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Aplicaciones en la actualidad

Hoy en día es muy común hablar acerca de cómo nos sentimos, por lo que es más fácil identificar y tratar diferentes padecimientos o conductas del día a día. Aquí se nos presenta la inteligencia emocional.

Mayer, Salovey y Caruso (2004) plantean un modelo de Inteligencia Emocional que posee 4 características: 1. Habilidad para percibir las emociones propias y de los demás. 2. Habilidad para utilizar las emociones con el fin de facilitar la toma de decisiones. 3. Habilidad para conocer las emociones. 4. Habilidad para regular las emociones propias y de los demás. Fernández-Berrocal y Ramos-Díaz (2005) concluyeron que la Inteligencia Emocional predecía el ajuste psicológico; un concepto básico para entender cómo variables disposicionales se relacionan con el estrés, el afrontamiento y la adaptación.

Ambas citas pertenecientes al artículo hecho por Moure, P., Del Pino, D. y Alvaredo, R. (2017) en la revista Psicología Científica.

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La vida cotidiana a través de la ciencia

La forma en que podemos visualizar el cómo nuestras emociones nos afectan más allá de la salud física es también en nuestro estado anímico y en cómo nos relacionamos con las demás personas de nuestro entorno.

Es decir, el área donde más notamos estos cambios es dentro de un contexto social, de ahí que tenga una estrecha relación nuestro sentir con nuestra salud.

Hay ciertas emociones que para evitar que hayan mayores consecuencias a nivel físico son liberadas a través de nuestros actos, un piercing, un antojo, un nuevo color de cabello, pasatiempos desarrollados a raíz de un sentimiento constante, son algunos ejemplos de cómo pueden repercutir las emociones en un contexto social.

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Fundamento

Hay que admitir que para que sea reconocida la importancia que tienen distintas emociones en nuestra salud física tuvieron que pasar años de estudio y análisis.

Moure, P., Del Pino, D. y Alvaredo, R., (2017) en la revista Psicología Científica nos mencionan:

Tanto las emociones positivas (alegría, buen humor, optimismo) como las negativas (ira, ansiedad) y el estrés, influyen en la salud (Emociones y salud). Las emociones perturbadoras tienen, al parecer, un efecto negativo en la salud. Favoreciendo de esta manera la aparición de ciertas enfermedades. Esto porque hacen más vulnerable el sistema inmunitario, lo que imposibilita su correcto funcionamiento. (p. 8 y 9).

Continúan diciendo:

En cuanto al hecho de contraer enfermedades infecciosas como herpes o gripe, la influencia del estrés ha sido demostrada, ya que debilita la acción del sistema inmunológico. Por otra parte, la relación entre estrés y cáncer parece estar en los efectos supresores del estrés en el sistema inmunológico. Si se deprimen las funciones inmunológicas, los organismos tienen menos capacidad para enfrentarse a los agentes cancerígenos. (p. 39).

Se menciona la siguiente cita (2024):

“Ellos hablan de percibir la emoción, identificarla, ponerle un nombre, pues eso va a ayudar a facilitar el pensamiento emocional y a que te hagas consciente de las emociones y a analizarlas para saber cómo utilizarlas en cada momento. A esto Salovey y Mayers le llaman regulación emocional”, explica el doctor Pineda.

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Importancia de mantener emociones positivas

Las personas que experimentan un buen estado emocional suelen tener menos emociones negativas y demostrar una capacidad más rápida para superar desafíos. Esta capacidad de recuperación se conoce como resiliencia. Además, otro indicador de bienestar emocional implica la capacidad de mantener emociones positivas durante periodos más prolongados y valorar los momentos gratificantes. Asimismo, desarrollar un sentido de propósito y significado en la vida, enfocándose en lo que es importante para uno mismo, también contribuye al bienestar emocional.

Se ha encontrado un vínculo entre un estado mental optimista y una mejor salud, incluida una presión arterial más baja, un riesgo reducido de enfermedades cardíacas, un peso más saludable, mejores niveles de azúcar en la sangre y una vida más larga.

Continuando con el argumento del vínculo que mantienen nuestra mente y cuerpo, dándole el reconocimiento merecido al papel de nuestras emociones y pensamientos en el estado de salud actual.

La revista Harvard Health Publishing de la Universidad de Medicina de Harvard menciona en un artículo:

Existe un fuerte vínculo entre una buena salud mental y una buena salud física, y viceversa. Por otro lado, la depresión y otros problemas de salud mental pueden contribuir a trastornos digestivos, problemas para dormir, falta de energía, enfermedades cardíacas y otros problemas de salud. (p. 1).

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La salud mental como factor a identificar

A lo largo de nuestras vidas, hay múltiples determinantes individuales, sociales y estructurales que pueden combinarse para proteger o dañar nuestra salud mental.

Los factores psicológicos y biológicos de cada persona, como las habilidades emocionales, el consumo de sustancias que afectan nuestro sistema y la genética, pueden hacer que las personas sean más vulnerables a los problemas de salud mental que por su parte pueden ser reflejadas en la salud de el cuerpo.

Continuando con el punto anterior, hay que tomar en cuenta que la salud física del cuerpo está ampliamente ligada a la salud mental, ya que si nuestra mente no se encuentra en un estado óptimo, puede dificultar mantener una buena salud.

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Formas de controlar las emociones

Los métodos de relajación, como la meditación, escuchar música, escuchar pistas de imágenes guiadas, el yoga y el Tai Chi son formas útiles de equilibrar las emociones. También hay vídeos gratuitos de imágenes guiadas disponibles en YouTube.

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Relación entre las emociones con el estado de salud.

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¿Qué son las emociones?

Son la manera natural en la que los seres humanos reaccionamos a lo que ocurre a nuestro alrededor. Todos y todas tenemos emociones, es importante no reprimirlas ni sentirnos avergonzados y avergonzadas por ellas.

Ahora bien, al ser la respuesta natural de nuestro cuerpo debemos saber cómo nos pueden ayudar o en su contra parte, afectar en la salud.

¿Cómo afectan las emociones a la salud?

El cuerpo responde a la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. Este es un tipo de "conexión mente/cuerpo". Cuando estamos estresados, ansiosos o molestos, nuestro cuerpo reacciona físicamente. Por ejemplo, podría desarrollar presión arterial alta o una úlcera de estómago después de un evento particularmente estresante, como la muerte de un ser querido.

En ejemplos más específicos, cuando estamos preocupados o tristes, nuestro cuerpo puede presentar problemas como estreñimiento, úlceras estomacales e insomnio.

El estar estresados provoca que nuestro sistema inmune se debilite haciéndonos más propensos a contraer enfermedades en situaciones complicadas.

Al sentirnos nerviosos, tendemos a evitar todo lo relacionado a hobbies o actividades físicas, sin embargo nos es complicado ignorar las tentaciones por lo que probablemente consumamos golosinas para calmarnos.

Pero, en caso de sentirnos muy infelices e incluso deprimidos, podemos ser propensos a caer en vicios más peligrosos como el alcohol, el tabaco o hasta las drogas, lo cual permite que ocurran desastres.