#y si te contara que yo tampoco la terminé de ver ???
Explore tagged Tumblr posts
y0nain · 11 months ago
Text
Tumblr media
su sonrisa es suave cuando la mira, el pesar en su cuerpo disminuye y sus hombros suben hasta sus orejas, haciéndose la desentendida; sin embargo, es un acto que dura muy poco tiempo. "estaba en mi cabeza. la compartieron conmigo hace unas décadas y al parecer tengo una buena memoria" bromea ligeramente antes de echar su cabeza hacia atrás y suspirar ruidosamente. "yo — no sé si me gusta estar mucho aquí" susurra; sus manos en el volante del juego se aprietan antes de crear una melodía dispareja. "¿que si creo qué?... también dejaste algo a medio decir"
Tumblr media
@y0nain — ‘ ¿investigaste antes de venir o es información que simplemente estaba en tu cabeza? ’ inquiere. ‘ no me sorprendería que fuera lo segundo. ’ y si aquello hace a la ternura brotar del centro de su pecho, se lo guarda para sí misma y la sigue hasta el pequeño auto.. ‘ ¿crees que —? ’ se detiene a media frase, lo suficientemente familiarizada con expresiones ajenas para saber que hay algo más allí. ‘ lo siento. ¿qué ibas a decir? ’
37 notes · View notes
rottentovk · 5 years ago
Text
CAPÍTULO 5
Tumblr media
Cuando vi que ya se estaba haciendo de noche me fui al castillo de la Reina Malvada, ¿ya mencioné que sigo viviendo ahí? Bueno, llegue y mi mamá estaba junto a ella hablando en la cocina. Se veían un poco serías pero no les tomé mucha importancia hasta que me hablaron para comentarme de lo que estaban platicando antes de que llegara.
– ¿Que pasó? – ¿Que piensas de que Evie se integre a Dragón Hall? – okay, esto no me lo esperaba, pero Evie es como mi hermana y si ella quería eso no iba a decir que no aunque me pareciera una pésima idea, pero antes de decir algo tenía que preguntar algo primero. – ¿Evie quiere eso? Y ¿cómo están tan seguras de que Maléfica no va a ir tras ella? – Primero, Evie aún no sabe nada, queríamos preguntarte a ti primero tu opinión y segundo, Maléfica de seguro ya hasta se olvido de nosotras, no hay que preocuparse por ella – me respondió la Reina Malvada. – De acuerdo, hablen con Evie, si ella quiere yo la puedo ayudar a integrarse– les respondí– pero no creo que se salve de las novatadas que le piensan hacer. – Pero para eso estas tú, corazón. No vas a dejar que nada le pase a ella– me dijo mi mamá mientras quitaba un poco de basura en mi cabello– ¿a donde fuiste después de la escuela? Parece que te revolcaste en la tierra. Eres una princesa, Caroline, por Dios.
A veces se me olvidaba que después de tantos años conviviendo con la Reina Malvada, a mi madre se le habían pegado algunas cosas, como la que acababa de pasar.
– Basta, mamá– quite su mano de mi cabello– ya no tengo cinco años y no soy una princesa, ¿de acuerdo?. Y respondiendo a tu pregunta, estuve con Harriet en su barco. – Ay esa niña– mi mamá se quejó– pensé que te ibas a alejar de ella después de lo que dijo. Gracias, mamá, por recordarme mi desgracia. – Es mi amiga– respondí– sé que no lo hizo a propósito, se disculpó hoy y ella no es de pedir disculpas. – Esperen– la Reina Malvada interrumpió nuestro momento madre e hija... Pero con una cara de no entender nada, que no pregunte, que no pregunte, que no pregu- ¿Que dijo Harriet de ti?- y preguntó. – Nada importante, ¿saben que? Ya es muy tarde, me voy a dormir.– mientras hablaba iba saliendo de la cocina para después correr hasta mi cuarto. Lastimosamente logré escuchar lo que mi mamá le contaba a la Reina.  – Está enamorada y tiene miedo. – ¡Mamá! – le grité desde donde estaba y solo pude escuchar risas desde la cocina. Estaba perdida. – ¿De quien estás enamorada? – me asustó la voz que escuché al entrar a mi cuarto  – ¡Evie! –dije por el susto– casi me matas de un infarto. Mientras hablaba me toqué el pecho ya que mi corazón estaba acelerado por tremendo susto. O sea, entrar a tu cuarto con la luz apagada y que lo primero que escuches sea una voz viniendo de adentro no es normal ni la cosa más hermosa que pueda pasar. – No me cambies el tema, ¿quién es?– se acomodó más en mi cama para que le contara. – Le conté a Harriet y media tripulación se enteró, no voy a arriesgarme otra vez, gracias– al terminar de decir eso pude ver su cara de indignada. – ¡Oye!– se quejó– yo no soy como ella, además, no tengo a nadie a quien contarle –dijo un poco triste. – Bueno– esta era mi oportunidad para cambiar el tema– ya tendrás. – ¿De que hablas?– me preguntó confundida.  – Hablo que a partir de mañana vas a ir a Dragon Hall conmigo.
