#una cosa que tienen esas iglesias grandes es que se separan de las otras mientras que las evangélicas mantienen cierta línea
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elbiotipo · 1 year ago
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Lo que les puede parecer irónico es que aunque sin duda hay una cantidad terrible de pastores chantas, no los hay tanto en las iglesias de barrio chiquitas, porque suelen ser ambientes de barrio/familiares, y te das cuenta enseguida si tu pastor es un chanta. Además, tengo entendido que Argentina tiene un registro de culto así que no es como en EEUU que podés poner tu iglesia que es básicamente tu familia y hacer lo que se te cante. (la mayoría del tiempo, como dije, siempre hay gente de mierda)
Las que son jodidas posta son las gigantes como la Iglesia Universal de Brasil o esa iglesia de Corea (que creo que también se llamaba Universal). La mayoría de las iglesias evangélicas, si nunca fueron a una, se parecen a lo que ven en las películas yanquis con las iglesias bautistas donde todos cantan, hablan en lenguas, etc. porque son básicamente eso trasladado al contexto local, aunque ahora cada vez más eso de teología de la prosperidad (o sea el capitalismo evangélico las "megachurches" de allá). Hay cosas raras y gente turbia, pero no más de lo que podrías encontrar en otras religiones.
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casualfartfun · 4 years ago
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Debes mantener tu lealtad a Dios
¿Cómo está obrando el Espíritu Santo en la iglesia ahora? ¿Comprendes algo de esto? ¿Cuáles son las mayores dificultades de los hermanos y hermanas? ¿De qué carecen más? Actualmente, algunas personas son negativas en las pruebas: algunas de ellas incluso se quejan, y otras ya no están avanzando, porque Dios ya no está hablando. Las personas no han entrado en la senda correcta de la creencia en Dios. No pueden vivir de forma independiente ni mantener su propia vida espiritual. Hay algunas personas que siguen, buscan con energía, y están dispuestas a practicar cuando Dios habla. Pero cuando Dios no habla, ya no avanzan más. Las personas siguen sin haber entendido la voluntad de Dios en sus corazones y no sienten un amor automático por Él; siguieron a Dios en el pasado porque las obligaron. Ahora, algunas personas están cansadas de la obra de Dios. ¿Acaso no están en peligro? Muchas personas se encuentran en el estado de arreglárselas como pueden. Aunque comen y beben las palabras de Dios, y oran a Él, nada se hace con decisión. No tienen el deseo que una vez tuvieron, y la mayoría de las personas no están interesadas en la obra de refinamiento y perfección de Dios. Es como si nunca tuvieran un impulso interno, y cuando las transgresiones las superan no se sienten en deuda con Dios. No se arrepienten, buscan la verdad ni dejan la Iglesia. Sólo buscan placeres pasajeros. ¡Este es el tipo de idiota más insensato! ¡Cuando llegue el momento, serán todos echados fuera, y no se salvará ni uno! ¿Piensas que si alguien se ha salvado una vez se salvará siempre? ¡Esto es simplemente engañar a las personas! Todos los que no buscan entrar en la vida serán castigados. La mayoría de las personas no tienen absolutamente ningún interés en entrar en la vida, en las visiones ni en poner en práctica la verdad. No buscan entrar y, sin duda, no persiguen entrar en mayor profundidad. ¿No se están destruyendo a sí mismas? Justo ahora, hay un grupo de personas cuyas condiciones están mejorando cada vez más. Cuanto más obra el Espíritu Santo más confianza tienen, y cuanto más experimentan más sienten el profundo misterio de la obra de Dios. Cuanto mayor es la profundidad a la que entran, más entienden. Sienten que el amor de Dios es tan grande, y se sienten seguros y esclarecidos en su interior. Tienen un entendimiento de la obra de Dios. Estas son las personas en quienes el Espíritu Santo está obrando. Algunas personas dicen: aunque no hay nuevas palabras de Dios, debo seguir buscando entrar más profundamente en la verdad, en mi experiencia real debo ser serio en todo y entrar en la realidad de las palabras de Dios. Esta clase de persona tiene la obra del Espíritu Santo. Aunque Dios no