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Sobre la Masculinidad Tóxica…
Estoy acompañando a un hombre de mi familia MUY querido en su duelo, digo, más bien estoy intentando acompañarlo porque no me deja mucho hacerlo. Cuando el evento tuvo lugar me llamó, me explicó lo que estaba pasando pero yo estaba al otro lado del país y solo podía escucharlo y tratar de acompañarlo a la distancia, le estuve llamando pero él se mantuvo ocupado arreglando cosas practicas del evento, finalmente el evento terminó y él me dijo que “estaba bien”. Ayer le escribí de nuevo, le mande una foto por WhatsApp (dude en hacerlo porque pensé que tal vez esa foto iba a ser un disparador para él) y me marco de inmediato con un nudo en la garganta, me dijo que estaba caminando por una plaza y que tenía muchas ganas de llorar, le dije que llorara, me dijo que no. Se pregunta por qué tiene ganas de llorar todo el tiempo “es normal, es parte del duelo” le dije. De nuevo dijo que no, que no lo entiende. “Llora, sácalo, llora, patalea, haz lo que tengas que hacer para sacarlo”, otra vez su negativa, ya ha vivido perdidas antes me dijo, no entiende por qué se siente así. Intenté seguir hablando con él pero me corto la llamada rápido, que nos vemos este sábado para hablar me dijo…ojala.
A lo largo de mi vida me he podido dar cuenta que las mujeres (en general) tenemos mejores mecanismos para manejar los golpes bajos que te tira el destino comparadas con los hombres. Lloramos (algunas de nosotras lloramos MUCHO), hablamos con otras amigas sobre el asunto para tener otros puntos de vista, desmenuzamos todo una y otra vez, NO le sacamos la vuelta, NO hacemos como que no está pasando. El precio de esto es que nos llamen “volubles, inestables”, sobre todo porque muchas de nosotras nos atrevemos a hacer pública la manera en la que manejamos ciertas crisis. ¿Pero que creen dudes? En general salimos mucho más rápido del asunto, un día podemos estar tiradas y al día siguiente, precisamente porque nos vaciamos un día antes ya estamos bien. Por lo general las mujeres no vamos por la vida contenidas ni arrastrando nuestras heridas ni proyectándonos en alguien más. Le trabajamos duro para no hacerlo, no está fácil reconocer tu propia basura ni hacerte responsable de TUS cosas, de hecho esta feo, pero le trabajamos. Si no sacas la basura ahí se queda, se pudre y el resultado a la larga no es bonito.
Me preocupa esta manera que tiene el género masculino de manejar sus crisis, me preocupa porque son el 50% de la población, porque me toca convivir con ustedes todo el tiempo (ja) y sobre todo porque mi hijo es hombre. A pesar de que yo trato de modelarle que está bien llorar, hablar de los sentimientos, etc. Veo como se contiene, como lucha con lo que siente, como le cuesta mostrarlo, vaciarse.
Ayer platicaba con un amigo, me decía que se está cuidando para no subir de peso y que cuando sale con sus cuates procura tomar cierta cerveza light. Me explicó cómo lo bullean por eso, como le dicen “joto, gay, esa cerveza no la toman los hombres”. La semana pasada compartí mesa (por accidente…larga historia.) como con 10 hombres, yo era la única mujer. Pedí una cerveza oscura, ellos estaban tomando jarras de cerveza clara. En cuanto llegó mi cerveza el “alfa” de la mesa les hizo saber a todos que yo había pedido una cerveza oscura y que ellos eran una “bola de jotos” porque estaban tomando cerveza light. Aparentemente la masculinidad reside en el color de una cerveza…ahora entiendo por qué les cuesta tanto trabajo llorar o hablar de sus sentimientos abiertamente.
Y si es que alguno de los que me lee se atreve a decirme #NotAllMen entonces por favor explíquenme como le hacen para manejar los golpes bajos de la vida de manera efectiva: ¿se atreven a llorar delante de sus amigos? ¿Hablan con ellos de sus sentimientos? ¿De sus broncas? ¿Qué respuesta obtienen? ¿Se sienten comprendidos por su mismo género? ¿O le entran al juego de “aquí no pasa nada” y se llevan su basura cargando por años para después sacarla de maneras no apropiadas?
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LO HECHO ESTA HECHO…
“Nunca me sentí tan fuera de lugar Nunca tanto se escapó de mi control”
Hace unos días tuve una “experiencia de aprendizaje”, he decidido llamar así a las cosas culeras que me pasan, suena más elegante. Hubo algo que salió terriblemente mal, una situación muy incómoda para mí y he estado pensado todo el día en esta canción de Shakira, que aplica muy bien para el caso en cuestión y sentí que debía de escribir algo al respecto (sentí y aparte una amiga que ya saben lo intensa que soy me lo aconsejo…ja).
En mi mente el resultado de toda la experiencia fue desastroso, admito que estaba en el calor del momento y no podía ver bien las cosas en perspectiva. Han pasado algunos días y estoy tratando de darle más tiempo para que se asiente bien el polvo y ver que carajos voy a terminar aprendiendo de esto. Mientras tanto puedo pensar algunas cosas, aun no tengo todas las respuestas, más bien creo que tengo un montón de preguntas.
¿Alguna vez se han dado permiso de hacer algo que pensaron que jamás harían? ¿Alguna vez han transgredido sus propios límites una y otra vez? ¿Han dado un salto de fe y no los cacharon? ¿Han depositado su confianza en alguien que los mando por las cocas? ¡Qué momento tan incómodo! Dan ganas de desaparecer como por arte de magia o mínimo de convertirte en avestruz y enterrar la cabeza en la tierra. Como dice Shakira “nunca me sentí tan fuera de lugar” y miren que yo no soy una persona que suela ponerse en posiciones vulnerables. “Nunca tanto se escapó de mi control”, admito que soy una controladora en recuperación pero después de este trago amargo me pregunto si vale la pena realmente soltar el control porque luego se da uno cada madrazo!
