risadegato

[risadegato]

te concedí la penitencia del silencio, una cadena perpetua que me desvincula completamente de tu existencia. pero no fui enmudecida, vienen a mi rescate las palabras son la llave para disolver la paranoia y el terror. tengo mucho que decir, y estoy cada vez más despierta para echar al mundo mi historia, el proceso de mi cura que es mucho más que dejar de sentir dolor.

[risadegato]

sos un ex suboficial inspector de la época de la dictadura, exonerado en el 78. sos una persona que se enorgullece de manipular a les demás para conseguir lo que quiere. sos machista y macrista, xenófobo y racista.

sos "el mejor papá" hasta que te cuestionan la autoridad. sos quien minimizó constantemente todo lo que pensaba, el que me mandaba a secarme las lágrimas cuando lloraba, el que repetía interminables y absurdos monólogos mientras censuraba cualquier tipo de diálogo, el que me achacó todo lo que me faltaba para ser su ideal, su expectativa, el que me pegó, me arrastró, me asfixió, me insultó.

no sos mi padre, apenas progenitor. y por sobre todas las cosas, sos el cobarde que se avergüenza de pedirme perdón.

me diste la vida o me la prestaste? si me la diste, es mía. a cuántos desapareciste? yo soy una aparecida. soy Analía, ex-hija, me llamo como les que rompieron vínculo filiar con los genocidas. el apellido lo mantengo porque ya es propio, pero no cumpliré con tu voluntad de descendencia porque soy antinatalista, torta y abortera.

fui la que, adolescente y deprimida, te pedí perdón por nacer.

soy la que, ya grande y a veces niña, te mando a la mierda, te deseo la muerte, que agonices y mientras tanto me imagines apretándote la garganta en un último suspiro impotente.

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"te voy a romper la cabeza", me dijo, para que de una buena vez dejara de pensar, me empujó contra la mesa para quebrar mi coraza emocional, me hizo una llave con un brazo para que no me pudiera zafar, me apretó el cuello con el otro para que no lograra gritar, cerró el ventiluz del baño así el vecindario no podría escuchar.

sentí miedo de morir, impotencia, el aislamiento, la soledad absoluta, una tristeza insondable. me quise ir, y no tenía adónde.

me saqué fotos, la tez pálida marcas en el cuello, los ojos idos.

guardé registro de ese momento para nunca olvidar, y ahora escribo para ponerle palabras a mi abismo.

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no soy lo que quisieron que fuera: un nombre, un sexo, edad y profesión. soy una persona cualquiera sin una identidad definida, pues mi signo es mutable y esa es mi mayor habilidad. no soy extraterrestre, no nací de un repollo, no soy adoptada, soy hije de mis xadres pero no su producto. no soy un ente inerte, ni una hoja que lleva el viento, soy materia viva y en movimiento. recuerdos, algunos con cicatrices y otros con sabor a miel, una colección de gestos perceptibles y nada más.

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catarsis de luna llena en piscis

cuando pasó lo de mi progenitor, el rechazo fue tanto, el corte de individuación fue tan profundo aunque tan torcido, que empecé a rechazar este modo de vida, que guardé resentimiento por las renuncias que hice para conservar el amor de mis xadres, y que me quedé absolutamente confundida y estúpida. recién ahora me empezó a hacer (aún más) ruido y a resultarme muy difícil de sostener la contradicción de estar en una multinacional (cuando era de lo que siempre me hablaba mi progenitor), de hacer tareas que no me estimulan para nada (como cuando me obligó a estudiar para los exámenes de ingreso de la secundaria), donde no hay reconocimiento, e igual tampoco lo busqué (me acostumbré a no tenerlo en ningún ámbito, últimamente con parejas que se dedicaron a devaluarme). además, no quiero reconocimiento de desarrolladora, lo quiero de activista, de educadora. que, dicho sea de paso, es la faceta que más "muestro" desde mis redes sociales, donde busco los laiks. por qué dejé de disfrutar la idea de trabajar desde el deseo? y por qué renuncié casi a la idea de recibirme de profesora, estando a una examen de hacerlo y con todo lo que me costó llegar a ese lugar? parece un autoboicot, una situación de bloqueo de mí misma.

