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Cuando era feliz y no lo sabía. Cuando me sentía indestructible porque estabas cerca para protegerme. Me regalaste la mejor infancia, me alentaste cada vez que quería tirar la toalla. Me preparaste e hiciste fuerte para el camino. Fuiste mi mejor confidente. Los días sin tu compañía son tan extraños, melancólicos y desafiantes. Paso horas recordando y adorando cada momento que la vida me permitió conocerte. Desde la estrella que estés, alumbrarás cada paso que deba dar en este capítulo en el que debo ser cada vez más fuerte.
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Por: Daniela Monje Nos estamos matando Cada colombiano nace permeado por el conflicto. Directa o indirectamente hemos sido afectados por una violencia infame que late en las venas de la indignación; una guerra ideológica que ha querido justificar muertes. Somos producto de un sistema fallido, de un gobierno que se ha burlado del pueblo en sus narices. Nuestros padres y abuelos se han encargado de instaurar en nuestros genes una resistencia a este conflicto. Nos han llenado de miedo a la expresión. Nos han enseñado que la violencia sí triunfa, que debemos callarnos y suprimir nuestra opinión. Nos heredaron traumas y una inmadurez emocional que está llevando a mi generación a la depresión, al suicidio y a la desesperación. Nietzsche dijo alguna vez que “la guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido”.¡Cuán cargado de razón estaba! ¿Por qué queremos marchar el 21 de Noviembre? La razón es sencilla, estamos mamados del maltrato, la represión y la indiferencia. Queremos que los derechos dejen de ser privilegios con los que solo cuenta una minoría. Latinoamérica sigue despertando, está más fuerte y unida que nunca. Los jóvenes solo soñamos con un país mejor, estamos agotados, tenemos rabia contenida. Necesitamos crear una nueva conciencia que fortalezca nuestro espíritu como nación. Pero no queremos hacerlo por las vías violentas que nos han enseñado; buscamos el diálogo y queremos ser escuchados, porque a pesar de la serie de eventos desafortunados que hunden a Colombia, aún hay esperanza de cambiar el rumbo de nuestra realidad. Quizás la paz seguirá siendo una utopía, pero no pierdo el anhelo de que mis nietos puedan ver este conflicto sólo en los libros de historia. ¡Resistiremos y nadie podrá robarnos los sueños!
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El arte de escribir Por: Daniela Monje Frustración por falta de inspiración. Colapso y ansiedad por abrumarse al estar frente al computador. La escritura algunas veces puede resultar tortuosa, desgastante y poco relajante. Hace unos días, en una charla en el semillero de escrituras creativas del cual hago parte, escuché los testimonios de su relación con la escritura de algunos de mis compañeros; me sorprendió descubrir que guardo algunas similitudes con ellos, en cuanto a que a veces se sienten colapsados, y frustrados al empezar a escribir. Todo surgió porque el profe Maldonado nos contó de la experiencia que representaba escribir para la periodista Leila Guerriero, quien decía que era muy distraída y obsesiva, por lo tanto le costaba un poco disfrutar el acto de escribir. Allí fue cuando el profe nos insertó la duda de cómo era para nosotros esta experiencia.Y es que, al ser estudiante de periodismo es casi que una exigencia saber escribir, lo que muchos no entienden es que la escritura es un don, una disciplina, un arte que no se le da a todo el mundo. Sin embargo, cuando emprendemos el camino de la escritura, nos enfrentamos a nosotros mismos, somos los capitanes del viaje; armamos el cuerpo de las historias, y vamos solos, con la paciencia como nuestra mejor aliada, y en mi caso la madrugada y la soledad como mis fieles compañeras cuando más deseo redactar algunas líneas. Aunque empezar pueda resultar difícil, como cualquier ejercicio, la escritura debe volverse un hábito, que se disfrute indiscutiblemente, sino es mejor dejarlo; un ejercicio que requiere mucha lectura, borrar, reescribir, apartarse de lo obvio, atrapar al lector, y releer las veces que sea necesario. Escribir es liberador, es esencial para guardar nuestras memorias, para comunicar y transmitir; sin olvidar que es un acto íntimo que deja de ser nuestro en el mismo momento en que lo plasmamos en una página, y se lo regalamos al mundo.