muestre Su rostro, se oculte de cada persona, no pronuncie una palabra, y haya ocasiones en las que las personas experimenten algún refinamiento interno, Dios no ha abandonado por completo a las personas. Si alguien no puede sostener la verdad que deberían llevar a cabo, no tendrán la obra del Espíritu Santo. Durante el período de refinamiento, en el que Dios no se muestra, si no tienes confianza y te encoges de miedo, si no te centras en experimentar Sus palabras, estarás huyendo de la obra de Dios. Después, te expulsarán. Quienes no buscan entrar en la palabra de Dios no pueden mantenerse en absoluto como testigos Suyos. Las personas que son capaces de dar testimonio por Dios y satisfacer Su voluntad dependen por completo de su empuje por buscar las palabras de Dios. La obra que Él lleva a cabo en las personas es, principalmente, permitirles que obtengan la verdad. Tu búsqueda de la vida es para perfeccionarte; toda ella es para adecuarte al uso de Dios. Lo único que persigues ahora es oír misterios, escuchar un poco las palabras de Dios, alegrarte la vista, echar un vistazo a algo nuevo o ver cuál es la tendencia, y satisfacer tu curiosidad. Si este es el propósito en tu corazón, no hay forma de que cumplas las exigencias de Dios. Quienes no buscan la verdad no pueden seguir hasta el final. Ahora mismo, no es que Dios no esté haciendo nada, sino que las personas no están cooperando, porque están cansadas de Su obra. Sólo quieren oír hablar de Su bendición, y no están dispuestas a oír palabras de Su juicio y castigo. ¿A qué se debe esto? A que el deseo de las personas de obtener bendiciones no se ha cumplido, y son negativas y débiles. No es que Dios no permita deliberadamente que las personas lo sigan ni que Él esté repartiendo golpes a la humanidad, de manera intencionada. Las personas son negativas y débiles sólo porque sus propósitos son inapropiados. Dios es el Dios que da vida al hombre, y Él no puede traer al hombre a la muerte. Las personas provocan su propia negatividad, debilidad, y retroceso.
La obra actual de Dios trae algún refinamiento a las personas, y sólo quienes pueden mantenerse firmes en este refinamiento obtendrán la aprobación de Dios. Independientemente de cómo se oculte Él, de que no hable, o no obre, puedes seguir buscando con vigor. Aunque Dios dijera que te rechazaría, tú seguirías siguiéndolo. Esto es mantenerse como un testigo por Dios. Si Él se oculta de ti y dejas de seguirlo, ¿es esto mantenerte como un testigo por Dios? Si las personas no entran realmente, no tienen una estatura real, y cuando se enfrentan realmente a una gran prueba, tropiezan. Justo ahora, Dios no está hablando, o lo que está haciendo no está en sintonía con tus propias nociones y, por tanto, tú no estás bien. Si Dios estuviera actuando en la actualidad de acuerdo con tus propias nociones, si Él estuviera satisfaciendo tu voluntad y tú fueras capaz de levantarte y de buscar con energía, ¿de qué estarías viviendo en realidad? ¡Yo digo que muchas personas sólo viven con la confianza puesta totalmente en la curiosidad humana! No tienen en absoluto un verdadero corazón de búsqueda. Todos los que no buscan entrar en la verdad, sino que confían en su propia curiosidad en la vida, ¡son personas despreciables, que están en peligro! Las diversas clases de obra de Dios son todas para perfeccionar a la humanidad. Sin embargo, las personas son siempre curiosas, les gusta preguntar sobre los rumores, se preocupan por lo que está pasando en el extranjero —lo que ocurre en Israel, si hubo un terremoto en Egipto—, siempre en busca de algo nuevo, de cosas extrañas para satisfacer sus deseos egoístas. No buscan vida ni ser perfeccionados. Sólo buscan que el día de Dios llegue más pronto para que su hermoso sueño pueda hacerse realidad, y que sus extravagantes deseos se puedan cumplir. Esa clase de persona no es práctica; son personas con una perspectiva inapropiada. La búsqueda de la verdad es el fundamento de la creencia de la humanidad en Dios. Si las personas no buscan la entrada en la vida, si no buscan satisfacer a Dios, se verán sometidas al castigo. Los que deben ser castigados son los que no han tenido la obra del Espíritu Santo durante el tiempo de obra de Dios.
