#* ⠀ 🍒 ⠀ ╱ ⠀ dynamic ⠀ 、 ⠀ ❪ ⠀ kayden & agnes ⠀ ❫

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Era  complejo  sacarse  de  la  cabeza  que  era  un  completo  y  absoluto  inútil,  cuando  toda  su  vida  se  había  sentido  eclipsado  por  la  personalidad  arrebatadora  de  su  hermano  gemelo.  Sus  padres  siempre  creyeron  en  él,  pero  ni  eso  evitó  que  se  percibiera  como  alguien  que  no  merecía  nada  de  aquello,  Jayden  al  parecer  notó  la  preferencia  de  sus  progenitores  y  que  sea  él  quien  se  casase  con  la  princesa  del  fuego,  fue  la  gota  que  rebalsó  el  vaso  de  su  hermano.  -  —Es  mi  culpa…  si  no  me  hubiesen  elegido  para  casarme  contigo,  Jayden  nunca…  él…  —  -no  podía  ni  siquiera  mencionarlo,  sintiendo  la  presión  en  su  pecho  haciéndose  más  grande,  el  nudo  en  su  garganta  pesado.  Kayden  levanta  la  vista  hasta  las  mariposas  que  lo  rodean,  extendiendo  el  índice  para  que  una  se  posara  en  el  mismo.  Son  tibias  por  el  poder,  pero  no  lo  queman,  es  como  la  chica  a  su  costado.  -  —Creo  que  estar  sola  es  mejor  que  estar  con  un  fracasado  como  yo,  Agnes  —  -suspira  de  nuevo,  dejando  que  el  insecto  vuele  y  se  pierda  entre  las  demás.  -  —Él  me  quiere  a  mi  y  seguramente  me  quiere  muerto,  a  ti  no  te  tocaría  nunca  porque  quiere  casarse  contigo.  Estarás  mejor  si  logramos  encontrar  un  lugar  donde  resguardarte,  lejos  de  mi…  solo  seré  una  carga  y  una  diana  de  tiro.

Agnes siente cómo pecho se aprieta al verlo y no ser capaz de aliviar la carga sobre los hombros ajenos. No podía decir que lo entendía, porque ella también tenía una gemela con quien se entendía perfectamente, no obstante su buen corazón le pedía a gritos ayudarle y ver más seguido esa cálida sonrisa. “Sabes que no lo es, Kayden.” Asegura cabizbaja, sentándose a su lado y colocando las fresas entre ambos, los rayos del Sol colándose entre los árboles, dándole un aspecto mágico al lugar que les recibió a pesar de ser fugitivos. La zurda se alza, extendiéndola hacia él y usando su magia para formar pequeñas mariposas de color rojo como su cabello que comienzan a revolotear alrededor del príncipe. Podía crear todo tipo de animales según el poder que emplease, pero aquellos insectos siempre han sido su favoritos desde pequeña y quería compartirlos con el contrario o mejor dicho, buscaba transmitirle un poco de tranquilidad y borrar esos malos pensamientos que tenía. “Esto nos tomó por sorpresa, a todos y si te quedabas…” su voz se apaga ante la idea de perderlo en medio del caos y desorden, recordando cómo se aferraba a él del miedo mientras corrían del peligro. “Seguramente estaría sola.”

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“Estuvo días pensando qué regalarte.” Bueno, en realidad fueron semanas de anticipación, haciendo listas de los posibles presente y platicando con sus hermanos en busca de recomendaciones y llegar a la mejor opción. Recuerda a su gemela diciendo que se estaba preocupando demasiado, que de seguro Kayden era feliz con cualquier cosa y a Damian riéndose porque nunca la había visto tan interesada por alguien a pesar de tener parejas en el pasado, entonces este chico debía ser muy especial para ella. Y estaba en lo cierto, su corazón latía con rapidez cuando lo ve o piensa en él, llevaban un par de meses juntos pero las mariposas en su estómago no dejaban de revolotear cada que se toman de las manos, abrazan o dan un pequeño beso a solas o en sus citas por la ciudad. Niega con la cabeza, ahora no era momento para estar insegura de su decisión. La familia del mayor la había invitado a celebrar ese día tan importante y aprovechó que la fiesta aún no empezaba para compartir un momento juntos en privado, extendiendo su regalo con las mejillas coloradas. Sabe que le gusta pintar con distintos materiales así que optó por los mejores óleos y pinceles de distintos tamaños que se podían conseguir. “Feliz cumpleaños, mi dulce y gentil ángel guardián.” Comenta, ese apodo fue usado cuando lo conoció, cuando no le importó salir lastimado para salvarla de alguien y cuando sintió ese flechazo en su pecho mientras le limpiaba las heridas. Si el hilo rojo del destino realmente existe entonces no duda que, en el otro extremo del suyo, estuviese Kayden ♡