Ni bien terminé de hablar y ella se paró exaltada de la cama.
- ¡De ninguna manera voy a ir!- empezó a dar vueltas y a decir muchas cosas sin sentido.  - Escucha- le empecé a decir para tranquilizarla un poco- sabes que yo te apoyo sino quieres ir. Es mas, yo tampoco quiero que vayas. - Gracias- dijo emocionada- le diré a mi mamá que se saque esa loca idea- pero antes de que se fuera hablé.  - Pero- ella volteó a verme- pensándolo bien, no te haría nada mal empezar a conocer gente nueva. Podrías hacer amigos. - Pero ya te tengo a ti, no necesito más amigos. - Yo no voy a estar siempre contigo, necesitas conocer gente- y como vi que de esta manera no iba a convencerla de aceptar, cambié un poco el rumbo de las cosas- además- empecé diciendo- no sirve de nada que hagas todo el royo del maquillaje si nadie lo ve- eso si le interesó, a ella desde pequeña le ha gustado maquillarse y verse bien, es hija de la Reina Malvada, la que quiso eliminar a Blanca Nieves solo porque era más bella que ella, Evie tuvo que sacar algo de su madre- pero entiendo, si no quieres ir esta bien, supongo que deberás seguir arreglándote para el espejo. - De acuerdo- me interrumpió- iré, pero tienes que prometer que no me harán ni una broma- ella es tan inocente. - No puedo prometerte eso, Evie- le dije con una sonrisa- normalmente no entra gente nueva así que probablemente te hagan demasiadas bromas. Pero- seguí diciendo al ver su cara de preocupación- estarás con Carlos, Harriet y yo, no te puede pasar la gran cosa. - Bien, supongo que tendré que estar alerta por cualquier cosa. Le diré a mama que iré- dijo con voz de resignación y después salió en dirección a la cocina.
Mañana le tendré que decir que por nada del mundo se acerque a Mal ni a Jay, pero realmente espero que no se acuerden de ella porque sino si estará en muchos problemas y yo no quiero estar involucrada en esos, ya suficientes tengo con los míos.  
1 note · View note
Text
You've changed my world and made my heart sing:
Voy a empezar esto diciéndote que son las 11:30 de la mañana y yo sigo tratando de encontrar una forma de expresar lo que siento de manera coherente y sin parecer -más de lo que ya lo soy- un idiota. Llevo días planeando esto, quería que fuera una sorpresa y de pronto todo se descontroló para mí y terminé haciendo todo al revés. Pasé por mil intentos, escribí esto una y otra vez tratando de expresar lo que sentía pero creo que soy bastante malo cuando de hablar se trata y vos fuiste testigo de eso muchas veces. La cosa es que, realmente no sirvo para este tipo de cosas y probablemente esto no sea lo mejor que viste en tu vida, pero te prometo que en cada parte de todo lo que te dije acá hay una parte de mí. 
Como te dije antes, no quiero sonar repetitivo y ponerme hablar de cosas que ya tenés bastante claras, así que si me lo permitís, voy a hablarte de la casualidad más hermosa que me pudo pasar en la vida.
Quiero empezar diciéndote que si miro para atrás y siendo totalmente sincero, realmente no me esperaba que las cosas terminaran así entre los dos. Siempre fui bastante negativo en ese aspecto y vos siempre me pareciste una persona tan maravillosa que realmente se me hacía imposible la correlación entre lo que yo pensaba de mí y lo que yo pensaba de vos en ese momento. Desde el primer momento captaste toda mi atención en todos los sentidos, me gustaba mucho leerte y el hecho de que tuviéramos tanto de qué hablar realmente ayudaba bastante en ese momento. No quería parecer desesperado pero tampoco quería tardar en responderte, desde el primer momento me hiciste necesitar seguir hablándote, saber más de vos y a medida que el tiempo fue pasando eso solo se intensificó para ambos -y lo agradezco-. El tiempo siguió pasando y nos volvimos más unidos, sabíamos mucho más del otro y el tiempo que pasábamos juntos se había incrementado todavía más. Me gustaba mucho leerte, que me contaras acerca de tu día, de lo que te gustaba e incluso de aquellas cosas que no te gustaban tanto. Me gustaba que compartieras tus gustos conmigo y que en el medio de eso nos diéramos cuenta de que teníamos más en común de lo que parecía. Me hacías sentir muy cómodo, siempre fue muy fácil para los dos encontrarle lo chistoso a todo y reírnos juntos de eso y creo que eso tiene mucho que ver con la forma en la que conectamos desde el principio. Conectamos inmediatamente, lo suficiente como para saber -en parte- qué intenciones teníamos con el otro. Pero lo que más me gustó -y me gusta- de nosotros es que a pesar de haber conectado tanto en ese sentido y de tener tanta química, nunca dejamos de ser amigos y nunca dejamos de serlo hasta el punto en el que vos te convertiste en mi mejor amigo. Fue muy poco tiempo después de empezar a hablar que te dije que eras ‘mi persona favorita’ y realmente lo eras. Lo sentía todo el tiempo y desde ese momento en adelante solo se fueron incrementando todas las cosas que estaba sintiendo por vos, demasiado y por momentos me sentía bastante loco porque no me parecía correcto sentir tan pronto todo lo que estaba sintiendo pero, una vez más, con el paso del tiempo me hiciste darme cuenta de que no hacía falta medir el tiempo cuando se trataba de nosotros dos.
