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Es inevitable crecer

El día de hoy me pegó más que otros días el darme cuenta de cómo está creciendo, madurando, envejeciendo mi cuerpo. Estoy en una industria en donde la imagen es muy importante, por lo tanto cuidarme  la cara como mi físico es una tarea básica y de todos los días. 

Desde hace ya algunos años tomé una rutina de belleza diaria, pero no fue hasta que me di cuenta (que me cayó el 20) que no hay retroceso natural en cuanto a la madurez del cuerpo que me lo tomé como algo religioso a hacer. Todas las mañanas y todas las noches me limpio la cara, me aplico mis cremas, sueros, peels, etc. todo para en general, honestamente, cuidar de mi piel; es la única que tengo y tendré.

Hoy tuve que tomarme unas fotos para enviarlas más adelante, unas selfies; en general nunca he estado enamorada, por así decirlo, de mi cara. Siento que a veces se ve muy grande mi nariz, que a veces se me ven los cachetes enormes, que mis dientes no están alineados a mis labios cuando sonrío; hay días en donde me encanta mi cara, mis ojos se ven fabulosos, mis pestañas largas, mi mandíbula y cuello se ven delineados y elegantes. 

Hay días, como hoy, en donde al sonreír veo las arrugas que se me hacen debajo de los ojos, las patas de gallo que se me hacen a los costados; veo líneas de expresión que antes no habían, en mis pómulos, en las comisuras de mi boca, a los lados de mi nariz.

Nunca me había pegado como hoy la realidad en cuanto a decir que, en efecto, estoy envejeciendo; claro que apenas está empezando mi cuerpo a hacerlo más notorio pero, a veces se me olvida que no soy eterna y que mi cuerpo tampoco. Hoy caí en cuenta que no soy tan joven como antes y que mi cara poco a poco lo estará reflejando. Claro, seguiré cuidándome y espero verme igual de fabulosa que mi abuelita cuando llegue a tener su edad, mas, ya no me veo como antes, tan estirada más que nada. 

Puede que este sea un momento de mucha importancia superficial; pero lo tomo como también un momento en el que me estoy dando cuenta de lo efímero que es todo y lo rápido que pasa el tiempo. ¿En qué momento se me marcaron las líneas de expresión? No fue de un día para otro, por supuesto que no; fueron años de sonreír de cierta manera, de gesticular tanto y de reír, llorar, hablar, enojarme, etc. ¿En qué momento se me empezaron a hacer las arruguitas debajo de los ojos? ¿A lado de los ojos? 

Siempre seguiré trabajando en mi interior, porque no hay nada más valioso que la belleza interna, que el conocimiento, que la educación y la sabiduría. Pero tampoco está mal pensar en el exterior. Tampoco está mal querer permanecer por fuera jóvenes un poquito más. Dura tan poco tiempo la infancia. Dura poco la adolescencia, y la adultez quizás se sienta eterna. Estoy en el inicio de mi etapa adulta y hasta ahorita va bien; mi proceso ha sido distinto al de muchos otros, pero no me arrepiento de ello; solo que hoy, por primera vez, me di cuenta que ya no me veo tan joven como pensaba y quizás tenga que pisarle un poco a lograr mi sueños, porque aún quiero verme como me siento cuando llegue el primer éxito de los varios que tendré.

¿Es superficial lo que comento? Sí, quizás sí; pero también es interno y personal y no está mal de vez en cuando fijarnos en el exterior cuando lo que en su mayoría trabajamos es el interior.

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Pues, me soltaré un poco, porque necesito hacerlo y mi cabeza lo pide a gritos.

Dejé ir a un hombre maravilloso por orgullosa e inestable. A pesar que estuvo tras de mi, yo no quise por una razón u otra; inestable me digo porque es común que se me crucen las ideas y sentimientos, así que se me nubla la cabeza y obro antes de tiempo o muy tarde. Él se me fue, lo dejé ir, y ahora que es libre de una pesadez como lo fui yo, se encuentra volando por las nubes con una maravilla de pareja.

