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nowakill95 · 8 years ago

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FANFIC WIGETTA: ¡ CUANDO BRILLAS! CAPÍTULO 8: MIRANDO MÁS ALLÁ💚💜

Narra Vegetta:💜 Después de esa noche en la que ambos fuimos del otro, el despertar a su lado y ver su cuerpo junto al mío en la misma cama despertó sensaciones increíbles, estaba listo para el y esperaba que él lo estuviera para mi. Me daba mucho miedo el hecho que me rompiera el corazón, pero estaba dispuesto a saltar al vacío si así fuera necesario. La incertidumbre es lo que se arraiga a nosotros cuando hablamos de amor, sin está, pues sería imposible que aquellos sentimientos se consoliden y formen lo que conocemos como " amor". Pase la mañana a su lado y luego tuve que volver a mi casa a buscar ropa limpia y así alistarme con mis libros y utensilios importantes para mí día de facultad. Salí de casa nervioso y un rato antes de lo acordado con Guillermo para quedar en la puerta de entrada de la universidad. Me puse los auriculares y camine tranquilo esperando topar con el chico de prominentes mofletes en el camino. La separación, desataba un deseo desesperado por volverle a ver. Me dirigí sin prisa y sin pausa a la entrada al notar está en mi camino. Camine aún más apurado al verle que ahí estaba él. Mis ojos no veían nada más que su figura, tan única y que mis manos habían tenido el placer de tocar una y otra vez. Los recuerdos segaron mis ojos por el recuerdo de la mañana, al verle despierto a mi lado, el me tenía aniquilado, sus ojos me transportaba lentamente al infinito, su piel tan suave y con una fragancia tan particular. Alejarme de su cuerpo, desordena mi mente y es por el que volví a creer en el amor. Pero que ingenuo puedo ser, eso se derrumbó tan rápido como cuando reconocí que estaba hablando con alguien en la puerta de entrada, me extrañe ya que a ese chico algo alto y rubio, no me resultaba conocido ni tenía las características de ninguna persona de las que me había contado willy. Mi exitación por su encuentro bajo al instante, me acerque lentamente y ví toda la escena. Ese hombre cerca de su cuerpo hizo que me subiera el cabreo automáticamente, apreté mi puño y trague saliva. Interrumpí justo en ese momento cuando sus rostros estaban cerca y sus miradas eran cómplice una de la otra. ¿por qué Willy no se quitaba? ¿ quién era el?. Guillermo parecía tan perturbado por su presencia y se le notaba. Por lo poco que conocía de él, me daba cuenta cuando se sentía nervioso en presencia de alguien y su cara estaba roja... Me dolía el corazón, tenía miedo de su respuesta cuando le pregunté quien era esa persona. - mi ex pareja- dijo el mirando al suelo, solté inmediatamente su cuerpo y retrocedi unos pasos. Si su ex pareja era capaz de perturbar todo lo que en su mente se encontraba era porque aún no lo había olvidado, sentí mi cuerpo quebrarse como un cristal totalmente fino, quise borrarme su recuerdo, me sentía tan idiota, como había sido capaz de entregar mis sentimientos a alguien que no sabía quién era. Entendía que había sido engañado por aquel chico de anteojos y mofletes abultados. Me pregunte ¿ por qué tenia que quererle?, Sólo quería irme de su lado. No podía contener las ganas de golpearle, pero antes de hacer eso, prefería irme, tomé dirección hacia el interior de la universidad. Estaba totalmente dolido, ¿ por qué me dolía tanto el pecho? Comencé a asociar sus miradas y como se encontraba su cuerpo en la presencia del chico rubio. Cuanto dolor, probablemente sino interrumpía aquello, sus labios se hubiesen hundido unos en otros. Di cuenta que cuando uno siente cosas por otra persona llega a ser el sujeto mas idiota de todos, no importaba cuanto me lastimó eso, no podía dejar de pensar en su rostro, en su piel contra la mía, estos recuerdos eran puñales para mi mente y cuerpo, dolía demasiado... El día entre materias y las cosas de la facultad había pasado con bastante dificultad, flashes de cosas pasadas con willy atormentaban mi mente una y otra vez, no era capaz de concentrarme en clase, lo tenía cerca, porque estudiabamos lo mismo. En cada clase me senté lo mas lejos posible, no quería sentir su fragancia, sino iba a caer en su voluntad, no podía verle a la cara, me había mentido. Lo último que me esperaba a la salida y esa hora estaba por llegar. Me encontré con Frank entre clases y me quedé con él. - oye cambia la cara pringao- me dijo para hacerme reír. - no puedo - refute sin ganas de hablar, sólo quería estar en su compañía. Frank era mi amigo hace años y un compañero totalmente leal a mi. - ya tonto ven aqui- me tomo por la cabeza y me deje caer en sus piernas. Entendía que si era el podía demostrar mis sentimientos como eran. Ya le había comentado sobre willy y él me había dado su aprobación, no es que la necesitará pero era importante tener el apoyo de mi amigo en estas cosas de la vida, como el tenía la mía en la suya. - yo no te lastimaria - dijo acariciando mis cabellos y cara, mientras yo me revolvía entre recuerdos y me ahogaba en ellos. - lo se Frank.- le dije. Para que me quedara tranquilo y ambos permanecimos en silencio. - Vegetta...- tomo mi cabeza, y nuestros rostros quedaron enfrentados. Ví su mirada algo brillante. - no puedo verte así y quedarme callado. Se que no es el mejor momento... Pero..