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El espejo

Lo que veo en el espejo es el reflejo de un mar de cosas, de todo un recorrido que nunca tiene fin.

No sólo es la imagen de una mujer un tanto chaparrita, de ojos grandes, tez blanca, y un cuerpo que, aunque es delgado, parece siempre estar en constante construcción, en constante renovación.

Con los años he aprendido que el reflejo no es mi enemigo, que mis curvas y las marcas de mi piel son historias que se quedan, y un recordatorio de lo humana que soy.

Y cómo me ha costado, el dejar los juicios y abrazar la compasión; el aprender a verme a mí misma como una amiga y no con obsesión.

Y los juicios no paran y a veces las voces no se pueden silenciar, pero en esas ocasiones suelo recordar que hay días malos, pero también los hay mejores.

 Lo que veo en el espejo; a quien veo, es la imagen de alguien que siempre ha estado conmigo. Es el rostro, el cuerpo, y la fuerza de alguien que, a pesar de las dificultades y los retos que presenta la existencia, nunca se ha rendido.

Sí, he aprendido a sonreírle, y a recordar que quien soy, con todas sus cualidades e imperfecciones, es la persona que ha sabido saltear todas esas adversidades y que día a día lucha por ser mejor.

¿Cómo no tenerle cariño?

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Un poema al estrés

Te dedico este poema.

A ti, que no eres más que

A)      Una emoción

B)      Un sentimiento

C)      Algo vago y pasajero

Un poema para ti, que me has quitado

A)      El sueño.

B)      La paz.

C)      Los días felices.

Si algo no puedo decir, es que eres inservible.

Me ayudas a actuar, me ayudar a moverme y me ayudas a saltar.

A saltar cuando no me asfixias y siento que no tengo otra

A)      Salida.

B)      Opción.

C)      Alternativa.

Al final del eres ese recordatorio de que en mi vida hay muchas cosas que me

A)      Importan.

B)      Mueven.

C)      Preocupan.

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AMOR

El amor no es una emoción, porque esas no duran, eso es enamoramiento. El amor es un sentimiento que surge a partir de una decisión consciente. Esa sería mi definición, pero sé que podría abonarle muchas descripciones más. Así como podemos encontrar diversas variaciones de significado, dependiendo a qué tipo de amor nos refiramos y del contexto en el que decidamos enfocarlo. Pienso en la forma en la que, para mí ha ido evolucionando; mutando con el paso del tiempo.

Si hablamos del amor en pareja algunos pueden decir que, entre muchas otras cosas, implica sacrificio, que es difícil e involucra retos. Otros dirán que, por el contrario, el amor es fácil, es dulce y simplemente fluye. “El amor en pareja es esta necesidad de unir nuestro ser con el otro”. No. “El amor en pareja es ser capaz de compartir con el otro desde nuestra individualidad”. Yo considero que es una mezcla de ambas cosas, no podemos fundir nuestro ser con el otro, terminaríamos perdiéndonos a nosotros mismos, pero también creo que un exceso de individualidad puede dañar y quitarle el potencial a algo que es construido también con empatía y consideración mutua; y eso pasa, la gente termina confundido el amor propio y la importancia de la individualidad, con egoísmo.

El amor es presencia, es estar para la otra persona y que ese alguien también lo esté para ti. Implica una toma de decisión constante, sí, decidir estar con la otra persona una y otra vez. Cuando pienso en esto, los celos de pronto parecen estúpidos, pues vienen de una inseguridad generada por una falta de certeza que jamás podrá existir en su totalidad. Por lo anterior, otra característica que puedo abonarle a esta definición es que el amor no limita, no corta alas y tampoco asfixia. Es trabajar en el desarrollo de nuestra alma tomados de la mano de otra persona que también trabaja en ella misma, y a la par, se crea un crecimiento en conjunto, maximizando ese mismo desarrollo. La pareja es un espejo de aquello que debemos trabajar en nosotros mismos, y amar puede ser una profunda experiencia de aprendizaje en la cual nos mostramos vulnerables, confiamos, sabiendo que la otra persona lo hará también.

