#Ángeles Olías
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La Hauss. Máster Online Diseño Gráfico 2021-22. Portfolio de María de los Ángeles Olías Archilla.
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Vil y blasfemo (Hazbin Hotel Emilute one-shot)
Al volver a casa mi madre me dio una paliza sin decir una sola palabra y sin quitar aquella mirada de desprecio. Me encerró en el sótano durante días donde empecé a sentir el dolor de todos los golpes que me había dado, pero tenía razón en castigarme. Usé ese tiempo a solas para reflexionar sobre todo lo que había ocurrido y cómo me sentía, para enterrar en lo más hondo de mi ser esos sentimientos pecaminosos que sabía que no debía sentir si quería seguir una vida recta y alejada de la tentación. Me dijeron que lo que estaba sintiendo era una provocación por parte del maligno con el objetivo de corromperme. Es por eso por lo que debían ser aplacados hasta que finalmente desaparecieran y pudiera disfrutar mi vida de mujer buena y virtuosa.
O esa era la esperanza a la que me aferré con todas las fuerzas a pesar de varios años haciendo mi mayor esfuerzo en suprimir esos sentimientos por varias compañeras de clase. Hasta que mi vida llegó a su fin.
Fue sin darme cuenta, intentando rescatar a un gatito que estaba en un paso de cebra cuando me atropelló un coche y así, sin más, acabó mi vida.
Pero por suerte, El señor es bueno, misericordioso y recompensa a las almas buenas ya que, en el momento en el que dejé de sentir el dolor del golpe, una cálida luz me cegó.
El brillo de las puertas celestiales me dio la bienvenida junto a un sonriente San Pedro que me abrió las puertas tras comprobar que mi nombre estaba en su libro. En ese momento dio comienzo mi vida en el más allá. Sonreí satisfecha. Mi madre tenía razón. Haber seguido las enseñanzas de Dios, luchar contra el pecado que habitaba dentro de mí, me permitió subir y disfrutar del paraíso.
Aquel lugar era perfecto, bello, brillante y lleno de energía. Mucho mejor que lo que prometían las escrituras. Un merecido premio para las almas ganadoras.
—Una alma nueva. ¡Bienvenida! —Una voz dulce me tomó por sorpresa mientras recorría el reino del Señor.
Me giré buscando aquella voz y mi mirada se quedó cautivada con lo que me encontré. Una joven de piel oscura que resplandecía en contraste con un impoluto y puro vestido blanco. Unos grandes ojos iluminados enmarcados en claras pecas que parecían una bella constelación que adornaba su rostro.
Me quedé completamente embelesada contemplando a esa chica que había aparecido delante de mí.
—Me llamo Emily —me saludó con alegría esbozando una cálida sonrisa que calentó mi corazón.
—Lute. —Las palabras parecían no querer salir de mi boca
¿Qué me estaba pasando?
Aquella figura angelical descendió hasta llegar a mi mundana altura y me saludó enérgicamente con un abrazo. Olía a flores.
—¿Quieres que te enseñe el lugar? ¿Te ha dicho San Pedro dónde vas a vivir? ¿Has ido ya al zoo? A todo el mundo le encanta y… —Se detuvo un momento y me miró algo apurada—. Lo siento, estoy hablando demasiado.
—No, tranquila. Me encantaría que me hicieras una visita, estoy un poco perdida —le respondí sonriendo un poco.
Llena de ilusión, me agarró la mano y me enseñó todo lo que era interesante del paraíso. Pero yo no era capaz de prestarle mucha atención. Estaba embelesada por la belleza y bondad de aquella chica cuyas alas brillaban con la luz celestial que impregnaba el Cielo.
La realización de esos sentimientos me golpeó con fuerza cuando me quedé sola y me instalé en mi nueva residencia. Sentí arcadas, me daba asco pensar que mi mente podía pensar esas cosas de alguien tan puro como Emily. Estaba volviendo a pasar. Esos sentimientos pecaminosos me habían acompañado al paraíso. Hasta ese momento no me había dado cuenta de la capacidad que tenía la tentación para intentar contaminar incluso a los que ascendían al paraíso. Me lancé al baño para vomitar. Aquello no estaba bien. No podía permitir que mi pecado la contaminara.
Con todo el deseo de protegerla, decidí mantener las distancias con ella y más cuando se me invitó a entrar en el ejército exorcista. Aquello era un secreto incluso para los ángeles así que era un motivo más para obligarme a estar lejos de Emily.
El ejército de Adam era para lo que me había preparado durante tanto tiempo. Tanto tiempo sirviendo al señor, yendo a la iglesia y evangelizando a mis compañeros habían sido el primer paso para empezar a estar en primera línea de acción y ser yo personalmente la que ejecutara a las amenazas que intentaban contaminar a Emily.Y yo no iba a dejar que eso pasara.
Lo di todo en el ejército, fui la mejor, segunda al mando de Adam, la exorcista más temida y respetada de toda la milicia celestial.
Todo el mundo me seguía fielmente y año tras año completábamos nuestra misión de eliminar la depravación de la existencia. Por eso fue imperdonable que una de las mejores del escuadrón, Vaggie, se atreviera a dejar ir a un pecador. Aquello era una traición no solo al ejército de las exorcistas, sino al mismísimo cielo. ¿Acaso no era consciente de las consecuencias que podían tener sus descuidadas acciones? Si se daba libertad a los sucios pecadores, querían intentar subir al Cielo, para mancillar a los puro seres celestiales, para mancillar a Emily.
No pude permitir aquella traición y me encargué personalmente de que la traidora nunca volviera al Cielo. Que se quedara donde se merecía, con los pecadores como ella.
Pensaba que, con la caída de Vaggie, todo estuviera bien. Que Emily, digo los ángeles, estuvieran a salvo de los pecadores.
Hasta que apareció ella. La maldita princesa, el engendro de Lucifer que, intentando parecer inocente, pretendÍa que los pecadores subieran al paraíso. Aquello era impensable, una burla hacia todas las creencias en las que había basado mi vida. Pero parecía que la princesa seguía insistiendo en que su asqueroso plan era posible. Hasta que consiguió convocar un juicio celestial para discutir si la redención era posible. ¡Qué ridiculez!
Y ahí la volví a ver. Vaggie había vuelto, como novia de la princesa. Eso lo explicaba todo. Ella era una pecadora que se había mimetizado entre los ángeles que había amenazado con mancillar lo divino. Igual que mi pecado que luchaba por ocultar, ella también había conseguido franquear las puertas divinas.
Volver a ver a la traidora hizo que me hirviera la sangre. Pero lo que realmente me aterró, lo que hizo que mi corazón se parara por un momento fue que la pecadora de Vaggie y la inmunda princesa no dejaban de rondar a Emily.
El miedo me invadió. Intenté mantener la calma ya que Adam estaba a mi lado pero en mi interior solo quería acudir en su ayuda para alejarla de aquellas malas influencias. Todos mis esfuerzos estaban siendo en vano, el pecado había llegado al Cielo y estaba mancillando a mi ángel.
Tenía que hacer algo, lo que fuera para excitar que Emily fuera contaminada por aquel terrible pecado vil y blasfemo.
One-shot dentro de la antología Tanto en el Cielo como en el Infierno.
Inspirado en este fan comic de @hiwonoafu.
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Andábamos sin buscarnos
Aunque sabiendo que andábamos para encontrarnos
Y aunque no creo en el amor a primera vista
Creo en el querer a primera noche
Y te dije que pasaría porque sabía que sabías
Que sabía que querías
Y fueron nubes la que use de trampolines
Y tiburones los que vestí de delfines
Un arco iris de tobogán, por
Donde me dejé caer hasta aterrizar en un río de paz
Los ruidos, parecían cantos de ángeles del cielo
Y no es que yo halla estado allí
Sino es que aquí no suena na' tan bueno
Sentía un fuego que me acariciaba el alma
Y me comenzaban a crecer sonrisas en la barba
Tenía alas, para atravesar las nubes
Y olía tan bien que hasta las flores querían mi perfume
Crecí tanto que a los planetas los tomé en mis manos
Y jugué con ellos a las metras en segundo plano, claro
Que a los pocos instantes me encogí
Para poder volar y volar sobre un colibrí
Si, los arboles cantaban Jazz o tal vez Blues o quizás paz
Tal vez algo más
Caminaba en el mar, podía parar el tiempo
Acelerar, repetir con un simple movimiento
Podía quitarme la vida y nacer de nuevo
Porque el paraíso a donde iría no sería tan bueno
Era perfecto, como si de un cuento se tratase
Podía hasta crear un defecto, por si lo perfecto me asustase
El hecho es que por un instante entré en razón
Y no estaba soñando
Estaba haciéndote el amor🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶
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Recuerdo que el aire olía a éter. No me preocupé demasiado, no al principio, porque a veces la sensación de vértigo que se le pone a uno en el estómago hace que los sentidos se confundan, y ocurran cosas extrañas. Después pensé que las voces se escuchaban como a través de un vacío inmenso, o como si estuviéramos flotando justo por encima de la atmósfera. Puede ser que me costara un poco respirar. Son nervios, me dije. ¿Sabes esas luces que se aparecen en el borde del campo de visión? A veces parecen ángeles. No es que me esté volviendo loco. Son nervios.
No recuerdo qué comimos, pero al masticar me pareció que el alimento se volvía denso y pesado. No debería haber venido, pensé. Ni siquiera me interesaba lo que se estaba hablando. Los rostros eran una maraña de ojos y bocas al levantar la vista. En algún momento, esperaba, se alinearían de nuevo en un conjunto coherente.
