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Noruega
Sobre Oslo, Noruega y el Ártico desde Madrid Con Javi y Andreu, once días de otoño de 2018
Vaya por delante que es S. quien me alienta a escribir porque no siempre no es no. Así que al tajo.
Oh, que cansat estic de la meva covarda, vella, tan salvatge terra, i com m’agradaria d’allunyar-me’n, nord enllà, on diuen que la gent és neta i noble, culta, rica, lliure, desvetllada i feliç! El poema es de Salvador Espriu, claro. Y más vigente que nunca.
En mi tierra se aúlla ¡a por ellos, oé! cual hordas de lacayos indisciplinados. En Noruega las personas, los hombres y las mujeres, no se saludan, tampoco se miran ni se escudriñan con la mirada, no se invaden el espacio y velan por el silencio, ese silencio que no es el nuestro. Se respetan.
En Noruega siempre atardece. Siempre se ilumina con la luz del ocaso, esa luz brillante y definida que, como nuestras vidas —superadas las cincuenta primaveras, añora la poesía y el cristal soplado, los fiordos profundos y las negras aguas del Mar de Noruega.
Aurora era morena y de piel trasparente. Poseía una belleza delicada, sofisticada e inalcanzable. Su mirada era profunda, triste y sus ojos era verdes, como la luz de las auroras. Era mujer de pocas palabras, tímida, melancólica y misteriosa. Hacía segundo de BUP, un curso más que yo. Creo que jamás me llegó a ver. Entonces descubrí las auroras y decidí que algún día las viviría.
Nordland es un territorio para la introspección. Ahí no se suman los años, ahí se restan los días, las horas y los minutos. Ahí, el silencio envolvente de la nieve se funde con el de la noche y ese con la magia de la aurora. Mientras, las frías aguas árticas vierten la vida y la muerte en una playa forjada a base arena que fue roca y de las conchas que una vez fueron bivalvos. Cuando la noche se tiñe de luz sé que mi vida no es en vano. Sé un día seré aurora en algún lejano planeta y quizás, quizás, ilumine a alguna alma durante el solsticio de invierno de ese mundo desconocido. Y es en ese preciso instante, cuando el frío aliento de la muerte que algunos notamos en nuestro cogote y el absurdo del caos cobran sentido, es entonces y sólo entonces, cuando entendemos el verdadero significado de la felicidad y de la belleza de lo efímero.
“cae la nieve lánguidamente, sobre todos los vivos y los muertos” Joyce ¿Quién sino?
Más.
En aquellas tierras árticas no se ostenta: ostentar es tan vulgar como lo es robar y envidiar. Lo elegante, lo que de verdad les hace nobles y tan mágicos como su aurora —que es mi Aurora, es su ingenuidad.
Ahí, en el norte, las águilas marinas —los pigargos europeos— sobrevuelan los fiordos con sus colas blancas bien abiertas en busca de algún arenque que desayunarse, mientras, aquí en mi tierra, los milanos y los buitres otean el horizonte en busca de alguna carroña por la que pelearse.
Mientras aquí nos pegan con porras y nos encarcelan, en Oslo tratan de no odiar a Anders Breivik, porque el odio destruye la vida del que odia y no la del odiado. Los noruegos son libres porque son cultos, y son cultos porque construyen escuelas y bibliotecas donde nosotros construimos aeropuertos, autopistas y trenes de alta velocidad.
En Noruega no hay policías, los noruegos son ricos y libres, despiertos y felices. Tampoco hay semáforos, ni vallas publicitarias, ni torres eléctricas.
Escribo estas lineas desde Madrid, ciudad joven y cosmopolita, impetuosa, grande, pomposa y pretenciosa, el Madrid de las grandes avenidas de mil carriles, del bullicio, del ocio, del molamiento y de la diversión. Por contra recuerdo aquél rectángulo de mármol negro, sobrio y limpio, con setenta y siete nombres inscritos en él y imagino tantas lágrimas derramadas. Aquel Oslo aburrido, serio y provinciano, celoso de sus secretos y de sus gentes, de su atentado, de su petróleo y de sus antiguas penurias; aquella ciudad discreta y sabia, recóndita y silenciosa. En las dos ciudades hay unLuís Vuitton y estrellas Michelin pero donde unos buscan su reconocimiento, los otros encuentran su identidad.