Sé que en perspectiva voy a poder sacar lo bueno de todo el asunto, que voy a eliminar los malos momentos al mínimo y siempre me voy a acordar de lo lindo (porque soy así) pero de momento lo sigo procesando. Esta cabrón. MUY. Y dan ganas de regresar el tiempo y no dar el primer paso que llevo a todo este desastre pero…lo hecho está hecho.
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Vulnerabilidad
Son las 2am y no puedo dormir. Estoy sudando pero estamos a 10 grados. Si fueran las 4am me levantaría de la cama y me comenzaría a preparar para ir al gimnasio (abren a las 5) y así poder anestesiar esta ansiedad que me está matando. Pero no, son las 2am y me jodo.
Me levanto, me preparo un té. Si fueran las 4am mi té sería de chía, fibra y linaza molida como todas las mañanas. Pero son las 2 así que es de manzanilla, a ver si ayuda a calmar un poco estos nervios. Como sé que ya no voy a poder dormir me siento a escribir. Le prometí a una de mis amigas que retomaría mi blog, ella pensó que sería una buena manera de sacar todo esto que tengo dentro (todo el tiempo), plasmar estas ideas que siempre tengo dando vueltas en mi cabeza eternamente y ver “si le ayudan a alguien” dijo. En lo último en lo que puedo pensar últimamente es en ayudar a alguien, si ni siquiera puedo ayudarme a mí.
Ronda por mi cabeza la palabra “vulnerabilidad”, tengo en mi buró el libro “Braving the wilderness” de Brené Brown, voy a la mitad. Mi déficit de atención me hace brincar de un libro a otro, a otro y a otro. Casi nunca termino ninguno. Hay algo aterrador en terminar un libro y esa sensación de vacío que te genera.
Volviendo a la vulnerabilidad, dice Brené Brown que “la vulnerabilidad no es debilidad, Yo defino la vulnerabilidad como el riesgo emocional, exponerse, la no certeza. Es lo que le da impulso a nuestra vida”. Son las 2:44am y mi vulnerabilidad en este momento definitivamente no está dando impulso a mi vida, más bien tengo unas ganas terribles de vomitar.
Ayer me puse vulnerable con alguien y no obtuve el resultado esperado (mis expectativas...siempre mis expectativas). “No me importa” (me mentí a mí misma), “ya me lo esperaba” (si…pero no). ¿Valió la pena ponerse vulnerable? De momento no parece ser así, tengo una opresión en el pecho y muchas ganas de llorar (mi estado natural, últimamente).
A veces me pongo a pensar en ¿cuánto más puedo aguantar? Cuantos intentos más hasta que me cierre completamente y me dé por vencida. Golpe, tras golpe, tras golpe. A la lona y me levanto de nuevo. A veces me quedo unas horas en la lona, a veces días enteros. Y este nudo en la garganta que no me deja.
“¿Cuánto necesitas?” me preguntaron ayer con fastidio. Siempre es cuánto y no qué, siempre es cuánto y no cómo. Siempre es mi lista interminable de defectos y nunca lo que hago “bien”.
Son las 2:54am y sé que ya no voy a volver a dormir, al menos no esta madrugada. Mañana (¿hoy?) llega con una lista interminable de pendientes y tengo que terminarlos como todos los días, como si nada estuviera pasando.
“La definición de vulnerabilidad es lo incierto, el riesgo y exponerse emocionalmente. Pero la vulnerabilidad no es debilidad; es nuestra medida más acertada de coraje. Cuando la barrera es nuestra creencia sobre la vulnerabilidad, la pregunta es: “¿Somos capaces de aparecer y ser vistos cuando no podemos controlar el resultado?” cuando la barrera de la vulnerabilidad es sobre sentirnos a salvo, la pregunta es: “¿Somos capaces de crear espacios valientes para ser completamente vistos?””. Ay Brené. ¿Lo somos? ¿Lo soy?
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me gustaría saber si a partir de los dos años, más o menos, tu hijo pedía más frecuente el seno por las noches? Y si es así, cuándo bajó la frecuencia de tomas?
Hola! Si, su demanda era muy constante aún a los 2 años, empezó a espaciar las tomas como a los 3.5 años que fue ya cuando comenzó a dormir un poco de corrido.
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El fin de una era
Parece que se acabó nuestra historia de lactancia. No puedo recordar la última vez que mi hijo pidió estar al pecho…
Cuando leía historias de destete lloraba a mares, siempre pensé que sabría exactamente en qué momento ocurriría la última toma y podría despedirme. La cosa con el destete natural guiado por el niño es que nunca puedes saber cuándo pedirá por última vez y las tomas son ya tan espaciadas que, ¿cómo saber cuándo será la última?
Hace tiempo les platique de nuestro proceso de destete natural (aquí), poco después de que deje testimonio por escrito él cambio sus patrones de lactancia: comenzó a dejar pasar algunos días sin pedir y las tomas eran aún más cortas (menos de 10 segundos). De repente pedía a tono de juego y al ver que yo le decía: ¡Claro! Él me contestaba con un: “no gracias, era broma”. Y así fueron pasando los días.
Cuando iniciamos el camino de la lactancia con mi hijo como un recién nacido recuerdo que todo el proceso me parecía tan violento (será que llevaba tatuada la experiencia traumática del parto), me angustiaba que pidiera tan seguido, las grietas en mis senos provocaban que al contacto con su boca sintiera como mil pequeñas agujas punzándome todas a la vez. Cuando veía sus señales de hambre pensaba “no, por favor, de nuevo no” pero había algo en mí que me provocaba a seguir, a no rendirme, sabia (porque así lo habían vivido varias de mis amigas) que la lactancia se podía disfrutar, que sufrirla no era normal, que lo íbamos a poder arreglar. Él y yo estábamos “bailando” pero como al ritmo de una canción de rock, que sube y que baja, estridente, rápida, molesta, sin coordinarnos.
