#tubos de papel higiénico
Explore tagged Tumblr posts
Text
MANUALIDADES CON TUBOS DE CARTÓN PARA NAVIDAD. RECICLAJE DIY
Hola, Donlunáticos. En este post os traigo una nueva idea para Navidad con tubos de cartón. Se trata de este pingüino tan divertido y fácil para realizar con los más pequeños de la casa. Espero que os guste mucho. Os dejo como siempre el paso a paso en este vídeo. Y si quieres más ideas para Navidad con tubos, aquí te dejo muchísimas.
#adornos#decoración#diy#ideas fáciles#manualidades#navidad#papel higiénico#para niños#primaria#reciclaje#tubos de carton
0 notes
Text
Primer Fanfic Batflash?
Lo primero que pensó cuando vio la prueba fue un "Oh mierda" estaba jodido sin lugar a dudas si es que la prueba no estaba fallando, no podía ser real, que se supone que valla hacer ahora. Necesitaba irse de ahí para poder ir a un hospital y hacerse unos mejores análisis para comprobar que la prueba no estaba mintiendo.Pero no podía irse, estaba de turno y no podía salirse de ahí como si nada estuviese pasando, o tal vez sí, da igual ni que fuera la primera persona que se hubiese ido estando de guardia. Rompió la prueba en dos y la envolvió en papel higiénico para que nadie lo viera y lo boto a la basura, salió del baño y se fue rápidamente al cuarto que tenía en la atalaya, una vez dentro apago su celular y se quitó el rastreador de encima que Batman les había puesto a todos sin excepciones y los dejó en un cajón de una mesita de noche que tenía en su cuarto.Miro a ambos lados antes de salir y dirigirse a los tubos z, puso las coordenadas del callejón más cerca de su casa y lo prendió, antes de entrar miro para atrás y al darse cuenta que nadie lo estaba viendo entró al transportador y desapareció.
[...]
Si están interesados pueden entrar al link que les dejo aquí.
3 notes
·
View notes
Video
youtube
JUGUETES Didácticos Reciclando TUBOS de papel Higiénico o de Cocina.
0 notes
Text
Sistemas acceso con los expertos de Comercializadora Sales
Bienvenidos
En Comercializadora Sales somos una empresa orgullosamente Mexicana en el mercado desde el año 1991 líder en el diseño y fabricación de:
Despachadoras tipo vending de papel higiénico para empleados o sanitarios públicos.
Torniquetes o puertas giratorias para el acceso de empleados.
Torniquetes o puertas giratorias para el acceso a sanitarios públicos.
Accesos electrónicos activados por monedas para sanitarios públicos.
Sistemas acceso electrónicos activados por monedas para sanitarios públicos.
Estos se han vuelto un servicio esencial para mejorar el servicio de diferentes negocios tales como las gasolineras o estaciones de servicio.
Pues cuando la mayoría de personas que hacen uso de un baño público en una estación de servicio no es un cliente, se está propenso a sufrir de problemas como el vandalismo, el robo e incluso la falta de higiene, por lo que la calidad de los negocios disminuye considerablemente para los verdaderos clientes.
Es por ello que para este tipo de problemas la solución ideal es implementar Sistemas acceso electrónicos activados por monedas para sanitarios públicos, ya que de esta manera se detienen los problemas como el vandalismo o el robo hormiga.
Además gracias a estos sistemas acceso se obtiene un flujo de efectivo constante por parte de las personas que no son clientes reales.
Y en el caso de querer brindar el servicio de baño público de manera gratuíta a los clientes reales, se pueden brindar monedas Especiales o Toquen que los sistemas acceso aceptan y de esta manera dar el servicio gratuito a los clientes.
Despachadoras de papel higiénico con Sistemas Acceso tipo vending
Los sistemas tipo vending se definen como la venta automática de productos a través de máquinas, es por ello que los sistemas acceso tipo vending son utilizados para los accesos de papel higiénico para sanitarios, gracias a sus características de inmediatez, facilidad y calidad.
Los sistemas acceso vending cuentan con muchas ventajas como por ejemplo:
Higiene y eficacia: El papel higiénico se encuentra resguardado de la intemperie.
Mayores ganancias: Gracias al vending de papel higiénico podrás adquirir mayores ganancias sin necesidad de contratar personal o el gasto de producto innecesario por parte de los clientes.
Acceso: Sencillo e inmediato a productos como el papel higiénico, además la compra está disponible los 7 días de la semana durante las 24 horas.
Sin intermediarios: La compra no necesita intermediarios pues es sencilla y directa, además permite que el cliente satisfaga una necesidad inmediata.
