oniriawave
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oneirataxia
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Diario de sueños con cientos de errores ortográficos a causa del adormecimiento.
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oniriawave · 3 years ago
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— viaje espiritual
Me encontraba caminando por un inmenso desierto de arena blanca. No recuerdo si reconciliandome o evitando encontrarme con una compañera de la universidad.
En algun momento estas dunas de arena se convertían en una manta gigantesca, y rebordeando al pie de una muralla, conforme más rápido intentaba salir de ahí, más me hundía en esa manta pesada pero traslucida, que comenzaba a cubrirme entera hasta quedar atrapada como dentro de una especie de vientre materno.
Asustada, le gritaba a mi hermana para que supiera que estaba atrapada, y ayudandome a salir, me decía que al fin la había encontrado y me llevaba por un camino largo de tierra junto a un sembradío seco donde solo había una flor. Mi hermana arrancaba la flor, misma que salía desde la raíz con un gran bulbo blanco. Pegadas al bulbo habían dos cucarachas de madagascar, una grande y otra más pequeña. No se movían, estaban bien prendidas al tuberculo. Mi hermana me decía que lo mordiera, pero las cucarachas me daban miedo y no lo quería probar. Al final ella se desesperaba y mordía el bulbo sin que le pasara nada y después cortaba el tubérculo con una navaja, rebanando a la mitad a las cucarachas para que no me hicieran nada, y tiraba parte de ellas en una zanja. Me marchaba entristecida y enojada que hubiese matado a esos insectos, sin probar nada.
En mi camino de regreso, volvía a entrar en las dunas, ahí me encontraba con una especie de chamana que me llevaba a la "matriz" de donde me había sacado mi hermana; ahora habían un par de muebles y una puerta, y ella me imprecaba por haber quedado atrapada por empezar a caminar y no esperarla.
— "Como una Tauro, se te mete una idea en la cabeza y empiezas a caminar sin pararte a pensar"
— "Tenía hambre y estaba cansada, solo quería llegar a casa a descansar"— Respondía frustrada, cayendo en cuenta de que efectivamente ese hedonismo también formaba parte del arquetipo de Tauro. Notaba al mismo tiempo ni necesidad de siempre dar una justificación a mis acciones.
La anciana mencionaba un defecto sobre los Sagitarios, en referencia a un desconocido* que también se encontraba ahí, él se reía tomandolo con humor. En eso, un intenso viento abría la puerta con violencia, y el desconocido se apresuraba a quitar a la anciana para que la puerta no la golpeara. Ella por primera vez sonreía y después me miraba. En su mirada comprendía la lección que intentaba darme.
El Sagitario había tomado con humor y cierta inocencia los defectos que otros le señalaban de sí mismo, demostrando la suficiente confianza en él como para tomarselo personal, debido a eso aún después de haber sido "ofendido", no amontonó rencores y no dudó en ayudar a la anciana; siendo yo todo lo contrario: desconfiada, egocentrica, rencorosa.
Aún dandome cuenta, me avergonzaba terriblemente aceptar la responsabilidad de mis sombras.
—¿Por qué gritaste por ayuda?— Me preguntó la chamana.
—Porque me quedé atrapada, no quería que se fueran a buscarme a otra parte.
—Si tuvieras una conexión realmente fuerte con las personas no tendrías que haberles gritado.
—¿Se refiere a las almas gemelas? ¿Quiere decir que cuando las encuentre nos podríamos comunicar telepáticamente?— La idea me emocionaba.
—Inténtalo—. Respondió tajante. Dandome a entender que tal vez ya había conocido a algunas pero ni siquiera me había parado a meditar en nuestra conexión por tener mi atención en solo aquella que no he conocido.
———
*Por algun motivo solo puedo asociarlo a Carlos, un compañero de preparatoria.
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oniriawave · 4 years ago
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— "deditos"
A través de una ventana, una prima me decía que desde ahí podía verse el mar, justo bajo una montaña. Las olas rompían destellando bajon el sol. Estaba con mi pareja viendo aquel paisaje y el me abrazaba, veía su mano fuerte, nudosa y lastimada, los dedos largos pero de en medio eran pequeñísimos como los de un bebé.
