#› 𝗠𝗬 𝗛𝗘𝗔𝗥𝗧 𝗪𝗜𝗧𝗛𝗘𝗥𝗘𝗗 𝗔𝗪𝗔𝗬 ⸺͏͏ yonggun.

[variehn]

‘ uh — ’ se dio cuenta tarde que sus palabras podrían despertar la curiosidad del joven padre y suspiró pesado; ¿qué podría hacer? ¿inventarse una historia? era experto, pero no valía la pena. detuvo el movimiento de sus pies sobre la tierra y lo miró, una especie de vergüenza lo recorrió en su espina dorsal: ¿por dónde empezar? la parte corta. antes de abrir la boca, la historia de su contraparte lo hizo volver a mirarlo, pestañeó un par de veces. ‘ oh — ¿estás bien? es decir, veo que estás bien, pero ¿no pasó nada terrible? ’ ¡podrían haberle roto un hueso! esos animales eran gigantes. suspiró y devolvió s mirada al frente, a esa muralla verde del laberinto: ‘ fuimos con unos vecinos al bosque y nos atacaron murciélagos ’ él fue de los que menos sufrió con el altercado, pero no dejaría en evidencia como otros se llevaron la peor de la historia; tenía dignidades que proteger. ‘ ¡pero estamos bien! nadie será el próximo edward cullen de safe haven, no te preocupes ’ movió su mano despreocupado, con una especie de sonrisa torcida en sus labios, lo mejor era aferrarse al buen humor cuando todo caía sobre ti. 

‘ ¡sólo seguimos una receta! ’ se defendió como si alguien lo estuviera atacando, cuando era una felicitación. no pudo ocultar la vergüenza que comenzó a teñir sus mejillas de color bermellón. ‘ puedo darte la receta más tarde, le saqué una foto ’ se inclinó hacia un lado y sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón, lo desbloqueó y estiró su brazo hacia él, invitándolo a anotar su número de teléfono. ‘ va — no volveré a decirte así ’ se rió por lo bajo, lentamente sus mejillas iban perdiendo la vergüenza de hace un momento, y se inclinó para tomar la botella que descansaba a su lado en el césped. ‘ nadie merece que huyan ’ se encogió de hombros, quizás era un romántico o un amante de las causas perdidas, pero para él absolutamente nadie merecía la soledad. abrió la botella y le dio un sorbo: ‘ incluso si fueras un cretino ’ 

‘ seguro, tendré pasteles ilimitados o invitaciones a comer galletas ’ soltó entre melodías jocosas, le resultaba fácil llevarse con gente mayor, después de todo, se crió en contextos donde solía ser el único niño en casa. al menos, desde donde recuerda. ¿lo demás? borrado, ¿razones? no quería ni siquiera indagar. ‘ ¿un osito? ’ lo miró con una ceja en alto, mientras bebía un nuevo sorbo. ‘ no tengo, soy demasiado joven aún ’ lo molestó con una curva torcida. ‘ tampoco tengo planes de tenerlos, ¿no es demasiada responsabilidad? ’ ni siquiera se sentía listo para tener una mascota, mucho menos podría hacerse cargo de otra persona. ‘ y el miedo, ¿algún día puedes dormir tranquilo? recuerdo que mi mamá se desvelaba cada que me iba de fiesta ’ y él no era un niño problema.  nunca lo ha sido. 

la revelación que escucha deja una visible confusión en su expresión. ‘ ¿una antirrábica? ’ los pétalos se aprietan mientras las comisuras se irguen con sutileza. ‘ ¿por qué siento que tienes una historia que contar? ’ las últimas semanas en safe haven están repletas de rarezas, no debería sorprenderle y, por ende, busca darle sentido: ‘ te diría que no pensé que los animales llegasen a atacan o a morder, pero yo me topé con un par de alces terroríficos ’ la primera y única vez que se sinceró al respecto de lo sucedido con alguien ajeno, obtuvo una reacción negativa que no quiere replicar. en el fondo, se muere del remordimiento por haber sido así de estúpido. ¡y para nada!

