. Hasta que no puedas estar de pie y que las contracciones sean sumamente fuertes no ibas a dejar tu puesto.
Pasa un tiempo hasta que las contracciones son terriblemente fuertes y ya no puedes estar de pie, aún así finges muy mal que no sientes nada. Takeda ya te está obligando a que recuestes y no finjas que no tienes las contracciones, comienzas a gritar sin parar y que quieres a un médico y a Hanzo.
Los médicos estaban atendiendo a los heridos, pero algunos fueron enviados a tu ubicación para que te atendieran y te ayudaran con el parto. Además, Takeda te está sosteniendo alentando a que respires y te calmes, pero lo único que quieres es que Hanzo este contigo.
Mientras eso ocurre, en el campo de batalla, Hanzo junto con sus soldados estaban destruyendo a los enemigos de forma arrasadora. Los demonios estaban retrocediendo de a poco, pero las bajas eran dolorosas, aún así la ferocidad de los nuevos Shirai Ryu no tenía comparación.
Hanzo vislumbra entre toda la acción que muchos estaban construyendo trampas, reforzando algunas entradas, que iban con papeles hacia el templo y deduce que estas haciendo algo en tu estado. Además de pedir respuestas del estado de su esposa, quiere saber el cómo no te detuvieron y los guerreros le dicen que Takeda lo intentó, pero fue en vano. Tu terquedad se impuso ante Takeda y eso casi deja sorprendido a Hanzo, pero el sabe que si tienes algo en la cabeza no te lo ibas a quitar ni de chiste.
Aparte de escuchar cómo Takeda no logró controlarte, también oye que estabas en labor de parto y empedernida en seguir controlando la situación. Eso lo aterra y no quiere que la historia vuelva a repetirse. No solo está aterrado, sino que también está furioso porque no va a permitir que nadie lo separe de lo que más ama.
A toda costa quiere desterrar al enemigo de sus tierras y que no se acerquen a su clan ni familia. Con todas sus fuerzas y motivación hacia sus guerreros, repelen de forma aplastante a los enemigos. Los demonios que sobreviven huyen como ratas y las bajas fueron mínimas, también el clan en toda la batalla escuchó los rumores de que la esposa embarazada del Gran Maestro estuvo manejando una parte de la situación y más razón para celebrar.
Al terminar de reprimir a los enemigos, Hanzo corre hacia la base que improvisaste y escucha tus gritos y llantos. Al entrar y verte en el estado en el que te encuentras, sosteniendo (mas bien rompiendo) la mano de Takeda y cuando lo ves te alegras.
“Hanzo…viniste… el bebé.”
“Lo sé, Sakura, lo sé. Hiciste todo bien, ya estoy aquí.”
En ese instante dejas la mano de Takeda y sostienes las de Hanzo y el médico te pide que empujes. Comienzas a hacerlo, solamente se escuchan tus gritos y quejidos. Hanzo se siente mal el ver que estas sufriendo, lo único que puede hacer es motivarte y que controles tu respiración. Después de mucho tiempo de empujar ya no das más y estas sintiendo que te desmayas del dolor.
“Hanzo… duele mucho… quiero que acabe… estoy cansada.”
“Vamos Sakura, sólo un empujón más. Puedes lograrlo, es el último, lo prometo.”
Haces un último empujón, soltando un grito muy fuerte y tanto tú como Hanzo escuchan los llantos de un bebé. Es un momento donde Hanzo se quiebra totalmente y llora de felicidad. Envuelven al recién nacido y lo acercan al Gran Maestro, él se pone a tu altura para mostrarte el milagro que hicieron. Es una niña, fuerte y hermosa.
Hanzo se siente afortunado de que fueras la madre de esta belleza y al verla más de cerca promete protegerla, cuidarla y cumplirle sus deseos. Te mira y estás inconsciente, todo lo que pasó te estaba cobrando factura y por esas razones los médicos quieren que descanses. Te dejan en los aposentos y al lado esta la cuna de tu hija, donde Hanzo hace guardia y con ayuda de Takeda reconstruyen los territorios del Shirai Ryu.
Hanzo promete proteger a ti y a su hija a toda costa de cualquiera que intente amenazarlos. Son su felicidad y quiere darles todo lo que tiene.
Kuai Liang:
Kuai Liang estaba muy emocionado al verte muy embarazada y ya la fecha del nacimiento del bebé se acercaba. Por esas razones te procuraba bastante, el ninja evitaba que hicieras cualquier tarea que él consideraba pesaba. Te ayudaba a caminar si se te dificultaba o darte lo necesario para que descanses sin ninguna molestia.
La felicidad y la espera en el clan se esfuma cuando ocurre el reinicio de Kronika. De las arenas, salen cyborgs, una figura encapuchada y todos los ninjas se ponen al ataque. Mientras ocurre eso, Kuai Liang te envía inmediatamente a un centro de operaciones improvisado/lugar seguro y él se va a la guerra.
Inmediatamente tomas control de la situación, comienzas a dar órdenes sobre cómo deben desplegarse las tropas Lin Kuei, dónde deben defender el clan y a su vez pides equipo para dar luz.
“¿Para qué necesita eso materiales mi señora”
“Se rompió mi fuente. Ah y hablando de romper necesito que preparen trampas para evitar que los cyborgs intenten entrar aquí.” El aprendiz al escuchar que se te rompió la fuente tiene miedo de que su Gran Maestro lo castigue o aún peor… lo mate. Por eso te pide que reposes y llamen a las Fuerzas Especiales para pedir ayuda médica.
Te niegas rotundamente, intentas dar excusas para poder seguir controlando la situación y evitar que destruyan al clan. Argumentas que hasta tener contracciones de 3 minutos puedes seguir operando sin problemas, aun así, el aprendiz quiere que reposes para evitar que su Gran Maestro lo mate, pero lo pones en su lugar porque eres la esposa de Kuai Liang y si se te atrevía responder se lo ibas a contar. El pobre acaba obedeciéndote, te da lo que necesitas y sigues tratando de controlar la situación desde el interior.
Pasaron más de los minutos indicados para que reposes, los guerreros hicieron lo que les ordenaste y no puedes soportar el dolor ni que Kuai Liang no esté presente. El aprendiz, junto con otros más te piden e intentan hacer que te prepares para dar a luz y desesperada pides que traigan a Kuai Liang, porque quieres que este contigo y estabas preocupada por él. El aprendiz que te ayudaba se fue a toda prisa hacia el campo de batalla para darle la noticia a su Gran Maestro.
Mientras esto sucedía, Kuai Liang estaba arrasando a diestra y siniestra con los cyborgs, se da cuenta de que las máquinas son cyber-lin kuei y se preocupa, ya que la fábrica había sido destruida. Además, ve que la mayoría de las maquinas están llevándose por la fuerza a la mayoría de sus guerreros.
Además de los guerreros que tenía a su disposición ve que también hay algunos que están intentando construir trampas y hacer refuerzos en lugares débiles. Imagina que seguramente debes estar haciendo algo a costa de tu bienestar. Le esta taladrando la cabeza el pensamiento de que no estás reposando.
En su lucha, ve a la figura encapuchada, una mujer (es Frost, pero se da cuenta en la fábrica, así que shh), ataca al Gran Maestro y comienza a amenazarlo: “Después de matarte, van a sufrir tu maldita esposa y el bastardo de tu hijo.”
“Acércate a ellos y serás ejemplo de lo que ocurre a quienes se metan con mi legado.”
Tras estas palabras empiezan a combatir. Entre golpe y golpe, los cyber-lin kuei se llevan a la mayoría de los ninjas y la mujer escapa exitosamente. Kuai Liang está furioso de que esa mujer se haya llevado a sus guerreros y aún peor que los convierta en cyber-lin kuei, quiere detener ese destino a toda costa.
En toda su confusión, uno de sus aprendices lo llama a gritos en el campo de batalla. Al recibirlo no muy bien, porque acaba de ver que se llevaron a casi todo su clan, pero después se alegra un poco al saber que hay pocos sobrevivientes. El aprendiz intenta decir la noticia que quiere dar con exhalaciones bruscas por su carrera:
“Gran Maestro… su esposa… va a dar a luz”.
Los ojos de Kuai Liang se ponen como platos y se dirige inmediatamente al fuerte improvisado, donde fue tu centro de operaciones y donde escuchaba tus gritos y quejidos y entra repentinamente preguntando dónde estabas. Te vio acostada, soportando el dolor de parto y al verlo te alegras: “Kuai Liang… va a nacer… ¿qué ocurrió?”
“Shhh, cálmate, estoy aquí. Voy a estar contigo”
Lo único que se escuchaba eran tus gritos de dolor, el médico te alentaba a empujar y Kuai Liang te sostenía la mano y te consolaba. El médico te pidió un último empujón, ya estabas llorando y pidiendo que todo parara: “No puedo… no puedo… Kuai… ya no puedo… estoy cansada y me duele.”
“Vamos amor, solo un empujón más. Ya todo acabará, solo un empujón más”
No era cariñoso frente a los demás, pero ahora estabas sufriendo y su clan estaba en peligro. Muchas emociones procesando, aun así, te está motivando a que puedas dar un último esfuerzo y que su hijo vea al mundo. Con lo que te queda de fuerza logras dar a luz a su hijo.
En el momento que Kuai Liang lo escucha llorar, todo se detiene… una sonrisa genuina invade su rostro. Tú también sonríes y sueltas una exhalación de alivio. Ves a tu hijo por primera vez y lo cargas, las lágrimas comienzan a salir de tu rostro. Kuai Liang tampoco puede contenerlas y juntan sus frentes para admirar lo que él y tu crearon… un niño. Tuyo y de él. Solamente puede decir:
“Estoy orgullosa de ti. Diste felicidad a mi vida y prometo cuidar a ti y a nuestro hijo. Te amo.”
“Yo también Kuai Liang”. “¿Qué ocurrió afuera? ¿El clan está bien?”
El momento de felicidad se interrumpe al escuchar esas preguntas. No sabe cómo decirte que debe irse en el día del nacimiento de su hijo y debe buscar la ayuda de las Fuerzas Especiales, Raiden y Hanzo Hasashi.
Cuando te enteras de que la mayoría del clan fue raptado por los viejos cyber-lin kuei, no entiendes nada, creíste que fueron destruidos y la fábrica también, pero hasta tu marido tiene dudas de lo que ocurre. Por eso te lleva a la base de las Fuerzas Especiales con su hijo y los demás sobrevivientes, allí estarán seguros mientras él no este.
Antes de despedirse te da un beso en la frente y también a su pequeño. Lo ves irse con Hanzo y lloras por todo lo que había pasado y lo que estabas presenciando, pero tenías la esperanza de que se solucionaría pronto y que dentro de poco Kuai Liang pasaría tiempo con su hijo.
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La reina Rhaenys Targaryen siempre que tiene una reunión con el consejo termina enojada ya que constantemente la están subestimando al ser una mujer, tanto que a tal punto Meleys se siente igual que su jinete a través del vínculo, solo una persona a logrado calmar a la reina y esa es su esposa y consorte Aemma Arryn, ella termina calmandola en la noche donde ambas están en sus aposentos privados, hablándole con palabras dulces y amorosas, y dejando que toque su vientre donde se encuentra su bebé, fruto de su amor.
#aemma arryn#rhaenys targaryen#rhaenys the queen who never was#hotd#house of the dragon#romance#AemmaxRhaenys
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Shhh, es un secreto
Pareja: Neteyam x Reader
ADVERTENCIA: escritura oscura | violencia | sangre | fluidos | obscenidad | situaciones incómodas |
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Capítulo 8
" COLAPSO "
Neteyam no dudó en tomarte en sus brazos y obligar a su ikran a ir a toda velocidad hacia el laboratorio. Sus manos se aferraba a ti trayendo a su mente la primera vez que te conoció, la misma situación. Tú aferrándote a tu vientre suplicando por tu bebé, suplicando porque lo salvaron mientras te desangrabas.
Neteyam en ese momento era lo menos que le importaba, pero ¿ahora...? Ahora se sentía morir, sentía que su corazón era arrancado ante la idea de tu muerte. Cuando vio a su madre encima tuyo con el cuchillo en su mano sintió que su mundo se volvía pequeño. La desesperación por llegar a ti lo más rápido posible lo consumía a cada segundo y cuando pudo estar cerca tuyo no dudó envolver protectoramente tu cuerpo mientras que sus ojos miraron a su madre fijamente, alerta ante cualquier movimiento de la Na'vi, dispuesto a sacar las garras si era necesario.
Eras su pareja.
Neteyam se había apareado contigo escogiendo pertenecerte, aunque un tiempo lo estuvo negando no dudó en aceptar lo que le deparaba el destino cuando abrió su corazón a ti.
Eras totalmente distinta, tal vez la cultura era completamente ajena a ti y por supuesto que estabas en mucho más peligro que ellos. No eras una Na'vi, no creciste en Pandora. Había tantas cosas peligrosas y más grandes que tú, las cuales podrían matarte si se llegaba a descuidar un segundo, incluyendo a Neteyam en eso. Su principal preocupación deberías ser tú y te había desprotegido, había dejado que su madre te hiciera daño y eso lo estaba hundiendo.
