Tumgik
#vvsick
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⊰❀⊱ Vampires!Verse ⊰❀⊱
♡ ·˚꒰ Selim Grayson ¡! ꒱ ₊˚ˑ
Despertó muy temprano para el horario de los vampiros pero muy tarde para los humanos, cuando el sol estaba en un punto que daba un calor muy jodido, más no quemaba. Gruñó molesto y se cubrió la cabeza con una almohada al comprobar la hora. Casi dos siglos y no pudo acostumbrarse a ningún horario, seguía en ese mismo horario intermedio que solo hacía más obvia y ridícula su situación de híbrido. Después de una pequeña rabieta (Porque si, a sus 195 años seguía haciendo rabietas, jodanse.) se logró levantar y fue a hacer su rutina, que era asearse por completo y vestirse para ese día. Lo único bueno de todo esto es que había personal en la mansión que se despertaban a la misma hora que él, aparte de que su mamá también estaba despierto, o posiblemente despertaría en poco tiempo. Fue hasta su habitación y después de tocar la puerta un par de veces y sin esperar respuesta entró, en silencio y cuidando de no dejar que entrara mucha luz a la habitación porque su padre también dormía ahí.
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champagne-cunt · 10 years
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Ok but like how do you feel about pink mayonnaise
I love pink mayonnaise with all of my heart ;)
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Selim Grayson ❪ Vampire!Verse ❫
♡ ⌇✎ Nombre: Selim Grayson.
♡ ⌇✎ Edad: 8 años, pero de apariencia apenas va a cumplir el año.
♡ ⌇✎ Nacionalidad: ¿Británico?
♡ ⌇✎ Raza: Dhampiro.
♡ ⌇✎ Poderes: Manipulación de huesos, manipulación de sombras y control de cuervos y gatos negros.
                         « ♥ »-———— 【 ❛❛ Historia ❜❜ 】 ————-« ♥ »
Es un dhampiro, o sea un híbrido mitad humano y mitad vampiro, pero no es uno normal. En cambio, su condición de híbrido alteraron su crecimiento de tal manera que un año significaban un mes de desarrollo para él, por eso mismo a los ocho años pasados el apenas aparentaba ocho meses. 
A pesar de su”corta” edad, cuenta con una gran inteligencia, muy sobresaliente para un niño que apenas puede gatear y levantarse con apoyo de las cosas a su alrededor o de las sombras. Los balbuceos que hace y las pocas sílabas coherentes que salen de su boca siempre fueron más que suficientes para él para comunicarse, llegando a consolar sus padres cada vez que se sienten mal.
¿Cómo es que se da cuenta de que pasa con los demás? ¿Cómo es tan pequeño pero tan consciente de lo que hay a su alrededor? Así como se dijo, es más inteligente que lo esperado de un niño de su edad, por lo tanto en un punto de su vida empezó a sentir muy bien lo que sus padres sentían, llegando a consolarlos porque a pesar de no comprender por qué se veían tristes, no quería verlos así, nunca nunca. 
Es muy apegado a sus padres, en especial a su mamá. Cada vez que el sale de caza lo extraña mucho, al punto de que solo puede pensar en lo mucho que quiere que ya regrese, en todos los juegos y cosas que deben hacer juntos. 
Se podrían imaginar que es tortuoso estar atrapado en un cuerpo tan pequeño y tener una mente tan grande, pero no, su raciocinio está adaptado de cierta manera a su desarrollo tan lento, lo único en lo que piensa diariamente es en sus papás, en comer, jugar y dormir. Todo gira en torno a esas cuatro cosas, las demanda como un bebé normal de su edad, pero entiende cuando no las merece o no puede y no hace rabietas ni llora demasiado. Es... Extraño. No hay mucho caso en intentar explicar su comportamiento, pero se puede asegurar de que no sufre a causa de su condición. 
¿Que más se puede comentar sobre él? Ah, las sombras siempre resultaron ser un apoyo para él, una bendición más que una maldición. Las sombras le agradan, cuidan muy bien de él cuando sus papás están ocupados, sin importar si son las suyas o las de su papá, él las quiere mucho y ellas a él, de eso está seguro y por eso confía plenamente en ellas, casi tanto como en sus papás. 
