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ok

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El fin de una batalla no es el fin de la guerra.

"En lo más profundo de la oscuridad, donde las almas cumplen con los castigos que se les dicta por los pecados que han cometido en vida, Hades, Dios del Inframundo, ha vuelto a sentarse en su trono para apoderarse del planeta que los seres humanos han adoptado como su hogar. Obligado a mantener oculta su figura de la mirada atenta de la Diosa Athena, espera pacientemente que sus fieros guerreros, despierten del sueño en que los envuelve la muerte y acudan al llamado de su voz para poner fin a los días de paz en la Tierra, con la promesa de castigar a todos los seres humanos por sus incansables faltas a las leyes establecidas por los Dioses. Sin embargo, su elite guerrera, los 108 espectros aun no logran localizar sus cuerpos para materializarse y volver a la vida. Mientras tanto, la Diosa Athena, que es consciente de la amenaza que representa el creciente cosmos maligno que rodea con calamidades la Tierra, se prepara para enfrentar a su legendario enemigo, haciendo un llamado a todos los caballeros que se encontraban alrededor del mundo, a volver a su fortaleza ubicada en Grecia, para organizar una estrategia de batalla, anticipándose a las posibles ofensivas que Hades programara contra ellos. Sin embargo, alguno de los guerreros bendecidos con la protección de las constelaciones, se encontraban en pequeñas misiones no menores del todo, intentando mantener el desequilibrado mundo en el que los mismos humanos se mataban unos a otros y también donde Hades hacía notar su presencia maligna, con catástrofes naturales. Una vez más, los nobles guerreros, arriesgaran sus vidas para proteger al mundo de las garras de la oscuridad y de la mano de Saori Kido, la Diosa Athena, abrirán un nuevo camino de luz para avanzar victoriosos hacia el mañana. Jóvenes guerreros, ¡Enciendan su cosmos una vez más!"

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Aquella pregunta que generaba una cierta culpa se le hacía un tanto familiar con esa intención medio de manipulación que solía utilizar Euridice cuando no le dejaba hacer prácticamente nada en la casa, tampoco es que hubiera mucho que hacer porque ambos eran organizados, al igual que en este momento solo se trataba de té y quería poder tener aunque fuera un simple detalle para con esa persona tan cálida y amable que le estaba dando un buen momento tras haber despertado. Después de todo sería guiado a la cocina así que de alguna manera se podía decir que tenía una pequeña victoria  aunque Afrodita recalcaba que no le cumplir con esa simple intención... pero aun no estaba todo dicho. 

Sintió como la mano del otro se colaba entre su tórax y su brazo a la altura del codo en una agarre sutil con el cual seria guiado hasta aquel sector del templo, una atenuada sonrisa se hizo en sus labios llevando las tazas y siguiendo la ruta que marcaba su anfitrión.  No es tampoco como si tuviera demasiadas opciones o siquiera pudiera ponerse en persistente con el asunto del té, Afrodita era un chico extraño desde algunos aspectos si se lo ponía analizar, había pasado demasiado tiempo de que un santo de Atenea le había tratado con aquella amabilidad, para ser uno de los prestigiosos y temidos dorados se notaba como alguien dulce, muy amable en verdad, definitivamente era todo un gusto poder pasar un tiempo como este con alguien que poseía un carácter como ese. 

-¿Vino?- no pudo evitar sumergirse en recuerdos que le obligaban a pensar y repensar la oferta - Hace mucho que no bebo algo que contenga alcohol- y había prometido no hacerlo, esa parte suya que mantenía sellada en el interior podía verse motivado a salir, debía de pensarlo bien no solo por esa razón también era que su cuerpo se sentía aun algo débil, en la mañana temprano debía de acudir al templo del patriarca para llevar a cabo la reparación de lira - bueno no es como si una copa fuera a hacerme daño...- comento con una sonrisa un poco apenada - tengo una idea...- susurro volviendo a tomar las tazas que el santo de piscis le había quitado- ¿Qué te parece si preparas lo del vino y yo dejo esto en el lavado?- era una buena oportunidad para conseguir una victoria silenciosa, mientras el peliceleste se entretenía con el asunto del vino el podría al menos lavar las tazas...- ¿Qué te parece?- inclino sutilmente su rostro a un lado con una sonrisa tenue y algo inocente como si no planeara desobedecer a su anfitrión con el asunto de las tazas.