La sangre en sus manos era un horrible recordatorio de su nula capacidad de protegerte.
Cuando llegó al laboratorio golpeó con fuerza la puerta. Norm abrió de golpe, ya esperándolo con una camilla, observó a los médicos correr y llevarte a un cuarto mientras que tú seguías llorando y suplicando por tu bebé.
Un bebé.
Neteyam caminó hacia donde te habían llevado con pasos lentos. Sus manos picaban, teniendo recuerdos vagos de lo que hizo estando ebrio. Podía sentir como su respiración se volvía inestable conforme se acercaba a la pequeña habitación, no lo había pensado... Un bebé, un bebé suyo.
Los recuerdos del cadáver del primer bebé invadieron su mente y de repente se sintió aterrado de que algo así pasará con algo que era de ustedes dos.
Neteyam se sentó en el suelo de ese frío laboratorio. Las paredes blancas comenzaron a abrumarlo llenando su mente de tus alaridos dolidos. El Na'vi ocultó su rostro entre sus rodillas deseando que toda esta situación acabe, esperando a que tú volvieras a sus brazos pronto y lograrás calmar la ansiedad que comenzaba a invadir su corazón. Deseaba que todo esto fuera una horrible pesadilla.
Estuvo unas horas ahí. Sin moverse ni un milímetro esperando a que dijeran algo sobre ti. Norm le daba agua y le entregó una máscara de oxígeno, Neteyam solo asentía en agradecimiento mientras que Norm hablaba con su padre por el intercomunicador.
Escuchó algo de prohibir a Lo'ak entrar al laboratorio.
Cuando su padre apareció no estaba Norm, así que fue directamente hacia él haciendo que Neteyam sacará su rostro de entre su escondite. La mano de su padre tocó su hombro intentando confortarlo, el muchacho de trenzas pudo ver la mirada preocupada del mayor haciendo que una punzada atravesará su pecho.
Neteyam lo miró con ojos desesperados.
----Perdón, y-yo debí quedarme a cuidarla, esto es mi culpa yo-
----Ey, ey muchacho. Tranquilo, esto no es tu culpa ---- interrumpió su padre. Jake cerró sus ojos suspirando pesadamente, cansado ----. Tu madre odia a los humanos, le hicieron daño y tú hermano... ¿Cómo no te diste cuenta de eso?
----¿Qué?
---- De Lo'ak y (T/N)... ---- él aún lo miraba sin entender, su padre apretó la mandíbula. Mirando el suelo sin saber cómo decirlo ---- Ella y tú hermano se estaban cortejando. Lo'ak se niega, pero hay tantas pruebas.
Neteyam apretó la mandíbula, sus hombros poniéndose tensos cuando su padre aseguró sin dudar de las intenciones de Lo'ak contigo. Podía imaginar cuan decepcionado estaría su padre si descubriera quién realmente es el que te está cortejando.
----Tal vez Lo'ak está diciendo la verdad ----. Hablo Neteyam, apretando los puños sintiendo como su mandíbula dolía.
---- No hijo, las cosas que Lo'ak hacía en forma de cortejo. Todas están en la carpa de ella ---- Jake se levantó de su lado ---- incluso Tuk confesó ver en las noches a su hermano levantarse y salir de la gran hamaca.
La cola de Neteyam se movió ansioso. Comenzando a sentir como se alteraba poco a poco.
---- Lo'ak pudo salir a ver a la chica Na'vi con la que se la pasa últimamente ----. Intentó justificar a su pequeño hermanito ganándose la mirada incrédula de su padre.
----¿Porque intentas defenderlo tanto? ---- señaló Jake con su ceño fruncido.
Neteyam se levantó del suelo de golpe, dando unos cuantos pasos hacia su padre. Su cola se movía irritada y sus orejas gachas demostraban que estaba totalmente alerta.
----¿Porqué nunca puedes creerle? Ellos simplemente no podrían estarse cortejando mutuamente a espaldas de todos.
----Tu hermano y ella fueron varias veces al bosque solos.
Neteyam soltó una risa sarcástica.
Jake alzo sus cejas sorprendido. La actitud de su hijo mayor era tan nueva para él, el que mostrará sus colmillos y levantara la voz contra él era una gran falta de respeto y por supuesto esa risita.
Toruk Makto estaba negando ver lo que estaba pasando, aunque las señales fueran tan claras.
----¿Qué mierda fue eso?
Neteyam estaba al borde. Toda esta situación ya lo tenía de los nervios alterando la química de su cerebro y ahora tenía que soportar que su padre llegara y asegurara que tú y su hermano han estado saliendo a espaldas de todos.
Tú salías con él. Tus noches eran con él, todos tus días siempre fueron con él y si, tal vez Neteyam no te daba regalos tan obvios como los de su hermano, pero tú y él ya estaban un paso más adelante. Que tú estuvieras en peligro desangrandote en una habitación lo estaba alterando lo suficiente como para destrozarlo lentamente. Él estaba aquí esperando por ti. No nadie más.
Solo él.
Abrió su boca, listo para por primera vez cuestionar la autoridad de su padre pero fue interrumpido por un estruendoso sonido.
La puerta se abrió.
La discusión fue ignorada, ambos se centraron en el médico el cuál miraba hacia arriba con una mueca de cansancio.
---- Ella está estable. La herida ya está sellada y está recibiendo transfusiones de sangre ---- ella masajeó su cien ----. Si seguimos con estas sesiones la pobre chica quedará mal.
Jake se acercó un pasó. Su mirada inexpresiva observando al médico.
----¿El bebé?
Neteyam miró fijo a la doctora, sintiendo como su boca se secaba ante la horrible espera.
Ella negó.
Neteyam soltó un suspiro tembloroso, sintiendo como por un momento sus piernas se debilitaron.
----No hay ningún, bebé. ---- ella hojeó la libreta en sus manos ----. Pudo haber sido un ataque de pánico debido a la sangre y la herida en su vientre. Fue justo como la vez pasada, deberían usar esto a su favor si quieren saber de dónde viene la chica.
----¿Qué? No ----. Negó Neteyam de inmediato ---- eso es cruel.
Jake lo miró.
----Si esto nos ayuda a proteger al clan...
----Señor, eso-
----Neteyam.
Apretó la mandíbula de la rabia, ignorando a su padre para ir directamente hacia ti.
----Me quedaré aquí. Yo la vigilaré por la noche.
Neteyam se adentró al cuarto, observando cómo un mascarilla descansaba encima de tu boca, dabas pequeñas respiraciones subiendo y bajando tu pecho con tranquilidad. Su mano tomó la tuya observándote en silencio mientras apreciaba tu rostro.
Neteyam nunca podía verte de esta forma, tan tranquila y serena. Siempre eras la última en quedarte dormida y la primera en despertar, recibiendo a Neteyam con una suave sonrisa. Estuvo ahí un largo rato, permitiéndose cerrar los ojos al escuchar tu pulso en aquella máquina, durmió a tu lado esperando a que decidieras abrir tus ojos para volver a pasear por el bosque o simplemente platicar de cualquier cosa.
Cuando abriste los ojos miraste el cielo brillante de Pandora. El sonido de animales desconocidos acariciaban tus oídos con dulzura, podías sentir como la máscara que te brindaba oxígeno se apretaba a tu rostro manteniéndote tranquila recargada en aquel árbol. Tus ojos estudiaron tu cuerpo totalmente curado con curiosidad, podías notar que ya no había heridas abiertas, simplemente la ropa rasgada debido a los ataques de viperlobos. Estabas tan en calma pese a casi haber muerto ayer y ser herida de gravedad.
Pero te sentías tan bien en ese punto que simplemente ignoraste la rareza de la situación.
Miraste a tu alrededor observando con cuidado como una de esas medusas voladoras flotaba frente a ti haciendo que sonrieras y uno de tus dedos intentara tocarla siendo interrumpida por una voz desconocida.
Tus ojos se dirigieron rápidamente hacia aquella dirección colocándote en posición de ataque ante la nueva presencia.
----Sigues viva ----. Murmuró perplejo el Na'vi frente a ti.
Lo miraste confusa, sin dejar de observar aquellos ojos verdes los cuales no se despegaban de tu persona, totalmente alertas ante tu presencia. Tus ojos comenzaron a estudiar al alien frente a ti, admiraste sus trenzas tomadas en un cola, las grandes líneas de pinturas recorriendo todo su pecho y ese gran mancha de ceniza color negro alrededor de sus ojos, esta vez el Na'vi llevaba una gran capa color negro, estabas segura de que era la piel de un thanator y recordabas en algún rincón de tu cabeza haber escuchado que está vestimenta era usada por el Olo'eyktan de cierto clan al que habían estado vigilando estas semanas.
----¿Cómo un idiota de tu clase pudo sobrevivir al bosque de Pandora?
Tu cabeza se ladeó, tus ojos demostraban la extrañeza al poder entender cada una de las palabras que el Na'vi te decía. Cuando te dejó ir recordabas no entender nada de lo que te decía y estabas segura de que él no hablaba inglés.
----¿Idiota...? ---- saltaste en tu lugar cuando lo observaste elevar su arco.
-----Bueno, te advertí que no te dejaría ir una segunda vez si te volvía a ver. Me dieron muchas bajas en mi clan, escoria de humano.
---- ¡E-espera yo-
Ambos guardaron silencio cuando la pequeña medusa flotó entre ustedes, sus miradas atentas en sus movimientos hasta que las enormes hojas de una planta que crecía a tu lado de forma poderosa te rodeó lentamente, cubriéndote de la vista del Na'vi que te amenazaba con una flecha. Diste unos pasos hacia atrás debido a la sorpresa, tu mano ya estaba preparando tu cuchillo para cualquier emboscada. Lanzaste un ataque cuando la hoja frente a ti se alejó bruscamente. Atacaste sin cerrar los ojos observando cómo tu cuchillo atravesaba la mano de aquel Na'vi. Él no hizo mueca alguna de dolor sino que siguió mirándote fijamente con su ceño expresando la molestia que le causaba tu presencia, su mano tomó tu muñeca mientras que la mano que era atravesada simplemente se aferraba a tu mano, dejando escurrir la sangre por su brazo.
Su frente se pegó a la tuya causando que tú corazón bombeara más rápido, ansioso por la cercanía del guerrero, sus ojos verdes miraron profundamente los tuyos y jurabas que estabas sintiendo como tus orejas comenzaban a calentarse debido a lo intimidante de su mirada.
---- Eywa y sus extrañas señales...
Murmuró cerca tuyo. Frunciste tu ceño sin entender a lo que se refería.
----Vendrás conmigo, humana.
----¿Qué? ¡No! ---- forcejeaste intentando alejarte lo más lejos de aquel Na'vi pretencioso ---- ¡Intentaste matarme!
---- Y tú mataste a varios de mi familia ---- él devolvió. Sonrió burlón ante tus intentos por sacarte de su agarre ---- sin tu arma eres totalmente inútil, eh.
Apretaste tus labios con furia, alejando tu rostro de él para estampar con fuerza tu frente contra la suya causando que el Na'vi te soltara masajeando su frente debido al dolor. Ahí es cuando aprovechaste a huir de aquel tipo, un gran grito de festejo Na'vi se expandió por todo el bosque, justo el que gritaban cuando daban inicio a una cazería, aquello provocó que tu mente entrara en pánico y eso evitó que dejaras de correr, estaba tan cerca de ti y el sonido de su voz haciendo llamados raros te alteró. Justo cuando estaba a punto de alcanzarte abriste los ojos.
El techo blanco nuevamente se hacía presente. Giraste tu rostro encontrando a un Na'vi que tomaba tu mano con fuerza, como si estuviera ansioso por estar a tu lado. Al parecer sintió tu movimiento porque te miró en cuestión de segundo y poco después te abrazó con fuerza. Su voz hacía eco en tus oídos acariciando todos tus sentidos con suavidad haciéndote tranquilizar.
Era tan cálido, que no lo entendías... Lagrimeaste recordando la sensación de cariño que siempre te brindaron aquellos brazos después de haberte sentido abandonada. Tus manos se aferraron a su espalda dejando que te consolara con suavidad.
Tus sentidos poco a poco se fueron aclarando, podías sentir sus manos acariciar con delicadeza tu espalda mientras su otra mano tomaba con fuerza tu mano temblorosa.
----Está bien, bebé. Estoy aquí, estoy contigo --- susurraba con tanto amor que dolía.
Dolía pensar que todo esto era falso y era su forma de aprisionarte eternamente a su lado.
Ska'anekx era tan cruel cuando lo deseaba ser.
----Perdón, perdón... Perdí al bebé, perdí al bebé, Yawne.
Escuchaste como su corazón se aceleraba contra tu oído ante el apodo. Él era tan cruel, casi podías asegurar que esté Na'vi estaba tan profundamente enamorado de ti como tú de él.