¿Cómo deberían cooperar las personas con Dios durante esta etapa de Su obra? Dios está probando a las personas actualmente. Él no está pronunciando una palabra; se está ocultando y no está contactando directamente con las personas. Desde fuera, parece que Él no está obrando, pero la verdad es que Él sigue obrando en el hombre. Todos los que buscan entrar en la vida y tienen una visión para su búsqueda de la vida no tienen dudas, aunque no entiendan plenamente la obra de Dios. Aunque, en medio de las pruebas, no sepas qué quiere hacer Dios ni la obra que desea cumplir, deberías saber que los propósitos de Dios para la humanidad son siempre buenos. Si lo buscas con un corazón sincero, Él nunca te dejará y, al final, te perfeccionará seguramente y traerá a las personas a un destino apropiado. Al margen de cómo esté Dios poniendo a prueba a las personas, en la actualidad, llegará el día en el que les proporcionará el desenlace apropiado, y les dará la retribución adecuada en base a lo que hayan hecho. Dios no guiará a las personas hasta un determinado punto para después dejarlas sencillamente a un lado, e ignorarlas. Esto se debe a que Él es un Dios fiel. En esta etapa, el Espíritu Santo está realizando la obra de refinamiento. Está refinando a cada persona. En las etapas de la obra de prueba de muerte y prueba del castigo, entonces el refinamiento se realizaba todo por medio de palabras. Para que las personas experimenten la obra de Dios, deben entender primero Su obra actual y comprender cómo debería colaborar la humanidad. Esto es algo que todos deberían entender. Independientemente de lo que Dios haga, se trate de refinamiento o de que Él no hable, todos los pasos de Su obra no están en línea con los conceptos de la humanidad. Todos ellos se separan de las nociones de las personas y rompen con ellas. Es Su obra. Pero cuando la obra de Dios alcanza una determinada etapa, tú debes creer que pase lo que pase Él no permitirá que la humanidad perezca. Él da promesas y bendiciones a la humanidad, y todos aquellos que lo buscan podrán obtener Sus bendiciones, mientras que Dios desechará a quienes no lo hagan. Esto depende de tu búsqueda. Pase lo que pase, debes creer que cuando la obra de Dios haya concluido, cada persona tendrá un destino adecuado. Dios ha provisto hermosas aspiraciones a la humanidad, pero si las personas no las buscan, no pueden alcanzarlas. Deberías ser capaz de ver esto ahora: el refinamiento y el castigo de Dios son Su obra; sin embargo, en el caso de las personas, ellas deben buscar en todo momento un cambio en el carácter. En tu experiencia práctica, debes saber primero cómo comer y beber las palabras de Dios, y averiguar en qué deberías entrar, cuáles son tus deficiencias respecto a Sus palabras, y buscar la entrada en tu experiencia práctica. Toma la porción de las palabras de Dios que deberían ponerse en práctica e intenta practicarlas. Comer y beber las palabras de Dios es un aspecto; la vida de la iglesia también debe mantenerse, y tú debes tener una vida espiritual normal, y ser capaz de entregar todos tus estados actuales a Dios. Independientemente de cómo cambie Su obra, tu vida espiritual debería mantenerse normal. Una vida espiritual puede mantener tu entrada apropiada. Al margen de lo que Dios haga, serás capaz de continuar tu vida espiritual sin interrupción y cumplir con tu deber. Esto es lo que las personas deberían hacer. Todo ello es la obra del Espíritu Santo, pero para quienes tienen una condición normal, la