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“Voy a estar bien, te prometo” dijo con una sonrisa mientras se despedía de Mino desde la puerta de sus dorms “Soltame, en serio.... sino no me voy a querer ir” concluyó, pero Mino la atrajo contra el y le dio un beso corto en los labios “Bueno, ahora si me tengo que ir” susurró deshaciéndose del agarre del chico y saludándolo con la mano mientras asentía con la cabeza cuando el le pidió que le avisara cuando llegara a sus dorms. Mei se había tenido que ir temprano porque Jungkook no aparecía por ningún lado y obviamente eso signifiaba que la única persona que podía encontrar a Jungkook era ella en su infinita sabiduría acerca de Jeon Jeongguk. Ni siquiera necesitó que el le dijera donde iba a estar porque sabía que cuando Jungkook necesitaba estar solo se iba al puente Yeongdong, donde habían encontrado a Gucci.  Dicho y hecho ahí estaba, pero obviamente en su infinita estupidez, Jungkook había decidido que quería arrojar su celular al agua, entonces Mei procedió a hacer lo próximo que tenía en mente: taclearlo para que se detuviera. “No... no llores” susurró, porque en estos momentos no le importaba que se estaba muriendo de frío, o que le dolían las rodillas o que definitivamente esos zapatos no eran buenos para correr, sino que en Jungkook estaba llorando, probablemente por su culpa “Tranquilo, estoy aquí” susurró mientras le quitaba las lágrimas del rostro, y después de acomodarle el cabello de la frente ella se acercó a él y le dio un corto beso en los labios. Para luego pararse y obligarlo a hacer lo mismo. Mei tomó dos barbijos y le colocó uno a él porque no quería que los reconocieran y le puso la hoodie de su campera a Jungkook, para luego entrar en un taxi. 

“Muchas gracias” dijo tras entrar al taxi y darle la dirección de sus dorms. Así que mientras los dos estaban yendo a dormir, al fin Mei se relajó por algunos segundos, pero empezó a sentir un picazón en la nariz lo que hizo que estornudara, haciendo que Jungkook se sentara correctamente en su asiento (porque hasta ahora había estado reposando su cabeza en la falda de ella) y mirara para el costado, diciéndole al taxista que parara en la próxima cuadra.  Cuando regresó, con una bolsa llena de cosas lo primero que hizo fue ponerle una bufanda al rededor del cuello, unas vendas en sus rodillas que estaban lastimadas, le hizo quitarse los zapatos para que él pudiera colocarle algunos hot pads y después le abrió un jugo de naranja diciéndole que le iba a hacer bien y que lo tomara, mientras el le leía todas las medicinas que le había comprado en el caso de que estuviera enferma.... haciendo que el señor que conducía el auto le dijera que era muy afortunada de tener un novio tan considerado, consiguiendo que ella se riera de una manera MUY incómoda.

Al llegar a los dorms, ambos se pararon en el pasillo que separaban sus departamentos y Jungkook le quiso decir algo pero ella lo detuvo “Agua debajo del puente querido Jungkook, nada de lo que pasó hoy cuenta” dijo, pero luego miró la bolsa de goodies “Excepto esta bolsa de goodies, eso si cuenta” sonrió para luego abrir su puerta “Buenas noches Kookie, que descanses”.

Jungkook sabía perfectamente bien que Mei le estaba mintiendo cuando le dijo que estaba en los dorms, y a pesar de que no entendía muy bien el por qué de la mentira para ser sincero, más allá de lo molesto que se sentía, no le importaba mucho. Es decir… ¿se suponía que tenía que sorprenderse? Por eso mismo no lo pensó demasiado antes de acudir a la única que podía brindarle el acceso a lo que él más quería y necesitaba en ese instante. “Noona, ¿te dije que sos lo más?” Sonrió mientras se bajaba del auto de Sora y hacían su saludo de cábala para tener una buena noche de trampa antes de entrar al club donde los de Starship estaban teniendo una fiesta que, por lo que parecía, se iba a re poner. O, mejor dicho, parecía que él la iba a re poner porque las wachas no tardaron en empezar a querer llamar su atención y, para ser completamente honesto, se sentía muy piola por saber exactamente cómo hacer para que su mote de The Golden Maknae no estuviera ahí al pedo. “Hola chicas.” Saludó acercándose a un grupito de las de Cosmic Girls, que lo miraron y empezaron a pegarse codazos ‘discretos’ entre ellas, haciéndolo reír mientras se mordía el labio y ladeaba un poco la cabeza observando a una en particular. “¿Querés bailar? Un rato, aunque sea… ¿Por favor?” Preguntó sacando su labio inferior hacia afuera para verse adorable —aparte de que lo era, duh— y le agarró la mano a la belleza que dio un paso hacia adelante con una confianza que hizo que Jungkook se mordiera el labio en serio porque damn, girl. Después fue cuestión de tiempo para que la chica —no recordaba su nombre y no se lo había preguntado tampoco— demostrara que tenía intereses similares a los suyos y lo guiara hasta un lugar más privado, donde Jungkook no perdió el tiempo y la acorraló rápido contra la pared antes de hacer que lo mirara y empezar a acercarse para besarla, a ver si de una vez por todas podía dejar de pensar en que Mei nunca iba a quererlo de la manera en que él la quería a ella.