----Está bien, cariño. Esta bien, tranquila no fue tu culpa ---- confortó con suavidad dejando un suave beso en tu cabeza.
Abriste los ojos aún llorando, sintiendo un vuelco en tu corazón sabiendo que tu Yawne nunca hacía eso, por más destruida que estuvieras él jamás te cuidaría con palabras suaves.
Él tomaría cualquier oportunidad de reclamarte, podías oír su voz retumbar en tus oídos.
"por no dejarte cuidar nuestro bebé está muerto".
No te consolaría al menos que estuviera a punto de irse por un tiempo y quisiera mantenerte en la aldea mientras no estaba y aquellos pensamientos eran aterradores porque sabías exactamente lo que significaba.
Abriste tus ojos aterrada ante la idea de dejarte de nuevo sola, sola con Maikte y su desquiciado clan.
----¡Ska'anekx no me dejes, por fa-!
Tus palabras fueron cortadas por unos ojos amarillos lagrimeando. La lucidez volvió a tu mente, la imagen de Ska'anekx desapareció de tus recuerdos y ahora podías ver quién era el Na'vi que te estaba consolando realmente.
----Neteyam... ---- tus manos se aferraban a sus mejillas negando rápidamente intentando borrar el nombre que acababa salir de tu boca ----. No, no, no yo no-
----Está bien, está bien tranquila ---- él sonrió besando tu labios tan suave y lento que envió escalofríos por todo tu cuerpo ---- No importa. Yo estoy aquí, (T/N). Solo eso importa ahora.
Asentiste cuidadosa, dejando que Neteyam se aferrara a tu cuerpo besando con cuidado tu hombro, tus manos jugaban con su cabello intentando hacerlo olvidar, olvidar que realmente no estabas tan entregada como él a ti y que en tus pensamientos aún vivía aquel hombre del pasado.
---- Pensé que mi madre iba a matarte.
Neteyam apretó más el abrazo cuando sintió como tú cuerpo comenzaba a temblar.
----¿Porqué comenzaste a gritar por un bebé? ---- preguntó Neteyam cuidadoso, acariciando tu espalda cuando sintió que tus hombros se tensaban ---- no debes decirme sino quieres.
----Solo... Solo recordé a mi bebé ---- murmuraste con la voz temblorosa, recordando a tu pequeño niño que no sobrevivió ---- perdón, si te hice pensar... Otra cosa.
El soltó un suspiro pesado escondiendo su rostro en tu cuello.
---- Está bien, cariño ---- Neteyam tragó pesadamente sintiendo como su pecho dolía ante el siguiente pensamiento ----. ¿P-puedo...? ¿Puedo saber quién es el padre?
Tomaste aire temblorosa. Aferrandote a su mano. Tu rostro se escondió en su pecho y suavemente negaste, temerosa a su reacción, sin embargo, solo obtuviste sus labios besandi tu hombro con cuidado.
---- Está bien, tranquila.
Neteyam era tan bueno y correcto, tan abrumador y reconfortante que te preguntabas porqué Eywa no te hizo encontrarte con él en lugar de Ska'anekx, tal vez todo sería distinto para ti.
Te aferraste a Neteyam, alejando tu rostro para robarle un beso al cuál correspondió suavemente. Tus manos se aferraron a su cabello intentando juntar sus cuerpos con desesperación. Necesitabas que apretara tu cuerpo y te hiciera olvidar todo.
Tu lengua intentó adentrarse en su boca siendo interrumpida cuando Neteyam se alejó del beso con suavidad observando tus ojos preocupados, sin entender tu cambio de actitud tan repentina.
---- Por favor, no me rechazes ---- suplicaste, besándolo de nuevo ---- por favor, Neteyam.
Tus manos fueron a su taparrabos intentando desatarlo de manera desesperada. Neteyam negó, tomando tus manos con cuidado separando tus labios de los suyos. Pegó su frente con la tuya persiguiendo tu mirada con sus ojos desesperados.
---- ¿Qué sucede, (T/N)? ¿Que ocurre, cariño? ---- preguntó, notando como tus ojos intentaban mirar a todos lados menos a él ---- Hablame, (T/N). Por favor.
Sollozaste, dándote por vencida ante su voz. Ante la forma en la que te cuidaba.
----Duele, quiero que deje de doler ---- lo miraste a los ojos suplicante ---- haz que deje de doler, por favor.
----¿Dónde duele, cariño? ---- repitió preocupado mirando tu cuerpo en busca de heridas.
Tu mano llevó la suya a tu pecho, llorando cuando sus ojos amarillos te miraron con dolor.
----Por favor, duele... Hazme olvidarlo, por favor ---- tomaste sus mejillas entre tus manos --- Haz que deje de doler, Neteyam. Te lo suplico.
Neteyam asintió, sintiendo como su corazón se destrozaba poco a poco ante tus lamentos.
----¿Cómo hago que deje de doler, bebé?
---- Lastimame.
Su rostro se arrugó con tristeza al oír esas palabras salir de tu boca.
----No puedo hacerlo.
----Porfavor Neteyam, por favor hazme sangrar, por favor. Hazme olvidarlo
Él negó desesperado, tomando tu rostro entre sus manos.
----No puedo hacerte daño, no me pidas que te haga eso.
Neteyam ahora lo entendía. Todas la veces que lo miraste esperanzada cuando fue brusco contigo, cuando hablo borde, cuando fue cruel. Entendió porqué nunca te alterabas o hacías muecas de dolor cuando su mano era demasiado brusca contigo.
El Na'vi decidió que sus manos te abrazarían con fuerza, intentando darte confort en su brazos para que dejaras de tener esos pensamientos autodestructivos. Dejó que tu cabeza se pegara a su pecho mientras que su espalda se recargaba en la pequeña cama donde te había dejado.
----Lo siento, perdón. No puedo hacerlo.
Toda la noche sollozaste en su pecho hasta que te quedaste dormida en sus brazos. Por primera vez desde que se conocían, Neteyam fue el último en quedarse dormido y el primero en despertar.
Nadie los interrumpió.
Su padre no se adentró al cuarto y la doctora no volvió para hacerte en chequeo. Todos dejaron que Neteyam se encargará y se hundiera en tu presencia, sintiendo un poco de tranquilidad cuando supo que estabas bien.
Cuando Jake se presentó al día siguiente él y Norm se quedaron quietos ante la imagen de Neteyam mirándote fijamente acariciando tu cabello.
----No dejaba de llorar ---- aclaró sin mirarlos.
Jake se acercó a su hijo haciendo una mueca de pena al ver sus enormes ojeras.
---- Deberías ir a dormir, muchacho.
Él negó.
---- Puede despertar en cualquier momento y volver a llorar.
----Yo y Norm estaremos aquí, ve a dormir Neteyam --- intentó convencer su padre. El volvió a negar ahora dándole una mirada de lado.
----Seria lo mismo que dejarla sola.
Jake sully abrió sus ojos con sorpresa ante la respuesta de su hijo. Miró a Norm quién solo subió sus hombros confundido.
La preocupación del Olo'eyktan comenzaba a verse en sus facciones, porque se había negado tanto a ver ciertas señales y su hijo estaba haciendo que sus sospechas se volvieran reales.
Neteyam soltó un suspiro mientras tallaba su rostro.
----Lo siento, estoy cansado... Fue una noche muy pesada ---- Neteyam miró a la medico que iba a revisar tu herida. Él se levantó de tu cama dándole espacio.
La mano de su padre se colocó en su hombro intentando brindarle paz.
Aunque también podía sentir la incertidumbre de su padre ante su actitud contigo. Miró al suelo mientras la mirada de Jake cada vez penetraba más y más su nuca, lo comenzaba a poner de los nervios que nadie hablara.
----Jake ---- llamó la doctora llamando la atención de todos ----. Ya que estamos más tranquilos y con cierto nivel de privacidad. La muchacha tiene mordidas recientes, también hay rastros de actividad sexual.
----¿Qué? ---- su padre se acercó rápidamente ---- ¿Cómo lo sabe?
---- Tuvimos que escanear su cuerpo bajo la maquinaria para buscar heridas internas. Hace poco fue su cirugía por la perdida de bebé, debíamos asegurarnos. ---- ella levantó tu vestido mostrando tu piel desnuda a todos ---- Estás marcas de aquí, son más rojas que cafés además de que su vagina mostraba heridas internas.
Neteyam sintió la rabia recorrer todo su cuerpo cuando ella hizo aquello sin más, estaba seguro de que iba a alejarla de ti de un tirón de no ser por que abriste tus ojos de golpe, pateando el estómago de la doctora para cubrirte de inmediato y hacerte un ovillo en la esquina de la cama.
----¡No me toques, Skxáwng!
----- ¡Ey, ey tranquila! Somos nosotros, mírame ---- habló su padre moviendo las manos frente a ti, sonriendo para que volvieras a relajarte ---- Solo estaba revisando que no estuvieras herida.
Por alguna razón tus ojos miraron con rabia a Jake. Tus hombros se habían vuelto tensos y lo único que hacías era mirar a Toruk Makto con enojo.
Neteyam se preocupó, intentando acercarse hasta que la mano de su padre se estiró señalando que se quede quieto.
----Ayer fue un día duro, niña. Debíamos revisar que la herida no estuviera abierta por tus movimientos mientras dormías.
---- No soy idiota. "Son mordidas recientes" ---- el silencio se extendió en toda la habitación Jake apretó la mandíbula ante eso ---- ¿Cuidarme? Si has mantenido a tu hijo pegado a mi para sacarme información, Toruk Makto.
---- Eso es muy malagradecido por parte de alguien que se ha quedado en mi clan, alimentándose y durmiendo bajo un techo ---- reclamó el Olo'eyktan, mirándote con su entrecejo fruncido.
Te levantaste acercándote a él amenazante.
---- No mientas, no te preocupas por mi. Solo quieres averiguar a quien pertenecía mi bebé y después de asegurarte de que no sea nadie de tu clan me echarás a mí suerte. Solo te preocupas por los Na'vi, por eso traicionaste a toda una raza.
Él se levantó de golpe. Un siseó salió desde lo más profundo de su pecho, alejándose cuando Neteyam se interpuso entre ustedes dos, manteniéndote detrás de él para protegerte de su furioso padre.
----Señor, debes cálmarte. Es... Solo está enojada ---- habló suavemente preparado para cualquier ataque de su padre.
Por tu parte te sentías desesperada. El terror recorría cada centímetro de tu pecho y el recuerdo de Ska'anekx estaba presente en cada rincón de tu mente. Necesitabas que hicieran algo, que alguien arrancara de tu pecho la imagen de ese Na'vi, necesitabas que tú cuerpo ardiera, que tus huesos rompieran, que tú garganta quemara para olvidar.
Entonces hiciste lo que mejor sabías hacer.
Provocar.
Pinchar hasta obtener lo que necesitabas.
----¿Que necesitas saber, Toruk Makto? ---- tu mano recorrió el pecho de Neteyam mientras que una sonrisa burlona aparecía en tu rostro cuando besaste el cuello de su hijo ---- ¿Quieres la descripción gráfica de como ellos me devoraron?, ¿Qué te hace pensar que solo fue un Na'vi?, ¿Qué tal si fueron varios en diferentes momentos?, ¿Qué harías Toruk Makto, si uno de ellos resultará ser uno de tus hijos?
Neteyam se paralizó al sentir tus manos rodearlo desde su espalda, su cuerpo comenzaba a reaccionar a tu toque burlón y tus labios en su cuello. Sus ojos miraron ansioso a su padre, pudiendo sentir cómo su cuerpo tembló al ver la oscura mirada del Olo'eyktan.
Neteyam observó como su padre se lanzó para atacar y él no dudó en lanzarte a un lado protegiendote de su enorme padre quien ya estaba siendo consumido por la rabia.
----¡Corre, (T/N), corre! ---- gritó Norm empujandote fuera de la habitación cerrando la puerta mientras dentro se escuchaba el desastre y los gritos de Toruk Makto.
Tu respiración se aceleró cuando escuchaste como Norm y Neteyam le gritaban al Olo'eyktan que se calmara. Tus oídos captaron unos pasos pesados cerca de la puerta y aquello fue tu señal para comenzar a correr. Saliste a toda velocidad de la pequeña área. Empujando a varios avatar los cuales solo sonreían ante la extraña escena, pronto cambio cuando veían a un Jake furioso detrás de ti, Norm y Neteyam gritando que se detuviera y pensara las cosas.
Saltabas entre los árboles sintiendo como tu respiración se volvía entrecortada conforme los pasos que dabas. Tus pantorrillas comenzaban a arder debido a cómo corrías por tu vida, podías sentir como las piedras del bosque hacían sangrar tus pies y sin embargo no dejabas de correr, porque recordabas muy bien lo que ocurría si él llegaba a alcanzarte.