Su  cumpleaños  se  había  vuelto  una  situación  algo  agridulce,  porque  no  solo  representaba  el  día  de  su  nacimiento,  sino  también  el  de  su  hermano  difunto  que  al  parecer  no  estaba  completamente  muerto  si  es  que  Kayden,  perdía  el  foco  y  este  volvía  a  la  vida.  Algo  terrorífico,  y  algo  que  honestamente  no  les  devolvía  a  sus  padres  ningún  tipo  de  confort  puesto  que  era  solo  un  desbalance  en  su  mente,  no  obstante,  si  que  se  volvió  una  fecha  para  ellos  que  debía  ser  celebrada  porque  él  estaba  vivo,  sano  y  estaban  trabajando  para  hacerlo  completamente  normal.  Lo  que  le  hacía  más  normal  de  todo,  era  su  hermosa  y  adorable  novia  que,  sin  querer,  había  conseguido.  No  se  explica  que  es  lo  que  veía  ella  en  un  perdedor  extraño  como  él,  pero  la  sola  idea  de  que  estuviese  en  su  mesa,  que  comiera  con  sus  padres  y  sus  hermanas,  le  hacía  sentir  bonito  en  el  estómago.  Kayden  sonríe,  sonrojándose  a  la  par  que  la  pelirroja  porque  todo  aquello  le  hacía  sentir  vergüenza,  pero  una  vergüenza  bonita  que  revolotea  como  mariposas  en  la  panza.  -  —Oh  Agnes  —  -comenta,  con  una  dulzura  y  un  afecto  que  no  podía  contener  en  su  gran  cuerpo,  sonriendo  de  oreja  a  oreja  por  el  obsequio  una  vez  lo  abrió  y  pudo  observar  el  contenido.  Estaba  encantado,  no  podía  esperar  pintar  un  retrato  de  la  otra,  de  alguna  de  las  miles  de  fotografías  que  tenía  y  le  tomó  desprevenida.  Deja  el  obsequio  de  lado,  solo  para  tomar  las  delicadas  manos  de  su  novia  y  besar  las  palmas,  inclinándose  el  resto  de  la  distancia  para  depositar  un  beso  gentil  sobre  los  pétalos  rosados,  quedándose  cerca  para  tocar  sus  narices.  -  —Gracias,  mi  princesa  rescatada  de  un  feo  ogro  —  -ríe,  suavecito,  adorable  y  arrugando  un  poco  su  nariz.  Con  cuidado,  toma  el  rostro  entre  sus  manos  solo  para  buscar  un  beso  más  real,  más  profundo,  uno  que  exprese  sus  más  grandes  anhelos  para  con  la  muchacha.

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El  licántropo  si  estuviese  en  su  forma  animal,  seguramente  movería  la  colita  y  alzaría  las  orejas  apenas  su  nariz  detecta  la  esencia  de  la  vampira,  pero  sus  facciones  muy  humanas  demuestran  su  interés  en  el  brillo  de  sus  ojos  y  la  sonrisa  que  se  forma  en  su  cara.  -  —Te  traje  algo  —  -comenta,  entusiasmado  mientras  de  su  espalda  saca  una  margarita,  con  todos  sus  pétalos  y  un  centro  amarillo.  -  —La  recolecté  de  camino,  es  para  ti.

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[Agnes]: Sus mejillas levemente sonrojadas y su mirada fija en el suelo delataban los nerviosos que llevaban consumiéndola por varios días, desde que llegó febrero, más bien. "Entonces... Kay, ¿Tienes planes para este 14?" 🥺💜

Kayden  se  vuelve  más  un  manojo  de  nervios  cuando  la  otra  le  habla  sobre  una  fecha  especial,  que  no  había  dejado  de  rondarle  la  cabeza,  pero  no  había  tenido  el  valor  de  llevar  a  cabo  hasta  hoy.  No  obstante,  que  la  otra  lo  mencionara  le  hace  caer  en  el  pesimismo  y  pensar  que  tal  vez  quiere  algún  consejo  para  una  cita  que  no  sea  con  él.  Está  bien,  puede  hacerlo,  es  su  amigo.  -  —Hm,  mi  roomie  y  yo  solemos  ver  películas  de  comedia  romántica  y  comer  pizza  en  casa,  pero  esta  vez  tiene  una  cita…  así  que  seré  yo  y  un  pote  de  helado  —  -se  ríe  sin  mucha  gracia,  echando  un  vistazo  al  perfil  de  la  otra  y  rápidamente  vuelve  a  jugar  con  el  un  hilito  sobresaliente  de  sus  jeans.  -  —¿Y  tú?  ¿Hay  alguien  especial?

