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En donde estés…
-¿Eres tú? -Claro que soy yo, ¿acaso no me pensaste?.
-¿Te quedarás conmigo? -Eso depende de ti.
-¿De mí? ¿Acaso crees que no te he buscado? -Ese es el problema, mientras más me buscas mas te alejas de mí.
-Tienes razón, lo siento. -No lo sientas; no es tu culpa, al igual que yo, sé que te sientes solo.
-¿Pero te encontraré? -Eso no depende de ti. Ni de mí.
-¿De quién entonces? -De la esperanza que tengamos.
-¿Tu también me buscas? -No, yo dejé de buscarte hace mucho tiempo. Pero te tengo; al igual que tu a mi, cuando soñamos.
-¿Y me sueñas? -Si; cada día que pasa.
-¿Y me puedes decir donde estás? -Lo siento, no puedo. Ni yo mismo lo sé.
-¿Quizás solo eres un tonto sueño? -No opinas lo mismo cuando en sueños, nos besamos.
-Esteeee… Bueno, no me culpes, es que me dan muchas ganas de besarte y abrazarte. -¿Y porque no lo haces ahora?
-Porque tengo miedo. -¿De que?
De que te vayas.
Nunca me iré, nunca estarás tan solo.
-Prometo que yo tampoco me iré. -Eso lo sé.
-¿Y por qué estas tan seguro? -Porque simplemente te amo…
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 12/08/2006 09:11:00 PM
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El Infinito…
De un tiempo a esta parte el infinito se ha encogido peligrosamente. Quién iba a suponer que segundo a segundo cada migaja de su pan sin límites iba así a despeñarse como canto rodado en el abismo. Mario Benedetti
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 12/07/2006 09:47:00 PM
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Propiedad de lo perdido…
Todo lo que has perdido, Me dijeron, es tuyo. JOSÉ EMILIO PACHECO
Es mía la inocencia ánfora de cristal tan desvalida que nada me sugieren sus añicos
la juventud es mía y es además atávico susurro rescoldo previo al imposible fuego
el rostro de mi padre tan mío s que acude a mis espejos para comprometerme en sus dilemas
es mío el primer salmo débil embelesado entre los árboles zurcido con las hebras del olvido
mío el brote de amor que era quimera y fue descubierto para soltar arrobos como un lastre
mío el muro de dios con su agrietada y hosca piel de piedras y sus mil garabatos de recelo
y la mano fraterna tan mía es que surge de las ruinas para estrechar mi mano y exhumarme
todo lo que he perdido es mío irremediablemente mío tan lejano de mí que es desamparo Mario Benedetti
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 12/05/2006 07:39:00 PM
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Libres de Miedo…
"No es el poder lo que corrompe, sino el miedo. El miedo a perder el poder corrompe a los que lo tienen, y el miedo a la violencia del poder corrompe a los que sufren sus efectos." Aung San Suu Kyi
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 12/04/2006 08:08:00 PM
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Quiero…
Quiero una casa en el medio de la nada. Con ventanas que yo abra cuando me provoque y no cuando se supone que deba abrirlas, para que vengas a visitarme cuando yo así lo desee.
Quiero llorar sin que nadie pregunte ¿Qué te pasa? Llorar a mares, sollozar sin que nadie me interrumpa a preguntas.
Un pasaje de avión "solo ida".
Quiero que dejen de pelear conmigo por cosas que probablemente nunca cambiarán.
Quiero que mi problema para relacionarme con los demás deje deser un problema y se entienda como una condición.
Quiero aprender a ser clara y a decir l que pienso sin dar tantas vueltas. Necesito que aprendan a entender mis palabras cuando doy vueltas para no tocas fibras sensibles.
Quiero que los libros nunca se terminen, y que haya un playlist eterno de canciones escogidas por mí.
Una pecera con cinco peces de colores que no se mueran.
Deseo con toda mi alma que la gente deje de matarse, que las guerras sean entre los líderes de los países y no entre los pueblos… algo así como los antiguos duelos. Que se maten los involucrados… y dejen de joder a los inocentes.
