wlfgvng

[wlfgvng]

SMS @ Caiden's cunt

✫ for a text meant for someone else

Grayden: Hace varios días que no te veo

Grayden: Ya sabes, desde que te quedaste conmigo

Grayden: No me has dejado agradecerte como debería

Wolfie: ¿Agradecerme?

[wlfgvng]

✉ → unknown

✫ for a text meant for someone else

matty: perdón por lo de hoy!!!

matty: siento que debería compensarlo de alguna forma

matty: ...

matty: aceptarías ir por un helado??

wolfie: no te preocupes, a todos nos pasa!

wolfie: ¿hoy?

wolfie: sí, claro

wolfie: pero en serio, no hace falta que te disculpes! está todo bien

[wlfgvng]

✉ // wolfie.

¢ for a late night text.

gael: vamos a salir esta noche.

gael: porque yo no soy bueno con los sentimientos.

gael: pero necesito animar a finn.

wolfie: ¿a dónde?

wolfie: pero seguro!! es buena idea

wolfie: ¿finn dijo que sí?

[wlfgvng]

* // 📱 wolfie.

¢ for a late night text

margo: ¿dónde estás? el jefe te estaba buscando.

margo: ¿quieres que te cubra?

margo: puedo decir que tuviste una emergencia.

wolfie: LO SIENTO

wolfie: mi hermano dijo de ir por una pizza y él no sabe que sigo trabajando en el club

wolfie: ¿puedes? por favor

wolfie: intentaré acabar aquí lo antes posible

[wlfgvng]

* // 📱  num. desconocido.

✫ for a text meant for someone else

max: no, cancela todas las citas de la tarde.

max: caroline debe de tener el borrador ya entre sus archivos.

max: si no le pediré a prudencia que pase más tarde a recogerlo.

wolfie: hola!

wolfie: te confundiste de persona

wolfie: o eso creo

wolfie: ¿quién eres?

[wlfgvng]

✉ //wolfie.

✯ for an early morning text.

lola: ¡buenos días mon soleil!

lola: ¿vas a ayudarme hoy siendo modelo?

lola: la cafetería de pratt tiene un chai delicioso.

wolfie: ¿era hoy?

wolfie: lo sientooo se me olvidó

wolfie: pero sí!!

wolfie: sólo deja que me arregle

[wlfgvng]

✉ → wolfie

✯ for an early morning text

jean: perdón por mensajearte tan temprano, espero no haberte despertado

jean: o que al menos no me odies por hacerlo 😔

jean: tengo una propuesta que hacerte, en realidad es más bien un favor que pedirte

wolfie: buenos días! 😊

wolfie: no te preocupes, ya estaba despierto

wolfie: ¿qué favor?

[wlfgvng]

📲 — wolfie.

∞ for a half asleep text

gabe: no oo o

gabe: si estoy pteparado para salir a sta hora

gabe: 🐨🐨🐣🍕🌠🍕

wolfie: en serio, no te preocupes!!

wolfie: si estás cansado mejor vuelve a dormir

wolfie: puedo preguntarle a alguien más

wolfie: perdón por haberte despertado

[wlfgvng]

txt ╱  wolfie.

¢ 𝐟𝐨𝐫 𝐚 𝐥𝐚𝐭𝐞 𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐭𝐞𝐱𝐭

finn: ¿crees que las nutrias hagan un the bachelor para escoger a su pareja?

finn: porque tienen que tomarse de las manos con otra nutria toda la vida.

finn: no lo sé, me parece algo bastante serio.

wolfie: de verdad se toman de las manos o lo estás inventando?

wolfie: okay lo googleé y es cierto

wolfie: puede ser

wolfie: ¿las nutrias se enamoran?

[wlfgvng]

txt ╱  wolfie.

ღ 𝐟𝐨𝐫 𝐚𝐧 𝐚𝐟𝐟𝐞𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧𝐚𝐭𝐞 𝐭𝐞𝐱𝐭

prue: ¡eres el mejor! ¡te lo digo en serio!

prue: no habría podido hacer esto sola 💖

prue: te quiero!

wolfie: [foto adjunta]

wolfie: el mérito es tuyo!!!

wolfie: yo sólo ayudé un poco

wolfie: te quiero más 💕

[wlfgvng]

📲 → wolfie

@wlfgvng send ¢ for a late night text

bab: ¿estas despierto, wolfie?

bab: no puedo dormir

bab: y no dejo de pensar en que...

bab: es una tontería, supongo

bab: pero siempre soy la segunda opción

wolfie: sí

wolfie: yo tampoco

wolfie: ¿por qué dices eso?

wolfie: ¿pasó algo?

wolfie: yo no creo que seas una segunda opción

[wlfgvng]

📱 » wolfie

SEND A SYMBOL FOR A TEXT MEME.

