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Ontología de la moda
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BLOG DE MODA Y TENDENCIAS - @ontologiadelamoda
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ontologiadelamoda · 4 months ago
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Entrevista a Vicky Salías
La belleza de vestir una prenda lenta
El Museo de la Historia del Traje inauguró la muestra “Sastrería: historia y oficio”.
“Cada vez que vemos un saco hecho a medida, estamos viendo miles de metros de hilos que se utilizan para hilvanar, marcar, picar, coser. Horas de puntadas y pruebas. Sin dudas, un arte que vale la pena conservar y promover”, dice Vicky Salías, directora del Museo de la Historia del Traje, en referencia a la nueva exhibición que abrió sus puertas el pasado 5 de julio.
El oficio de sastre, con propios ritmos de producción, como parte de un sendero aledaño al consumo inmediato, permanece brindando a lo largo de los siglos diversas propuestas. De estas últimas, incluso las más innovadoras, continúan hilvanando ese espíritu clásico cargado de memoria y distinción.
La muestra es un recorrido histórico desde el siglo XVIII a la actualidad, a través del que podemos observar las piezas de sastrería (saco, chaleco y pantalón) que antecedieron al traje tal y como lo conocemos hoy: desde la variante tradicional de conjuntos únicos, hechos a medida, hasta su masificación industrial.
En cada sala, se ven las características de los diferentes períodos históricos (el dandismo y los petiteros), las distintas versiones de sastrería femenina, y los trabajos contemporáneos de Pablo Ramírez, Fabián Zitta, Agoshida, Dacal, Bandoleiro y Vicki Otero.
-En una época de tiempo real y respuestas rápidas, ¿cómo surgió la propuesta de la muestra?
-En el museo, venimos trabajando con el rescate de los oficios, las artesanías, los saberes ancestrales vinculados a los textiles de distintos territorios. Siempre tuvimos la idea del oficio vinculado con el universo de la costura. Ahí surgieron los personajes del sastre y la modista, quienes, en un momento dado, ocuparon tanto lugar en la familia y la sociedad. Pero luego, en el siglo XX con la aparición del prêt-à-porter, se pierde eso, y hoy existe pero de una forma un poco más relegada: para algunas tareas o arreglos específicos, o ropa de confección a medida. Pero, antes, a toda la indumentaria la hacían ellos. Con los sastres pasó lo mismo: se fue perdiendo un poco en función de la sastrería industrial. Entonces, nos interesaba poner en valor eso. Y, también, porque actualmente hay un regreso a esa sastrería a medida, vinculada al concepto de slow fashion en contraposición del fast fashion. Con esta idea de tener menos ropa pero de mejor calidad, hecha con más cuidado y considerando al medio ambiente.
-Al ser uno de los oficios más antiguos hay prendas de muchísimos años.
-Es casi como un deber, para nosotros, mostrar las piezas antes de que se terminen de degradar. Porque el textil es así. Aunque no lo muestres y lo mantengas cuidado, se va descomponiendo. En el museo tenemos una colección de casi 10 mil piezas y nos gusta poner en escena aquello que no se mostró. Por ejemplo: la chupa, que hacía muchos años que no se mostraba. O los chalecos del siglo XVIII que son hermosos y están en condiciones muy delicadas.  
-¿Cómo abordaron la contemporaneidad?
-Siempre nos parece muy importante relevar las distintas miradas y contemplar ese pie contemporáneo que, a su vez, es muy particular de la moda: de alguna manera, la moda revisa el pasado, rescata otro período histórico. En esta temporada, se puso de moda la sastrería. Es tendencia. Así como está la sastrería artesanal, está la sastrería industrial y la sastrería de los diseñadores que tiene un concepto diferente, con estética particular, que apela a un público determinado. Como Pablo Ramírez con el estilo Eva Perón, o la propuesta de Agoshida con el traje transparente, o Bandoleiro que sube la apuesta con colores, texturas, materiales. O Vicki Otero que toma y retoma la tradición desde una mirada singular, con prendas donde aparece la idea del hilván como si fuera un metalenguaje, donde ella habla del proceso de sastrería en una prenda que pareciera inconclusa. Y ahí hay un juego semántico interesante. La sastrería como oficio y tema de inspiración.
-¿Cuál es el mensaje clave de la exhibición?
-El rescate del rubro y de la tradición. El hecho de pensar que se puede entablar un vínculo con quien diseñe tu ropa. En el fast fashion se va perdiendo ese contacto dentro de la trazabilidad. Entonces, poder pensar en eso: ¿quién hace tu ropa? Recuperar esa idea. La trazabilidad en términos de que hay una persona, con nombre y apellido, que hace un trabajo con sus propias manos sobre las prendas. Por eso, me encanta el panel que armamos con la Asociación de Sastrería Argentina dentro de la muestra, donde se ven los distintos tipos de puntadas, que son todas partes del proceso de confección, y que tal vez no quedan finalmente en la prenda. Pero es un primer paso necesario, que tiene su propio tiempo, para llegar al resultado final.
Sastrería: historia y oficio. Museo de la Historia del Traje: Chile 832, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Inauguración: viernes 5 de julio de 2024. Horarios de visita: miércoles a viernes de 13:00 a 19:00; sábados, domingos y feriados de 11:00 a 19:00. Cierre: marzo 2025.
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ontologiadelamoda · 4 months ago
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Estudios de posgrado
Ser curador en moda, diseño e innovación
La Facultad de Arquitectura y Diseño de UADE abrió la inscripción a la Maestría en Curaduría en Moda, Diseño e Innovación. Cuál es el propósito del plan de estudios, qué competencias forman hoy al futuro magíster y cuáles son las oportunidades laborales. Diez preguntas a su coordinadora, Mg. Susana Conforti.
-¿Cuál es el propósito de la maestría?
-Formar profesionales capaces de comprender la moda como producción cultural y de analizar, interpretar y gestionar manifestaciones vinculadas al diseño -involucrando conocimientos relativos a la comunicación, la historia, el arte, la cultura, la filosofía-, para producir contenidos desde soportes disimiles, pronosticando futuros escenarios de consumo. Hoy, hay un espacio vacante para la formación de esta idea de curador que planteamos: vinculado a la gestión cultural, el trend forecasting como parte de la innovación, y al sistema de la moda -que, para nosotros, con claridad, excede el ámbito del vestir-. Sabemos que ese sistema de la moda fue drenando en el resto de las industrias y aparecen estos tres pies que hacen a la denominación de la maestría (moda, diseño, innovación) donde encontramos que existe la posibilidad de reincorporar y resignificar el rol del curador, un término que proviene del arte pero que creemos que en 2024 tiene que ampliar esa mirada e involucrar a todas estas manifestaciones más allá de las clásicas a las que estaba asociado.
