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cuadernodeorienteme-blog · 7 years ago
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Kyudo, el camino del arco
Kyudo, el camino del arco
Minamoto Yoshiie
La práctica del kyudo, o arco tradicional japonés, es un camino de perfección en el que, tomando como objeto el desarrollo de la pericia técnica de tirar y acertar, se cultivan herramientas meditativas básicas, especialmente la atención y concentración mental pero también la aceptación, la paciencia, la compasión, la ecuanimidad y la resiliencia. Todo un reto magníficamente…
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cuadernodeorienteme-blog · 8 years ago
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Una nueva versión de “La danza del pincel” se inauguró ayer, 10 de enero de 2017, en la Sala de la Fundación CAI de Huesca.
Kumiko Fujimura
Por segunda vez, las pinturas de Kumiko Fujimura se han dejado acompañar por pinturas y caligrafías de la Colección Pájaro Profeta, ensamblaje que una vez más ha funcionado a la perfección.
A pesar de la modernidad de las pinturas de la artista japonesa, sus trazos son plenamente reconocibles en las antiguas caligrafías de la Tradición. Y no sólo en la forma, sino en la actitud emocional con que las ejecuta, el trazo certero, sin vuelta atrás, como afilada flecha que abandona el arco.
La Colección Pájaro Profeta danza esta vez al ritmo de la modernidad de Kumiko Fujimura.
David Almazán, el profesor de la Universidad de Zaragoza que ha comisariado la exposición introduce la muestra:
Presentamos la exposición “La danza del pincel: arte y caligrafía de Japón”, con pinturas de la artista japonesa Kumiko Fujimura y una amplia muestra de caligrafías y pinturas japonesas de los siglos XVIII, XIX y XX. En conjunto, casi un centenar de piezas, todas ellas como tema la danza, el movimiento y el ritmo del pincel.
Kumiko Fujimura es una artista japonesa afincada en Zaragoza con una larga trayectoria artística en España y en el extranjero.
http://www.kumikofujimura.com
La exposición presenta además una selección de piezas de la Colección “Pájaro Profeta” del Dr. José Antonio Giménez Mas y de otras colecciones particulares aragonesas.
https://cuadernodeoriente.wordpress.com
Las pinturas expuestas presentan al espectador un amplio repertorio de
llamativas composiciones de gran modernidad, elegancia y delicadeza. El color muchas veces desaparece, o tiene un protagonismo secundario, frente a la fuerza de la pincelada hecha en tinta negra (sumi).
Estos trazos tienen la energía suficiente para captar y representar la esencia de la elegancia del movimiento del artista con el pincel. El pincel parece bailar cuando escribe y detiene el movimiento cuando plasma un instante de una danza.
La elegante presentación en el tradicional montaje kakejiku ha sido posible gracias a la colaboración de la Sociedad de amigos de la enmarcación japonesa de estilo Edo (戸表具を愛する会).
David Almazán Tomás (Universidad de Zaragoza)
CATÁLOGO DE LA MUESTRA
GALERÍA
PRENSA (en construcción)
http://www.lavanguardia.com/vida/20170109/413209371299/fundacion-cai-presenta-en-huesca-la-exposicion-la-danza-del-pincel-arte-y-caligrafia-de-japon.html
http://www.europapress.es/aragon/noticia-fundacion-cai-presenta-danza-pincel-arte-caligrafia-japon-20170109151339.html
http://www.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/pintura/Fundacion-CAI-Huesca-caligrafia-Japon_0_988701968.html
http://www.diariodelaltoaragon.es/NoticiasDetalle.aspx?Id=1039015
http://www.radiohuesca.com/noticia/577873/Llega-a-Huesca-la-exposicion-La-danza-del-pincel-arte-y-caligrafia-de-Japon
http://www.diariodelaltoaragon.es/NoticiasDetalle.aspx?Id=1039200
José Antonio Giménez Mas
Kumiko Fujimura, el pincel danza Una nueva versión de "La danza del pincel" se inauguró ayer, 10 de enero de 2017, en la Sala de la Fundación CAI de Huesca.
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cuadernodeorienteme-blog · 8 years ago
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EL TRUENO (trémulo despertar)
Fin del letargo
Desasosiego
Promisoria incertidumbre
atiza mi interior
Inquietante anhelo
Ven
acompáñame
Será un largo viaje
lo quiero contigo
 Albada
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SOBRE EL TRUENO LA TIERRA
Ferviente anhelo
Entrega esperanzada
SOBRE EL TRUENO EL CIELO
Dentro bulle, fuera se expande
Ansia evanescente
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SOBRE EL TRUENO EL LAGO
Imperceptible turbidez
Cristalina, parece agua serena
SOBRE EL TRUENO EL TRUENO
Trepidante desazón
Interminable desasosiego
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SOBRE EL TRUENO LA MONTAÑA
Interior agitado
Tensa calma
SOBRE EL TRUENO EL VIENTO
Mueve, promueve
Atiza la incertidumbre
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SOBRE EL TRUENO EL AGUA
Brote germinal ahogado
Abismal Fragilidad
SOBRE EL TRUENO EL FUEGO
Ígnea consecuencia
La Nada es mi destino
El Trueno es reinicio latente, algo se mueve, casi imperceptible.
Lago y Trueno son complementarios, pequeños yin y yang en crecimiento.
Anotaciones técnicas para curiosos (clicar aquí)
 Texto y pictografías por José Antonio Giménez Mas
64 vistas del I Ching – Perspectiva 4 (el Trueno) EL TRUENO (trémulo despertar) Fin del letargo Desasosiego Promisoria incertidumbre atiza mi interior Inquietante anhelo Ven…
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cuadernodeorienteme-blog · 8 years ago
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EL AGUA (profundo abismo)
Zambullirme a plomo
En la oscuridad
buscar tu luz
Inmenso abismo
Salto al vacío
Llegar a ti
en tus brazos mecido
fluyendo
fluyendo
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SOBRE EL AGUA LA TIERRA
Tu acogedora lumbre
Hogar que quisiera eterno
SOBRE EL AGUA EL CIELO
Me derrumbo en la profunda lejanía
de tu impecable huida
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SOBRE EL AGUA EL LAGO
Sangría extenuante
Inevitable desazón
SOBRE EL AGUA EL TRUENO
Tu voz me reconforta
Toco fondo, toco fondo
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SOBRE EL AGUA LA MONTAÑA
Colosal maestría
Atrevida inocencia
SOBRE EL AGUA EL VIENTO
Agitada y dispersa
En contumaz enredo
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SOBRE EL AGUA EL AGUA
Impredecible abismo
Inexorable destino
SOBRE EL AGUA EL FUEGO
Equivocada huidiza luz
vertida sobre profunda umbría
Agua, movimiento yin pleno, descendente como río abundante que fluye, como la cascada que se desploma. Simboliza el cambio sin retorno, sin vuelta atrás.
Anotaciones técnicas para curiosos (clicar aquí)
 Texto y pictografías por José Antonio Giménez Mas
64 vistas del I Ching – Perspectiva 7 (el Agua) EL AGUA (profundo abismo) Zambullirme a plomo En la oscuridad buscar tu luz Inmenso abismo Salto al vacío…
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cuadernodeorienteme-blog · 8 years ago
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EL LAGO (serena placidez)
Fin del largo viaje
En tus aguas
lago inagotable y sereno
me solazo
Alegre y en calma
sobrenada la certeza
Mi incertidumbre
desde la negra hondura
reflota aliviada
Allí te busco amada
Luz de atardecer
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SOBRE EL LAGO LA TIERRA
Tu piel en mi piel
Susurrando me regocijo en ti
SOBRE EL LAGO EL CIELO
Sobre mi piel tu leve impronta
Sentido de pertenencia
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SOBRE EL LAGO EL LAGO
Dulce y suave abundancia
Serena alegría inagotable
SOBRE EL LAGO EL TRUENO
Penetrante sugerencia
Me remueve dentro
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SOBRE EL LAGO LA MONTAÑA
Lenta y pertinaz demolición
Imprevisible ausencia
SOBRE EL LAGO EL VIENTO
Caricia que desnuda
Interior a flor de piel
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SOBRE EL LAGO EL AGUA
Ahogado en desbordante exceso
Insaciable desmesura
SOBRE EL LAGO EL FUEGO
Luminosa huida, cálida ausencia
Soledad, ya presiento tu retorno
Lago, fin de ciclo e imperceptible reinicio. Simboliza el goce de la obra acabada. Nada es permanente pero el momento invita a permanecer y reflexionar.
