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UDAWALAWE : vamos de Safari

Saliendo de las tierras altas.

¿Conectas tu música al Bluetooth del coche? Dos chicos jóvenes nos llevan en coche hasta nuestro próximo destino y me dan la responsabilidad de que pinche la música del viaje.

Es en esos momentos cuando te das cuenta de la música que tienes descargada, que en el fondo te representa, y que no sabes si les gustará, así que vas mezclando una de niña pastori con Katy perri y te das cuenta que Shakira triunfa. No, la de despacito no la tenía en mi lista …por suerte.

Habíamos cogido el taxi de forma que nos permitirá pasar por un templo que queríamos ver y que nos dejó sin palabras.

Una de las cosas que queríamos hacer en Sri Lanka era un safari, y nos hemos encontrado a varias personas que nos han dicho que el famoso parque de YALA está cerrado, además de tener una tremenda sequía por lo que no se ve ni un solo animal, así que hemos decidido venir a Udawalawe que no tiene nada más que el parque.

Nada más llegar al alojamiento (ni pensión, ni hotel ni qué se yo), el dueño nos ofrece hacer el Safari esa misma tarde en lugar de madrugar. Cosa que a mi me parece absolutamente maravillosa después de los últimos madrugones jaja.

Felices en nuestro Jeep, nos adentramos en el parque natural para perdernos durante tres horas entre todo tipo de animales. El pobre guía se quedó algo frustrado al mostrarnos un pavo real como algo asombroso y nosotras decirle que teníamos uno en casa.

Vimos elefantes, monos, cocodrilos, aves de todo tipo, búfalos …

La verdad es que aún no siendo muchos, al ser nuestro primer safari lo disfrutamos muchísimo.

Del sitio donde dormimos decir que aunque estaba fatal situado, era básico nivel mil etc el desayuno fue alucinanteeee de bueno.

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HAPUTALE: No se aprende a la primera.

A veces me planteo si los lugares que los turistas visitamos tienen algo que ver con la realidad del país en el que estamos, sin embargo con Haputale tengo la certeza de que lo es.

Un pueblo en mitad de la nada a la que pocos acuden y que si no la caminas observando como todo, pasa desapercibida. En ella confluyen el Budismo, el Cristianismo y Islamismo. Lo mismo suena la llamada al rezo en estéreo en tu cuarto que replican las campanas el domingo, esto marca mucho el carácter del pueblo además de su climatología.

La odisea de escoger alojamiento aquí se acentuaba porque es un pueblo en cuesta y a pesar de usar Google view la verdad es que no nos hacíamos una idea. Ya a estas alturas del viaje teníamos que priorizar con estar céntricas o no, y tener en cuenta muy por las puntas los comentarios de los usuarios de Booking. Sobretodo, habíamos aprendido parte de las lecciones del viaje: “Quien no llora no mama”.

Esto supone que cuando llegas a un sitio que has reservado con ciertas condiciones, no te conformas con lo que te dan jajaja sino que lo exiges. La lista nada más entrar en la habitación era: - Agua Caliente: cómo funciona y comprobar que hay. - Toallas - Sábana superior - Wifi. Bueno wifi no, Internet, porque aparato wifi tiene tooodo el mundo jajaja lo que no tienen es internet, así que tienes que presionar hasta que contratan el GB de turno que solo lo hacen si te quejas jajaja

En este caso exigido todo, nuestra habitación tenía unas vistas inmejorables a todas las montañas y plantaciones de te. Así que nos dispusimos a dar un paseo por el pueblo…

¿Lloverá? Naaaaaaaa y como hace fresquete mejorm zapato cerrado ERROR.

No, no había sido suficiente el diluvio universal del primer día de viaje … ahí volvíamos a estar las dos metidas en pleno canal de Venecia. De verdad que había nubes pero NO para la que calló que ni paraguas ni chubasquero ni barco.

Nos pudimos refugiar de aquella manera en una especie de parada de bus. Los locales ni se inmutaban ante semejante trompa de agua, creo que de ahí viene el dicho ese de “como quien oye llover”. Nos empapamos y esta vez sí aprendimos por las malas que lo mejor para la lluvia en Asia son las CHOLAS.

También a estas alturas del viaje la comida del país ha hecho sus estragos en mi estómago, cosa que como cosa que vomito jajaja es oler el pollo con curri y me pongo verde. Mama se alimenta de tortillas francesas y yo de crackers de pan, de hecho un lugareño casi me echa por pedir solo plato de arroz, que ya hasta prefiero comerlo con las manos.

Son dos semanas casi y de repente nos entra un ataque de risa pensando en un filetazo de carne ¡hasta el moño de carne! Mama me mira muy seriamente y me dice – Quiero un fileteeeeeee- entre risas y cansancio.

Uno de los motivos para ir a Haputale es visitar el Parque Nacional de las Horton, que consiste en 9 km de parque pasando por lo que llaman El Fin del Mundo, el pequeño Fin de Mundo y una catarata.

Para poder ir teníamos que conseguir un taxi que nos recogiera a las 5 am.

Hago un inciso en este punto: cuando viajas por libre, y vas solucionando el transporte sobre la marcha, hay un factor muy importante que no puede fallar “el instinto” ese que te hace confiar o no en que alguien que tan solo te ha estrechado la mano va a llevarte de noche a dos mujeres por mitad de montañas y por el precio acordado.

Siempre tienes que ponderar por confiar, por saber que a ellos pierden mucho si se la juegan con una turista y que la repercusión sería nefasta. No por ello tomas las medidas necesarias para asegurarte que el señor del hotel que también se ha levantado a las 4:30 am ha visto el coche y el conductor con el que te has ido.

Con un sueño motal ahí estábamos camino de El Fin del Mundo para darnos un “pechá” de andar que nos dejó claro que montañas tiene Sri Lanka. Mereció mucho mucho la pena:

Nos perdimos en sus caminos y pudimos disfrutar de cómo la niebla juega un papel imprescindible en la vida de esa región.No fuimos al Leapton Seat porque a la vuelta de las Norton, ya no había manera con las nubes etc.

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EL-LA EL-LA: montaña va.

A la mañana siguiente y aún a riesgo de que nos dieran las 12, como dice mi madre cada día a las 8:00 am (¡Vamos, vamos, qué nos van a dar las 12! y así mete prisa para que no se vaya la mañana) pusimos rumbo al pequeño pico de Adam, que no me quiero imaginar el grande.

Echados medio pulmón, dos gemelos, un micro infarto e insolación, llegamos a la increíble cumbre… a qué no, que seguimos y bajamos la V del infierno para volver a subir. Muy de locos, que te ves ni sabes cómo medio escalando una montaña empinada como pocas he visto, para culminar otro pico.

Soy muy montañera, y por mi tobillo tuve que dejar entre otras cosas de andar por montaña, pero ¡Prueba Superada! 4 horas de montaña, con escalda y cierta dificultad. Mi tobillo una vez más superó límites, miedos y dolores llevándome tan lejos como mi corazón quería. A mi me pasa que cuando me veo en una montaña, me siento libre, no tengo que seguir normas, solo la intuición y el sentido común. Mi reto en sentirme en sociedad y vivir de esta misma forma, como si estuviera en etapa de montaña.