[∞ for a half asleep text]

bea: wolfie??????????????

bea: te juro que te doy dos segundos para explicarme por qué le llamaste y colgaste apenas escuchaste mi voz

bea: ¿VES QUÉ HORA ES?

bea: estoy demasiado dormida como para insultarte apropiadamente

wolfie: perdona!!!!

wolfie: creí que había llamado a alguien más

wolfie: vuelve a dormir

[wlfgvng]

c-allic‌:

∞ for a half asleep text | @wlfgvng 

text; ¿alguna vez te has dormido en una reunión importante? text; acaba de pasarme text; seguro hoy me despiden text; ¿aún seremos amigos cuando viva en la calle?

text; nunca he estado despierto en una reunión importante text; ufff text; ¿qué te dijeron? text; seguro yo también esté viviendo en la calle cualquier día de estos así que no podría rechazarte

[wlfgvng]

rxmarti‌:

—Tengo varios amigos que estaban esperando encontrar a su crush en las citas, ¿sabes? Por eso la pregunta… Tampoco tenía muchas expectativas, en realidad, pero hubiese odiado que resultara que soy completamente compatible con alguien que no me agrada,— admite con entretenido tono, porque fácilmente lo había imaginado, apelando a aquella noción de que se odia lo que te recuerda a ti mismo. Tal vez estaban en lo cierto. No había pensado a fondo quién podría resultar ser su match perfecto, pero de alguna forma, encontrarse con Wolfie al otro lado comienza a cobrar un poco de sentido en su mente, al ser poseedor de cualidades que valoraba, cualidades que compartía con el mayor de los Ackermann. Asiente con una sonrisa que logra alcanzar brillo de orbes oscuros, concediendo razón y compartiendo palabras del alemán. —Tienes suerte que sólo soy la mitad de imbécil,— sugiere con un aire bromista que pocas veces sale a la luz cuando se trata del español, en especial en situaciones en las que nerviosismo está a la orden, en espera de detonarse con cualquier pequeño error que cometa o cualquier palabra que pueda mal usar. Comentario de su acompañante le hace estar terriblemente consciente de sí mismo y sus gustos, evocando a que se encoja de hombros, intentando restarle importancia. —Yo tampoco pensé que yo fuera el tuyo, ya que estamos en eso. Aunque siempre me has parecido del tipo de chicos que atraen a cualquiera; eres físicamente atractivo, divertido, gentil… No hay algo que no pueda gustar, ¿hm?— suelta cumplido sin ninguna intención en particular, numerando aquellas cualidades que le parece están a la vista de cualquiera que se detenga a observar más de un par de segundos. Emoción contraria resulta contagiosa, tanto así que arranca sonrisa pequeña a sus labios, mientras asiente, permitiéndose acariciar una vez más al animal antes de tomar las riendas para acercarle un poco más a donde se encontraban. —Vamos, súbete primero e iré detrás,— indica, sujetando con firmeza riendas para mantener al equino tan quieto como era posible. —Puedes apoyarte en mi hombro, aunque creo que ésta es la parte más fácil,— comenta con cierta gracia, mirada puesta en su acompañante. —Después viene la parte más divertida… Aunque quiero pensar que este chico no nos la va a poner difícil,— porque sabe que aquellos caballos designados para cabalgatas eran los más mansos, aunque al ser animales, nunca podría prevenir absolutamente todo. 

“Ah, yo no tengo crushes.” La palabra le hizo sonreír con una mezcla de gracia y ternura, aquella que adjudicaba a un concepto del que se creía totalmente por encima: el interés romántico, aún cuando lo había vivido en carne propia. La única persona que días atrás le hubiera ilusionado encontrarse en aquel escenario parecía haber desaparecido de la faz de la tierra y no respondía a sus llamadas, por lo que ni siquiera existía en su mente la posibilidad de encontrárselo y, siendo franco, tampoco estaba seguro de que le hubiera gustado hacerlo. “Pero me daba curiosidad saber si todo el rollo de la compatibilidad era cierto. Nunca antes fui a una cita de estas.” A una cita que asegurara encontrarle a su pareja ideal, quiso decir, porque había ido a algunas citas a ciegas pero bajo distintos términos. El siguiente comentario del mayor le robó una sonrisa. “Eres de los pocos hombres de Nueva York que no consideraría un imbécil,” le aseguró medio en juego, porque usualmente no era quisquilloso con las personalidades de sus citas mientras estas compensaran en otras áreas y, siendo honesto, estaba seguro de que varios lo habrían catalogado a él bajo el mismo t��tulo. Sin embargo, cuando lo ponía de ese modo, no era tan extraño que el español hubiera resultado su pareja final. Rubén no sólo le había agradado desde el principio; siempre tuvo en claro que era un joven atractivo aún cuando no hubiera pensado antes en él de ese modo. El cumplido le tomó por sorpresa y dejo un suave color en sus mejillas. “¿En serio piensas eso?” Más que desconfianza o inseguridad, la sonrisa que le dedicó pedía con descaro oír aquello de nuevo por su propia satisfacción. Entonces reparó en un comentario anterior y regresó a este con el mismo humor presente. “¿Cuál crees que es mi tipo?” Aunque no tenía demasiado claro qué era lo que hallaba atractivo de alguien, cuanto más lo pensaba suponía que sí existía un patrón entre sus previos ligues y le interesaba saber si el contrario lo había adivinado, o cuál era la impresión que tenía de él en ese aspecto. Un cosquilleo de entusiasmo le recorrió el cuerpo y asintió a la indicación, posando una mano sobre el hombro impropio para colocar un pie en el estribo y subirse a la montura. Una vez sobre el caballo, que se movió apenas, rompió en una risita entre divertida y nerviosa, aún sin soltar el hombro ajeno por miedo a perder el equilibrio. “Vamos, súbete y llévame a pasear.” La sonrisa era permanente en su rostro cuando habló en un tono jocoso, procurando enterrar el ligero pánico bajo capas de confianza.