como cuando quería tomar clases de autodefensa, la necesidad de tener un techo propio representa de nuevo la búsqueda de seguridad como manifestación del miedo. miedo a lo que no está prestablecido, a todo lo que no me pasa pero me podría pasar.

si yo sé que una de mis vocaciones es la docencia dentro del ámbito de las ciencias sociales, si deseé tanto estudiar para luego enseñar y ahí comenzar a aprender. me escindí después de la vida, renuncié a la ambición y al orgullo. porque incluso lo que debería enorgullecerme ahora según la sociedad, me avergüenza profundamente: las tareas que realizo, los clientes para los que trabajo, la Mac que celosamente sigo usando en vez de haberla devuelto cuando terminó el anterior proyecto, las fiestas de fin de año en La Rural donde invitaron el año pasado a Los Auténticos Decadentes, mi prepaga cheta de salud. en el fondo soy minimalista, me gusta leer, relacionar ideas, me gusta explicar y hacerme entender, me gusta cuando muches participan y aporten y se generan ideas nuevas, y todo eso lo vi en un "momento ajá" luego del que decidí anotarme en el profesorado al venir a La Plata.

considero que el primer golpe que recibí me llenó de rabia y me motivó, mientras que el segundo me llenó de angustia y me paralizó del miedo. pero mientras estaba emocionalmente paralizada igual seguí viviendo, y a la medida que pude me examiné, fui volviendo a a(r)marme y ahora puedo comprender algunas cosas que antes era mejor no ver. miedo a mi deseo, miedo a desarrollar mi vida como yo quisiera realmente, y la relación paradójica: rechazo pero a la vez un vínculo que nunca se termina de cortar, con el trabajo, como con mi progenitor. miedo a perderlo, por si aún tiene algo bueno para dar. pero la necesidad imperiosa de perderlo para siempre.

siento una disonancia similar a la que sentía cuando, también después de este *trauma* volví a comer carne de animales. hoy hablando con amigas en un grupo donde todas son veganas, sobre cómo eran nuestros vínculos con gente que comía animales, revisé mi biografía de los últimos años a ese respecto, y me pregunté por primera vez "por qué volví a comer animales hace unos 5 años?". antes me excusaba por la comodidad, por las personas de las cuales me rodeaba en ese momento (que digamos que nunca hacen más que reflejarnos), que porque estudiando y militando estaba muchas horas afuera, que porque mi mamá no me dejaba tocar la cocina, que porque los panchos eran la "cena" más barata y lo único que había de noche en la terminal de micros, por un viaje donde me parecía bien probar de todo... una sorprendente cantidad de justificaciones, y todas igual de absurdas. mientras masticaba basura, que hasta mi amiga más carnívora me decía que lo era, pero yo disfrutaba (embutidos: salchichas y fiambre), y ahora me parece en tanto el resultado de una tortura animal algo imposible de sostener. y la conclusión la que estuve llegando últimamente, que además me siento mejor en general (lo cual se manifiesta en cómo estoy cuidando de mí, y siendo que mi definición actual de amor se resume en "cuidar"), es que en ese período estaba angustiada, deprimida, desa(r)mada. me llevó tiempo volverme a a(r)mar. pero lo estoy haciendo, y hay cosas que ya no tienen lugar. qué es esto de escindir trabajo de deseo? tanto me machacaron y en verdad quedó marcado a fuego. cuando ese profesor particular de física me dijo que mi vocación era dibujar, y también se lo dijo a mi padre, fue tratado de loco y luego hasta de perverso (en vez de darme herramientas para defenderme de los machos, porque eso hubiera sido darme poder sobre él). cuando discutió con el papá de mi mejor amiga, que le decía que era mejor que les chiques estudiaran lo que quisieran porque lo importante era que fueran felices haciéndolo. y cuando me hablaba de la "calidad de vida" en "mi futuro", dos conceptos por supuesto inaprensibles e inalcanzables. qué pedazo de mierda todo lo que te puede traumar un psicópata. qué pedazo de mierda que a los 30 recién esté aprendiendo a vivir.