Después llegue a los 6 meses de lactancia exclusiva y me sentí “la mujer maravilla”, ¡no podía creer que esa personita viviera solo de lo que mi cuerpo pudiera darle y estaba bien! Estaba sano. ¡Ahora bailábamos al ritmo de mi canción favorita y me encantaba!
No recuerdo en que momento decidí caminar el sendero de el destete natural. En algún punto leí a Kathy Dettwyler y supe que quería vivirlo, quería conducir mi propio “experimento”. ¿En mi experiencia anecdótica tendría razón esta antropóloga? Confieso que entré en el mismo con la esperanza que mi hijo fuera de los primeros, de esos nenes que a los 2.5 años dicen “gracias, ya tuve suficiente”. Pero resulta que a los 2.5 años el peque aun pedía muy seguido y me di cuenta que no estaba listo para dejarlo, seguiríamos entonces.
Después compre el libro “Breastfeeding older children” de Ann Sinot y me di cuenta que había niños que se salían de la media, había quien incluso con 9 años o más seguía pidiendo el pecho….gulp… “un día a la vez” pensé.
Y fue pasando el tiempo, la demanda se hizo menos, las tomas se espaciaron, nadie sabía que seguíamos con el pecho más que mi circulo muy, muy cercano porque los patrones de lactancia de mi hijo así lo permitían.
Y llego el final. De bailar un rock estridente pasamos a terminar nuestro baile con la más dulce de las baladas, poco a poco, suavecito nos fuimos soltando hasta que paro la música. 6 años y un par de meses, no más. Paso en un abrir y cerrar de ojos. Esa época termino y me alegra haberla vivido consciente hasta el final y puedo decir que casi toda (excepto su inicio) la goce.
Recién le confesaba a un par de amigas que hemos puesto punto final al destete natural. Una de ellas me preguntaba: ¿cómo te sientes? Mi respuesta fue:
Triste: porque no pude marcar el momento exacto de la última toma en el calendario, solo sé que fue algún día de febrero…
Tranquila: porque le permití vivir la experiencia de parar cuando él se sintió listo.
Contenta: de haberla disfrutado hasta el final.
Melancólica: ¿de verdad ya se acabo? ¿Ya jamas me va a necesitar en ese sentido?
“Escríbelo” (me dijo) “tal vez luego te guste leerlo y lo puedas compartir con alguien.”
Así que aquí esta, con amor para ustedes.
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Hola como estas? Quisiera tener contacto contigo ya que mi cuñada está teniendo problemas con la lactancia !!! Ella estaba muy muy bien y ahora di hija tiene un mes y llora porque no está produciendo la cantidad que la niña demanda!!! Ella le estaba dando a libre demanda y trato de usar saca leche y no le salió nada !!! Espero que me puedas ayudar gracias!!!
Hola! como van las cosas? a veces los niños pasan por períodos de “crecimiento rápido” en donde demandan un poco mas de pecho pero eso pasa después de algunos días y la crisis se supera si se sigue la libre demanda.
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Que gusto haber encontrado tus post, te busco porque me encuentro en una situacion por la que veonque pasaste, Leí que en noviembre del 2012 tu hijito estaba por cumplir 3 años y aun lo amamantabas, yo paso casi por la misma situacion, mi hijo lleva 2 años y medio de lactancia y la verdad es que me han dicho que igual a los 3 años se puede destetar solo o quizá antes. Estoy buscando ya embarazarme de mi segundo hijo y quisiera destetarlo para entonces. Podrías compartirme tu experiencia. :)
Hola! checa mi último post al respecto. Saludos. :-)
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Amamantar a un niño.
Por: Patricia Garcés.
(En este artículo hablaré todo el tiempo respecto a “un niño” en masculino porque pienso referirme a mi caso en particular, a mi hijo, pero se entiende el “niño” como termino amplio que también incluye al sexo femenino en la idea general).
¿Amamantar a un niño? No me refiero a amamantar a un bebe menor de un año, tampoco a un “toddler” que cae dentro del mínimo que la OMS sugiere debe de durar la lactancia (2 años), hablo de amamantar a un niño, si, a un niño que hace tiempo dejó el pañal, que se expresa ya con frases completas, que incluso puede ir a la escuela o tener actividades extracurriculares que él mismo pida, que practique deportes, etc. Entiéndase un peque mayor de dos.
Sé que en nuestra cultura esto no es raro, sino rarísimo, considerando que solo el 14% de las mexicanas logran amamantar hasta los primeros 6 meses por lo tanto, es obvio que me estoy metiendo en terrenos no explorados, al menos públicamente.
