#vindicaciones de los derechos de las mujeres
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asysto-le · 3 years ago
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My 2021 books (Good Reads).
(I didn't like all of them)
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chiivis · 4 years ago
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¿Por qué existe el feminismo?
La activista social y actriz de Hollywood Jane Fonda, sostiene: “El feminismo no es sólo para mujeres, es permitir que todo el mundo tenga una vida más plena”.Pero cuando hablamos de feminismo muchos hombres y algunas mujeres lo ven como algo que no debería existir.
Por eso nos preguntamos ¿Por qué existe el feminismo?
Lo primero que hay que aclarar es que el feminismo es diverso, diferenres corrientes y personas involucradas no están de acuerdo ni en todas las metas ni en los medios para alcanzarlas. El feminismo es un movimiento plural que sin embargo, tiene un núcleo central compartido: liberarse del sistema patriarcal y lograr así la igualdad de derechos y condiciones entre los géneros
¿Entonces no son ya hombres y mujeres iguales en derechos y condiciones? Si bien, es cierto que en algunas ocasiones las mujeres han sido líderes sociales o culturales como Cleopatra, Juana de Arco o Sor Juana Inés de la Cruz, a lo largo de la historia las mujeres han sido relegadas, incluso culturalmente se les ha discriminado.
Por ejemplo, Aristóteles afirmaba que “eran un hombre incompleto”, hasta creía que tenían menos dientes que los hombres y decía “que su naturaleza era solo obedecer” y las ideas bíblicas de que las mujeres son impuras y causantes de pecado tampoco las ayudan mucho.
La mera idea falsa de que las mujeres son inferiores ha hecho que durante milenios esten un paso atrás en cuanto derechos y oportunidades. Hace apenas 100 años en la mayor parte del planeta a las mujeres no se les permitía votar, vestirse como quisieran, decidir con quién casarse o estudiar y lo más lamentable es que aun ahora en pleno s. XXI hay mujeres que todavía no pueden hacer varias de estas cosas
Pero, ya desde el s. XIII Guillermina de Bohemia señaló que la iglesia católica no redimía a las mujeres dejándolas de lado e incluso culpándolas de los pecados; planteó crear una iglesia de mujeres; para ellas lo feminino era sagrado y propuso ser la reencarnación de dios en la tierra para la mujer, como los fue Cristo para el hombre. Por sus ideas heréticas fue quemada en la hoguera en el año 1281.
Otro grupo que tambien sufrió tortura y muerte fueron las brujas, que no eran las viejas malvadas de los cuentos sino curanderas que buscaban acceder a la sabiduría y que fueron perseguidas por intentar ser libres e independientes y porque la gente creía que tenían acceso a un poder y conocimiento que no deberían. Entre los s. XV y XVII, miles de mujeres fueron asesinadas por no vivir como en esa época se esperaba, sumisas y domesticadas.
En la busqueda de la igualdad en el s. XVII François Poullain De La Barre, un escritor, sacerdote y filósofo carteciano dijo “la mente no tiene sexo”. Este joven adelantado a su tiempo publicó a sus 26 años un polémico libro llamado “La igualdad de los sexos” De La Barre señalaba que a las mujeres se les había arrebatado lo que era suyo pero que la desigualdad se podía combatir a través de la educación.
Fue en Francia, cuna de la Ilustración donde las mujeres se dieron cuenta que se exaltan las ideas de la igualdad universal para todos los hombres… pero sin considerar a las mujeres.
Es entonces cuando Olimpia de Gouges en 1791 afirma que “los derechos naturales de la mujer están limitados por la tiranía del hombre situación que debe ser reformada según las leyes de la naturaleza y la razón” y fue guillotinada por el gobierno de Robespierre.
Poco mas tarde Mary Wollstonecraft escribe “Vindicacion de los derechos de la mujer” planteando la igual de derechos civiles, políticos, laborales, educativos y a la libre decisión. Estos cuadernos no fueron tomados en cuenta en la Asamblea Nacional de 1789 que proclamaba la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, aparentemente las mujeres no eran seres humanos ni ciudadanas.
En el s.XIX, también en Francia Flora Tristán defiende los derechos de la mujer con las demandas obreras afirmando “hasta el más oprimido de los hombres quiere oprimir a otro ser”.
El origen de la palabra feminismo es interesante, porque al principio se utilizaba en Francia del s.XIX en la medicina en una tesis escrita por Ferdinand-Valérie Fanneau de la Cour en la señalaba que muchos hombres enfermos de tuberculosis tenía rasgos infantiles y feministas, como el cabello fino, pestañas largas, piel blanca y blanda, barba escasa; es decir, se asociaba la palabra feminismo con aquellos hombres poco varoniles.
El primero en usar el término para señalar a las mujeres que luchaban por sus derechos fue el escritor francés Alejandro Dumas hijo cuando publicó un texto titulado “El hombre mujer”, pero usa la palabra feminsita para burlarse de la posibilidad de que hombres y mujeres fueran iguales; así el escrito de Dumas es un texto antifeminista y a partir de entonces la palabra se difundió como una manera despectiva para señalar a las mujeres que luchaban por sus derechos.
Sin embargo, la sufragista francesa Hubertine Auciert se apropió de la palabra en 1882 como una forma de reconocer que antes de ella existieron mujeres que había que honrar por su lucha y en algunas ocasiones fueron encarceladas, asesinada, tildadas de locas, histéricas como aún ahora se les llama a las mujeres que señalan las injusticias.
El feminismo no impone la idea de que las mujeres son mejores que los hombres o que seamos exactamente iguales.
No, el feminismo señala que ¡Existe patriarcado!, que es cuando una sociedad se organiza bajo supuesto de que los hombres deben tener mayor autoridad y poder que las mujeres aunque no sea de manera explícita y solo en la práctica.
El feminismo busca un cambio en la forma en la que se estructuraon las relaciones sociales para que las mujeres puedan tener acceso a la libertad, al mismo trato y a los mismos derechos que tienen los hombres. Que no exista diacriminacion o peligros solo por el hecho de ser mujer.
Eso le viene bien a los hombres porque el patriarcado también impone estereotipos y roles nocivos para los hombres.
Luchar a favor de la equidad nos ayuda a construir sociedades más justas. Simone de Beauvoir escritora francesa y precursora del feminismo señaló “el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente”. No hace falta ser parte de un grupo que sufre injusticias para defender sus derechos.
Entonces ¿El feminismo no es machismo a la inversa? El machismo pretende dominar y someter, mientras que el feminismo busca la igualdad de condición entre los géneros. Si el feminismo busca la igualdad ¿Por qué se llama feminismo y no igualitarismo? Porque es importante nombrar los movimientos para poder lograr identificar lo que hay que mejorar. El feminismo idealmente no debería existir, las mujeres no deberían de estar pugnando por equidad en una sociedad justa todos tendríamos las mismas oportunidades, pero actualmente no se ha alcanzado esa equidad.
En América Latina, sólo 7 de cada 100 puestos directivos son ocupados por mujeres. En México 3 cuartas partes del trabajo doméstico no pagado lo siguen haciendo mujeres y su valor aparta hasta un 23% de la riqueza del país. Solo 45% de las mujeres tienen acceso a un trabajo remunerado y aun así en promedio ganan un 16% menos de lo que ganan los hombres. En América Latina 1 de cada 5 mujeres ha sido maltratada, herida o asesinada por su pareja.
Innumerables mujeres han aportado a abrir camino para que otras mujeres puedan gozar de sus derechos humanos e incursionar en la ciencia, la política y las artes inspirando a hombres, mujeres, niñas y niños.
El feminismo no es exclusivo de las mujeres, cada vez hay mas hombres que se informan y coinciden con la lucha feminista y eso es algo positivo para todos.
