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El asunto es que a mí me coge con quien no me coge.
Eufemismos.
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Sí, señorita. Su curvatura de felicidad, esa estela de gracia en su rostro, es lo que me ha causado el insomnio.
Liebre Insomne
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Capítulo 2: Galatea
Le llamo inspiración porque te respiro para impregnarme lento.
Este mármol ya no es piedra, es espejo. Te moldeo a semejanza de mis pretensiones, para darle otra dimensión a mi propio laberinto. Mientras te manifiesto en blanco, eres sólo un ideal. Dejé de buscar la salvación en agujeros negros, para poder tatuarme de tu fe.
Jamás había dejado de inventar maneras de rendirte tributo. Me he absorto tanto en crearte que el tiempo hilvana telarañas de abandono y el vacío ,vuelto etcétera, se pintaba a sí mismo. Mi nación fue sólo el perímetro que abarcaba lo que estuviera a tu alcance, cuál cadena de plomo asegurada al navío. Y cada gramo de mi ancla estaba bautizado con tu nombre.
Al bosquejar lo que quería que fueras, solía hablarte. Incoherente ha sido esta tasa de cambio que valora tu simple existir por encima de mi cordura. Fui ventrílocua de promesas para hacerme escuchar lo que yo misma quería oír.
“Tuya”, me decía.
Ahora me es absurdo procurar construirte alrededor de una sola palabra.Fecundas, amamantas, riegas. ¿Cómo pretendía yo embotellar tanta deidad?
Dedicándote a Afrodita susurraba “Por favor esta vez, sí”. Al besarte hecha rigidez pétrea fue mi alma que deseó: “Galatea, ya no sueñes en blanco y negro”. Hubo un frío y tres silencios.
En principio nos observaban las estrellas en nuestras naturalezas distintas de piel y de piedra. Al crecer mi incertidumbre de si podría calentarse tu pecho bajo mi invocación se desvanecía tu escarcha, menguaba ese brillo. Te veía tempestuosa y al final ... nos vestimos de lo mismo.
En un brindis de fulgor, latías ciclos de luna. La sístole de lo crudo y la diástole de lo sublime. Más que solo perfecta, eras real. Me miras. Intentas hallar en mis ojos algún magnetismo para enraizar la idea de que soy tu predilección, y por un instante de reconocimiento fuimos espejismo de éxtasis al pretender ser idénticas.
Pero no duró.
Se desvanece el hechizo al verte reflejada en mis pupilas. Te arropas de albedrío y por supuesto, tú también te eliges a tí. Renunciando a tu pedestal, nuestros plurales se descomponen mientras das pasos en la otra dirección, pasando el límite de donde el eco se reversa.
Ya no me quedas a mitad de camino con nada.
Hoy me queda holgado el abrazo a la almohada; ella y yo sabemos que otra vez te habíamos soñado y te habías vuelto a esfumar, dejando entre rastros permanentes, cicatrices de estelas difusas. Lo opuesto a mi dicha es tu ausencia.
De mí sólo queda un mantra suicida, de ti sólo queda la crisálida. A lo mejor encuentre mi cincel y mi mazo entre el polvo de mis expectativas al salir de la cueva, cuando dejen de resonar tus pasos, que detonan más fuerte mientras más te alejas. En este juego te desatas, te libero, te me escapas y te reinvento. Huyes de cada planeta en el que no te sientas identificada .
Mañana, como amnésico hábito tóxico te vuelvo a inventar. Quizá en granito, en barro o en madera. Y cada vez que te erija te nombraré Galatea.
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Cosquillita Quisqueyana
Risita de güira en piel de tamarindo, pícara alegría sabor a guayaba: Déjame intentar ganarte. Regálate este teriquito; toma puerto entre las ondas de mi pelo. Date el chance, 'ombe. Aquí solo estamos tú, yo y tu alergia a lo cliché.
Préstale tus dudas a un alma que las vuele de chichigüa. Yo hasta me puedo convertir a tu religión de la caña y el cola'o. Tomamos ron hasta que se seque el Yaque, y después pudiéramos pe'car arriba de la barca.