Él estaba allí, claro, como siempre, con su voz de terciopelo. No sé si llegó antes, o lo esperamos. ¿Llegué tarde yo? Tampoco lo sé. No me atreví a comprobar su presencia. Sabía que él estaba sentado a cierta distancia —— de nuevo, como siempre, alguien se había interpuesto entre nuestras sillas —— y eso bastaba. Quizá más tarde se ofrecería a volver caminando conmigo. Quizá no. ¿Cuándo fue la última vez que alguien caminó conmigo hasta casa? Aquella noche no sería distinta de ninguna otra. No tenía por qué serlo. Cenábamos juntos.
En un momento dado el corazón se me encogió de nostalgia. No sé si fue algo que vi o algo que se dijo, o simplemente la reacción habitual a la soledad de estar varado en una mesa, cenando. ¿Entienden lo que digo? Que los sentimientos pueden llegar sin más, sin que nada ni nadie los provoque. Y tienes que quedarte sentado, observando en silencio tus propios órganos, que parece que se te van a salir del cuerpo si haces cualquier movimiento brusco. También creo que me reí a carcajadas, poco después. Sin ninguna provocación. Seguramente él me miró, con un centenar de preguntas. Y yo seguí a lo mío, cenando. Cenando todos juntos.
¿Qué pasó la última vez que cenamos juntos?
RECUERDOS DEL FINAL es un proyecto periodístico de reconstrucción de la memoria colectiva tras el fin del mundo. Por favor, ayúdanos a recuperar los recuerdos de aquel fatídico día. Nuestro equipo valorará favorablemente cualquier pequeña contribución al proyecto. Gracias.
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“El invierno que tomamos cartas en el asunto” by Ángeles Doñate + f a n c a s t:
— Úrsula Corberó as Alma Meillás
— Jaime Olías as Álex Salvan
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RECEIPTS (traducción):
1) LA 2020:
Anónimo dice:
Asi que solo se lo he contado a algunos amigos del fandom, pero conocí a Harry en Los Ángeles en abril de este año. Ocurrió por casualidad cuando dos amigos y yo íbamos caminando hacia el almuerzo. Harry vestía una suave franela roja/granate. Estaba de buen humor, probablemente porque no estaba lleno de gente. Mis amiga S lo abrazó y ella le preguntó qué colonia llevaba. Dije que olía bien. Olió su camisa, sonrió y dijo "oh, eso no es mío, es..." pausa "No estoy seguro" Mi amigo B dijo Louis. Harry rió, tomó fotos y seguimos nuestro camino.
daysundercover responde:
^^^
2) BAR GAY:
Anónimo dice:
Para agregar a tu anon que vio a Harry y Louis en un bar gay, puedo decir que yo también he sido testigo de esto y están muy interesados el uno en el otro. Honestamente, no tenia idea de que no habían salido. Louis es un idiota si alguien se lo pregunta. Por todo Harry. Saludos xx
stylesforstiles responde:
Esto es hermoso
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‘ ’ ’ ’E L A L M A’ ’ ’ ’ (RELATOS CORTOS)
#2 EL Espectro ☠️
Mi abuela seguía visitándome por las noches, yo amaba platicar con ella y esperaba ansiosa que el reloj marcara las 2:00 am en punto. Mi abuela me enseñó a no temerle a la oscuridad, tiempo atrás siempre le pedía a mi madre que dejara la luz de la lámpara encendida después de que me cobijaba entre las sábanas y me daba el beso de las buenas noches. Mi mamá se sorprendió incluso de que le pidiera que deseaba dormir en mi cuarto, sola, pues antes le imploraba dormir con ella en el suyo. Yo le hablaba de un hada que me visitaba, Aine —el nombre del alma de mi abuela —, entusiasmada le contaba las historias mágicas que ese perfecto ser me compartía. Mi madre creía que empezaba a tener amigos imaginarios y hasta llegó a preocuparse demasiado, creyendo que posiblemente podría tener un problema mental. “No te preocupes, mamá, Aine me cuida… es como una especie de ángel de la naturaleza…”, le decía en tanto sonreía con sublime inocencia y mis ojos se llenaban de un insólito resplandor. “Nuevamente ese color violeta en tus ojos… no puedo entender cómo es que de pronto se llenan de ese matiz…”, me decía maravillada mi madre al percatarse del halo que emanaba como vapor de mi mirada; luego, frunciendo el entrecejo un tanto preocupada, abandonaba la habitación, no sin antes darme un beso en la frente y la bendición.
Aine, es la reina de las hadas, la más grande… la suprema, la que les ordena a las libélulas iluminar y vigilar los bosques por la noche, hermana de los silfos, los seres más sabios de la naturaleza. Mi abuela ama danzar entre las orquídeas o la lavanda, de hecho, ese es el paraíso para ella… un mundo donde impera el viento y a ella le encanta controlarlo con la agitación de sus cristalinas alas. Los duendes del viento de repente le adornan sus rojizos cabellos con el verde de las hojas más bellas, había días en los que llegaba a obsequiarme una corona hecha de pétalos lilas, luego ya una vez colocándomela delicadamente en mi cabeza, lanzaba un suave viento por sus labios —coquetamente encogidos — y les daba vida convirtiéndoles en mariposas bailarinas… Con sus manos níveas, largas, y sus uñas de tintura cetrina, les lanzaba la brisa del sol… inundándolas de diamantinas naranjas que las hacía estornudar… y a mí, reír bastante. Me hacían cosquillas en la cabeza… los cabellos se me erizaban y traviesamente Aine ponía su largo dedo índice en mis labios… “Shuuuu… No te vayan a escuchar y no queremos asustar a nadie.”, y toda mi risa se me iba al estómago el cual se contraía con firmeza emitiendo fuertes espasmos. Eran noches sumamente hermosas… mi abuela había trascendido su forma física, ya no me contaba cuentos como antes lo hacía, pero ahora me hacía vivirlos a cada segundo, pues mi cuarto se tornaba en un bosque encantadoramente mágico y gentil donde yo también podía jugar a ser hada.
En la noche de mi cumpleaños número siete, sucedió una experiencia aterradora para mí, no obstante, fascinante; en ese momento debo aceptar que me acobardé bastante por el ánima que se me representó. Aine aún no me había hablado de mi capacidad para poder ver también a esas almas que difícilmente trascienden y tienen eterno descanso de este plano, pues han cometido una falta contra su propia esencia divina; un delito contra la sangre propia, o de otro… contra ese fluido que nos da la vida, que hay que cuidar jamás derramarlo o hacerlo derramar. Fluido que le pertenece al Creador de todas las cosas, al único dueño de cada ente, visible o invisible. Esas ánimas generalmente purgan una condena, una multa autoimpuesta y que, muchos desconocemos, es ejecutada por una ley universal: causa-efecto… o lo que es lo mismo, karma, en términos más espirituales.
Sentí una presencia justamente a mis espaldas. Sabía que no era Aine, era cualquier otro ser menos mi abuela. Era una energía sumamente densa, pesada, y el efluvio era el característico al aroma que deja el pabilo de una vela cuando se apaga. Sentí que mi cama se hundió. Mi corazón comenzó a agitarse demasiado, y cada vello de mi pequeño ser se erizó de pies a cabeza. “¿Quién eres?”, musité en tanto abrí mis ojos ligeramente como deseando no ver nada en esa oscuridad que invadía a mi cuarto, cuya ahora, era más marcada que antes. Sentí a mis ojos cegarse por la bruma espesa que me rodeaba. Negra… más negra que la misma negrura. Y ese aroma de una vela sin vida despacio se coló por mis fosas nasales, como un halo dirigido con alevosía hacia mí, con ese único fin de hacerme sentir conquistada por el miedo. Me encogí en la cama, cerré los ojos fuertemente y me puse a orarle a mi Dios. Pedí por la presencia y protección de mi abuela, pero al parecer, en ese momento no pudo escucharme… o tal vez sí me escuchó, pero era necesario conocer más a ese ente confuso que había llegado a visitarme y enfrentarlo yo sola.
Fueron instantes en los que me sentí abrigada y escudada bajo mis sábanas, pero esa sensación de paz duró segundos. La bruma empezó a meterse también en ellas, y no duró mucho en elevarla sobre de mí… Dejándome desprotegida ante tal espectro. Nuevamente los vellos, cada uno de ellos, se erizaron por completo. Llevé las manos a mi cuello, me dolía mucho… parecía como si me hubiesen puesto una soga y la apretaran fuerte, muy fuerte. Empecé a toser… Abrí en la totalidad mis ojos. Alcancé a ver la luz ámbar de la lámpara de la calle… las hojas del árbol que vigilaba mi ventana, todo era tan estático. El tiempo se había detenido… pero no en mi cuarto. En mi cuarto avanzaba y cada segundo pesaba con esa soga invisible aferrada a mí. Creí iba a morir… se sintió así. Pedí clemencia. Lloré en silencio… quise gritar y me aferré a la fortaleza de mi voz… pero no logré hacerla surgir. Me incorporé de la cama, con mis pequeñas manos afianzadas a mi cuello… quería tomar aire… quería abrir la ventana... volví a cerrar mis ojos pidiendo compasión.