Respirar, asimilar... continuar...

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Quizás había soltado demasiado la boca, no tenía porque preguntar aquello invadiendo la vida del otro de alguna manera, aunque al final obtuvo una respuesta que posiblemente indicara que jamas había experimentado aquel fuerte sentimiento, tan poderoso que rompía con toda lógica en el mundo, que te llevaba a cometer las mas delirantes locuras... si, ese sentimiento que permanece sobre un fino hilo entre la felicidad y la tristeza.. capaz de desembocar en tantos otros que parecía completamente irreal que existiera realmente.- Espero que algún día puedas experimentar ese sentimiento - era fácilmente reconocible, y si el no estaba seguro era porque entonces no lo había podido desarrollar... "gustar de alguien" "querer a alguien" solo eran los comienzos que con el tiempo si todo salía como debía te llevarían a conocer aquella fuerte emoción.

-Ya te has tomado muchas molestias por mi causa, siento de alguna manera como si estuviera abusando de tu amabilidad para conmigo... - le sonrió con suavidad, ahora que lo tenía mas cercano era mucho mas sencillo apreciar aquellos finos y delicados rasgos que caracterizaban al mas hermoso de todos los santos de Atenea, que titulo tan bien otorgado - Si quieres beber otro té me gustaría poder prepararlo- hacía mucho de hecho de que no hacia algo como eso para otra persona - ¿Podría hacerlo?- entorno la mirada que se fijaba directamente en las orbes brillantes del otro... era un poco extraño de alguna manera que nunca antes se hubiera dado cuenta de las características de aquel, aunque... en aquel momento solo se preocupaba por su deber y su esposa.

No quería faltar el respeto al otro pero realmente aquel estaba haciendo demasiado siendo que en realidad no eran mas que extraños que residían dentro de los terrenos del santuario, nunca antes habían cruzado palabra.. o incluso mirada alguna, dos mundos completamente diferentes - Podemos hablar de otra cosa si es que ese tema te incomoda - bueno con las diferentes reacciones había sido bastante obvio- permiteme por favor...- tomo con cuidado las tazas de la mano ajena - al menos me dejarías lavar esto?... me sentiría mucho mas cómodo si me permitirás al menos eso - era imposible que se quedara sin hacer nada! de hecho el solía siempre atender a Euridice y ella se molestaba porque no le dejaba hacer nada.. o casi nada... esas quejas tan tiernas que ella tenía.. al recordar las palabras y las expresiones en la faz de su difunta esposa una sonrisa se formo en su rostro- Me guías a la cocina? - claramente no entraría a ninguna lado sin que aquel le diera autorización para aquello.

Respirar, asimilar... continuar...

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Que momento tan extraño había tenido con el otro, mas que nada por que su boca se movió por si sola y soltó algo que normalmente no soltaría, claro ahora... seguramente su padre le hubiera dado un buen coscorrón en ese momento juraba que podía sentir una sutil molestia en su cabeza de tan solo recordar aquellas cosas... el cansancio que se traía encima era posible que lo estuviera traicionando de ese modo?, había jurado que no volvería a comportarse de esa forma... aunque se sintió un tanto extraño cuando el otro de aquella forma le medio callo y al final le decía que era gracioso, aunque no comento nada al respecto solo pudo sonreír ante aquello y encogerse un tanto de hombros.

Nada de lo que hagamos lograra cambiar lo que hicimos...-acotó tras que aquel mencionada sobre redención, ha decir verdad aunque había traicionado al santuario y abandonado llevándose consigo a lira no se arrepentía ni de un solo segundo del que había pasado con Euridice en el inframundo... cada día que había pasado tocando la lira solo para ella con las flores rodeandoles y haciendo el paisaje sutilmente mas agradable... había sido egoísta y no entendido los sentimientos de ella, el dolor que al mismo tiempo le causaba... igualmente no se arrepentía de nada, aun así... sentía que le debía demasiado al santuario... a su Dios y sus compañeros... una deuda que pagaría en esta guerra, para eso es para  lo que regreso, para levantarse contra el enemigo al lado de sus compañeros como debió haber sido desde un principio.