‘ ¿uhm? ’ con la curiosidad reinante, la sonrisa se ensancha entre el humo del cigarrillo. ‘ así que estoy hablando con uno de los autores … hicieron muy buen trabajo ’ asciende un instante la mirada hacia el cielo estrellado, tal vez sí se lleve algún que otro buen recuerdo de esa velada. ‘ ugh ’ frunce la expresión en disgusto al oírle, no tarda más en desembocar en gracejos que burbujean sin penitencia. ‘ no digas eso más, te lo suplico ’ le ve de reojo, hasta tiene que moverse un poquito en el columpio hacia delante para no estar quieto. ‘ además, ¿qué sabes? tal vez estás hablando con un ser despreciable del que es preciso huir ’ en el tono que emplea se evidencia la broma, es fácil suponer que la lengua suelta es consecuencia directa del alcohol.

‘ arien ’ repite para grabarlo en la memoria, ha creado una impresión difícil de pasar por alto. ‘ la popularidad con la tercera edad puede ser beneficiosa ’ no sabe a quién pretende engañar, así que, acaba siendo sincero: ‘ no sé cómo sigues en pie, yo no hubiera sabido dónde meterme ’ empatiza fácil, pero por fortuna, no suele despertar ese tipo de ternura. y, ahora que lo ve … ‘ debe ser porque eres como un osito ’ eleva la palma a la altura de la propia mejilla y aprieta el aire un par de veces. ‘ ¿tú tienes hijes? seguro que se roban ese gen tuyo ’ el de las mejillas blanditas.

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‘ es un placer, no podía dejar de hacerlo después de que me negaste un encendedor tan bonito ’ suspiró pesado, simulando la existencia de una decepción que carcomía cada una de sus entrañas, pero no era más que una mentira. una narrativa creada con simples fines divertidos. ‘ debe ser el hacerte papá, ¿no? mi mamá trata a todos mis amigos como si fueran sus hijos ’ recordó con una sonrisa, y en él se prendió nuevamente esa llama nostálgica. sólo esperaba que estuviera bien, sin ella no habría tenido la oportunidad de experimentar lo que se sentía que se preocuparan por él; y no habría podido reconocerlo en el pelinegro. 

‘ ¿cómo no puedes correr? ’ pestañeó un par de veces, el miedo creció en su espina dorsal, hasta erizar los cabellos que bajaban por su nuca, y de paso su piel se sensibilizó al ya gélido aire, ahora se sentía bajo cero. él no podía cargarlo, su hombro lastimado no se lo permitiría, aunque, ¿a quién engañaba? ni totalmente sano tendría la fuerza suficiente. mientras su mente buscaba planes de escape o soluciones, la silueta de yonggun abandonaba su posición y se acercaba hacia el arbusto, quiso gritar un no, pero se detuvo apenas vio salir una ardilla corriendo. ‘ mierda, mierda ’ levantó su pie izquierdo como si temiera que le saltara encima, y una de sus manos tapó su rostro. no reconoció las sílabas que salieron disparadas por los labios de su compañero, pero no lo necesitó, las carcajadas comenzaron a emerger de sus propias cuerdas vocales. estaba nervioso y se sentía patético. ‘ demos un paseo ’ era ridícula toda la situación. 

movió su mano, indicándole que lo siguiera. ‘ dejaré una marca aquí para guiarnos ’ para eso era el encendedor, lo aprendió a la mala de leo hace unos días atrás. se veía tan lejano ahora. prendió la llama del dispositivo y quemó una parte del árbol, rápido sopló para evitar que se prendiera más. ‘ tienes que seguir una marca negra ’ se la señaló, hacía eso cada vez que decidía salirse del camino. ‘ quizás nos venga bien un descanso, ¿ya comiste algo? ’ él podría darle lo que sea que quisiera que estuviera en su mochila. y a su alcance. debía retribuir de alguna forma ese nivel de preocupación que siempre ejercía sobre él. 

