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#écfrasis
ilianazuleta · 2 months
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Reseňa del libro Pigmentos para la melancolía de Iliana Rodríguez, por Moisés Ramos Rodríguez
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fallofree · 2 years
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Blancos perfectos, presas fáciles - Écfrasis de Niña de blanco, de Pérez Siquier
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El blanco perfecto es el punto preciso donde se fusionan el disparo y la posibilidad de acierto. Tanto en el caso bélico, como en el de la fotografía, o de cualquier otra técnica y arte, observar el blanco perfecto es saber señalar el objetivo a perseguir: estamos ante el reflejo de un penetrante blanco, en absoluto pálido sino más bien ruborizado, como mi rostro. Me están apuntando, de imprevisto, ya soy cazada. Quería salir, no queda otro remedio que volver a entrar. Quién podría esperarse, un día como hoy, encontrarme con tal ansia de retratar la vida de la que aún no soy consciente.
Seguro, me digo, no tardará mucho. Aquí nadie suele quedarse. La humedad penetra mi piel a través de las paredes que mamá cuida con esa cal de la vecina, con esas paredes que se nos vendrían abajo si supieran la verdad que cobijan, el frío que pasamos. Y si eso pasara, ¿vendrías a hacerme una foto? Puede que sí, que los fotógrafos, como las moscas y los poetas, se sientan atraídos por la ingrata suciedad, por la deforestación y el desierto de sal ante el que me encuentro. Señalas mi rostro, lo encuentras grácil, poso mi mirada en tu cámara y se me escapa, nerviosa, una sonrisa que no siento. Te desprecio, forastero, a ti y a tus ganas de encontrar en mí una imagen, tu ansiedad por colocarme en una vitrina como a cualquier trofeo, como a cualquier animal de caza, por arrebatarme este segundo de vida para aniquilarlo en tu máquina. Me encuentras exótica, pero lo verdaderamente extraño es tu tranquilidad, tu deseo por sumergirte en estas profundidades de las que nosotros solo soñamos escapar. Este no es sitio para fotógrafos ni poetas. Aquí solo se quedan las moscas, es bienvenida en mi rostro, pero tú no. Verás en mi rostro anhelo, desasosiego, calma y humildad, sentimientos que quieres encontrar en mi imagen pues no puedes alcanzar de otro modo. Puede ser cierto que aquí compartan espacio moscas y poesía, pero los poetas no se acercan. Tienen miedo a que el mundo no sea lo que ellos escribieron.
¿Que poesía soy yo? ¿Mis ojos? ¿Mi vestido raído? ¿Mis sandalias gastadas? No nos hace falta saber leer para entender que mi vida no es un poema, mi vida es simple como te gustaría hacer tu poesía, pero no lo consigues. Tú siempre distraído por un ideal que no es tal; yo quiero saltar, correr, buscar a mis amigas, me lo impide tu presencia en la puerta de mi casa con la intención de secuestrar mi momento, como un alma vagas capturando almas bellas. No preguntas por la mía, capturas lo que crees, te vas y no volveré a verte. Tú ya tienes tu fotografía, ya tienes lo que quieres.
