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[nautyv]

Lléname de música la vida.

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se me acaban mis poemas, se me acaban las letras. Febril y desesperado como en abstinencia. Lo irónico es que no sé a qué soy adicto. Quizá al desdén, quizá a la esperanza. No lo sé, puede ser una canción, o a tus ojos.

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Que complicado es conciliar el sueño después de tantas veces haberlo regalado. Sobre todo en las noches especiales de luna llena. Eso que llega a tu mente, esos recuerdos y visitas espontáneas de lo que pudo haber sido y no fue. Esa melancolía que te hace encararte a la vida. Cara a cara, sin chaleco antibalas.

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Cuando cruzo la vía

Cuando me detengo en la esquina

Vuelvo a la carrera

Sin contemplacion

Sin pensar en el final

Solo en lo que está entre mis manos.

Por la calle pasa gente

Con historias que se borran

Con sueños que se van

Pero yo sigo corriendo

Ante el tiempo hijo de puta que me persigue

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Me puse contento porque las sábanas tenían olor a sol. Otra vez tengo que pedir disculpa para los que dicen que no tengo ambición. Les pido disculpas por aquella vez que casi lloró porque mi perra Lyna estaba en mi casa viva y bien. O esa otra vez que me sentí mejor solamente por poder beber una tasa de café caliente y no tener frío. Pido disculpas por todas esas veces que siento el calor de la comida en mi panza. Me la paso diciendo que soy simple para evitar tanta disculpa. Sencillito, de bajas expectativas, pero igual de sueños grandes… o eso creo.

Retomando; pido disculpas si no me avergüenzo tanto como debería. Es que en mi romanticismo espero que algún día se den cuenta, que cuando se tiene todo esto es lo único que se extraña

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Elaboré una vida en base en la desconfianza al punto de creerme un hombre sin fe, pero no sin esperanza. Como una sorpresa guardada en un abrigo que no uso desde el último invierno.

Creer es apostar y apostar nunca fue mi fuerte. La fuerza es mi única posesión y no apostaría lo único que tengo… Menos cuando las cartas las reparte el viento y de lejos puedo escuchar la tormenta sabiendo que no voy a escapar de la lluvia. Espero lo mejor, pero mientras tanto hay una vida que sucede y no espera.

Una mano es un puño en pausa, una caricia que aguarda, un saludo expectante, es una jaula abierta donde guardo la esperanza que vuelve porque sabe que la alimento siempre, que le voy a dar casa…

Elaboré una vida en base a la desconfianza, lo sabes, pero igual me pides mi esperanza y te la doy porque sabes alimentarla, le das casa. porque tú también sabes oler la tormenta. Y si te doy mi mano sin mirar no espero que no me lastimes, espero que me la devuelvas antes de que empiece a llover. Te doy mi fe a cambio de tener un abrigo el próximo invierno

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Soy un bolígrafo y me quedé sin tinta. La hoja de afeitar sin filo que solo irrita la piel, soy el escenario sin un talento, una bicicleta sin cadena. Soy el paraguas sin la lluvia y la risa que no contagia. Soy el encendedor sin adicto y la cámara sin fotógrafo.

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Ayúdame a dejarte. No creas que no lo intento. Te busco 1 vez por cada mil veces que te extraño.

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No te engañes, no ocupas fuego hablando de nosotros y deja de decirme de una puta vez todo lo que pudimos ser y no somos. No te engañes, mi vida. No me eches de menos si sabes que estoy a tu lado, que yo siempre estoy aquí aunque no me veas, que yo siempre estoy aquí aunque siempre me esté yendo, que yo siempre estoy aquí, porque acabo quedándome y agradezco que existas.

Agradezco que existas aunque aveces duela, agradezco que existas. Porque el amor que no quema no mata y yo quiero morirme contigo.

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Con mi cara de ataúd y mis mariposas viejas. Yo también me hago presente en esta solemne fiesta. Estoy parado, bebiendo mi cerveza y veo a una pareja y me viene a la cabeza lo siguiente <<¿Hay algo, pregunto yo más noble que una botella de vino bien conversado entre dos almas gemelas? >>.

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Días en la ciudad. Guadalajara, 09/ Feb/ 2022

Antes que el cielo se vista de luz, dóciles frágiles cuerpos cargarán su cruz. Niños pecan libre del yugo de su conciencia y en la residencia del arquitecto universal se llena de ausencia. Del grillo al gallo, del gallo al grillo, del blanco rayo, al brillo amarillo. Fundidos en el bosque de cemento y ladrillo, brotan de entre el vulgo hombres de sueños sencillos. ¿Y qué haces tú aquí, famélico roble? Si una más de tus hojas perdieras desconocería tu nombre. Ricos en soledad y tristeza bajo el fulgor de luciérnagas de fuego con caminar de mariposa regresa. Nubes de polvo, playas de asfalto, mares de gente. Oh bulevar de flores ausentes, perdón por describirte con tan imprecisa letanía. Fui devorado por las fauces del tiempo, oh voraginosa armonía!