Entonces con eso en mente pude soltarme un poco más y las cosas se fueron volviendo cada vez más íntimas entre los dos y recuerdo cada cosa a la perfección. Desde nuestra primer discusión hasta la primera vez en la que estuvimos cerca e incluso esos momentos que parecen no tener tanta relevancia porque pasan todos los días. Recuerdo lo nervioso que me ponía cada vez que me tocaba hablarte de lo que sentía y creo que siempre fui -soy- bastante malo en eso por lo mismo. Recurría a los asteriscos para tratar de decirte lo que estaba sintiendo, pero por alguna razón vos siempre estabas ahí para tranquilizarme y hacerme saber que te sentías exactamente igual. Los dos queríamos seguir conociendo más del otro y a ese punto era bastante claro que lo que teníamos era más que una amistad, lo suficiente como para que comenzáramos a decirnos ‘novio’ a pesar de no serlo todavía. Eso también me ponía bastante nervioso. Y el tiempo siguió pasando, mientras todo lo que pasaba entre ambos se volvía cotidiano y mucho más nuestro. Cada día que pasaba encontrábamos algo nuevo para estar más en confianza con el otro y en esos momentos en los que pensabas que podías espantarme o abrumarme, me hacías darme cuenta de que incluso estaba sintiendo mucho más de lo que yo mismo pensaba. Y fue cuando dejé salir como un idiota y con asteriscos el primer te amo y no nos dejé terminar de asimilarlo a ambos antes de decirte que también estaba enamorado de vos y cuando lo solté realmente sentí un peso menos, a pesar de lo mucho que me asustaba hablar de eso en ese momento. Me correspondiste a ambas cosas y me descolocaste por completo porque a pesar de que ambos nos dábamos indicios de lo mismo, realmente siempre se me hizo muy difícil aceptar la idea concreta de que realmente todo eso me estaba pasando con vos. La forma en la que nos dijimos todo eso fue bastante rara, pero muy nuestra y de ahí en más todo tomó otro rumbo para los dos (para mi suerte).
Recuerdo perfectamente y con lujo de detalle el momento exacto en el que me pediste que sea tu novio. Me había despertado apenas y me pediste que fuéramos a Rave a ver una cosa y lo hiciste todo de forma tan natural que en ningún momento esa idea se cruzó por mi cabeza, ni siquiera algo parecido. Entonces fuimos y me mostraste esa canción que hoy es tan especial para mí, aunque tuvimos algunos problemas de por medio y lo frustrado que estabas en medio de todo eso me hizo reír incluso mucho más que todo el caos que se había vuelto la sala en ese momento. Finalmente pudiste mostrármela y antes de que te dijera algo, de una forma bastante particular y muy tuya, me dejaste el link y te fuiste. Todo lo que tenías para decir sobre mí ahí me dejó helado y al momento en el que llegué a terminar de leerlo simplemente me paralicé porque nunca me hubiera imaginado nada de eso y si lo hice, realmente superaste todas mis expectativas. Entonces eras mi novio ¿? y esa idea me dejó tan descolocado que me la pasé llorando toda la misma semana y por primera vez te mostré mi peor lado. Estaba bastante asustado. Ahora dejame hablarte un poco acerca de eso.
No voy a entrar en detalles que ya te sabes de memoria, pero esa fue la primera vez que me mostré tan vulnerable frente a vos y estaba tan descolocado y desesperado que no podía controlar nada de lo que decía o hacía. Realmente me costaba mucho terminar de caer en la idea de que todo eso me estaba pasando y por alguna razón todo se me vino encima al darme cuenta de que tenía al lado mío a una persona tan valiosa como vos. Fue muy difícil calmarme, pero te quedaste conmigo y me dijiste muchas cosas que sigo teniendo grabadas y presentes conmigo todo el tiempo. Me pasaste una canción antes de que nos fuéramos a dormir y todo eso terminó de descolocarme porque nunca nadie me había tratado con tanto amor y mucho menos me había visto de la forma en la que vos lo hiciste. Todavía tengo muy presente esa canción junto con todo lo que me dijiste, y aunque a veces nos costó entendernos un poco, estaba seguro de que al final del día vos ibas -sos- a ser mi único lugar de paz y la persona en la que voy a poder confiar. Sabía y sé cómo me ves -y voy a poner todo de mi parte para verme de la misma manera-. Y desde ahí no te atreviste a soltarme la mano en ningún momento.