Una cosa puedo casi asegurar, las madres que amamantamos a niños creo que no imaginamos llegar a este punto. ¿Que implica llegar a “este punto”? en mi caso: un inicio tortuoso en la lactancia gracias a un parto sumamente intervenido y con violencia obstétrica, llegar a casa con un bebe que no sentía como mío, temblar de miedo (y de dolor) cada que lo amamantaba, ver grietas en mis senos, ver sangre, sentir como si me clavaran mil agujas en los pezones cuando el bebe se prendía, no saber si lo estaba haciendo bien, dar unos cuantos biberones de leche artificial porque pensaba que yo “no tenía suficiente leche” (aparte el pediatra que “recibió” al peque en el hospital así me lo hizo saber, que el niño no iba a “llenar” solo con pecho), a la semana siguiente encontrarme con un pediatra informado que básicamente me dijo: “¿Pero que diablos estás haciendo? ,¿Quieres dar pecho ó no? , decide ahora mismo si darás leche artificial o materna, porque las dos no se puede”, entender que teníamos una mala postura y que por eso dolía, encontrar yo sola como arreglarlo, horas de mensajes a mis amigas que habían amamantado exitosamente antes que yo (ninguna en mi ciudad), resistir el “dale un biberón para que descanses, al fin que no pasa nada”, cientos de artículos leídos, horas en la red, foros, grupos virtuales, desvelo, incertidumbre, desconfianza, amor y paz infinitas al momento de amamantarlo, semanas de llanto por no querer regresar al trabajo y separarme de mi bebe, finalmente regresar al trabajo con un extractor colgado del hombro, enfrentarme a la cubetada de agua helada de no tener el apoyo que pensé que tendría en mi centro de trabajo, sacarme la leche por primera vez en el baño entre olores fétidos y mi llanto, pelear con uñas y dientes para que me dieran un lugar digno de extracción, al final de cuentas entrar a esa bodega llena de cajas y polvo que me hicieron el favor de prestarme para la extracción, enfrentarme a esas miradas que no entendían si acaso yo no tenía dinero para leche artificial o porque demonios me tomaba la molestia de hacer “eso” (extraerme la leche en horas de trabajo) sacando a varios de su zona de confort y “obligándolos” a hacer algo para lo que no estaban preparados, congelar, almacenar y descongelar leche para que se la dieran al peque en mi ausencia, salir en nuestro primer viaje familiar (donde descubrimos el colecho!), esconderme en una recamara perdiéndome de los festejos familiares porque me daba pena que me vieran amamantando al peque, llegar a los 6 meses de lactancia exclusiva y sentirme “la mujer maravilla”, voltear a ver a ese pequeño y maravillarme de que estuviera vivo y perfectamente sano sólo con mi leche, comenzar a recibir presión porque ya era momento de darle “comida de verdad”, ignorar el menú de ablactación que me dieron (patrocinado por una compañía que hace leche artificial, por cierto y en dónde especificaban que la criatura de 6 meses debía de comer incluso más que yo) y seguir mi instinto, poniendo siempre al pecho primero que al alimento complementario, sentir un vacío en el estómago cuando me avisaron que tendría que salir del país por un viaje de trabajo, decidir llevar a mi mamá y al peque conmigo para continuar con la lactancia, viajar con bebe y con extractor, pasar momentos increíbles dándome cuenta de todo lo que mi cuerpo era capaz, soportar la terrible presión social y el famoso “pero es que todavía le daaaaaaaaasssss?”, prepararme por varios meses (casi un año) para poder unirme a una organización civil a nivel internacional que da apoyo a las madres que amamantan a sus hijos, gozar muchísimo de nuestro tiempo juntos, decidir dejar el trabajo para dedicarme solo a mi familia, recibir el terrible maltrato de un médico que nos atendió de emergencia por un accidente y que se indignó cuando nuestro hijo asustado y un poco en shock busco el pecho para consolarse justo durante la consulta, abrir el primer grupo de apoyo a la lactancia en mi ciudad de origen (y en todo el Estado), sentir la libertad y belleza de dar el pecho en donde se nos diera la gana, saber que ahora sí “lo estaba haciendo bien”, sentirme tranquila y confiada, llegar al mínimo de lactancia sugerido por la OMS, entender que mi hijo no estaba listo para terminar nuestra relación de lactancia ni yo tampoco, decidir caminar por el sendero del destete natural…
Y así, en un abrir y cerrar de ojos han pasado más de 5 años y medio. ¿Lo volvería a repetir? Por supuesto!
La Antropóloga Kathy Dettwyler afirma que el destete natural ocurre en algún momento entre los 2.5 y los 7 años en promedio, solo que en nuestra sociedad no permitimos que los niños lleguen a este punto, son tantos los obstáculos que las madres deben de sortear que es afortunado el bebe que recibe 6 meses de lactancia exclusiva y un verdadero suertudo quien recibe más que eso (y seguro que también tiene una madre muy fuerte y obstinada, porque no se lo hacemos nada fácil a las madres que amamantan).
¿Cómo es amamantar a un niño de 5.5 años en la vida diaria? En mi caso, estamos hablando de 1 o 2 tomas al día que no duran más de 10 ó 20 segundos ya…lo sé, ya vamos de salida, nuestra historia de lactancia se está acabando, justo anoche me preguntaba si estoy lista para cerrar esta etapa de mi vida, ¿quién soy yo sino una madre lactante? Al menos eso es lo que he sido los últimos casi 6 años.
Hay personas que escalan montañas o corren maratones, que se preparan por mucho tiempo, que se enfrentan a obstáculos pero finalmente logran su objetivo. Este es mi maratón, ésta es mi montaña y esto es lo que hemos considerado lo mejor para nosotros: para mi esposo que es quién nos apoya, para mí hijo que es quién lo ha necesitado y para mí que soy quién ha aceptado darlo (y al darlo, ¡cuánto he recibido!).
¿Y tú?, ¿Cuál es tu historia de lactancia?, ¿Amamantar para ti fue fácil o difícil?, ¿Tuviste un destete respetuoso a tus necesidades y a las de tu hijo? O ¿Te viste forzada a destetar aún sin quererlo?
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Amamantar va más allá de tomar la decisión de hacerlo o no. Algunas mujeres simplemente no pueden por infinidad de motivos. El punto del comercial creo yo, es que en este mom's world es muy común juzgar a otras por las decisiones que toman y eso está mal. Una no debería estar justificando el por qué interrumpiste la lactancia a los 6 meses, como es mi caso, o por qué no lo hiciste nunca, ni tampoco por qué tu hijo tiene 3 y sigue lactando. Ése es el punto.