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Sylar Reed  ❪ Vampire!Verse ❫
↳⋮⇶ Nombre: Sylar Reed.  ̖́- 
↳⋮⇶ Edad: Aparenta unos 22 años, en realidad tiene unos 230 años.  ̖́-
↳⋮⇶ Orientación sexual: Demisexual.  ̖́- ↳⋮⇶ Nacionalidad: Irlandés.  ̖́-
↳⋮⇶ Raza: Vampiro, duh.  ̖́-
                           « ✦ »-————「 ❛❛ Historia ❜❜ 」————-« ✦ »
Hijo de una bruja en un viejo y pequeño pueblo irlandés que era apegado a sus raíces parecía ser algo bueno, y lo era. Muchas personas en el pueblo les conocían, eran buenos con ellos y a él incluso lo protegían. A su madre la respetaban los pueblerinos e incluso otras brujas y criaturas mágicas, así que él tenía la mejor de las protecciones. Su padre también era alguien de temer, quien a pesar de ser un marginado toda su vida al punto de terminar en ese pueblo que estaba casi en medio de la nada, el también tenía la fuerza y valor suficiente para proteger a su hijo. 
Era una pequeña familia feliz. Los problemas siempre se solucionaban tarde o temprano, su madre siempre cuidaba de ambos, su padre siempre trabajaba para contribuir a la economía del hogar y él intentaba ser obediente y responsable, así como aprender mucho para algún día ayudar a su madre con el trabajo. 
Incluso esa “maldición” que tanto le advertía su padre que le arruinaría la vida resultó ser agradable, las sombras se volvieron sus únicas amigas, y ellas sin duda alguna obedecían todas sus órdenes, sin importar su poca edad. Eso alivió mucho a sus padres, y a él también lo hubiera aliviado, pero desde un inicio él nunca tuvo miedo. 
Con una infancia tan tranquila y feliz, lo que menos se le ocurría es que un día la muerte tocaría a su puerta, pero fue exactamente lo que pasó. 
Unas personas de la “iglesia” se establecieron en su pueblo, estuvieron un tiempo ahí hasta que los pueblerinos empezaron a aceptar las ideas que ellos daban. Su familia “abandonó” el pueblo, mudándose a lo más profundo del bosque. Pero eso no los protegió mucho, ya que a los oídos de esas personas llegó la noticia de que en el pueblo no había una sola bruja, sino muchas, eso enloqueció a la horda de personas que habían ahí, y pronto iniciaron las quemas de las mismas. Y por supuesto, a pesar de ser varias, había una que resaltaba entre todas, y ella era Neasa. 
A su madre no le tuvieron miedo o respeto alguno, la atraparon en un pequeño descuido. La ataron en una cruz y la quemaron. Así de simple pareció, pero para él fue un jodido infierno, en especial cuando vio cómo trataban el arrebato de una vida humana como si fuera algún tipo de espectáculo, como la tachaban de ser un ser enviado por el mismo demonio. No entendía el odio de esas personas hacia lo que era diferente, a lo que era especial, tampoco entendía por qué la condenaban sin juzgarla o conocerla siquiera. 
Quería pedirles que se detuvieran, quería liberar a su madre, quería salvarla de esas personas tan horribles, pero no lo hizo. Lograron intimidarlo, lograron dejarlo paralizado en medio de una horda de personas que tampoco podían creer lo que estaba pasando y mientras varios estaban dudoso de si realmente era correcto defenderla, preguntándose si eso no los llevaría a la condena de su alma por la eternidad, otros estaban tan impresionados y/o temerosos como para siquiera intentar algo, justo como estaba él. Su padre, quien le acompañaba, solo lo sujetó de la mano fuertemente para que no intentara hacer nada estúpido, mientras intentaba ocultar más el rostro de su hijo y el propio.
Después de ese traumático suceso, no habló, no jugó, ni siquiera le hizo caso a las sombras que parecían estar preocupadas por él, mucho menos le hizo caso a su padre. Ese comportamiento duró por lo menos un mes entero. Parecía estar muerto, pasando esa tarea de cuidar enteramente de él hacia su padre y las sombras. Lo cual fue muy difícil, ya que inmediatamente después de la muerte de su madre dejaron el pueblo, no pensaba poner en riesgo la única familia que le quedaba. 
Vagaron durante mucho tiempo, años. Su rutina era establecerse en un pueblo, darse la mejor vida que pudiesen y retirarse cuando ya estaban llamando mucho la atención, ya que se corrió la voz de que la terrible bruja que habían asesinado había logrado tener una familia, que habían sobrevivido a la quema y que eran un peligro para las personas, así como también tenían descripciones físicas de cada uno.
La vida se volvió difícil y él no tenía día alguno sin que se sintiera miserable y culpable por la muerte de su madre, su padre se sentía igual, pero a pesar de ello nunca lo demostró. 
No tenían hogar, no tenían a donde ir, la iglesia los perseguía y las sombras se habían puesto en contra de ambos. 