Pero tú eres un poeta, o un fotógrafo, o cualquier tipo de artista o asesino. Juegas con el blanco y el negro, intentas iluminar mi cara, mi vestido, la pared. Todo parece claro, evidente, natural: ya lo sé. Pero ocultas con el negro el interior de mi casa, las goteras, el puchero de la mama, la humedad, mi pelo grasiento y los arenques secándose; es decir, obvias lo claro, lo evidente, lo natural: o lo asesinas. Esa poesía es para ti inalcanzable, te limitas a quedarte con un efímero instante, piensas que será eterno como yo me equivoco otras tantas veces. Ingenieros de conceptos, capturadores de inmortalidad, ¡cuánto desprecio vuestro desprecio y vanidad! Entonces me doy cuenta de la posición de mis piernas, de la dirección que llevaba, y retrocedo. Vuelvo a mi casa para que tu foto tenga sentido, porque mi tarde ya no. Seguirás, impaciente, alucinando con el resto de casas bajas, caladas y ondulantes, como mi vestido y el océano; blancos bajo el impacto del sol, no por tu presencia. Algún día, te deseo la consciencia de tu osadía, inmediatez y desvergüenza al querer despojar el significado de mi vida para desarrollar un nuevo concepto, muerto como todo concepto, sobre el que dialogar en tus círculos de vanguardia, donde dirán: ¡qué foto más bella, qué mirada más penetrante!, y pasarán a la siguiente imagen. Ahora, que he sido reducida a lo que crees de mí, a lo que crees que debería ser, a lo que te gustaría que fuera para gustar a los demás… Ahora, ya no soy nada más que una fotografía, subjetiva y experimentable para gente que jamás comprenderá lo que soy si es que soy realmente algo o alguien, si es que puedo llegar a serlo. Tú, poeta, fotógrafo, asesino, me has convertido en un blanco perfecto, pero no soy una presa fácil.
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big-takeshi · 1 year
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De la Maza no solo hace gala de su capacidad para la écfrasis, entendida como la descripción aguda y pormenorizada de cada pieza, sino que procura, estimulado por Yourcenar, lo que pocos habían hecho: penetrar en los estados psicológicos del adolescente endiosado y destacar sus matices expresivos, algunos tan sutiles que sin su pluma certera y sin su erudición pasarían inadvertidos al espectador común. Es probable que equivoque algunas de sus apologías, él mismo se detiene cuando no puede avanzar más lejos, pero hay juicio crítico y al final sindéresis.
Jaime Cuadriello.
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apuntapres · 2 years
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«Un daguerrotipo (écfrasis abierta)» Microensayos/Relato en www.unoscuantostextos.org/un-daguerrotipo-ecfrasis-abierta/ #arte #daguerrotipo #fotografía #historia https://www.instagram.com/p/CnuVIwVIfFo/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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jeremydae · 7 years
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Donde crecen los cerezos
                                   a Alexandra Domínguez
El huerto donde la fucsia se oscurece a magenta y aún más a berenjena ha sido talado, la sangre y el cardenal de la flor que se entrega a la fruta es ya un campo de tocones. Me había dicho, moriré una primavera en una plaga de pétalos. 
Enjoyado sol, ojo amarillo de una ameba morada engarzada como una rubí estrella sobre un tronco, todavía brotas, floreces, bajo la callada luz de tus corolas niñas todavía corren tras petisos. Me había dicho, moriré mientras las abejas polinizan el huerto:
pero te han talado, has sido engullido por el gran gusano, hecho añicos por la helada que me ha dejado expuesto al viento, a la noche a la intemperie.
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Autorretrato con la oreja cortada, Vincent Van Gogh
Écfrasis de Oscar Hahn, autorretrato de Van Gogh, en él, Van Gogh habla con él mismo de forma ex abrupta como alguien que tiene una personalidad desdoblada y no está en sus cabales.
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He empezado a hablar con mi propio espejo Mi espejo me contradice y no me dice lo que yo quiero oír La puta que lo parió Hay una serie de cosas que giran en el mundo cosas que giran en torno a su eje Algo está girando girando y no deja nunca de girar Los demonios se ponen mi oreja contra el oído y escuchan el ruido de mis pensamientos. Un vaso de vino se vuelca y tiñe de rojo el mantel Esta es la hora de los cataclismos celestes cuando los muertos salen de los espejos y el cielo estalla en remolinos de fuego Veo unas vacas rojas con la piel pegada a los huesos La noche choca contra el interior de mi cráneo y se rompe en millones de estrellas Mi pincel es un instrumento de tortura Mis cuadros están llenos de flagelaciones Veo dos mariposas blancas sobre un fondo verde Una gota de sangre se desliza por el espejo Mojo el pincel y pinto heridas en mi cara Mi cabeza es un girasol en llamas.