Torniquete de acceso de cuerpo entero:
Los torniquetes de cuerpo completo son sistemas acceso bidireccional para la entrada y salida de usuarios o clientes peatonales. Un torniquete de acceso de cuerpo completo se fija al suelo, es firme, robusto, es seguro y es altamente resistente en ambientes internos y externos, lo cual lo hace ideal para empresas, puertos, estadios y más.
Cuenta con un mecanismo de rotación bidireccional de tres brazos con un dispositivo de traba que se acciona por sensores especiales.
Al estar fijado en el suelo se reduce la vibración del equipo lo cual lo hace más resistente y de alta durabilidad.
Los tubos de acero con los que cuenta son altamente resistentes, por lo que garantizan mayor seguridad contra violación de seguridad o vandalismo, además de contar con una gran resistencia en ambientes externos.
Torniquete de acceso de medio cuerpo:
Los torniquetes de acceso de medio cuerpo poseen dimensiones más reducidas, lo se traduce en un acceso rápido y sencillo al usuario gracias a su mecanismo.
Diseño moderno sin tornillos aparentes.
Son ideales para residencias, centros deportivos o gimnasios, centros académicos, bibliotecas, edificios comerciales entre otros.
Son ampliamente recomendables gracias a su funcionalidad versátil y su bajo costo de mantenimiento.
Diferentes modelos de tres brazos o con sistemas acceso bidireccional.
Paso suave, cómodo y silencioso.
Estructura reforzada duradera.
Ideales para espacios con gran flujo de personas ya que cuenta con sistemas acceso fáciles.
Sistemas acceso con Comercializadora Sales
Los sistemas acceso que manejamos en Comercializadora Sales son una excelente herramienta que ayuda a automatizar las funciones de acceso para brindar seguridad o brindar mayor facilidad para el registro de un ingreso o salida de personal o visitantes.
Por lo cual, gracias a esta tecnología se puede garantizar un ahorro de costos de contratación así como una mayor eficiencia en los procesos.
Ventajas de los Sistemas acceso con Comercializadora Sales
Nuestros sistemas de acceso son de fácil mantenimiento
Todos nuestros equipos cuentan con gran comodidad de acceso para el usuario.
Todos nuestros dispositivos son de alta confiabilidad y seguridad.
Nuestros modelos son de diseño estético de líneas suaves y redondeadas.
Somos la solución para dirigir de forma eficiente el flujo de personas en diferentes espacios.
Nuestros sistemas acceso son ideales para:
Acceso a baños públicos
Acceso de personal para empresas
Entradas para estación de transporte
Control de acceso para empleados y visitantes
Centros educativos
Centros deportivos
Centros Urbanos
Plantas de trabajo
Espacios de acceso restringido
En Comercializadora Sales ofrecemos el servicio de:
Fabricación
Reparación
Mantenimiento
Refacciones de Equipos para la automatización de puertas.
Además contamos con diferentes sistemas acceso:
Sistemas acceso biométricos: Los cuales se basan en el reconocimiento físico de una persona como los lectores de Huella, de Mano o de Rostro.
Sistemas acceso de proximidad: Estos son aquellos que utilizan materiales como las tarjetas con la innovadora tecnología RFID, que ofrece la capacidad de almacenamiento de datos y una gran seguridad que resulta fiable y precisa, esta tarjeta funciona al acercarlas a la terminal para recibir una autenticación y se permita el acceso.
Nos especializamos en brindar productos de alta calidad tales como:
Torniquetes y puertas giratorias de cuerpo entero o medio cuerpo
Sistemas acceso vending uso rudo para control de 1 puerta
Despachadora vending de papel sanitario, operada por botón de cortesía
Equipos vending para accesos a sanitarios operados por monedas de uso común, de .50 centavos, 1, 2, 5 y 10 Pesos o monedas de cualquier país, monedas Especiales o Toquen.
0 notes
Text
Desentupimento de canos em sua casa: 8 dicas práticas
Tem um entupimento em casa? A receita dos especialistas para desentupimentos caseiros. Poucos problemas são tão aborrecidos numa casa como canos e esgotos entupidos. Aliás, a palavra entupimentos só tem uma vantagem: é que sabemos que também existe a palavra desentupimentos. Não há outra forma de o dizer: entupimentos são muito maçadores. Estes podem acontecer por vários motivos: descuido, má utilização, oxidação das peças hidráulicas, devido ao facto das canalizações serem antigas e de não ter sido feito a respetiva manutenção. O que é mais comum acontecer é os canos ficarem entupidos devido à presença de gordura e óleos - que solidificam e criam camadas nas paredes dos canos, o que impede o escoamento - papel higiénico e até tintas e borras de café. Por isso, a JL Desentupimentos especialistas em desentupimentos partilha consigo uma série de dicas para o ajudar. Lembre-se, contudo, que se o problema for demasiado sério, o melhor mesmo é deixar os especialistas entrar em cena.