Pasamos varias cosas, momentos malos y momentos buenos, aunque como yo te dije en su momento, yo nunca voy a poder considerar como malo a ningún momento que pasemos juntos porque cada día que pasa estoy aprendiendo algo nuevo, tanto de vos como con vos. Nos volvimos mucho más unidos, hasta conocer todo del otro y ambos nos abrimos al punto de quizás saber más del otro que de nosotros mismos. Me mostraste cada parte de tu vida y de todo lo que sos y aunque por momentos pienses que por algo de eso no debería amarte como lo hago o que debería salir corriendo, dejame decirte que es todo lo contrario. Cada día que pasa me enamoro mucho más de vos y de cada cosa que te complementa, tanto de todo lo bueno que tenés -que es demasiado- como de aquellas cositas que pensas que no deberían gustarme o que no te gustan tanto a vos. Y como te dije antes, te lo repito, puede que no siempre vayamos a tener momentos completamente buenos, pero en todo este tiempo que pasamos juntos aprendí que eso tampoco es necesario con nosotros porque nos amamos lo suficiente como para poder ser pacientes con el otro, entender y aprender de cualquier cosa que pase. Vamos a seguir aprendiendo juntos durante el resto de nuestras vidas y yo voy a estar siempre muy cerca para recordarte cuánto te admiro y lo orgulloso que estoy de vos, porque lo estoy. Me siento muy afortunado de compartir mi vida con vos y no nada, absolutamente nada en todo el mundo que sea capaz de hacerme cambiar de opinión, a menos de que sea para mejor.
Sos la persona más hermosa e increíble en todos los sentidos que conocí en mi vida Sol. Tenés un corazón inmenso, dispuesto a dar todo de vos sin recibir absolutamente nada a cambio, a pesar de que seas muy inteligente respecto a cuál es tu lugar y lo que te mereces con los demás -otra cosa que admiro de vos-. Tu amor es el más puro, sincero y transparente que conocí en mi vida y a mí me sana todos los días un poco más. Tenés un humor muy particular y por eso mismo también sos la persona que más me hace reír en todo el mundo. Sos muy fuerte, a pesar de que muchas veces no lo veas y estás tan alto que realmente no creo poder alcanzarte alguna vez. Sos inteligente, dedicada, perseverante y todo lo que haces siempre es un 100/100 porque no hay algo que no hagas a la perfección, aunque usualmente dudes de eso. Te admiro por todo lo que sos, por todo lo que hiciste y por lo que querés hacer. Te admiro increíblemente porque sos buena, comprensiva, respetuosa y a pesar de que hayan cosas que te saquen de tus casillas a veces, siempre encontras la mejor forma de reaccionar a todo eso. No hay algo que no me guste de vos mi amor, no hay algo tuyo que no ame con todo mi corazón, incluso a las cosas y personas que te rodean. Amo todo lo que te complementa y amo que cada día que pasa me des la oportunidad de conocer mucho más acerca de todo eso. Te voy a amar con todo lo que te complementa toda mi vida, mucho más en los momentos en los que pensas que no tengo que hacerlo.
Amo que ames todo con tanta intensidad. Amo que seas tan sensible. Amo que nos gusten las mismas cosas. Amo poder hacer todo con vos. Amo que nos complementamos tan bien a la hora  de hacerlas. Amo tus gusto, como te emocionas por la música que te gusta o tus películas favoritas. Amo que quieras compartirlo conmigo. Amo que me hagas sentir tan amado, tan único en todo sentido. Amo que me ames y amo la forma en la que lo haces. Amo saber exactamente cuándo te vas a dormir y cuándo te vas a despertar. Amo que ambos sepamos siempre qué va a decir el otro. Amo nuestra intimidad, la química que tenemos. Amo proyectar a futuro con vos y saber que vas a estar ahí conmigo. Amo pensar en formar una familia con vos y aunque odie aceptarlo, también amo la idea de una pequeña versión de vos. Amo mi vida porque estás conmigo y espero que podamos seguir compartiéndola juntos por una eternidad porque cada día que pasa te amo con más y más intensidad. A vos, a tus momentos en los que pensas que sos intenso -no lo sos-, a tus stickers y a la forma en la que te pones tan nerviosa conmigo. Amo que me sigas en todas mis locuras. Amo que me quieras tan cerca porque yo quiero lo mismo y más. Amo tu risa, tu chistes malos. Amo pensar en dormir con vos todas las noches y que ronques o le babees. Amo todo lo que con vos se relaciona. Te amo tanto y ojalá pudiera encontrar las palabras justas para expresarlo.