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oniriawave · 4 years ago
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— "encontraste la libertad"
Cantaba una canción, la más triste que recuerdo en cuanto a letra se refiere. La entonaba amarga y con las lágrimas desbordandose de mis ojos mientras caminaba por los largos pasillos donde transitaba en dirección contraria a centenares de gente. El piso estaba alfombrado de rojo, parecía un auditorio, y entre la multitud veía a mi padre. La canción era para él y cuando pasaba a mi lado mientras yo subía unas escaleras, cantaba con más rabia y fuerza con la intención de que me oyera.
Llegaba así a lo que era mi habitación, y me situaba en un balcón con vista a una calle estrecha y muchas casas. Las cortinas blancas se movían con el viento y sentía como el viento acartonaba las lágrimas en mis mejillas, sin dejar de cantar. Alguien debajo me miraba con una sonrisa, misma que yo le devolvía. Del otro lado de la calle alguien más me miraba con incredulidad. Un niño pelirojo de cabello muy rizado, salpicado de pecas y con ojos gigantes, uno gris y otro azul. Sabía que de alguna forma se relacionaba con la canción así que le saludaba con la mano, y luego de una larga espera él comenzaba a retorcer las manos intentando hablarme en un lenguaje de señas que yo comprendía como —"Encontraste la libertad"—.
Inmediatamente el escenario cambiaba a unas estrechisimas escaleras de piedra en forma de caracol iluminado apenas por luces rojizas. Unas pocas personas y yo bajábamos mientras, al final del pequeño grupo, volvía a cantar, esta vez una canción sobre una muñeca deprimida y movida por hilos. La música venía de alguna parte y en el último acorde de un piano desafinado y tocado con violencia, todo quedaba en la penumbra seguido de gritos de horror intentando alcanzar la luz al final de la escalera.
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oniriawave · 5 years ago
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— viaje a otra dimensión.
Con mi familia habíamos acompañado a una persona y su ayudante a otro país, pues esta recibiría un premio. Sería solo unos cuantos días y en el último momento no habíamos podido ir a la premiación así que lo pasábamos recorriendo los lugares más cercanos a donde nos quedabamos, todo con normalidad, pero al regreso de nuestros compañeros nos urgían a volver a nuestro país cuanto antes.
Al volver a nuestro hogar, este comenzaba a relatar con notable nerviosismo cómo al llegar al lugar de la premiación, el paisaje se había tornado grisáceo, denso, grasiento, oxidado y solitario como una película de terror industrial muy apartado de lo que era unas horas antes, los carteles del lugar se referían al mismo con un nombre distinto al conocido, recibía el premio de manos del presidente, quien tenía un nombre y aspecto además de desgastado, totalmente diferente al que se hacía mención en las noticias y a juzgar por un periódico que habían encontrado en aquel sitio, se estaba viviendo un contagio masivo de una especie de cáncer por lo que toda la población se encontraba en cuarentena.
Tan pronto habíamos vuelto, él y su compañero se habían hecho pruebas médicas. Su ayudante había dado positivo a una muy extraña mutación de cáncer.
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oniriawave · 5 years ago
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— muerte.
Aunque la primera parte del sueño estaba liderada por pequeños fragmentos de mi yo ideal, existía un aura pesada alrededor de esos exitosos eventos sociales.
Despues de haber estado ayudando de mesera en un restaurante trópical, un hombre venía a buscarme. Me guiaba bajo un árbol donde le esperaría mientras iba por su coche estacionado.
En tanto aguardaba, un estruendo como de disparos y una explosión se escuchaba a la lejanía y a continuación decenas de patrullas con dirección al estacionamiento. Ante la demora del sujeto, volvía a casa asustada a contarle a mi mamá.
Al llegar ella recibía una llamada.
—Se ha ido—. Me decía, y ahí entendía que se trataba de aquel hombre, que había muerto en medio del estruendo. Ella hacía ese gesto de estar a punto de romper en un llanto contenido y me partía el corazón.
—Tu padre se ha ido— Repitió ella con la voz quebrada.
—Padrastro— corregía yo, aunque al parecer era solo su novio o alguien con quien salía.