-¿A quién está destinada?
-La propuesta de la maestría es ampliar la mirada de todos aquellos que se animen a preguntarse por esta idea de futuro. Actualmente, tenemos alumnos Licenciados en Comunicación, Relaciones Públicas, diseñadores de Indumentaria y Textil, diseñadores de Moda y Gestión de Estéticas de Consumo. Nos han consultado diseñadores de Imagen, Sonido y Multimedia. También, hay algunos profesionales que se desempeñan en áreas de marketing, en donde está la posibilidad que ofrece la maestría respecto a pensar cuáles van a ser estos consumidores del futuro. La idea es brindar una metodología para comprender el análisis de tendencias, que es propio del sistema de la moda, pero que sea aplicable a cualquier industria y no solamente a la industria del vestir.
-Puede abrirse un diálogo entre el diseño y las formaciones de grado que tengan los alumnos.
-Justamente la maestría está abordada desde estas tres dimensiones que son: el transdiseño, la gestión cultural y el trend forecasting. Esta idea de transdiseño tiene que ver con que nosotros ponemos el énfasis en el diseño como pensamiento estratégico. A esta metodología proyectual propia del ámbito del diseño la utilizamos para poder diseñar en forma estratégica distintas acciones: ya sea un desarrollo de producto, una comunicación, una campaña publicitaria. Se trata de conocimientos propios del ámbito del diseño que para otras formaciones resultan muy interesantes.
-¿Se entrelaza con lo tecnológico?
-En la propuesta que tenemos incorporamos esta idea de innovación desde la moda y el diseño, haciendo hincapié en las tendencias estéticas de consumo, porque el objeto de estudio que consagra lo nuevo es a partir de eso. Entonces, la idea es que más allá de la tecnología, hoy, existen también otros entrecruzamientos que hacen a la innovación y qué es lo nuevo. Por ejemplo: si pensamos en la interrelación que hay entre ciencia, naturaleza y tecnología. Ahí también podemos ampliar la mirada hacia la posibilidad de, a través de ese análisis que es la metodología del análisis de tendencias, poder determinar nuevos escenarios futuros y pensar cuáles van a ser esos consumidores, cuáles van a ser esas necesidades y demandas que van a tener los nuevos tipos de consumidores y, por ende, proyectar nuevos tipos de producto y nuevas estéticas y manifestaciones comunicacionales.
-En 2024, ¿cómo encaran el concepto de innovación?
-Desde ese espacio que, en la moda, nos brinda el análisis de las tendencias estéticas. Y también nos gusta mucho entender, o hacer esta relación, cuando hablamos de que la moda es una configuración de sentido. Por lo tanto, a través de las visibilidades, se construyen narrativas, enunciados, y esta capacidad de innovar también surge de una forma diferenciada de pensamiento. Es decir, es una nueva manera de mirar o de encontrar nuevas descripciones o nuevas combinaciones entre distintos puntos de vista. Pensamos en la innovación con sentido, -así como hablamos de que la moda es una configuración de sentido-, más allá de cambiar, por ejemplo, algún atributo en el desarrollo de producto.
-¿Cómo se forma un buen curador en moda, diseño e innovación?
-En el plan de estudios, hay una formación en todo lo que tiene que ver con el análisis del discurso y la antropología de la moda, la historia polifónica del diseño, la teoría cultural, con adquirir esta noción de la metodología de investigación en tendencias y estéticas de consumo. Y, también, hay que saber abordar ese análisis del lenguaje audiovisual y de los medios, y considerar esto que llamamos el vínculo entre el transdiseño y la innovación. Hay una materia muy interesante que se llama Experiencias narrativas para la moda y el diseño, donde realizamos prácticas de exhibición e innovación. Otra materia es Diseño, arte, moda y pensamiento latinoamericano. A través de la maestría, también tratamos de abordar esta necesidad de construir, dentro de lo que es la contemporaneidad, una idea sobre ese diseño latinoamericano y también de diseño argentino. Tratar de pensarlo a futuro. Ya que los países desarrollados están interesados en todo lo que es el arte y el desarrollo del sistema en los países latinoamericanos. Este año lo vemos, por ejemplo, en la exhibición del MOMA sobre diseño latinoamericano.
-¿Cómo son las clases?
-Tratamos de que haya un mix entre práctico, teórico y de campo. Cada materia tiene modalidades diferentes pero, generalmente, tenemos materias de índole teórico -en donde siempre propiciamos el trabajo de reflexión, de argumentación y puesta en común en clase-, y otras como las de historia, que sí tienen la posibilidad, por ejemplo, de visitar un museo para ver determinadas muestras y entrar en contacto con los curadores, entender la puesta y el montaje de la exhibición. O hemos invitado artistas que cuenten ese proceso creativo y el vínculo de gestión para que una exposición se pueda llevar a cabo. También vamos a la Fundación IDA para ver piezas específicas de un período particular, o traemos invitados que sean especialistas en algún tema para poder bajar ese expertise, o recomendamos qué tipo de muestras ver. Las distintas formas que tenemos de educar nuestra mirada son: asistiendo, viendo, leyendo o estando muy al día, también, con lo que sucede a nivel internacional. Tenemos un ejercicio muy lindo que es el de “último momento” para verificar de una semana a la otra cuáles son las novedades en cualquier ámbito. Porque nosotros trabajamos con todos los ámbitos para estar a la pesca de lo diferente, lo singular, y detectar esa semilla con potencial de transformarse en una visibilidad. Y, quizás, si nos llamó la atención, tomamos nota y por ahí más adelante vuelve a repetirse y, así, cuántos más signos aparezcan de la misma temática probablemente se vaya a tornar en tendencia.
-Respecto a los caminos laborales, ¿cuáles podrían abrirse?
-La formación permite que el egresado vaya encontrando distintos espacios. El futuro maestrando podrá manejar desde una mirada contemporánea marcos interpretativos y categorías conceptuales para el análisis de tendencias y la evolución de la producción del diseño y las estéticas de consumo; elaborar propuestas estéticas comunicacionales o de visual merchandising para la exhibición de objetos, prendas, proyectos de diseño; desarrollar textos críticos o piezas de difusión especializadas en diseño desde una perspectiva intertextual y polifónica; configurar planes para la organización de equipos de curaduría. Parte de la metodología del análisis de tendencias estéticas le permitirá desarrollar nuevas narrativas visuales performáticas que estén vinculadas a experiencias de consumo y exhibición; descubrir nuevos consumidores o determinar a partir del diseño de escenarios futuros nuevos hábitos de consumo y, por ende, nuevos nichos de mercado para desarrollar distintos tipos de productos. Adelantarse para saber qué tipo de productos nuevos esos consumidores van a demandar y, por lo tanto, la anticipación y la pronosticación son las palabras clave en lo que tiene que ver con tendencias. Anticiparse, hoy, es un diferencial muy significativo. La formación va a permitir que cada uno pueda amoldar los conocimientos al background que cuente con antelación.