Estabas tan aterrada, recordabas que Ska'anekx siempre hacia sonidos en su cazería, disfrutando como tu olor era invadido por el miedo de ser alcanzada. Toruk Makto no hacía ruido, era un soldado. Un soldado retirado que te acechaba por el bosque provocando que tu corazón intentará salir de tu pecho. Tus pulmones cada vez se sentían más apretados en tu pecho y pronto las lágrimas de desesperación comenzaron a bajar por tu rostro demostrando el terror que tenías en estos momentos.
El recuerdo de colmillos encajándose en tu piel perturbó tu mente durante toda tu huída. Cuando escuchaste las voces de Neteyam y Norm haciendo eco por todo el bosque gritando tu nombre supiste que estabas perdida. Ellos lo habían perdido de vista y pronto volviste a los viejos tiempos. Deberías defenderte por ti misma de un enorme Na'vi del cual sabías tenías una enorme desventaja que no podrías superar.
La voz de Ska'anekx susurró en tu oído.
----Te tengo.
Y pronto tu cuerpo golpeó el suelo duro, Toruk Makto estaba encima tuyo mostrándote sus enormes colmillos en forma de amenaza. Su mano tomó tu cuello con fuerza mirándote con pura rabia manteniéndote en tu lugar, tus manos golpearon su abdomen provocando que una de sus manos retuviera tus muñecas con fuerza.
----Dame una razón para no matarte ahora mismo ---- preguntó, su ceño estaba tan fruncido y sus ojos demostraban tanta rabia que sabías que no saldrías ilesa de aquí.
Abriste la boca dispuesta a hacerlo rabiar, aquello hizo que su mano apretara con más fuerza tu cuello enviando espasmos por todo tu cuerpo. Podías sentir como tus muñecas comenzaban a doler debido a la fuerza que usaba para retenerte. Si decías una estupidez te rompería la muñeca, era una amenaza clara, el problema es que estabas cegada y necesitabas que Ska'anekx te quebrara para volver a sentir que estabas viva.
----No querrías matar a la madre de tu nieto ----. Desafiaste estúpidamente.
Un grito salió de tu garganta, los pájaros gritaron ansiosos ante tu dolor, Eywa obligó a las hojas a ser ruidosas demostrando que está situación no le estaba agradando. Podías sentir como tu muñeca comenzaba a hincharse debido al hueso roto. Los ojos amarillos del Olo'eyktan no dejaron de ver tu rostro ni un segundo y por un momento viste como estos se volvían verdes.
Ska'anekx estaba encima tuyo con una sonrisa sádica. Riéndose de tus inútiles intentos de retener tu llanto.
----Te odio. Te odio, te odio, te odio, te odio ---- escupiste con rabia desde el fondo de tu corazón. La mano en tu cuello vaciló un momento y aquello encendió más el enojo ---- ¡Tu me hiciste esto, tu me volviste esto! Ahora vive con ello, maldito skxáwng.
---- Guarda silencio ----. Murmuró apretando la mandíbula sin apartar sus verdes ojos de los tuyos.
Una risa incrédula abandonó tu boca.
----¿Ahora lloras? ---- intentantaste safarte de su agarre aunque el dolor fuera insoportable, aunque cada punzada debido al hueso roto recorra todo tu cuerpo ----. ¡Me destruiste, me arruinaste por completo y ahora quieres que te dé todo de mi!
----¡Te estás lastimando, detente! ---- exclamó soltando tus manos con un tono preocupado.
Volviste a golpear su abdomen.
----¡A quien le importa! ¡Mírame!, ¡Mírame! ---- Exigiste con las lágrimas saliendo de tus ojos ---- ¡Me destruiste, ni siquiera lucho por apartarme de ti!
Mordiste tus labios, odiando como te habías acostumbrado tanto a sus maltratos.
---- Golpeame, rasguñame, jala mi cabello, rompe todos mis huesos haz lo que quieras conmigo... Solo no me dejes, por favor. ---- suplicaste aferrándote a sus brazos ----. No soy nada sin ti, no valgo nada sino estoy a tu lado. No me dejes sola aquí, por favor... ---- Sollozaste dejando caer tu cabeza contra el suelo ----. No me dejes sola aquí por favor, eres lo único que me queda.
El peso desapareció y aquello te asustó tanto porque recordabas que a él le agradaba abandonarte en medio del bosque. Te levantaste rápidamente aferrándote a Ska'anekx evitando que se alejara de ti, atemorizada de que volviera a dejarte en este bosque porque ya no le agradaba cómo esperabas a que él volviera a maltratarte.
---- Por favor, por favor. Renuncié a todo lo que me quedaba por ti ---- apretaste el abrazo cuando él intentó empujar tus hombros ----. No me quejaré, tomaré todo lo que me des sin poner resistencia.
Jake dejó salir un suspiro tembloroso, tragando pesado cuando recordó a su joven yo. Haciendo cualquier idiotez para traer a su hermano de vuelta o siquiera olvidar todo lo que había pasado en la guerra. A veces cosas que atentaban contra su vida que lo hacían sentirse tan vivo que estuvo varias veces cerca de la muerte.
Eso estabas haciendo tú en este momento. Sabía que no hablabas realmente con él, tal vez recordando al Na'vi que te dejó todas esas marcas en la piel. Tal vez está persecucion había desatado un recuerdo de tu pasado. Jake te separó un poco mirando cómo tus ojos parecían desenfocados, notando como tú estabas tan inmersa en tu mente y él estaba seguro de que seguirías haciendo esto, pondrías tu vida en riesgo hasta olvidar ese recuerdo que últimamente rondaba por tu cabeza. Jake decidió hacer lo que varias personas hicieron a lo largo de su vida para traerlo de vuelta. Su mano se elevó y pronto tu cuerpo cayó al suelo cuando su puño golpeó tu mejilla esperando que eso traiga de nuevo a la curiosa humana que amaba a todos los niños Na'vi y disfrutaba de las pequeñas cosas que Pandora le ofrecía.
Neteyam salió de la nada, dejando que su cuerpo tirara el de su padre siseándole en la cara cuando ambos cayeron al suelo.. Jake levantó sus manos dejando en claro que no haría nada, asintió a su muchacho quien rápidamente se acercó a ti tomando tus hombros para obligarte a mirarlo.
----¿(T/N)? ¿Estás bien?--- sus manos tomaron tus mejillas provocando que tus ojos miraran los suyos ---Responde, por favor.
Lo miraste fijamente sintiendo como poco a poco tus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. Los sollozos comenzaban a escapar de tu boca aferrandote a Neteyam, quién ya estaba escondiendo tu cuerpo entre sus brazos, meciéndose de atrás hacia adelante.
----Estas bien, está bien bebé. Estoy aquí, ya estoy aquí ---- consoló Neteyam. Sintiendo el nudo en su garganta cuando tu cuerpo comenzó a temblar. Besó tu cabeza con cariño, acariciando tu espalda suavemente ---- Esta bien, estoy aquí.
Jake solo los observó. Es todo lo que pudo hacer cuando su hijo te consoló y besó.
No era tonto y Neteyam no era tan bueno ocultando cosas.
Él estaba actuando distinto desde que llegaste, distrayendo su mente con facilidad. Toruk Makto recuerda que siempre estaba ansioso de volver a casa y "cumplir con la misión ". Jake podía ver cómo te miraba de lejos, cómo sonreía cuando aparecías en su vista y la mirada que siempre aparecía en su rostro cuando hablaba contigo. Tan suave y cálida, como la de Neytiri cuando hablaba con él.
Jake podía verlo salir por las noches de la hamaca. Yendo directamente a tu carpa, también podía ver cuánto tiempo se perdía en el bosque contigo o como antes de iniciar cada cazería se iba radiante con sus orejas más azules de lo normal.
Cada que regañaba a Lo'ak por ser tan pegajoso contigo también era dirigido a Neteyam. Quería que ambos se centraran y olvidaran si quiera entablar una conversación contigo. Todas las veces que Jake recalcaba tu relación con Lo'ak miraba a Neteyam esperando a que tuviera alguna reacción y por supuesto la obtenía, su cola comenzaba a moverse inquieta y sus ojos lo miraban de reojo intentando distraerse con cualquier otra actividad.
Jake era débil con sus hijos y un poco contigo. No podía evitar distraer a Neytiri cuando sus hijos iban corriendo hacia ti con sus colas moviéndose emocionadas. Cuántas veces no desvío el camino de Kiri por el bosque cuando sabía que ustedes dos estaban allá. No pensaba que fuera sano, para nada. No sabían nada de ti y tenías estás tendencias autodestructivas dónde Neteyam siempre se veía arrastrado y afectado. No quería ver a su hijo de esta forma, pero tampoco podía simplemente echarte sabiendo que Neteyam iría corriendo a buscarte. Tampoco tenía el corazón de abandonarte a tu suerte, podía ver lo solitaria que eras y como había momentos donde te dejabas arrastrar por la tristeza.
Norm lo miró incrédulo, Jake negó señalando a que guarde silencio.
Ya se encargaría de esta situación.
Cuando volvieron al laboratorio te sedaron para arreglar tu mano y volver a cerrar la herida que se abrió debido a la carrera.
Neteyam miró a su padre el cuál soltaba suspiros pesados mirando la tablet de Norm quién le mostraba los posibles padres del bebé.
Neteyam cerró sus ojos con un dolor de cabeza. Recordando como le habías rogado que te lastimara para olvidarte de este Na'vi. Lo tenía acomplejado, aterrado de que volviera por ti y te arrebatara de su lado.
Miró a su padre serio. Sentándose derecho para al fin hablar.
----Ska'anekx.
Su padre levantó la mirada.
---- Su nombre... Es Ska'anekx.
---- Lo buscaré en la lista de datos. Tal vez Grace haya guardado algo de él, deberías investigar con Mo'at. Tal vez ella sepa de algo.
Jake asintió, agradeciéndole a Norm mientras se despedían.
Notó como Norm le envío una mirada de soslayo y su padre le asintió, sentándose a su lado. Ambos observaron como Norm dejaba la habitación.
Neteyam no quería escuchar el regaño por su comportamiento de hace rato.
----Señor yo-
----Está bien... Ya sé todo, hijo ---- aclaró Jake sin mirarlo.
Neteyam lo miró con ojos miedosos. Suplicando con la mirada que por favor no hiciera nada en contra tuyo. Jake abrazó a su hijo mayor, palmeando su espalda al sentirlo temblar entre sus brazos.
----Debió ser duro cargar con todo esto tu solo, ¿no?---- consoló Jake sintiendo como su pecho se mojaba debido a las lágrimas de su hijo.
----N-no se que hacer... Me duele tanto verla así y no poder hacer nada para que ella mejore ---- sollozó como un niño pequeño ---- quiero que ella esté bien, pero siento que es demasiado, incluso para mí. No sé cómo arreglarlo, papá.
Jake asintió escuchando cada palabra de su hijo. Sintiendo que por primera vez en años soltaba todo lo que le acomplejaba.
----Siento que hago mal al estar con ella. Siento que estoy traicionando a mamá y al clan y.... Que clase de Olo'eyktan seré si estoy con ella... Es tanta presión, no quiero decepcionar a nadie, pero tampoco quiero dejarla. Y-yo no se que hacer.
Neteyam lloró y lloró. Siendo consolado por los brazos de su padre, Neteyam había llegado al punto donde todo era demasiado para él y simplemente ya no podía cargar con más.
----No importa lo que elijas, Neteyam. Yo nunca estaré decepcionado de ti y te apoyaré en cada decisión que tomes ---- aseguró Jake, sin soltar a su hijo tembloroso.
----¿Y si elijo lo incorrecto? ---- preguntó inseguro.
---- Aún así voy apoyarte.
Neteyam se aferró a eso. Por fin pudo tener paz en su corazón, solo necesitaba esas palabras. Necesitaba escuchar que obtendría el apoyo de alguien aunque tomara la decisión más egoísta en su vida.
Y al fin las había recibido.
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Ficha
1. Nombre del FC y ocupación.
Christian Yu (nombre artístico: DPR Ian); solista, bailarín y director
2. Nombre del OC.
Goro Majima (真島 吾朗, Majima Gorō)
3. Fecha de nacimiento y edad.
25 de mayo, 1984 (actualmente tiene cuarenta años)
4. División a la que pertenece. Especialidad(es).
Arcanología. Especializado en demonología; también ducho en psiquismo.
5. Clase(s) que imparte.
Demonología clásica.
6. Nacionalidad.
Goro es un konketsuji (混血 児, "hijo de sangre mixta"), producto de la relación fugaz (aunque apasionada) entre una mujer nipona y un hombre chino. Nació y creció en Japón y se identifica congruentemente como japonés.