Anotaciones técnicas para curiosos (clicar aquí)
 Texto y pictografías por José Antonio Giménez Mas
64 vistas del I Ching – Perspectiva 3 (el Lago) EL LAGO (serena placidez) Fin del largo viaje En tus aguas lago inagotable y sereno me solazo…
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cuadernodeorienteme-blog · 8 years ago
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EL VIENTO APACIBLE (arraigo)
 Viento incesante
cegadora luz
Encaminad mis pasos
sin orden ni mesura
sin destino ni lugar
Maternal abrazo
éter apacible
Sin posarme quiero
 -quisiera-
crecer
Crecer hacia la nada
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SOBRE EL VIENTO LA TIERRA
Hacia ti en vertical puja
Al calor de maternal abrazo
SOBRE EL VIENTO EL CIELO
Trama infinita destramada y sin amarre
Perdido para encontrarme
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SOBRE EL VIENTO EL LAGO
Perdido en indómita abundancia
Levantaré el vuelo
SOBRE EL VIENTO EL TRUENO
En destellos lejanos te muestras
Me elevo enamorado
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SOBRE EL VIENTO LA MONTAÑA
Muro impenetrable
Incesante inútil búsqueda
SOBRE EL VIENTO EL VIENTO
Hacia arriba y hacia abajo
Creciendo en apacible arraigo
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SOBRE EL VIENTO EL AGUA
Del cielo cae
Tesoro que estalla en mi corazón
SOBRE EL VIENTO EL FUEGO
Fantasmagórica presencia
Fugaz existencia
Viento, movimiento yang medio. Fase de acción, de consolidación del proceso de crecimiento sobre la base de un profundo arraigo. Montaña y Viento con complementarios, yin y yang medios.
Anotaciones técnicas para curiosos (clicar aquí)
 Texto y pictografías por José Antonio Giménez Mas
64 vistas del I Ching – Perspectiva 6 (el Viento) EL VIENTO APACIBLE (arraigo)  Viento incesante cegadora luz Encaminad mis pasos sin orden ni mesura sin destino ni lugar…
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cuadernodeorienteme-blog · 8 years ago
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towotowo tarari tararira
tarari agari rararitowo
para Juan, Sara y Jara
Senzai
Okina
Sanbasō
Okina es una alegre plegaria propiciatoria de paz, prosperidad y protección que se representa sólo en ocasiones especiales, por ejemplo para recibir al Año Nuevo. No es una obra más de teatro Noh, de hecho es inclasificable en su repertorio, más dado a glosar antiguos y terribles acontecimientos épicos, antiguas historias de amoríos frustrados y demonios de ultratumba.
Okina
A diferencia de otras representaciones de teatro Noh, la tensión dramática habitual es sustituida por una atmósfera divertida y relajada, aunque siempre ritual como garantía de una dignidad que ha de fluir limpia y espontánea. A diferencia de otras obras, los músicos, los recitadores del coro, los personajes secundarios y ayudantes, además de los protagonistas, visten de forma distinguida para la ocasión. Como manifestación religiosa que es, el rito integra a la audiencia, esto es, los asistentes no son meros espectadores.
Por su propia naturaleza, no se le puede atribuir autoría personal. Los orígenes de Okina  se pierden en la bruma de tiempos remotos que exceden con mucho los del propio teatro Noh. Se apunta a Sarugaku (una forma anterior de teatro de ondas raíces sintoístas), recipiente de tradiciones aún más remotas, de cuyo repertorio serían entresacadas -siglo X- tres de las 66  obras  dedicadas a orar por la felicidad.
Tras largo proceso evolutivo fueron incorporadas al teatro Noh en la forma secuenciada de Senzai – Okina – Sanbasō, tres fases para una representación triple unificada bajo el nombre de Okina. Dada su naturaleza divina, Okina es el protagonista primero (shite), siendo Senzai y Sanbasō  protagonistas secundarios (waki).
Por orden de aparición:
Senzai: Joven noble, aguerrido y apuesto que representa a la élite de la sociedad. Coordina y facilita la acción. No lleva máscara.
Okina: Anciano sabio en quien se encarnará la divinidad propiciatoria. Aunque sale a cara descubierta, se diviniza con la máscara de Okina.
Sanbasō: Anciano que también sale a cara descubierta y que también acabará poniéndose una máscara, en este caso de color negro. Representa al pueblo llano, alegre y feliz por las gracias recibidas.
ESTRUCTURA DRAMÁTICA
Antes de la representación
El ritual exige a los actores protagonistas determinadas acciones de purificación -cuerpo y mente- durante una a tres semanas antes de salir a escena.
El día de la representación se depositan las ofrendas (la caja de las máscaras, un abanico, una pequeña campanilla de mano a modo de cascabel en racimos, arroz lavado, sake, etc.) en un altar de madera instalado en el ‘cuarto del espejo’. Este es el lugar en donde habitualmente el protagonista (shite) se viste y se enmascara transfigurándose en el personaje representado. También aquí Okina será una excepción, pues cuando el shite sale al escenario aún no se ha puesto la máscara.
Entrada al escenario
La actuación empieza con la incorporación procesional del portador de las máscaras (men-bako), shite (Okina), Senzai (en algunas compañías, por ejemplo Kongo, es él quien lleva las máscaras asumiendo así un doble papel), Sanbasō, un flautista, cuatro tamborileros (tres de tambor de mano pequeño y uno de tambor de mano grande), ayudantes y finalmente, el coro. La incorporación se desarrolla a través del puente o pasarela que une el cuarto del espejo con el escenario.
Okina comienza a cantar y Senzai baila
Conviene aclarar que el shite (protagonista que encarnará a Okina) sólo se convierte en deidad –Okina– cuando se pone la máscara. Dicho actor, aún sin máscara, se dirige al centro de la escena y se arrodilla e inclina profundamente. Posteriormente se dirige a su asiento, situado delante del flautista, y abre la caja de la máscara. La flauta y los tres pequeños tambores empiezan a sonar al tiempo que el shite canta, alternando con las recitaciones del coro, para que el divino se haga presente entre los mortales.
La obra conserva la frescura de su remoto origen en fragmentos textuales onomatopéyicos de ininteligible significado; se dice que su sonoridad evoca tanto el sonido de la cascada como la mística oral del budismo tibetano.
Shite (después Okina)
Towotowo tarari tararira. Tarari agari rararitowo
Coro
Chiriya tarari tararira. Tarari agari rararitowo.
Shite (se dirige a la divinidad)
Venid aquí, venid aquí, os lo ruego, os seguiremos durante mil años.
Coro
Pasaremos  mil otoños juntos.
Shite
Deseamos para vos una larga vida, tan larga como la de la grulla y la tortuga.
Coro
Tan feliz como deseas.
Shite
Towotowo tarari tararira.
Coro
Chiriya tarari tararira. Tarari agarira raritowo.
Senzai
Suena el agua de la cascada… Suena el agua de la cascada.
Incluso bajo el ardiente sol …
Coro
… el agua nunca cesa. El agua fluye poderosamente.
Ariu towotowotowo.
Senzai
El agua fluye, fluye majestuosa… Poderosamente fluye, siempre fluye.
Senzai canta y baila. Su función es la de coordinar el desarrollo de la acción facilitando el encuentro de dioses y hombres, despejando el camino para que unos y otros transiten con fluidez. Este personaje representa a un joven de la nobleza, la clase dirigente, que baila enérgicamente sin ponerse máscara. Tres  tambores de mano pequeños y una flauta le acompañan.
Senzai
El longevo Emperador suma mil años.