-Muta la idea de curador...
-Ahí encontramos la necesidad de reincorporar y resignificar su rol. ¿Por qué? Porque ese nombre deviene del ámbito artístico, pero frente a un universo que exige anclaje teórico para poder comprender este objeto, que es inevitablemente polifónico, ya no queda solamente anclado el rol del curador al concepto de pintura, escultura o grabado. El año pasado se hizo en el MALBA la muestra “Del cielo a casa” y fue la segunda muestra más visitada dentro del museo después de “Obsesión infinita” (Yayoi Kusama, 2013). Entonces, está también esa necesidad en los distintos espectadores de querer conocer respecto del diseño argentino y estamos entrando, seguramente, en un período en el que va a estar la necesidad de generar archivos: archivos de diseño, archivos dentro de las mismas empresas. Y debe existir alguien capaz de generar ese hilo conductor: que hile, que vaya hilvanando, costurando. Para los futuros maestrandos habrá grandes propuestas profesionales.
-¿Por qué en UADE?
-Porque es el único programa formativo de la región que aborda la moda desde esta perspectiva polifónica como fenómeno de la contemporaneidad. Porque tenemos un abordaje estratégico y disciplinar de lo que es el transdiseño. También por la dimensión internacional que tenemos a través de las materias optativas: los alumnos pueden cursar algunas materias en universidades del exterior (Universidad de Bolonia y POLI.design). También tenemos acceso a los informes de WGSN y la disponibilidad de realizar experiencias de aprendizaje en UADE Art, nuestro espacio en la sede de Monserrat. Esta maestría también cuenta con la acreditación de CONEAU (título con validez internacional). Y otro diferencial es el cuerpo docente: todos expertos, personalidades destacadas en las distintas áreas disciplinares (diseño, moda, tendencias, tecnología, cultura, comunicación, innovación). El hecho de que los profesores tengan no solamente antecedentes académicos, sino también profesionales, aporta conocimientos muy enriquecedores para los alumnos.
Duración: 2 años. Frecuencia: dos veces por semana, de 18:15 a 22:15. Sede: UADE Business School; Libertad 1340, Recoleta. La próxima reunión informativa y virtual es el lunes 29 de julio a las 18:30. Inscripción: https://forms.gle/QgSYis7HG5igKW8x8 Contacto: [email protected]
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ontologiadelamoda · 11 months ago
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Alquimia sostenible y sin género
Más allá de las convenciones
Explorador de tierras y aromas, Thierry Wasser, perfumista de Guerlain, presentó una nueva colección de fragancias. Historia y presente vanguardistas de la icónica maison.
Si de objetivos de desarrollo sostenible se trata, probablemente estén en los planes estratégicos y acciones de distintas compañías. Pero es cierto, también, que esta masa crítica se contrae al contar los años efectivos implementándolos, incluso antes de que existieran como tales. No es el caso de Guerlain. La casa francesa lleva en su ADN el savoir-faire sustentable, de generación en generación, con fórmulas naturales y envases cada vez más sostenibles. Dos aristas clave de su cadena de suministro. En esta línea, la maison obtuvo la certificación de abastecimiento responsable UEBT (Union for Ethical Bio Trade) sobre la trazabilidad de todos sus productos. Esto es: un triple check de buenas prácticas en el respeto a la biodiversidad, la protección de los derechos de los trabajadores y el apoyo a las comunidades locales aledañas a las zonas de donde obtiene sus materias primas. Post reinvención de su línea insignia Aqua Allegoria, en la legendaria maison de perfumes un nuevo año resulta prometedor para este sendero de mejora continua que alcanza los dos siglos de trayectoria. En palabras de su maestro perfumista, Thierry Wasser: “Estas fragancias de Aqua Allegoria ahora tienen hasta un 95% de ingredientes naturales, están hechas con alcohol orgánico de remolacha francesa, los frascos cuentan con vidrio reciclado y son rellenables hasta el infinito”. Wasser, herbolario nacido en Suiza, creció rodeado de la naturaleza y no concluyó sus estudios escolares por perderse en los preciosos jardines que lo rodeaban en Ginebra: “Mi madre estaba muy molesta. Dejé de ir a la escuela a los 15 años para ser aprendiz herbolario. A los 20 años, oí hablar de la escuela de perfumería Givaudan, me inscribí y ya llevo más de cuarenta años en este oficio”. En 2008 fue nombrado quinto perfumista de la historia de Guerlain. Desde entonces, su objetivo es aportar al planeta para que sea “un lugar más bello y ecológico”, sintetiza. Como buen conocedor de la historia, es sabido que a Thierry Wasser le gusta hablar de la fragancia sin género Jicky, lanzada por la marca en 1889, para posicionar otro de los valores de la casa francesa: “Jicky es un perfume que no tiene género y fue creado por Guerlain a finales del siglo XIX. ¿Quién decidió que las rosas son para las mujeres y el sándalo para los hombres? Eso es una convención que viene de Europa y dice que las maderas son para los chicos y las flores para las chicas. En otra parte del mundo, esta teoría ya no funciona. En Medio Oriente, la gente argumentaría que las rosas son muy masculinas. Entonces, ¿por qué las fragancias tienen género? Es un misterio para mí. Con la colección Aqua Allegoria sucede lo mismo: es para personas, quienquiera que la disfrute y se sienta bien con ella. Cada uno debe decidir qué fragancia lo identifica sin tener en cuenta cuál debería ser la correcta para su género".
Sobre Jicky, suele decirse que es el primer perfume moderno de todos los tiempos y así se lo describe en el sitio web de la firma. Recibe su nombre en homenaje a la mujer de la que Aimé Guerlain -segundo perfumista de la maison e hijo de su fundador- se enamoró mientras estudiaba en Inglaterra. Una historia que fue amor y mucho más.
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ontologiadelamoda · 2 years ago
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Dress No. 13 (1998), McQueen
Un vestido en tiempo real
Hace 25 años, el vestido No. 13 del diseñador británico Alexander McQueen fue pintado por dos robots en pleno desfile. Hoy está expuesto en The Metropolitan Museum of Art (Nueva York).