Me muero por ir a Tokio a conocer a alguien que se convierta en mi amigo, con el que pueda reír y que al final del día no me quede la sensación de saber que me llamará porque está buscando acostarse conmigo.
Quiero rodar 100 metros por una calle sin caer en un solo hueco, sin frenar una sola vez porque alguien se te atraviesa. Necesito que la gente sea gentil y solidaria y deje de mirar su propia nariz.
Quiero nadar sin cansarme, nadar por horas y luego salir y que el sol seque las gotas sobre mi piel.
Quiero tener la seguridad de que llegarás bien a casa así sean las 4 de la mañana.
Quiero que se me ocurran cosas interesantes para escribir y que se acabe la sequía mental de las últimas semanas.
Me muero por tener un cuarto grande del que no haga falta salir mucho rato.
Quiero que me quedes tu…
Quiero dejar de sentirme tan adolescente cuando pienso que ya no estoy en edad para tantos deseos malcriados.
Entonces se sé exactamente lo que quiero, ¿por qué es tan terriblemente difícil conseguirlo?
Escrito por: Melissa Wolf En: Semanario Urbe 515
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 12/01/2006 08:25:00 PM
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"DELETE" de recuerdos…
Hoy fue uno de esos días difíciles. Llevo un par de días tristes, y para colmo de males se murió mi pez beta. Y algunos dirán, pero bueno Hefestión, pero solo era un pez¡¡¡. Les aseguro que era más que eso. Por una extraña razón este es el tercer pez beta que tengo, y los anteriores también se murieron siempre cuando yo estaba triste. Pero bueno, quizás si eran simples y tontos peces.
Hoy Sicus me dijo que intentara escribir lo que quizás me ha entristecido estos días. Quizás el viejo y sabio hechicero tenga razón y si escribo sobre eso será mas fácil superarlo. Estoy seguro que así será.
Lo que me tiene triste son los recuerdos. No los tristes sino los bonitos. Son los que me hacen sentir más solo.
Por ejemplo esa época cuando trabajamos juntos y yo iba los sábados cuando el tenía mucho trabajo solo para ayudarlo. Después salíamos a pasear y veíamos una película en el cine.
O ese día en que me consoló cuando me dejó aquella muchacha que tanto yo amaba. Lo que sentí cuando me miró a los ojos y me dijo: "ella no tiene idea de lo que está perdiendo".
Aquella vez en mi cuarto; frente a la computadora, cuando me abrazó sin motivo alguno y simplemente me miró y me sonrió.
Aquella vez cuando fuimos a la casa de la playa los dos solos y jugamos como niños encima de las camas, y nos tocamos y acariciamos pero no me atrevía hacer nada más porque simplemente yo estaba temblando de miedo.
Aquella vez en que yo no tenía trabajo y me gasté lo último que me quedaba en el banco en su regalo de cumpleaños; la cara de felicidad que tenía ese día, la felicidad mía en saberlo feliz.
La vez que se enfermó y no había nadie en su casa y fui a buscarlo a su trabajo y lo lleve a su casa y lo cuidé toda la tarde y parte de la nochemientras lo observé por horas sentado al pie de su cama. Al día siguiente fui a su casa a almorzar junto con nuestros amigos del trabajo. No puedo olvidar su gran sonrisa al vernos a todos.
Todas las veces que fuimos a la casa de la playa y caminábamos hasta el mar todas las tardes para ver el atardecer. El silencio, las olas del mar, el cielo y su rostro era lo único que me importaba.
Aquella vez que el, su desnudez y yo nos quedamos en la piscina y solo pude ocultar mis manos para que no viera como me estaban temblando.
Todas esas veces que en la casa de la playa dormimos en la misma habitación y las horas que pasaba contemplándolo e imaginando la sensación de uno de sus besos.
Aquella vez que me sonrojé cuando una amiga que gustaba de él le dijo frente a mí que yo lo consentía mucho. La sonrisa de niño con que me vio en ese instante me lleg�� al corazón.