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Juniperus Deppeana

Juniperus deppeana

deppeana lianas

con mis lianas abrazo y con ellas tu sanas.

Vengo de las cupresáceas

cucuprepresasa

Me encuentro y te encuentro desde Norteamérica hasta Guatemala.

Mala lala lulu li.

Si hablara, te expresaría así mi sentir.

Porque parece que suena, que ese algo retumba por mis raíces y por tus venas. 

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Una emoción

Mi cabeza está en las nubes.

Mi corazón canta como un pájaro.

En ocasiones amenaza con salirse de ahí.

Cuando escucho música.

Cuando veo algo hermoso, como un árbol o una flor.

Cuando leo algo que toca mi alma y me eriza la piel.

Es la misma emoción que emerge cuando pienso en alguien a quien quiero con todo lo que tengo.

La misma que siento cuando te veo a ti. 

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Sirenas

Escucho las sirenas afuera de mi casa… Otra noche más en el que su ruido parece surgir de mis paredes sin permiso alguno. ¿Qué habrá pasado ahora? Me pregunto. ¿Un accidente automovilístico? Tal vez hubo una pelea… O quizás alguien simplemente se haya golpeado tras resbalarse en la bañera. Aunque parezca extraño, el tratar de descifrarlo es lo que suele arrullarme por las noches, alimentando mis sueños.

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La Botella

Me siento vacía, hoy me han drenado por fin.

Aún recuerdo lo bien que se sentía ser el alma de la fiesta, tener a todos babeando por mí. Salía a fiestas y celebraciones, aunque también podías encontrarme en noches tranquilas, siempre acompañando a mi vieja amiga. Nos encariñamos tanto, que incluso en el día comencé a salir. Me hacía sentir especial, el ser su secreto más guardado, a cambio yo le prometía, serle siempre fiel. Si me esfuerzo, puedo recordar su llanto, y si me esfuerzo aún más, puedo llegar a creer que escucho su risa, esa que con el tiempo se fue callando. Tremenda relación la suya y la mía, yo juraba, éramos la una para la otra, mientras ella rezaba cada noche, tratando de huir. Todavía recuerdo su último beso, ese con sabor a arrepentimiento y dolor. Minutos después me había traicionado, diciéndome adiós.

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La Historia de una Reina

Sombras de ojos, de múltiples colores, reposaban sobre el viejo tocador. También podía verse un labial abierto, y a su lado un par de pestañas postizas; habían sido usadas recientemente. Debajo del mueble se encontraban un par de tacones, tan altos y filosos que amenazaban con herir a cualquiera. En la habitación podía escucharse la melodía de un viejo toca discos que retumbada junto con el eco del lugar. De pronto se escuchó un portazo, alguien acababa de entrar. Era un hombre alto y de apariencia corpulenta. Se acercó al espejo y tomando el maquillaje descrito anteriormente, comenzó a utilizarlo para pintar su cara con aquella misma pasión con la que cuenta un artista al empezar a ilustrar un lienzo en blanco. Con cada pincelada recordaba lo duro que había sido llegar hasta ese punto, en el que la libertad por fin era una opción y el tener que esconderse detrás de una personalidad que no era la suya se había perdido para siempre. Sí, no había sido fácil, había tenido que enfrentarse a múltiples personas que entre risas descaradas amenazaban con hacerle la vida imposible. Desde que tenía memoria, aquel sujeto había luchado con el juicio de la sociedad, con personas que ni siquiera lo conocían realmente y ya lo detestaban por el simple hecho de haber nacido con un cuerpo que no era el suyo. Cómo había sufrido, esa noche recordaba que ni siquiera su núcleo familiar había sido un lugar seguro, debido al rechazo de su madre y a la violencia ejercida por parte de su padrastro. Aún tenía presente las imágenes de ese par de ojos fúricos y el dolor que sentía tras una buena serie de cintarazos. Afortunadamente, nada de eso había hecho que se alejara de sus ideales, ni siquiera ese hombre que tanto daño le había hecho; aunque aquello había tenido precio, y uno grande.

