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#Algo me dice que estás todo mojado.
belencha77 · 2 months
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CAPITULO 20 - CAMINOS CRUZADOS
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Después de una noche maravillosa, llena de risas y miradas cómplices bajo la luz de la luna, nos encontramos nuevamente en la orilla de la playa. La brisa marina acaricia nuestras pieles mientras el sonido de las olas nos envuelve en una melodía tranquila y constante. El cielo estrellado parece reflejar el brillo en nuestros ojos, haciendo de este momento algo casi irreal.
|| Es una lástima que tengamos que regresar, mi amor… Pero se hace tarde || dice Liam con tristeza en su voz.
|| Lo sé, aunque sería maravilloso poder pasar la noche aquí… || respondo riendo, provocando que él también se ría.
|| Me encantaría, pero será en otra ocasión… ¿Vamos? || Le agarro del cuello y lo acerco para darle un último dulce beso.
|| Bueno, regresemos entonces ||
Nos subimos al auto que nos llevará de regreso al tren. El viaje es tranquilo, ambos inmersos en el recuerdo de la noche mágica que acabamos de vivir. Al llegar, nos bajamos y, antes de tomar caminos diferentes, Liam toma delicadamente mi mano y besa mis nudillos.
|| Hasta mañana, il mio amore || me dice con ojos llenos de brillo.
|| Hasta mañana, guapo… Fue una gran noche || respondo. Con un beso en la mejilla, lo veo alejarse de mí. Rápidamente entro al ala donde se encuentra mi camarote, pero de repente alguien choca conmigo.
|| ¿Brown? ||
|| ¡Hola, Drake! ||
|| ¿Qué haces despierta... y por qué estás mojada? || pregunta Drake, con un tono de preocupación y curiosidad.
|| Estaba en una aventura en el mar hace unos momentos... || respondo, intentando sonar casual. Drake me mira fijamente, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y algo más que no puedo identificar de inmediato.
|| Supongo que, con Liam, ¿no? || dice, tratando de mantener la voz neutral, pero no puede ocultar un leve rastro de celos. Su expresión se endurece ligeramente.
|| Sí, con él... || admito, sintiendo una punzada de incomodidad ante su mirada. Después de la conversación que tuve con Liam, prefiero cambiar de tema rápidamente || Pero dime, ¿a dónde vas tan tarde? || Drake respira hondo, pareciendo relajar un poco su expresión.
|| Eh, pues... Voy a conseguir comida de verdad. No sé tú, pero yo no soy feliz con la comida elegante. Está diseñada solo para impresionar a la vista, no para alimentar || Hace una pausa, como si evaluara mi reacción antes de continuar || Si quieres, puedes acompañarme a cualquier lugar que encuentre. Aunque te advierto que estoy en busca de algo con una calificación Michelin de cero. Si eso no te molesta, entonces puedo prometerte un estómago lleno y una conversación decente ||
De repente me siento agradecida por la oportunidad de desviar la atención del tema anterior y sonrió, aunque me siento un poco nerviosa ante la tensión que percibí en Drake.
|| ¿De verdad quieres decir que te abrirás y me hablarás de ti? || pregunto, esperando que esto alivie la atmósfera incómoda entre nosotros.
|| Cualquier secreto que haya llegado tan lejos, puede que sí || responde Drake con una sonrisa enigmática.
|| Está bien, me encantaría. Necesito algo de comida y una buena charla. Déjame cambiarme por algo más cómodo y, sobre todo, seco || Corro hacia mi habitación y rápidamente tiro al suelo mi ropa y zapatos mojados. Me pongo ropa cómoda: unos jeans y una camiseta ligera. Luego, recojo mi cabello en una trenza lateral para sentirme más fresca. Aprovecho para refrescarme un poco y miro al espejo, asegurándome de estar lista para la aventura nocturna. Salgo de mi habitación, sintiéndome renovada y decidida a disfrutar del paseo por las hermosas calles de Italia a medianoche || ¡Estoy lista! || anuncio con entusiasmo.
**
Drake me conduce por las encantadoras calles de Gaeta, iluminadas por farolas que proyectan una luz suave y cálida. El ambiente nocturno es mágico, con la brisa marina acariciando nuestra piel y el murmullo lejano de las olas contra el malecón. Caminamos juntos, disfrutando del encanto de la ciudad a medianoche.
Después de unos minutos, nos detenemos frente a una pizzería que parece acogedora y auténtica. El seductor aroma de tomates frescos, albahaca y orégano nos envuelve, invitándonos a entrar. La fachada del restaurante está adornada con luces y plantas colgantes, creando una atmósfera acogedora y romántica. Drake abrió la puerta y me hizo una reverencia burlona:
|| Mi lady || Ambos reímos y al entrar, un hombre amable de mediana edad nos recibió con una sonrisa, ofreciéndonos un menú y una mesa para dos. El interior del lugar es rústico, con paredes decoradas con fotografías antiguas y cuadros de paisajes italianos. Me tomo un momento para admirar cada detalle del entorno, sintiéndome completamente encantada.
|| Así que… ¿Este es más tu estilo? || pregunto, sonriendo mientras me siento.
|| Ciertamente... Un menú, una mesa y el prometedor olor de la buena comida. Eso es todo lo que quiero || exclama Drake con entusiasmo. De repente, el hombre nos hace una pregunta en italiano.
|| Buona notte e benvenuto. ¿Cosa vuoi ordinare? || pregunta el hombre. Drake mira el menú y, sin vacilar, rápidamente contesta:
|| Per favore, ci aiuti con una pizza margherita, spaghetti alla carbonara, vino rosso e due ordini di mozzarelline fritte || exclama, mirando al hombre con gran confianza y una sonrisa. El hombre le devuelve la sonrisa, asiente y desaparece en la cocina. Estoy sorprendida por la rapidez y genialidad con la que Drake respondió. No sabía que manejaba un perfecto italiano. Sin querer, me quedo viéndolo hasta que él se da cuenta || ¿Qué? || me pregunta.
|| Vaya, no sabía que hablabas italiano || le digo, aún sorprendida.
|| Ser amigo de Liam tuvo sus beneficios… A veces recibía tutorías con él || responde.
|| Vaya… ¿Y no fuiste a alguna escuela en Cordonia? || pregunto, curiosa.
|| Claro que sí, pero cuando Savannah y yo no queríamos ir a la escuela, Eleanor o Constantino nos dejaban recibir clases con Leo y Liam. Pero cuando quedamos bajo su tutela, recibimos una educación integral junto a los príncipes. Aprendí equitación, esgrima, un poco de baile || Dice riendo mientras que yo giro mis ojos y reímos, mientras el continua || Protocolo y etiqueta, etc. Tuvimos tutores privados con quienes obtuvimos una base sólida en historia, literatura, ciencias y matemáticas. También tuve lecciones de música, donde aprendí a tocar varios instrumentos, y recibí formación en idiomas, lo que me permitió aprender inglés, francés, italiano y alemán. La familia real me inculcó valores importantes como la responsabilidad, el respeto y la compasión. Me enseñaron liderazgo y trabajo en equipo. Participé en la organización y logística de eventos, ganando experiencia en la gestión de eventos y la atención a los detalles. Ayudé a Liam en varias ocasiones, aprendiendo sobre la administración del palacio y la diplomacia. Estas experiencias no solo me formaron como persona, sino que también me prepararon para enfrentar cualquier desafío con confianza y determinación || concluye Drake, mostrando una mezcla de orgullo y gratitud en su voz. Yo lo miro y me quedo completamente asombrada.
|| Wow… Debes sentir demasiada gratitud hacia ellos entonces || comento, impresionada por su historia. De repente guardo silencio por un momento, pensando en mis próximas palabras || ¿Y qué pasó con tu mamá? Es decir, ¿por qué se fue? || De repente, Drake suelta un gran suspiro y se encoge de hombros.
|| Cuando mi papá murió, mamá decidió regresar sola a los Estados Unidos, dejándonos a nuestra suerte. Estaba tan abrumada por la pérdida que no pudo enfrentar la responsabilidad de criarnos. Yo tenía quince años y mi hermana solo trece || reflexiona Drake, tomando un momento antes de continuar || Mi mamá nunca encontró la manera de estar ahí para nosotros después de la muerte de papá. Su dolor era tan profundo que sintió que necesitaba alejarse para poder lidiar con él, y nos dejó completamente a la deriva. Pero no solo la familia real nos acogió, sino que Sebastián también se hizo cargo de nosotros. Sintió la responsabilidad de cuidarnos debido al fuerte vínculo de amistad y cariño que tenía con mis padres. Por eso, siempre hemos estado muy unidos ||
|| Eso es muy dulce y bueno de su parte… ¿Y cómo era él? || le pregunto curiosa.
|| Sebastián fue una figura fundamental en nuestras vidas. Desde el primer momento en que supo que estábamos solos, se comprometió a cuidar de nosotros como si fuéramos su propia familia. Nos proporcionó un hogar lleno de calidez y estabilidad. Siempre se aseguró de que tuviéramos lo necesario, desde ropa y comida hasta atención médica. Más que eso, nos dio un sentido de pertenencia y seguridad en un momento en que nos sentíamos abandonados. Nos trataba con una mezcla perfecta de disciplina y afecto. Se aseguraba de que cumpliéramos con nuestras responsabilidades, pero también sabía cuándo darnos un respiro y dejarnos ser niños. Nos llevaba a paseos y nos contaba historias sobre sus aventuras con nuestros padres. Siempre encontraba tiempo para escuchar nuestros problemas y darnos consejos || dice Drake con una sonrisa nostálgica.
|| Debe haber sido muy difícil para ustedes. Pero qué bueno que tuvieron a Sebastián y a la familia de Liam || Comento, conmovida por su historia de repente siento la curiosidad por saber como era su padre.
|| ¿Y cómo era tu padre? || le pregunto con curiosidad.
|| Era un hombre extraordinario || responde Drake con un brillo de orgullo en la mirada. || Fuerte y honesto, tenía una forma firme pero justa de manejar las cosas. Su presencia era imponente, alguien en quien todos confiaban y respetaban. Era el tipo de persona que siempre encontraba una solución, sin importar los desafíos que enfrentara. Admiraba su capacidad para liderar con integridad y nunca rendirse frente a las adversidades ||
|| Realmente lo admirabas, ¿verdad? || comento, notando la mezcla de orgullo y tristeza en sus ojos.
|| Sí, mucho. Para mí, era un modelo a seguir. Mientras Savannah estaba fascinada con la vida de la corte, yo encontraba inspiración en su trabajo en la Guardia del Rey || responde Drake, mientras juega con los fideos en su tenedor, sumido en sus recuerdos.
|| Drake, lamento tanto que hayas perdido a tu papá tan joven || le digo, extendiendo mi mano para sostener la suya, consciente del dolor que esos recuerdos pueden causarle.
|| Fue difícil, pero lo superé || responde Drake, permitiéndome tocarle por unos segundos antes de alejarse rápidamente. De repente, el camarero nos trae la comida que pedimos. Drake sonríe y asiente con la cabeza; el camarero devuelve la sonrisa antes de dejarnos solos. El espeso aroma de la auténtica comida italiana golpea mis sentidos cuando doy un bocado a la pizza. Observo cómo la salsa de tomate fresco y los trozos de mozzarella derretida se combinan perfectamente sobre una masa fina y crujiente. Drake también prueba un bocado y suspira lleno de felicidad || Esto es exactamente lo que necesitaba. Sencillo, delicioso y abundante... || dice, saboreando cada bocado.
Enrollo mi tenedor en el delicioso y caliente espagueti, donde los aromas de la salsa de tomate y las hierbas frescas se entrelazan con la pasta al dente. No puedo evitar dejar escapar un pequeño gemido de satisfacción.
|| Mmmm... Esto es realmente bueno ||
|| Brown, siempre puedes confiar en mí para encontrar la comida adecuada || dice Drake con confianza.
|| ¿Es ese tu superpoder, Drake? || le pregunto con una sonrisa juguetona.
|| Así es. Puedo luchar contra el crimen, ¡pero jamás con el estómago vacío! O puedo luchar contra el crimen con buena comida, pero eso sería un gran desperdicio || exclama, y ambos reímos a carcajadas.
|| Me parece muy bien, entonces no tendremos de qué preocuparnos ||
|| Para nada || responde con confianza.
|| Por cierto || le digo mientras él me mira atentamente || ¿por qué no tuvimos que esquivar a los guardias de seguridad del palacio para salir aquí? ¿A ti te dejan entrar y salir cuando quieras? ||
|| No soy tan importante como Liam. Además, Sebastián me conoce muy bien y confía en que puedo cuidar de mí mismo, y también de ti. Eso probablemente sea la razón ||
|| ¿Haces esto a menudo? || pregunto curiosa.
|| Para ser sincero, sí... Esta no es la primera vez que me escapo. Cuando sigues a Liam, terminas en tierras extranjeras con bastante frecuencia || responde él.
|| ¿Y supongo que también terminas en fiestas elegantes con comida demasiado pequeña para tu gusto? || continúo.
|| Pues sí... todo el tiempo || admite || Es por eso que salgo a buscar que comer ||
|| Qué bien que ahora ya me tienes para hacerte compañía || le digo, notando cómo una gran sonrisa se despliega en su rostro. Luego me mira con atención.
|| Entonces, ¿eso significa que voy a tener más presión para no parecer un tonto? || pregunta de repente. Lo miro y sonrío.
|| Drake, tú nunca podrías dejar de parecer un tonto para mí || respondo entre risas, consciente de nuestra cercanía || Porque de hecho ya lo eres || Añado, intentando suavizar con un gesto juguetón y negar el cariño que siento por él. Repentinamente, su rostro se ilumina con una sonrisa agradecida. Le doy un pequeño golpe amistoso en el brazo, lo cual provoca que él también ría y me devuelva la sonrisa.
|| ¡Wow, vaya, Brown! Gracias por el cumplido || exclama, disfrutando del momento que compartimos.
|| Rara vez. Él casi siempre tiene eventos que requieren mucha atención, así que no tiene tiempo para venir conmigo || explica Drake.
|| Awwww, entonces te han dejado vagando solo por las calles extranjeras || le digo burlonamente.
|| No te burles, no ha sido tan malo. La verdad es que no me importaba la soledad, con tal de estar lejos de la alta sociedad y las cenas sofocantes || continúa Drake mientras sirve vino en ambas copas desde la mesa || Aunque no puedo negar que estoy muy contento de pasar tiempo contigo lejos de ese circo || añade Drake con una sonrisa. Yo le respondo con otra sonrisa.
|| Drake, ¿nunca has considerado irte o estudiar fuera de Europa? Sé que la familia real te dio muchas cosas, pero he notado que no pareces disfrutar de la vida en el palacio. ¿Por qué decidiste quedarte? || pregunto.
|| De hecho, me fui... por un tiempo || responde Drake con seriedad.
|| ¿De verdad? || le pregunto sorprendida || Pensé que toda tu vida la pasaste en Cordonia ||
|| Cuando cumplí veinte años, pensé que era hora de avanzar por mi cuenta. Así que fui a una universidad en América para estudiar Derecho... específicamente Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales || explica Drake.
|| Pero ¿no era tu sueño unirte a la Guardia del Rey? || Pregunto con curiosidad.
|| Al principio sí. Quería seguir el legado de mi padre, convertirme en un agente de seguridad experimentado. Pero cuando me di cuenta de que pertenecer a la Guardia Real implicaba proteger a nobles engreídos, decidí construir una vida fuera de la corte. Liam fue introducido en la corte a los dieciocho años y eso nos distanció. Él estaba más ocupado que nunca y yo quería vivir en el mundo exterior, así que aproveché la oportunidad... Con sólidas bases gracias a Constantino, decidí estudiar derecho con la esperanza de ayudar a otras personas || explica Drake.
|| ¿Y qué pasó? ¿Qué te hizo regresar? || pregunto intrigada.
|| Dos años después de irme, hubo un intento de asesinato contra la familia real, incluyendo a Liam. ||
|| ¿Qué? No puedo creerlo... || exclamo asustada, sorprendida por este evento tan traumático en la vida de Liam.
|| La Guardia del Rey logró detenerlo antes de que alguien resultara herido, pero Liam quedó profundamente afectado. ||
|| Wow. Él nunca me habló de esto. ||
|| Es comprensible. Este tipo de experiencias no suelen surgir en una conversación casual. Supongo que no querría recordarlo... fueron tiempos difíciles. Aunque parecía estar bien frente a los demás, su hermano Leo era consciente de la verdadera situación. Un día, Leo vino a buscarme al campus en su jet. Estaba muy preocupado por Liam. En privado, Liam no era el mismo. No comía, no dormía y se estaba alejando. Fue entonces cuando comprendí que necesitaba estar aquí para él. Las cosas estaban mal y él me necesitaba más que nunca. ||
|| Eso debe haber significado mucho para Liam || le digo, dándome cuenta de lo fuerte que es su amistad.
|| Por supuesto. Cuando Liam supo que había regresado, me dijo que no me preocupara por él y que volviera a mis fiestas en la universidad y a mi vida normal. Pero en el fondo, supe que estaba aliviado de que hubiera vuelto. Desde entonces, nunca me fui y decidí terminar mi carrera en Cordonia. Al ver cómo estaban las cosas en la corte para Liam, supe que no podía dejarlo en manos de estos tiburones. Liam juega bien el juego, pero su corazón no está en ello. Prefiere concentrarse en las necesidades de los ciudadanos de Cordonia qué en leer comunicados, chismes de la prensa o asistir a fiestas. Necesitaba a alguien cínico como yo para cuidarle la espalda. || Me lo dice, pero de repente Drake me mira fijamente por un largo momento, perdido en sus pensamientos. Extiendo la mano nuevamente a través de la mesa y la pongo sobre la de Drake, y esta vez él no se aparta. Puedo ver una pizca de dolor en sus ojos.