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rxmarti‌:

No deja de encontrar ligeramente extraño todo el asunto, pero a fin de cuentas, ¿no era eso de lo que iban las citas a ciegas? Además, se recordaba, era por una buena causa, y no era como si la compañía del menor de los Ackermann le desagradara en absoluto. Confía en que, como mínimo, pueden pasar un buen rato, con básicamente todo dispuesto para hacerlo, escenario de cita que parece ser la combinación perfecta. Curiosidad se refleja fácilmente en las facciones del español, aunque realmente no debería, no cuando basta un vistazo a físico contrario para suponer que si hay alguien que no tiene problemas consiguiendo citas, ese debe de ser Wolfie. —Quizá después de hoy pueda aprender un par de cosas, entonces…— sugiere con un discreto aire bromista, como si fuera algo que en verdad tuviera ganas en probar, por lo general demasiado incómodo y serio como para pensarse en buscar compañía en ese tipo de sitios. —”Atrapado” no es una palabra que usaría. Significaría que estoy aquí a la fuerza y, bueno, no es el caso… ¿Esperabas a alguien diferente?— se ve prácticamente obligado a preguntar, curiosidad sacando lo peor de sí junto con sutil inseguridad que de vez en vez asoma por medio de las palabras del español. Porque está perfectamente consciente de la cantidad de opciones que posiblemente el menor tiene, contando con personalidad y apariencia necesaria como para ser alguien bastante popular, como lo había hecho notar en alguna ocasión, recuerda, fiesta de los Pávlov que se ve lejana, en que presencia del alemán había sido motivo de más de una mirada que guardaba nula casta intención. Vuelve atención al caballo, sus dedos acariciando con lentitud detrás de las orejas y la crin, casi evaluando. —Parece que le agradas así que no debería ser tan complicado. ¿Quieres intentarlo?— sugiere con una pequeña sonrisa en sus labios, volviendo su mirada hacia el germano, cejas enarcadas ligeramente ante la expectativa. —O también… Si no te molesta, podemos intentarlo juntos primero…—

Desvió su mirada al español, preguntándose si había fallado en dejar claro que estaba a gusto con su compañía, aunque suponía era una duda coherente para una situación como aquella y bien podría haberle ilusionado encontrarse con alguien más; tal vez un tiempo atrás así habría sido. “No. Bueno, no esperaba nada.” Si bien fue inevitable considerar los rostros de muchachos con los que ya había tenido ‘matches’ antes y quienes sabía eran frecuentes usuarios del servicio de citas, a fin de cuentas casi todo Brooklyn estaba participando del evento de caridad y habría sido inútil intentar adivinar la identidad de su pareja. Además, tampoco iba a mentir, encontrarse a Rubén despertó cierta curiosidad por cómo el sistema había decidido que tenían una compatibilidad perfecta y suponía que lo mismo tendría lugar en la cabeza del mayor. “Si te soy sincero, me apunté para ayudar. Supongo que sólo esperaba no acabar con un completo imbécil.” Era gracioso el vuelco que su perspectiva de las citas y el romance en general había dado en las últimas semanas. Llevaba un tiempo sin usar la aplicación porque ya no guardaba el mismo interés por aquellos encuentros frívolos que antes formaban parte de su rutina. Le dedicó una sonrisa amplia en lo que observaba su rostro como si lo analizara. “Aunque debo admitir, no imaginé que yo fuera tu tipo.” Era un comentario de esos que le salían apenas pensarlos, sin segundas intenciones de incomodar y volvió su atención al caballo, con más emoción que nervios por enfrascarse en la nueva actividad. “Claro que quiero.” Dio un brinco hacia atrás para permitirle que lo guiara en la tarea y aplaudió un par de veces en muestra de su entusiasmo. “No te preocupes, aprendo rápido.” Enarboló el mentón en un intento de quitar cualquier presión que pudiera existir, pues incluso si resultaba imposible dominar la práctica en un solo día, estaba seguro de que habrían sabido divertirse. La segunda propuesta le entusiasmó aún más, porque su primer experiencia sobre un caballo sería mejor en compañía de quien supiera lo que estaba haciendo. “¿Qué esperamos?”

