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Lima, la grisácea peligrosa
Mi padre nació y se crió en Moyobamba, San Martín, una ciudad pequeña donde todo estaba a 10 minutos de distancia. Él llegó a Lima cuando tenía 20 años, y siempre me decía: hijo, ten cuidado, Lima es enorme y es bien peligrosa. Razón tenía. Lima es la diosa del azar, si te toca morir, tendrás que morir.
Yo le decía que exageraba, pero la verdad es que siempre he sentido que la suerte estuvo de mi lado todo el tiempo.
Como por ejemplo, un domingo de verano ventoso, fuí a la casa de un amigo a fumar hierba y luego él saca una botella de vino. Hace años que no lo veía y era un gran motivo para "celebrar".
Luego de terminar las copas llenas de líquido morado, me retiro del lugar mareado. Mi amigo quería pedirme un taxi, pero le dije que no se preocupara, ya que quería caminar un rato por las calles de Lince y disfrutar de los vientos del atardecer.
Mientras realizaba mi tour limeño, llego hasta la avenida 28 de julio.
Desde hace tiempo he tenido esa sensación de pelearme a puño limpio con cualquier persona, no me importaría salir perdiendo de esa pelea, pero mi cuerpo pedía dolor. Es como si mis puños quisieran tener sexo. Como si después de esa pelea, al fin podré descansar varias noches.
Entonces ese sentimiento empezó a invadir mi cuerpo y mientras caminaba veía a muchas personas. No elegía con quien pelearme, solo hacía observación.
Hasta que llegó el momento: pasó una chica de estaño bañada en oro y le digo: "oye bebé ¿En qué andas cariño?" La señorita me mira y se ríe. Sin embargo, no me había percatado su pareja o amigo, qué sé yo, estaba muy cerca. Recordemos que estaba ebrio y drogrado.
Él vió mi coqueteo y comenzó a balbucear, no entendía lo que decía, yo solo seguía el movimiento de su mandíbula, arriba, abajo, arriba, abajo, arriba, abajo. De pronto veo que cuatro nudillo morenos que se acercan lentamente hacia mi rostro.
Hace varios meses llevo entrenando boxeo, he sido disciplinado en ese deporte y ha sido una gran cura para mis problemas mentales; cuando ese puño cae en mi nariz y voltea mi cuello, mi cuerpo ya tenía memoria muscular y los nervios ya estaban machacados.
Los nudillos morenos golpearon mi nariz, pero su puño solo provocó que me emocione y la energía cinética se concentró en mi hombro más fuerte.
Lo que recuerdo después de eso es una serie golpes descontrolados, porque estaba maerado. Pero, en mi cabeza me sentía en un ring con gente ovacionándome y dádome ánimos. Mis puños eran tan veloces y rápidos que él no podía alzar la cabeza.
El último golpe que le di fue directo al estómago antes que varias personas llegaran a separarnos.
Me alejé varios metros y me acomodé un huesillo de la nariz, la adrenalina hizo su trabajo para disuadir el dolor.
A lo lejos lo veo levantándose y sobándose cada parte de su cuerpo donde cayeron mis puños.
Escucho la sirena de la policía, y salí de ahí lo más rápido que pude hacia una esquina casi oscura donde había un puesto de venta.
Me atiende un señor de unos 80 años al que le pedi un par de cigarrillos. Mientras él me despachaba el tabaco me dice con una voz ronca: nunca había visto un borracho boxeador que mantuviera sus técnicas, tienes buenos movimientos de cadera muchacho. Yo le respondo: gracias 'mister', pero, la verdad, hice lo que pude porque estoy algo mareado y drogado.
Luego de ayudarme a prender un cigarrillo y mientras el humo se disipaba, el 'mister' me dice: a la próxima ten cuidado hijo, Lima es muy peligrosa, espero verte muy pronto en un ring de verdad.
Al caminar hacia el oeste, le digo en voz alta: ¡Espero no morirme antes 'mister'! Alcancé a escuchar unas risas avejentadas.
Lamentablemente, a las semanas siguientes, el 'mister' falleció por una bala perdida debido a un enfrentamiento entre la policía y unos pandilleros. Nunca te olvidaré 'mister', nunca olvidaré tu consejo.