|| Eres un muy buen amigo para Liam || le digo, admirando la fuerte amistad que han creado. Drake me sonríe a medias, pero sus ojos recorren mi rostro de una manera intensa.
|| Sí... trato de serlo... la mayor parte del tiempo || respondió Drake sin dejar de mirarme. Lentamente, se acercó más, levantó mi barbilla y de repente me besó dulce y suavemente, tomándome por sorpresa. Me aparté rápidamente, mirándolo con desconcierto mientras aún sentía el fuego de su beso en mis labios. Drake seguía mirándome fijamente, acarició mi mejilla y luego me tomó del cuello, acercándome nuevamente en un beso, esta vez más profundo y apasionado. Me alejé de nuevo, completamente confundida. Cada vez que estoy con él, siento una atracción tan fuerte que me descoloca || Lo siento, Brown. No pude resistirlo. No puedo decir que soy un buen amigo en estos momentos, pero tú me vuelves loco. Me haces cometer cosas que nunca imaginé hacer. Tú eres una mujer llena de sorpresas ||
|| Drake, esto no debe volver a pasar… || Lentamente me alejo de Drake, pero estamos a centímetros de distancia. Debería contarle que Liam sabe sobre sus sentimientos hacia mí y los míos hacia él, pero no es el momento. || Cuando haces estas cosas, lo único que logras es confundirme || exclamo con frustración. ¿Por qué siento cosas por Drake? No es correcto.
|| Brown, lo lamento tanto, pero a veces eres irresistible para mí y eso me asusta, ¿lo sabias? ||
|| Eres un hombre maravilloso y tienes algo que no logro entender, y no puedo negarte que he comenzado a sentir cosas por ti. Al mismo tiempo, me siento terrible por tener mis sentimientos tan confundidos. Pero no quiero lastimar a Liam, así como tampoco quiero lastimarte a ti y... || Drake suspira y sus labios rozan los míos una vez más, de manera delicada, hasta que escuchamos unos pasos cercanos, lo que nos hace separarnos nuevamente. El hombre de mediana edad, dueño del restaurante, desliza discretamente un recibo sobre la mesa y se inclina.
|| Shhhh. No digas nada. Entiendo, porque yo tampoco quiero lastimar a Liam. No quiero ser un mal amigo... Y hacer esto me hace sentir mal, pero no puedo evitarlo ||
|| Drake, por favor, no nos confundamos más. No es correcto, por favor entiéndeme. Solo podemos ser amigos, ¿está bien? || Drake asiente con la cabeza, pero su mirada refleja tristeza. También siento tristeza por alguna razón, pero debo frenar cualquier sentimiento que surja por él; tal vez sea solo confusión.
|| Está bien, amigos || me responde con frustración. Toma el recibo, lo examina y empieza a sacar su billetera. Yo saco mi dinero, pero él me detiene poniendo el valor completo.
|| ¿Vas a pagar también mi cuenta? ||
|| Es lo menos que puedo hacer después de pasar toda la noche hablando. No soy un rey ni nada por el estilo, pero puedo permitirme unos cuantos euros, Brown ||
|| Gracias por una noche maravillosa. Me encantó conocer esta parte de ti; me gusta este lado sensible, Drake || Él me mira de vuelta con un rostro avergonzado y triste a la vez.
|| Fue un placer, pero será mejor irnos || Ambos empezamos nuestro camino de regreso al tren, las luces de la ciudad todavía brillando en la distancia, recordándonos los momentos compartidos que pronto quedarán atrás.
**
Después de varias horas, nos encontrábamos de nuevo en el tren real. Drake me acompañó hasta mi camarote. Mientras caminábamos por los pasillos iluminados por tenues luces, Drake rompió el silencio con una confesión que me tomó por sorpresa:
|| Nunca pensé que abriría mi corazón de esta manera… Siento que tú eres mi debilidad, Brown. ¿Qué estás haciendo conmigo? || dijo, con una sonrisa nerviosa que revelaba su vulnerabilidad.
|| Hey, nadie está diciendo que sea malo ser sensible || respondí con ternura, devolviéndole una sonrisa cálida.
|| Bueno, al menos las historias tristes no te molestaron || expresó sinceramente.
|| Drake, nunca podrían molestarme tus sentimientos || respondí con sinceridad mientras llegábamos frente a mi puerta || Gracias, Drake, por todo || añadí, sonriendo con gratitud antes de girarme para entrar. Pero antes de abrir mi puerta, sentí cómo Drake tomaba mi brazo suavemente, deteniéndome. Su mirada era dulce y llena de complicidad mientras me decía con certeza:
|| Brown, gracias por venir conmigo esta noche ||
|| Cuando quieras, Drake || respondí, sintiendo cómo se acercaba y depositaba un suave beso en mi mejilla. Al separarse, su sonrisa me reconfortó antes de que se alejara hacia su propia habitación, dejándome con la cálida sensación de un momento compartido que superaba las palabras.
Al entrar, suelto un gran suspiro. Me pregunto a mí misma, ¿qué rayos te pasa? ¿Por qué diablos te sientes tan confundida, Riley? Sé que estoy enamorada de Liam; se lo acabo de decir, incluso hicimos el amor. Pero de pronto, conocer este lado sensible de Drake me hace sentir cosas que no debería. Existe una atracción hacia él que es inevitable.
Dos maravillosos hombres han puesto mi mundo de cabeza. ¡Maldita sea! Pero esto no es correcto. Liam sabe que siento algo por Drake y eso lo lastima. Y Drake también sabe que estoy enamorada de Liam, y eso también lo lastima. Lo mejor que pude hacer es aclararle a Drake que lo quiero como amigo.
Me recuesto en mi cama con un millón de pensamientos que me atormentan. Estos sentimientos que siento hacia Drake deben detenerse.
**
A la mañana siguiente, el golpeteo de Maxwell en mi puerta me saca del sueño. Frotándome los ojos, consulto el reloj de mi teléfono que marca las siete de la mañana. A pesar de mis quejas, Maxwell sigue golpeando la puerta con insistencia, hasta que finalmente me obliga a levantarme y abrir.
|| Ok, Ok, ya voy… ||
|| ¡Mi Flor! Tengo buenas noticias || exclama con entusiasmo.
|| ¿Cuáles son las noticias, Max? Espero que signifique que puedo dormir solo cinco minutos más || respondo, todavía medio dormida.
|| Es algo mejor que eso || Me responde entrando apresuradamente hacia mi habitación. Se para en la mitad del cuarto y me mira sonriente || ¡Bertrand revisó el recibo y pudo leer los últimos cuatro dígitos de un número de tarjeta de crédito que se utilizó para el pago! ||
|| ¿Entonces ya sabemos a quién pertenece? || pregunto, abriendo mis ojos llenos de emoción, pero la sonrisa de Maxwell desaparece.
|| ¡Bueno, uhm, no! No tenemos un nombre. ¿Pero recuerdas lo que dijo la sirvienta en Applewood? ¡Tiene que ser una de las damas nobles! ||
|| ¿Y el plan es ver los números de tarjetas de crédito de las damas? || pregunté en tono de burla, pero Maxwell no me contestó, lo que me hizo entrar en pánico || Maxwell estaba bromeando… ¿Cómo rayos voy a ver sus tarjetas? ||
|| Mi flor ¿no te parece que es un trabajo fácil? ¡Es el gran avance que estábamos esperando! || me dijo lleno de felicidad, pero yo solo veía derrota. No sabía cómo explicarle a Maxwell que esto era más difícil de lo que parecía.
|| Me encanta tu ánimo, pero solo veo dificultad, Max. Para lograrlo, creo que deberíamos reunirlas en algún lugar. Ahora dime, ¿cómo logramos eso? Trata de explicarme, porque no veo alguna manera ||
|| Afortunadamente, este problema está resuelto. ¡Todas las damas nobles se reunirán esta noche! ||
|| ¿Van a estar reunidas? ¿Y por qué? || Pregunto con sorpresa, escuchando atentamente.
|| Oh sí, lo siento, ¿se me olvidó decírtelo? La siguiente parada es la despedida de soltera de Madeleine ||
¿Descubriré qué dama noble es la chantajista? Pero sobre todo, me pregunto si sobreviviré a la despedida de soltera de Madeleine. En medio de la frivolidad y los festejos, se ocultan secretos peligrosos que podrían cambiar todo lo que creíamos saber.
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If anyone else wants to be tagged, just let me know. I hope you enjoy this wonderful love adventure.
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ocasoinefable · 6 months
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Estaba mirando tras la ventana a dos pequeños jugar, se miran y sonríen y en algunos momentos parecen discutir para luego solo burlarse de si mismos y de su tamaña ridiculez de estar enojados. cuando un voz fuerte comienzo ha pasar la lista. Allí mi nombre entre tantos otros. Tome asiento y las minucias de este momento en concreto los paso por algo.. la lapicera y las notas sobre la mesa, el café cargado, y ese aire insoportable de diversos de perfumes a cada dos pasos .. todos parecen estar meditando grandes asuntos según sus rostros, escucho en un lejano sonido temas como; los balances del mes, el porcentajes de vidas, las ropa que está de moda y lo que se supone atribuye un atractivo al carácter de una persona. Y yo solo puedo pensar en esos dos niños y su fantástico mundo, en sus miradas y sus pensamientos claros como sus risas, en sus sencilla forma de expresarse sus anhelos y querer sin causar una despliegue de egos, solo así, como se cae la brisa, como se escucha los pájaros. Me pesan los huesos y el cansancio se hace segundo a segundo parte de mi respiración. Recojo mi agenda y el lápiz, me dirijo a la salida. de forma mecánica estoy cruzando la calle directo al parque de almendros. Como un agüero en las manos solo miro pasar los minutos, solo repaso mi propia respiración y me mantengo entre un aparente vacío que busca pensamiento, hasta que su mano tocan mi hombro.
- ¡hace un clima algo revolcado el d��a de hoy..! -
Su sonrisa delgada se funde entre su labio inferior, el aire mojado de su voz hace un contraste con sus ojos de fuego,
- lo es. Se dice que estará así durante todo el mes según el reporte del clima .. -
Soltó una risa divertida en cada palabra. Era una mezcla de ternura, de sorpresa y algo de preocupación. Al oír su risa navegar entre el eco del viento también comencé a reír. No podía creer que le hubiera hablado de aquella manera, me faltó agregar, "que se intuían lluvias tempestuosas según las noticias dado a los últimas estadísticas de los años anteriores" .. se ruborizó ligeramente, se sentó a mi lado tomando mi mano como un roce de brisa
- si ha de llover a cantaros hagamos dos pececitos para así nadar juntos por las costas del almendro. ¿No te parece un gran plan de ataque para un clima tan dispuesto? -
Allí la vida despertada a su recorrido, se aceleraba entre mis pulmones. Nada pesaba, todo era tan suave y colorido, como un mundo aparte.
- ¡Lo ves..!, ahora sí están presentes tus ojos, tu mirar verdadero, no ese otro que pretendías mostrarme, aunque no te niego que tiene su encanto metódico y su mirar recio un no sé que..
- lo mismo le pasan a tus ojos cuando te adoleces y estás ausente, y aun así esa otra parte tiene también uno sé que..
Volvió a reír, y con suavidad apretó mis manos entre sus dedos,
- lo sé. Más aun tu mirada me devuelve a mí, a mis centros y esencia -
Allí nos quedamos mojándonos por la lluvia.
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revistapipazo · 10 months
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Historias de Mierda (Reloaded)
En mi colegio era habitual que una o dos veces al año se realizaran los llamados “seminarios”, que consistían en un paseo por el fin de semana de todo el nivel a la playa, a algún complejo turístico de nombre mierdoso como Guaylandia, Guayápolis, El Tabito, o algo por el estilo.
En teoría, la idea de estas instancias era compartir entre compañeros y profesores, tener algunas charlas de desorientación sobre drogas, alcoholismo, sexualidad y temas de ese tipo. Sin embargo, la realidad era que se comía como cerdo (ya que todos llevábamos mierdas para comer), se echaba la talla, se contaban chistes cochinos, se tomaba a escondidas y se jugaba a la pelota el 90% del tiempo. Y cada vez que tocaba una de esas charlas culiadas o alguna actividad como esas dinámicas de mierda de tirarse un ovillo de lana y decirse weas políticamente correctas, el objetivo era hacerla lo más corta posible para ir a seguir invirtiendo el tiempo en lo que sí valía la pena.
En una ocasión nos tocó ir a Guayápolis, lugar de mierda en el cual no todas las cabañas tienen baño (al menos en ese tiempo era así). Ergo, los poco afortunados que al momento de la repartija de cabañas (al llegar allá) quedaran en una de esas sin salón guáter, estaban obligados a ocupar los servicios higiénicos colectivos, i.e., cagar en los baños comunes.
Como la vida es culiada, obviamente me tocó en una cabaña sin baño. Una vez que estuvo designada la distribución de los pendejos, fui a reconocer terreno: me di una vueltita por el mentado baño común para saber en qué clase de adefesio tendría que posar mi bella y pulcra raja aquel fin de semana. Al llegar a dicho lugar, mis peores miedos se hicieron realidad: la wea era repugnante, realmente repelente. Los guáteres estaban inmundos y llenos de restos de fecas, el piso todo mojado con pichi, las duchas no tenían ni cortinas ni separador ni niuna wea (díganme la wea que quieran, pero si hay una wea que no soporto es tener que ducharme con 100 weones alrededor tasando mis glúteos y mi imponente anaconda albina). Las weas eran como en Trainspotting cuando el culiao caga en ese baño infinitamente cerdo mientras dice “este debe ser el baño más asqueroso de Escocia”, y se le va por el wáter el supositorio con heroína, y el weon se mete entero adentro del wáter para rescatarlo. Mala la wea de baño.
El escenario era adverso, y recién estábamos a viernes pasado el mediodía. Quedaban más de 48 horas de paseo, así que de inmediato elaboré mi plan de contingencia: nada de frutas, nada de verduras, nada de leche, nada de cereales, etc… es decir, nada que me hiciera querer cagar.
Digamos las weas claras, yo sé lo que ud., mi iletrado, no-querido y primate amigo lector está pensando ahora: si mi plan hubiera funcionado esta historia barata no tendría razón de ser. Déjenme decirles amigos, que están completamente en lo cierto. Obviamente mi plan se fue a la cresta bien pronto porque a las 2 horas de ese evento ya me estaba bajando un peristáltico del averno ante el cual no pude oponer resistencia alguna.
Por suerte mi mamá me enseñó que weon precavido, no tiene que sacrificar calzoncillos, por lo que fui a mi mochila y saqué el rollo de confort que sabiamente había llevado para el fin de semana. Fui al puto baño común, ingresé en el guáter que parecía menos inmundamente asqueroso, y con el extremo cuidado de que mis pantalones no tocaran el suelo lleno de pichí y que mis preciadas nalgas no hicieran contacto con la abominable estructura cerámica, procedí a despojarme de aquella fragante materia café sobrante de mi organismo.
Requirió su dosis de esfuerzo la operación, no voy a negarlo, pero finalmente resultó. Y además me tuve que mamar las burlas de mis compañeros al notar que había un weon cagando, ya que todos los culiaos se paseaban por ahí a mear o tomar agua (ya que estos baños estaban estratégicamente ubicados en la mitad de TODO). Finalmente me retiré a mis aposentos satisfecho, no sin antes pasar a desinfectarme entero.
Las siguientes horas transcurrieron con relativa normalidad, sin embargo al día siguiente (sábado), nuevamente me dieron ganas de echar la nutria. Como lo del día anterior había sido suficientemente traumático, no tenía ninguna intención de enchapar de nuevo en ese baño nauseabundo, así que le comenté a Matias que estaba que me cagaba pero que no quería aplicarme en el baño común por lo tóxico de este, así que me dijo:
-Pero weón, no hay pa que cagar en ese baño culiao inmundo. Haz como yo: CAGA EN UNA BOLSA
Le dije “cómo en una bolsa? Así como una de supermercado?”, y me dijo “sipo weon, una de esas, o no se, la que tengai… grande si po weon, cagai ahí, en la cabaña, y de ahí la tirai en alguna parte”.
No sonaba mal la idea: tenía bolsas, confort para limpiarme, un desodorante ambiental, y además era bastante factible disponer de toda la intimidad de la cabaña para mí solito, ya que la compartía solamente con 2 compañeros más, que eran bastante fáciles de echar pa’fuera.
Igual la pensé. Es que tampoco es llegar y cagar en una bolsa, al principio no me creí capaz de hacerlo. La pensé un rato, pero llegó un momento en el que la situación se hizo insostenible: las ganas de evacuar al moreno crecían exponencialmente conforme al paso del tiempo y en cualquier momento mi esfínter anal se vería vencido. No podía esperar más, estaba a punto de ser doblegado. Pesqué el confort e intenté repetir la hazaña del día anterior. Corriendo fui al baño común, mas noté que las weas no las habían limpiado en todo el día (o sea si el viernes ya estaban repelentes, imaginen con 24 horas más de uso de 70 pendejos cagones + profesores hediondos + personal indeseable del complejo + uno que otro perro/gato/guarén que debe haber meado o cagado por ahí), y mi instinto de supervivencia me indicó que era preferible aguantarse las ganas que cagar en esa horripilancia de baño.