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Recuerdo un pueblo triste, una noche de frío, y las iluminadas ventanillas de un tren. Y aquel tren que partía se llevaba algo mío, lo juro, lo sentí. Ya no recuerdo cuando, ya no recuerdo a quién, pero si que fue un viaje para toda la vida y que el último gesto, fue un gesto de desdén porque dejó olvidado su amor sin despedida, igual que una maleta tirada en el andén. Y así, mi amor inútil, con su inútil reproche se acurrucó en su olvido que fue inútil también. Como esos pueblos tristes donde llueve de noche, como esos pueblos tristes donde no para el tren.

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Yo solía contar que mi abuela siempre decía: <<Las mujeres de manos calientes son amores para siempre y las mujeres de manos frías son amores para un día.>>

Aquella tarde nos desnudamos sin quitarnos la ropa, en una casa prestada en la playa tras la sombra de un antiguo edificio que nos precintaba la vista al mar. Hablamos del pasado y cocinamos, yo te robaba comida del plato y en mi irremediable manía de anticiparme yo ya estaba haciendo planes en tu boca. Ahora recuerdo... tú decías que los mejores platos se cocinan a fuego lento, y tú, con las manos frías.

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Desde la distancia que desdibuja nuestra cercanía, tu voz, cálida caricia me llama de fuego. Tus palabras, indiferentes cuchillas me bañan de hielo. Lo que debería ser motivo de júbilo hoy me ha vuelto a doler. Escuchar que me llamas amigo es un llamado líquido y frío a todo lo que en mi crepita encendido. Llámame... llámame. Así de imposible es conmigo, así se siente morir de sed al centro de un vergel. ¿Soy esa clase de criminal ? ¿Es mi sentir un acto violento ? O ¿Es que soy víctima de los designios divinos? ¿ Es el amor una decisión? O ¿un capricho malévolo de la naturaleza y los dioses? Y ¿ si fuera una decisión? ¿Elegirías amarme? Yo prefiero no saber la respuesta... Me siento un criminal. Lo que llamo amor es tradición a una amistad. Y si me callo, me mutilo, y si hablo te traiciono. Entonces decido callar. Coser mi lengua en la llama interna, soldar mis labios metálicos. El silencio será celador y guardián de mis secretos. Cerraré la boca hasta asfixiar el sentimiento que prefiero se vuelva sedimento y no consustancial, inerte estandarte de la resignación , porque ¿qué hacer cuando no te ama? Pero no me culpes, soy víctima al igual que tú de este crimen que cometo en tu contra. Y por más que cosa mi lengua, selle mis labios y sofoque mis pulmones, mis labios, mis ojos, mis dedos, mi piel, mi pelo... cada fibra de mi ser destile, escurre, estalla y lanza negros apóstrofes <<TE AMO, TE AMO,TE AMO!!>> maldita mi suerte, maldita la vida. Te amo, amiga.

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Te quiero... como La Paz en palestina.

No finjas no enterarte. Que la vida es solo un camino de ida y yo ya me cansé demasiado buscándote en otros cuerpos como para seguir engañando al destino. Date cuenta, de que pasaría en limpio todas mis tristezas, borraría las líneas de mis manos para acariciarte, me volvería a insultar frente a los espejos, y todo por ti. No quieres enterarte. Sigues paseando tu trasero por las calles sin hacerte responsable por los corazones rotos, sigues dejando ese olor a verano tatuado en mi ADN cada vez que pasas por mi lado y creo que me miras.

Dice Ángel Gonzáles; que lo llaman por venir porque no viene nunca y yo solo espero que se equivoque. Que el futuro sea tus manos junto a las mías, mis poesías con tu nombre, tardes de domingo sin cicatrices de memoria. Pero no te das cuenta. No eres capaz de entender que contaría cada poro de tu piel, que dejaría de cerrar los pares y abrir las pierdas de cualquier desconocida solo si tú me lo pides. No sabes cuánto te eché de menos cuando aún no te conocía. Las veces que imaginé tu cara junto a la mía. No te das cuenta que bajaría las persianas a las dudas, condenaría al olvido los demás cuerpo y pactaría con el mismo demonio si se supone que tú sonríes, pero joder! No te das cuenta. Y tal vez cuando deje de hacerlo entiendas que te miraba como un ciego miraba al mundo por primera vez.

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He dejado de escribir porque ya no lo necesito. Constantemente me preocupa el porvenir de las cosas, y me pongo ansioso, y me derrito y pálpito. Todo eso en un santiamén. Después viene esa música ligera en mi cabeza que automáticamente mi mente reverbera con determinación propia, como si de un músculo entrenado se tratase. La melodía correcta en el momento correcto hace grandes cosas. Ahora me cuesta mucho despertar temprano. Me siento como la copia de la copia de otra copia.