Hay una cosa que me ha gustado especialmente de subir este pico, y es el hacerlo junto a mi madre. Ella fue quien me enseñó a amar el campo, a sentirme mogli en la jungla, a disfrutar de observar la naturaleza y descubrir en ella la libertad.

En la bajada, me habría encantado hacer la croqueta por las escaleras, lo confieso jajaja por lo menos hasta el “Hotel” paraíso que está escondido entre las montañas con vistas a el pico subido y a la gran montaña madre que reina la zona: Ella Mountain (original el nombre). Alucinando con las casitas con piscina flotando en mitad de una ladera rodeadas de plantaciones de té.

Pero la clave es ¿Pagarías 600$ la noche por dormir allí? Mi respuesta es no, aunque me sobraran.

Como estamos en zona de altura, la temperatura es … la que le da la puñetera gana como en todo el país. Desistimos de ver la previsión porque no atina ni para atrás, y Santa el señor de nuestro hotel es el único que sabe cuando va a llover (porque llover siempre va a llover aunque sea una hora).

Queremos ir a ver la catarata de …. , nos insiste en que vayamos en autobús, Y es francamente el transporte más barato de todo el país a niveles de 2 € trayecto frente a 15 en tuk tuk. Nos divierte la idea de probar la experiencia.

Nos montamos en una especie de camión – autobús y es la pera: asientos con ganchillo, música y luces a lo discoteca, personas de toooodo tipo, calor aplastante y muchas miradas curiosas por nuestra presencia. A la ida tuvimos suerte, a la vuelta nos tocó todo el trayecto de pie, que hacer un recorrido de más de 18km así tiene que ser brutal (no me atrevo a decir nada distinto sin probarlo).

Justo al montar en el Bus, empieza a caer una lluvia monzónica de esas que parece que se va a acabar el mundo. Allí estábamos con el chubasquero puesto, paraguas y el bañador debajo porque supuestamente en la catarata podías bañarte.

Una piensa en: catarata que puedes bañarte, y con calor lo que te metes es el bikini. ERROR, una llega a la catarata y se le ha olvidado que aquí ser mujer tiene muchas implicaciones y que si te das cuenta de que si quieres bañarte debes hacerlo con camiseta y pantalón, sabes que no llevas ni toalla ni ropa de cambio. En tu mente occidental está el meterse en bikini, secarse al sol y vestirse, siembargo aquí toooodo es distinto.

Solo una chica menor bañándose vestida junto a sus hermanos, el resto de mujeres aparte fuera de la cascada mojándose los pies y todos los chicos disfrutando sin código ético bajo el agua de la cascada.

Aunque llegamos diluviando, paro y salió el sol, a lo que se unió un autobús escolar que iba de visita y que aprovechó para pegarse el gran baño. No pude disfrutar de la sensación de nadar bajo una cascada, pero sí ser espectadora de ello a nivel más local.

El día lo terminamos entre las calles de Ella, encontrándonos con parejas de españoles que viajaban en tuk tuk alquilado o venían de donde nosotros, por lo que pasamos tiempo intercambiando consejos y recomendaciones. Son imprescindibles cuando tu viaje es “improvisado”.

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TREN A ELLA: asientos de primera en el suelo.

Nuestro primer trayecto en tren por Sri Lanka está calificado por todos los blogs de viajes como uno de los más bonitos del mundo. Ya la estación de Nuna Oya tiene todo el encanto.

En el arcén esperando la llegada del tren conocemos una pareja de Australia, ella nacida en Nueva Zelanda y el nacido aquí en Sri Lanka, pero ambos hace mucho que viven en la tierra de Oz. Él está tratando de aprender español, y ambos son unos enamorados de la paella.

¿Qué tendrá la paella que tanto le gusta a los extranjeros? Que está muy buena, pero no le veo yo la fascinación frente a un buen jamón serrano. De hecho aquí en Sri Lanka tienen una dieta basada un poco en el concepto paella, te ponen arroz con todo para desayunar, comer y cenar… ya empieza a pesar jajaja y me imagino a un extranjero comiendo en España un día paella con pescado, otro con verduras, otro con carne … y así hasta hacer los 7 días. Lo divertido la frase fue la siguiente: - Sí, estuvimos en Sevilla, ¡Nos encantó la paella! Y claro tu cabeza hace cortocircuito jajaja.

Por fin llegó el tren, con nuestros maravillosos asientos en primera y una mini ventada desde la que ver el paisaje… pero como sabíamos, no podía bajarse la ventanilla. En estos casos recomendaría comprar directamente asientos en segunda reservados.

En nuestro caso, la mejor opción, las puertas de primera clase sentadas en el suelo y con los pies colgando por fuera del tren ¡EXPERIENCIA ÚNICA! No solo por el paisaje que es espectacular, sino que poder sentir el viento en la cara a mientras miras hacia atrás y ves todo el tren girar, es increíble.

Las fotografías hablan por si solas.

Y de repente Ella. Un pueblecito en mitad de las tierras altas en el que se concentran más turista por m2 que en tooooda Sri Lanka. Tiene un toque mochilero y confluyen dos factores: - La atracción principal de Ella es la naturaleza: varias montañas a subir, catarata … - Hipsterismo mochilero de turismo: bares con cierto rollito, extranjeros tomando un mojito y una especie de hippy indú berreando canciones en inglés.

Mínimo el 50% de la gente local de Ella son ceilandeses con rastas y tirillas, te da la sensación de estar en una pequeña burbuja. Lo extraño es que hay mucho mucho extranjero y principalmente para hacer trekking.

No voy a mentir, el rollo molaba y nos quedamos dos días en nuestro hotelillo cabaña de madera, tan desastroso como todos y por supuesto sin wifi pero con muchísimo encanto y su manager era un autóctono que había vivido muchos años en Holanda y había tenido una novia española que se llamaba Piedad. El no solo nos recomendó rutas, sino que además como yo andaba echa polvo del estómago (entrada era salida automática) me preparó el brebaje más asqueroso del planeta: ginger + Lima + Picante… supuestamente para curarme.

La situación de nuestra cabaña era magnífica para las visitas que queríamos hacer. La primera El Puente de los 9 arcos, que sinceramente me dejó fascinada por su paisaje, su integración en la naturaleza, lo salvaje de su imagen…

Como ELLA da para mucho lo divido en varios post :)

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Tierras Altas: Té de más, una mujer que es ¡cómo un hombre!

Nuwara Eliya una película absurdamente divertida, y estas son parte de nuestras anécdotas.

El té tiene efectos secundarios ...

La estación: Nuestro primer objetivo al llegar a Eliya es comprar el billete de tren para el trayecto desde allí a Ella, así que nos plantamos en la taquilla de la estación con una amplia sonrisa proyectando la posibilidad de conseguir billetes con asiento reservado para el día siguiente.

El simpático señor de ventanilla nos explica que no hay nada para el día siguiente y que para pasado mañana no puede comprobarlo porque, habitual en esta zona, se ha ido la luz. Mientras trata de hacer algunas comprobaciones al observar que no nos movemos a pesar de sus noticias, vuelve la luz y lo divertido es que la necesitaba para mirar su cuaderno jajaja nada de ordenadores o algo similar.

Ojo la tecnología que necesita luz:

La gran sorpresa es que ¡hay asientos de primera para el tren del día siguiente! Asi que contentísimas nos vamos con nuestros billetes. Debo decir que tras 20 min al ver el billete y no entender nada de lo que ponía, empezamos a preguntarnos si era de primera, si realmente era a Ella o si eran unas entradas de cine jajaja un lugareño nos confirmó que todo estaba bien.