En palabras de...
Andrew Bolton (curador del MET): "Fue uno de los momentos más memorables de los desfiles de McQueen, dos robots pintaron con spray un vestido que llevaba la modelo Shalom Harlow".
Shalom Harlow: "Tan pronto como me puse pie, la plataforma circular comenzó una rotación lenta y constante. Dos robots mecánicos adquirieron conciencia y reconocieron que había otra presencia entre ellos: yo".
"En algún momento, la curiosidad cambió y se volvió un poco más frenética. Y mi relación con ellos cambió, porque comencé a perder el control y lo tomaron ellos. Comenzaron a rociar, pintar y crear este diseño futurista en este vestido tan simple. De alguna manera, se convirtió en una experiencia sexual agresiva".
"Alexander McQueen y yo no tuvimos ninguna conversación directamente relacionada con esta pieza ni con la creación del espectáculo. Me gusta pensar que quería interferir lo menos posible y permitirme, así, tener la experiencia más genuina y espontánea posible".
Materiales: muselina de algodón blanco, pintada con spray negro y amarillo, y enagua de tul sintético blanco. 
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ontologiadelamoda · 2 years ago
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Pasarelas
La moda, ese espíritu de una época
Chanel. Colección Primavera-Verano 2022; Grand Palais Éphémère, París. 
Inspirada en la década de 1920, sobre la pasarela de Virginie Viard, directora creativa de la maison, se vieron plumas y flecos, entre otros materiales, para esta temporada estival. Dos elementos con clara reminiscencia al estilo y espíritu de las flappers. Aquellas mujeres de los años ‘20, de pelo corto simétrico y vistoso maquillaje, que se manifestaron a través de nuevos códigos estéticos en momentos de posguerra, cuando la moda simbolizó la conquista de nuevas libertades (faldas cortas, vestidos sin corsé, flecos y plumas para ir a bailar). 
“De esa época, me inspiraron el lado femenino de los constructivistas: la chica interior”, dijo Viard. El eco de ese período también se siente en 2022, cien años después, con nuevas demandas femeninas, y un vestido holgado, suelto, que no comprime ni moldea al cuerpo, en sintonía con la creación de nuevos modelos andróginos y el uso de prendas genderless. 
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“Tengo ante mis ojos una serie de grabados de moda (...). Dichas prendas poseen un doble encanto, tanto artístico como histórico. Pero, sobre todas las cosas, encuentro en ellas, o al menos en la mayoría de ellas, los valores morales y estéticos de su época”. - Charles Baudelaire, “El pintor de la vida moderna” (1968).
“La moda funciona para establecer, paradójicamente, tanto la identidad individual como la relación de un individuo con un grupo determinado”. - Pierre Bourdieu, “La distinción” (1984). 
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ontologiadelamoda · 2 years ago
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Aniversario de un clásico
150 años del primer jeans de la historia
 Los pantalones Levi’s 501, un siglo y medio después. Cinco datos de la icónica prenda a través del tiempo.
1). En 1999, para despedir el milenio, la revista TIME los bautizó ícono de moda más relevante del siglo XX: “Aunque los precursores obtuvieron sus remaches de cobre patentados en 1873, los 501 pertenecen directamente al siglo XX. Usados ​​por todos, desde presidentes hasta estrellas de rock, pueden ser elegantes o informales, trabajadores o sexys”.
2). Andy Warhol popularizó el binomio de estilo jeans y blazer vistiendo los 501 por primera vez en la historia con una chaqueta de traje.  
3). En 1954, veinte años después de la aparición del 501 femenino, Marilyn Monroe fue la primera mujer en usarlos de manera masiva para el film Río sin retorno. También los vistió en su última película, Los Inadaptados. Así, en plena década del ‘50, Hollywood ya los había convertido en un ítem glamoroso. 
4). La pestaña roja, esa famosa etiqueta en la parte posterior del 501, se agregó a modo de alerta en la década de 1930 para distinguir a los jeans Levi's de sus imitaciones. Es uno de los sellos de estilo del pantalón, junto a la bragueta con botones, los remaches de cobre, el distintivo “Arcuate” (las puntadas en forma de arco sobre los bolsillos traseros) y la etiqueta de cuero cosida en la cintura (que fue creada en 1886) con el isologo de dos caballos que tironean de un pantalón.
5). Originalmente, se hicieron para los mineros del oeste norteamericano. Los hombres que trabajaban en las minas volvían con roturas y reclamaban un uniforme más resistente. Fue entonces cuando, en San Francisco, año 1873, un comerciante llamado Levi Strauss pensó que sería útil emplear la tela que usaba para fabricar tiendas de campaña en la confección de pantalones para estos trabajadores, quienes comenzaron a llamar aquellas prendas “los pantalones de Levi”. 
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ontologiadelamoda · 3 years ago
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Patrick Demarchelier (1943 - 2022). 
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ontologiadelamoda · 3 years ago
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Tendencia
La revancha del color pospandemia
La moda y su rol como barómetro social y cultural. Algunas reflexiones. 
De acuerdo con la psicología del color, después de una época de crisis es necesario pasar de la oscuridad a la luz. Esta idea es el vector que atraviesa, entre otras, a la Primavera/Verano 2022 de Stella McCartney (foto). 
“Cuando la sociedad suele atravesar momentos muy traumáticos como pueden ser guerras, recesiones económicas, o como es el caso de esta pandemia, hay un mecanismo sociológico que intenta compensar esos hechos”, sostiene Laura Zambrini, profesora titular de Sociología en la carrera Diseño de Indumentaria y Textil (UBA). 
“Para la indumentaria es clave volver a la vida. Y así, se plantea un retorno a una indumentaria con luz, sensualidad, vida y color”, en palabras de Sil Almada, directora del Laboratorio de Tendencias “Almatrends”. 
“Venimos de un invierno con colores neutros y necesitamos volver a sentir energía, entonces, nos vamos acercando a otros colores. A priori, se piensa que se usa tal o cual color por una decisión arbitraria, de un grupo empresarial o del sector de la industria de la moda. En realidad, lo que hay detrás es mucho más complejo, son los cambios sociológicos que posibilitan y se expresan en la elección de los colores. La sociedad, en determinado momento histórico, se identifica, acepta y apropia de alguna paleta”, dice la especialista en colorimetría, Sandra Artusa-Bucchi.
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ontologiadelamoda · 4 years ago
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Entrevista a Milagros Pereda
Una promesa de la moda sostenible
Fue la ganadora del concurso “Yo, joven creador de moda” y presentó su premiada colección en el marco de Argentina Fashion Week, oportunidad que le dio visibilidad a su trabajo excepcional: diseños únicos, artesanales y amigables con el medio ambiente.