- sus ojos se cristalizaron aún más y las mejillas las tenía sonrojadas. - desde que me dijiste lo de Willy, no puedo mantenerme tranquilo y menos ahora. Yo.. - me sentía totalmente persuadido por sus palabras. Quería que terminase de hablar, pero su clásico nerviosismo me hizo dar cuenta de lo que quería decir. - ya se, lo quieres golpear no ?.. anda tonto no tienes que hacer eso. - volví mi rostro a un costado para posicionar mi cuerpo como antes. - no, no es eso - me dijo rápidamente - ¿entonces Frank?- sentí su suspiro profundo y volvió a tocar mis cabellos, paso su mano por mi mejilla. - Samuel.. te- mientras sus palabras están a punto de conjugarse y mi mente estaba por estallar, escuché mi teléfono sonar, era una llamada. Me levanté rápidamente de las piernas de Frank y mire mi móvil, era mi madre, lamentablemente no llegue a responder su llamada. - ¿que me ibas a decir ? - volví a el con un interrogante, no entendia lo que quería decir, su cara estaba roja, tomé mi mano y la puse en su frente, tenía algo de temperatura - oye estas enfermo.. vamos a la enfermería- me apresure a decir. Me levanté tomando su mano. -no.. estoy bien, quedate conmigo un poco más!- sus dedos tomaban mi muñeca y volví mi cuerpo cerca del suyo. - ¿seguro?- pregunte preocupado. - si.. me gusta estar así contigo- sentí como largo una sonrisa pequeña y ruidosa. El recostarme en sus piernas me causaba mucha tranquilidad, sabía que Frank era uno de mis lugares en el mundo. Donde estuviera el, yo iba a estar bien eso lo tenía más que seguro. - ¿ en que piensas? - su pregunta llegó a mi prácticamente en un momento de tranquilidad y me remontó a mi pesar. - voy a hablar con él. En la noche cuando salga de aqui- Frank apretó mi brazo en ese momento. No entendí su reacción y mire a su rostro. - no deberías de hacerlo- su respuesta me sorprendió. - ¿por que lo dices?- mi rostro extrañado, se fijó en él. ¿ que le pasaba a Frank?. Tomo una de mis manos y me miro directo a los ojos. - no quiero... No quiero que te lastimen, tu mereces algo mejor- sonreí por ello, hace mucho no me decía cosas tan lindas y como para cuidarme de esa manera, me di cuenta que era una excelente persona, aunque eso no hacía falta de ser demostrado, luego de tantos años y nuestra historia, sabía por demás que así era el. - yo.. no te voy a lastimar - esas palabras me sonaron extrañas, a que venía todo eso, mi rostro pasó de tener una expresión compasiva a estar totalmente extrañado por sus palabras. - te quiero cuidar.- poso una mano en mi rostro y se acercó, lo tenía en frente de mi cara - no estoy listo para perderte- el eco de sus palabras retumbaron en las paredes de mi ser. ¿ que era esto? - f..frank??- no sabía que responder. - no digas nada... Sólo debes elegirme. Yo vegetta te te a..- no podía escuchar más de aquello, mi cabeza estaba explotando. - es la hora de mi clase. Luego hablamos frank- salí corriendo de aquel lugar. Que pasaba, tantas cosas en un solo día, las palabras de Frank me habían dejado totalmente confundido. ¿lo decía por cuidarme? ¿ no estaba listo para perderme? Es verdad que desde nuestra historia, que tanto pesar nos había causado, además de confusión, yo no había estado con ninguna persona, el había comenzado una relación con una mujer y ya tenían mucho tiempo en pareja. ¿ que es esto? Mi corazón latía muy fuerte, mis mejillas estaban calientes y mis manos temblaban como el resto del cuerpo. - AHHHHH- grite,no soportaba tanta frustración, tanta confusión. Frank era la luz que alumbraba mi camino a su lado tenía felicidad, nuestra amistad era una utopía perfecta. Lo quería demasiado y luego estaba willy, me sentía engañado por él y por todo lo que había pasado, aunque cada toque de su cuerpo con el mío podía encender hasta la fogata más muerta. Ojalá pudiese evitar sentir esto por el, no quería admitir que lo quería, mi corazón estaba abierto y estaba seguro que le pertenecía. La construcción del amor se estaba derrumbando. Volví a mis cabales y ví como la gente me miraba, debe ser por el grito que produjo mi garganta momentos antes. Trate de tranquilizar mi cuerpo, mi mente y alma, todo lo que fuera posible para dejar de sentir aquello. Recorde como era tiempo atrás, luego de terminar mi historia con Frank mi corazón se encerró bajo siete llaves y muchas paredes de acero. No podía permitir volver a sentir ese dolor nuevamente, sentía que cualquiera que se quisiera acercar era expulsado, no le entregaría mis sentimientos a nadie que no los cuidara como debería, luego llegó Guillermo y tiró una a una esas paredes y logro forjar las llaves de esas cerraduras que se encontraban totalmente oxidadas. Me dirigí a la clase y ahí estaba el mirándome desde el final del salón y yo en la puerta. Me senté, está vez más cerca de él, la clase transcurrió con normalidad a su término tomé mis cosas rápidamente. Mi corazón latía con fuerza y me levanté del asiento y en un instante a otro me encontraba en el pasillo. Afuera me estaba esperando Frank - te estaba esperando - miro y me dijo directamente a los ojos. - Samuel- escuché la voz de Willy atrás mío y voltee automáticamente. - por favor hablemos- tomo mi brazo y su voz sonaba agitada. Me encontraba en medio de aquella situación espantosa. Mi amigo que había dicho esas palabras tan seguras y llenas de cariño, mientras del otro lado estaba willy con su mirada brillante y su toque electrizante. Mire a ambos por un momento. - tu.. chaval, déjalo, vegetta se irá conmigo- dijo Frank con su clásico tomo cabreado y adelantandose unos pasos delante de mi. - estoy hablando con Samuel, no contigo- nunca había escuchado a Willy hablar así, estaba serio y sus mejillas algo rojas. - tuuu..