Lo que aquel dijo le hizo abrir los ojos un poco mas a Orphee... "dejar ir"...eso resonó de nuevo en su cerebro y que haciendo eco, apretó un poco los labios y acerco la taza de té para beber de la infusión y terminar de vaciar la taza- ¿Por que dejar ir?...- consulto sin mirarle al tiempo que dejaba sobre la mesa la fina porcelana que le había brindado calor a sus manos- entiendo lo que dices... pero... -su espalda se encontró con el respaldo y su nuca se apoyo sobre el mismo observando el techo mientras las imágenes de ella pasaban por su mente- Siento que si la dejo ir realmente no podre seguir...- porque era su tesoro, aun cuando no estaba a su lado... cuando su voz no alcanzara sus oídos, cuando no sintiera nunca mas la calidez de sus labios... aunque doliera también lo hacia feliz!... termino sonriendo con sutilidad cerrando los ojos por un segundo y mirar al otro ladeando su mirada- sera que soy un masoquista?- susurro la pregunta y rió apenas- el mundo es hermoso, la vida que vivimos es hermosa aun con todo los errores que podemos cometer, los sentimientos que experimentamos sean tristes o felices son un gran tesoro... yo quiero seguir sintiendo, seguiré avanzando a pesar de mis ataduras a mi pasado- una ligera y sutil risa salio de su garganta - Afrodita.. digam... dime... ¿Alguna vez te enamoraste perdidamente de alguien? -reacciono- lo siento.. no tienes que responder... -volvió a mirar hacia el techo. 

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REalmente era agradable y muy comodo el poder conversar con Afrodita aunque no sabia si los demas fueran asi de agradables por lo general los dorados permanecian en sus templos y muy pocos eran los que se alejaban de estos o algo asi recordaba, bueno a decir verdad el era asi exactamente y mas que nada su conocimiento de aquellos no eran mas que los rumores que decian aquellos pocos con los que cruzaba palabra. - no te preocupes.. no pasara nada el pratriarca me permitira ayudar cuanto pueda hacerlo...- aclaro, era cierto solo hasta donde pudiera en su condicion pero asi fuera un poco... solo un poco, se sentiria conforme por ello... ademas, si no tenia utilidad en su estado entonces simplemente quizas ni siquiera deberia de estar vivo... debia de soportar por su armadura y si era que su estado decaia pues recuperarse lo antes posible antes de que la guerra diera comienzo

Lo miro algo sorprendido-¿mucha información?- parpadeo un poco y desvio la mirada hacia el lado contrario de donde piscis se encontraba-  Es que acaso me imaginaste de esa manera?- eso se escapo de sus labios y su palma fue a dar contra su rostro- lo lamento... no debi decir algo como eso...- era algo tan tipico que hubiera dicho antes.. aunque la forma hubiera sido distinta ¿es que aun quedaban rastros de ese yo del pasado?- de verdad lo lamento...- dijo muy apenado con una sutil reverencia de su cabeza.

Es cierto...no debo de olvidarlo... te lo agradezco- habia tenido paciencia y calma por mucho tiempo, solo pequeños momentos de desesperación,pequeños y significativos... pero aun asi no debia de olvidar de mantener la armonia y jamas caer en el caos de su interior. Cuando fue invitado un pensamiento propio del pasado en la etapa en la que entraba en la adolescencia se hizo en su cabeza terminando por darse otra palmada en la cara- debe de ser que realmente estoy agotado- comento para si mismo en un susurro - te lo agradezco de verdad... creo, que aceptare con gusto tu invitacion- era eso o quedarse bajo el estrellado cielo, posiblemente no fuera muy buena idea si descansaba en un lugar protegido del clima y comodo tendria mas fuerza para ayudar en la reparacion de su armadura. - lamento haberme convertido en una molestia al final de todo...- bebio nuevamente del te, ya con eso sentia que recuperaba mucha fuerza- tienes un lugar muy agradable, el aroma de las rosas es muy relajante.. - recargo su espalda en el sillon y miro hacia el techo..- ¿crees que he vuelto para redimirme de mi pasado?- una pregunta repentina que realmente no fue hecha a quien le acompañaba, en su mente el lacio cabello rubio se mecia sobre el viento sentada en aquella roca..-Euridice- susurro abriendo luego sus ojos de golpe y miro a Afrodita... -lo lamento, me perdi recordando de nuevo...- y quizas ese fuera su reto mas dificil de regresar a la vida