Lo ama, lo ama como merece ser amado y él, también a ella. Hasta puedo imaginarlos casados. ¿Me estaré adelantando mucho? Quizás, mas se ven tan felices y hechos el uno para el otro que lo puedo ver tan claramente. Los envidio, la envidio, la verdad. Pero ¿qué se le hace cuando dejas ir y se te fue la oportunidad? Trabajas en superar y avanzar... y chingada madre cómo duele. Me duele mi cuerpo, me duele mi ser, me duele la cabeza y me duele mi garganta. Lloro más de lo que deberia, quizás porque le doy más tiempo del debido a pensar en ellos, en él...

A ti, Tin

Te deseo el amor y felicidad que no te pude dar. Te deseo la estabilidad y tranquilidad que no te pude ofrecer. Te deseo buenas historias y más momentos de risa y alegría de los que vivimos juntos. Te quiero. Siempre te querré. Te querré como la mitad de mi corazón que en su momento fuiste. Recuperar esa mitad de nuevo me está costando infinidad.

Veremos qué dice el futuro, pero por el momento duelo, y de qué manera.

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El despertar de una guerrera

¿Cuál es el estímulo que una necesita para retomar las riendas de su vida? Siempre llorando por todo pero sin realizar ningún cambio. Solo atrapada en sí, gritando ayuda por dentro pero sin dejar ver a los demás cuan vulnerable puede ser. A veces una quiere culpar a su complicación natural, a su dramatismo orgánico, pero no creo que sea la razón o la excusa para que se mantenga perdida… o sola.

¿Porqué una recibe amor y se le hace tan difícil aceptarlo? La presión del alrededor puede ser una cabrona. Puede ser un recordatorio de que el golpe o la cachetada duele, y si una lo intenta de nuevo, recibirá otra cachetada. ¿Pero si es la vida de una, qué verdadera influencia deben tener los demás sobre sí?

Una llora, y llora, y llora, y llora. Sus ojos se mantienen siempre rojos, siempre al borde del llanto. Su cuerpo se ha acostumbrado a sufrir. Su mente se ha acostumbrado a doler. Su espíritu se ha acostumbrado a caer.

¿En qué momento la reina de la montaña cedió su lugar? ¿En qué momento la diosa de su universo cayó dormida? Claramente no es un tema de minutos ni horas. Obviamente es una situación de días continuos; días en los que la reina sucumbió ante la duda, días en los que la diosa decidió bajar la guardia.

Lo peor de todo es que una no se lo puede creer.

Una

Ella

YO soy la reina de mi montaña

YO SOY LA DIOSA DE MI UNIVERSO

YO SOY UNA DIOSA

Nadie se merece mi trono más que yo, porque yo soy la que ha construido ese trono a base de historia, a base de enseñanzas, a base de caídas y levantamientos. Nadie se merece mi universo más que yo; yo lo creé, yo lo erguí, yo decidí y sigo decidiendo sobre el.

Yo seré la que termine con este reino, porque el reino se cae cuando yo lo decida.

Yo seré la que explotará este universo, porque es mío. Y de nadie más.

He cedido ante la duda

He caído ante la desesperación

He sucumbido a la lástima

He creído en la debilidad

He dudado de mi capacidad

Pero no más

Ni una vez más

Si una se pudo levantar y crear un imperio en esta tierra tan cruel, lo que se me ponga en el camino será masticado, escupido y pisoteado; para ser recordado como un estorbo que no merece la pena volver a tocar. Se vale recordar, mas no revivir.

Siento furia en mi ser, siento fuego en mi mente, siento orgullo en mi cara, siento hambre de levantarme y reconquistar mi reino y mi universo. Mi cuerpo lo resiente y mi cuerpo arde. Mi espíritu siente como el corazón late fuerte. Mi espíritu puede sentir esa llama renacer.