8 dicas práticas para resolver desentupimentos
1. Use um desentupidor Não é propriamente um objeto bonito, mas todas as casas o têm – ou deviam ter. Falamos do desentupidor. Este objeto trata de desentupimentos de canalizações através de um sistema de sucção resultante da força aplicada no cabo. Por norma, em poucos segundos desbloqueia os canos. Antes de o usar, veja se há água suficiente no ralo, visto ser o movimento desta, para cima e para baixo, que age como verdadeiro agente de desentupimentos. 2. Água a ferver A água volta aqui a ter um papel fundamental. Ferva água e deite-a pelos canos problemáticos. A água deve ser vertida de forma faseada – devagar se vai ao longe. Esta solução tem a vantagem de ser ecológica e serve não só para fazer desentupimentos, mas também para prevenir problemas de entupimentos. Tenha atenção para não se queimar! 3. Detergente da louça Sim, o detergente da louça pode servir para desentupimentos, sobretudo nas canalizações da cozinha, onde a gordura se acumula mais. Deite um quarto de uma chávena de detergente de loiça e, depois, água a ferver. Se poder usar um desentupidor também – excelente! Fermento em pó (duas colheres de sopa) também pode ajudar em desentupimentos. 4. Vinagre, sal e bicarbonato de sódio Antes de recorrer a produtos químicos, pode tentar usar sal, o vinagre e o bicarbonato de sódio. Produtos biodegradáveis e menos agressivos. Faça assim: - 1 copo de vinagre + ½ copo de bicarbonato de sódio + 2 a 3 colheres de sopa de sal. Deite no cano e cubra-o durante 30 minutos. Por fim, use água morna; - ½ copo de sal + ½ copo de vinagre + ½ copo de bicarbonato de sódio. De forma cautelosa, faça verter a mistura no ralo. Por fim, use de água a ferver; - ¾ copo de bicarbonato de sódio + ½ copo de vinagre. Deixe a mistura atuar durante meia hora. Por fim, use deite água morna. 5. O arame mágico Bom, esta técnica entra no campo tipicamente português do “desenrasca”, mas pode mesmo resolver desentupimentos. Na extremidade do arame, molde-o de forma a que fique com a forma de um gancho. De seguida, “pesque” tudo aquilo que está a causa o entupimento. Por fim, use água morna para completar o processo. 6. Soda cáustica Atenção: a soda cáustica pode queimar. Use-a com os olhos e mãos protegidas – com óculos e luvas, sempre. Utilize três copos de soda cáustica para cada três ou quatro litros de água. Misture. Quanto a mistura efervescer, deite-a no cano. Deixe atuar durante meia hora. 7. Limpe o cano Tem jeito para arranjar coisas? Pegue numa chave de fendas, num cabo ou num arame e num balde. Coloque o balde por debaixo do lavatório e do sifão. Retire o sifão com cuidado, rodando com a mão ou com o auxílio de uma ferramenta. Remova tudo aquilo que está a causar o entupimento. Limpe os tubos, monte as peças e está feito! 8. Chame os especialistas Os entupimentos (e desentupimentos) podem não ser assim tão simples de resolver. Nesse caso, o melhor mesmo é chamar os especialistas na matéria. A JL Desentupimentos conta com uma equipa com vários especialistas com muitos anos de experiência e o melhor material para resolver o seu problema. Entre outras localidades, a empresa opera em Porto, Gaia, Lisboa, Cascais, Setúbal, Braga, Coimbra, Aveiro, Leiria, Castelo Branco e Faro. As linhas de atendimento estão disponíveis 24 horas por dia, 365 dias por ano. O contato é o 930407764. Read the full article
0 notes
Text
10 CAJITAS de REGALO Navideñas para tu Árbol
10 CAJITAS de REGALO Navideñas para tu Árbol "Hechas con rollos de papel higiénico" #origami #papiroflexia #manualidades #hechoamano #handmade #arte #decoracion #artesania #regalos #creatividad #navidad #christmas #menorca #arboldenavidad #papelhigienico
Construye estas 10 originales y fantásticas cajitas de regalo navideñas usando tubos de papel higiénico, tal como nos muestra en este vídeo el equipo de Ideas Fantásticas. Tu árbol de Navidad o cualquier estancia de tu hogar quedarán estupendamente adornadas con ellos. Quiero ver Productos de Origami-Papiroflexia 10 CAJITAS NAVIDEÑAS – GANE DINERO HACIENDO MANUALIDADES NAVIDEÑAS FÁCILMENTE Vídeo…
View On WordPress
#Arbol de Navidad#arte#artesania#cardboard#christmas#Creatividad#decoración#dise#handmade#hecho a mano#manualidades#Menorca#navidad#origami#papel higiénico#paper#papiroflexia#Regalos
1 note
·
View note
Text
Un huevo de cosas que puedes no hacer con un rollo de papel
Ya descubrí cómo te utilizar los tubos del papel higiénico. pic.twitter.com/sLIzR1Ixe7
— ⒻⒺⓇ (@oniasesp) September 20, 2020
23 notes
·
View notes
Text
Hemorroides agrandadas 101
