Text
Hola, ya son dos meses.
Te escribo escuchando esta canción de fondo https://open.spotify.com/track/4MW2HjdMlRBmfkYtykVyFp?si=a77fd522e4a64e20, con algo de pudor, porque hasta las palabras escritas me cuestan.
Esta historia, la nuestra, comienza un 23 de Octubre en Concepción, con un beso a las 4 de la madrugada en la vereda, después de salir de la disco. Cuando lo recuerdo, imagino una película, de esas que crees saber de qué van, pero de un momento a otro cambia el escenario, la realidad de los personajes, con pantallas que se van a negro, pasando de la oscuridad a la luz, provocando un dolorcito de guata e incertidumbre de saber qué pasará.
Intento imaginarte a ti, recordar lo que hablamos, cómo nos miramos y cómo fue que llegamos al beso. Tengo imágenes sueltas. Recuerdo habernos abrazado y que tu cara se cruzó frente a la mía, cerca, muy cerca. Me dijiste ‘’Qué buen beso’’ sorprendido y nos dimos otro. Hablamos de vernos en Santiago, de continuar ‘’eso’’.
Desde esa noche, han pasado 79 días. Si, ¡79! 70 días desde que compartimos una cerveza en el balcón. 59 desde la primera noche que dormimos juntos. 40 días del viaje a la playa y 7 desde que vivimos acá, en la casita. ¡Qué locura, no?!
Pero no todo ha sido perfecto. También hay cuentas negativas que sacar. Días que restan por no mirarte.
Hoy, sentada en el escritorio que dejaste para mi, me pregunto qué te da paz, con la esperanza siempre de escuchar un ‘’estar juntos’’, ‘’Los besos que nos damos’’, las caricias al dormir. Pero reconozco que no estamos bien, que yo no estoy bien. Que en todo este tiempo han sido más veces las que haz dudado e intentado arrancar. Trato de pensar el por qué, de dónde viene, para de alguna manera responder a las preguntas que me haces, ‘’¿Por qué eres así?’’ ‘’¿Qué te pasa?’’ y ayer, en el diálogo nocturno y bajito que tuvimos, siento que la respuesta es que me perdí. Me perdí hace 15 años, y recién hace tres estoy tratando de reconstruirme. Sola, porque así he decidido que sea, sin darle espacio a las personas para que se acerquen por temor a mostrarme realmente como soy. Sensible, con ganas de hacerme bolita cada vez que siento que algo malo pasará. Evitando a toda costa hablar y expresar lo que siento, porque tengo miedo. (El miedo es un monstruo grande que vive dentro de mi cabeza, es oscuro y me visita a diario. Me impide hablar, me desconcentra.) Llevo mucho tiempo luchando contra el y no ha sido fácil.
Pero hace 2 meses te conocí y siento que me visita menos, aun cuando aparece en momentos inesperados. Hace dos meses el miedo vio una luz que se posó como un foco de estadio, de esos grandes, frente a mi. Me iluminaste y con palabras tan tuyas, me dijiste todo lo que quería escuchar. Me hablaste del amor, del fenómeno biológico y la existencia legitima que postula Maturana. Del otro. De ser amorosos y que junto con el respeto son el desde de todo.
No se como explicarlo, pero eres lo mejor que me pasa. No tan solo me gustaste. Porque esto es más allá que tu pelo con rulitos, los ojos que pones cuado realmente siento que me estas mirando o la sonrisa que aparece tímidamente en tu cara. Es más que hacer el amor. Contigo cierro los ojos y te veo, escucho tu voz, el sonido que haces con las palabras. El molinillo de café en la mañana, o la risa que desatas cuando recibes algún mensaje. Como hablas de tu familia. El olor de tu cuerpo.
Recibe esta invitación. Una invitación a pensar, a presenciar esta transformación juntos.
Y aunque no es el momento perfecto. Y quizás sea muy difícil que lleguemos a ponernos de acuerdo, te amo.
17 notes
·
View notes