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Kayden  tenía  tres  hermanas,  evidentemente  sabía  cuando  las  cosas  no  estaban  bien.  Podría  haber  optado  por  fingir  que  nada  sucedía,  que  alguien  más  se  haría  cargo  de  la  situación  y  él  podría  regresar  a  casa  sano  y  salvo,  sin  preocupaciones.  Pero  había  una  voz  en  su  cabeza  —aquella  que  no  era  una  personalidad,  al  menos  eso  creía—  que  le  indicaba  que  no  era  lo  correcto,  que,  si  podía  hacer  algo,  debía  hacerlo.  Por  ende,  ahí  estaba  sentado  en  una  banqueta  de  la  ciudad,  aguardando  a  que  la  muchacha  a  quien  había  defendido  de  un  imbécil,  saliera  de  la  tienda  de  conveniencia  donde  le  había  dicho  que  buscaría  algunos  algodones,  alcohol  y  cualquier  otra  cosa  que  pudiese  servir  para  curarle  el  labio  abierto  y  la  nariz  sangrante.  -  —De  verdad…  no  deberías  preocuparte  por  mi  —  -su  voz  vuelve  a  salir  como  un  ruego  cuando  le  ve  regresar  a  él,  poniéndose  de  pie  y  notar  la  diferencia  de  alturas  entre  ambos.  -  —No  es  nada,  seguro  la  hemorragia  pasará  con  el  tiempo.     /     @smileflowcr​

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Todo  era  surrealista,  una  situación  que  no  podía  y  no  sabía  como  controlar.  Era  predecible  que  entre  hermanos  gemelos  idénticos  esas  cosas  sucedieran,  roces,  problemas.  Lo  que  no  fue  predecible  fue  ese  golpe  de  Estado  y  un  intento  de  asesinato  de  su  propia  sangre,  del  hermano  con  quien  compartió  el  útero.  Sabía  que  Jayden  no  estaba  feliz  de  que  él  fuese  quien  se  casara  con  la  princesa  del  fuego,  Kayden  también  estuvo  de  acuerdo.  Ella  era  radiante,  hermosa  y  gentil,  seguramente  podría  hacer  una  dupla  perfecta  con  su  hermano  que  era  fuerte,  galante  y  seguro  de  si  mismo.  Fuego  con  fuego  iban  bien,  ¿agua  con  fuego?  Un  desastre,  él  terminaría  apagando  su  personalidad  y  ahogándola  —espera,  no  literalmente—  en  su  melancolía.  Y  la  vida,  el  destino  y  el  universo  terminaban  por  darle  la  razón.  La  ramita  entre  sus  dedos  se  quiebra,  alzando  la  vista  para  observar  a  la  muchacha  volver  y  una  sonrisa  suave  se  dibuja  en  sus  labios.  -  —Gracias  —  -comenta  por  la  comida,  negando  cuando  menciona  la  fogata.  No  tenía  frío,  simplemente…  pensaba  demasiado.  Kayden  suspira,  tomando  una  de  las  fresas  para  volver  a  mirar  el  suelo,  donde  una  fogata  quemó  la  noche  anterior.  -  —Y  lo  siento…  esto  es  mi  culpa. 

"Encontré fresas, mira." lo que antes era un pañuelo de seda suave y lujosa que solía estar alrededor de su cuello ahora sirve como una especie de bolsa improvisada que coloca frente a los ojos ajenos. Como princesa, Agnes jamás había tenido que enfrentarse al mundo más allá del castillo que la vio crecer, saliendo únicamente cuando tenía eventos especiales, siendo el último una visita a su prometido para concretar la boda. Sin embargo los planes fueron cancelados cuando Jayden tomó el poder a la fuerza y ambos jóvenes fueron obligados a huir y esconderse. "¿Tienes frío? Puedo encender una fogata con mi magia." dice, en un torpe intento de mantener una conversación. Habían pasado un par de meses desde que el mundo se vino abajo y a pesar que ya se no se sentían como unos completos extraños, Kayden llevaba un rato en silencio, preocupando a la pelirroja. [ @mikrokosmcs ]