‘ no ’ suelta de inmediato, justo para apretar entre sus dígitos el encendedor y atraerlo a su pecho en casi un gesto posesivo. los pétalos se curvan un poquito en el proceso, le tiene cariño a esa colección. ‘ no importa lo que me ofrezcas, no te lo daré — en casa solía tener más, es el único que pude rescatar ’ es absurdo que se aferre así a lo inmaterial, parte de sí no puede evitarlo. las cosas para él no son simple objetos, están repletos de evidencias de su existencia y de las de quienes lo rodean. ‘ mucho — empecé cuando tenía los exámenes de acceso a la universidad ’ relata un tiempo que se ve lejano, toda la vida anterior a los últimos días se siente acontecida milenios atrás. en el fin del mundo y con abstinencia, qué triste.

el recuerdo de esa conversación lejana le hace soltar una baja risa entre dientes. ‘ gracias por alimentar mi miedo a tratar de forma paternalista todas mis relaciones ’ nunca se olvida de esa persona que, en algún punto, le dijo que cuando eres progenitor se es de forma intrínseca, en presencia o no de tus hijos. con arien lo está diciendo en tono de broma pero, ¡es verdad!

la irrupción le evita continuar el habla, se detiene en seco con un corazón que va a mil por hora, posa la mano en el brazo de arien como señal de que espere. ‘ ¿es mal momento para confesarte que no puedo correr? ’ habla en casi un susurro, ha ralentizado bastante al resto del equipo y ahora … no, tiene que servir de algo. eleva el índice hasta los propios labios en señal de que guarde silencio, necesita escuchar mejor ese movimiento entre los arbustos. ha de concentrarse, le es familiar … recuerda una acampada con jangmi. ‘ no tiene que ser nada, déjame — ’ se aparta un poco para dar un paso en dirección al arbusto y casi le deja de funcionar el corazón del susto cuando de repente sale corriendo una ardilla. ‘ joder ’ el idioma materno va ahí, posa la palma al pecho. ‘ moriré antes de un paro cardíaco que de un peligro real ’ se anima a bromear. ‘ es señal de que no nos alejemos más, ¿no crees? demos un paseo ’

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acomodó con sus dedos la huincha de bolso sobre su hombro sano, pesaba un poco, pero creía que tenían lo suficiente para aguantar un par de días de camino a greenville. ¿y valdría la pena? era irónico que buscara un poco de esperanza y optimismo en otros, cuando el de él se veía tan perturbado. ‘ como si fueras un observador ’ confirmó por lo bajo, se sintió un narrador omnisciente de una historia que no le pertenecía, ni de la que quería ser parte. ‘ es probable, uh, digo ¿no son cosas como estas las que te cambian como personas? ’ o suponía que lo hacían. él siempre se aferró a mantener el temple, incluso cuando no debió. la desesperación, las emociones negativas fuertes y la decepción no eran emociones que le gustara experimentar; y los desechaba, esa noche sintió todo eso. como aquel día. 

‘ sí ’ tampoco planeaba mantener la mentira durante mucho tiempo, si era sincero consigo mismo. no podía, la culpa comenzaba a carcomerlo y hasta olvidaba los detalles que compartía con el resto, tras tejer historias disparatadas que no terminaban sobre un papel. sus siguientes palabras continuaron hundiéndose en una herida más profunda para arien: el dolor sale tarde o temprano. se sonrió con nostalgia y llevó su mirada hacia los árboles de los costados, se veía todo tan normal, que casi podía sentir que estaba caminando hacia una tienda con uno de los vecinos. aún así, no pasó por alto el movimiento de su ofrecimiento. ‘ ¿y tú? ’ y tu hija, quiso preguntar, tenía aún el fantasma de la curiosidad batallando en el fondo de su paladar. ‘ gracias ’ sentenció, al final, y tomó el frasco de pastillas. ‘ la compartiría con todos ’ arien no era de las personas que se limitaba a quienes le importaban solamente; siempre podía existir alguien que necesitaba una mano amiga y la merecía, incluso aunque tuviera un alma solitaria. ‘ necesitaremos fuentes y ollas, quizás tengan en el supermercado, ¿no? podríamos pedir más ayuda también ’

aunque el hilo de conversación continuaba su curso, en su cabeza sólo seguía una persona. lo imaginaba un poco más alto que él o quizás de su porte, recordaba su cabello desordenado y esa sonrisa socarrona. cómo le decía hermano incluso aunque ya no compartían apellido. ‘ hace un rato me preguntaste en qué pensaba ’ lo miró, la sonrisa que tenía antes en su rostro se borró.  