Cuando estaba en la cama de aquel hospital y el doctor me dijo que estaba bien. Nunca en mi vida he sentido tanto alivio.
Aquella discusión por teléfono cuando lloró conmigo y después me fue a buscar para ir al cine.
Las últimas vacaciones que pasamos juntos, que fueron las mejores que he tenido hasta ahora, a pesar de que estaba tan distante conmigo.
Las veces que fui a acompañarlo al aeropuerto cuando en diciembre él iba a visitar a su familia, yo esperaba todo el año ese momento para sentir aquel abrazo de despedida.
La primera vez que celebró conmigo mi cumpleaños y me llevó a aquel sitio que tanto me gustaba, como nos reímos ese día.
Cuando me regaló mi primer pez beta….
¿Será que alguna vez podré tener nuevos recuerdos que remplacen estos? Quizás Sicus tenga razón y debo enfrentarlos para que desaparezcan. Si nos los guardo, no los conservo, y si no los consevo no podrán hacerme daño.
Ojalá esta sea la tecla de "DELETE" del recuerdo….
Hoy ha sido un día muy difícil. Hoy me siento muy solo. Tengo sueño, me voy a dormir. Ojalá mañana no estén estos recuerdos….
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/29/2006 09:01:00 PM
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Mary Renault, las palabras, el sentimiento, el amor…
Mary Renault se hizo mundialmente famosa a raíz de las novelas históricas sobre la antigua Grecia y ha sido eternamente adorada por los homosexuales desde que en 1953 publicó El Auriga, una bellísima historia de amor entre tres hombres. Mary Renault no fue una típica escritora de novelas históricas, por el contrario, su carácter fuerte y liberal chocó de frente contra las ideas conservadoras de la Inglaterra de posguerra.
Aunque nació en el seno de una familia de clase media, su infancia no fue idílica: su padre era un médico de carácter profundamente machista y su madre estuvo siempre en contra de la liberación de la mujer. Nunca le prestaron gran atención así que la joven Mary se refugió en los libros, que leía con voracidad, aislándose del resto del mundo. Entró en la Universidad de Oxford, gracias a la ayuda de una beca y de una tía suya (ya que el padre se negó a pagarle los estudios). Mary tuvo una esmerada formación universitaria que culminó en el St. Luchas College y en el St. Hugh's College . En cierto momento, dejó los estudios de literatura clásica por los de enfermería. No sería este el último cambio repentino en su vida…
En 1939 escribió su primera novela Purposes of love, que narraba el amor entre dos enfermeras… Para evitar la vergüenza de sus padres, Mary adoptó el seudónimo de Renault. A pesar de todo, la novela tuvo un relativo éxito, lo que animó a Mary a seguir escribiendo en sus ratos libres. Le siguieron otras obras que escribió durante la 2ª Guerra Mundial de acogida similar entre el público de aquella época. Su primera novela histórica correspondió a su séptimo libro.
En 1945 la Metro-Goldwyn-Mayer le pagó un premio de 150.000 dólares por la novela Return to Night. Unos pocos años más tarde, parte de ese dinero le serviría para embarcarse rumbo a Ciudad del Cabo (África del Sur) acompañada de Julie Maillard en busca de una nueva vida, mejor clima y mejor nivel de vida. Jamás regresó a Inglaterra. Perdieron pronto su dinero al meterse en un negocio inmobiliario ruinoso pero los rendimientos de las novelas de Mary permitieron mantenerlas a ambas.
Para su época, Mary Renault estaba totalmente liberada sexualmente. Aunque políticamente fue acusada de ser reaccionaria, lo cierto es que fue una firme defensora de los ideales griegos de la democracia y la justicia. Fue también una de las primeras mujeres en asociarse al movimiento ‘Black Sash’ (un grupo de mujeres que luchó contra el Apartheid). Con el paso del tiempo, sin embargo, se fue desilusionando de la política radical y se encerró en su mundo de ficción literaria.