Súbitamente un zumbido agudo en mis oídos me ensordeció. Sentí que la sangre inundó toda mi cabeza… pensé que iba a explotar. Calor… mucho calor, y dentro de mí, de mi cerebro, una voz doliente… un llanto lúgubre… un llanto de muerte: “Libérame… me duele… libérame… ayúdame… No puedo respirar, y es eterno el no respirar…”
No pude avanzar más. Sentí demasiada tristeza en mi corazón. Abrí los ojos y ya no era mi cuarto donde me encontraba… era una especie de celda intensamente oscura. Ahí estaba ella. Alta… demasiado alta, desnuda tras un vestido rubí transparente que asemejaba el color de la sangre. Podía alcanzar a verle el esqueleto del tórax, y dentro, se formaba una mariposa plateada que latía… latía apresurada… se expandía y luego volvía a su tamaño normal. Eran sus pulmones tratando de traerla nuevamente a la vida. Su cabello enmarañado, le cubría medio rostro. Su piel pálida… seca. Y sus ojos del mismo color de sus pulmones.
Temblé al verla. Y más aún al percatarme de todas las sombras que la acompañaban a sus espaldas. Decenas de ellas. Le tomaban la tela frágil de su rojo vestido, no la dejaban avanzar… la detenían. Gemían de dolor. Amurallaban el tragaluz de la celda… no la dejaban ascender.
“¡Ayúdame!”, ensordeció mis oídos. “¡No te quedes parada, sálvame…! ¡No respiro…!”
Extendió sus largas manos hacia mí. De sus níveos y resplandecientes ojos, brotaban lágrimas como de mercurio… lágrimas espesas… muy espesas, que mojaban su rostro y lo hacían desvanecerse de repente. Un aura de humo la rodeaba, esa aura era la que olía a pabilo quemado. Rogaba por su salvación. Rogaba por el amor de Dios. Y en tanto rogaba, ella se quemaba y se asfixiaba y yo percibía lo mismo que ella. Yo también me moría… yo también sentía dentro de mí gritar a mi ego: “no me quiero… no quiero vivir… no quiero estar aquí… no me amo… ¡odio a este puto mundo!”
“Aine… ayúdala… Aine… ayúdame… abuela…” Cerré mis ojos que diluviaban pidiendo perdón. Esa asfixia en efecto era perpetua. Y dentro de mí, se clavó el rostro de Astar —ese era el nombre de su alma. Jamás soplan el nombre que llevaron en su encarnación—, momentos antes de su muerte.
Ahí estaba ella… sintiéndose nada por dentro, muerta de miedo y de pena. Su corazón roto estaba y ella se llevaba las manos a su pecho en busca de consuelo. “¿Por qué me has abandonado, Dios? ¿Por qué no te siento dentro? ¿Por qué no bajas a salvarme? ¿Dónde están tus ángeles? ¿Dónde están los cuidadores a los que me encomendaste? Nada… nada hay aquí, más que este dolor que ya no soporto, que ya no quiero sentir. Y ella… ella que me habla desde que he sido una adolescente, ella que me repite una y otra vez en la cabeza que no soy nada, que me mate… que no tengo más nada que hacer en este mundo… Pero no quiero morir, no quiero morir Dios mío… no quiero… ayúdame…” Sus trémulas manos alcanzaron la extensión donde yacía conectado su televisor, lo tomó y se encaminó hacia la baranda de su escalera. Suplicando que la perdonaran sus hijos, sus padres, su esposo… suplicando que la perdonara la vida, ató el nudo a la cuerda y se lo colocó en su cuello para después atar el otro extremo al pasamanos. “Que sea rápido… por favor… será rápido, ya no habrá más dolor… ya no… ya no… ya no me castigarás más [refiriéndose a la voz de su cabeza].” Tomó un profundo suspiro y se dejó caer. En ese momento el reflejo innato de su cuerpo buscaba la manera de liberarse de una muerte inminente. Cada segundo con el cuello aprisionado parecía una eternidad. La sangre se acumuló en su rostro… sus mejillas se hincharon como poco a poco sus ojos, su lengua se escapaba de su boca tratando de tomar aire. Un minuto… y el corazón seguía latiendo amargamente buscando la vida, buscando un halo de luz para la niña dolida que yacía dentro de esa mujer sin fe. Dos minutos y ella seguía luchando por vivir. En ese momento pidió otra oportunidad, en ese momento pedía que alguien corriera a ella y la liberara… en ese instante pedía que el amor se vaciara encima de ella para no sentirse tan desdichada. En ese segundo inmenso del tiempo, deseó no haberse abandonado jamás y no haber escuchado esa voz que tanto la atormentó… Tres minutos… su cuerpo dejó de luchar… y su anima poco a poco emanó de sus fosas nasales en forma de neblina bruna… y con ésta, todos los miedos que jamás la dejaron ser feliz, o mejor dicho, todos esos miedos que ella misma permitió que la hicieran infeliz.
Ahora eterno sería su suicidio. Eterna sería su desgracia como su autoabandono. Eterna serían las densas tinieblas. Estaba destinada a convertirse en un eclipse. En una luna triste y en la lava entrecana de ésta, que ahora fulguraba como una lágrima inagotable… una lágrima que buscaba el calor de las yemas de las manos de Dios, para ser enjugada y dejar de doler.
“¿Y quién es Dios, sino uno? ¿Quién es Dios sino la luz que sostiene el latido de nuestro corazón? ¿Quién es Dios sino esa presencia cálida que reside en el centro de nuestro órgano palpitante? ¿Quién es Dios sino la vida en acción que quiso residir en nosotros, que confió en nosotros, que se resguardó en nosotros para tornarse en una llama infinita y flameante al termino del camino de esta encarnación? ¿Quién es Dios… quién es Él?... Dime, Mildred… ¿Sabes quién es Dios?” [Habló Aine]
Una fuerte descarga de viento cubrió mi pequeño ser preso en esta visión tan real… Aine había llegado, Aine estaba aquí… El aroma a lavanda invadió todo el lugar, y la diamantina oro-rubí comenzó a caer como cae la nieve en el blanco invierno. Un baile milagroso de hojas y pétalos esmeralda descendía de todos los cielos. Sentí a Dios cubrirme en ellos. Sus bellas alas de cristal flexible se agitaban intensamente, mis cabellos parecían suspenderse en la no gravedad. Mi cuello, que yacía sostenido por las manos de Astar, comenzó a ser liberado, como un llanto de gratitud… un llanto que salía del diluvio de los ojos grises de ese ente triste.
“No se va el dolor hasta que te percatas de que no es real y dejas ir la idea de que existe. El viento da vida a los pulmones y te libera de toda tortura. Déjate redimir por los cuatro vientos. Respira… Respira…”
—Relato por: Leukiel® en coautoría con Paloma Zerimar®
Astar es un alma triste… labrada de un pensamiento siempre afligido, siempre sediento de victimización, siempre persecutor de dolor. Un pensamiento que sembró abandono propio, desencanto y vacío. Un pensamiento ajeno a toda fe, una intención que bien pudo haberse transmutado a luz, si se hubiere escuchado a la auténtica voz que mora en todos. Pero hay egos que requieren el doble de amor que otros… y tristemente son los egos que se dotan a los seres más sensibles, pues el Increado prueba a través de estos, la fortaleza de los vehículos físicos y la Suya propia.
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Querer querernos - Canserbero
Andábamos sin buscarnos
Aunque sabiendo que andábamos para encontrarnos
Y aunque no creo en el amor a primera vista
Creo en el querer a primera noche
Y te dije que pasaría porque sabía que sabías
Que sabía que querías
Y fueron nubes la que use de trampolines
Y tiburones los que vestí de delfines
Un arco iris de tobogán, por
Donde me dejé caer hasta aterrizar en un río de paz
Los ruidos, parecían cantos de ángeles del cielo
Y no es que yo halla estado allí
Sino es que aquí no suena na' tan bueno
Sentía un fuego que me acariciaba el alma
Y me comenzaban a crecer sonrisas en la barba
Tenía alas, para atravesar las nubes
Y olía tan bien que hasta las flores querían mi perfume
Crecí tanto que a los planetas los tomé en mis manos
Y jugué con ellos a las metras en segundo plano, claro
Que a los pocos instantes me encogí
Para poder volar y volar sobre un colibrí
Si, los arboles cantaban Jazz o tal vez Blues o quizás paz
Tal vez algo más
Caminaba en el mar, podía parar el tiempo
Acelerar, repetir con un simple movimiento
Podía quitarme la vida y nacer de nuevo
Porque el paraíso a donde iría no sería tan bueno
Era perfecto, como si de un cuento se tratase
Podía hasta crear un defecto, por si lo perfecto me asustase
El hecho es que por un instante entré en razón
Y no estaba soñando
Estaba haciéndote el amor
Fue plenitud lo que sentí, estando dentro de ti
Bailando por adentro de tu cuerpo
Algo tan simple como que yo voy en ti y tu vas en mí
Como dos piezas que encajan perfecto
Y aunque seis mil millones de humanos, tu y yo
Somos una especie que murió hace tiempo
Sólo queda una hembra y su complemento
Por eso es tan natural querer querernos
Y mis labios escalaban tus cordilleras
Y unidos más que "Pangea"
Me acelerabas el miocardio
Cuando las olas que imitaban tus caderas
Reventaban en mi abdomen
Llenándome de tu río caldo
Besaba yo tus pies para estar en tus huellas
Mi lengua rozaba tus piernas y entre ellas
Y como una vil "leguleya"
Peleabas por el derecho a elegir en que posición ver las estrellas
Podías reír, sudar, gemir, hablar
Para explicarme porque parecía ibas a llorar
Y yo tocándote, como quien se estira por la mañana
Y hace ruidos de placer al hacer que nada en la cama
Sobran las palabras debería callarme ya
Y hacerte el Amor despacio al compás de este humilde Rap
Que es para ti, hecho pa' ti, escrito pa' ti, cantado a ti
Y cualquier otro adjetivo que termine en ti
Si, a través de mis ojos tú te vieras
Y en mi cuerpo sintieras lo que me inspiras
Te vieras con sed abrazarte quisieras
Ya esa es la forma como estos ojos te miran
Iba aterrizando en las nubes de trampolines
Fueron tus sueños los que usé como almohadines
Y antes que se termines esta corta canción
Olvidaba decirte
Que me encantó hacerte el amor
Fue plenitud lo que sentí, estando dentro de ti
Bailando por adentro de tu cuerpo
Algo tan simple como que yo voy en ti y tu vas en mí
Como dos piezas que encajan perfecto
Y aunque seis mil millones de humanos, tu y yo
Somos una especie que murió hace tiempo
Sólo queda una hembra y su complemento
Por eso es tan natural querer querernos
Y ahora quién sabe cuándo, volvamos a vernos
@yotse-on junto con todo el amor que tengo por usted le dedico esto , porque es lo que me hace sentir. Cuando pensé que pasaría sola en esta vida , apareció y me mostró lo natural que es amarse , por eso y mucho mas gracias por estar conmigo , LE AMO MUCHO DOSHTOL FDSJKLJG <3 :3
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El Vaticinio/The Prediction
Una mañana resplandeciente, mientras las aves cantaban, el viento mecía con suavidad los grandes sauces y cipreses del jardín. Olía al perfume de las flores y precisamente ese día de verano esplendoroso, Madam Mimí escuchó cómo sonaba el timbre de su puerta. Sorprendida por ellos, se vio en el espejo, arreglándose su gran vestido púrpura, colocando en su lugar su boa de plumas violeta y su tocado oriental, con diamantes, rubíes y plumas. Mientras caminaba por el largo pasillo de su mansión, sus anillos de piedras preciosas brillaban descomunalmente cada vez que eran alcanzadas por el sol que entraba en por las ventanas, pero también, observaba orgullosa los afiches en las paredes que mostraban sus programas de televisión, sus notas en revistas, fotos con famosos, con estrellas de antaño y con otros que no eran tan de ayer, si no más del mañana. Pero es que al final del pasillo, en un lugar bien iluminado y visible, estaba el primer periódico para el que había escrito, una gigantesca sección de noticias agridulces de economía y escándalos de la farándula, pero allí, en una esquina pequeña de la hoja, estaba su columna, el horóscopo con Madam Mimí.
