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Thanks. K

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Mamá, te adoro con toda mi vida. Vales mucho para este mundo. Eres sabiduría, bondad, humildad, honestidad, sensibilidad, fortaleza, dulzura, paz, todo hecho a la perfección.

Mamá no te vayas nunca, por favor. Mi mundo se acabaría ahí. Quédate conmigo hasta que yo cierre los ojos para siempre.

Mamá,

no mereces que alguien te haga llorar.

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Un vaivén.

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Te conocí hace 10 años

Flaca hermosa. Te conozco desde la barriga de tu mamá ¿Y sabes en lo que te has convertido ahora?

Eres un regalo para la humanidad. Eres para mi, una niña brillante, y ante los ojos de todos los que te conocemos, eres una personita fuerte, hábil y muy inteligente al tomar desiciones. Eres todo un ejemplo de vida.

Mi flaca, desde que pude enseñarte y tú entenderme lo que transmito, no dejo de hablarte de lo maravilloso que es ser niño. Trato de mostrarte lo más rescatable de este mundo y aunque quisiera ser un chip para estar en tu cabecita cada vez que te sientas triste, recuerda que, todos te amamos. Algún día llegará el momento en el que descubras que este espacio no es de colores, mucho menos perfecto, es un viaje frío y caluroso que poco a poco aprenderás a convivir.

¡Tu gusto por la música me alegra el corazón! Me veo en ti cuando era niña... Hemos tocado juntas la guitarra y el piano. Se que te sientes cómoda al cantar conmigo. Yo adoro cuando cantamos juntas, soy la veinteañera más feliz del mundo a tu lado.

Mi amor, cuídate mucho. Gracias por enseñarnos tanto... 💕❤🙂. Nunca te detengas y no dejes que nadie destruya ese universo tuyo.

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Inspiration of the Day: A feeling http://love.whrt.it/ditum

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L

Hace 3 meses nos encontrábamos apróx. a estas horas en un parque, a la espalda de Plaza Vea.

Recuerdo que para encontrate un viernes me escapé y mentí. Pero mucho antes... Increíblemente los dos nos quedamos solos en oficina. Luego de lo de Vichama, moría por hablarte más, y felizmente sentí que tú también. Ambos fuimos tímidos, conversábamos de las cosas que amábamos: música y animales 🎵😽🐶🐱🐕 pero el tiempo ya se acababa.

Bajé al primer piso sin acabar aquel beso corto que tuvimos en el taxi y al costado de Heavy Metal jajaja. Tú te fuiste luego. Como (casi) siempre yo, dando la iniciativa, te escribí y pregunté: "¿ya te fuiste?" Tú: "¿nos vemos en la muni?"

Mi corazón palpitaba rápido, mi estómago estaba tan lleno de insectos jugando dentro. "¡Tengo que ir!" me dije a mi misma. Y así fue...

Tenía muchos nervios, no sabía que hacer ni decir mientras caminaba por la Av. Izaguirre. Hasta que te vi de lejos ¡Ay! Qué roche. Nos saludamos y se creó un silencio que por suerte, supe romper. Te hablé de mi amiga Gio mientras caminábamos rumbo a la Muni, me aconsejaste y para sorpresa, ambos pásabamos maso menos por la misma situación. Blablabla... Llegamos, nos sentamos pero había mucha bulla. No me sentía cómoda. Guardabas mi "sorpresa" en tu mochila y yo inocentemente creí que sacarías un perrito o gatito (por nuestra conversación previa en oficina) (hey! Perrito y gatito de PELUCHE 😆). Luego vino lo de Evanescence y Korn 😆😆😆.

Y ya en el parque... Luego de muchos rodeos, me confesaste lo que pasaba por tu mente... Yo me las olía pero ahora te confienzo que, ESTABA SÚPER NERVIOSA. Me regalaste los aretitos de gatito, lo amé (una pena que haya sobrevivido uno). Wow, desde ese día... guardo tu dulce mirada, el tono de tu voz que solo me da paz, tus labios, tu inocencia de niño (como en tu foto de inicial), tus manos que solo me guían a viajar a otro mundo y más conmigo.