En 1953 escribió la última de sus novelas “inglesas”, El Auriga, una franca y sensible historia del amor homosexual de un hombre joven. Durante más de 6 años la novela no se publicó en los EE.UU., lo cual nos demuestra una vez más lo avanzado de su literatura para los años que le tocaron vivir.
La pasión de esta escritora por la antigüedad helénica es patente en toda su obra. Su evidente erudición le llevó a cultivar la novela histórica con toda dignidad. Su obra está dotada de valores literarios incuestionables, destacando la agilidad estilística y la capacidad de narrar historias. Mary Renault se ha ganado un merecido y amplio reconocimiento a escala internacional no sólo entre la comunidad gay sino entre historiadores y expertos en la cultura helénica por la representación rigurosa de la historia griega en general y del emperador Alejandro Magno en particular. Es notable la forma en que Renault respeta la forma de pensar y sentir de sus personajes clásicos, sin intervenir en absoluto la mentalidad del siglo XX. Es quizá por ello que el amor homosexual aparezca reflejado en sus obras de una forma asombrosamente natural.
La característica más destacada, posiblemente, de esta autora sea la bondad y delicadeza con la que narraba el mundo masculino en la antigua Grecia y el amor entre hombres. Describía este amor homosexual con una franqueza y lirismo poco común. Muchos son los que han pensado que la persona autora de éxitos como El muchacho persa o Alejandro Magno no podía ser una mujer sino un hombre. Pero en realidad, Mary Renault era el seudónimo de una gentil dama, nacida en un suburbio de Londres, llamada Mary Challans. Se cree que Mary jamás sospechó su inmensa popularidad entre el público gay entre otras cosas, porque concedió muy pocas entrevistas. Siempre tuvo una relación discreta, por no decir inapreciable, con los medios de comunicación hasta su muerte en 1983 (dos años antes concedió una larga entrevista a un reportaje realizado por David Sweetman –biógrafo de la autora-, preparado para la BBC). Desde que se trasladó Sudáfrica, viajó muy poco: visitó diversos lugares del continente africano y viajó unas cuantas veces a Grecia lo que le aportó la base del conocimiento, sensibilidad e inspiración necesarios para escribir tan bellas novelas sobre la antigua cultura griega.
A pesar que tuvo una larga y estable relación con Julie Maillard nunca se consideró lesbiana. Detestaba las etiquetas. Su individualismo siempre ganaba y, probablemente, fue una fuente de inspiración para sus obras. Es por ello que sus libros no se pueden considerar literatura homosexual pues sus personajes homosexuales muestran sus tendencias de forma natural y nada forzada.
Su obra más destacada y popular es, sin duda, Alejandro Magno, que documenta de forma extraordinaria la vida del gran emperador de la antigüedad. Es un relato profundo, basado en documentación histórica y hechos ficticios, narrado principalmente por Bagoas, el esclavo y amante devoto de Alejandro. Bagoas fue entregado a Alejandro como parte de la oferta de paz del rey Darío. Bagoas acompañará al emperador durante toda la campaña en Asia, hasta su muerte con tan sólo 33 años.
Las tres últimas obras que escribió, una fascinante trilogía dedicada una vez más al emperador Alejandro: Fuego del paraíso (1969), El muchacho persa (1972) y Juegos Funerarios (1981) son consideradas obras maestras de la literatura y han supuesto éxitos de ventas en los múltiples lugares donde se ha publicado. Mary Renault falleció a los 78 años, víctima de un cáncer.
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/27/2006 09:19:00 PM
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Fuego del Paraiso…
Es extraño. Hoy terminé de leer un libro de Mary Renault que se llama "Fuego del Paraíso" y trata sobre la niñez y adolescencia de Alejandro Magno y Hefestión, sus aventuras y sobre el infinito amor que se tenían. Es un libro que me dejó una huella indeleble por dibujar a la perfección un boceto de lo que significa el verdadero amor.
