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Propuesta para solución

Estimando entonces que el problema del reciclaje de contenedores plásticos en México no radica en infraestructura adecuada para el manejo de éstos, el conflicto en este fenómeno lo encasillo en la manera en la que se nos ha educado respecto al reciclaje de este material, su importancia, las consecuencias de no hacerlo de manera correcta y la responsabilidad que debemos tener como consumidores.

Mi propuesta ante esta situación es  un proyecto de educación medioambiental (respecto a los contenedores plásticos que desechamos), la intención es abarcar al municipio de Guadalajara en la entidad de Jalisco. Sin embargo, creo que es importante iniciar el proyecto en una de sus colonias (Jardines de Santa Isabel, por ejemplo), analizar su eficacia para medir su nivel de respuesta por parte de los colonos y rubros por mejorar. Después de ser aplicado en esta colonia, considerar aplicar el proyecto a otras aledañas (o con características similares) de manera paulatina.

Este proyecto de educación medioambiental en cuanto al reciclaje de contenedores plásticos consistiría en focalizar colonias idóneas para su aplicación. Estas condiciones serían las de una colonia que cuente con un grupo/asociación de vecinos que se preocupen y reúnan para atender asuntos concernientes a su contexto. Todos generamos desechos plásticos domésticamente, por lo tanto, todos tenemos materiales con los cuales iniciar y practicar nuestra educación respecto a la separación de nuestros residuos. El proyecto consistiría en dar una serie de charlas abordando el tema, el cual sería impartido por un voluntario experto en el tema, que podría ser alguien que sea propietario de una recicladora.

En dicha charla, se hablará sobre por qué es importante saber distinguir un contenedor del otro, el por qué no se pueden reciclar juntos (en caso de ser de componentes distintos), cómo (desde casa) correctamente retirar otros componentes no plásticos de nuestros contenedores que pudieran impedir su correcto reciclaje, entre otras cuestiones relevantes para el tema.

Una manera de incentivar a los colonos, una vez adquirido el conocimiento, es la de hacer la colecta de los desechos plásticos (previamente separados) en un lugar designado y mensualmente llevarlos a la respectiva recicladora (o recicladoras) donde el plástico será debidamente tratado para ser reutilizado de otra manera. Las recicladoras pagan por recibir estos materiales, y su precio varía según el tipo y cantidad de plástico recibido. De las ganancias obtenidas, los colonos podrán decidir a qué se destinará el dinero recolectado, que se usará para la mejora de la colonia. Puede ser desde lo estético, hasta el pagar por otro tipo de cursos, invertir en seguridad o lo que ellos consideren más conveniente para su comunidad.

Ayudaría, además, la creación de una cuenta en las redes sociales predilectas por dichos colonos, donde se recuerde la manera en la que se separan los plásticos, en lo que se pueden reutilizar, los beneficios que reciben de reciclarlos y la meta que se hayan propuesto alcanzar de la venta de sus desechos.

Paulatinamente, el proyecto de educación medioambiental podría expandirse a otros rubros de la mitigación para el cambio medioambiental, dependiendo del éxito del mismo. Sin embargo, es necesario empezar con algo concreto y delimitado.

Esta propuesta va de la mano de cuatro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: En primer lugar considero el número 4 que es el de la educación de calidad: “De aquí a 2030, asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles...” (PNUD, 2015). Seguido del 11, Ciudades y comunidades sostenibles, que en su apartado 6 menciona que de igual manera, para el 2030, debemos reducir el impacto ambiental negativo per cápita de las ciudades, incluso prestando especial atención a la calidad del aire y la gestión de los desechos municipales y de otro tipo. Por último los ODS 12 y 13; Producción y consumo responsable y acción por el clima, respectivamente.

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“Educación ambiental para colonos de Guadalajara: deshecho de contenedores plásticos” “Crece ahora y limpia después” se ha convertido en el modelo de producción/consumo de nuestro día a día desde la revolución industrial. Joyce Msuya (quien fuera Directora ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente) nos introduce a las Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO 6) mencionando que cuidar de nuestro entorno es visto como una medida innecesaria, pero en una última instancia un buen complemento cuando a las economías les va bien y cuando los lujos se pueden permitir.