Fue un día que su padre no pudo seguir, que ya no tenía esperanzas de salir con vida de esa situación y se quitó la vida, intentando llevarse a su hijo consigo. Está de más decir lo traicionado que Sylar se sintió, el sufrimiento que esa pequeña acción de su padre le causó. Se volvió inestable a raíz de eso, culpó y maldijo con todas sus fuerzas a aquellos religiosos que según él, le habían quitado todo. 
Los años pasaron una vez más, y a medida que él iba creciendo su odio también, llegando a herir a personas inocentes nada más porque él creía que lo merecían, porque “apoyaban las ideas de unas personas desalmadas y corruptas”. Fue cuando se dio cuenta de que se estaba volviendo igual que ellos por la manera en la que quería combatir las injusticias de la iglesia católica que decidió poner fin a su propia vida. Era algo extremista, pero él no podía soportar la idea de ser igual que ellos, de volverse el monstruo que siempre le dijeron que era.
Y en vez de quedarse en la tierra, fue a parar al maldito infierno. 
Al puto y jodido infierno. 
Ha, así que si era real. 
Como sea, estuvo ahí un tiempo, nada impresionante en realidad, pero pudo notar que todas las religiones fallaron y acertaron en algo sobre el infierno, algo muy simple y estúpido; era un lugar con temperaturas extremas. Por supuesto que prefirió estar todo el tiempo de su estadía en el lugar más frío, ya que no habían intermedios.. Y tampoco habían libre albedrío o elecciones propias en ese lugar, pero eso a él le chupaba un huevo.  
Otra cosa horrible de ese lugar es que las torturas y el tiempo que pasaba hacían que te diera la sensación de que todo era eterno, pero podía manejarlo bien, lo hacía después de todos los años que pasó siendo torturado por las sombras.
Pero, en un parpadeo ya estaba en su cuerpo. No falta decir que cuando abrió los ojos un fuerte instinto se apoderó de él, no opuso resistencia alguna a ello y se dejó guiar completamente por él para satisfacer sus deseos, ya que estaba tan confundido y hambriento. Cuando por fin recuperó la conciencia tenía en los brazos a una mujer, bastante joven, sus ojos estaban completamente blancos, tenía heridas en el cuerpo, su rostro tenía todavía una expresión de horror y había una marca muy característica de dos puntos en su cuello, junto con algo de sangre saliendo de los mismos. Con tan solo verla pudo saber que estaba muerta, era confuso, pero no le tomó mucho para saber qué era lo que le pasaba, qué era él. 
Soltó el cuerpo como si no le importara, porque así era, estaba más asustado por darse cuenta de que había vuelto a la vida y que si antes era considerado un fenómeno, ahora si era un maldito monstruo. Escuchó como el golpe del cadáver pegando en el suelo había alertado a las personas del pueblo, como las luces de las casas se empezaban a encender, así que alarmado huyó lo más rápido que pudo, ocultándose en el bosque. Ese era el inicio de una nueva vida, una segunda oportunidad para vivir, aunque él dudaba que fuera algo bueno.
Tuvo la razón al dudar, su nueva vida siendo una criatura de la noche era horrible, lo peor era el temor que tenía ahora de quitarse la vida, ya que no sabía si lo dejarían descansar o se quedaría vagando por la tierra o se volvería algo peor que un vampiro. Por esas y más razones tuvo que soportarlo, y vaya que lo toleró. Llegó a los doscientos años sin suicidarse y logró establecerse por fin en otro país, sabiendo que eso le vendría mejor a él y el estilo de vida medianamente pacífico que intentaba mantener. 
Otros 22 años más pasaron, el estaba bien establecido en su cabaña en el bosque de un pueblo que le recordaba mucho a su viejo y único hogar. Vivía sin necesidad de enfrentarse a otro cazador o a algún vampiro por querer controlar o ganar terreno. Si necesitaba alimentarse recurría a agarrar personas de la iglesia cuando salían de ella o de marginados y enfermos, después de todo el no se enfermaba y a pesar del mal sabor de su sangre eso lo alimentaba, aunque admitiría que a veces se daba unos pequeños gustos alimentándose de las personas que se sentía atraído por el olor de su sangre. 
Creyó que su estilo de vida tranquilo y solitario continuaría así por muchos años más, pero ahí fue cuando se topó con un cazador, que parecía ser demasiado joven y valiente. Se enfrentó a él y supo desde el primer minuto que no ganaría esa batalla, el muchacho era demasiado hábil y él estaba demasiado oxidado. Escapó antes de sufrir mucho daño o de verse forzado a matarlo. 
Tuvo más encuentros con él y llegó hasta a salvarle la vida, por supuesto que ello tuvo un precio, y ese era que el pequeño cazador se volviese su banco de sangre personal, aunque él también tuvo que aceptar a no alimentarse más que una vez a la semana y no matar a nadie. 