Completamente de acuerdo contigo en el asunto de no juzgar las decisiones que toman los demás (no tenemos ni idea de por que las toman o lo que significa estar en los zapatos de esa persona) pero mi punto es que el comercial pone a la lactancia en un nivel que no le corresponde, no es un asunto de estilo de vida, es una cuestión de salud publica y es importante hablar de lo que provoca que las mujeres que quieren amamantar a sus bebes finamente no puedan. Gracias por tomarte el tiempo de leer mi post.
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De “la maternidad/hermandad” y un comercial que nunca debió de existir.
Por Patricia Garcés.
Lo observé rodando por mis redes sociales, todo mundo lo compartía diciendo que estaba “lleno de verdad”, que “era encantador”, “muy atinado”, Etc. Etc. Etc.
Me resistí a verlo varias veces (lo confieso), porque presentía perfectamente de que iba el asunto hasta que finalmente lo vi y confirmé todas mis sospechas. El anuncio que nunca debió de haber existido y que al final de cuentas representa otra barrera más para la lactancia. ¿Por qué? Les cuento:
Un comercial que no debería de ser comercial.
Resulta que existe algo llamado el “Código Internacional de comercialización de Sucedáneos de leche materna” (Aquí pueden ver un resumen), este código se asegura de que los sucedáneos de la leche materna (entre ellos, la leche artificial) se comercialicen y distribuyan de forma apropiada. El código PROHIBE todo tipo de publicidad de leches artificiales y pide expresamente a estas compañías que en cualquier tipo de información que entreguen especifiquen los riesgos del uso de la leche artificial así como los costos implicados en la utilización de la misma (entre otras cosas). Este comercial claramente viola El Código, para comenzar no debió de haber existido.
Una barrera más para la lactancia.
A pesar de estar dirigido al mercado anglosajón (aunque ya ronda por ahí una versión con subtítulos) puedo ver que este anuncio ha cumplido con su objetivo principal: rebajar a la lactancia a una simple decisión relacionada con el estilo de vida de las familias y la lactancia está lejos de ser algo tan sencillo como eso, la lactancia (o más bien la falta de la misma) es uno de los principales problemas de salud pública que existen en el mundo, ya no se diga aquí en México, en donde tenemos el PENÚLTIMO lugar en materia de lactancia a nivel mundial.
¿Pañales de tela o desechables? ¿Carriolas o cargadores ergonómicos? Esas sí que son elecciones relacionadas con el estilo de vida de cada familia y dependerá de sus condiciones muy particulares (ingreso económico, gustos y preferencias, etc.) la decisión que finalmente tomen al respecto pero la lactancia es otro rollo.
En México solo el 14.4% de las mujeres amamanta a sus hijos por los primeros seis meses de vida de los pequeños. Esto es algo grave, muy grave. La alimentación artificial está relacionada con riesgos como la obesidad (Y adivinen que país tiene el PRIMER lugar en obesidad infantil a nivel mundial…Yup…MÉXICO), la diabetes (una de las principales causas de muerte en nuestro país) y el cáncer de mama (PRIMERA causa de muerte en México) solo por mencionar algunos, podríamos pasarnos días hablando de los riesgos relacionados con la alimentación artificial.
Entonces, este comercial se convierte en una barrera más para la lactancia de las mujeres mexicanas, porque ahora resulta que no podemos hablar del tema, que hay que “parar” de mencionarlo para no incomodar a nadie, para no ser de las “mamas malas”, de las “criticonas”.
Yo los invito a que sigamos hablando de la lactancia, pero no desde el enfoque de la fantasía sino desde la realidad, a que nos preguntemos: ¿Por qué las mexicanas no podemos amamantar a nuestros bebes?, ¿Que nos lo impide? Y verán que de nuevo podremos hablar por días de algunas de las barreras con las que nos encontramos al momento de querer alimentar a nuestros hijos del seno materno: Poca información (en una sociedad donde una MINORIA amamanta ¿cómo pretendemos que la mayoría sepa del tema?), falta de apoyo del personal de salud al momento en que nace él bebe y durante sus primeros días y semanas de vida, mitos de la lactancia, poco respaldo del círculo familiar inmediato, una baja maternal francamente ridícula (hay que dejar al niño al cuidado de alguien más a los 42 días de nacido si hay que regresar al trabajar), escaso soporte del centro de trabajo (No hay lactarios, no se respeta la Ley Federal del trabajo en su artículo 170), presión social para acelerar el destete y ausencia de políticas públicas para promover la lactancia, solo por mencionar algunos ejemplos.
Los bajos niveles de lactancia en nuestro país son un gran problema que nos afecta a todos y es un tema que necesitamos poner en la mesa una y otra vez. Si queremos hablar de una verdadera “hermandad” el detalle entonces está en ayudar a nuestras “hermanas” que desean amamantar a sus hijos a que tengan una lactancia exitosa.
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cual hospital nos recomiendas o cual crees que es el menos "peor" de los que hay en reynosa? estoy muy confundida no se por cual de todos decidirme!! disculpa la molestia y muchas gracias por compartir tus conocimientos con nosotras! Dios te bendiga saludos!
Hola. Estas embarazada? De cuantas semanas? Estamos tratando de formar un equipo de parto humanizado en Reynosa pero aún no esta listo, de momento no te podría recomendar a alguien local. Va a haber un foro de parto humanizado en mayo tal vez te interese asistir. Búscanos en Facebook como "AMARVI" ahí te podemos dar más información.
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Hola!! a mi me paso.... Como fue cesarea cuando me desperte de la anestecia le estaban dando mamadera a mi bebe ¨porque yo dormia¨ y desp le dieron (en la clinica mientras estabamos internados) ¨porque no me bajaba¨ segun las enfermeras... a partir del 4to dia que ya estuvimos en casa hasta el dia 20 tomo solo teta... pero puede mamar durante horas seguidas y no succionar lo suficiente como para llenarse y llora y llora!! en ahi comenzamos con complem. Que puedo hacer? quiero que tome solo teta!