Los mismos que necesita la roca para ser moldeada por el roce del ligero chal de una doncella celestial.
Suena el agua de la cascada. Incluso bajo el ardiente sol …
Coro
… el agua fluye continuamente. Ariu towotowotowo.
4. Danza de Okina
Mientras Senzai baila, el anciano sabio (shite) se pone la máscara de Okina.
Okina
Es entonces cuando, ya transformado en la deidad de Okina, canta y baila alegre y solemnemente por la paz en la tierra. La música es interpretada por tres tambores de mano pequeños y una flauta.–
Alude en su canto tanto a la naturaleza eterna y perenne del paisaje como a la longevidad de la grulla, simbolizada en el cíclico y renovador ir y venir migratorio, y a la sabiduría de la tortuga que reune en su caparazón la totalidad cielo, tierra y género humano
Se dirige a Senzai.
Okina
Celebro y canto a la larga vida, longeva como la de los dioses de la antigüedad. Larga vida es lo que deseo para ti.
Coro
Soyoya richiya.
Okina
La grulla que vive mil años, alegre y agradecida, canta Manzai-raku.
Diez mil años vive la tortuga del estanque y lleva en su interior los Tres Supremos (cielo, tierra y género humano).
La arena de la playa cruje y refleja el color de la luz del sol naciente.
El agua de la cascada brilla como la plata, desciende irradiando destellos,
y en la noche, sobre el agua, flota la luna majestuosa.
Coro
¿Quién es ese anciano? ¿De dónde viene?
Okina
Celebro la longevidad de mil otoños y diez mil años. Bailo con alegría y gratitud, bailo la danza de Manzai-raku.
Coro
Manzai-raku.
Okina
Manzai-raku.
Coro
Manzai-raku.
Okina vuelve a su sitio, delante del flautista, se quita la máscara y la coloca en su caja, regresa al centro del escenario, se arrodilla e inclina profundamente. Sale por el puente camino del cuarto del espejo.
Baile de Sanbasō
-Danza Momi-no-dan–
Sanbasō se incorpora y baila Momi-no-dan, la danza sin máscara, a cara descubierta. Con la música de tres tambores de mano pequeños, una flauta, y un  tambor de mano grande, Sanbasō, baila  y grita emotiva y grácilmente.
Sanbasō. Danza Momi-no-dan
Sanbasō. Danza Suzu-no-dan
Sanbasō
Osae, osae, owo. Qué delicia, qué delicia. Ojalá que esta felicidad nunca se acabe.
A continuación, ya transfigurado por la danza, Sanbasō se pone la máscara negra de kokushiki-jō auxiliado por los ayudantes y entabla un desenfadado y cómico diálogo con el portador de la caja de las máscaras (o, en su caso, con Senzei, tal como hace la compañía Kongo) con el que, fraternalmente, se identifica y considera su compañero.
Sanbasō
¡Auspicioso encuentro! Voy contigo, compañero.
Men-bako (Portador de las máscaras) o Senzei
Sí, aquí estoy.
Sanbasō
¿Puedo preguntar quién eres?
Men-bako (o Senzei)
Ya que me has considerado tu compañero, aquí está tu compañero, a tus órdenes.
Sanbasō
Ya veo.
Men-bako (o Senzei)
Baila y reza hoy, anciano de piel morena, para celebrar la longevidad de mil otoños y diez mil años. Pero, ten cuidado, anciano, baila con cuidado.
Sanbasō
Es fácil para este anciano de piel morena bailar para pedir y celebrar la longevidad.
Nada es más fácil para este anciano de piel morena que bailar hoy Sanbasō para pedir prosperidad y longevidad.
Pero en primer lugar, vuelve a tu asiento y siéntate tranquilo y con dignidad.
Men-bako (o Senzei)
Es más fácil para mi volver a mi asiento que para un anciano bailar. Baila tú primero y luego me sentaré.
Sanba-sō
No, no, por favor vuelve a su asiento. No bailaré a menos que vuelvas a tu asiento.
Men-bako (o Senzei)
Baila primero, por favor, baila.
Sanba-sō
No, vuelve a tu asiento, vuelve a tu asiento.
Men-bako (o Senzei)
Bueno, si insistes�� Te entregaré la campanita y bailas con ella.
Sanbasō
¡Oh!, qué teatrero.
-Danza Suzu-no-dan–
Senzai, intermediando entre Okina y Sanbasō, pone en su mano (campanilla de cascabeles) la capacidad de sembrar y cosechar, de dar y tomar… Sanbasō baila Suzu-no-dan, con máscara y campanilla, gesticulando la acción. Con la música de tres tambores de mano pequeños, una flauta, y un tambor de mano grande, Sanbasō baila viva y largamente. Se dice que estos son bailes propiciatorios de una gran cosecha.
Después del baile, Sanbasō y Senzei (o men-bako) salen de la escena por el puente hacia el cuarto del espejo, finalizando la representación. También el resto de los artistas abandonan el escenario, excepto si el programa continúa con la representación de otra pieza teatral. En ese caso, los músicos (excepto dos pequeños tambores de mano) y el coro permanecen en el escenario en el lugar correspondiente.
Sanbasoo
A modo de colofón (o de reflexión)
Okina es un acto litúrgico para ocasiones especiales. En él se da un extraordinario suceso, la clase dirigente y el pueblo llano se dan cita en torno a un dios benéfico. Ambos comparten un mismo deseo: SER FELICES.
Un dios benéfico, Okina, cuya bondad es un elaborado producto que mejora con los años. La ancianidad es, en las culturas tradicionales, principio de sabiduría y esencia de divinidad. Por eso se canta reiteradamente a la longevidad, tanto por parte del mismo Okina, como de Senzai, que aún siendo joven aspira devenir anciano sabio, y de Sanbasō, el hombre del pueblo llano cuya sabia ancianidad le es reconocida por la imposición de la máscara negra.–
“Os seguiremos durante mil años…, pasaremos mil otoños juntos…”
La codiciada ancianidad no se restringe al ámbito individual sino que se extiende al humano colectivo y compartido que se renueva, sumando años -miles de años-, generación  tras generación: “los mismos que necesita la roca para ser moldeada…”.
Que los años sumen sabiduría; la bendición de Okina.
Un dios benéfico. La bondad es la manifestación externa de una sabiduría entendida no como mera acumulación de conocimientos y experiencia sino como llave para el juicio ecuánime, la tolerancia, la aceptación, la identificación con el otro en lo bueno y en lo malo, en el amor y en el sufrimiento. Sabiduría como fórmula para alcanzar y compartir un modo de SER FELIZ al alcance de todos y que toma todo su sentido cuando se expande y generaliza.
Okina derramará bendiciones, en forma de ricas cosechas -materiales e inmateriales- que se manifiestan en las alegres y productivas danzas de la siembra y la cosecha de Sanbasō y en su inimaginable compadreo con Senzai, su mediador. Ricos y pobres, nobles y plebeyos, comparten. Realmente milagroso.
La frescura poética y onomatopéyica de sus ancestrales textos y la exaltación de la Naturaleza, bella y eterna, contribuyen no poco a crear una atmósfera irreal propicia para la intervención divina.
Como se afirma en the-noh.com, es difícil de explicar con palabras, mejor ir y ver.–
Y experienciar personalmente la sacralidad de Okina. –
Aunque no es lo mismo, lo tienes a un click:
 VÍDEO de la Compañía Kongo
Nota aclaratoria
La presente transcripción de la obra dramática Okina es una adaptación libre en español realizada a partir de la versión inglesa (STORY PAPER: Okina) del portal the-noh.com.
Significo con ello que, en aras a una mejor comprensión, se ha sacrificado la estricta literalidad de la traducción a favor de una construcción lírica y poética más acorde con el uso del castellano. Por el contrario, tanto el contenido formal como la estructura de la obra han sido respetados en su totalidad.
Aunque con el conocimiento y consentimiento de los traductores, debe quedar claro que esta versión en español no constituye una traducción autorizada.
Expreso aquí mi gratitud y reconocimiento. 