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laquemehabita · 7 years
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Recogí los fragmentos de un canto herido que anunciaba el cielo. #écfrasis #escritura #fotografía #ejerciciodeescritura
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incendiospoeticos · 5 years
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Me siento como Lutero clavando estas tesis sobre el amor romántico versus el revolucionario en algún muro. Surgen de una pregunta disfrazada de reproche, pero también de cierta discusión con amigos.
¿Por qué no enamorarse como todo el mundo?
Porque se puede amar sin exigir una relación tradicional, un camino ya memorizado, absurdo y tormentoso: ese vínculo, la mayoría de las veces asimétrico, donde alguien pierde, se sacrifica, renuncia o espera.
Porque las uniones largas y sólidas, está demostrado, no se afincan en el contacto de dos epidermis o el intercambio de dos caprichos, esto es, en el consumo emocional de la vida o el tiempo de la persona a quien se ama.
Porque resulta ruin imponer al amor un criterio económico o farmacológico.
Porque nadie es dueña o dueño de una subjetividad. Porque todo protocolo de relación romántica conlleva una falsa expectativa de posesión o control.
Porque el amor romántico es una extensión del capitalismo y de la explotación de cuerpos, de la propiedad privada desde la idea de la exclusividad en pareja o la monogamia que el heteropatriarcado exige en ellas y la violación de este acuerdo que acolita, que aplaude en ellos.
Porque no hay que vivir juntos, llamarse, salir o permanecer en nombre de un dudoso contrato sexual que no debe facultarnos para incidir en los sueños, confusiones o en las búsquedas vitales de quienes amamos.
Porque es imposible que alguien sea todo para alguien. Esa idea es terrorífica.
Porque el amor romántico se traduce en adoctrinamiento: una religión o droga dura que mata en pequeñas y grandes dosis las garantías de libre tránsito de la personalidad, el deseo y la fluidez del mismo.
Porque el hombre blanco inventó la ceremonia (bautizos, quince años, bodas y otros ritos paganos o sacramentos) para aminorar su complejo de culpa cuando impone un modelo de existencia; cuando asesina, roba, viola, miente o abusa.
Porque amar es implica una resistencia al mito del amor. Amar es una revolución que lee entrelíneas, no un flechazo, no un lastimoso juego de invidentes.
Porque el amor se conversa sin agotarse. Porque el romanticismo es un fardo y agota. La actitud romántica es un performance, un truco, una puesta en escena. El verdadero amor se da entre el público o tras bambalinas.
Porque para amar basta con uno, ya que el otro es una cuidadosa ficción, una écfrasis de lo visto en casa. Sabemos que en realidad no existe el objeto amado. Le añadimos esa idea a una persona que nos atrae, nos intriga, nos gusta. Si el amor romántico pasa de ser accesorio a convertirse en prótesis es porque nuestra educación sentimental está viciada por la dependencia, el egoísmo, el temor de constatar la plenitud del otro sin nuestro protagonismo o nuestro devenir en sus decisiones.
Porque no sabemos imaginar a quien amamos sin nosotros cuando el amor revolucionario triunfa precisamente al invertir esa ecuación. Si puedo imaginar al otro sin mí y saberlo completo, independiente, a gusto en su piel, contento, puedo amarlo porque entonces lograré no hacerle daño.
Porque amar es admitir el propio cambio gracias a la luz o la sombra del otro. Se trata del fuego de la emoción en libertad, del respeto irrestricto a la conformación del yo de la persona amada aunque no sea nuestro espejo.
Porque el amor romántico es una excusa patética sólo para amar lo que de ti hay en el otro.
Porque ese amor nos hace más llorar sentir placer.
Porque el amor romántico nos uniforma y con ello nos limita.
Porque el amor romántico nos vende espejismos de creatividad y espontaneidad únicas.
Porque el amor cierto requiere oxígeno y eso significa muchas veces que requiere espacio, cierta distancia, soledad para escribir dicha ficción.
Porque el amor romántico es un depredador, va detrás de la última gota de tu sangre.