Hola! Algun historial de cirugias en el seno? Creo que lo que paso es que por ahi del dia 15/20 entran en un periodio de crecimiento rapido en donde piden mas teta y las mamas sienten que no tienen suficiente pero este periodo pasa rapido y despues los nenes regresan al ritmo de antes, te dejo mas informacion aqui: http://www.llli.org/lang/espanol/faqbfb.html
Para relactar a tu bebe (pasar de lactancia mixta a 100% leche materna) aqui puedes encontrar informacion: http://www.asociacionsina.org/2010/12/24/relactacion-de-lactancia-mixta-a-lactancia-materna-exclusiva-como-hacerlo/
Suerte y cualquier duda aqui sigo.
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Hola, buen dia. Tengo una bebita de casi 2 meses. Desde que nació he tenido poca leche. Trato de tomar 2 lts de agua diarios pero el volumen no se incrementa mucho. Por otro lado, mi periodo me bajó hace una semana, y me dijeron que ya dificilmente me bajará más leche. Que tan cierto es esto, y que más puedo hacer para producir mayor cantidad de leche. Muchas Gracias!!! Nancy Cortés
Hola! quisiera saber si estas dando lactancia mixta o leche materna exclusiva? algun historial de cirugias en los senos? gracias
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Te tengo una noticia: si tienes leche!
Por: Patricia Garcés.
Algunas de las frases que más tristeza y frustración me da escuchar (o leer, si estoy en las redes sociales) son las siguientes: “tuve que darle leche artificial a mi bebe los primeros días ya que yo “no tenía leche””, “no tengo suficiente leche”, “nunca me “bajo” la leche”, “fulanita no pudo amamantar porque no tuvo leche”, “la leche se fue” entre otras por el estilo.
Me da tristeza que como mujeres sepamos tan poco de la fisiología de nuestro cuerpo. Soy Educadora en lactancia, Educadora en Salud maternal y voluntaria en una organización que ofrece apoyo a las mamas que quieren amamantar a sus bebes y después de todo lo que he aprendido en estos últimos casi 5 años creo que a todos nos deberían de enseñar en primaria, secundaria y prepa como funciona nuestro cuerpo, nos serviría mucho más que saber algebra, por ejemplo.
A lo que voy es que es casi imposible no tener leche. Fisiológicamente el 98% de las mujeres tiene suficiente leche para amamantar de manera exclusiva a sus hijos, si alguien se encuentra en el 2% restante debería de correr a comprar un billete de lotería, pues es parte de un grupo de la población muy, muy selecto.
Nuestros senos se comienzan a preparar para amamantar a nuestros hijos desde nuestra primera menstruación y menstruación tras menstruación (y no se diga durante el embarazo) se siguen desarrollando los conductos, los alveolos y todo el “hardware” con el que venimos preparadas para amamantar a nuestros hijos, las hormonas (estrógeno, progesterona) juegan un papel clave en todo este proceso.
Un dato que puede resultar sorpresivo pero no por eso es menos cierto es que nuestro cuerpo comienza a producir leche (calostro) entre la semana 10 y 14 de gestación. La progesterona inhibe las fugas de leche durante el embarazo. Después de dar a luz al bebe sale la placenta y con esto la progesterona baja (y la prolactina sube) dándole la señal al cuerpo de que ahora si es momento de que la leche (calostro) comience a salir de los senos, estos primeros días (una ventana de tiempo MUY limitada) el proceso es completamente hormonal, no hay nada que puedas hacer al respecto, tu cuerpo va a producir calostro SI o SI.
Creo que parte del problema viene de la percepción errona que tenemos de esos primeros días de producción de calostro, creemos que vamos a producir cantidades industriales de leche materna y esto no es así, estas primeras horas el cuerpo produce justo lo que él bebe necesita para sus primeros días en el mundo, él bebe mama por toma más o menos el equivalente en volumen a una moneda de 5 pesos (recordemos que el estómago del bebe es del tamaño de su puño). No se necesita más. Probablemente si te oprimes el pecho lo único que salgan sean unas cuantas gotas y eso está bien, es lo normal.
Ahora aquí viene lo critico y aquí es donde muchas lactancias se pierden, por ahí del octavo al décimo día este sistema de producción de leche que solía ser 100% hormonal (tienes calostro si o si) cambia a un sistema auto crino (local) en donde el VACIADO del seno es el PRINCIPAL mecanismo de control para el suministro de leche, mientras más vacío este el seno más leche se produce (Ejemplo: ¿qué tenemos que hacer si queremos llenar una cubeta? Pues asegurarnos primero de que la cubeta está vacía, ¿cierto? pasa lo mismo con el seno), entonces es necesario, indispensable más bien que todos esos primeros días en el que el proceso era 100% hormonal (tienes calostro si o si) él bebe haya pasado mucho tiempo en el seno (a libre demanda), que toda su succión haya sido en el seno (no chupones ni biberones ni sucedáneos de la leche materna) ya que esos días son básicos para establecer la producción de leche materna de acuerdo a las necesidades del bebe (esos primeros días es cuando se crean también los receptores de prolactina (con la constante succión del bebe al seno), factor también indispensable para una buena producción de leche).
Entonces ¿Qué pasa cuando no se permite esos primeros días la libre demanda? ¿Cuándo se dan chupones? ¿Cuándo se dan sucedáneos porque “no tenemos suficiente”? que en efecto, en cuanto el sistema de producción de leche se mueve de 100% hormonal (tienes calostro si o si) a auto crino (vaciado del seno) eventualmente “nos vamos a quedar sin leche” pero por un mal manejo de la lactancia, únicamente por eso.
Ahora, todo proceso es reversible, siempre se puede relactar a un bebe al 100% de leche materna pero requiere trabajo, constancia y mucha fe.
En fin, resumiendo, el mensaje que quiero que se lleven de esto es que los primeros días después de dar a luz el 98% de las mujeres SI tiene leche suficiente (calostro) y no hay necesidad de suplementar con nada más.