Noruega son un millón de islas y es una. España pretende ser sólo una y es un millón. Cuando sea mayor no seré noruego, pero sabe Dios que me hubiese encantado serlo.
Car sóc també molt covard i salvatge i estimo a més amb un desesperat dolor aquesta meva pobra, bruta, trista, dissortada pàtria.
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La vista desde las últimas filas. Neil Gaiman 2017 Ciencia ficción.
La ciencia ficción explica el presente en el que fue escrita, porque el futuro se conceptualiza desde la proyección de ese presente ya prescrito.
La ciencia ficción no solo especula sobre el futuro, lo hace también sobre el pasado y sobre el presente y ambos se proyectan, como el futuro, desde aquel tiempo que no volverá a ser. Ese presente ya prescrito.
Todos hubiéramos tenido que leer ciencia ficción en los años en los que lo deberíamos haber hecho. Los días pasan y los años pasan, y no suelen volver.
Quiero decir que Neil Gaiman es bueno, muy bueno. Y que la ciencia ficción mola.
“Y me respondió: «Bueno, verá, durante años hemos estado haciendo cosas maravillosas. Fabricamos vuestros iPods. Fabricamos teléfonos. Los fabricamos mejor que nadie, pero son ideas que no se nos ocurren a nosotros. Ustedes nos traen cosas y nosotros las fabricamos. Así que viajamos por Estados Unidos y hablamos con la gente que trabaja en Microsoft, en Google, en Apple, y les hicimos un montón de preguntas a las personas que trabajan en esos sitios sobre su vida privada. Y descubrimos que todos ellos habían leído libros de ciencia ficción en su adolescencia. Así que pensamos que podía ser algo positivo».”
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Conferència “L'escola de la vida”
Nuccio Ordine, 2018 Non di solo pane vivrà l’uomo. Adoctirnándome con #nuccioordineFMTE. El Profesor Nuccio Ordine, por obvio y por apasionado, nos ha hecho pasar un buen rato en el auditorio de la Escola Frederic Mistral, donde ha puesto negro sobre blanco un hecho irrefutable: donde haya un buen profesor y un buen libro, que se quiten los toros. Yo he tenido la suerte de tener dos profesores excepcionales, ambos de letras y ambos de la pública. Manuela además de trotskista —1979, época en la que, como hoy, se temía ir al trullo por las idea políticas— era la profesora de Literatura Española de segundo de BUP del INS Vall d'Hebron. Se pasó el programa académico por el forro (revolución permanente y tal) y dedicamos el curso entero a destripar un relato de sesenta páginas: El Túnel, de Ernesto Sábato que, por cierto, no era español.
Con ella y por ella me enamoré de la literatura y, por extensión, de los libros. —La literatura, por favor, en papel. El Profesor Herranz no creo que fuese trotskista, su genio y su pasión eran tales que cuando hablaba de Marx era marxista y cuando lo hacía de Santo Tomás era escolástico. Fue el profesor de filosofía de COU del INS Sant Josep de Calassanç, y el que más influyó en mí. Usaba americana y corbata mientras que yo pelo largo, pendiente y tejanos rotos. Debía rondar los 65 cuando nos impartía sus clases magistrales sobre Nietzsche o Hegel mientras yo sentía como mis neuronas se conectaban como nunca antes lo había notado.
Con el Profesor Herranz cambié, creo que a mejor. Con él y por él me enamoré de la filosofía y, por extensión, de la ciencia. Esos dos profesores son, de alguna manera, mis Louis Germain, ese profesor de Albert Camus que el Profesor Nuccio Ordine citó ayer en su conferencia. Luego, en la escuela de ingenieros, también tuve buenos profesores, pero ya no fue lo mismo. Aprofito l’ocasió per agrair, una vegada més, a la Professora Stefania Fantauzzi @stefantauzzi les inoblidables classes d’italià que ens va impartir, i els meravellosos records que ha imprès a la nostra memòria. Sense les seves lliçons mai no hauria estat possible gaudir dels matisos de la conferència. Una vegada més, on hi hagi un bon professor, que se quiten los toros. ACTUALIZACIÓN (21/03/19)
Recientemente, por una extraña coincidencia gastronómica, coincidí en un restaurante con el Dr. Francesc Solé Parellada (ahora Paco), profesor de Economía en la Escuela de Ingenieros Industriales. Francesc era, y es, un gran comunicador y excelente profesor.
