engelkatze

[engelkatze]

De repente, Gideon queda helado. Intenta determinar el origen de los pasos aunque no es algo que sirva de mucho. A ciegas, bien podría tratarse de los movimientos de una de las muchachas de limpieza de la casa, de uno de los guardias, ¿o quizá el dueño?

Aunque el miedo no es un sentimiento que le paraliza con facilidad, no pone resistencia cuando es llevado por el agarre ajeno. Si le hubiera hecho caso cuando se lo dijo, ya no estarían allí sino a kilómetros de distancia, manejando su auto con el pie hundido en el acelerador y olvidándose del plan suicida que ahora les tenía retenido entre aquellas paredes.

"Eres—" un suspiro pesado se le escapa, "eres demasiado terco para tu propio bien," reprocha en voz baja con el ceño fruncido. Tenía todas las ganas de discutir pero no el tiempo, así que se mueve hacia las escaleras señaladas. No es como si hubieran segundas opciones, ¿cierto? Una vez en el segundo piso, se asegura de escanear el pasillo antes de invitar al otro a pasar. "¡Rápido!" Apremia. "Vigilaré desde aquí mientras buscas el documento." Tensando la mandíbula le sacó la vista de encima, antes de cambiar de opinión. Colaboraría sólo por el bien de ambos, incluso si no estaba de acuerdo. Siempre lo había sabido, eran muy pocas cosas que no haría por Doyun.

toda la fuerza que porta se centra en evitar que los iris viren en el momento indebido, presa de la impotencia y, a la vez, en necesidad absoluta de mantener la paz entre los dos. le importa demasiado, quizá ahí mismo radica la razón de por qué estaba perdiendo la cabeza con tanta sencillez. ¿eso era todo? no puede dejar que se aleje sin más. aún, si en primera instancia, se queda inmóvil. 

‘ pues sigue enfadado conmigo ’ suelta al fin, lleva los pies en dirección foránea y, antes de poder reaccionar, el ruido en el exterior le alerta. ¿pasos? ¿voces? lo que fuera, era una presencia. presa del susto y la preocupación, la palma va a muñeca foránea, de forma delicada y sin intención de hacer daño, tira de ella para acercarlo a sí y, de paso, volver a cerrar la puerta tras ambos con cuidado. no sabe si habrán pasado desapercibidos. el dedo índice asciende hasta los propios labios y le susurra: ‘ si piensas que voy a permitir que salgas herido de nuevo estás equivocado ’ es firme, aún con los bajos decibelios.

‘ ¿puedes escucharme de una maldita vez? subamos al segundo piso, encontremos el despacho y llevémonos el puto documento, ¿entendido? ’ el plan sonaba fácil así, pero gideon tenía razón, tenían el tiempo justo. con el mentón, señala las escaleras de caracol a pocos metros.

[engelkatze]

Gideon tensó la mandíbula con fuerza, masticando aquellas palabras que traerían más mal que bien. "¿Te estás escuchando, siquiera?" Eventualmente le cuestionó en voz baja, sus dedos poco a poco abandonando el calor de aquellas mejillas y escapando del agarre ajeno en un movimiento tosco. Dos, tres pasos retrocedió. No entendía cómo todo lo que decía le entraba por un oído y salía por el otro.

"Sí, estoy enfadado contigo. Y si piensas que me voy a quedar de brazos cruzados, esperando que te puedan hacer cualquier cosa, estás equivocado." ¿O quizá no lo conocía lo suficiente? Como sea, cegado por un único impulso se movió a zancadas hasta la puerta, donde tiró de la perilla para salir. Haría lo que fuera por evitar que el otro saliera perjudicado. Incluso si el plan contemplaba ponerse en peligro a sí mismo.