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Tus escritos y creaciones, son preciosas y originales, la forma en que roleas, merece el mejor de los galardones, porque tu tienes, el mejor de los dones ♥♥♥♥♥♥~ (I loveuuu )

ooc:

*es sonámbula(?)* arigato bunny *apachurra* sabes que vos también ; )..*se cubre con algo porque sera golpeada(?) cosas de ellas x´D* 

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Aquel se fue a buscar bebida, el santo de plata permaneció sentado en aquel lugar con sus ojos cerrados disfrutando del aroma de las rosas que invadía el doceavo templo, era agradable... siempre encontrado cierta fascinación al aroma de las mismas... le traía demasiados recuerdos... tantos que no podía controlar en su mente y estos iban y venían constantemente sin embargo esto no parecía perturbar su tranquilidad, tampoco le resultaba molesto recordar... aunque en su interior una profunda angustia se creaba amaba el poder tener recuerdos de la mujer que amo en su consideración por tan poco tiempo, le era imposible no preguntarse como estarían ahora.. que estarían haciendo... bueno a esta hora probablemente durmiendo... rió un poco internamente recordó algo en particular que había hablado una noche con ella... un deseo que hizo de ambos, sus ojos se entreabrieron un momento con tristeza... ese había día había perdido mas que solo a su esposa. sus ojos volvieron a cerrarse exhalando el aire en sus pulmones con calma cuando el sonido de los pasos de su anfitrión se hicieron en la sala, entonces su sonrisa serena afloro y sus ojos claros se abrieron observando al joven que con amabilidad le ofrecía una taza de té- muchas gracias-dijo mientras tomaba aquella con sus manos, la porcelana estaba caliente y sentía bien en sus manos - así es, pero Lira lo necesita... aunque no me gusta estar separado de ella - su armadura había sido una fiel compañera desde que le fue otorgada aunque no hubiese sido el verdadero el patriarca - en realidad si.. es bastante duro...- sus ojos se entrecerraron observando el liquido al que por alguna razón una de las luces del lugar se reflejaba sobre la superficie- también eso es cierto...- sus ojos se habían perdido por un momento en su taza hasta que reacciono y miro al otro de reojo - lo lamento... me perdí un momento- se disculpo con aquel y le sonrió de un modo natural y muy relajado.

-Si lo fue... debería de agradecerle a Saga de Géminis por considerarme digno de portar a Lira... ella antes le había pertenecido a mi padre, me siento muy feliz de poder portarla como alguna vez el lo hizo.. aunque... mis actos egoístas en el pasado me llevaron a alejarme de este lugar e incumplir con mis obligaciones- aunque no se arrepentía de haberlo hecho al mismo tiempo no podía perdonárselo a si mismo haber faltado a su juramento, de alguna forma en su mente podía ver el rostro de su padre y con sus ojos llenos de decepción... aunque no fuera realmente su padre... - Fui a reportarme como era debido, ademas... no quería ir al que era mi hogar...- demasiados recuerdos que podrían hacerlo quebrar  ya tenia bastante con todo lo que recordaba por tan solo estar vivo- aunque a decir verdad... no estaba de acuerdo con mi armadura se quedara allí, debo ir temprano para ayudar a repararla, estoy enterado de la situación actual... no creí conveniente alejarme demasiado siendo que aun siento mi cuerpo algo inestable... tampoco estoy acostumbrado a depender de mis compañeros - lo ultimo lo dijo en un tono un poco mas bajo y de un modo inconsciente- Eres muy agradable Afrodita... ¿ya lo dije antes?- se quedo pensativo un momento y termino por fin dándole un sorbo al té- ah.. esta delicioso. En verdad te agradezco...esto me ayudara bastante, ademas de la buena compañía que tengo gusto de disfrutar - acerco nuevamente la taza a sus labios para poder continuar saboreando la infusión que ayudaba a su cuerpo a entrar en calor... - me siento raro sin Lira... como si estuviera desnudo- confeso apenándose un poco por ello pues jamas antes había estado sin ella fuera de su hogar o de los alrededores del mismo.