No era fácil dar clases de Economía en la ETSEIB: ahí la economía se considera una materia menor. Él consiguió interesarnos a muchos por tan despreciable ciencia y nos hizo descubrir a Samuelson, a sus cañones y a su mantequilla* (también nos hizo descubrir a John Kenneth Galbraith, pero sólo unos pocos lo leímos)
De él tomé prestada la expresión “parlar de crisi mentre li fotem queixalada a la llagosta” que me ha acompañado los últimos treinta y cinco años.
Con el Catedrático (y Doctor) Parellada me interesé por la economía y, por extensión, por el dinero.
Y de nuevo, donde esté un buen profesor, que se quiten los toros. * Corolario a la parábola de los cañones y la mantequilla aquí.
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Shopping bag Toscana, 1998 Xavi Mariscal, de Estudio Mariscal.
Voy a contaros una historia. La historia de la shopping bag que diseñó Xavi Mariscal para Toscana.
Una vez tuvimos una empresa que se perdió como lágrimas en la lluvia (Roy Batty, Los Ángeles, noviembre de 2019). Se llamó Toscana y, creo, hizo felices a muchas mujeres durante los más de 25 años que existió.
Al tajo.
Corría el año 1998 y por aquellos entonces ya no trabajaba para @apple, Barcelona era España (y no Tabarnia) y Pujol —al que jamás voté, yo no votaba a nadie.— mandaba mucho en Cataluña y algo en España. Buenos tiempos para la lírica.
Xavi Mariscal @mariscaloficial era la estrella del starsystem del diseño en Barcelona. El puto creador de Cobi, la mascota de Barcelona’92, la mejor de la historia de los Juegos Olímpicos. Aquella de la que en 1992 @nherre me regaló su versión en 3D, fabricada en aluminio por @pilmabcn
Yo, que soy infinitamente más joven que él, ya le leía en Star y en el Rrollo enmascarado. Aunque prefería las historietas de Makoki, de Gallardo y Mediavilla, sentía una gran devoción por toda la peña de aquella Barcelona underground de los 80s, y también por Xavi. Así que, con dos cojones y después de contratar a Fernando Salas @salasstudio para el diseño y ejecución de la tienda de El Triangle, me dispuse a llamar al Estudio Mariscal para que nos diseñaran nuestra shopping bag.
El presupuesto fue inhumano, desorbitado, absolutamente impagable para nosotros. Ni Ari @ariadnaballester ni yo podíamos aceptar una derrota, rondábamos los 30 y claro, mordíamos… Encima nos habíamos comprometido con la dirección del Centro Comercial El Triangle que, además, eran los gestores de L’illa, el fuckin' centro de peregrinaje de todo el pijerío de Barcelona y una fuente de ingresos nada desdeñable para nuestra economía. Mariscal tenía, y sigue teniendo, su estudio en Paloalto. En Paloalto, cuando el PP era AP y creo que no pintaba mucho, la cannabis sativa crecía en muchos de los parterres del polígono y estaban ahí también Félix (de Equipaje Barcelona), protegido de Sergi Amat (de Vinçon, ahora Inditex), y Fernando Salas, y unos diseñadores de packaging de cuyo nombre no consigo acordarme, y otros mil tíos enrollados más… Eso.
Armados de mucho valor y poca vergüenza, Ari y yo fuimos a su estudio a explicarle que no podíamos pagar aquella cifra astronómica, ni una mucho menor, pero la queríamos, necesitábamos su bolsa. Él nos dejó fijar el precio que queríamos pagar, que resultó ser una ínfima parte de la que nos presupuestó en un inicio. Sólo nos pidió que, a cambio, le dejásemos incluir su URL en la bolsa (¡era el año 98!) y además se ofreció para estampar su firma en ella.
Nos autorizó el uso de su diseño para tres años. La utilizamos todo el tiempo que quisimos. Jamás recibimos ninguna carta de ningún abogado.