No hay porque decir que ella creó aquella fortuna basándose en el místico arte de la adivinación, pues era conocidísima en cada rincón del mundo. Tenía libros, revistas, programas de televisión exclusivos y hasta una línea telefónica en donde ella o alguien que se hacía pasar por ella, leía el futuro y daba consejos, a través de las cartas del tarot, de los cristales, los caracoles y si había dinero suficiente, espiritismo y la lectura de las entrañas de algún animal desafortunado. La cosa era, que Madam Mimí, lo hacía bien, tan bien que acertaba. Podía decirse que ella tenía un don, el don de los negocios principalmente, pero también el de la predicción. Pero ¿no es acaso desafortunado que ella misma no creyera en sus predicciones? El shock, el pavor, el horror. Todo un imperio se había formado a su alrededor y ella misma, la magnífica, la grande, Madam Mimí, no creía en lo que hacía. Para ella no había universo, ni deidades, ni ángeles en el cielo, no. Solo presidentes en un papel verde azulado. Mientras eso estuviese allí, mercurio retrógrado o no, podían decir y hacer lo que quisiese, porque esos rubíes no se comprarían solos.
El timbre sonó de nuevo, Madam Mimí apresuró el paso, era un día muy hermoso como para haber dejado a sus criados salir a descansar.
-Son solo 19 horas de trabajo- pensaba y resonaba, mientras intentaba no tropezar con su vestido de cara confección.
El timbre de nuevo y ella, sudando y casi cayendo de agotamiento, se detuvo frente a la inmensa puerta de su mansión. Le pareció de pronto extraño que alguien la tocara ¿Como pudo pasar a los agentes de seguridad en la verja principal? Entonces, con miedo e incredulidad, abrió la puerta, sin saber que sería lo menos extraño que se encontraría aquella mañana.
-Buenos días- dijo un hombre cuando abrió la puerta. El hombre era alto, flaco, guapo, con un aura dorada alrededor, con aires de misterio y de leyenda lejana.
-Buenos días caballero ¿Que se le ofrece?- respondió Madam Mimí, mientras miraba a la verja principal y veía a los guardias en la cabina, como si nada. Siguiendo la mirada de esta, el hombre vio a los guardias y después la miró a ella.
-No mate a los guardias si es lo que se pregunta- dijo de forma altanera -de cualquier manera Madam, mi visita será breve ¿Puede usted dejarme pasar? Tenemos que conversar- y diciendo esto, como por acto reflejo, Madam incrédula se movió para un lado y dejó al hombre entrar en su hermoso hogar. Luego en silencio, caminaron por el largo pasillo, viendo fotos, pinturas, adornos y la belleza de cada lugar de su mansión.
Llegaron entonces a un salón largo, con una mesa comedor inmensa, llena de tortas, galletas, té y café, como preparada para una reunión. Madam Mimí estaba incrédula, puesto que sus criados no estaban, no sabía quién había preparado aquello, además ¡Se movía sin esfuerzo! Era como si una energía la estuviese moviendo por los pasillos de su propia casa, hasta que los dos tomaron asiento.
-Primero que nada, mi tarjeta- dijo el misterioso caballero mientras deslizaba la misma por la mesa, con una elegancia sobrenatural en cada gesto que hacía. Después de ello, puso con la misma delicadeza un maletín sobre la larga mesa. Mientras eso ocurría, Madam Mimí, lo miraba molesta, pues había visto la tarjeta y no entendía de qué se trataba aquello.
-Es una carta del tarot- le gritó al hombre -es la rueda de la fortuna y nada más ¿Acaso esto es un chiste? Voy a llamar a la policía- gritaba en voz alta mientras hacía ademán de levantarse de la mesa para ir hasta el pesado teléfono de mármol en la habitación contigua. Pero de pronto, se detuvo. El hombre le había puesto la mano sobre la de ella y la miraba, con dulzura, sonriente, hipnotizante. Madam Mimí se volvió a sentar en silencio, pero asombrada por aquello.
-Soy Basquier Dupont, como lo indica mi tarjeta, al reverso- mientras lo decía, la mujer extrañada volteo la tarjeta y allí estaba, el nombre del hombre con el que se encontraba.
- Pero- dijo la mujer todavía extrañada -¿a qué debo su visita monsieur Dupont?-
-Soy cobrador- respondió sonriendo -no tiene idea de lo que debe ¿verdad?-
-No debo nada- dijo de pronto la mujer -todos mis impuestos están pagados y mis deudas saldadas ¿Cree usted acaso que yo tengo problemas para pagar?
-Claro que no- respondió el hombre -no tiene problemas para pagar, pero aún así tiene una deuda que no conoce. ¿Acaso usted cree que hacer lo que hace, fue cuestión de suerte? ¿De azar? ¿Cree usted en el destino?- la mujer no sabía qué responder.
De pronto el aire se tornó un poco frío, un olor a verde y bosque antiguo lleno todo el salón iluminado por el sol.
-Cada acción mágica tiene su precio. Desconocer esto no es una excusa para no pagar y usted ha tenido la suerte de su lado por mucho tiempo- la mujer asustada entonces grito, una vez más, imponiéndose sobre el hombre, acostumbrada a que todos se inclinaran frente ella.
-YO NO DEBO NADA- gritó fuertemente.
-No grite por favor- respondió afable el caballero agregando una verdad desconocida para todos, pero no para la mujer.
-Aquí no hay necesidad de imposición señora Waleska- respondió y sorprendida de que este hombre supiera su verdadero nombre, se había quedado sin palabras. Pero sus ojos dibujaban el temor de aquel que está desnudo frente a una multitud y está a punto de ser juzgado. El hombre hizo una mueca burlona mostrando unos dientes perfectos, perlados y majestuosos.
-No tema Madan, no estoy aquí para dañarla. Solo quiero que tenga la certeza de que nada se me escapa. Lo sé todo, lo sabemos todo, es usted una adivina de primera, pero todo tiene un precio y estoy aquí para hablar de él-
-Pero, pero- balbuceó la mujer -¡Soy un fraude! ¡Lo invento todo! Nada es real ¡Nada es real! Solo ha sido casualidad y nadie a salido herido-
-La casualidad no existe- aseguro con severidad del hombre -usted no es un fraude, es tan grande como la pitonisa, como Morgana le fey, hija de Hécate, hermana de Circe, hueste de Astarté y de Kali. Tiene el poder de vislumbrar el umbral y de ver aquello que no ha sido escrito, pero lo será. Tiene el poder de ver aquello que no se ve-
-Yo no veo nada ¡Déjeme en paz!- contestó desesperada Madam Mimí, casi a punto de romper a llorar.
-Pero lo hace y lo sabe- increpó el hombre una vez más -¿acaso la casi muerte de su gato a los 10 años, no fue evitada porque antes de ser arrollado usted lo supo? Después murió igual de una larga y bien vivida vejez ¿Cómo se llamaba? ¡Ha si! Praliné ¡Claro! Como sus dulces favoritos- después de esto, hubo silencio.
Cuando el hombre terminó esa frase, Madam Mimí estaba muy tensa. Estaba en el la silla plantada, sentada y sosteniendo con sus manos la silla, clavando sus uñas en la madera. Estaba asustada, aquel hombre lo sabía todo. Tras ese breve silencio, el misterioso individuo abrió por fin su maletín. Al hacerlo las cortinas del salón se cerraron de golpe y de del maletín se comenzó a proyectar una luz. De pronto toda la sala se transformó en un universo de estrellas y constelaciones. Los sonidos de las aves fueron sustituidos por sonidos de cristales y suaves tintineos. Las constelaciones formaban dibujos en el aire y las estrellas fugaces pasaban alrededor de Madam Mimí.