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Carta abierta
Por: Daniela Monje Bogotá, 2 de noviembre de 2017 Señor Gabriel José de la Concordia García Márquez Querido Gabo, sólo deseo que el lugar en donde te encuentras sea casi tan fantástico como el universo que plasmaron tus obras. Me permito redactar estas líneas con el único objetivo de expresarte mi más grande admiración hacia tu vida, y los innumerables textos que hoy son patrimonio de Colombia, tu país y un lugar espléndido; con esa caótica belleza que lo caracteriza, y que muchas veces parece extraído de alguno de tus cuentos. Quiero contarte que cuando estaba en el colegio tuve el gusto de leer “Relatos de un Náufrago”, obra que me incitó a emprender vuelo en el mundo del periodismo, camino que voy transitando con una pasión que se va reafirmando con el pasar de los días. Tus textos, además de realismo mágico, contaban historias impregnadas de encanto; desde tu perspectiva, la vida parecía más sencilla. El ritmo y la descripción tan tuyas, hacen que cada lectura sea simplemente deliciosa, porque quien te lea, compra un boleto a un maravilloso lugar, en el que cualquier acontecimiento es digno de ser recordado. A lo largo de mi vida, he reafirmado que eres un hombre que despierta pasiones, las personas simplemente te aman o te odian, no existe punto medio; porque tu vida, tus anécdotas y tus innumerables textos, te convierten en un personaje inigualable, que inspira, que asombra, que trasciende en la historia, el nobel que llenó de orgullo a su país, y a quien le debemos respeto y admiración. Querido Gabo, gracias por regalarnos tantas historias, por ser mi mentor en este oficio increíble, por inyectar en mi cabeza una perspectiva diferente. Siempre te recordaré con el encanto de una mariposa amarilla revoloteando.
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Adiós Hugh
Por: Daniela Monje
En su característica bata cort de seda se le informó al mundo, vía Twitter, que el dueño de las conejitas murió este miércoles, 27 de septiembre, a los 91 años de edad. El creador de Playboy y las emblemáticas conejitas, falleció por causas naturales, según informó su empresa. Pero ¿qué vida tan “natural” llevó Hefner?
Un hombre empresario que a lo largo de su vida siempre causó polémica; en 1953 creó a PLayboy como un desafío a los conservadores códigos morales que regían en EEUU en ese entonces. Lo hizo para defender la libertad personal y sexual en un momento en el que el mundo era dolorosamente conservador. Fue tan amado por sus seguidores, como criticado por sus extravagantes gustos y estilo.
Conocido por sus fiestas salvajes en la Mansión Playboy llenas de "conejitas" y su vida estrafalaria rodeado de mujeres mucho más jóvenes que él, Hefner admitió una vez que durante algún tiempo mantuvo relaciones con once de las doce "conejitas" de portada de cada año. Hefner, no fue más que un hombre que quiso dejar atrás los tabúes sexuales y la puritana sensibilidad. Sin embargo, en su búsqueda por defender derechos, también convirtió al cuerpo de la mujer en un objeto, en mercancía para la satisfacción del hombre. Su trayectoria marcó un hito en la industria del entretenimiento para adultos. El viejito que vivía en pijama, que disfrutaba de usar sombrero de marinerito, acompañado de increíbles sexys féminas, disfrutó de su fortuna; no obstante, murió como cualquier otro.
Quizás muchos hombres envidian la vida y obra de Hefner, y otros nos seguiremos preguntando ¿Fue el exterminador del puritanismo estadounidense y diligente defensor de causas sociales o un embaucador, sexista, pornógrafo y explotador de mujeres? Tal vez Hef, era como el buen vino, que con los años se ponía mejor, pero su fecha de vencimiento llegó, y vivirá por siempre en el corazón y las fantasías de sus conejitas. Paz en tu tumba Hugh.