obra está siendo perfeccionada. Para quienes tienen una condición anormal es una prueba. En la etapa actual de la obra de refinamiento del Espíritu Santo, algunas personas dicen que la obra de Dios es muy extraordinaria y que las personas tienen mucha necesidad de refinamiento, porque de otro modo su estatura será demasiado pequeña, y no tendrán forma de alcanzar la voluntad de Dios. Sin embargo, para los que no están en una buena condición esto se convierte en una excusa para no buscar a Dios, para no asistir a las reuniones ni comer y beber la palabra de Dios. En la obra de Dios, no importa lo que Él haga o cambie, las personas deben mantener, como mínimo, una vida espiritual normal. Quizás no hayas sido poco estricto en esta etapa actual de tu vida espiritual, pero sigues sin haber ganado mucho; no has cosechado mucho. Bajo estas clases de circunstancias, aún debes seguir las reglas; debes ceñirte a estas normas para no sufrir pérdidas en tu vida, y satisfacer la voluntad de Dios. Si tu vida espiritual no es normal, no puedes entender la obra actual de Dios; siempre sientes que es del todo incompatible con tus propias nociones; aunque estás dispuesto a seguirlo, te falta el empuje interno. Así que, independientemente de lo que Dios esté haciendo en la actualidad, las personas deben cooperar. Si las personas no colaboran, el Espíritu Santo no puede realizar Su obra, y si las personas no tienen un corazón de cooperación, no pueden alcanzar la obra del Espíritu Santo. Si quieres tener en ti la obra del Espíritu Santo, y obtener la aprobación de Dios, debes mantener tu devoción original ante Él. Ahora, no es necesario que tengas un entendimiento más profundo, una teoría más elevada, o más cosas: lo único que se exige es que conserves la palabra de Dios sobre el fundamento original. Si las personas no colaboran con Dios ni buscan una entrada más profunda, Dios les quitará lo que una vez tuvieron. En su interior, las personas siempre tienen ansias de comodidad y preferirían tomar la ruta fácil. Quieren conseguir las promesas de Dios sin pagar precio alguno. Estos son los pensamientos extravagantes que hay en la humanidad. Ganar la vida sin pagar un precio; ¿qué ha sido alguna vez tan fácil?. Cuando alguien cree en Dios y busca entrar a la vida y busca un cambio en su carácter, debe pagar un precio y alcanzar un estado donde siempre siga a Dios sin importar lo que Él haga. Esto es algo que las personas deben hacer. Incluso si se sigue todo esto como una regla, uno debe atenerse a esto y, sin importar lo grandes que sean las pruebas, no se puede abandonar la relación normal con Dios. Se debe poder orar, mantener la vida de la iglesia y permanecer con los hermanos y hermanas. Cuando Dios te prueba, debes seguir buscando la verdad. Esto es lo mínimo para una vida espiritual. Que las personas tengan siempre un corazón de búsqueda, luchen por cooperar, y apliquen toda su energía, ¿es algo que se puede hacer? Sobre esta base, el discernimiento y la entrada a la realidad será algo que las personas puedan lograr. Es fácil aceptar la palabra de Dios cuando estás en una condición normal y no se siente difícil practicar la verdad y sientes que la obra de Dios es extraordinaria. Pero si tus condiciones son pobres, no importa qué tan extraordinaria sea la obra de Dios y no importa qué tan bonito hable alguien, harás caso omiso. Cuando la persona no está en una condición normal, Dios no puede obrar en ellas y no pueden lograr los cambios en su carácter.
