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FAQ e información adicional.
1. Si seguiré con Dangerus, solo que la deje mucho tiempo y me enfrié, estoy retomandola. 2. No hay lugar donde descargar mis novelas, todas están perdidas por fotolog. 3. Estoy recuperando todas mis novelas y shots. Pronto las subiré aquí corregidas. Unas cosas cambian en torno a la redacción. 4. No utilizo mucho Facebook, me hace perder el tiempo. Por eso probablemente no he aceptado tu solicitud. 5. Cualquier escrito que se diga ser de mi autoría, pero es sobre cualquier otro ARTISTA (Justin,BTR,etc) NO ES MIO, o fue modificado. 6. Los one shots que subí con dedicación tienen razón de ser. Lo siento pero no realizo pedidos o dedicatorias que no sienta. 7. No realizo novelas-OS, con colaboración. Si lo he hecho y me agrada pero no dispongo del tiempo. Gracias a los ofrecimientos. 8. Estoy actualizando 'The First Lady' pronto se las traeré con unos cuantos cambios. 9. No respondo en público para evitar hacer un caos en la pagina y facilitar la lectura. Gracias a todas por esperar. No coman ansias.
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To my princess
Escrito para Cinn Ruiz.
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Sus manos descendían con una suma delicadeza por mis piernas, al mismo tiempo que impartía dulces besos en mi cuello, me era imposible no hundir mis uñas en su triangular espalda, con un simple rose me hacia estremecer. —Joseph— alargue riendo en un susurro —Detente, nos van a descubrir— no era un secreto para mis padres que Joe y yo éramos novios. En realidad lo adoraban, sin embargo no sabían de sus furtivas vistas en las noches. Ya que a pesar de ser mayor de edad, nunca faltaba la típica frase de mi padre: ‘Mientras vivas en mi casa, sigues mis reglas’ —Que mas da— dijo risueño sin detener sus caricias — ¿Como que, qué más da?— dije fingiendo su voz —Hey hermosa— rio —Yo no hablo asi— sus preciosos ojos se posaron en los míos, esa mescla entre café, miel y verde, Simplemente me hacia desfallecer. Las risas cesaron, tornándose en un para nada incomodo silencio. —Cinn…— dijo seriamente acomodándose a mi lado. Recosté mi cabeza en su brazo, rápidamente me tomo por la cintura apegándome a su torso desnudo. — ¿Qué pasa?— pregunte un poco extrañada ante su cambio de humor. Subió su mano hacia mi rostro y acaricio mi mejilla para después correr un rebelde mechón de cabello de mi frente. — ¿Me amas?— pregunto con una seriedad inexplicable. Él era el chico más alegre y activo que conocía y sin duda al que más había amado en mis no muchos años de vida. —Amarte queda corto— conteste risueña —Te amo Joseph, te amo más que a nadie, más que a nada— no me cansaba de decirlo. —Gracias hermosa— dijo besando mi frente — ¿Gracias por qué Joe?— reí sin entender —Por todo Cinn— su mirada nuevamente se conecto con la mía —Por todo— no resistí mas y capture sus labios rojos. —Amor…— hablo sobre mis labios —Nos descubrirán— ahora fue el al que le interesaba no ser descubiertos. —Tú tienes la culpa, yo te dije pero ahora ya no me importa— ambos reímos. Nuestros labios se rosaban de una mantera tan especial, tan única. Con un rápido movimiento logro dejarme debajo de él, se alejo por unos segundos de mis labios para después regresar a estos. Sus besos comenzaron a bajar por mi mejilla hasta mi cuello, donde continuaba con mordidas y dulces besos. Sabía de memoria mis zonas sensibles, comenzó a bajar la última prenda sobre mi cuerpo, ya que mi musculosa, y mi short hace mucho que habían desaparecido de la escena al igual que su ropa, la cual estaba esparcida por toda mi habitación. Mi ropa interior junto con sus bóxers no se tardaron en esfumarse. — ¿Tu me amas Joe?— pregunte separando mis piernas permitiéndole acomodarse entre ellas. —Más que a nada, más de lo que te puedes imaginar— susurro en mis labios antes de entrar en mi con una enorme delicadeza, después de más de tres años de relación, no lograba hacerlo entender que no me rompía, que no era de cristal. Sus movimientos eran suaves los cuales poco a poco comenzaron a aumentar de velocidad e intensidad. El placer que este hombre creaba en mi, era inexplicable, me volvía loca con sus simples caricias, con sus palabras. No había duda alguna, él era el hombre de mi vida. Entraba y salía de mi con una rapidez que solo aumentaba mas y mas mi estado de éxtasis. Mis jadeos eran incontenibles y mis gemidos no tardaban en hacerse notar. Joe con el fin de que no nos descubrieran comenzó a atrapar mis gemidos con sus besos. Su lengua recorría toda mi cavidad bucal, dejando su delicioso y dulzón sabor por donde quiera que pasara. Su miembro se encontró con el mío, quienes comenzaron a debatirse a muerte. Mi cuerpo comenzó a temblar, esto aunado a tantas sensaciones diferentes hacían del momento algo tan intenso, sentía que la habitación hervía, que me faltaba el oxigeno. Las vibraciones iniciaban en las puntas de los dedos de mis pies hasta el último cabello de mi cabeza, los músculos de todo mi cuerpo se contraían dándole una magnifica bienvenida a otro orgasmo producido por él, por Joseph. Rendido, se recostó en mi pecho, como siempre procurando no lastimarme. —Te amo tanto, tanto, tanto— repetía en mi odio despues de haber descansado un poco, se posiciono de espaldas viendo hacia el techo, pero lo tome de la mejilla para poder besar sus tan perfectos labios. —Joe amor…— dije entre besos —Vámonos…— gire sentándome en su cadera para después recostarme en su pecho —Vámonos lejos, solo tú, yo y…— dios como rogaba en mi interior que esta noticia lo hiciera tan feliz como a mí.
Me arme de valor y volví a quedar sentada en su cadera, con el mirándome extrañado recostado en el acolchado —Tu, yo…— tome sus manos y las puse sobre mi estomago —Y nuestro bebé— cerré mis ojos esperando su respuesta. — ¿Nu-Nues-Nuesto bebé?— tartamudeo enderezándose con los ojos abiertos como platos —Si…— conteste intimidada ¿no le había gustado la noticia? —Dios mío Cin— sus ojos comenzaron a cristalizarse —Tendrás un bebé mío— no sabía si reír, si llorar ante su estado de estupefacción, seguramente haría los dos. —No—alargo mirando mi apenas abultado estomago —No puedo creerlo— sus manos comenzaron a acariciar mi estomago con una dulzura increíble y mis lagrimas no tardaron en aparecer junto con una enorme sonrisa. —Voy a ser papá—levantó su rosto para verme, las lagrimas se desbordaban por sus mejillas. — ¿No te cansas de hacerme feliz?— se arrodillo en la cama al igual que yo. —Dios mío Cin— repitió tomándome de las mejillas para acercarme y dar numerosos besos en todo mi rostro, mejilla, nariz, frente, labios. Con un rápido movimiento me recostó en la cama, acomodando antes unas almohadas para no quedar completamente recostada. Tome la sabana de la cama y cubrí mi cuerpo, aun que sonara estúpido, Aun me ruborizaba cuando Joe me miraba desnuda. Mi amado frunció el ceño, pero de todos modos se interno bajo las sabanas para recostarse a mi lado sobre su costado izquierdo.
Tomo el borde de la cobija y la bajó hasta mi cadera dejando mi torso al descubierto. —Me fascina que aun te sonrojas— susurro en mi odio mientras su mano nuevamente se dirigía a mi estomago. — ¿Y cuanto tiene nuestro bebé?— como amaba que dijera eso. —Tres meses— abrió los ojos como platos. — ¿Y por qué no me lo habías dicho?— comenzaba a molestarse —Mi amor ni siquiera yo lo sabia— confesé, Joe siempre se cuidaba seguramente fue una de esas veces que yo debía tomar la pastilla y lo olvide —Hasta hace poco iniciaron los síntomas y me hice un examen— le explique, no quería arruinar el hermoso momento por el que pasábamos. —Bien— contesto más relajado — ¿Y cómo le pondremos? —No lo sé— dude —Scarlett me gusta— sonreí y volteé a verlo esperando su opinión. — ¿Scarlett?— pregunto extrañado —Si— sonreí —Significa de color escarlata o valerosa— lo mire expectante — ¿Scarlett?— pregunto nuevamente —Joseph…— alargue riendo —Amor… es que es nombre de mujer— bajo para depositar un tierno beso en mi estomago —Y este será un varón— afirmo con seguridad — ¿Porque estas tan seguro?— pregunte riendo —Simple presentimiento, será un varón— sonrió, pero en su mirada había un toque de ¿Tristeza? —Y te cuidara cuando yo no esté…— sentí un nudo en la garganta al escucharlo decir esas palabras, no me imaginaba mi vida sin él. —No digas eso— tome su barbilla y lo guie a mis labios —Tu siempre estarás conmigo ¿cierto? —Cierto preciosa. — ¿Me lo prometes?