  Fuentes
the-noh.com
La Ratonera
Cool Japan
Pinturas de la Colección Pájaro Profeta
osae, osae, owo
¡ Baila, baila tu niño, alegre Sanbasō !
José Antonio Giménez Mas
Okina – Senzai – Sanbasō towotowo tarari tararira tarari agari rararitowo para Juan, Sara y Jara Okina es una alegre plegaria propiciatoria de paz, prosperidad y protección que se representa sólo en ocasiones especiales, por ejemplo para recibir al Año Nuevo.
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cuadernodeorienteme-blog · 8 years ago
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towotowo tarari tararira
tarari agari rararitowo
para Juan, Sara y Jara
Senzai
Okina
Sanbasō
Okina es una alegre plegaria propiciatoria de paz, prosperidad y protección que se representa sólo en ocasiones especiales, por ejemplo para recibir al Año Nuevo. No es una obra más de teatro Noh, de hecho es inclasificable en su repertorio, más dado a glosar antiguos y terribles acontecimientos épicos, antiguas historias de amoríos frustrados y demonios de ultratumba.
Okina
A diferencia de otras representaciones de teatro Noh, la tensión dramática habitual es sustituida por una atmósfera divertida y relajada, aunque siempre ritual como garantía de una dignidad que ha de fluir limpia y espontánea. A diferencia de otras obras, los músicos, los recitadores del coro, los personajes secundarios y ayudantes, además de los protagonistas, visten de forma distinguida para la ocasión. Como manifestación religiosa que es, el rito integra a la audiencia, esto es, los asistentes no son meros espectadores.
Por su propia naturaleza, no se le puede atribuir autoría personal. Los orígenes de Okina  se pierden en la bruma de tiempos remotos que exceden con mucho los del propio teatro Noh. Se apunta a Sarugaku (una forma anterior de teatro de ondas raíces sintoístas), recipiente de tradiciones aún más remotas, de cuyo repertorio serían entresacadas -siglo X- tres de las 66  obras  dedicadas a orar por la felicidad.
Tras largo proceso evolutivo fueron incorporadas al teatro Noh en la forma secuenciada de Senzai – Okina – Sanbasō, tres fases para una representación triple unificada bajo el nombre de Okina. Dada su naturaleza divina, Okina es el protagonista primero (shite), siendo Senzai y Sanbasō  protagonistas secundarios (waki).
Por orden de aparición:
Senzai: Joven noble, aguerrido y apuesto que representa a la élite de la sociedad. Coordina y facilita la acción. No lleva máscara.
Okina: Anciano sabio en quien se encarnará la divinidad propiciatoria. Aunque sale a cara descubierta, se diviniza con la máscara de Okina.
Sanbasō: Anciano que también sale a cara descubierta y que también acabará poniéndose una máscara, en este caso de color negro. Representa al pueblo llano, alegre y feliz por las gracias recibidas.
ESTRUCTURA DRAMÁTICA
Antes de la representación
El ritual exige a los actores protagonistas determinadas acciones de purificación -cuerpo y mente- durante una a tres semanas antes de salir a escena.
El día de la representación se depositan las ofrendas (la caja de las máscaras, un abanico, una pequeña campanilla de mano a modo de cascabel en racimos, arroz lavado, sake, etc.) en un altar de madera instalado en el ‘cuarto del espejo’. Este es el lugar en donde habitualmente el protagonista (shite) se viste y se enmascara transfigurándose en el personaje representado. También aquí Okina será una excepción, pues cuando el shite sale al escenario aún no se ha puesto la máscara.
Entrada al escenario
La actuación empieza con la incorporación procesional del portador de las máscaras (men-bako), shite (Okina), Senzai (en algunas compañías, por ejemplo Kongo, es él quien lleva las máscaras asumiendo así un doble papel), Sanbasō, un flautista, cuatro tamborileros (tres de tambor de mano pequeño y uno de tambor de mano grande), ayudantes y finalmente, el coro. La incorporación se desarrolla a través del puente o pasarela que une el cuarto del espejo con el escenario.
Okina comienza a cantar y Senzai baila
Conviene aclarar que el shite (protagonista que encarnará a Okina) sólo se convierte en deidad –Okina– cuando se pone la máscara. Dicho actor, aún sin máscara, se dirige al centro de la escena y se arrodilla e inclina profundamente. Posteriormente se dirige a su asiento, situado delante del flautista, y abre la caja de la máscara. La flauta y los tres pequeños tambores empiezan a sonar al tiempo que el shite canta, alternando con las recitaciones del coro, para que el divino se haga presente entre los mortales.
La obra conserva la frescura de su remoto origen en fragmentos textuales onomatopéyicos de ininteligible significado; se dice que su sonoridad evoca tanto el sonido de la cascada como la mística oral del budismo tibetano.
Shite (después Okina)
Towotowo tarari tararira. Tarari agari rararitowo
Coro
Chiriya tarari tararira. Tarari agari rararitowo.
Shite (se dirige a la divinidad)
Venid aquí, venid aquí, os lo ruego, os seguiremos durante mil años.
Coro
Pasaremos  mil otoños juntos.
Shite
Deseamos para vos una larga vida, tan larga como la de la grulla y la tortuga.
Coro
Tan feliz como deseas.
Shite
Towotowo tarari tararira.
Coro
Chiriya tarari tararira. Tarari agarira raritowo.
Senzai
Suena el agua de la cascada… Suena el agua de la cascada.
Incluso bajo el ardiente sol …
Coro
… el agua nunca cesa. El agua fluye poderosamente.
Ariu towotowotowo.
Senzai
El agua fluye, fluye majestuosa… Poderosamente fluye, siempre fluye.
Senzai canta y baila. Su función es la de coordinar el desarrollo de la acción facilitando el encuentro de dioses y hombres, despejando el camino para que unos y otros transiten con fluidez. Este personaje representa a un joven de la nobleza, la clase dirigente, que baila enérgicamente sin ponerse máscara. Tres  tambores de mano pequeños y una flauta le acompañan.
Senzai
El longevo Emperador suma mil años.
Los mismos que necesita la roca para ser moldeada por el roce del ligero chal de una doncella celestial.
Suena el agua de la cascada. Incluso bajo el ardiente sol …
Coro
… el agua fluye continuamente. Ariu towotowotowo.
4. Danza de Okina
Mientras Senzai baila, el anciano sabio (shite) se pone la máscara de Okina.
Okina
Es entonces cuando, ya transformado en la deidad de Okina, canta y baila alegre y solemnemente por la paz en la tierra. La música es interpretada por tres tambores de mano pequeños y una flauta.–
Alude en su canto tanto a la naturaleza eterna y perenne del paisaje como a la longevidad de la grulla, simbolizada en el cíclico y renovador ir y venir migratorio, y a la sabiduría de la tortuga que reune en su caparazón la totalidad cielo, tierra y género humano
Se dirige a Senzai.
Okina
Celebro y canto a la larga vida, longeva como la de los dioses de la antigüedad. Larga vida es lo que deseo para ti.
Coro
Soyoya richiya.
Okina
La grulla que vive mil años, alegre y agradecida, canta Manzai-raku.
Diez mil años vive la tortuga del estanque y lleva en su interior los Tres Supremos (cielo, tierra y género humano).
La arena de la playa cruje y refleja el color de la luz del sol naciente.
El agua de la cascada brilla como la plata, desciende irradiando destellos,
y en la noche, sobre el agua, flota la luna majestuosa.
Coro
¿Quién es ese anciano? ¿De dónde viene?
Okina
Celebro la longevidad de mil otoños y diez mil años. Bailo con alegría y gratitud, bailo la danza de Manzai-raku.
Coro
Manzai-raku.
Okina
Manzai-raku.
Coro
Manzai-raku.
Okina vuelve a su sitio, delante del flautista, se quita la máscara y la coloca en su caja, regresa al centro del escenario, se arrodilla e inclina profundamente. Sale por el puente camino del cuarto del espejo.
Baile de Sanbasō
-Danza Momi-no-dan–
Sanbasō se incorpora y baila Momi-no-dan, la danza sin máscara, a cara descubierta. Con la música de tres tambores de mano pequeños, una flauta, y un  tambor de mano grande, Sanbasō, baila  y grita emotiva y grácilmente.