No me quedó más alternativa entonces. Fui a pedirle la llave de la cabaña al compañero que la tenía, le pedí que no fuera a huevear durante un buen rato, y me encerré.
Situé todos los implementos de manera que me quedaran a la mano, me baje los pantalones y me puse en posición de “monjitas cagando en misa” (si ud no jugó al Burrito cuando pendejo entonces púdrase!!!) sujetando la bolsa por los mangos o orejas o como se llame, con las dos manos. Una vez finalizada mi obra, me limpié, eché como 10 kilos de desodorante ambiental, amarré bien la bolsa con un nudo ciego terrible apretao y salí de la cabaña.
El destino de la bolsa: una quebrada que había por ahí, más o menos alejada de las cabañas.
Sintiéndome más liviano que un átomo de hidrógeno, me dediqué entonces a disfrutar del fin de semana junto a mis compañeros. Después de todo, no había sido tan malo cagar en una bolsa. Es más, “hasta la haría de nuevo si me dan ganas”, pensé.
Como yo soy un hombre que cumple con lo que planifica, al día siguiente (domingo), desperté por la mañana sintiendo la presencia de un contundente zurullo en mis entrañas. “A buscar una bolsa” me dije. Para obrar nuevamente, esperé a que llamaran a desayunar y así mis compañeros de cabaña me dejaran solo, además de saber que no habría nadie afuera hueveando.
Esperé entonces la hora del desayuno, y cuando se fueron todos, yo me quedé solo en la cabaña con cualquier excusa huevona. Repetí el procedimiento del día anterior. Estaba de lo mejor despojándome del mojón que se alojaba en mi ser, cuando de repente golpean la puerta a través de fuertes golpes de puño:
-(PAM PAM PAM) HAY ALGUIEN AHÍ???
CONCHETUMARE!!!!! Era la voz de nada más ni nada menos que del Inspector Zúñiga, que siempre acompañaba en estos seminarios como parte de la comitiva. El Sr. Zúñiga ostentaba el no despreciable puesto de Inspector General del colegio. Cargo que ejercía de manera implacable ante las faltas de conducta y disciplina.
-(PAM PAM PAM) SEÑOR BIG FAT JEWISH, ESTA AHÍ DENTRO?!?!?
Por la puta y la reputa. Pensé en hacerme el weon, mas no tenía sentido esconderme. “Sí profe, estoy aca dentro, salgo altiro!!!”
-¿Y POR QUÉ DIABLOS NO ESTÁ EN EL COMEDOR TOMANDO DESAYUNO? QUE ·$%·$&·%” ESTÁ HACIENDO??? ABRAME LA PUERTA DE INMEDIATO!!!!!!!
Por la grandiosa reconchesumadre… estaba entre el mojón y la pared. “Si profe, si salgo altiro altiro!!! Y voy al comedor a tomar desayuno, en dos minutos estoy alla!!!!!”
-NO SEÑOR, ABRAME LA PUERTA DE INMEDIATO!!!!!!!!!
Nada que hacer. Le tuve que abrir la puerta con los pantalones a la rodilla, subiéndome los calzoncillos, mientras trataba de ocultar el testimonio (o sea la bolsa con caca).
Como la vida no es ni como las teleseries ni como las películas, el Inspector Zúñiga cachó todo el mote al toque, logró encontrar la bolsa y la subida y bajada no se dejó esperar.
Como no quiero autohumillarme, no voy a repetir el sermón ni el rosario que me profirió dicho caballero. Solamente diré que, luego de hacerme ir a botar la bolsa al contenedor de la basura, me interrogó como el más cabrón de los ratis, con lo que me terminé de cagar y confesé que en realidad había hecho lo mismo el día anterior y que había lanzado la bolsa en una quebrada de por ahí.
Cual operativo policial de reconstitución de escena, el inspector me llevó a la mala a buscar la bolsa para tirarla al contenedor de basura casi que de la oreja el culiao. El problema es que había pasado tanto rato que los demás weones ya habían terminado de desayunar y estaban dando vueltas por el complejo vacacional. Lo que sigue es más que evidente: yo recorriendo la quebrada, humillado y avergonzado, con el culo mal limpiado, sin haberme lavado niuna presa y sin siquiera haber desayunado (a esa altura ya había cooperado con el desayuno y tenía que esperar hasta llegar a Santiago para comer alguna wea), con el inspector detrás de mí, preguntándome cada 5 minutos “¿veis tu bolsa con caca?”, y mis 90 y tantos compañeros mirando atrás ultra cagados de la risa.
Finalmente logré encontrar la bolsa, y la tomé para tirarla a la basura, y toda esta lección de moral, higiene y costumbres sanitarias y fisiológicas culminó con un “ahí es donde se caga” por parte del Sr. Zúñiga cuando pasamos por fuera de los baños comunes.
¿Y el bullying posterior respectivo?, se preguntarán ustedes… no señores, no hubo tal, ya que cuando el funcionario escolar me dirigió esa última reprimenda, no me quedé callado. Había sido más humillación de la que creí merecer, así que en un acto de valentía y heroísmo que ninguno de mis compañeros había intentado antes, le contesté y lo desafié: “no se puede usar, es asqueroso, prefiero volver a cagar 100 veces mas en una bolsa antes que entrar a usar uno de esos wáteres de mierda!!!!”.
Los ojos del férreo inspector se encendieron ante la insolencia del alumno. Se venía una pará de carros colosal. En ese momento temí, y pensé que había terminado de venderla, pero inmediatamente caché que era matar o morir: “pase pues, pase usted y vea estos baños que tuvimos que usar”. El Sr. Zúñiga no parecía dispuesto a seguir órdenes de un pendejo culiado como yo, mas en ese momento todos mis compañeros que estaban sapeando la escena se cuadraron conmigo. “Oiga sipo profe, vea como están las cagas de baño”, “no se pueden ni usar”, “son como el pico, están todos cochinos”, “como nos traen a estas cagas de cabañas”, “las teleseries del 13 valen callampa”, y un sinnúmero de quejas ante las cuales el funcionario colegial no quedó indiferente. No le quedó más remedio que entrar, topándose con un escenario digno de baño de estadio boliviano sin agua hace 3 meses.
Su derrota era inminente. Había sido una suerte de rebelión mierdera estudiantil. El Inspector Zúñiga masculló la rabia, nos dijo algo como “ustedes vayan a sus cabañas a preparar sus bolsos para irnos” y se fue.
Esta vez fue el alumno el que derrotó al maldito inspector. Y como un ícono de la victoria, tomé mi bolsita de mierda que no alcancé a botar, y la fui a lanzar nuevamente a la quebrada
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abange · 2 years
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Advertencia de contenido: diferencia de edades, incesto (primo), mentiras, coerción, drogas, abuso.
Tu, mi primo mayor, te quedas en mi hogar mientras buscas trabajo en la ciudad. Yo estoy encantade con la idea. Siempre he buscado tu atención, sobre todo porque eres bien cool y también porque la familia usualmente me ignora.
Así que, contigo por aquí estoy emocionado. Siempre busco ocasiones para platicar contigo. Contigo aprendo de música y películas que otras personas de mi edad no conocen y eso me hace sentir especial
Una noche en la que estamos solos sacas un porro, me guiñas el ojo y haces señas al cuarto en el que te estás quedando. Y pues obviamente te sigo, suena súper chido. Nos sentamos en tu cama. Nunca he fumado antes y casi casi que a las cuatro inhalaciones mi mundo comienza a girar. Me río como loco porque todo me pesa. Intento mover mi mano y pasan tres horas en lo que se mueve, pero dices que sólo pasaron tres segundos.
Me preguntas si he tenido novie y te digo la verdad, que no, nunca. Me preguntas si he besado a alguien y me sonrojo. No.
Me dices que me vas a enseñar a besar, que ya estoy bastante grandecite para no haber besado nunca a nadie. Me da mucha pena el asunto e intento esconderme detrás de mis manos, pero las quitas del camino, tomas mi rostro con tus manos y me besas.
Me espanto, pero cuando me intento hacer hacia atrás, con tus manos en mi cuello me mantienes en mi lugar y me sigues besando.
Y tus manos comienzan a acariciar mi cuerpo.
Yo intento detenerlas, pero mis manos son como hojitas de tule: suaves y fáciles de quitar del camino
Besas mi cuello.
Siento tus manos en mis costados, en mis muslos y en mi cadera. Empujas mis hombros hacia atrás y mi espalda cae en el colchón.
Comienzas a quitarme los pantalones. Yo te pido que esperes. Intento tomar tus manos.
Primero bajas mi pantalón y ropa interior. Me quitas los tenis, los calcetines, al final terminan de salir el pantalón y mis calzones. Entre que me quitas prendas, me volteas, yo quedo boca abajo con el rostro rodeado de tu aroma impregnado en tus cobijas.
Siento la manera en la que abres mis piernas temblorosas. No estoy segure de qué pasa, caricias en mi culo, algo húmedo y pequeño como un dedo. Intento alejarme, mi cuerpo no me sirve, algo pequeño y mojado acaricia mi ano y lo moja más y más. Me sostienes y algo comienza a abrirme, a tocar mis adentros. Te digo que duele, que pares por favor, qué haces, no quiero estar aquí, déjame ir. Pero lo único que cambia es que siento cómo vas estirando mi culo más, pero ya no siento que se pueda, ¡me duele!
Los fluidos que salen de mi coño van bajando lentamente hasta mi culo y los aprovechas como lubricante.
Sacas tus dedos y pones la punta de tu verga en la entrada de mi coño.
Me dices que no me preocupe. Que es mejor así. Así, realmente no pierdo mi virginidad y no hay que usar protección. Me dices que mientras no penetres mi coño, todo está bien.
Metes tu verga lentamente. La lubricación no es suficiente. El dolor es apenas soportable pero me tapas la boca para que nadie escuche mis gritos. Yo siento que ya lo metiste todo, que ya no me puede entrar más pero vas empujando tus caderas hacia adelante, sigue entrando más y más, hasta que nuestros cuerpos están piel con piel.
Me embistes y tus testículos pegan en mi coño con cada estocada. Yo me pierdo en las sensaciones que duran días enteros en mi estado alterado. Me jalas del cabello, levantándome la cabeza y forzando que mi espalda se arqueé. Me dices que empiece a llevar lubricante a todos lados si quiero que no duela tanto. Porque vas a cogerme cuando se te de la gana, donde se te de la gana.
No sé cuánto dura el abuso a mi culo. Un año, un siglo quizá. Siento cómo te vienes dentro de mi culo. Y durante horas y horas puedo sentir tu semen salir de mí, escurrir entre mis piernas, manchar mi ropa por dentro.
Es la primera vez de muchas.
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withoneheadlight · 2 years
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lipstick (stain) | español | parte 2/? | parte 1 |
~
“Como lo sigas mirando así, vas a quemarlo antes tú que el sol. Y mira que ya lo tiene casi al punto”
Robin se retira hacia atrás los auriculares. Frunce la boca en ese gesto que hace que cualquier frase termine siempre en dingus. Pelo mojado y bikini negro y los ojos escondidos detrás de las Ray-Ban que acaba de robarle. Y su error, piensa Steve, es que se rodea siempre de gente demasiado lista, y demasiado observadora y―
Muy, muy meticona.
“¿Y a ti que te importa?”
Las gafas son oscuras, reflejan el sol de Junio, y Steve no puede, estrictamente hablando, ver cómo pone los ojos en blanco pero, lo siente.
“Me importa si sin querer fundes también a Heather Holloway”
“Uhm, ya”
A Steve le cae bien Heather. Muy bien. Tiene un gran recuerdo de cuando se enrollaron en octavo.
Ahora mismo no le importaría fundirla.
Porque Steve lleva tres días sin verle. Tres días con sus tres noches y con ese vacío que le deja el estómago frío y crudo y seco de no ser capaz de dejar de pensar en el quien. En el cuándo. En el cómo. De ese beso.
(Por detrás. Caderas pegadas al culo y por detrás. Como Billy se lo hace a él. Como Steve ha gemido tantas veces, mordido tantas veces, en ese mismo punto, dejando una marca parecida en la piel de su antebrazo.
Solo que dientes excepto―
Labios)
Y Billy está hablando con Heather, que tiene los suyos en forma de corazón y que, cuando se los pinta, deben dejar una marca roja y preciosa y perfecta. Y no ha mirado a Steve ni una sola vez. Y se apoya contra la silla de vigilancia de la piscina y también un poco hacia Heather. Le enseña esa sonrisa que despliega poco a poco los labios. Esa que hace que Steve quiera acercarse. Y lanzarle al agua por imbécil. Y sacarle luego a tirones. Y besarle y―
Se levanta.
“Eh!” le grita Robin, los oídos ensordecidos de música “¿a dónde vas?”
“Al baño” bufa Steve. Se inclina para retirarle un auricular y susurrar “Para no fundírtela”
Robin le empuja un poco. Las gafas se le escurren por la nariz, y le lanza una mirada preocupada por encima del puente.
“Prefieres― salir fuera? Echar un cigarro o―”
Steve niega despacio. Se aleja un poco de espaldas “Estoy bien, Buckley” miente y espera que la música ensordezca la manera en que se le seca la voz también “Ahora vengo”
Y se la vuelta antes de ser el quien se funda de tanto mirarles.
.x
Hey, dice Billy. Única y exclusivamente eso, “Hey”
Y en la eternidad que sigue están solo ellos dos y el calor contenido entre los azulejos de las duchas y la pregunta de si es eso o la cercanía de Billy, lo que hace que el aire sea casi irrespirable. O si es tal vez la manera en la que, cuando Steve contesta con otro,
“Hey”
Igual de diminuto. Exactamente igual de ahogado. Billy cruza los brazos por encima del pecho, manos apretadas bajo las axilas. Se cuadra, los bíceps sobresaliendo y líneas duras y curvas pero. Lo que parece es pequeño, así. Pequeño y perdido y frágil, donde siempre, siempre le ha parecido a Steve tan inmenso.
Y es toda una eternidad, la que pasa de puntillas frente la claridad empañada del sol que se refleja en los espejos, la que trata de recuperar el aire a duras penas y a bocanadas, mientras la humedad viscosa de las duchas sea arremolina en nubes que acarician el techo. Hasta que Billy apoya el hombro contra la pared. Le corta el paso sin cortárselo. Esa barrera infranqueable hecha de su mera presencia.
Y de esa forma en que siempre mira a Steve.
“Eh. Cara bonita. El otro día―” empieza. Se para. Tiene esos los labios tan rojos que parecen siempre manchados. De besos. De pintalabios. Del corazón de otros. Y Steve se está portando como un crío. Se lo está imaginando todo. Porque nunca― “Pasó―, pasa algo?”
“No” Niega con la cabeza. Deja de mirarle a los labios “Nada de nada”
Porque nunca. Nunca lo han hablado, en realidad. Porque Billy le besa como una caricia y le llama cariño y siempre le pregunta ‘¿Nos vemos mañana?’  y porque Billy le mira de esa forma, como si quisiera. Esto. A Steve. Más y más y más. Como si de verdad estuvieran―
Juntos. Juntosjuntos. Pero―
En realidad, nunca han sido más que dedos nerviosos y manos buscando dentro del calor del pantalón. Encontrando. Y la polla de Billy entre sus dedos y la polla de Billy latiendo en su boca y nunca. Nunca. En siete meses. Ni Billy se lo ha dicho a Steve. Ni Steve se lo ha dicho a Billy. Así que Steve se está portando como un puto crío porque Billy no le debe nada.  No han hablado de nada.
Y Steve. Steve no tiene derecho.
“Ah” Billy respira hondo, hondo, hondo. Y parece que, al menos para uno de los dos, el aire vuelve a ser respirable “Pensaba que―”
“¿Qué?”
Billy suelta una risa, sacude la cabeza como quien se sacude de encima una tontería, una idea absurda.
“Nada”
Nada.
Steve no tiene derecho a pedirle que no bese a nadie más porque no son nada.
Excepto que. A veces. Resulta imposible no pensar que si por―
La manera en que Billy baja la voz. Baja los ojos a sus labios.
La manera en que Billy dice Ok, dice Muy bien, y le empuja suave. Con cuidado. Despacio. Dentro de una de las duchas. Cierra fuerte la cortina. Le aprieta contra las gotas de condensación que lloran sobre el azulejo, lágrimas contra su espalda. Los labios de Billy pegados a sus labios y el corazón de Steve temblando, temblando, temblando cuando dice,
“Porque llevo tres días sin besarte”
Y lo dice esa manera y―
Es Steve quien le atrapa la boca. Quien le besa largo, y profundo. Quien le lame los labios. Tres días de vacío y de no dejar de pensar en Billy y en ni yo a ti. Ni yo a ti. No quiero parar nunca de besarte.
Empuja la goma del bañador hasta que se le cae alrededor de los tobillos. Saca los pies a tirones. Enreda una pierna entorno a la cadera de Billy y jadea, cuando la mano de Billy se desliza por su muslo, le agarra firme. Le toca de esa forma que parte a Steve en dos, como si nunca quisiera nada tanto como quiere tocarle.
A pesar de que tal vez sí. Tal vez toca a alguien más. Como toca a Steve. Tal vez sí que se acuerda. De a quién pertenecen esos labios.
Busca a tientas el mando de la ducha. Golpea. Abre.