Que hayas aceptado casarte conmigo todavía me tiene un poco descolocado, pero saber que estamos en este punto después de todas las cosas que pasamos me llena el corazón de felicidad y de paz también. Como me dijiste cuando nos estábamos conociendo, sé que vamos a ser muy felices juntos y eso lo reafirmo cada día que paso con vos. Proyecto toda mi vida a futuro con vos todo el tiempo, lo hacía incluso antes de que todo esto pase y ahora no puedo dejar de pensar en nosotros, en nuestras cosas y en todo lo que queremos juntos para los dos. Quiero toda mi vida a tu lado y quiero seguir creciendo y aprendiendo con vos. Realmente quiero envejecer a tu lado Sol y no puedo esperar a que te cases finalmente conmigo para descolocarme también con esa idea porque nunca voy a terminar de creer que todo esto me está pasando a mí con una persona tan hermosa como vos. No dejo de imaginarnos viviendo juntos y haciendo todo lo que queremos hacer los dos y sé que así va a ser. Finalmente, ahora que tengo la oportunidad dejame decirte que el que aceptaras me hizo la persona más feliz del universo -más de lo que ya lo era- y que cada día de tu vida que me des va a valer la pena porque voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para hacerte la persona más feliz del mundo por el resto de mi vida. Te mereces eso, te mereces el mundo entero y acá estoy para tratar de ponerlo a tus pies cada día que pases conmigo y para poner todo de mi parte para llegar a alcanzarte alguna vez, porque estás muy alto y yo soy muy afortunado de que me ames como lo haces y lo disfruto y lo siento todo el tiempo. Te siento todo el tiempo mi amor y lo que más quiero en el mundo es poder seguir haciéndolo por el resto de mi vida. 
Gracias por estos tres meses llenos de amor y por haberme enseñado tantas cosas sin siquiera haberte percatado de eso. Me devolviste la vida y pusiste el mundo entero a mis pies desde el primer segundo en el que apareciste y te prometo con una mano en el corazón y desde el fondo de mi alma que voy a estar siempre cerca para hacer lo mismo. Sos el amor de mi vida (mi) Sol y el amor para mi vida también, solo vos. Te amo con cada latido de mi corazón y con absolutamente todas mis fuerzas, para siempre. Nos queda toda una vida juntos. Gracias elegir compartir tu vida conmigo vos también, estoy muy seguro de que vamos a ser muy felices juntos recorriendo el mundo y cuidando de toda la infinidad de mascotas que pensamos tener. Te amo cada día mucho más, sin importar qué se nos presente, nunca te olvides de eso. 
Una cosa más, entra acá: https://spoti.fi/2Kilplv
0 notes
pang0lines123 · 8 years ago
Text
no title garbage 1
Si me brindas otra lo hago. Si va. Bueno, sabes que eran mis inicios con el taxi. En esos tiempos los clase media no conocían los carritos, el metro ni se diga. No pana, para esa gente llegarse a cualquier sitio a más de dos cuadras era agarrar un taxi. Una vez una señora me pagó para que la llevara de La Estancia a la Plaza Francia... ¡Que no es joda vale! Bueno, en ese entonces yo todavía era un carajito. Mi papa tenía un carrito, un Malibu Classic, viejito pero bien cuidado. Como estaba juntando con mi mama y mi tío pa' comprarse una casita mejor, entonces taxeaba los fines de semana y hacía viajes. Eso antes podía hacerse, tú sabes. En una de esas lo trataron de asaltar saliendo de una tasca en La Mercedes y por salir corriendo se rompió una pierna. Entonces como la universidad andaba en paro me dijo que le hiciera la segunda de salir un viernes y me daba un porcentaje de las carreras. Yo le dije claro, dale.
Estoy en la esquina ladillado, fumándome un cigarro, cuando me tocan el vidrio. Tiré el cigarro por la ventana y lo bajé. Era una chama bonita, alta, flaquitica pero con lo suyo. Tenía una falda larguísima y un bolso como de playa full de vainas. Se veía muy... Los metaleros con los que yo me la pasaba fumando en la cancha la habrían llamado comeflor. Se le hacían huequitos en la cara sonreía. Toda sonriente me pregunto qué cuánto le cobraba hasta la Guaira. ¿Hasta la Guaira? ¿Hasta el aeropuerto?, le pregunte, porque era lo más lejos que había llegado mi papá. No, hasta Los Caracas. Yo me quedé frio. Tratando de sacármela de encima le dije que trescientos bolívares. Es difícil recordarlo, pero en ese momento eso era un billete. La chama se montó en el carro, feliz como si se acabara de ganar el kino. Ay, yo pensé quera mucho más caro, me dijo. Sacó de su bolso un fajo de billetes amarrados con una liga, me dio una parte y me dijo que los contara. Yo me quedé loco con aquella ingenuidad, aunque eran otros tiempos, así que conté la plata y le devolví el resto. Más tarde me di cuenta de que tenía muchos otros de esos fajos. La chama sacó un cigarro, un marlboro light, y me ofreció otro a mí. Lo prendió sin pedir permiso. Supongo que por la peste a humo reciente en el carro.