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¿Cómo podría decírtelo?... muy pocas cosas pueden llegar a molestarme a estas alturas, de todas formas una persona tan amable y simpática no podría causar ese efecto - dio una sutil sonrisa- así que, no te preocupes como he dicho no me molestas... y si es posible que no lo diga, pero si así fuera me hubiese retirado de tu templo desde hace un rato - y esa era la verdad, una vez que sentía ese tipo de cosas en el entorno solo se retiraba pues no  veía razón alguna para quedarse en lo que el consideraba un mal ambiente

-Crees que soy realmente muy, demasiado, amable? -rió un poco por ello- suena interesante, pero no siempre he sido de esta forma... el tiempo me ha ido moldeando bajo diferentes experiencias... tu ¿siempre has sido como eres ahora? - sonrió con amabilidad porque era raro que de otra forma lo hiciera, sus celestinas orbes se fijaban en las contrarias con una gran calma, aunque por momentos en su interior parecía vencer el caos producto de los recuerdos que no se repetirán en la vida al mismo tiempo podía seguir emanando aquella paz de su interior... el dolor era normal, siempre habría dolor en todo ser que estuviera vivo, también habría felicidad, era parte de la vida.

-¿Te sientes extraño?... - se lo quedo mirando un poco, esta vez de un modo mas detallista, podía notar de alguna manera las sutiles ojeras del otro era posible que hiciera unos días no estuviese descansando como debiera, los sentimientos negativos del pasado parecían encadenarse a la mente por momentos se iban y cuando no lo esperabas regresaban... posiblemente esos sentimientos que se esconden a menudo en el subconsciente fueran los que no dejaban dormir al dorado.

Se lo quedo mirando un momento y termino suavizando su expresión junto con una sonrisa sutil y cálida - Es una lastima que antes no me haya tomado el tiempo de conocerte, realmente pareces alguien muy agradable- pero su mente estaba con prioridades en aquel entonces- seria muy agradable poder beber algo - seria la primer bebida desde su regreso y de hecho sentía sus labios y garganta algo secas, lo curioso es que no sentía hambre realmente... espero paciente observando los alrededores cuando aquel fue por la bebida, el ambiente dentro de aquella sala era algo romántico si se podía decir de aquella manera, una decoración elegante con rosas por todos lados que se adueñaban del aire y esparcían su aroma hasta el ultimo rincón aparentemente, era relajante, cerro los ojos y de alguna manera aquel aroma lo transportaba hacia algunos recuerdos, no malos... pero debido a la situación actual provocaban un poco de tristeza. pero también le traían un poco de felicidad, sentimientos ambiguos que como todos en general no podían existir uno sin el otro... su espalda descanso un poco mas sobre el respaldo... una atenuada sonrisa se hizo en sus labios podía quedarse de esa forma hasta que el doceavo custodio regresase. 

Escucho los sutiles pasos del andar de aquel compañero de armas y sus ojos se abrieron lentamente volviendo a adoptar una posición mas correcta en el sillón, no es que realmente quisiera hacerlo estaba bastante cómodo de aquella forma... pero de alguna manera había algo que le impedía el poder dejarse de aquella manera - Sabes... yo también me siento algo extraño, pero supongo que tiene que ver con que acabo de revivir y sumado a eso he tenido que dejar a Lira con el patriarca- esperaba que el hombre no realmente no lo reparara sin él, necesitaba estar presente y aun mas darle de su sangre.

-El patriarca que se encuentra ahora es el anterior al que yo conocí, el me contó un poco sobre aquello... realmente no sabia y aun menos esperaba que una situación como aquella pudiera existir en el santuario - era algo que muchos parecían haber pasado por alto, en realidad el no había conocido al otro patriarca - Saga de géminis fue quien me entrego a Lira y me convirtió en caballero, pero no recuerdo haber sentido maldad de aquella persona- desvió la mirada- quizás era muy inexperto aun en aquel tiempo- de repente reacciono y se lo quedo mirando- lo siento, ¿estoy hablando mucho? no sabia de que hablar y de repente solo comencé a hacerlo...- sonrió un poco apenado por ello, aunque el peliceleste debía de saber mucho sobre aquel asunto, después de todo el doceavo custodio es el mas cercano al patriarca, seria posible que los sentimientos negativos que pudieran estarle molestando hubiesen nacido en aquel tiempo?...