Yo soy fuego

Yo soy aire

Yo soy tierra

Y soy agua

Yo soy un ser vivo que merece respeto y admiración

Admiración que solo una se gana al trabajar y luchar por ella

Siento el despertar de mi espíritu al escribir estas palabras

He despertado y hoy, clamo a la guerra

Una guerra mía

Una guerra que por el tiempo que necesite durar, será peleada con cada despertar

Será peleada con cada parpadear, cada respiro y cada dormitada

He pintado mi raya

Y solo yo puedo cruzarla…

Para nunca regresar

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Pobre niña rica

A la pobre niña rica se le hace de noche y se le hace de día

Tiempo perdido, tiempo sufrido

Pesan más las noches que mañanas

Pero solo se mira al espejo en son de lástima

Siente lástima por sí, pero no responde en fin

¿Porqué se siente la pobre niña rica atrapada?

¿Porqué no toma alguna decisión radical?

¿Qué tiempo debe pasar para que vuelva a agarrar las riendas y el control?

Tan acostumbrada a lo rápido, a lo veloz, a lo inmediato

Que cuando el cambio es lento, su pesar le es más

La pobre niña rica podría pasar horas sin acción

Esperando a que sea alguien quien tome la decisión

En ella no hay reacción; la sonrisa cuesta y el gusto más

Desea regresar a lo simple, pero sabe que no es posible

Ella no es simple, ni así lo querría nunca

¿Qué quiere la pobre niña rica?

¿Quiere dinero y seguridad?

¿Quiere que decidan por ella?

¿Quiere vivir frustrada por lo que decidieron de ella?

¿O quiere su bandeja de plata independiente de su orgullo?

La pobre niña rica debe decidir pronto

Pues el tiempo pasa, el tiempo es corto

Y la pobre niña rica no será más

Al final, una triste vieja pobre

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Regresando a mi

Son pocos, pero lo he retomado, son pocos los días en los que por fin he estado haciendo cosas que me encantan. Actividades que alimentan mi alma, mi manera de ser, mi personalidad... extrañaba tener la motivación para realizar las cosas que hago. 

Empecé a grabar de nuevo, empecé a hacer un poco de mi tarea, empecé a transmitir de nueva cuenta. Me siento bien; me siento mejor. Me siento como si estuviera regresando a donde debo estar. 

Debo aprovechar esta regenerada energía, debo crear con ella, debo compartirla, debo retomar el camino que me propuse hace tiempo y que perdí de vista.

Siento que estoy regresando a mi.

Me lo debía. Estoy siendo yo otra vez, lentamente, pero ocupada y con metas.

Venga

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Pero hay veces que me lo quiero agarrar a besos

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Siento como si finalmente pudiera respirar. Es esa sensación de libertad que debo saber buscar siempre y nunca soltar

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Y no miento cuando digo que todo lo que he visto y me ha pasado hoy, quiero enseñárselo y contárselo

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Lo arruiné

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Como cuando ya no quieres existir... Cuesta seguir, pero hay que intentarlo. Hora por hora Día por día

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Le tengo el máximo respeto

Le admiro

Le quiero

Y a sabiendas que el momento no es fácil, la situación es detestable y el resultado es incierto; no le tengo mas que el mayor cariño del mundo.

Le agradezco su paciencia

Le agradezco su siempre infinito amor

Le agradezco su bella personalidad

Le agradezco su música que me ayudó a crear una banda sonora

Es indeseable tener que separarse de una persona cuando se siente que no haya razón, pero cuando la hay, por más pequeña que sea, se debe realizar debido al respeto y estabilidad emocional de uno.

Me crea un cierto vacío

Pero muy dentro de mi, sé que es necesario hacer

Y debo de ser fiel a lo que me dicte mi ser

Porque si hay alguien de quien no puedo escapar, es de mi misma

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Mantener una cara seria.

Sentir el pecho oprimido.

Fingir que estás bien.

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La razón de porqué hago lo que hago, es porque a pesar de que ya no quiero estar en una relación, me gusta dejarme cortejar POR TI, me atrae la idea de que podríamos ser algo otra vez y sentir algo que rebase una amistad por ti otra vez. 

Sé lo que quiero ahorita, y es estar soltera, pero también sé que estoy dispuesta a poner lo que yo quiero por un lado, para que tú estés bien.

