La radiación,la lluvia acida , el efecto invernadero ,los fasos que me fume yo, la locomotora resistió,quierase o no. (la vida pasa; mientras yo escribo) -inverosimil -intensidad
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Con el tiempo fui aprendiendo a cuestionarme todas las veces que sea necesario, a tener el coraje de desarmar creencias, y encontrar nuevas. A no comparar el dolor, ni la alegría de nadie. A intentar no opinar de lo que no sé, e incluso a lo que creo saber, también poder ponerlo en duda. A asumir que no soy más que una simple aprendiz. A aceptarme. A abrazar mi sombra. A Intentar ser lo más honesta conmigo posible. A sacar mis propias conclusiones. A no quedarme callada. A permitirme enojarme. A poner un freno dónde invaden mi vida. A permitirme estar triste. A no guardarme jamás un -Te amo-, aunque no sepa si es mutuo. A hacerme cargo de mis decisiones. A aprender mucho de quiénes amo y hablan con el corazón. A aprender mucho de mi misma y mis procesos. A valorar gestos, y no cosas. A decirle a alguien, todo lo hermoso que veo en su manera de ser. A dar las gracias, todas las veces que puedo. A intentar cada día estar más cerca del camino a casa, y cuando digo casa, hablo de la casa del corazón. A jugarmela con todo lo que soy. Y a amar, amar con todo lo que llevo puesto, hasta el último de mis días.
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refugio
Es un lugar mágico donde nos bajamos del mundo, un talismán indestructible, unas pocas certezas que pueden con todo, complicidades, abrazos, miradas que cuentan historias. Espacios sagrados, momentos de comunión con nuestro corazón, espacios que nadie puede invadir. Charlas que nadie escucha, abrazos que son un nido, pequeños placeres que nos hacen bien, ese libro que amamos, nuestra canción preferida, pero también el hermoso silencio. El aroma del jazmín que nos trae mil recuerdos, esa comida rica que nos hacen con amor, un juego, una manta a la sombra de un árbol, una carpa hecha de sábanas. Casi todos tenemos ese lugar resguardado del mundo como un tesoro luminoso y bueno que no existe en ningún otro lugar. Lugares que son muy nuestros, construidos paso a paso con los latidos del corazón, compartidos con quienes delicadamente acompañan y respetan nuestra vida. Compartidos con nosotros mismos en esa calma de los necesarios momentos de soledad. Lugares nuestros, en los que nos sentimos bendecidos, como un santuario de todo lo que nos hace bien. Prender una velita, regalarle una plegaria a la luna, contar con alguien las estrellas, sonreírle al sol, pisar descalzos la tierra, poner en pausa las preguntas, permitir la llegada de las respuestas, agradecer la alquimia, y proteger la llave de esos lugares, para seguir agradeciendo la vida. Hay refugios que son lugares, hay refugios que son personas.
Hay refugios que son rincones de nuestro propio corazón.
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Ya me rompí, al punto de no poder encontrar mis partes para armarme de nuevo, entonces creé partes nuevas. Ya me perdí, y se me fulminó el horizonte arrastrando una noche que pareció ser eterna, entonces me inventé una nueva casa, indestructible. Ya me apagué de tal forma, que sentí mi piel opaca y a mis ojos que parecían cerrarse por última vez de tanto llorar, entonces encendí una luz por dentro y me fui de ese lugar. Ya me agoté, y sentí mis rodillas en carne viva de desear al menos un decanso, entonces miré para otro lado y mis piernas me llevaron solas. Ya tuve sed al punto de lamer el mar, entonces lo cambié por un arroyo. Ya vi espejismos enceguecida por viejas creencias, entonces me paré firme frente al espejo. Ya busqué afuera, lo que no encontraba adentro, y adorné jaulas, con muchos colores, entonces rompí los barrotes. Ya me dolió el cuerpo y el corazón, como si les hubieran derrumbado una montaña encima, entonces me hice montaña, para poder contemplar ese derrumbe, hasta que quedó bajo mis pies. Ya lloré amores que pensé indispensables, hasta que al fin entendí, que esos no eran amores. Ya me hice a un costado y me quedé sin vereda, entonces me abrí mi propio camino, con muchas calles para mí gente. Ya creí que no merecía cosas buenas, hasta que de verdad creí en mi, entonces se hicieron presentes como todos los regalos de navidad juntos, debajo de un árbol sencillo. Ya fui un pájaro sin rumbo, hasta que aparté para mí un pedacito del cielo, libre de las tormentas que no me pertenecen. Ya fui todo lo que pude, y lo que no pude, lo fui también. Pero no tengo un solo reproche con mi alma, porque cada cosa que hice fue una parte del rompecabezas que estoy a punto de terminar. Quizás algunas piezas sean más difíciles, quizás algunas noches no quiera mover ninguna y otras moverlas todas a la vez. Pero veo sobre la mesa toda esa imagen, tan frágil y fuerte al mismo tiempo, que finalmente veo mi corazón, sin vidrios sucios, y escucho con claridad la frase exacta que me dije en cada momento en el que no supe que hacer: "Sos una buscadora" Fuiste una buscadora. Hoy es hora de encontrar esas respuestas, sin ninguna búsqueda. Ellas me encuentran.