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Explorando los matices del amor
El amor tiene niveles, intesidades, dedicatorias. Es una esencia voluble.
Miguel apareció en mi vida en un círculo de LGTB en aquellos tiempos donde la comunidad era más unida y se reunían en Campo de Marte.
Desde el inicio ya me veían como una rareza. Obvio ¿No? Ser heterosexual en un ambiente lleno de homosexuales. Las miradas penetraban mis pupilas, sobre todo la tierna mirada de Miguel.
Hacía frío, corría viento y caminé entre los arbustos, observo a Miguel. Me acerqué a él por abosulta curiosidad, y conversamos como dos amigos de infancia. El efecto del alchol y la marihuana ya estaban en mis venas, y eso influyó mis pensamientos, mis palabras y mis sensaciones.
Sin embargo, la charla preciosa tuvo su límite y desde esa noche ya no pude contactarme con él. Hasta que pasaron varios meses.
Era sábado, estaba parado en la venta con un cigarrillo negro y me llega un mensaje, era Miguel. Comenzamos a compartir gustos y descubrimos compatibilidades, la preguntas 'random' extendían nuestra conversación por horas.
Hasta el punto de acordar un encuentro físico (no sexual). Acepté. Había algo en mi corazón ¿Dudas?
Miguel vive en Chimbote, en un casa cerca a la playa, un lugar sumamente perfecto y fresco, respirabas brisas del mar en todo el departamento, hasta en el baño.
Quería impresionar, y lo mejor que sé hacer es cocinar (entre otras cosas). Me nació prepararle su comida favorita. Por otro lado, él, con su elegancia innata, preparabá un acogedor ambiente con velas y vino de calidad.
El valor líquido invadió mi cerebro y mi atención hacia él cambió radicalmente. Descubrí que Miguel tiene unos ojos hermosos color café, una piel sedosa y una actitud sexy y tierna a la vez.
Todos estos detalles que llegaban a mis neuronas hizo que me cuestionara. Soy un persona heterosexual ¿Cómo pueden surgir estas atracciones hacia Miguel?
El alcohol y la música se adueñaron de nuestros impulsos y mis labios realizaron el primer encuentro con un chico tierno. Sentía que lo protegía.
La atracción sexual estaba desde el principio, y las acciones previamente descritas solo impulsaron lo inevitable.
La piel de Miguel es algo inexplicable, su suavidad es una de sus características que más me excitan. Y fue el hilo conductor para juntar mi cadera con la suya. El placer sexual, aparte de ser la primera vez, fue inevitablemente reconfrontante.
Luego de aquella noche, para mi, experimental, desperté con el desayuno en la cama. La finura de Miguel es demasiada atractiva, sin embargo, por mi parte, tengo matices salvajes y soy muy arriesgado.
Fueron tres días de una conexión sincera llena de alcohol y drogas.
El cuarto día, fuimos a la playa y caminabamos por la arena descalzos, luego nos sentamos en unas rocas fría y mis brazos comenzaron a rodear la figura de Miguel. Yo nunca había abrazado a un hombre de una forma apasionada. Me nació decirle que lo protegería y que no me alejaría de él. Todo eso mientras veíamos el oleaje del mar nocturno. Eramos solo él y yo, nadie más, sin ninguna interrupción. Mágico.
Sin embargo, mis emociones son volubles y variopintas. Comencé a salir de esta experimentación luego de varias drogas. Pienso: no pertenezco a este mundo, no soy la persona correcta para él, no es justo para él.
Al quinto día en la mañana, mientras él se fue a comprar más vino, agarré mis cosas y salí del departamento, con más convicciones que dudas. Ya exploré una matiz del amor, fugaz, pero natural.
Obviamente a él no le agradó la forma en la que me fui de su casa, y de su vida. Nunca más me volvió a hablar, y no lo culpo. Muchas personas se ha alejado de mi y las entiendo.
Hasta que, luego de años, me vuelve a hablar. Quizás aún sea una persona importante para él.