Porque no despatriarcaliza de fondo ni en la superficie, ningún "habitus". Mejor dicho, impone "atenciones", "buenas maneras".
Porque no podemos seguir tomando el mismo veneno que aniquiló la solidez de nuestras tramas, que nos obligó a resignarnos a repetir guiones desastrosos.
Porque el amor es varias personas con el mismo nombre secreto. O no.
Porque el amor, eso sí, nunca es uno solo: muta o no es.
Porque el amor, si no se cuestiona, si no se reinventa, si no se sala o se endulza, mata de hambre de otro amor.
Porque el amor revolucionario, el posible, es poderosamente antisistémico.
Alma Karla Sandoval
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ilianazuleta · 2 years
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Memoria gráfica del taller de poesía “De la imagen al texto en la FILPM”
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lelitblog · 5 years
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Apocalypsis cum figuris
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Durante los últimos años de la primera mitad del siglo XX, la guerra pululaba con predominancia el pensamiento humano. Las expresiones artísticas no se hicieron esperar para manifestar al mundo las posturas de sus autores respecto a ella. Tal es el caso del exiliado Thomas Mann, quien eligió el mito de Fausto para dar a conocer al mundo su visión respecto al rumbo que su patria hubo tomado en las últimas décadas. El alemán dotó a su novela, Doktor Faustus, de una dicotomía ideológica predominante de principio a fin entre los dos principales personajes de la obra: Adrian Leverkhun y Serenus Zeitblom, a través de la cual Mann pretende contar la tragedia del espíritu alemán, quien, con sus alas ya quemadas, sueña con seguir volando cerca del sol.
El carácter polifónico de la novela se hace presente a través de un importante factor: la presencia de un narrador intradiegético, y de un protagonista visto desde el exterior. Mientras que Adrian Leverkhun es un claro paralelo con el sentimiento alemán que termina ahogándose en sus aspiraciones, el personaje de Serenus es el mismo Mann, quien observa con íntima cercanía la tragedia del objeto de su más ferviente amor y admiración.  La relación de Serenus hacia Leverkhun es más una de responsabilidad fraternal; si se entiende a Adrian como representación de Alemania, Serenus le ama no con intención posesiva, sino con el propósito de velar por su grandeza, de la cual el narrador se siente orgulloso. Es por esto que Mann resiente como una traición la entrega demoníaca de su patria, la resiente con la responsabilidad propia de quien, culpable, mira con impotencia cómo la madre (en cierto punto Mann define como “maternal” la relación entre Serenus y Adrian) recurre a otro para obtener lo que le es ya imposible, lo que fue perdido, o lo que su adictivo deseo de inasequible perfección, de virtud extrema, le ordena conseguir.
La música es tema central en la obra. Desde su juventud, Adrian Leverkhun no solo fue un prodigioso músico, sino que su visión artística no pertenecía a su época, y la novela decididamente lo hace notar. Constantes son las discusiones de Adrian con los demás personajes en las que el protagonista es visto con extrañeza por su pensamiento prescriptivo respecto a la música y su verdadero valor estético y filosófico, el cual reside en la vuelta a la inocencia mediante un intenso racionalismo, prescindiendo de todo romanticismo y sentimentalismo. Las intervenciones de Leverkhun son siempre prescriptivas, eco del totalitarismo de la Alemania de Mann. Una elucidación más extensa de los pensamientos respecto a teoría musical que abundan en la obra requeriría de una mente más preparada en estos temas que la mía; sin embargo, aun postergando la completa comprensión de la terminología que cualquier iniciado musical disfrutaría con creces, las propuestas filosóficas que la novela pretende exponer a través de la música son presentadas de manera clara, incluso para un completo neófito musical como lo es este amable servidor.