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Se alegraba de saber que no resultaba ser una molestia para el otro, avanzo siguiendo al otro unos cuantos pasos atrás era lo correcto siendo que uno entraba en la prevacía de otra persona, se había vuelto tan correcto que el pensar en como era de mas joven simplemente parecía que no fueran sus propios recuerdos en realidad, una sutil sonrisa tras recordar el rostro de su padre, un momento de la vida recibiendo sus regaños por su mal comportamiento aunque fuera una vez… solo una vez… desearía poder oír esos regaños otra vez, esa voz firme pero llena de amor y una paciencia inmensa… realmente estaba muy nostálgico esa noche, pero ¿Qué otra cosa podía recordar su mente? Su vida había girado alrededor de esas dos personas.

  Solo Afrodita… - le miro susurrando aquello, desvió la mirada un poco… estaba bien eso estaba bien – Como usted lo prefiera… Afrodita- los pasos continuaron con serenidad inmutable, su rostro siempre sereno contrarrestando la inquieta mente que rememoraba tantos momentos del pasado vividos.  Ah… también debía de dejar de tratarlo con el debido respeto que un dorado se merecía, de alguna manera seria extraño tratar con confianza al chico aquel- ¿El patriarca? – pestañeo una única vez, miro hacia delante un tanto confundido por la comparación, es decir… bien no conocía a aquel hombre por lo que simplemente no podía estar seguro de que realmente fuera como el Pisciano indicaba –Comprendo.. lamento haberlo… haberte hecho sentir como un anciano- sonrió con gran amabilidad, una sonrisa tan serena y pacifica… tan falsa al caos interno de tener a su mente llevando de rincón a otro los recuerdos de sus seres amados.

  En la sala aquella donde las rosas resaltaban y embellecían la vista así como también el olfato que captaba  la esencia de las mismas se quedo quieto… por lógica pura aquellas rosas no eran de su jardín al menos no las envenenadas ya que claramente no lo habría invitado pues continuaría respirando el veneno tan conocido por todos. Miro un poco los rincones, realmente se sentía agradable aquel lugar… la voz ajena lo trajo a la realidad de nuevo y pestañeo… asintió con suavidad y dio los últimos pasos para alcanzar el sofá donde poder reposar cómodamente – Eres muy amable, te lo agradezco- pronuncio con suavidad nuevamente mientras una sonrisa intentaba disimular aquella apacible y nostálgica mirada que se centraba un tanto hacia abajo a ningún punto en particular…- Se de lo que habla… hablas…- se corrigió y cerro los ojos, realmente era difícil perder aquella costumbre, los parpados despejaron sus claras y cristalinas orbes para observar al dorado que lo acompañaba, su expresión pareció ablandarse un poco mas apareciendo nuevamente una sutil sonrisa con su mirada algo entrecerrada – La soledad es una buena compañera cuando uno necesita pensar, mas cuando uno desea callar la mente la soledad puede volverse la peor enemiga de uno – volvió a cerrar los ojos solo un segundo, otra vez… la imagen de Euridice en su mente, con sus bellas y doradas hebras al viento, esperándolo en el prado como cada vez que tenia que irse y volvía viéndola unos momentos en silencio antes de hacerse notar, su hermosa sonrisa… - lo siento… debí comportarme de mal modo para que pensaras que quería estar solo, tu compañía seria muy agradable, aunque admito no sabría de que hablar, no estoy acostumbrado a socializar… o mas bien, he perdido la costumbre de eso… - sonrió con una sutil pena – Podemos ayudarnos mutuamente un momento si te parece bien, te haré compañía para que puedas sobrellevar tu insomnio de una forma amena, mientras tu puedes ayudarme a dejar de pensar un rato… ¿te parece bien? – rió un poco de manera sutil, no estaría mas tratar un poco con sus compañeros… ahora que estaba solo… aunque esa idea no sonaba tan mal pues así no había mas nada que perder… perder siempre era doloroso…

Respirar, asimilar... continuar...