Por eso es tan importante que tanto a niños como a las niñas se les permita atender las mismas cosas y expresar sus ideas. Esa creencia de que las mujeres solo funcionan para cierto tipo de tareas es errónea y no permite que puedan desarrollarse plenamente.
Queremos vivir en un mundo donde quepan muchos mundos, donde quepan la igualdad, la tolerancia, la diversidad y la oportunidad para todos y todas de construir una sociedad más justa y pacífica.
Solinís Casparius, Tessie. (2010, 08 de marzo) ¿Por qué existe el feminismo?
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frost-ann · 6 years ago
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La libertad es la madre de la virtud; si las mujeres son, por su constitución, esclavas y no se les permite respirar el aire vivo y vivificador de la libertad, languidecerán para siempre como plantas exóticas, y sólo se las considerará como un bello defecto de la naturaleza. -Mary Wollstonecraft (vindicacion de los derechos de la mujer 1792).
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teoriapoliticauab · 4 years ago
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¿El feminismo liberal ha promovido la Ley Celaá?
El día 19 de noviembre el Congreso aprobó la LOMLOE, un proyecto de ley que busca modificar la anterior ley educativa del PSOE, la LOE. Este reglamento pretende reforzar ciertos aspectos de la educación en el Estado Español, uno de estos aspectos es garantizar la igualdad de género dentro de las aulas. Para ello una de las medidas es priorizar el financiamiento público a los centros educativos que incluya la coeducación en sus planes de estudios y que no segregan por sexos (Art 1, 83.1). Otras medidas que recoge esta ley para luchar contra las desigualdades de género dentro de los colegios, es reconocer a la mujer dentro de la historia de las diferentes materias (Art 1, 25.3) y garantizar la paridad en los órganos de administración educativa (Art 1, 54.3). Una vez introducida la ley y algunas  medidas, el objetivo es observar si estas reglas tendrán como marco teórico las premisa del feminismo liberal.
Betty Friedan, una de las principales referencias del feminismo liberal, introduce una serie de características sobre cómo acabar con las desigualdades de género. La autora estadounidense nos explica en su libro, titulado La Mística de la feminidad, 1963, que las mujeres están subordinadas al hombre desde el momento que nacen y a todas las mujeres se les asignan el mismo rol, el rol doméstico. Esto precisamente, va en contra de todos los argumentos liberales, surgidos en los años de la ilustración, en el cual decían que “el humano se construye a sí mismo como individuo distinto de cualquier otro” (Perona, 2005, p.22). Por tanto, para que la mujer sea considerada igual que un hombre dentro de la sociedad, la mujer deberá constituir su identidad individual, es decir tener libertad de decisión sobre su vida, por ejemplo tener libertad para abortar y también la mujer deberá ocupar el espacio público, de esta idea surgió el lema “Lo personal es político” (Martínez-Bascuñán, 2016, p.497). Este lema recoge dos significados, el primero, denunciar situaciones que pasan en el ámbito doméstico, pero que suceden a muchas mujeres como la violencia de género y el segundo, que la mujer participe de la vida política y pública.
  La psicóloga estadounidense propone que para garantizar la libertad individual de la mujer se deberá hacer mediante las leyes. Entonces según esto, la ley Celaá estaría dentro del pensamiento del feminismo liberal, ya que regula una situación de discriminación hacia la mujer. Además, Mary Wollstonecraft, que es otra feminista liberal, pero del S.XVIII, argumenta en su libro Vindicaciones de los Derechos de la Mujer, 1792, que la educación es muy importante para acabar con las desigualdades, ya que  la educación puede hacer que la mujer sea un individuo racional y pueda desarrollar su identidad individual. Este último argumento refuerza la idea de que la LOMLOE surge a partir de un prisma feminista liberal, porque es una ley que refuerza la educación igualitaria. 
Entonces, el concepto de ley educativa que promueva la igualdad entre hombres y mujeres, entraría dentro del feminismo liberal, pero ahora vamos a ver si las tres medidas expuestas en la introducción del artículo entrarían dentro del feminismo liberal.
En España durante la II República, tanto liberales como socialistas apostaron por la coeducación en las aulas, que la llamaron educación mixta, en contraposición al modelo de escuela de roles separados, que imponía la iglesia. Después de la Transición Democrática, el gobierno del PSOE volvió apostar por la educación mixta y esta ley busca reforzar este modelo educativo. Este modelo busca la igualdad plena entre todas las personas, y este es uno de los valores que defiende el feminismo liberal, tener igualdad de acceso a la escuela y que todo el mundo tenga los mismos conocimientos para poder desarrollarse como individuo. La medida 2, que impulsa incluir dentro de los temarios el papel de la mujer (Art 1, 25.3) y la medida 3, que busca garantizar la paridad en los órganos de administración educativa (Art 1, 54.3), también se podría considerar una medida del feminismo liberal. Siempre y cuando el propósito de estas dos medidas sean el garantizar una educación igualitaria. Si la finalidad es dar un trato diferencial a las mujeres, entonces no serían compradas por el feminismo liberal, lo mismo sucede con el tema de la coeducación, por ejemplo si una propuesta coeducativa es una discriminación positiva hacia la niña, entonces el feminismo liberal estaría en contra. 
La ley todavía no está aplicada y por tanto todavía no sabemos los efectos exactos de esta norma, además esta ley deja bastante margen a los centros educativos, para que puedan adaptarla como quieran. Pero aparentemente con lo expuesto en el artículo, sí podríamos decir que la LOMLOE está dentro del feminismo liberal, al menos, el apartado que busca eliminar los fondos a los centros educativos que segregan por sexos. 
  Referencia bibliográficas
Martínez-Bascuñán, M., (2016). Ideologías y Movimientos Políticos Contemporáneos: Capítulo XXIII: Feminismo, Madrid, España: Tecnos
Perona, A., (2005). Teoria Feminista: De la Ilustración a la Globalización, del feminismo liberal a la posmodernidad: El Feminismo Liberal Estadounidense de Posguerra: Betty Friedan y la Refundación del Feminismo Liberal, Madrid, España: Minerva Ediciones
Proyecto de Ley Órganica por la que se modifica la Ley Órganica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. (621/000012). Boletín Oficial de las Cortes Generales: Senado, Madrid, España, 25 de noviembre de 2020
Red2Red Consultores, S.L., (2020). Guía de coeducación: Síntesis sobre la Educación para la Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, Móstoles, España: Instituto de la Mujer (Ministerio de Igualdad)
Subirats, M., (1994). Conquistar la igualdad: la coeducación hoy. Revista Iberoamericana de Educación, 6, 49-78
Wollstonecraft, M., (1792). Vindicación de los Derechos de la Mujer: Freeditorial
Autor: Juan Miguel López Quiñonero
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larevistaelohimlive · 7 years ago
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FEMINISMO
 - mater doctrinarum genus-
A través del presente nuestra intención es compartir desde una óptica crítica lo que consideramos la madre de la ideología de género, ideología que hoy día amenaza con segregar la unidad social estándar para la conservación de la sociedad original y por consiguiente la supervivencia de la especie humana. Sin más preámbulos demos paso a lo que se conoce como Feminismo, desde una acepción historicista para aterrizar en una crítica basada en nuestros planteamientos teológicos.
 [-Feminismo-]
 [Concepto]______________________________________________________
El feminismo es un conjunto heterogéneo[1]​ de movimientos políticos, culturales, económicos y sociales que tienen como objetivo la emancipación de las mujeres y la igualdad de derechos entre hombres y mujeres[2],así como cuestionar la dominación y violencia de los varones sobre las mujeres y viceversa,[3]​ además de la asignación de roles sociales según el género mediante meritocracia.
