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traidores los días que huyeron

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veo pasar un gatito en una escalera atrás de una persona en zoom

yo le debo muchísimo a zoom

en el museo mar, me siento al lado de diana, y fernando molina se sienta del otro lado, también al lado de ella. ‘me siento un palíndromo', dice. no sé, capaz capicúa. además es 20211202.

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el miércoles que no escribí

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“Qué bueno saber que la tortuga anda a sus anchas. Acá, ya que el gato no usa las piedritas, enterramos su palangana y se ha convertido en pileta para sapos. Esta mañana descubrí que los sapos, al enterrarse y desenterrarse cuán ejecutivos en ascensores de lujo, habían privado a futuros arqueólogos de unas llaves viejas que se habían hundido en la tierra. Aguante lo anfibio y todo bicho afín al barro”

¿por qué mis amigas se fueron tan lejos? me despierto con dolor de muelas y le escribo a maría, que está en españa, para ver si puede recomendarme algún dentista. es una situación que se repite a cada instante en mi vida: no saber qué hacer, no saber a quién preguntarle. así con el dentista, con el psicólogo, con el abogado. y elijo mal, muy mal, elijo profesionales de mierda. azar y supervivencia. no hay nada más. mis amigas se fueron lejos, pero se siguen atendiendo acá.

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“Dicho de otra manera: ahí donde Badiou ve un punto, podría haber (al menos) dos. Ahí donde se trata para él de decir sí o no (es en el fondo su definición del punto), la estigmatología auscultará más bien la fábrica de este punto para escuchar la puntuación redoblada de un sí (o de un no) que habrá dicho también y al mismo tiempo sí (o no) a la forma sí-o-no. En breve, lo que la Teoría de puntos de Badiou no teoriza es la puntuación como aquello que es siempre ya una sobrepuntuación. (Szendy 166)

ayer fui por segunda vez a la facultad con turno y no había nadie. igual había una chica que fue muy amable aunque estaba en otra oficina dijo que quizás podía ayudarme y así fue. hasta me dio la buena noticia de que casi cuatro años después pueden pasarme el seminario que cursé con grüner. ya lo había dado por perdido.

hablé con danny para que me corrigiera un texto en inglés. también fue amable y preguntó por la tortuga. y fue raro, como alguien que pregunta por algo muy remoto de mí, algo de lo que por momentos me olvido y ahora de repente es tiempo de alimentarlo y alimentarlo.

tenía ganas de ir a lobos, muchas ganas, pero tengo actividades acá el viernes y el domingo, así que le tuve que decir a flavia que no.

maría marta mandó de la nada un te quiero mucho y un mensaje de su hermana lamentándose porque se perdió lo del cck. me hizo reír.

días así tomándome de pequeñas cosas que dice la gente para sentir que del otro lado hay alguien.

quedaron un montón de remolachas hervidas en una olla, me las olvidé.

la presencialidad de ustedes.

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pasé el domingo poniéndole corazoncitos a peter szendy

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pude conectar tidal cycles con hydra y algo de eso me entusiasmó.

“que es necesario frasear para diferir el juicio. Es necesario narrar para espaciar la imagen a fin de temporizar su veredicto, es necesario contar cuentos para aplazar simbólicamente la cristalización del ícono de la ley imaginaria. Frente a la imagen, entonces, como ante la ley: es lo que dejarán ver numerosas secuencias del film de Welles” (Szendy 133)

fuimos al cumpleaños de fermín. todo el tiempo matías contaba cosas que me parecían inventadas. te parece eso porque cuento cosas maravillosas, decía. sí.

que xuxa apareció en brigada cola

que en el quijote de orson wells ves una hora y media al quijote con sancho panza, hasta que en un momento “entran” en otra película a través de una pantalla y aparecen en una ruta por donde pasa una moto y vos quedás desconcertadx porque te das cuenta de que son dos actores que se están por encontrar con orson wells para filmar una película sobre el quijote. y alguien dice “este actor me parece genial para sancho panza”, alguien que para vos había sido sancho panza toda la película.

que si pasás todos los seminarios de maestría y aprobás la tesis de maestría después no necesitás cursar ningún seminario más para el doctorado.