Me dirigía al baño a llorar, y al verme en el espejo notaba una vara de bamboo atravesada en mi sien. Movía los ojos y estos accionaban con normalidad, sin embargo al intentar remover la vara, uno de mis ojos empezaba a girarse en esa dirección y aunque podía volver a acomodarlo, mi pupila se hacía más grande. Intentaba retirar otros centímetros de la vara, y ahora veía una pequeña hemorragia en mi pupila, y parte de mi visión adquiría un tinte rojizo.
Comenzaba a sentirme muy mareada, confundida y me punzaba la cabeza. Sabía que me había ocasionado un fuerte daño cerebral y que moriría pero no me atrevía a decírselo a mamá, no quería que tuviese que pasar por otra tragedia.
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oniriawave · 5 years ago
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— "Las sirenas existen gracias a los atunes que hacen el agua transparente para que no se traguen los arpones"
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oniriawave · 5 years ago
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— conspiración.
Vivía en un diminuto y viejo departamento que al parecer compartía con un regordete hombre asiático que guardaba un secreto. "K" vivía cerca de aquel olvidado barrio de departamentos maltratados junto a un complejo de mansiones bardeadas con setos altos.
En este complejo vivía Britney Spears, a quien se ligaba el secreto del hombre asiático al que a su vez se veía también comprometidos secretos militares, de gobierno y centros de investigación.
Junto a K, robábamos estos secretos contenidos en formato de 3 pesados rollos de negativos fotográficos gigantes junto a algunos expedientes médicos y recetas de farmacia.
El misterioso hombre al darse cuenta de la falta de sus documentos confidenciales, decidía huir y me buscaba para despedirse en un cercano depósito de chatarra automotriz donde me encontraba en compañía de K guardando desesperadamente los documentos en un oxidado anaquel blanco.
 Fingiendo normalidad, encubría lo que hacíamos con una actitud excesivamente dulce hacía el hombre, a quien le hablaba en inglés (sorprendida de mi buena elocuencia), ofreciéndome a ayudarle a empacar y buscarle el cepillo azul que yo misma le había escondido para atrasarlo. Afuera del departamento veía a K quien había terminado de esconderlo todo, así que decidía abrazar al sujeto para incomodarlo y que se marchara pronto.
Por algún motivo Britney Spears llegaba al departamento y como parte de la trama, K se comportaba exageradamente meloso con ella y la abrazaba sonriendo vengativo hacia mí, provocandome a propósito. Después de esto, Britney y el hombre conversaban hasta llegar el anochecer.
Estaba escondida en un lujoso auto blanco que no era mío y que de hecho estaba aparcado en la que resultaba ser la mansión de Britney pues algunos autos más allá, veía salir una limousina que llevaba a Britney en la parte delantera y a un francotirador en la parte trasera apuntando hacia mí aunque nunca disparaba. 
Al alejarse yo escapaba por la ventanilla y llegaba a mitad de la noche a la aterradora casa de mi niñez, junto a la casa de los abuelos. Intentaba comunicarme con K pero mi madre estaba curiosa por todo y no me dejaba tranquila. Buscaba el baño para tener algo de privacidad y notaba que del inodoro brotaba agua además de no poder cerrar la puerta. En el ultimo momento recibía un vídeo del francotirador, vestido de militar, maquillándose.
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oniriawave · 5 years ago
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— escaleras.
Vivía en un edificio muy alto de departamentos color pastel. A pesar de ser tan alto carecía de elevador y las "escaleras" era un muy poco firme tubo de metal con escalones desorganizados y pegados con cinta al tubo que además de inestable estaba a unos 40 cm separado del complejo teniendo que dar un salto para poder entrar.
En algún punto toda la travesía para llegar al departamento ya nos parecía insostenible a mi familia y a mí por lo que decidíamos mudarnos al primer piso donde los departamentos eran más amplios y descubría que al fondo de mi armario había un ventanal enorme y hermoso que daba a una plaza donde podía reunirme todas las tardes con un grupo de amigos de los alrededores, especialmente verme con K para conversar sentados en el marco de la ventana.
Aquella tarde, durante el ocaso naranja, decidíamos ir a recorrer la plaza, donde encontrábamos en las jardineras los moluscos gasterópodos más extraños, de colores vibrantes como el naranja y el rosado, con apariencia de gajos de toronja y mandarina.