‘ ¿tienes miedo? ’ el anhelo por ser capaz de leer la mente del otro le invita a adivinar, a repensar desde el punto de vista que le aclare el desastre que pasa por la propia mente. mantener fortaleza es su única carta, pero se le derrumba fácil cuando recibe el contacto en el rostro. gira el mentón a un lado, la visión también quiere esconderse en otro punto. ‘ no quiero huir más, gideon. te hirieron por mi culpa, por estar atado a mi ’ por ser así de importante.

la mirada vuelve a enfrentar dicho rostro, las palmas ascienden para posarse en las muñecas foráneas. ' sé que es arriesgado y soy un cabezota pero ... ¿estás enfadado conmigo? ' aprieta los labios.

[engelkatze]

A decir verdad, le daba la impresión de haber tenido muchas, muchas relaciones. O al menos es una conclusión que toma fuerza mientras más lo mira y más lo piensa; ¿acaso no era el tipo de chico que tendría admiradores por doquier?

"¿Tres? Wow, eso te hace prácticamente un experto." Aunque bromea para aligerar el ambiente, no sienta que esté maquillando ninguna realidad. "¿Entonces es suficiente? La mano, quiero decir, ¿crees que se convenzan con vernos?" Susurra con los dedos buscando los de él, eventualmente envolviéndolos y apretando con cuidado. El calor de otra palma contra la suya le era un poco anómalo, más no desagradable.

Ahí es cuando por fin se anima a caminar, dirigiéndolos a él y a sí misma hacia el interior de la fiesta. Como era de esperarse, risas, música y flashes retumbaban contra las paredes del salón. Sin poder evitarlo, deja que su hombro se apriete contra el ajeno. Tras carraspear, susurra: "Gracias— por acceder a ayudarme."

los arcos se elevan ante advertencia, llevando ambas manos hasta el pecho cual escudo, por si las dudas. tras escucharla, los hombros suben y bajan cual acción inmediata a su pregunta. no es que no le diera importancia si no que, hasta ahora, no lo había visto de esa manera. ' nunca he sido un zombie, pero creo que podría dar una buena interpretación ... ' finge pasar por alto aquel detalle, la confesión de nunca haber vivido algo así. ' define muchas. ' el mohín en sus labios, el caer de sus párpados dan a entender que se ha aventurado a rememorar entre relaciones pasadas. fugaces y aquellas a las que le ha dedicado meses, años incluso. ' hm, ¿tres te parece un número decente? ' que son las que él considera como relaciones serias. ' dame tu mano ' pide, ' si te molesta podemos intentar otra cosa ... ' ¿como qué? no sabe, pero ya se le ocurrirá algo.

[engelkatze]

"they won't come after you, and if they do? they'll have to go through me."

"¿Y mi opinión?" Su voz es apenas un susurro que sólo agarra fuerza cuando inhala profundo. "¿Lo que yo piense o sienta no importa?" Los ojos suben buscando los ajenos. Tiene la mandíbula tensa mientras los brazos se anudan por delante de su torso. No sabía cómo sortear las emociones que ahora le apretaban el pecho en un guante de hierro. "Te dije que nos fuéramos, te lo repetí, ¿por qué no me escuchas?" La exhalación que se le escapa le sabe a derrota mientras se acerca para sostenerle del rostro. "Todavía tenemos tiempo, por favor," ruega una última vez, la desesperación haciendo flaquear su voz.

[engelkatze]

"Jamás ha estado dentro de mis intenciones ponerte en aprietos. Y si así llegase a serlo, no sólo conmigo sino con cualquier otra persona dentro de los terrenos de mi familia, una palabra mía bastará para que quien sea cambie de opinión. Ni siquiera te tienes que preocupar por eso."

Es decir, lo último que buscaba era hacer peligrar su posición dentro del palacio. ¿O así se había escuchado su inocente juego?

Afortunadamente, ninguna de las tareas que menciona parecen acercarse a sus talentos conocidos. Sihwan era bueno para entrometerse, convertir cualquier comentario en un chiste, hacer equitación y, probablemente, leer y memorizar textos aburridos. Coser, guardar silencio o, a veces, seguir las relgas, no entraban dentro de aquella lista.