Las hemorroides son almohadillas normales llenas de sangre que todo el mundo tiene, pero no a menudo de lo que hablan los pacientes cuando se refieren a tener hemorroides. Cuando los pacientes hablan de tener hemorroides, generalmente se refieren a la condición sintomática y molesta que ocurre cuando las hemorroides aumentan de tamaño. Dado que existe un estigma asociado con las hemorroides, muchos pacientes dudan en hablar sobre la afección. Pero tener hemorroides agrandadas no debería ser algo de lo que avergonzarse. Las hemorroides agrandadas no suelen ser peligrosas, pero pueden causar muchos síntomas no deseados en los pacientes. Si bien es posible que no desee ir a un médico y divulgar todos los detalles, es importante informar sus síntomas si no puede controlarlos. ¿Sufres de hemorroides agrandadas? Aquí encontrará todo lo que debe saber sobre la afección y cómo encontrar el tratamiento adecuado para su caso específico. Tipos de hemorroides agrandadas Cuando las hemorroides se agrandan, pueden caer en una de dos categorías. Los dos tipos de hemorroides son internas y externas. Las hemorroides internas a menudo no se identifican porque existen en una parte del ano que está libre de nervios sensibles al dolor. Por tanto, el síntoma más común es el sangrado indoloro. Cuando las hemorroides internas progresan, se vuelven más graves. Las hemorroides internas se clasifican por grados según su gravedad. Los grados de hemorroides son: - Grado 1: la etapa más temprana de las hemorroides se clasifica como hemorroides de grado 1. Las hemorroides de grado 1 están ligeramente agrandadas, pero no se pueden ver desde fuera del ano. - Grado 2: La segunda etapa son las hemorroides más grandes y pueden salir del ano. Al defecar o durante la actividad física, las hemorroides de grado 2 sobresalen por fuera del ano, pero se retraen espontáneamente por sí solas. - Grado 3: Estas hemorroides salen del ano durante una evacuación intestinal o con el esfuerzo. No se retraen espontáneamente, pero se pueden empujar manualmente hacia el ano. - Grado 4: son el grado más grave de hemorroides. La protuberancia del ano, pero no se puede empujar hacia adentro. En cambio, generalmente necesitan cirugía de hemorroides para engrapar la hemorroide a la pared del canal anal. Las hemorroides externas son más molestas. Pueden salir del ano y pueden verse como bultos blandos de tejido alrededor de la abertura del ano. A medida que se agrandan o se irritan, las hemorroides externas pueden ser dolorosas, incómodas y acompañadas de picazón intensa. Síntomas de hemorroides agrandadas Cuando las hemorroides se agrandan, pueden ir acompañadas de una variedad de síntomas. Estos síntomas son los que hacen que las hemorroides sean particularmente difíciles de tratar y llevan a los pacientes a buscar más información sobre la afección. Los síntomas más comunes de hemorroides agrandadas son: - Picazón - Dolor - Sensación de ardor - Secreción de moco - Sangre en las heces, la taza del inodoro o el papel higiénico después de limpiarse después de defecar - Sensación de plenitud - Malestar general Si sus hemorroides están acompañadas de sangre, es importante contactar a un profesional médico para descartar cualquier condición médica más grave. Causas de hemorroides agrandadas Las hemorroides agrandadas provienen de un aumento de la presión en el canal anal. Hay varios factores que pueden hacer que esto suceda. Estos factores incluyen:
- Obesidad - Estreñimiento crónico - Diarrea crónica - Esfuerzo - Embarazo - Estar sentado durante períodos prolongados - Dieta deficiente - Edad Diagnóstico de hemorroides agrandadas Si bien el autodiagnóstico de las hemorroides agrandadas es común, la única forma de diagnosticar verdaderamente la afección es consultar a su proveedor médico. Si bien muchos pacientes tienen la idea de que la primera cita con un médico para hablar sobre las hemorroides es una tortura, se sorprendería. Su médico discutirá su condición, le preguntará acerca de sus síntomas y hablará sobre cualquier otra condición médica que pueda tener. En algunos casos, su médico puede diagnosticar su afección mediante una serie de preguntas. Pueden recetar un medicamento de grado farmacéutico para tratar la afección. También puede ser necesario un examen básico. Su médico podrá identificar las hemorroides si son externas o protuberantes. Para casos más severos, como si hay sangre en las heces, su médico puede ordenar una serie de pruebas. La más común es una colonoscopia. Durante una colonoscopia, se insertará una pequeña cámara en el intestino para visualizar los problemas. La