-Ahora estamos en el centro del universo- dijo el hombre a la mujer asombrada -sus acciones le han traído fortuna, pero también tienes tras de usted un hilo de sangre, dolor, rabia y pena. Una cosa son sus predicciones, pero otras son las falsas que ha hecho pregonar bajo su nombre. Aquí tienes a Luis- dijo el hombre mientras señalaba a un cúmulo de estrellas que comenzaron a proyectar una escena -Luis tiene 8 años y vive en las calles de Lisboa. Su madre Rita, soltera, era una respetada cirujana que se hizo adicta a tus mentiras. Leía tus artículos, llamaba a tu línea y te seguía en televisión. Tus falsas predicciones la hicieron tomar malas decisiones hasta que al final, quedó en bancarrota. Enferma y drogada murió en la calle de frío y su hijo ahora vive pidiendo dinero a turistas y a transeúntes. Algo bueno le pasará, pero ahora está allí por ti-
-No fue mi culpa, mis predicciones son correctas ¿No lo has dicho tú acaso?- dijo Madam Mimí sorprendida y apenada.
-Si- respondió el hombre con una solemnidad no vista hasta ahora - así es. Pero las que hace usted. Aquellas predicciones fueron hechas por "su equipo". Amateurs, escritores mediocres y mentirosos. Para que usted diera una verdadera predicción ¿necesitaba dinero verdad? Supongo que no son demasiado buenos si no le pueden pagar...- pero aunque el hombre la mirara fijamente, Madam Mimí no respondió. Otro silencio incómodo se dio paso hasta que el hombre habló de nuevo mostrando otro cúmulo de estrellas con imágenes.
-Fierro Topacio, italiano, 32 años. Te pago directamente y le hiciste una sesión privada. Le vaticinaste fortuna, gloria y dinero. Lo obtuvo. No te lo dijo ¿Pero sabías sobre qué negocio te preguntaba? Armas ilegales, drogas, trata de personas. Lo convenciste para que entrara en ello y claro, ahora es rico, tiene poder y fortuna. Es temido. Todo correcto Madam Mimí- aplaude -¡Bravo! como siempre haciendo un gran trabajo y no sabiendo las consecuencias de sus actos-
-Yo no quería- dijo Madam Mimí en un hilo de voz casi inaudible -yo no sabía. Yo no quería-
El hombre entonces movió las manos y se quitó el sombrero. Dos grandes orejas puntiagudas se podían ver de entre sus cabellos. El cuarto se oscureció y de pronto, estaban en un jardín, a la luz de la luna.
-No puede huir de tus acciones- le dijo mientras la sujetaba por los hombros, con voz suave y pausada -lamentablemente no puedes y por eso estoy aquí. Por cada acción hay una reacción, es la ley del universo. Has usado tus dones de forma incorrecta y de paso, no has retribuido nada de lo que tanto se te ha dado. Tus dones no te serán arrebatados, pero la maldición de Cassandra caerá sobre ti. Todos creían en tus mentiras, pero nadie te creerá ahora aunque digas la verdad. Así pide el universo, que saldes tu deuda y así se saldará- al decir esto, el hombre levantó sus brazos invocando una bruma negra que rodeó todo el lugar, dejando todo lleno de sombras y en la más completa oscuridad.
Madam despertó de golpe, o eso creía. Estaba en la mesa de su comedor, viendo como afuera llovía a cántaros. Los criados limpiaban y le retiraron los platos que tenía al frente.
-¿Le gusto Madame?- le dijo el criado que se llevaba los platos
- No he comido- respondió ella anonadada
-¡Claro que comió! Tiene más de una hora allí- sentenció el criado.
Madam tenía hambre y ese sentimiento se hizo constante. Quería comer, pero también quería creer, que aquello no era el vaticinio de su nueva vida. La rueda de la fortuna había girado y parado, pero esta vez no a su favor.
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One bright morning, as the birds sang, the wind gently swayed the great willows and cypress trees in the garden. She smelled the perfume of flowers, and precisely on that glorious summer day, Madam Mimi heard the bell on her door ring. She surprised by them, she saw herself in her mirror, fixing her great purple dress, placing her purple feather boa and her oriental headdress, with diamonds, rubies and feathers, in her place. As she walked down the long hallway of her mansion, her gemstone rings gleamed enormously every time they were hit by the sun streaming in through the windows, but she also proudly gazed at the posters on the walls showing her television shows, her Notes in magazines, photos with celebrities, with stars of yesteryear and with others who were not so yesterday, if not more of tomorrow. But it is that at the end of the corridor, in a well-lit and visible place, was the first newspaper for which he had written, a gigantic section of bittersweet news about the economy and celebrity scandals, but there, in a small corner of the page There was his column, the horoscope with Madam Mimi.
There is no reason to say that she created that fortune based on the mystical art of divination, as it was very well known in every corner of the world. She had books, magazines, exclusive television programs and even a telephone line where she or someone who was posing as her, read the future and gave advice, through tarot cards, crystals, snails and if there were any enough money, spiritism and the reading of the entrails of some unfortunate animal. The thing was, Madam Mimi, she did it well, so well that she got it right. It could be said that she had a gift, the gift of business mainly, but also that of prediction. But isn't it unfortunate that she herself didn't believe her predictions? The shock, the dread, the horror. An entire empire had formed around her and she herself, the magnificent, the great, Madam Mimi, did not believe in what she did. For her there was no universe, no deities, no angels in heaven, no. Just presidents on a teal paper. As long as that was there, mercury retrograde or not, they could say and do whatever they wanted, because those rubies wouldn't buy themselves.
The bell rang again, Madam Mimi quickened her pace, it was a very beautiful day for her to have let her servants go out to rest.
-It's only 19 hours of work- she thought and she resonated, while she tried not to trip over her expensively made dress.
The bell rang again and she, sweating and almost falling from exhaustion, stopped in front of the immense door of her mansion. She suddenly found it strange that someone was touching her. How did she get past the security officers at the main gate? Then she, in fear and disbelief, she opened the door, not knowing that it would be the least strange that she would meet that morning.
-Good morning- a man said when he opened the door. The man was tall, skinny, handsome, with a golden aura around him, with an air of mystery and distant legend.
-Good morning sir, what do you offer? -Madam Mimi replied, as she looked at the main gate and saw the guards in the cabin, as if nothing had happened. Following her gaze from hers, the man saw her guards and then looked at her.
-I Don't kill the guards if that's what you're wondering- she said haughtily -Anyway, Madam, my visit will be brief. Can you let me pass? We have to talk- and saying this, as if by reflex, incredulous Madam moved to the side and let the man enter her beautiful home. Then in silence, they walked down the long hall, seeing photos, paintings, ornaments, and the beauty of every place in her mansion.
They then reached a long room, with a huge dining table, full of cakes, cookies, tea and coffee, as if prepared for a meeting. Madam Mimi was incredulous, since her servants were not there, she did not know who had prepared that, besides, she moved effortlessly! It was as if an energy was moving her through the corridors of her own home, until they both took their seats.
-First of all, my card- said the mysterious gentleman as he slid it across the table, with an unearthly elegance in every gesture he made. After that, he just as delicately placed a briefcase on the long table. While that was happening, Madam Mimi, she was looking at him annoyed, because she had seen the card and she did not understand what it was about.
-It's a tarot card- she shouted at the man, -it's the wheel of fortune and nothing else. Is this a joke? I'm going to call the police- she yelled aloud as she made a move to get up from the table to go to the heavy marble telephone in the next room. But suddenly, she stopped. The man had put his hand on hers and was looking at her, sweetly, smiling, mesmerizing. Madam Mimi sat down again in silence, but amazed by this.
-I'm Basquier Dupont, as my card indicates, on the back- as she said it, the surprised woman turned the card and there it was, the name of the man she was with.
- But - said the woman still puzzled - to what do I owe your visit to Monsieur Dupont? -
-I'm a collector- she replied smiling -you have no idea what you owe, do you?-
-I don't owe anything- said the woman suddenly -all my taxes are paid and my debts are paid. Do you think that I have problems paying?-
-Of course not- replied the man -you has no problem paying, but you still has a debt that you doesn't know about. Do you think that doing what you do was a matter of luck? By chance? Do you believe in fate? - The woman did not know what to answer.
Suddenly the air became a little cold, a smell of green and ancient forest filled the entire sunlit room.
-Each magic action has its price. Not knowing this is not an excuse not to pay and you have had the luck of the side of her for a long time- the frightened woman then screamed, once again, imposing herself on the man, used to everyone bowing in front of her.
-I DON'T OWE ANYTHING- she yelled loudly.
-Don't shout please- the gentleman replied affably, adding a truth unknown to everyone, but not to the woman.
-There is no need for imposition here, Mrs. Waleska- she replied and surprised that this man knew her real name, she was speechless. But her eyes drew the fear of one who is naked in front of a crowd and is about to be judged. The man sneered, showing perfect, pearly, majestic teeth.
-Fear not Madan, I'm not here to harm you. I just want you to be sure that nothing escapes me. I know everything, we know everything, you are a first class fortune teller, but everything has a price and I am here to talk about it-
-But, but- the woman stammered -I'm a fraud! I make it all up! Nothing is real Nothing is real! It has only been a coincidence and no one has been injured-
-Chance does not exist- assure the man sternly -you are not a fraud, you are as great as the fortune teller, as Morgana le fey, daughter of Hecate, sister of Circe, host of Astarte and Kali. It has the power to glimpse the threshold and to see what has not been written, but will be. It has the power to see what is not seen-
-I don't see anything. Leave me alone!- Madam Mimi replied desperately, almost on the point of bursting into tears.