que los minions están inspirados en niños judíos con los que experimentaban los nazis y que son sercitos que buscan un amo.

que gabriela bejerman aparece en un video de leo garcía.

que el día que empezó letras recibió una carta de sábato que ahora está pegada en su cocina. eso fue fácil de comprobar y la leyó en voz alta, pero no me acuerdo qué dice. está escrita a máquina desde santos lugares.

después hablamos sobre el chico que se desmayó en el festival cuando luciana y mariano repetían mucho la palabra grito, grito, grito, grito. y cuando despertó dijo que le había hecho mal la música. prado contó que una vez fue a ver al teatro algo de danza contemporánea y pasó algo parecido. la bailarina estaba bailando desnuda y en un momento él empezó a escuchar que una chica en la butaca de atrás decía mami, mami. y era que su madre se había desmayado. interrumpieron la obra y prado dice que la bailarina se vio incómoda, como si se hubiera dado cuenta de que estaba desnuda. y después cuando retomaron dijo algo como ‘retomo del movimiento 4’ y repitió exactamente algo que ya había hecho pero que parecía una improvisación.

“Y la última imagen, la de la puerta de la Ley que se cierra, no está lejos de evocar, en lugar y posición de la tradicional palabra “Fin” (The End), un símbolo para el cierre de la imagen fílmica sobre sí misma, sobre la autonomía de su ley" (Szendy 147).

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hola. que onda todo esto? no te agobia tanto trabajo? debo admitir que es una obra hermosa, que habla de ti, de mi y de esa Fernanda que no termino de entender la historia. También me da miedo, es todo ingenieria social esto, Diego. Quieres jugar con mi mente, desde el inicio ha sido asi. Con qué fin?

sí me agobia tanto trabajo. ¿por qué Diego sería ingeniería social? n quiero jugar con la mente de nadie, pero si supiera quién sos y desde qué inicio quizás podría responderte con qué fin.

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Leo a Hegel en una nota al pie, dice que las consonantes son las percusiones de la lengua, que no pueden ser cantadas: son la interrupción del canto. Y dice que se puede pensar también al revés, la melodía como línea vocálica sería el revelo de la puntualidad percutora.

Cuando íbamos en el micro al Festival de Poesía de Rosario, Chicky escribió mi nombre en hebreo, con unos stickers. Estaba escrito con puras consonantes.

Cuando lo llevé a A. al hotel después de una de sus conferencias, en un momento se puso a hablar todo con la vocal ‘a’. No puedo explicar qué decía, me daba un poco de miedo, pero en algún punto parecía que cantaba. O gritaba. Él usaba “chiqui” como apodo cariñoso. Me gustan los apodos. Y me cuestan. Son una forma extraña del cariño.

Hoy fui a Funes a dejar unos papeles en Mesa de Entradas. Me los olvidé. Volví y me encontré con que era el día del Trabajador Universitario. Me habían dado un turno. Era mucho mejor cuando las cosas al pedo sucedían virtualmente. Después fui a ver a la Dra. Funes. Tengo que tomar una pastilla para el corazón, porque está acelerado y eso hace que la presión suba. Está siempre al límite. Vengo esquivando tomar la pastilla, pero creo que a partir de mañana la tomaré. Cuando me iba dijo “portate bien”. Me acordé del Dr. Castagneto, mi pediatra. Cada vez que un niño se iba, le decía “portate mal”.

A la noche fuimos a Las 40 Viejo Bar con N y E, un bar que nos recomendó Flavia. Estaba mi ex abogado. Primero me sentí mirada, después reconocida y después des-mirada. Estaba con tres viejos rancios. Y ya que este diario seguramente termine siendo el de las coincidencias rancias –no coincidencias sino en las cosas�� diré que se estaban tomando un vino San Telmo. Me perturba cómo en Tumblr todo queda escrito sin fecha y acá nomás están unos textos que escribí hace más de 10 años. No soy yo, no soy yo. Tampoco soy la FM que escribe sobre cine en La Nación. Creo que me iré a la página web.