Y es este contrastante contrapunto ideológico lo que yo considero como el tema central de la obra. El constante cambio, la perpetua oscilación que el autor paraleliza entre la filosofía, la música, los protagonistas, y la misma Alemania. Siguiendo los ejemplos mencionados, pareciese que esta evolución de la que Mann pretende inundar toda la obra, tiene como último final la inevitable tragedia. La catástrofe, es constantemente vaticinada desde el inicio de la novela, y, como si de un demoníaco acuerdo se tratase, todos los personajes parecen estar no solo conscientes de ello, sino que aparentan estar esperando con ansia el profetizado derrumbe.
El Doktor Faustus de Thomas Mann es el relato de una transición. Una transición que forzosamente supone la perdición y la decadencia, pero esto no demerita en absoluto lo adquirido durante el previsto proceso de mutación. Las corrientes de pensamiento que revisten la obra chocan entre sí con un impetuoso frenesí, que termina generando una perfecta armonía, como si de una composición musical se tratase. De haber redactado la novela con una estructura narrativa más convencional, no solo terminaría siendo sosa, sino que no se habría satisfecho la visión polifónica que el intertexto requería, y el valor alegórico de la obra hubiera quedado incompleto. Es por esto que la obra en cuestión es -como sus personajes, y su composición en general-, un intencional paralelo de un momento histórico clave, que a través de una infalible y majestuosamente lograda écfrasis, encarna el interminable ciclo de grandeza y decadencia, no sin dejar macabra libertad interpretativa a la esperanza de demoniaca reivindicación.
Aaronchas
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osulvama · 7 years
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Écfrasis – El despertar de la Musmé (Acuarela de Kunisada) de Juan José Tablada
El texto de Tablada resulta interesante porque permite visualizar la acuarela de Kunisada a la vez que transmite las sensaciones y efectos que provocaría la imagen al verla. Esto lo logra gracias a la musicalidad de las palabras que elije y a que no sólo describe los elementos visuales, sino que los poetiza, los refiere mediante metáforas y comparaciones. Aunque el autor esté dibujando una imagen estática, el texto le da una vida interna muy poderosa, pues nos permite imaginar lo que está pensando la Musmé, lo que ésta sucediendo en los planos más alejados de nuestra visión, etc.
Si recuperáramos únicamente los elementos visuales (de color, disposición de los elementos en el espacio, perspectiva etc.) podríamos extraer lo siguiente:
Vemos una habitación de paredes de papel transparente, poco iluminada. Frente a ella hay un biombo azul donde se refleja una luz, que bien podría ser de la luna o de una lámpara. Está una mujer incorporándose después de sueño, vestida de sedas y sobre edredones. Ella tiene la piel blanquísima y el cabello negro, probablemente enredado. Tras el biombo azul, asoma una sirvienta que carga el té, las tazas y una pipa con tabaco.
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ilianazuleta · 2 years
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Taller de poesía “De la imagen al texto” en la FILPM
El martes 28 de enero, a las 12 horas, impartiré el taller de poesía “De la imagen al texto” en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, en el Salón de Talleres. Esta actividad forma parte del ciclo organizado por miCielo ediciones, titulado “Las posibilidades del libro y la poesía 0.5”. Taller de poesía: “De la imagen al texto” Lugar y horario: 44a FILPM, Salón de Talleres, 28…
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lelitblog · 6 years
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-Cosmopolita- es tal vez el adjetivo que mejor define la obra de Sergio Pitol. Una obra constituida por la constante evolución tanto estilística como temática, que a su vez mantiene una familiaridad que le permite ser reconocida al instante por cualquiera que se aventure en su universo. Su primera literatura se nutre (de entre muchos otros) principalmente de Rulfo, Borges, Onetti, Mann y Broch, los tres primeros son la inspiración inicial para los primeros textos, pero los dos últimos serán quienes definan el rumbo literario de Pitol y en mayor medida sus obras más importantes de los 60’s y 70’s.