Con Fernando Salas volví a coincidir en algún proyecto. Con Xavi no, sólo hablé con él aquel día en su estudio. Sé que Xavi y Fernando son dos buenas personas, brillantes ambos, y es para mí un honor haber compartido mi tiempo con ellos.
Así fue como Xavi Mariscal diseñó la shopping bag de Toscana.
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Quesos a contraluz | 1
Blue Stilton. Derbyshire, Leicestershire y Nottinghamshire, Inglaterra Azul (Penicillium roqueforti). Leche de vaca pasteurizada. Sin prensar.
The king of cheeses.
Sólo seis queserías, situadas en alguno de los tres mencionados condados, pueden producir el azul marfil Stilton.
Colston Bassett Dairy Cropwell Bishop Hartington Creamery Long Clawson Dairy Tuxford & Tebbutt Creamery Websters Y basta.
Le debemos al señor Cooper Thornhill, de la posada Bell Inn en Stilton, el conocimiento de tan preciado queso, que junto al Cheddar Montgomery, es el mejor queso inglés que me he zampado. Y uno de los que más me gusta.
When all seems lost in England, there is still Stilton, an endless after dinner conversation piece to which England points with pride. Robert Benchley, humorista estadounidense. [Cuando todo parece perdido en Inglaterra, todavía queda Stilton, que Inglaterra señala con orgullo en las interminables conversaciones de después de cenar]
Sir Winston Churchill le hinca el diente al queso sentado en su viejo chester con su copa de Pol Roger vacía, mientras medita sobre los razones de la guerra: “No lo olviden, caballeros, no es solo por Inglaterra que luchamos, es por el Stilton”.
El Blue Stilton tiene dos hermanos, el White Stilton y el Stichelton, este último elaborado con leche de vaca sin pasteurizar y tan interesante como el propio Blue Stilton.
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La ortodoxia recomienda acompañarlo con un oporto*, pero yo quizás prefiera hacerlo con un sauternes o un champagne. *Me reservo el oporto para beberlo sólo —o con chocolate, a lo sumo— y acompañado de una buena conversación o, en su defecto, de un libro encuadernado en tela.
Otro placer del Stilton es degustaro en familia. Que Carlota prepare las tostadas caseras con una pequeña porción de queso —le toleramos que lo unte— y nos las dosifique, sin prisa pero sin pausa, mientras Cesc intenta conseguir que aumente la cadencia del suministro.
http://www.stiltoncheese.co.uk// http://www.stilton.org/wp-content/uploads/2013/08/The-origins-of-Stilton-cheese.pdf
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Café Turó. Romain Fornell, 2013 —Abierto cada día de 8.00 a 24:00. Tenor Viñas, 1. 08021 Barcelona T. 932006953
El Café Turó es un ejemplo de conservación de un símbolo de la ciudad, de nuestra historia y de su legado. Esta vez, otra, la solución ha venido de alguien que viene de lejos. De Romain Fornell, llegado de Toulouse.
Nadie como los franceses valora su cultura —que es la nuestra—, su historia y sus instituciones. Deberíamos aprender de ellos —que somos nosotros— a prescindir de esa autocomplacencia tan chava que prefiere el Starbucks al Zurich o Le pain quotidien a nuestros bares, para valorar en su justa medida estos iconos como el Bar Turó en los que tanto esfuerzo y talento se ha invertido; y defenderlos para evitar que se pierdan como lágrimas en la lluvia.
El café es un lugar para la cita y la conspiración, para el debate intelectual y para el cotilleo, para el flâneur y para el poeta o el metafísico con su cuaderno. Está abierto a todos; sin embargo, es también un club, una masonería de reconocimiento político o artístico-literario y de presencia programática La idea de Europa. George Steiner
El Bar Turó es ahora el Café Turó. Evolucionado y un poco agabachado sí, pero no ha perdido la esencia de lo que siempre ha sido: un punto de encuentro del pijerío de Sarrià. Un café, una terraza para ver y ser visto, para charlar y tomar una tapa a cualquier hora del día o de la noche. Y un servicio con oficio y discreto, como mandan los cánones.
Por arte del chef Romain Fornell, en el Café Turó se come unos de los mejores steak tartares de Barcelona (con la venia del Vivanda, claro) o un Bacallà amb mongetes de Santa Pau excepcional. El pan y la mantequilla también son de pecado, a pesar de que estos no encajan demasiado en mi dieta actual, de naturaleza algo más ancestral.