Sanbasō. Danza Momi-no-dan
Sanbasō. Danza Suzu-no-dan
Sanbasō
Osae, osae, owo. Qué delicia, qué delicia. Ojalá que esta felicidad nunca se acabe.
A continuación, ya transfigurado por la danza, Sanbasō se pone la máscara negra de kokushiki-jō auxiliado por los ayudantes y entabla un desenfadado y cómico diálogo con el portador de la caja de las máscaras (o, en su caso, con Senzei, tal como hace la compañía Kongo) con el que, fraternalmente, se identifica y considera su compañero.
Sanbasō
¡Auspicioso encuentro! Voy contigo, compañero.
Men-bako (Portador de las máscaras) o Senzei
Sí, aquí estoy.
Sanbasō
¿Puedo preguntar quién eres?
Men-bako (o Senzei)
Ya que me has considerado tu compañero, aquí está tu compañero, a tus órdenes.
Sanbasō
Ya veo.
Men-bako (o Senzei)
Baila y reza hoy, anciano de piel morena, para celebrar la longevidad de mil otoños y diez mil años. Pero, ten cuidado, anciano, baila con cuidado.
Sanbasō
Es fácil para este anciano de piel morena bailar para pedir y celebrar la longevidad.
Nada es más fácil para este anciano de piel morena que bailar hoy Sanbasō para pedir prosperidad y longevidad.
Pero en primer lugar, vuelve a tu asiento y siéntate tranquilo y con dignidad.
Men-bako (o Senzei)
Es más fácil para mi volver a mi asiento que para un anciano bailar. Baila tú primero y luego me sentaré.
Sanba-sō
No, no, por favor vuelve a su asiento. No bailaré a menos que vuelvas a tu asiento.
Men-bako (o Senzei)
Baila primero, por favor, baila.
Sanba-sō
No, vuelve a tu asiento, vuelve a tu asiento.
Men-bako (o Senzei)
Bueno, si insistes… Te entregaré la campanita y bailas con ella.
Sanbasō
¡Oh!, qué teatrero.
-Danza Suzu-no-dan–
Senzai, intermediando entre Okina y Sanbasō, pone en su mano (campanilla de cascabeles) la capacidad de sembrar y cosechar, de dar y tomar… Sanbasō baila Suzu-no-dan, con máscara y campanilla, gesticulando la acción. Con la música de tres tambores de mano pequeños, una flauta, y un tambor de mano grande, Sanbasō baila viva y largamente. Se dice que estos son bailes propiciatorios de una gran cosecha.
Después del baile, Sanbasō y Senzei (o men-bako) salen de la escena por el puente hacia el cuarto del espejo, finalizando la representación. También el resto de los artistas abandonan el escenario, excepto si el programa continúa con la representación de otra pieza teatral. En ese caso, los músicos (excepto dos pequeños tambores de mano) y el coro permanecen en el escenario en el lugar correspondiente.
Sanbasoo
A modo de colofón (o de reflexión)
Okina es un acto litúrgico para ocasiones especiales. En él se da un extraordinario suceso, la clase dirigente y el pueblo llano se dan cita en torno a un dios benéfico. Ambos comparten un mismo deseo: SER FELICES.
Un dios benéfico, Okina, cuya bondad es un elaborado producto que mejora con los años. La ancianidad es, en las culturas tradicionales, principio de sabiduría y esencia de divinidad. Por eso se canta reiteradamente a la longevidad, tanto por parte del mismo Okina, como de Senzai, que aún siendo joven aspira devenir anciano sabio, y de Sanbasō, el hombre del pueblo llano cuya sabia ancianidad le es reconocida por la imposición de la máscara negra.–
“Os seguiremos durante mil años…, pasaremos mil otoños juntos…”
La codiciada ancianidad no se restringe al ámbito individual sino que se extiende al humano colectivo y compartido que se renueva, sumando años -miles de años-, generación  tras generación: “los mismos que necesita la roca para ser moldeada…��.
Que los años sumen sabiduría; la bendición de Okina.
Un dios benéfico. La bondad es la manifestación externa de una sabiduría entendida no como mera acumulación de conocimientos y experiencia sino como llave para el juicio ecuánime, la tolerancia, la aceptación, la identificación con el otro en lo bueno y en lo malo, en el amor y en el sufrimiento. Sabiduría como fórmula para alcanzar y compartir un modo de SER FELIZ al alcance de todos y que toma todo su sentido cuando se expande y generaliza.
Okina derramará bendiciones, en forma de ricas cosechas -materiales e inmateriales- que se manifiestan en las alegres y productivas danzas de la siembra y la cosecha de Sanbasō y en su inimaginable compadreo con Senzai, su mediador. Ricos y pobres, nobles y plebeyos, comparten. Realmente milagroso.
La frescura poética y onomatopéyica de sus ancestrales textos y la exaltación de la Naturaleza, bella y eterna, contribuyen no poco a crear una atmósfera irreal propicia para la intervención divina.
Como se afirma en the-noh.com, es difícil de explicar con palabras, mejor ir y ver.–
Y experienciar personalmente la sacralidad de Okina. –
Aunque no es lo mismo, lo tienes a un click:
 VÍDEO de la Compañía Kongo
Nota aclaratoria
La presente transcripción de la obra dramática Okina es una adaptación libre en español realizada a partir de la versión inglesa (STORY PAPER: Okina) del portal the-noh.com.
Significo con ello que, en aras a una mejor comprensión, se ha sacrificado la estricta literalidad de la traducción a favor de una construcción lírica y poética más acorde con el uso del castellano. Por el contrario, tanto el contenido formal como la estructura de la obra han sido respetados en su totalidad.
Aunque con el conocimiento y consentimiento de los traductores, debe quedar claro que esta versión en español no constituye una traducción autorizada.
Expreso aquí mi gratitud y reconocimiento. 
  Fuentes
the-noh.com
La Ratonera
Cool Japan
Pinturas de la Colección Pájaro Profeta
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¡ Baila, baila tu niño, alegre Sanbasō !
José Antonio Giménez Mas
Okina – Senzai – Sanbasō towotowo tarari tararira tarari agari rararitowo para Juan, Sara y Jara Okina es una alegre plegaria propiciatoria de paz, prosperidad y protección que se representa sólo en ocasiones especiales, por ejemplo para recibir al Año Nuevo.
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cuadernodeorienteme-blog · 8 years ago
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LEYENDO A KAWABATA (II): LAS MÁSCARAS NÔ Y EL IDEAL DE JUVENTUD Al calor de la exposición Elogio del Silencio de Valladolid, traigo este magnífico artículo de María Jesús López Beltrán publicado en Japan's Eye. Gracias.
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cuadernodeorienteme-blog · 8 years ago
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Arte japonés y teatro noh
VALLADOLID. SALA MUNICIPAL DE EXPOSICIONES DEL MUSEO DE PASIÓN
Del 20 de actubre al 11 de diciembre de 2016
C/ Pasión, s/n, Teléfono 983 37 40 48
De martes a domingo y festivos de 12 a 14 h.
y de 18.30 a 21.30 (lunes cerrado)
  Museo de Pasión
Matsukaze
Las pinturas y grabados de la exposición Elogio del silencio nos permiten introducirnos en la elegante estética del teatro clásico japonés noh, que se caracteriza por su solemne quietud. Con una amplia selección de más de cien obras de arte, la exposición plantea un recorrido por las claves de arte japonés y el teatro noh, presentando sus dramas más famosos por medio de artistas especializados en esta temática.
Izutsu
Matsukaze
Hagoromo
En la estética clásica japonesa hay una tendencia hacia la belleza de simplicidad, el vacío y el silencio. Este austero gusto por la sencillez natural tiene sus orígenes en la primigenia religión del sintoísmo y en el budismo zen, que desde la Edad Media cautivó a la poderosa casta guerrera de los samuráis.