Vivíamos cerca del mar así que a la mañana siguiente salíamos a dar un recorrido por la playa donde nos topábamos con un desfile religioso donde me obligaban a pintar una estatua de Jesús con pintura café y dorada, pero después de los primeros brochazos me daba cuenta de que no estaba en la obligación de hacerlo así que intentaba subir a un cuarto de descanso donde ya estaba mi madre y que nuevamente tenía un complicado mecanismo de escaleras sin estabilidad alejadas de la entrada, obligándome a saltar a una  rampa inclinada donde era difícil mantener el equilibrio por lo que soltaba mi tableta y la veía caer con suerte en una alfombra mullida sobre la arena.
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oniriawave · 6 years ago
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— fragmentos pt.1
(Fragmentos de sueños largo con cientos de vueltas)
Estaba en un lugar parecido a un bosque japonés. Era una peña grande cubierta de musgo y pinos y yo me encontraba debajo, sobre un camino de tierra húmeda, hojas secas y piedras. Ahí en medio de la nada había una hornilla donde yo estaba haciendo tortitas de plátano con coco. Sabía que estaba estudiando, pero al mismo tiempo sentía como melancolía de querer estudiar de nuevo. En eso una chica escalaba la peña y nos gritaba que se iba de pinta como en sus buenos días de escuela a lo que yo, inspirada, corría a decirle a mi mejor amiga que hiciéramos lo mismo para recordar lo que era ser estudiantes rebeldes.
Ella emocionada aceptaba pero entonces recordaba las tortitas en la hornilla así que volvía corriendo a apagarla, olvidando donde estaban y pasándome de largo. Regresaba entonces sin recordar donde estaba la hornilla, viendo a mi grupo de amigas reunirse para irse sin mí. Al fin ubicaba la hornilla y la apagaba, y al llegar con ellas veía que una de mis amigas repartía playeras con estrellas y lunas, una en especial tenía el rostro de una de ellas y decía que era para el chico que a mí me gustaba en secreto porque él había pedido la suya con el rostro de ella en especial. Aquello me entristecía así que desanimada volvía a casa.
En casa mi hermana me recibía con la noticia de que los plantíos perdidos del jardín estaban volviendo a brotar. Al salir veía unos hermosos brotes en una extensión enorme de tierra y un poco más allá la frondosidad de una planta en especial llamaba mi atención. Al acercarme y mirarla de cerca descubría cuatro serpientes enroscadas alrededor de las ramas. Una gris y negro y el resto negro y rojo. Me asustaba mucho la idea de que pudieran hacerle daño a mi conejito.
De pronto el jardín se convertía en un extenso terreno donde a lo lejos se alzaba una casita. Movida por la curiosidad me acercaba y me encontraba con el chico que me gustaba viviendo ahí y practicando una especie de parkour en la pared porque alguien más le había dicho algo que le había enfadado. Al poco rato se marcaba así que entraba a la casa sin puertas.
Dentro me encontraba una caja con más playeras de estrellas, lunas y otros dibujos que volvían a amargarme por que la mía en vez de tener una luna tenía algo distinto que no me gustaba.
Al parecer al final me ponía a remodelar la casa con pintura para quedármela yo, después de todo era mi patio.
. . .
Con un grupo de personas tomábamos la decisión de pelear contra nuestras vidas sin emoción al visitar todas las cafeterías y restaurantes de comida rápida (recuerdo café, helado y alitas con salsa picante) que pudiésemos visitar.
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oniriawave · 6 years ago
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— desastre / frontera.
Había decidido con K que nos casaríamos y estábamos buscando nuestros trajes. Me decidía por una falda negra y un saco rosado pero todos decían que no lucia lo suficientemente elegante para la ocasión, cosa que me estresaba muchisimo a lo que decidía darme un respiro saliendo con mis amigas.
Iba con ellas a un centro comercial con el que creo haber soñado antes. Estaba decorado con unas figuras hermosas de una llama-helado y otras cositas con patas. Teníamos hambre así que entrabamos a una tienda muy preciosa de color pastel donde vendían toda clase de panes y dulces; yo estaba buscando específicamente pan sin gluten pero frustrada de no encontrar, me decantaba por dulce que coco que para mi sorpresa también contenía gluten.