Eres un hombrecito hermoso, vales mucho para este mundo y te lo digo en voz alta, a veces en mi mente. Cuídate, mereces mucho amor.

Ate.

Kat

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¿Cuán genial es ser adulto?: la verdad de tener veintitantos

Me di cuenta que adaptarme a este mundo no es fácil, que está llena de “seres” inquietos con defectos y virtudes que yo no logro entender. Pareciera que andamos con los ojos vendados y el corazón manipulado. Aún tengo mucho por aprender, monstruos por vencer y por recorrer. 

Tal vez no me prepararon para volar tan rápido, he sido cubierta como aquel niño que solo busca felicidad y no devorar al mundo por ambición. 

Encontré a alguien parecido a mi. Eso me hace sentir feliz, no soy la única que cree que este mundo está hecho de mentiras y prejuicios. Pero aún quedan los mejores momentos, los que valieron la pena seguir en pie y sacarme muchas sonrisas de corazón. Aprendí cosas hermosas, sensaciones divinas y aprendí también que el tiempo es realmente un reloj, NUNCA PARA, que aunque desee con todas mis fuerzas pausar o retroceder momentos, solo es posible en mi mente y en mis sueños. Supongo que de esto se trata esta historia. La “vida” que crearon mis padres, tiene un principio, intermediario y finalmente su desenlace. 

Nunca pensé que tener 22 años sería tan difícil pero me gustan las montañas rusas. 

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Cuando ellos se van, ¿qué te queda?

Era 2015 y en casa sentíamos  un gran vacío, pues, llevábamos mucho tiempo sin un compañerito de cuatro patas. Luego de esperar por años, una amiga de mi mamá apareció y nos trajo una cajita en donde parecía se encontraba el nuevo miembro de la familia.

Mi corazón se aceleraba rápido, mi cabeza explotaba de alegría, era una niña  emocionada por  ver su rostro, sus patitas, no me importaba que raza era y ya tenía una lista de nombres en mente para bautizarlo. Me imaginaba los días jugando con él. Realmente moría por conocerlo. Cuando abrimos la caja… sorpresa, ¡ERAN DOS! dos cachorritos y no solo eso, eran hermanitos, y para matarme más… ¡Uno negrito y otro blanquito! En un principio, mis padres tenían dudas sobre la posibilidad de tener a los dos, y es que es doble responsabilidad y tiempo, precisamente tiempo era lo que nosotros no disponíamos. Yo estudiaba todo el día, mis padres trabajan largas horas, pero la idea era turnarnos y aprovechar mi poco tiempo de vacaciones al máximo, así que, nos dejamos embelesar de tanta ternura de estos nuevos bebés y dijimos: “vamos a probar cómo nos va una semana”. Y así fue, los primeros días quería dormir con ellos todos los días. Les puse una colchoneta azul y en esta, ellos caminaban con tropiecitos, era muy gracioso y tierno. Recuerdo que ambos cabían en mis brazos, entraban en mi maleta hasta en mis botines. El negrito “Fito” era súper travieso, mientras que el otro, “Dino” era un dulce bebé engreído que cuando le tocaba su cabecita,  patitas y le daba besos en la barriguita se dejaba. Pasó un poco más de una semana y nos resultaba difícil, casi IMPOSIBLE separarlos. Finalmente nos quedamos con los dos.

Todas las noches lloraban, se acostumbraban a estar conmigo, a veces tenía que despertarme a las 3 am para decirles algo y meterlos a su lugar -casita hecha para ellos- pero no querían. ¡Prácticamente viví lo que es ser una madre, jaja! no me importaba, no me hacía problemas levantarme y a veces meterlos a mi cuarto a escondidas.

Pasaron los meses y aunque aún seguían siendo bebés, ya estaban algo grandesitos. Su primer baño:  AMABAN el agua (todo lo contrario a mis anteriores perros, que odiaban la ducha) ¡No saben cuanto disfrutaban que los bañásemos! se quedaban quietitos y nos regalaban sonrisas como si estuviesen agradecidos por cuidarlos y amarlos tanto.