Se habla de un conjunto heterogéneo debido a que coexisten en si una serie de corrientes que varían y cuya columna vertebral nace de una causa su generis como es la igualdad de géneros en el ámbito social en todos los aspectos que encierran al ser humano, por ende encontramos terminologías como  el feminismo cultural, el feminismo liberal, el feminismo radical, el ecofeminismo, el anarcofeminismo, el feminismo de la diferencia, el feminismo de la igualdad, el feminismo marxista, el feminismo socialista, el feminismo separatista, el feminismo filosófico, el feminismo islámico, el feminismo lésbico y el transfeminismo. Si bien es cierto todas estas parten de una misma causa sin embargo no todos estos desembocan en un mismo fin y tal diferenciación será tratada en apartes siguientes no sin antes hacer un recorrido somero sobre la etimología del término.
Aunque el tema de la igualdad de se trataba en publicaciones del siglo XVII, como De l'Égalité des hommes et des femmes  en 1622 por Marie Le Jars de Gournay o en De l'Egalité des deux sexes en 1673, por François Poullain de la Barre digamos que el termino feminismo no tuvo trascendencia en el ámbito ideológico si no hasta finales del siglo XIX cuando se implementó el neologismo francés feminisme el cual tenía como fuente la palabra latina fémina y el sufijo isme, término que fue implementado en 1871 por el medico Ferdinand-Valérie Fanneau de la Cour cuando aún era estudiante y lo implemento en uso de una explicación medica plasmada en su tesis Du fèminisme et de l'infantilisme chez les tuberculeux (Del feminismo y el infantilismo en los tuberculosos), aunque con un significado totalmente distinto, llama la atención el hecho de que este término fue recogido por el entonces escritor y dramaturgo Alexandre Dumas hijo en 1872 para referirse irónicamente y desprestigiar a los varones que apoyaban decididamente el movimiento de mujeres que demandaban el acceso a sus derechos ciudadanos. De acuerdo con la historiadora y filósofa francesa Geneviéve Fraisse, Dumas utilizó el término feminismo en el marco de un debate sobre temas como el adulterio y el divorcio, sin embargo este término no tuvo lugar en el ámbito político si hasta la década de 1880, cuando Hubertine Auclert, sufragista francesa, retomó el término, ahora con una connotación dirigida a los movimientos que buscaban la justicia social y política para las mujeres[4]​
No podríamos iniciar sin mencionar si quiera el aporte de la escuela filosófica del cinismo en donde encontramos a una exponente muy particular llamada Hiparquia esposa de Crates de Teba quien en su época vestía como hombre y dedicaba sus labores a las que normalmente no se dedicaban las mujeres, ante las burlas y criticas esta sostenía su devoción por no someterse a los estereotipos dados al género femenino, y es que estas discusiones sobre el rol del genero aún se apreciaron en plena edad media que aunque adquiere auge en pleno preciosismo tal como podemos observar en la obra de Poullain de la Barre en 1673, es en el siglo XVIII cuando la polémica sobre igualdad y diferencia entre los sexos se plantea con un discurso crítico, a través de la filosofía de la Ilustración, que era contemporánea, en esta era el detonante fue la publicación de la obra Vindicación de los derechos de la mujer, de Mary Wollstonecraft en 1792, dado así paso a lo que conocemos como la primera fase del feminismo desde una de las cronologías que estudian el tema, veamos:
 FASE I
 Del memorial de agravios[5] se tiene que se plantearon una serie de enunciaciones, quejas y reclamos a una sociedad estamental sumergida en el tradicionalismo de la época medieval, estas discusiones en la época fueron inclusive plasmadas en obras como la reconocida Le Livre de la Cité des dames[6], escrita por la reconocida Christin de Pisan, sin embargo no pasaron de simples enunciaciones y reclamos que no tuvieron trascendencia.
Ya en la ilustración planteada la discusión sobre la igualdad de géneros varios prominentes expositores de la época consideraban a la mujer como un ser carente de derechos que le denominase ciudadanos, por un hecho natural, estas estaban desprovistas de garantías frente al estado y la sociedad salvo que se ejerciesen a través del hombre como un tutor[7]. Varios de estos prominentes ilustrados eran Inmanuel Kant y Rosseau.
El movimiento racionalista que impulso la ilustración tuvo intentos en cuanto a igualar socialmente a la mujer, al menos en el discurso, como prueba de ello observamos en plena revolución francesa como a través de los clubes de mujeres se apoyó el movimiento revolucionario de la época, sin ningún éxito, lo que produjo la muy conocida declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana como una respuesta reaccionaria a la exclusión que tuvieron las mujeres en el resultado del movimiento revolucionario, escrita por Olympe de Gouges, frentea la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano. Básicamente se reclamó el hecho de la cruzada revolucionaria pregonaba los derechos de libertad e igualdad, sin embargo en la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano a la mujer se le dio un trato desigual y diferenciado.
Sin embargo no todo termina allí, varios de los varones ilustrados promovieron la igualdad de género a través de sus escritos generando literatura con pensamiento feminista tales como John Stuart Mill o Nicolas de Condorcet, en pleno estado liberal, las libertades que se lograron con la revolución que las mujeres apoyaron no tenía lugar para ellas en materia de derechos. Todo esto sale a la luz y en un escenario de discusión pública a través de los escritos de Mary Wollstonecraft autora de Vindicación de los derechos de la mujer, que rompe con la tónica de las obras escritas hasta el momento por mujeres, descritas como «memorial de agravios» y pasa a la «vindicación», componente esencial del feminismo[8], dando asi paso a lo que se conoce como la primera ola.
 Fase II
 -       1ra Ola
 [– Las sufragistas-]___________________________________________________
La vindicación de los derechos de la mujer escrita por la inglesa Wollstonecraft, La emancipación de la mujer de Flora Tristan (precursora del feminismo moderno) en Inglaterra, estados unidos y amercia dio paso a los movimientos conocidos como las sufragistas, en esencia las mujeres de clases altas reclamaban los mismos derechos en cuanto a participación política, propiedad y matrimonio que los hombres, dichas vindicaciones dieron con la obtención de derechos políticos, de manera progresiva.
En Inglaterra dos grandes movimientos impulsaron estos logros, por un lado la unión nacional de sociedades por el sufragio femenino durante 20 años iniciaron campañas cívicas persuasivas en reclamo al derecho de elegir, por otro lado la unión social y política de las mujeres fundada por Emmeline Pankhurst, quien de una manera más agresiva defendió la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, fue perseguida y puestas en prisión, situación que se volcó con el estallido de la primera guerra mundial en donde el rey Jorge V se vio obligado a declarar la amnistía de estas con el fin de que reclutasen mujeres para suplir los trabajos de los hombres que iban a la guerra, a cambio de esto al finalizar la primera mundial se les concedió a la mujer el derecho a votar.
En estados unidos las sufragistas participaron en las sociedades antiesclavistas de los estados norteños. En 1848, convocada por Elizabeth Cady Stanton, se realizó en una iglesia de Séneca Falls el primer congreso para reclamar los derechos civiles de las mujeres. Acabada la guerra civil, se concedió el voto a los negros pero no a las mujeres, lo que provocó una etapa de duras luchas ya en 1920, la enmienda 19 de la Constitución reconoció el derecho al voto sin discriminación de sexo.
En américa el movimiento sufragista se ejecutó en forma singular a la de Inglaterra debido a que pese a que las mujeres de la burguesía reclaman derechos similares a los de los hombres las mujeres clasistas luchaban desde el socialismo el derecho a ser tratadas en igual sentido que al hombre, ejemplo de ello encontramos en la argentina de Carolina Muzzilli. En Argentina la anarquista Virginia Bolten lidera un movimiento feminista sindical alrededor del periódico La Voz de la Mujer (1896-1899), publicado bajo el lema «Ni Dios, ni patrón, ni marido». Pocos años después Bolten integró la mesa de conducción de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA). Instalada en Uruguay participó del movimiento que conquistó el derecho al sufragio para las mujeres (primero de un país íberoamericano) y el divorcio[9].
