Como trozo de servilleta en un bar, aqui pondre todo lo que me llame la atencion, me surja de la mente y del alma. Disfrutalo.
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Hellblade: Senua's Sacrifice
Oir voces no es un juego
Era 2018 y para mi cumpleaños unos amigos me regalaron una serie de juegos en Steam. Uno de esos fue Hellblade: Senua’s Sacrifice. Ya en ese tiempo mi computadora tironeaba para correr los lanzamientos más recientes o directamente no podía, así que quedó cajoneado indefinidamente hasta que la tecnología me permitiera probarlo.
Fast Forward hasta septiembre de 2024, después de casi 10 años de compañía fiel, mi notebook pasó al retiro para dar lugar a una máquina nueva, más potente, más piela, más todo.
Con un backlog del tamaño de una casa, gracias a lo estúpidamente barato que era Steam hace unos años y la cantidad grosera de regalos que hace Epic con la esperanza de robarle algo de mercado a Valve, lo primero que tenía que probar era Hellblade. Primero porque desde que lo lanzaron escuche mucho de en todos los podcast de gaming que escucho y segundo porque fue un regalo de cumpleaños que todavía no había podido estrenar.
Todos estos años desde su lanzamiento y todas las opiniones que consumí de este juego ajustaron mis expectativas a la hora de jugarlo. Su duración, su ritmo, sus pro y sus contras.
Porque desde el comienzo, viendo trailers sobre todo, uno espera una aventura de accion épica y grandilocuente, pero en realidad es una experiencia más contenida, íntima y retrospectiva.
Hace falta de mucho contexto para entender el valor y el mérito que tiene el juego. El documental que incluye (que también se puede ver en youtube) acerca de toda la investigación acerca de la psicosis y cómo incorporaron sus síntomas en la jugabilidad y narrativa del juego es impresionante. Esto justifica muchas cosas del juego que parecen repetitivas o monótonas.
Ahora bien, ajustados los parámetros de expectativa y contexto, queda hablar del juego y la experiencia en sí. Es una aventura contenida y dramática. Sumamente estresante porque te mantiene al límite de lo que Senua y vos pueden controlar.
El loop de juego es sencillo y monótono sostenido por el contexto que uno ya sabe y por la narrativa intrigante desde el punto de vista de una protagonista con la percepción de la realidad alterada. Desarrollo de la historia, puzzle que te frena el camino, enemigo al que ajusticiar a espadazos, repetir. Si bien los puzzles van cambiando de sección en sección y aparecen enemigos con distintos patrones de ataque y nivel de desafío, la variedad que le agregan no es tanta y se agradece que el juego sea corto para que no termine siendo cansador.
Si hay segmentos particulares donde se pone todo en el asador y las alucinaciones de Senua se ponen en nivel 11 y te ofrece secuencias espectaculares, llenas de tensión y hasta miedo. Las voces constantemente hablándote al oído, las visiones invadiendo la pantalla al punto de estorbarte y desconcentrarte hacen que el trastorno de la protagonista traspase la pantalla y te llegue directo a la cabeza. No sos Senua, el juego te narra su historia pero tampoco sos algo ajeno a ella. Es como si fueras una de las tantas voces que oye, sos alguien más dentro de su cabeza y experimentas toda la aventura desde sus ojos.
El condimento final para aumentar la tensión e incomodidad es que desde el principio te dicen que si morís muchas veces perdés definitivamente y tenes que empezar el juego de 0. Y el juego parece ser bastante permisivo al respecto, desdibuja mucho la línea de que tanto podés perder en combate, al punto de que parece que te está perdonando la vida. Y después en secuencias más “survivor” te la hace re jodida. En definitiva te obliga a concentrarte e involucrarte. Menos mal que no perdí porque dudo que lo volvería a empezar de 0 con la frustración que me hubiese generado.