Antes de entrar al supermercado nos encontrabamos con el presentador de televisión de la mayonesa. Este estaba momificado con capas y capas de abrigos, y como si fuésemos grandes amigos nos decía que un abrigo le estaba haciendo "pinza" y que lo ayudáramos a acomodarse, a lo que yo deducía que  tenía literalmente una pinza de ropa todavía en uno de los abrigos. Luego de ayudarle, una de mis amigas nos decía en voz baja que el señor le caía muy mal desde cierto evento.
Ya en el supermercado yo buscaba desesperada la sección saludable de los panes sin gluten, pero todos eran panes enormes y deliciosos y los "saludables" solo tenían espolvoreado amaranto y otras semillitas desabridas. Luego de horas de recorrido sin fin entre panes y otras delicias, me rendía y mis amigas me llevaban a la sección de alfombras y toallas de baño impresas con conejitos y cerditos hermosos.
De ahí subíamos a la azotea del lugar para relajarnos, encontrándome  nuevamente ahí a K. Luego de un rato, dispuestos a bajar, nos cerraban la puerta de salida teniendo que bajar por otra parte que nos llevaba a una insólita frontera con Venezuela.
A lo lejos podía ver a trabajadores acarreando plantas y flores en la espalda y yo pensaba que era una escena maravillosa para retratar en un lienzo pues parecía que las plantas crecían de su espalda como un bulbasaur. Al bajar nos encontrábamos con la triste realidad de que no tenían alimento y camiones de ayuda eran impedidos de pasar así que les daba una planta de verdolaga para que la sembraran en su terreno, quedándome a ayudar a pasar los suministros de los camiones a mano a quienes estaban ahí esperando.
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oniriawave · 7 years ago
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— desesperación.
Estaba con mi madre y hermana. Ellas esperaban a que una señora muy elegante con su hija nos dijera dónde nos veríamos al día siguiente, pero antes de confirmarnos la hora, la señora paraba un uber que iba pasando para preguntarle a que hora podían pasar por ella al día siguiente. Mientras tanto mi mamá paraba un taxi para irnos pues ya era muy de noche, pidiéndole que nos esperara mientras la señora nos confirmaba la hora. El uber se iba y la señora decía que no podía irse, que esperáramos otro poco.
Pasaban dos taxis más sin que ella hiciera caso y comprendiendo la situación yo le susurraba a mi mamá que la señora fijo estaba esperando que pasara otro uber porque obviamente el taxi le parecía demasiado bajo y sucio para su “categoría”. Mi madre en lugar de actuar como yo esperaba, le decía al taxista que si no tenía un forro nuevo para cubrir el asiento del taxi, supongo que esperando que la señora cambiara de opinión y ocupara ese taxi.
 El taxista lo tomaba a broma y por alguna razón empezaba a soplar hacia abajo intentando levantar la falda larga y amplia de mi mamá. Yo me enojaba y le levantaba la voz al taxista diciendole que respetara a mi mamá quien le había pedido las cosas de buena manera. Mientras tanto la señora seguía sin inmutarse por los taxis que circulaban. 
En tanto esperábamos, levantaba la mirada al cielo y veía claramente las constelaciones trazadas con lineas y con su nombre escrito, el color del cielo estaba una mitad en indigo y la otra en violeta divididos perfectamente por en medio. Cuando terminaba de ver todas las constelaciones me desesperaba y le decía a mi mamá que ya nos fueramos y que la señora nos enviara un mensaje, la señora mencionaba que era una buena idea a lo que yo me fastidiaba de que no lo hubiese pensado ella antes.
Parábamos otro taxi y este nos decía que daría la vuelta aunque no había necesidad, y mientras lo hacía a paso de caracol, veía unos perritos lastimados cruzando entre el trafico. Me ponía muy ansiosa y le decía a mi mamá que esperáramos al taxista en la otra cuadra, cuadra que se volvía interminable a medida que la cruzábamos. Nos topábamos con un perrito que tenía un hueso en el hocico y me gruñía al pasar a su lado y por más que yo me alejaba la distancia entre nosotros parecía acortarse. Pensaba que no me atacaría pues significaba soltar el hueso, para mi mala suerte prefería soltarlo y se abalanzaba contra mí gruñendo pero el impacto de sus patas y su lenguaje corporal era como si jugara conmigo aunque gruñía lleno de ira, sin morderme. Finalmente llegábamos a la otra calle, donde el taxista nos encontraba y podíamos volver a casa.
