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The Tumblr office adopted Tommy, an 11-year-old Pomeranian.
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Llegar al último año de la década de mis 20’s pareciera como si fuera un suceso extraordinario. Y efectivamente lo es.
A partir de ese recordado 23 de octubre, los cumpleaños se han vuelto diferentes, ahora los disfruto más. Y los disfruto a mi manera, a veces solo o a veces con mi familia, pero eso sí, sin deja de agradecerle a Dios por la oportunidad que me brinda de seguir con vida.
Y continuaré. Seguiré consiguiendo mis sueños. Porque estoy en la mejor época de mi vida y se vienen muchas cosas buenas. Así que aquí vamos a comernos al mundo entero.
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“Te hubiera”
Eres lo que siempre esperé y aun así, no fuiste para mí.
Te hubiera querido hasta el final de los días. Te hubiera preparado el desayuno, mientras escucháramos a Cole Porter y te platico de los miedos de mi infancia. Te hubiera escrito cartas a letra cursiva, o con mi máquina de escribir. Te las dejaría en las hojas de los libros que lees. Y te las recitaría todos los domingos en la mañana. Te hubiera acariciado el cabello, mientras me platicas si alguna vez tuviste una mascota. Y después te mostraría todos los cuentos que he escrito en donde tú eres la protagonista. Hubiéramos caminado bajo la lluvia, algunas veces con la sombrilla amarilla, otras veces no. Hubiéramos brincado en los charcos y también bailado. Te recordaría lo afortunado que soy de ver tus ojos. Hubiéramos observado las estrellas desde mi techo y empezaría a contarlas, sólo para regalártelas. Te relataría las historias de amor con líneas, y de seguro te reirás de mí. Y yo estaría encantado de observar tu bella sonrisa. Te escribiría canciones, aunque nunca te las cantaría porque mi voz es horrible. Y te regalaría un libro al mes y lo leeríamos juntos. Y hubiéramos viajado. Hubiéramos caminado por las calles de Ámsterdam, mientras planeábamos llegar a Bruselas en la noche. Después, atravesaríamos el continente para llegar a Colonia, sólo para observar su hermosa catedral. Nos hubiéramos tomado fotografías para luego enmarcarlas. Hubiéramos hecho un álbum repleto de nuestras aventuras. Y tomaríamos café, mientras armamos un rompecabezas de los Beatles. Te hubiera observado cada mañana. Tendríamos noches fantásticas, algunas con té o vino, otras jugando scrabble y por qué no, algunas llenas de música de boleros o de heavy metal. Te llevaría al bosque y al mar. Pondríamos un corazón en la arena y nuestros nombres dentro de él. Hubiéramos paseado en bicicleta. Y algunas veces a pie. Visitaríamos las librerías de la ciudad, mientras me platicas los programas favoritos de tu niñez. Hubiéramos caminado descalzos sobre el pasto. Y nos recostaríamos. Y veríamos las nubes pasar, mientras imaginamos qué figura podría ser cada una de ellas. Te hubiera besado por el resto de mi vida. Y te hubiera regalado un teorema. Y todos los días de mi vida. Te hubiera amado una eternidad.
Fuiste lo que siempre soñé y te quedaste en eso, en un sueño.
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La chica del cabello oscuro
“Si lo deseas, ¿querrías venir conmigo? Al lugar de esta ciudad en el que los deseos se vuelven realidad” Nagisa Furukawa en Clannad, 2007.
Es la primera vez. El nerviosismo me acompaña. No sé nada de ella. Sólo que el color de su cabello es oscuro. El tiempo pasa, por ahora, mucho más lento que de costumbre, y pese a ello, no me desespero. Sucede todo lo contrario. Tengo muchas expectativas. Esas mismas que pueden ser tan dañinas. Aunque las ignoro. De pronto, la veo caminar.