Dado que ha habido un progreso ineficiente en lograr un consumo y una producción más sostenible, la regulación de deshechos contaminantes (plásticos, contaminantes marinos… por mencionar algunos) pareciera estar lejos de ser una realidad. La contaminación medioambiental es aún un gran factor de daño para la salud del planeta y de quienes la habitamos, los productos utilizados en la vida cotidiana pueden contener sustancias tóxicas (compuestos que interfieren con los humanos y el medio ambiente). 

De entre todos los contaminantes (producto de la actividad humana en sus distintas vertientes) existentes, en esta ocasión y para los fines de este proyecto, me centraré exclusivamente en los desechos de contenedores plásticos que generamos domésticamente.

“Las cualidades de este material, barato, ligero y fácil de producir han llevado a que su producción alcance cantidades a las cuales somos incapaces de hacer frente. Solamente una pequeña fracción de los plásticos que son descartados se recicla”, señala el informe de ONU Medio Ambiente. Nuestro planeta se está ahogando en plástico, este toma entre 150 y 1000 años en degradarse (dependiendo del tipo de plástico). 

Para el año 2050 se estima un aproximado de 12 mil millones de toneladas de desechos plásticos repartidos en vertederos, mares y océanos (GEO 6, 2019). De los 275 millones de toneladas (métricas) de residuos plásticos generado por 192 países en 2010, un estimado de 4.8-12.7 millones de toneladas terminaron en los océanos debido a la insuficiencia manejo de residuos sólidos. Se encuentran en todo el mundo en aguas dulces y oceánicas, sedimentos de ríos y deltas, y en los estómagos de organismos que van desde el zooplancton hasta las ballenas (PNUMA 2016g). 

Cada vez es más común encontrar partículas plásticas en organismos marinos, entre ellos, organismos consumidos por los humanos. Los riesgos que conlleva la ingesta de estos organismos contaminados con estas sustancias plásticas para la salud humana es aún incierta, no obstante, un fenómeno alarmante. 

¿En dónde radica entonces el problema del reciclaje de los contenedores plásticos? Aún con los esfuerzos por concientizar a la población sobre la importancia de cuidar a nuestro medio ambiente mediante el reciclaje de nuestros residuos, somos aún ignorante respecto a cómo hacerlo debidamente. Se nos enseña a separar nuestros residuos en categorías distintas. Por lo general a los plásticos los englobamos en una sola categoría, sin saber que cada tipo de contenedor/recipiente plástico está elaborado con distintos compuestos. Los plásticos consisten en una variedad de polímeros y aditivos orgánicos sintéticos, que le dan a cada producto plástico sus propiedades únicas (Bender, 2018). De ahí, la importancia de separarlos (dentro de su misma categoría) correctamente.

En México se producen 300 millones de toneladas de plásticos al año, de las cuales sólo se recicla 3% (Santillan, 2018). Para atender el problema de los residuos sólidos es necesario encontrar maneras con mayor efectividad y menor margen de contaminación, en este sentido, el reciclaje de desechos como el plástico adquiere un papel más importante, ya que los beneficios económicos que conlleva se ven reflejados de forma directa. Reciclar es “someter un material usado a un proceso para que se pueda volver a utilizar” (RAE). En México, la práctica del reciclaje no es ajena a sus ciudadanos. Son diversas las campañas que se han implementado para fomentarlo, así como la infraestructura adecuada para procesar debidamente los desechos que llegan a los centros de acopio o directamente a las mismas recicladoras.  No obstante, no es significativa la cantidad de contenedores plásticos reciclados en comparación con la cantidad de estos mismos que se producen y consumen diariamente, tampoco con la cantidad de este desecho que termina en los mares y vertederos. 

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Este establecimiento promueve el comercio justo, la producción libre de agro-químicos y además, ofrece una amplia gama de productos desde lo comestible hasta lo estético. 

Además de los artículos que puedes encontrar en su establecimiento, mensualmente ofrecen al público una canasta solidaria. Esta contiene alimentos según la temporada y puedes tener por seguro que lo que consumes de ella son productos totalmente orgánicos, deliciosos y producidos en condiciones justas. Es por esto mismo que se ofrece la canasta únicamente a un grupo determinado de personas, la explotación no figura bajo ningún sentido en sus códigos de ética laboral. 