‘ hace unos años atrás, mi hermano mayor desapareció ’ ¿alguna vez había contado esa historia en voz alta? ¿se refirió a kian frente a un tercero como su hermano? ‘ yo ya soy más grande que él ’ esos años han sido más de una década, él tendría treinta y seis años a estas alturas. arien ni siquiera sabía si los había cumplido o si estaba enterrado en alguna parte del bosque. ‘ desapareció aquí ’ detuvo su caminar, comenzó a sentir una picazón en las palmas de sus manos, era el sudor que le molestaba sobre la piel. ‘ no me sentía así de raro desde que cerraron su caso ’ suspiró, y volvió a acomodar el bolso de ese hombro que ponía resistencia para sostenerlo, ya le dolía un poco de tanto forzarlo. lo que le faltaría sería lesionarlo también. 

‘ es gracioso, uh ’ se rió por lo bajo, su índice fue hasta el puente de su nariz y lo rascó. ‘ no suelo pensar mucho en él, pero lo estoy haciendo justo en el fin del mundo ’ o quizás era porque recorrió esas calles en su compañía, aunque habían cambiado. un montón. ¿y él lo había hecho? no, ni un poco.

entre el humo que escapa entre pétalos se puede divisar una sonrisa que asoma al oírle. ¿siempre eres así o es la contingencia? se queda en su entendimiento y, de una extraña forma que poco tiene que ver con su comportamiento original, le resulta irónicamente divertido. ‘ había una persona que siempre me decía que no era complicado saber cuándo me pasaba algo porque parecía tener una nube negra encima ’ no ha dejado de pensar en sooah en esos días, duda que exista una persona que pudiera volver a entenderlo de esa forma. seguro que si estuviera con él, ya le hubiera soltado una frase similar. ‘ estoy un poco negativo, ¿no? ’ ahora lo mira desde la esquina del ojo, anhela un poco más de paz desde los adentros. se ha afianzado en exceso al temor y a la inmovilidad que le provoca, tiene que aprender a dejar atrás esas sensaciones. es negativo, se cierra, lo ve todo como un punto de no retorno … pero aún hay más posibilidades, ¿no? ‘ perdón — me está costando encontrar el positivismo ’ no se rendirá, aún.

así que sí, es la contingencia; la incertidumbre, la pérdida y la preocupación. ahora que está solo, ¿qué es yonggun? no quiere ser mala compañía, así que opta por dejar a un lado esa corriente de pensamiento.

‘ yo tampoco ’ le confiesa. ‘ se sentía irreal … parecía que no estaba ahí y que alguien más estaba tomando el mando ’ da una calada más al cigarrillo, todo ocurrió demasiado rápido como para rememorar. ‘ ¿en qué piensas ahora? ’ indaga, apenas apretando un poco los labios. ‘ quiero decir, ¿no es como si una parte de nosotros se haya quedado atrapada en la zona residencial para siempre? ’

lleva las palmas a los bolsillos, eleva un momento el mentón cuando va a mirar al cielo que paradójicamente se ve calmo aún con las nubes grises que lo acompañan. ‘ mentiste antes, ¿verdad? eres tú el que saliste herido ’ lo sospecha porque presenció un gesto doloroso en él, aunque desconoce hasta qué punto es su lugar hablarle de esas cosas. ‘ el dolor saldrá tarde o temprano aunque lo escondamos — tampoco está de más recibir un poco de ayuda ’ así que, del bolsillo de su chaqueta saca el diclofenaco y le tiende un blíster. ‘ no lo tomes con el estómago vacío ’ cree que ese deber por la utilidad viene de la mano con ser padre, o tal vez, no es más que un rasgo de su personalidad. ‘ puedo ser tu ayudante en la cocina ’ ahora confirma. ‘ nos podemos inventar algún tipo de ensalada de legumbres con las conservas … ¿hacemos varias y las compartimos con nuestros cercanos? ’