La carrera literaria de Pitol comienza con su incursión en los relatos cortos. En Tiempo Cercado podemos apreciar a un Pitol que intenta definir el estilo de su pluma; relatos como Victorio Ferri, Amelia Otero, y Tiempo Cercado son a primera vista bastante diferentes entre sí, sin embargo, al adentrarse en su análisis, se puede notar un gusto que se acrecienta por la interiorización en el proceso anamnético de los protagonistas. Un ejemplo a menudo pasado por alto por los estudiosos de Pitol es Victorio Ferri cuenta un cuento, relato que desde su título hasta su desarrollo narrativo, ofrece indicios al lector de que está siendo llevado de la mano en un viaje a través de la memoria del personaje, con todas sus implicaciones, como la inevitable alteración de la realidad, y una constante desconfianza respecto a la veracidad de la narración. Después de Victorio Ferri, Pitol raramente volverá a la narración en primera persona fuera de sus textos ensayísticos y autobiográficos.
 El primer momento de significación evolutiva surge del relato Cuerpo Presente, con el cual se condensan los elementos predominantes dispersos en sus cuentos anteriores, y se consuma una obra que funge como parteaguas en el desarrollo estilístico del escritor veracruzano. Cuerpo Presente relata la historia de Daniel Guarneros no a través de una sucesión de hechos que ocurren en tiempo real, sino mediante la reconstrucción de elementos del pasado, que permiten al lector la formación de un personaje cuya acción principal es el simple hecho de recordar.
Aunque la Saga Ferri está fuertemente pensada como una recuperación nostálgica de la infancia de Pitol, Cuerpo Presente introduce la figura del mexicano profundamente insatisfecho viviendo en el extranjero, una constante que permanecerá en la mayoría de las obras de ficción posteriores, cuya inspiración directa son las vivencias del escritor a lo largo y ancho del viejo contiene. Hacia Occidente refleja un periodo definitivo tanto en la vida del autor, como en su pluma. La estancia en Pekín es para Pitol una de las peores etapas de su vida, tanto él como el protagonista del relato regresan de las tierras asiáticas sintiendo una profunda repulsión hacia las tierras a las que fueron invitados, y que aceptaron sin tener gran idea de lo que aquello significaría. Uno de los primeros elementos metaficcionales de la narrativa de Pitol aparece en este relato, aunque no será hasta Del encuentro nupcial cuando se recupere la metaficción, hasta llevarla posteriormente a un horizonte completamente nuevo e inexplorado en Juegos Florales y en el periodo de Nocturno de Bujara.
Lo que sí permanece constante es el gusto por la écfrasis. Hacia Varsovia es interpretada por muchos como la descripción de una pintura barroca inexistente; la narrativa se desenvuelve con una poética que logra transmitir de manera impecable la sensación de que la historia contada es en realidad una obra pictórica. Hacia Varsovia presenta una inmersión jamás igualada en ninguno de los demás trabajos de Pitol (poco detrás se queda Domar a la Divina Garza), que es lograda mediante un proceso de traducción “meta-artística” que ya venía siendo trabajado paulatinamente desde trabajos anteriores como Hacia Occidente.
Empapado de inspiración adquirida principalmente a través de la lectura extranjera y estancia en Europa, Pitol incursiona en 1972 en el terreno novelístico con la publicación de El tañido de una flauta novela que reúne las características predominantes del periodo cosmopolita de su obra narrativa. “El tañido”, al igual que Cuerpo Presente, desarrolla una historia no mediante una sucesión de hechos que aunque sí son presentados, no son la vía narrativa principal; Pitol logra contar una historia cuya narrativa se sostiene completamente por las impresiones y experiencias que los distintos personajes mantienen en sus recuerdos de Carlos Ibarra, quien jamás tiene aparición alguna dentro de la narrativa principal, sino solo como un fantasma, como una creación de la percepción, cuya imagen original termina por carecer de importancia alguna.