... aunque, eso a la larga creo que te terminaría lastimando 

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MEDUSA Y PERSEO

Para él. Quien no había leído esta gran historia.

El Mito de Perseo y Medusa. 

Según cuenta, Perseo (hijo de Zeus y de la mortal Dánae) fue uno de los grandes heroicos semidioses de la mitología griega. Cuando un Oráculo advirtió a Acrisio (Rey de Argos y padre de Dánae) que su nieto lo mataría, encerró a su hija en una torre de bronce para que ella no concibiera con nadie un hijo, sin embargo, Zeus deseaba a Dánae así que la visitó en forma de lluvia de oro y así, quedó embarazada de Perseo. 

Cuando el bebé nació, Acrisio estuvo estupefacto por el recién nacido, así que sin mucha demora, hizo que Dánae y el bebé fueran encerrados en una enorme caja y los arrojó al mar para que perecieran. Zeus por otra parte, los protegió y llevó a la Isla de Sérifos donde Dánae y Perseo fueron acogidos por el Rey Dictis (Hermano del Rey Polidectes de Sérifos). 

Perseo creció junto a su madre y el Rey, pero Polidectes (un rey malvado) se enamoró de Dánae y planeó deshacerse de Perseo ya que cuidaba celosamente a su madre. Como motivo para evadirlo, amenazó a su madre que sería sacrificada si no le traía la cabeza de Medusa. Algo imposible para cualquiera dada a la horripilante apariencia de la Gorgona y a su maldición que al primero que la vea, se convertiría en piedra. 

Perseo valientemente empezó su viaje hacia la morada de las Gorgonas. Cuando los Dioses se enteraron de su decisión y valentía, decidieron ayudarlo: Atenea le dio su escudo para que pueda evadir directamente la mirada de Medusa; Hades le dio un casco para que pueda ser invisible en el momento adecuado; Hermes le dio unas sandalias con alas para poder volar y moverse ágilmente; las Ninfas le dieron un saco especial para poder llevar la Cabeza de Medusa; y Hefesto le dio una poderosa espada. Atenea le advirtió que evite mirar directamente a Medusa, ya que al solo verla, perecería. “Usa el reflejo del escudo” le dijo para poder así verla, y por último, que busque a las Tres Gorgonas Brujas muy al Norte de África para que te revelen la ubicación de Medusa. 

Cuando Perseo llegó, les robó su ojo a las Brujas y les obligó decirles el camino para llegar a Medusa. Ellas aceptaron pero el ojo fue arrojado al agua para que no pudiesen advertir a nadie de sus intenciones. Preparándose ahora de los regalos de los dioses, Perseo emprendió vuelo hasta el hogar de las otras Gorgonas junto al océano. 

Cuando llegó, sigilosamente pudo observar que las otras Tres Hermanas de Medusa estaban durmiendo. Cuidadosamente Perseo pasó delante de ellas y sin perder de vista a Medusa, usó su escudo como espejo para no tener que mirarla directamente. Cuando ya tuvo la oportunidad adecuada, con un movimiento rápido de su espada, cortó la cabeza llena de serpientes de Medusa, la puso en el saco y se encaminó rápidamente hacia su hogar. Se dice que de la sangre derramada por Medusa, nacieron el monstruo Crisaor y el caballo alado Pegaso. 

En medio de su viaje, Perseo se encontró con el titán Atlas, a quien se presentó como hijo de Zeus. Perseo no fue bien recibido por él ya que un oráculo le dijo a Atlas que un hijo de Zeus le robaría las manzanas del jardín de las Hespérides. As�� que Atlas adoptó una postura amenazante pero Perseo rápidamente en su defensa le mostró la cabeza de Medusa y lo convirtió en piedra. Así, Atlas se convirtió en la cadena montañosa que conocemos con ese nombre. 

Tras devuelta a su camino, Perseo vio a una bella doncella llamada Andrómeda encadenada a una roca que había en la playa. Ella esperaba su muerte a manos de un terrible monstruo marino ya que su madre Casiopea, había ofendido a los dioses y de esa manera, lograría perdón. Conmovido por su situación y belleza, Perseo la liberó y convirtió al monstruo en piedra con ayuda de la cabeza de Medusa. Cuando Perseo regresó a su hogar junto con Andromeda, su madre no estaba. Había huido ya que las insinuaciones del Rey Polidectes eran muy tormentosas y estaba refugiada en el templo de Atenea. 