- Frank se le acercó tanto a guillermo que tuve miedo por aquella situación tan embarazosa por parte de ellos dos. - ya.. vale, se calman- dije. Posicionándome en medio de ellos. - Frank luego hablaremos ¿si? - toque su rostro y este se calmó, bufo unos segundos. - está bien.. llamaré a tu teléfono luego- me respondió y se dió la vuelta caminando hacia la salida del edificio universitario. Lo ví alejarse y sentí extraño, Frank no era así, esto cada vez confirmaba más mis sospechas. Pero no tenía más cabeza para nada.. - ¿podemos hablar? - volví mi mirada a Willy, se encontraba a mis espaldas y su calida y tenue piel me llamaba a su toque. Era mas grande que yo el impulso por querer abrazarle. Necesitaba tanto de aquello, en sus abrazos y besos encontraba una paz diferente, única de eso no había duda alguna. Pensé que todo debía continuar, pero sin el, sentía que todo se iba a quedar por la mitad. Me alejé de su cercanía ya que me arrastraba a un abismo. - no.. no quiero hablar contigo- parpadee y sus ojos se llenaron de un brillo, como si estuviera a punto de llorar. No podía creer ser tan cruel con quién era dueño de mi sentir, pero era lo mejor, volver a estar sólo, tal vez era suficiente.. notaba que me engañaba pero era lo que debia hacer. Tenía la realidad en mi, no servía para querer ni amar a nadie, camine a la salida y tenía una lágrima recorriendo el extremo de mi ojo, cayendo hasta el terminar de mi mandíbula, limpie aquella gota de mi cara. Estaba afuera y pare a ver el cielo ¿ que estaba haciendo? ¿ por que no me permitía querer? ¿ tan malo era en eso que llaman "amor"?. Asi fue como otra lágrima salto atrevida por mi ojo, estaba contando los segundos desde que me alejé de su cuerpo y le dije esas cosas hirientes. Sentía que más de un beso nos habia quedado pendiente, era mucho más que eso, era un beso, un abrazo, instantes enteros juntos nos quedaban. Los había arruinado todos, pero tampoco me podía arriesgar a querer a alguien que seguía amando a otra persona... ¿no podía? Sin embargo lo estaba haciendo. El amor es eso que llega, nos eleva hasta lo más alto de nuestros sentidos, es poner en el otro lo que nos falta a nosotros mismos, willy.. ¿era mi complemento? -si- me respondi a mi mismo. Solté una sonrisa, pero las lágrimas seguían brotando una tras otra. Era una sonrisa de tristeza, estaba en lo profundo de nuevo, es increíble como algunas personas llegan y se van rápido, pero significan tanto, como para dejarte marcas en toda la piel. Así estaba... Me quedé parado unos instantes más mirando al cielo, cuando decidí volver a caminar, no llegue a dar ni dos pasos, cuando sentí unos brazos rodeándo mi torso y una cabeza apoyada en mi espada. - no.. no te vayas, quedate conmigo un poco más - esas palabras ya las había escuchado hoy, está persona era.. Narra Vegetta: Después de esa noche en la que ambos fuimos del otro, el despertar a su lado y ver su cuerpo junto al mío en la misma cama despertó sensaciones increíbles, estaba listo para el y esperaba que él lo estuviera para mi. Me daba mucho miedo el hecho que me rompiera el corazón, pero estaba dispuesto a saltar al vacío si así fuera necesario. La incertidumbre es lo que se arraiga a nosotros cuando hablamos de amor, sin está, pues sería imposible que aquellos sentimientos se consoliden y formen lo que conocemos como " amor". Pase la mañana a su lado y luego tuve que volver a mi casa a buscar ropa limpia y así alistarme con mis libros y utensilios importantes para mí día de facultad. Salí de casa nervioso y un rato antes de lo acordado con Guillermo para quedar en la puerta de entrada de la universidad. Me puse los auriculares y camine tranquilo esperando topar con el chico de prominentes mofletes en el camino. La separación, desataba un deseo desesperado por volverle a ver. Me dirigí sin prisa y sin pausa a la entrada al notar está en mi camino. Camine aún más apurado al verle que ahí estaba él. Mis ojos no veían nada más que su figura, tan única y que mis manos habían tenido el placer de tocar una y otra vez. Los recuerdos segaron mis ojos por el recuerdo de la mañana, al verle despierto a mi lado, el me tenía aniquilado, sus ojos me transportaba lentamente al infinito, su piel tan suave y con una fragancia tan particular. Alejarme de su cuerpo, desordena mi mente y es por el que volví a creer en el amor. Pero que ingenuo puedo ser, eso se derrumbó tan rápido como cuando reconocí que estaba hablando con alguien en la puerta de entrada, me extrañe ya que a ese chico algo alto y rubio, no me resultaba conocido ni tenía las características de ninguna persona de las que me había contado willy. Mi exitación por su encuentro bajo al instante, me acerque lentamente y ví toda la escena. Ese hombre cerca de su cuerpo hizo que me subiera el cabreo automáticamente, apreté mi puño y trague saliva. Interrumpí justo en ese momento cuando sus rostros estaban cerca y sus miradas eran cómplice una de la otra. ¿por qué Willy no se quitaba? ¿ quién era el?. Guillermo parecía tan perturbado por su presencia y se le notaba. Por lo poco que conocía de él, me daba cuenta cuando se sentía nervioso en presencia de alguien y su cara estaba roja... Me dolía el corazón, tenía miedo de su respuesta cuando le pregunté quien era esa persona. - mi ex pareja- dijo el mirando al suelo, solté inmediatamente su cuerpo y retrocedi unos pasos. Si su ex pareja era capaz de perturbar todo lo que en su mente se encontraba era porque aún no lo había olvidado, sentí mi cuerpo quebrarse como un cristal totalmente fino, quise borrarme su recuerdo, me sentía tan idiota, como había