"Pero podría aprender... Si me lo permitieras." De nuevo una sonrisa coqueta que sabe no hará ningún meollo, así que no hay ningún hincapié en ella. En su lugar, decide caminar hacia la sala de coser. "Sé que no será el caso así que me dedicaré a— supervisarte. Claro que sí." La pausa es sólo para fabricarse a sí mismo la excusa más conveniente. Quizá queda obvio con el alzar desinteresado de sus hombros. "Tú más que nadie sabe lo aburrido que puede ser nuestra vida. Todo es diplomacia aquí, sonreír allá. Desafortunadamente, ni siquiera trueno está disponible hoy." Por supuesto, habla de su caballo, ese que estaba recibiendo un chequeo médico de rutina. "Rosa, ¿cuál es tu parte favorita de tu trabajo?"

Quizás los aires del príncipe parecieron desinflarse, pero para Rosa eso significaba un inmenso alivio. Seguramente se notó en su postura, también, relajando los hombros.

¿Cómo terminó en una situación así? Se prepararía por si a la jefa de las doncellas, una vieja que llevaba la vida entera atendiendo a los Ryu, se le ocurría regañarla. Con sus años dentro, las regañinas eran pesadas, y los castigos, duros.

Pero algo en su interior irremediablemente se iluminó con la mención de su reputación. ¿Entonces el príncipe sí conocía su identidad?

"Nunca me atrevería a negarle nada, Su Alteza," respondió, porque era lo que tenía que responder. "Mientras lo que me pida no haga peligrar mi trabajo. No quisiera que me echaran del Palacio." Se sentía en la obligación de agregar aquel comentario, incluso si al príncipe ni le incumbía, ni le importaba.

Trabajar allí, vivir dentro de esas paredes, fue su sueño toda la vida. Y ya que casarse con un príncipe no estaba en su futuro, lo más cercano era ser parte de su cuerpo de doncellas.

Quizás para él no significase mucho pero, ¿para ella? Para ella lo era todo.

"Tengo que arreglar unos atuendos de su Majestad, la reina. Remendar lo que esté roto, limpiar lo que esté sucio. Así que me alegra que no tenga pensado mover un dedo." ¿Un príncipe que cose? Eso sí sería algo novedoso. "¿Suena muy aburrido?" Esperaba estar haciéndolo sonar aburridísimo, aunque por accidente, se le escapa una sonrisa. Es la imagen que tiene en su cabeza. Si la jefa de las doncellas pillara al segundo príncipe dentro de la sala de coser, no sabía lo que pasaría, pues nunca había oído de algo así.

[engelkatze]

"Es que—" ¿Cómo le explicaba aquella realidad que para algunos era un tanto vergonzosa a su edad? "Si te cuento, tienes prohibido reírte," advierte con un índice acusatorio que gradualmente va perdiendo la confianza. No se sentía del todo cómoda abordando el tema. Pero tal y como había mencionado, era importante conocer los límites del otro, así que... "¿No se te haría difícil actuar algo que nunca has vivido previamente?" Baja la voz para explicar en confidencia.

¡Vamos! ¡Que nunca había salido con nadie! ¡Ni hablar de sostenerse las manos!

"¡Pero estoy dispuesta a aprender!" Agitó las manos por delante, temerosa de que su confesión abriera algún malentendido. "¿Tú sí...? Ya sabes, has tenido muchas, uhm, parejas y eso..."

# @engelkatze  said 𓂃 please don't make this too difficult on me .ᐟ

' solo te pedí que nos tomáramos de las manos ... ' su voz va en descenso tras clarificar aquella petición, desviando su mirada hasta la palma extendida, flotando al aire. ' ¿te molesta? el contacto físico. ' carece de filtros, incapaz de pensar antes de hablar. ' si esto va a funcionar debemos conocer los límites del otro ... ' ¿o no? ¿o sí? ni siquiera sabe si frase es de su autoría o la escuchó en algún momento y su cerebro decidió que era el momento correcto para usarla.