Gracias Romain.
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Durante algunos años Romain Fornell preparó en el Caelis la escudella i carn d’olla con la que los Cassaques Vermelles cerrábamos el año. Hoy esta misma escudella la prepara otro gran conservador de nuestros símbolos: Josep Maria Freixa, del Freixa Tradició.
http://romainfornell.com/cafe-turo/ http://www.dissenyados.es/diseno-y-decoracion-cafe-turo/
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Voyage d’Hermès. Moebius, 2011 Més aquí.
Les obres d’en Jean Giraud AKA Moebius sempre m’han fascinat: des de les historietes del ‘Teniente’ Blueberry fins a The Incal i la portada del disc de Jimi Hendrix (Are you experienced/Axis: Bold as love), passant per les seves col·laboracions a Alien, Blade Runner o Tron.
Els dibuixos que va fer per Voyage d’Hermès senzillament m’hipnotitzen. M’al·lucinen.
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Independencia, independència. Homo Sapiens, desde la noche de los tiempos.
El derecho a la independencia, como a la libertad o a la individualidad, deberían ser, y de hecho son, inalienables. ¡Faltaría más!
Hay que ser un tarugo para no desear ejercitar este derecho y muy perverso para vetárselo a alguien.
Yo soy profundamente independentista: quiero independizarme de España y tambien, por supuesto, de Cataluña.
El segundo problema es por tanto… ¿cómo quedar a merced de algo que uno mismo ha puesto en marcha?, ¿cómo lograr ser autónomo de uno mismo? Para que se me entienda mejor en este contexto… ¿cómo independizarse de España y a la vez y con mayor urgencia, de Catalunya? —Raimond Chaves
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Jefferson Airplane. Paul Kantner y Signe Anderson 1948-2016; hoy, 28 de enero
Jefferson Airplane; Paul Kantner, Grace, Jorma y un poco Signe; Volunteers, Lather y White rabbit son parte de la Banda Sonora de mi vida. Y ahora, esos viejos hippies se largan, llevándose consigo otro pedazo de mi eterna y psicodélica juventud.
Rest in peace, Paul y Signe, os lo deseo de todo corazón.
http://www.abc.es/cultura/musica/abci-diez-temas-jefferson-airplane-homenaje-paul-kantner-heroe-guitarra-psicodelica-201601291747_noticia.html
https://www.sopitas.com/577157-fallecen-el-mismo-dia-signe-anderson-y-paul-kantner-miembros-de-jefferson-airplane/
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Paraules d’amor. Sílvia Pérez Cruz, Toti Soler y Joan Manel Serrat, 2012
Amor. Más amor. Mestizaje i indepèndencia.
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Quesos a contraluz | 2
El pequeño Saint Marcellin Dauphiné. Isère, Drôme y Savoie. Occitania, Francia Vaca. Pasta blanda sin prensar. Corteza fermentada
Le Saint-Marcellin est un fromage à pâte molle, égouttée, ni cuite, ni malaxée, ni pressée, légèrement salée. Fabriqué avec du lait entier, il renferme au minimum 45 % de matière grasse rapportée à la matière sèche. La forme est cylindrique, le diamètre au début de l’affinage est approximativement de 90 mm. On compte de 8 à 12 fromages au kilogramme. Il est fabriqué avec du lait de vache, mélangé ou non d’une proportion de lait de chèvre, suivant les saisons.
El Saint Marcellin fermier evoca las montañas de Isère, los inviernos nevados de los Alpes y sus silencios envolventes, sus laderas escarpadas, los prados de alta montaña, las vacas, y las granachas y los shyraz del valle del Ródano.
Es el queso preferido de S. Y S nunca se equivoca. Le gusta/ba también al señor Hustache, al que sólo conozco por referencias. Desconozco también si el señor Hustache suele —o solía— equivocarse.
Ari y yo pedíamos el Saint Marcellin de la Mère Richard en el Restaurant Georges, en Paris, cuando el restaurante estaba regentado por los frères Costes. La vista de la Tour Eiffel desde el Georges, con el queso en el plato y el borgoña en la copa, era espectacular incluso a pesar de las camareras —tan altas, tan guapas y tan antipáticas, ellas.