—Te lo prometo— nuevamente beso mi frente —Ahora descansa princesa— obedecería su orden, estaba cansada. El seguramente se iría al dormirme o si no en la mañana antes que mis padres despertaran. —Te amo Joseph— dije antes de acurrucarme entre sus brazos —Te amo Cin— dio un beso en mi hombro descubierto para luego comenzar con suaves caricias en mi brazo las cuales me ayudaban a caer en un profundo sueño. — ¿Joe?...— pregunte adormilada — ¿Qué pasa?— me respondió —Joseph… quiero que se llame Joseph como su padre— eso era definitivo —Me haría el doble de feliz— fue lo último que escuche antes de rendirme y caer en los brazos de Morfeo. ~ —Iré a casa de Joe— di un beso en la mejilla de mi padre antes de salir, quería ir por Joe para platicar sobre cómo les contaríamos a nuestros padres que serian abuelos, quería contarle a Kevin que sería tío y tal vez por algo de comer que ya estábamos que nos moríamos de hambre. Llegue a la casa de los Jonas, había un par de ambulancias y unas cuantas autos de policías, me relajaba un poco que estaban sobre la acera de enfrente. Con un poco de nerviosismo toque el timbre de la casa. Un paramédico abrió la puerta, sentí que toda la sangre de mi cuerpo se me iba a los talones. Rápidamente llego Kevin a la puerta el paramédico salió y yo seguía sin habla.
— ¿Qu-Que sucedió?— pregunte con dificultad — ¿Todo está bien? ¿Dónde está Joe? ¿Qué sucedió? ¿Tus padres están bien? ¿Tu estas bien?— pase de un silencio sepulcral a no parar de preguntar. —Cin…— sus ojos verdes comenzaron a inundarse de lágrimas por ende los míos también, algo no andaba bien. Para nada bien. — ¿Donde esta Joseph?— pregunte y mis lagrimas comenzaron a caer —Él…— ¡dios por qué no hablaba! —Él se ha ido— ¿me- me abandono? — ¿A dónde ha ido? ¿Por qué?— mi llanto era incontenible —Cin— cerró los ojos y los froto con su mano derecha los abrió y tomo mi mano para guiarme a dentro de la casa hacia la sala. —Siéntate— me indico señalando el sillón blanco donde tantas tardes habíamos estado sentados viendo películas. Me senté sin entender, ¿dónde estaba? ¿Había mentido sobre nuestro bebé? El prometió que siempre estaría conmigo, no podía haberse ido. —Cin— repitió y se sentó en la mesa de centro, tomo mis manos. ¡Habla con un demonio! —A Joe…— sus lagrimas comenzaron a hacerse presentes —Le diagnosticaron hace tiempo una desconocida enfermedad— quite una de mis manos para ponerla sobre mi boca mientras que con la otra sujetaba las suyas fuertemente. —Los médicos dijeron que no era nada riesgoso, pero…—suspiró —…no era asi, en los últimos exámenes la enfermedad estaba muy desarrollada y le informaron que solo le quedaban meses de vida— ya no eran solo lagrimas, era un llanto, un llanto desgarrador.
—Anoche, llego feliz Cin— me destrozaba la noticia, me destrozaba aun mas ver a Kevin —Con una enorme sonrisa, nos despertó a todos— rio melancólicamente —Para contarnos que sería padre— mi corazón se estrujaba, un nudo en mi garganta me impedía emitir sonido alguno, sentía que moría. —Nos conto que la mujer a la que más amo en su vida, lo haría padre— negó con la cabeza —Antes de ir a dormir, nos pidió que cuidáramos de ti y de Joseph, cosa que no dudamos en prometer, extrañados por su comportamiento fuimos a dormir…— miro hacia el piso —Y-Y esta mañana… el amaneció sin vida— no podía ser cierto, seguramente estaba soñando, no podía ser real ¡No era posible! ¡Porque nunca me dijo nada! ¡Por qué no me lo dijo! Esto no es verdad. —Kevin dime que es mentira…— suplique —Dime que es una broma que el organizo— mi llanto aumento —Dímelo por favor, ¡te lo ruego!— negó con la cabeza y se puso de pie. —El dejo esto para ti…— saco de su bolsillo un sobre blanco. Lo tendió hacia mí, me temblaban las manos. Rosé el sobre, pasando las yemas de los dedos, sobre la delgada y fina letra de Joseph. Acaricie el ‘Para mí princesa’ marcado con tinta negra. Kevin beso mi frente antes de salir de la sala con rumbo desconocido.
Temerosa abrí el sobre para después sacar la hoja blanca perfectamente doblada en tres. De inmediato una lágrima cayó sobre el papel haciendo correrse un poco la tinta. ''Cin, mi hermosa Cin: Sabía que esto sería difícil, sabía que esto me destrozaría… Pero no creí que fuera tanto. Amor hoy me has hecho el hombre más feliz del mundo ¡Un hijo! Dios, como quisiera poder seguir ahí, como quisiera poder hacerme cargo de ese hermoso regalo que me estás dando. Pero no puedo, por más que quisiera seguir ahí contigo no puedo. En estos momentos, seguramente ya me habré ido, Ya me habré ido para siempre. ¿Recuerdas esos fuertes dolores de cabeza? ¿Mis constantes dolores? Esos por los cuales tantas veces me regañaste por no ir al médico, y como olvidar mis cambios de humor… Te obedecí, fui al médico… tras una serie de exámenes, me diagnosticaron una enfermedad hasta ahora desconocida. Me aseguraron que podía tratarse, por lo que decidí no contártelo, no era el momento. Meses después con otro par de exámenes me informaron que no era tratable, que no tenia cura, y que esta se había desarrollado tanto que no había salida, y que solo contaba con meses de vida. Te conozco preciosa, y sé que querrás re vivirme para solo volverme a matar por no habértelo dicho. Pero fue lo mejor. Sería menos difícil para ti. Sé que me amaste con todo tu corazón y quiero que sepas que yo a ti también, fuste lo más preciado que tuve en mi vida, fuiste a la persona que mas ame. Me enseñaste tanto, me enseñaste a amar. No tengo palabras para agradecerte todo lo que me diste, todos tus besos, caricias, alegrías, esas noches que terminaban conmigo escapando por tu balcón. Cinthya fuiste lo mejor que me pudo pasar. Me siento tan mal, tan irresponsable por dejarte sola, pero sé que encontraras a alguien que te ame tanto como yo. Mas no, ya que nadie podrá amarte más de lo que yo. Perdóname por las veces que te hice enojar, que te hice llorar, se que prometí que jamás volvería a hacerte derramar una lagrima por mi culpa, pero sé que hoy romperé mi promesa. Al igual prometí siempre estar contigo y lamento no poder cumplirlo, pero aun que no esté contigo físicamente, se que siempre estaré en tu corazón. Perdóname también por negarme tantas veces a escaparme contigo, No había nada que deseara mas en el mundo que huir contigo a las Vegas y casarnos en la primer capilla que encontráramos, ahora entenderás por que tantas veces tuve que reprimir ese deseo. Mi familia estará al pendiente de ti, de nuestro hijo, Confió en que nada les hará falta. Gracias por hacerme el hombre más feliz del hasta el último segundo de mi vida.''
Te amo y te amaré por siempre.
Joseph.