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tú y tu confianza. se repitió un par de veces en su cabeza, siempre pecaba de esperar lo mejor de los demás, ¿estaba haciéndolo ahora mismo? no veía problemas en alguien haciéndose cargo del asunto. no obstante, ¿si no era la persona adecuada? eliminó ese hilo de su cabeza, antes de comenzar a sobre pensar, más cuando su cuerpo pedía que se concentrara en lamer sus propias heridas. ‘ ¿uh? ’ y de nuevo estaba pintando sus mejillas de un tono bermellón, ¡qué vergüenza! pero no pudo evitar que el bochorno se apropiara de sus terminaciones nerviosas, ni pudo esconderlo, por lo que llevó su mano sana hasta su rostro. lo tocó un par de veces, intentando bajarle la temperatura. ‘ supongo que podría si tengo un asistente ’ lo invitó con una sonrisa, el alivio recorrió su espina dorsal, y con la misma facilidad con la que lo tiñó de vergüenza, se empezó a relajar. 

¿tenían tiempo? quiso preguntar, pero censuró cada una de sus palabras. ‘ no tengo dudas de que vas a mejorar pronto ’ esbozó una sonrisa, de esas amplias que enseñaban parte de su dentina. volvió su mirada hacia el estante de los medicamentos y, como si fuese un envío del cielo, se encontró con uno familiar: diclofenaco. como un acto reflejo, su mano izquierda fue a abrir el bolso que cargaba sobre su hombro, y de pronto todo dolió. era una punzada que corría desde el músculo de la zona de su escápula, y caía como una corriente eléctrica. no sabe si llegó a formarse una mueca de dolor en su rostro, pero rogó que el tercero en la escena no se diera cuenta. ¡mierda! justo le estaba ofreciendo algo. ‘ gracias ’ entonó, intentando sonar lo más normal posible, tomó el vendaje con esa mano que debería estar inmovilizada. 

lo siguió por la farmacia, como quien ha terminado una tarea que no sabe si ha concluido en realidad:  ‘ quizás me estás teniendo demasiada fe, uh ’ se rió por lo bajo, golpeó la punta de su nariz con el dorso de su índice, mientras sonreía torcido. ‘ pero me encantaría ayudarte a cocinar ’ asintió, subió la palma de su mano hasta el agarre de su bolso y lo acomodó mejor sobre el hombro que se mantenía sano, esperaba que siguiera así un rato más. ‘ ¿siempre eres así o es la contingencia? ’ preguntó sin filtro, y se dio cuenta que quizás no se entendería tan bien lo que quería decir. ‘ me refiero a que si siempre eres así de preocupado o es porque el tiempo está corriendo en nuestra contra ’ se atrevió a dar un atisbo de las verdaderas emociones que corrían por su mente, estaba perdiendo la esperanza poco a poco, por más que luchara tanto en engañarse a sí mismo. ‘ no recuerdo tan bien lo que pasó ese día ’ solía actuar así ante el trauma; su cabeza suprimía todo lo que no sería capaz de enfrentar ahora mismo. ‘ ¿tú sí? ’ específicamente, había olvidado como uno de sus vecinos le arrebató la vida a una de esas cosas.

yonggun piensa que si siguen ahí metidos más tiempo, empezarán a surgir ideas y alianzas por doquier, algunas más positivas y otras más destructivas. cuando no hay nada que perder, la salida a la superficie es cada vez más compleja. él está empeñado en documentar el proceso porque siempre tiene que hacer algo. si no pone sus pensamientos en algún sitio, ¿qué? ‘ de todos modos … cuídate — tú y tu confianza ’ asiente con ligereza en las únicas palabras de aliento que le salen. no puede falsear el positivismo, detesta escucharlo. en esos días, se ha metido demasiado en sí mismo. 

con todo, agradece el tiempo que pasa en compañía de otros, no quiere hacerle la experiencia más complicada todavía a los que le rodean, así que, se fuerza a elevar un poco las comisuras al oírle. ‘ es porque espero que encantes mi paladar de nuevo ’ no tiene intención alguna de pedir algo a cambio, pero la continuación de la dinámica le entretiene y aparta de los fantasmas en su mente. ‘ ¿crees que podrías preparar algo con las provisiones que tenemos? ’