También nos lo comemos, esta vez afinado por Xavier, cuando almorzamos con S en Casa Pepe. Complejo, delicado y sutil, el Saint Marcellin —como el oporto— es un queso para conversar. Con S divagamos sobre nuestros proyectos, sobre la amistad, sobre la familia y la enfermedad, hablamos de nuestros hijos y de otros temas importantes de la vida; jamás disertamos sobre política ni opinamos de fútbol, tampoco hablamos del tiempo: no está hecho este queso para tan polémicas disquisiciones.
A veces en la Cerdanya, cuando el nivel de exigencia se relaja, mientras cae la noche y las brasas de roble se consumen en la chimenea, damos buena cuenta de un ejemplar de Reflets de France, procurando que esté en su punto óptimo de maduración: cremoso. Un placer al alcance de muchos.
http://www.fromag.com/produits/stmarcel.html http://www.halles-de-lyon-paulbocuse.com/com/mere-richard-fromage-saint-marcellin/ http://www.fromage-saint-marcellin.fr
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Shell Lamp FUN 2TA. Verner Panton, 1964 —Verpan
Las lámparas me gustan. Si no puedes tener una escultura de Eduardo Chillida o de Julio González Pellicer, al menos puedes disfrutar de una lámpara de Ingo Maurer o de Verner Panton. Quizás sea la opción del parvenu, no lo sé, pero en cualquier caso las lámparas me gustan, y mucho.
De la misma manera que la Cesta es la más sensual de las lámparas, la Fun es la más sexy de todas ellas y un irresistible agent provocateur. Don Francisco Rabaneda Cuervo y la señora Barbarella lo tenían claro.
Le regalé esta lámpara escultura a Ari, allá por el 2013, cuando menos lo esperaba. La compré en una agonizante Arkitectura víctima, como tantos otros comercios emblemáticos, de la autocomplacencia de los barceloneses que tantos iconos de nuestra historia se ha empeñado en hacer caer. En fin.
La Fun pues, nos guía y nos acompaña en nuestro irreversible viaje y, a diferencia nuestra, ella no madura, ni crece, ni envejece. Su juventud, su tersura y su delicada sugestión, nos inspira, nos cautiva y hace que nuestras noches sean mejores.
Se apagan el resto de luces y sólo queda ella, su penumbra y el aroma del PX envuelven el salón. Mientras, en la Kuro se proyecta una película de Antonioni y Cesc, tumbado entre mis piernas, lucha por mantenerse despierto intentando comprender el estilismo visual del director italiano.
The main purpose of my work is to provoke people into using their imagination and make their surroundings more exciting. Pues eso, amigo Verner, objetivo cumplido. Gracias.
——
Ingvar, ten compasión.
http://www.vernerpanton.com/ http://design.designmuseum.org/design/verner-panton
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Quesos a contraluz | 0
Me apasiona el queso. Sólo cuento con un turófobo y ningún abstemio entre mis amigos —J dice, convencido, que los abstemios no son de fiar.
Ahí van algunos de los quesos que me gustan:
Stilton/Stichelton. GB Compté. FR Serrat Gros. Ossera, Alt Urgell. Testun al Barolo. IT Cheddar Montgomery. GB Brie de Meaux/Brie de Melun. FR Tronchón. Tronchón, Maestrazgo, Teruel, existe. Saint Marcelin. FR
Y sí, lo sé, el kilómetro cero mola. El Stilton también.
Donde comprar: Casa Pepe, Tutusaus, Vila Viniteca, Barcelona; Poncelet, Madrid; Carnisseria Meya, Puigcerdà; Formatgeria Serrat Gros, Ossera; Xavier, Toulouse; Cal Marquet, Andorra.
——
La foto fue tomada el 6 de julio de 2009 —desde entonces, mis gustos han variado poco, o nada. Debería preocuparme, pero no lo haré.
http://www.worldcheeseawards.com/results/2015
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Five Years. The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars. David Bowie, 1972
Feliz Navidad, Mr. Lawrence. Nagisa Oshima, 1983
If you're ever sad, just remember the world is 4.543 billion years old and you somehow managed to exist at the same time as David Bowie. Dean Podestá
Ziggy Stardust —en particular Five Years— y Mr. Lawrence. Dos cinceladas. Dos más.