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I Hate You
09/08/2010 - Realizado para Alba (ourainbowithjb)
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—Dime ya por que lo odias tanto— mí mejor amiga soltó una carcajada
—Cin, tú no te das cuenta de la basura que es porque es tu cuñado y todo lo relacionado con Nicholas es 'perfecto'— hice un ademan con las manos y volteé de nuevo hacia él, Joseph Jonas. —No— dijo sin poder dejar de reír —Yo creo que deberías conocerlo mejor y veras lo divertido que es— estaba empeñada en que nos lleváramos bien, pero podía darme un millón de dólares y yo seguiría pensando lo mismo de 'Joe' —Míralo nada mas, es un creído, un egocéntrico, un superficial y presumido— brame enojándome —Cree que solo por tener un lindo cabello y sonrisa de comercial, todas a su alrededor caen rendidas... Es un imbécil— me ponía de mal humor el tan solo pensar en el. —Hay Alba... — alargo entre risas —Dejemos de hablar de él, no quiero que te le lances encima para golpearlo. —Créeme que ganas no me faltan— seguimos platicando de cosas sin sentido, sobre mí, sobre ella, sobre ella y Nicholas. Minutos después llego Nick a la mesa a robarme la atención de mi amiga. —Déjala en paz— reí —Tú la tienes todo el día, ahorita le toca estar conmigo. —Alba… tenemos que conseguirte un chico, Asi me toca más tiempo con Cin— mordió la mejilla de mi amiga y esta se estremeció en sus brazos. — ¿Sabes quién sería perfecto para ella? — el negó recargando su cabeza en su hombro y ella susurro algo en su oído y este soltó una carcajada. — ¿De verdad?—pregunto incrédulo y ella asintió con la cabeza— ¡Cuñada!— alargo Nick tendiendo su mano hacia mí, él también sabia cuanto detestaba a su hermano. Ambos carcajearon y solo los mire con cara de pocos amigos. —Hermano—esa voz como la detestaba, volteé hacia mi izquierda y vi a Joseph caminando entre las mesas de la cafetería. —Necesito tu celular— se paró a un lado de la mesa, lo mire y rodé los ojos. — ¿Que muñeca? ¿Estás enojada? — sabia claramente que lo detestaba, solo lo ignore. —Cin, ¿Puedes decirme que le hice para que me odie tanto? — ser tu, imbécil. —Pregúntaselo tu a ella— rio y Nick le paso su celular. Toco el timbre, salvándome ya que claramente no reprimiría las ganas de gritarle en la cara todo lo que pienso de él. Rápido me puse de pie y salí de la cafetería. ‘En 15 minutos en la sala de computación, Cin' el mensaje venia de un número desconocido. Seguramente no traía crédito y habría pedido el teléfono prestado. Quince minutos exactamente y pedí permiso para salir al baño. La maestra acepto. Entre a la sala, estaba completamente obscura, palpando con mis manos buscaba el interruptor para encender la luz, lo encontré y la prendí pero me lleve con el susto de mi vida. Joe estaba a solo unos centímetros de mí. — ¿Que sucede preciosa te asuste? — pregunto irónicamente — ¿Donde esta Cin?— pregunte molesta —En clase de historia supongo, o tal vez con Nick— rio y saco su celular mostrándome el mensaje. Él lo había enviado, seguramente había sacado mi número del teléfono de Nick. —Que quieres— dije de mala gana —Quiero que me digas por qué no te agrado— acaricio mi mejilla corrí mi rostro alejándolo de mi. — ¿Te importa? —En lo absoluto— carcajeo —Pero es divertido molestarte. —Eres un imbécil — solté con furia —Cada día me lo compruebas— lo empuje pero no lo moví ni un centímetro. Lo único que logre fue que me acorralara aun más a la pared. Me tomo del cuello con una mano y la otra fue a la perilla de la puerta para poner el seguro ¿Me iba a matar?
—Yo se que por dentro, te mueres por mi— susurro en mi oído y un escalofrió me recorrió por completo —Dímelo y te hare la mujer más feliz de la Tierra— su respiración vagaba por mi cuello ya que ahora sujetaba mis muñecas para evitar que lo golpeara. —Me das asco Joseph Jonas— dije mirándolo a los ojos —Me harías la mujer más feliz de la Tierra si desaparecieras— su almendrada mirada se torno burlona. —Entonces te tendré que hacer cambiar de parecer... — enuncio y a los pocos segundos tenía sus labios sobré los míos, me besaba tan desenfrenadamente que no tuve opción que seguirlo, a pesar de todos los llamados de atención de mi conciencia no podía detenerme. Su lengua se introdujo de golpe en mi cavidad. Era el mejor beso de la vida, me soltó las manos para sujetarme por el cuello y la nuca atrayéndome aun más a sus labios y profundizar ese lujurioso beso. Mis manos inconscientemente subieron a su abdomen, el cual tantas veces se la pasaba exhibiendo en los entrenamientos. Una vez que se aseguro que no lo golpearía bajo sus manos a mi cintura y yo pude pasar las mías a su nuca, jugaba con su cabello mientras él se dedicaba a dar pequeñas pero electrizantes caricias por debajo de mi blusa. No podía mas, el oxigeno de mis pulmones se había acabado, y no quería morir de esa trágica manera. Me aleje de sus labios, ambos respirábamos agitadamente a causa de la ausencia de oxigeno y la excitación.
—Te ha gustado cierto— su anatomía aprisiono aun mas a la mía contra la pared, dejándome sentir su ahora más que presente erección. —Lo que viene ahora te gustara mas— sus simples palabras aumentaron mi excitación a tope. Lo atraje a mis labios pero este cambio el rumbo y fue directo a mi cuello, el cual ahora era víctima de sus mordidas y succiones. Sin duda alguna dejaría marca pero no me importo. Una gran cantidad de punzadas en mi entre pierna me provocaban querer gritar. Joseph seguía repartiendo besos por mi clavícula y comenzó a desabotonar mi camisa. Botón que liberaba sus besos bajaban. Paso por la loma de mis pechos, hasta mi abdomen y al inicio de mi vientre, comenzó a desabrochar mi pantalón e identifique lo que quería hacer. Lo tome de la barbilla y lo subí nuevamente a mis labios. —Después de esto, no te quedara ni una pisca de odio hacia mí— dijo entre jadeos en mi oído. Adentre mis manos por su camisa y sin más ni menos la lévate, me ayudo alzando los brazos. Pero emparejo la situación sacando también mi camisa que solo permanecía abierta. Bruscamente me atrajo a sus labios, la intensidad de sus besos aumentaban el éxtasis de la habitación, sus manos se posicionaron en mis glúteos, los cuales fueron mortíferamente masajeados, subió por mi cadera y espalda hasta llegar con el broche de mi sujetador el cual en cuestión de segundos ya estaba tirado en el piso.
Su boca capturo uno de mis pezones succionaba este, lo mordía y lo estimulaba con la lengua, lo libero dejándolo de un color rojizo para luego apoderarse del otro. Mis jadeos ya eran incontenibles, aunque hacia todo lo posible por retener mis gemidos. No sería nada bueno que algún maestro o alumno nos escuchara.
Mi pantalón desapareció de la escena, dejándome solo con ir ropa interior inferior, y aquí la cosa tenía que ser justa. Asi que al igual me deshice del de Joe. Una vez más Joe bajaba con sus besos. Se puso de rodillas y volteo a verme. —Ábrete lindura— me dijo después de que ya no hubiera nada cubriendo mi cuerpo. Bajo el estado en el que estaba accedí fácilmente. ¡Dios! Sentí tocar las nubes del cielo en cuanto su lengua hizo contado con mi clítoris —Oh Joe— jadee ya que mi respiración estaba demasiado acelerada, sus movimientos se volvían más rápidos y yo no podía estar más mojada. Era el momento. Se puso de pie y bajo sus bóxers rojos dejando en libertad su endurecido miembro. Gemí con tan solo imaginarlo dentro de mí. —Preciosa aun no te penetro y ya estas gimiendo, asi me gusta... — ¿Por que hablaba? ¿Que no veía que me estaba quemando por dentro por sentirlo? Con una mano me tomo por la cadera mientras que con la otra tomaba a su amigo para guiarlo hacia mí.
Atrapo mis labios tragándose mi grito al momento que entro de golpe en mí. —Ya pasara... — se refería al dolor que me había invadido ya que mi cuerpo tenía que amoldarse al suyo. El dolor comenzó a disminuir conforme sus embestidas avanzaban.
Ya no aguantaba más, Joseph entraba y salía tan rápido de mi que mis músculos comenzaron a tensarse y todo mi cuerpo temblaba, al mismo tiempo que corrientes eléctricas recorrían mis huesos. Estaba en las nubes. Dicen que las mejores cosas de la vida vienen en porciones pequeñas, y los orgasmos claramente siguen esa regla. Había sido el mejor orgasmo de la historia. Se recostó en el piso conmigo sobre él para evitar que yo tuviera contacto con el helado piso. — ¿Qué tal? — pregunto minutos después ya que habíamos recuperado algunas fuerzas. —Maravilloso— confesé y bese sus labios —Pero aun te odio.
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—No me busques mas, de verdad… — inhale tan profundamente que sentí que el mundo seguía en cámara lenta —Me haces daño, me haces un enorme daño y no solo a mí. — sentí mi corazón querer salir de mi pecho —Ella tampoco se lo merece.
Imaginé su estúpida sonrisa del otro lado de la línea, me había perdido toda su estúpida broma, una vez más mi cabeza me pedía a gritos que le dijera lo que tanto había ensayado una y otra y una y otra estúpida vez. A esta altura todo era estúpido ¿Cómo se lo digo? ¡No puedo!
— ¿Me estas escuchando Mel? ¿Melanie?— salí del coma.
—Sí Nicholas, te estoy escuchando.
— ¿Y bien? — uso una voz más gruesa que me desbarato por completo.
—No lo sé, tal vez. — perdedora Melanie. Estúpida perdedora. —Nos vemos a la noche ¿Va? —Va.