‘ estaré bien, las heridas sólo necesitan tiempo para sanar ’ las que radican en los adentros de forma invisible, sin embargo, estarán con él ahí mientras tenga vida. toma la sugerencia y se hace con un par de cajas de vendas, las necesitará más adelante. en el proceso, se encuentra con dos tubos de pomada que también hurta. arien no le respondió la pregunta sobre su estado, no puede pasar desapercibido para él. no insiste, tan sólo le ofrece la pomada. ‘ llévate esto también— ayuda con la hinchazón ’ ahora las palmas van al interior de los bolsillos y emprende camino al exterior, señal de que no necesita más ayuda.

‘ los vecinos de bloomwood nos estamos encargando de la comida, ¿te animas a poner en práctica una de tus recetas? ’ 

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‘ al menos este accidente no tendrá una antirrábica ’ su mano fue hasta su abdomen, aún sentía el pinchazo en sus peores pesadillas. aún le quedaban un par de dosis de la vacuna, ¿cuándo se acabarían las consecuencias de sus malas decisiones? suspiró pesado, seguro tercero ni siquiera entendería la referencia. qué suerte tenía. movió un poco sus pies, sin alejarlos del suelo, para balancearse un poco en el columpio. ‘ ¿tres veces? añadiré un fanático a la lista ’ se rió por lo bajo, no le tenía tanta fe a los encargados de la cocina, pero a juzgar por las charolas que volvían vacías, no lo hicieron tan mal. movió su mano para indicarle que se acercara, aún así, fue él quien inclinó un poco su cuerpo ‘ puedo conseguirte un par más ’ murmuró, dejando en evidencia el puesto que le ha tocado durante la velada.

‘ ¿alejarse de ti? pff, imposible ’ exageró, antes de darle un nuevo bocado a su emparedado, aunque no fue lo suficientemente grande como la vez anterior. ‘ puedo reemplazarla, te diré papá y todo ’ movió su mentón entre un par de risas, como invitándolo a seguirle el juego. él mismo dejaba a su madre a la deriva en la escuela, estudiar donde mismo trabaja tu madre tenía sus pro y sus contras. el desaire de un adolescente era un acto irrevocable. ‘ arien – pero yo corrí, soy tu hija ’ se carcajeó, sólo para volver a morder. llevó su mano hasta sus labios y tapó el lugar. ‘ escapé de unas señoras que me tiraban las mejillas y querían bailar una y otra vez ’ su voz sonó dramática, su incapacidad para negarse era su bendición y castigo. sobre todo cuando se trataba de mujeres mayores. ‘ pensé que no saldría con vida ’  

¿otra multa? ‘ sería el final fatídico, un día rompes el columpio del alcalde, otro estás en su lista negra … ’ un pequeño deje de humor se percibe en el hablar, incluso si eleva la vista como si pretendiera chequear por sí mismo que todo estaba bien con el árbol. ‘ el canapé de salmón, sin duda. lo repetí tres veces ’ si bien no es especial con las comidas, es difícil que encuentre algo que le guste muchísimo. y, cuando lo logra, lo repite hasta la saciedad; como el helado de stracciatella y, esa noche, el canapé.

con el permiso cede a otra calada, ahora pierde la visión en los alrededores. ‘ ella de mí, claramente — se topó con unas amigas, yo me convertí en historia ’ lo está contando con un poquito de orgullo, al menos, no le estaba yendo mal la adaptación al pueblo. ‘ soy yonggun, por cierto ’ se presenta. ‘ ¿tú? ¿también fuiste abandonado a tu suerte? ’