¿Hay gente esperándola en Los Caracas?, le pregunté, porque en ese momento uno solo tuteaba a sus amigos, había respeto. Por eso me sorprendió cuando ella me dijo No chico, es que estaba aburrida en mi casa y mi carro est�� dañado y bueno, que más me queda. Porque claro, alguien que tiene trescientos bolívares para gastar en un taxi no debe ser ningún güevón de a pie. ¿Y vas a hacer algo durante el día? No. ¿Qué iba a estar haciendo? Con el largo de ese viaje había perdido como la mitad de las carreras. Ah bueno, mira, si te quedas conmigo te brindo el almuerzo y después nos devolvemos a Caracas, ¿te parece? Aproveche que estábamos en un semáforo para voltear a mirarla. Tenía los ojos clarísimos, como aguarapados. Supongo que puse cara de cagado, porque ella volvió a reírse y me dijo No te pongas así, si no quieres bueno, yo consigo que me traiga de regreso. Pero la verdad es que ya me había seducido la idea de una fosforera bien resuelta y me dije Que coño, dale, la catirita es de pinga. Sonreía tanto que llegue a pensar que esa era su expresión natural y que sin ella se vería desnuda, ¿tú entiendes? Porque llevaba mucho rato sonriendo. Se la paso todo el día sonriendo...
Aun así quise medio disimular y le dije que me parecía un abuso, que la comida en las playas era carísima, etcétera. Ella se encogió de hombros y no dijo nada. Antes de que llegáramos al primer túnel saco un CD del bolso y prendió el aparato. Recuerdo que me alegré porque la primera era una canción de The Doors. Me sentí como si fuese en un viaje de joda con mis panas. ¿Y tú no estudias?, me preguntó. Si vale, en la Central, pero está en paro. ¡Qué chévere!, ¿y qué estudias? Le dije que estaba estudiando Ingeniería Mecánica. Yo también estudio ahí. Estudio artes. Yo me había imaginado que, si estudiaba, tenía que ser en la católica. Estaba medio mojoneado, porque yo sabía que en la central se veía de todo, pero bueno, los estereotipos y tal. Supongo que ella también lo estaba, porque me dijo Pero coye, tú no tienes pinta de ingeniería. Me lo habían dicho, en ese momento yo llevaba el pelo largo y la pintica y toda la paja. Sólo me faltaba una guitarra, y de hecho tenía una en la casa, pero me sabía lo que todo el mundo se sabe, el intro de Smoke on The Water y unas cuantas de Metallica. Cuando ya se veía el azulito del mar me dijo que se llamaba Laura. Cuando le dije que me llamaba Andrés hizo una mueca de asco que no tenía nada que ver con su eterna sonrisita. Te llamas como mi papá. Y yo pensé que o era una de esas coñitas a las que el papá se las cogía y después le compraba un carro o que solo le compraba el carro pero nunca había estado con ella, que le montaba cachos a la mamá con la secretaria... un culebrón, una vaina. Falleció hace poco. Lo asesinaron. Y aunque ahora está peor, en ese entonces el hampa con los riquiquitos tampoco comía cuento. No dijo nada por un rato. Seguí imaginándome secuestros y tipos con capucha ruleteando a un gafo con traje.
Cuando llegamos a Los Caracas ya era mediodía. Me avergüenza pensar que la playa estaba más llena de lo usual porque había paro en la Central, pero bueno, yo podía ser facilito uno esos. Estacionamos el carro y lo primero que hizo fue caminar hasta un quiosco; seguro había comido varias veces ahí. Yo me estaba muriendo de calor, con la chaqueta y los bluyines, así que me quedé en camiseta antes de acompañarla. Ella me prestó unos lentes de sol de jeva antes de preguntarme que quería. Una fosforera, claro. Pidió además un dorado en rodajas y dos polarcitas. Luego se dedicó a ponerse protector solar. El sol te arruga la piel, me dijo, antes de intentar ponerme en la cara. Lo hice yo mismo porque si no hubiese insistido toda la tarde, su cara me lo decía. Cuando terminé la sopa, me dio la mitad de su pescado (nunca había visto tanto pescado) y pidió otras dos cervezas yo no sabía si esperar la aparición de algo tipo ¡Qué Locura! o si me había ganado la lotería, pero me baje mi birra con ganas. A la tercera ella soltó la lengua con la facilidad que lo hace todo el mundo o casi todo el mundo con un taxista, como si uno fuese cura o psicólogo o una mezcla mamarracha entre los dos. A mi papa lo mataron porque andaba metido en una vaina de pornografía infantil. Casi me ahogo con la cerveza. Eso era más fuerte que todo lo que me había imaginado, incluyendo el escenario del incesto. Sin preámbulos ni nada. Un día llegaron unos tipos a la casa y le volaron la cabeza. Después salió todo a la luz y como el mamagüevo estaba muerto mi maáa tuvo que hacerse cargo de todo el peo legal. No sé que me dejó más loco, si la historia o la catirita que hablaba mandibuleao diciendo semejantes improperios.