*
—Sé que no es correcto, sé que es un error. — estaba cansada de estas conversaciones con el espejo. Era un intento por salvarme pero terminaba rindiéndome. —Quiérete Mel. Solo un poco. — Mi cabeza era consiente, pero faltaba en mi kilos de fuerza de voluntad.
— ¿Y?
—No lo sé Sophie, no lo sé. — repetitivas preguntas, mismas respuestas. Melanie jamás podía responder. —Melanie tú lo quieres, demasiado. ¿No te cansas de negarlo? — ¿Para qué dejar de negarlo? No cambiara las cosas y solo quedare como una completa imbécil. — ¿Y qué tal si sí cambia las cosas? —Sophie, el jamás la va a dejar. Nicholas la ama. —Si la amara como dicen, él no te buscaría. ¡Pero lo hace! Lo que claramente indica que no la ama. — no pude responder acertadamente. —De todas maneras es incorrecto. Estoy pisoteando mi dignidad y afectando a un tercero.
No había día que yo dejara de pensar en Nicholas, desde que lo conocí algo pasó conmigo y sé muy bien que en el también.
Nos conocimos en una reunión, era una fiesta tranquila. Mientras me encontraba platicando, llegó un antiguo amigo de Sophie acompañado de tres jóvenes más, los cuales no tardaron en acomodarse en la plática. Todos convivíamos amenamente a excepción de Nicholas. Solo arrojaba una pequeña sonrisa cada vez que le dirigían algún comentario o alguna broma. Labios gruesos, ceja fina, ojos y cabello a juego en un hermoso tono café, todo esto decoraba el rostro del tímido chico. La noche continuó, las bebidas abundaban y las risas flotaban a nuestro alrededor. No sé ni cómo, ni cuándo pero estaba dictándole mi número al serio joven. El tequila se había apoderado de mí.
—Prueba rápida Sophie ¿Okey?
—Venga. —Supongamos que Jack…— su novio —Se encuentra saliendo con una chica a tus espaldas, pero ella lo ama profundamente ¿Se lo perdonas? ¿Es justificable que ella se meta en su relación? Recuerda la chica esta enamoradísima de él. —No. Nunca. — ni siquiera lo pensó. —Lo vez, lo mismo pasa conmigo — suspiré —No importa lo mucho que yo lo quiera. Él tiene una relación y yo no debo interponerme.
¿Qué mierda debía hacer? ¿Contestar? O simplemente dejar que el contestador entrara. Nicholas me estaba llamando. Las manos me temblaban, por supuesto que me había gustado, pero yo no era precisamente una experta con las palabras.
Respondí, suplicando porque mi voz no vibrara asquerosamente. Hablamos por poco tiempo, al parecer estaba igual de nervioso, pero consiguió invitarme a una cena en casa de un amigo, acepte. Sí acepte. Realmente lo hice. Estaba emocionada, por primera vez un chico decente se animaba a invitarme a salir, no era que fuera la rechazada pero al parecer un potente imán para patanes.
—Melanie es que ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué te rindas? ¿Qué lo dejes ir?
—Solo quiero que me digas lo correcto, yo sé que es lo correcto pero necesito convencerme de eso, si tú me alientas, mi voluntad se va a la mierda.
La pasamos muy bien, sus amigos eran agradables y divertidos, no paraban de tirarle indirectas y resaltar la suerte que había tenido en que hubiera aceptado en salir con él. En el trayecto a mi casa conversamos más personalmente, me contó que tenía ya un tiempo de haber terminado con su novia y que se encontraba estudiando arquitectura. Por mi parte le dije que mis estudios de administración iban bien y que de igual manera tenía un tiempo disfrutando de la soledad.
—Bueno, es que también tuviste tu oportunidad. — fruncí el ceño. —Cuando alguien siente algo, simplemente debe decirlo.
—Me siento tan contenta por ti por tener esa increíble capacidad de expresar tus sentimientos, pero te recuerdo que no todos somos iguales. El que yo no dijera mi sentir no quería decir propiamente que no sintiera nada por él, simplemente no quería presionarlo. —Y ahora mira en donde estas metida.
Nos veíamos frecuentemente, mínimo una vez la semana, me encantaba. Había algo en el que era distinto, era tan diferente a los demás. Teníamos alrededor de cuatro meses saliendo, sin compromiso alguno pero con ciertos beneficios, los cuales fueron subiendo de tono, conforme el tiempo pasaba.
A pesar de no tener una relación formal, yo me sentía feliz, segura, confiada, querida…
—Lo arruinaste en tantas maneras.
—Gracias, pero te pido ayuda, no que me hundas más. —Es lo que hago, te ayudo.
Conforme los días y las semanas pasaban, las llamadas disminuían, los mensajes se volvían más secos y mi corazón se apretujaba más.
Por casualidades de la vida, me encontré con uno de sus amigos, platicamos por un rato y antes de seguir cada quien con su camino me dio la noticia más triste y devastadora del mes. Nicholas acaba de comenzar con una relación.
—No fui solo yo la que lo arruinó, es decir, él pudo decirme algo. Si él quería algo formal con solo decirlo lo hubiésemos tenido. — oculte mi rostro entre mis manos. —Yo solo estaba esperando la gran pregunta… — me volvió a doler el pecho — Perdón por soñar con ese antiguo mundo en el que los hombres les pedían a las mujeres que fueran algo más que amigos.
Pasó el tiempo, aquel chico con el que pasaba todas las noches hablando no volvió a dirigirme la palabra, se esfumó. Por lo que yo tampoco intente contactarlo.
Casi tres meses después recibí una llamada de un número desconocido, era él. Con sus bromas tontas de siempre, con su tranquila manera de hablar, como si nada hubiera pasado. ‘Quiero verte’ en ese momento debí decir no, pero ¿Qué dijo Melanie? Está bien. Salimos, volví a enamorarme, nos besamos y terminamos engañando a su incauta novia.
—Sé que está mal, soy consciente. Todo esto regresará a mí de alguna manera.
—No, porque tu no lo haces con la intención de dañar a alguien. — ¿No cuenta si me estoy dañando a mí?
Seguimos con los encuentros furtivos, lo veía y todo en mi mente desaparecía, valía la pena correr el riesgo, pero al despertar por la mañana el cargo de conciencia era aplastante. Y extrañarlo inevitable.
— ¿Qué le dijiste hoy?
—Pues que estaba bien, que saldríamos. — ¿Y eso quieres? ¿Una relación de cuatro paredes? ¿Solo estar con el donde nadie los ve y al salir el sol fingir que nada sucedió? Estas dejando ir oportunidades por estar con alguien que no te valora, que solo te utiliza. —No, no quiero eso. — ¿Entonces? — me miro seria esperando una buena respuesta. —Hoy terminare con esto, se lo voy a decir. — Suspiré —Por más que me duela, le diré que solo está arruinándome.
Llegué al mismo lugar de siempre, él ya estaba ahí. Toqué la puerta con todas las palabras en la punta de la lengua. Abrió y me sonrió dejándome por completo sin aire. Me tomó por la cintura fuertemente y al sentir sus labios sobre los míos, supe que nuevamente había perdido.
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Disculpas..
Mi vidas.. Lo siento mucho ! No hay justificación valida, pero hasta olvide la contraseña ! Me tarde como media hora en recordarla, me pondré al corriente ahora ! Espero y aun haya alguien por aqui.. hahah
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Capítulo 72 - Dangerous Love
Como era de esperarse dieron las seis cuarenta de la mañana y (tn) seguía tirada en la cama mirando a un punto inexistente de la pared.
—Bajare a comer algo, tienes diez minutos aun para cambiarte y bajar.
— ¡Basta Nicholas! Deja de fastidiar. — levanto el cobertor y se cubrió hasta la cabeza.
—No te lo vuelvo a repetir. — Salí de la habitación y baje con la intención de comer lo primero que me topara. Anoche no había ni terminado de cenar por la discusión con (tn) y había regresado tarde por ir a arreglar lo que tenía pensado para hoy.
Literalmente atragantándome mire el reloj, eran las siete y (tn) no se había dignado a levantarse, inconscientemente sonreí. Sabía que la testaruda no lo haría, por lo que me agradaba la idea de llevarla aun que fuera a rastras al auto.
Subí con grandes pasos las escaleras y ella seguía acostada, camine al closet tome de su ropa unos vaqueros y una blusa color verde junto con un par de tenis. Camine hacia la cama y sin siquiera avisarle le arranque el cobertor, chilló retorciéndose en el colchón. Sin necesidad de mucho esfuerzo la atrape y la alcé acomodándola sobre mi hombro.
—Cuidado con la cabeza. — le avise ya que seguía retorciéndose como si lograra algo con eso.
— ¡Eres un idiota! ¡Bájame ahora! — bramó y no consiguió nada más que hacerme reír y una sonora nalgada que la hizo rabiar aun más.
—Has perdido fuerza ¿Te das cuenta? — le puse sus cosas en las piernas. —Ya no eres mucho problema.
