#• vii. - flirteo
Explore tagged Tumblr posts
Text
Oh damn, I've lost my scarf. But hey I really like your hands.
1 note
·
View note
Text
Psicología del Yo (o respuesta a la pregunta «¿Qué es un Yo?»)
I
El Yo es virtuoso. Da en la virtud del fracaso. Es la luz estanca sobre la homeóstasis de dejar todo así como está: malamente.
II
El Yo aparenta ser libre. Así se presenta: como libre, autónomo e indispensable. Pero el Yo es su propio grillete, su propio «no te muevas si no querés que te dispare», su propio Imperio del ultimátum. Está domesticado el bien bobo. Ergo sin cuerpo.
III
El Yo es fuerte. Pero lamentamos, en el fondo, disponer de tanta fortaleza. El Yo es tan fuerte que se resiste al cambio, a la duda, a la incomprensión. El Yo sabe todo. El Yo, mejor dicho, cree saber todo. Justifica el lapsus y dice, el bien bobo, que los sueños son solo sueños.
IV
El Yo es bien bobo. No se da cuenta. Se piensa racional y carente de inconsciencia. Se autoproclama Amo y Señor de su propia casa. Pero ni sabe regular el agua de la ducha el bien bobo.
V
El Yo siempre es él mismo. Está borracho de consistencia. Es genuino en la dramatización. No actúa ya que toda su vida es un gran espectáculo del simulacro. Puro Show.
VI
El Yo es una traba. No podemos consolidarnos como sujetos de la falta total porque el bien bobo nos engaña haciéndonos creer que el mundo anda bien. Y la consecuencia es pérfida: sonreímos cándidamente.
VII
El Yo es una palabra. Pasa que Yo tal cosa, porque Yo tal otra, Yo soy tal. Tiene el irregular efecto de corrernos de la masa y tirarnos al narcisismo. Hay narcisismo porque existe semejante pronombre.
VIII
El Yo entra en los dominios de la fe. Existo puesto que hago de cuenta que tengo un Yo autónomo, libre e indispensable. En una palabra, puro camelo.
IX
El Yo es tautológico. Yo soy yo. O sea, tejido de nada, mosca autorreferencial, cosa insustancial, pobre miseria espantosa que carece de relato, hilo de baba sostenido en la inocente vacuidad del hic et nunc.
X
El Yo es un otro. Ahí están acumulados todos los ideales, las creencias, los patrones, las fantasías, las tácticas de flirteo. A saber, todo lo que tomamos prestado de los otros. El Yo, sí señor, es un otro. Pero un otro también bobo. Así, en minúsculas.
XI
El Yo no es un Otro. El Otro es la esencia misma de lo inexplorado. El Yo, en cambio, está cercado en la ridícula exposición de imágenes caóticas que llamamos «realidad». El Otro está más allá: inventa la realidad. El Yo está más acá: sólo la percibe tonta e ingenuamente.
XII
El Yo es aquel lugar que debe esquivar el discurso analítico: para ello el analista ha de marcar lapsus, hacer resonar significantes, mostrar doble-sentidos, jugar con la gramaticalidad, mover de más una ceja, entre otros prestidigitaciones. Matar al Yo -entiéndase esto como utópico-, libera a los Sujetos de sus propias boberías, bagatelas e incredulidades.
6 notes
·
View notes