Hotel: Hemos entendido que parte de la aventura del viaje es descubrir cuál será el alojamiento que hemos reservado, tratando de no esperar nada y sí flipando mucho con el resultado.

Debo decir en nuestra defensa que la factura la redujeron a más de la mitad por la falta de todo jajaja Llegamos a una casa a las 3 de la tarde, no solo la habitación no estaba preparada (que además no tenía llave) sino que además un grupo de amigos jugaba a la play station en el salón, gente en toalla recién duchada se paseaba por los pasillos … no podíamos para de reírnos por la situación, más cuando en una de las estanterías vimos esto:

Todo fue un caos en este alojamiento, el desayuno nos lo trajeron a la habitación en una bolsa de plástico jajaja y al traer la cuenta, el dueño nos presentó una factura que era mucho más cara del precio establecido. Le dije que no, y debió verme la cara porque tardó dos segundos en decir que nos iba a cobrar la mitad porque nada estaba en condiciones, que anulaba la reserva de booking (evitando así que pudiéramos comentar en la web) y reducía la factura.

El Gran Hotel: Nos dirigimos allí porque nos habían hablado de un buffete de sándwiches con té… que no existía.    Nosotras: Hola queremos un té. - Aquí solo té con pasteles, para solo un té tenéis que ir a la otra sala. Nosotras: ¿Pero algo salado con té? - Aquí solo te con pasteles. Pasamos a la sala de solo té, desangelada y vacía, así que decidimos irnos a la cafetería informal del hotel.

Nosotras: Hola, queremos un té. - Aquí solo café. Muertas de la risa desistimos de tomar un té y nos ceñimos a lo que nos dan.

El surrealismo de nuestra llegada a Eliya fue considerable, sin embargo ya no nos dejamos vencer tan fácilmente con el caos de Sri Lanka y decidimos hacer una visita a una de las famosas fabricas de té de la zona.

Nuwara Eliya se caracteriza por estar rodeada de plantaciones de té que resulta maravilloso visitar y pasear mientras se observa a las mujeres que recolectan la hoja.

Nos cogemos un Tuck Tuck y su conductor muy parecido a Jules Winnfield de Pulp Fiction, resulta ser la monda. Nos acerca a la fábrica de Té de Pedro y vemos con se hace con nosotras el recorrido por dentro, ningún otro conductor se ha metido pero él está feliz ¿me explicas lo de el conductor mamá? Más y más risas. A la salida nos presenta a su hermana que trabaja allí y entonces lo entendemos.

En la fábrica conocemos a Serx, un checo de origen turco que vive en Singapur, enamorado de Japón. Él nos reconoce de habernos visto el día anterior en el museo del budismo, viaja solo y es magnífico ver su capacidad para no dejar de preguntar cosas sobre el proceso de fabricación del té. Una persona alegre y decidida con gran sentido del humor.

Decide unirse a nosotras a la salida de la fábrica y hacer juntos la visita a la cercana caída de los enamorados “Lovers Peac”, una imponente cascada cuya belleza no esperábamos ninguno y que nos deja atónitos.

Lo mejor de la compañía de Serx es conocerle e intercambiar impresiones culturales. De sus primeras afirmaciones tras presentarnos y contarnos rutas de viajes es la siguiente:

¡No, tú no vas a la India! ¡Tú no debes ir a la India! Mujer sola en la Inda No.

Podéis imaginar mi cara de tranquilidad una vez más jajaja ya no sé donde terminan las horrendas expectativas y donde empieza la paranoia. Me lo tomo con filosofía o algo así.

Él se siente sorprendido no solo por el planteamiento de una mujer viajando sola, él viaja solo, sino que por lo que nos contamos acaba exclamando un: Eres valiente, tienes fuera … ¡Eres como un hombre!

Nueva cara poema jajaja ¡No, soy como una mujer! ¡Una mujer que no tiene miedo y que no depende de ningún hombre! Son culturas diferente y por supuesto no procede una discusión, por mi parte me limito a tratar de escuchar con cierto fondo de tristeza cómo el concepto de mujer por el que lucho (independiente, sin miedo, trabajadora, viajera …) es identificado como aspirar a ser hombre.

Entre risas, me da una palmada en la espalda y me dice: claro es difícil que tengas pareja, eres muy hombre para ellos. Y queridos, si este pensamiento fuera solo de un checo de origen turco que vive en Singapur, no me sorprendería, lo triste es que en nuestra sociedad occidental “desarrollada” este pensamiento sigue siendo muy habitual.

En las palabras de Serx no hay maldad ninguna, solo traslada como ha sido educado, su sociedad europea, donde convive y se limita a identificar patrones aprendidos. Este es el machismo más arraigado.

Que suerte tienen muchos hombres de ser tan valientes, independientes y luchadoras como somos muchas mujeres ;) porque lo que somos es personas, por encima de género, raza y religión.

Lo que más me gusta de viajar es conocer, observar y aprender.

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KANDY KANDY tóxica city.

De pequeña me gustaban unos dibujos animados que se llamaban Candy Candy y siempre me hizo gracia recordarla por lo cursi y repollo que era la niña, lo poco que me inspiro aún recordándola con cariño. Siempre fui más de pipi calzaslargas.

Pues quizás de mi visita por la ciudad de Kandy el mejor recuerdo que me llevo es el nombre jajajaja.

Cuando tu cuerpo se acostumbra a la naturaleza, volver a la ciudad supone no solo un choque intelectual sino también en gran medida físico. En Sri Lanka este es mayor dado que los medios de transporte comunes (tuktuk, coche y autobús) no cuenta con filtro de contaminación, lo que provoca que respires todo tipo de humos tóxicos.

No imaginas cuanto puede llegar a afectarte hasta que no lo vives, y aunque parece una chorrada esto se traduce en dolores de cabeza, ojos hinchado y falta de respiración.

Kandy es la principal ciudad de Sri Lanka tras su capital Colombo, es una ciudad de paso y que supone las puertas a las tierras altas. Nuestra parada tiene como objetivo inicial el coger el famoso trayecto de tren que va desde allí a Ella, sin embargo todos los asientos reservados están vendidos para la próxima semana y no queremos hacer el viaje de pie en el vagón de tercera sin ver nada.

Así que nos dedicamos a lo que se llama “cumplir como turista”, visitar lo que toca y marcar esa absurda crucecita.

Por ello, nos vemos madre e hoja frente a una especie de “sacristía” en la que todo el mundo se agolpa haciendo ofrendas una media hora antes de que se exhiba el famoso “diente de Buda”. Obedecemos sentándonos con el fin de observar el espectáculo. No duramos ni 5 minutos.

Es cierto que una forma de conocer una cultura es ser espectadora de sus celebraciones religiosas, sin embargo, si bien somos capaces de esperar horas para vivir una ofrenda a un árbol, eso del diente no nos convence mucho ¿qué sentido tienen este tipo de adoraciones? ¿Un objeto material eje de tanta espiritualidad?

Foto de internet ... no lo vimos.

La cola que no hicimos y sí vimos...