Si las personas no tienen confianza alguna, no es fácil continuar por esta senda. Todos pueden ver ahora que la obra de Dios no está en absoluto en sintonía con las nociones de las personas; por mucha obra que Él haga o por mucho que hable, no concuerda en absoluto con las nociones humanas. Esto exige que las personas tengan confianza y se decidan a ser capaces de mantenerse por lo que ya han visto, y por lo que han logrado en sus experiencias. Independientemente de lo que Dios haga en las personas, estas deben conservar lo que ellas mismas poseen, ser sinceras ante Él, y ser fieles con Él hasta el final. Esta es la obligación de la humanidad. Es lo que las personas deberían hacer; lo que deberían respetar. La creencia en Dios exige obediencia a Él y que se experimente Su obra. Él ha realizado mucha obra; se podría decir que, para las personas, todo es perfeccionamiento, refinamiento y, más aún, castigo. No ha habido un sólo paso de la obra de Dios que haya estado en sintonía con las nociones humanas; lo que las personas han disfrutado son duras palabras de Dios. Cuando Él venga, las personas deberían disfrutar de Su majestad y de Su ira, pero, por muy duras que sean Sus palabras, Él viene a salvar y a perfeccionar a la humanidad. Como criaturas, las personas deberían cumplir las obligaciones que son su deber, y mantenerse como testigos de Dios en medio del refinamiento. En cada prueba deberían conservar el testimonio oportuno, y dar un testimonio resonante por Dios. Esto es un vencedor. Independientemente de cómo te refine Dios, te mantienes lleno de confianza y nunca pierdes la confianza en Él. Haz lo que el hombre debería hacer. Esto es lo que Dios exige del hombre, y su corazón debería ser capaz de regresar por completo a Él y acudir a Él en cada momento. Esto es un vencedor. Aquellos a los que Dios alude como vencedores son los que siguen siendo capaces de mantenerse como testigos, de conservar su confianza, y su devoción a Dios cuando están bajo la influencia de Satanás y bajo su asedio, es decir, cuando están entre las fuerzas de las tinieblas. Si sigues siendo capaz de mantener un corazón puro y tu amor genuino por Dios pase lo que pase, te mantienes como testigo ante Él, y esto es a lo que Él se refiere como ser un vencedor. Si tu búsqueda es excelente cuando Dios te bendice, pero retrocedes cuando Él no lo hace, ¿es esto pureza? Si estás seguro de que este camino es verdadero, debes seguirlo hasta el final; debes mantener tu devoción a Dios. Si has visto que Dios mismo ha venido a la tierra a perfeccionarte, debes entregarle del todo tu corazón. Haga lo que haga, aunque Él determine un desenlace desfavorable para ti al final, aún puedes seguirlo. Esto es mantener tu pureza ante Dios. Ofrecer un cuerpo espiritual santo y una virgen pura a Dios significa mantener un corazón sincero ante Él. Para la humanidad, la sinceridad es pureza, y ser capaz de ser sincero hacia Dios es mantener la pureza. Esto es lo que deberías poner en práctica. Cuando debes orar, debes orar; cuando debes reunirte en comunión, lo haces; cuando debes cantar himnos, cantas; y cuando debes renunciar a la carne, renuncias a la carne. Cuando llevas a cabo tu obligación no lo haces para salir del paso; cuando te enfrentas a pruebas, te mantienes firme. Esto es devoción a Dios. Si no respaldas lo que las personas deberían hacer, todo tu sufrimiento y tus ambiciones anteriores no fueron más que esfuerzos fútiles.