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No voy a criar con miedo.
Cuando me entere de mi embarazo estaré segura de ser la mama que ese bebe necesita y de que lo hare bien…No voy a criar con miedo.
Me informare y pondré todo de mi parte para tener el parto con el que sueño, me rodeare de profesionales de la salud que compartan la misma filosofía que yo respecto al nacimiento y después soltare y dejare que la vida se encargue y tome su curso…No voy a criar con miedo.
Observare las señales de mi bebe y las seguiré, atendiendo a sus necesidades prontamente…No voy a criar con miedo.
Ofreceré el seno a libre demanda, confiando en mi cuerpo que es maravilloso y perfecto y en que sabrá responder a lo que mi hijo necesita para crecer sano y fuerte….No voy a criar con miedo.
Mi hijo entenderá que siempre puede contar conmigo para estar a su lado en todo momento, que soy mama de día y mama de noche. El llanto no hace independiente a nadie…No voy a criar con miedo.
Respetare sus ritmos y tiempos. Permitiré que llegue a sus debidos hitos de desarrollo en su momento sin necesidad de forzar nada…No voy a criar con miedo.
Disfrutare de colechar con él por todo el tiempo que queramos…No voy a criar con miedo.
Lo consolare cuando se caiga o se lastime, no ignorare el hecho de que está pasando por algún tipo de dolor físico o emocional con el objetivo de “hacerlo más fuerte”…No voy a criar con miedo.
Pasare todo el tiempo que pueda junto a él, sé que él y yo eventualmente desarrollaremos otros intereses aparte del de estar juntos pero disfrutare de esta necesidad mutua mientras dure…No voy a criar con miedo.
Evitare compararlo con otros niños, todos somos diferentes y eso es lo que nos hace maravillosos…No voy a criar con miedo.
Le daré todo mi amor día con día ahora que estamos juntos, para que cuando ya no lo estemos nos quede ese recuerdo para siempre…No voy a criar con miedo.
El miedo paraliza, te pone neurótico, aprensivo, receloso y te hace entrar en pánico. No, no voy a criar con miedo.
***NOTA: Foto que acompaña a esta publicacion tomada del Blog abracitos
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3 años de lactancia
Hoy estamos de manteles largos, no solo es el cumpleaños de mi hijo sino que cumplimos 3 años de lactancia. Sí, soy una de esas “mujeres raras”…aunque en realidad no lo soy tanto. Soy tal vez “rara” porque me gusta hablar de esto, traerlo a la luz. Hay muchas mamas que amamantan a niños de esta edad pero se sienten obligadas a mantenerlo oculto por presión social. Es tan POCO lo que la sociedad conoce sobre lactancia y TANTO lo que se habla y juzga sin tener en realidad un conocimiento profundo (vaya, ni siquiera superficial) del tema. Desafortunadamente esto incluye también a médicos, ellos no estudian sobre lactancia en sus carreras y en estos 3 años me ha tocado escuchar de primera mano y por medio de otras mamas comentarios tan pero de verdad tan desafortunados por parte de médicos generales, pediatras y ginecólogos sobre la lactancia que podría hacer un libro (tal vez no sería mala idea). A una no le queda más que preguntarse, ¿Que hay en la lactancia, que provoca tanto a los que están a nuestra alrededor a opinar sobre ella? ¿Sera que nos empodera? ¿Por qué se sienten amenazados? ¿A que le tienen miedo?
Pensaba en este post abordar las ventajas de seguir amamantando a un niño, consultar mis múltiples libros y sitios confiables en la red pero se me antoja más platicarles de primera mano lo que es amamantar a un niño de 2 años que hoy cumple 3.
Un niño ya no busca ser amamantado tan seguido como un bebe, todos son diferentes y cada quien impone su ritmo pero el nuestro va más o menos así un día cualquiera:
Al levantarse con una gran sonrisa cada mañana y después de platicarme un poco lo que soñó o algo de lo que hicimos ayer, lo primero que pedirá será ser amamantado.
En el transcurso del día y dependiendo de qué tan ocupados estemos probablemente lo amamantare algunas veces (realmente no llevo la cuenta, es algo tan natural en nuestra vida que no me preocupa si mama mucho o poco), hay días en que pide menos y hay días en que pide más.
Es MUY específico respecto a donde pide ser amamantado (en el sillón, en la sala, en la cama, etc.).
Observo también que a veces en situaciones difíciles busca el pecho como consuelo (cuando se ha caído, cuando se siente triste, cuando está asustado, etc.).
Después o en medio de un berrinche dar el pecho es MAGICO, calma instantáneamente y nos hace sentir mejor a los dos respecto a la situación.
Justo antes de dormir también busca el pecho para conciliar le sueño, ya sea de noche o para su siesta. (Aunque a veces solo lo pide por un corto tiempo y luego se voltea y se duerme).
Ah! Me olvidaba de algo MUY importante. Se sigue despertando por las noches para ser amamantado, a veces solo una vez, a veces mas y a veces duerme de corrido. Que un nene tenga despertares por las noches es completamente normal.
Y eso es todo, este es el reflejo del papel que juega la lactancia en la vida de una familia que busca el destete natural. Y hoy estamos cumpliendo 3 años de recorrer ese camino, así que….felicidades a nosotros! :-)
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Hace un año
El viernes pasado cenaba con unas amigas, una de ellas (gran amiga y Ex compañera de trabajo) me recordó que el 2 de septiembre se cumplía un año desde que deje de trabajar en la Industria maquiladora.
¡Un año! que rápido pasa el tiempo.