Frío. Templado. Calor. Billy gruñe un “¿Qué―?”  ríe suave, y bonito, y esconde la cabeza en su cuello cuando el agua les cae encima, dejándolos empapados. “―Pero que haces?” y sigue riendo, caliente, perfecto contra su cuello.
Imposible de resistir.
Steve le busca con los labios y le besa lento. Le besa con toda la boca, con la manera en que se mueven sus cuerpos. Se deja besar. Billy gimiendo cuando Steve le baja los pantalones a él también. Cuando se rozan. Resbalan juntos. Sudor y calor y esa humedad dulce que les llora entre las pollas. Billy buscando con los dedos hasta frotar solo un poco, solo lo justo, acariciándole la entrada del culo para que Steve no pueda pensar en nada que no sea dejar que Billy le abra con la lengua, metérselo dentro hasta no ser capaz de notar nada más que la forma en que le está llenando.
Se lo dice al oído. Hace que Billy se frote obsceno y lento, que gima alto.
“Shhh” le dice “Shhh” Piensa Está bien. Piensa No pasa Nada. Piensa Te basta con esto, Steve. Te basta. Pero― Sabe que no es verdad. Le besa suave en la caracola de la oreja. Le agarra fuerte del pelo. “Más bajo. Más bajo, cariño. No quiero que nadie más te escuche cuando te haga gritar mi nombre”
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ra-sher · 2 months
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𝐀𝐌𝐀𝐏𝐎𝐋𝐀𝐒
⋆ㅤㅤㅤㅤ 
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ〓 𝐀𝐌𝐀𝐏𝐎𝐋𝐀𝐒 ✕
         ── ❛ ᴛʜɪs ɪs ᴀ 𝒘𝒓𝒊𝒕𝒕𝒆𝒏.
         #Okami
ㅤㅤㅤㅤ 
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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤNo importa cuánto tiempo hace que conoce a Asher, siente que nunca comprenderá la complejidad de su mente. Como si el Universo se burlara de él, por presentarle a la persona más perfecta de todas, pero a la vez tan desconocida...por un lado, agradece porque deseo de guardar vida personal para sí mismos es totalmente correspondido. Por otro lado, desearía poder entender completamente al otro, solo para que Asher no necesite sentir que debe guardarse tanto para sí mismo, o porque le gustaría un poco, solo un poco conocerlo o más.
Solo hay instancias fugaces en las que Asher se deja ayudar por otros, para llegar incluso si es algo que parece ser insignificante. Él logra logros en las pequeñas cosas cuando el moreno le pide ayuda.
Como, digamos, dejar que entrara a su casa empapado por el aguacero afuera porque el apartamento del mayor.
— Te he hablado de llevar un paraguas — es todo lo que el rubio puede decir con un suspiro, girando un poco la cabeza cuando Asher sacude su cabello como un perro y el exceso de agua salpica su mejilla.
— Ciertamente, lo has hecho — Asher está de acuerdo con una sonrisa alegre. Se quita el abrigo de los hombros, lo deja caer al suelo con un chapoteo húmedo y se quita los zapatos — Pero al mismo tiempo, si hubiera hecho eso, entonces no habría podido ver tu hermoso rostro esta noche, Raiden.
— Podrías visitarlo normalmente, ¿sabes? — sugiere él, aunque puede decir que seguramente cae en oídos sordos cuando el más joven se dirige a su casa con un salto infantil en su paso, con la ropa pegada a su cuerpo a medida que avanza.
Sabiendo que su nuevo invitado no tiene intención de escucharlo, decide acceder en su lugar. Simplemente, agarra el abrigo mojado que está en el suelo y lo cuelga junto al suyo antes de dirigirse al armario de su habitación, en busca de ropa de repuesto. Esta no es la primera vez que le da algo de su propia ropa para que la use por el momento, y tampoco espera que sea la última. Su ropa ciertamente no le queda del todo, por diferencias de complexiones de por sí obvias, pero tendrá que asegurarse de que el moreno no termine con fiebre.
Saca un suéter color crema de una percha y unos pantalones de chándal negros. Ya puede decir qué tan grandes van a ser, pero no le presta atención antes de arrojarlos sobre un hombro y darse la vuelta para regresar a donde debería estar su compañía, en su sala de estar, pero hace una pausa por un momento. Después de darse la vuelta, notó que Asher lo había seguido en algún momento y ahora estaba frente a su escritorio estudiando un jarrón de flores. Son de color rojo brillante con un centro amarillo, aunque el hombre nunca se molestó en preguntar de qué tipo eran al aceptarlos, ahora que lo está pensando.
El hecho de que Asher pueda atraparlo, con la guardia baja, es a la vez admirable y aterrador, pero lo deja pasar a favor de la curiosidad que sube por su garganta, inclinando el cuerpo un poco hacia un lado en un intento de ver qué fue tan interesante
— ¿Qué estás mirando?
— Estas flores son bonitas — responde el menor, pero no se vuelve a mirarlo mientras habla —¿Quién te las dio?
— El vecino de al lado — responde honestamente, levantando una ceja — El mismo que te comenté que ha estado en reparaciones. Me las dio como disculpas por el ruido, así que compré un jarrón para guardarlas.
El moreno tararea, pero no dice nada más. Eso en sí mismo es suficiente para convencer al rubio de que tiene algo en mente, pero es lo suficientemente inteligente como para saber que Asher solo dirá lo que quiera cuando se sienta inclinado a hacerlo. Se encoge de hombros, acercándose justo cuando el más pequeño se vuelve hacia él, mientras se apoya contra el escritorio y se encuentra cara a cara con la ropa que le ofrece.
— Puedes usar esto por ahora mientras tu ropa se seca — él dice, aunque es completamente obvio sin que se digan las palabras.
Asher tararea de nuevo, estudiando la ropa por un momento antes de inclinar la cabeza hacia atrás con un suspiro demasiado exagerado.
— Me he agotado caminando todo el camino hasta aquí, Raiden — y luego, ofrece un brazo, con la muñeca floja —¿Puedes hacerlo por mí en su lugar?
Puede escuchar la voz de Hiro en su cabeza, regañándolo por ceder a las demandas de Asher y darle al moreno más razones para actuar malcriado, pero guardará ese eventual regaño. En cambio, niega un poco con la cabeza, se estira para desabotonar la chaqueta de Asher y la deja a un lado. El joven parece que está más que feliz de aceptarlo, deslizándose fuera de las mangas para ayudar antes de ver al mayor continuar con su camisa blanca. Los vendajes que cubren el torso, el cuello y los brazos de Asher están sueltos y se caen mientras él le quita la camisa mojada.
No es la primera vez que lo ve, y tampoco será la primera en preguntar.
— Eres extrañamente complaciente mientras haces esto, Raiden — Asher comenta mientras avanza, levantando los brazos para que pueda sacarse el suéter por la cabeza.
— Soy bueno con los niños — responde, haciendo que el otro se ría.
— No soy un niño, ¡qué grosero!
— Pero eres infantil.
— Hmm... — su invitado esboza una sonrisa descarada, medio oculta por el cuello del suéter mientras se lo acerca a la cara.
La forma en que su cabello cae sobre su rostro parece complementar el brillo en sus ojos es demasiado, y tiene que obligarse a apartar la mirada para no ser tragado por completo. Asher lograba estar 4 pasos por delante de él sin darse cuenta, y su habilidad es más o menos inútil frente a un hombre así.
Dicho hombre encuentra afectuosa su repentina reserva, riendo por lo bajo mientras presiona sus manos sobre el escritorio detrás de él antes de levantarse para sentarse en el borde. Sus piernas cuelgan aproximadamente una pulgada del suelo, y las deja balancearse perezosamente por un momento antes de usar una para envolver detrás de una de las rodillas del rubio para acercarlo más.
— ¿Qué sigue?
El mayor duda, intentando leer esa sonrisa tímida /Y falla al hacerlo/
—... ¿Qué llevas puesto? — una acusación puede ser, la forma en que Asher sonríe un poco más, insinúa que no está demasiado equivocado.
— Nada. ¿Por qué preguntas?
Él solo responde con un suspiro, sin sorprenderse por la respuesta mientras sus manos bajan a los pantalones del otro para desabrocharlos. No pasa mucho tiempo después de que se detiene, dándose cuenta de que su pulgar no roza la tela esperada y, en cambio, sí la piel desnuda que está fría al tacto por la lluvia.
Tal como dijo Asher, literalmente no lleva nada debajo. No se avergüenza, al menos no, no todavía. En cambio, le ofrece al moreno una mirada.
— ¿Eso no te molesta?
— Sentí que haría las cosas más fáciles de entender.
En este punto, el pie de Asher se frota repetidamente contra la parte posterior de la rodilla ajena en broma. Se inclina un poco hacia adelante, con los hombros encorvados, mientras sus ojos no gritan absolutamente nada inocente.
— Estás tan preocupado de que me resfríe, Rai… ¿por qué no haces algo para que entre en calor?
Es entonces cuando reacciona: hay un ligero rubor en sus mejillas, desviando la mirada ante la insinuación. No lo piensa mucho antes de ceder, expectante, a la idea de Asher, inclinándose hacia adelante para reclamar sus labios en un beso.
No importa cuántas veces se hayan besado, siempre lo trata como si fuera un cristal frágil o un tesoro insustituible. Sabe qué el moreno no es ninguno de los dos, porque sabe cuán obstinada es la personalidad del chico, pero siempre ha tratado de ir despacio, sin presión, buscando el momento indicado, y la seguridad en Asher. Tan inteligente como es, nunca entenderá por qué ve la necesidad de tener tanto cuidado, no cuando la idea de espantarlo de su vida se le hace tan agria que no lo puede soportar, pero de todos modos es refrescante sentir su cálida mejilla bajo su mano, y besarlo lleno de significado y enviar un calor corriendo por su pecho.
No puede ponerle un nombre. Lo busca en lo que manos tiran de los pantalones del chico, y mismo patea hasta despojarse de ellos por completo.
Todo lo que sabe es que solo lo excita y lo vuelve vertiginoso, riéndose casi inocentemente cuando mueve labios para besar la mandíbula ajena, bajando lentamente hasta que está de rodillas Asher.
Esparce besos ligeros como una pluma, casi burlones en la cara interna de sus muslos, elevando sus ojos de vez en cuando solo para apreciar lo que es una hermosa cara sonrojada, y un repentino ataque de vergüenza.
El más joven traga, agarrando con los dedos el borde del escritorio mientras observa al rubio cada vez más cerca, pero él se detiene en seco para encontrarse con la mirada de Asher una vez más.
— Raiden...
— Lo sé.
Cualquier arrogancia de los momentos anteriores fue efectivamente eliminada, reemplazada con impaciencia y una sensación de vulnerabilidad en la que el joven nunca ha descubierto cómo situarse. Todo lo que sabe, desaparece cuando se derrite en la atención de Asher, cuando el fuego trepa por su rostro, y arde en su interior.
Tal como lo hace momentos después cuando siente el calor dela excitación de su amante en su boca, haciéndolo gemir audiblemente. Una de sus manos descansa en la parte externa de su muslo, guiando la pierna de Asher para que cuelgue sobre su hombro. No se resiste, solo usa posición para clavar su talón en la espalda del otro, en un intento de acercarlo más.
Al mayor no le importa y siempre ha cumplido con su egoísmo; en todo caso, es perfecto. Se desliza más cerca, tomando más de Asher en su boca, y mueve la cabeza con cuidado. Una mano se envuelve alrededor de la base, acariciándola cada vez que tira hacia arriba, a veces arrastrando una uña contra la piel sensible.
Instintivamente, dedos se entierran en su cabello. Él sabe que es completamente un reflejo egoísta, ya que Asher se relaja poco después y se estremece visiblemente, retorciéndose mientras se sienta y separa aún más las piernas.
— Por favor... sigue.
Levanta la mirada y observa el rubor del rostro de Asher y el cabello que se le pega a la frente. Ya sea por la lluvia o el sudor, no está seguro, pero cree que el moreno se ve hermoso, incluso en una situación tan lasciva como esta. Lo hace tararear contra su miembro, disfrutando de cómo el otro gime y agarra sus hebras.
Hace tiempo que la mano libre de su visitante se llevó a la boca en un mal intento de contener los ruidos, dejando que se escapen a través de los dedos temblorosos y la forma en que sus piernas se movían cuando él tomaba con más fuerza su muslo. Su excusa funcionó muy bien, piensa, porque quiere quitarse la camisa por completo con el calor que parece haberse extendido por su cuerpo y se arremolina en la boca del estómago.
Asher lanza una mirada a su lado donde estaba el jarrón de flores, dudando por un momento cuando el calor de la boca del rubio a su alrededor deja sus pensamientos tan confusos. Una mano temblorosa arranca una de las flores de color rojo brillante, rompiendo el tallo antes de meterlo en el cabello de Raiden. No se da cuenta, no cuando Asher está tirando de su melena en el mismo momento, comenzando a empujar ligeramente hacia su boca desesperado por liberarse.
— Vamos, vamos...
Lo sabe, se da cuenta, pero le encanta tomarse su tiempo para disfrutar cada segundo de Asher. La mano en el muslo del más joven va a su cintura, presionándolo firmemente contra el escritorio, una orden silenciosa para que se quede quieto.
Hace que Asher gimotee, pero tampoco lucha contra eso. Su pecho se agita, los dientes se clavan en su labio inferior, las piernas se sienten temblorosas y sudorosas. Deja caer la cabeza hacia adelante, pasando la mano con más suavidad por el cabello pálido, y en él y en él todavía está la flor, que aún no se ha caído gracias a la firmeza de los movimientos del mayor.
Los pensamientos se vuelven más confusos, y un hombre que todos ven como un ejecutivo inquebrantable de la Yakuza, es un verdadero desastre bajo las manos de joven sin nombre, cuyo apodo murmura una y otra vez como un mantra; una súplica desesperada.
Es el nombre de Raiden el que sale de los labios de Asher, subiendo una octava cuando entra en la boca del otro, dando un grito ahogado cuando siente que la boca del rubio se aprieta alrededor de su miembro por un momento para tragar lo que hay en su garganta.
Se aleja lentamente, lamiendo sus labios lentamente antes de ponerse de pie, y el moreno no duda en envolver sus brazos alrededor de su cintura para acercarlo más, hasta que se inclina hacia adelante para presionar sus manos sobre el escritorio.
Asher es precioso con esa sonrisa contenta en su rostro, las mejillas sonrojadas y el cabello arruinado. Una mano se levanta para colocar un poco del cabello del contrario detrás de su oreja, antes de ajustar la flor que está allí, y finalmente él nota su presencia lo suficiente como para dirigirse a ella.
— ¿Esto es... de mi jarrón?
— Mmm, ¿Sabías que estas flores se llaman 'amapolas rojas'?
Niega con la cabeza, una respuesta que le sorprende.
Asher mantiene su sonrisa a pesar de todo, casi riéndose.
— Sé un par de cosas sobre el lenguaje de las flores, ¿sabías que pueden significar pasión o recuerdo? — se inclina más cerca, las palabras, un ronroneo contenido ahora — Espero que recuerdes este momento, en ese caso.
— Y pensaste que el mejor momento para decírmelo fue después de que te tuve en mi boca.
— Tal vez — suelta una risa.
El asesino se burla, sacudiendo un poco la cabeza de una manera que solo grita '¿Qué voy a hacer contigo?'.
— Hoy no has ganado, Rai. Creo que ya estamos en ventaja — el joven levanta una mano para deslizar una salpicadura de blanco en la comisura de la boca de dicho hombre, lamiéndola con una sonrisa juguetona — ¿Está bien si me quedo a pasar la noche? Estoy terriblemente contento donde estoy, ya ves.
Y él tararea, apartando el flequillo mojado para presionar un beso en la frente de Asher.
— Claro que sí. Y todas las que quieras....
No esperaba menos de él, al final, pero así es como lo prefiere de todos modos.
La próxima vez, tal vez el otro encontraría un mejor lugar para enseñarle sobre el lenguaje floral de todas las cosas.
Pero tal como dice Asher, está seguro de que la memoria se mantendrá por esa misma razón.
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magno7 · 2 months
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Ayer en la madrugada ví está película llamada 120 días en Sodoma y resultó ser hasta sierto punto bastante interesante por el el nivel de fetiches sexuales que el ser humano puede experimentar y hacer, la película muestras los fetiches más extremos hasta los más “normales” solo que los muestran de una manera sádica, mujeres desnudas toda la película, sirvientas atendiendo a las personas desnudas y siendo cojidas mientras tanto y un sin fín de cosas mas.
Les doy está información para aclarar y entender el por qué soñe con lo que soñé, valla la redundancia.
Recuerdo que está en la sala de mi casa, por la ventana del lado exterior de el cuarto de mis abuelos, en la casa no estaban ni mi madre ni mi hermano y muchos menos mis abuelos.