7. Curiosidades. Mínimo 6 desarrolladas.
A consecuencia de un ataque sufrido en 1986, cuando Goro tenía solo dos años, perdió un ojo, hecho que suele enmascarar haciendo uso de una prótesis de cristal. Todavía a día de hoy experimenta el síndrome del miembro fantasma (siente un dolor intenso en la cuenca vacía, como si lo estuvieran apuñalando repetidamente con un pedazo de hierro oxidado e incandescente; en ocasiones le parece que el globo ocular se encuentra en una posición extraña, vuelto hacia dentro, orientado al interior de sus sesos: de ahí su imposibilidad para ver). Cuando esto sucede, se desprende de su sucedáneo de vidrio y emplea un parche de tela muy suave. Aún así, a veces debe recurrir a los analgésicos para paliar su sufrimiento. El ataque lo dejó con otras secuelas, recordatorios visibles que lo estremecen si les presta demasiada atención: cicatrices que recorren su torso, brazos y piernas. El hombre las ha cubierto cuidadosamente con tatuajes y escarificaciones, que deja ver en ocasiones con sus atuendos más atrevidos. No permite a nadie, sin embargo, ver el hueco dejado en su calavera: es un trauma al que aún no ha podido enfrentarse.
A raíz del ataque y, siendo todavía poco más que un bebé, Goro comenzó a entrenar en el dojo tres artes marciales: en primer lugar, kyudo (el arte del arco y la flecha: una medida para acabar con sus males desde la seguridad que proporciona la distancia); en segundo lugar, kendo (el arte de la espada); por último, judo, por si, en la desesperación del combate, llegara a perder su arma. Además de esto, desde muy joven estudió los principios básicos psíquicos (de hecho, cuando era joven Majima tenía la convicción de que se labraría un lugar en el mundo profesional como psiquista; mas luego encontró su verdadera vocación en la demonología, especialidad de la cual es un aclamado experto) para mantener su mente sana. Los densos volúmenes de psicología que devora con asiduidad (es un consumado biobliófilo) lo ayudan a calmar la taquicardia que de vez en cuando amenaza con alterarlo y confía en que las técnicas aprendidas dificultarán cualquier intento de posesión demoníaca. Es pragmático y sabe que lo más probable es que sus medidas no basten a la hora de la verdad; por eso mismo continúa formándose incesantemente, siempre atento a los nuevos descubrimientos. Gracias a sus actividades, tanto físicas como psicológicas, es muy resiliente.
No cuenta con mucho tiempo libre y, a decir verdad, le gusta que eso sea así. En ocasiones lo califican como workaholic, un adicto al trabajo, un especialista obsesivo que, si no está aleccionando a sus alumnos, se encuentra o bien escribiendo un nuevo artículo o bien zambulléndose en investigaciones ajenas, ya sean estas recientes, insólitas o rescatadas de un almanaque mohoso, las hojas de papel húmedas y devoradas por las polillas y por las ratas. Si no se encuentra estimulando su intelecto, lo más probable es que esté entrenando su físico: para él, las horas muertas son horas francamente perdidas y los descansos son pocos y concisos. No duerme más de seis horas diarias (aunque esto lo achaca más a su insomnio que a su ofuscada productividad), las siestas están prohibidas y su ocio se limita casi por completo a la literatura y la escritura. Aparte de eso, le gusta hacer senderismo, pero muy pocas veces se permite llevar a cabo emprender tal proyecto: los días son grises y cortos desde que comenzó el Armagedón y, mal que le pese, no se siente seguro aún, no cree ser capaz de acabar con todas las alimañas que acechan en la oscuridad. Es, para bien o para mal, muy pragmático, un realista nato, y nunca subestima a nada ni nadie, exceptuando, claro está, a su estudiantado, del que se mofa de vez en cuando, y sus rivales académicos (sobre todo si los envidia). Es una persona culta y, por suerte para él, cuenta con memoria fotográfica, de modo que sus conocimientos sobre los temas sobre los que se informa (que son muchos, variados y, por norma general, explorados en profundidad) están bien fundamentados.
Aunque no padece ningún trastorno mental, a menudo se pregunta si sufre de alexitimia, pues le cuesta entender sus sentimientos: de hecho, en ocasiones se cree incapaz de experimentarlos siquiera, lo que lo frustra sobremanera. Cuando no entiende cómo debe confrontar una situación emocionalmente estresante, frunce el ceño y hace un puchero inflando el belfo: esto parece restarle años a su rostro, aniñándolo de una forma tierna que incita a la sonrisa e incluso a la carcajada. Tal vez porque no entiende las sensaciones de los demás prefiere la compañía de los animales, especialmente los que son calmados y fríos como él. Ama, por tanto, los reptiles y los insectos, así como los gatos que son ariscos e independientes, esas criaturas callejeras que solo llaman a la puerta cuando llueve, hace frío o tienen hambre. A pesar de todo esto, posee un lado afectuoso, pero son pocos los afortunados que logran ver salir a la luz esa faceta del profesor.
Es muy elegante: la moda le fascina. Es un concepto que no logra entender del todo, pero eso no lo detiene para lanzarse en combinaciones más bien distinguidas, atractivas, gráciles. Le gusta la combinación bicromática del blanco con el negro, así como los dos colores por separado. El marrón, el beige y el granate son otros de sus tonos predilectos a la hora de vestir. A pesar de que aboga por abandonar las estridencias, le gustan los complementos, porta siempre joyería en los dedos de sus manos, en sus esbeltas muñecas, su cuello y sus orejas. Tiene, además, perforaciones en los pezones, la nariz y el miembro viril. Ama la tela lisa y las cadenas de oro y plata, los anillos, el esmalte de uñas; el encaje, las capas superpuestas, los cinturones, etc. Le encanta mostrar su cuerpo estilizado. Con sus 2,05 metros de altura y sus músculos definidos, Majima sabe que, si no es guapo (y en las ocasiones más atrevidas, cuando ha bebido mucho sake, es capaz de afirmar que sí lo es), por lo menos tiene un físico envidiable. Su estilo es más bien formal, aunque con modificaciones. En ocasiones tiñe su cabello de blanco.
En cuanto a su carácter, Goro Majima es un tanto complicado: no es maleducado (de hecho, odia a la gente que presume sus malos modales). Trata a compañeros y alumnos de usted y muestra siempre la mayor deferencia posible. Sin embargo, su sinceridad sin tapujos, la brusquedad de sus palabras y la expresividad de su rostro suelen traicionarlo, de tal modo que muchas veces da una impresión equivocada. Es tozudo y gruñón y no es difícil verlo refunfuñar cuando se confronta verbalmente con un compañero. Es muy frío y muy comedido: jamás ha llegado a las manos en ninguna ocasión, pero, si es del todo franco consigo mismo, ha de admitir que en muchas ocasiones no le hubiera importado tener una pelea.
8. Historia. No obligatoria, pero recomendada.
Continuará.
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Sombras del Ayer — Chelsea IV
Cansada de tanta cháchara, diversión y ser observada por Dennis, decidió tomarse un respiro en el exterior. La noche refrescó gracias a la asistencia de la suave brisa; sintió las manos enfriarsele, la mente exhausta y los bebés inquietos. «De no ser porque estoy embarazada me habría prendido un cigarrillo. Dios, que gran momento para algo de nicotina.» Viajar por su inestable adolescencia, recordar ciertos momentos bastante desagradables… Aún peor fue la fotografía de su graduación. Dos semanas antes se practicó un aborto y dos semanas después Dennis se fue al ejército. ¿Por qué su cabeza no dejaba de darle vueltas a aquello? Se encontró a sí misma rumiando en el recuerdo, pese a haber salido de toda esa situación y vivir una vida apetecible. «Quizá porque me recuerda a las sensaciones y emociones, y eso que ya no soy la misma.» Transformó su dolor en acción, en nuevas oportunidades y cruzó el puente. Se convirtió en una mujer con experiencia y resiliencia. No una niña o jovencita explotada. Se alejó del bullicio del salón principal dando pasos tranquilos y los brazos cruzados. Inhaló la fragancia ambiental, observando que los empleados del lugar removieron casi la totalidad de los arreglos de la recepción. Descendió los escalones suavemente, sujetando el barandal y una mano en el bajo vientre. ¿Por qué tiraba tanto? Oyó la fuente del segundo nivel, y admiró las tranquilas aguas. Optó por tomar asiento en la tercera terraza, la que daba directamente al verde césped del inmenso campo de golf. Divisó en la distancia los hoyos, árboles al igual que las trampas para las pelotas. Encontró un banco de madera disponible y lanzó un sonoro suspiro. Práctico algunos ejercicios de respiración para calmar los tensos músculos, ceño fruncido, pensando en el viaje al extranjero. «Lo único que me falta es tener que atrasar nuestra mudanza. Porfa hijitos déjenme llegar al puto Reino Unido.» Rezó porque no fuese nada grave. Se mantuvo en silencio varios minutos, saboreando el fresco contra la piel y jugueteando con sus bebés. A veces movía su estómago a propósito para sobresaltarlos, o palmeaba un poco más fuerte y sentirlos moverse. Todo iba bastante tranquilo hasta que percibió pasos rápidos acercarse. Resignó el abandonar el momento de calma ante la visita de un extraño. —¿Chels? —oyó una pincelada de desesperación en la voz, pero lo que más le impactó fue oír el timbre—. ¡Chelsea! ¿Dónde estás? «Me cago en mi madre y en mi padre… es lo único que me faltaba.» Dennis. Lo vio descender hacia su posición con rostro desencajado. Se quedó quieto al encontrarla, volviendo lentamente el cuerpo hacia ella. —¿Qué tal lo llevas, campeón? —soltó irónica. Él se acercó y su perfume masculino se perdió en la peste alcohólica—. ¡Vaya! Hueles… a bar. Una repulsión la asaltó. Gracias a sus ocho años de sobriedad desarrolló un instintivo asco al olor de alguien borracho. —Lo intento lo mejor que puedo, pero la verdad es que…
Se sentó torpemente a su lado. Ella se apartó discretamente hacia el extremo opuesto. «Igual al marzo de ese año…» Su estómago se revolvió al tenerlo tan cerca. Le recordó cuando ambos dieron un salto equivocado. —Bueno, es difícil y lo comprendo. Las bodas nunca son fáciles, es mucho estrés para un par de horas. —Y que lo digas… ¿Sabes? Necesito decirte algo. —Soy todo oídos. Lo vio titubear. Dennis solamente titubeó cuando era algo serio, de ese tipo de cosas que la otra persona quizá no quiera escuchar. Oh, no. ¿Y ahora? «¡Trágame tierra y no me devuelvas!» El rubio se encogió, colocando sus codos contra las rodillas. Se mordió los labios un par de veces para luego toser. —Chels, pasó mucho tiempo desde que no nos sentamos a hablar seriamente de las cosas, ¿no te parece? Ella asintió con cautela. Su tono casi susurrante le erizó la piel. —Bueno, estuviste un poco ocupado con los preparativos y los invitados, ¿no? Es normal, nosotros cuando planeamos… —¡No! —La corto repentinamente, con una pasión inusitada—. No, por favor no menciones eso ni… —¿Eh? ¿Qué carajos te pasa? —No lo menciones más, parece que hablas como de un culto y no como una persona independiente. ¿Un culto? ¿Qué mosca le picó? —¿Ethan? —balbuceó, el verlo asentir se indignó—. ¿Y ahora que tienes contra él? —Yo… No me cae bien, no lo soporto. Parece como si fuese una especie de Jesús para ti. Se levantó. Su acompañante le siguió, tomándola del brazo para obligarla a voltear. Chelsea se zafó de su agarre y le dirigió una mirada cargada de desprecio. —¿Cómo te atreves a decir una cosa así de mi marido? ¿Quién te crees que eres? ¡Ethan no es ni por asomo lo que tú crees que es, carajo! ¡Es mucho más hombre de lo que tú vas a ser en tu puta vida! Dennis intentó acercarse una vez más, pero ella retrocedió con la mano en alto. Un paso más y le plantaría un buen bofetón. —¿Es que no lo ves? Tiene aires de suficiencia, se cree mejor que cualquiera. Me da miedo que sea así contigo o con cualquiera, no te merece en lo más mínimo. Al borde de salirse de sus cabales lo enfrentó luego de darle un fuerte empujón. El rubio retrocedió un paso hasta posicionarse fuerte. —¿Porque tú sí, Dennis? ¿En serio? ¿El mismo hijo de puta que me dejó tirada a los dieciocho porque no tenía huevos para quedarse? ¿Te crees que todos son como tú o como Joe? —Si, y me odio desde ese momento. Te rechacé para callar lo que tenía dentro y porque me moría de miedo de… «¿Qué carajos está diciendo?» —¿Miedo? ¿De qué mierda tenías miedo? Su garganta ardió al gritar. Él la miró con ojos transparentes; ella no logró reprimir un escalofrío. —De haberme enamorado de ti. —El corazón le dio un vuelco; ahogó sus palabras, completamente pasmada—. De eso. No quería aceptar que sentía cosas… que siento mucho más por ti de lo que crees. De lo que debería alguien que se acaba de casar. —No lo digas, por favor… —Lo siento, Chels, pero estoy enamorado de ti desde entonces. La aludida se masajeó las sienes en un desesperado intento por encontrar lógica al suceso. Retrocedió unos pasos y desvió la vista escaleras arriba, al cielo y a las estrellas. —Yo no puedo creer la sarta de estupideces que dices, realmente no puedo —espetó violenta—. ¿Cómo te atreves a decirme algo así aquí y ahora? ¿Cuándo hace tres horas que te casaste con Kelly? ¿Es en serio? —Mucho muy, perdona —murmuró ronco de la emoción—. Realmente me asusté de quererte, eras demasiado frágil para alguien como yo… ¡Diablos! Hice todo para alejarte y para que mis sentimientos no siguiesen su camino, pero el corazón quiere lo que quiere. —¿Qué mierda pretendes lograr con esto, Dennis? Explícame de una puta vez o me va a estallar la cabeza. —Sintió el latir de las venas del cuello, ardor por la bilis en la garganta—. ¿Después de todo lo que me dijiste hace unos años? —Estaba celoso a muerte de tu novio y de tu bebé, herido porque sabía que él podría quedarse para siempre contigo y yo perderte. —Desvió el rostro, apretando las manos en puños—. No podía soportar esa idea, me comía la cabeza que él te tuviera y yo no.