Descalza❤
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DIOS
El Dios en el que yo creo, está en esa resolana tibia que se filtra en una parra cuando en los huesos, comienza a sentirse el frío. Está en el canto de todas las aves que anuncian que pronto va a amanecer. El Dios en el que yo creo, está en mi respiración cuando logro conectarme con esa parte del alma, que no se alborota con el miedo. Está en la canción que no se escucha, pero que suena igual, cómo ese río que corre, aunque nadie lo este viendo. El Dios en el que yo creo, no me pone a prueba con las batallas,sino que me da una mano, para que me vuelva a levantar. El Dios en el que yo creo, se hace presente en cada -Te amo- El Dios en que yo creo, no está arriba, está en el centro del corazón, como una brújula, como la voz de la intuición, como las palabras tiernas de un niño que no perdió su inocencia y su fe, y como las palabras sabias de una abuela, que volvió a tenerlas. El Dios en el que yo creo no hace alarde, no pide lujos, ni sacrificios. El Dios en el que yo creo, se hace nombre cuando amo. Está en el viento, en la lluvia, en la tierra, y una la flor del cardo. El Dios en el que yo creo no es omnipotente, es vulnerabl
eo, no lo permitió nunca. - ahí está la paradoja- El Dios en el que yo creo, hace caminos con arboledas y olor a tilo, cuando el mundo se pone nefasto. El Dios en el que yo creo está en mi esperanza, en las palabras y las manos de quienes amo.
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freno.
Empecé a frenar. Frenar para registrar ese paso exacto que me dirige hacía algún lugar, que aunque a veces no sea tan claro, siempre estamos eligiendo. Frenar para ver dónde me lleva lo que estoy haciendo, porque a veces cuando llegamos ya es tarde, el tiempo se desperdició, nos desviamos de lo que sentimos. A veces la oleada nos va llevando y quizá ni siquiera teníamos ganas de meternos al mar. Frenar. Escucharnos. Frenar para saber si en verdad nos gusta en lo que nos estamos convirtiendo. Si nunca tengo tiempo de jugar y no me detengo a contemplar lo hermoso, si no sueño y vivo, mi hijo crecerá aprendiendo que no vale la pena sentarse a ver pasar las hormigas, sin más. Si no freno y no me voy de los lugares donde me subestiman, me estoy faltando el respeto. Si no freno, cuando estoy hablando demasiado de algo que no me suma, si no freno cuando siento que estoy dejando mi energía en lugares y personas que no me hacen bien, entonces me pierdo un poco.
Frenar. Esto no lo quiero más. Esto no me interesa, no construye.
Frenar. Esto me hace bien. Me da paz. Frenar en esa flor que estaba esperando que abra desde que vi el pimpollo. En esa canción. En las miradas que sueñan. En la carita de un pibe cuando te quiere contar algo. En las palabras de alguien que te ayudan a crecer. En los brazos de alguien que es feliz de recibirte.
Frenar y preguntarnos que es lo que queremos y que no queremos más. Hacernos cargo. Y actuar en consecuencia.
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“Todavía que resisto
A la absurda tentación
De pisar el freno y pasarla bueno
Disfrazarme de alguien que no soy
Todavía tengo amigos
Que me quieren como soy
Siempre un poco loco
Y todo lo que toco
Lo quiebro y pido perdón
Y acá me vez.
Escapándole al fuego
Que sigue quemando
Esa oración, libertad
Ansiedad, un amor, soledad
Y así vivir mucho mejor.
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#inteligencia emocional#emociones#sentimientos#cosas simples#enojo#enojona#alegre#feliz#ser#estar#respeto#estoy feliz#soy feliz#momento#momentaneo#duradero#autoconocimiento#etiquetas#estereotipos#aprender#sentimiento
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Lo V E ?