Luego de que de que países como Inglaterra y estados unidos otorgaran derecho al sufragio a la mujer el resto de países en Europa y américa optaron por hacerlo, Salvo países como Francia e Italia entre otros los cuales lo hicieron 20 años después.
 La igualdad de derechos trajo consigo la finalización de una época de luchas sociales pero la terminación de las guerras mundiales trajo un nuevo panorama en cuanto al rol de la mujer en la sociedad la cual estaba inmiscuida ya en la mano de obra de los países y sus conocimientos al  nivel de la experticia del hombre de la época., nace entonces lo que conocemos como la segunda ola del feminismo., y para el presente escrito como el inicio de la mal implementación de la filosofía en defensa de derechos naturalmente adquiridos los cuales explicaremos más adelante.
 -       2da Ola:
 [-Liberación Femenina-]_____________________________________________
“no se nace mujer, se llega a serlo” (S. de Beauvoir), con frases como estas estalla el cólera de la época con la terminación de la segunda guerra mundial, debido a que el llamado institucional era a que el hombre volviese a los trabajos que habían dejado por cumplir con el deber de defender la patria en la guerra y las mujeres volvieran al cuidado del hogar, para muchas activistas esto significó un insulto al esfuerzo que habían dedicado durante el tiempo que suplieron a los hombres en sus labores, de hecho, el simple acto de reemplazar a los hombres en los trabajos dejados significaba una subyugación al deber de ayudar al hombre, lo cual llevo a la reflexión sobre el rol social de la mujer frente al hombre, reflexión que se alimentó de discursos socialistas de la extinta Unión Soviética en cabeza de la reconocida anarquista Emma Goldmann, quien ya en 1910 había publicado Anarquismo y otros ensayos, donde relacionaba la lucha feminista con la de la clase obrera e incluso hacía aportes sobre la sexualidad femenina. En esta etapa –ubicándolas como “iniciantes” del nuevo feminismo– se destacan los aportes de Simone de Beauvoir, en El Segundo sexo en 1949 y de Betty Friedan, con el también consagrado Mística de la femineidad en 1963.
Básicamente el reniego a volver a las actividades que normalmente realizaban las mujeres provoco que se viese a la familia como una entidad opresora para la mujer ya que la obligaba a cumplir con un roll determinado en la sociedad el cual era limitado, por ende para varias de sus exponentes la mujer debía tener derecho a elegir sobre el rol que debía tomar en la familia, inclusive sobre su reproducción, reclamando así el derecho a abortar si era posible y delegar el cuidado del hogar al estado entre otras cosas.
Para otro grupo de feministas de esta segunda ola lo primordial era no sobreponer el género en ámbitos esenciales de la vida, si no que existiese una igualdad en todos los aspectos de ella, en ámbito laboral, de educación, de familia, de poder, sin victimizar ni someter, a fin de que no se desestabilizara socialmente el rol de ambos generos.
Sin embargo el derrotero a que la mujer era una construcción social y cultural alimentado del radicalismo del socialismo de la época trajo la discusión de genero a un plano filosófico en donde se empezó a tejer una serie de feminismos que poco a poco llevaron a una radicalización del pensamiento poniendo a la mujer en una lucha contra el hombre en aspectos intrínsecos de la especie humana.
 -       3ra Ola:
 [-Radicalización-]__________________________________________________
Surgió como supuesta respuesta a los fallos de la segunda ola del feminismo en donde a pesar de la propuesta a construir socialmente a la mujer, no fue suficiente para la toma de conciencia de que no existe un único modelo de mujer, por el contrario, existen múltiples modelos de mujer, determinados por cuestiones sociales, étnicas, de nacionalidad, clase social, orientación sexual o religión.
Algunos acontecimientos marcaron el comienzo de esta corriente, como por ejemplo el caso de Anita Hill, una mujer que denunció por acoso sexual a Clarence Thomas, nominado para el Tribunal Supremo Norteamericano, y su absolución en el congreso de estados unidos provoco una serie de pronunciamientos que dieron pie a debates como Las guerras feministas por el sexo (Feminist Sex Wars o Lesbian Sex Wars), fueron los tensos debates entre el movimiento feminista y la comunidad feminista lésbica principalmente en Estados Unidos desde finales de la década de 1970 y hasta mediados de los 80. La discusión gira en torno a la forma en que los movimientos feministas ven la sexualidad, la representación sexual, la pornografía, sadomasoquismo y la transexualidad femenina en la comunidad lésbica. El debate fue entre las feministas del movimiento antipornografía y Positivismo sexual feminista, que acabó en una división profunda entre ambas partes.
En realidad son estos debates los que ponen fin a la segunda ola del feminismo y abre la discusión sobre una tercera ola de este movimiento que arrastra consigo teorías de una construcción social del género, no basado en la biología si no en la estructuración social y cultural., discurso propicio para que feministas lésbicas tomaran bandera bajo la denominada emancipación patriarcal para radicalizar circunstancias, condiciones y entornos naturalmente selectivos en cuanto al género., al punto de radicalizar una postura anti natural a través de la victimización como un modo de institucionalizar dichas premisas radicales.
En esencia la tercera ola del feminismo no conforme con la idealización de una igualdad social entre el hombre y la mujer se adentró al aspecto meramente interior y adentro filosóficamente en lo concerniente al rol sexual de la mujer en la sociedad, bajo los postulados de voceras como Kate Millett con su escrito Política sexual, shulamith firestone con su libro the dialect of sex las mujeres se encuentran sometidas bajo un sistema de dominación sexual y que por su condición sexual biológica estas se encuentran oprimidas y por ende hay que abolir dicha condición, gestando los niños en incubadoras y no en el vientre de la mujer, consiguiendo con esto la creación de un movimiento de liberación de la mujer que logro en esferas publicas la separación de la mujer a través de una dialéctica de victimización por su condición biológica.
Hoy dia existen dos grandes corrientes de feminismo los cuales se denominan
-       Feminismo de la igualdad que promulga la igualdad de géneros por intervención del estado creando normas que presionen a dicho fin.
-       Feminismo de la diferencia: el cual busca la exaltación de la mujer sobre el hombre a tendiendo a que la condición sexual de la mujer propicia relaciones pacíficas, en cambio la condición del hombre propicia relaciones de superioridad, presión y conflictivas, la creación de una sociedad feminizada en donde la mujer se auto satisfaga y segregue al hombre como un método de placer y satisfacción personal.
 -Circulo de reflexiones-
_____________________________________________[Reflexión Historicista]
Paradójica mente se vislumbra un cambio de estadio en la visualización introspectiva de la mujer al respecto de la sociedad, en efecto en la primera oleada del feminismo se observa a una mujer líder que no se doblega y que reclama una igualdad genuina, apoya las transformaciones de las que participa y se obtienen las grandes victorias en cuanto a igualdad de derechos. Aquella mujer revolucionaria y empoderada va cediendo ante la desigualdad manifiesta no como una imposición si no como una necesidad real palpable a la fecha, las leyes que obligaban al hombre defender la soberanía de los territorios y no a la mujer cedieron espacios en la cadena de producción que sustentaba a todos, hombres y mujeres. Es admirable que la mujer de la época no era conformista y salió de su zona de confort en auxilio de la sociedad y del estado supliendo al hombre que estaba en la guerra y aun así después de ello reclamo su nuevo lugar en la sociedad sin embargo su debilidad la frena en una lucha autentica de igualdad cuando se mira a sí misma y se menoscaba por su condición biológica, reflexionando de manera inocua ante posturas meramente idealistas que no son palpables ni reales pasando de un empoderamiento a una victimización natural para esconderse tras el estado el cual era el opresor en antiguas fases. Efectivamente existe una retrospección positiva del rol social de la mujer por echar mano a idealismos que no son realmente palpables y que escapan a al pragmatismo del rol que naturalmente emplea la mujer en la sociedad.