[engelkatze]

A Sihwan no le gustó la respuesta, pero supo moderar sus expresiones para no exponerse.

"¿Cómo no me voy a sentir en deuda? He escuchado muy buenas cosas de ti." Y esa parte no tenía siquiera una pizca de mentira. Desde que regresó escucha su nombre aquí y allá, normalmente siendo retratada como una de las trabajadoras más formidables y, para su edad, más longevas también. "¿Eso es un no, entonces? ¿No hay posibilidad de que te tomes un tiempo para pensarlo?"

El parapeto encantador que había armado se desinfló un poco. No le gustaban las imposiciones entre las que había vivido, le hacía sentir a todes les que le rodeaban a millones luz de distancia. Como ahora.

¿Prínciope Sihwan? ¿Maravilloso? Si era un título que se ha ganado no por mérito, sino por pura suerte genérica.

"Va, está bien, llámame como gustes," lo irónico es que eso nunca sería su elección. Como sea, aparta la atención de ella, repasando mentalmente las actividades que tenía para el resto del día. Para su desgracia (o no) ninguna suena tan atractiva como ¡por fin! hacerla reír. "¿Cuáles son las ocupaciones que ocupan tu tarde, mi estimada Rosa? ¿Tienen espacio para una persona extra? ¡Eh! Y antes de que me retes: Juro solemnemente no volver a mover ni un dedo," con un gesto exagerado se apoyó una palma sobre el pecho, la otra alzándose a modo de juramento.

Tuvo que mirar el lugar que los rodeaba, en búsqueda de algún tercero que pudiera oírles. Tensa, pensó en todas esas cosas que se sabían luego, tarde o temprano, en boca de esos cientos de oídos en las paredes que se dedicaban a nada más que esparcir rumores de comentarios como esos.

No se atrevió a contestar. Para él podía ser un chiste; para ella, el trabajo de su vida.

A la heroína de sus fantasías no le gustaría ese pensamiento. Ella vería un brillo en la mirada de su príncipe, y se convencería de que hay algo más. Rosa no era tan valiente.

"Por favor, Alteza, no se sienta en deuda con nosotros," declaró ante ese decreto (entre comillas) tan extraño. Si ocupó el plural, era porque nunca se atrevería a sugerir que entre el príncipe y ella, personalmente, pudiera haber alguna clase de acuerdo secreto que solo los involucrara a los dos. "Usted me ayuda al permitirme trabajar para usted."

Qué ridícula se sentía. ¿Esa sería su intención? Le dedicó una sonrisa, de esas típicas reservadas para los miembros de la familia real.

"Creo que Príncipe Sihwan suena maravilloso," respondió, con tanta calidez como le permitía su profesionalismo. Y luego, escapándosele una risita (de la cual se arrepentiría), añadió: "Pero creo que me quedaré con Su Alteza, si a usted no le molesta mucho. Me reservaré lo de caballero para los miembros de la guardia real."

[engelkatze]

Oh— ¿Un arcoíris? Sus ojos viran rápidamente hacia la ventana. Aunque el cielo lucía despejado, ha elegido dormir hasta tarde y cualquier posibilidad de lluvia temprana se escapa por completo de su conocimiento. Lo que dice él podría ser cierto. O, mejor dicho, quería que lo fuese. "No... No lo había pensado," baja la voz, ahora sin rastros de alteración, mas no hace lo mismo con la mirada. Esta continua vagando entre las facciones que conoce demasiado bien, que ha memorizado con la punta de los dedos, que ha retratado con la punta del carboncillo que usa para dibujar de vez en cuando. Seulgi, su Seulgi, no hacía más que demostrarle que era perfecto. "Lo siento, qué tonta soy, debe ser... debe ser que sigo dormida," inhala profundo en un intento de relajarse, pero es cuando exhala que se da cuenta que una tensión sin nombre sigue allí. "Porque si realmente ocurriera algo, me lo dirías, ¿cierto?" Elevó sus palmas hacia él, acunándole del rostro con una delicadeza que sólo podría dedicarle a la persona que amaba. "Eres en quien más confío en todo el mundo— ¿lo sabes?" El único en la que creía. "Y yo también lo soy para ti." Afirmó sin la necesidad de volverlo una pregunta, pues aquello debía funcionar como un recordatorio.