—¿Tenerme? ¿Te crees que soy un juguete? —No, yo… —No sigas, te lo pido por favor. No me obligues a ahorcarte aquí mismo —amenazó, con el dedo índice elevado—. Déjame a mí y a mi familia en paz. Lo nuestro se terminó el día en que te despediste para ir a jugar a los putos soldaditos. Emprendió la vuelta mas fue detenida por él; la retuvo suavemente del brazo y le dio vuelta, obligándola a encararlo. —Debí decirlo antes, lo admito, pero tú siempre dices que es mejor tarde que nunca, ¿no? —¡Suéltame! ¡Déjame ir! Una voz femenina llamó a su amiga desde la parte más alta del complejo. Dennis observó en dirección a la voz y finalmente dijo: —Mejor tarde que nunca… La besó. La mujer sintió el contacto de sus labios contra los suyos al tiempo en que golpeó su pecho con puños. La diferencia de altura, el agarre y su estado hizo difícil el zafarse. De no ser por el grito femenino, no se habría librado.
Él se separó como si su cuerpo quemara, ojos hacia la figura de piel morena y cabellos negros. Delaney bajó rápidamente las escaleras, interpuso su cuerpo entre los dos para luego preguntar a su amiga si estaba bien. El rostro alargado de la chica presentó una fuerte contorsión ante la impresión. Chelsea no supo que responder más que soltar insultos, sonidos de asco y finalmente encarar al individuo masculino. Lo abofeteó tan fuerte como pudo. Dela la frenó cuando quiso darle un segundo golpe, a puño. Dennis quedó de pie sujetando su rostro con la zurda para luego volver los ojos. —Hijo de mil putas, me cago en Dios y en tu puta vida. No vuelvas a dirigirme la puta palabra en tu miserable vida —lanzó un gruñido después de cerrar las manos en puños—. ¿Puedes darte una idea de lo que acabas de hacer o te lo dibujo? ¿A una mujer casada? » Yo no soy como tú, no engaño a quienes más me quieren porque no puedo aceptar que soy un maldito tiro al aire. —Envalentonada se posicionó frente a él—. Me da lástima Kelly, casándose con un gusano como tú. Mucha suerte en la vida, la vas a necesitar. Dennis meneó suavemente la cabeza. El alcohol le otorgó un brillo especial en los ojos. Vio tristeza, resignación y complaciencia detrás de ellos. Masculló “maldito infeliz” y se acercó a su amiga; Dela pasó un brazo por sus hombros mientras la condujo hacia los escalones. La descendiente mexicana dirigió un insulto a muchacho, luego emprendió la subida. Involuntariamente tembló hasta llegar a metros de la puerta; dentro, los asistentes sentados charlaban animadamente. Delaney se percató su deplorable estado, abrazándola momentáneamente para luego dirigirle palabras de aliento. Acarició sus mejillas, echó algunos mechones de cabello detrás de su oreja y otro abrazo, aún más largo que el primero. Ninguna de las dos mencionó lo que sucedió. Clavó sus orbes avellanados en los oscuros ojos de su mejor amiga, trató por todos los cielos de que no le temblase la voz. —Dela, no digas nada ni a Ethan ni a nadie. —La vergüenza la cubrió como un oscuro manto; se sintió sucia e infiel—. Ni una puta palabra de lo que pasó. —Mi reina, yo solo fui a buscarte porque tardabas mucho. Eso es todo. Ingresaron al fiestón. Risas, copas chocando y ruido de cubiertos chocando llegaron a sus oídos. Enfilaron hacia sus asientos. Su esposo la vio y no logró ocultar su preocupación. Fue peor al verla tan descompuesta. Chelsea no pudo evitarlo. —Cambia un poco la cara, parece que mataron a alguien frente tuyo. —¡No puedo! —susurró, recibió un apretón en su hombro izquierdo—. Ni siquiera a los ojos puedo verlo. —Chels, mi reina, tú no le hiciste nada. Cálmate y dile que se irán más temprano. Agotada, se desplomó sobre la silla. El resto la miró con sorpresa. Ethan aguardó unos segundos para que recuperase la compostura; Chelsea lo contempló con ojos vidriosos. Las luces cambiaron para las copas de champaña y las palabras a los novios. Dennis ingresó, siendo recibido por vitoreos de sus amigos del ejército. —¿Estás bien? —preguntó cauto—. ¿Qué sucedió ahí fuera? —Vámonos a casa —dijo por fin, voz acongojada—. Vámonos en este instante. Un fuerte tirón en su abdomen casi que la dobló en dos. Se sujetó la enorme tripa con ambas manos e intentó mantener la compostura. Su marido se demostró sumamente preocupado, sujetando también su vientre con la zurda biónica. —Primero tomaremos algo de aire, un poco de agua y nos serenaremos, ¿de acuerdo? No puedes ir a ningún lado en ese estado. —No, quiero irme ya. Ethan elevó la vista más allá de las mesas linderas, a la pareja de recién casados que se sentó tranquilamente en la mesa principal. Sus ojos verdosos se cruzaron con los azulados unos instantes; el duelo acabó cuando un cuate del ejército jugó a probar el micrófono. La rabia fluyó en el interior masculino. Ese malnacido le hizo algo a su esposa y no le quedarían dientes para comer el postre. —Termina este segmento y nos largamos, cielo. Bebe un poco de agua. Al final su presentimiento no le mintió. Fue un rotundo error presentarse a la boda.
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"¡Gavin maldito imbecil!"| Dieter Bravo
Mi historia en Wattpad: https://www.wattpad.com/story/338459881?
Mi escritura es totalmente de mi autoría. Toda adaptación y/o copia esta prohibida.
espero que estén disfrutando mis historias bbys, me ayudan mucho si le dan 🩷, las quiero!
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-¿Porque tengo que subirme al helicóptero con él? Ni siquiera voy a aparecer en la película.
-Skylar, linda. Eres la reportera que publica semana a semana la mayor experiencia cinematográfica que se haya vivido en los tiempos. Tienes que vivirla para escribirlo bien —me explico Gavin, fuera de la cabina, mientras aseguraban mi asiento.
Sean comenzó a ascender, mientras me aferraba al asiento deseado que esto terminase rápido.
-Vamos, Sky, abre los ojos, esto está para cagarse —dijo el moreno a mi lado, a lo que negué rápidamente.—¿Oye Gavin, no crees que pueda ir hacia atrás y adelante?
-No es necesario, solamente requerimos para la toma que hagas lo que estás haciendo.
-Oh, vamos hermano, mira soy genial haciendo esto —río orgulloso, callándose de repente por una alarma que empezó a sonar en el tablero.
-¿Que está pasando? ¿Sean, que mierda es ese ruido? —pregunté nerviosa.
-Eh, no lo sé. No puedo mover el volante... ¡Gavin, carajo hermano!
Observamos por el frente del helicóptero como el británico hablaba con nosotros, mientras el director intentaba llamar por teléfono.
-Tranquilo, Sean, el piloto no responde a la videollamada —respondió por el comunicador.
-¿¡Que!? —vociferó el actor, a lo que yo solamente cerré mis ojos, intentando calmar mi respiración.
-¿Por que hace media hora Sean no aterriza? —se escuchó una tercera voz por la radio, la cual reconocí al instante.
-Básicamente, no puede aterrizarlo. El piloto no responde, y no sabemos bien qué hacer.
Empecé a hiperventilar, sintiendo que mi cuerpo se quedaba sin aire en los pulmones. El moreno noto mi reacción, alertándolos.
-Hey, Skylar está teniendo un ataque de pánico...
-¿¡Skylar está ahí contigo!? —exclamó Dieter por el radio alterado. Se giró a Gavin, tomándolo por las solapas de su camisa.—¿Porque mierda está ella ahí arriba? Tiene terror a las alturas, maldito inglés imbecil.
-Dieter, ella solamente hace su trabajo, si hubiera sabido jamás la hubiera puesto en semejante...
-No mientas, pedazo de porquería. Lo único que te importa es esta película de mierda, sin importarte lo que nos suceda a nosotros. Así que, trae al puto piloto o te obligare yo mismo a sacarla de ahí.
Ambos hombres estaban en trance. Nunca habían escuchado al actor hablar de tal manera por una chica.
El sonido de la llamada entrante interrumpió el silencio.
-¡Es el piloto! Sean, lo pongo en altavoz —habló Gavin tartamudeando.
El hombre al teléfono relató a Sean el proceso de cómo debía aterrizar la nave. Habiendo tocado tierra, el moreno suspiró.
La puerta de la cabina se abrió con desesperación por Dieter, queriendo sacar a la joven de ahí, quien se encontraba con las mejillas bañadas en lágrimas, y temblando como una hoja.
-Hey, tranquila bebé, ya terminó —arrulló suavemente, tomándola en sus brazos, dirigiéndose al palacio.
El actor se dirigió a su habitación, donde depositó a la chica en su cama, quien parecía más calmada luego de que este le diera agua.
-Gracias, Dieter. No tenias que hacer esto.
-Gavin es un maldito imbecil, no tendrías que haber accedido —se sentó junto a ella.
-Pero es mi trabajo, tiene que estar bien hecho.
-Tu trabajo es increíble, preciosa. Leí lo que subías en tu página estás dos semanas que estuvimos en cuarentena. Eres una gran escritora.
La rubia bajo la mirada, sintiendo que sus mejillas estallaban de color rojizo.
-Trata de descansar un poco, tengo que ir a pasar líneas con los demás.
-No quiero incomodarte, puedo ir a mi habitación...
El peli negro se acercó a ella, sosteniendo su rostro en sus manos, para depositar un beso en la frente de la joven.
-Jamas podrías incomodarme —susurró sobre los labios rosados de Skylar, embelesado con los ojos verdes que tenía frente a él.
Sky sonrió. Por primera vez decidió tomar un riesgo en su vida. Acortó la distancia entre ellos, posando sus manos en la nuca de Dieter, y juntando sus labios con los suyos.
Él no tardó en seguirle el ritmo, intensificando lo que por un mes había esperado hacer, desde que la había conocido. Se separaron, pero sin desconectar sus miradas. Ambos rieron, para repetir el acto.
-Preciosa, tengo que irme y te juro que es lo que menos quiero hacer, pero te prometo que en la noche no voy a separarme de ti.
-¿Quien iba a decir que Dieter Bravo es un romántico? —arqueó su ceja divertida.
-Hay muchas cosas que no conoces sobre mi, bebé. Por eso voy a enseñártelas —exclamó alzando ambas cejas seductoramente, para luego besar nuevamente a la castaña y dirigirse a la puerta.
Skylar negó divertida y tapó su cara con sus manos, sintiéndose colorada de la vergüenza.
No podía esperar a esta noche.
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dybala-leo I
— ¿Cristiano te está obligando? — La voz de Lionel sonó preocupada, con una mezcla de autoritarismo pero sobre todo temblorosa.
No puede ser, no puede entender la situación; siente que ese hombre se le está burlando en la cara luego de todo el esfuerzo sobrehumano que ha hecho para que nadie, ningún compatriota le vea la cara…
— Leo… — Paulo agachó su cabeza, vergüenza era todo lo que sentía ahora mismo ¿Cómo lo iba a encarar? Sentía muchas ganas de llorar, de gritar y especialmente de salir corriendo ante el cuestionario que sabía que iba a recibir.
Algo en él se rompió un poco: Ronaldo siempre le había prometido que momentos así no podía ser, que nunca Lionel iba a saber que le pasaba: que lo juraba por el amor que le tenía a él y al respeto a su esposo político…
Le creyó, como un idiota le creyó.
— No, no; joyita, no llores; por favor. — La voz de Lionel empezó a sonar dulce y preocupada, estaba asustado: envuelto en pánico. Su cuerpo dejó la pared para acercarse y llevar sus manos a sus hombros, queriendo calmar el llanto que empezaba a ser agitado de Paulo. — Joyita; ‘cuchame ¿Te está obligando? Si ese hijo de puta… te juro por Dios que lo mato, sólo decime…
Paulo levantó la vista y de nuevo la vergüenza le recorría en todo el cuerpo, jamás se sintió con tantas ganas de que la tierra le trague. — ¡No! ¡Cris no…! No me obligó a nada… Yo fui el que quiso… Perdón, Leo ¡Perdón! ¡Sabía que era tu esposo, yo pensé que…!