Si bien es cierto como manifestaremos en otros apartes, el influjo del antropocentrismo que heredo el estado desplazo a la mujer no por un hecho condicionado y adrede o una circunstancia premeditada y conspirativa del genero hacia otro. En efecto basta con recurrir a lo científicamente demostrable desde las ciencias sociales y naturales, el rol del género masculino consistió en la provisión y protección y el de la mujer de la procreación y administración, naturalmente eso provoco que los círculos sociales que se forjaron entre fuerzas y no en idealismos se estructuraran imitando el rol que mantuvo la supervivencia de la especie humana durante siglos. El logro de que la mujer influenciara en los escenarios ya no primitivos si no cultos bajo sistemas y modelos de supervivencia sustentados en estructuras sociales organizadas en ese bosquejo patriarcal, no conspirativo, si no natural, es deslumbrante, sin embargo a medida de que la ideología de género se inmiscuyo en la promulgación de dicha igualdad los postulados originales naufragaron en ideologías que miran al interior y no interesan al derecho. La historia hoy día muestra a una mujer empoderada que agacha su cabeza frente al estado, y no solo eso, le sede la libertad al estado para que la victimice y la separe del hombre poniéndola en condición de discapacidad manifiesta frente a circunstancias específicas.
________________________________________________[Reflexión Legal]
La igualdad de derechos sin duda alguna es una concesión del estado al individuo, por ende no es una victoria si no una cesión de ambos géneros frente a la institución, en efecto todos los seres humanos somos libres, sin embargo frente a la ley no tanto, tendríamos que ahondar en tesis de estado para comprender en un sentido más amplio estas afirmaciones, basta con manifestar que en efecto los derechos son imposiciones por el deber arbitral que cumple el estado en la administración del territorio y la población. La cesión de derechos trae implica obligaciones y/o deberes lo cual representa un pagare que esta descrito por normas que regulan el orden público, (relaciones entre las personas y relaciones entre las personas y el estado) para nadie es un secreto que existía diferenciación normativa para los hombres y mujeres y en consecuencias deberes sin embargo dentro de esa estructuración de leyes existía una mayor carga de deberes sobre el género masculino por aquello de las prerrogativas que le eran concedidas, por ende hablar de una emancipación del género femenino es correcto, el hombre era tutor de los bienes de la mujer y esta no podía celebrar ningún acto jurídico sin el permiso y consentimiento del hombre, hasta el nombre como un elemento de la persona estaba vedado por el apellido del marido, si existía una diferenciación en cuanto al género y hoy día aún sigue existiendo pero en un orden inverso, hoy día pese a que las relaciones privadas legalmente se nivelaron, las relaciones entre el estado y los privados crean diferencias notorias, brindando dentro de la simetría penal un nivel privilegiado a la mujer por aquello de la victimización y categorizando a hombre como  un potencial criminal frente a conductas que “ponen en potencial riesgo al género femenino”. Legalmente el estado ha entrado a regular aspectos irrelevantes al derecho que solo importan a la libertad del ser humano por aquello de la ideología de género que nació con el feminismo en su segunda oleada. Importa al estado la determinación sexual del ser? En efecto es algo que corresponde al individuo sin embargo por posturas como que el género no es una determinación biológica si no una construcción social provocan la intervención de este con políticas que derivan en normas que quitan la libertad del individuo y que interesa al estado en gran manera, por aquello de la administración de la población en el territorio.
Jurídicamente no existe simetría jurídica hoy día en cuanto a la igualdad, existe una real desigualdad de trato legal de género que provoca una separación social que pone en riesgo la estructura social original que ha mantenido la supervivencia de la especie humana.
_________________________________________________[Reflexión Política]
Indiscutible mente es en la política en donde se han sulfurado y radicalizado los preceptos del feminismo debido a que son en esos escenarios de deliberación de ideas y proposición de leyes en donde se suscitan este tipo de corrientes que llevan a decadencia manifiestos firmes y que con el tránsito de los comerciantes al estado para mantener la riqueza hacen conveniente tratar e implementar como un medio de control social. La política ve conveniente este tipo de postulados radicales porque expanden el espectro de intervención estatal sobre el individuo, el fin de la politizacion populista siempre ha sido el control del individuo y que más con propiciar doctrinas y corrientes que aumenten ese nivel de intervención estatal. El hecho de que la mujer este biológica mente condicionada a una realidad social basada en la diferenciación y exclusión provoca políticas de mitigación de esos efectos de la condición natural de la mujer” a través de planes y programas y normas que buscan compensar esa auto-disminución provocada en corrientes que intentaron sobrepasar en poco tiempo una brecha histórica de la humanidad a través de la victimización.
_______________________________________________[Reflexión Teológica]
Desde la iglesia consideramos que la mujer y el hombre devienen de la perfección de la creación divina y que pese a que su formación y/o creación fue distinta esta distinción no se basa en una condición de dependencia por aquello de la costilla de adán, sino más bien en la corroboración de la intención primigenia del creador para la especie humana tal es la de una cohabitación que se diera desde el interior, una relación recíproca y de dependencia mutua como dos seres independientes y características propias, veamos que dice la biblia al respecto:
27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.
30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.[10]
En efecto el plan original es simétrico, ambos fueron creados y les fueron otorgados las mismas prebendas y deberes, frente a esto no existe discusión alguna, sin embargo esta simetría se ve fraccionada ante un evento desafortunado en donde la mujer da de probar al fruto prohibido al hombre y por ende provoca una sentencia por parte de Dios que la segrega a lo que hoy lucha, una igualdad. Vemos:
A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido,[a] y él se enseñoreará de ti.[11]
La sentencia fue la de someterse y vivir a la sombra de su marido, por ende la interpretación que se obtuvo de la consecuencia del pecado original era la de segregar a la mujer bajo la figura del hombre por ser este el único facultado para obrar y proveer, tesis que alimentaron la idiosincrasia del hombre del islam y del cristianismo. Dicha sentencia retrotrajo el liderazgo creacional sobre la mujer la cual entregaría su esencia sexual y social al hombre.
Sin embargo esta condición de la mujer fue redimida por Jesús en la Cruz al ser herido Jesús con un clavo sobre sus talones llevaba consigo la opresión de la sentencia a la que la mujer fue sometida por la culpabilidad de la desobediencia, el género fue redimido naturalmente por el sacrificio de Jesús en la Cruz. Por ende una mujer redimida en Jesús adquiere en si el liderazgo creacional y por ende la igualdad de condiciones que en principio fueron dadas tanto al hombre como la mujer.
Desde un punto teológico tanto el hombre como la mujer fue desprovisto de los beneficios de la relación con Dios y como muestra de ello vemos que la relación que compartían en cuanto a lo demás creado fue fragmentado y segregado, siendo entonces la mujer un segundo sujeto y no uno solo con el hombre.
-       Repulsión de tesis idealistas de genero
Desde la teología no se aceptan este tipo de ideologías por una razón lógica, no se puede partir de supuestos porque no son exactos, suponer que el agua es aire es porque necesito aire y tratar de convencer a otros de que el agua es aire porque lo necesito es un exabrupto y una violación a la libertad de otro, puesto que no es útil suponer que el agua es aire, físicamente debe haber un cambio del estado de la materia para que eso sea lo que quiero.
En ese sentido de ideas, consideramos que biológicamente existe una diferenciación sana y coherente que ha permitido a la especie humana subsistir, adaptarse y supervivir ante la inclemente condición de la vida de la humanidad, dicha diferenciación naturalmente ha sido protegida en distintos tiempos de manera gradual en espacios y momentos determinados a veces si o tras no, sin embargo idealizar sobre lo realmente constatable es un ejercicio subjetivo de cada quien que no interesa al derecho ni a su supuesta objetividad.