Las actuaciones son increíbles, visualmente es impresionante, el sonido es 10 de 10. Solo hay que saber en lo que te estás metiendo para poder disfrutar de una experiencia tensa y oscura. Mientras más claro tengas que no estas jugando a un “god of war de la B” y más que es un juego indie con un cuidado del detalle minucioso y una puesta en escena grandilocuente vas a disfrutar muchísimo mas de lo que tenés en frente.
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Mi Cuarto - mi universo
El fin de semana pasada viendo un reel de alguien haciendo una habitación de carton, como una maqueta, me activo el recuerdo de mi antigua habitación cuando era chico. Hablo del cuarto que tuve para mi solo en mi tiempo de primaria, en la casa que construyeron mis viejos en los 90. Hasta que nos mudamos a Córdoba en 2005, yo teniendo 13 años.
Empece a recordar varios detalles, la distribución de los muebles, la iluminación, la decoración, todo volvia a mi mente de una manera increíble.
Me acuerdo de mi escritorio, una mesa enorme para mi edad, con dos cajones y sobre ella un tabero de dibujo de mi papa que usaba constantemente para copiar de albumes y revistas incontable cantidad de pokemons, personajes de dragon ball z o cualquier cosa que se me ocurriera, dibujar era de mi grandes pasatiempos cuando chico.
Tambien recuerdo las repisas, que estallaban particularmente de peluches, mas algunos libros y o juguetes que al dia de hoy estan guardados en casa de mis viejos.
Vuelven a mi mente las revistas genios, billiken y anteojito que me compraban y año tras año abultaban las colecciones de libros de cuentos que despues leia a mi hermano antes de dormir. Recuerdo divertirme muchisimo con las historietas que ahi venian. Y recortarlas de cada revista para recopilarlas en un tomo único. Ese material se perdió cuando nos mudamos y no logro acordarme del nombre de una hisotira en particular, de un chico que viajaba por distintos periodos de tiempo, es la que más curiosidad me da volver a leer.
Por último habia una silla de madera, mas chica que una silla normal, creo que hecha por mi abuelo, apollada en un rincon junto a un tomacorriente a donde conectaba unos parlantes de computadora y una fuente que alimentaba un discman que me envió mi tia desde EE.UU. o un walkman que no se bien de donde salió. Ese era el stereo que musicalizaba mi habitación con algunos discos que habia en mi casa y empezaron a darle forma a mi paladar musical.
Ese cuarto era mi mundo, ahi hacia y deshacia a mi gusto.
Este evento no solo rescato de mi memoria la nostalgia del lugar de mi infancia, sino tambien la creatividad y la energía que traia en esa epoca. Escribiendo esto trato de retomar esas ganas, esa energía para crear que tenia de chico y siento que fui perdiendo en los últimos años.
Ese lugar era increible porque yo lo hacia increible. Porque ahí daba rienda suelta a mi imaginación, jugando solo o con amigos. O hasta con amigos imaginarios.
Con esto quiero reforzar ese recuerdo que un reel random me provocó (bastante para un contenido tan descartable y vacio como puede llegar a ser un reel o un tik tok), potenciar su impacto y tratar de recobrar esa creatividad y ganas de crear que tenia.
Se me ocurrio recrear mi cuarto en una maqueta de carton, como la de ese creador de contenido. Un ejercicio de memoria y nostalgia que espero le abra la puerta a que la palabra CREAR este tan presente ahora como cuando lo estaba cuando era chico.
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De Amigos y grupos
Pretender que en un grupo de amigos funcione todo perfectamente es realmente un deseo utópico. Por mas que halla una amistad de por medio, no quiere decir que no se puedan tener diferencias, roces, incluso malentendidos.
Cada grupo funciona distinto, pero es obvio que las relaciones entre cada uno no son iguales. Siempre quieres mas a uno que a otro. Incluso tienes que "aguantar" la presencia de alguien porque te molesta, pero no vas a dejar que eso te frustre tu grupo, al que sentís que perteneces.
Mi grupo de amigos es un tanto inestable, siempre pasa algo que genera disturbios. O por lo menos eso fue lo que vino sucediendo desde hace unos meses. Se que me siento mas cómodo con unos que otros. Y estoy seguro que a ellos también No se si mis criterios coinciden con ellos del todo. Pero así somos, divertidos inestables mentales.