Al finalizar su obra maestra, la observó detenidamente frente al espejo, después se paró y abrió un par de puertas de lo que parecía ser un armario. Se puso un hermoso vestido color escarlata y aquellos tacones filosos. Una vez lista, se agachó y pareció sacar algo de debajo de la cama; era una gran caja de madera que manaba un olor putrefacto. Cuidadosamente, quitó la tapa de encima y asomándose susurró “mira lo hermosa que me veo”.

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AMATISTA

Acababa de sacar una pequeña libreta de mi bolsa cuando pude recordar que fue así como todo comenzó. A partir de un simple dibujo fue que surgió de las ruinas la poderosa ciudad de Amatista. Su nombre honra las bellas calles que la cruzan, tupida de árboles de flores, Jacarandas, principalmente. La naturaleza representa algo muy importante para los ciudadanos, quienes cuidan cada hectárea de terreno con sumo esfuerzo. Otra particularidad de la ciudad es la gran humanidad presente en cada individuo, la gente sonríe y es amable sin esperar nada a cambio. No existe el egoísmo ni las malas intenciones, y no hay tal cosa parecida a la agresión.       Recuerdo la última vez que estuve ahí, era un día muy gris para mí, mi padre acababa de morir y yo me sentía devastada, no había nada que pudiera levantarme de la negrura emocional que rodeaba a mi mente y corazón. Me encontraba sentada a la orilla de una hermosa cascada que se encontraba en las orillas de la ciudad cuando alguien se acercó. Era una mujer sumamente hermosa, y no hablo de su belleza física precisamente, sino de su aura; en cuanto levanté la mirada y la vi pude sentir una fuerte oleada de tranquilidad por todo mi cuerpo. Nuestra conversación fue breve, le hablé acerca de eso que me hacía llorar y cada respuesta por parte de ella se sentía como un abrazo; de pronto todo estaba bien, sí, seguía doliendo, pero la sensación de desesperanza que tenía había desaparecido por completo. Después de esa experiencia decidí que ese era el lugar ideal para mí, un lugar en donde la gente se ayuda sin esperar nada a cambio, entregando empáticamente el corazón.        Así mi resumen de la ciudad de Amatista, puedo asegurar que al pisar sus tierras puedes sentir la energía de paz que mana de la gente, no hay nada lo suficientemente fuerte o poderoso que pueda representar una amenaza para la armonía del lugar; bueno, quizás sí, sólo una cosa… El miedo. Es lo único que puede romper con todo lo descrito con anterioridad, pero mientras exista esa seguridad que se nutre continuamente a través del sentido comunidad, no hay razón por la cual éste pueda llegar a surgir.

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Las Ciudades Invisibles- Calvino

Me gustó el fragmento de Las Ciudades y la Memoria y el de Las Ciudades y los Signos, probablemente porque la primera me pareció algo emocional por la nostalgia que denota. La segunda porque me gusta como el narrador recordaba de una forma la ciudad y al final resulta que no es del todo así, afirmando que la memoria falla; me gustó ese giro. Algunos fragmentos me gustaron y otros me aburrieron bastante, no sabría decir con exactitud por qué, quizás el estilo de Calvino es demasiado poético para mi gusto y eso hace que me aburra y no me den muchas ganas de seguir leyendo, usa palabras que no son nada comunes y eso estimula mi flojera. Tampoco quiero generalizar, uno que otro fragmento logró atraparme. Supongo que decidió darle el nombre de ciudades invisibles porque sólo viven en la memoria de quienes las narran. No cambió la perspectiva que tengo de mi ciudad, aunque sí me hizo pensar en cómo es que yo la describiría…  