Defendemos el modelo original de la familia pero no desconocemos la diversidad social que hoy día vivimos, una diversidad que en cuanto a la persona como tal enriquece a la sociedad, pero solo si y solo si se ejecuta en el uso exclusivo de la libertad, no con intervención estatal como se pretende, el libre desarrollo de la personalidad es un derecho y por ende debe ser de especial protección del estado no a través de políticas impositivas si no de fomentación dejando al libre albedrio las condiciones intrínsecas del ser humano siempre que estas no vulneren la libertad de otro.
Somos conscientes que hoy día en el mundo a la mujer históricamente se le ha oprimido no por ser mujer si no por considerarse ella misma como una más, condenamos de manera vehemente la violencia, la segregación, la estigmatización, la separación, el ultraje, la deshonra, la discriminación de la mujer y del hombre y extendemos nuestros lazos de solidaridad con aquellas mujeres que viven sometidas a regímenes políticos y legales que le someten y oprimen, a través de la redención de Jesús no solo abogamos por la igualdad de derechos frente al estado y los particulares si no que estamos seguros por una igualdad original y genuina delante de Dios.
No compartimos la supremacía de un género sobre otro, no es bíblico, el contexto en el que se escribió el texto dio pie a que en su trascripción estuviesen presentes elementos que hoy día no compartimos, pero este texto en el ejercicio de su estudio profundizado y espiritualmente guiado nos enseña sobre la igualdad de condiciones de los géneros frente al creador en una órbita de concordia y armonía no de sometimiento y poder si no en una mancomunidad.
-       Conclusión-
El feminismo actual propende por la ideología de género, buscando la institucionalización de estas mismas, las cuales busquen justificar la feminización de la sociedad para darle paso al estado a un control social absoluto, desequilibrando las relaciones originales que fundamentan la familia y la sociedad, para hacer una empresa humana que cumpla con las condiciones del comercio y el modelo económico. Mas a través de la Cruz no existe razón alguna para victimizarse y romper con los paradigmas originales que hasta hoy han sustentado la especie humana.
  Elohim Live
 [1]  Haslanger, Sally, Tuana, Nancy and O'Connor, Peg, «Topics in Feminism.» En The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Summer 2012 Edition), Edward N. Zalta (ed.).
[2]  Real Academia Española. «feminismo.» Diccionario de la lengua española. 
[3] Johnson, Michael P. (1995). «Patriarchal Terrorism and Common Couple Violence: Two Forms of Violence against Women». Journal of Marriage and Family 57 (2): 283-294. doi:10.2307/353683.
[4] Cott, Nancy F. (en inglés). The Grounding of Modern Feminism, pág. 14. Yale University Press, 1987. En Google Books. Consultado el 13 de septiembre de 2016.
[5] Amorós, Celia. Dimensiones del poder en la teoría feminista.
[6]    Christine de Pisan. «Le Livre de la Cité des dames». Biblioteca Digital Mundial. Consultado el 13 de enero de 2018
[7] Amorós, Celia (1990). «El feminismo:senda no transitada de la Ilustración». Isegoria (1): 139-150.
[8] AMOROS, Celia y Ana DE MIGUEL (ed.), Historia de la teoría feminista. De la Ilustración a la globalización, ed. Minerva, Madrid, 2005
[9] Smiles, Lisy (27 de abril de 2014). «El mito y su construcción». La Capital. Rosario. Consultado el 11 de febrero de 2015.
[10] Genesis 1:27 (…)
[11] IBIDEM 3:16
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dannaagudelo-blog · 7 years ago
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Los feminismos a través de la historia. Capítulo II. Feminismo Moderno
a) Las raíces ilustradas y la Revolución Francesa
Diferentes autoras, como Geneviève Fraisse y Celia Amorós, han coincidido en señalar la obra del filósofo cartesiano Poulain de la Barre y los movimientos de mujeres y feministas que tuvieron lugar durante la Revolución Francesa como dos momentos clave -teórico uno, práctico el otro- en la articulación del feminismo moderno. Así, en el texto de Poulain de la Barre titulado Sobre la igualdad de los sexos y publicado en 1673 -en pleno auge del movimiento de preciosas- sería la primera obra feminista que se centra explícitamente en fundamentar la demanda de igualdad sexual. Fraisse ha señalado que con esta obra estaríamos asistiendo a un verdadero cambio en el estatuto epistemológico de la controversia o "guerra entre los sexos": "la comparación entre el hombre y la mujer abandona el centro del debate, y se hace posible una reflexión sobre la igualdad" . Por su parte, Amorós encuadra la obra de Poulain en el contexto más amplio de la Ilustración. Aun reconociendo el carácter pionero y específico de la obra, ésta forma parte de un continuo feminista que se caracteriza por radicalizar o universalizar la lógica de la razón, racionalista primero e ilustrada después. Asimismo, mantiene que el feminismo como cuerpo coherente de vindicaciones y como proyecto político capaz de constituir un sujeto revolucionario colectivo, sólo puede articularse teóricamente a partir de premisas ilustradas: premisas que afirman que todos los hombres nacen libres e iguales y, por tanto, con los mismos derechos. Aun cuando las mujeres queden inicialmente fuera del proyecto igualatorio -tal y como sucedió en la susodicha Francia revolucionaria y en todas las democracias del siglo XIX y buena parte del XX-, la demanda de universalidad que caracteriza a la razón ilustrada puede ser utilizada para irracionalizar sus usos interesados e ilegítimos, en este caso patriarcales. En este sentido, afirma que el feminismo supone la efectiva radicalización de proyecto igualitario ilustrado. La razón ilustrada, razón fundamentalmente crítica, posee la capacidad de volver sobre sí misma y detectar sus propias contradicciones . Y así la utilizaron las mujeres de la Revolución Francesa cuando observaron con estupor cómo el nuevo Estado revolucionario no encontraba contradicción alguna en pregonar a los cuatro vientos la igualdad universal y dejar sin derechos civiles y políticos a todas las mujeres.
En la Revolución Francesa veremos aparecer no sólo el fuerte protagonismo de las mujeres en los sucesos revolucionarios, sino la aparición de las más contundentes demandas de igualdad sexual. La convocatoria de los Estados Generales por parte de Luis XVI se constituyó en el prólogo de la revolución. Los tres estados -nobleza, clero y pueblo- se reunieron a redactar sus quejas para presentarlas al rey. Las mujeres quedaron excluidas, y comenzaron a redactar sus propios "cahiers de doléance". Con ellos, las mujeres, que se autodenominaron "el tercer Estado del tercer Estado", mostraron su clara conciencia de colectivo oprimido y del carácter "interestamental" de su opresión.
Tres meses después de la toma de la Bastilla, las mujeres parisinas protagonizaron la crucial marcha hacia Versalles, y trasladaron al rey a París, donde le sería más difícil evadir los grandes problemas del pueblo. Como comenta Paule-Marie Duhet, en su obra Las mujeres y la Revolución, una vez que las mujeres habían sentado el precedente de iniciar un movimiento popular armado, no iban a cejar en su afán de no ser retiradas de la vida política . Pronto se formaron clubes de mujeres, en los que plasmaron efectivamente su voluntad de participación. Uno de los más importantes y radicales fue el dirigido por Claire Lecombe y Pauline Léon: la Société Républicaine Révolutionnaire. Impulsadas por su auténtico protagonismo y el reconocimiento público del mismo, otras mujeres como Théroigne de Méricourt no dudaron en defender y ejercer el derecho a formar parte del ejército.
Sin embargo, pronto se comprobó que una cosa era que la República agradeciese y condecorase a las mujeres por los servicios prestados y otra que estuviera dispuesta a reconocerles otra función de que la de madres y esposas (de los ciudadanos). En consecuencia, fue desestimada la petición de Condorcet de que la nueva República educase igualmente a las mujeres y los varones, y la misma suerte corrió uno de los mejores alegatos feministas de la época, su escrito de 1790 Sobre la admisión de las mujeres al derecho de ciudadanía.