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Quererse no tiene horario, ni fecha en el calendario
Por: Daniela Monje
Se dice que comenzó en Roma, como una fiesta pagana llamada Lupercalia; luego un papa, en el año 496, prohibió la celebración e instauró el 14 de febrero como día de la fiesta de San Valentín, fecha de festejo para los enamorados. Es bastante peculiar todo el revuelo que causa una simple fecha “pa’ culiar”, pues en Colombia, existen opiniones muy divididas acerca del temita. Algunos que se han creído el cuento de la globalización, que prefieren un “Mocca Latte” en Starbucks, a un tintico de la esquina, y que su sueño más grande es viajar a conocer al ratón Miguelito en los “yunaires”, cuando ni siquiera han subido a chupar piña a Monserrate; para estos individuos, San Valentín es el momento perfecto en el que pueden demostrar todo el amor que sienten por su pareja, con detallitos que terminan pagando a 36 cuotas. Para otros mamertos, que pasan horas discutiendo en contra del capitalismo, acompañados de una Coca Cola y un Marlboro, esta fecha representa una estrategia de marketing, un día exclusivo para consumir y sobretodo,una fecha que no es propia de nuestra cultura. En esta era digital habitada por “millennials”, hablar de amor tradicional y todos sus rituales (flores, serenatas, cartas), es bastante complicado, dado que no existe y está mandado a recoger; porque las relaciones ya no son reales, las conversaciones son “whatsapps”, las discusiones son llamadas, los sentimientos son tweets y estados de Facebook. Entonces ¿Es tan malo dedicarle un día a las muestras de afecto reales, físicas, que se han dejado en el olvido por culpa de la seductora tecnología? Lo cierto es que ni la navidad, ni el Halloween pertenecían a nuestra cultura, y sin embargo, hemos acogido celebraciones extranjeras para convertirlas en nuestras. Gústele o no le guste, casado, ennoviado, “enmozado” o “friendzoneado”, el amor siempre lo pondrá a cuestionarse y hará más feliz o miserable su vida. No sea amargado, déjese de prejuicios, no aporte más a la guerra, y mejor haga el amor. Por mi parte, mientras encuentro el amor, estaré esperando con ansias el día de los amigos Poker.
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El poder de la comunicación configurando mentes
Por: Daniela Monje
Al examinar el panorama de la relación entre política, comunicación y poder que se presenta en un país como Colombia, se reconoce fácilmente una crisis de valores y un vacío cultural latente. Refiriéndome al tema de las elecciones, de cualquier índole (presidenciales, referendos, plebiscitos), se puede observar una sociedad altamente manipulada por los medios masivos de comunicación y los líderes de opinión; en pocas palabras, los colombianos queremos que nos digan por quién votar y por qué, sin hacer el menor esfuerzo por informarnos para tomar nuestra propia y consciente decisión. Esta situación guarda muchas similitudes con la posición de Manuel Castells, expuesta en el tercer capítulo de su libro “Comunicación y Poder”, sobre el poder que ejercen los medios en las personas para la toma de decisiones electorales. La comunicación se hace efectiva en el momento en que activa las mentes para compartir un significado, de este modo, los principales medios de difusión de pensamientos han sabido tomar partida de sus facultades para jugar con las emociones de los individuos, tales como la ira, el miedo y la esperanza. Por medio de discursos, campañas, publicidad y hasta regalando “Tamalitos”, con galletas y mucha mermelada, los grandes dueños de los medios de comunicación logran su objetivo de configurar la mentalidad y los pensamientos de las personas para que actúen de la manera en que a ellos les plazca; y en un país como Colombia, tan facilista, esta estrategia es bastante eficaz. Tomando como principal herramienta al miedo, desde los titulares amarillistas expuestos en diarios como “El Espacio”, el discurso y hasta el lenguaje corporal de la presentadora de Caracol Noticias, que ve el colombiano promedio mientras almuerza su “corrientazo”, es la estrategia propuesta por los medios para entrar a ese tejido neuronal de redes que habita en los cerebros de cada persona, que permite moldear y fabricar entes consumistas elaborados en serie, que se comportan del mismo modo y están a la espera de seguir ordenes, porque como plantea Castells: el miedo es esencial para la autoconservación, pero la esperanza es fundamental para la supervivencia. Es momento de que la sociedad colombiana empiece a tomar conciencia, y uso de su razón, sobre todo los jóvenes, a quienes nos heredan un país totalmente patas arriba, que es momento de empezar a transformar por medio de buenas elecciones, porque como bien lo dijo Jaime Garzón, “Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvárselo… ¡Nadie!”.