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“Cuando sientes que la vida solo es vida y el tiempo solo es tiempo, a veces no te das cuenta que la vida son las cosas mas pequeñitas e insignificantes y el tiempo solo es tiempo…”
El señor tenia aspecto de pordiosero, vendía pilas AA en el centro de la ciudad, y cada viernes venia a...
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El nuevo Tomb Raider: Un pazo que das, un trauma que se gana esta pobre chica. La fortuna de la familia Croft gastada en psicólogos.
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Juegos y sueños
No quería despertar. Esa noche tuve el sueño más grande de todos. Tan placentero y complaciente. Tan irreal y fantástico. Pero desde lo lejos se oía una voz que me llamaba.
- ¡Hey!-
Era tan perfecto. Nadie querría despertar de un sueño así. Pero aquel mundo utópico se iba desvaneciendo mientras esa voz que me llamaba era cada vez más fuerte y me alejaba cada vez más de aquella maravillosa invención de mi psiquis.
-¡hey! ¡Dale, vamos!-
Aquel sueño era una aventura, como la de los videojuegos. Un héroe que derrota al malvado salvando a la princesa. Esa princesa, tan cálida y bonita. Podría decir que era la principal razón por la que no quería irme de ahí. Quizás jugué demasiado al “Legend of Zelda” la noche anterior. Incluso recuerdo haber dejado la consola encendida, con la música de fondo arrullándome y enviándome a los reinos de Morfeo a vivir tal maravillosa aventura.
Sin embargo, aquella voz se hacía más fuerte en mi cabeza, y ya dispuesto a ceder a sus demandas un movimiento súbito me lleva al piso frio de mi habitación.
-¿Te vas a despertar o qué? ¡Dale que se nos hace tarde!- dijo muchacha dueña de aquella voz, que no había encontrado manera más diplomática de despertarme que levantando uno de los lados del colchón para que yo cayera del otro. Luego de soltar el colchón se paro frente a mi –No se para que te vengo a buscar si siempre me haces llegar tarde. ¡Dale, cambiate que hay que salir ya!- Salió de la habitación dejando un portazo tras de ella.
Aun sentado en el piso, miro el reloj de la mesa de luz, me levanto y voy al baño. Tras cambiarme fui a la cocina con una pregunta en la cabeza: ¿Quién era esa chica? En la cocina estaba mi vieja con cara sonriente y alegre – Otra vez tarde nene, así nunca podes desayunar bien. Toma come en el camino sino van a llegar tarde. Julieta te está esperando en la vereda- dijo mi vieja alcanzándome un paquete de galletitas dulces.
Julieta… ¿Quién era Julieta? Nunca había conocido a una chica con su nombre y mi vieja la nombraba como si la conociera. Eso me confundía aun más. Con tantas ideas dando vueltas en mi cabeza y todavía medio dormido, abrí la puerta de casa y salí a la vereda. Ahí estaba ella, con cara de impaciente revisando su celular. Una muchacha de pelo largo y negro, usando el uniforme de mi colegio, una mochila negra y con tan solo unos aritos y una pulsera de macramé como accesorios. ¿De dónde había salido esta mina?
-¿Y? dale nene, siempre lo mismo con vos- dijo y me arrebato la galletita que estaba por comer. La mordió, dio la vuelta y salió caminando como si fuera una situación rutinaria lo que sucedía.
Estuvimos caminando unas 2 o 3 cuadras en silencio. Yo, por detrás de ella, pensando en este inentendible suceso. La aparición de esta chica, que me trataba con tanta familiaridad y mi madre parecía conocerla también. Tratando de sacar conclusiones, llegamos hasta la plaza que estaba cerca de casa, por la que paso todos los días de camino al colegio. Si bien no estoy demasiado cerca de mi colegio, prefiero ir caminando a tomar el colectivo que da tantas vueltas que tardo dos veces más que caminando. No soy fanático de las caminatas, pero prefiero dormir media hora más a estar encima de ese transporte público en hora pico.