Leo no podía dar crédito a lo que escuchaba; era imposible… ¿Por qué justo con Pablo? Es solo un niño ¡Un niño a sus ojos! ¡Un joven que recién sale a la vida! Se siente asqueado pero con culpa; porque Lionel ha entregado su vida para proteger la Albiceleste de su matrimonio venenoso y putrefacto: pero no se dio cuenta que estaba pudriendo a la joya más brillante de su selección.
Quiere morir…
— ¿¡Qué pensaste, Paulo!? ¡Por Dios! ¿¡Qué no me iba a enterar!? ¿¡Fue eso lo que ese hijo de mil puta te dijo!? — No pudo no gritarle, luego se arrepintió como si la culpa que siente no fuera suficiente: se tomó su propio pecho y quería llorar. — ¿Qué más te dijo? No me mientas.
Dybala, la joya envenenada por ese matrimonio siguió llorando; pero como un reo aceptando su destino se limpió sus lágrimas y solo pudo balbucear algunas cosas: se encontraba igual de adolorido, hasta traicionado… — N-no te enojes con Cris, Leo: yo no quería… pero sin querer me enamoré de él ¡Y no sé…! — Lionel se cubrió la boca por la sorpresa, mirándolo como si hubiese elegido el peor destino. — ¡Me dijo que no sabías! ¡Me prometió que esto no iba a pasar…!
Pero Lionel ya no podía escuchar más lo que la Joya decía: solo veía las horrendas consecuencias de sus acciones.
Lionel Messi acabó de romper la primer regla que se había puesto cuando hace cuatro años atrás aceptó casarse con Cristiano Ronaldo: nadie de su selección iba a tener contacto con su matrimonio.
Su veneno se iba a quedar entre los dos, si era posible: el mismo Lionel moriría intoxicado con tal de que nadie que quería lo toque.
Lo hacía para cuidarlos a todos pero ve que falló.
Solo pudo retirarse del lugar, atrás le seguía Dybala llorando como un bebé: pero no podía atenderlo aunque quisiera confortarlo y decirle que solo fue victima de su matrimonio tan podrido y tóxico.
Solo siente esas fuertes ganas de querer matar a su esposo con sus propias manos, sin importarle la cantidad de cámaras que hay aquí.
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EL NIÑO ZOMBIE [Cuento]
“En una pequeña aldea, nació un bebé. Era de piel pálida y ojos grandes. A medida que crecía, su madre se dio cuenta... de que el niño no tenía sentimientos.
Solo tenía deseos de comer como un zombie. Así que su madre lo encerró en el sótano para que la gente de la aldea no lo viera.
De noche, la madre robaba animales para alimentarlo. Así fue como lo crió en secreto. Una noche robaba un pollo, otra un cerdo. Así pasaron varios años.
Y un día, hubo un brote epidémico que mató a todos los animales...
Y las personas que sobrevivieron abandonaron la aldea. Pero la madre no podía dejar a su hijo.
Y para calmar su llanto, se cortó una pierna y se la dio, después un brazo, le dio todos sus miembros y cuando no quedó más que su torso, se acostó al lado del niño una última vez para darle lo que quedaba de ella...
Con ambos brazos el niño sostuvo el torso de su madre... y habló por primera vez: ‘Mamá, eres tan cálida’
¿Qué quería el niño? ¿Saciar su hambre? ¿O sentir la calidez de su madre? “.
Tal vez, no era un deseo o una codicia alimentarse con la comida que el niño tenía, sino simplemente sentir el calor y el amor de alguien, ya que creció rechazado y escondido.
[It’s okay to not be okay]
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🔏 cristal
Cristal
Su nacimiento no fue planeado, fue más un pequeño y agradable accidente que recibió mucho amor por parte de sus padres. Era una niña bastante tranquila y neutral, solo se demostraba más animada y sonriente con sus padres y hermanos, principalmente con su hermano Broken, con cual tenía un fuerte vínculo...
Termino el colegio a temprana edad (al ser considerada un genio), pero no siguió la carrera que quería pues tuvo un novio que la alejo de sus objetivos principales entre sus 14-15 años.
Tenia dependencia emocional, que su novio la hizo desenvolver y lo logró con mayor facilidad cuando está mencionó sobre su inseguridad con sus flores.
"— yo seré el único que te ame, nadie más verá la belleza por tras ese jardín rosado, además, son capaces de verte como una aberración o de burlarse de ti..."
Su amor por Smoker era tanto que lograron durar por unos años hasta esta querer irse de su hogar para vivir con su prometido.
"— por favor hija, entiende que el no te quiere de la manera correcta, esto no es sano para ti, escúchame de esta vez...
— YA DEJAME EN PAZ!!!"
Hirió a su padre en el cuello, en ese momento quedó estática por lo que hizo y sin saber que decir por las miradas que tenia de su papa y hermanos, además de estar sin el coraje de pedir disculpa, se marchó sin mirar atrás, pues pensaba que después de la tormenta llegaba el arcoiris.
Pero no fue exactamente así.
Paso por malos momentos hasta abrir los ojos delante la persona que la estaba lastimando en realidad.
Con dolor en el pecho esta termino con su novio y se marchó, por unos días quedo en un apartamento reflexionando sobre lo que hizo y sobre los lazos que rompió por luchar por un amor que ni se importaba con ella.
Y así decidió volver a casa, obviamente recibió un trato un poco frío de sus padres, además del miedo que Eien le tenía y la desconfianza de Quinn, pero eso fue algo que después de unos días se pudo tranquilizar.
El problema era Broken.
Ah si, Cristal trato de hablar con el inumeras veces, pero este siempre la quería distante, lejos de sus asuntos o proyectos, y eso empeoró al saber que su ex intento abusar de él. Su carácter empeoró por ese ocurrido.
Cayó deprimida al ver que ya no podía juntar lazos con su hermano principalmente porque este decidio salir de casa, pero no lo culpaba, sabía perfectamente la manera negligente y agresiva que fue con él años atrás.
Paso por secciones de terapia, y con el tiempo, en un paseo para calmar su mente, llegó a una otra línea temporal en donde conoció a Break Moon y luego de unas semanas a Psycho que trató de comer a Eien cual estaba perdido por ahí.
Luego de unos meses Broken regreso a casa, pero no estaba como la última vez que lo vio, de echo, este parecía en pánico y se sobresalto al notar a un bebe con la cabeza sangrando y ver a Reinier con sangre por sus prendas y manos.
Lo abrazaba como si fuera lo más preciado en su vida.
"—necesito que me ayudes...mi hijo...esta casi muriendo..."
Su hermano cayó en depresión por lo ocurrido, tanto que ya no se cuidaba y tenía planes suicidas, en ese entonces Cristal se decidió por cuidarlo para ayudarlo a pasar por ese mal momento mientras el bebé se recuperaba...
Así ambos se reconciliaron a los pocos...
. . .
. .
.
Su carrera como sicaria inició cuando empezó a vivir sola, por esos momentos se encontró con su ex al cual salvo de ser asaltado por las calles de Mafiatale.
Tenia una cicatriz en el ojo...
Smoker demostró haber cambiado y que era alguien nuevo y que quería intentar algo con Cristal. Pero esta misma rechazo la oferta y decidieron quedarse como conocidos que a los pocos se volvieron amigos no tan cercanos pero ni tan lejanos.
Tenia una vida simples y fácil a su parecer, claro, eso ignorando sus servicios.
Y en cierto día, un día al cual era bastante tranquilo, escucho algo caerse en su azotea, y cuando decidió investigar que era, sólo se topo con un chico casi muerto por las heridas que portaba...
Cristal dudo un poco en ayudarlo, pues no sabía si era alguien pacífico o no, pero lo ayudo mayormente para no tener un peso muerto en su azotea.
Así conoció a Brush jsjaja
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Quise poner unos pocos detalles, pero mismo así sigue siendo un resumo ahhh---
Brush es de @/zaikobt
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Calmar tu sed pt.2
Mis queridaaaas, les vengo con una segunda parte del fic que tantó le gustó (gracias por hacérmelo saber)
Mucho más desvergonzada que la primera, quedan advertidas.
probablemente el banner más feo que he hecho jamás, perdón
💕Sub!Blas Polidori x f!reader
❤️🔥+18 sexo explícito, blas es aún más insaciable, masturbación, sexo oral, mommy kink
Después de una mañana intensa de trabajo por fin podías relajarte en casa. Bendito horario de verano; la jornada empezaba antes y tenías que madrugar bastante más, pero el paseo hasta la estación al comienzo del amanecer con la brisa de la mañana te daba una tregua respecto al calor sofocante de la ciudad.
Hoy habías picado algo con tus compañeras, así que al llegar a casa ni siquiera tenías que pensar en qué comer. Después de una más que necesaria ducha fría te vestiste únicamente con una fina camiseta de tirantes y unas bragas de encaje, asegurándote de que todo fuera lo más fresco posible.
Recordaste al pasar por delante de la mesa del comedor que tenías que leer un manuscrito antes de que llegase el fin de semana. Habías prometido corregir la gramática del texto para una amiga que estaba iniciando sus andanzas en la escritura, y ya que tú habías hecho una carrera de letras, disfrutabas con ello.
Sin más, te recogiste el pelo aún húmedo por la ducha con una pinza de plástico y amontonaste unos cojines en el cabecero de la cama para leer recostada pero no totalmente tumbada.
La camiseta, además de ser de tirantes era bastante suelta e incluso un poco grande para ti, así que tus pechos amenazaban con fugarse de la tela y las tiras se caían de tus hombros constantemente, pero no le diste demasiada importancia, total, era tu casa.
El sonido de la puerta de la calla abriéndose y cerrándose.
¿Blas había llegado tan pronto?
-¿Amor? – preguntaste alzando la voz
-Sí, mi vida, llegué.
En realidad, habías reconocido el sonido de la forma particular que Blas tenía para entrar, y después, el sonido de sus llaves cayendo sobre el platito de cerámica que teníais junto a la puerta.
A continuación, sus pasos pesados por el pasillo. A Blas le afectaba el calor todavía más que a ti, le agotaba.
Cuando asomó por la puerta quitándose la mochila de la espalda ya te hizo reír con su expresión de sorpresa y su sonrisa.
-Pensaba que los bombones se guardaban en la heladera en verano, che.
Tú reíste ante su comentario-intento-de-chiste.
-¿Qué tal el día, bebé?
-Tch, tch, tch – te quiso silenciar de forma humorística, y, con exageración se pellizcó el puente de la nariz y cerró los ojos a la vez que levantó el índice de forma dramática – no vas a fingir que no te estoy viendo hasta el carnet de conducir desde aquí.
Riendo te tapaste un poco los pechos subiendo tu camiseta, pero uno de los tirantes se deslizó por tu hombro otra vez, dejándote claro que esa prenda ya no servía demasiado para cubrirte, quizás deberías reutilizarla para trapos.
-Y, hace un calor de mil demonios, nene, ¿qué querés?
-Bueno, si me preguntás… - dijo él con media sonrisa sentándose en el borde de la cama y acariciando tu pierna suave.
La verdad es que estaba tan guapo con la camiseta blanca que llevaba…
-Nah, nah, nah – le quitaste la mano de tu pierna como si fuera una mosca de las que molestan en esa época – quietito ahí que nos conocemos y tengo que leer esto, amor.
Blas hizo caso omiso a lo que le dijiste y empezó a juguetear con el elástico de tu ropa interior, pasando el dedo por debajo tentado de bajarlo.
-Blaaaas, sólo dame un par de horas que acabe de leer esto y soy tuya ¿sí? – pediste en tono de súplica.
-¿¡Dos horas!? ¡Pero…!
-Blas – dijiste intentando ponerte seria. En realidad, te estaba costando mucho no reírte ante las pataletas de tu novio. Este se cruzó de brazos y te miró enfurruñado resoplando.
Fingiste no mirar por encima de la pila de folios que sostenías, haciendo como si ya hubieses vuelto sin problema a tu momento de concentración en la lectura. Viste cómo tu novio se acomodaba un poco el pantalón, probablemente ya tenía una incómoda erección; eso te aceleró el pulso. No es que no quisieras, pero estabas muy ocupada y no ibas a adelantar trabajo si te la pasabas en la cama con ese pendejo toda la tarde. Este chico…
Cuando se levantó asumiendo su derrota e iba rumbo a la ducha le paraste.
-Blas, amor.
-¿Sí? – dijo con un tono menos lastimero que antes; a veces tenía que asumir que los adultos con responsabilidades hacían otras cosas a parte de coger, se dijo.
-Podés comer, pero… dejáme leer, ¿ta?
Blas te miró con los ojos muy abiertos como si le hubieses dicho que le esperaba su comida favorita después de estar toda la mañana pasando hambre. Bueno, en realidad, así era.
No perdió tiempo y se quitó la camiseta, dejándote ver ese torso delgado que a ti tanto te encantaba.