Decidimos pasarnos más tarde, pudiendo ser partícipes de la música etc, y aprovechar mientras para visitar el museo del Budismo, que francamente es increíble y bien merecía toda una tarde deambulando entre sus pasillos. Es un recorrido por el Budismo en el mundo, una maravilla que no nos dio mucho tiempo a ver porque llegamos casi al cerrar.

La ciudad con su lago como centro, no da para mucho más. Entre sus calles encuentras mercados y un pequeño zoco, en ellos lugareños que se caracterizan por su picaresca de ofrecerte cosas a precios absolutamente desorbitados sin ninguna maldad sino bajo la base de “si cuela, cuela”.

Muchos turistas van directamente desde su aterrizaje a esta ciudad, y eso hace que la picaresca del timo regateo sea mayor.

A pesar de todo lo escrito, me ha gustado conocer Kandy, vivir unas horas una ciudad ceilandesa y tener otro punto de este país en mi perspectiva del viaje.

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De roca en roca y tira porque me toca: el reto de SIGIRIYA

Cuando el risueño y sonriente dueño de la casa donde nos hospedamos sin preguntar dijo: Mañana a las 5 am vamos a Piduragala a ver la salida del sol, no tuve capacidad para oponerme. Siguiendo como mi afán por aprender a fluir, me dejé llevar.

Sonó el despertador y ni mi madre ni yo dábamos crédito a la hora que era. De hecho por el cambio horario en España eran las 00:30 del sábado y mis chat de whatsapp daban cuenta de ello mientras yo me calzaba para subir una montaña.

Completamente a oscuras comenzamos a subir los mil tropocientos escalones con los que comenzaba el ascenso, con una linterna y acompañadas de otros inconscientes. La parte divertida es cuando pasas directamente a escalar entre las rocas para haciendo malabares llegar a la cima.

Entre el sueño, la oscuridad y el no saber ni como me llamaba, trataba de abrir los ojos… estado en el que paso siempre la primera hora desde que me despierto (sean las 4 am sean las 11 am).

Al principio el cielo simplemente se iluminó, pero a continuación como si fuera magia, el sol con toda la fuerza y color que pudiera desear, apareció en el horizonte.

No es que no suela madrugar, es que lo odio muchísimo. Por la mañanas no tengo capacidad de reaccionar, me cuesta poner en marcha mi cabeza y todo lo vivo en cámara lenta, borroso. Prefiero acostarme a las 7 am viendo la salida del sol que despertarme para ello. Sin embargo, en Australia disfruté de unos amaneceres que jamás podré olvidar y este día en Sri Lanka se uno a ellos.

Apenas éramos una docena de personas en lo alto de la montaña, y quizás por el esfuerzo que suponía el espíritu no era de turista sino de amante de la naturaleza. La mayoría estábamos allí sentados en silencio admirando el espectáculo, meditando, respirando y viviendo.

Sigiriya está reinada por la roca del amanecer y por la famosa Lion’s Rock, pedrusco enorme con 1.200 escalones para llegar a su cima. De primeras el reto parece sencillo, puedes tardar más o menos, pero llegas, así que nos decidimos a conquistarla en domingo, a las tres de la tarde, y a tropomil grados.

Empezamos la escalera y nos dimos cuenta al minuto los pocos extranjeros que éramos de que el reto no estaba en subir, sino en enfrentarse a una escalera absolutamente colapsada de personas. Las metáforas para que entendáis la situación: un vagón de metro de Madrid en hora punta pero durante 3 horas, una mascletá en pleno día 19, la escena de los elefantes en un seiscientos … creo que me he explicado. La situación no era nada fácil, mucho calor y absolutamente rodeadas de lugareños que empujaban sin miramientos.

Al poco de empezar la escalera, muchos y la mayoría extranjeros se veían sobrepasados por la sensación de claustrofobia, asi que salían de la escalera como podían. Mama no pudo con la situación y decidió salir.

Me planteé si salir con ella y a la vez analicé la situación: ¿qué suponía quedarme y subir? Nada heroico por supuesto, pero si era una oportunidad de ver como me sentía sola entre una considerable masa humana, el 80% de ellos hombres, en un país extranjero, asiático y de cultura tan marcada como la de Sri Lanka.  

Al principio me invadía la inseguridad por el roce físico, no entraba un alfiler entre persona y persona, así que usé mi bolso para protegerme por detrás, marqué espacio con los codos y creé mi círculo de confort. No tenía ningún extranjero cerca y todo lo que oía a mi alrededor no era capaz no solo de no entenderlo, sino que el ceilandés es muy muy difícil de interpretar, pero es cierto que si hay que destacar algo de la gente de Sri Lanka es su grandísima capacidad para sonreírte y devolverte una mirada limpia.

Me relajé, entendía que no había barreras, que con mi mirada podía hacerme entender. Poco comencé en complicidad con un grupo de adolescentes que hicieron todo lo posible por colarse delante mía, yo entre risas y clavando codo lo impedí como forma de juego, si ellos avanzaban yo acababa a su mismo nivel aunque no pudiera ni respirar… debieron ponerme de vuelta y media porque no paraban de reírse entre ellos. Lo divertido fue que después de más de dos horas de risas en competición la cola se estrechó y se abrió una preferente para madres con bebe y ¡para estos adolescentes que llevaban una especie de uniforme y que les dejaron adelantarme mientras se despedían en carcajadas!

Finalmente tras muchos muchos muchos empujones y escalones, conseguí llegar a la cima, alentada por mama que se había situado al otro lado de la roca por donde la gente bajaba.

Puedo afirmar que son sin duda de las vistas más impresionantes que he vivido. Es un lugar indescriptible en belleza y que bien merece todos los escalones, era como estar dentro de una escena de El Señor de los Anillos. Cuanta naturaleza y belleza.

La guinda fue que uno de los guardias de la salida, permitió a mama que se colara jajaja subió directamente por donde todo el mundo bajaba sin aglomeración y con la mitad de escalones. Él nos había visto hablar por señas una arriba y otra abajo, además ella tenía entrada, así que con muchísima suerte le regalo el poder compartir las dos juntas de esta experiencia.

Las fotografías siempre se quedan cortas para transmitir la sensación de los restos de ese gran palacio en la cumbre de una roca magistral que en su momento fue un gran león.

Un día inolvidable de retos y superación que me deja una maravillosa sensación de crecimiento personal.

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EXPECTATIVAS y otras malas pasadas de la mente:  UPPAVELI

Aprendiendo.

“Nada es bueno o malo, mejor o peor, está bien o mal .. TODO ES COMO DEBE SER.” Es fácil afirmar lo anterior, pero muy difícil interiorizarlo, y más vivir acorde con esa realidad.

Llegamos a Uppaveli y muy a pesar de que llevo años trabajando el no vivir con expectativas, hasta el punto de habérmelo tatuado, la verdad es que aún me queda mucho camino para conseguir no viajar con la mente hacia el futuro, creando una imagen de aquello que espero. A esto se le llaman crearse expectativas y es para mi el peor enemigo del “Ahora”.

Vamos camino de la playa, a un lugar idílico a descansar un par de días en la orilla del Este de esta gran isla. Mi mente me traiciona y ha preconcebido un lugar ¿paradisiaco al estilo más capitalista y material?