Hubo palabras que me llegaron profundo en el alma y en el corazón. La autora encontró la definición perfecta para una sensación casi indescriptible a la que ella llamó "hacer el amor con el alma". Ahora se el porqué de mi profunda admiración por Hefestión, era un hombre, un amigo y un enamorado excepcional. Su devoción hacia Alejandro era infinita así como el amor que había entre los dos, que sin duda logró sobrevivir todas las dificultades más allá de la misma muerte.
El miedo que sentía Hefestión en confesarle a Alejandro lo que sentía, los ligeros roces iniciales que lograban exaltar su corazón, la preocupación que sentía al estar lejos de Alejandro, su amor incondicional, su miedo a perderlo, sus celos, sus acciones y sus palabras llegaron a hacerme un nudo en la garganta. He sentido todo lo que describe la autora que sintió Hefestión con sus mágicas palabras, excepto la reciprocidad de ese sentimiento. Por un instante en la lectura llegue a envidiarlo.
Cada día que pasa me doy cuenta que quizás nunca nadie me extrañe tanto como lo hizo Alejandro con Hefestión cuando murió. El lo extrañó casi al borde de la locura. No tengo las maravillosas cualidades de Hefestión. Creo que me he vuelto incapaz de expresar mis sentimientos en persona, cosa que al parecer el hacía con facilidad. De hecho solo lo he podido demostrarlos con dos personas. Las dos personas que me han hecho más daño en la vida. Quizás no haya ni psicólogo ni psiquiatra que cambie ese defecto en mí. Quizás el daño fue más basto de lo que creí y este blog sea el último rastro de humanidad que me queda.
Como me gustaría tener a alguien y amarlo y que me ame. Cambiar mi almohada con la de él todos los días para no perder el olor a sus cabellos tal como el lo hacía. Velar sus sueños cuando esté agitado mientras duerme entre mis brazos hasta el amanecer. Ver como la luz de la luna ilumina su rostro, su cabello y sus labios. Generarle la certeza de que mientras yo viva nada ni nadie podrá hacerle daño.
Hefestión tuvo una vida breve pero estoy seguro que fue inmensamente feliz. Tuvo que ser así, porque un amor como ese no era apto para existir por tanto tiempo en un mundo como este.
El que tenga oportunidad de leer este libro, se lo recomiendo. Eso sí, no se quejen después, sí al igual que yo, terminan con la sensación de que un amor como ese es quizás inalcanzable.
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/27/2006 08:38:00 PM
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Rostro de vos…
Tengo una soledad tan concurrida tan llena de nostalgias y de rostros de vos de adioses hace tiempo y besos bienvenidos de primeras de cambio y de último vagón
tengo una soledad tan concurrida que puedo organizaría como una procesión por colores tamaños y promesas por época por tacto y por sabor
sin un temblor de más me abrazo a tus ausencias que asisten y me asisten con mi rostro de vos estoy lleno de sombras de noches y deseos de risas y de alguna maldición
mis huéspedes concurren concurren como sueños con sus rencores nuevos su falta de candor yo les pongo una escoba tras la puerta porque quiero estar solo con mi rostro de vos
pero el rostro de vos mira a otra parte con sus ojos de amor que ya no aman
como víveres que buscan a su hambre miran y miran y apagan mi jornada
las paredes se van queda la noche las nostalgias se van no queda nada
ya mi rostro de vos cierra los ojos
y es una soledad tan desolada
Mario Benedetti
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/26/2006 09:19:00 PM
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Fundación del Recuerdo…
No es exactamente como fundar una ciudad sino más bien como fundar una dinastía
el recuerdo tiene manos nubes estribillos calles y labios árboles y pasos no se planifica con paz ni compás sino con una sarta de esperanzas y delirios
un recuerdo bien fundado un recuerdo con cimientos de solo que con todo su asombro busca el amor y lo encuentra de a ratos o de a lustros puede durar un rumbo o por lo menos volver algunas noches a cavar su dulzura
en realidad no es como fundar una dinastía sino más bien como fundar un estilo