mayoría de los exámenes para hemorroides no duelen. Aunque pueden ser desagradables e incluso vergonzosos, su médico ha realizado innumerables exámenes. Haga todo lo posible por relajarse y estar cómodo. Otro examen común es el tacto rectal. Durante este examen, su médico insertará un dedo en su ano con un guante lubricado. Esto le da a su médico la oportunidad de palpar el interior del canal anal y examinar los músculos del esfínter y las membranas que recubren el ano. Si bien las hemorroides agrandadas de grado 1 todavía no se sienten a menudo con este examen, un examen rectal digital puede descartar otras afecciones médicas. El examen médico final más común se llama proctoscopia. Si su médico siente que tiene hemorroides agrandadas, es posible que inserte un tubo corto con una luz y una lente en el recto. Esto le permitirá a su médico observar más de cerca las hemorroides agrandadas, identificar su tamaño y encontrar su ubicación inmediata. Tratamiento para hemorroides agrandadas La opción de tratamiento que funcione mejor para sus hemorroides realmente depende de la gravedad de su caso y del tamaño y tipo de hemorroides que tenga. Si sus hemorroides están ligeramente agrandadas y no le molestan hasta el punto de que no puede funcionar, los medicamentos de venta libre, los remedios caseros y los cambios en el estilo de vida pueden ser las mejores opciones de tratamiento. Puede usar cremas para hemorroides o baños de asiento para un tratamiento efectivo en el hogar. Cambiar su dieta y sus hábitos intestinales son cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a aliviar los síntomas del agrandamiento de las hemorroides. Si sus síntomas continúan siendo desagradables o afectan su calidad de vida, hable con su médico sobre la mejor opción de tratamiento. Si los remedios caseros o de venta libre no funcionan, su médico puede recetarle un medicamento de concentración farmacéutica. Se pueden recetar supositorios, cremas, ungüentos y toallitas medicinales en concentraciones más altas. En muchos casos, la fuerza más alta es suficiente para aliviar los síntomas de las hemorroides. Si los medicamentos recetados de concentración no funcionan, podría ser el momento de considerar un tratamiento más agresivo. Hay varios procedimientos no invasivos que pueden usarse para tratar las hemorroides. Éstas incluyen: - Ligadura con banda de goma que coloca una pequeña banda de goma en la base de la hemorroide agrandada para cortar el suministro de sangre, provocando la muerte de la hemorroide. Este procedimiento se realiza en el consultorio de un médico sin anestesia. - La escleroterapia es similar a la ligadura con banda elástica en la idea de que se realiza en el consultorio de un médico sin necesidad de anestesia. El procedimiento de escleroterapia consiste en inyectar una solución química en la hemorroide para reducir el suministro de sangre. La inyección química también hace que las hemorroides mueran y se encojan. Además de los procedimientos no invasivos, algunos casos graves de hemorroides requieren tratamiento quirúrgico. Hay dos tipos comunes de cirugía de hemorroides a los que se someten los pacientes. Son: - Hemorroidectomía que se realiza en un centro quirúrgico o en un hospital. La hemorroidectomía coloca una pequeña incisión en la hemorroide para extirpar la vena y curar la hemorroide. Una vez que se extrae la vena inflamada, se cierra la incisión con algunos puntos y se envía al paciente a casa para su recuperación. Los tiempos de recuperación pueden variar, pero generalmente demoran una semana. - La hemorroidopexia es otro tipo de cirugía de hemorroides que también se conoce como grapado. Esto se usa con mayor frecuencia para tratar las hemorroides internas. Durante una hemorroidopexia, se usa una grapa quirúrgica para asegurar la hemorroide en su lugar. El engrapado corta el suministro de sangre a la hemorroide y hace que se encoja. Con el tiempo, la piel volverá a la normalidad y volverá a encogerse al revestimiento de la pared del canal anal. Aunque las hemorroides agrandadas pueden parecer una afección grave, las hemorroides son comunes y pueden tratarse fácilmente. Ya sea que los remedios caseros, los tratamientos de venta libre, los cambios en el estilo de vida o un tratamiento médico más avanzado sean el truco, puede estar seguro de que existe una solución para sus hemorroides agrandadas. Si cree que puede estar sufriendo de hemorroides agrandadas, hable con su médico sobre cómo aliviar sus síntomas y tratar eficazmente la afección para que pueda estar en camino hacia una mejor salud.