Cruzando por la mitad de la plaza, ella se sentó en una de las hamacas y se quedo mirándome. Yo, que no sabia que esperar de esta situación, quede mirándola esperando alguna reacción.
-Estas demasiado callado hoy. ¿Acaso no tenés nada para contar sobre tus jueguitos anticuados?- dijo esperando una respuesta. “jueguitos anticuados” ¿Cómo sabia que me gustaban los retro games? Eso es verdad, incluso, la alegría que sentí al lograr que mi amigo Matías me prestara la N64, para poder jugar algunos juegos, fue indescriptible. Como si un fanático del futbol se entera que su equipo salió campeón o incluso mayor. Pero, ¿Cómo sabia esto esa mina?
-¿O es que te enojaste porque te tire de la cama? No seas tonto! Ni que fuera la primera vez que te hago algo por el estilo – continuo. Un momento, ¿que no es la primera vez? Si la encuentro por primera vez, no hay chance! Mi cabeza prácticamente daba vueltas alrededor de todos estos pensamientos y lo único que pude formular fue
- ¿Q… quién sos? –
Ella se levanto de la hamaca al escuchar mi pregunta – Ah, bue! ¿Te golpeaste la cabeza cuando te tire o me estas jodiendo? Soy yo! Julieta! Tu amiga de… no se… Toda la vida!- dijo mientras la miraba con cara de incrédulo y trataba de entender a que se estaba refiriendo. – Mira facundo – siguió al toque – no sé qué intentas o que queres lograr pero no tengo tiempo para tus bromas matutinas porque estamos llegando tarde a clases y faltas no me sobran, dale – termino, se dio la vuelta y siguió caminando a paso ligero. Yo, por mi parte, confundido y mareado, trate de seguirle el ritmo tas de ella.
Llegamos hasta el portón del colegio y el timbre estaba sonando. Entre corriendo al aula y ella detrás de mi. Ahora resultaba que también somos compañeros de curso. Me sente en mi banco de siempre y ella hizo lo mismo en el que estaba detrás de mí. Todo era como siempre, la única gran diferencia era la presencia de esta mina que todos parecían conocer y que trataban como si siempre hubiera estado ahí con nosotros. Todos salvo yo, claro. Esto era demasiado.
Sonó el timbre del recreo, todos salieron incluida ella, acompañada por dos chicas mas. Yo quede sentado mirando el pizarrón cuando de repente alguien golpea con la mano mi banco para traerme a la realidad.
-¡Che! ¿Qué onda loco? Estas re colgado hoy-
Era Matías, mi mejor amigo de hace años.
-Disculpa Mati…- dije tratando de armar una oración coherente –este… la chica que se sienta detrás mío… ¿Quién es?- eso fue lo único que pude armar o, más bien, lo único que me importaba en ese momento.
-¿Detrás tuyo? La única chica que hay detrás tuyo es Juli…
Ahí estaba otra vez. Otro que la trataba como una más.
-¡Sí! Esa chica, Juli ¿Quién es?-
-¿Cómo que quien es? Julieta Ibáñez! Amiga nuestra desde… -se miro la mano para contar con los dedos – desde… que se yo, ¡siempre! ¿Estás bien che?-
Después de escuchar esa respuesta me sentí completamente como en un “anime”. Nunca había entendido como es que todo el mundo le respondía al prota con tanta naturalidad a preguntas que evidenciaban sin duda a un ataque de amnesia terrible. Siempre me pareció ridículo que no les llamara para nada la atención.
-Bueh… voy al quiosco, ¿venís?- dijo después de encogerse de hombros.
-Nah… anda vos, yo tengo que terminar unas cosas- le metí de excusa.
Así que se salió del aula y quede solo. Ya había olvidado todos los detalles del sueño de anoche. Sueño tan copado y que ahora se esfumaba de mi mente, una lástima, pensaba. Me puse a sacar conclusiones de lo que estaba pasando, pero no lograba nada. Saque la ultima galletita del paquete de esta mañana y al toque el timbre dio la orden de volver a los cursos. Todos entraron. Incluso ella.