-But he does it and he knows it- the man rebuked once more -Was the near death of his cat at 10 years old, not prevented because before he was run over you knew it Then he died of a long and well lived old age. What was his name? Ha yes! Praline Sure! Like his favorite candy- after this, there was silence.
When the man finished that sentence, Madam Mimi was very tense. She was in the planted chair, sitting and holding the chair with her hands, digging her nails into the wood. She was scared, that man knew everything. After that brief silence, the mysterious individual finally opened her briefcase. As he did so, the curtains in the living room were slammed shut and a light began to shine from the briefcase. Suddenly the entire room was transformed into a universe of stars and constellations. The sounds of the birds were replaced by sounds of crystals and soft tinkles. Constellations formed patterns in the air and shooting stars passed around Madam Mimi.
-Now we are in the center of the universe- said the man to the amazed woman -his actions from her have brought him fortune, but you also have behind you a thread of blood, pain, rage and sorrow. One thing is his predictions, but others are the false ones that he has made trumpeted under his name.
-Here you have Luis- said the man as he pointed to a cluster of stars that began to project a scene -Luis is 8 years old and lives on the streets of Lisbon. His single mother Rita was a respected surgeon who became addicted to your lies. She would read your articles, she would call your line and follow you on television. Your false predictions of her made her make bad decisions until in the end, she went bankrupt. She was ill and drugged, she died in the cold street and her son now lives asking tourists and passersby for money. Something good will happen to him, but now he is there for you-
-It wasn't my fault, my predictions are correct. Didn't you say so?- Madam Mimi said, surprised and saddened.
-Yes- replied the man with a solemnity not seen until now -that's right. But the ones you do. Those predictions were made by "your team" Amateurs, mediocre writers and liars. For you to give a true prediction, you needed money, right? I guess they're not too good if they can't pay you ...- but even though the man stared at her, Madam Mimi didn't answer. Another awkward silence followed until the man spoke again showing another cluster of stars with images.
-Fierro Topacio, Italian, 32 years old. I pay you directly and you made a sessionn private. He predicted fortune, glory and money. She got it. She didn't tell you, but did you know what business she was asking you about? Illegal weapons, drugs, human trafficking. You convinced him to get into it and of course, now he is rich, has power and fortune. He is feared. All right Madam Mimi- claps -Bravo! as always doing a great job and not knowing the consequences of his actions-
-I didn't want to- Madam Mimi said in an almost inaudible voice -I didn't know- I did not want-
The man then moved his hands and took off his hat. Two large pointed ears could be seen from through his hair. The room grew dark and suddenly they were in a garden, in the moonlight.
-you can't run away from your actions- he said while he held her by the shoulders, with a soft and slow voice -unfortunately you can't and that's why I'm here. For every action there is a reaction, it is the law of the universe. You have used your gifts incorrectly and incidentally, you have not returned anything that has been given to you so much. Your gifts will not be taken from you, but Cassandra's curse will fall on you. Everyone believed your lies, but no one will believe you now even if you tell the truth. This is how the universe asks, that you pay off your debt and that is how it will be settled- when he said this, the man raised his arms invoking a black mist that surrounded the entire place, leaving everything full of shadows and in the most complete darkness.
Madam snapped awake, or so he believed. He was at his dining room table, watching as he was pouring rain outside. The servants cleaned and removed the dishes that he had in front of him.
-Did you like Madame? - said the servant who took the dishes
-I have not eaten- she answered stunned -Of course you ate! You has more than an hour there- sentenced the servant.
Madam was hungry and that feeling became constant. She wanted to eat, but she also wanted to believe, that this was not the prediction of her new life. The wheel of fortune had turned and stopped, but this time not in her favor.
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La Hauss. Máster Online Diseño Gráfico 2021-22. Infografía para publicación. Trabajo de María de los Ángeles Olías Archilla.
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Richard Ramírez, mejor conocido como “El acosador Nocturno”
¡Qué onda lectores de Consill! Hoy estamos inaugurando este blog y no podíamos empezar sin hablar de uno de los asesinos más emblemáticos, Richard Ramírez. Pero como sabemos, su historia es bastante extensa, y para poder explicarla mejor decidimos hacer dos partes sobre él. Así que empecemos con su historia.
Richard nació en la ciudad de El Paso en Texas en 1960, era un niño bastante tímido, lo que hacía que fuera muy solitario. Algo que lo aislaba bastante era la epilepsia que sufría, lo hacía sentir rechazado por sus compañeros.
¿Qué es la epilepsia? Enfermedad del sistema nervioso, debida a la aparición de actividad eléctrica anormal en la corteza cerebral, que provoca ataques repentinos caracterizados por convulsiones violentas y pérdida del conocimiento.
Creció en una familia muy estricta donde su padre, un inmigrante mexicano, les pegaba continuamente a todos en la familia, con la excusa de que eran para mantener una buena conducta. Algo que lo acercó a la muerte fue su enfermedad, ya que él tenía miedo de morir, y su única forma de superarlo era visitar cementerios, lo cual se transformó en una completa fascinación por la muerte.
Con quién formó un gran vínculo, fue con su primo Mike, un ex militar, quién mató a su esposa enfrente de Richard, y que nunca pisó una cárcel por dicho crimen. Mike le enseñó a ver mutilaciones y cantidades excesivas de sexo a Richard, también le enseñó que siendo superior podía decidir quien vivía y quien no. Eso hizo que el pequeño buscara su aprobación y a medida que iba creciendo emular sus actitudes.
Así fue como Richard empezó con delitos pequeños como robos para poder conseguir droga para él y su primo. Lo que preocupaba es que empezaba a matar animales en granjas, eso después para generar fantasías de muerte que le daban una gratificación sexual.
Algo que también es esencial en la historia de este asesino, es su adoración por Satán y como quería seguir sus pasos, por eso el uso del pentagrama en sus escenas de crimen. Cuando se mudó a los Ángeles, vagaba sin rumbo fijo drogándose y acosando gente. Incluso secuestraba a niños con el único objetivo de traumatizarlos. Por estos actos pasó 6 meses en prisión y sus huellas quedaron guardadas en el sistema.
Richard se sentía el demonio, y él se autodenominaba así por su aspecto físico como mental. Hasta el aliento le olía al infierno, muchos decían que era un olor putrefacto por su falta de higiene.
Todo esto hizo que a sus 24 años empezara con sus ritos satánicos, aunque ya había atacado a otras personas, pero nada como a su primera víctima, cuyo nombre era Jennie Vincow de 79 años. Ocurrió una noche de verano del año 1984. En ese vecindario, Glassell Park de Los Ángeles, los vecinos dormían con las ventanas abiertas por el calor que se sentía. En el apartamento de la Sra. Vincow, se sentía una brisa refrescante y un silencio tranquilizador, hasta que un extraño vestido completamente de negro y con guantes, entró e interrumpió dicha tranquilidad. Llevaba un cuchillo de caza de quince centímetros, el joven buscaba joyas que llevarse para poder conseguir droga.
Decepcionado al no encontrar lo que buscaba, Richard acuchilló de manera salvaje en el pecho y en el cuello a Jennie. Lo hizo con tanta fuerza que casi la decapitó. Después, abusó sexualmente de ella. La mujer no tuvo tiempo ni siquiera de poder ver a su agresor. Al día siguiente, uno de sus hijos que también residía en el bloque, encontró su cadáver…
¿Se imaginan esa escena? Un hijo encontrando el cuerpo de su madre en esa situación y sin saber quien pudo hacerlo. Ese vecindario se conocía por lo seguro que era, y ahora nadie estaba a salvo. Y si quieren saber que más hizo Richard Ramírez, tendrán que esperar a la siguiente semana con la nueva entrada al blog.
Espero que le haya gustado esta introducción al Acosador de La Noche.
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LA MADRUGADA TE ENCONTRARÁ Y SI TIENES SUERTE SERÁ VIVO invitación firmada por stella y julian favre ha llegado a tus manos susurrando promesa de níveo paraíso, no te toma más que un par de segundos deslizando tus dígitos por aquella carta para dejar correr el entusiasmo que enfrasca aquella aventura, ¿qué dices LORENZO GOHL? ¿aceptas dejarte envolver por la madrugada?
BELA, bienvenide a demadrugada, esperamos que disfrutes de la experiencia del grupal. a partir de este momento cuentas con 24 horas para enviarnos la cuenta de tu personaje, de necesitar más tiempo no dudes en enviarnos un mensaje.
data ooc
i. seudónimo: bela.
ii. zona horaria: gmt-3.
iii. triggers: abuso/acoso sexual, torturas, homofobia.
iv. ¿leíste las reglas?: removido
v. tu disponibilidad para el rol: 5 de 10.
vi. ¿algo que quieras decirnos o advertirnos?: estoy emocionada :’) also perdón a quien le toque leer todo esto.
data del personaje.
i. completa el siguiente párrafo con información básica, no debe hacerse en letra mayúscula.
la víctima ha sido bautizada como lorenzo gohl, lleva hasta la fecha veinticuatro años respirando y ha sido un desafortunado elegido de la universidad glion por ser estudiante de marketing. su acento delata sus raíces, es suizo y nos llama la atención su parecido con maxence danet-fauvel.
ii. datos biográficos y curiosidades:
—uno. lorenzo ha estado en el mismo continente, al mismo tiempo que su padre en tres ocasiones. la primera fue su nacimiento, para asombro de su madre, quien ya había aceptado que markus gohl nunca reconocería a su hijo como propio incluso antes de contarle la noticia. y tal como había previsto, sólo obtuvo silencio por parte de su ex pareja en respuesta al mensaje que dejó en su contestador automático. pero la medianoche del veinticuatro de julio, el líder del grupo nomaden oyó de un amigo en común que nora había entrado en labor de parto; se subió a un avión en los ángeles y a la mañana siguiente aterrizó en berna. lorenzo había nacido dos horas antes. además de insistir en darle su apellido al niño, markus se comprometió a cubrir todos sus gastos hasta que fuera mayor de edad. después de todo, su banda era un éxito en norteamérica. los cuatro jóvenes suizos se hallaban en un punto clave de sus carreras y a sus veintinueve años, markus gohl había hecho más dinero del que la mayoría veía en dos vidas. la foto de la promesa del rock sonriendo con su primer (y único) hijo en brazos fue primera plana, pero él y nora sabían que nunca vivirían los tres juntos. markus no estaba dispuesto a abandonar su vida bohemia para ser un padre de familia, y ella no estaba dispuesta a dejar su carrera y hogar en suiza para seguir a una estrella de rock por el mundo.