la bestia rugía en su cabeza, le gritaba que le cortara la cabeza, que tomara su varita y se deshiciera de quien era testigo de un secreto que nadie más podía saber. es un peligro, le dirá a todos, debes matarla. debes matarla. mátala. ahora. lo ignoró. intentó apagarlo y centrarse en ella, en los sonidos de los pájaros a su alrededor, en el viento chocando con las hojas. fue difícil. ‘ ¿mi piel? quizás fue la luz, creo que hubo una especie de arcoiris hace un rato, ¿no lo viste? ’ un sabor amargo ensució su lengua, a pesar de que intentó sonreírle de vuelta. por razones como estas se mantenía alejado de los demás, distante; pero ella, había sido la excepción de cada regla, todos estos años, ¡iba todo tan bien! incluso aunque el tiempo se les estuviera acabando. ‘ ¿por qué te ocultaría algo, bing? no seas tonta ’ arrugó el borde de su nariz, movió su mano dentro de la tela de su pantalón, esperando que al sacarla ya no quedase nada. sostuvo el aire hasta que vio su extremidad ilesa y le dio una suave caricia en su mejilla con su pulgar. ‘ ¿vamos a comer? tengo ganas de pastel de calabaza, ¿tú? ¿algo dulce? ’ era impresionante como sólo al tocarla, sólo al sentir su piel, esa pequeña ancla que significaba en su vida; la voz en su cabeza se callaba. por fin. no podía perderla. no quería mentirle, pero no quería pasar sus últimos días sin ella. 

[engelkatze]

El tacto y el calor que le envolvía si bien no ofrecía ninguna presión asfixiante, lograban calarse entre su ropa, entre sus músculos, y despertar aquellas memorias que llevaba grabada en los huesos. Muchos otros ayeres que se convenció de olvidar, resurgieron con un solo toque: todas las salidas, todas las risas, todos los momentos felices que le hicieron convencerse que era él y nadie más, volvieron abrirse frente a ella como el catálogo de memorias más hermoso. ¿Por qué era en momentos como ese en los que no podía recordar cómo habían terminado una vez? "¿Estás seguro?" Esta vez su voz resonó con culpa y miedo, mientras una mano trémula subía para apoyarse en el hombro de él. Tan fácil que sería dejarse llevar, y tan difícil que sería recoger sus pedacitos cuando se quebrara. "Ese es el problema, Jakob," exhaló con fuerza. De repente, el agarre se volvió una presión firme que intentaba separarlo mientras su expresión se contorsionaba intentando ocultar sus verdaderos sentimientos. "¡Siempre quise darte todo! Siempre lo hice," masticó, la mandíbula tensándose. "A eso te acostumbraste. Convénceme ahora que has cambiado, convénceme— convénceme, pero no con mentiras, que esta vez será diferente."

las preguntas retóricas son como música para sus oídos. su ego, ese cariño que se tenía más a sí mismo que ella. él siempre sería el amor de su vida. ese era el problema entre ambos: amara era capaz de dejar atrás su orgullo y ensalzar el suyo. era difícil querer más de lo que jamás podrán quererte en tu vida. ‘ ambos sabemos que no es una mentira, ¿no es así? ’ continúo con el serpenteo susurrante, mientras sus dedos comenzaron a abrirse paso en su cintura. la sostuvo con fuerza, pero sin ser brusco, sólo quería evitar que se fuera. ‘ yo también soy desdichado sin ti ’ eso sí era mentira, pero la dijo con seguridad, rozando con sus labios su piel. estaba acostumbrado a soltar lo que ella quería escuchar, buscar detalles que eran insignificantes y endulzar una vida que jamás podría darle. era complicado esperar de los demás algo que jamás podrían darte. jakob era una toxina que embriagaba sus sentidos y corrompía cada célula sana que encontraba a su paso, cada gramo de cordura. deslizó su izquierda por su espalda baja y la atrajo hasta él: ‘ ¿para qué quieres que sigamos desdichados sin el otro cuando ella podrías ser tú? ’ si se negaba, volvería a sus asuntos. no iba a rogar. jamás.