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oniriawave · 8 years ago
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— oruga amarilla.
Me encontraba en mi teléfono escribiendo un boceto sobre una tarea que me habían dejado sobre escribir un sueño en una escuela que había soñado un día, sobre un día en el que había soñado qué estaba en un juego mecánico que me lanzaba a unas vías del tren sobre las cuales corrían fotos de unos participantes de un show coreano de música de supervivencia, y veia nombres y fotos conocidos, buscándolos así en internet.
Cuando veía el nombre de Kihyun quien me recordaba a N, pensaba entonces en escribirle, pero me quedaba dormida y soñaba que estaba en un programa similar pensando en qué quería cantar,  elegía entonces una canción de Beach House mientras pensaba que N había entrado al mismo concurso en su versión masculina y al haber elegido la misma canción cantaríamos a dueto. 
Celebraba echándome a rodar cuesta abajo de una colina, y terminaba cayendo en una calle de mi antiguo pueblo, lo sabía conocido pero muy lejano, iba caminando de manos sobre el pavimento y me picaba la mano con lo que creía era un vidrio, al ver mi herida , alcanzaba a notar en mi reloj que se me hacia tarde para ir a la escuela con la que había soñado un día, y tenía que volver a casa rápido a lavarme la cara por llevar el delineador corrido, además de tomar el autobús con el que soñé un día, entraba entonces en pánico y empezaba a fantasear con que tenia que contárselo a mi madre, y me imaginaba contándoselo con mi vocecilla aniñada pero me interrumpía una discusión de una persona hablando por teléfono con mi madre diciéndole que había pasado por mis resultados médicos y el diagnostico era un tumor en el cerebro que me causaba cierto retraso.
En eso llegaba al lugar donde nací, a la casa de mi abuelo, aún más lejano, y llegaba a cambiarme, y al quitarme la blusa encontraba a mi oruga que creía desaparecida que caía de la blusa que me había quitado, ahí recordaba que había estado jugando con ella antes y no entendía como había sobrevivido a mi rodada de la colina aunque descubría que tenia la parte inferior de su cuerpecito lastimado y ademas había cambiado de color a un amarillo muy intenso, entonces corría a contárselo a mi mamá pero la encontraba hablando con la persona que había estado hablando con ella por teléfono y al verme me hablaba sobre que mis resultados decían que estaba bien, en cambio era N quien tenía un mal genético en la cabeza.
En el shock de la noticia, mi oruga se me caía en la mano y se convertía en un conejo, mi mente se quebraba a lo que empezaba a actuar como una niñita, corriendo, saltando y gritando: "salta oruga conejo, ¡salta!" mientras la perseguía, en el camino encontraba mas orugas color blanco con negro y verdes y otras verdes cargando hojas andando en fila como hormigas, y yo gritaba a todos que vieran las orugas describiendo una por una, mi oruga conejo se metía entre unos alambres de púas y yo intentaba rescatarla pero estaba descalza y me impresionaba atreverme a meterme entre los alambres y no sentir dolor aunque todavía me punzara tanto la herida en la mano, y en eso despertaba en alguno de esos mundo alternos y pensaba en escribir la historia en el teléfono pero me volvía a dormir pensando en que mejor al despertar lo escribiría en un papel y lo reescribiría en el teléfono. 
Despertaba entonces en alguno de esos mundos alternos y recordaba escribir el sueño y temía perderme para siempre y no recordar si soñaba que había despertado en un mundo alterno o si ya había despertado a mi realidad.
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oniriawave · 8 years ago
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— trauma de escuela.
Me encontraba en una escuela cuyos salones de clases recordaban bastante a una iglesia, por la estructura amplia, largas bancas para varias personas en hileras, y un techo elevado con forma de cúpula. 