Milagros Pereda tiene 23 años y está por terminar Diseño de Indumentaria en la UBA. A los 12, le regalaron su primera máquina de coser y así comenzó a hacerse ropa. Más tarde, durante sus últimos años de colegio, estudió corte y confección e hizo cursos de diseño de zapatos, entre otros. “Siempre quise trabajar de esto, fue una decisión bastante obvia para mí. Probé un año de Arquitectura pero finalmente me decidí por indumentaria , lo que siempre quise hacer ”, cuenta.
Además de la moda, la apasionan dibujar y pintar . “Combiné esos dos mundos que siempre me gustaron. Entonces, en lugar de hacerlo sobre un papel, empecé a hacerlo sobre una tela. Todo lo que estampo, lo estampo a mano ”, dice desde su showroom y taller, sobre el histórico pasaje Bollini.
Sus materiales son nobles con el planeta. Hizo producciones con bioplásticos de cáscara de naranja y desechos de café. Usa fibras naturales , “que no significa que sean ecológicas”, aclara, “pero sí que su sistema productivo es más amable con el medio ambiente y el día de mañana se descompone mucho más fácil que una sintética”. También elige la industria local pensando en la huella de carbono. Como el algodón de Chaco, el fieltro hecho a mano, las telas de tapicería argentinas. Ella es parte de una generación en la que aparecen nuevos paradigmas y se espera un volantazo en cuestiones de sustentabilidad dentro de la moda, la segunda industria más contaminante del mundo.
 -¿Cómo fue la experiencia de ganar el concurso?
-Fue una experiencia increíble. El premio fue tener mi propio desfile en Argentina Fashion Week y me dieron total libertad sobre el tema establecido para la colección que diseñé, que fue diversidad de género. Yo venía con pautas, moldes, algunas estructuras de la facultad, y acá pude realmente hacer lo que quería y, al mismo tiempo, lograr que no sea comercial. Cuando arranqué en la moda, empecé haciendo prendas de playa, como camisas largas o túnicas, que eran más comerciales porque ése era el punto. Y el concurso, en cambio, fue una chance de jugar al cien por ciento. Después, tuve la suerte de ganar, y estuvo buenísimo porque logré hacer todo esto que no hubiera hecho de otra forma. Una colección tan grande y tan poco comercial, que además uno quiere que se luzca y que llame la atención en la pasarela.
 -¿Cómo es tu sistema de producción?
-En este momento, estoy siguiendo la línea que me enseñaron en la Facultad: buscar un concepto y hacer todo un desarrollo de varias etapas, un proceso muy manual. No es que agarro una hoja y me pongo a dibujar. Armo un mood board, un pequeño universo, y desde ahí voy saliendo. Pero, personalmente, más allá de seguir ese proceso, a mí me gusta mucho trabajar sobre el textil. Entonces, primero intervengo los textiles que tengo, los pinto, los pliego y, después de eso, paso al cuerpo. Lo hago y después termino de cerrar la idea, porque necesito ir viendo lo que voy haciendo, qué tanto funciona sobre el cuerpo. Es un proceso artesanal y manual: cada prenda que hago, la hago, corto e intervengo con mis propias manos. No hay prenda que yo no toqué. Nunca podría comprar un estampado y ponerlo en una prenda que sea mía porque sentiría que no es mía. 
-Tiene un valor muy agregado lo artesanal.
-Si. Me pasó, por ejemplo, que hice una pasantía en una conocida marca de zapatos, que fue increíble pero también fue una bajada a tierra total, donde vi que la mayoría de las cosas se hacían a través de una computadora, con dibujo técnico, e investigando tendencias de afuera. Y yo pensaba: “no quiero trabajar detrás de una computadora para toda la vida”. De a poco, fui encontrando un intermedio y armando mi propio sistema de producción. Sé que habrá desafíos o tal vez tenga que pensar, en algún momento, sistematizarlo.
-¿Cómo te llevás con la idea “comercial versus artística”?
-Tengo una línea más comercial dentro de lo que hago, y eso lo sigo trabajando, son esas prendas que sostienen la simpleza. Y si bien mucho de lo que hago puede ser más experimental, la verdad es que no sale de la moldería tradicional. Entonces, por más que esté adornado, o si separás las prendas de lo que fue el desfile, en realidad no deja de ser la forma de un chaleco, una campera, o una camisa.
-¿Qué valor tienen tus diseños?
-Creo que el valor que va adquiriendo lo mío es pensarlo como una prenda distinta. Por ahí, no te vas a vestir entera de mi marca, pero sí vas a tener una prenda especial. Yo no proveo toda la ropa que vayas a usar, pero sí una prenda linda, de calidad, de un material único, hecha a mano, cien por ciento artesanal, que vale la pena tener, y que además te va a durar.
-¿Cómo es la paleta y qué tipologías trabajás?
-Arranqué con una paleta muy acotada porque así me visto yo y nunca podría diseñar algo que yo no me pondría. Esa decisión, por un lado te limita, pero por otro lado te hace profundizar: uso una paleta neutral y básica, pero ya no es blanco y negro, es blanco, crudo, manteca y gris, gris topo, negro y entro en los matices . Y me fui a un visón, dorado o celeste. Las tipologías son simples: camisa, pantalón, campera o tapado, y algún vestido. Después, las intervengo y busco, por ejemplo, que sea un pantalón que tenga un tiro unisex, una camisa que tenga los hombros bastantes amplios, y entre en un rubro oversize y relajado. 
-Siendo la nieta de Nicolás García Uriburu, ¿sentís que heredaste esa veta artística?
-Nunca me podría considerar una artista como mi abuelo. Pero sí veo que me han inculcado un juego creativo o quehacer con las manos desde muy chica. Por ejemplo: cuando era chica hacía collares y los vendía en la playa. Pintar y dibujar fueron siempre parte de mi vida. Hay familias que tienen el deporte. Bueno, en mi familia fue siempre 'jugar con las manos', como le digo yo. Mi mamá es arquitecta, mi otra hermana también es arquitecta, mis dos hermanas pintan. A todas nos interesa un poco el lado creativo.
-¿A qué diseñadores admirás?
-Soy fan número uno de Martín Churba y Jessica Trosman. Y lo que fue la dupla Trosman-Churba. Recuerdo entrar en su local y quedar impactada. Tuve la oportunidad de trabajar con Martín (Churba) haciendo una pasantía para uno de sus desfiles. Lo vi trabajar y vi todo lo que yo quería hacer: él ahí, estampando la tela y poniéndosela a una modelo que tenía en frente y que salía a la pasarela. Súper artesanal y humana la manera de trabajar. Alguien que expresaba su todo en lo que hacía, y en su momento pensé: “esto existe, se puede hacer”. Me apasionó.