Una vez más, Perseo usó la cabeza de Medusa y la sostuvo en el aire para convertir a todos los enemigos de su madre en piedra. Una vez libres de todos ellos y del tirano Rey, Perseo entregó la cabeza a Atenea y ella, la montó en su escudo convirtiéndola en su emblema. Se dice que Perseo también devolvió los regalos de los dioses. 

Perseo y Andrómeda vivieron en paz y armonía por mucho tiempo y tuvieron muchos hijos. Su único pesar fue que cierto día, mientras tomaban parte en unos juegos atléticos, lanzó un disco que fue muy lejos impulsado por una ráfaga de viento, y accidentalmente golpeó y mató a un anciano. Este anciano era Acrisio, el abuelo de Perseo, padre de Dánae. Al final, si se cumplió lo que el oráculo había predicho y que el difunto Rey se había esforzado por evitar. Perseo no tenia ningún rencor o deseo de venganza y, debido a esta muerte accidental, no quiso seguir gobernando su legítimo Reino. Como consecuencia, intercambió los reinos con su vecino el rey Argos, y construyó una ciudad poderosa llamada "Micenas", en la que vivió largo tiempo con su familia en amor y honor.

Copiado directamente de www.unmitocorto.com

Lee el original aquí: http://www.unmitocorto.com/2015/08/el-mito-de-perseo-y-medusa.html

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¿Qué es el romance para mi?

Compartiré algo muy personal que recientemente me ha sucedido. En los últimos 6 meses he tenido tres ataques de ansiedad. 

Uno en marzo del presente año (2017) y dos en un transcurso de dos semanas.

Jamás en la vida (que yo recuerde al menos con esta magnitud) me habían dado ataques de este estilo. Me comienzo a alterar, mi hiperactividad toma control de mi cuerpo sin que me sea posible saber cómo quemarla y es un golpe de energía tan precipitado que me da, que siento me voy a ahogar en el; me agito, mi respiración empieza a ser cada vez más fuerte con bocanadas de aire demasiado grandes y dificultad para sacar todo ese mismo aire de una sola vez; mi cabeza empieza a dar vueltas, la siento pesada; se me quiere nublar la vista y comienzo a ahogar mis ojos en mis propias lágrimas.

No puedo controlar lo que me sucede, mi cuerpo y subconsciente se apoderan de mi y no yo de ellos; pierdo el control de todo, y mi cuerpo por la misma falta de oxígeno que no recibe el cerebro, se siente frágil y solo quiere caerse. Yo presumo de ser una mujer fuerte, tanto física como mentalmente. Puede que no tenga la musculatura de alguien que cargue objetos del doble de su peso, pero me mantengo en pie, antes las buenas y con más dificultad pero me mantengo, en las malas.

Cuando me ha dado un ataque de ansiedad todo tipo de pensamiento se me nubla de la mente, pero es muy extraño, porque al tiempo que se me nubla la mente, todos mis pendientes y pesares y tareas están presentes; tan presentes que no me puedo enfocar en ni uno solo y mantengo perdido el control sobre mí misma.

Se me entume la cara y la boca, mis llantos son incontrolables, no puedo parar; el pesar viene tan de adentro que ni siquiera sabría por dónde comenzar pues yo sé que hay cosas que me pesan, yo sé que existen cosas que me quieren tumbar o apretar tanto los pulmones y pecho que no puedo respirar; hay veces en que no entiendo nada de lo que me sucede que solo quiero apagarlo todo y no pensar en nada de nuevo; no pensar en nada que no valga la pena. ¿Vale la pena preocuparme por el orden de mis pendientes mañana? No. ¿Vale la pena preocuparme si no pagué el Internet o celular a tiempo? No. ¿Vale la pena estresarme por mudarme cuando aún ni siquiera tengo el dinero para pagar un nuevo departamento? Claramente no.