Una compañera entraba al salón ya tarde y llorando, notaba como todas se acercaban a ella para consolarla y yo sentía celos del cariño y la preocupación que todas las demás mostraban para ella; y aunque también me conmovían sus lágrimas, los celos me impedían unirme al resto. Mientras, aprovechaba a terminar mi tarea incompleta que consistía en un escrito sobre las estrellas.
Al terminar, me formaba en la fila donde se estaban entregando las tareas; la profesora se mostraba estricta y eso me ponía más y más nerviosa conforme mi turno se acercaba. Cuando mi turno llegaba, ella me concedía la sonrisa más dulce dándome más confianza pero destruyéndola al intante cuando, con esa sonrisa cariñosa, me advertía que esperaba no encontrarse con un relato surrealista como lo que solía escribir, al contrario, esperaba algo más objetivo. 
Al volver a mi lugar, se escuchaba una música que provenía de afuera y se acercaban hacía mí algunas compañeras junto a la chica que antes había estado llorando. En ese momento se escuchaba “Take Care” de Beach House y mencionando emocionada lo mucho que esa canción me gustaba, la chica en cuestión decía que por esa canción es que había llegado llorando al salón, a lo que yo no podía evitar menospreciar sus razones para llorar pues me imaginaba que había sufrido la fatidifca muerte de algún familiar. En ese momento sentía una ráfaga de aire cerca de mi mejilla y acto seguido a eso el ardor característico de una cortada. Sin estar segura de lo que había pasado, mis compañeras se quedaban petrificadas mirándome sangrar y pronto comprendía que uno de mis compañeros de salón, un chico obseso y de cabello castaño, me había atacado con una navaja, y nuevamente lo veía abalanzarse contra mí.
La persecución nos llevaba hasta un segundo piso rodeado de cristales, donde el sujeto lograba apuñalarme en la cintura y en su siguiente embestida, estando yo contra el cristal, me hacía a un lado en el último momento mirándolo romper el cristal y caer con toda su peso en medio de el patio.
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oniriawave · 8 years ago
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— cebidae.
Compraba un ramo enorme de flores para hacer un arreglo y al estar seccionando el tipo de flores y hierbas, encontraba una rama con una especie de nueces en las puntas, estaba por arrancar las nueces cuando notaba que una se quebraba y empezaba a moverse algo por dentro. Al mirar de cerca me encontraba con un mono capuchino miniatura que había nacido de la nuez que resultaba ser un huevo. El otro huevo-nuez también se rompía y nacía otro diminuto monito. Me provocaban mucha ternura pero su tamaño y fragilidad me ponían excesivamente nerviosa. Llamaba a mi hermana para que viera a los pequeños primates y ella traía una cámara para fotografiarlos, pero al ser tan pequeños resultaban difíciles de enfocar, así que se acercaba tanto que terminaba lastimandolos con la lente, pues quedaban como una embarrada de betún.
Mi reacción era apartarme de la escena al no soportar ver a un animalito herido, y le gritaba que tuviera cuidado porque los había desfigurado. Ella se enfadaba tanto con mi reclamo que me gritaba de vuelta que no me preocupara porque ya no iban a sufrir. Los tiraba al suelo y terminaba aplastandolos. 
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oniriawave · 8 years ago
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— inundación.
Llegaba a la estación de autobuses bajo una lluvia torrencial, el agua venía de alguna parte como un mar sin fin, iniciando una inundación en la estación. 
Sin posibilidad de ir a mi destino a causa del agua, volvía a casa. Anochecía y la lluvia golpeaba las ventanas, el viento las agitaba y los rayos y truenos estremecían la casa. De pronto un golpeteo constante contra las paredes me obligaba a abrir la ventana de madera encontrándome con el agua creciendo agitada hasta casi un metro alcanzando peligrosamente la altura de la ventana.
Desesperada por escapar, avisaba a mi madre y hermana que se encontraban durmiendo en la habitación, y salía al patio trasero buscando a mi padre donde le encontraba en medio del agua creciente tumbado sobre una mesa llorando y bebiendo alcohol, gritando que no se iría de aquella casa, y si debía morir lo haría en ella. 
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oniriawave · 8 years ago
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— gusanos.