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𝐰𝐨𝐥𝐟𝐠𝐚𝐧𝐠 𝐚𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐧 𝐚𝐭 𝐡𝐢𝐬 𝐭𝐢𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐛𝐥𝐢𝐧𝐝 𝐝𝐚𝐭𝐞.

ft. @rxmarti.

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rxmarti‌:

Nerviosismo se instala en su cuerpo como una constante, con único pensamiento en mente: es terrible para las citas. Además, ¿cuándo había sido la última vez que había tenido una cita a ciegas? Tiempos que se remontan a cuando había iniciado la universidad en España, experiencias que nunca terminaron bien. Pero, se repite, es para la caridad. y tener una cita no le vendría mal en Brooklyn, supone. Es así que termina en aquel lugar, más nervioso de lo que debería, seriedad que afecta sus facciones debido a la misma emoción que parece quemarle por dentro. No tiene deseos de llegar tarde, pero cuando arriba al lugar indicado, parece ser que su cita se ha adelantado; y es cuando decide ir en búsqueda del contrario hacia los establos. Apenas está lo suficientemente cerca, se encarga de carraspear discretamente, denotando su presencia para no sobresaltar a su encuentro, cuando se ve obligado a entrecerrar los ojos ligeramente, figura que -cree- reconocer pero le cuesta dar de dónde. No es hasta que la voz es terriblemente familiar que ideas comienzan a conectar en su cerebro y la sorpresa le deja con los ojos ligeramente abiertos. —¿Wolfie? Vaya… No pensé que, ya sabes, que fueras a, que fueras tú,— inicia rápidamente, idioma común fallándole ligeramente cuando suelta maldición en su lengua natal antes de negar con la cabeza. —Es decir, me alegro que seas tú,— recompone con seguridad, acercándose a donde el menor se encuentra con el caballo, sintiendo su rostro acalorado por la vergüenza. —No soy muy bueno para estas cosas,— aunque eso era quedarse corto, está seguro. —Las citas, quiero decir. Siempre me han gustado los caballos; recuerdo que— se detiene en seco, como cada vez que, sabe, está a punto de dar demasiada información de sí mismo. Cuando determina que, tal vez, no es tan malo, continúa, extendiendo su mano en dirección a la cabeza del animal: —que mi abuelo tenía un par, aunque fue hace tanto que ni siquiera estoy seguro que haya sido verdad.

De todos los rostros que había considerado al pensar en la identidad de su pareja, tanto gratos como no, Ruben no había cruzado su mente ni siquiera una vez y fue por eso que cuando reconoció la voz del mayor su ceño se frunció en sorpresa. Sin embargo, la inicial confusión pronto dio lugar a un atisbo de gracia que le quitó un peso de encima, porque le aliviaba saber que la compañía para el día no sería un problema, todo lo contrario. Aunque no reparó en el primer comentario dos veces, oír que se alegraba de verlo le hizo sonreír y más aún lo hizo la historia sobre los caballos. “En ese caso estamos de suerte,” inició, con la intención de aliviar el nerviosismo ajeno. “porque yo de caballos no conozco nada, pero si hay algo de lo que sé una cosa o dos es sobre las citas.” Estaba tan acostumbrado a utilizar la aplicación por sus propios medios, para planificar encuentros que usualmente no pasaban de la primera noche, que tras leer el anuncio sobre la campaña de caridad había quedado fuera de la cuestión apuntarse a ayudar. Claro, sus expectativas al llegar al sitio indicado eran mínimas, pero ahora que el misterio había sido revelado y tenía frente a él a alguien de confianza, por primera vez desde llenar el formulario se permitía la ilusión de pasar una buena tarde. “¿Quién lo diría, eh? De todos los ciudadanos de Brooklyn terminas atrapado conmigo. Me siento afortunado.” Habló en un tono divertido para denotar que, en verdad, las citas no eran la gran cosa. Al final del día, una nunca era igual a la otra y ninguna de ambas partes sabía lo que estaba haciendo; lo único que la experiencia te enseñaba sobre estas era a demostrar confianza. Ahora, la idea de cabalgar se cernía como un problema verdadero cuando tenía en cuenta que apenas y había visto un caballo en la vida real antes. “Entonces, como nuestro oficial experto en caballos, sé honesto. ¿Qué tan difícil puede ser?” Devolvió su mirada al animal que continuaba acariciando.