Si resides en la Zona Metropolitana de Guadalajara, ponte atento a sus redes sociales los primeros días de cada mes y aparta tu canasta solidaria.

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Every human on Earth is ingesting nearly 2,000 particles of plastic a week. These tiny pieces enter our unwitting bodies from tap water, food, and even the air, according to an alarming academic study sponsored by the World Wildlife Fund for Nature, dosing us with five grams of plastics, many cut with chemicals linked to cancers, hormone disruption, and developmental delays.

Since the paper’s publication last year, Sen. Tom Udall, a plain-spoken New Mexico Democrat with a fondness for white cowboy hats and turquoise bolo ties, has been trumpeting the risk: “We are consuming a credit card’s worth of plastic each week,” Udall says. At events with constituents, he will brandish a Visa from his wallet and declare, “You’re eating this, folks!”

With new legislation, the Break Free From Plastic Pollution Act of 2020, Udall is attempting to marshal Washington into a confrontation with the plastics industry, and to force companies that profit from plastics to take accountability for the waste they create. Unveiled in February, the bill would ban many single-use plastics and force corporations to finance “end of life” programs to keep plastic out of the environment. “We’re going back to that principle,” the senator tells Rolling Stone. “The polluter pays…”

Read more: https://www.rollingstone.com/culture/culture-features/plastic-problem-recycling-myth-big-oil-950957/

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We can’t go back to normal because normal was the problem

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Construir un mundo que pueda sostener de manera segura y humana a 10 mil millones de personas es quizás el mayor desafío que la humanidad haya enfrentado. Podemos llegar allí, pero solo si priorizamos la salud de nuestro planeta.

GEO-6

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Reduce your plastic waste.

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“Greenpeace México presenta la segunda edición de su Guía de transgénicos y consumo responsable, en la que se enlistan 320 productos de consumo común entre los mexicanos, 186 (pertenecientes a marcas como Coca-cola, Pepsico, Bimbo y Nestlé, entre otras) que no garantizan estar libres de transgénicos. La Guía es una herramienta para que la población sepa lo que está comiendo y cómo y dónde encontrar alimentos libres de transgénicos y provenientes de una agricultura ecológica. Con esta Guía, los consumidores podrán ejercer su derecho a elegir, a proteger su salud y la de su familia, y a rechazar este tipo de organismos a través de la alimentación.”

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La Sexta Perspectiva Ambiental Global de las NU para el Medio Ambiente (GEO-6) es la evaluación más completa del estado del medio ambiente mundial. La descripción detallada del estado del planeta concluye que la humanidad se encuentra en una encrucijada. Podemos elegir un camino desafiante pero navegable hacia el desarrollo sostenible, o podemos continuar con los negocios como de costumbre, y arriesgarnos a poner a una gran parte de la gente del mundo directamente en peligro.

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¿Cuántos planetas se necesitan para sostener tu estilo de vida? 

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¿Qué es la huella ecológica?

La huella ecológica es un indicador de sostenibilidad a nivel internacional. Refleja el conjunto de impactos que ejercemos individualmente sobre nuestro entorno, considera los recursos necesarios como los residuos generados para el mantenimiento del modelo de consumo que llevamos.

En palabras de los creadores del concepto, William Rees y Mathis Wackernagel, la huella ecológica se corresponde con el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistema acuático) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población definida con un nivel de vida específico indefinidamente, donde sea que se encuentre esta área.

Es fácil, mediante el reflejo de nuestra responsabilidad sobre nuestro consumo individual, saber cuántos planetas necesitamos para seguir manteniendo nuestro estilo de vida con los mismo hábitos de consumo.

¿Cómo puedo obtener mi propia huella ecológica? Son distintas las plataformas mediante las cuáles podemos calcularla. Por ejemplo: www.footprintcalculator.org/ de manera muy sencilla y rápida, a tan sólo unos clicks, estamos de saber cuál es la nuestra.

¿Cuántos planetas necesitamos si todos vivieran de la manera que lo hacemos individualmente?

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I am curious about plastic free and zero waste living.

I think everyone has tuppperware or something of that kind at home. This is made of plastic, which is bad, but when I throw them away, wouldn’t I contribute to the problem of too much plastic and pollution?

Like, those things were made to last, which they do. And by using them aren’t we being sustainable?

What solutions are there? What happens to tupperware when it’s done being tupperware?