el otro día leía conversaciones mías con otra gente y a nadie intentaba agradar, decía lo que sentía y ya... por más cuadrada que fuera, no tenía el mambo de la aceptación. el otro día también recordé, justamente, cómo era cuando militaba, cuando fui vicepresidenta del centro de estudiantes del profesorado y pasaba por las aulas, hablaba segura de mí misma e invitaba a que todes se sumaran a una construcción colectiva. y luego, cómo me volví escéptica y desinteresada por transformar la sociedad. hoy, mi enfoque es otro pero igual lo estoy volviendo a hacer. hago activismo desde mis consumos, mis redes sociales, mis prácticas diarias, mi forma de amar. y quiero hacerlo también desde la palabra, en textos como este y en las aulas; quiero hacerlo desde la relación con otres. basta de pasármela todo el día frente a una computadora programando sistemas inorgánicos. quiero comunicarme con personas, necesito esa libertad creativa que tengo cuando hablo con mis amigas, y sentir su admiración y admirándolas a la vez en sus cualidades. necesito esa relación de deseo y desapego en la que donde todes estamos ahí porque queremos, no porque nos obligan las circunstancias. un lugar que sea un encuentro sólo por la curiosidad del saber y las ganas de compartir. un lugar donde pueda propagar otra ética del cuidado, desde la cual motivar a les niñes a que curioseen, a que militen, a que investiguen, a que se traten bien.

soporté que me rompiera de un golpe con la rodilla el tablero de dibujo cuando empezaba a estudiar diseño, que me dijera que era una locura que estudiara enfermería porque así "nunca iba a ser jefa", que intentara disuadirme de dar clases en barrios carenciados porque eso era peligroso, porque "yo no sabía todas las cosas que pasaban". salía airosa de esas situaciones y una y otra vez estuve firme en mis decisiones, sin posibilidad de que me doblegara, y lo terminó haciendo de una forma tan deshonesta... por la fuerza. deshonesto porque no me esperaba eso de él siendo mi padre, siendo alguien que yo quería y en el que confiaba. profundamente cobarde porque no estábamos en igualdad de condiciones, porque yo fui incapaz de herirlo jamás (además de que no disponía de su fuerza física ni de ánimo agresivo en ese momento y, al contrario que a mi vieja, jamás siquiera lo insulté). detestable porque el perverso era él y pretendió siempre señalar a todes les demás mientras era "el mejor papá que cualquier hija podría tener" en sus grandilocuentes palabras. efectivo porque a través del trauma me trastocó la realidad y por primera vez realmente me sentí frágil, pequeña, despreciable. y empecé a vivir como si lo fuera. antes de eso fui tan ingenua de apañarlo, de ponerme de su lado muchas veces, de "cuidarlo" a él más que a mí. hasta mis ahorros para comprarse una casa junto a mi vieja le di, y hoy estoy yo alquilando.

pero quizás ya no necesite una casa para dejar de alquilar (aunque por supuesto, tampoco estaría mal). quizás fundamentalmente quiera empezar a vivir siendo leal a mí misma, con actitud punk como en mi adolescencia, esa misma soltura, curiosidad, juego y libertad. y ahora con toda esta sabiduría ganada a fuerza de experiencias de vida, la "calle" que me dijo que tengo el otro día una amiga y el ingenio que a veces me reconocen, que junto con mi capacidad de amar son lo único que realmente me siento orgullosa de poseer y que quiero compartir a todes les demás. ese interés que tuve siempre por formar vínculos profundos con otres, de ir al hueso. la emoción cuando tuve mis primeras observaciones y luego las prácticas. cuando fui a la FADU a dar una charla mientras además veía cómo otres seguían su vocación mientras yo sólo era algo auténtica dando clases y ya no diseñando. el entusiasmo con el que participaba en mis propias clases y militando especialmente en el profesorado, donde se ponían en juego cuestiones sobre nuestra educación. el afán que conservo hasta hoy de curiosear y aprender sobre todo. dejé que realmente me sofoque. pero me estoy empezando a liberar.