sido capaz de entregar mis sentimientos a alguien que no sabía quién era. Entendía que había sido engañado por aquel chico de anteojos y mofletes abultados. Me pregunte ¿ por qué tenia que quererle?, Sólo quería irme de su lado. No podía contener las ganas de golpearle, pero antes de hacer eso, prefería irme, tomé dirección hacia el interior de la universidad. Estaba totalmente dolido, ¿ por qué me dolía tanto el pecho? Comencé a asociar sus miradas y como se encontraba su cuerpo en la presencia del chico rubio. Cuanto dolor, probablemente sino interrumpía aquello, sus labios se hubiesen hundido unos en otros. Di cuenta que cuando uno siente cosas por otra persona llega a ser el sujeto mas idiota de todos, no importaba cuanto me lastimó eso, no podía dejar de pensar en su rostro, en su piel contra la mía, estos recuerdos eran puñales para mi mente y cuerpo, dolía demasiado... El día entre materias y las cosas de la facultad había pasado con bastante dificultad, flashes de cosas pasadas con willy atormentaban mi mente una y otra vez, no era capaz de concentrarme en clase, lo tenía cerca, porque estudiabamos lo mismo. En cada clase me senté lo mas lejos posible, no quería sentir su fragancia, sino iba a caer en su voluntad, no podía verle a la cara, me había mentido. Lo último que me esperaba a la salida y esa hora estaba por llegar. Me encontré con Frank entre clases y me quedé con él. - oye cambia la cara pringao- me dijo para hacerme reír. - no puedo - refute sin ganas de hablar, sólo quería estar en su compañía. Frank era mi amigo hace años y un compañero totalmente leal a mi. - ya tonto ven aqui- me tomo por la cabeza y me deje caer en sus piernas. Entendía que si era el podía demostrar mis sentimientos como eran. Ya le había comentado sobre willy y él me había dado su aprobación, no es que la necesitará pero era importante tener el apoyo de mi amigo en estas cosas de la vida, como el tenía la mía en la suya. - yo no te lastimaria - dijo acariciando mis cabellos y cara, mientras yo me revolvía entre recuerdos y me ahogaba en ellos. - lo se Frank.- le dije. Para que me quedara tranquilo y ambos permanecimos en silencio. - Vegetta...- tomo mi cabeza, y nuestros rostros quedaron enfrentados. Ví su mirada algo brillante. - no puedo verte así y quedarme callado. Se que no es el mejor momento... Pero..- sus ojos se cristalizaron aún más y las mejillas las tenía sonrojadas. - desde que me dijiste lo de Willy, no puedo mantenerme tranquilo y menos ahora. Yo.. - me sentía totalmente persuadido por sus palabras. Quería que terminase de hablar, pero su clásico nerviosismo me hizo dar cuenta de lo que quería decir. - ya se, lo quieres golpear no ?.. anda tonto no tienes que hacer eso. - volví mi rostro a un costado para posicionar mi cuerpo como antes. - no, no es eso - me dijo rápidamente - ¿entonces Frank?- sentí su suspiro profundo y volvió a tocar mis cabellos, paso su mano por mi mejilla. - Samuel.. te- mientras sus palabras están a punto de conjugarse y mi mente estaba por estallar, escuché mi teléfono sonar, era una llamada. Me levanté rápidamente de las piernas de Frank y mire mi móvil, era mi madre, lamentablemente no llegue a responder su llamada. - ¿que me ibas a decir ? - volví a el con un interrogante, no entendia lo que quería decir, su cara estaba roja, tomé mi mano y la puse en su frente, tenía algo de temperatura - oye estas enfermo.. vamos a la enfermería- me apresure a decir. Me levanté tomando su mano. -no.. estoy bien, quedate conmigo un poco más!- sus dedos tomaban mi muñeca y volví mi cuerpo cerca del suyo. - ¿seguro?- pregunte preocupado. - si.. me gusta estar así contigo- sentí como largo una sonrisa pequeña y ruidosa. El recostarme en sus piernas me causaba mucha tranquilidad, sabía que Frank era uno de mis lugares en el mundo. Donde estuviera el, yo iba a estar bien eso lo tenía más que seguro. - ¿ en que piensas? - su pregunta llegó a mi prácticamente en un momento de tranquilidad y me remontó a mi pesar. - voy a hablar con él. En la noche cuando salga de aqui- Frank apretó mi brazo en ese momento. No entendí su reacción y mire a su rostro. - no deberías de hacerlo- su respuesta me sorprendió. - ¿por que lo dices?- mi rostro extrañado, se fijó en él. ¿ que le pasaba a Frank?. Tomo una de mis manos y me miro directo a los ojos. - no quiero... No quiero que te lastimen, tu mereces algo mejor- sonreí por ello, hace mucho no me decía cosas tan lindas y como para cuidarme de esa manera, me di cuenta que era una excelente persona, aunque eso no hacía falta de ser demostrado, luego de tantos años y nuestra historia, sabía por demás que así era el. - yo.. no te voy a lastimar - esas palabras me sonaron extrañas, a que venía todo eso, mi rostro pasó de tener una expresión compasiva a estar totalmente extrañado por sus palabras. - te quiero cuidar.- poso una mano en mi rostro y se acercó, lo tenía en frente de mi cara - no estoy listo para perderte- el eco de sus palabras retumbaron en las paredes de mi ser. ¿ que era esto? - f..frank??- no sabía que responder. - no digas nada... Sólo debes elegirme. Yo vegetta te te a..