Si fuera un dibujo animado ahora mismo se estaría anudando una servilleta al cuello, pensaste divertida.
Se tumbó entre tus piernas poniéndose cómodo. La gran estatura de Blas os había obligado a comprar una cama de gran tamaño para que ambos pudieseis caber en ella.
Como si se tratase de un bombón exquisito, así como te había dicho nada más entrar en la habitación, comenzó a deshacerse de tus braguitas de encaje como si fuera el papel plateado que envolvía su dulce preferido. Las tiró a un costado ganándose una mirada reprobatoria de tu parte, la cual mitigó rápidamente con esa media sonrisa de nene que no ha roto un plato en su vida y por la cual se libraba de todas las veces que querías reprenderle.
Al retirarlas se había dado cuenta de cierta húmeda mancha, pero decidió no decir nada tal y como le habías pedido. Esta vez iba a ser obediente.
Tuviste que hacer uso de toda tu concentración para no gemir cuando sus dedos apenas comenzaron a rozar el interior de tus muslos. Y un carajo ibas a leer tú.
Escondiste tu rostro detrás de los papeles y cerraste los ojos con fuerza. Era un gemido profundo lo que querías dejar salir cuando su lengua caliente dio una primera pasada de cortesía por encima de tu sexo. Sin embargo, sólo te permitiste soltar un suspiro, que esperabas quedase ahogado por el sonido del ventilador del techo sobre vosotros.
Él hizo un ruido de placer al besar y lamer ya sin titubeos tus otros labios.
-Mmmmhhh…
Con una mano, sujetabas la pila de folios, pero con la otra decidiste ordenar los rizos de la cabeza de tu novio, no para marcar el ritmo ni nada de eso, qué va.
La sensación de su lengua era deliciosa, tan húmeda que cualquiera diría que había bebido agua justo antes, aunque que tú supieras, no lo había hecho.
Se introducía en ti con el músculo de su boca, con una fuerza y destreza que te hacía ver las estrellas. No creías engañar a nadie fingiendo leer a estas alturas, pero creíste que era necesario no romper la magia del juego y seguir sin mirar a tu novio.
-¿Está rico, nene?
Blas, que parecía temer que se agotase la fuente de su placer, lamía con auténtica sed entre tus piernas. Pero salió para tomar aire y responder, con los labios y la barbilla húmedos de su propia saliva y tu excitación.
-Sí, mami…
Dios, cómo querías tirar los documentos al mismo sitio donde Blas había tirado tu ropa interior. Doblaste tus rodillas y abriste más las piernas para darle aún mejor acceso.
Notaste - aunque intentabas mirar lo mínimo por si subía la vista hacia ti – como sus caderas se movían, probablemente de forma involuntaria, contra el colchón. Pobrecito.
-¿Y ya estabas muy cachondo? – preguntaste intentando fingir desinterés y casualidad.
Blas asintió con la cabeza, provocando con ese movimiento un pequeño gemido de tu parte.
- Y sí, mami, ya me iba a hacer una paja en la ducha, sabés – dijo rápidamente antes de continuar con su festín, así como uno sale del agua para tomar aire y vuelve a sumergirse.
-Pobrecito… - dijiste en tono de compasión, pasando una página que obviamente no habías leído del manuscrito, habrá que disimular, ¿no?- Pero ya hemos dicho que eso no, mi nene… mami te da lo que vos necesitás, ¿verdad?
Asintió de manera más enérgica y comenzó a dar estocadas en el colchón ya de forma voluntaria, de forma salvaje. Se estaba follando vuestra cama. Gemiste al imaginar como su ropa interior y sus jeans, que no le había dado tiempo a quitarse, se estarían humedeciendo bajo él, eso siempre te había parecido de alguna manera adorable. Soltaba pequeños gemidos mientras se agarraba a tus dos muslos como si su vida dependiese de ello.
-Blasito… la tenés muy dura? – preguntaste como si no lo supieras.
-Sí… - lloriqueó.
-Podés tocarte si querés…
Él te dedicó una mirada rápida como teniendo cuidado de no hacer que te replanteases tu decisión. Después se levantó de un salto y comenzó a bajarse el cierre del pantalón.
Cuando se bajó el bóxer intentaste concentrarte en las palabras escritas que tenías delante, pero fallaste miserablemente. Era un pecado no ver semejante obra de arte de la naturaleza.
Con la mano derecha agarró su miembro y, usando el líquido preseminal que llevaba un rato manchando su ropa, lubricó su punta con alivio, comenzando a masturbarse mientras te observaba aún a los pies de la cama.
Cuando volvió en sí, retornó a su posición, tumbado entre tus piernas, sin embargo, esta vez no lo hizo boca abajo, si no que se recostó de lado, para dar espacio a lo que tenía entre manos.
Aún así no había olvidado su cometido, y apoyó la mejilla en tu muslo, lo suficientemente cerca para poder seguir lamiendo cómodamente mientras conseguía aliviarse con su mano.
-¿Cómo decías vos? Estos adolescentes siempre con la pija dura, ¿no? – dijo con la respiración entrecortada entre lamida y lamida – ¿y que querés mamita? No podés poner a dieta a alguien y después prepararle tremendo dulce…
-Vos ya no sos ningún adolescente, Blasito …tenés- Ahhh!! … un… problema – gemiste sin poder evitarlo.
Él no hizo caso a tu comentario y siguió bebiendo de ti mientras se masturbaba desesperadamente.
Te agarrabas con fuerza a los papeles con una mano y a la almohada debajo de tu cabeza con la otra, no podías más del placer. Si seguía así un par de minutos, ya fue, pensaste.
-¿Puedo, mami? – dijo con voz ronca. No te dijó qué, pero la forma rápida y errática en la que movía su mano y su lengua te dio una idea de qué era lo que quería hacer.
-Sí…. ¡Sí! – gemiste casi gritando.
En un movimiento que ni viste, Blas se incorporó y se colocó entre tus piernas para penetrarte. La exagerada humedad que te había provocado hizo que no tuviese que prepararte primero con sus largos dedos. Antes de que pudieras darte cuenta ya se estaba moviendo dentro de ti, llegando muy profundo y haciendo sonidos que sonaban casi a una queja. Pareciese que no podía ir tan rápido como su miembro necesitaba.
-Mami….!!!
-Venite, mi niño…venite dentro de mami,…todo dentro….
-¡Mami, no puedo más! – gimió y encontró un patrón de embestidas más rápido todavía. Parecía un conejito desesperado entre tus piernas.
Notaste tu orgasmo arrasar dentro de ti, haciendo que te aferrases a su espalda clavándole las uñas.
Un buen grito salió de tu garganta, barriendo consigo todas las tensiones acumuladas de ese día con cada pulsación de tu sexo.
Blas te miró y abrió la boca, como si no pudiese creer lo mucho que le estabas apretando mientras te sostenía entre sus brazos.
-Me vengo, nena… me vengo… - cerró los ojos con fuerza y dejó salir un sonido casi gutural de su pecho.
Después de eso, solo pudiste notar como la corrida que llevaba guardando para ti desde… ¿anoche? ¿no hacía ni doce horas que habían cogido? Llenaba tu interior con fuerza.
Gimió mientras se venía, hundiendo su cara en tu pelo, desparramado por la almohada.
Os tomó un buen rato recuperar el aliento. Ahora ambos estabais empapados en sudor y hechos un completo desastre.
No hacían falta palabras, cuando intercambiasteis la mirada supisteis lo que queríais decir: a la ducha.
Te levantaste con esfuerzo de la cama, como quien se levanta de un viaje muy loco en los toros mecánicos; despeinada, con la ropa movida y sin aliento. Tuviste cuidado de no derramar lo que tu novio había derramado en ti antes de llegar al baño, aunque un poco escapó inevitablemente por tus piernas.
Ya desde la ducha gritaste para que te escuchase en la habitación.
-Si aún querés más vení a la ducha por que luego me tengo que poner a leer sí o sí, ¿ta?
Blas sonrió mientras recogía tus bragas del suelo
-¡Voy!
Agradezco mucho sus comentarios 💕
tags: @madame-fear @deepinsideyourbeing @loveinsprings @lunitt
@lastflowrr @iamjustadoll (como siempre, diganme si quieren que las incluya en la taglist o las borre <3)
#chiquitita-fics#la sociedad de la nieve#society of the snow#lsdln cast#lsdln x reader#lsdln fics#lsdln smut#blas polidori smut#blas polidori x reader
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El colecho y el sueño infantil
El colecho, o dormir junto al bebé, es una práctica natural y antigua que favorece el apego y facilita la lactancia materna. Sin embargo, existen riesgos, como el de Muerte Súbita del Lactante (SMSL), especialmente si los padres consumen sustancias o si el bebé duerme en superficies blandas. La Asociación Española de Pediatría recomienda que los bebés duerman en una cuna cerca de la cama de sus padres y en posición boca arriba para reducir estos riesgos. Además, sugieren evitar el colecho con prematuros o bebés de bajo peso.
Para mejorar el sueño, se recomienda una rutina constante, con una temperatura adecuada (20-23 °C), y crear un ambiente oscuro y tranquilo por la noche. En cuanto al chupete, puede ayudar a calmar al bebé, pero su uso debe ser moderado y, en el caso de los bebés amamantados, debe evitarse durante el primer mes para no interferir con la lactancia.
En resumen, la decisión de adoptar el colecho o el uso de chupete es personal y debe basarse en la información sobre sus beneficios y riesgos, adaptándose a las necesidades de cada familia.
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La manta con la que una vez fue envuelta el día en que llegó al orfanato, estuvo con Ava desde que lo recuerda. Las monjas le permitieron conservarla debido a que cada año tenía derecho a permanecer con un objeto de valor, ya sea una medalla, esclava o brazalete; sin embargo, Ava no llegó al edificio con algo de valor.
La niña se aferró a dicha manta debido a que tenía la esperanza de conocer a sus padres. A sus tres años fue cuando los Fernsby la adoptaron, así que no fue hasta su adolescencia que descubrió que no era una verdadera Fernsby. Ava no tuvo otra opción más que enfrentar a su familia adoptiva sobre el origen de su nacimiento.
—¿Qué me quieres decir? —La rubia de diecisiete años quería que la señora Anne Fernsby le repitiera lo que le acababa de decir. Su madre adoptiva tenía miedo de que la verdad arruinara lo que quedaba de su familia.
—No soy tu madre biológica —Una pausa se asomó mientras sus ojos suplicaban comprensión por parte de su hija.
—Ava —Edgar Fernsby trató de calmar a la rubia que tenía por hija.
—¡¿Por qué no me lo dijeron antes?!
—Esperábamos que tuvieras esta edad para que no te sintieras fuera de lugar —Respondió el señor Fernsby.
—Fracasaron —La voz brotó tan ronca que le fue imposible ocultar sus ganas de llorar.
Después de cinco minutos de un incómodo silencio, Ava pensó que no podía ser peor, así que decidió que era el momento de preguntar lo que le carcomía el pensamiento.
—¿Cómo fue que me adoptaron? —irremediablemente se propuso en encontrar a sus verdaderos padres. Así tuviera que pasar por las emociones de aquellos que la cuidaron por catorce años.
Anne Fernsby le explicó que, en un inicio, ella no podía tener hijos, así que decidieron adoptar a un niño del orfanato de Santa Teresa en Detroit, luego de un largo proceso de adopción, les indicaron a los Fernsby que tenían a una niña de tres años y era lo más cercano a un bebé. En el servicio social, les comentaron que era muy difícil tener un bebé disponible ya que la mayoría de las familias buscan a recién nacidos.
Al verla, ambos se enamoraron. Así que optaron por adoptarla a ella. El día que se la presentaron, ella llevaba la manta de color lila. Las monjas solían regañarla frecuentemente porque no dejaba de chuparse el pulgar ni la manta.
En ese momento, Ava entendió por qué nunca se lograba separar de dicha manta, incluso durante la escuela, ella solía utilizarla para cubrir sus piernas cuando hacía tarea. Y ella solía reconocer que era su objeto favorito de la niñez.
—¿Saben quiénes son mis padres? —Preguntó más tranquila.
—Nos dijeron que esa información es confidencial. —Se excusó su padre.
—Nosotros teníamos miedo de que aparecieran y solicitaran que regresaras con ellos. —Anne no dejaba de llorar y eso también le había terminado de romper el corazón a su padre adoptivo.
—¿No me están mintiendo de nuevo, cierto? —Ava les había perdido la confianza.
No tenía muchas opciones sobre la veracidad, aunque quiso admitir que los Fernsby no eran malas personas, tenía un enorme sentimiento de decepción.
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ㅤㅤ ㅤ ㅤㅤㅤActividad de: ㅤ ㅤㅤㅤ ㅤ ㅤㅤㅤ𝚃𝚑𝚎 𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎𝚛𝚛𝚎 𝚘𝚏 𝚅𝚎𝚕𝚕𝚒𝚌𝚑𝚘𝚛 ᴾʳʲᶜᵗ
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