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no pudo evitar seguirlo con la mirada, no se veía bien. ¿cómo estaría su hija? a pesar del sin número de interrogantes que comenzaban a nacer en las profundidades de su cabeza, arien decidió censurarlas todas. ‘ bueno — todo grupo humano necesita alguien que sea la cabeza o terminaremos yendo en direcciones distintas ’ no necesitaban más caos que el que vivieron dos días atrás, aún le dolían las secuelas que cargaba en su brazo izquierdo, el que habría estado sano de no haber decidido jugar al héroe. que, evidentemente, no era capaz de ser. ‘ sirve también para la hinchazón, ¿no? ’ lo tomó entre los dedos de su derecha, no quería dejar en evidencia que era él quien necesitaba del medicamento. ‘ ¿me guardarás el secreto? ¿es por haber encantado tu paladar o algo más? ’ lo molestó con una sonrisa torcida, aunque en realidad quería desviar el tema. no le gustaba mentir, mucho menos sobre su bienestar, por lo que se negaba a seguir tejiendo telarañas que luego olvidaría.  ‘ ¿tú cómo estás? ’ no necesitaba verbalizarlo, la dificultad al mover su cuerpo hablaba por sí solo. ‘ ¿necesitas ayuda con algo? ’ y quiso preguntar por su hija, pero no se atrevió; ¿habrá entrado en el catálogo de personas que podían subirse a la primera tanda de rescate? no estaba preparado para enfrentarse a otra culpa o tristeza. ni siquiera sabía cómo consolar a hazel, y la conocía desde la adolescencia, ¿cómo podría ayudarlo a él? dios, era un inútil. ‘ vi unas vendas por allá ’ apuntó con su índice hacia los estantes que estaban al otro lado del mostrador. ‘ ¿necesitas algunas? puedo ayudarte a llevar las cosas ’

‘ es lo complicado de estar en el limbo, ¿sobre qué ética moral hay que regirse? ’ las heridas profundas que porta no cierran todavía, se posa con dificultad en la estantería. ‘ es cuestión de tiempo que alguien aparezca poniendo normas nuevas ’ yonggun está seguro de que todas las partes buscarán su forma de aprovechar la situación. hasta él lo hace, el dolor insoportable le empuja a robar la caja de medicamentos. ‘ ¿diclofenaco? ’  opta por acercarse a él y ofrecérselo. ‘ ¿cómo te encuentras tú? si necesitas algo más para ti o para alguien es el momento … te prometo que no contaré nada sobre tus tendencias criminales ’ se permite bromear, incluso si la sonrisa no va más allá de un fantasma.

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‘ ¿cómo vas a leer una hoja? ’ frunció un poco el ceño, la extrañeza siendo la principal emoción en su semblante, que reemplazó rápido con una carcajada que se escapó por lo bajo. fue tan débil, que no estaba seguro si tercero alcanzó a percibir algo más que esa sonrisa, que enseñó parte de su dentina. ‘ imposi— ’ dejó de hablar al ver al gatito en su encendedor. ‘ sí, el tuyo es mucho más bonito que esto, cambiemos ’ aunque lo decía en broma, se preocupó de que su voz sonara lo más seria posible. lo había aprendido de uno de los vecinos. siempre se le pegaban las peores costumbres. ‘ ¿cuánto tiempo llevas fumando? necesito saber qué tanto prepararme para el síndrome de abstinencia ’ bromeó a medias, si bien nunca fue alguien inclinado por las adicciones, sí lo era su mejor amigo. ¡ay! recordaba esa vez que le quitaron su consola. 

‘ ¿te acuerdas cuando te dije hace unos días atrás— ’ parecía que habían pasado años. ‘ ¿fue hace días, no? ’ dudó un poco, su percepción del tiempo estaba destruida. ‘ que podría actuar como tu hijo y dijiste que no hiciera eso ’ lo apuntó con su índice. ‘ bueno, estás actuando como un padre ahora mismo ’ soltó al final entre un fantasma final de unas risas, que se difuminaron tan rápido como llegaron, al sentir unos pasos al costado del camino. desvió su atención hacia los árboles y ese arbusto que se movía. ‘ ¿crees que es momento de correr? ’ ¡no quería otra picada de murciélago! o peor, que fuese uno de los enfermos que recorrían el pueblo. aunque no podían llegar tan lejos, ¿o sí?

el comentario foráneo le dibuja una pequeña sonrisa de un talante nostálgico que no puede evitar, todavía se ha quedado guardadas las palabras que él le regaló la última vez que cruzaron caminos. el sentimiento de perder a alguien es compartido por yonggun, en el pasado, en el tiempo reciente … parece que siempre irá consigo.