Por Victoria Cerruti
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ontologiadelamoda · 4 years ago
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La ambigüedad como valor es inquietante porque impide poder etiquetar a las personas
Susana Saulquin (Política de las apariencias: nueva significación del vestir en el contexto contemporáneo; 2014)
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ontologiadelamoda · 4 years ago
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Comunicación fashionista a través de los años
La muñeca Pandora, el primer medio 
Historia de la moda y su manifestación. Fueron los primeros canales de las prendas que hacían los sastres y costureras en Europa.
A comienzos del siglo XVII , antes de la aparición de las modelos y revistas de moda, tal como señala Kate Nelson Best en su libro  "El estilo entre líneas: una historia del periodismo de moda" , los primeros vehículos de los medios de comunicación vestimentaria fueron las muñecas que los negocios de la rue Saint-Honoré parisina enviaban a las cortes de Europa para promover las ventas del gremio de los sastres y las costureras .
Llamadas  Pandoras , se usaban como maniquíes para mostrar los modos de vestir y la última moda. Después, la clienta decidía qué estilo quería y de qué material. Esto sucedía, así mismo, con sus accesorios y ropa interior. Las muñecas ayudaron a expandir, además de la vestimenta, la cultura francesa cuando el epicentro de la moda femenina en Europa era París, donde la prensa de moda se desarrolló años más tarde .
Estas muñecas eran tan importantes para el comercio de la moda francés que, en tiempos de guerra, en el trayecto hasta manos de sus clientas, estaban acompañadas por una escolta armada del ejército. De hecho, se mantuvieron en circulación hasta comienzos del siglo XIX, cuando fueron prohibidas por Napoleón , a quien le preocupaba que podrían ser usadas para ocultar mensajes de espías. 
[Imágenes: Colección Victoria & Albert Museum, Londres. Pandora original. Año: 1835. Artista: desconocido. Materiales: cera, cabello humano, seda, lino, vidrio y percal].
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ontologiadelamoda · 5 years ago
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Entrevista a Belén Amigo
Universo amigo
A 10 años de lanzar su marca de ropa homónima, Belén Amigo presentó la colección “X” en Bafweek, donde además de celebrar su décimo aniversario mostró una nueva propuesta de moda sin género. Prendas sin tiempo, relajadas y para todos.
En su local de Talcahuano 1287, al que la diseñadora chaqueña bautizó “Universo Amigo”, todo es armonioso, con una notable curaduría propia y cuidadosa. Quien lo visite, podrá complementar una prenda con aros, collares, cartera o zapatos de alta calidad y originalidad. Para usar y disfrutar.
-Tu nueva colección se llama X, ¿décimo cumpleaños o moda y lenguaje inclusivo?
- Está enfocada en las dos cosas. La más literal es el diez, pero el subtexto es lo del género, apuntando a la diversidad y los matices. Mi línea Amigo-Enemigo está pensada para que tanto hombres como mujeres puedan usarla desde su morfología y los matices que están en el medio de ese recorrido amigo-enemigo.
-¿Cómo es la paleta?
-Siempre trabajo muchos neutros, con acentos de colores primarios o secundarios. También, hay colores que están en todas las colecciones, como el celeste y el rosa, aunque ahora nos despojamos un poco de este último. Hago una búsqueda textil súper fuerte, entonces, no es que bajo línea sobre ´quiero tener este color´, sino que, cuando encuentro los textiles que me gustan, el color también está relacionado con eso. Mi prioridad es lo textil y nace todo de ahí.
-¿Cómo encaja esa búsqueda en una colección?
-Conseguir buenas telas ya precios que se puedan comercializar no es fácil. Busco mucho, voy a fábricas que están cerrando y que me pueden vender alguna tela que haya quedado, o uso telas que tengo guardadas como tesoritos. Una marca chica, como la mía, no piensa colecciones definitivas, si no que lo nuevo se mezcla con lo de antes. Yo tengo modelos que vengo haciendo hace tres años y quiero seguir haciendo porque funcionan. La colección es una manera de contar el cuento de una manera diferente, pero se trabaja súper lineal.
-¿Por ejemplo?
-La idea es que nuestros clientes tienen prendas que les duren a lo largo del tiempo, que no sean descartables por su calidad y porque van a combinar con lo que se compren después.
-¿Cómo surgió la idea de hacer ropa idéntica para hombres y mujeres?
-Las prendas que ves ahí y que tienen la etiqueta Amigo-Enemigo son las prendas unisex. Pero después, hay prendas que no tienen la etiqueta colgada pero sí esa base unisex. Por ejemplo, hay camisas que para hacer la moldería, salí de una camisa vintage que era de hombre. Otro ejemplo: el primer buzo que hice fue a partir de un buzo básico de mi papá, que me encantaba y lo modifiqué, y lo empecé a vender para mujer. Entonces, se va mezclando por sí mismo todo y así surgió la línea unisex.
-Hacés ropa de esa que seguro cuando la usás te preguntan de dónde es ...
-Es de nicho, tal vez no sea para todo el mundo. Y tiene un poco más de riesgo que la ropa que podrías conseguir en un shopping, por ejemplo. No es algo convencional y todo sale de una silueta que por ahí no estamos acostumbrados a usar. Por ahí, la gente se empieza a copar con la silueta y experimenta un poco más.
-¿Cuesta animarse?
-A veces, existen prejuicios con la ropa, con el propio cuerpo, con lo que van a decir los demás. Yo trato de decir que, si les encanta algo, lo usen. ¿Qué importa lo demás? A veces, cuesta divertirse y jugar un poco con algo como la indumentaria, que la verdad es una pavada, es la ropa que usás, y debería que ser algo que te de goce y placer porque estamos todo el día vestidos... 
Por Victoria Cerruti
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ontologiadelamoda · 5 years ago
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Crop tops. Hoy el escote se lleva a la altura de los abdominales.
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ontologiadelamoda · 5 years ago
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Entrevista a Josefina Laurent
Productora de sueños
Estilista de las mejores campañas, editoriales y grandes desfiles, Josefina Laurent reflexiona sobre cómo se construye una imagen y confiesa que hoy, cuando se hace moda, se piensa (sobre todo) en las redes sociales…
Josefina Laurent es de esas personas que se cruzan y una permanece mirando varios segundos más. Tiene un estilo personal mágico, que la distingue donde sea que esté. Su firma es uno de los nombres más pesados ​​dentro de la moda. Lleva colores silenciosos, sus icónicos anteojos, y una actitud tan fresca como alegre.