Descansa en pau. David Bowire †11.01.16, hoy.
#oir#ver#música#discos#cine#Ziggy Stardust#Five Years#Feliz Navidad Mr Lawrence#David Bowie#Nagisa Oshima
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Nihilismo y rebelión. VVAA, 1978 —Icària, totum revolutum
Compré este libro allá por el año 79 con los 15 años ya cumplidos. Fue en la Pizzería Rivolta de la calle Hospital, cuando el Raval no era aun el Raval y era el Barrio Chino. Un barrio en el que no había chinos y sí muchas putas baratas —éramos pobres y el mejor sexo estaba reservado para unos pocos—, algunos maricones y algún que otro ácrata.
Eramos los hijos del mayo del 68 y primos hermanos del Movimento del 77. Creíamos que el mundo podía debía ser mejor y estábamos dispuestos a intentar cambiarlo. Toni Negri —Dominio y Sabotaje—, Autonomia Operaria, Indios metropolitanos, Ulrike Meinhof y Salvador Puig Antich.
Eran tiempos de revolución, de Pau Riba y de Ajoblanco.
Hoy, bien entrado el SXXI y con más de cincuenta primaveras en mi haber, el supermercado ideológico de la era Google y Wikipedia pone a disposición de viejos libertarios de bolsillo aburguesado nuevas teorías que yuxtaponen, más o menos bien, el inalienable anhelo de libertad individual de cualquier ácrata con el liberalismo económico más radical. Estoy hablando del ignorado anarcocapitalismo. Seamos realistas, pidamos lo imposible.
Pero hemos venido aquí a hablar de mi libro.
He visto la muerte en los ojos, he intentado combatirla en la calle con las barricadas, los molotovs y las piedras, he amado cada piedra que tiraba, cada compañero con el rostro cerrado, como una ostra por un pañuelo rojo, he reído, me he entristecido, he gritado, llorado, con todos y como todos, uno más entre los otros, y ahora Francesco está aún allí, muerto, y yo no sé qué puedo hacer.
Por aquellos tiempos, en España, era habitual que hubiera muertos en las manifestaciones. Por suerte hoy ya no lo es (actualización 2021: nunca mejor dicho lo de ‘por suerte’).
También los graffitis eran distintos:
“La lucha no se delega en los héroes”, “La fantasía destruirá el poder. Y una carcajada os sepultará”, “Lucha dura por la verdura”, “Alucinemos a Marx”, “Viva el que piensa, abajo los pensadores”
Nos limitábamos a pintar las paredes con textos escuetos, concisos, políticos.
Fueron años de ilusión, pero tanta omnipotencia terminó en convalecencia (Los Nikis, 1986).
Luego vinieron Hesse, Castaneda y Kerouak. Y unos años más tarde Zaratrustra y Cioran. ¡Emil Cioran!
De todos los ismos, el nihilismo es el más creativo, el que está por encima del resto. Planea sobre todos ellos, los mira con desdén y no los entiende, ni pretende hacerlo.
Nacionalismo, comunismo, marxismo, fascismo, existencialismo. Patologismos.
Me refiero a ese nihilismo trágico, casi suicida, de Nietzsche o Cioran, que es también ese nihilismo escéptico, que todo lo cuestiona y que destruye viejos arquetipos y convenciones para crear un orden nuevo basado en la individualidad, el vino y el terruño, las montañas, la Libertad, los libros, la belleza, los muertos y los vivos.
Ese es mi nihilismo, ese nihilismo que ha acompañado mi vida desde entonces.
—— Releyendo el libro, encuentro dentro un carta de S, nuestra profesora de italiano. Muy boloñesa ella. Está datada del 27 de febrero de 1999 y dice así:
Caro A. Eccoli finalmente il tuo libro! [fue un milagro recuperarlo, imagino] Scusami per averlo tenuto tanto tempo… É stata comunque una lettura interesante e piacevole, che ho esteso anche a tutti i miei amici.
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Sumisión. Michel Houellebecq, 2015 Café Métropole. Bruselas.
