vagabueno

[vagabueno]

¿Sabés lo que es el amor?

Pausita para anunciar que este tipo de mimo que escribo para vos; vuelve a la normalidad, después de un extenso bloqueo de pobre escritor aunque también, de unos días más sobrio y limpio.

Entiendo que muchas veces nos enseñaron que el amor es algo que se manifiesta en actos extraordinarios, como cuando el príncipe besa a la princesa hechizada, o cuando dos personas desnudan sus almas bajo la lluvia, eso es lo normal y lo que todo el mundo sabe del amor. Para la mitología es un angelito con alas que va flechando a la gente que quiere emparejar, para otros desafortunados es un tipo de fuerza sobrenatural que suele cagarles en la cabeza cada vez que hay oportunidad (a esa gente le llamamos "despechados") y así muchos más.

Nunca concebí el concepto del amor como algo disfrutable, luego de ver como uno debe pasar por procesos insufribles e interminables —hasta llegar a instancias judiciales— no quise que ese tal amor se me acercara ni a dos metros de distancia. Según decían, varias veces de mi vida se me había presentado ese chabón, pero nunca fue muy amistoso que digamos, sin embargo hoy estoy segurísimo que nunca lo conocí en persona. Desde mis ocho años que comencé a estudiar las relaciones de los demás, chismoseando o como fuere, en cualquier ámbito, el amor era un fantasma qué hacía notar su ausencia en todo lado al que yo vaya.

Hasta que un día apareció.

Yo no lo esperé, no lo pensé, no lo sentí. Estaba vestido bastante minimalista, sus cabellos color miel caían sobre su rostro como las hojas de los arboles en verano, haciendo juego con dos hermosos ojos del mismo tono que no se cansaban de examinar todo con detalle. No era muy alto como pensé, es un poquito petiso aunque no quiera admitirlo. Y su piel.

¡Esa piel angelical! Una vez entré en contacto con su sedosa superficie supe que no era del mundo de los mortales. Faltaba que le salgan alas de atrás y realmente creería que era cupido. Pero aún así, teniendo en frente a un hombre besado por el mismo sol, no pude reconocer al amor. Lo reconocí cuando me entendió, lo reconocí en su forma de mirarme, en su forma de escucharme y en su forma de quererme. En aquél ofrecimiento de alguna cosita dulce para apaciguar mi hambre, en aquellos chistes, en aquellas carcajadas que se asemejan cada vez más a un canto celestial.

Entiendo que el amor no es un concepto, el amor no es un trato y tampoco es un cuadro abstracto. El amor es una persona que se humilla a sí misma para permitir que el otro vuele, que el otro hable, cante, escriba y duerma, que coma y que sea transparente. Brinda confianza, brinda calidez, brinda bienestar. Jamás imaginé que el amor me incautara de una forma tan descarada como lo es cautivando mi alma, me atrae, hace y deshace como quiere con mi corazón porque así se lo permito. Porque así se lo entrego.

El amor sos vos. Vos sos mí amor, vos sos la pureza, vos sos la esencia y la virtud para amar. Solo en vos encuentro todas las piezas que me gritan a toda voz que el amor está a mi puerta, el amor está conmigo.

El tal amor duerme todos los días apoyado en mi pecho, porque aunque sin saberlo ya me tenía dentro de la jaula que tarde o temprano; me va a fusionar en él.

Me voy a fusionar en vos, mi amor.

[vagabueno]

Mi amor, dame un recuerdo esta noche.

Sólo me quiero quedar, tirados un rato en tu departamento.

Esta voz, sola se pierde en la noche.

Ahora te puede cantar, tirado en la cama de mi departamento.

[vagabueno]

¿Hay algo más loco que el hecho de que el frío me comience a parecer molesto?

A mí sí, porque hace muchos años me trasladé desde el fondo de Buenos Aires, un lugar con una amplia recepción del sol (+38 grados), al sur con el único fin de no sufrir más de ese odioso calor. Y es increíble porque ahora no me gusta pasar más de una hora sin sentir el calor que me brinda tu abrazo, el calor que me brinda tu compañía y la calidez que le das a mi hogar.

Vos sos mí hogar.