En cada etapa de la obra de Dios, existe una manera de colaborar para las personas. Dios refina a las personas para que tengan confianza durante los refinamientos. Dios perfecciona a las personas para que tengan confianza, sean perfeccionadas por Dios y estén dispuestas a aceptar Sus refinamientos y que Él las trate y las pode. El Espíritu de Dios obra en las personas para aportarles esclarecimiento e iluminación, y para que ellas cooperen con Él y practiquen. Dios no habla durante los refinamientos. Él no emite Su voz, pero todavía queda la obra que las personas deberían llevar a cabo. Deberías respaldar lo que siempre respaldas, seguir siendo capaz de orar a Dios, estar cerca de Él, y mantenerte como testigo ante Él; de esta forma cumplirás con tu propia obligación. Todos vosotros deberíais ver claramente, en la obra de Dios, que Sus pruebas de la confianza y del amor de las personas exigen que estas oren más a Dios, y que saboreen Sus palabras ante Él con mayor frecuencia. Si Dios te esclarece y hace que entiendas Su voluntad, pero no la pones en absoluto en práctica, no ganarás nada. Cuando se pone en práctica las palabras de Dios, se sigue siendo capaz de orar a Él; y cuando se saborea Sus palabras, siempre se busca ante Él y se está lleno de confianza en Él, sin desaliento ni frialdad. Quienes no ponen en práctica las palabras de Dios están llenos de energía durante las reuniones, pero caen en las tinieblas cuando vuelven a casa. Algunas personas ni siquiera quieren reunirse. Así pues, debes ver con claridad qué obligación deben cumplir las personas. Tal vez no sepas cuál es realmente la voluntad de Dios, pero puedes cumplir con tu obligación, orar, practicar la verdad cuando deberías hacerlo, y hacer lo que las personas deberían hacer. Puedes mantener tu visión original. De esta forma, serás más capaz de aceptar el siguiente paso de la obra de Dios. Si no buscas cuando Él obra de una forma oculta, es un problema. Cuando Él habla y predica durante las asambleas, escuchas con entusiasmo; pero cuando Él no habla, te falta energía y te retiras. ¿Qué clase de persona hace esto? Alguien que sencillamente se deja llevar. ¡No tiene postura, testimonio ni visión! La mayoría de las personas son así. Si sigues adelante de esa forma, un día, cuando te enfrentes a una gran prueba, descenderás al castigo. Tener una postura es muy importante a la hora de que Dios perfeccione a las personas. Si no dudas de un sólo paso siquiera de la obra de Dios, cumples con la obligación del hombre, conservas sinceramente lo que Él te hace poner en práctica; es decir, se recuerdan las exhortaciones de Dios, y si no se olvidan, independientemente de lo que Él haga ahora, no habrá dudas respecto a Su obra, se mantendrá la postura propia, se seguirá dando testimonio, y se saldrá victorioso de cada paso del camino; al final, uno es un vencedor y alguien perfeccionado por Dios. Si se es capaz de mantenerse firme a través de cada paso de las pruebas de Dios, y se sigue haciendo hasta el final, se es un vencedor, alguien perfeccionado por Dios. Si no puedes mantenerte firme en tus pruebas actuales, en el futuro te será incluso más difícil. Si sólo pasas por un poco de sufrimiento insignificante y no buscas la verdad, no ganarás nada al final. Te quedarás con las manos vacías. Algunas personas abandonan su búsqueda cuando ven que Dios no está hablando, y su corazón se distrae ¿Acaso no es esto ser un insensato? Estas clases de personas no poseen la realidad. Cuando Dios está hablando, ellas siempre corren de un lado a otro, ocupadas y entusiastas en apariencia; pero ahora que Él no está hablando, ya no siguen buscando. Esta clase de persona no tiene futuro. Durante los refinamientos, debes entrar desde una perspectiva positiva y aprender las lecciones que deberías aprender; cuando ores a Dios y leas Su palabra, deberías comparar tu propio estado con ella, descubrir tus deficiencias, y ver que tienes muchas lecciones que aprender. Cuanto mayor sea la sinceridad con la que se busque en los refinamientos, más se verá que no se es adecuado. Cuando experimentas refinamientos te enfrentas a muchos problemas; no puedes verlos con claridad, te quejas, revelas tu propia carne; sólo a través de esto descubres cuán grande es tu carácter corrupto.