1 note
·
View note
Text
ANGELITOS DE NAVIDAD CON TUBOS DE CARTÓN
Hola, Donlunáticos. Hoy os traigo esta idea tan sencilla pero queda fenomenal para colgarla en el árbol de Navidad. Son unos angelitos que se hacen muy rápido y con materiales muy baratos, son tubos de cartón del papel higiénico. Podéis hacer muchos modelos diferentes para adaptarlos a vuestra decoración. PASO A PASO: En este vídeo os enseño todos los detalles para realizar este proyecto.…
View On WordPress
#angel#angelito#arbol de navidad#diy#manualidades#navidad#portal de belen#reciclaje#tubos de carton#tubos de papel higienico
0 notes
Photo
El papel y el cartón tienen segundas vidas extraordinarias. La masa de papel puede convertirse en un jarrón. Los tubos de cartón de papel de cocina o higiénico vuelven a vivir en forma de #flor #recicladocreativo #recycling #reciclaje #recycle #upcycle #flowers #carton #papel #marron https://www.instagram.com/p/CKGP6ZWBYjB/?igshid=1l6imqhdpyjp9
1 note
·
View note
Text
White Dolphin/ Delfín Blanco
Esto nunca fue lo mío. Solía creer que hacerlo era para gente débil y derrotada, desempleados de esos que se quedan todo el día en un sillón viendo TVN, colgados del cable de algún edificio que se cae a pedazos, aunque tal vez es solo lo que aprendí de mi vieja.
La dejaba burbujear, porque no sabía calcular el tiempo para cocinarla. Me pegó a puño cerrado la segunda vez que pasó y su falsa argolla de matrimonio me hizo daño, la quemaste aweonao, me dijo o algo parecido. Yo pensé que era porque estaba nervioso, era la primera vez que lo hacía con ella y que se lo tomara tan bien cuando supo me tomó por sorpresa, hasta me hizo cuestionarme porqué lo hacía, aunque ya entendí que lo que me gusta del Horse es ese segundo en que la luz te encandila, el conejo frente faroles de camión y de pronto te atropella, mueres y todo es el paraíso. Flotando… profundo descanso, todo es bello, ojos cansados, cuerpo muerto, energía que se evapora, luego el hormigueo, la risa. Igual no es que le pase a todos, es como con el trago, algunos se ponen conversadores, otros violentos, otros solo se sientan en silencio, yo siempre fui de esos.
Otra vez soplé en la pipa en vez de aspirar, esa vez no estaba con mi vieja, estaba con el Cuervo, el weon que me dejó llevar el encargo al sur, estaban él y dos locos más y uno era un cliente, aunque no mío, yo solo trabajaba con chiva. Estábamos probando el producto, uno se rió, los otros dos me miraron chatos. Después de hacer el negocio el Cuervo casi me mata, me dijo que no podía cagarla frente a los clientes así. Me tuvo repartiendo marimba dos meses hasta que me gané su confianza de nuevo para jugar con lo más pesado. Fueron malos esos meses, eché de menos la heroína, sobre todo porque lo que más me gustaba de venderla era sacar sus mg gratis.
Igual nunca fue lo mío. La falopa me daba asco, esa wea te vuelve anoréxico y de eso ya tengo suficiente, me pasa por fumar de pendejo, culpables bajones, igual nadie me molestaba porque tenía mano siempre. Entre heroína y pega con mi vieja baje esos kilos. Siempre me sentí mina por pensar en esas weas y puta es que si en la escuela te dicen que sin papá los niños se vuelven maricones y en la telenovela de las cuatro son las mujeres las que limpian la casa y cocinan. Yo las tenía todas para serlo.
Nunca me contó mucho, pero cuando era pendejo antes de dormirme siempre le pedía que me contara cómo conoció al viejo, al que nunca conocí, al que se la metió y le cagó la vida. Mi vieja decía que cuando estaba por salir del liceo se mandó a cambiar y se fue con unos amigos y su pololo de entonces a mochilear al sur. Se quedaron como dos semanas en Viña, “hacer dedo no es tan fácil como te lo pintan en la tele mono chico” (me decía mono porque le causaba jaqueca como la abstinencia). Cuando iban por Valdivia dijo que pilló a su pololo con una de sus amigas comiéndose, de ahí ella se fue con la plata de emergencia al terminal y compró el primer bus que encontró.
Llegó a Osorno, un pueblo casi rural, me dijo que parecía los comerciales de Colun de tanta vaca y todavía. Un hombre daba pensión cerca de ahí a ocho el día, pero se hicieron ojitos y se acostaron, no le cobró la noche, obvio. Cuando mi vieja se volvió a Santiago llegó rogando a su casa que la dejaran volver, se había quedado sin ni uno. La aceptaron felices hasta que dos meses después crecí yo y mi abuelo la echó apenas supo. Igual ella tenía dieciséis y llevaba demasiadas cagadas como para que le aguantaran otra más. Se fue donde una tía que era nana y le ayudaba a trabajar. Me enseñó que las empleadas domésticas nacen de la mala suerte, “si hay una nana contenta es porque le roba o se tira al casero” ella no era ninguna. De ahí sacó el magister de nana y se quedó como tal y yo desde que aprendí a usar tenedor tuve que ser sub-nano ayudante.
