-Usted no comprende que soy mujer y una mujer es como la tierra. Que el hombre no debe ofenderla. No le pareció bien que David se metiera a las malas a su tierra, ¿verdad? Pero sí haya bien querer mujer que no le pertenece porque es como si fuera tierra de otro, usted la quisiera para su disfrute. Queré comprarla con un rebozo.
– Yo no quise comprarte Soledad. Dijiste que te gustó y te lo traje.
– Guárdeselo, no le servirá. El rebozo, la mujer y la tierra deben ser de respeto pal hombre. ¿Qué no lo sabe? Pero usted, a cómo querer rebozarme, a malas, querer darme rebozos sin la bendición de Dios. No haga ofensa a la mujer, que no quiera hacer a su propia tierra.