Paisaje Shinto en la bruma
Santuario sobre el lago y cascada
Nichiren
Daruma (Bodhidharma, fundador y primer patriarca del Zen)
En el periodo Muromachi (1333-1573) los militares gobernantes comenzaron a practicar y patrocinar un nuevo tipo de teatro culto, tan ceremonial y profundo como la ceremonia del té. Los dramaturgos y actores del noh estuvieron apoyados por el mecenazgo del shōgun desde los tiempos de Ashikaga Yoshimitsu (1358-1408), protector de Zeami Motokiyo (1363-1443), quien acabaría siendo el más importante escritor y teórico de este tipo de teatro. En un principio, las representaciones estaban a cargo de familias nobles e incluso muchos de los grandes gobernantes militares de Japón eran muy aficionados a subirse a los escenarios. Durante el periodo Edo (1615-1868), los gobernantes del clan Tokugawa reglamentaron hasta el último detalle las representaciones de teatro noh, acentuando aún más su ritmo protocolario. Su solemnidad y su simplicidad se enriquecen con la tendencia de los dramas del noh, el misterio, la insinuación y lo efímero (yūgen). En la era Meiji (1868-1912), que supuso la restauración de la figura imperial y la modernizaron el país, todo lo asociado con la cultura de los antiguos samuráis se interpretó como un lastre para el progreso de la nación. Sin los samuráis en el poder, el noh estaba en peligro de desaparecer. Sin embargo, a finales del siglo XIX los intelectuales y artistas iniciaron un movimiento de recuperación de los valores de la cultura tradicional japonesa. Desde entonces el noh ha sido considerado como uno de los mayores logros de la civilización japonesa. Actualmente, el teatro noh es la tradición dramatúrgica viva más antigua del mundo y forma parte de la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
Murasaki Shikibu
Los dramas noh se inspiran en los grandes mitos y leyendas de Japón. Muchas veces proceden también de las grandes obras de la literatura nipona, como el Genji Monogatari y el Heike Monogatari. Este repertorio también fue adaptado a otras formas teatrales más populares, como el kabuki o el bunraku, en incluso también al mundo del cine, por lo que podemos afirmar que el noh es una clave fundamental para entender el pasado y el presente de la cultura japonesa.
Las actuaciones apenas tienen acción, y la poesía, la música y la danza forman parte esencial del espectáculo, que más bien parece una ceremonia por su tensa lentitud. La representación es un elogio del silencio. Apenas hay diálogos. El escenario, un sencillo tablado cubierto por un tejado elevado por cuatro pilares, casi parece un santuario, sin decoración alguna salvo un pino pintado al fondo que representa la perenne divinidad. Un pasillo lateral jalonado por tres pequeños pinos reales, también forman parte del escenario. Los elementos del decorado son elaborados de forma muy esquemática y minimalista, mediante una estructura de bambú forrada en cintas de tela de colores. El actor principal (shite) viste siempre lujosos kimonos bordados, herencia del aristócrata origen del noh. El abanico sirve para representar simbólicamente cualquier objeto que lleva el actor, desde una espada a una bandeja. El protagonista muestra su apariencia espectral por medio de máscaras esculpidas en madera. Existen más de doscientas tipologías diferentes para encarnar a todo tipo de dioses, demonios, dragones, seres sobrenaturales, samuráis atormentados por su crueldad en el pasado y mujeres que han perdido la razón por el desamor, los celos o la desaparición de un hijo. En estos casos, los papeles femeninos también son interpretados por actores, pues en el noh solamente actúan hombres. Antiguamente las representaciones se alargaban todo el día y se interpretaban cinco dramas intercalando animadas obras cómicas llamadas kyōgen.
La exposición Elogio del silencio presenta la visión del noh de un variado grupo de artistas que trabajaron entre los siglos XIX y XX. Estos pintores han inmortalizado los momentos más relevantes de los dramas noh, siempre en una atmósfera intensa, con grandes fondos neutros que simbolizan el silencioso vacío de los escenarios. Las pinturas, en formato de rollos verticales para ser colgados (kakejiku), muestran composiciones con el atractivo colorido de la tradición de la Escuela Kanō y de la corriente Nihonga. El artista más destacado es Tsukioka Kogyō (1868-1927), hijastro de Tsukioka Yoshitoshi y discípulo de Ogata Gekkō, que se especializó desde el comienzo de su carrera en el mundo del teatro noh. Sus grabados siguen la tradición xilográfica japonesa denominada nishiki-e, con una calidad de estampación insuperable. También pueden verse en la exposición los trabajos de sus discípulos Yamaguchi Ryōshū (1886-1966) y Matsuno Sōfū (1899-1963).
Las pinturas de esta exposición proceden de la colección “Pájaro profeta” del médico zaragozano José Antonio Giménez Más y los grabados de otra colección particular.
Prof. David Almazán Tomás, Universidad de Zaragoza
Ver más imágenes de Teatro Noh de la Colección Pájaro Profeta
Ver otras entradas de este blog dedicadas al Teatro Noh
Prensa (en contrucción)
Galería fotográfica de la exposición
Elogio del silencio Arte japonés y teatro noh VALLADOLID. SALA MUNICIPAL DE EXPOSICIONES DEL MUSEO DE PASIÓN Del 20 de actubre al 11 de diciembre de 2016…
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cuadernodeorienteme-blog · 8 years ago
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Caja de las esencias
Sorprendente armonía del improvisado desorden
belleza interior aflorada
espejo del alma.
Espera la crisálida el ovillo de seda.–
El próximo 20 de octubre, estos kakemonos de la Colección Pájaro Profeta serán desplegados para mostrar toda su belleza. Será en Valladolid:
Elogio del silencio
Arte japonés y teatro noh
(Comisario: David Almazán)
Museo de la Pasión (Sala municipal de exposiciones)
Calle Pasión, s/n. 47001 Valladolid
José Antonio Giménez Mas
    Eclosión programada Caja de las esencias Sorprendente armonía del improvisado desorden belleza interior aflorada espejo del alma. -
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cuadernodeorienteme-blog · 8 years ago
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Dojoji
Dôjôji recoge la leyenda de un hecho acaecido en el siglo X sobre la terrible historia en la que un desvarío de amor apasionado y la inmarcesible virtud se iban a ver confrontados. Sobredosis de agua y fuego en torno al río Hideka.
La representación teatral comienza en la segunda parte del relato, cuando el espíritu vengativo, latente entre sombríos y profundos humedales, se reencarna en circunstancias que creyó propicias para el retorno.
Antecedentes
Anchin es un joven yamabushi (monje de las montañas) en itinerante peregrinaje. De camino a Kumano, uno de los lugares de peregrinaje tradicional, se hospeda en casa de un amigo al que le gusta visitar periódicamente y compartir unos días. Kiyohime, que es hija de su acogedor amigo, sueña desde niña con compartir su corazón con el monje ya que su padre le había dicho que cuando fuera mayor se casaría con él.
La vida en un guion. Como tantas veces ocurre, la niña hizo suyo un guion escrito más para los deseos y necesidades del padre que para los suyos; Kiyohime hizo de él un mandato y lo llevó a sus últimas consecuencias.
La niña creció, y cuando nuevamente retornó el monje, Kiyohime exigió materializar su deseo. Anchin, que desconocía los planes de su amigo, estaba en contra de dar por finalizado su periodo de ascesis espiritual, peregrinaje y contacto con la naturaleza. Como quiera que la joven reaccionara con una violencia inusitada, pidió asilo a los monjes del vecino templo de Dôjô, al otro lado del rio Hideka.
Atravesar las aguas. Kiyohime le persiguió encolerizada y poseída de la imbatible fuerza destructiva del mal. Su profundo rencor la transformó en serpiente que, sobrenadando las mortíferas corrientes fluviales que le separaban del amado, se introdujo en el monasterio en donde se estaba preparando el ceremonial de alzado de la nueva campana.
Bajo la pesada estructura de bronce, los monjes ocultaron a Anchin pensando que sería un lugar seguro en donde nadie podría hallarlo. Pero la serpiente que encarnaba a la resentida Kiyohime se enroscó fuertemente sobre ella, vuelta sobre vuelta, y encendida de odio generó tan intenso calor que fundió el bronce de la campana. El monje Anchin muere abrasado en su interior y abandona el mundo de los vivos. Virtud sublimada.