Su bello su rosto se ilumina con el andar de sus pies. Estoy en shock. No he pensado cuál será mi reacción. Sólo sé que soy muy afortunado de este momento. Vacila un poco. A continuación, el momento se paraliza. Empiezan las primeras palabras. Es la chica del cabello oscuro. Y es un privilegio charlar con ella.
Inmediatamente después, caminamos. No lo puedo concebir. Pareciera que es una gran ilusión. Estoy tan emocionado, como hace demasiado tiempo que no me sentía. No hallo manera de describirlo. Empiezo, aunque de modo no tan evidente, a contemplar su belleza.
Y poco a poco, comienzo a notar lo fluvial que podría ser esta historia. Me percato de sus grandes virtudes, y también de sus carencias. Y ahora estoy más seguro que nunca, quiero ser parte de ellas. Aunque la chica del cabello oscuro, no es lo busca.
Por lo tanto, tengo que aceptar que esto nunca sucederá. Que este bello sueño, sólo se quedará en eso. Que por un instante creí que por fin había conocido a alguien. A alguien distinto. Sin que nada me relacionara con ella. Pero no es así. Un fracaso más se suma a la lista
Seguiré esperando.
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Cuatro (escrito en 2010)
Hoy el día ya no amanece como antes, el sol se dibuja diferente y desde hace algún tiempo la sonrisa en mi rostro se muestra muy a menudo.
Por un momento, la vida me envuelve de felicidad, mostrándome al mundo como una persona grata y afortunada. Sin esperarlo, sin imaginarme, y de un momento a otro, el destino me pondría una increíble sorpresa: el que tú llegaras a mi vida.
Como siempre el destino me pone pruebas, en las cuales triunfo o sucumbo, pero ahora la única victoria que tengo y que disfruto mucho es haber conquistado tu corazón.
Ahora ya no me imagino una noche en la cual yo duerma y no sueñe contigo, ahora ya no creo en algún momento en el cual no piense en ti, ahora ya no dislumbro un día en el cual yo te abrace y sienta tu cariño, y que me demuestras cuanto me quieres con el simple hecho de sentir tu rostro cerca del mío.
Hoy tu mirada me muestra montones de palabras, palabras que me hacen sentir de forma maravillosa, que traspasan los sentimientos y llegan hasta el alma, que pintan de colores la vida y me llenan de felicidad el corazón.
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Estático
La mayor parte del día, estoy aquí, sentado frente a la computadora. Algunas veces lo gozo, y en otras, lo repudio con todo mi corazón. No saben la cantidad de escepticismo que cargo en cada una de mis manos cuando escribo. Volteo hacia arriba, a un lado y en dirección contraria. Y ni siquiera sé que es lo que busco. Tal vez alguna deidad que me auxilie con este cúmulo de esfuerzo. Pero no aparece. Reflexiono sobre mi soledad y hasta que arista del horizonte me ha llevado.
De pronto, comienza la rutina nocturna. Subo por el pijama. Me retiro cada una de las prendas que usé durante todo el día. Me pongo el pantalón, y rápidamente, llevo la playera hacia mi tronco. Lo hago lo más rápido posible, porque no me quiero percatar de mi cuerpo. Me aseo la boca. Y finalmente me sumerjo en mi cama, sólo para complacer a los brazos de Morfeo.
Y al día siguiente, es prácticamente lo mismo. Me desespero. Quiero salir. Quiero conocer. Pero sé que tengo que sostenerme en este rumbo. El que yo elegí. El que yo quise y del que saldré avante. Y avanzaré, avanzaré, avanzaré, para ya nunca más detenerme. Pero por el momento, me mantengo aquí. Firme. Con la vista en la computadora, con el objetivo solamente de continuar con mi aventura. Con la travesía. A la que se han sumado personas, y otras más se han quedado. Y lo agradezco. A veces río a carcajadas con ellas, en otras tantas lloro un poco. Lo celebramos. Disfrutamos del café de las mañanas. Platicamos. Hablamos de su vida personal. Y de lo académico. Inmediatamente después, todo permanece intacto. Un ruido entorpece la situación. Es la alarma. Es hora de partir. Tengo que abandonarlas. Continuo con mi vida.