Ya con todos sentados en sus lugares comenzó la clase. Este profesor es el más pesado de todos. No hace una clase entretenida ni de casualidad. Yo, lejos de prestarle atención (como casi todos), seguía pensando en lo que me venía sucediendo desde hoy a la mañana. Por un momento me sentí ausente de mi mismo, como si viera todo en 3ra persona.
Podían contarse con los dedos de una mano las veces que había hablado esa mañana. Algo muy raro en mi, que hablo bastante, no había pronunciado mas que unas pocas oraciones que ni siquiera sentido tenían porque ni yo mismo sabia de lo que hablaba.
La clase paso sin que me diera cuenta y el timbre nos dio la orden para salir al recreo. Yo me levante despacio y enfile para el baño. Ahí me refresque, me lave un poco la cara y ahí nomas salí. Volviendo por el pasillo hacia el aula aparece ella y se cuelga con el brazo de mi cuello.
- Después de clases vamos y jugamos unas fichas. Esta vuelta no me vas a ganar. Ya arregle con Mati, también viene. No podes decir que no.- Dijo eso y tan rápido como apareció se fue caminando con otras chicas.
El resto de las clases fueron como siempre y el timbre de salida rápidamente nos alivió con su sonido. Guarde mis cosas, me levante y Mati, que ya tenía las cosas guardadas media hora antes me agarra y dice:
-Hoy no ganas eh! Los combos que estuve practicando no los vas a poder parar -
“Siempre tan arrogante y tan confiado este pibe” pensaba. No es por presumir, pero a lo que sea que jugáramos el siempre lleva las de perder. Es muy colgado y siempre en algo se equivoca y ahí estoy yo para aprovecharlo. Al parecer, esto solo le pasa conmigo. Con cualquier otro no comete un solo error. Es una maquina de ganar.
-y si, si sigue igual de taradito como hoy a la mañana no le gana ni a un nene de 5…- dijo esta chica Julieta confianzudamente.
-Eso quisieran, pero no va a pasar. Les voy a enseñar a ustedes dos- Dije de la nada. Cuando me desafían, la competitividad se adueña de mí y no perdono. Sea conocido o desconocido. Agarre mi mochila al hombro y saliendo derechito por la puerta les dije:
-¿vienen o tienen miedo?-
-Lo tenemos devuelta- dijeron los dos al unísono y con cara de contentos. Salimos del colegio derecho al centro a jugar videojuegos.
Inmerso en mi competitividad “joystiquera” de a poco me fui olvidando de lo que había pasado hoy. Había olvidado que Julieta era un completo interrogante para mí y pase una de las mejores tardes en mucho tiempo. Jugamos gran cantidad de fichas.
Siempre me pregunte porque seguíamos yendo a ese lugar a gastar plata. Mati y yo tenemos los mismos juegos y aun más en casa. Sera que nos gusta montar un espectáculo. Porque siempre había algún nene que se pone detrás para ver como jugas y escuchas los “¡wow!” cuando haces algo copado. Incluso alguno nos desafiaba (sin mucha suerte, claro).
Así se nos paso la tarde, jugamos varias fichas cada uno, el que ganaba seguía en cancha y así íbamos rotando. Ya de noche, la luna nos acompañaba de regreso a casa. Mati se separo de nosotros en el camino y juli y yo continuamos juntos, charlando de lo que habíamos jugado y de otros juegos en general. Llegamos hasta casa y nos despedimos como si fuéramos amigos de toda la vida.