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hacer de mi niñez un bosque húmedo y frondoso, alimentarlo con la lluvia de todas las lágrimas derramadas por haberme sentido sola, quizás por haberlo estado. y habitar, en vez de la soledad del desierto, ese bosque.

charlar y jugar con amigues animales, con insectos llenarme de anécdotas para contarle alegremente a mi madre tierra cuando caiga el día. o mejor aún, escribirlas.

leer esas historias y nunca dejar de ser niña. despertar por la mañana y encontrar a una en el espejo que tiene mis gestos, mi cantar, mi humor. decirle buendía y darle la mano para cruzar.

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qué es un escaparate, reflexiono apenas esa palabra se aparece en mi mente. como si fuera importante en tanto respuesta pero en verdad lo es en tanto pregunta. busco el significado, y encuentro algo muy distinto a lo que me estaba imaginando. una suerte de viaje, un paisaje campestre, una muchacha de rulos y sombrero de paja. campos verdes y una ruta, sus pestañas coloradas cayendo en cada párpado a la luz del sol. de alguna manera, hice mi propia definición.

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dialogar con la ambigüedad en su lenguaje que aunque me deje sabor a poco, es el de la vida. en algún momento creí que me colmaba la interpretación y aún más, el panfleto binario, la declaración directa.

en algún momento me morí por dentro y me olvidé de la aventura espontánea, las decisiones arrebatadas, la ética del afecto se hizo una moral rígida, pero la vida así no merece ser vivida.

y al final de cuentas no me arrepiento de ningún beso pero sí de todos los que no di a tiempo. el deseo guardado se pudre, necesita movilizarse sin tantas explicaciones ni desencantos.

me quedé en lugares donde no debía haber estado, por esa misma condición de temor que estalló en pánico. seguí habitando ese desierto donde nada crecía y ahora estoy acá, inventándome todos los días.

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el amor tiene que ver con los límites, el cuerpo y la intimidad. si une se ama, puede ver el reflejo de su amor en les demás (y sino también, pero este reflejo es horrible).

el abuso es el gancho al sistema en la historia, lo que se vé es abuso las violencias del abuso.

en mi cuerpo ocurrieron los abusos y no quiero volver ahí, entonces no vuelvo a mi cuerpo te despojan de tu cuerpo si yo no tengo cuerpo, no tengo límite

no amor propio sino valor propio, consistencia, límites moneda de cambio

volver al cuerpo es escucharse y eso no es fácil, escucharse cuando hay tantos recuerdos del horror

hablar en voz alta sirve un montón cantar canciones, gritarlas para poder groundear, permanecer con los pies en la tierra.

coherencia como un ritmo, un devenir del sonido, una integridad orgánica.

hay muchas trampas. nombrar a lo que me da miedo. y también felicitarnos.

quizás hubiéramos necesitado que nos nombraran y explicaran lo absurdo de nuestros miedos, una suerte de autoconfianza.

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hoy no fui útil

tuve terapia a las 8 de la mañana, cumplí en despertar y hablé sobre muchas cuestiones que me conmovieron. entre ellas, sobre una persona que me maternó unos años me alojó, me contuvo y me hizo una torta de cumpleaños en uno de mis peores momentos. lloré explosivamente y admití que la extrañaba. ya no tengo su número.

la vecina que me gusta me mandó un audio. me entusiasmé por adelantado, pero no podía oírlo. insistió, en texto: "me prestas tu freezer un ratito?" pero no tengo freezer y el congelador está repleto. me respondió con una risita, y me contuve las ganas de invitarla a merendar porque estoy demasiado triste hoy.

me llamaron del laburo, pidiéndome una mano con un código que no hice ni sabía interpretar. llamaron a otro compa y lo resolvió en medio minuto. a él le agredecieron, a mí me dijeron "gracias por nada" entre risas, pero a mí no me causó ni gracia ni dolor.

tengo que hacer una presentación para mañana, para un taller de una disciplina que sí domino pero estoy insegura sobre los temas, los tiempos, y me pone nerviosa que me vayan a evaluar o a comparar. ... las videollamadas me están destruyendo el alma.

gugleé una frase que recordaba aunque no literal, y apareció como primer resultado un posteo en mi blog millenial, ya abandonado hace años. la frase: "vales mucho más que tu productividad". y una idea: debería escribir sobre Marcela, mi 2da mamá.