[engelkatze]

"¿No puedo ser tu estimado caballero entonces?" Murmuró con ingenuidad fingida, aunque asegurándose de que su voz estuviese lo suficientemente alta como para alcanzar los oídos de la mujer.

Por supuesto, no es una pregunta lanzada a la espera de una respuesta específica, así que es él quien corta primero el silencio.

"De acuerdo, decretaré una orden real en estos momentos. ¿Estás atenta? Porque somos los únicos testigos y no tenemos papel y tinta para grabarla en físico," aparta su peso de la ventana para acercarse a ella, siempre con un caminar tranquilo y las manos descansando en los bolsillos de su pantalón. Con una expresión afable se detuvo por delante, ladeando el rostro, como si esperara a que alzara la mirada hasta él.

Era encantadora, ¿cierto? Pero eso ya lo sabía bastante bien. No era la primera vez que la veía.

"A partir de ahora en adelante, no podrás rechazar ninguna de mis ayudas." Enarca las cejas. A menos que se sintiera incómoda con eso, acota mentalmente. Pero suponía que eso era tema para otro día. "Tú también lo haces con nosotros, es sólo justo que sea recíproco." Y se está saltando (convenientemente) que ella sólo lo hace porque recibe una remuneración por ello, ¡pero eso no calza dentro de su lógica! Así que lo ignora. "Por cierto, ¿me podrías dar tu opinión? ¿Qué suena mejor: Estimado caballero o Sihwan?"

Si eso fuera una de esas historias que a Rosa tanto le encantaban, en ese minuto nacería su amor. Sería una pequeña admisión cuando, en algunos meses, confesaran sus sentimientos en la intimidad.

Lo que sucedía en ese momento, sin embargo, no concluiría en nada de eso. Mañana ⏤o nada más en unas horas⏤, el príncipe volvería a desconocer su existencia. En eso pensaba, con la mirada caída y las manos enredadas frente a sí, servicial.

"Tiene usted razón, Alteza. Desconozco si hay algo en el reglamento para mí, pero, en lo que a usted respecta, seguramente no hay ninguno." Llevaba milenios ahí, pero nunca se había topado con algo similar. Quizás por eso acudía a sus fantasías. "De cualquier modo, llamarlo Estimado caballero sería muy inadecuado de mi parte. No soy más que una doncella, no me meta en problemas."

[engelkatze]

"You stepped in when you didn't need to."

"En mi casa le decimos: gracias, estimado caballero," apoya las palmas en el alfeizar de la ventana para que su peso sobre el mismo caiga con suavidad. "Aunque, claro, la última parte es mi adición personal," su sonrisa se ensanchó mientras el viento que entraba a través de la ventana jugaba con algunos mechones de cabello. "¿O hay alguna regla que todavía no conozco sobre ayudar a los trabajadores de mi hogar?" Con una inocencia fingida ladeó el rostro. No pretendía ningún mal, sólo estaba un poco... aburrido.