Sumisión es una relato recomendable e interesante. Quizás no sea una obra maestra, pero es una novela de inteligencia incisiva, culta, brillante y, además, amena. En cierto modo, me ha recordado a 13,99 Euros, de Frédéric Beigbeder. Tomo nota de me queda pendiente su relectura. Gracias S por la recomendación.
[...] Siempre me ha gustado el estilo Art Nouveau: hay cosas magníficas en Praga o en Viena, también hay algunos edificios interesantes en París o en Londres, pero para mí, con razón o sin ella, la cumbre de la decoración Art Nouveau era el Hotel Métropole de Bruselas, y en particular su bar. La mañana del 30 de marzo pasé por delante por casualidad y vi un cartel que indicaba que el bar del Métropole cerraría definitivamente sus puertas esa misma noche. Me quedé estupefacto: me dirigí a los camareros. Lo confirmaron; desconocían las razones exactas del cierre. Pensar que hasta entonces se podían pedir bocadillos y cervezas, chocolates vieneses y pasteles de crema en esa obra maestra absoluta del arte decorativo, que uno podía vivir su vida cotidiana rodeado de belleza, y que todo eso iba a desaparecer, de golpe, ¡en pleno corazón de la capital de Europa...! Sí, en ese momento lo comprendí: Europa ya se había suicidado.
Es la misma sensación que tuve, en relación a Barcelona, cuando vi bajadas, para siempre, las persianas de Vinçon. En nuestro caso, ese suicidio ha sido por una ingestión letal de Primark, tiendas de souvenirs y autocomplacencia.
Mi interés por la vida intelectual había disminuido mucho; mi existencia social no era mucho más satisfactoria que mi existencia corporal, también se presentaba como una sucesión de pequeños problemas –lavabo embozado, Internet averiado, pérdida de puntos del carnet de conducir, mujer de la limpieza deshonesta, error en la declaración de la renta– que también se sucedían sin interrupción, sin dejarme prácticamente nunca en paz. […] Lo que le atraía en el monasterio, sospechaba yo, no era ante todo que allí escapara de la búsqueda de los placeres carnales: era más bien que allí uno podía liberarse de la agotadora y monótona sucesión de las pequeñas preocupaciones de la vida cotidiana, […]
Esa sensación también la he tenido. Creo que la hemos tenido muchos.
Y otra perla de Huoellebecq, esta vez en una entrevista de Gonzalo Garcés para El País:
Podemos arriesgar un teorema: cuanto más se observa a los ácaros, más disminuye la fe en Dios. En mi caso, desgraciadamente, estudié biología, así que empecé con mal pie.
—— Por cierto, François, deberías aprender a beber.
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Cesta. Miguel Milá, 1962
Una lámpara es —debería ser — una escultura, un faro que nos guíe y nos acompañe mientras ilumina nuestras vidas.
La Cesta de Milà, producida por Santa&Cole —un referente del Disseny de Barcelona—, con sus curvas, la madera de cerezo sin tratar, el globo opal y el asa de mano, es la más sensual de todas las lámparas. Es el foco cuando cae la noche cuando fuera precipitan los copos de nieve y su envolvente silencio enmarca el crepitar de las brasas y el aroma del Oporto que invade el salón, mientras Ari, Cesc y Carlota duermen plácidamente entre el sofá, las almohadas y la alfombra de lana. Es la luz que fija esos momentos eternos en la retina de nuestra memoria.
Santa&Cole, Miguel Milà, Correa, Gustavo Gili, ADI FAD, Il Giardinetto Note o el Flash Flash, Javier Mariscal, Vinçon o Nazario y Makoki. Diluidos Arrollados por la riada hortera de tiendas de souvenirs para guiris y la mediocridad de Clos, Hereu, Trias, Ada Colau y de todos nosotros que, con nuestra pasividad, nuestra autocomplacencia, irresponsabilidad y conformismo, hemos convertido aquella Barcelona singular en esta Barcelona global.
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El tío de Miguel Milà encargó la casa Milà, más conocida como La Pedrera, a Antoni Gaudí. ¡Ahí es nada!
No sin cierto pesar, reconozco que empecé a valorar esta lámpara en cuanto la vi expuesta en el escaparate de una tienda, cuyo nombre no alcanzo a recordar, en el SoHo neoyorquino.
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