—Ni pienses que me voy a cambiar. — arrojo sus cosas al piso.
—No me interesa si te cambias o no, eso es asunto tuyo, igual te bajaras del auto por las buenas o por las malas.
—Por las malas entonces. — en un par de segundos se quito el pantalón de la pijama y se cruzo de brazos al haberlo aventado junto con la demás ropa. Quise reír, pero resistí fijando mi mirada al camino.
*
No hicimos ni quince minutos hasta llegar a un enorme edificio, era de solo dos pisos pero era bastante grande y ni hablar del terreno que lo rodeaba.
—Tiene seis habitaciones, cada una con diez camas, algunas con literas, tiene un amplio comedor y áreas de ‘estudio’ — musito seriamente Nicholas. —Actualmente viven cincuenta niños de entre meses de nacidos y los más grandes según me dijeron es de quince o dieciséis años. — tragué saliva. — La directora Cristina, hace un gran trabajo, el mes pasado logro acomodar a veinte niños en diferentes hogares.
— ¿Aquí…?
—No— rió —Diablos no, esto es el paraíso en comparación a donde yo crecí.
—Y… ¿Por qué me has traído aquí?
—Vístete. — apago el auto y sin esperarme se bajo avanzando el largo camino a la puerta. El llorar, era para mí ya una tarea diaria y sin duda hoy no sería la excepción. Termine de vestirme, y limpie mis lágrimas antes de bajar apresurada para alcanzar a Nick. Afortunadamente volteo y se detuvo al verme. Tomé su mano y cabizbaja camine junto a él.
—Quiero que vuelvas a llenar esos pantalones. — llevo mi mano a su boca para besar castamente mis nudillos.
Presiono un par de veces el timbre antes de que la puerta fuera abierta por Jennifer, me sorprendió el verla y a ella a nosotros.
—Nicholas, (tn), Me aviso Cristina que vendrían ¿Cómo están? — puso su mano sobre mi hombro, después de lo que había sucedido al parecer ella había cambiado su opinión sobre mí.
—Bien, gracias. — mentí.
—Me alegra. Adelante pasen. Cristina está en su oficina, síganme. — seguimos a la rubia hasta la oficina de la tal Cristina.
—Cristina…— susurro Nicholas en mi oído como si hubiera leído mi mente —Era mi directora.
—Le avisare que aquí están…
—No gracias — Nicholas sin siquiera tocar la puerta entro tirándome del brazo.
— ¡Nicholas! — Le recriminé —No seas maleducado como vas a entrar…
—Nicholas, Nicholas, Nicholas…— negó con la cabeza la mujer a la que le calculaba unos sesenta y tantos años, mientras se quitaba los anteojos —Esa malcriadez me deja en vergüenza.
—Al menos dijo gracias. — rió Jenn. —Estaré en el comedor. — avisó antes de salir.
—No iba a esperar, probablemente hubieras escapado por la ventana cuando Jennifer te avisara que estaba aquí.
— ¿Y perderme de conocer a la mujer que te tiene vuelto loco? Nunca.
—Cristina…— se quejo haciéndome reír un poco.
—Hola mucho gusto, soy (tn) — me acerque a saludarla. La señora me miro con detenimiento y sonrió cálidamente —Pero mira nada más, eres una muñequita. — me sonroje y agradecí.
— ¿Pero qué le has visto tu a este vago? — rio saludando cariñosamente a Nicholas. —Yo soy Cristina, fui directora de Nicholas, ¿Te ha contado lo inquieto que era?
—Cristina, no me la asustes. — me miro perversamente. Como si no conociera lo peor de él, pensé con sarcasmo.
—Creo que sé muy poco de la infancia de Nick…— subí los hombros, la mujer sonrió como si comprendiera a la perfección mi respuesta.
—Siempre ha sido de muy pocas palabras, algún día te contara sus mini aventuras.
—Y mis grandes castigos. — agregó Nick.
—Mi intención es formar buenas personas Nick, merecías esos castigos. — No niego que Nicholas fuese buena persona, pero al parecer no logro salvarlo de ser un delincuente.
—Bueno no vengo a que me regañen aun más. — la mujer rió regresando a su silla detrás de un antiguo escritorio.
—Tienes razón, tomen asiento. — aun sin entender mucho de nuestra visita tome asiento junto a Nick.
— (tn)… — suspiró. —Nicholas me ha contado por la situación por la que están pasando. — todo mi cuerpo se tensó. —No te voy a repetir lo que todos probablemente te dicen, no te voy a dar ese consuelo inútil, lo que te puedo decir es que no puedes dejar que la vida pase de largo. A Nick le pareció buena idea el traerte aquí y concuerdo con él. ¿Ves tú panorama negro? Ven, pasa un rato con los niños, con estos niños que a pesar de tener el futuro más incierto tienen una sonrisa para todos. Es difícil perder familia, es lo más difícil probablemente, lo más doloroso. Pero todos estamos aquí por una simple y sencilla razón, por una misión. Y el pequeño Adam la cumplió ya. No va a salir de tu corazón jamás, pero no vas a detener tu vida.
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Capítulo 71 - Dangerous Love
Por más que intentaba subirle el ánimo no lo lograba. El ánimo de (tn) parecía no poder descender más pero increíblemente seguía apagándose y simplemente no
Podía soportarlo.
—No puedes seguir así. — frote con estrés mi rostro mientras que ella solo hacia rodar un brócoli en su plato.
—No quiero hablar Nicholas.
—Ya lo sé, ya sé que no quieres hablar, que no quieres comer, que no quieres ni una mierda. — levanto el rostro y si su color de piel sonrosado siguiera ahí, se hubiera palidecido, pero hacia ya tres meses que estaba idéntica a una hoja de papel. —Ni te atrevas a pararte. — sentencie al escuchar como corría su silla.
—No pienso soportarte.
—Ni yo a ti. — brame levantando mi mirada hacia ella. No era mi intención lastimarla ni mucho menos, pero ya había sido suficiente. Ya había pasado por tres desmayos debido a su falta de ingestión de alimentos y sé que aunque me asegura que sus dolores de cabeza se fueron, ahí siguen.
—No tienes por qué hacerlo. — su voz vibró.
—Estoy arto de tus estupideces. — sus ojos se inundaron y su rostro enrojeció.
— ¿Estupideces?
—Escuchaste bien estupideces. No sé de qué manera decírtelo.
— ¿Me quieres dejar? — se puso de pie a la defensiva y me reproche.
— ¡No joder! — hice lo mismo rodeando la mesa para intentar acercarme a ella pero retrocedió. Rodé los ojos. —Se que te duele, sé que es algo muy difícil.
—No parece.
—Cállate y escucha. — la tome de la cintura, respire profundamente y no pude decir otra cosa más que… —Te necesito. — murmure mirándola fijamente a que ahora parecían los más grandes ojos que alguna vez había visto. Se desmorono en llanto entre mis brazos. —No soporto escucharte llorar todas las noches, no puedo dejar que te desmayes cada quincena por debilidad, no puedo verte así. — la estruje fuertemente —Se que piensas que no te comprendo, pero…— la hice verme —Te equivocas, rotundamente. Solo, solo necesito que me digas que hacer, nada va a cambiar lo que sucedió, pero el quedarte todo el día en casa, el no comer, no hablar, no querer visitas ni siquiera de tu padre, tampoco lo cambiara.
—Solo quiero tiempo Nick. No tengo ánimos de nada. — las ganas de querer romper todo volvieron.
—Perfecto. — me esforcé por decir tranquilamente. —Te daré tiempo. — bese su frente. —Des pues de mañana a la una de la tarde. — frunció el ceño sin comprender. —Te quiero mañana a las siete de la mañana lista. — la solté caminando hacia la entrada. —Si no lo estas así te subo al carro y después de las tres serás libre de continuar con tu vida de ermitaña.
— ¿Qué? ¿A dónde vas? — grito indignada.
—Lo que escuchaste. — tome las llaves del auto antes de salir y cerrar fuertemente la puerta.
*Chiquitino pero ya les queria subir algo, más tardesito subo algo más largo, si? lo siento $: las amo!
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TENGO UNA BUENISIMA DISCULPA, JI $: LES SUBO CAPITULO EN UN RATO!
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Capítulo 70 - Dangerous Love
Me senté en la cama delicadamente, di un beso en sus labios brindándoles algo de calor, tome su mano y como si fuese el mismo fin del mundo, no pude evitar llorar.
Por primera vez, en tantos años. Incline la cabeza, con la intención de que si abría los ojos, no me viera así, sin embargo no funciono.
— ¿Nick? — su voz apenas era audible. Con brusquedad limpie mis lágrimas y le brinde la mejor sonrisa que pude, pero no logre hacer más que una mueca. — ¿Que sucedió? ¿C-Como esta? — sus ojos se inundaron — ¿Porqué llorabas? — no podía responder —Dímelo Nicholas, ¿Está bien nuestro bebé verdad? ¡Dímelo! — apreté su mano.