Ay candela; Ojalá se parezca a ti todo lo perpetuo. Se destiñe humillado el valle si lo comparo con los matices de tu aura. Es delicia sensorial el gozar de tu cercanía. Y yo ahora poniéndome de atrevida pienso...Tú deberías como de brindarme.
Sí. Me gusta el relajito.
Eres de pasos ligeros que crean cascadas,sonrisa de prisma de trópico y voz de cuarto merengüante. Mala maña fuera que no te acostumbres a mecerte entre brazos con olor a coco y sabor a Atlántico.
Cuando mi pecho se haya convertido en horizonte y amanecer contigo en él, te pintaré a besitos de picaflor en la frente mil pétalos de cayena, y desandaré cualquier viaje cuyos rieles fluyan en tu dirección contraria. Lo trivial no tiene cabida en tu pecho. Y en el mío vibras como cosquillita quisqueyana.
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Infinito, menos uno
Hay existencias que son laberintos. Hay existencias que son mandalas. Y luego estás tú. A lo mejor te narro cargada con idealización, Pero he llegado a jurar que lo renovado evoluciona contigo.
Es evidente que eres tu propio tipo de magia.Aerostática e innavegable. La unidad absoluta de un ecosistema de paralelismos místicos. Sinónimo de tempestividad, ¿Dónde es que dices que habitas? ¿En qué pétalo aparece chispa para ser más que brava, improfanable?
Nada se acelera por cuenta propia, sino por una fuerza mayor. La autenticidad no se sobreactúa, eres más de lo que emanas. Aquel impulso que te lleva de 0 a 100 en un parpadeo es virtud; Evidencia que la nube de ópalos dentro de tí tiene vida propia.
Cuestionas. Vibras. A las disyuntivas le encanta habitar en las mentes fértiles. ¿Qué es una duda, si no el hijo legítimo de la confusión y el interés? Naturalmente, el saber es el único deber que tienes contigo misma.
Pudieras intentar convencerme que me equivoco, Que solo tengo un entendimiento a medio masticar. Apilando opiniones disonantes, se cuece un maremoto. Más intimidante que estos nefastos conflictos, sólo la muerte.
¿De qué es que se componen nuestras pseudo-batallas? A lo mejor de una falsísima percepción de persecución, Admito que al igual que tú, soy gestora de argumentos a tu favor. Suelo acampar voluntariamente bajo el solsticio de la disculpa.
Quizá al descruzar los brazos y retirar el biombo logres verte en otros espejos. No existe conducta más autodestructiva que exponerse, pero se sobrevive; He sabido hallarte al fondo de la taza y como nota al pie de página. Se vive de todo, menos del ojalá. Y eres de todo, menos irrelevante.
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Haiku
Es a la fecha, El único aliado, La pluma fuente.
Vino y tinta. Tintando lo que vino, Juego a tentar.
Naciste prosa. Pernocta embriagada, Respirándome.
Mujer de tapiz; Vístete de prólogo, Huye hacia mí.
Busco un brillo. ¿En cuál de tus bolsillos Ha quedado sol?
Tacto de chispa trénzame una mecha Ya sabes dónde.
Tibios vacíos. Mi única manía Es esa grieta.
Botones sueltos. Soy de los espejismos Que no se agüan.
¿Ya has notado? Florece cuanto tocas. Considérame.
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Capítulo 1- Microcosmos
…Te encuentro dentro de los espejismos sensoriales de un caleidoscopio.
Siento cómo cada giro irreal me pinta el espacio de alrededor y a la vez me acerca más a ti , hasta que finalmente reconozco el ambiente electrizado por tu presencia , esa inconfundible fragancia tan sutil como embriagante y con el corazón desbocado me desprendo de este lente, para ser espejo de tu rostro.
Esa primera sonrisa, rayo de luna, cincela el cristal de la tentación. Y creo que a la larga pienso en ti de la misma manera que yo pienso en la luna. ¿Acaso no antoja venerar nuevas divinidades? Yo soy apenas garabato de prosa y tu naturaleza es de pura poesía. Solo sé que estar en total y dulce despojo se siente plenamente como volver a casa, donde no existe tal cosa como la vulnerabilidad.