Lo inconsciente es una instancia psíquica a donde suele ir a parar, aquello que nos cuesta asumir de nosotros mismos; ya sea por que duele, porque es incómodo o porque no nos gusta. Lo inconsciente es un espacio interno atemporal, que intenta emerger no sólo por medio de actos fallidos, chistes o sueños, sino que también a través de situaciones externas que contienen, camufladamente, cierto significado. Si observamos nuestra realidad metafóricamente, podemos tener acceso a lo que inconscientemente habita dentro nuestro. Ahora, si llevamos esto a los vínculos de pareja, el otro es nuestro inconsciente. Por eso, es que es tan intenso y nos suele dar tanto miedo relacionarnos genuinamente. Porque de repente se pone en juego nuestro niño herido y comenzamos a vincularnos de niño a niña, ocupando el lugar que aprendimos cuando éramos chicos. De repente, la sombra aparece proyectada en el otro y sin quererlo, comenzamos a defendernos de esta, interfiriendo en el vínculo y en el propio proceso de sanación, que se nos está facilitando a través del otro. Para que lo sano sea, es necesario que ambos estemos abiertos a sanar; y para sanar, es necesario ver lo enfermo e incomodo en mi, es necesario abrazar mi sombra, que veo en vos y tiendo a rechazar, pues todos en alguna parte, tenemos asperezas que pulir. Un vinculo sano es imposible, si los dos no estamos lo suficientemente comprometidos con nosotros mismos y por lo tanto, con el vínculo, que es nuestra creación. El amor, siempre es propio y es la actitud con la que me enfrento a esa sombra. Es lo que me da el coraje para no escaparme del otro, cuando el miedo a perderme en el vinculo aparezca. Del mismo modo, que es lo que me permite darle libertad y espacio al otro, para que se quede o se valla, cuando tenga miedo a perderlo. El amor se manifiesta, cuando se empieza a poner a prueba; cuando estamos llamados a integrar la sombra. Mientras tanto, es solo enamoramiento...
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En todas las áreas de la vida, pero sobre todo en los vinculos (porque aca tendemos a dramatizar mas) proyectamos nuestra realidad interna sobre el otro. En principio para amar y más tarde para sanar, aunque la sanación también sea una de las funciones que tiene el amor. Cuando vamos a una relación, proyectamos nuestro amor sobre el otro, así como también, el otro proyecta su amor sobre nosotros. Damos y recibimos. Nos influenciamos mutuamente para crecer y aprender. Esto al principio se siente hermoso, pues enamoramiento; el problema viene más tarde, cuando el amor de ambos, empieza a hacer evidente lo que todavía falta elaborar dentro. Puede que coincidamos y queramos usar el vínculo para sanar y potenciarnos. Sin embargo, también puede pasar que uno de los dos, decida quedarse un rato más, por el motivo que fuese, en su herida. Como consecuencia de esta decisión, esa persona comienza a bloquear, rechazar y defenderse del amor que podría recibir, y por lo tanto, acelerar su sanación. Sin darse cuenta, empieza a justificarse para no ver sus zonas enfermas y comienza a hacer responsable al otro, de su elección miedosa de no amar. Amamos en la medida que la persona amada lo permite, del mismo modo que nos aman, hasta donde lo permitimos. No existen responsables fuera de esta elección, por lo que si querés más amor, hay dos permisos que te tenés que dar: el primero es dejar que aquel que no se deje amar, se vaya a otro lugar, más afín al espacio interno en donde está parado. Por otra parte, el segundo permiso es el de abrirte recibir más, pues sos merecedor de lo que te creas. Por el mismo espacio que das, también recibís. Abrirte amar y a ser amado.
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El ego como herramienta
obre todo dentro del mundo espiritual, pero también fuera de este mundito, veo que hay algo en contra del ego. Como si fuese el enemigo a vencer, como si hubiese que morir o renunciar a él, como si no fuese una parte nuestra, tan digna de amar como el resto. Es cierto que si el ego toma las riendas de nuestra vida, nuestra vida muy probablemente no vaya a ser plena y no estemos caminando hacia nuestro deseo. Es cierto que si tiene el control, nos va a llevar a aferrarnos a todo aquello que esté bien visto por el entorno y va a tratar de volverlo parte suya, aunque tal vez implique mendigar, reclamar o acercarse a personas, lugares o actitudes, que en el fondo, no nos representen. Es cierto todo esto y mucho más y entiendo la mirada en contra del ego. Ahora pregunto: ¿No es mejor ponerse a favor del ser que en contra del ego? ¿No es mejor usar toda esa energía para crear, en vez de usarla para destruir? (Y eso que no estoy teniendo en cuenta que aquello que queremos destruir, es una parte de nosotros mismos…) ¿No es mejor hacerse responsable del personaje que estoy encarnando en vez de culparlo? ¿No somos más libres cuando nos damos el permiso para usar al ego como medio de expresión? Espero que se entienda a donde estoy queriendo apuntar. La cuestión es más relajada y no tan tensa ni teórica.