- no podía escuchar más de aquello, mi cabeza estaba explotando. - es la hora de mi clase. Luego hablamos frank- salí corriendo de aquel lugar. Que pasaba, tantas cosas en un solo día, las palabras de Frank me habían dejado totalmente confundido. ¿lo decía por cuidarme? ¿ no estaba listo para perderme? Es verdad que desde nuestra historia, que tanto pesar nos había causado, además de confusión, yo no había estado con ninguna persona, el había comenzado una relación con una mujer y ya tenían mucho tiempo en pareja. ¿ que es esto? Mi corazón latía muy fuerte, mis mejillas estaban calientes y mis manos temblaban como el resto del cuerpo. - AHHHHH- grite,no soportaba tanta frustración, tanta confusión. Frank era la luz que alumbraba mi camino a su lado tenía felicidad, nuestra amistad era una utopía perfecta. Lo quería demasiado y luego estaba willy, me sentía engañado por él y por todo lo que había pasado, aunque cada toque de su cuerpo con el mío podía encender hasta la fogata más muerta. Ojalá pudiese evitar sentir esto por el, no quería admitir que lo quería, mi corazón estaba abierto y estaba seguro que le pertenecía. La construcción del amor se estaba derrumbando. Volví a mis cabales y ví como la gente me miraba, debe ser por el grito que produjo mi garganta momentos antes. Trate de tranquilizar mi cuerpo, mi mente y alma, todo lo que fuera posible para dejar de sentir aquello. Recorde como era tiempo atrás, luego de terminar mi historia con Frank mi corazón se encerró bajo siete llaves y muchas paredes de acero. No podía permitir volver a sentir ese dolor nuevamente, sentía que cualquiera que se quisiera acercar era expulsado, no le entregaría mis sentimientos a nadie que no los cuidara como debería, luego llegó Guillermo y tiró una a una esas paredes y logro forjar las llaves de esas cerraduras que se encontraban totalmente oxidadas. Me dirigí a la clase y ahí estaba el mirándome desde el final del salón y yo en la puerta. Me senté, está vez más cerca de él, la clase transcurrió con normalidad a su término tomé mis cosas rápidamente. Mi corazón latía con fuerza y me levanté del asiento y en un instante a otro me encontraba en el pasillo. Afuera me estaba esperando Frank - te estaba esperando - miro y me dijo directamente a los ojos. - Samuel- escuché la voz de Willy atrás mío y voltee automáticamente. - por favor hablemos- tomo mi brazo y su voz sonaba agitada. Me encontraba en medio de aquella situación espantosa. Mi amigo que había dicho esas palabras tan seguras y llenas de cariño, mientras del otro lado estaba willy con su mirada brillante y su toque electrizante. Mire a ambos por un momento. - tu.. chaval, déjalo, vegetta se irá conmigo- dijo Frank con su clásico tomo cabreado y adelantandose unos pasos delante de mi. - estoy hablando con Samuel, no contigo- nunca había escuchado a Willy hablar así, estaba serio y sus mejillas algo rojas. - tuuu..- Frank se le acercó tanto a guillermo que tuve miedo por aquella situación tan embarazosa por parte de ellos dos. - ya.. vale, se calman- dije. Posicionándome en medio de ellos. - Frank luego hablaremos ¿si? - toque su rostro y este se calmó, bufo unos segundos. - está bien.. llamaré a tu teléfono luego- me respondió y se dió la vuelta caminando hacia la salida del edificio universitario. Lo ví alejarse y sentí extraño, Frank no era así, esto cada vez confirmaba más mis sospechas. Pero no tenía más cabeza para nada.. - ¿podemos hablar? - volví mi mirada a Willy, se encontraba a mis espaldas y su calida y tenue piel me llamaba a su toque. Era mas grande que yo el impulso por querer abrazarle. Necesitaba tanto de aquello, en sus abrazos y besos encontraba una paz diferente, única de eso no había duda alguna. Pensé que todo debía continuar, pero sin el, sentía que todo se iba a quedar por la mitad. Me alejé de su cercanía ya que me arrastraba a un abismo. - no.. no quiero hablar contigo- parpadee y sus ojos se llenaron de un brillo, como si estuviera a punto de llorar. No podía creer ser tan cruel con quién era dueño de mi sentir, pero era lo mejor, volver a estar sólo, tal vez era suficiente.. notaba que me engañaba pero era lo que debia hacer. Tenía la realidad en mi, no servía para querer ni amar a nadie, camine a la salida y tenía una lágrima recorriendo el extremo de mi ojo, cayendo hasta el terminar de mi mandíbula, limpie aquella gota de mi cara. Estaba afuera y pare a ver el cielo ¿ que estaba haciendo? ¿ por que no me permitía querer? ¿ tan malo era en eso que llaman "amor"?. Asi fue como otra lágrima salto atrevida por mi ojo, estaba contando los segundos desde que me alejé de su cuerpo y le dije esas cosas hirientes. Sentía que más de un beso nos habia quedado pendiente, era mucho más que eso, era un beso, un abrazo, instantes enteros juntos nos quedaban. Los había arruinado todos, pero tampoco me podía arriesgar a querer a alguien que seguía amando a otra persona... ¿no podía? Sin embargo lo estaba haciendo. El amor es eso que llega, nos eleva hasta lo más alto de nuestros sentidos, es poner en el otro lo que nos falta a nosotros mismos, willy.. ¿era mi complemento? -si- me respondi a mi mismo. Solté una sonrisa, pero las lágrimas seguían brotando una tras otra. Era una sonrisa de tristeza, estaba en lo profundo de nuevo, es increíble como algunas personas llegan y se van rápido, pero significan tanto, como para dejarte marcas en toda la piel. Así estaba... Me quedé parado unos instantes más mirando al cielo, cuando decidí volver a caminar, no llegue a dar ni dos pasos, cuando sentí unos brazos rodeándo mi torso y una cabeza apoyada en mi espada. - no.. no te vayas, quedate conmigo un poco más - esas palabras ya las había escuchado hoy, está persona era.. ********** Aquí les dejo esta parte del fanfic, pueden encontrar el mismo en Wattpad con el mismo nombre. Muchas gracias por leer y lamento la demora de la publicación estuve con otras cosas y bueno ojalá les guste mucho mucho 💚💜 OS quiero!!!