Seguramente uno de los momentos más lúcidos en la paulatina toma de conciencia feminista de las mujeres está en la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana, en 1791. Su autora fue Olympe de Gouges, una mujer del pueblo y de tendencias políticas moderadas, que dedicó la declaración a la reina María Antonieta, con quien finalmente compartiría un mismo destino bajo la guillotina. Este es su veredicto sobre el hombre: "Extraño, ciego, hinchado de ciencias y degenerado, en este siglo de luces y de sagacidad, en la ignorancia más crasa, quiere mandar como un déspota sobre un sexo que recibió todas las facultades intelectuales y pretende gozar de la revolución y reclamar sus derechos a la igualdad, para decirlo de una vez por todas". En 1792, la inglesa Mary Wollstonecraft redactará en pocas semanas la célebre Vindicación de los derechos de la mujer. Las mujeres habían comenzado exponiendo sus reivindicaciones en los cuadernos de quejas y terminan afirmando orgullosamente sus derechos. La transformación respecto a los siglos anteriores, como acertadamente ha sintetizado Fraisse, significa el paso del gesto individual al movimiento colectivo: la querella es llevada a la plaza pública y toma la forma de un debate democrático: se convierte por vez primera de forma explícita en una cuestión política .
Sin embargo, la Revolución Francesa supuso una amarga y seguramente inesperada, derrota para el feminismo. Los clubes de mujeres fueron cerrados por los jacobinos en 1793, y en 1794 se prohibió explícitamente la presencia de mujeres en cualquier tipo de actividad política. Las que se habían significado en su participación política, fuese cual fuese su adscripción ideológica, compartieron el mismo final: la guillotina o el exilio. Las más lúgubres predicciones se habían cumplido ampliamente: las mujeres no podían subir a la tribuna, pero sí al cadalso. ¿Cuál era su falta? La prensa revolucionaria de la época lo explica muy claramente: habían transgredido las leyes de la naturaleza abjurando su destino de madres y esposas, queriendo ser "hombres de Estado". El nuevo código civil napoleónico, cuya extraordinaria influencia ha llegado prácticamente a nuestros días, se encargaría de plasmar legalmente dicha "ley natural".
b) Feminismo decimonónico
En el siglo XIX, el siglo de los grandes movimientos sociales emancipatorios, el feminismo aparece, por primera vez, como un movimiento social de carácter internacional, con una identidad autónoma teórica y organizativa. Además, ocupará un lugar importante en el seno de los otros grandes movimientos sociales, los diferentes socialismos y el anarquismo.
Estos movimientos heredaron en buena medida las demandas igualitarias de la Ilustración, pero surgieron para dar respuesta a los acuciantes problemas que estaban generando la revolución industrial y el capitalismo. El desarrollo de las democracias censitarias y el decisivo hecho de la industrialización suscitaron enormes expectativas respecto al progreso de la humanidad, y de llegó a pensar que el fin de la escasez material estaba cercano. Sin embargo, estas esperanzas chocaron frontalmente con la realidad. Por un lado, a las mujeres se les negaban los derechos civiles y políticos más básicos, segando de sus vidas cualquier atisbo de autonomía personal. Por otro, el proletariado -y lógicamente las mujeres proletarias- quedaba totalmente al margen de la riqueza producida por la industria, y su situación de degradación y miseria se convirtió en uno de los hechos más sangrantes del nuevo orden social. Estas contradicciones fueron el caldo de cultivo de las teorías emancipadoras y los movimientos sociales del XIX.
c) El movimiento sufragista
Como se señala habitualmente, el capitalismo alteró las relaciones entre los sexos. El nuevo sistema económico incorporó masivamente a las mujeres proletarias al trabajo industrial -mano de obra más barata y sumisa que los varones-, pero, en la burguesía, la clase social ascendente, se dio el fenómeno contrario. Las mujeres quedaron enclaustradas en un hogar que era, cada vez más, símbolo del status y éxito laboral del varón. Las mujeres, mayormente las de burguesía media, experimentaban con creciente indignación su situación de propiedad legal de sus maridos y su marginación de la educación y las profesiones liberales, marginación que, en muchas ocasiones, las conducía inevitablemente, si no contraían matrimonio, a la pobreza.
En este contexto, las mujeres comenzaron a organizarse en torno a la reivindicación del derecho al sufragio, lo que explica su denominación como sufragistas. Esto no debe entenderse nunca en el sentido de que ésa fuese su única reivindicación. Muy al contrario, las sufragistas luchaban por la igualdad en todos los terrenos apelando a la auténtica universalización de los valores democráticos y liberales. Sin embargo, y desde un punto de vista estratégico, consideraban que, una vez conseguido el voto y el acceso al parlamento, podrían comenzar a cambiar el resto de las leyes e instituciones. Además, el voto era un medio de unir a mujeres de opiniones políticas muy diferentes. Su movimiento era de carácter interclasista, pues consideraban que todas las mujeres sufrían en cuanto mujeres, e independientemente de su clase social, discriminaciones semejantes.
En Estados Unidos, el movimiento sufragista estuvo inicialmente muy relacionado con el movimiento abolicionista. Gran número de mujeres unieron sus fuerzas para combatir en la lucha contra la esclavitud y, como señala Sheyla Rowbotham, no sólo aprendieron a organizarse, sino a observar las similitudes de su situación con la de esclavitud. En 1848, en el Estado de Nueva York, se aprobó la Declaración de Seneca Falls, uno de los textos fundacionales del sufragismo . Los argumentos que se utilizan para vindicar la igualdad de los sexos son de corte ilustrado: apelan a la ley natural como fuente de derechos para toda la especie humana, y a la razón y al buen sentido de la humanidad como armas contra el prejuicio y la costumbre. También cabe señalar de nuevo la importancia del trasfondo individualista de la religión protestante; como ha señalado Richard Evans: "La creencia protestante en el derecho de todos los hombres y mujeres a trabajar individualmente por su propia salvación proporcionaría un a seguridad indispensable, y a menudo realmente una auténtica inspiración, a muchas, si no a casi todas las luchadoras de las campañas feministas del siglo XIX" . Elizabeth Cady Stanton, la autora de La Biblia de las mujeres, y Susan B. Anthony, fueron dos de las más significativas sufragistas estadounidenses.
En Europa, el movimiento sufragista inglés fue el más potente y radical. Desde 1866, en que el diputado John Stuart Mill, autor de La sujeción de la mujer, presentó la primera petición a favor del voto femenino en el Parlamento, no dejaron de sucederse iniciativas políticas. Sin embargo, los esfuerzos dirigidos a convencer y persuadir a los políticos de la legitimidad de los derechos políticos de las mujeres provocaban burlas e indiferencia. En consecuencia, el movimiento sufragista dirigió su estrategia a acciones más radicales. Aunque, como bien ha matizado Rowbotham: "las tácticas militantes de la Unión habían nacido de la desesperación, después de años de paciente constitucionalismo". Las sufragistas fueron encarceladas, protagonizaron huelgas de hambre y alguna encontró la muerte defendiendo su máxima: "votos para las mujeres". Tendría que pasar la Primera Guerra Mundial y llegar el año 1928 para que las mujeres inglesas pudiesen votar en igualdad de condiciones.
d) El feminismo socialista
El socialismo como corriente de pensamiento siempre ha tenido en cuenta la situación de las mujeres a la hora de analizar lo sociedad y proyectar el futuro. Esto no significa que el socialismo sea necesariamente feminista, sino que en el siglo XIX comenzaba a resultar difícil abanderar proyectos igualitarios radicales sin tener en cuenta a la mitad de la humanidad.