Estaba parado viendo hacia una ventana que da hacia el lado exterior de la casa, y se notaba que habían varias personas sobre todo mujeres y estaban desnudas, ahora que lo recuerdo prácticamente era una orgía de mujeres haciendo de todo en la parte de afuera, y yo estaba adentro de la casa y en uno de los sofás, está una mujer, aparentemente joven de pelo largo que lleva su cabello con trenzas, 2 para ser preciso, le caían una de cada lado de sus hombros, la mujer estaba sentada en los reposabrazos del sofá de tal forma que tenía las piernas abiertas, de caderas anchas, y de pechos pequeños, sus pechos fueron algo en lo que me fijé de primeras pero ahun a si, me acerqué a ella, le empecé a besar el cuello y lentamente recorrí su cuello hasta llegar a sus pechos suaves y lindos senos dejando los mojados y lamidos, dirigo mi mirada a sus piernas abiertas y teniendo toda la intención de penetrarla para eso ya la tenía súper dura, pero en eso veo que a un lago había un vato igual desnudo y me desagrado y me aleje de ella, dejándola con el vato ese, y me dirijo hacia el comedor y había otras personas sentadas en la mesa, no ce que están haciendo pero se que estaban ahi y en el piso está otra mujer, no estaba desnuda, al contrario estaba arreglada, tenía como un tipo suéter de color blanco y se veía suave, y una mini falsa tipo piel de color negro piano, de pelo rubio muy sexi la chica, estaba como dije antes como que estaba haciendo twerking en el piso, se le veía un culazo con esa mini falda de cuero negra, está en 4 en el piso, me acerque, firme pero lento, colocándome detrás de ella mientras ella se sigue moviendo, restregando su rico culo en mi pene, cuando mi pene estaba súper erecto, coloco mis manos en sus caderas, para bajarle la falda poco a poco rosando la falda con su culo hasta quedar al descubierto, su vagina súper húmeda por la excitación comienzo a meter mi verga caliente por su húmeda vagina, con cierta fuerza meto y saco mi pene de su vagina, hasta que de repente noto algo que me impide seguir penetrandola, cuando veo su vagina tenía un dildo transparente metido en su vagina y en ves de sacarlo con la mano, meto más mi pena y sale expulsado de su vagina y me la segui cojiendo y para este punto ella ya está totalmente desnuda de pies a cabeza, al final estando a nada de venirme, me dice que me venga en su boca, quiere sentir mi semen en su lengua, se queda de rodillas y chupándome la verga, me vengo en su luengo.
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sspcp · 3 months
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GUIÓN TEATRAL
ÉBANO - Ryszard Kapuściński
Está es una creación propia de un guión teatral de un libro originalmente.
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CRISTALES NEGROS
 Y BIEN NEGROS
ACTO I
Se encuentran en una carretera, en un taxi y van ahí Ryszard y Sebuya el conductor. Es un atardecer hermoso en África, pero va anocheciendo, aunque Sebuya no está bien tiene un rostro de preocupación. Se dirigen hacia el Congo, en ese momento, se encuentran al oeste de Uganda muy cerca del río Nilo.
ESCENA 1
(Van velozmente por una carretera llena de baches)
Ryszard (Pregunta preocupado): ¿Kuna Nini?
Sebuya (lo dice molesto): Hábleme bien
Ryszard: Lo lamento, creí que solo swahili
Sebuya: Eso es una fachada, pero cuando me pongo nervioso hablo otro idioma para distraerme.
Ryszard (Pregunta preocupado): Pero que sucede, dígame
Sebuya (tartamudea): Es que… me-me da mucho miedo, que-que los fre-frenos fallen
Ryszard: No le creo, porque si fuera así, hubieras bajado de 120 kilómetros por hora hace 10 kilómetros.
Sebuya (tartamudea y le regresa ver): Entonces le tengo mie-miedo a los leones
Ryszard: ¿En serio me cree estúpido?
Sebuya (regresa a ver al parabrisas): Tal vez
Ryszard (lo un poco fastidiado): No me responda la pregunta… me refiero a que, vi a un bebé acariciar a un león hace dos barrios atrás.
Sebuya: Pero… ese era el niño, no yo.
Ryszard (alzando la voz): ¡¡¡ QUE NO SOY ESTÚPIDO!!!
Sebuya (tono irónico): ¿Seguro?
Ryszard (lo dice molesto): Si no habla… yo me bajo del auto.
Sebuya: Por mí mejor, con eso puedo volver.
Ryszard: Haber (suspira) ¿qué es lo que lo tiene nervioso?
Sebuya (regresa ver para todos lados): Son… la noche
Ryszard: ¿Quiénes? Usted no está tan negro, es más como color cartón quemado y luego mojado con una libra de tierra negra.
Sebuya: ¿Y usted acaso es más blanco? Está pero que un camarón.
Ryszard: Soy más como termino tres cuartos
Sebuya (dice con misterio): Usted y yo, somos más claros que los salvajes de afuera.
Ryszard: No diga eso, podrían ser su familia.
Sebuya (Enfurecido): ¡No nos parecemos!
Ryszard: ¿Quiénes? ¿Mi familia y yo?
Sebuya (alza la voz): ¡NO! Los de afuera
Ryszard: ¿Su familia?
Sebuya: Los negros color oscuridad de los que temo encontrarlos
Ryszard: Aaaahhh (entiende) Pero… claro que son iguales, es como decir que negro más negro, es igual a negro.
Sebuya (irritado): ¡No somos asiáticos ¡
Ryszard (Sebuya lo interrumpe y calla al terminar de hablar): Eso no importa están conectados, o bueno…casi cerca de su continente así que…
Sebuya (Habla casi gritando para callar a Ryszard): ¡¿Quiere entender que pasa con ellos?¡
Ryszard (confundido): ¿Quiénes?
Sebuya: ¡Aaaahhggg! (Harto) Haber… los hombres de afuera son muy peligrosos. Sus costumbres los han corrompido.
Ryszard: Bueno… pero si son negros, seguro entre ustedes se entienden, ¿no?
Sebuya (Enfurecido): ¡Nyanza!
Ryszard: ¿Qué dijo?
Sebuya: Solo… cierre la boca
Ryszard: ¿Por qué?
Sebuya: Ya estamos cerca el Nilo…
ACTO II
(Llegan a una Hostería durante la noche y salen los dueños mientras que Ryszard estaba dormido)
ESCENA 1
Sebuya (le grita a Ryszard dormido): ¡YA LLEGAMOS!
Ryszard (irritado): ¿AAA que pasoooo! (asustado) ¿Adónde?
Sebuya (satisfecho y feliz por asustarlo): Donde pasaremos la noche pues.
Ryszard: ¿Cómo se llama aquí?
Sebuya: Hostería La Noche
Ryszard (harto): ¿Es un chiste verdad?
Sebuya (burlándose): No, mi amigo camarón ahumado
Ryszard (burlándose arrogante): Bueno mi oscuro amigo
Sebuya (se le borra la sonrisa del rostro): Bájese
Ryszard: (Sale del auto y se dirige con Sebuya y él comienza su soliloquio mirando al público)
              Como ven… estamos en una Hostería llamada La Noche… es algo irónico, pero así pasa en África. Por otro lado, hace unos kilómetros Sebuya estaba asustado ¿no cierto? Era por su familia…creo, bueno no recuerdo muy bien, otros de color negro, pero… ¿cuál es el problema? ¿Acaso ellos son igual de corruptas que Latinoamérica? No sé, (gasp) Me voy, Sebuya me espera.
Sebuya: Te presento a el Señor y Señora Nuru, ellos son los dueños de la Hostería.
Ryszard (le da el mano primero a la mujer y luego el hombre).: Un gusto señor y señora negra
Sebuya (susurra pellizcándole el brazo): ¿Qué dijiste?
Ryszard: ¿Qué? Pero si no nos entienden.
Sra. Nuru: Podemos ser negros, campesinos… pero jamás idiotas
Ryszard: Está bien, lo lamento
Sebuya: Si por favor, mi amigo camarón.
Ryszard: Bueno mi oscuro amigo (Susurra) ¿Dónde dormiremos?
Sr. Nuru (dirigiéndose a los dos): Usted va a dormir en el cuarto que queda en el rincón
Sebuya (le dice a Ryszard): Lo conseguí barato por la noche
Sr. Nuru: El blanco paga y duerme afuera.
Ryszard: ¿Por qué? (Enfadado) Sebuya ¿No has pagado todavía?
Sebuya: Lo conseguí barato, pero no pagué
Ryszard: ¿Y por qué yo?
Sebuya: Me olvide mencionar que aquí los blancos son como esclavos
Ryszard (Molesto y extrañado): ¿Cómo? ¿cómo?
Sebuya: Aquí no tienen derechos, solo son la economía del lugar
Ryszard: ¿Y por qué duermo afuera?
Sebuya: Como dije, solo eres el dinero.
Sra. Nuru: Muévanse (molesto) se está haciendo más oscuro.
Ryszard: ¿Sebuya? Él ya no puede oscurecerse más.
Sr. Nuru (molesto): ¡¿Qué dijo?!
Sebuya: Tranquilo señor.
Ryszard: Si discúlpeme. (dirigiéndose al Sr Nuru) Oye Sebuya si me vas a dejar entrar cuando ya no te pueda ver por lo negro, ¿cierto? (susurra)
Sebuya: No lo sé… déjame pensarlo.
Ryszard (susurra y le ruega): Por favor
ESCENA 2
(Llegan a la puerta del cuarto de la esquina)
Sr. Nuru (Ordenándole a Ryszard): ¡A la bodega!
Ryszard: Sebuyaaa no me dejes (le susurra)
Sebuya: Está bien señores no se preocupen, por más que me haya dicho que en la oscuridad no me ve y demás cosas… él me agrada.
Sra. Nuru (indignada): Que lo llamó ¿¿Cómo?!
Ryszard (susurra asustado y molesto con Sebuya): ¡¿Qué hiciste?!
Sr. Nuru (y se dirige a salir): Voy por la soga
Ryszard: No, no, no, no es necesario (dice asustado) tranquilos ya me encierro.
Sebuya (le susurra al oído a Ryszard): Hice lo que pude mi camarón amigo
Ryszard vocaliza a Sebuya y lo mira fulminante y se va): Maldito
ESCENA 3
(Ryszard está en la bodega dentro y hace un soliloquio y habla con el público)
Ryszard: Bueno, ahora es irónico ser alto y blanco, pero el ser adinerado también es un problema. El problema es de ellos, quien paga ¡SOY YO! Por favor cuando en el mundo se ha visto que usen a la gente como objetos para sacar algo de beneficio de ellos. Ni que fuera el siglo quince… pero que ES ESOO (lo dice asombrado) ¿Son árboles?
 (Mira a la ventana y regresa el público)
Ryszard: ¿Son sombras?
(Mira a la ventana de nuevo y regresa con el público)
Ryszard (alza un poco la voz sorprendida): Son arbustos… moviéndose
Voz fugaz: CIERRA EL HOCICO DÉJAME DORMIR
Ryszard (Se asombra y se asusta para gritar temeroso): Perdón…
(Ryszard regresa a ver a la ventana y comprende de que se tratan los arbustos)
Ryszard: Aaaahhh, son los negros color carbón de los que hablaba Sebuya. Por si ustedes, no lo entienden… espero que si (mira mal al público) esta tribu es llamada los Amba o negros color noche… mucho más fácil… porque para negros se pasan, ustedes deben decirle “Negrito haber sonría”
Para que ahora si comprendan por qué les tienen miedo, primero vamos a imaginar las situaciones mis platudos amigos… supongo que por eso están aquí, creo que estaban con sus parejas y dijeron “¿mi amor comemos o vamos a ver una obra?” y pues tan aquí ¿no?
ACTO III
(Entramos a la imaginación de Ryszard y él siendo narrador)
ESCENA 1
Sebuya: (aparece tumbado al lado de su taxi con sangre y su auto destrozado, y actúa según lo que el narrador diga)
Ryszard: (Narrando peor aparece en escena exponiendo al público) Imaginemos que Sebuya está en su auto y sufre un accidente y muere… fue culpa de sus frenos, pero los blancos diríamos que fue culpa de él por no revisar sus frenos, pero… y si fue… mal de ojo (lo dice misteriosamente)
Sebuya: (Se levanta como si nada hubiera pasado y hace signo de “me pregunto quien fue”)
Ryszard: Pudo ser su vecino, su vendedora de frutas de la esquina, su amante o muchas personas posibles.
Sebuya: ¡Yo no tengo amante, esclavo! (le responde buscándolo sin verlo y gritando molesto)
Ryszard: Perdón mi oscuro amigo… pero a lo que voy es que así es como piensan los Amba. Aunque lo que quiero decir es muy distinto y más profundo. Los brujos… (lo dice misteriosamente)
ESCENA 2
(Se sitúan luces rojas en el escenario)
Witch: (Entra un hombre con la imponencia del mismísimo diablo)
Ryszard (Narra): Miren a este hombre…, es como si fuera un hombre avaro, creído y que las personas le tienen un amor odio, se sienten atraídos hacia él por su aura, sin embargo, … no es lo que es en realidad. (lo dice misteriosamente y detenidamente mientras camina por alrededor del escenario)
(Se crea una sombra detrás de witch y son los cuernos en el fondo de luces rojas)
Ryszard: Es al que lo llaman los británicos… el witch y no me refiero a la serie de Henry Cavill, donde es más blanco que yo, aquí… me refiero al diablo encarnado y capaz de matar a alguien con tan solo en pensar en esa persona, o puede estar a cualquier distancia. Cre-creó…que me está viendo a mí…no…yo me desparezco ya (sale corriendo, pero regresa pronto)
Cierto, me olvide de los sorcerer.
ESCENA 3
(Entra el sorcerer y sale el witch. Luego entra Sebuya y actúa de acuerdo a la narración)
Ryszard: Este es el sorcerer, es un brujo que profesión y se lo conoce por dañar objetivos unipersonales, y no puede hacerlo con solo pensarlo o estar muy lejos del objetivo.
La gran diferencia en estos dos brujos, es… por ejemplo… el witch maldice a Sebuya, esta maldición caerá sobre toda su familia, hará un daño a todo el linaje. (se oscurece y solo se ven la sombra de Sebuya y este se tira al piso) Aunque, el sorcerer, puede generar un daño físico, este no puede hacerte daño más que a ti…o Sebuya en este caso (y regresa ver a Sebuya tirado en el suelo) Pobrecito…
ESCENA 4
(Ryszard ve por la ventana, pero va caminando hacia el fondo de la habitación)
Ryszard: Es por eso que los amba se escabullen en la noche, así los brujos o el brujo-diablo, no los encuentran. Ahora, están llevando a alguien en una camilla, la maldición ya fue concretada. Todo esto…lo aprendí años atrás…
Después de esta visita al Congo, me encontré con el libro del antropólogo E. H Winter, ahí explicaba, todo lo que les acabo de contar, pero decía también… que algún día… nacerá alguien con una fuerza de voluntad capaz de solidificar cristales negros y ver el rostro del brujo. (Lo dice muy misteriosamente)
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cambio-de-vida-abdl · 5 months
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Parte 12
Miguel iba sentado en el asiento de copiloto, con el cinturón ajustado, apenado mientras su mamá lo interrogaba de manera calmada, como la mayoría de las veces no es. -¿Quieres hablar de lo ocurrido?-. Este no respondió, solo se limitó a girar su cuerpo al lado contrario de donde se hallaba su madre, para dar a entender su callada conducta. -¿De verdad te hiciste porque te ganaron las ganas?-. Seguía queriendo su madre captar algún destello de que ocurría en él, sin éxito alguno el resto del camino estuvo inundado de silencio con preguntas retoricas por parte de la madre.
Entraron en la casa y Miguel corrió hasta su cuarto, dejando oír un ruidoso puertazo. -Yo le voy a poner el pañal a tu hermano hoy-. Le dijo al protagonista. Minutos después Romina toca suavemente con sus nudillos la puerta de Miguel solicitando entrar en esta.
Del otro lado, el dueño de aquellas cuatro paredes le otorgó el permiso de ingreso. -Miguel vengo a conversar seriamente-. Mientras le señalaba la mesa de cambio, con ambas manos le bajó sus mojados pantalones, y sus Bóxeres de los cuales debía despedirse, porque no sabría cuando los volvería a usar. Se hallaba este desnudo acostado boca arriba sobre mesa, evitando establecer contacto visual con su madre cuando esta le dice: -Dime la verdad ¿Ya no te aguantaste?-.
Miguel sintiendo una incomodidad única respondió la verdad, asumiendo y creyendo que llegarían consecuencias nefastas. -Fue a propósito-. Romina extrañada y sin perder los cabales preguntó el por qué, de la manera más comprensiva. -Era protesta…-. Dijo guardando silencio por unos minutos para agarrar todo el valor que no había tenido en años. -Porque me gusta usar pañales, y no quiero dejar de usarlos, entonces debía de hacerles creer que tengo una necesidad, o una excusa para poder llevarlos delante de quien sea-.
Romina se quedó viéndolo con los ojos bien abiertos mientras revivía recuerdos reprimidos, que creía sepultados metros bajo tierra. -Te acuerdas del comentario de tu abuelo hoy… pues verás-.
Comenzó a contar Romina como, desde la menarquia le había agradado la sensación de seguridad de llevar compresas para la menstruación en sus bragas, ocurriéndosele la fantasía de que estos podían ser pañales, que le resultaba muy curioso, porque era algo que jamás había experimentado pero que creía que se sentiría parecido, así que cada vez probaba toallas sanitarias más gruesas para que simulasen a ser pañales. Era un día de su penúltimo año de colegio, cuando aquella curiosidad estalló. Regresaba de su práctica de Volley después del colegio caminando, cuando atraviesa una farmacia y los ve en el escaparate. -Luego las alcanzo chicas, mi mama me pidió que le compre una pomada-. Dijo de manera mentirosa.