Es estilista. Crea los códigos estéticos de las más importantes producciones. Se encarga de seleccionar la ropa que van a usar las modelos. Ayuda a potenciar, o bien a descubrir, qué conceptos hay detrás de una colección. Construye relatos a través de la imagen. “El imaginario es un motor de la moda. Es muy importante esa ficción que se pone en marcha, ese exhibicionismo. Eso genera sueños y deseos ”, dice sonriendo.
Con su propia escuela, Laboratorio Moda, también enseña estilismo a muchos estudiantes de Argentina, y otros países, que llegan a Buenos Aires para aprender. La fundó hace unos años junto a Sol Levinas y Lucía Lamelza. Entre las tres, forman a los futuros estilistas y productores de moda. Dictan periodismo de moda, producción de moda, y producción de desfiles, entre otros cursos y talleres. 
-¿Cómo construir equipos sin alterar la identidad de la marca?
-Hay dos cosas. Una, es el espacio del diseñador y su colección, en el desfile o en la campaña. Es ese espacio, como estilista, ayudás a completar el concepto que pensó el diseñador, oa descubrirlo, si él no es tan consciente. Hay diseñadores que son muy definidos y, entonces, como estilista, lo que hacés es comunicar. Y hay diseñadores que, por ejemplo, están recién empezando y entonces los ayudás en la construcción de la imagen. Por otro lado, está el mundo editorial, donde ponés en juego toda tu creatividad y con más libertad desarrollás un relato en una secuencia fotográfica. Ahí puedo incluir a varios diseñadores pertinentes al concepto que esté trabajando.
-Dice Tom Ford que en un mundo cada vez más inmediato no tiene sentido mostrar una colección meses antes de que esté disponible para el consumidor. ¿El desfile de modas tiende a desaparecer?
-No. Porque el desfile es una estrategia para comunicar una colección en 360 grados. El producto en la pasarela se ve mucho más que en un perchero, que en un E-commerce, que en una campaña. En un desfile, el diseño se ve en movimiento, se ve vivo, con el valor agregado del show que genera inspiración. Aunque el espacio de la pasarela sea ficcional, porque nadie se pone lo que se desfila, no deja de ser inspirador para el que lo ve. Creo que contra eso no se puede competir.
 - Muchos looks de pasarela son impactantes y no ponibles.
-Sí, y uno tal vez termina comprando un pantalón o un saco de esa firma. Pero no deja de ser un show fantástico con el que se sueña. Es como cuando vemos esas casas divinas y decoradas en las revistas y, a lo mejor, te inspira un rincón, cómo está puesto un cuadro, cómo está elegida una planta. Vos tomás algo de eso que te puedas apropiar y que te inspire.
 - Con el alcance de las redes, ¿en qué audiencia pensás cuando hacés moda?
-Hoy, cuando se hace moda, se piensa mayoritariamente en las redes. Como estilista, no pienso tanto en la audiencia, como sí en la identidad de una marca o en la identidad de un medio. En un medio hay bajadas editoriales de conceptos que se manejan. Y en una colección o desfile hay un diseñador que está comunicando. Siempre en moda la idea es trabajar con la ruptura, lo nuevo, lo que no se vio. Las redes sociales tienen una voracidad tan grande, porque todo el tiempo ya fue, ya pasó, ya lo vimos. Entonces, la trasgresión tiene que funcionar siempre en tu cabeza.
 - Leí que hacés zapping con tu propio gusto y que desconfiás de lo que te gustó hace seis meses…
-Totalmente. Porque lo que fue tiende a no gustarte rápidamente. Hay que estar con la mirada muy permeable para no quedarte en tu zona de confort y no anclar tu mirada en una determinada combinatoria, estilo, paleta. Por eso, es un trabajo muy difícil.
 -¿Qué es el estilo?
-Es intangible. No es moda. Es difícil definirlo, porque es la buena selección que hace una persona de las tendencias y logra capitalizarlas, y transformarlas, en un sello personal. Y, a su vez, está un poco lejos del vaivén de las tendencias. Es algo que permanece. Muchas mujeres tienen estilo aunque pasen las tendencias.
-Usás pocos colores. ¿Cómo es tu guardarropas?
-Básico. Uso mucho negro y, en verano, colores claros: nude, blanco. No por gusto, sino por comodidad. A la hora de vestirme a la mañana, si tengo que estar a las 8:30 horas en una reunión, quiero abrirlo y no tener que pensar demasiado. Esos básicos, al mismo tiempo, tienen que estar aggiornados , es decir, sumar zapatillas al look urbano, que el pantalón sea con cintura alta, etcétera. 
 -¿Cómo era ser estilista hace unos años atrás?
-Era difícil explicarle a alguien en qué consistía nuestro trabajo. Nos preguntaban si hacíamos las fotos, si confeccionábamos la ropa, si salíamos en la foto, si maquillábamos. En cambio, ahora todos dicen “vino fulano, está re-producido”. Es decir, entienden el trabajo de una estilista sobre la imagen de alguien o el trabajo de una estilista en un trabajo editorial de seis imágenes. Es una profesión que tiene mucho más reconocimiento y, por eso, los Premios Martín Fierro de la Moda fueron importantes para mí.
 -A veces, nos quedamos en la vidriera.
-Vestirse y moda tienen multiplicidad de significaciones a nivel individual y social. Las tendencias reflejan comportamientos sociales. Por eso, creo que las profesiones de la moda no deben frivolizarse, sino tener una mirada más amplia de la moda, darle valor a la imagen, y no quedarse en la vidriera.
-Un buen equipo básico para invertir y amortizar en el tiempo sería ...
-Un pantalón negro sastrero, de cintura alta, y amplio. O puede ser un jean negro también. Un blazer oversize, ya no tan pegado al cuerpo. Y tres o cuatro camisetas.
Por Victoria Cerruti
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ontologiadelamoda · 5 years ago
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Moda sostenible
África excepcional
Creatividad y producción artesanal de alta calidad. La marca Lemlem, de Liya Kebede -la modelo etíope que deslumbró a Anna Wintour-, tiene un alto impacto social.
“Al margen de su fabulosa belleza, es una mujer con sustancia, lo que la convierte no en un modelo, sino en un modelo de comportamiento”. Con estas palabras, describió Anna Wintour a Liya Kebede, alma máter de la etiqueta Lemlem .