Llegue bastante tarde a casa y agradecí no tener tarea para mañana porque estaba bastante cansado. Comí algo rápido y me fui a la pieza. Tirado en la cama volvi a pensar en quien era Julieta y de donde había salido. Era lo único raro de aquel día, todo lo demás era igual que cualquier otro. Era como si hubieran puesto un personaje nuevo en una serie sin modificar nada mas y aparentando que siempre estuvo ahí. Realmente su presencia no es una molestia. “Ahora que lo pienso… no es mala chica… incluso le gustan los juegos tanto como a mi y… bueno… es muy linda…” pensaba para mis adentros echado en la cama. Imagine que podía vivir fingiendo que ella siempre existió para mi, hasta pensé que me había dado una especia de amnesia y puntualmente me había olvidado de su persona únicamente. Ni siquiera sabia si eso era posible, pero bueno, era lo que se me pasaba por la cabeza en ese momento.
Ya era tarde, tenia sueño y en mi cabeza comenzaba a sonar otra la música del zelda con la que anoche me había quedado dormido. Aun con la ropa puesta, me acomode mejor sobre la cama y cerre los ojos cuando sonó el despertador de repente. Salte de golpe por la impresión ¿Qué hacia el despertador programado a mitad de la noche? ¿Y que era esa luz que me segaba? Al ratito de acostumbrarme a la luz me di cuenta, era el sol que entraba por la ventana. Apague el despertador que marcaba las 7am. Y vi la N64 encendida. Me di cuenta de que estaba dentro de la cama y sin la ropa puesta, simplemente llevaba lo que usualmente uso para dormir ¿me había desvestido sonámbulo y metido a la cama? ¿Quién programo el reloj? ¿Y la N64?
No entendía nada. Otra mañana en la que no entendía nada. Después de fijarme mejor, no encontré la ropa que llevaba puesta anoche tirada en el suelo. No creo que un sonámbulo se tome el trabajo de guardar la ropa ordenadita en el armario si lo que quiere es meterse a dormir. Hice caso omiso a esos detalles y me apresure a apagar la consola. No creo que a esas cosas les haga bien estar tanto tiempo encendidas. Fui al baño, me cambie y baje a desayunar. Todo eso lo hice callado, pensando en que había pasado anoche. Quizás, solo quizás, los fantasmas que viven en mi casa (que siempre creí que existían) les gustaba jugar al “Ocarina of Time”. Termine mi café con leche y con vainilla en una mano y mochila en la otra salí de casa.
Pise la vereda y no había nadie. ¿Y Juli? ¿No era que venia todos los días para ir al cole juntos? Mire a mi alrededor y no se acercaba nadie. Así que decidí empezar a caminar solo. Metido en mis pensamientos fue cuando me cayó la ficha. Como arte de magia, todo se había acomodado. ¡La ropa que llevaba puesta cuando me levante era la misma que tenia cuando me desvele jugando en la consola! Por eso el despertador ya estaba programado y la consola encendida. Mire la fecha en mi teléfono para corroborar. Era la misma que fecha que aparecía ayer. Ahí es cuando realmente me di cuenta de lo que paso. ¡Soñé todo un día completo! ¡Y Julieta Ibáñez solo había sido parte de ese sueño! Me quede un rato estático. Había tenido un sueño dentro de un sueño. ¿Inception?
Parecía una película. Haber soñado todo esto. Recordar cada detalle, cada mínimo detalle, eso me sorprendía. Iba cruzando la plaza cuando de a poco me agarro una especie de nostalgia. La tarde tan entretenida que había vivido ayer y la misteriosa chica que había aparecido de la nada, todo había sido un sueño. Empezaba a desear poder haber pasado más tiempo con ella.
Llegue al colegio cabizbajo, entre al aula y me senté. Mati no llego hasta que toco el tiempo. Se ve que corrió desde la parada de colectivo porque entro resoplando. Se sentó y me saludo con un “¿Cómo andas?”. “bien” le respondí y a continuación le dije:
-Che, ¿Vos pensas que se puede tener un sueño dentro de otro sueño? Ósea… Soñar que estas soñando.
-¿Qué? ¿De que estas habl…- No pudo terminar porque entro el profesor . Hizo una expresión de fastidio y se dio vuelta resignado.
El profe empezó con su clase pero al poco tiempo de haberla empezado alguien golpeo la puerta del aula. Era el preceptor. El profe se acercó a la puerta para hablar algo con el y luego ambos entraron. Y detrás de ellos apareció una muchacha que me parecía muy familiar.