—Tranquilízate mi amor— conocía cual sería su respuesta, pero no podía decirle lo que ella quería escuchar.
— ¡¿Cómo me pides eso?! Dímelo Nick, dime que no lo perdimos. — supongo que mi mirada se lo dijo todo, porque estalló en un llanto incontrolable e incesable.
No podía verla, no quería escucharla suplicando que su bebe regresara y ella tomaba su lugar, estaba destrozada.
Hasta que de pronto se fue desvaneciendo nuevamente ante la jeringa del doctor.
Fui enviado a la sala de espera nuevamente, vi llegar a pasos apresurados a Alisa con los padres de (tn) detrás. ¿Que no le había dado una instrucción clara?
La pregunta de su padre fue ‘¿Qué sucedió?’ Y la de su madre por supuesto ‘¿Qué le hiciste?’
— ¡¿Y por qué no nos avisaste inmediatamente?! — reclamo al escucharme.
— (tn) estaba muy alterada, no íbamos a poder entrar todos y creí que lo mejor era que yo hablara primero con ella.
—Ahora resulta que vas primero que sus padres. — recrimino Marissa.
—De ninguna manera— traté de controlar mi tono —Pero usted es la menos indicada, usted lejos de apoyarla comenzaría a criticarla por su supuesta mala decisión y de ninguna forma voy a permitir que alguien entre ahí y la lastime aún más.
Su esposo no dijo ni una sola palabra y eso pareció indignar aun más a la mujer, por lo que no le quedo de otra más que tomar asiento y esperar al igual que yo.
—Lo siento…— murmuro Alisa. —Tenía que decirle. — únicamente asentí con la cabeza.
Al cabo de dos horas una enfermera nos aviso que (tn) estaba despierta y que preguntaba por mí. Vi como se le tensaron los labios a Marissa y sin inmutarme por supuesto me puse de pie para entrar con (tn).
Estaba aun relajada por los efectos de los sedantes, movió sus dedos al verme entrar pidiéndome que tomara su mano, sin decir una palabra entrelace nuestros dedos, me senté en el borde de la cama para después recostarme a su lado y envolverla en mis brazos, hundiéndonos en un triste silencio.
—Nick... — susurró tan bajo que tuve dificultad para reconocer si había dicho mi nombre.
— ¿Sí?
—Quiero irme a casa. — lagrimeó sin mover un solo musculo —Quiero irme a nuestra casa ya.
—Lo haremos preciosa, lo más pronto posible. Suspiré aferrándola a mí, sin perder la delicadeza.
Entramos a la casa, (tn) venia aun más decaída de lo que debía, su madre le insistía en que regresara con ellos, que ahora nada la 'ataba' a mí y que lo único que yo le causaría era más sufrimiento. ¿Cómo lo sé? Se lo dijo frente a mí. Reprimí mis ganas de llenarle la boca de plomo, por supuesto nuca podría... Al menos que (tn) me lo pidiera y pues bueno.... El punto es que sin siquiera decirle una palabra, sin hacerle un solo gesto a Marissa, (tn) se giro hacia mí y tomando mi mano me dijo 'Mi amor, ¿Nos vamos a casa?'
La tome entre mis brazos después de dejar nuestras cosas en la mesa de la entrada y en un santiamén ya la estaba depositando en la cama cautelosamente. Me miro a los ojos al momento en el que me aleje un poco para poder verla.
—Lo siento Nick— dijo con un nudo en la garganta. —Lo siento. — en la vida me había sentido tan jodidamente mal.
—Castaña de mi vida— cerré los ojos tratando de respirar normal —Las cosas suceden por algo, tal vez no era el momento— sus lagrimas empapaban sus mejillas y esto volvía mas difícil el consolarla. —Pero tenemos una vida por delante, vamos a salir de esta— di un beso en sus labios.
—Me siento tan mal Nicholas— oculto su rostro entre sus manos con un llanto más intenso.
—Te comprendo, totalmente, teníamos mucha ilusión, pero ¿Aquí no acaba sabes?— me miro con los ojos rojos, moliéndome el pecho —Tenemos toda una eternidad, te dije que probablemente vayas al infierno conmigo— besé su frente y sentí un poco de calma al ver una muy pero muy ligera sonrisa en su rostro.
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Capítulo 69 - Dangerous Love
Me desperté inmediatamente al escuchar sollozos a mi lado, en un dos por tres me enderece y adormilado intente comprender que se escuchaba.
No estaba seguro si estaba soñando o si ella simplemente estaba dormida, pero al frotarme bien los ojos pude entender. Se me erizo la piel, me paralice, no podía respirar y no es broma, quería llorar.
— ¿(tn)? — no me respondió, al contrario su llanto aumento y cuando intente tocar su hombro me empujo, estaba fuera de sí. Moví un poco más el cobertor para ponerme de pie y casi pierdo el control, no era un pequeño sangrado. Salte literalmente de la cama y encendí la luz para regresar a ella.
—Necesito llamar un medico o llevarte a un hospital, ahora. — me ignoro, su llanto no cesaba. Entre empujones y rasguños por su parte la cargue y la lleve directo a la regadera, ella forcejeaba pero sin embargo no logro zafarse, abrí el agua y esta poco a poco fue llevándose el color rojo de su piel, así como el ataque de desesperación de (tn). Pero el agua no pudo llevarse el dolor, no pudo llevarse la angustia, ni la de ella, ni la mía.
—Tranquila... — acaricie su cabello dando un beso en la frente.
—No está bien Nick, no lo está. — no paraba de repetirlo así como no dejaba de llorar. —Tranquilízate por favor, vamos a estar bien. — Sabía lo que significaba, a pesar de tener las más míseras clases de biología, comprendía lo que sucedía y su histeria no ayudaría en lo absoluto a nuestro hijo.
La saque cargando y la envolví en una toalla para después llevarla a otra de las habitaciones.
—Dame un segundo. — literalmente corrí para traer el teléfono y poder llamar a Jenn, si es que con suerte recordaba el numero y si además sería tan amable de pararse y responder el teléfono a las tres de la madrugada.
—Hola soy Nicholas.
— ¿Que quieres a esta hora?
—Tengo una emergencia, y necesito ayuda urgente— sus padre adoptivo resulto ser un muy importante doctor.
— ¿Que te sucede? ¿Estás bien? — sin quitar la mirada de (tn) salí ligeramente de la habitación.
—No, mi novia está embarazada y ha tenido un fuerte sangrado, y no sé qué jodidos hacer— reprimí mis ganas de gritar —Ella no está nada bien.
Regrese con (tn) estaba pálida, no iba a esperar veinte minutos ella se veía realmente mal. Como pude la cargue al mismo tiempo que hablaba por teléfono nuevamente al padre de Jenn.
Antes de salir de la casa se quejo un poco antes se desmallarse, esto mas su anemia no pintaba un buen panorama. ¿Qué mierda? ¿Estaba comenzando a pagar mis daños?
—Te lo dije (tn), te lo dije, es mi jodida culpa.
Llegue rápidamente al hospital y si, llegue como loco exigiendo una camilla. Un medico se acerco a mí, le explique lo que había sucedido, y después fui enviado a la sala de espera.
Minutos después una enfermera con un cabello rojizo más falso que nada, se acerco a mí y ansioso me puse de pie. Pero no, era solo para el llenado de papeleo. Le di la información pero ella no pudo resolver mis dudas, solo un 'guarde la calma', estúpida.
Me carcomía la ansiedad, la desesperación, quería arrancarme el cabello. Sinceramente jamás me había sentido de esa manera, nuca. Y a pesar de a ver sentido algo de alivio cuando el padre de Jenn llego, no lograba controlarme lo suficiente.
Una eternidad después, George salió —Nicholas, hemos logrado detener la hemorragia, pero está muy débil, un poco más y no hubiéramos podido hacer nada.
— ¿Y el bebé? — bajo la cabeza.
—Nick, lamento decirte que no pudimos hacer nada por él, era un embarazo de alto riesgo por lo que puedo notar. ¿No siguió las indicaciones de su médico?
— ¿Alto riesgo? Hace una semana fue a un chequeo y le dijeron que todo estaba bajo control.
—Pues no era así, habría que hablar con ese inepto. — ¿Hablar? Sí, por supuesto que hablaríamos.
— ¿Puedo pasar a verla?
—Ahora sigue dormida…
—Prometo no hacer ni un solo ruido. — lo pensó por un momento, y finalmente cedió.
Entre a la habitación en total silencio, ¿Cómo mierda se lo iba a decir? Estaba acostada, dormida y pálida. Estire suavemente un banco que estaba junto a la mesa de noche y me senté a su lado. Jamás había sentido un cargo de conciencia como el que me estaba atormentando, en realidad nunca había sentido alguno, y este estaba incinerando mi cabeza.