Todo lo que hacíamos, lo hacíamos para los dos y al mismo tiempo. Jamás los hemos separado desde aquel día que prometimos cuidarlos y nunca separarlos.

Pasó medio año y como es habitual en ellos, querían salir, tener libertad y  romper todo lo que veían. Mi madre preocupada recomendó hacer una casita en el tercer piso. Yo me negué, el tenerlos arriba sería alejarme de ellos un poco  pero no podía oponerme ya que, tampoco tenía todo el día para cuidarlos. Empecé a llevar cursos extras y estudiar más, juro que las veces que podía, me quedaba por horas a jugar y abrazarlos, me dolía tener que verlos encerrados y tenerlos en el tercer piso y ya no tan cerca como cuando eran bebés, estaban muy acostumbrados a mi y yo a ellos. Llegaba por la noche y me quedaba a abrazarlos, no se imaginan como disfrutaban que los acaricie, habían días que quería dormir en el suelo junto a ellos y despertar ahí. Obviamente mi madre enloquecería. Me costó mucho adaptarme.

Recuerdo que una noche, regresaba a casa llorando por algún carga montón. Lo primero que hice fue buscar a alguien, mis amigos no entenderían mis asuntos, así que, aunque parezca una locura, corrí hacía el tercer piso, abrí la rejita y me tiré al suelo y me puse a abrazarlos con lágrimas en los ojos. Ellos se quedaban quietos, como si entendieran que algo estaba mal, algo malo me ocurría y solo atinaron a ponerse a mi costado uno a mi derecha y el otro a mi izquierda. Fueron muchas las veces que realizaba eso.

Debo admitir que al año y unos meses, ya no los veía como antes. A veces 4 o 3 días a la semana me escapaba y los domingos sí o sí los engreía y salía a jugar. Por las mañanas cuando se me hacía tarde, solo subía a buscar mi ropa algo enojada por el tiempo pero ellos me sentían, se paraban en la escalera y asomaban su cabecita para verme. Era la única forma de vernos. Eran muy chiquitos por raza, tampoco podían lanzarse encima, así que aprovechaban las escaleras para verme mejor y ladraban para llamarme la atención. Yo no resistía a verlos y a veces no me importaba llegar tarde, los tenía que acariciar y hablarles como bebés ¡no podía ignorarlos un ratito con lo hermosos que son!

Mi papá últimamente los dejaba salir por largas horas a la calle. Eso me daba miedo, eran muy chiquitos para salir sin alguien que los cuidase, pero era la única forma de darles algo de libertad y ellos lo disfrutaban. Pero algo en una semana, cambió…

Un día estaban mucho tiempo en la calle, eso no me gustaba, podrían comer cualquier cosa como los perros de la cale… Regresaron y vi que Dino empezó a convulsionar 5 segundos, me asusté demasiado inmediatamente se puso bien pero los notaba cabizbajos. Al día siguiente, Fito estaba mal. Mi padre les dio suero para que se tranquilicen pero eso no fue suficiente.

El miércoles último, subí pero no para verlos, tenia que recoger ropa y pensé que como es costumbre, saldrían a verme, ladrar y mover sus colitas pero esta vez no fue así, no había nada. Me asusté pero pensé que estarían solo durmiendo metidos en su pequeña casita. Desafortunadamente tenia semana de exámenes, y otros proyectos mas que les juro, solo tenia tiempo para llegar a casa a cenar y dormir. Algo raro estaba pasando, no se les escuchaba ladrar y me quedé con la incertidumbre de no verlos… Parece que mi papá sabia el estado en el que estaban pero no quiso decírmelo para no preocuparme.