Miguel me invitó a un cumpleaños, la fiesta estaba planeada para ser tres días. Acepté la invitación, pero tenía el presagio de que esto no iba a terminar bien. Mis impulsos hace que llegue a esos bajos instintos, donde tú solo sueñas o piensas, pero yo si me atrevo a realizarlos. ¿Qué sucedió en esa fiesta luego de tres días?
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Visita de Soledad
Luego de una apasionada noche de fin de año. Ella entra a mi cuarto y me pregunta ¿Qué comeremos mañana? Pienso y le respondo: puede ser un guiso de pollo.
Entonces nos sentamos en la mesa y comenzamos a preparar los insumos para la comida. Ella comenzó a pelar las arvejas y la molesto diciendo que le ganaré pelando arvejas. Era una competencia, una lucha ¿Quién dará su brazo a torcer? ¿Quién terminará mal en esto? ¿Quién sufrirá más? Soledad y yo somos muy competitivos y orgullosos.
El sentimiento de soledad puede ser penetrante, seduce el corazón y te lo retuerce ¿Cómo hago para que me desees y hacer que nuestro amor dure eternamente?
Solo fue eso, una visita, un toque a la puerta y pasar a tomar el té o una shot de ron. Ser la persona que le da tranquilidad a Soledad es un rol difícil, tienes que afrontar los cambios de humor. Porque Soledad se siente sola a una magnitud que no conozco. Solo me queda aguantar, contener, tranquilizar.
Me terminé media botella de ron solo y la vi recostada en mi cama de dos plazas. Siento que ella no abruma, no estorba, pero la veo como un alma sin rumbo. La acomodo entre mis brazos y nos quedamos dormidos profundamente.
Llegó el amanecer y solo quedó cenizas de los cigarrillos nocturnos y una botella con poco ron ¿Volverá a tocar mi puerta?
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Pequeña crisis
No aguanto más, mi cerebro empieza a pedirme que le meta algo, quiere que lo sacie con alguna fórmula para tenerlo nublado, lo que sea.
Me revuelco en la cama con la sábana envolviéndome como una momia. ¿THC? No puedo, hay personas en mi casa y no puedo fumar ¿Sertralina? Sé que si me meto seis pastillas me da síntomas de sobredosis, es placentero, pero no quiero eso ahora ¿Clonazepam? Creo que puedo sacar algunos de una farmacia recién inaugurada de la esquina.
Voy a la farmacia, pido un blister de Clonazepam de 2mg, la que me atendió me vio con una cara sospechosa, pero quizás pensó más en su negocio recién abierto antes de preocuparse por un sujeto como yo.
Saco un par de blister, ya, quizás dos más, hmmm, hay que agregarle uno más, y me pongo a esperar el efecto adormecedor. Necesito dormir, mis pensamientos penetrantes no me dejan descansar hace varios días.
Pongo la canción “Born Slippy de Nuxx”, esta canción me excitó cuando la escuché por primera vez en la película Trainspotting y me encantó demasiado.
Comienzo a mover las piernas echado en mi cama al ritmo de la canción y pensé: mañana seguro será un día de mierda, todo seguirá igual, pero al menos es un día más cerca de mi muerte y esta noche podré dormir como un bebé.
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Pequeña carta de presentación
Estaba escuchando esta canción mientras miraba por mi ventana cómo el cielo se oscurecía y las sombras se desaparecían lentamente antes de encenderse los faros públicos.
Sertralina, alcohol, THC y nicotina circulaban mi organismo luego de haber sufrido un accidente con mi bicicleta por conducir ebrio. No sé como sigo con vida, pero me muevo mientras aguanto los dolores al ritmo de esta versión post punk de la canción “Bichota”
Pienso que este viaje no durará para siempre y que mis problemas están cruzando aquella puerta de madera de mi cuarto. Tengo que pensar en otra solución para sacar mi estrés. Aquí surge la idea de soltar mis traumas, historias raras, y cualquier cosa que se me ocurra en la mente.
Escribir me encanta, pero no soy perfecto. Trabajo escribiendo y vengo aquí para esconderme. ¡Si! Todos tienen problemas, pero ya estas metido aquí y tendrás que leer los míos.
Si algún día, cuando llegue lejos (porque lo haré), y encuentran este blog, no me juzguen.
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