#wigetta #wigettil #vegetta777 #willy y vegetta #vegettagaymer #samuel de luque #guillermo diaz #wigettaisreal #wigettaistrue #fanfic wigetta

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thelastdada · 8 years ago

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Capítulo 12 - Aunque parezca irreal - Fotografías

Samuel continuaba sobrio, en su habitación solo el silencio reinaba, al igual que en el departamento, estaba totalmente solo. Esa noche había regresado al estudio solo para despedirse, alegando que tenía pendientes importantes, lo que no esperaba era que Mangel saliera junto con él, este caminó a su lado gran parte del camino, ninguno dijo nada hasta llegar al edificio donde vivían Frank y Samuel.

--Te pedí que fuéramos sinceros –soltó de inmediato Mangel

--Hasta hoy lo he sido –Samuel lo miraba con atención, ya que lucía molesto. Entonces lo recordó, él también debía saber de Rubén... él también se lo oculto –creo que eres tú quien ha fallado

--¿Perdón?

--Sabías de ella ¿no? –su expresión de sorpresa podía decirlo todo –más allá de Rubén, que nadie dijera nada es mi problema

--¿Te lo dijo Guillermo? –tan solo oír su nombre dolía, se sentía pésimo luego de haber hablado con él

--No hacía falta, para que necesito amigos... si puedo escuchar la verdad de cualquiera –suspiró al ver la expresión de lástima de Mangel –y si tanto te preocupas por él, ya dile lo que sientes, deja de tratar de arreglar su vida-- se dio la vuelta y entró al edificio, no quería saber más. La sensación de traición no era algo que haya experimentado antes, era totalmente nuevo para Samuel, y no sabía cómo enfrentarse a ello.

...

Al día siguiente Samuel continuaba molesto, llegó al salón de clases ignorando a todos, simplemente no quería hablar, con el paso de las horas todos entendían que pasaba, y sabían que estaba herido. A pesar de ello, lo único que hicieron fue darle espacio, Luzu comentó que sería difícil explicarse, además de que comprendían su error. La única persona que no entendía lo sucedido era Rubén, quien sin saberlo se sentó a su lado en una clase que compartían, le sonrió y buscó comenzar una conversación.

--¿Qué pasa? Te ves molesto –comentó inocentemente, Samuel apenas lo miró y esbozó una sonrisa burlona --¿es conmigo? –continuó

--¿Cómo está ella? –inició, notando como Rubén comenzaba a entender a qué se refería

--No es lo que crees –la voz de Rubén sonó baja, el profesor comenzaba la clase y ellos no estaban tan alejados de su vista

--Por supuesto que no

--¿Crees que te engañe? Eso fue después...

--Basta –el tono de voz fue más firme, el profesor pudo percatarse de la conversación

--De verdad –la media sonrisa de Samuel volvió a aparecer –jamás te haría algo así, Sam –insistió

--De Luque y compañía –musitó el profesor, de inmediato las miradas de todos se giraron a ellos –allí está la puerta –Samuel suspiró cansado, se levantó de su lugar y se encaminó a la salida, Rubén lo siguió, mientras el profesor continúo hablando todos miraron con curiosidad

--¡Sam! –gritó mientras iba detrás –hablemos, por favor –lo tomó del brazo para detenerlo

--Déjame

--Sam...

--¡Deja de llamarme así! –gritó molesto, jaló con brusquedad su brazo alejándose de él –no quiero saberlo, solo déjame –Rubén dio un paso atrás y lo dejó ir, se le notaba mal, él lo sabía, sin embargo, también sabía que no tenía el derecho de consolarlo, ni de estar a su lado.

Luego de salir casi corriendo de allí se dirigió al gimnasio, se cambió la ropa y dejó sus cosas en su casillero, saludo a un par de compañeros que estaban allí y salió. Su cuerpo se sentía lleno de adrenalina, estaba molesto con todo, y aún más con él mismo, llegó a la pista y comenzó a correr por el circuito que rodeaba a la cancha de fútbol, corrió como si su vida dependiera de ello. El viento comenzó a ser más fuerte, su sudor aumentaba cada vuelta, había pasado más de una hora, sus piernas ya no respondían, pero su mente no percibía el cansancio, él solo quería continuar.

--¿Estás bien? –se acercó alguien, era un chico joven. Samuel se encontraba de rodillas en la pista, su respiración era agitada y parecía sufrir --¿me escuchas? –insistió

--Estoy bien –le indico con la mano que continuará

--¿Seguro? –este solo asintió y el chico caminó, un par de pasos más adelante se giró a mirarlo para estar seguro, para esto Samuel ya se había incorporado.

Dejó que el agua fría lo abrazara, necesitaba despertar y reaccionar, por alguna razón continuaba sintiéndose mal, miró a su alrededor y no estaba solo, un equipo de fútbol había llegado a las duchas. Entre ellos estaba Iván, el "rival" de Samuel, se miraron de reojo y este lo ignoró por completo, no quería iniciar algo.

--Miren quién está aquí –dijo Iván, a la vez que se acercaba a él –escuche lo de tu novio, una pena –continuó, mientras Samuel solo le ignoraba –como sea no tardarás en tener a otro ¿no? –musitó seguido de reírse de él. Samuel se dio la vuelta para salir de la zona de duchas, estaba seguro que no soportaría escucharlo más, no en el estado en que se encontraba, sin embargo, Iván añadió algo más --... cobarde –todos miraron de inmediato la forma en que Samuel se dio vuelta y se dirigió a Iván. Se acercó lo más que pudo sin dejar que se tocaran, estiró una de sus manos y tiró el jabón que éste sostenía

–Asegúrate de que no haya una próxima vez –fue lo último que dijo, se giró percatandose de como todos los miraban, al hacer esto todos desviaron su atención, y las conversaciones iniciaron, como si nada hubiera sucedido. Iván no dijo nada más, sabía que había perdido.

Cansado de todo decidió que quizá lo mejor era tomarse el fin de semana, continuaba molesto y estar con sus padres podría tranquilizarlo más, antes de arrepentirse por hacer algo sin pensar. Sin ir a su departamento salió de la universidad y se dirigió a la estación de trenes, en un par de horas llegaría hasta su casa, no era un trayecto largo. Por más que lo pensaba durante el camino, no comprendía por qué Guillermo lo ocultaría, creyó que podría ser para no lastimarlo, era la excusa más adecuada, pero no lo entendía del todo. Miró el paisaje por unos veinte minutos, lo único en lo que pensaba era en Guillermo, entonces su teléfono se iluminó, lo había invocado, ya que lo estaba llamando. Samuel estuvo a punto de contestar, pero no lo logró, lo apagó y prefirió dormir lo que restaba de camino, el cansancio le ayudó a conciliar un poco de sueño.

...