Entró a la farmacia dejando sonar aquella dorada campanita que anunciaba a un nuevo consumidor, agarró el empaque que estaba en primera línea de venta y se dirigió para pagarlo. Salió la cajera saludándola y reconociéndola. -Pero si tú eres la hija de Gladys y Eusebio, mira que grande estás, ya toda una señorita-. Romina de manera incomoda y sin ser del todo amable, solo se limitó a sonreír mientras esperaba muerta de vergüenza a que le cobraran. -Descuida, si no tienes, otro día me arreglo con tus padres-. Esta reacción provocó que ella sacara de manera casi instantánea la mesada que su padre le solía dar, para que se de ciertos gustos con las amigas. Afuera de la farmacia esta abrió el empaque, tiró el envoltorio y guardó todos los desechables posibles dentro de su mochila, dando la impresión que muchos libros yacían en el interior.
Alcanzó a las amigas diciendo: -Nos vemos otro día, tengo que llevarle a mi madre lo que compré-. Llegó a la casa, cerró la puerta de su cuarto, sacó todos los desechables y los escondió debajo de su pesado colchón ortopédico. Ese día usó su primer pañal, sin atreverse a nada más que estar con ellos un rato. Cada día los usaba un poco, cada vez experimentando más y más en ellos, explorándolos y explorándose. A la mañana de cada día, esta los botaba en el baño de su colegio, donde a salvo, podía deshacerse de la evidencia. Así pasaron algunos meses hasta que solo le quedaba uno restante.
Una tarde de otoño, en el que las calles se pintan de colores cálidos por la caída excesiva de hojas marchitadas, Romina entra a la casa para darse cuenta que sus papás de manera usual se hallaban sentados en la sala. Esta se dispuso a subir a su cuarto cuando su mamá le dice: -Romi, hoy estuve tendiendo tu cama-. Se fue subiendo la tensión de manera paulatina como una escala musical ascendente, hasta llegar a la nota más aguda posible. -¿Y esto?-. Dijo su madre mostrándole el último desechable que le quedaba. -¿Te has estado meando la cama?-.
-No-. Dijo mientras soltaba una risilla nerviosa y se ruborizada.
-¿Entonces por qué los tienes?-.
-Solo quería ver que se sentía llevar unos-. Dijo muy avergonzada. -Y… no están mal-.
Su padre que solo se había limitado a observar mientras fumaba su pipa de media tarde en la sala, lanza una aseveración que no podía desobedecer. -Pero que cosas son esas. Esta rareza hasta hoy dura ¡Se acaba ya!-. Se pone de pie y mira a su mujer, que sostenía los gruesos y blancos desechables en la mano diciendo: -Tu, te deshaces de ellos hoy, si los escondes asegúrate de enterrarlos para que no los encuentre, de preferencia bótalos-.
A lo que también le responde su madre a su progenitor: -Y tu deja de estarla complaciendo dándole dinero, que ya veo en que se lo gasta-. Romina se fue llorando silenciosamente a su habitación, mientras seguía escuchando a su madre regañarla: -Si tan solo le hubiera hecho caso desde el principio a Nela, la de farmacia, ella me dijo lo que compraste, pero yo decidí no creerle sin tener pruebas-. Una vez en su cuarto siguió llorando hasta quedarse dormida porque, aunque recién estaba entrando en ese estilo de vida, sabía que era algo en lo que se quería quedar y disfrutar.
-Por eso apoyo tu decisión de llevarlos, al parecer hemos compartido la misma afición-. Dijo su madre encontrando a un cómplice. Luego explicó como apenas graduada del colegio, se casó con Ramiro, obteniendo su libertad para usarlos cuando este no se hallaba en casa, porque también le ha ocultado dicho gusto de manera exitosa.
-También deberías respetar la decisión de aquellos que no los quieren usar-. Dijo Miguel, la madre con lágrimas en los ojos aceptó, y salió de ahí mientras le iba a avisar a sus otros hijos.
A partir de ese evento, a Miguel se le permitió llevar pañales sin importar el tipo ni el diseño de estos, haciendo realidad su ansiada fantasía de llevar los femeniles desechables. Por el lado de la menor, esta optó por seguir también usándolos, asegurando que ya se había acostumbrado a ellos, aunque no sentía la misma pasión que su hermano.
Ricardo por su parte volvió a usar ropa interior, para darse cuenta que no podía pasar ni una noche sin empapar las sábanas, haciendo que en menos de una semana volviera a la protección de los absorbentes de manera nocturna, y así pasó el resto del verano de aquel drástico cambio de vida, entre cambios de pañal a sus hermanos, y accidentes nocturnos.  
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devilesqueu · 6 months
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Que locura mis sentimientos son una avalancha y ya puedo ver realmente que lo que estoy descuidando más que nada es mi centro. Mi relación con hanya. Mi trabajo. Lo que me da sustento y paz. Esta importante reconectarme. O será fácil. Será igual un trauma igual que fue con Sofía y con lo de María José. Creo que está intenso. Creo que no necesito eso en mi vida y cuando lo inserto no me hace bien. Creo que puedo sentirme más racional y verme más críticamente y sé que a hanya le da vergüenza. La vergüenza es un sentimiento feo. Pero creo que tiene mucha fuerza. A hanya le ayuda su vergüenza a contenerse y ser más fuerte. Le da empuje para ser mejor, más. Creo use yo puedo aprovechar esto que me paso de igual forma que con lo de Luisa y tomar riendas de mis sentimientos. Que oso estar tan viejo y tan mal. Siento que puedo mejorar mis reacciones ante las cosas. Necesito ser más estoico. Más controlado. Tener la cabeza fría. Pero en fin para tener un registro de la noche siento que ayer yo me excedí. Estuve muy emocional en el set de angelica. Lloré un poco (Hanya dice berreando) puede ser que si se vio mal. Estaba emocional pero logré contarme después y pasarla bien. Bailé y me bese con Axel y con Fermi solo medio coquette pero nada más. Luego en un punto si jale a Angelica al cuarto obscuro y nos besamos. Me dio sus pestañas postizas. Le rompí un poco su falda al besarla en el baño. Me dijo que me quede y para irnos juntos a mimir juntxs. Y luego cuando ya éramos pocos pues primero que nada creo que me pasé de cariñoso con Axel. Realmente no me gusta tanto y siento que no debería dejar que eso crezca. Y con angélica pues estaba siendo un denso y le tiré. Agua en la espalda y luego le tiré más agua y para terminarla de hoder cuando ella se enojó por haberle tirado agua. Fui con otro vaso que según tenía agua pero era alchohol y le dije que me lo heche y como no lo hizo yo me lo heche encima y le salpicó en la cara y le ardió los ojo y a mí también y estaba todo mojado y me dijo que le fuera y fue el peor final y le sentí como un tonoto y fui un tonoto y me da mucha vergüenza l o que pasó y me hace sentir como que por fin tiene una razón para no estar conmigo muy clara y la respeto y la puedo dejar ir ahora si. Siento que ya Porfin lo arruine al mostrarle algo bien feo de mi que lo vieron sus amigos y su hermana y que muestra algo muy tóxico y horrible de mi y pues nada me da vergüenza y entiendo a hanya. Entiendo su enojo y su repelencia. Que sienta que yo la pongo en un lugar de no control donde ella está vulnerable a la percepción de las personas a nuestro al rededor y creo que esto solo se suma a mi experiencia y mi reflexión sobre mi. Me he decepcionado antes de mi y muchas veces esa vergüenza profunda a servido para si cambiar mi carácter para hacer un esfuerzo consciente por lograr una mejor postura o comportamiento. Creo que estoy en ese lugar en este momento. Que todo va a pasar y estará bien. Me gusta la actitud de Hanya de no resolver o seguirle picando. De solo descansar un poco bajar la energía y enfocarse. Siento que todo va a estar bien. Siento que vamos a lograr tener un avance. Creo que la vida sigue enseñándote. Si tengo que asumir l o que hice y darle espacio a hanya para estar molesta conmigo. No solo fue una ofensa a Ángel sino también a ella y siento que tener eso en mi mente me parece algo bueno. No importa que yo piense que aveces Hanya tampoco me considera en asuntos como lo de Gucci y Caro. Pero no es el punto ve quien hizo que sino aprender a no faltar el respeto a Hanya desde mi propia convicción porque si, porque es lo que quiero.
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bookishnerdlove · 11 months
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MCPPA 101
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CAPITULO 101 Kanna le abrió la ventana a su pobre Claude. "Señor Claude, entre". "Disculpe." Claude entró en la habitación sin dudarlo. De la cabeza a los pies, no había una sola zona que no estuviera mojada. "Gracias por su arduo trabajo, Sir Claude". "No fue nada." Claude se secó el cabello mojado con la toalla que le dio Kanna. Luego sacudió la cabeza y ronroneó como un cachorro, sacudiéndose la humedad. "Duquesa." "¿Sí?" "La hija del señor". "Sí." “¿Te llamo?” “¿Estás diciendo eso de nuevo?” "Sí. Si te preocupa limpiar después, no es necesario. "Podemos encargarnos de ello sin que nadie lo sepa". ¿Por qué sigue cortándose? Kanna se negó categóricamente. "No. ¿Estás bien?" “Entonces, ¿qué tal si le cortamos esa maldita lengua? "Fue realmente difícil de escuchar". Claude dijo su verdad con una expresión muy tranquila. “¿Cómo te atreves a decirle algo así a la hija del señor de una aldea rural en una isla?” "Ya veo... "Hagámoslo". "Por supuesto. "Si Lord Kallen se entera de esto, no se quedará callado". Esas fueron palabras duras que no iban bien con su rostro juvenil e inocente. Sugirió con una brillante sonrisa. “Entonces, ¿qué tal si le cortamos la lengua a Rachel? "Es una prueba de que soy un buen acompañante". "No bromees". Poco a poco se empezaron a distinguir sus bromas y su seriedad. Quizás esa última afirmación fue una broma. "Lo digo en serio." No. Lo dijiste en serio. "No hay necesidad de eso. "Esa mujer se destruirá a sí misma de todos modos". Hace un rato, Kanna le dio a Rachel su última oportunidad. Una oportunidad para que ella escuche la verdad. Ella lo hizo y se dio la oportunidad de solucionarlo. "No hay necesidad de mostrar tanta amabilidad con la mujer que intentó quemarme colgándome boca abajo de un árbol". Así que ahora se acabó. Dijo que Kanna estaba planeando ejecutar las cosas según lo planeado. "Señor Claude". "¿Sí?" “¿Qué pasó con lo que te pedí que hicieras?” "Por supuesto que se hizo perfectamente". Claude levantó los pulgares triunfalmente. “Como ordenó la Duquesa, hemos entregado comida a los aldeanos que sufren manía. "Él era muy feliz." "¿es tan?" "Sí. Los residentes de la isla Palen eran generalmente pobres. Por lo que escuché, se dice que el señor monopolizó todas las actividades comerciales que podían generar dinero, incluida la pesca y la piscicultura". "Está bien. Gracias. "Gracias por su arduo trabajo". Kanna expresó su sincera gratitud. Claude Azel. Me alegré mucho de haber traído al conductor de escolta que Kallen me regaló. "Kallen Addis, realmente necesito felicitarte por esto". ¿Quién diría que podría ser tan útil? En el pasado, esto habría sido algo que habría tenido que hacer usted mismo. "Sir Claude trabajó duro bajo la lluvia en mi lugar". Entonces alguien llamó a la puerta. Claude habló en voz baja mientras Kanna miraba hacia su puerta. “Yo soy el sumo sacerdote”. Kanna dio una mirada sospechosa. ¿Lo sabes sin siquiera comprobarlo? "Mmm. “¿Puedo pasar un momento, señora?” Afuera se escuchó la tos del sumo sacerdote. Era verdaderamente un sumo sacerdote. "¿Qué? "¿Pusiste un ojo en la puerta?" Mientras Kanna admiraba a Claude, entrecerró juguetonamente uno de sus ojos como si no fuera gran cosa. “¿Pero qué está pasando? "Es demasiado tarde para visitar a su señora". Ante sus quejas, Kanna miró su reloj de bolsillo. Las 10 de la noche. Como él dijo, no era el momento adecuado para que ella visitara el dormitorio del sexo opuesto. Pero Kanna aceptó. "Venga." De repente, como si hubiera estado esperando, se abrió la puerta y entró el sumo sacerdote. "Buenas noches, Duquesa". “Hola, Sumo Sacerdote. “¿Qué haces a estas horas de la noche?” “Vine aquí porque estaba preocupado por mi esposa. "Parece que se va a marear y empezará a llorar". Luego miró a Claude y preguntó cortésmente: “Si te parece bien, ¿podrías dejar de ser escolta? "Tengo algo muy importante que decirle, señora". Probablemente sea similar al de Rachel. "Sir Claude, estoy fuera". Cuando Kanna le guiñó un ojo, Claude salió de la habitación sin decir una palabra. ampliamente. En el momento en que se cerró la puerta, las comisuras de la boca del sumo sacerdote se alzaron. "Así es, el otro tipo está en el camino". El sumo sacerdote se acercó lentamente a Kanna y comenzó a orar. "Me enteré por la señorita Rachel". "¿Estás diciendo que puedo sentir la energía demoníaca?" "Sí, es cierto. "Debes haberte sorprendido mucho al escuchar de repente una historia así". "No." Kanna sonrió cortésmente. "Gracias por tu preocupación, pero estoy bien". “…….” "¿Cualquier otro negocio?" Fue una respuesta que trazó una línea clara. El sumo sacerdote quedó desconcertado por su actitud férrea. No esperaba una respuesta tan fría. '¿Por qué estás tan tranquilo? '¿No es normal tener miedo?' Si hubiera escuchado la advertencia de Rachel, ya debería estar temblando de miedo, ¿verdad? ¿Por qué no? Si algo sale mal, Kanna es colgada boca abajo de un árbol y quemada en la hoguera. Esta no fue una amenaza maliciosa, ni algo que le sucedió a otra persona en un país lejano. En realidad es un evento anual que se lleva a cabo en esta isla. Entonces, no hay manera de que haya alguien que no lo sea. Asustado después de escuchar esta historia. “¿Estás creyendo en tu condición de Duquesa?” La decisión de Raquel fue tomada con la aprobación del sumo sacerdote. De lo contrario, no se habría atrevido a levantar sospechas sobre la Duquesa del Imperio. "Es algo bueno para mí en muchos sentidos". El apellido de soltera de Kanna Valentino antes del matrimonio es Kanna Addis. Si ella fuera la hija de la familia Addis y del Apóstol Negro, entonces el poder de la familia Addis, u Orsini, no sería tan fuerte como lo es ahora. "Si cae, será castigado adecuadamente". Ese gran agarre que la golpeó. Cortaré esa mano blasfema que la golpeó una y otra vez hasta que sus mejillas se hincharon y sus labios estallaron. Por supuesto, ese no fue el único beneficio que obtuvo el sumo sacerdote. Le gustaba su belleza. Mucho. “No hay necesidad de actuar con fuerza delante de mí, Duquesa. "Debes estar muy preocupada en este momento". Cuando su corazón esté débil, podrás consolarla y convencerla de que puedes salvarla con la autoridad de la Suma Sacerdotisa. "Por supuesto que iré". Kanna era la mujer más fascinante y hermosa que jamás había visto. No pudo evitar tocarla. “Soy un sacerdote de tiempo completo que nací y crecí en Daesinjeon. "Él está más cerca de Dios que nadie en este mundo". El sumo sacerdote secretamente extendió su mano y la colocó en el dorso de la mano de Kanna. "Al menos ella tiene más voz que la hija del señor, a quien los aldeanos consideran una santa". En el momento en que su bulto tocó sus dedos, Kanna casi vomitó. Advirtió, reprimiendo su disgusto. "Por favor, retire esta mano, Sumo Sacerdote". "Será mejor que lo pienses detenidamente antes de responder, Duquesa". El sumo sacerdote se rió y apretó con más fuerza la mano de Kanna. Mis palmas estaban resbaladizas por el sudor. "Puedo salvar a la Duquesa de su peligro". Luego se frotó el dorso de la mano con el pulgar, tan grueso como su salchicha. Con sus asquerosas manos. El dorso de su mano. “Así que confía en mí. Soy… … ." En el momento en que su mano toca sutilmente tu cintura. En ese momento, explota. Algo se rompió en mi cabeza. Kanna apartó bruscamente su mano. ¡Guau! El dorso de la mano del sumo sacerdote, que había sido golpeado, se calentó. Miró el dorso de su mano sin comprender, luego lentamente levantó la cabeza y miró a Kanna. De inmediato vio una chispa en sus ojos. “¿Cómo se atreve a poner sus manos sobre el cuerpo del sumo sacerdote, señora?” Sabía que no debería haber golpeado al sumo sacerdote, pero Kanna no se arrepintió ni un poco. Aunque puedo tolerar cucarachas y ciempiés. No soporto esas manos asquerosas. Preferiría morir. "Tú fuiste el sumo sacerdote que tocó mi cuerpo primero". "¿qué?" “Sé que el sentido común y las reglas del Gran Templo de Dios son diferentes a las del Imperio, pero debes cumplir con los estándares morales mínimos. “¿Cómo te atreves a tocar descuidadamente el cuerpo de una mujer casada?” Entonces el sumo sacerdote soltó una risa áspera. “Sentí pena por tu lamentable situación y traté de salvarte. “¡Nunca pensé que este tipo de negligencia volvería a ocurrir!” "¿Salvación?" Fuhep, Kanna dejó escapar una mueca de desprecio. “Si estar físicamente cerca del sumo sacerdote es salvación, prefiero caer en el infierno”. "¡qué!" El rostro del sumo sacerdote se puso rojo. “¿Me estás insultando ahora?” "¡Sumo sacerdote, por favor no me insultes!" Cuando gritó, el sumo sacerdote se estremeció como si estuviera sorprendido. Kanna le lanzó una mirada asesina. “Sumo sacerdote, te atreviste a tocar mi cuerpo. ¿Todos son así en Daesinjeon? "¡Me quejaré oficialmente de esto en el Gran Comedor!" “¡……!” La nariz del sumo sacerdote tembló después de haber sido golpeado verbalmente. '¿Dónde está la chica que grita tan fuerte?' Pensé que estaría inquieto en una crisis, pero en lugar de desanimarse, ¡corría salvajemente como un potro! “Sal de mi habitación ahora mismo. “¡No quiero hablar más contigo, Sumo Sacerdote!” “Voy a protestar por esto. "¡Nunca olvidaré esta humillación!" De repente, el embajador se volvió y salió de su habitación. ¡estallido! La puerta se cerró como si estuviera rota. Kanna se sentó en el borde de su cama. Se sintió como si hubiera pasado una tormenta. ¿Qué diablos es esto? "Maldita sea, no puedo creer que esté peleando con el sumo sacerdote en este momento". Aun así, Rachel está diciendo tonterías sobre los magos y cosas así, y sería difícil para ella meterse en problemas con la suma sacerdotisa en un momento como este. Pero ella ya se ha extraviado. Por supuesto, no tengo ninguna intención de dar marcha atrás. "Señor Claude. De repente. Como si estuviera esperando que la llamaran por su nombre, la ventana se abrió. Claude entró con su habitual cara sonriente. Desgraciadamente, volví a quedar empapado por la lluvia. "Orden, duquesa". Kanna asintió hacia la puerta por la que había salido el embajador con su rostro cansado. "Atrápalo y noquéalo". “¿Le llamo?” "No, solo tomalo". ANTERIOR Read the full article
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lyon-amore · 1 year
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Contigo hasta el fin del mundo Capítulo 7
Capítulo 6
*Angel POV*
Comienzo por marearme nada más ver la sangre de sus caras. Me tambaleo en el sitio, por suerte Jake logra sujetarme a tiempo.