[engelkatze]

El pecho se le contrajo dolorosamente mientras todo a su alrededor perdía brillo, color, sonido, sentido. Porque aunque él le estuviera hablando, ninguna de las palabras articuladas alcanzaban sus oídos. Seulgi, siempre tan cálido y cercano, ahora sólo se sentía a millones de años luz. "¿De qué estoy hablando?" Consigue susurrar por fin. A punta de zancadas se ubica por delante, sosteniéndole con firmeza de la barbilla entre pulgar e índice para estudiar la piel de su cuello. ¡Había jurado que—! ¿Pero ya no? "Tu piel se veía distinta, ¿qué fue eso? ¿¡Qué no me estás ocultando, Seulgi!?" Exigió soltándole por fin, cada mano cerrada en puños a los costados. Todas y cada una de sus pesadillas le respiraban en la nuca mientras ella rogaba con ojos perlados que todo fuese una confusión de su parte. Quizá— quizá siempre lo sospechó y sólo había querido hacerse la ciega. Quizá sólo necesitaba que le volviera a mentir. ¿Por él? Por él sería capaz de vivir en cualquier castillo de naipes.

‘ what else have you been hiding from me? ’ ⠀ 𝗰𝗼𝗻 @engelkatze

¿cómo no la viste? ¿cómo no viste que estaba ahí, pedazo de imbécil? en su piel aún quedaban rastros de escamas gruesas. sus brazos, sus manos y parte de su rostro solían tardar más en volver a su color natural. no se suponía que debía seguirlo. no tenía que estar allí. nadie tenía que saber su secreto. mátala. su lengua pasó entre sus labios y lo apretó, quería pensar que no lo había alcanzado a ver e inventarse una excusa; quizás un embrujo que salió mal. ‘ ¿de qué estás hablando? ’ pestañeó un par de veces, aunque seguía pálido del susto. ‘ metió sus manos en los bolsillos de su pantalón cuando llegó más cerca de ella, sus manos eran las únicas que continuaban con un vestigio de una dermis que no era suya. ‘ ¿ya tomaste desayuno? podemos ir a conseguir algo en el pueblo, ¿bajamos? ’ quiso cambiar el tema, por favor, sígueme la corriente. mátala. 

[engelkatze]

Su firmeza flaquea cuando la distancia es cercenada en cada paso. Amara inhala profundo en un intento inútil de recomponerse, de no reprocharle los dolores de cabeza que sólo se inventaba a sí misma y, eventualmente, buscar ese calor al que ya estuvo acostumbrada una vez. "¿En serio? No lo parece," la voz se alza monótona entre ellos. En cuanto la aparición de aquella caricia se abrió sobre la piel de su mejilla, cerró los ojos y los labios se entreabrieron para darle paso al... silencio. Era un maldito, era un imbécil, ¡y quién sabe cuantos más adjetivos! Pero lo extrañaba. Lo extrañaba tanto que se desconocía a sí misma. "¿Y qué quieres que haga? ¿Quieres que te mienta?" Susurra. "¿Quieres escucharme diciendo que me haces falta? ¿Que me molesta verte con alguien más?" Exhala una risita seca. "De acuerdo, si eso te hará feliz: mira lo desdichada que soy sin ti," mastica, palabra a palabra, con una sonrisa tensa en su rostro.

‘ ¿perder el tiempo? ’ levantó una de sus cejas, la expresión burlona por fin irrumpió en su semblante y dejó ver las verdaderas intenciones tras el actuar masculino. dio un paso y otro más, los suficientes para que su mentón tuviera que bajar para encontrarse con sus facciones. ‘ ¿por qué la haría perder el tiempo? ¿hay algo que tú sabes y que yo no? ’ estaba jugando con fuego, pero no temió quemarse cuando tomó uno de los mechones de su cabello y lo enredó en su índice, en un bucle que posó tras su oreja. la comisura izquierda de sus labios se levantó con sorna. inclinó un poco su rostro y lo detuvo a la altura de su mejilla ‘ estoy siendo considerado ahora mismo, podría serlo más ’ murmuró, mientras su nariz rozaba la sonrosada piel de su mejilla. ‘ admítelo ’ imperativo, su voz se tornó un poco más ronca. quería que le dijera que estaba celosa. lo necesitaba. 