El cuervo era algo así como el amigo de la amiga del cabro que vivía en la casa en que trabajábamos, el chiquillo una vez me regaló yerba, me tenía pena, todo porque él hablaba y vestía bonito. Teníamos la misma edad, un día me dijo que lo acompañara a Maipú a buscar un encargo, fumamos ese día con su proveedor y el loco me agarró buena porque éramos los dos apellido Rival.
Ahí empezó el negocio, me compraba cosas caras así que mi vieja no tardó mucho en preguntarme qué onda y yo, cabeza corta, no la supe ocultar.
La vieja se inyectaba la mitad de su sueldo y vivía medio dormida, yo vendía, ella era nana, todo bien hasta que los caseros la cacharon y chao casa-chao pega. No pasaron muchos días para que consumiendo se quedara dormida, era un buen viaje, de repente se echó y no respiró, terca como siempre, no volvió a hacerlo.
Bus. Todos me tiran la mirada, quizás porque ando perseguido y se nota. Nunca he hecho una entrega tan grande ni tan lejos, pero es el viejo, el único que me queda y es la pega, la única que he tenido. ¿Y si hubiese estudiado y sido un buen cabro?
¿Y si me interceptan?
Me pasaron 10g de falopa por si me faltaba plata en el viaje. Le llaman mano espontánea, como cuando estás en una plaza y alguien te vende porro, más caro sí. Si nos para un paco estoy cagao-No- si pasa una patrulla estoy cagao. Llevan uno de esos pastores alemanes sacando la lengua por la ventana, probablemente más kiltro que ocho, hasta chiguagua tiene esa wea, si todos saben que los pastores alemanes puros ya no existen, igual que la droga, ahora todo tiene alguna mierda.
El perro salta por la ventana ladrando al bus y lo corretea porque el bus debe tener un aura odorífica de metros por todo lo que traigo. Gota en el ojo de sudor frío, asqueroso, exagerado, al final era solo condensación de las ventanas del bus que me calló en la frente, aún más asqueroso, vapor de humano encerrado. Ando psicoseado-Temuco a 50 km- No puedo más.
Escala en Temuco, por fin. El cartel rasca de “Baño $200”. No aguanto y aunque no le hago necesito un jalón, algo que me entretenga, que me distraiga, los ojos de todos sobre mí como diciendo “ya weon, anda si estay angustiado” tengo adicto tatuado en la cara y por si no es suficiente un cartel (¡y luminosa la wea!) para que todos sepan. ¿Y si mi viejo se da cuenta cuando me conozca?
“No hermano, si ya me cacharon estoy seguro, me deben estar esperando con esposas y todo allá”, le digo al Cuervo por celular. Él me consuela, me dice que es susto de primerizo. Corto y dentro de la cabina del baño siento que hablé demasiado fuerte, que necesito esperar un poco antes de salir.
Cuaderno chico, Candy Cane lloviendo como nieve blanca sobre la tapa ¿y si me persigo en mala con esto? Pausa. Silencio de meditar. Igual alcanzaría a comprarme un café, sí, mejor. Estoy puro weiando. Iba a guardar el cuaderno pero en vez de eso me quedé mirándolo, hipnotizado, como si la raya me conversara y yo la escuchara atentamente. Filo.
El aire subiendo por mis fosas como una maravillosa catarata invertida, suave, pero todo de una vez. La raya que se fue más rápido de lo que me tomó armarla. Sería una pena que mi viejo fuera drogo también. La pasaríamos bien, pero puta que sería una lástima, no quiero seguir pensando en eso (y cae otra línea). Sería un viaje hecho en vano o aún más (y sube la línea del tubo a mi nariz) una vida en vano. Me apuro a guardar las cosas porque me asusta que el bus se vaya con los kilos del jefe. El último pique y llegamos, sus cinco horas y ya. Después descanso, entregar el paquete y a buscar al viejo.
Llegué, compré un diario y un café en el terminal. Todo muy normal. Hice un par de llamadas, busqué una buena pieza de hotel. Llegamos temprano en la mañana, había neblina y un pucho en mis labios, también vapor por el frío de mi aliento y humo del tabaco en mis pulmones. Hubo silencio inquietante hasta que llegó.