Era mi culpa, el tiempo que la deje sola no la había pasado bien, encima no fui a su último chequeo, gran parte era mi culpa y me dolía inmensamente. Tome su mano, estaba fría.
—Lo siento castaña, lo siento mucho. — Me quede en el hospital y me encargue de avisarle únicamente a su padre y a Alisa, les explique que ella aun no sabia y que sería mejor que esperaran a visitarla más tarde. Eran cerca de las ocho de la mañana, no había podido cerrar un ojo y la verdad ni ganas.
—Buenos días, me avisaron que mi paciente se encuentra aquí— levanté la mirada suplicando por contenerme, pero no lo conseguí, al momento que escuche que decía el nombre de (tn) me puse de pie y avance decididamente a estrangular a ese ‘medico’. De reojo pude ver como Jenn que justamente iba llegando, me interceptaba. Me conocía. Me bloqueo la pasada y el bueno para nada volteo y nos miro sin entender.
—Debería darte vergüenza el venir a 'Revisar' — bramé como si se tratara de fuego en lugar de palabras lo que salía de mi boca.
— ¿Disculpe? — fingió no entender.
— ¿Qué mierda no entiendes? ¡Eres un imbécil! — lo vi pasar saliva, pero lo único que quería era destrozarle la cabeza con la arma que no traía.
—No estoy bien enterado de la situación, le suplico que se calm…
— ¿Qué me calme pendejo? ¡¿Que me calme?! ¿Me estas jodiendo? — hice a un lado a Jenn que no se callaba insistiendo que me tranquilizara. — ¡No me hagas enojar más! ¡Cómo eres capaz de hacer diagnósticos si no tienes una puta idea! — a estas alturas de mi gritos ya estaba rodeado de enfermeros.
—Señorita tranquilícelo inmediatamente o tendremos que sacarlo del edificio.
—Nicholas contrólate, o te vetaran y no podrás verla. Cálmate, hazlo por ella. — quería romper todo, quería golpear a todos, quería estallar, quería, quería romper en llanto.
El presunto médico, pálido, se dio la media vuelta antes de esfumarse.
Después de otra eternidad, me avisaron que había despertado, que ya podía entrar a verla. Me dolía el hacerlo, no podría soportar su dolor al enterarse. Me partiría.
Entre a ver a mi 'esposa', debo decir que en la vida creí que de mi boca fuera a salir esa palabra junto con 'mi'. Estaba dormida, sus labios estaban pálidos y había unas grandes ojeras en su rostro.
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CHICAS! NO HE MUERTO ALSDKFJASLDK COMO SE PREGUNTAN ALGUNAS, ESTOY CON TIEMPO MÁS QUE LIMITADO, PERO YA, SE LOS PROMETO! EL DOMINGO LES SUBO CAPITULOS, MUCHOS, O BUENO ALMENOS UNO PERO LARGO! O YA VERE COMO LES PAGO MI AUSENCIA, HE ESCRITO EN MIS MICRO RATOS LIBRES, PERO YA TENGO UNA IDEITA PARA UNA NOVELA DESPUES, QUE YA VERE SI LES PUBLICO, LAS AMO BESOS, NO ME ODIEN♥
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LOSIENTO! TENDRAN UN MARATON O ALGO ASI, SOLO DENME UNOS DÍAS, TRAIGO MUCHISIMA CARGA, PERO LES REPONDRÉ ESTE MES QUE LAS DEJE SIN NADA, LASAMO!
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Capitulo 68 - Dangerous Love
*
—Nunca te imagine en esta situación— carcajeó. —Nadie. — concordó David. —Pues ya lo ven. — ¿Y qué dijeron tus padres (tn)? —No tan mal... — Nicholas rió con ironía —Solo mi madre dejo de hablarme— Lenny negó con la cabeza riendo. — ¿Sigue sin soportar a Nicholas? —Así es— subí los hombros. —Y ¿Ya pensaron en algún nombre? — preguntó David sonriente —No sé, el pequeño David tal vez.. —Me gusta Nicole... — ¡No! — corearon los tres y Nicholas solo los apoyó negando con su dedo índice. —Como que 'Nicole' si va a ser niño— se quejo Jack y todos concordaron con el excepto Alisa. —Cállense, será lo que tenga que ser. — comencé a reír ya que se había desatado una discusión que duro unos cuantos minutos. —A ver tn) y ¿Si fuera niño? — la pregunta de Lenny mantuvo a todos en silencio —Adam— respondió Nicholas por mí. —Adelante Adam, camino despejado, avanza con la carga. — broméo fingiendo estar hablando por un radio y todos carcajearon.
—Ah, pero claro que no. Ni que por la mente les pase desviar a mi hijo, porque se las verán conmigo. — seguimos riendo. — ¡Ves! Si han pensado en que será niño— le discutió Jack a Alisa.
Ellos siguieron con el debate mientras que Nicholas y yo silenciosamente huimos a la cocina.
— ¿Por qué no lo superan? — dije con un gran suspiro abriendo la puerta del refrigerador. —Ni creas que lo harán pronto— sentí las manos de Nick en mi cintura acariciando delicadamente. — ¿Qué haces? — pregunté riendo al sentir la su respiración en mi cuello al igual que ligeros besos. —Nada— murmuró girándome y recargándome contra el refrigerador. —No empieces lo que no vas a poder terminar— susurré antes de que sus labios abordaran los míos. —Si no estuvieras en este estado— acarició mi vientre —Lo tomaría como una ofensa y un reto. —carcajeé. —No te rías, sabes que es verdad. —Nunca dije lo contrario.
—Agradécele a mi futuro ayudante. —Hey, hey, hey, dale espacio a la futura madre. —Sí, no nos la hostigues — me fue imposible no reír ante la mirada de Nicholas hacia sus amigos.
Terminamos de cenar y seguimos platicando por un buen y largo rato hasta que el sueño me eligió. Los chicos y Alisa se despidieron y partieron a sus respectivos hogares.
—Nick… — ¿Si? — volteo a verme después de cerrar la puerta. Estiré mis brazos para que entendiera que quería que me cargara. —Claro, ya no te parece ridícula la idea— le sonreí angelicalmente y en menos de dos segundos ya me había alzado en sus brazos para llevarme a nuestra habitación.
— ¿Por qué mierda entras a cambiarte en el closet? ¿Que no te he visto ya completa? — ¡Nicholas! — me quejé.
— ¿No es verdad? —Sí — reí —Pero cállate— salí del closet y avergonzada camine hacia la cama. —Ni tú te crees esa cara de santurrona. —Pues si me la creía, hasta que te conocí. — me metí en la cama acomodándome a su lado, el inmediatamente me envolvió entre sus brazos. Seguí su respiración, esta me arrullo y en segundos ya había caído rendida, fue tan rápido que ya ni siquiera escuche su respuesta.
Un dolor en mi vientre me obligo a abrir los ojos, intente volver a cerrarlos al sentir que pasaba, pero apenas se fue y regreso más fuerte. Me intente acomodar en posición fetal y ahí fue cuando me di cuenta de que algo no andaba bien, me enderecé, alcé el cobertor y la sabana que solía ser blanca ahora estaba roja.
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Capitulo 67 - Dangerous Love
Alisa nos regreso a casa y justo cuando íbamos llegando Nicholas, grande, se iba estacionando.
— ¿Cómo te fue? — se acerco velozmente hacia mí.
—Muy bien, pudimos escuchar su corazón. — conté emocionada.
— ¡Mide un centímetro! — se bajo del auto Nicky junto con Alisa.
— ¿Lo llevaste? — me pregunto Nicholas riendo.
—No pude decirle que no.
— ¡Nick escúchame! ¡Hey Nick! —saltaba a su lado intentando llamar su atención.
— ¿Qué pasa enano? — volteo a verlo y por la emoción el niño ni cuenta se dio de que lo había vuelto a llamar enano.
—Esta de este tamañito— hizo la referencia con su dedo índice y pulgar. —Adam está así de pequeño.
—Pues no tardará en crecer. — le contestó.
— ¡Sí! Pero ella tiene que estar acostada para que nada le duela. — los ojos de Nicholas pasaron rápidamente de Nicky a mí.
— ¿Te has sentido mal? — me miro seriamente.
—No, solo hoy antes de bajar del auto sentí un ligero dolor aquí— señale con mi mano. —Pero pasó rápido y Nicky se encargo de preguntar si era normal. — Nicholas aun con esa mirada seria se agacho para estar a la altura de Nicky.
—Gracias enano. — el rubio sonrió y abrazo a Nicholas y después salió corriendo hacia su casa.
—Es una dulzura ese niño. — se acercó Alisa para despedirse.
—Totalmente. — concordé. —Muchas gracias Ali, por llevarnos.
—Sí, gracias. Te debo una. — le agradeció Nicholas.