[engelkatze]

PROMPTS FOR FEELING SAFE / EXPRESSING COMFORT * assorted dialogue, adjust as necessary, send "reverse" for the reversal of action prompts. suggested by judgementdaysunshine

DIALOGUE PROMPTS

i haven't felt like this in a very long time.

i wanted to thank you for protecting me back there.

you stepped in when you didn't need to.

for once in my life, i feel safe.

this place gives me a good feeling.

i feel safe in your arms.

it's been a while since i slept through the night without any nightmares.

i could get used to this.

i won't let anything happen to you.

you make me feel safe.

you didn't have to step in and help me, but you did, and i appreciate that.

no one's ever stood up for me like that before.

my whole life has been filled with conflict and pain. not anymore.

maybe i'll finally know peace with you.

we deserve an easy life.

you're my port in the storm.

i can't tell you the last time i actually felt safe.

you know me. i don't let my guard down for just anyone.

something changed to make me feel this way.

you're safe here with me.

they won't come after you, and if they do? they'll have to go through me.

it feels nice, being here with you.

you make me feel like i can accomplish anything.

i can be myself with you.

we're looking out for you.

you won't judge me for the things i say.

just stay here a while, if you don't mind.

so this is what safety feels like.

i can finally breathe again.

nothing can touch you while i'm here.

you can go back to sleep. it's safe.

no one will hurt you anymore.

my life is in your hands.

promise me you won't abandon me?

i'll be right here when you wake up.

you taught me how to protect myself.

ACTION PROMPTS

[ lean ] sender slowly leans into receiver's shoulder and rests there for a while

[ sleep ] sender manages to fall asleep in receiver's presence

[ snuggle ] sender snuggles closer to receiver as they sleep

[ reach ] sender reaches for receiver in their sleep

[ shelter ] sender uses their body to shield receiver from danger

[ seek ] sender seeks out receiver for a protective hug

[ choose ] sender has plenty of options on where to sit in a crowded space, but chooses to sit directly beside receiver

[ reassurance ] in a tense moment, sender takes one of receiver's hands to hold

[ stay here ] sender guides receiver to a safe place and tells them to wait there while they deal with a problem

[ interrupt ] sender stops a confrontation between receiver and someone else, stepping between them and coming to receiver's defense

[ home ] sender shows receiver their new home

[ nightmare ] sender comforts receiver after they wake up from a nightmare

[engelkatze]

Los celos continuaron burbujeando en la base de su garganta en forma de palabras histéricas que sólo estaba dispuesta a soltar con un pie en la tumba. ¡Primero muerta antes que admitir que verlo con alguien más era como encajarle un puñal en las tripas! "¿Y hacerle perder al tiempo?" Bufa con una sonrisa sardónica. "La de ser considerado con el prójimo no te la sabes, ¿cierto? Clásico." A pesar de su expresión compuesta, hubo algo que sí podría delatarla: las exhalaciones fuertes, o bien la brusquedad con que se echaba el cabello para atrás. Se había esforzado en su maquillaje, ¡seleccionó su mejor ropa! ¿Y para qué? Por un momento, se lo preguntó a sí misma con remordimiento: ¿para qué?

¿le creía? absolutamente no. ¿le haría creer que sí lo hacía? quizás. ‘ ay, qué alivio ’ suspiró, sus hombros bajaron un poco y relajó un semblante que, en realidad, nunca quiso estar tenso. tuvo que apretar un poco sus labios para no reír. ‘ pensé que quizás estaba malinterpretando las cosas y me asusté ’ ¿qué parte de verdad arrastraba consigo sus palabras? lo escondería al menos por un rato. ‘ entonces vuelvo con la chica, ¿no? ’ apuntó con su pulgar hacia su espalda.

[engelkatze]

⋄ ⋄ ⋄ OPEN STARTER

' ¿Te estás escuchando? ¿Celosa yo? Pfft, ya quisieras. '

[engelkatze]

the unbearable lightness of being, philip kaufman 1988 / henri de toulouse-lautrec/ peter wever / egon schiele