En la primera etapa denominada “cosmopolita” de Sergio Pitol, se definen los elementos con los que trabajará como principios inamovibles por el resto de su carrera literaria. La inspiración autobiográfica, el desplazamiento internacional, la exploración de los pensamientos y recuerdos más allá de la acción y el movimiento narrativo, el artificio como medio creador de múltiples diégesis que logran existir con vida propia y establecer una realidad completamente dependiente de quien la relata; son algunas de las características que irán evolucionando de manera independiente en los trabajos posteriores, pero que de una u otra manera lograrán conservarse como definitorios de la extensa obra literaria del escritor mexicano cosmopolita por antonomasia, Sergio Pitol. -El AaRonchas
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petiteedith-blog · 9 years
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Écfrasis o ecfrasis (de cualquier manera no es intermedialidad)
Hegel decía que las artes se explicaban a través del lenguaje, excepto la música pues está ya estaba dotada de sentido y no necesitaba “sistematizarse”. Por lo tanto si tenemos ante nosotros una escultura, de manera inconsciente comenzamos a describirla por medio de la lengua, ya sea a describir la obra o lo que nos provoca.
Los procesos artísticos comienzan en el artista, en la individualidad, para después ser proyectado en algún soporte físico (que deje huella, registro de dicha persona, individuo). Este objeto artístico comenzará a comunicar, por medio de diferentes sistemas dependiendo de su soporte (pintura, escultura, literatura, etc.) a partir de este punto va a involucrar a una colectividad. El artista no sabe a quién llegará su obra, cuánto tiempo perdurará, ni lo que inspirará. Finalmente la obra de arte termina por ser autónoma.
Teniendo esto en cuenta, el posible espectador o receptor del mensaje proyectado por el objeto artístico, puede ser otro artista, quizás un escultor, un poeta…
Hermógenes en su Ecphrasis Progymnasmata definía la écfrasis como una forma de descripción detallada y extendida mediante la cual se pretendía crear una imagen clara, con el tiempo, estas descripciones empezaron a aplicarse únicamente a un objeto plástico y ya concebido, para después sólo aplicarse, como un procedimiento mediante el cual un poeta o escritor realizaba su creación a partir de una obra pictórica, ya no sólo como una descripción, pues ahora incluía un proceso de creación. Lo que Pimentel define como una representación verbal de un objeto plástico, es decir un escribir a partir de.
Para lograr una obra ecfrástica no es satisfactoria una vasta enumeración de detalles, ni imitar el estilo de la corriente estética a la que pertenezca la pintura, es necesario que la pintura pase por un proceso emotivo (como define Alfonso Reyes al proceso de escritura), entonces para resistematizar esta representación, debe haber un previo, en el que la obra plástica sea llevada a algo asible de acuerdo a la experiencia del autor y ser planteada en el lenguaje por lo que va a requerir una interpretación.
Si bien es cierto que las obras están relacionadas no son dependientes una de la otra, en mi opinión esto diferencia la écfrasis de la intermedialidad, en esta última cada sistema, y por lo tanto cada discurso, es completamente dependiente del otro para complementar el significado y el mensaje a transmitir. En la écfrasis se puede leer cada obra como única y se redondea el significado con el otro objeto artístico.
Difícilmente se lograría una écfrasis que sea simultánea a la creación pictórica, es decir, si fuesen hechas a la par resultarían ser intermediales, pues la diferencia temporal entre una y otra permite la descontextualización de la pintura, llegando a la antes mencionada autonomía de la obra, esto también permitirá una interpretación o lectura más libre por parte del escritor.
A modo de conclusión se puede decir que la écfrasis requiere un proceso de interiorización de la obra por  medio de la cual se dará una posterior interpretación que será llevada a el sistema del lenguaje, es necesario que haya una brecha temporal entre cada una de las obras para permitir al escritor hacer libres conjeturas de la pintura y que no se vea afectada por el contexto, por último no es suficiente con hacer un escrito similar a la pintura, respecto a la estructura ni tampoco es suficiente describir o criticar la misma. Si bien es cierto la obra ecfrástica nos puede guiar hacia una interpretación, también es cierto que puede llevar a la sobreinterpretación por lo que es importante no perder de vista que como toda obra artística fue realizada por un individuo, con un determinado mensaje, por lo que es probable que no todos veamos una pintura bajo la misma mirada.
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