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naturalmente es incapaz de esquivar los golpes. tanta tersura que porta su hermana al responder la llena con un vigor que jamás admitiría. ' no es el calor. es la costumbre ' una de sus manos se dirige hacia su frente, espantando algo invisible antes de dejar caer acto y relajando su cuerpo con exagerada elegancia. para suerte de la contraria, el nombre del tercero le interesa más. su mirada pasa de la picardía a la curiosidad con esa facilidad tan propia de la del medio. ' tendrás que contarme más ' canturrea, acercándose con la mirada perdiéndose en el paisaje en derredor. ' ¿acaso te pareció divertido o… imperdonable? después de todo, ni siquiera llegamos a la primer semana... ' con las manos acunándose detrás de su espalda, suspira con pena. ¡cómo ha de perderse semejante evento!
"Veo que hoy no te levantaste con ganas de ser generosa. ¿Será que el calor te dejó indispuesta?" O a lo mejor, la menor sólo se había comprometido desde muy temprano a llevarle la contraria—cualquiera fuera la verdadera razón, Britta parecía lo suficientemente familiarizada con su aparente desdén (¿cómoda? No mucho). Aún así, sus delgados labios se estiraron al escuchar la melodía de la guitarra. "Las vergüenzas están a cargo de Heinrich. ¿Supiste lo que hizo durante la ceremonia del Fuego?" El solo recuerdo la hizo rodar los ojos profundamente. "Y aún así... hm. No importa." Tal vez, le había irritado más de lo que era capaz de admitir.
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guarda silencio por un momento. su mirada cae sobre él un segundo antes de volver a posarse sobre aquel lienzo en blanco. su expresión no cambia demasiado, pero algo se apaga o se retrae por unos segundos, como si su mente caminara a otro lado — después de todo, no es común la posibilidad de tener una conversación tal con los herederos de otras tierras, por lo que la curiosidad no tarda en ramificar hacia el príncipe de baekdu. ' ¿y usted? ¿qué clase de parte de sí externalizaría en estas máscaras? ' parpadea, apenas, al girar por completo en su dirección.
jaesung asiente mientras escucha las palabras de la princesa, tomándose un momento para pensar antes de responder. "a veces es más fácil escudarse en algo para continuar. tener una protección." o al menos eso cree él. "pero no todas las mascaras son una cara vacía, sin duda pueden serlo si quieres o no tienes algo que decir de momento, pero pueden expresar mucho dependiendo de como decidas pintarla. veelo como una expresión visual de tu interior."
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el olor a pigmento y a madera húmeda en el taller, con un fondo de incienso que pareciera puesto para delimitar lo sagrado, sólo logran nutrir más su curiosidad. aunque cada fibra de su cuerpo le pide mezclarse entre los elementos y animarse a crear su propia máscara como algunos artesanos ofrecen, decide guardar sus manos para sí misma. ' ¿con esto se supone que la gente encuentre consuelo? ' no lo entiende, en absoluto. ' una cara vacía para esconder otra... '.
✶ en el taller de máscaras.
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' tres, dices... ' saboreando palabras ajenas sobre propia lengua, toma el frasco sin pedir permiso, observándolo a contraluz. ' eso bastaría para matar a media corte… o convertir la cena en un espectáculo ' hace una pausa breve, dejando que el aire se llenara del bullicio del mercado antes de relajar su rostro y devolver el frasco a dueño original, observando al cocinero de soslayo. ' ¿puede probarlo? ' consulta al vendedor frente a ellos, aprovechando lo poco que sabe del idioma local para evaluar al rubio.