-Chicos, desde hoy van a tener una nueva compañera- dijo el preceptor –Su nombre es Julieta Ibáñez. Podes sentarte ahí Julieta- termino señalando al banco detrás del mio.
Ella en silencio fue y se sentó en el banco que le habían indicado. El preceptor se fue y le dejo la clase al profesor para que retome la clase.
No lo podía creer. ¡Encima de soñar dentro de un sueño resulta que era una especie de premonición también! Ella estaba ahí, sentada atrás mio como había soñado, pero… ¿Como podía asegurarme que esta Julieta era la misma con la que soñé? Eso me paseo por el marote toda la hora. Toco el timbre y todos salieron del aula. Curiosamente, todos hicieron caso omiso a la nueva muchacha que todavía estaba sentada en su banco. A su vez, Mati se levanta y se sienta sobre el banco con un cartucho en la mano con cara de “mira lo que conseguí”.
-¡¿ese es un juego de N64?! ¿El “Majora’s Mask”?- Ambos nos dimos vuelta hacia la nueva (no tan nueva para mi) que identifico con increíble precisión un cartucho.
-Así que la nueva sabe de jueguitos- Dijo mati zarandeando el cartucho de un lado para el otro, mientras, yo sonreía al confirmar mis dudas. Esa muchacha era realmente la Julieta con la que soñé.
-Jaja, si, algo se- dijo sonrojándose- aparte… Es un clásico, solo lo jugué en el emulador, nunca había visto un cartucho…- agrego mas calmada y sonriendo, imagino que seria por haber encontrado gente con gustos similares a los suyos.
-Yo soy Facundo y este es Matías- Dije haciendo una presentación algo informal porque sentía que ya la conocía. Tras un “mucho gusto” por parte de ella nos sentamos a charlar. Nos enteramos de que se mudo a la ciudad por cuestiones del trabajo de su padre y nos confeso que es súper fanática de los videojuegos (cosa fácil de adivinar al ver como identifico un juego como si nada).
Nos pasamos todo el recreo hablando. Ese y el que siguió también. Fue algo muy natural, como si nos hubiéramos conocido de toda la vida. Terminaron las clases y seguíamos hablando, quedamos en juntarnos a jugar algún día. Mati se tomo el cole y nosotros seguimos caminando camino. Cuando llegamos hasta mi casa, nos dimos cuenta que ella vivía a unas pocas cuadras de la mia y quedamos en ir juntos al cole mañana. Ella me saludo, dio unos pasos y me me pregunto dubitativa:
-¿Vos pensas que se puede tener un sueño dentro de otro sueño?... no… deja, no me hagas caso-
Siguió caminando ahora mas rápido y yo entre a casa sonriendo, con la sensación de que los próximos días iban a ser realmente increíbles.
Martín Vargas
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Yo no sufro de locura, la disfruto a cada momento.
La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.
Prefiero una locura que me entusiasme a una verdad que me abata.
Cuando todo el mundo está loco, ser cuerdo es una locura.
Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce.
La locura es la única reacción sana para una sociedad enferma.
Cualquier preponderancia de la fantasía sobre la razón es un grado de locura.
El de la locura y el de la cordura son dos países limítrofes, de fronteras tan imperceptibles, que nunca puedes saber con seguridad si te encuentras en el territorio de la una o en el territorio de la otra.
Es una locura amar, a menos de que se ame con locura.
El amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.
La locura es la felicidad expresada al máximo.
Nada placentero se puede hacer sin un toque de locura.
Siempre hay un poco de locura en el amor, pero siempre hay un poco de razón en la locura.
Demasiada razón parece locura y demasiada locura parece razonable, esto hace de la locura algo espléndido.
La locura es un placer que sólo los locos podemos disfrutar.
La locura es el primer paso al mundo de los cuerdos.
Sé loco cuando la ocasión te lo reclame.
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“I want to be your friend because you draw good!”

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