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vengo de días esclarecidos. hoy no me quería levantar, pero luego del primer café todo decantó y me sentí mejor. reverseo los pensamientos que co-nec-tan con mis sentimientos de inferioridad. me empodero así, a fuerza de espíritu, porque las herramientas ya las tengo: terapia, mi gata, mis amigas, mi casa. basta de victimizarme, basta de esa yo triste. que no sabe dónde ir. porque ya sé que no hay nada que hacer hacia afuera sino que la conversación es conmigo. y me tengo que hacer más fuerte antes de continuar expandiendo mis territorios tengo que saber estar en un eje sano dentro de los calabozos que me tocan.

[risadegato]

claustro, ágora y fobia

el pasado es una historia que nos contamos hasta creerla cierta.

el presente, empobrecido no se haya más que en esos relatos gastados, dolorosos, algunos suprimidos.

reprogramarse o quedarse en un relato que fue escrito por le que alguna vez fuimos.

aprender un lenguaje nuevo y escribir en un código ilegible hasta que surja un sentido.

[risadegato]

mis primeros treinta años una ridiculez absurda la exageración de la estupidez. mis primeros treinta años fueron beboteos intensos, con llantos desesperados y una vulnerabilidad atroz. mis primeros treinta años sólo al final comprendí mis debilidades camufladas. siempre algo que se me escapa buscando al amor, y en mi cuerpo también siempre algo me falta. amistades hechas de gestos y palabras. los amores son gente y el amor es un lugar. el riesgo de enfrentarse con una falta todo el tiempo. arriesgarse como modo de vida.

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la electrónica me hace pegar saltos entusiastas. suena en mi sala como el karma de que el tiempo tiene un ritmo y que soy feliz cuando bailo con él. aunque muchas veces sólo se limite mi percepción del tiempo al tic-tac de un reloj: aburrido, predecible y sin final.

mi gata mira por la ventana, atenta a lo que pase en su territorio y fuera de él. las plantas orientadas también hacia el patio saben desde dónde mañana saldrá el sol.

qué apagado será mi día, a pesar de su claridad, que viviré tan de noche y de madrugada, si caen las ideas después que el sol, si me encuentro más despejada entre la luz artificial.

el tic-tac suena de fondo, detrás de la electrónica. un tiempo medible, capitalizable y universal.

[risadegato]

es muy loco cómo la amistad,

simpatía que se vuelve costumbre,

se edifica de momentos compartidos,

se establece por convención.

pero en un momento de mi biografía personal y colectiva

sucedió que empecé a tratar a desconocides como amigues

y me encontré así en el devenir de una revolución.

un armagedón personal y afectivo,

donde la empatía es trinchera

y el abrazo es una explosión

cuyas ondas tocan todo en rededor.

[risadegato]

me acuerdo cómo era abrazarte,

cómo se ablandaba tu cuerpo.

recuerdo tu gesto cansado,

tu ruego tácito, tu dulce entrega,

pero hasta ahí.

tu olor a pucho, tu piel tensa

y la leche loca que hacías

para poder dormir.

cuando nos abrazamos,

nos exprimimos,

nos enseñamos y aprendimos

lo suficiente,

nos dejamos ir.

[risadegato]

te conocí, me inspiré y escribí

cada vez peor, tal como nuestra relación

poemas por correo, sin gestos

y demasiado por decir

para el tiempo que corría y se detenía

en el piso de tu habitación

los dos colchones echados y nosotras

apretadas en frenesí