Liya Kebede comenzó su carrera como modelo cuando se trasladó a Chicago, después de los 18 años, y fue bookeada para desfiles de Ralph Laurent y Gucci. Con un portfolio que reúne campañas de Lanvin, Dolce & Gabbana, Tom Ford, Louis Vuitton y Balenciaga, entre otros; y desfiles en las semanas de la moda de Nueva York, Milán y París; hoy se dedica a su etiqueta de “moda ética” -tal como señala su página oficial-, Lemlem, que significa florecer .
Con Lemlem, Kebede rescata la artesanía típica africana a través del habilidoso trabajo textil de mujeres de muy bajos recursos, de diferentes comunidades de África, que hacen prendas de lo más coloridas y voluminosas, merced a una confección que en algunos casos pueden demorar más de una semana por pieza.
En cada uno de sus cortes, hilados y bordados, que van del binomio blanco y negro a los tonos pastel, se distingue el trabajo manual y la técnica aprendida, o más bien heredada, de sus ancestros. “No sólo quiero que se vea a África como un lugar donde fabricar a bajo costo, sino donde se fabrica una increíble moda de alta gama”, dice la modelo.
Si el core del negocio de la moda hoy debería estar atravesado por la sostenibilidad en la cadena de valor, Lemlem -que se comercializa online- lo desarrolla no sólo con el uso de recursos naturales propios de África para diseñar su ropa; empleos y salarios dignos; elevar la producción y artesanías locales al mercado internacional; sino también con un proyecto con la ONG Amref Health Africa, que acompaña a las futuras mamás con servicios de salud materna y neonatal donde la marca es producida.
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ontologiadelamoda · 6 years ago
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Entrevista a Juliana García Bello
Más allá del sistema de la moda
García Bello, la etiqueta de prendas y joyas contemporáneas hechas de desechos o telas que están en desuso. Expone en museos y se sube a las pasarelas de la moda local e internacional.
Juliana García Bello (30) nació en Río Grande, Tierra del Fuego, donde vivió hasta los 19 años cuando llegó a Buenos Aires para estudiar Diseño de Indumentaria, en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, de la Universidad de Buenos Aires.
Casi a punto de graduarse, orientó su interés al diseño de accesorios y desarrolló su tesis sobre joyería -investigación que quedó seleccionada por el Observatorio de Tendencias INTI para BAFWeek (Buenos Aires Fashion Week) -.
Entre paréntesis, se podrían seguir enumerando otras de sus distinciones. Fue elegida para representar a la Argentina en la muestra International Fashion Showcase, de Londres; ganó dos veces consecutivas el concurso Pasarela BA, en Buenos Aires Fashion Week; y quedó finalista en Fashion Edition BA para Mercedes-Benz Fashion Week; entre algunos reconocimientos.
Con su marca, García Bello, se prepara para la próxima edición de BAFWeek, donde presentará la colección de otoño-invierno 2019 que hizo con su abuela, Dorita Duba. De ella, cuenta, “aprendí que la ropa debe ser reutilizada, reciclada. Cuando era chica, tanto ella como mi mamá hacían mi ropa a partir de prendas usadas ”.
Actual docente de Diseño y Sustentabilidad en UADE, sus diseños están hilvanados por una directriz común que propone, sobre todo, un uso atemporal, de materiales nobles, que recoja el valor de los textiles olvidados o elementos de descarte.
-¿Cómo definís lo que hacés?
-A veces es difícil responder esa pregunta. Pienso que, en los momentos en que soy joyera, me transformo en artista. Y, cuando soy diseñadora, mezclo las dos cosas. Estoy en varias áreas trabajando y no me gusta dividirlas. Trabajo desde el diseño, pensando en el arte.
-¿Y desde la indumentaria?
-Desde la indumentaria, hablo de la conciencia que se tiene sobre la ecología, la sustentabilidad, el uso de materias primas, los recursos no renovables. El cuestionamiento al sistema de la moda respecto a su sistema de producción y respecto a los distintos cuerpos que hay. Desde el día en que inicié mi marca, en 2013, me inquietó eso. Yo mido 1,50cm y me visto con ropa bastante holgada, por momentos masculina. Y me preguntaba eso: qué lugar ocupaba yo en la indumentaria y en la moda argentina.
-¿Cómo son estas materias primas?
-Uso materiales que están en desuso, o que están en uso y alguien los botó. Por ejemplo, en la joyería uso vajilla que ya no se usa más, que está rota, o que alguien la tiró. Elijo materias primas que sean sustentables, que provengan de la naturaleza y que sean compostables, es decir, que se puedan meter debajo de la tierra y regresar a su ciclo natural.
-Los tiempos de la moda a veces corren…
-Yo prefiero ir por otro lugar. ¿Cuánto tiempo se demora en hacer una prenda? Mis prendas tienen una etiqueta que dice cuánto tardé en hacerla desde el momento en que la pensé hasta que la tuve colgada en una percha. Pero ese cuestionamiento, referido al tiempo de producción, obviamente se transforma en una industria que debe vivir de la moda, que debe coserla en un tiempo menor, y que debe abaratar costos.
-Leí que prefís usar elásticos o frunces que eviten el descarte textil, en lugar de cortar la tela.
-Si voy a utilizar un algodón y tengo que hacer un pantalón, que en su circunferencia mide 1,50cm, para no tener desperdicio, lo uso de orillo a orillo. Si trabajo con una prenda pre-existente, que ya se usó, y se desechó, la uso toda para hacer algo nuevo.
-En Instagram, la descripción de algunas de tus fotos son poesías o microrrelatos. ¿Te gusta escribir?
-En realidad, cuando trabajo en mi Instagram lo hago al igual que si lo hiciera en mis bitácoras. El proceso de producción para mí es lo más importante, y tal vez no tanto el objeto terminado. En ese proceso, obviamente que escribo y también saco fotos. Puedo tener reflexiones más poéticas o reflexiones más académicas. Me gusta escribir, sí, y mostrar qué hay detrás…
Por Victoria Cerruti
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ontologiadelamoda · 6 years ago
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All you need is zapatillas… Fue en enero de 2014 cuando Karl Lagerfeld volvió a trazar, una vez más, el pulso fashionista de los años siguientes. Sobre su pasarela, se vieron vestidos y trajes de alta costura acompañados con sesenta y cuatro pares de zapatillas, hechos a mano, merced a un trabajo de aproximadamente treinta horas cada uno. Varias temporadas después, la tendencia continúa pisando fuerte y se replica en casi todas -sino todas- las etiquetas. De hecho, esta primavera 2018 las ventas de zapatillas se incrementaron un 35% más que el año pasado, tal como señala Rati Levesque, Chief Merchant Officer de TheRealReal.com.
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