un recuerdo puede tener mejillas y canciones y bálsamos ser una fantasía que de pronto se vuelve vientre o pueblo quizá una lluvia verde tras la ventana compartida o una plaza de sol con puños en el aire
un recuerdo sólidamente fundado fatalmente se acaba si no se lo renueva es decir es tan frágil que dura para siempre porque al cumplirse el plazo lo rescatan los viejos reflectores del insomnio
bueno tampoco es como fundar un estilo sino más bien como fundar una doctrina
un recuerdo amorosamente fundado nos limpia los pulmones nos aviva la sangre nos sacude el otoño nos renueva la piel y a veces convoca lo mejor que tenemos el trocito de hazaña que nos toca cumplir
y es claro un recuerdo puede ser un escándalo que a veces nos recorre como un sol de franqueza como un alud de savia como un poco de magia como una palma de todos los días que de repente se transforma en única
pensándolo mejor quizá no sea como fundar una doctrina sino más bien como fundar un sueño Mario Benedetti
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/26/2006 09:16:00 PM
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El valor de un "te amo"…
Adrián y Miguel eran los mejores amigos. Ambos conocían todos sus secretos, o casi todos. Miguel era un muchacho de carácter fuerte que protegía su corazón frágil. A miguel nadie; nunca en su vida, le había dicho que lo amaba. Se entristecía cada vez que se daba cuenta de ello, pero siempre trataba de enfocar sus energías en otra cosa: hacer feliz a Adrián. Ese era su escape, y su secreto.
Para los demás eran los típicos amigos. Pero su relación no era lo que la gente consideraba normal. Miguel amaba a Adrián y hacía cualquier cosa para verlo feliz, aun cuando no se lo decía. Siempre lo ayudaba, secaba sus lágrimas y aplaudía sus triunfos. Ocultaba sus habilidades y cualidades para no hacer sentir más a Adrián cuando fracasaba en algo. Hubiera podido dar cualquier cosa por Adrián, cualquiera.
Un día Miguel planificó un viaje con Adrián. Se irían de vacaciones. Sería el momento ideal para que Miguel le dijera a Adrián todo lo que sentía por él, sin importar las consecuencias. Una semana los dos solos, lejos de todos. Esas fueron las mejoras vacaciones que habían tenido, aunque Miguel no se había atrevido a decirle nada a su amigo. Había perdido la oportunidad de decirle cuanto lo amaba. Era hora de volver a la ciudad, otra vez a la rutina.
En la carretera, Miguel pensaba si alguna vez tendría el valor de hablar de lo que sentía con su amigo. Pero en ese instante no le dio tiempo de pensar en nada más, el automóvil donde iban se había volcado. Cuando Miguel despertó todo era confusión. Entre vidrios rotos y humo sacó a Adrián lejos del vehículo antes de que lo consumieran las llamas.
Miguel, con mucho dolor, pero con decisión llevo a su amigo lejos del automóvil. Cuando Adrián despertó consiguió a Miguel a su lado. Sus ojos abiertos brillaron cuando vieron a Adrián. Miguel estaba inmóvil de el suelo pero consiente. Adrián se acercó y le limpió los restos de vidrio y tierra de la cara. “Sólo quería decirte que te amo y siempre te amaré y te protegeré, no importa donde vaya”, fueron las últimas palabras de Miguel antes de dejar este mundo. “Yo también te amo, no me dejes solo” fue lo último que escuchó y las lágrimas de Adrián sobre su rostro lo último que sintió
Hoy como todos los domingos, Adrián lleva flores a la tumba de Miguel. Los que pasan por ahí siempre se preguntan el porque del llanto de aquel chico tan apuesto. En ocasiones esas mismas personas lo han visto acompañado de otro chico vestido de blanco que lo abraza mientras sus lágrimas caen sobre esa fría lápida.
Desde ese día Miguel lo acompaña siempre, lo cuida y consuela y ama con cada ráfaga de viento que roza su cabello…
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/25/2006 09:39:00 PM
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Quizás solo existes en mi mente…
Quizás eres sólo un reflejo de mi mente cansada ya de esperar. Quizás no existes, no existes ni existirás nunca. ¿Será por eso que tienes tantos rostros, tantas sonrisas distintas y tantas miradas?