Sus padres habían estado muy contentos de recibirlo en casa, les tomo de sorpresa que llegará entre semana, incluso Samuel se sentía extraño de estar allí. Conversaron un rato sobre su próximo viaje, saldrían el día domingo y se quedarían dos semanas en París, estaban de verdad entusiasmados, tanto que contagiaron a Samuel de su felicidad. Sin embargo, eran sus padres y lo conocían muy bien, por lo que su madre insistía con su marido para que hablara con él a solas, le explicaba que con él se entendería mejor. Al final su madre ganó, por lo que su padre salió a buscarlo al jardín que tenían detrás de la casa. Donde Samuel miraba fijamente hacia el bosque, vivían en una pequeña zona cercana a la montaña, en realidad sus padres llevaban allí toda su vida y él tenía demasiados recuerdos de pequeño.

--Hijo –se acercó su padre, le entregó una taza de chocolate caliente y se sentó a su lado –¿todo bien?

--No lo sé –suspiró aún cansado

--¿Es un chico? –esas palabras congelaron a Samuel, jamás se había imaginado que le escucharía preguntar aquello

--Ahora que lo pienso es algo muy infantil –respondió

--¿Te quitaron un juguete? –río por un momento

--Todos mis amigos me ocultaron algo –se había escuchado a si mismo con atención, bebió un poco de la taza –es tonto ¿no?

--¿Te sientes traicionado? –lo miró seriamente, este solo asintió cabizbajo –seguramente lo hicieron por tu bien, conozco a tus amigos, sé que no te lastimarían porque si

--No has conocido a uno de ellos –pensó en Guillermo, quien más le dolía

--¿Hay uno nuevo? –su hijo asintió --¿crees que es una mala persona?

--No, para nada –contestó de inmediato

--Allí tienes tu respuesta –su padre sonrió, se levantó y acarició su hombro –ve a la cama temprano, que tu madre se preocupara de verte aquí –Samuel asintió una vez más y sonrió.

"Allí tienes tu respuesta" tan simple, su padre había respondido lo que él no pudo desde la noche anterior, y es que tenía razón. Guillermo no era una mala persona, su rostro lo decía todo, podía decir un montón de palabras hirientes, pero no las sentía de verdad, su mirada era sumamente sincera.

Y quizá eso era lo que más le gustaba de él.

...

Se levantó más tarde de lo que acostumbraba, era viernes y faltaría a todas sus clases, aún no tenía el valor de regresar, además de que podía quedarse el fin de semana. Encendió su móvil, el cual parecía loco de tantas notificaciones, miró que la mayoría eran llamadas y mensajes de los chicos, además de que su chat grupal tenía demasiados mensajes, sin revisar nada llamó al representante de su grupo para avisar que no llegaría a dar la clase, este sonó animado de inmediato. Sus demás clases no le preocupaban, sin embargo, sería su primera falta de un par de asignaturas, nada es tan perfecto pensó. Fue a la cocina a buscar el desayuno, donde encontró a su padre leyendo una nota que estaba pegada en la nevera.

--¿Qué dice?

--Tu madre fue al mercado, como su hijo no viene seguido, va a preparar de todo –añadió su parte, este solo sonrió

--Pero si tú eres el que disfruta más

--No era queja

Se sentaron en los sillones del salón mientras miraban televisión, ambos continuaban en pijama, era viernes y no les importaba mucho su imagen. El móvil de su padre comenzó a sonar, era su madre, quien los hizo levantarse ya que llevaría visitas consigo y quería verlos presentables. Mientras hablaban su padre continuaba quejándose y diciendo que no era necesario, pero continuaba presionando a Samuel para que el si hiciera caso, este decía que no tenía ropa adecuada para visitas.

--Solo busca lo mejor que tengas allí –continuaba su padre, mientras sostenía el móvil

--Todo me queda pequeño, ¿no han sacado ropa mía acaso?

--Dice tu madre que en los cajones hay cosas nuevas de la última vez –en efecto, sacó ropa que le quedaba bien y era medio formal, su madre siempre tenía preparado todo para ocasiones así

--¿Quién viene?

--Mis hermanos.

...

Pasaron toda la comida conversando sobre los planes para diciembre, sus tíos tendían a reunirse en su casa cada navidad, era una tradición de ya muchos años. Los temas variaron hasta que la comida se terminó, luego salieron para tomar el aire de la montaña. Samuel se había negado ya que no se sentía bien del todo, según su madre había comido demasiado. Así que en lugar de salir se quedó dentro leyendo el primer libro que encontró, el cual era una novela de ficción, leyó un capítulo y se quedó dormido del cansancio.

--¡Sam! –lo despertó su tío Javier, el más animado de todos. Se sentó a su lado y encendió la televisión, ambos estaban mirando un partido de fútbol

--Creo que iré por más vino, ¿Quién me acompaña? –musitó su madre, las tiendas no quedaban demasiado lejos, pero este se encontraba sin ganas de moverse

--Vamos –se ofreció una de sus tías –fue así que los dejaron con la tarea de preparar la mesa

Samuel continuaba acomodando los lugares en la mesa, eran más de siete personas, contándose, los cubiertos estaban listos, le faltaban solo los vasos. Mientras los sacaba del estante escuchó como abrieron la puerta y se hablaban mucho, todos saludaban, quizá alguno de sus primos llegó, aunque sería extraño puesto que era tarde como para estar por la zona.

--Samu ven a saludar –gritó su madre

--... ¿Guillermo? –lo encontró sentado en el sillón, rodeado de su familia, él lucía sonriente

--Le encontramos en el camino, resulta que estaba buscando la casa De Luque –sus miradas fueron fijas de inmediato, aquello era lo más inesperado –prepara otro lugar, anda –le indicó, este asintió apenas sonriendo de la sorpresa –a la mesa todos –Guillermo solo asentía inocentemente, se miraba atrapado, y es que posiblemente el tampoco imagino que su casa estaría así de llena

--Cuéntanos Guillermo, ¿Qué estudias? –comenzó su padre

--E-Estudio administración, estoy en mi tercer año –la mayoría lo miraban, sin embargo, la mirada de su padre era la más enfocada, tanto en él como en Samuel

--¿Eres de Madrid? –añadió otro de sus tíos

--Si –no dijo más

--¿Vives solo o con tus padres? –esta vez la pregunta fue de su madre

--Solo, mis padres están lejos –Samuel lo miró de reojo, preocupado por él

--Oh, o sea que dependes de ti mismo

--Algo así

El resto de la cena fue más ligera, en su mayoría se enfocaron en contar historias vergonzosas de Samuel, abrieron botellas de vino y se movieron al salón, donde su madre sacó sus álbumes de fotografías viejas, cada vez parecía más una reunión para presentar a su novio. A pesar de ello Samuel se percató de cómo Guillermo lucía contento y cómodo con su familia, se reía de lo que le contaban, disfrutaba de la noche.