Me pierdo en cada interrogante que de manera casi imperceptible expresamos,¿Qué constelación formarán tus lunares?¿Quién se envenena con un beso?¿Podré sacarle rima y dueto a los rizos de tu pelo? Al acortar la distancia entre estas dos almas puedo respirar tu mismo aliento, también palpar ese aura índigo y desatarme de absolutamente todo lo que no seas tú. Heme aquí, puliendo un evasivo y travieso "sí", que ebulle disimuladamente ante la posibilidad de volverse estrella fugaz durante lo que perdure esta noche, hasta que… Soy yo quien susurra la propuesta. Por supuesto la ultima palabra es tuya, ya que cada libertad será siempre bajo tus propios términos. Y lo he dicho porque habiendo escapado del fastidioso "¿Y si?" la tentación ya no ha de ser una neblina, y esto ya no sería un tropiezo y el presente dejaría de sentirse como un calabozo. Reconozco la complicidad cuando la veo. Esa estrellita de tus ojos rogaba libertad. Tú y yo sabemos de primera mano que los arcoíris no se guardan en los armarios junto a los zapatos viejos, y que estas orquídeas enjauladas hace tiempo habían dejado de recibir agua fresca.
Santa patrona del perdón a mis complejos; para cuando me tuviste de frente, supe que tus ojos me iban a cumplir el deseo que fuera. Y teniendo ese poder infinito, esa magia que no conocía antes, te presento lo único que necesito al estar ante ti…
Transparéntame.
Transparéntame, despójame de lo terrenal. Y así mismo déjame elevarte a las auroras boreales, donde se proyectan al aire mil matices y reina lo impredecible. El único mapa del universo yace simplificado entre las líneas de tus manos. Al extenderte para tocarme, yo también brillo. Ese centelleo tenue y suave que va con un palpitar desgarrando desde adentro mis límites y quebrando mis cadenas mientras mi centro de gravedad cambia fuertemente.
Y me pregunto si quieres jugar a la caída libre conmigo. Nos hallamos en el borde del universo, y adónde vamos no hace falta moderación.
¿Para qué son los sentidos si no para entregarse a los placeres?
Quiero esculpirte con luz y que te reafirmes como deidad ante estas manos que desean venerarte. Yo podré tomar cada excusa posible para estampar con los labios mi camino hacia el sur, dejando que mis dedos delicadamente puedan memorizar tu figura para reafirmar que así es como se siente el resplandor de un alma. Rondo en tu piel sorprendida por mi tacto, que se eriza ante el tejer de la poesía sobre tu cuerpo. Tu rubor se me anticipa y busco humildemente fundirme en cada una de las curvaturas de tu figura. Las respiraciones se agitan cual océano al crecer la tempestad pero estoy segura de que la prisa no me alcanza mientras tú te me desbordas. ¿Qué hago yo si ese ombligo es el ojo de un huracán? Más que entregarme a la tormenta y dejarme llevar porque el cielo sabe que no hay un sólo lugar en este suelo donde yo me quiera refugiar. Sin embargo, en el umbral perfecto entre tus caderas, destilo gemidos mientras mis dedos arpegian con delicadeza tu nuevo ritmo predilecto. Te siento crecer mientras te vuelves incandescente. Delicadamente te estremeces entregándote al cosquilleo de ondas justo debajo de tu piel, y casi te veo flotar, aferrándote a lo que queda de tu cordura.
En un instante de pura energía blanca te entregas al milagro, el más dulce descorche, la felicidad inmediata que te alcanza y que está aquí para no dejarte caer de la nube. En este momento vuelvo a tu sonrisa, que tiene gusto a vino tinto y te escucho susurrar algo que suena mucho como "Mil veces, sí". Acampo en tu pecho y escucho claramente a tus latidos deletrear la palabra "Magia". Ya te lo había dicho otra vez; no eres una estrella, eres una galaxia dentro de ti misma. Te he trenzado con los colores de la noche un ramillete de estrellas que te corone la cabellera, entrelazadas con cerezos y jacintos, junto con un listón que delicadamente lleva escrito a mano mis más nobles intenciones. Si en algún momento llegan a converger con las tuyas, te dejo un espacio sobre la línea punteada…Y siempre sabrás cómo encontrarme.
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