Tras el encuentro con el Patriarca se retiro esperaría a que aquel le avisara si le era permitido presentarse ante la Diosa, a mitad de las escaleras se detuvo y miro las estrellas un poco, ciertamente era extraño volver a recorrer ese camino aun cuando no eran muchas las veces que lo hacia, de hecho… ahora resultaba que su armadura no había sido entregada por el verdadero Patriarca sino por un hombre codicioso que tomo la posición a la fuerza, de todas formas había sido raro, pues no recordaba en lo mas mínimo haber visto maldad en aquel hombre en el momento en que le dio la preciada lira que tanto deseaba y por la que tanto había entrenado.

La noche era hermosa, un aire suave y templado, las estrellas se lucían con esplendor sobre el firmamento ennegrecido, el silencio era rotundo en aquellas horas, su tiempo con el patriarca se había extendido un poco mas de lo esperado, comenzó a descender por las escaleras nuevamente, su mente de alguna manera estaba inundada de los recuerdos junto a quien lo crió… a su maestro y padre adoptivo… ese hombre tan amable y tan paciente que lo había soportado en sus travesuras de niño que le enseño todo lo que sabia hoy en día, lo extrañaba… y por otro lado aquella mujer que cautivo su corazón, recordó el primer día en que la vio el destino le entrego un gran amor a cambio de su gran perdida, no era que una reemplazara la otra ciertamente tardo bastante en asimilar la muerte de aquel al que llamaba padre aun cuando lo fuera en realidad, pero sin duda ella lo mantuvo a flote aun así el destino parecía empecinarse a quitarle todo lo que amaba así como perdió a su padre perdió a quien, en ese entonces, se había convertido en su esposa… Euridice había dejado un vacío notorio en el corazón del santo de plata aun cuando quisiera no demostrarlo ahí estaba y los ojos, espejo del alma, dejaban notar aquella melancolía que regia en su interior.

Cada paso lo acerco al doceavo templo, Piscis. Los pasos siguieron guiando el camino hacia este, comenzando a pensar que debía de ir a aquel lugar cuando el sol saliera, aunque su cuerpo comenzó a sentirse algo mas agotado, revivir no era cualquier cosa termino por sentarse en el ultimo escalón o mas bien el primero después de la casa del pisciano, esperaba no molestar, solo deseaba tomarse un respiro antes de continuar con su transitar hacia aquel prado algo alejado…

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" si puediera devolver el tiempo te juro..."

Que lo haria diferente...

no hay vida sin ti

{No fue tu...}

Sshhh...

No digas nada

si esto es un sueño...

no me quiero despertar.

  {{{{{{{ Me voy a morir!!!!!!!!! es tan hermoso!!! }}}}}}}

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Te desvaneces con el sol no eres humana Eres un sueño que me rompe el corazón en la mañana.

Te perdí en mis manos 

Fue mi culpa y ahora sufro solo  No entiendo a la vida  La vida me prometió estar contigo  Y fue ella misma la que nunca va a dejarte estar conmigo.  Por las noches en mis sueños puedo verte  Dormido vivo al fin un cuento de hadas  Que aunque falso es suficiente  No me importa cuanto duela despertarme  Igual me duele todo 

___________________________________________

Llueve más de un millón de recuerdos juntos y me ciegan  Yo te amo

tanto que me quema 

Ya no quiero despertarme  La vida sin ti ya no tiene sentido  Prefiero vivir de noche  Sentir que tú no te has ido  Soñando voy a tenerte hasta que se acabe mi vida  Prefiero morir soñando que vivir con tú partida.

_______________________

No, digas, nada, por, favor,  Que hablando el alma me destrozas  Quiero decirte tantas cosas  Quiero acordarme de tu olor.  No digas nada por favor  No vaya a ser que me despierte  De un sueño en el que puedo verte  Y aun puedo hablarte de mi amor.  No digas nada ten piedad  Solo te pido que mañana por la noche  Dormido me des la oportunidad, 

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BIENVENIDA ~

Pandora Heinstein.