¿Por qué no puedo dejar de imaginarte o de soñarte y me conformo con mi soledad? Quizás alguna vez se me agote el corazón de tanto sentir.
Quizás no me he percatado de tu existencia por esta maldita coraza. Quizás los ogros; al igual que las cebollas, tenemos muchas capas. Quizás son esas capas las que me asfixian.
¿Por qué (al igual que el poeta) pareciera que entre la vida y yo hubiera un cristal, que aunque pueda verla, jamás la puedo tocar? Quizás es que no me he atrevido. ¿Será que te extrañaré por siempre aun sin conocerte?
¿Cuando se aclararán tu rostro, tu mirada, tu sonrisa y tu corazón?
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/22/2006 08:42:00 PM
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Decisiones…
¿Que voy a hacer con mi corazón? Solo estoy seguro de dos cosas, no quiero que me hagan daño y por sobre todas las cosas, no quiero hacerle daño a nadie.
Cada día que pasa mi paz se vuelve más prolongada, más fuerte. Quisiera compartirla con alguien que no la rompa, que la disfrute y que la vuelva suya. Sobre todo eso, que la vuelva suya.
No planeo cerrar las puertas de mi corazón, porque eso sería condenarme a convertirme en un ser incompleto. ¿Pero como evitar que me hagan daño? Creo que es imposible evitar que alguna vez vuelvan a hacerme daño, pero ese es el riesgo que hay que tomar.
En ocasiones veo el futuro tan difuso que no me gusta pensar en el. Pero como ahí es a donde voy no tengo más remedio que mirarlo al rostro y tratar de descifrar lo que hay en el. Como lo dijo el sabio, la vida es una caja de bombones, nunca sabemos lo que nos va a tocar.
Siendo sincero conmigo mismo algo en mi interior me dice a gritos: ¡¡Vuelve a amar cooooño, date un chance, abre las puertas!! A veces me imagino en la casa de la playa… …abrasando a alguien en la hamaca… …durmiendo una siesta… …con el único sonido de las olas del mar… Es tonto pero miles de mariposas parecieran que quieren salir por la boca de mi estómago.
Creo que si, quizás me de la oportunidad y entregue mi corazón por última vez…
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/20/2006 09:16:00 PM
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Como una vela sobre el mar…
Como una vela sobre el mar resume ese azulado afán que se levanta hasta las estrellas futuras, hecho escala de olas por donde pies divinos descienden al abismo, también tu forma misma, ángel, demonio, sueño de un amor soñado, resume en mí un afán que en otro tiempo levantaba hasta las nubes sus olas melancólicas.
Sintiendo todavía los pulsos de ese afán, yo, el más enamorado, en las orillas del amor, sin que una luz me vea definitivamente muerto o vivo, contemplo sus olas y quisiera anegarme, deseando perdidamente descender, como los ángeles aquellos por la escala de espuma, hasta el fondo del mismo amor que ningún hombre ha visto.
Luis Cernuda
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/20/2006 08:51:00 PM
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Todo verdor…
Todo verdor perecerá dijo la voz de la escritura como siempre implacable
pero también es cierto que cualquier verdor nuevo no podría existir si no hubiera cumplido su ciclo el verdor perecido
de ahí que nuestro verdor esa conjunción un poco extraña de tu primavera y de mi otoño
seguramente repercute en otros enseña a otros ayuda a que otros rescaten su verdor
por eso aunque las escrituras no lo digan todo verdor renacerá.
Mario Benedetti
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/18/2006 11:00:00 PM
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11/17/2006 11:58:00 PM
¿Porque no pudiste amarme ni siquiera un poco? ¿Por qué no me mandaste al diablo en vez de alimentar en mi todo ese amor que quebró mi corazón en mil pedazos? ¿Por qué tuviste que salir de mi vida por la puerta de servicio? ¿Por qué dejaste que tomara tu mano cuando estabas triste? ¿Por qué dejaste que sacrificara mis sueños por los tuyos?