— MERCADO DE LA NIEBLA.
con la bolsa llena de especias, utensilios de cocina y un par de nuevos delantales, alfie paseaba entre los callejones del mercado con una sonrisa curiosa, oliendo, tocando y preguntando todo. ' ¿tú crees que esto pique mucho? ' preguntó a quién pasaba a su lado, enseñándole un frasquito de un rojo muy brillante. ' porque si es así, necesito tres. '
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' el lugar hace la mitad del trabajo por él ' un comentario tan lleno de amargura es tan propio de ophelia que hasta ella misma se arrepiente de haberlo pronunciado. no está segura de si es su propia predictibilidad la que la obliga a bostezar, o el cansancio que carga cada músculo desde los pies hasta la cintura. ' si algo he aprendido de lugares como este es que la gente viene a escuchar su propia voz con algo de eco para sentirse profunda ' sus labios esbozan una sonrisa amable, virando la mirada a la mayor. ' ¿tienes algo que valga la pena gritar? — no nos avergüences, por favor. suficiente me encontré a henry perdido hoy '.
📍MIRADOR DEL ECO. “Qué terrible lugar para dejar un secreto al aire.” Con un deje de humor y voz seca, Britta menciona a quien tiene al lado, mientras su mirada parece concentrada en el espectáculo que dan ahora un par de jóvenes músicos a unos cuantos metros. “Pero al vocalista parece venirle de maravilla el efecto. Debo admitir que no sabía que esperar cuando llegué aquí.” En un principio solo estaba buscando mezclarse y pasar desapercibida de los ojos más curiosos, por lo que la buena música resultaba ser un plus.
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' podría fingir que me sorprende, pero este lugar parece estar diseñado para eso ' sentada sobre uno de los tantos banquitos esparcidos por el lugar, son suficientes dos palmaditas sobre su regazo para que un calicó suba a reclamar cariño. ' al menos lo ha reconocido. la mayoría insiste en su fuerza… mientras la voluntad los abandona ante el más mínimo ronroneo ' ah, claro que fue su caso, pero no tiene por qué admitirlo.
En el refugio de los gatos.
"Estoy desde hace..." se despejó la muñeca para ver su reloj, "cuarenta y cinco minutos intentando irme al mercado, y aún no logro irme." El comentario lo dirigía a esa persona al azar en su cercanía, solo armando conversación. "Soy un hombre débil."
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es fácil reconocer a su hermano. acercarse se le da natural, más no se espera las palabras que escucha nacer de su boca. la risa que se le escapa es completamente involuntaria. ' podrías culpar al mapa, claro. o podrías admitir que caminar sin mirar es una forma de confiar en algo, al menos ' adelantándose un par de pasos frente a él, le ofrece una mirada breve, casi cómplice. ' ¿no te enteraste? es una prueba de supervivencia — y tú ya vas perdiendo puntos '.
📍Puerto de Cristal:
El príncipe se detuvo en seco una vez se topó de frente con el borde marino, comprendiendo por qué había comenzado a sentir ese aroma desde hace un par de metros. —¿Para qué nos dan esta guía si está toda mal hecha? —bufó, su queja ahí sostenida en el aire para que cualquier transeúnte la recogiera.
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' ¿quinientos siglos y aún no han aprendido a sonreír? ' aquella mezcla de tabaco y salvia que exhala con tanta discreción como le es posible ayuda a relajar sus nervios — esos que amenazan con disparar hacia todos lados en tanto la diferencia horaria hace estragos contra su cuerpo. ' estamos aquí porque en los últimos cien seguían sintiéndose miserables, por lo que prefiero evitar imaginar cuanta tristeza anidarán del pasado. ¿no le causa más intriga nuestro anfitrión? '.
' ¿qué? ¿huyendo de tus deberes o de la mirada de los sultanes? ' inquiere tras prender el cigarrillo, el aire fresco le viene tan bien como la calada del cigarrillo. ' ¿no te da curiosidad pensar en qué habrán visto en esos quinientos siglos que llevan ahí? ' pues esas pinturas de los miembros de la dinastía durmaz que decoran el salón donde ocurre el brindis han sido lo más interesante hasta el momento para el de gamri.
✦ exterior del gran salón de sultanes, 07:21 p.m.
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SU ALTEZA REAL OPHELIA LANCASTER ⋅ segunda en la línea de sucesión de canterbury. hija infame. la bioquímica es uno de los tantos pasatiempos que ha dejado en el pasado, como la equitación, el badminton y la arquería.
. formulario ⋅ estética
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