—dos (tw: enfermedad). cuando lorenzo tenía dos años su mamá se casó, y un año y medio después nació patrik. si hoy intenta recordar esos primeros años de su vida, siempre tiene presente las paredes blancas y el olor a desinfectante del hospital. allí pasaba la mayor parte de su tiempo, únicamente reemplazado más tarde por la escuela primaria. ningún médico sabía decir lo que patrik tenía. sólo ordenaban estudios, que derivaban en más estudios y en citas con especialistas que intentaban diagnosticar la causa de sus dolores. lorenzo había cumplido los ocho cuando su padre apareció en su vida por segunda vez. a esa edad era lo suficientemente mayor para cuestionar el repentino interés de una figura hasta entonces ausente en su vida, pero lo suficientemente niño para dejarse comprar con regalos y paseos. markus lo invitó a quedarse con él en los ángeles por un tiempo, y a nora, el cambio de aire le pareció buena idea. el loft donde vivió esas semanas era enorme, o así lo recuerda desde su perspectiva infantil. su nuevo papá le dejó elegir cuantos juguetes quisiera como regalo y le compró zapatillas y un abrigo nuevos, de los de marca. pero la entrega de los grammy fue su parte favorita del viaje. allí conoció a los otros miembros de la banda, quienes se reían de sus ocurrencias y lo llamaban campeón. incluso recuerda a joel brucker, el baterista, decir (con algunas copas encima), “este niño es un puto genio”. hay fotos de él y su padre en la alfombra roja de aquella noche, con el mayor de cuclillas para quedar a su altura y los dos riendo, que no dejan lugar a dudas sobre el parentesco entre ambos. ya entonces podía verse que lorenzo es la viva imagen de su progenitor.
—tres. volver a casa fue como despertar de un sueño hermoso. patrik seguía sin mejorar, y la ayuda monetaria que recibían de markus no cubría su seguro de salud. el padre de lorenzo había especificado que la mitad del dinero debía reservarse para la educación privada de su hijo, mientras la otra era para la renta y todo lo demás que al chico se le antojara. aquello era motivo de discusiones en casa bastante seguido, ya que a un hermano se le cumplían todos los caprichos cuando apenas alcanzaba el dinero para los remedios del otro. por su parte, lorenzo contaba los días para volver a los ángeles con su padre. le aseguró a su hermano que la próxima vez irían juntos, y entre los dos empapelaron las paredes de su cuarto con fotografías de nomaden y escucharon sus álbumes cientos de veces. para una navidad, lorenzo pidió una guitarra y su padrastro accedió a enseñarle cómo tocarla. iba con ella a todas partes, practicando día y noche para enseñarle su avance a markus cuando fueran de visita. sin embargo, la siguiente invitación no llegó por varios años. para entonces lorenzo había aprendido a contentarse con el par de llamadas al año (para las fiestas y en su cumpleaños), donde le aseguraba que se moría por verlo, pero estaba demasiado ocupado.
—cuatro. tenía catorce años y faltaba un mes para el inicio de clases, cuando su padre lo invitó a acompañarlo en su gira por estados unidos. mamá tenía sus dudas sobre el plan, pero finalmente accedió a dejarle ir, no sin antes darle una larga charla sobre las drogas y el sexo. patrik aún se recuperaba de una cirugía y, por supuesto, no pudo ir. en retrospectiva sabe que aquello fue lo que terminó de dañar la relación entre ambos, si bien las peleas habían empezado meses atrás. de todos modos, la vida en la carretera no fue lo que había imaginado. extrañaba su cama, y el autobús siempre olía a una mezcla de sudor y hierba. los cuatro músicos parecían ignorar el hecho de que ya no eran tan jóvenes como alguna vez lo fueron. pero la música valía la pena: oír a los fanáticos gritando las letras de las canciones, al igual que conocer una ciudad nueva cada noche. cuando por fin llamó a su mamá para que fuera a buscarlo, una semana antes de la fecha acordada, su papá le había pagado una habitación de hotel para pasar la noche. no explicó por qué, pero incluso entonces sabía que la banda quería invitar mujeres al autobús y no querían a un adolescente estorbando. eso no le molestó: ordenó servicio a la habitación y durmió mejor que nunca. pero a la mañana siguiente, cuando nadie fue a buscarlo, supo que el autobús había seguido su camino a denver sin él. nomaden anunció su separación seis meses después de ese episodio, pero lorenzo nunca recibió una disculpa de su papá por haberse olvidado de él.
—cinco. esta vez, cuando pasaron meses antes de que lorenzo volviera a oír de su padre, no le importó. y con los años fue él quien empezó a ignorar las llamadas. para su decimoctavo cumpleaños, markus propuso organizarle una fiesta en su casa de nueva york y presentarle a un montón de gente importante, pero lorenzo rechazó la oferta y prefirió festejar con sus amigos. ya era mayor de edad y su padre no tenía obligaciones económicas para con él, pero el hombre seguía enviando dinero cada mes, seguramente impulsado por la culpa y el arrepentimiento. lorenzo no tocaba un centavo, incluso se negaba a dejar que él pagara sus estudios universitarios, los cuales continuaba postergando para tomar empleos esporádicos. fue su mamá quien finalmente lo convenció de aceptar la ayuda, y lo hizo bajo la convicción de que algún día se lo devolvería con intereses. le devolvería todo el dinero que había gastado en él y ya no tendría ninguna deuda con nadie.
iii. datos psicológicos:
— sincero, perseverante, ingenioso, magnético. — orgulloso, impulsivo, egoísta, hipócrita.
iv. motivo del viaje: skeleton 20. sale con la ex pareja de julian, quien no se encuentra presente en este viaje.
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Crescendo - Capítulo 13
Vee casi me asesina cuando le di el recado de Nora. Tuve que escabullirme entre la multitud para que no me atosigara con sus preguntas, exigiendo respuestas que yo no poseía. El reloj pasaba de la media noche, así que me encaminé a mi coche luego de asegurarme que no había peligro alrededor de Marcie.
Aceleré en dirección al lugar en ruinas que estaba en las afueras de la Maine. Hace tres años, un terremoto acabó con el lugar. El gobierno se propuso reparar todos los daños, pero aún no han comenzado nada.
El sol se asomaba en el borde de las montañas cuando detuve el Jeep frente a una pequeña cabaña, al final del conjunto. Podía sentir la presencia del humano, y del niño Nephilim. Mis nudillos se tensaron y crujieron cuando apreté los puños. Podía sentirse el aroma suave del café recién echo, y por un instante tuve curiosidad por cómo sabría, si dulce u amargo. Como sea… hice crujir mi cuello y me preparé para una entrada discreta.
Pateé la puerta.
Y me quedé completamente frío.
El anciano y su nieto estaban abrazados, acurrucados al fondo de la cabaña. Pero no fue la vista de esa imagen lo que me sorprendió, sino el estado en el que se encontraba el chico, y la condición del viejo. El niño era sumamente delgado, y pequeño, y podría jurar que poseía alguna enfermedad. Su cabello negro se pegaba a su frente llena de sudor, dándole un toque demacrado a esa expresión de terror que tenía en el rostro. El viejo estaba sobre él, sabiendo que no podría detenerme, pero en su mirada vi que estaba determinado a intentarlo. Además de eso, era un ángel. Podía sentir sus alas, aunque las mantuviera ocultas. Ese era un detalle que Barba se había molestado en ocultarme.
—Vienes aquí por orden de James, ¿No es así? —susurró el anciano con voz frágil.
Escuchar las palabras “Por orden de” me hicieron sentir enfermo. ¿Desde cuando recibía órdenes, de quien fuera?
—Hacía años que no escuchaba a nadie llamarlo por su nombre—Dije, dando un paso hacia dentro, cerrando la puerta detrás de mí. El chico ahogó un chillido, y le miré—Puedes estar tranquilo. No voy a hacerles daño.
El anciano bufó.
— ¿Entonces por qué estás aquí? ¡Ya se lo dije, necesito más tiempo para pagarle! Mis propiedades están en venta, es cuestión de unos días conseguir el dinero.
Suspiré, adentrándome en la habitación. Cogí la olla de café y la olfateé. Olía realmente bien. Probé un sorbo, pero no me supo a nada. Lamentable.
—Se suponía que vendría a golpear a ese chico—Dije, señalando a la varilla de nervios al fondo—Pero creo que está lo suficientemente asustado. —Volví a escanear su cuerpo frágil—No parece un Nephilim.