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ayer comí unas frutillas tan ricas que me dieron sensación de irrealidad. dije eso y después lo googleé, para saber exactamente qué era. y terminé leyendo sobre despersonalización/desrealización, que era algo que me pasaba de chica y ahora un poco también. una alucinación común es escuchar que alguien te llama por tu nombre pero no hay nadie. y decía algo como que en verdad había que saber identificar que el nombre propio en realidad puede ser de alguien más. esto último seguramente lo inventé porque no lo encuentro. pero en todo caso, que escuches tu nombre no quiere decir que te están llamando. y hoy justo pasó que fuimos al pet-shop a comprarle comida a Merlina. con Diego tenemos una tradición que es ir a hacer sonar la vaca tira-pedos. es una vaca de juguete para animales que hace un sonido gracioso. y hoy la hice sonar y al instante escuché: ‘fer’. y dije: ah, seguramente un empleado se llama ‘fer’, esto no quiere decir ni que me estén llamando ni que yo esté teniendo una alucinación, entonces me quedé en el molde. en el sacabocados. pero disimuladamente me di vuelta y me di cuenta de que la que me llamaba era julia, una compañera de la escuela que es veterinaria. nos saludamos, fue súper simpática, todo bien.

después fuimos a tomar una cerveza a la fábrica de cheverry y había un pin-ball. compramos 4 fichas pero antes de que yo terminara la cerveza ya estaban cerrando. queríamos jugar. canté: ‘como monedas / tintineó su tema / la desilusión’ y dejé caer los fichines sobre la mesa. nunca había encontrado un contexto real para que esa frase de Silvio Rodriguez tuviera sentido. la cerveza estaba riquísima y tengo una teoría sobre los sabores intensos que estoy sintiendo que es: hay una cantidad de sabor en el mundo que tiene que ser sentida, y como el covid acabó con el gusto y el olfato de mucha gente, a otros se nos intensifica.

te imaginás sentir algo en esta ciudad? yo no puedo.

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informe de los días 2 y 3 de marzo sobre cómo responde el corazón: actividad normal

en 1994 un promotor de Solanas capturó a mi madre la subió a su camioneta e intentó venderle un tiempo compartido no puedo asegurar haber estado con ella sí que había caracolas marinas que trepaban los vidrios y que seguí con los ojos a un pájaro hasta que se fue de mi vista pero lo cierto es que nunca se fue de mi vista por supuesto mi madre no compró ahora puedo ver a ese hombre en su camioneta pasar de refilón cada vez que mi bicicleta se tambalea y no quiero que me atrape de nuevo porque ya es suficiente con este recuerdo viscoso y con no contar con otro que haya durado tanto y cuando mi bicicleta deja de tambalearse veo la puerta de entrada de un tipo especial de edificio de una mar del plata en los años ochenta en donde se replica el color de la rambla y un sillón demodé del color que imagino debía tener la rambla en el año en que se conocieron mis padres un color al que no me atrevería a llamar naranja y sin embargo en el hall de cualquier edificio de esta ciudad pero en esos años ¿es ese el lugar ideal para mi corazón? justo antes de entrar mientras un caballito de mar se ríe desde afuera arrastrado por un mismo viento y pregunto ¿empezó ahí y no pudo detenerse nunca? aunque nunca no es más que hoy y ese viento me lleva al único lugar de la ciudad que da ganas de sobrevolarla una calle empinada en la que descubrí algo de mi familia que sólo reconozco cuando lloro una manera de torcer la boca hacia abajo o de apretar los molares más íntimos aunque también está en otras mujeres -en elisabeth moss, por ejemplo y en algunos batracios- una calle empinada en la que discutimos sobre el título de ese libro me voy yo primera para que vos no me dejes nunca y si cobro velocidad estoy de vuelta en mi lugar de trabajo alguien pregunta seño, ¿mar es una preposición? no respondo y debería es la misma persona que llamaba a las palabras como a perros para reconocer sus sílabas tónicas una vez construyó una cebra de papel y yo la olvidé sobre el escritorio es el único corazón que rompí y cuando pienso que conozco esta ciudad de memoria aparezco otra vez en un auto y lamento que vos al lado mío hayas sido la única oportunidad de perderme y digo no existen treinta y seis maneras de mostrar a un hombre que se sube a un caballo sin embargo existen más de mil maneras de caer y existen más de mil maneras de mostrar a una mujer bajar y aun así prefiero estar sobre la tierra y si la tierra se mueve debajo de mí y la distancia repara la proximidad de los tiempos y como dice Eliot el tiempo siempre es tiempo y el lugar es siempre y solo lugar si además el cuerpo no es más que el cuerpo y para la ciudad no hay después ni modo de sobrevolarla si además están los diez mil motivos por que el tiempo nunca será tuyo entonces voy a desensillar / amar ciertas verdades así no me destruyen como que estoy volviendo a casa y el tiempo es compartido por definición y no llegué a escuchar lo que dijiste pero sonaba a: hacer pis en la tierra respetar la mirada perdida en el fuego del otro el corazón de A que ya no late el corazón corriendo de G de su casa a la mía cuando la derrumbaron el corazón de M atada afuera en la clínica mi corazón atado afuera R dice los pies R dice los pies son un corazón periférico alguien te va a enseñar a pedalear sin manos te va a decir sumá con el pulgar cada falange del índice + el medio + el anular + da doce x cada 1 de los dedos de tu otra mano = 60 (y por cada segundo que pasa el corazón le late) alguien te va a decir cruzá las manos sobre el manubrio no cruces museo del corazón del kamikaze no es poesía es la palabra dicha en el momento justo