Un par de horas, mucho alcohol, varias mujeres y cierto grado de satisfacción más tarde, Jungkook tenía a una noona sentada sobre sus piernas cuando recibió un mensaje de nadie más y nadie menos que ella, cuestionándole el por qué no se había ido a dormir. Lo que le faltaba. “¿Mi novia? Qué más quisiera.” Soltó con una risa amarga antes de agregar un ’ella, claro’ y empezó a responderle sin saber que las cosas se iban a salir tan de control tan rápido, y que obviamente Mei siendo Mei que no iba a tolerar pelotudeces lo había bloqueado. “Ella nunca me bloqueó.” Susurró para nadie en particular y se sacó a la chica de encima porque necesitaba salir de ese lugar lo antes posible. ¿Qué carajo había hecho? “Al puente Yeongdong.” Le dijo al conductor del primer taxi que apareció, todo sin levantar la mirada y fingiendo otra voz porque lo último que quería era que lo reconocieran y se armara un revuelo que no tenía ganas de protagonizar ni en el momento ni más adelante, porque por la cantidad de llamadas perdidas que tenía de sus hyungs probablemente ellos ya lo iban a querer cagar a trompadas sin un quilombo de por medio, y de verdad no quería tentar a su suerte. “Quédese con el cambio.” Murmuró dándole un billete al tipo y bajándose del auto de repente muchísimo menos confundido. Seguía sin entender un carajo, pero sí sabía que se había mandado la metida de pata del siglo y que Mei probablemente no iba a volver a hablarle nunca más en su vida — lo que significaba que se le venían tiempos oscuros. Qué mogólico de mierda, ¿no? Había tenido una chance y ni se había dado cuenta, todo por estar tan jodidamente metido en intentar hacerle ver que él era el chico que ella necesitaba; el que la iba a cuidar y proteger y darle todo lo que quisiera. El mogólico más grande del planeta, sí.

Había elegido ‘escaparse’ a este lugar porque era de alguna manera bastante significativo para ellos dos, ya que era el puente donde habían encontrado a Gucci a.k.a. su bebé y… “La puta madre, ¿por qué no me dejan de romper las pelotas?” Bufó sacando su teléfono del bolsillo de su campera, listo para responder el mensaje de quien carajo lo estuviera jodiendo y decirle que dejaran de joderlo — hasta que vio que la persona intentando contactarlo ahora era Mei y pasó de la irritación a la vergüenza. No iba a responder, de verdad que no, pero ya fuera la curiosidad o su infinita debilidad por Tao Mei Xiao, una de las dos era demasiado fuerte y terminó contestándole hasta que ella lo encontró y después de revolear su teléfono al río en un arranque de locura —y muchísima pelotudez, también— tuvo que entrar a correr — literal. “¡DEJAME MEI TE DIJE QUE QUIERO ESTAR SOLO!” Gritó mientras huía sintiendo como se le escapaba una lágrima, quién sabía si por la vergüenza o por la inmensa tristeza que le daba saber que ahora iba a terminar siendo rechazado cara a cara. Sin embargo no alcanzó a llegar ni a la mitad del puente antes de ser tacleado con más fuerza de la que él creía había en ella, y en cuanto la mitad de él que estaba sobrio procesó lo que estaba pasando automáticamente dejó de resistirse y simplemente lloró. Lloró desconsolado, preguntándose por qué a él, preguntándose si de verdad no merecía el amor de la chica a la que amaba con tanta intensidad… preguntándose por qué carajo no podía tener el amor de Tao Mei Xiao — la única cosa que realmente quería, porque eso era lo único que podía hacer ahora que la realidad de que la había perdido empezaba a asentarse en su confundida cabeza.

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“Increíble” dijo aún enojada porque no podía creer que Nam Taehyun fuera tan básico de querer hacerle la vida un infierno por un chico, estaba bien que el chico era Song Minho y era no solo un encanto sino que sus visuals estaban off charts, pero no era necesario “Aquí está bien, gracias” dijo dándole el dinero al taxista y bajándose del auto para caminar hasta la entrada, donde se paró a esperar a que Mino le abriera, estaba nerviosa no había por qué negarlo “Hola oppa” dijo con una mirada inocente, entrando a sus dorms, para luego dejar caer el tapado que tenía encima revelando su uniforme escolar “Oppa, quería que me enseñes” dijo aún conservando la misma mirada, mordiéndose levemente el labio, haciendo que Mino la tomara del trasero y la atrajera contra el y le dijera que podía enseñarle una o dos cosas. 