La danza de shirabyôshi
El momento propicio. Pasados los años, el abad de Dôjôji consideró que era ya hora de reponer la campana y elevarla ceremonialmente a lo alto de la torre. Prohibió, por razones que no quiso desvelar, la entrada de ninguna mujer al monasterio durante la celebración. Sin embargo, y contraviniendo sus órdenes, un sirviente permitió el paso de una bailarina de shirabyôshi que se ofreció a homenajear a la nueva campana. Nadie se debería dar cuenta de la clandestina presencia ya que estas danzantes bailan con ropaje masculino.
Templo, campana, monjes…, todos los elementos en línea para reeditar la ceremonia fallida de otro tiempo. El drama Noh se inicia con el ceremonial de la campana cuyo primer acto se corresponde principalmente con el baile leve y armonioso de la bailarina de shirabyôshi que canta evocando el sonido de la campana al atardecer en los lejanos orígenes del templo, canta a la evanescencia de los cerezos en flor y a la inmutabilidad de los pinos, también al viaje errático de la luna que misteriosamente desaparece. La danzante parece feliz sintiendo desvanecerse sus pecados.
Es la danza del shite (mae-shite o actor principal en el primer acto) quien se desenvuelve en el escenario vestido con los ricos ropajes de un noble de género masculino, aunque con máscara femenina de mujer joven.
Nunca sabremos las verdaderas intenciones de la piadosa danzante que, sin embargo, encarnaba al espíritu resentido, tal vez arrepentido, de Kiyohime. El caso es que, brusca e inesperadamente, el ritmo se acelera, el espacio de danza se restringe más y más a una espiral bajo la campana. La tensión emocional crece por el obstinado golpeteo de los pies sobre el entarimado, por los toques de tambor y la penetrante y chirriante flauta.
Tenso, frenético y vibrante ritmo que culmina con la precipitación al vacío de la campana sepultando a la bailarina en su interior, otrora nicho de Anchin, ahora ausente. Tan apoteósico e inesperado final levanta las sospechas de la naturaleza demoníaca del danzante.
La danza endemoniada
En el segundo acto, el abad (waki o actor secundario) inculpa a los sirvientes de lo ocurrido por haber desobedecido sus órdenes y aprovecha la bronca para narrar al público la verdadera historia que precedió a lo ahora acontecido en el monasterio. Él intuía que la nueva edición del ceremonial de la campana podría evocar la tragedia de Anchin y remover, como así fue, las emociones soterradas del espíritu vengativo de Kiyohime. De ahí la prohibición del abad que la bailarina había logrado burlar.
Los monjes rezan consternados frotando los rosarios entre sus manos pidiendo que se alce nuevamente la campana, lo que logran con grandes esfuerzos. En su interior aparece ahora un demonio (máscara de hannya) con cuerpo de serpiente que danza rabiosa y alocadamente.
Es la segunda danza del shite (nochi-shite, actor principal caracterizado para el segundo acto de forma diferente) en la que los monjes luchan contra la infernal visión.
Los monjes vencen no sin que antes la serpiente lance poderosas pero autodestructivas lenguas de fuego que acabarán por lacerar e abrasar su propio cuerpo. Lastimada, huye a refugiarse en las profundas aguas del río Hideka.
Los monjes se regocijan porque sus plegarias han sido atendidas. Bajo las aguas, latente espera.
Máscara hannya
Notas
La autoría de la obra Noh se atribuye a Kojirô Nobumitsu (1435-1516) que escribió la obra Kanemaki a partir de la cual se adaptó el drama Noh titulado Dôjôji. Enlace a vídeo
Dôjôji (el templo Dôjô) se encuentra actualmente en el distrito de Hideka, prefectura Wakayama.
José Antonio Giménez Mas
Dôjôji, un drama Noh Dôjôji recoge la leyenda de un hecho acaecido en el siglo X sobre la terrible historia en la que un desvarío de amor apasionado y la inmarcesible virtud se iban a ver confrontados.
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cuadernodeorienteme-blog · 9 years ago
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Imperceptible tránsito del vacío
Silencio de inaudita elocuencia
Latente quietud.
Inhalo vacío para llenarme
Para vaciarme
exhalo.
Paisaje brumoso con puente
La Colección Pájaro Profeta en el 3rd International Meeting on Mindfulness. Hotel Boston, Zaragoza, 8 al 11 de junio, 2016.
  GALERÍA
Texto y fotos:
José Antonio Giménez Mas
  INMANENCIA Imperceptible tránsito del vacío Silencio de inaudita elocuencia Latente quietud. - Inhalo vacío para llenarme Para vaciarme…
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cuadernodeorienteme-blog · 9 years ago
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Imperceptible tránsito del vacío
Silencio de inaudita elocuencia
Latente quietud.
Inhalo vacío para llenarme
Para vaciarme
exhalo.
Paisaje brumoso con puente
La Colección Pájaro Profeta en el 3rd International Meeting on Mindfulness. Hotel Boston, Zaragoza, 8 al 11 de junio, 2016.
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  INMANENCIA Imperceptible tránsito del vacío Silencio de inaudita elocuencia Latente quietud. - Inhalo vacío para llenarme Para vaciarme…
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cuadernodeorienteme-blog · 9 years ago
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Anagrama de Ecos de Asia
Hace unos días se clausuraban los actos de conmemoración del segundo aniversario de la Revista “Ecos de Asia”, magnífica iniciativa llevada a cabo por jovencísimos investigadores de la Universidad de Zaragoza. Su energía y preparación se vuelcan en páginas llenas de originalidad y buen tino. Son ya dos años y todo hace presumir que serán muchos más.
Fue su voluntad que la Colección Pájaro Profeta tuviera presencia en su exposición conmemorativa, y allí estuvimos gustosos de compartir espacio y entusiasmo: unos cuantos emperadores de la dinatía Qing, algunos rollos de mano, libros antiguos, sellos, pinceles, todo magníficamente expuesto a su gusto y entremezclado con otras interesantes aportaciones a favor de un resultado final que integraba el interés que Oriente inspira por estos lares, puro espíritu “Ecos de Asia”.
Y no sólo eso, en el acto de clausura se interesaron por los orígenes de la Colección, se mencionaron las ya numerosas exposiciones comisariadas en su mayoría por David Almazán, el por qué del nombre de la colección… Conversamos…
Me gusta y me alimenta la Tradición de Oriente. Me gusta y alienta la profecía perenne de la contumaz regeneración, la vida que permanece más allá de nuestra individualidad, más allá  de la vana ilusión de nuestro ego: que siempre llega la primavera, anuncia el Pájaro Profeta.
Ya brota el invernal ciruelo
Ya cantan los pájaros como el profeta
Perplejo contemplo las hierbas de primavera
intentando anidar sobre el peldaño de jade.
                                                                                      Wang Wei
No me resistiré a traer aquí el contrapunto europeo que me aporta mi amigo Ángel Escobar, ese pozo de cultura y conocimiento del que tantas veces me he alimentado: T. S. Eliot, La tierra baldía (1), un canto a la muerte, al deseo de estar muerto y no despertar, la depresión, le mal de vivre de una Cultura exhausta que tras duros avatares ha perdido la fe y la esperanza.
Abril es el más cruel de los meses, pues engendra
lilas en el campo muerto, confunde
memoria y deseo, revive
yertas raíces con lluvia de primavera.
El invierno nos dio calor, cubriendo
la tierra con nieve sin memoria, alimentando
un hilo de vida con tubérculos secos.
                                                                 La tierra baldía. T. S. Eliot
¡Como conjugar tanta belleza poética y tan desgarrada devastación! Quiero ver, me parece adivinar, en el ultimo verso una velada esperanza que tal vez entroncaría con el lejano Oriente que sin duda conoció de la mano de su mentor Ezra Pound, y éste de Ernest Fenollosa… Oriente, siempre tan presente.