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El día que Maitena murió, el auto había llegado a sus 40.000 kilómetros. Cuando lo estacioné esa mañana vi el número y sentí que era un momento poco épico para esos cuarenta mil. Más tarde cuando la llevamos en el baúl, y compramos una pala para enterrarla en Camet, el cuentakilómetros había pasado a 40.001. Ese día, también, recibí unos lápices suizos que había pedido por correo. Los probé uno por uno. Eran treinta y dibujé treinta cuadraditos. Diego dijo de ir a caminar y le dije que sí, pero que esperara, que quería probar todos los lápices. Cuando volvimos de caminar, Maitena ya estaba muerta. Diego lo dijo así: se murió Maitena. A mí no me gustaba su nombre. La había traído mamá en 2005, de la protectora de animales. La había visto en la peatonal y le había parecido muy simpática. Como si la hubiese elegido a ella de entre toda la gente que pasaba. La miraba y movía la cola. Y por eso decidió traerla. Además, habían entrado a robar hacía poco. Y para mamá esos dos hechos estaban conectados. Antes estaba Freddy. Ese nombre sí me gustaba, o al menos lo había elegido. Cada vez que nombraba a Maitena tenía que aclarar que su nombre había venido desde antes, que yo no había elegido nombrarla así. Algo de su nombre me acomplejaba. Y cuando recién vino no la quería del todo, o decía que no la quería. No puedo asegurar qué era lo que me pasaba exactamente. Pero sí recuerdo que en esa época yo no quería tener un perro. Y mamá conectaba los dos hechos –el robo, la muerte de Freddy– y por eso la había traído. En esa época yo –creo– quería tener un gato. Creo que fue Diego que me enseñó a quererla sin ningún reparo. No importaba cómo se llamara. Cuando Diego entró al quirófano en 2016, Maitena esperó en la puerta de la 25 de Mayo, atada a un poste. En un momento salí y la abracé. Tenía la lengua afuera y estaba muy agitada. El corazón le latía a mil. La abracé y pensé que en ese momento el corazón nos estaba latiendo a las dos al mismo ritmo. Afuera no había más nadie. No sé en cuántos kilómetros estaba el auto cuando mamá murió. Una vez Vane dijo que aunque estaban viejos, algunos animales seguían quedándose para cuidarnos. Hacía tiempo que ya no oía, pero si pudiera escucharme le diría: que quizás no podía quererla del todo al principio porque no me gustaba su nombre, pero que había aprendido a llamarla de otras maneras que me gustaba escuchar su voz que odio los lápices y haber dibujado esos treinta cuadrados que mi cerebro hace una cuenta instantánea cada vez que subo al auto (hace 340 kilómetros que Maitena murió) que ojalá no hubiera tanta muerte que ojalá pueda correr de noche en Camet, o nadar entre los cisnes blancos que ya no existen y que sí la quería que ahora Maitena es un lugar a donde ir.