De repente mi mente con sus estúpidas expectativas, se encuentra en una habitación descuajeringada, con un factor ausencia de limpieza importante, una ducha (de solo agua fría) que está en mitad de la pared y cae en la nada del baño, por supuesto sin wifi (aun estando prometido) … seguido de una comida rodeada de moscas en un curioso comedor de hormigón (Nota: El precio del Hotel era el más alto pagado hasta el momento). Si tu imaginación es capaz de trasladarse a lo descrito, estarás flipando tanto como mi mente lo hizo en su momento.

Todo lo descrito yo lo vi así, única y exclusivamente, por las expectativas que me había creado. Cuatro horas más tarde, cuando supe desprenderme de esa sensación de decepción de la que exclusivamente yo era responsable, todo volvió a ser como era y por tanto como debía ser.

Pude ver más allá de mis narices y encontrarme con el increíble paraíso que me regalaba el lugar. Nuestra habitación consistía en una pequeña casita en mitad de un inmenso jardín, con un breve caminito pegado al mar, no soy capaz de trasladar cuanto encanto y belleza tenía el lugar.

Allí conocí a Filip, un checo que había cambiado su vida y ahora como manager ayudaba al jefe del hotel. Me contó que empezó unas vacaciones en India, país que no pudo soportar más que tres semanas porque le sobrepasó la polución y la suciedad, además del turismo buscando iluminación. Llegó a Sri Lanka y en aquel lugar perdido (Trincomalee) encontró un maestro con el que conectó, emprendiendo una etapa de aprendizaje de meditación y yoga. Decidió volver a casa, dejarlo todo, emprender su vida de esta forma en Uppaveli.

De Filip me guardo su sencillez al hablar de su experiencia de crecimiento personal, su apertura de mente y su facilidad para mantener un estado de calma continuo.

Mi madre le llama el Hippy: “El hippy anda a por uvas y ni limpia ni naaaa”.

También coincidí con Irene, una persona que guardo en mi libretita de encuentro que recordar, y su grupo de amigas de siempre. Era magnífico escucharlas y ver como vivían su estancia allí, con enormes sonrisas siempre manifestando en positivo todo lo que recibían.

Y el otro extremo, una alemana que canceló su reserva porque le pareció una estafa el hotel en el que estábamos.

Un mismo lugar, para cada uno de nosotros puede ser algo completamente distinto, sin embargo lo importante es aprender a vivirlo como la realidad que es y estar abierta a aquello que tiene que mostrarte.

Fueron dos días increíbles en un entorno insuperable, rodeadas de personas que nos aportaron y en las que pudimos descansar, hacer buceo en la isla de pigeon, bañarnos en el mar con un agua calentita y ver todo tipo de aves, ardillas y animales de lo más peculiares.

Esta etapa fue mi introducción a no esperar nada y Sri Lanka es un país en el que realmente no puedes esperar sino recibir lo que tenga que venir.

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¿Soy Español? MIHINTALE

“Los españoles son racistas y creen que les vamos a timar.” Así empezaba la mañana en la taquilla a Mithiline.

Nada más llegar a las escaleras de la zona de monumentos, un guía se aproxima para ofrecer sus servicios y nosotras erróneamente advertidas por la guía (se supone que si te acompañan hasta el pie de la próxima escalera, es que les has contratado) nos apresuramos a decirle que no necesitábamos guía. Acto seguido, al pasar delante de la taquilla y adentrarme algo en el recito para valorar lo duro de la subida, el vigilante de forma agresiva me indica que tengo que pagar, a lo que contesto que lo sé.

Al acercarnos a pagar es cuando este señor comienza a realizar un discurso sobre los españoles y lo racistas que somos porque ellos tienen la piel oscura, que le he contestado de forma despectiva y que siempre vamos esquivándoles.

Aunque me apresuro a desmentir de todas las formas que se me ocurre el calificativo que nos pone a los españoles, dentro se me queda un come come en la cabeza que no me quito en toda la visita. ¿Somos racistas los españoles cuando viajamos? ¿Vamos a la defensiva?  Odio generalizar.

La  visita a estas ruinas de Mihintale es espectacular, no dejo de sorprender con aquello que no espero ni tampoco me he preparado mucho. Un conjunto de monumentos compuestos por una dagoda, un buda y una gran montaña.

La subida a la montaña se realiza a través de una especie de escalera que la componen pequeños huecos erosionados en la piedra, y una barandilla de metal hecha con tuberías. Al principio da cierto vértigo subirla, sobretodo por la gran afluencia de gente, pero al final ver a los niños escalar libremente, anima para subir a la cima. Y merece muuuucho la pena.

Ahí es donde escuchábamos como un guía confirmaba: “Hoy se puede ver en su esplendor, ayer llovió como hacía 10 meses que no llovía, y el verde de nuestra tierra ha recuperado su belleza”

El blanco tan puro entre mezclado con el verde de la naturaleza y como gotas de color, los monjes de naranja y granate, con una simpleza que abruma.

Al otro lado, una enorme dagoda en la que un equipo de ingeniería trataba de mover de lugar un enorme árbol. A este grupo se había unido un francés que aportaba distintas ideas de cómo hacer una gran palanca para elevarlo. Entre todos y dedicando tiempo a la par que sonrisas, movieron juntos el gran tronco con sus raíces. Un buen ejemplo de trabajo en equipo, no se cortaban en pedir a cualquier chico turista o no que pasaba por ahí su fuerza para empujar.

Al salir, nos cruzamos con varios colegios. Es genial porque las niñas no dejan de mirarnos con muchísima curiosidad y saludan siempre con una enorme sonrisa, esperando tu respuesta de agitar la mano como un reconocimiento a su presencia que me apasiona corresponder. Unas van todas uniformadas de rosa (la profesora de rosa chillón) y otras de blanco, con trenzas.

Como nuevo elemento a integrar en el paisaje de Sri Lanka: los monos. Divertidos personajes que hasta trataron de robarme un paquete de galletas saladas. Verlos entre ruinas y plantas, evocan en mi mente continuamente imágenes del famoso Libro de la Selva.

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MONZÔN de la vida

Para que haya noche debe haber día, para que exista la risa a veces hay que llorar, para echar de menos debes aléjate, para valorar el frío del invierno muchos necesitan sentir el calor de 40°, para comer cualquier cosa a veces debes pasar hambre, para conseguir metas hay que luchar por ellas …

No siempre es necesario un extremo para entender y apreciar el otro, sin embargo en algunos caso (más de los que nos gustarían) es imprescindible.

Y, para que Sri Lanka sea verde en todas sus formas y tonalidades, deben existir los monzones.

Hace un mes pregunté por Instagram a una chica que andaba por aquí, que me diera alguna recomendación, su respuesta fue clara: Chubasquero jajaja

Hoy era nuestra primera incursión en los monumentos de este país, nada menos que Anuradhapura. Y ahí estábamos madre e hija bajo un paraguas rodeando una maravillosa y enorme dagoda (la primera que visitamos) mientras empezaba a caer el diluvio universal.

De repente nos vimos las dos al otro lado de su inmensidad tapandonos de frente con el paraguas mientras nos caía agua por todos lados, nos miramos la una a la otra y nos entró el ataque de risa ¡maravillosas visas y monumento! Jajajajaja no veíamos absolutamente nada.