Aunque la niega, no la oculta. Sólo huye de la emoción desgarradora quien antes la ha sentido.
                                             Si hubiera agua
en vez de roca
y también agua
y agua
un manantial
una poza entre la roca
si por lo menos se oyera el sonido del agua
no la cigarra
y la yerba seca cantando
sino el agua resonante sobre una roca
donde canta el zorzal ermitaño en los pinares
Drip drop drip drop drop drop
pero no hay agua.
                                                                      La tierra baldía. T. S. Eliot
(1) T. S. Eliot. La tierra baldía.  Edición y traducción de Andreu Jaume.Lumen, 2015.
José Antonio Giménez Mas
“Ecos de Asia” y la Colección Pájaro Profeta Hace unos días se clausuraban los actos de conmemoración del segundo aniversario de la Revista "Ecos de Asia"
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cuadernodeorienteme-blog · 9 years ago
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A Lafcado Hearn, pero sobre todo a Mª Jesús López Beltrán (japanseye), debo este inesperado interés por esta historia, ya conocida, pero en la que nunca antes me había detenido. Me refiero al Romance de la Vía Láctea del que la Colección Pájaro Profeta custodia un largo rollo de mano –cheu– (320 cm de longitud x 36 cm de anchura) de críptico significado; trabajo xilográfico sobre seda ilustrado con bellos dibujos y un texto caligráfico que lamento no entender pero que supongo narra la historia, su historia y a su modo porque hay varias versiones.
La fiesta rememora un amor eterno que se mantiene en vilo esperando un anunciado encuentro, cíclico, acaso una vez al año, no todos los años… Originario de la tradición China pero imperceptiblemente arraigado en un Japón que tal vez reconoció en la historia alguna tradición similar, ese inconsciente colectivo que nos hace compartir con el otro más de lo que suponemos.
Se evoca la unión del telar, que representaría los trabajos femeninos, con la agricultura y/o ganadería que representaría los masculinos, ensamblaje que, más allá del enamoramiento y sus efectos biológicos, es la base productiva de la unidad familiar, núcleo de la estructura social confuciana. Se celebra el séptimo día de mes séptimo. En Japón, la fiesta de Tanabata, de tane -semilla- y hata -telar-, equivale actualmente a la fiesta del amor, algo así como nuestro San Valentín, excesiva simplificación, y tal vez muy lamentable, ya que con ello quedan desdibujadas tanto la actividad cíclica de la naturaleza como su paradójica incertidumbre, tan presentes en esta narración.
En la tradición japonesa , la bella tejedora se llamaba Orihime, hija de un dios que habitaba los cielos y a la que se había asignado la misión de tejer y tejer lujosas sedas con las que vestir a su divino padre. Orihime se sentía feliz con su trabajo al que se dedicada con total entrega. Pero un buen día, se enamoró de Hikoboshi, un joven pastor y/o agricultor que pasaba por allí conduciendo un buey. El amor sentido por la pareja fue tan arrebatador que ambos descuidaron sus respectivos trabajos: el telar dejó de funcionar, el buey erraba triste por las llanuras celestiales…
El enojo del padre de Orihime tuvo como consecuencia la separación de la pareja enamorada que fue condenada a vivir en la distancia, uno a cada lado del gran río celestial, la Vía Láctea. A partir de entonces, una sola vez al año podrían encontrarse: la noche séptima del mes séptimo los pájaros del cielo construirían un puente alado que acercaría a los enamorados, eso sí, si la noche era estrellada, porque si las nubes y las lluvias lo impedían deberían esperar al año siguiente o al siguiente; o al siguiente.
Entretanto, los jóvenes volvieron a cumplir escrupulosamente con su trabajo, la joven tejiendo, el joven trabajando el campo o conduciendo bueyes, con la esperanza de que llegara el cíclico acontecimiento de la noche séptima del mes séptimo.
La leyenda china data de la Dinastía Jin (265-420 dC) y es algo diferente. Narra la historia de Zhi Nu, la más joven de sietes hermanas hijas de la Reina del Cielo, todas las cuales se dedicaban a tejer lujosas sedas con las que configurar las más bellas nubes del cielo. Mientras, el joven Niu Lang era un pobre huérfano al que su hermano mayor había echado de la casa familiar. Pobre y acompañado de una vieja vaca, su única posesión, vagaba lamentando su desgracia. La vaca, que resultó ser una herencia mágica, le propuso buscar una bella y buena esposa con la que compartir su vida y le condujo hacia la orilla de un río en el que precisamente en ese momento las siete hermanas, escapadas momentáneamente de su refugio celeste, gozaban un dulce baño de atardecer. El joven, por consejo de la vaca, tomó y escondió una de las hermosas sedas de las que las bellas hermanas se habían desprendido antes de sumergirse en las doradas aguas.
Cuando salieron del agua, tras envolverse cada una en su sedosa prenda, emprendieron veloz ascenso al cielo pero las más joven de las hermanas se dio cuenta de que su prenda no estaba. Y se sintió sola. Entonces apareció Niu Lang y, rebosando bondad, le pidió que se quedara con él. Unos pocos años, equivalentes a unos pocos días en el cielo, fueron suficientes para llenar sus sencillas vidas de una inmensa felicidad que se vio colmada con dos hijos
Cuando la Reina del cielo descubrió su ausencia la obligó a volver inmediatamente y a abandonar al pobre Niu Lang que se quedó aterrorizado al verla volar hacia el cielo envuelta en finas y vaporosas sedas. Entonces se acordó de su vieja vaca quien antes de morir la había dicho que, por si acaso y para cualquier emergencia, conservara su piel colgada en la pared. Niu Lang se cubrió con la piel de vaca y voló al cielo con sus dos hijos. Guiado por la magia de su vaca divisó a Zhi Nu pero justo antes de alcanzarla, la Reina del Cielo, con una horquilla de su pelo trazó entre ambos una línea divisoria, un profundo abismo celeste: la Vía Láctea.
Profundamente entristecida Zhi Nu, retornó al taller de nubes pero las nubes que tejía emergían con la misma tristeza con que ella las confeccionaba. La Reina del Cielo se compadeció y concedió a la pareja verse una vez al año, en la séptima noche del mes séptimo sobre un puente alado de infinitas urracas, ave que en China se asocia a la felicidad.
La tradición de Oriente, tanto en China como en Japón, asocia un fenómeno astronómico que identificaría a la amante tejedora con la estrella Vega de la constelación Lyra, ubicada al Este de la Vía Láctea y cuyo luminoso fluir la separa de Altair -al Oeste-, constelación Aquila, que se ha hecho corresponder con el amado. Para algunos, la lluvia de estrellas que acontece en torno al esperado siete del siete (agosto en el calendario moderno) significaría el llanto de los amantes cuyo feliz encuentro se ha visto frustrado debido a fenómenos atmosféricos adversos.
Ajenos a los amores celestiales de Oriente, en el primer tercio del siglo pasado, modernos astrónomos occidentales sacaron a escena a la estrella Deneb, de la constelación Cignus. Deneb, junto Vega y Altair configuran desde entonces el triángulo de verano, ese bello asterismo que preside nuestros cielos estivales.
Pese a todo lo que nos gustan las noches estrelladas de verano, la insospechada presencia de Deneb no acabará con nuestra fe en el amor renovado, ese que, si el tiempo no lo impide, cada noche séptima de la séptima luna se consuma sobre las aladas plumas de las aves de la noche.
José Antonio Giménez Mas
Edición de 1921
Secuencia de imágenes del rollo de mano:
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Los amantes de la Vía Láctea A Lafcado Hearn, pero sobre todo a Mª Jesús López Beltrán (japanseye), debo este inesperado interés por esta historia, ya conocida, pero en la que nunca antes me había detenido.
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cuadernodeorienteme-blog · 9 years ago
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La danza del pincel
La danza del pincel
Me complace comunicaros que la Colección Pájaro Profeta se suma, con su habitual entusiasmo, a esta nueva muestra del Arte de Asia Oriental, dirigida por el profesor David Almazán de la Universidad de Zaragoza.
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