De vez en cuando, hay días diferentes. Llenos de muy buen humor. De diversión. Con muchas risas provenientes de niños. Aunque también son de trabajo duro. De intensidad por poner atención a cada situación. Y les ayudo. Espero que aprendan. Que no permanezcan en la ignorancia, como yo estuve por mucho rato. También hay días en donde se aprende. En donde se intenta. Hay días en que maldigo el haber existido, y hay otros en donde me libero. Donde me siento tan pleno. Tan lleno de energía como para realizar cualquier tipo de actividad.
Y es que soy una persona libre. Viva. Qué goza, pero que también lamenta. Y que día a día, busca crecer. Satisfacer cada aspecto de la vida. Y hoy más que nunca, estoy listo. Estoy preparado. Porque lograré seguir avanzando. Aunque de momento me mantenga estático. Pero siempre pensando, en que pronto estaré a un paso más cerca del próximo acontecimiento.
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LA FORTALEZA DE LA SOLEDAD
Mi tranquilidad es soledad.
Mi mirada en el espejo es soledad.
Las palabras al aire que digo es soledad.
Mi presencia en la barra del café es soledad.
Los libros que sólo comparto conmigo es soledad.
Las cartas sin destinatario que escribo es soledad.
Las tardes en que contemplo el cielo desde mi azotea es soledad.
Mis caminatas que realizo es soledad.
Los lugares a donde voy es soledad.
Las canciones que sólo yo escucho es soledad.
Las fotos que tomo donde sólo yo salgo es soledad.
Los mensajes que no contesto es soledad.
Mis nulas notificaciones de mi teléfono es soledad.
Los conciertos a los que asisto es soledad.
El diseño que hice de mi oficina es soledad.
El lugar donde sólo yo vivo es soledad.
He construido una gran fortaleza de la soledad.
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Este año, el destino se encargó de que viajara por una parte del mundo. Este año cumplí el sueño de conocer otros países. Ya estuve en 5 distintos a México. Y no tengo palabras para describir lo emocionante que han sido estas experiencias para mí.
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¿Qué está pasando?
He luchado contra esto toda mi vida. En miles de sitios no he encajado y ha sido muy difícil sobrellevar eso. Fue hasta la preparatoria en donde me sentí bien con un un grupo de amigos, pero eso duró poco, y aunque nos seguimos viendo, las cosas nunca serán igual. En un intento por no estar todo el tiempo en la soledad, tuve diversas relaciones amorosas. En todas fracasé. Y en la mayoría de ellas, yo tuve la culpa de que se terminaran.
Hasta hace poco creí haber encontrado a la persona correcta. Todo iba bien al principio, pero poco a poco perdoné acciones que no debí perdonar. Tus fotos que mandabas a otras personas por whats. Cuando decías que estarías conmigo y mis amigos en mi cumple años y nunca llegabas. Cuando no me podías creer que estaba tu tesis en mi librero. O todas las ocasiones que me tratabas de tonto por simplemente tener una duda.
No sé si estaba pagando algún tipo de karma. Pero sabía que no quería eso, pero por no estar solo, aguanté cada una de esas cosas. Hasta que llegó mi error. Aquel que todo el mundo sabe y recuerda. Del que te diste a la tarea de mencionarlo por tu red social. Me equivoqué y asumí la consecuencia de esos actos. Se acabó todo.
Y otra vez regreso a este lugar. Del que he disfrutado, pero también he sufrido. Este lugar que fue mi acompañante por mucho tiempo cuando Y se fue. Y qué pensé que no iba a volver jamás. Y no sé si lo vaya a soportar. No sé si lo voy a tolerar. Cada vez es más difícil. Está soledad me va a quemar vivo.
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