Era de noche, caminaba por las calles oscuras en compañía de mi madre y mi hermana. Escuchábamos unos chillidos entre unos arbustos en un terreno baldío, al parecer buscábamos específicamente el origen de esos sonidos pero otra familia se nos adelantaba al encuentro de su procedencia.
Al llegar encontrábamos una camada de cachorros que me provocaban demasiada ternura, algunos diminutos y con aspecto de conejo. Nos repartíamos los cachorros con la otra familia y aunque me preocupaba que no todos fuesen escogidos, me entristecía que algunos se quedaran ahí a su suerte, no obstante, tampoco quería encariñarme de nuevo con una mascota al recordar lo tortuoso que había sido perder a la última.
La escena cambiaba entonces a una hora del día, en la entrada de una antigua casa. Me encontraba trabajando en las jardineras cuando mi padre llegaba y empezaba a fastidiarme con las mismas preguntas sobre qué haría de mi vida, en ese momento yo abría unas hojas pegadas de una planta y estas se encontraban por dentro llenas de gusanos. Estaba algo asqueada con la imagen y al parecer mi padre malinterpretaba mi expresión hacía los gusanos con un notorio rechazo hacia él porque empezaba a reírse con nerviosismo y me decía que no importaba si me llevaba un poco más de tiempo o algo por el estilo.
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oniriawave · 8 years ago
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— escape.
Aceptaba la invitación de un amigo a su casa aún sabiendo en qué terminaría.  Mi agrado hacía él me movía a subirme a su auto y al llegar al edificio donde se encontraba su apartamento me decía que tenía algo que hacer así que tardaría un poco en abrirme la puerta.
Bajaba del auto y en la humilde casa de al lado veía entrar por la puerta a un chico acompañado de su pequeña hermana, recordaba haberle visto en otros sueños, pensando que el destino era tan poderoso que me había puesto en el lugar y hora exacta para encontrarnos, aunque él apenas y me miraba. 
Subía las escaleras del edificio hasta el apartamento de mi amigo. Llegaba al rellano y entraba a un estrechísimo pasillo de luz rojiza con cuatros puertas, dos a cada lado de la pared, todas abiertas. Al llegar a la última puerta encontraba a un hombre desvistiéndose, a lo que volvía sobre mis pasos sumamente extrañada. El pasillo se había vuelto tan estrecho que me chocaba con la primera puerta abierta que ahora ocupaba casi toda la longitud del pasillo. La cerraba un poco para poder pasar, pero al hacerlo me encontraba abriendo al mismo tiempo la puerta que daba al apartamento de mi amigo, donde le veía sin camisa sentado sobre una cama circular fumando de una hookah, muy al estilo de la oruga de Alice in Wonderland. 
Después de platicar un poco en la cama sobre el exhibicionista de al lado y tras notar los cachorros que sollozaban en su apartamento y que yo imitaba como un tipo de insinuación, le veía al fin acercarse a darme un beso, pero en ese momento notaba que se trataba de otro amigo que no me atraía en lo absoluto. En mi desagrado le empujaba sutilmente al punto de tener de empujarle el rostro por su insistencia. Después de tanto rechazarlo él terminaba con el orgullo herido y me reprochaba que si no quería hacer nada con él entonces simplemente comeríamos. 
El salía de la habitación a la cocina y yo me sentía tan incómoda que encontraba su ausencia como el momento perfecto para huir de la situación. Salía por otra puerta al tejado del edificio de dos pisos y encontraba en una esquina una soga que bajaba hasta el suelo. Cogía valentía para llegar abajo con ayuda de la soga y al llegar a la acera, escuchaba su voz en el segundo piso gritando que ya estaba la comida. Dato extraño es que me llamara por el nombre de Taylor. Para evitar que me viera, me iba a gatas, muy pegada del muro. 
Llegaba a la casa donde había visto antes al chico de mis sueños, ilusionada con poder hablar con él si le encontraba pero la puerta estaba cerrada y sentía al destino romperse dentro mío. Mientras tanto, escuchaba a mi amigo gritar “Taylor” más cerca, cómo si me estuviese llamando desde el tejado, a lo que echaba a correr sin atreverme a mirar atrás.
Lo interpreto como un sueño evidenciando mi trastorno de personalidad evitativo.
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