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El que peca y reza empata
Por: Daniela Monje
La conmemoración anual cristiana de la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, “semana mayor”, o “semana santa”; se ha convertido en un periodo de intensa actividad litúrgica dentro de las diferentes confesiones cristianas. Pero, hablando en serio, ¿En esta semana se busca espiritualidad o diversión? En Colombia, esta semana en particular se vive de muchas maneras, mientras los fieles religiosos se alistan para un tiempo de reflexión e innumerables ritos que ofrece su religión, otros están alistando maletas y “el chingue” para pegarse unas vacaciones corticas y embarcarse en una feliz “parranda santa”, Mientras unos alistan y alargan sus alas, otros se disponen a afilar los cachos. En las iglesias se brinda agua bendita y vino, en los balnearios se bebe aguardiente y cerveza. Y así podría seguir enumerando los extremos que se viven en esta semana, que no están bien ni mal; son estos espacios en los que se evidencia la doble moral característica del colombiano, que lunes, martes y miércoles se enrumba y se divierte, pero jueves y viernes santo los dedica a la iglesia, para finalmente volvérsela a pegar el sábado y tener un domingo de resurrección para volver a su detestable y tediosa rutina. Esta semana santa dejó feminicidios, accidentes, peleas, la muerte del hijo de Diomedes Díaz y muchos lograron cumplir con su teatro de ir a la iglesia para sentirse un poco menos culpables por sus pecados. La verdad no soy quién para juzgar a los colombianos, pero sus actos merecen salir en una comedia de bajo presupuesto. La sociedad colombiana va en decadencia, los pensamientos y actos no concuerdan. Espero que para todos, religiosos o no, haya sido una semana de reflexión, para que en Colombia dejen de suceder agresiones hacia la mujer, para que nos respetemos y construyamos un mejor país, con menos armas, y más sonrisas. Para todos, felices pascuas.
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Germán el artesano
Germán es oriundo del municipio de Aguadas, ubicado en el departamento de Caldas. Vive en Bogotá hace cuarenta años, aproximadamente, y dedica su vida a vender y fabricar figuras de insectos en las calles de la capital, hechos con hojas de palma de iraca. Es un hombre emprendedor que irradia entusiasmo. Dice que la artesanía no es un medio sencillo para sobrevivir, pero gracias a ella ha logrado levantar a su familia, compuesta por su esposa y tres hijas. Germán es un hombre muy talentoso y cuenta con una gran habilidad en sus manos; vive feliz haciendo y compartiendo su arte. Es un hombre alegre y fácil de abordar, con un excelente sentido del humor y echado para adelante.
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Juan, “El pintor”
Juan es un hombre que dedica su vida al arte. Todos los días se sienta en una calle de la Candelaria, en la ciudad de Bogotá, a pintar cuadros, transmitiendo en sus trazos imaginación y fantasía. Es un hombre sencillo y humilde, con un espíritu sereno, dispuesto a contagiar a los transeúntes de su talento y buena energía. La pintura, se ha convertido en su pasión y en su único sustento. Él denomina su arte como abstracto, cubista y surrealista. Juan ama lo que hace y se refleja en sus obras y en su actuar. Le han ofrecido mostrar sus obras en galerías, pero él se ha negado, pues deja claro que sus pinturas no son comerciales; él es feliz de irradiar las calles de Bogotá con su ingenio y creatividad.
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Reseña: “La sal en la tierra”
La fotografía es un medio de gran impacto en la sociedad, y es la portadora de hechos increíbles que logran cambiar al mundo. En este documental Sebastião Salgado deja claro su interés y preocupación por la humanidad y la naturaleza, retratando en cada una de sus obras una fascinación por el mundo, una intención de querer mostrar los lugares más angustiantes, pero a la vez más asombrosos del planeta.