—No lo es. Aún. No ha comenzado su desarrollo.
Me limité a asentir, dándome la vuelta para salir.
—Les recomiendo que encuentren otro lugar. Uno, dónde preferiblemente tengas algunos ángeles custodiándote.
—Los tengo. Están afuera.
Me quedé congelado mientras empujaba la puerta. Si yo hubiese atacado al ángel… si me hubiese atrevido siquiera a rozarlos, ya estaría en el infierno. Había caído en una estúpida trampa de Barba, maldita sea.
Salí, cerrando con fuerza a mis espaldas.
Celiane me esperaba con la espalda reposando en el Jeep. Dios, no tendré otra oportunidad como esta.
— ¿Debería estar sorprendida? —Dijo ella, mirándome.
Me encogí de hombros.
—No realmente.
—Pues qué bien, porque no lo estoy. —Se acercó un paso a mí, su mirada desafiante—Estuviste a punto de atacar a uno de los nuestros, Jev. ¡Todo por un capricho! Te hemos ordenado mantenerte alejado de Nora, pero tú sigues buscando las maneras de estar con ella. ¡Acepta que lo de ustedes nunca debió existir!
Me quedé tranquilo, sin alterarme. Me limité a enarcar una de mis cejas.
— ¿Estás escuchando las tonterías que dices?
Sus ojos chispearon de furia.
— ¡No soy una tonta!
—Pues te estás comportando como tal. ¿Qué te hace pensar que hago todo esto para estar con Nora?
— ¡Es la única explicación lógica que tengo! ¿Por qué otra razón querrías deshacerte de la vigilancia de los arcángeles?
—Porque quiero estar contigo.
Funcionó. Se quedó en silencio, perpleja.
—No entiendo—murmuró.
—Todo este tiempo que he estado con Nora, he deseado que fueras tú—Comencé, acercándome a ella con paso lento—Necesitaba alejar el foco de mis verdaderas intenciones. Estar contigo otra vez. Y la razón por la que quiero alejarme de la mirada constante de mis superiores, es porque no quiero que te fastidien por estar conmigo. Ni siquiera deseo que tengas algún encuentro raro con Dabria.
Estuve con Dabria luego de romper con Celiane, justo antes de caer.
Sus ojos se oscurecieron de nuevo.
—Aún no te perdono por abandonarme, por estar con ella.
Suspiré. Un suspiro cargado de falsa aflicción.
— ¿No lo entiendes? ¡Estaba siendo juzgado! Hice muchas cosas sucias en el cielo, Cel. Tenía que alejarte de mí. Por eso me lié con Dabria. Preferí sacrificarla a ella, que sacrificarte a ti.
Nos quedamos en silencio. Me mantuve relajado, esperando a que me creyera.
Y lo hizo.
Ocultó sus alas y corrió en mi dirección, rodeando sus brazos en torno a mi cuello. Rodé mis ojos, y acaricié su cabello.
—Te he echado tanto de menos, Jev—susurró, cerca de mi cuello.
—Y yo a ti, Cel.
Siempre agradecería al idiota que creó las reglas angelicales. “No leer pensamientos ajenos, a no ser una situación de vida o muerte”. De lo contrario, Celiane me descubriría con facilidad. La estreché con fuerza, y luego me alejé un poco.
— ¿Estaremos juntos otra vez? —Preguntó, su rostro cargado de esperanza.
Casi me odié por lo que diría a continuación.
—Te lo prometo—Y besé su frente.
Nos quedamos abrazados unos segundos que se me hicieron eternos. Luego ella se separó, sonriéndome.
—Por un tiempo tuve miedo por ti, ¿Estás bien no? —Quiso saber.
Parpadeé sorprendido.
— ¿Miedo de qué?
—Pensé que Rixon podría llevar a cabo sus planes…
No sabría decir cuántas veces me había congelado hoy, pero acababa de hacerlo de nuevo.
— ¿Rixon?
—Te odia, Jev. Se siente traicionado porque no pudiste matar a Nora. Por unos días estuvo acosándola, pero creo que ya se ha calmado un poco…
¿Rixon? No, no creía eso de él. ¡No podría hacerlo, jamás! Pero entonces comencé a dudar, y a recordar esos brillos extraños en sus ojos, esa actitud hostil en ocasiones… Pero… ¿Él?
— ¿Estás segura? —Exigí saber.
Se encogió de hombros.
—Eso es lo que todos dicen allá arriba.
Y finalmente, la frase que cerró el círculo de mis pensamientos: “Si sabes que ahora van a por ella, ¿no? Todos aquellos que te odien, y que quieran destruirte. Van a matarla a ella para herirte, Patch.”
Tenía que hacer algo, pronto.
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Andábamos sin buscarnos
Aunque sabiendo que andábamos para encontrarnos
Y aunque no creo en el amor a primera vista
Creo en el querer a primera noche
Y te dije que pasaría porque sabía que sabías
Que sabía que querías
Y fueron nubes la que use de trampolines
Y tiburones los que vestí de delfines
Un arco iris de tobogán, por
Donde me dejé caer hasta aterrizar en un río de paz
Los ruidos, parecían cantos de ángeles del cielo
Y no es que yo halla estado allí
Sino es que aquí no suena na' tan bueno
Sentía un fuego que me acariciaba el alma
Y me comenzaban a crecer sonrisas en la barba
Tenía alas, para atravesar las nubes
Y olía tan bien que hasta las flores querían mi perfume
Crecí tanto que a los planetas los tomé en mis manos
Y jugué con ellos a las metras en segundo plano, claro
Que a los pocos instantes me encogí
Para poder volar y volar sobre un colibrí
Si, los arboles cantaban Jazz o tal vez Blues o quizás paz
Tal vez algo más
Caminaba en el mar, podía parar el tiempo
Acelerar, repetir con un simple movimiento
Podía quitarme la vida y nacer de nuevo
Porque el paraíso a donde iría no sería tan bueno
Era perfecto, como si de un cuento se tratase
Podía hasta crear un defecto, por si lo perfecto me asustase
El hecho es que por un instante entré en razón
Y no estaba soñando
Estaba haciéndote el amor
Fue plenitud lo que sentí, estando dentro de ti
Bailando por adentro de tu cuerpo
Algo tan simple como que yo voy en ti y tu vas en mí
Como dos piezas que encajan perfecto
Y aunque seis mil millones de humanos, tu y yo
Somos una especie que murió hace tiempo
Sólo queda una hembra y su complemento
Por eso es tan natural querer querernos
Y mis labios escalaban tus cordilleras
Y unidos más que "Pangea"
Me acelerabas el miocardio
Cuando las olas que imitaban tus caderas
Reventaban en mi abdomen
Llenándome de tu río caldo
Besaba yo tus pies para estar en tus huellas
Mi lengua rozaba tus piernas y entre ellas
Y como una vil "leguleya"
Peleabas por el derecho a elegir en que posición ver las estrellas
Podías reír, sudar, gemir, hablar
Para explicarme porque parecía ibas a llorar
Y yo tocándote, como quien se estira por la mañana
Y hace ruidos de placer al hacer que nada en la cama
Sobran las palabras debería callarme ya
Y hacerte el Amor despacio al compás de este humilde Rap
Que es para ti, hecho pa' ti, escrito pa' ti, cantado a ti
Y cualquier otro adjetivo que termine en ti
Si, a través de mis ojos tú te vieras
Y en mi cuerpo sintieras lo que me inspiras
Te vieras con sed abrazarte quisieras
Ya esa es la forma como estos ojos te miran
Iba aterrizando en las nubes de trampolines
Fueron tus sueños los que usé como almohadines
Y antes que se termines esta corta canción
Olvidaba decirte
Que me encantó hacerte el amor
Fue plenitud lo que sentí, estando dentro de ti
Bailando por adentro de tu cuerpo
Algo tan simple como que yo voy en ti y tu vas en mí
Como dos piezas que encajan perfecto
Y aunque seis mil millones de humanos, tu y yo
Somos una especie que murió hace tiempo
Sólo queda una hembra y su complemento
Por eso es tan natural querer querernos
Y ahora quién sabe cuándo, volvamos a vernos
- Querer querernos.
Cancerbero.
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Opiniones de política española (11/4/2019)
Algo pasa con Vox: el último en las encuestas revienta auditorios de Córdoba a Palencia - Rafael Méndez
Alguien está engañando a Pablo Casado - Carlos Sánchez
Cuando sube la participación, la izquierda (casi siempre) gana - Ana Ordaz, Raúl Sánchez y David Noriega
Desamor, dudas y vino blanco: un tango electoral - Isidoro Tapia
El 42% de incertidumbre 'trabaja' para el tripartito - Gabriel Sanz
El programa del PNV: derecho a decidir, eutanasia y fin de la inviolabilidad del Rey - Jose Mari Alonso
¿En qué se ha quedado el anunciado vendaval de derechas? - Carlos Elordi
Especies en extinción - Ángeles Caballero
Las incógnitas del 28-A - Javier Arnal
Los tropiezos de la campaña de Casado: del aborto a la bajada del salario mínimo - Laura Olías y Laura Galaup
Pedro Rollán, un exalcalde cifuentista para cerrar una legislatura con tres presidentes en Madrid - Sofía Pérez Mendoza
Sánchez es un peligro para España y los ciudadanos no se enteran - José Apezarena
Tezanos desvela la estrategia del PSOE - Jorge Vilches
Tiempo de chorradas - Elisa Beni
Todo lo que Pablo Casado ignora sobre el salario mínimo - Ignacio Escolar
Unidas Podemos afronta su campaña definitiva: gobernar o reinventarse tras el 28A - Aitor Riveiro
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