  —Cuidado —me dice con voz tranquila—. No te preocupes, no estamos heridos.   —¡¿Qué no estáis- —inspiro profundamente y pasan dentro del estudio— ¡Jake! ¡Tienes una herida en el labio! ¿Qué ha pasado? ¿Quién es ese niño?    Miro al pequeño que está en los brazos de Jake, abrazándole con fuerza. Me preocupo al ver al niño en ese estado, con unos ojos llenos de terror.   —¿Puedes ir a comprar ropa para Jack? —parpadeo ante la pregunta de Jake— Voy a lavarle la cara y el cabello.   —Tienes suerte que ahora está empezando a amainar la lluvia —le digo, un poco molesta—, pero en cuanto regrese me vas a tener que explicar qué ha sucedido —evito mirarle demasiado.   —Te prometo contarlo —me acaricia la mejilla con cariño, lo que hace que le mire—, por favor, no tardes.   —¿Qué edad tiene? —pregunto para saber qué ropa comprarle.   —Debe de tener como mucho seis años —Jake examina al niño y luego me mira—, no me lo ha dicho y no creo que hable por lo que ha ocurrido, no se le ve demasiado bien.    Suspiro y asiento, yendo a por mí mochila, sacando el dinero que tenía para comprar. Ahora mismo, lo importante es el niño.
Mientras compro la ropa, intento que la imagen de ellos dos con sangre no me afecte demasiado. O al menos lo intento. Cierro los ojos con fuerza, intentando borrar esa imagen de mi mente ¿Qué es lo que ha podido pasar? Intento calmarme, buscando ropa y zapatos cómodos para él.   —¿Pero qué estoy haciendo? —me pregunto a mí misma— No es mi hijo, con algo normal es suficiente —suspiro y compro al final lo primero que encuentro para un niño de su edad.    ¿Eso era lo que estaba haciendo? ¿Cuidar de un niño y meterse en problemas? Espero que tenga una buena explicación. Decido también ir a la farmacia para comprar agua oxigenada y algodón para limpiar el labio de Jake. Me he preocupado al verle herido, espero que no tenga más heridas, no me lo perdonaría si todo hubiera sido por mi culpa.
Regreso al estudio y escucho a Jake hablando con el niño, sentado en la mesa. Tiene ahora la cara limpia y el cabello mojado,   —¿Cómo está? —le pregunto, dejando las bolsas en la mesa.   —Todavía asustado —me contesta mirando las bolsas. Abre la bolsa de la farmacia y me mira— ¿Es para mí?   —¿Acaso pensabas que te dejaría herido? —comienzo a sacar el agua oxigenada y el algodón, para comenzar a curarle— ¿Por qué no vas a vestirte mientras yo le curo? —le digo al niño, haciendo un gesto con la cabeza para que vaya al baño.   —Tiene seis años, ángel —me responde Jake.   —¿Y? Yo con seis años aprendía a entender los archivos de investigación de mi padre.    Suelta una risa, pero luego se queja mientras le curo.   —¿Puedes contarme qué ha sucedido?   —Leonardo me pidió que ayudase a su hermano con un asunto porque el tío al que le compraba la droga se llevó al niño hasta que le devolviera el dinero que le debía.    Miro al pequeño y luego a Jake, sorprendida de lo que acabo de oír ¿Cómo podía existir alguien así?   —Pobre —susurro, tragando saliva con fuerza— ¿Y por qué estás con él teniendo a su hermano? ¿Te ha pedido que lo cuidases?    Jake me aleja del niño para evitar que le oiga.   —Se ha puesto hasta arriba de cocaína tras matar al que se la vendía —murmura, inclinándose un poco hacia mí—, no es buena idea que vuelva con él sabiendo que morirá en poco tiempo.   —Vale, déjame un momento asimilarlo —levanto la mano para detener la conversación.    Miro al niño, pensando en lo que ha tenido que pasar. Me mira con ojos grandes y asustados. De momento no ha sido una molestia, ha sido bastante tranquilo.   —¿Y qué hacemos con él? —pregunto preocupada.   —Se lo llevaremos a Leonardo, él se encargará de él, seguro que encontrará una buena familia para él.    Asiento con una sonrisa pequeña. No sólo es un hacker y un novio estupendo, sino también una gran persona. Le acaricio la cara, poniéndome de puntillas y tirándole un poco hacia mí. Jake se inclina sonriendo, dejando que le dé un beso en la frente.   —Eres un buen hombre Jake —le rodeo con mis brazos en su cuello, aproximándome más a él—, siempre piensas por el bien de los demás.   —¿Acaso dudabas de mí? —me acaricia las mejillas con cuidado.    Miramos luego al pequeño, que aún no ha dicho nada. Debe de estar en shock por lo que ha pasado.   —Será mejor que le cambiemos de ropa, no puede ir con manchas de sangre —me dice Jake y asiento, separándome de él.    Me acerco al niño y empiezo a ponerme nerviosa. No tengo problemas en cuidar un bebé desde que he tenido al bebé de Lian en brazos ¿Pero niños? No soy muy dan bien, es más, no soy lo que se dice maternal. Levanto la mano y la agito, a modo de saludo.   —Hola Jack, mi nombre es Angel —me presento con mi nombre falso, no quiero que sepa mi nombre real—. Vamos a cambiarte de ropa ¿De acuerdo?    Saco la ropa de la bolsa y cuando voy a ayudarle a quitarle el pijama, se aparta.   —No te haré daño —le sonrío con dulzura, para que confíe en mí.   Mira a Jake por encima de mi hombro, como si le estuviera preguntando si soy de fiar.   —Puedes confiar en ella, Jack, es una buena mujer —le miro y veo que me mira orgulloso.    Le sonrío y vuelvo a mirar a Jack, que logro ver que ha dejado de tenerme miedo. Inspiro profundamente, intentando ser lo más amable posible con él.
Me sorprendí al verle tan delgado cuando le iba vistiendo. Era como si no le hubieran cuidado bien. Trato de estar calmada. Sí, los niños no son mi punto fuerte, pero no soporto que se les trate mal. Me pongo a tararear una canción de cuna como cuando mi madre lo hacía conmigo de pequeña, para que Jack no me tenga miedo. Y mejor tararear que cantar ¿No? Tampoco quiero espantarle.   —Vamos a arreglar un poco los puños de las mangas —sus manitas se asoman cuando se lo arreglo, creo que incluso parece más pequeño de lo que parece solo por su estado— ¿Mejor? —veo como asiente y le bajo de la mesa— Ya está listo —noto cómo me coge la mano y comienzo a ponerme nerviosa— ¿Por qué no mejor le coges la mano a Jake?    Me separo de él, empujándole despacio hacia Jake, que me mira divertido.   —¿No te gusta los niños? —me pregunta con una risa pequeña.   —No me llevo demasiado bien con ellos —cojo la mochila y me la coloco a la espalda.    Veo cómo el niño me mira, con lástima. Aparto la mirada, soltando aire cargado. Casi parece ese gato de la película, mirándome con lástima ¿Será natural o lo hace de manera intencionada?   —Pues parece que le has caído bien —Jake me sonríe, mirando al niño después.    Pongo los ojos en blanco y me dirijo a la puerta para abrirla. Veo a Jake cogiendo al pequeño y me derrito. Está bien, está escena me parece adorable, pero eso no quiere decir que cambie de opinión ahora. Bajamos en silencio y le sigo hasta llegar a un coche. Está claro que no lo ha alquilado.   —Por favor, dime qué vas a devolver ese coche —digo nerviosa mientras le veo colocando al niño en el asiento trasero.   —Cuando llevemos a Leonardo el niño, lo devolveré donde estaba, no te preocupes —termina de ponerle el cinturón de seguridad y cierra la puerta, incorporándose para apartarme el cabello de la cara—. Y después, nos preparamos para irnos de aquí.    Asiento feliz de oírle decir eso. Es mejor alejarnos, y más sabiendo que el director del FBI nos está buscando.   —Entonces vámonos ya —llevo mi mano a la suya, una pena que lleve guantes, me gustaría notar ahora el tacto de su piel.    Se ajusta la capucha, bajando un poco la mascarilla para besarme la frente. Suspiro con una sonrisa. Estoy contando las horas para poder irnos de aquí. Me pregunto qué clase de plan tendrá para irnos.
Durante el camino en coche, miro por el retrovisor a Jack. Tiene la cabeza agachada, jugando con las cuerdas de su sudadera a anudarlas y desanudarlas.   —¿Seguro que está bien? —pregunto con duda. Susurrando— No parece muy afectado.   —Quizás ya ha visto demasiadas cosas con el hermano que tenía —contesta mirando rápidamente por el retrovisor, también susurrando—. Necesita un buen entorno, unos padres que le cuiden.   —Aún no puedo creerlo —niego con la cabeza, dolida por el niño. Pero sabiendo que estará en buenas manos, creo que debería preocuparme por Jake ahora— ¿Y tú cómo estás? ¿Te… ¿Te afectó de alguna forma?   —No, estoy perfectamente —me dice y noto por su voz que puede que esté sonriendo—. No tienes por qué preocuparte por mí.   —Me voy a preocupar siempre que se trate de ti, lo quieras o no —llevo mi mano detrás de su cabeza, acariciando sus cabellos—. Y con lo que ha sucedido ¿Quién sabe si alguien pudo haberte visto y acusarte?   —Tuve cuidado, iba cubierto con la capucha y la mascarilla.   —¡Pero y sí-   —Nadie me vio —detiene el coche a un lado, mirándome a los ojos. Me coge la mano, apretando con cariño—. Así que no te preocupes, no pueden separarnos.    Asiento despacio, intentando respirar con calma. Miro el lado positivo, tenemos a Jack como testigo para defenderle.
Si es que llega a hablar.
*Jake POV*
No me esperaba que no le gustase los niños. Por suerte para ella, no estará mucho tiempo con nosotros. Viajar con un niño no sería buena idea. Cuando paramos en algún semáforo, le observo por el retrovisor, comprobando si está bien. Está bastante tranquilo. También la observo a ella, mirando por la ventana del coche. Sé lo mucho que está preocupada, pero no tiene nada que temer.   —Ya falta poco Jack —le digo al pequeño, intentando sonar animado para él—, pronto estarás en un lugar seguro.    No dice nada, como siempre. No sé si es que es mudo o puede que su hermano le haya hecho tener miedo de hablar.
Logro aparcar en el callejón y salimos del coche. Cojo en brazos a Jack y sigo la sigo hasta la tienda. En cuanto Leonardo nos ve, una sonrisa se asoma en su cara.   —Lo rescataste, chaval —dice con orgullo— ¿Y Jonas? ¿Dónde está?    Me mantengo callado, no queriendo decir nada delante del niño.   —Estamos aquí para que cuidéis del niño —contesta ella, apoyándose en el mostrador.    Dejo a Jack sentado en el mostrador y Leonardo le examina.   —Parece estar bien.    Veo cómo Jack empieza a temblar.   —No le trates como si fuera mercancía —le digo molesto.   —Perdón, la costumbre —deja tranquilo al pequeño y nos mira—. Gracias, me encargaré de que le encuentren un hogar —se mete la mano en el bolsillo y saca el pasaporte, dándoselo a ella—. Para la señorita.   —Gracias —lo recoge y sonríe—. Pues nosotros nos vamos ya, adiós.   Nos damos la vuelta y noto cómo me agarran de la manga de la sudadera. No. No es solo a mí, veo que también ha agarrado la suya. Miramos a Jack, que nos mira con pena.   —Oye, pequeño —Angel comienza a hablar con calma, intentando no alterarse— nos tienes que soltar ¿De acuerdo?   —Nosotros nos tenemos que ir —le hablo despacio para que me entienda— y nos iremos muy lejos.    Jack niega con la cabeza y tira de nuevo. Y es cuando nos sorprendemos.   —No —dice con decisión, pero a la vez triste—. No.    Nos miramos y suspiramos a la vez. Me apoyo en el mostrador, mirándole a los ojos.   —Escúchame Jack, tenemos… Un viaje muy largo que hacer y no puedes venir con nosotros.   —Sería peligroso —Angel hace lo mismo y le miss frunciendo el ceño— y no te gustaría estar con personas peligrosas ¿Verdad?   —Sí —asiente y tira de nuevo de las mangas.   —Bueno, no tengo ningún encargo ahora mismo —comienza a decir Leonardo, arqueando las cejas—, le puedo hacer un pasaporte al niño y os lo lle-   —¡No! —exclama Angel y me aleja— Ya es suficiente que esté contigo cuidándote ¡No puedo cuidar de un niño!   —No me estás cuidando —coloca sus dos manos en mi cara, acariciándome con los pulgares—, nos cuidamos ambos ¿Recuerdas?   Abre la boca para decir algo, pero la cierra rápidamente. Sabe que tengo razón. Y tampoco es una competición en quién cuida a quién.   —¿Y qué hacemos con el niño? —pregunta cruzándose de brazos— No podemos llevárnoslo.    Me quedo mirándolo y después a ella. No sé cómo, pero se me ocurre una idea que puede alegrar tanto al niño, como ser de utilidad para ella.   —Vendrá con nosotros —digo finalmente—. No sé fía de nadie más que nosotros.   —No, no, no —niega con la cabeza—. Yo no me llevo bien con los niños.   —Escúchame, te va a servir bien para aparentar ser una inocente madre.    Mira a Jack y veo cómo empieza a morderse la uña del pulgar. Parece más nerviosa que antes.   —Y no tiene a nadie más… Macie —uso su nombre real a modo de convencerla. Se que es un poco hacer trampas, pero es ver a Jack y pensar por lo que ha pasado hace que quiera protegerlo, al igual que cuando Henry fue pequeño, que no tenía a nadie—. Y parece que le caemos bien.    Me mira enfadada, para segundos después, rendirse ante mis palabras.   —Está bien —resopla hablando con dureza—, solo espero que tu plan funcione.   —Será solo para aparentar —le beso la frente y la sonrío— y no estarás sola cuidándolo, yo también ayudaré a cuidarlo.   —Y yo pensando que eras más cuidadoso.    Le guiño el ojo y regresa al mostrador enfadada. La sigo y me apoyo.   —¿Crees que el pasaporte y el carné de identidad podría estar listo para mañana? —le pregunto a Leonardo.   —Estaré toda la noche trabajando en él —d una palmada en el mostrador—, ven pequeño, te vamos a sacar una foto para unos documentos —Lo coge con cuidado y le tira de la manga, parándole— ¿Qué sucede? —Jack nos señala y Leonardo asiente— Ah, ya lo entiendo —nos mira a los dos con una sonrisa— ¿Por qué no entráis para hacerle compañía “papá” y “mamá”?    La escucho hacer un sonido, molesta al escuchar cómo Leonardo la llama y evito reírme, pero lo nota que me ha hecho gracia su reacción por cómo me mira.