La obra de Sebastião Salgado marcó un hito en la historia de la fotografía, dejando un gran legado a la humanidad. Este documental causa un impacto en los espectadores, gracias a sus imágenes cargadas de realidad, esa realidad que conocemos, pero que tristemente nos negamos a aceptar. Es también una invitación a mirar un poco más allá de lo que nos rodea, a concientizar a las personas y hacerlas participes de los problemas mundiales, el hambre, la escases de agua, la deforestación, y todo lo que está destruyendo al mundo, gracias al mal manejo que le ha dado el hombre.
La sal de la tierra enmarca la problemática mundial, que necesita ser detenida y a la que cada vez, por la tecnología y banalidades, los humanos echamos a un lado, pero la misma que no da espera y que a gritos, pide ser terminada.
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A la izquierda se puede observar un edificio, que cuenta con una panadería y una droguería en el primer piso, y los pisos de arriba parecen ser de vivienda. Este pequeño edificio en unos años podrá cambiar de apariencia, mientras que la iglesia de al lado, llamada Monasterio de la visitación, ubicada en la calle 74 con 11, que tomé de referente, no será remodelada, ni cambiará de ubicación.
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La sombra del iceberg.
“El miliciano muerto” trajo mucha controversia hacia el trabajo y la obra de Robert Capa, quien capturó el momento preciso en donde a un hombre de guerra le disparan. Naciendo así una fotografía emblemática y la mejor de la reportería de guerra. Pero no todo es tan sencillo, al parecer muchos investigadores, historiadores, y expertos en fotografía, no están muy de acuerdo con que la foto sea tan buena como la anuncian, y no precisamente porque sea mala su composición o estilo, sino por lo perfecta que es.
Durante la sombra del Iceberg se van haciendo evidentes las opiniones de expertos que dan a conocer sus puntos de vista de por qué la fotografía de Robert Capa no captura un momento real, sino simplemente una actuación muy bien pensada y ejecutada. Todos son puntos muy válidos, porque lo hacen no sólo desde el prejuicio, se dan a la tarea de mostrar con datos y pruebas de por qué esta fotografía no es tan buena como se dice.
Las dudas que aparecen en torno a esta imagen son demasiadas, pero ¿se sabrá algún día quien tiene la razón absoluta frente a este curioso mito que ha desenvuelto tanta polémica?, es difícil saberlo. Un iceberg es una gran masa de hielo flotante que con dificultad se puede saber su tamaño y su profundidad, y la imagen de “El miliciano muerto” es sólo la punta de este. Las pruebas que acusan de falsedad a la foto de Robert Capa son muchas, y esto quizás no resulte tan importante, pues es una excelente fotografía y que pueda haber una actuación y toda una planeación de por medio, no cambiará que “El miliciano muerto” es la mejor fotografía de Robert Capa.
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CODIFICACIÓN FOTOGRÁFICA Y CONCEPTO VISUAL.
Cómo narrar a través de las imágenes
Tras mi lente encontré las imágenes que se muestran a continuación, donde se presencia como la luz y el ambiente se pueden evidenciar en una imágen. En la foto que se muestra arriba, se nota como entra la luz solar y que es un día común, con un poco de sol, en la ciudad de Bogotá. En la imágen de abajo se ve como está entrando la luz hacia el edificio y como se contrapone hacia el sujeto.
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LOS PLANOS CORPORALES Y LOS CÓDIGOS ÓPTICOS
La imágen corporal puede distorsionarse con tan sólo cambiar el lente. En estas fotografías, donde mi compañero me sirvió de modelo, se puede observar como sus rasgos se ven mucho más grandes en la foto superior, que en la foto de abajo donde se ve un poco más cercano a la realidad, con rasgos mucho más finos.
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DISTORCIÓN Y ESPACIALIDAD
La perspectiva de lo que observamos a diario cambia dependiendo de los ojos con que lo veamos, en este caso, tras mi lente pude tener la oportunidad de observar un edificio desde abajo que da la sensación de que sea mucho más pequeña la parte superior. Mientras que en la foto de la ciudad, da una sensación de amplitud que destaca una parte de lo linda que es mi ciudad, Bogotá.
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