Lejos de mi está imaginar un mundo en que no aparezcas, o uno en donde nuestra historia no se haya desarrollado. En algún momento de la vida me empezaste a gustar, en otro me empezaste a encantar, y en otro te empecé a necesitar. Si me preguntás, no me canso de mirar tus ojos ni tu boca cuando hablás, porque me dan ganas de callarte de un beso pero no sé qué es mejor. Disfrutar de tus labios o deleitarme con tu hermosa voz.

La baba se me cae mientras escribo esto, que conste.

Entendéme, por favor. No es que no quiera dejarte en paz, pero comprendé que la paz que hoy tengo viene de vos. Palabras lindas cualquiera puede decir, pero mis palabras no son vanas y vacías, las saco de lo más profundo de mi alma. Lo digo por si pensás que no tengo otra cosa que hacer más que endulzarte; y sí, quiero sacarte una sonrisa al menos. ¿Estás sonriendo? ¿Si? ¿No?

Deberías, porque tu sonrisa es el sol más hermoso que me alumbró.

Me muero por verte desnudo, me muero por verte vestido, me muero por verte fuerte, me muero por verte vulnerable, me muero por verte feliz, me muero por verte triste, me muero por verte decidido, me muero por verte perdido. Me muero por verte, me muero por vos.

Hoy vi como una persona se arrancaba mechones de cabello por sufrir una pérdida. Yo me decidí a no perderme ni a perderte, porque el pelo sería lo que menos me importaría, me arrancaría el alma. Me arrancaría el corazón.

Aunque en este momento no lo tengo, es meramente tuyo y lo tenés en tus manos, yo te dije que quiero morirme en tus manos.

Todo de mi te pertenece, mi primer aliento de la mañana y mi último suspiro de la noche.

Soy tuyo eternamente, Dré.

[vagabueno]

Bueno, hoy comienza la temporada de cartas.

Estaba pensando en hacerlas a diario y dejar que veas la cuenta cuando quieras, o directamente "dártelas" cuando cumplamos el tiempo que sea, sinceramente me da igual porque a todos nos sirve que nos recuerden cuanto nos aman y la idea de estas cartitas es esa.

Mis días, desde que te conozco, se dividen en dos facetas. Primeramente ser tu novio y después ser Gian con el resto del mundo, porque antes cuando no hablábamos o siquiera tenía noción de tu existencia; creía que mi vida era divertida-feliz-plena y entre otras cosas. Sin embargo qué equivocado que estaba, porque hoy siendo el Gianlucca de todos los días, la ausencia de tu voz o de tu contacto físico en el correr de las horas me desgarraba el alma.

Ya sé, por ahí suena re gede pero estoy siendo honesto porque no hay nada mejor que desahogar lo que uno no manifiesta con nadie. Solo Dios y yo sabemos lo mucho que mi corazón te anhela. Pero en fin, te busqué en todos los momentos y lugares para poder tener aunque sea la esencia en vos un poco. Así que felicitáme, porque pasé en la ruta y vi la bandera de River, te recordé y sonreí como un pavo... a vos te parece... con la bandera de River...

¿Es muy romántico de mi parte? Obvio.

¿Me hace sentir como un jeropa? Sí.

Y es lo mínimo que te merecés. Que gobiernes mi cabeza como si fueses Dios, que tengas por entero mi vida es algo de lo que sos merecedor porque te juro que me encantás. Te juro que estoy completamente rendido ante vos, ante tus ojitos hermosos, ante tu boca mega peligrosa, ante tus cálidos brazos y tus embriagantes piernas. Ante tu puro corazón, estoy rendido como un soldado caído en batalla porque no gané la guerra. Me enferma escucharme tan embelesado por alguien y me enerva la sangre haberme permitido amarte, aunque eso esté cambiando con cada día que pasa.

Hoy me dejaste en claro que somos dos gatos mimosos, por más que haya renunciado a mi vida de gato; me convertí en uno dedicado a su omeguita. Elijo dedicarme a vos, tengo la suerte de poder tenerte como pareja y necesito mucho cuidarte en todo lo que esté a mi alcance. Porque si no lo está; me voy a determinar a alcanzarlo.

... y así con la carta.

¿Habrá algún límite de palabras? Igual no me son suficientes para contarte todo lo que causás en mí, o para contarte lo pleno que me hacés sentir.

Viniste a cambiarme, viniste a llenarme, viniste a hacerme dar cuenta que no todo estaba destinado a no-ser.

Porque vos estás destinado a mí-ser.