—No es nada, yo feliz de la vida. — nos despedimos y Alisa tuvo que partir, tenía muchas tareas que revisar.
*
—Me preocupa ese dolor— le dije mientras entrabamos a la casa.
—Nick no es nada, el doctor dijo que era normal, mi cuerpo se está adaptando. — la rodee con mis brazos antes de llegar a las escaleras y cuidadosamente la alcé.
—Eres un exagerado—rió sujetándose de mi cuello.
—No puedo evitarlo. — subí las escaleras con ella entre mis brazos.
— ¿Estas consciente de que en unos cuantos meses más no podrás cargarme con esta facilidad?
—Ya veré yo si instalo un elevador. — la hice carcajear.
—No quiero estar todo el día encerrada Nick. — hizo un puchero.
—Solo por hoy ¿Si? — seguramente vio mi rostro de preocupación y por esa razón accedió. Entre a la habitación y la recosté en la cama suavemente. Ella me estiro para que me recostara junto a ella y se acurruco en mi pecho. Permanecimos en silencio por un momento hasta que ella habló.
— ¿Nick?
—Dime.
— ¿Te gusta el nombre de Adam? — reí levemente. —No te rías, es enserio. — también quiso reír.
—Me gustará el que tú elijas.
—Me gusta Adam y si fuera niña— volteo a verme —Nicole.
—Ni te preocupes, será niño. No podría contigo y con otra igual a ti pero en pequeño. — soltó una carcajada y me empujo fingiendo indignación. La risa se nos fue al momento de mirarnos a los ojos, el perderme en su mirada simplemente me traía paz, me sentía tranquilo, podría jurar que estando con ella estaba en mi hogar. Ese hogar que tardé veinticuatro años en encontrar y por poco lo pierdo.
— ¿En qué piensas?
—En ti. — solté sin siquiera meditarlo. Sonrió.
— ¿Algo bueno? — asentí con la cabeza.
—Totalmente. — con esa preciosa sonrisa sostenida beso mis labios.
La tarde pasó rápido, hablamos, comimos, vimos una estúpida y cursi película, resistí antes sus provocaciones, volvimos a comer, volví a resistir, en fin dieron las siete de la noche y el timbre, exacto, timbró.
— ¡Abranos! — era la voz de Jack que se escuchaba desde afuera.
— ¿Qué quiere? — me quejé.
—Entrar supongo.
— ¡Sabemos que están ahí!
— ¡Es Lenny! — dijo (tn) entusiasmada.
— ¿Qué quieren? — me volví a quejar. —Finjamos que estamos dormidos.
—Nicholas. — subió una ceja.
—No quiero bajar. — me até a ella.
—Eres un grosero. — intento ponerse de pie pero yo lo evite.
Y bueno, finalmente con sus chantajes consiguió que accediera a dejarlos entrar.
David y Alisa también venían, traían comida y una improvisada celebración en unas cuantas bolsas.
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un pregunta, en la parte que dice "mis novelas" que dice "search" osea buscar, a que se refiere a que hay mas novelas??? o por el momento solo DL? un beso , amo la nove :)
POR el momento no hay nada en esa pagina, pero conforme vaya subiendo las anteriores ahi podran encontrar los capitulos y todo:)
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Nuevo Theme
Preciosas hermosas(? les cambié el tema de la pagina para que no batallen al momento de leer, aunque creo que no era problema con el tema de antes pero cuando yo intenté leer un capitulo directo de la pagina se me hizo medio dificultoso por los colores y la tipografía, espero que este les guste, y si no pues me dicen y me pongo a buscar otro, va?
Probablemente en la noche les suba el capitulo 67, las amo.
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Capitulo 66 - Dangerous Love
— ¿A dónde vas Nick? — le preguntó el niño.
—A hacer unos trámites y voy por unas cosas de (tn) a su departamento.
— ¿Qué es un trámites? — ese niño era dulzura pura, volvió a cuestionar a mi hombre de poca paciencia.
—Son unos papeleos, necesito que instalen una línea de teléfono aquí.
—Wow. ¿Iras en tu auto?
—Así es. — se que por dentro suplicaba que el niño cerrara la boca y yo por mi parte deseaba todo lo contrario.
— ¿Podría acompañarte? — juro que por poco y el jugo se sale por mi nariz. Ya, con esta pregunta el no podría, tenía que ayudarlo o Nicholas grande no me lo perdonaría.
—Corazón, Nicholas tiene muchas cosas que hacer y no son para nada divertidas— hice una mueca haciéndolo reír —Además tienes que ir con tu madre o se preocupara por qué no llegas.
—Tienes razón. — canturreo antes de seguir tomando su vaso de jugo.
Nicholas se acerco a mí para despedirse y antes de besar mis labios musitó un 'Gracias, te amo tanto.'
— ¿Quieres mucho a tu novio?
—Huy muchísimo. — reí mientras tocaba la puerta de su casa.
—Es muy serio ¿Verdad? — agite su cabello cariñosamente.
—Así es pequeño, pero es muy bueno. — aun que no lo demostrara ni un poquito.
—Lo sé, me compartió de su sandwich— sonrió ampliamente —A ti también te va decir enano. — le hablo a mi vientre entre risas.
—Hola, Buenos días. — salude a la mujer rubia que abrió la puerta.
—Hola... — bajo la mirada y se encontró con su pequeño hijo. — ¡Santo cielo! Este niño de grande será escapista. — cubrió su rostro.
— ¡Mami, ella también tendrá un bebe! — Nicholas o más bien Nicky como me pidió que le dijera, salto a los brazos de su mamá.
— ¿Estás embarazada?
—Si— conteste con singular alegría.
— ¡Muchas felicidades!
—Igualmente, Nicky me contó, nos conocimos hace unos días.
— ¿A si?
—Sí, nos acabamos de mudar a la casa de aquí enfrente.
— ¡Pues bienvenidos! Por cierto soy Marianne y si me di cuenta que estaban amueblando la casa pero con esta panza se me hace eterna la distancia de la calle— carcajeo levemente.
—Muchas gracias.
—Pasa (tn), vamos a jugar.
—Pequeño no puedo quedarme — mire mi reloj —Tengo que ir al doctor para ver cómo va mi bebé. — Sus ojos se iluminaron.
— ¿Puedo acompañarte? Yo ya he ido con mi mamá. Te prometo que estaré sentado sin molestar. — no resistí y reí.
—Cariño…— le llamo su madre en un tono y el solo se encogió de hombros esperando que yo le diera un sí.
—Pues por mí no hay ningún problema, pero tienes que pedirle permiso a tu mamá.
— ¡Por favor mamá! ¡Déjame ir! — el pequeño saltaba y saltaba.
—Hay niño. — Marianne me miro — ¿Estás segura?
—Por mí no hay problema, no tardare.
—Bien. Mucho cuidado ¿Okey? — el pequeño asintió con la cabeza y justo a nuestras espaldas sonó el claxon del auto de Alisa.
—No tardamos Marianne.
—Adiós mami.
— ¿Pero quién es este galán? — pregunto Alisa apenas vio al pequeño rubio subir al auto.
—Soy Nicholas. — agito su mano y su lacio cabello.
— ¿Nicholas?
—Así es, nuestro nuevo vecino. — cerré los ojos cuando sentí un leve dolor en el vientre.
— ¿Estás bien? — Alisa se dio cuenta y apenas Nicholas escucho se puso de pie entre los dos asientos y acaricio mi cabello.
—Sí, estoy bien. — el dolor había pasado. —Fue un ligero dolor, pasó rápido. El camino pasó rápido al igual que la espera en la sala del consultorio gracias a las preguntas y chistes sin sentido de Nicholas.
Finalmente siguió nuestro turno, apenas entramos y el rubio se encargo de avisarle del malestar que me abordó en el auto y nuevamente al bajar de este.
—Es algo común, tu cuerpo se está adaptando.
— ¿Entonces no es malo? — el doctor le respondió negando con la cabeza.
—Ahorita nos daremos cuenta si todo está bajo control. — termino de preparar todo para la ecografía y ahí estábamos los cuatro, bueno cinco contando a la enfermera que entraba y salía con papelería.
— Hey ¿Por qué no puedo ver a Adam?
— ¿Adam? — me miro extrañada Alisa solo reí y le señale la pantalla.
—Está ahí ¿No es así?
—Exactamente. Sus órganos y tejidos están en una etapa embrionaria— quise golpear al doctor por no decirlo de una manera en la que Nicholas pudiera entender.
—Lo que quiere decir que apenas se está desarrollando.
—Eso mismo, es una etapa muy delicada.
—Ves, tienes que hacerle caso a Nicholas, no esfuerzos. — ni Alisa ni yo pudimos evitar el reír.
—En este momento, debe de medir aproximadamente un centímetro.
— ¡Es una cositititita!
—No por mucho tiempo.
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