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Sobre el Cuento: Julio Cortázar

Lo que más llamó mi atención del texto de Cortázar fue lo mucho que hace énfasis en la tensión e intensidad con la cual debe ser escrito un cuento. El autor menciona que dichos elementos, anudados a un buen ritmo, son los que logran atrapar al lector y mantenerlo interesado. “Un estilo en el que los elementos formales y expresivos se ajusten, sin la menor concesión, a la índole del tema, le den su forma visual y auditiva más penetrante y original, lo vuelvan único, inolvidable, lo fijen para siempre en su tiempo y en su ambiente y en su sentido más primordial” (Cortázar, s.f). Concuerdo con él, un cuento con un ritmo monótono y sin ningún tipo de emoción no es algo gratificante de leer, los cuentos que más llaman mi atención son aquellos que me transportan a ese lugar narrado, aquellos que me hacen sentir cerca a los personajes y cuya secuencia me invita a querer ir por más. También me gustó como describe su proceso de escritura, cómo a veces se siente como una decisión y otras en las que las palabras y la trama van fluyendo como si fuera un tercero quien decide lo que será plasmado en la obra.

No puedo recordar la primera vez que escribí un cuento, probablemente tenía menos de 9 años. Mi papá siempre me inventaba cuentos cuando me llevaba al kínder y posteriormente a la primaria, siempre invitándonos a mi hermano y a mí a nutrirlos junto con él. Nos narraba historias acerca de monstruos y lugares fantásticos, en otras ocasiones decidía alejarse un poco más de la ficción y optaba por elementos más cotidianos junto con finales llenos de moralejas, pero siempre invitándonos a estructurarlos junto con él. Le agradezco mucho que lo hiciera, creo que esto despertó cierta creatividad en mí, al igual que mi posterior interés por la lectura y escritura.

Si me preguntaran por la fórmula con la cual se escribe un cuento creo que diría que no existe tal cosa. El proceso por el cual un escritor consigue plasmar una historia se trata de una cuestión personal. Al momento de escribir un cuento la metodología puede variar, y como bien dice la frase: “todos los caminos llevan a Roma”.

Referencias: Cortázar, J. (s.f) Sobre el Cuento, Casa digital del escritor Luis López Nieves, Biblioteca Digital Ciudad Seva.

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Un hábito Interrumpido

Abrí mis ojos al despertar y lo primero que pensé fue “que sueño, no me quiero levantar”. El reloj marcaba las 6 de la mañana y en una hora tendría que estar sentada en el aula de mi universidad, presenciando una clase que realmente no tenía nada de ganas de tomar. A pesar de eso, salté de mi cama antes de que tuviera tiempo de pensarlo más, me puse mis chanclas y corrí a la cocina a prepararme un café. Su aroma impregnó mi nariz y automáticamente me puse de buen humor, había tenido una semana muy pesada, pero su olor y textura hicieron que por unos segundos todo pareciera más ligero.  Después de cambiarme y lavarme los dientes, tomé mis llaves del auto y salí con prisas, como siempre, después de un portazo accidental. Lo que narraré a continuación no tiene explicación, al menos no una científica, pero definitivamente se convirtió en una de mis experiencias favoritas. Mientras manejaba comencé a sentir una oleada de calor junto con cosquillitas por todo mi cuerpo al tiempo que una sensación de felicidad se extendía por todo mi ser. A la par, comencé a ver cosas que dudé si efectivamente estaban ahí, pero tampoco me importaba, sólo estaba disfrutando el momento.  Mis ojos juraban que todo tenía vida, pues no había cosa en mi auto o en la calle que transitaba que no pareciera estar respirando, era como si todo estuviera en constante movimiento. Los colores parecían más vívidos de lo normal y de pronto me sentí como un miope que se pone lentes por primera vez. A pesar de estar experimentando todo eso, podía manejar con total normalidad, sin ningún tipo de miedo o sensación de pérdida de control. Definitivamente el mejor café que he probado.