Bien, siguieron esas reglas un tiempo más, hasta que al cazador se le ocurrió irse un buen rato del pueblo, y eso estaba bien, no le interesaba lo que hiciera mientras le dejara comida, el problema fue cuando notó el característico olor del agua bendita en ella. A raíz de eso, lo dejó incapacitado durante todo un mes. 
Y hasta la fecha, no se arrepiente de haberlo hecho. 
Cuando lo dejó incapacitado lo empezó a visitar, su corazón se ablandó un poco y decidió que estaría yendo todas las noches durante el mes completo, volviéndolo un hábito a la semana. A veces comentaba sobre su vida, preguntaba sobre la del contrario, le llevaba libros para que leyera y en otras incluso se iba temprano por algún descontento. 
Pero fue un día, que decidió morder el cuello del muchacho para alimentarse, que se supone era algo normal en la vida de ambos, hizo que la situación se tornara bastante extraña, ya que el veneno que soltó con sus colmillos fue una clase de afrodisiaco para el cazador, mientras él empezó a desarrollar un tipo de deseo carnal hacia el. Ambos quedaron marcados por esa situación y se notaba, desde ese punto toda la sangre que tomara debía hacerlo desde un frasco. 
Fue al final de la penúltima semana que decidió entregarle unas medicinas al cazador que él mismo había fabricado para que pudiese curarse de una buena vez y no sintiera pequeños dolores luego. Inmediatamente después de entregarle esas medicinas, se dio cuenta de lo que había hecho y avergonzado por lo mismo huyó de la cabaña sin decirle nada más. Escondiéndose en la suya y no saliendo de ahí durante muchos días, sin importarle si tenía hambre o no.
Otras tres semanas pasaron, y aunque no se reconocía ni así mismo por la manera en la que sus más bajos instintos le exigían alimentarse y los ataques que tenía donde perdía el control por ello, no salía de la cabaña. 
Escuchó unas pisadas familiares acercarse a la puerta, detectó un aroma muy familiar y que le atraía y le gustaba, por eso cuando el cazador apenas abrió la puerta, este se le echó prácticamente encima, forcejeando y llegando a pelear contra el nada más para alimentarse, hiriendolo bastante en el proceso e inmovilizando al muchacho completamente con el uso de las sombras cuando por fin se aburrió de juegos. Lo mordió y bebió suficiente sangre como para dejarlo inconsciente, cosa que extrañamente lo horrorizó cuando volvió a sus cinco sentidos. 
Desde ese pequeño incidente él se hizo cargo del cazador, no lo dejó irse de la cabaña, de hecho ni siquiera dejaba salirse de la cama más que para ir al baño o para que se aseara, y en eso último él le ayudaba. Ya no ocultaría ese comportamiento suave que tenía cerca del cazador, ya quería sacarlo de su vida incluso y en el proceso casi lo mataba.
A medida que el muchacho se iba recuperando el le iba dando más libertad, y por una simple pregunta que le hizo fue que aprovechó para besarlo y confesarse, por supuesto que no esperaba una respuesta positiva de su parte, pero ver que no le apartaba a golpes asqueado o le cortaba la cabeza de un tajo con una daga fue alentador... Y el inicio de una relación mucho más complicada entre ambos. 
Pero todo fue cuestión de tiempo para que él cayera perdidamente enamorado del cazador y lo reconociera como tal, no tan solo como una atracción que ni siquiera podía determinar a qué demonios se debía, de la que luego creía que era algo pasajero y que desaparecería en cualquier momento. Y no solo eso pasó, el cazador empezó a corresponderle, que fue algo que lo hizo feliz y solo reafirmó sus sentimientos hacia el. 
Llegó el punto donde ambos por fin se volvieron una pareja, donde se prometieron amarse y cuidarse uno al otro, y como buena pareja que eran, podían tener peleas, desacuerdos o problemas, pero juntos siempre superaron las adversidades y siempre lo harían. 
Tanto tiempo juntos hizo que se decidieran de una buena vez y quisieran tener un hijo, y lo lograron, tuvieron a Selim, un pequeño bebé con ojos tan extraños como el padre pero con la tonalidad de la madre, un cabello de color negro y una piel clara pero no pálida. Una particularidad de él, es que era un dhampiro, debido a su raza y similitudes con ambos no estaba seguro de cómo es que lo tuvieron y estaba demasiado avergonzado de eso como para preguntarle a su amor, pero estaba seguro de que fue gracias a un favor que le debía una bruja a él. Así lo asumió, aunque eso estaba muy lejos de la realidad.  
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