Íbamos preparadas para la lluvia pero no para tanta tanta agua a la vez creo jajajaja habíamos elegido botas u zapatillas que claro se calaron hasta el infinito y más allá. Lo mejor fue que en las siguientes dagodas nos tuvimos que quitar los zapatos para entrar, lo sabíamos y estamos preparadas, aunque no para andar entre charcos jajajaja y volver a meter el pie en nuestros calcetines que al exprimir podías sacar un litro de agua.

Lo vimos claro, a falta de botas de agua lo mejor unas cholas. Todas las recomendaciones eran llevar calcetines para no quemarse los pies con el calor abrasador, pero nadie había previsto el monzón.

Aún así fue increíble. Como buen monzón tras una hora y media diluviando que aprovechamos para visitar los museos a cubierto, luego seguimos el recorrido disfrutando no sólo de pagodas de gran belleza, sino también de situaciones maravillosas como diferentes ofrendas llenas de música y flores, o el gran rezo al árbol sagrado.

Aquí tienen como costumbre rezar a los árboles y es algo que tanto a mi madre mi nos ha conquistado.

Es curioso ver familias enteras de blanco, con sus manos llenas de flores ofreciendo sus oraciones a un árbol, la madre naturaleza.

Aunque sigo dando vueltas al hecho de cortar una flor para ofrecerla a un árbol… no termino de verlo claro. El ser humano en su globalidad es pura contradicción.

Me resulta fascinante tratar de comprender las distintas culturas, religiones y tradiciones del humano, que tanto necesitamos para enfrentarnos al gran abismo de nuestra existencia.

Y por fin nos hemos ido a dormir a nuestro hotel que en su nombre tenia “Beach Resort” lo que tendría que haberme hecho sospechar ya que no hay beach en Anuradhapura jajajaja y del que hemos aprendido otra lección: si no hay foto de partes del hotel en booking es porque no existen esas partes, están en construcción o si aparecieran nadie reservaría jajajaja aunque diré también que la calidad humana es difícil de fotografiar y en el hotel había mucha.

La previsión de lluvia es en parte terrorífica, pero confiarnos en eso de que el hombre del tiempo se equivoca y que los locales son los que mejor saben.

Como anécdota, segundo día en el país y sigo sin pillar el truco a las propinas, uno nos ha insultado de todas las formas posibles por no darle nada por colocar los zapatos en una balda, el siguiente parece que le he ofendido por darle mucho y el de la cena ni se ha despedido creo que por poco dinero.

Poco a poco.

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Sri Lanka: Marruecos con tuck tuck y colores.

Es divertido como nuestra mente busca lugares comunes para sentirse dentro de esa zona de confort. Cuando nos enfrentamos a la más absoluta novedad, a aquello que llamamos desconocido, como ya no somos niños hemos dejado dormida nuestra capacidad de asumir la novedad como parte de nuestra nueva realidad.

Así, en nuestro primer día en este país asiático, jugábamos desde el tuck tuck a descubrir entre las calles de Negombo cuales eran las diferencias con aquello que conocemos. 

Hay muchos colores, muchísima vegetación, la comida es picante ... ya, pero las casas y calles también están sin acabar, todo está destartalado... no dejan de sonreír, conducen terriblemente mal por la izquierda. Como si se tratara del veo veo.

Fuimos callejeando entre puestos de frutas y un desordenado tráfico, hasta llegar a uno de los primeros sitios que nos dejó sin habla: El Mercado de Pescado.

El mercado en si no tiene nada de peculiar, a mi parecer, sin embargo sí el poder observar el trabajo que hacen las familiar en la orilla cercana. Desde mujeres a niños, y claro muchos hombres pescando con redes que tras sacudir al centro la captura, lavaban en el mar y ponían a secar.

Un espectáculo de esfuerzo, trabajo y supervivencia en un arte “la pesca” nada fácil y poco valorado.

Cuando se viaja hay que abrir no solo los ojos, sino sobretodo la mente.

Sri Lanka promete ser lo no esperado y eso me encanta.

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Cambio Business por un abrazo.

Es curioso cómo la vida te va poniendo pruebas para superarte a ti mismo, y para que puedas reafirmar tu elección de vida.

¿Quién no ha soñado alguna vez con que para un viaje largo, así como por arte de magia le cambiarán a Business como esos sillones acolchados que puedes llevar las piernas estiradas?

Pues sí, eso me paso ayer cuando iba a embarcar en el vuelo Dubai - Colombo. El gracioso señor de la compañía con amplia sonrisa me notificó que había sido premiada con subir de categoría en el vuelo. Mi reacción fue absolutamente inconsciente: No, no ¡yo viajo con mi madre!

El pintoresco señor mientras apañada dos plazas de Business para unos amigos que acababan de llegar, me aseguraba que no era posible otra plaza y que le cediera el Business a ella o a cualquier otro del avión.

Las dos concluimos que lo especial del viaje era hacerlo juntas, y que era mucho mejor llantos de niños, posturas incomodas intentando dormir y comida menos buena pero juntas y con risas.

Entonces tenía que notificar a quién ocupaba el asiento con mi madre, que le regalaba el viaje en Business. Confieso que el regalo fue para mi, pocas sensaciones más Buenas como las de provocar la felicidad a un tercero. Y él se lo merecía solo por la reacción que tuvo: -Yo:Tengo una muy buena noticia para ti: si estas de acuerdo, te ha tocado el poder hacer el viaje en Business y así yo poder ocupar tu asiento al lado de mi madre. - Siiii? En serio?? Mi amigo viaja en Business porque se lo paga el trabajo, hoy es su cumpleaños y seria maravilloso poder hacerlo juntos. Yo: ¡Pues es tuyo! - Ohhh es mi día de suerte, que alegría ¿PUEDO ABRAZARTE para agradecertelo?

Y ese fue el mejor regalo de canje que nadie podía darme. Que un desconocido haya sentido la felicidad de algo que he podido facilitar yo y que me lo devuelva con un abrazo.

Y ojo que soy consciente de mi egoísmo en este acto, me domina el ego, pero también lo soy de que en mi balanza su abrazo y viajar junto a mi madre, hacen de cualquier viaje categoría Business.

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Equipaje: Otra vez una mochila para todo.

Estoy en la última semana en casa antes de partir de nuevo a mi vida nómada, esta vez tengo experiencia para hacer maletas sin tiempo definido y resulta más fácil seleccionar qué es práctico o no.

Una mochila con el menor peso posible y lleno de cosas prácticas, en el que no hay espacio para nuestros amados “por si acaso” jajaja 

Y como decía, esta vez me resulta sencillo saber que con tres partes de abajo, varias para arriba y una de abrigo, se sobrevive. Hasta el punto de guardarte durante meses una de las camisetas para que conserve el olor a “casa”, como regalo que puedes abrir después de mucho tiempo lejos. 

Pero esta vez al hacer la mochila hay un gran hándicap al que nunca me había enfrentado de una forma tan estricta: se llama “mujer sola en india”. Esto se traduce tras miles de advertencias y recomendaciones en:

Camisetas anchas + sin escote + sin mínima transparencia.

Partes de arriba siempre con hombros cubiertos.

Partes de abajo holgadas + por debajo de la rodilla.

Zapatos a prueba de cacas de vaca.

Ropa que sirva para 45º y para 0º.

Resistible a Monzones.

Se trata de evitar a toda costa las miradas indiscretas del género masculino, que aunque me dicen que las habrá haga lo que haga, por lo menos que por mi parte no quede duda de que tomo todo tipo de precauciones.