Coño. Qué horrible. Lo único bueno de la habladera de paja cuando eres taxista es que a la mayoría de la gente sólo le interesa que la escuches y que des las señales mínimas de que les estás parando bolas. Aunque, si te soy sincero, me hubiese gustado saber cómo consolarla.
Si. Se suponía que era el dueño de una compañía de seguros, no tan conocida como Venezolana de Seguros o algo, pero si una vainita bien. Yo tenía una cuenta en el exterior. Apenas lo mataron supuse que iban a bloquearlo todo, así que saque toda mi plata y la convertí a bolívares.
Yo volteé a los lados, más que cagado, como si ya la amenaza no fueran los bichos de la cámara oculta sino algún secuestrador oportunista que pasara casualmente por ahí, pero solo estaba la cocinera del quiosco, fumándose un cigarro en una sillita de playa.
¿Sabes que es lo peor? Que mi mamá lo sabía. Lo sabía todo. Me lo dijo ayer, llorando. Que mi papa nunca hizo nada más que pagar los equipos y demás, y solo se quedaba un porcentaje de las ganancias, pero lo sabía y nunca dijo nada. Mi carro no está dañado... Lo vendí....Terminó a fondo blanco su cuarta cerveza. Pagó todo en efectivo y dejó una propina que valía por otra comida.
Vente chico. Vamos a bañarnos.
Yo no me negué, pero en lo que alquiló un toldo y volvió a echarse protector le hablé claro. Cómo me iba a estar bañando si lo único que tenía era el bóxer. Aja, ¿y entonces? ¡Te vas a rueda libre! No podía creérmelo, y sin embargo me cagué de la risa. Y aunque pongas esa cara, si, termine bañándome con el bóxer y echándole agua encima a Laura.
Laura... parecía una niñita con plata, eso parecía ahí metida, con el bikini de florecitas y el cabello tapándole la cara. Era la clase de cabello que te hace pensar como se verá regado sobre una sabana. Si hubiese estado más chamo creo que se me hubiese despertado el chaparro inoportunamente. Tardamos dos horas y varios revolcones de ola en volver al toldo a comernos un rompecolchones. Ella me pico el ojo cuando se comió el suyo. Hermano, uno no es de hierro, y con ella yo no iba a aguantar dos pedias, ni una si se le ocurría pedir más birras.
¿Y cómo es tu vida, chamo? Y no sé por qué, a lo mejor por las otras tres cervezas que pidió, me pego ese yo-no-se-que que le debe pagar a la gente que paga una carrera creyendo que compra una hora de terapia. Bueno, mi papá es abogado pero como es un señor dizque honesto no gana demasiado. Mi mamá trabaja como decoradora de interiores. Mi tío es mecánico... Ah, y tengo una hermanita que estudia sexto grado. Le gusta dibujar. Creo que tiene talento y todo. Le dije que mi papá le montaba cachos a mi mamá de vez en cuando, pero la trataba muy bien; si ella lo sabía, nunca había dicho pío. Que vivíamos en una casita en Baruta que antes era de mi abuela. También le conté que yo quería estudiar Letras, no ingeniería. Que había publicado incluso (en anónimo, para que no me jodieran mis amigos) unos cuentos en una de las revistas de la Universidad, cuando abundaban las revistas. Pero bueno, de que iba a vivir estudiando Letras... mis viejos eran tolerantes con la pinta, la junta y la música, ya hubiese sido demasiado que aceptaran los cuenticos y la poesía. Coye, ¿y no tendrás uno de tus poemas por ahí? Precisamente tenía uno él en bolsillo del pantalón. Una mierda, por cierto. Lo saqué y se lo leí. Aquí lo tengo todavía, plastificado. Coño, pero es que si lo escuchas te vas a reír. Bueno, el poema es este.