los orbes se deslizan al encendedor, las ideas le dejan una expresión incrédula, ¿lo dice en broma o en verdad? a él siempre le cuesta discernir. ‘ ¿sirve para leer una hoja? ’ devuelve para evidenciar que toda transformación requiere un tratamiento, ajusta un tono de comedia sutil para quitar peso. ‘ el mío es más bonito ’ saca del interior de su chaqueta un encendedor que le muestra. ‘ ¿será que tuvo que llegar el fin del mundo para que deje de fumar? ’ seguro que no, lo hará en cuanto pueda. suspira, toma un semblante algo más serio para proseguir: ‘ ¿qué tal estás? ¿estás comiendo y abrigándote? ’

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‘ o el árbol se rompe y nos dan una multa ’ se rió por lo bajo, inclinó su cuerpo hacia un lado y dejó la botella apoyada sobre el césped. sus manos se encargaron de deshacer el envoltorio que armó alrededor del emparedado, hasta dejar la mitad al descubierto. ‘ ¿les gustó? ¿cuál fue tu favorito? ’ como parte del equipo que estaba en la cocina, toda retroalimentación le parecía más que bienvenida. una sonrisa relucía en sus labios, incluso se mantuvo mientras mascaba uno de los trozos de emparedados, realmente estaba buena la pasta que prepararon. ‘ nah ’ se apresuró a decir, tapando con el dorso de su mano su boca. ‘ fuma con confianza ’ suponía que sumar trabajo más una hija en una fiesta, sería suficiente para además poner un pero. tampoco lo habría hecho en otro contexto, estaba demasiado acostumbrado a sentarse y asentir. sí, sí y sí, porque amargarse nunca estuvo en su rutina. ‘ ¿y tú hija? ¿te escapaste tú de ella o ella de ti? ’ 

yonggun se va acercando con el silencio dominando los pasos, ha tomado la oportunidad de escapar del bullicio para encender un cigarrillo. es el primero que fuma en todo el día, casi sirve como un consuelo tardío. ‘ no, qué va ’ suelta en una risita, ahora toma la iniciativa de acercarse a esos columpios y sentarse en el de al lado. ‘ ahora estamos a mano, a lo mejor nos terminamos cayendo los dos ’ eso sí que sería digno de recuerdo. da una nueva calada y gira el mentón al lado opuesto a su contraparte. ‘ no te preocupes, pero gracias. quédatela. antes hice una cata de toda la comida con mi hija. estaba todo tan bueno que acabamos llenísimos ’ ahora, ella lo abandonó para juntarse con sus amistades, está en esa edad. ‘ ah, perdona. ¿te molesta? ’

[variehn]

detuvo el movimiento de sus pies sobre la tierra, tras escucharlo llamarlo. ‘ ¿uh? ’ capturó cada rastro de su atención y sonrió, de lado a lado, hasta que el viento le arrebató ese pequeño momento de felicidad. suspiró pesado, lo suficiente para que sus hombros cayeran y el músculo de su izquierda tirara de sus fibras nerviosas. ‘ ahí se fue mi deseo de paz mundial ’ bromeó, aunque quizás se hubiera permitido alimentar sus esperanzas con encontrar respuestas; con llegar a un buen puerto. con estar seguros, de nuevo. ‘ no creo haber sacado nada de eso del supermercado ’ tocó con sus manos sobre los bolsillos de su pantalón, y sólo encontró la silueta de un encendedor que le enseñó. ‘ ¿te sirve para fumar una hoja? ’ lo peor de todo, es que hablaba completamente en serio; quizás podía sobrevivir con eso un rato.  

qué fortuna haber recuperado las gafas, pues los iris se clavan de lleno en un diente de león esponjoso. hasta hace el esfuerzo de agacharse un poco con tal de tomarlo y se lo muestra a contraparte ' mira, se supone que tienes que pedir un deseo y— ' antes de culminar, el viento vuela las semillitas y lo deja con el tallo vacío. ' da igual ' suspira rendido y lo tira al suelo. ' como que de repente necesito un cigarrillo ' o dos.