Parece sencillo ¿eh? Jajajaja pues ahora abre tus cajones y mira en tu ropa de verano cuanta cumple con los requisitos descritos… al principio parece que sí, pero te pruebas una camiseta y se te ajusta un poco, otra el escote de pico un poco largo, ni un pantalón “fresquito” por debajo de la rodilla. Vamos que ha sido toda una odisea.

Superado, ya tengo el petate hecho :) Además de haber conseguido el chubasquero más molón del planeta: ¡Monzones a mi!

                           “TAKE THE RISK OR LOSE THE CHANCE”

A pocos días, también tengo listos mis cachivaches. Sí soy de esas que siempre viaja con determinadas cosas:

Acuarelas, lápices básicos y carboncillo, junto a pequeño cuaderno de acuarelas. Me gusta dibujar, hace que me sienta conmigo misma y desarrollar mi lado más creativo. Lo aprendí de mi madre :)

Una nariz de payaso. El motivo es que un amigo me contó una vez que cuando había mucho tráfico en Madrid, se ponía una nariz de payaso para así hacer que la gente cuando le gritaba, o simplemente le miraba en mitad de aquella batalla, se echara a reír. Desde entonces, siempre la llevo conmigo como arma roja. 

Cajita con mis pendientes preferidos, la pequeña selección de 4 pares que te hace darte cuenta que la caja de mil quinientos pendientes que dejas son todos un capricho.

Mi ordenador: debo decir que he hecho todo lo posible por adaptar mis necesidades tecnológicas a no llevar ordenador y apañarme con un ipad, pero tengo la gran suerte de poder estar trabajando a distancia para ImagenSubliminal y eso hace que merezca la pena llevar mi Mac. Esto, lo aprendí de mi padre :)

Esterilla de Yoga: practicar yoga se ha convertido en una terapia para colocar armonía en mi alma. La clave para mi ha sido practicar ashtanga que aunque no tengo la capacidad física que exige, sí hace que el gran esfuerzo requerido en coordinación con la respiración me permitan llegar a niveles increíbles de concentración. 

Cámara de fotos: Panasonic Lumix DMC TZ80 (ligera y perfecta para llevar en el bolso) el medio que me permite observar con detalle, con detenimiento y profundidad. Desde que empecé a hacer fotografías más allá, anulé en un 80% mi necesidad de coleccionar objetos como recuerdo, ya no tengo necesidad de comprar nada para que acabe acumulado en una caja, con una fotografía pasa a formar parte del viaje. Eso me gusta.

Ebook: en mi anterior viaje eché muchísimo de menos un libro, leer en inglés me cansa, así que me compré un ebook que se ha convertido en un imprescindible. No pesa, no ocupa y puedes tener toooodos los libros que quieras contigo (soy de las que ha paseado tochos de la carrera de Derecho todas las vacaciones en la maleta jajaja). Mi madre lleva diez años diciéndomelo jajaja y no le había hecho caso hasta ahora.

El resto de cachivaches son los normales: cuaderno,candados, cuerda, pen, saco de tela, cadena para atar la mochila, mosquitera, mini costurero,batería de móvil extra, ladrón para enchufe, navaja …

Quizás esta sería la respuesta a ¿que te llevarías a una isla desierta? Aunque confieso que replicaría ¿hay enchufe, wifi y agua caliente en esa isla? Jajajajaja

Todo preparado para afrontar las próximas aventuras.

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Próximo destino... Sri Lanka.

Cuando tienes todo el mundo por conocer, elegir un destino es algo no tan fácil como parece. Los lugares a los que viajar están casi siempre condicionado por nuestro estado emocional, nuestra etapa vital.

Cuando interrumpí mi viaje, mi madre y yo teníamos ya organizado nuestro viaje de encuentro, el destino que habíamos elegido: Sri Lanka. Por eso, a la hora de retomar la vida Nómada no podía una mejor forma de hacerlo que comenzándola con ella viajando a la lágrima de la India.

Ahí vamos, en tan solo una semana nos espera ese curioso país que estamos dispuesta a conocer a fondo durante tres semana.

Es divertido porque cuando hemos ido diciendo nuestro destino las reacciones han sido de lo más variadas: ay qué sucio! - Qué asco! - El mejor viaje de mi vida! - Os va a llover sin parar! 

La verdad es que las dos lo tuvimos claro, queremos conocer esa Lagrima que sea la introducción al mundo asiático. Estamos preparadas para el brote brutal de Dengue que arrasa la isla, los monzones, el caos y sobretodo preparadas para viajar viviendo juntas esta aventura.

Esta será la primera parada de esta nueva etapa... después continuaré sola hacia la India, el viaje de mis sueños como contaré más adelante.

Mama y Nana preparadas para reír y disfrutar de esta segunda oportunidad.

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Haz planes, la vida tiene los suyos

Durante la última etapa Nómada tuve que dejar de escribir en ordenador, la ausencia de enchufe y el no tener wifi (salvo la de las cabinas Telstra o Bibliotecas), hicieron imposible digitalizar mi diario.

8 meses escritos en un cuaderno que ha acabado chuchurrido, lleno de todo tipo de manchas y que guarda una esencia difícil de transmitir. Así que me guardaré para mi todo lo vivido en Australia, que me cuesta ahora pasar a este blog.

El objetivo de escribir aquí no era ni es otro que transmitir a mis amigos y familia mis aventuras, por tanto tiene cero valor para viajeros jajaja pero me ayuda a reflexionar y transmitir sobre aquello que descubro en esta aventura. Por eso lo mantengo, porque a veces nuestras experiencias ayudan a otros a enfrentarse a sus miedos.

Cuando lo comencé mis planes eran pasar de Australia a Indonesia... y en mitad quedar con mi madre en Sri Lanka. Pero por mucho que planees la vida siempre te sorprenderá poniendo en tu camino aquello que necesitas para crecer.

Estos últimos meses han sido un reto, tener delante el todo y la nada a la vez, aprender a vivir sin mirar el futuro o como si este no existiera. Y es que nunca habrá una verdad más grande y triste a la vez, como aquella de que “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. 

Por fin llegó el día y sí, me hicieron el mayor regalo que jamás he recibido, me dieron una segunda oportunidad. Creo que puedo confirmar que fue uno de los días más importantes de mi vida y que la sensación de felicidad que sentí por devolverme lo perdido jamás la olvidaré.

Ahora toca vivirla. 

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Casa Nómada

Bienvenidos a nuestra casa nómada.

A continuación os invito a una visita virtual por la casita con ruedas. En el momento que transcribo el post, se han ido haciendo modificaciones para adaptarla más a las necesidades :) pero mantengo más o menos las imágenes originales.

Este es el salón de estar.

A la izquierda el armario de ropa de abrigo accesible, el sofá donde relajarse y la mesita supletoria donde escribir y jugar a algo .

Detalles:

Bolsa Unicornios que sirve para todo pero principalmente para guardar cachibaches.

Ahora el techo tiene estrellitas que brillan por la noche y hace que la inmensa manta de cielo sobre el que dormimos normalmente, se extienda hasta la cama.

Este es el comedor desplegable, a la izquierda las sillas y la mesa:

La cocina:

Nevera, fogón y encimera donde cocinar, además de la despensa.