--Quédense en tu habitación, tus tíos estarán más cómodos en la sala –le decía su madre, no tuvo más opción que aceptar

--Está bien –su madre lo miró fijamente, como si supiera algo más

--¿Te gusta?

--¿Ah?

--Sabía que sonabas raro por el móvil... sin embargo, me alegra conocerlo –no dijo más y salió de su habitación. Samuel se encontraba impactado por esas palabras, sus padres le conocían por completo, y ambos... ambos lo aceptaron. Pasaban de las doce de la noche y todos estaban yéndose a la cama, puesto que sus tíos partían temprano, y sus padres tendrían todo ese día para preparar sus maletas. Guillermo entró a la habitación observando todo a detalle, aquel era el lugar donde había pasado toda su infancia y adolescencia, se enfocó en los estantes, ignorando a Samuel quien salió por un momento.

--Toma –entró a la habitación con un par de copas y otra botella de vino, el vino favorito de Guillermo, este lo miró y sonrió. Samuel le había pedido a su madre que comprara esa cosecha, no era cara ni mucho menos complicada de encontrar, la pidió porque le había gustado y porque fue el primer vino que probó, gracias a la persona que tenía enfrente

--Gracias

--Solo una copa –el menor asintió y bajó la cabeza esbozando otra media sonrisa, Samuel solo lo miro de reojo, no sabía qué decirle, de hecho, ninguno sabía qué decir. Ambos se recargaron en la cama y miraron a la pequeña ventana que alumbraba el cuarto, el silencio inundó su alrededor, dejándolos estar.

--¿D-dónde dormiré? –tartamudeo de nuevo, le parecía lo más tierno a Samuel

--En la cama, ¿pared u orilla? –las mejillas de Guillermo tomaron un ligero color rojo, que por la oscuridad no se podían apreciar

--Pared –notó que era donde la luz de la luna se reflejaba, y él necesitaba luz.

La cama era individual, por lo que sus hombros rozaban, Guillermo se dio la vuelta para darle la espalda, se sentía incómodo puesto que tan solo estaban allí compartiendo cama sin decir una palabra, además de que Guillermo odiaba dormir con alguien más. Samuel hizo lo mismo, cerró sus ojos y se concentró en dormir, lo cual no funcionaba ya que se encontraba más despierto.

Pasaban de las cuatro de la madrugada, según el reloj del estante, Samuel despertó luego de escuchar ruidos, su sueño era ligero y en realidad no estaba durmiendo bien, miró a su lado y encontró a Guillermo respirando agitadamente, muy poca luz los iluminaba, este pensó de inmediato en que quizá era una pesadilla. Se acercó más a él, puso su cabeza en su brazo y lo abrazo, este continuaba agitado y sudando, Samuel comenzó a hacer ruido blanco –shh... --susurraba cerca de su oído, tan solo trataba de calmarlo. Su respiración se normalizo, y sus manos ahora sostenían con fuerza a Samuel, como si se estuviera aferrando, a pesar de ello Guillermo continuaba durmiendo tranquilamente. Le parecía la persona más inocente, tenerlo así en sus brazos le llenaba de alivio, verlo dormir así era una maravilla, ese era el verdadero Guillermo, tan solo un niño que necesitaba cariño, su vida estaba llena de heridas que lo convirtieron en algo que no era.

...

Samuel despertó solo en la cama, se preocupó por un momento, bajó rápidamente las escaleras y lo encontró en la cocina, estaba buscando algo en la nevera. Este sonrió y fue hasta él, mirando como parecía no haber nadie en la casa.

--Se acaban de ir todos, tus padres dijeron que llegaban por la tarde –explicó de inmediato, Samuel se preguntaba cómo había despertado, y si seguían abrazados cuando se levantó

--Está bien –se acercó a la estantería y sirvió dos tés, le entregó una taza y salió al jardín de atrás, Guillermo siguió cada paso

--Perdón por llegar así –musitó, Samuel continuaba dándole la espalda, pensó en dejar que terminara de explicarse antes de decir algo –tan solo quería saber si estabas bien –Samuel no respondió, se sentía tonto de no haber respondido sus llamadas, y mucho más por hacerlo ir hasta su casa --¿aún estás molesto?

--No –respondió de inmediato –me siento tonto, sé que fui infantil

--No lo fuiste, te comprendí

--¿Te sucedió a ti?

--Es parecido, era mi mejor amigo... y por más que esperé su disculpa o que me buscará, no llegó –suspiró y se sentó en la pequeña banca –por eso estoy aquí –Samuel lo miró de frente y se sentó a su lado

--¿Dormiste bien? –cambió el tema, no quería profundizar tanto en su historia

--Si, tenía mucho que no descansaba así

--Me alegro –ambos bebieron de sus tazas y continuaron mirando a los árboles

--¿Sam? –este lo miro esperando a que hablara –lo siento

--¿Por?

--Por lo que voy a hacer –Guillermo se acercó lentamente a él, lo miró a los ojos fijamente y con una mano acarició su mejilla, cerró sus ojos y juntó sus labios con los suyos por solo unos segundos --voy a hacerlo de nuevo –Samuel continuó mirándolo, sin moverse –1... 2... --se acercaba conforme contaba –3 –Guillermo lo miró a los ojos, este cerró los suyos, entonces se besaron una vez más, sus labios se ajustaron de forma perfecta, ambos se dejaron llevar, dejando que el beso fuera más lento y prolongado, los brazos de Samuel envolvieron por el cuello a Guillermo, éste correspondió el gesto y volvió a besarlo.

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