Llegó sábado 29 de octubre, 2016 mis exámenes acabaron, POR FIN. Me levanté, tomé algo de desayuno y corrí inmediato a verlos. Esta vez, prometí dedicarles todo mi tiempo y no salir a ningún lado. Eso haría. Subo, saludé a la señora que nos ayuda a limpiar en los que  haceres del hogar, abro la rejita… veo limpio el lugar de Fito y Dino, subo a las escaleras… ya sentía algo extraño… me sentía confundida de pronto la señora me dice: “¿buscas a los perritos? ¡no! tú papá ya los ha llevado, los encontramos muerto. Los recogí con tu papá en la mañana. estaban tendidos en el suelo, el negrito botaba sangre por la boca”. Yo: “¿Qué? no… este, no…”

Lo primero que hice fue bajar las escaleritas de ese lugar, lugar donde me miraban sentaditos y esperaban mis caricias. Se me hizo un nudo en la garganta, mi mente estaba en blanco y  no se cómo logré bajar hacia el primer piso. No podía hablar. Me senté en la mesa de la sala y  traté de escribir algo en mi laptop pero no podía, agarré el celular y llamé a mi papá: “¿DÓNDE ESTÁS? POR FAVOR ¿DINO Y FITO?” fue lo primero que le dije. Papá: “Los perritos… amanecieron muertos”. Yo: “PAPÁ, ¿DONDE ESTÁN ELLOS? POR FAVOR, ¿DÓNDE ESTÁN? ¿DÓNDE ESTÁN?”, pregunté “¿dónde están?” como 15 veces llorando y gritando desde el teléfono, mi papá se quedó callado y solo atinó a decirme “nos vemos en la noche”. Colgué el teléfono, me agarré la cabeza y lloré como nunca antes.

“Por favor, que solo sea esto un mal entendido, díganme que se los llevaron y los encontraré mañana y podré abrazarlos tan fuerte por alejarme de ellos…” Discúlpenme, disculpen por no darles el tiempo y afecto que en estos días se merecían. Quisiera haberme partido en dos y dedicarme a ellos como antes. D&F se fueron rápido y yo sigo aquí, ahora sin poder llevarlos a la playa a pasear o revolcarme en el pasto un día entero. Lo quiero mucho, preciosos…

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FITO.

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Para ella

Te conozco hace 22 años. Eres la primera persona que mis ojos vieron y siguen conmigo en cada momento. ¿Podría en los años que me restan, agradecerte todo lo que has hecho por mí? ni esos años alcanzarían para decirte lo mucho que te quiero y lo agradecida que estoy.

Todos están orgullosos de sus madres, pero yo no alcanzo sentirme “solo” orgullosa de ti. Eres una luz, una flor que resplandece cuando habla y me mira con dulzura… Jamás he oído de ti hablar mal de otras personas, siempre rescatas lo mejor de cada una. Te han hecho daño,personas incapaces de vivir tranquilas y conocer el verdadero amor ¿pero sabes? desde que soy lo suficientemente fuerte y ya adulta, no permitiré que nadie te haga sentir triste porque eso es lo último que te mereces.

Hablan bien de ti con admiración, respeto y cariño aquellos amigos del trabajo, familia y  gente extraña. Ellos te quieren y me demuestran que llegaste a la tierra para enseñarles a vivir con valores.

No soy perfecta pero….Te quiero mucho, Carmen Porras G.

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Del rock enfermizo a la fusión latina de Román Palacios

Román Palacios es una leyenda viva, pues en 1964 junto a Pablo Luna, formó una de las bandas más recordadas e importantes para el rock peruano, Los Yorks. Su primera guitarra fue hecha por él con una caja de cartón y aprendió  a tocar desde los 8 años. Su afición hacia la música ha sido de toda la vida.

Román nunca se alejó del mundo artístico, pues ha hecho de todo un poco. Me cuenta en nuestra conversación, que Los Yorks no fue una casualidad. A través de la banda, hizo sus pininos de producción y de estimular algo que quedó para la historia. Es conocido también por sus labores como comunicador, siendo jefe de promoción en una editora, trabajó como publicista y ahora es director de un colegio en el distrito del Rímac.

Para leer la entrevista completa, entrar a este link: https://katherinezzig.wordpress.com/2015/11/14/el-rock-enfermizo-y-la-fusion-latina-de-roman-palacios/ ¡gracias!

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Butterfly by @MeaganCignoli. Song: Psychic City by YACHT

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How to weekend.

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1920s Timeline by a-little-bit-lexical

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A 1920s Gatsby Christmas Party – click here to read the post!

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Midway Airport, Chicago, 1965