¿Por qué no respetaste ni siquiera nuestra amistad? ¿Por qué a veces no puedo arrancar estos malditos recuerdos que me hacen llorar? ¿Por qué siento que cada vez que me recuerdas no te importo ni siquiera un poco? ¿Por qué no morí aquel día para que por lo menos lloraras una sola vez por mí? ¿Por qué nunca te importé?
¿Por qué nunca pudiste regarme un beso? ¿Por qué nunca me dijiste te quiero? ¿Por qué siempre sentí que podía hacer cualquier cosa por ti? ¿Por qué a sigues trayendo soledad a mi vida? ¿Por qué sigues apareciendo en mis sueños? ¿Por qué a veces no puedo luchar contra ti?
Hoy te lloré por última vez, hoy estas lágrimas lavaran tu maldito recuerdo y lo convertirá en polvo, y al igual que a tu alma infame se lo llevará el viento. Estas preguntas que se quedarán sin respuestas se convertirán en el último recuerdo que tenga de ti; porque al igual que la persona que fui, tú para mí estás muerto…
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/17/2006 11:58:00 PM
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Ojos en el subterráneo…
Me enamoré de él. No hubo flechazos instantáneos, confieso que me tomó un tiempo. Capitolio y La Hoyada, Parque Carabobo y Colegio de Ingenieros. Ya en esa estación no había remedio. Sé que me enamoré porque cuando se bajó sentí la puntada en el estómago que indica que has perdido una amor.
Lo vi reflejado en una de las ventanillas…. Y me estaba mirando, aunque lo negó varias veces, él también me estaba mirando. Yo miro a la gente sin tener ningún objetivo. Tal vez me gusta intimidarlos. Pero más allá no quiero nada de los ojos anónimos. Puede ser peligroso. Nunca sabes que clase se psicópata hay detrás de unos ojos. ¿Qué quería él?
Ya casi eran las 11 y yo estaba mirando sus ojos negros cuando él levantó su vista y me miró. Así sucedió uno y otra vez hasta que tuvimos que cambiar de tren. Una transferencia no fue suficiente para alejarme de esos ojos negros peligrosos. Entramos al nuevo vagón, juntos y él se sentó a mi lado. Ya no pude seguir mirándolo, sólo a sus manos. Unas manos que parecían talladas por Miguel Ángel: blancas, góticas, con unas uñas casi femeninas. Un anillo negro en el pulgar y algunas marquitas blancas en las uñas.
“¿Cómo te llamas?” dijo, tan bajito y sin mirarme que me asusté. “Lo siento no hablo con extraños”. “Me llamo Miguel y ya no somos extraños, así que ya puedes hablarme” contestó él robándose la frase de la conductora del autobús de Forrest Gump. Entonces hablamos… de nada en especial, pero me hizo reír. Hablamos del misterio de los vidrios espejados del metro, de cómo los mosaicos en las paredes identificaban cada estación y de lo que se sentiría cuando el tren te pasa por encima. En cinco estaciones yo estaba absolutamente rendida a sus pies.
Es raro conseguir a alguien que te haga sonreír varias veces en diez minutos. Siete estaciones después él se despidió diciendo: “Eres bonita, gracias”. Ni siquiera le pude preguntar porque me daba las gracias o pedirle una seña, un teléfono, algo. Ya se había bajado y la puntada no me dejó hacer nada.
No quedaba rastro de él cuando el tren comenzó a moverse. Estaría apurado. A las 11 de la noche no es sano estar en el metro. Puedes terminar enamorándote de unos peligrosos y anónimos ojos negros. Escrito por: Melissa Wolf Semanario Urbe 513 Nota de Hefestión: Es casi imposible no enamorarse de esta mujer…
-- Publicado por Hefestión para Las Cronicas de Hefestión el 11/16/2006 10:24:00 PM
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