Pero todas esas inquietudes, sumadas a mis frustraciones por no poder controlar mi entorno, mi alrededor, mis oportunidades laborales y personales, son las que deciden, gracias a mi, juntarse y empujarme al borde de un ataque. 

Hasta que sí llega a suceder.

Veo la ventana, me quiero tirar de ella. Veo el balcon, me quiero tirar de el. Pero no porque quiera terminar mi vida, sino porque quiero saber si apenas así, todo rastro de preocupación y estrés y frustración desaparece de mi.

Tengo a mi lado a un hombre que sin entender porqué, se mantiene a mi lado. Tengo a mi lado a un hombre que daría lo que fuera por mi y me recibe con gusto y preparación para pelear contra mis demonios e inseguridades.

Tengo a mi lado a un hombre quien presenció mi más reciente ataque de ansiedad y se quedó conmigo y peleó contra el, conmigo. Me ayudó a que no me ahogara en mi misma; me ayudó a que no me desvaneciera y permitiera que mi cuerpo mantuviera ese pesar dentro de mi, listo a aparecer de nueva cuenta pues no fue eliminado de mi mente ni cuerpo.

Él me pidió que me sentara cuando apenas se asomaba mi ataque, me pidió que le contara qué me sucedía y que lo fuera sacando de la manera en que se presentaba. Me abrazó cuando quebré sin saber porqué en llanto, y justo cuando empecé a hiperventilarme por excesiva respiración, intentó distraerme de ello y regresarme a la respiración normal y adecuada.

Mi cuerpo no me permitiría tener el control, pero he estado tan cansada que preferí dejarme llevar por mi ansiedad, por mi ataque, y así fue, me dejé arrastrar. Pero él no.

Él no quiso que yo lo dejara. Me cargó para levantarme y yo no pude forzar ni un músculo; me dejé caer, no podía ejercer fuerza salvo la que tiene el cuello para no dejar caer la cabeza, y ni así. Mi cabeza se caía empapada en llanto. Él me hacía la tarea de levantarla y forzarlo a verlo a los ojos; pero yo no podía. No podía ver nada, era peor que abrir los ojos bajo el agua. Mi pesar era tal e inexplicable que la única manera en que podía reflejarlo era a través de mi hiperventilación, debilidad y lágrimas.

Hay algo muy dentro de mi que desconozco y no siento otra alternativa para saber qué es mas que acudir con un especialista.

Tanto me he preocupado por mantenerme saludable, tanto física como mentalmente, comer bien, hacer ejercicio, trabajar en lo que me gusta; pero desafortunadamente llegué a un punto en el que permití que mis problemas cedieran de tal manera que sin darme cuenta, ya no desayunaba, comía un vaso de jugo verde, cenaba un cereal, si es que había leche, o cereal siquiera. La gente a mi alrededor me comentaba que me veía más delgada... que me veo más delgada; la preocupación está presente en mi rostro, ni el maquillaje, ni mis peinados, ni mis dientes blancos podían esconderlo.

Tanto que he platicado sobre la importancia de quererse y cuidarse a sí mismo, que yo he estado haciendo lo opuesto. Me he estado descuidando al punto en que me dio un ataque de ansiedad en plena estación del metro de la ciudad; tanto que me levanto de jalón y siento que se me baja la presión, tanto que al despertar siento un pesar de un día más y no un reto por llevar a cabo. He sido mi propia ironía. Y la he estado arrastrando por cierto tiempo ya.

Mi pareja, quien me ha puesto a prueba, para mí misma, nunca me dejó caer esa noche de mi ataque; me levantaba la cabeza cada que la sentía pesada, me quitaba el cabello de la cara, me hablaba de manera tierna, y preocupada y seria a la vez. Nunca me dejó sola en mi pesar. Y yo sé, que él estaba más asustado que yo, pues jamás había pasado por una situación como esta, menos con alguien a quien quisiera tanto y la tuviera colgada de sus brazos sintiéndose tan derrotada y vulnerable.