Cuando ella se quitó la ropa, el no dejó de mirarla, y aunque se notaba un poco de desesperación en sus movimientos, nunca dejó de ser suave y atento, jamás dejó de preguntarle si estaba bien. Cuando entró en ella, fue gentil y no dejó de serlo hasta que ella le dio permiso para ir más rápido, y aunque se le notaba la calentura, jamás dejó de darle besos en el rostro, o decirle lo hermosa que era. En general, Mei podía decir que su primera vez había sido un momento inolvidable, y ahora que estaba en la cama de Mino mientras el la abrazaba tapados con su frazada, ella se sentía dichosa “Neoui nun, ko, ib” cantó mientras le daba un besito entre medio de sus ojos, luego en la nariz y después terminó con uno en los labios de el “nal manjideon ne songil” cantó tocando su brazo con la punta de sus dedos “jageun sontopkkaji da” para luego mover hasta su mano y tomarla suavemente “Quizás pienses que me estoy extralimitando, pero, te quiero oppa”. 

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Últimamente Mei no podía concentrarse en nada porque su cabeza estaba en otro lado. No podía componer, bailar y cantar sin pensar en que Nam Taehyun le estaba haciendo la vida mas complicada de lo normal. Mei estaba acostumbrado a comentarios de gente random que no tenían nada mejor que hacer de su vida, pero no que alguien de su propio tipo la estuviera insultando todo él tiempo al punto del acoso. Por eso mismo ella quería averiguar él por que, pero al no tener respuestas decidió irse a caminar, y aunque al principio planeaba hacerlo sola ¿Qué mejor que un poco de compañía? Así que después de avisarle a su mánager que se iba a dar una vuelta por ahí y decirle a Kookie que volviera a sus dorms se puso una gorra jn barbijo y se sentó a esperar a Mino. No era una noticia para nadie que Mei era una gran fanática de Song Minho, al mismo tiempo que sabia que todas sus unnies se oponían a que ella siquiera le hablara. Pero bueno, Mei necesitaba respuestas y quizás esto iba a dárselas. “Vamos” dijo con una sonrisa tomando su brazo, algo dubitativa, porque no quería darle ideas extrañas... Al mismo tiempo era lindo caminar con alguien del brazo. Al llegar al diner, ella saludo con una reverencia a una señora que parecía contenta de ver a Mino, para luego mostrarles sus asientos en una sección reservada. “Es que te juro que no entiendo que le hice” dijo moviendo su bombilla en su milkshake de frutilla y caramelo y Mino le dijo que él tampoco entendía “Estoy acostumbrada a recibir hate de gente random... Pero de un idol... Es diferente te hace creer... Te hace creer que de verdad algo esta mal contigo” dijo dando vuelta su rostro mientras se sacaba las lágrimas que le habían empezado a caer porque realmente esto la ponía mal. “Perdón, no quiero arruinar él ambiente” dijo dándole un sorbito a su milkshake “esta muy rico ¿Queres probar del mio?”

Mino tenía tantas cosas en su cabeza en ese momento que lo único que podía hacer que se despejara era lo de siempre: salir a dar una vuelta con la música a todo volumen, tan fuerte que no pudiese escuchar absolutamente más nada. Era una situación del orto, y si bien él era en parte el culpable… ¿cómo hacer para salirse de esto? Si bien la frustración que sentía esta vez era mucho más pesada que cualquier otra que hubiera podido experimentar antes, al menos tenía la hermosa tortura que era hablar con su girl crush que, literalmente, lo ponía en el peor modo tío toca pierna que pudiera existir. Mino sabía que estaba mal y que era un perverso de mierda, pero no lo podía evitar… ella era como una sirena, atray��ndolo con su canto irresistible.

“Hola, linda.” Dijo al verla sentada con las manos puestas debajo de sus piernas, probablemente para mantenerlas calentitas. “¿Cómo estás? No tardé mucho, ¿no?” Preguntó con una sonrisa, observándola mientras ella se ponía de pie respondiendo a lo que él había dicho. La puta madre, esto de no ser un baboso iba a ser re difícil, sin embargo sabía que había demasiadas razones para controlar su verga — las ya obvias, los quilombos, la posible cantidad de palazos que le iban a dar todas las unnies de la nena si le hacía algo… De repente como que le asustaba un toque, pero bueno… ¿qué tan aburrida sería la vida si no se corrían algunos riesgos de vez en cuando? “¿Vamos? Si hacemos a tiempo y si querés podemos ir a tomar un milkshake o algo a un diner re lindo que conozco… es re reservado todo, no hay drama. Además ya nos cono…cen.” Dijo con una sonrisa que mantuvo incluso cuando casi se le borró recordando que en realidad ese era el lugar al que siempre llevaba a Taehyun cuando no se podía dormir o algo. “Te va a gustar.” Sonrió ofreciéndole su brazo aprovechando que no había nadie por la calle.

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