Las personas carecen de calibre y no alcanzan los estándares de Dios; en el futuro pueden necesitar incluso más confianza para caminar por esta senda. En los últimos días, la obra de Dios exige una confianza enorme, aun mayor que la de Job. Sin confianza, las personas no serán capaces de seguir ganando experiencia ni de ser perfeccionados por Dios. Cuando llegue el día en que las grandes pruebas vengan sobre ti, algunas personas abandonarán esta iglesia, y otras abandonarán aquella. Habrá personas que lo habían estado haciendo bastante bien en su búsqueda en los días anteriores y la razón por la que dejan de creer no queda clara. Ocurrirán muchas cosas y no sabrás qué está pasando; Dios no revelará señales ni maravillas, ni hará nada sobrenatural. Esto es para comprobar si puedes mantenerte firme; Dios usa hechos para refinar a las personas. Aún no has sufrido mucho. En el futuro, cuando lleguen grandes pruebas, en algunos lugares todas las personas de la iglesia se marcharán, y esos con los que te has llevado muy bien se irán y abandonarán su fe. ¿Serás capaz de mantenerte firme entonces? Ahora, las pruebas que has afrontado han sido menores, y probablemente apenas has sido capaz de resistirlas. Este paso incluye refinamientos y perfeccionamiento a través de la palabra solamente. En el paso siguiente, los hechos vendrán sobre ti para refinarte, y entonces estarás en medio del peligro. Cuando la situación se vuelva realmente grave, Dios te aconsejará darte prisa y marcharte, y las personas religiosas tratarán de agarrarte. Esto es para ver si puedes seguir en la senda. Todas estas son pruebas. Las pruebas actuales son menores, pero llegará el día en el que habrá padres o hijos en el hogar que ya no crean. ¿Serás capaz de seguir adelante? Cuanto más lejos vayas, mayores serán tus pruebas. Dios lleva a cabo Su obra de refinamiento en las personas, de acuerdo con sus necesidades y su estatura. Durante la etapa en que Dios perfecciona a la humanidad, no es posible que la cantidad de personas siga incrementándose. Sólo disminuirá; las personas sólo pueden ser perfeccionadas a través de estos refinamientos. Ser tratado, disciplinado, probado, castigado, maldecido, ¿puedes resistir todo esto? Cuando ves una iglesia con una situación particularmente buena, las hermanas y hermanos están todos buscando con gran energía, tú mismo te sientes animado. Cuando llega el día en el que todos se han marchado, algunos de ellos ya no creen, algunos se han ido para hacer negocios o casarse, y algunos se han unido a la religión; ¿serás capaz de mantenerte firme entonces? ¿Serás capaz de que nada te afecte en tu interior? ¡El perfeccionamiento de la humanidad por parte de Dios no es cosa tan simple! Él utiliza muchas cosas para refinar a las personas, que las consideran métodos, pero en el propósito original de Dios no lo son en absoluto: son realidades. Al final, cuando Él haya refinado a las personas hasta un determinado grado y estas ya no tengan quejas, se completará este paso de Su obra. La gran obra del Espíritu Santo es para perfeccionarte; cuando no obra y se esconde, lo hace aún más con el propósito de perfeccionarte, y de poder ver así, de forma particular, si las personas sienten amor por Dios, y si confían de verdad en Él. Cuando Dios habla con claridad, no hay necesidad de que busques; sólo cuando Él está oculto necesitas buscar, y necesitas abrirte camino. Eres capaz de cumplir con la obligación de una criatura e, independientemente de cuáles sean tu desenlace y tu destino futuros, eres capaz de buscar el conocimiento y el amor de Dios durante tus años de vida; al margen de cómo te trate Dios, eres capaz de no quejarte. Hay una condición para la obra del Espíritu Santo en las personas. Sólo si anhelan buscar y no tienen dos motivaciones ni tienen dudas respecto a las acciones de Dios, y son capaces de mantener su obligación en todo momento, pueden ganar la obra del Espíritu Santo. En cada etapa de la obra de Dios, lo que se le exige a la humanidad es una enorme confianza y que busque ante Dios; sólo por medio de la experiencia son capaces las personas de descubrir cuán digno de amor es Dios y cómo obra el Espíritu Santo en las personas. Si no experimentas, si no tanteas tu camino con ello, si no buscas, no ganarás nada. Debes tantear tu camino a través de tus experiencias, y sólo a través de ellas puedes ver las acciones de Dios, y reconocer lo maravilloso e insondable que Él es.
De "La Palabra manifestada en carne"
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