laveletahumana - Tumblr blog

[laveletahumana]

Un niño me mordió. Me mordió, me dolió y me fastidié.

Me mordió porque él quería algo y yo (su profe) "necesitaba" hacer otra cosa. Él quería seguir jugando.

Me fastidié y me enojé un microsegundo. Lo miré a los ojos en silencio, respiré profundo para calmarme, pero mis ojos supuraban enojo. El pequeño me dijo "disculpa... Agua, jugar". Él quería seguir jugando y yo "necesitaba" que experimente lo que iba a pasar luego, para no generarle estrés o ansiedad durante un gran evento: "él necesita practicar, lo estoy cuidando".

Cuántas contradicciones surgen en pequeños instantes de docencia. Cuántas presiones "bien intencionadas nos pujan. Yo quería ver su felicidad cuando reciba su "joya" al terminar la carrera en la pileta. Spoiler: le chupó un huevo. Miró la medalla, me miró y me dijo: "agua, jugar". Él solo quería seguir jugando.

PD.: Disfrutó la carrera, estaba feliz nadando con "otros niños", nadó rápido y su corazoncito agitado se le veía en los ojos llenos de felicidad. Pero la medalla, si, le chupó un huevo.

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Un niño me mordió. Me mordió, me dolió y me fastidié.

Me mordió porque él quería algo y yo (su profe) "necesitaba" hacer otra cosa. Él quería seguir jugando.

Me fastidié y me enojé un microsegundo. Lo miré a los ojos en silencio, respiré profundo para calmarme, pero mis ojos supuraban enojo. El pequeño me dijo "disculpa... Agua, jugar". Él quería seguir jugando y yo "necesitaba" que experimente lo que iba a pasar luego, para no generarle estrés o ansiedad durante un gran evento: "él necesita practicar, lo estoy cuidando".

Cuántas contradicciones surgen en pequeños instantes de docencia. Cuántas presiones "bien intencionadas nos pujan. Yo quería ver su felicidad cuando reciba su "joya" al terminar la carrera en la pileta. Spoiler: le chupó un huevo. Miró la medalla, me miró y me dijo: "agua, jugar". Él solo quería seguir jugando.

PD.: Disfrutó la carrera, estaba feliz nadando con "otros niños", nadó rápido y su corazoncito agitado se le veía en los ojos llenos de felicidad. Pero la medalla, si, le chupó un huevo.

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Habitar las contradicciones, las emociones incómodas, esas que quiero ignorar subiendo el volumen de afuera.

La trampa de siempre.

La salida de nuevo es hacia adentro, envolverme en el silencio y aceptar que aunque estemos en el camino que elegimos, no siempre es fácil o grato. Aceptarlo y seguir caminando.

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Vuelvo a comenzar desde 0 porque es claro que es ahí cuando me siento viva. Hoy el desafío es sostener, pero moviéndome con soltura.

La imagen es una sirena que nada con su movimiento ondulatorio, hipnótico, veloz y danzante. Empujar fuerte para avanzar usando todo el cuerpo. En algún momento se hará más simple ¿No?

Cómo sea, de esta saldré con un hermoso cuerpo de tanto aletear hacia las profundidades.

Nunca creí querer ser sirena. ¡Hola 28 años! Así estamos.

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"¿Qué sería del humano sin problemas?"

Hace poco me plantearon este interrogante que tantos clichés de respuestas tiene..

Cerré la boca para intentar ver el mensaje real, la pregunta más alla de la respuesta: "Solo le quedaría trabajar en si mismo y en su alma"

Suele ser tan simple la respuesta, que llenarse de problemas nos propone posponer el trabajo sutil, y por ende el más comprometido de todos.

Elaborar los dilemas del alma es un pasar constante de estados inconscientes a lugares donde la consciencia clarifique y haga todo luz. Ver con la luz del mediodía nuestra alma entera, toda nuestra existencia ¡que importante trabajo el que dejamos de lado cada día!

Por eso los problemas resuelven con matices para no ver este mediodía de verdades intensas y, a veces, dolorosas.

¿Habrá que asumir la adversidad como parte del juego o debemos proponernos evitarla cuando eso nos impida ver la luz?

¿Cuándo esa adversidad es crecimiento y cuándo se convierte en obstáculo?

Suele ser tan delgada la línea para quién transita el camino, que solemos ver cornisas donde solo hay un peldaño. La perspectiva nos asusta tanto que al poder ver desde otro ángulo nos percatamos de que quizás esa caída solo era una suave pendiente...

Pero claro, es fácil saberlo cuando ya bajaste..

Entonces bajemos..

Ja.. Que mate!

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Se habla tanto de esto y me resulta frustrante.

Siento y creo que ser una persona positiva, comunicar desde la alegría y las ganas de ser feliz no debería ser un pecado. Es parte de reconocer la experiencia humana.

La felicidad es una arista, un puntito, un instante si se quiere.

"Nadie juega para perder, pero ganar no es lo más importante" y así nadie vive para ser infeliz. Creo. Nadie debería por lo menos ¿no? La felicidad no es lo único que nos mueve, pero hay que hacerse cargo de ese puntito, es indispensable.

¿Qué seria del mundo si nos movemos solo por nuestra felicidad individual? ¿Existe realmente la capacidad de ser feliz en soledad? O mejor dicho ¿En unitario? ¿Podemos ser personas felices y satisfechas si otra persona no lo es?

Tengo mis respuestas a estas preguntas, y más preguntas a estas respuestas.

¿Es pecado ser positivo? Según algunas personas usuarias de redes sociales parece que sí. Yo creo que no. Ser felices es una responsabilidad, y asumirla implica trabajo individual y colectivo. Igual con todas las otras emociones y experiencias humanas. Y si bien, no es una obligación "ser y estar positivo"; no debería considerarse "tóxica" a la persona que intenta ser o inspirar alegría: "hay Sol para todas las personas".

Mientras puedas proponer y no imponer, te escucho.

[laveletahumana]

La pregunta, qué pregunta. Y no, no es fácil responderla. Al mismo tiempo es simple ¿No? La vida es lo que es y nuestra realidad es lo que hacemos con eso.

Vemos, sentimos como se nos enseña. Podemos aprender y reaprender a mirar nos con otros ojos, otras gafas, mirar hacia afuera y adentro de infinitas formas. ¿Da miedo, verdad? Tener toda esta posibilidad, porque cuando la ves es tan real... Puede ser que el miedo te invada, y si, pero escuchalo. No te hagas el/la/le tontx, algo bueno tiene para contarte.

Para mí, cambiar de lentes a veces es un duelo.

Lo que deje atrás se acabó, comienza algo nuevo. No siempre es borrón y cuenta nueva, a veces simplemente me siento distinta y todo es distinto. Acercarme a mí misma tiene un poco de esa nostalgia: creí, me convencí de que soy tal o cual, y no. Soy otra. Soy siendo. No como capas que sacó hasta llegar al centro, sino como miles de senderos que tengo en frente y elijo por dónde si... Y dónde no. Aish, ahí la Veleta.

Sin elegir, me quedo ahí, abrazada al miedo pero sin escuchar.

Sintiendo, probando lentes, guantes, audífonos, cerrando los ojos o moviéndome de un lado a otro, el miedo me susurra, lo escucho y me cuenta entre tanto caos lo que necesito escuchar.

¿Me elijo o me abandono? Si te elegís, sabelo, el camino va desde el pasto suave, la piedra caliente, el polvo que raspa, hasta el agua para bucear, nadar o incluso ¡a veces volas!

Te elegís o te abandonas, las condiciones nunca pueden ser más favorables.