Los socialistas utópicos fueron los primeros en abordar el tema de la mujer. El nervio de su pensamiento, como el de todo socialismo, arranca de la miserable situación económica y social en que vivía la clase trabajadora. En general, proponen la vuelta a pequeñas comunidades en que pueda existir cierta autogestión -los falansterios de Fourier- y se desarrolle la cooperación humana en un régimen de igualdad que afecte también a los sexos. Sin embargo, y a pesar de reconocer la necesidad de independencia económica de las mujeres, a veces no fueron lo suficientemente críticos con la división sexual del trabajo. Aun así, su rechazo a la sujeción de las mujeres tuvo gran impacto social, y la tesis de Fourier de que la situación de las mujeres era el indicador clave del nivel de progreso y civilización de una sociedad fue literalmente asumida por el socialismo posterior.
Flora Tristán en su obra Unión obrera (1843) dedica un capítulo a exponer la situación de las mujeres. Tristán mantiene que "todas las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescriptibles del ser mujer". En sus proyectos de reforma, la educación de las mujeres resulta crucial para el progreso de las clases trabajadoras, aunque, eso sí, debido a la influencia que como madres, hijas, esposas, etc..., tienen sobre los varones. Para Tristán, las mujeres "lo son todo en la vida del obrero", lo que no deja de suponer una acrítica asunción de la división sexual del trabajo. Desde otro punto de vista, entre los seguidores de Saint-Simon y Owen cundió la idea de que el poder espiritual de los varones se había agotado y la salvación de la sociedad sólo podía proceder de lo "femenino". En algunos grupos, incluso, se inició la búsqueda de un nuevo mesías femenino.
Tal vez la aportación más específica del socialismo utópico resida en la gran importancia que concedían a la transformación de la institución familiar. Condenaban la doble moral y consideraban el celibato y el matrimonio indisoluble como instituciones represoras y causa de injusticia e infelicidad. De hecho, como señalara en su día John Stuart Mill, a ellos cabe el honor de haber abordado sin prejuicios temas con los que no se atrevían otros reformadores sociales de la época.
e) Socialismo marxista
A mediados del siglo XIX comenzó a imponerse en el movimiento obrero el socialismo de inspiración marxista o "científico". El marxismo articuló la llamada "cuestión femenina" en su teoría general de la historia y ofreció una nueva explicación del origen de la opresión de las mujeres y una nueva estrategia para su emancipación. Tal y como desarrolló Friedrich Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, obra publicada en 1884, el origen de la sujeción de las mujeres no estaría en causas biológicas -la capacidad reproductora o la constitución física- sino sociales. En concreto, en la aparición de la propiedad privada y la exclusión de las mujeres de la esfera de la producción social. En consecuencia, de este análisis se sigue que la emancipación de las mujeres irá ligada a su retorno a la producción y a la independencia económica.
Este análisis, por el que se apoyaba la incorporación de las mujeres a la producción, no dejó de tener numerosos detractores en el propio ámbito socialista. Se utilizaban diferentes argumentos para oponerse al trabajo asalariado de las mujeres: la necesidad de proteger a las obreras de la sobreexplotación de que eran objeto, el elevado índice de abortos y mortalidad infantil, el aumento del desempleo masculino, el descenso de los salarios... Pero como señaló Auguste Bebel en su célebre obra La mujer y el socialismo, también se debía a que, a pesar de la teoría, no todos los socialistas apoyaban la igualdad de los sexos:
No se crea que todos los socialistas sean emancipadores de la mujer; los hay para quienes la mujer emancipada es tan antipática como el socialismo para los capitalistas.
Por otro lado, el socialismo insistía en las diferencias que separaban a las mujeres de las distintas clases sociales. Así, aunque las socialistas apoyaban tácticamente las demandas sufragistas, también las consideraban enemigas de clase y las acusaban de olvidar la situación de las proletarias, lo que provocaba la desunión de los movimientos. Además, la relativamente poderosa infraestructura con que contaban las feministas burguesas y la fuerza de su mensaje calaba en las obreras llevándolas a su lado. Lógicamente, una de las tareas de las socialistas fue la de romper esa alianza. Alejandra Kollontai, bolchevique y feminista, relata en sus Memorias algunas de sus estrategias desde la clandestinidad. En diciembre de 1908 tuvo lugar en San Petersburgo, y convocado por las feministas "burguesas", el Primer Congreso Femenino de todas las Rusias. Kollontai no pudo asistir, porque pesaba una orden de detención sobre ella, pero pudo preparar la intervención de un grupo de obreras. Estas tomaron la palabra para señalar la especificidad de la problemática de las mujeres trabajadoras, y cuando se propuso la creación de un centro femenino interclasista, abandonaron ostentosamente el congreso.
Sin embargo, y a pesar de sus lógicos enfrentamientos con las sufragistas, existen numerosos testimonios del dilema que les presentaba a las mujeres socialistas. Aunque suscribían la tesis de que la emancipación de las mujeres era imposible en el capitalismo -explotación laboral, desempleo crónico, doble jornada, etc.- eran conscientes de que para sus camaradas y para la dirección del partido la "cuestión femenina" no era precisamente prioritaria. Más bien se la consideraba una mera cuestión de superestructura, que se solucionaría automáticamente con la socialización de los medios de producción, y, en el peor de los casos, "una desviación peligrosa hacia el feminismo". Esto no impidió que las mujeres socialistas se organizaran dentro de sus propios partidos; se reunían para discutir sus problemas específicos y crearon, a pesar de que la ley les prohibía afiliarse a partidos, organizaciones femeninas. Los cimientos de un movimiento socialista femenino realmente fueron puestos por la alemana Clara Zetkin (1854-1933), quien dirigió la revista femenina Die Gliechhteit (Igualdad) y llegó a organizar una Conferencia Internacional de Mujeres en 1907.
El socialismo marxista también prestó atención a la crítica de la familia y la doble moral, y relacionó la explotación económica y sexual de la mujer. En este sentido, es imprescindible remitirse a la obra que Kollontai escribe ya a principios del siglo XX. Kollontai puso en un primer plano teórico la igualdad sexual y mostró su interrelación con el triunfo de la revolución socialista. Pero también fue ella misma, ministra durante sólo seis meses el primer gobierno de Lenin, quien dio la voz de alarma sobre el rumbo preocupante que iba tomando la revolución feminista en la Unión Soviética. La igualdad de los sexos se había establecido por decreto, pero no se tomaban medidas específicas, tal y como ella postulaba, contra lo que hoy llamaríamos la ideología patriarcal.
f) Movimiento anarquista
El anarquismo no articuló con tanta precisión teórica como el socialismo la problemática de la igualdad entre los sexos, e incluso cabe destacar que un anarquista de la talla de Pierre J. Proudhom (1809-1865) mantuvo tranquilamente posturas antiigualitarias extremas. Estas son sus palabras:
Por mi parte, puedo decir que, cuanto más pienso en ello, menos me explico el destino de la mujer fuera de la familia y el hogar. Cortesana o ama de llaves (ama de llaves, digo, y no criada); yo no veo término medio.
Sin embargo, el anarquismo como movimiento social contó con numerosas mujeres que contribuyeron a la lucha por la igualdad. Una de las ideas más recurrentes entre las anarquistas -en consonancia con su individualismo- era la de que las mujeres se liberarían gracias a su "propia fuerza" y esfuerzo individual. Así lo expresó, ya entrado el siglo XX, Emma Goldman (1869-1940), para quien poco vale el acceso al trabajo asalariado si las mujeres no son capaces de vencer todo el peso de la ideología tradicional en su interior. Así, el énfasis puesto en vivir de acuerdo con las propias convicciones propició auténticas revoluciones en la vida cotidiana de mujeres que, orgullosas, se autodesignaban "mujeres libres". Consideraban que la libertad era el principio rector de todo y que las relaciones entre los sexos han de ser absolutamente libres. Su rebelión contra la jerarquización, la autoridad y el Estado, las llevaba, por un lado y frente a las sufragistas, a minimizar la importancia del voto y las reformas institucionales; por otro, veían como un peligro enorme lo que a su juicio proponían los comunistas: la regulación por parte del Estado de la procreación, la educación y el cuidado de los niños.
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