Quisiera contarles de lo que hacía yo hace un poco más de un año: trabajaba para una muy buena empresa, tenía un puesto gerencial que reportaba directamente al corporativo de la empresa en Estados Unidos, mi jefe directo trabajaba en el corporativo y nos veíamos aproximadamente una vez al mes. Fue el mejor jefe que tuve en toda mi vida laboral en la industria (14 años trabajando en el sector) un hombre extremadamente inteligente y con altos valores. Disfrutaba también mucho trabajar con todos mis compañeros y la persona que reportaba conmigo en el trabajo era un excelente empleado, muy responsable, inteligente, buen trabajador en equipo y del que nunca tuve ninguna queja. ¿Entonces? ¿Cómo es que termine de “ama de casa” un año después?
Todo comenzó durante el posparto porque por el parto y por las condiciones en que se dio para mí fue muy difícil enamorarme o apegarme con mi hijo desde el primer momento, después, las primeras 2 o 3 semanas de lactancia también fueron complicadas y con los cambios hormonales por los que pasa una mujer en postparto pues peor aun. Recuerdo que cuando mi hijo cumplió un mes de nacido POR FIN sentí que las cosas iban bien, que yo sin duda sabía lo que estaba haciendo y la lactancia ya comenzaba a ir mucho mejor, pero entonces se venía encima un torbellino porque yo estaba a punto de regresar al trabajo (cuando me toco salir del trabajo e irme por la incapacidad pre parto, logre negociar con mi jefe el poder trabajar desde casa y que después ese tiempo lo pudiera tomar una vez que mi hijo naciera, trabaje desde casa casi hasta una semana antes de dar a luz). Recuerdo pensar, ¿cómo es posible que cuando apenas esta uno “agarrándole la onda” a esto de ser mama haya que regresar al trabajo? Era como una broma siniestra.
Recuerdo que llore absolutamente todos los días desde un mes antes de regresar al trabajo, sentía que NO podía ni debía de separarme de mi hijo, bueno, hasta con la psicóloga fui a dar (que por cierto, lloro junto conmigo al contarle todo lo de mi parto, postparto y regreso al trabajo, ella también es mama y entendía perfecto como me sentía). Platicaba con mi esposo, con mi mama, con mis amigas al respecto y la respuesta siempre era del mismo tipo: “tienes que regresar”, “todo el mundo lo hace”, “si no para que estudiaste”, “el puesto que tienes no lo puedes dejar tan fácil”, “tienes una responsabilidad para con la empresa” y un largo etc.
Finalmente se llego el día, tenía un banco de leche para que mi hijo se alimentara en mi ausencia y con la ayuda de mi mama quien se encargo de cuidar a mi hijo regrese al trabajo. Sentía que flotaba y no podía creer que eso estaba pasando, todo el día me la pase en estado de shock y el peor momento fue cuando solicite un lugar para extraerme la leche y ¡no había! Me dijeron que me “iban a preparar un lugar” pero paso todo el día ¡y nada! Obviamente ni fisiológica ni mentalmente podía yo esperar así que termine con mi extractor en el baño llorando y sacándome la leche.
Meses después (cuando mi hijo tenía como 4 meses) mi jefe me pidió que hiciera un viaje al corporativo, a lo que me negué explicándole que mi hijo era aun muy pequeño como para dejarlo e irme, le pedí que me esperara algunos meses, él accedió y finalmente el viaje lo hice cuando mi hijo tenía 10 meses, me lo lleve a él y a mi mama para que lo cuidara en el hotel mientras yo estaba trabajando. También me lleve mi extractor y por allá me dieron un lugar para extraerme la leche.
Todo el primer año de regreso al trabajo fue muy duro, pase por muchos obstáculos en mi trabajo para poder mantener la lactancia, yo siempre había pensado que por mi “posición” dentro de la empresa iba a ser más fácil pero para nada, no fue así.
Pensaba que esa sensación de no estar haciendo lo correcto al estar separada de mi hijo por tantas horas en algún momento de ese primer año se iba a esfumar, porque lo “normal” era que así fuera y que siguiera yo con mi vida laboral como si nada, ¿no? Todos se habían cansado de repetirme lo mismo. Pero no, la angustia de separarme tantas horas al día de mi hijo nunca se fue, más bien crecía y crecía. El hecho de que mi mama me llamara para mantenerme al tanto de que el pequeño había logrado hacer X o Y (sentarse, gatear, etc.) no me consolaba y me hacía pensar que me estaba perdiendo todo y que era yo la que debía de estar ahí con él.
Finalmente me arme de valor y al final del año le dije a mi esposo que yo ya no podía mas, que había intentado acostumbrarme, hacer a un lado la idea, tratar de llevar una vida “normal” pero que no podía, era más fuerte que yo. Hicimos un plan de ahorros y tratamos de ver cómo nos íbamos a organizar financieramente. Avise con meses de anticipación a la empresa que me iba, primero pensamos que me iba en 6 meses pero por diferentes situaciones los 6 meses se convirtieron en 9 y fue así como hace un año deje de trabajar para dedicarme de lleno a estar con el peque.
Ha sido un año maravilloso pero también hemos tenido retos, siento que estamos más unidos que nunca como familia y no me arrepiento de haber elegido estar de tiempo completo con el pequeño. Tuvimos que replantearnos muchas cosas, roles, gastos innecesarios, la manera que teníamos de ver la vida, lo que pensábamos que “era correcto”, expectativas, etc. y dimos un giro completo de 180 grados.
Si alguien me hubiera dicho cuando mi hijo nació que elegiría la vida que ahora tengo: estar en casa con él, dirigir el grupo de apoyo a la lactancia, trabajar en las clases de lactancia, el tipo de crianza que llevamos como familia, el hecho de respetar sus necesidades y seguirlo amamantando buscando un destete natural (cuando al principio no pensé que iba a poder llegar ni siquiera a los 6 meses de lactancia exclusiva!) y los planes que tenemos para su educación no lo hubiera creído! Y sin embargo, aquí estamos.
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