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Lamentablemente, te enredaste en la teoría, en el árbol genealógico, en el laberinto de la mente. No te diste cuenta, y perdiste de vista el presente. Te fuiste al pasado a comparar, a analizar, y a intentar defenderte de algo, que no tenía porque pasar. Y con esto que digo, no me estoy lavando las manos. Asumo que soy responsable de mi parte. Pequé de ansioso, y me dejé arrastrar por la teoría, por el árbol genealógico, por el laberinto de la mente. No me di cuenta, y perdí de vista el presente. Intenté abrazar tu lugar lastimado, intenté quitarte peso y caí en la trampa. De repente, empezaste a ver en mí, tu espacio rechazado. De repente, comenzaste a defenderte, y a escaparte del pasado. Sin embargo, lo que más lamento, es que no hayas podido ver que el miedo es lo que interrumpía la conexión, que la incomodidad es parte de la trascendencia, y que estábamos transitando la liberación. Lo que más lamento, es que a la hora de construir, y poner lo que hay que poner, te terminaste aferrando al temor. Lo que más lamento y lo que más me duele, es que hayas preferido revolcarte en el dolor, es que te hayas quedado en lo que fue, y no hayas elegido la transformación. También soy esto 🌝🙃
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vinculos
A más profundo conectamos con nosotros mismos, más profundo también conectamos con los demás. A más adentro nuestro hemos podido ir, más hondo también vamos a poder ver en el otro. Por lo que, mientras más nos conocemos, más intensos, trascendentales y sabios, se vuelven los vínculos que vamos construyendo. Por otro lado, hay muchas veces donde conectamos muy profundamente con el otro, pero sin ser conscientes de las partes que el otro está tocando en mí y viceversa. Esto hace que de repente, se experimentan emociones, pensamientos o conflictos que en principio, no entendemos porque los estamos viviendo: no pasó nada malo, pero siento angustia; no tengo motivos para sentirme inseguro, pero tengo miedo; no entiendo por qué, pero ahora el otro me genera rechazo, cuando antes me atraía. A más real, honesto e íntimo sea el vínculo, más probable es que empecemos a usar al otro, tal vez sin darnos cuenta, para ver lo que está pendiente a ser tramitado en nosotros. Debido a que se puso en juego aquel lugar vulnerable, que generalmente solemos tener lastimado, comenzamos a experimentarlo. Como consecuencia de nuestra inconsciencia, tendemos a reaccionar y defendernos del otro, queriendo en realidad, defendernos de aquel espacio personal que teníamos enterrado y no queríamos ver. Los vínculos no sólo están vivos, sino que también tienen inteligencia propia. Por lo que los invito, y me invito, a hacerse presentes en ellos y confiar en ustedes, en el otro y en la bendita zona compartida, que tanto nos nutre y nos expande. El motivo de todo vínculo es la expansión, sin embargo, para expandirse primero es necesario sanar; y las relaciones nos ofrecen la posibilidad de hacernos evidente, lo que solos nos cuesta tanto darnos cuenta, para que sanemos.
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A lo largo del camino nos vamos cruzando con distintas experiencias, personas e historias con el propósito de aprender a ser quienes somos. Por medio de los conflictos, estamos llamados a liberar nuestro potencial. A través de lo que el afuera me trae, tengo la posibilidad de integrar lo que aún no he podido. Muchas veces en ese andar, cuando por fin comprendemos, tenemos que dejar atrás personas que queremos mucho, trabajos que disfrutábamos o etapas que nos daban seguridad, pero que ya no se corresponden con nuestro aprendizaje. El gesto interno de elegirse, muchas veces conlleva tomar decisiones dolorosas. Pasar "al siguiente nivel", implica el duelo por aquel que fui, durante tanto tiempo, en el lugar anterior. Y cuando digo "lugar", hablo simbólicamente, puede ser un vínculo, un trabajo, una amistad, un hobby o lo que fuese, el punto es que duele crecer y ver como, muchas veces, el contexto conocido, no crece al mismo ritmo nuestro. Sin embargo, nada ni nadie merece tanto la pena, como para posponer el propio crecimiento. Detrás de aquello que se va, hay un nuevo universo naciendo con uno. Más allá de lo que podamos ver, la eternidad nos está sosteniendo, a la espera de qué, de una vez por todas, nos soltemos y le permitamos a esta infinitud, que se exprese a través nuestro. "El próximo nivel" me espera. La próxima aventura aguarda mi presencia. La vida es la que me está invitando ¿la vas a seguir rechazando?
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No te apagues. No te pierdas en ideas, que reviven tus "no puedo". No te mueras. No te extingas. No te salgas de tu cielo. No te enredes en problemas qué no te pertenecen. No te quedes en lugares donde no te ven, no te escuchan, ni te merecen. No te creas el poder, que le ofrecen a tu ego. No te guíes por las voces, que provienen de tus miedos. Por favor, no te olvides. No te dejes para luego; que la vida solo esta, donde esta tu presencia, tu amor, tu fuego.
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