Llámenme cínica; pero este ha sido el momento que yo puedo llamar como el más romántico de mi vida. Puesto que el romance para mí, ya que es relativo, es una muestra genuina y pura de amor hacia una o entre dos o más personas. Martín, quien no estaba pasando por un buen momento debido a mi, decidió ponerlo todo a un lado y entregarse de una manera como pocas he visto o escuchado.

Quiero. Adoro. Respeto a este hombre.

Yo me encontraba completamente transparente y lista para ser abandonada por todo y todos. Él me hizo ver cuán equivocada estaba.

Tengo problemas para expresar mi sentir, lamentablemente es un tabú con el que me he desarrollado durante casi toda mi vida. Pero yo sé y siento con todo mi corazón que no estoy sola en mis pesares.

Escribo esto y lo comparto, a sabiendas que la gente puede ser cruel, porque sé, que existen más personas bien intencionadas que sabrán cómo tomar este escrito y reconfortarse posiblemente en el.

Somos humanos imperfectos, con fortalezas y debilidades, con miedos y pasiones, con anhelos y desintereses, con dudas y aciertos. Es normal que pasemos por cosas así. Pero no debería ser normal permitir que nos consuman nuestros pesares por temor a exponer nuestra humanidad ante el resto de la gente.

El romance es también demostrarnos amor, es también, de la manera más pura, ser honestos con nosotros mismos y cuidarnos y procurarnos. Vivimos todos los días con nosotros; parecería que no debiera haber de otra...

Creí que iba a ser un escrito corto.

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Solo tengo un cuerpo y un cerebro y los voy a usar

¡Hola! Una vez más escribiendo porque sí, pero en esta ocasión quiero expresar el hecho de que muchas veces estamos felices o las cosas van bien y no nos damos cuenta de ello ¿no? Como que cuando estamos mal sí lo notamos, pero cuando estamos bien o tranquilos no lo notamos del todo. 

Pues, en este momento de mi vida creo que así estoy. Estoy bien, no super bien ni super mal; porque todavía quedan cosas y metas por lograr, tengo ideas y sueños que debo realizar y terminar, pero fuera de eso agradezco a la vida, a Dios, a la gente, a mi persona que siempre nos estamos esforzando por vivir un día más y vivirlo bien.

La semana pasada padecí (¿padecí? ¿se padece?), mas bien, mi corazón tuvo un caso de arritmia. Me desperté un miércoles por la mañana con el corazón latiendo a toda velocidad y con bastante fuerza. El viernes en la madrugada mi corazón me despertó latiendo bastante rápido y el sábado por la mañana me pasó lo mismo, latidos rápidos. No es la primera vez que me pasa algo así, tanto taquicardia como bradicardia (el corazón se desacelera) pero nunca tan frecuente. Comúnmente cuando me sucedía algo así era una ocasión cada uno o dos meses (al menos lo que yo recuerdo). 

En fin, fui con un cardiólogo y me dijo que la gente de mi edad que comúnmente le sucede eso es por factores externos (alcohol, comida, presión, frustración, altura, etc.) y por lo tanto me debo hacer una prueba Holter.

A lo que voy con esto es, sea lo que sea que me pase, sí, tengo muchos planes y cosas que no he hecho y muero por cumplir, pero a la fecha no tengo nada de qué arrepentirme, por más que me falten cosas por realizar, he hecho todo lo que se me ha antojado a la fecha, me he equivocado, he visitado, viajado, comido, amado, hablado y seguiré equivocándome, visitando, viajando, comiendo, amando y hablando y mucho más. Haré y conoceré todo lo que se me presente hasta el día en que de mi último aliento.

Agradezco a mis papás, a mis hermanos, a mis amigas y amigos, a mis novios, a mis “nemesis”, a mis maestros y más. Sin ellos no sería lo que soy hoy y lo que seré en el futuro.

No sé qué pase en el futuro o cómo palpite mi corazón, pero si este cuerpo se sigue moviendo y esta cabeza sigue pensando, entonces los usaré para bien hasta desgastarlos que vida solo hay una y yo pienso usarla hasta que quede solo polvo de mi parte.