hoy le toque los huesos a mi perro
y sentí en ellos cada mío propio
rompiéndose
acercándose mas a la piel
cada curva de su pliegue escueto de carne
se amoldaba perfectamente al esqueleto
como ha venido haciendo tanta carne en tantos cuerpos
en este pequeño espacio que me tocó habitar
como se curvan y encogen mis sueños
en este pequeño espacio que ocupa el alma
¿Ves que es una mierdita? A ella le encantó. Me pidió que se lo leyera otra vez y se me quedó viendo. En esa mirada entre la carita y yo hubo una conversación más intensa que cualquiera que haya tenido con cualquier ser humano, excepto quizás contigo cuando estabas tratando de explicarme porque los Tigres de Aragua están infravalorados. Ya se iba a hacer de noche. Nos sacamos la sal en las duchas públicas. ¿Entonces te llevo a Caracas? No. Quiero ir a Maiquetía.
Nos fumamos un cigarro en el capó del carro antes de irnos. Era la primera vez que hacia eso; le tenía como respeto al carro de mi viejo. Pero bueno, ahí estaba con el malrboro light, pensando en que hubiese preferido un cónsul, cuando ella me lanzo aquello.
¿Y no has pensado en irte del país?
Lo había pensado pero como quien sueña lo que no tiene, y nunca irme definitivamente. Mochilear, emborracharme en México, conocer Machu Pichu... Esas cosas que quiere hacer todo el mundo. Antes también se podía si le echabas bola, y la gente se iba porque quería, no porque no pudiera vivir aquí.
De viaje, nada más. Ella parece que se olvidó de que estaba fumando, porque el cigarro era una torrecita alta de cenizas que se consumía solo en su mano. ¿Y si pudieras irte y estudiar Letras en otro país? Me reí. Ni que mis notas dieran para tanto. Hay universidades privadas, insistió. Y podrías mandarle platica a tu familia. Se puede trabajar y estudiar. Cuando la miré, sentada y con el cigarro olvidado temblando en su mano derecha, supe que hablaba completamente en serio. Supe que tenía suficientes billetes de esos como pa' que sobrevivieran al control cambiario y pa' comprarse una visa gringa si quería. Me lo estaba diciendo en serio. Y puedo asegurarte que yo también me lo estaba planteando en serio. Por un segundo me imaginé dejando el carro en el aeropuerto, comprando unos boletos y yéndome a quién sabe dónde con Laura, con su risita y con su charla amena, con esa mezcla tan extraña de fragilidad y fortaleza. Al final pensé en mi vieja y le dije que no. Pude notar su tristeza. Supongo que, por muy buena persona que fuese, no estaba acostumbrada a que le negaran nada. Suspiró y se volvió a poner esa risita, que ahora parecía escudo y no invitación. Claro, tú tienes una vida aquí, tu familia, tus panas... Entiendo, entiendo.
En resumen; la acompañe a Maiquetía y estuve con ella hasta la una de la mañana que salió el avión. Se fue a Argentina. Cuando estaban llamando para abordar me abrazó. Si me concentro lo suficiente aún puedo olerla, esa mezcla de playa y el Carolina Herrera rosadito. Lo sé porque mi prima tuvo que gastar casi la mitad del sueldo para comprarse uno igual. Y claro, ¿qué clase de cuento sería este si no me hubiese besado? Me besó. Me abrazó como si fuera a caerse a pedazos si no lo hacía y me besó como no me habían besado ninguna de mis noviecitas, me metió el dinero en el bolsillo y salió corriendo, medio doblada por el bolso de playa enorme.
Cuando llegué a la casa me formaron tremendo peo por la hora. Les enseñe la plata (más de la que pensaba y todo) y les expliqué y se calmó la cosa, pero mi mama igual parecía al borde de un soponcio. Me suplicó que no volviera a hacerle eso, que por algo habían hecho el sacrificio de comprar un teléfono para la casa... En fin. Yo me gradué y jamás ejercí. Una de las revisticas de la Universidad me puso en contacto con una editorial, tú sabes, y publiqué un poemario y dos libros de cuentos cortos más o menos conocidos. Y ahorita trabajando para el periódico... A veces creo que eso fue lo que me dejó Laura. Porque cuando escribo algo no puedo evitar recordar su cara cuando leyó aquel poema de cuarta. Porque nunca había visto a nadie reaccionar así ante uno de mis poemas. Aún hoy, cuando llegó a mi casa y mi esposa me está sirviendo la comida, me pregunto qué hubiese pasado si me hubiese ido con ella. En donde está ahora. Si habrá seguido estudiando...
Pero bueno chico, nos entretuvimos hablando paja. Claro, yo pago las otras dos que me tomé, solo me invitaste una. ¿Entonces nos vemos el viernes para ver el juego? Dale. Salúdame a tu mujercita cuando termine de formarte peo por llegar a esta hora. Cualquier cosa te lanzas una sonrisita tipo Laura y listo, ¡jaja!
0 notes