La bodega:

Armarios de cocina:

Pila para lavar:

Cajón artístico, para manualidades. Actualmente más invadido por aparejos de pesca jajaja

Armario /Bolsa de aseo: el glamour que no se pierda con bolsa de Dolce&Gabbana y Chopar jaja

Luego el aseo a pasado a estar en esta camiseta mochila colgante para ahorrar espacio y evitar mover la caja de un lado a otro.

Vestidor con: zapatero, armario y bolsa de ropa de baño, trajes surf etc

Armario perfectamente distribuido :___)

La cajita de tesoros del mar:

El estudio/biblioteca:

Y la entrada recibidor:

Y así se completa la casa nómada, a la que faltaría añadir imágenes del cuarto de herramientas, deposito de agua, armarios de ropa de invierno, armario de juegos jajaja etc. pero que como tienen poco glamour, omito.

Allá vamos ...

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Viajar sin equipaje

¿Cómo empezar el viaje? Pues como todo, dando más importancia al trayecto que al destino, en este caso Perth.

Punto de salida: Sydney.

Retos por delante, aprender a vivir sin necesidades materiales y descubrir un país tan grande como Australia, toda su naturaleza y sobre todo poder surfear cuantas más olas mejor :)

Emocionante, envidiable y también un reto, porque es cierto que no puede ser difícil al no tener horario laboral, ni obligaciones sociales … pero todo tiene su cara B.

Renunciar a la comodidad, a lo material, al depender del consumismo no es nada fácil. Esto no son unas eternas vacaciones sino una forma distinta de vivir. 

Piensa en tu día a día :

Agua caliente: creo que podría dedicar varios post aparte al concepto agua caliente jajaja pero lo resumiré en que a día de hoy que transcribo el blog, es sin duda el bien más preciado.

 Electricidad: Nunca un mechero del coche dio tanto de sí. Aprovechar un enchufe público y hacer una construcción del lego con las mil millones de cosas a cargar…

Nos hicimos con un pequeño transformador que nos permite cuando el coche va en marcha, conectar a la vez:

 2 móviles

 Ordenador

Batería de la cámara

Portátil.

Linterna

Cargador de móvil extra.

-       Refrigerador: Olvida la bebida fresca, aquí hace hasta 36º y os aseguro que una cervecita fresquita apetece. Y hay ciertos alimentos a los que también hay que renunciar porque no aguantan una semana de calor. Así que hay que apañarse..

-       Wifi (no sin mi wifi jajaja) me he hecho de la compañía Telstra, que no tiene una cobertura muy espectacular, pero si tiene la más amplia y es la que pone las cabinas. Así que ha inventado un sistema por el que si eres cliente, puedes a través de una cabina tener wifi gratis, puedes aparcar tu casita nómada cerca de la cabina (Hot Point) y conectar móvil, portátil … por lo menos hasta que se agote la batería jajaja.

No hay estos puntos en todos los sitios de Australia pero si es una facilidad extra y con la app puedes ir viendo donde. 

-       Lavadora: ¿cuántos lados tiene una camiseta?

Repetir modelito está a la orden del día, agotas sus usos y versiones hasta que pasa a la bolsa de ropa sucia.

Luego ya encontrar lavadora pública a buen precio. 

-       Fregar los platos: si ya apetece poco cuando es lavarlos en una fregadera, imagina cuando hay que hacer malabares entre  la piedra donde está el bidón y la bolsa flexible (grandísima adquisición) que se mantiene erguida con el agua.

Eso sí, imprescindible el lavado en seco previo con un poco de papel para no usar mucho agua luego. 

Así vas a adaptándote a tu presupuesto: comida y gasolina, el resto son extras (taller, algo fresquito, una ducha …) y a vivir en una “furgo heredada”.

Es todo una aventura y como le explicaba a mi madre es un des-aprendizaje … de pequeña uno de mis juegos preferidos eran los clips (playmobiles para la mayoría), y al principio lo único que habían eran el barco pirata, el fuerte … poca estructura y más personaje. Si querías jugar a las casitas, tenías que sacar toda tu imaginación para montar la aldea.

Mi mejor amiga de peque Ana Olías y yo pasábamos horas montando de todo con aquello que teníamos a nuestro alcance, y la base era la imaginación… un lápiz era un puente o una farola, una goma de borrar un sillón… ese proceso de  hacer que una cosa con un uso social asignado pasara a ser cualquier cosa que nos venía bien era lo mejor, cuando ya no quedaba nada que extender de la aldea, entonces empezábamos a “jugar” y entonces nos aburríamos al bien poco. 

Luego empezaron a llegar a las tiendas el chalet, la granja, la mansión etc de los playmobiles. Por supuesto nos parecía lo máximo y se lo pedíamos a los Reyes Magos. 

Siempre queríamos más, y uno de nuestros sueños era tener el cuarto de nuestro amigo Quecu: un cuarto solo para clips y lleno de ellos. Pero lo que nos pasaba es que cuando lo teníamos, cuando te regalaban el chalet y ya lo habías montado, ya no podías cambiar nada, las sillas eran de proporciones idóneas, cada mueble como “debía ser”, por tanto si usabas tu imaginación, ya no era perfecto y parecía que se rompía la armonía.

Además como ya estaba montado, lo que quedaba era la parte menos divertida, no había ya nada que construir.

Pues en la vida real es igual.

Cuando no tienes nada, el pan de las sobras del día de la panadería es un manjar, y que no cruja, que esté almidonado o que no sea una barra francesa a medio tostar, es lo de menos.

 Lo bueno de “no tener” es que lo que consigues te da una satisfacción plena, no viciada por el consumismo, por el intervenido afán de tener más y más.

Vivir con lo justo, en nuestra furgo nómada, es eso, que lo que consigues es pleno y puro.

Este era uno de mis sueños de pequeña, vivir en una furgo y viajar en ella. Lo supe desde mi primer escapada en 2008 con mi mejor amiga de la infancia Ana Olias. Cuando ella vino a recogerme en su furgo mi cara de felicidad no podía ser mayor ¡perfecta! La furgo más chula que nunca he visto, con todo el rollazo del mundo. Con toda la magia que tiene Ana.

La escapada fue a El Palmar (mi primera vez en la que ha terminado siendo mi casa), Los Caños. Ella aparcó frente al mar, cenamos con una sábana en el suelo, reímos y charlamos … dormimos bien abrazadas para combatir el frío y a la mañana siguiente despertamos con las mejores vistas del mundo ¡cuanta libertad!

Pues volver a sentirlo casi 10 años después, en el 2017, y sentir como cumples un sueño es absolutamente increíble.

 A día de hoy Ana sigue siendo una de mis mejores amigas junto a Faina, las dos completan quién soy yo, me define cada una de ellas en un 50%, y las admiro y quiero.

En esta etapa de mi vida, estoy disfrutando de todo aquello que Ana me enseño con su propia vida. Siempre la he querido y nunca jamás podré describir todo lo que significa para mi. Hoy ella es Madre de Julieta, pura magia, llena de energía, belleza y arte. Este viaje tiene mucha parte de ella, de lo que siempre admiré de ella.

 Y un aprendizaje o des-aprendizaje … no necesitas nada para ser feliz y cuanto menos perfecto es todo, más lo valoras, sientes y eres consciente de que la vida es más sencilla de lo que nos enseñan. Seamos libres para ser lo queremos ser y no lo que los demás esperan que seamos.