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ÁLBUM

Álbum, de Héctor Abad Faciolince es un cuento escrito de manera secuencial. Narra la historia de un hijo que suele  visitar a su madre, ya mayor, a un apartamento dentro de un asilo. Me pareció un texto breve, pero que a pesar de eso logra conectar con el público de manera emotiva. La narración hace que te identifiques, todos tenemos una madre. En lo personal creo que a mí me removió más sentimientos porque actualmente estoy pasando por algo difícil con la mía; voy a dejar de verla por dos meses debido a un problema familiar y la voy a extrañar muchísimo. Me gustó como el texto me hizo conectar con esas emociones que he estado sintiendo últimamente.      También considero importante recalcar que la manera en la que está escrito es muy clara y fácil de comprender, es sencillo tomar el hilo de la historia. También ayuda que haya muchos detalles descriptivos, esto abre paso a la imaginación en la construcción de escenarios.        El final es inesperado y algo que te hace quedar enganchado en lo que acabas de leer, esto debido a la emotividad descrita con anterioridad. Me gusta también que narra la costumbre que tienen hijo y madre, muestra una cotidianidad y amor reflejados en la relación del narrador con su madre, cosa que muchas personas viven. Esta parte fue mi favorita: “Soy el único invitado, pero ella pone la mesa como si viniera a comer quién sabe quién: mantel y servilletas de lino blanco, bordados; cubiertos de plata; vasos de cristal, dos pequeños, para el vino, y dos grandes, siempre llenos de agua helada.” Me transmite mucha ternura el comportamiento de ella y como se expresa su hijo. En conclusión, me pareció agradable leer el escrito y me gusta la emotividad que expresa.

Referencias: Abad Faciolince, H. (2012) Álbum.

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Lo que piensa mi cama de mí.

Te conozco desde que eras una ni��a, cuando el miedo te mantenía despierta por las noches y mis abrazos no eran suficiente como para mantenerte tranquila. Recuerdo sentir como sudabas envuelta en mis brazos y escuchar tus rezos, mientras anhelabas quedarte dormida. También recuerdo a tu hermano y a tu madre, las personas a las que recurrías cuando querías sentirte a salvo. Si me hubieran preguntado en ese entonces lo que pienso de ti, probablemente habría utilizado la palabra miedosa, pero con el paso del tiempo he visto como has ido creciendo, y como ese terror se ha visto convertido en otras cosas.

Tengo muy presente esas temporadas en las que verme era lo que más esperabas en el día, el aroma a Suavitel que desprendía te reconfortaba en esos malos días. Una niña sensible, desde chiquita.  También eres risueña y alegre, no creas que lo paso por alto, extraño escuchar tus carcajadas a coro con las de tu mejor amiga. Fines de semana en los que las desveladas no faltaban, me encantaba estar presente en esas pijamadas y ver como la compañía de alguien con quien compartías podía generar eso en ti.

Eres cambiante, a veces caes tendida en mí y puedo sentir tus sonrisas sobre mis almohadas, sé que tuviste un buen día y agradeces estar viva. En otras ocasiones son lágrimas las que caen y papeles con moco hechos bolita.

Pienso que eres creativa, sensible e inteligente. Tus libros, dibujos, bordados y pinturas que acomodas a mi alrededor son prueba de ello. Los veo diariamente y me recuerdan el potencial que tienes, aunque con frecuencia dudes esto.

Con seguridad puedo afirmar que pocos entes te conocen como yo, vivos o no. Mi recorrido en tu vida ha sido largo, me adquiriste hace tantos años, y hoy me toca escuchar como aspiras el día de tu partida. ¿Me llevarás contigo o permaneceré en estas cuatro paredes? Recordando lo que se siente ser parte del cuarto de una niña.