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las cosas hacen sombras diagonales

nos reíamos de las balizas led de un auto de policía me quemaban los ojos la visibilidad disuasoria del crimen la labor de patrulla vos decías luz roja, aparta de mí ese infinito punto: la lluvia sobre nosotros y sobre los crímenes organizados el parabrisas en su máxima velocidad sirenas sobre el vidrio y los mensajes velados de la endogamia además, anteojos y el cerebro desorientado por las diagonales ya no sé cuánto más se estrellaba entre el mundo y tus ojos del otro lado los asientos de atrás, ningún respaldo pero se forma un mundo una persecución / maniobras armas como los rifles en munición o ciertas palabras pero nada: piensa en un poder que no tiene la desintegración de los cuerpos en un riesgoso modo abstracto

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a mar del plata

voy a escribirte ahora algo que no escribí en todos estos años aunque tenga ya aquí enterradxs a mis muertxs tanta lluvia con sol al arcoíris podrían devaluártelo no hay punto panorámico, no hay niño acento y qué si el tren llegara hasta el acantilado y no sólo mi mente, que saltó y no pudo volver es el lugar de donde se fueron todxs es el mar a donde no me animé a arrojar todavía a mi madre doblar en Edison a la izquierda mi primer beso debajo de la estatua de juan bautista alberdi no haber visto nunca el amanecer en todos estos años una tarde vino a morir una ballena quisieron volverla al mar además de espectáculo pero salió de nuevo doscientas toneladas de materia oscura arrastradas hasta un campo para enterrarla junto a un basural pasaron por tu casa ¿pensaste en las colonias de lobos marinos machos? dijiste mis cenizas tiralas en el bosque eso es en Miramar que sería otra ciudad pero lo anoto es la clase de cosa que podría olvidarme no sé si estaré viva ¿quién será el último en ver el cuerpo del otro? esas son las preguntas que trae mar del plata ciudad de mierda ciudad que mi madre eligió para vivir a los treinta años de la que no pude huir en treinta años sólo recuerdo una demolición en la manzana 115 y que en 1999 agregamos un 4 a los números de teléfono una ciudad en la que todo lo maravilloso siempre estuvo lejos o en mi cabeza me expulsa y le agradezco la peatonal debe ser linda si se la mira desde afuera sugiero imágenes satelitales hay una luz hermosa en mar del plata como si estuviera por extinguirse domingos a la tarde mar del plata jubilados a morir y lobos marinos a exiliarse mdp la comic sans del mundo tiempo actual 2 de diciembre de 1890 mar del plata conjunto vacío de departamentos sin alquilar pescado sin vender capital nacional de nada bueno campo con playa vampiro chupasangre donde todo porteño tiene un departamento y una ex mardelplata endogamia, sectaria y pelotuda mar del plata humedad hongos y cáncer mar del plata una garcha, pero a la noche refresca ¿es posible si al pasar por mar del plata me puedes mostrar la vida? mar del plata monstruo gigante que crece en mi cabeza cuando estoy en ella cuando no estoy en ella porque es mujer, eso sí, debe ser lo único bueno

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Sentada en esta parte de la mesa por la que discutimos hoy. No estamos viviendo en cualquier lado. Vivo acá desde 1996. La casa tiene para mí una historia y no es cualquier historia. Mamá ponía la radio fuerte y no me dejaba pensar. Entonces venían las discusiones. Construyó una habitación nueva para que me fuera. No podía bancarme verdaderamente afuera. Nunca pude habitar ese espacio. Demasiada humedad, demasiado frío, demasiado calor. Poca luz. Quise irme desde entonces. Ahora vos querés ocuparlo. Tu radio silencioso, quedarte acá. Es muy difícil que algo de mi deseo vaya en ese sentido. 

 Anoche en Alaska había dos pisos. Me gustaba porque cuando quería irme de uno, estaba el otro. También estaba ese espacio intermedio, pero nadie se queda ahí. Les gusta hablar a muchos de ese espacio intermedio, pero nadie quiere verdaderamente habitarlo. No sé por qué, capaz conduce a la locura.

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