Entramos en la trastienda, viendo cómo prepara a Jack para sacarle la foto. Me inclino un poco hacia ella, susurrando.   —¿Vas a contarme por qué no te gusta los niños? —pregunto soltando una pequeña risa.   —Contra pregunta, ¿Por qué a ti se te dan bien? —me pregunta cruzándome de brazos— ¿Algo que deba saber?    Me río sabiendo lo que insinúa. Coloco mi mano en su cintura y la aproximo a mí, volviendo a susurrar.   —¿No era que no te gustaban los niños? ¿De verdad estarías molesta si en realidad tengo un hijo?    Me lanza una mirada molesta, para luego apartarla. Sonrío orgulloso tras la mascarilla. En realidad, yo tampoco sé cómo cuidar un niño, solo ayudé a Henry, se lo presenté a Malcolm y le dejé a su cargo. Yo tan solo lo trataba como un hermano. Y si podemos al menos por un tiempo cuidarlo para que se recupere de todo lo que le ha sucedido, entonces intentaré ser de nuevo el mejor hermano para él. Leonardo termina de sacarle las fotos y baja. Jack de la silla, que corre hacia nosotros. Tira de la sudadera de Angel, y evito reírme de ver cómo le ha cogido cariño a la persona que no le gusta los niños.   —¿Sí? —pregunta ella un poco confusa— ¿Qué pasa?   —Hambre… mami —Jack dice despacio.    Se me escapa una risa y ella me lanza una mirada más molesta.   —No me llames mamá, llámame Angel, ¿De acuerdo? An-gel —le explica ocultando su molestia—. Vale, supongo que mientras tú devuelves el coche, yo puedo llevármelo a comer —me dice cruzándose de brazos.   —¿Crees que podrás? —arqueo una ceja— Creí que no te gustaba los niños.   —Pero tampoco voy a ser cruel con él sabiendo lo que le ha sucedido.    Suspiro y con cuidado bajo mi mascarilla, para plantar un pequeño beso en sus labios.   —Esa es mi chica —digo orgulloso.   —Tonto…    Jack nos mira curioso y luego me señala.   —¿Pa-   —Vámonos ya —Angel le coge la manita, dirigiéndose a la puerta— ¿No era que tenías hambre? Pues vamos a comer.   —Sí —le responde el pequeño con voz feliz.    Veo cómo se marchan, sin apartar la mirada con una sonrisa.   —Es la primera vez que le oigo hablar —escucho de ir a Leonardo, mirando la cámara—, ha tenido suerte con vosotros.    —No estará mucho tiempo con nosotros —digo serio—, tan solo lo necesito para su falsa identidad en nuestro viaje. Después le buscaré un lugar donde se encarguen de él.   —Yo solo sé que cuanto más lejos esté de este lugar, mejor para él —se encoge de hombros y me da una palmada en el hombro— ¿Y quién sabe? Quizás al final acabáis siendo mejores cuidadores que su hermano.    Niego con la cabeza, despidiéndome con la mano.
Me voy al coche y lo pongo en marcha, evitando pensar en que estaremos con Jack con mucho tiempo. Se supone que éramos solo ella y yo, no íbamos a ser tres.   <<No pienses que nos necesita. Está sí que no es vida par un niño. No lo pienses.>>, Es mucho trabajo cuidar a un niño mientras huyes, no es como estar con ella, que lo tiene fácil para buscar información entre la gente ¿De qué nos podría servir Jack salvo ser ayuda para que nadie sepa quién es Angel en realidad? No debo encariñarme con él.
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Capítulo 8
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tastaturean · 1 year
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Los acontecimientos del sábado hacen que baje la guardia, y el domingo por la tarde cometo un error. No es un error muy grave, pero sí algo que podría haber sido dulce, y sin embargo nos agria el día por completo.
Todo empieza en la piscina, donde esa tarde pasamos varias horas en remojo, porque somos conscientes de que el verano tiene los días contados, y hay que aprovechar cualquier coletazo de sol para remojarse a lo grande. Echamos carreras de largos, hacemos peleas de aguadillas, nos escupimos agua (él no quería, oiga, no quería, pero lo convenzo tras un par de ataques a traición) y, en cierto momento, acabo subido a caballito, arengándole como un vaquero para que galope por la zona que menos cubre. Vamos, lo que hace cualquier payaso cuando va a la piscina con sus amigos, como aquella vez que nos bañamos en el mar con sus primos.
Sin embargo, cuando llega la hora de salir, porque empieza a refrescar y Ernie dice que tiene hambre, yo me resisto. Al principio consigo retenerlo en el agua agarrándolo por la cintura y pegándome como una lapa a su espalda, pero finalmente Ernie logra arrastrarme a grandes zancadas hacia la orilla.
Está a punto de subir las escalerillas cuando, en un último intento desesperado, tiro de él con todas mis fuerzas y... con tan mala suerte, que mis manos resbalan de la cintura al cinto del bañador, y del esfuerzo contrario éste acaba bajando conmigo la distancia hasta el agua, mientras que Ernie casi pierde el equilibrio antes de acabar en zona seca, perfectamente mojado, y completamente desnudo.
Contemplo con horror la prenda en mis manos unos segundos, hasta que un tinte de malicia se apodera de mi cara. Ernie tirita y se tapa las vergüenzas. Los dientes le castañetean cuando suplica:
"Vamos, Justin, devuélvemelo, anda."
No hemos traído las toallas. Un absurdo despiste que ahora juega a mi favor. Empiezo a nadar hacia el centro de la piscina. "¡Si lo quieres, ven por él!" grito.
No quiero que se acabe el domingo. Lo estoy pasando demasiado bien, como hacía tiempo que no disfrutaba. Y no quiero que se acabe. Todavía no. Luego sólo habrá estudio y más estudio. Ernie maldice un poco, se echa el pelo hacia atrás y salta al agua. En menos de cinco segundos me ha dado alcance. "Jajajajajajaja, Macmillan, ¿has perdido algo?" río con ganas mientras que esquivo sus intentos por quitármelo de las manos.
Pero como siempre pasa en estos juegos cuando las dos partes tienen las hormonas activas, el juego no dura mucho como tal.
En medio del forcejeo y con una rapidísima maniobra de las suyas (porque mira que es hábil el tío) Ernie me da la vuelta y me deja atrapado de espaldas a él con la cabeza bajo su barbilla, mientras que con un sólo brazo me inmoviliza los dos. Si mi respiración está agitada, la suya está desbocada. No hay mucho que ocultar cuando sólo se lleva un bañador, pero menos aún cuando no se lleva nada. Y en ambos casos se puede sentir hasta el último recoveco del cuerpo del otro. "Ernie... " jadeo, soltando el bañador en el agua. "¿Qué haces?"
Su barbilla está en mi hombro, sus labios cerca de mi oreja. Me aprieta con todo el cuerpo pero no se mueve. No se atreve. "Tú te lo has buscado... siempre te lo buscas... sabes muy bien cómo encontrarme las cosquillas. Y todos tenemos un límite de aguante, Justin. ¡Todos!" El tinte desesperado en su voz me asusta y me excita a la vez. "Suéltame, Ernie." "No quiero. Tú te lo has buscado." Estoy ardiendo por dentro y temblando por fuera. Mi cuerpo no quiere perder ese contacto, pero mi mente no puede soportarlo. La mano de Ernie que no me sujeta se cuela por mi bañador. Lo demás, es historia.
La historia que se repite.
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¡Hufflepuff Existe! por Tastatur. Capítulo 13: London Calling Leer en Ffnet Leer en AO3 Leer en Wattpad
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konejxdelsol · 2 years
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03/12/2022 Hola / 127 días en la Ciudad.
Salir a la calle en esta ciudad se siente como prepararse para el apocalipsis. No sólo he cambiado mi forma de vestir. ¿Sabes? aprendí el arte del layering gracias a CDMX. Prepararse para la lluvia, el calor, el frío, todos los climas a la vez. Preparar tu cuerpo a resistir más tiempo sin tomar agua, más tiempo sin comer, más tiempo estando incómodx, en defensa, dormir menos, aumentar la resistencia de tu vejiga y sistema digestivo. No puedes ver llegar la próxima vez que tengas espacio para un baño caliente así que sólo lavas tus axilas en el lavamanos y eliges que tu cabello simplemente se ve mejor cuando hay mugre en él. Trasladarte por la ciudad con una casa de campaña en tu mochila porque no sabes cuando podrás volver a tu departamento. Quizás mañana, quizás en tres días. Cuidado, las personas te empujan, te puedes tropezar. No camines lento. Anda, anda rápido.
Se siente como mutar. Como una transformación, un cambio de armadura. Soy transmutantx urbane, buscando adaptarme y no morir en el intento. Entro en otro estado del tiempo. Me vuelvo atemporal queriendo encajar en la rapidez del todo. No conozco ya los días, no veo ya al sol meterse o salir. Los pájaros cantan a todas horas. No hay vendaval o brisa que te susurre una pronta lluvia. Solo nubes de smog.
Las horas se sienten como microsegundos o como largas décadas, no hay un entremedio. No hay sonido del viento, pero los autos por la avenida pueden llegar a escucharse como las olas del mar las 24 horas del día. No reconozco ya mis propios sueños. Han mutado también. Mi hambre ha mutado. Mis pulmones han mutado, mi nariz, mis ojos han mutado. Mi percepción de mí no es la misma. ¿En serio soy yo quien no le da las buenas tardes a le conductore porque en el metro no hay interacción?
Hoy el mercado olía a pino, incienso y tierra mojada. Les trabajadores, comensales y visitantes ponían su atención en el partido Argentina contra Australia en el mundial de Qatar. Cuidado, están picando con una escoba la lona encima de ti para reducirle el peso por el agua. Tus pies están mojados pero no te importa. Compras manzanilla y jengibre para tu garganta, ya estamos en diciembre. Hay luces de colores en todos lados.
Me queda esperar a ver el espectáculo que se forma en mi cuerpo, en mi mente y concentrarme en sobrevivir al menos el día de hoy. Desearía saber de qué voy a morir; algo me dice que será por algo de los pulmones. Pero después viene a mi mente: eres mutantx. Dentro de este universo las posibilidades de ser mordide por unx zombi, adquirir poderes sobrehumanos por radioactividad, ser raptade por unx orcx, luchar en una guerra nuclear y sobrevivir en un planeta que está muriendo son todos escenarios 100% posibles, reales y palpables.
Sobre mi hambre, sobre comer de pie, sobre comer de prisa, sobre el beneficio de sentarse, sobre no poder tender tu propia ropa húmeda; cuando me robaron mi tapete de la entrada, cuando me han intentado bajar del vagón rosa, cuando me dicen amigo en el mercado y me ponen fruta de más, cuando he encontrado aquí a personas que creí no volver a ver nunca…Sabes, solo sabes, que el mundo es pequeño.
Y escribo, escribo, exploro, exploto y comparto. Soy Kone, le conejite que te llevará a través del agujero. Hoy relato sobre 127 días mutantes en una plataforma que será siempre independiente, autogestiva, anarquista y básicamente el buzón de todos mis problemas mentales hablando al mismo tiempo.
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demenunabraso · 2 years
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Empecé a leer Los Detectives Salvajes, y me apena mucho estar siempre comparándolo con Rayuela, ya me pasa menos, voy pasando la página 100, y hasta ahora no he tenido problema siguiéndole la pista a García Madero ni a ninguno de esos pretencionistas (istas). Al principio pensé que me iba a costar mucho leerlo y no pensar en quién de los personajes tendría su materialización en los fractualistas©️, pero la verdad es que sólo lo pensé las primeras 20 páginas. Después mi atención se fue en lo culero (y lamento mucho usar palabras así, pero es que es la mejor manera de describir lo que estoy apunto de decir) que Bolaño escribe, parece que vino a México y sólo aprendió las palabras que sonaban chistoso en su cerebro chileno y dejó que sus personajes las usaran indiscriminadamente y sin sentido.
Siento que este libro es el intento de Bolaño por sacar algo parecido a Rayuela, pero es que ni de lejos es igual de increíble, no tiene punto de comparación, El Club de la Serpiente jamás haría las cosas que los real visceralistas hacen, Horacio Oliveira jamás de los jamases lavaría los platos en la casa donde durmió de invitado. Y lo sé de cierto porque como el meme dice, yo soy ese. Ayer mientras me bañaba, y pensaba en el libro y en Before Midnight (que fue lo que me tocó antes de dormir) no pude evitar pensar como el imbécil de Oliveira y yo somos muy similares y de verdad quisiera que no fuera así, porque el tipo es muy cruel, pero él no desentona en su mundo porque todos son similares de maneras distintas. Yo soy así y todes a mi alrededor son mejores personas que yo, entonces desentono muchísimo y salta a la vista.
En cosas como buscar trapo rojo, y los reflejos, y fumar cigarros mojados, y no saber dónde poner o qué hacer con el cariño que otras personas sienten por mí. Cuando leí rayuela la primera vez supe que leer a Oliveira era en realidad como leerme la mano, como empezar a hablar con naturalidad una lengua que no sabía que entendía. Para mí Oliveira es un estado de entendimiento y claridad que hasta ahora pocas veces he tenido pero en el que él vive constantemente, eso sí, sin darse cuenta completamente.
A lo que voy con todo esto es a que me caga como escribe Bolaño, no lo soporto de verdad, de todo lo que está escrito en las primeras 100yalgo páginas sólo me ha gustado una cosa, va de las de así:
“…es algo demasiado crudo en un plato donde las cosas más bien son cocidas…”
No es nada del otro mundo, pero me gusta que lo describa así, y creo que se deja ver cuando todo lo anterior sólo son personajes diciendo “verga”, pero en el contexto sexual, donde para mí no sólo no es gracioso sino que parece que estoy leyendo a niños de 9 años que recién aprendieron la palabra y buscan el contexto más inadecuado para soltarla a la menor provocación. Como yo cuando aprendí “summum” en una que leí de Sabines a Chepita. Muy insufrible y pretencioso.
Bueno no me gusta Los Detectives Salvaje y me parece ofensivo que la crítica literaria la compare tan flamboyantly con Rayuela cuando un mundo y 7 planetas los separan. Ayer cuando pensé esto me enojé mucho, porque Cortázar para mí es como un amigo que no visito porque somos muy parecidos y siempre que hablamos acabamos del chongo. Pero es mi amigo antes que nada y por eso debo dejar en claro que ni volviendo mil veces a nacer Bolaño sería correcto comparar este libro piterillo con Rayuela.
A mí no me toquen esa fibra.
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lanuevajerga · 2 years
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Soy cremallera
Soy el sofá donde se sentaba Bon Iver mientras grababa "For Emma forever ago", cómodo, tranquilo y algo desvencijado, contengo sobre mí migajas de galletas y pequeñas quemaduras de cigarros. Soy la luz de la cocina cuando parece que nunca va a explotar el primer fogonazo, me esperas, me ves, desaparezco, me esperas, me ves, me quedo. Soy una camiseta de Los Ramones en una tienda de Inditex, ando un poco descolocado, me vendí a una multinacional y ahora casi que se me ha olvidado lo que es el punk.
Soy esa lluvia que alumbra la luz de una farola, caigo despacio, voy lento. descendiendo al ritmo de una canción de Johnny Cash. Soy tierno, dulce como una magdalena esponjosa, a veces daño a los estómagos pero ya da igual, tengo pepitas de chocolate negro en mi interior ¿quieres? Soy un macetero de barro, previsible, plano, funcional, cuando la planta que me crece florece antes de primavera parezco otro. Soy esa película apañada que te ameniza un domingo por la noche, me falta sustancia a primera vista, mejoro a la segunda revisión. Soy el cuarto disco de una banda de rock, estoy lejos de mis inspirados inicios, algo confuso en el presente y pensando ya en el futuro, cuando me convierta en un grupo de culto o en un fenómeno de estadios, siempre preferí los grupos de culto, lo malo es que ni ellos mismo saben cómo se convirtieron en grupos de culto, de haberlo sabido ya habría muchos grupos de culto, yo sería un grupo de culto, a lo mejor tú también, y eso no puede ser, los grupos de culto dejarían de tener gracia.
Soy el tatuaje que nunca te hiciste porque te daba vergüenza, no me gusta mostrarme si no me apetece, si me tienes no me enseñes, yo me enseñaré a tí cuando estemos sólos. Soy el botón de las cookies, te digo que sí aunque realmente no tengo ni puta idea de lo que me estás contando, me fui con las nubes hace tiempo. Soy "Some Might Say", necesito una educación mientras espero en la estación. Soy una montaña rusa un día de Octubre después de una aguacero de cinco minutos, ya ha salido el sol pero no se si ponerme en marcha o cancelar los viajes para el resto del día, está todo mojado.
Soy la mesa que cojea, la que nuca podrás calzar pero a la que tienes cariño, te sirvo, te gusto, puedes utilizarme para muchas cosas aunque no me encuentres en la simetría. Soy el acorde de Mi, siempre quepo en cualquier canción, puedo leer a Dostoievski mientras escucho a Zicatriz, puedo captarte a la primera y no entender una película infantil, puedo mostrarme en un escrito y luego no abrir la boca en una reunión, pero quepo, soy el acorde de Mi. Soy la lágrima que nunca sale, afloro, me asomo, luego me vuelvo atrás. Soy tu agenda cuando intentaste tener una agenda por primera vez. Soy el amigo que siempre está pero que pocas veces te dice que está, supongo que sabes que estoy, hola amigo, hola amiga.
Soy una cremallera rota que se abre por debajo cuando ya funciona por arriba, creía que lo había conseguido pero no, mi tía sabe arreglar cremalleras, yo estoy haciendo un cursillo de arreglar cremalleras.
Soy un olivo, arraigo rápido, crezco despacio, luego me estanco, aunque al final doy buenos frutos, las verdeas empiezan con el otoño, ya estamos en otoño y hoy han cambiado la hora.
Soy la aguja corta del reloj de este domingo a las tres de la mañana, me quedé parado más de lo habitual aunque no me preocupa demasiado, se que me pondré en marcha de nuevo, es sólo cuestión de tiempo.
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