Era estándar. Ni muy bonita ni muy desagradable a la vista, mirada cansada. Chica, más chica de lo que yo esperaba tanto de porte como de edad. Me da lo mismo.
Euforia en mi cuerpo, vigor blanco corriendo en todas mis terminales nerviosas, latiendo y explotando en ondas de colores alucinantes y los latidos, uno tras otro. Me manosea el asco de saber que no hay vuelta atrás para nada, no hay hogar al que llegar, cariño que exigir, cuidado de nadie, solo y a la mierda del mundo. Una mano traviesa me acaricia, imita el gentil calor de una madre tan solo que un poco más sucio. Pausa para recargar y de pasada recargarla a ella. Me dijo que le daba miedo meterse weas por la nariz, cocinamos, agujas penetrando nuestra piel, use una diferente a la de ella, de seguro tiene sida o alguna wea cuatica.
La mina prácticamente sedada, le cuesta abrir los ojos, está pasta, yo apenas tomé la mitad de mi dosis, estoy justo en mi punto. La tomo por las muñecas, me da miedo tocarla mucho, la visualizo toda embarrada de otros hombres, prefiero que ella haga el trabajo.
Le doy órdenes, obedece sumisa, fuerte. Abraza mi cintura con sus piernas desnudas, me agarra firme y se mueve, se queja, gime, grita, ni cagando le gusta esta wea pero a mí sí, se siente bien porque ni nos gustamos, casi como si me violara, aunque las prefiero más apretadas y que se hagan las difíciles, pero qué importa, ya estamos aquí.
Ella sigue, yo la empujo por los hombros y de las caderas la doy vuelta, no quiero ver su cara de niñita martirizada. Choco con sus gelatinosas nalgas violentamente, al rato se detiene, me sienta al borde de la cama y se sienta sobre mí dándome la espalda, comienza a saltar weonamente. De pronto me recuerda a los papás haciendo caballito a sus hijas o cuando las mamás sientan a sus hijos en su regazo para explicarles algo. Más rápido, más dentro, siento que choco con su vientre interno, ella grita como la puta que es, me vengo. La corrida más cara de mi corta vida.
Me deja respirar dos segundos, se levanta y huye al baño con su ropa, veo una imperceptible mancha brillante y traslúcida en su entrepierna, apuesto que ni la va a notar. Envuelvo el condón en papel higiénico-Debe ser saliva- pienso. La plata en un sobre como habíamos acordado, una inyección más para mí y me echo a dormir justo cuando ella se marcha del cuarto. Igual estaba un poco gorda la puta.
Agarro el diario e intento leerlo en ese estado que es como el limbo del sueño, ni me acuerdo de las noticias de ese día, solo de una foto de un biólogo marino, algo de un delfín albino, me pongo a pensar que sería gracioso que le dijeran Dolphin en vez de Horse, pero claro, no comienza con H. Supongo que no funciona. Luego duermo un largo rato, sueño con mi viejo, no se ve nítido y su cara como que se desenfoca, el viejo parece de esos papás que te llevarían a comer helado de pendejo y a tomar tu primera cerveza cuando cumples 18, se ve piola, igual un poco nerd pero por un momento pienso que no estaría mal. Veo una mano que es mía aproximándose a tomar la suya, él se desvanece, se vuelve polvo y cae de sopetón a un suelo negro de vinilo. Yo me ahogo en el polvo café, se vuelve líquido, burbujea, mi vieja chillando de joven mientras hace el amor con el tipo como en un eco. Una nueva visión, él se transforma en uno de esos tipos que tienen un carrito en el que venden sopaipillas con salsas raras, pero no kétchup. Me da un vacío congelado en el pecho, me da rabia, tanta que me dan ganas de matarlo. El Cuervo aparece y me lleva de la mano, todo es muy extraño.
Para cuando me despierto no importa qué imagen sea, si el viejo nerd, el del carrito o el Cuervo, solo siento que extraño tener un papá. ¿Y si hubiese sido cabro bueno seguiría extrañando algo que nunca tuve?
Nos juntamos a las cinco en la pieza que arrendaba ya que los tipos no eran de allá. Uno era de Concepción y otro argentino de Bariloche, aparentemente la aduana de acá es menos cuatica que la de Mendoza. Osorno era algo así como una guarida, un pueblito tan piola que no reunía público suficiente para vender ahí mismo, solo servía de punto medio para repartir a todas las zonas del sur. La gente era demasiado campesina, me explicaban. “Acá toman hasta que aguante el hígado pero las drogas de verdad no, dicen que son del diablo y les hacen el quite, a lo más están los viejos que tienen alguna plantita en su parcela, pero nada más”. Alivio. Las probabilidades de que mi viejo fuera drogo se redujeron casi a cero. Que tome todo lo que quiera, a mí eso me da lo mismo, los viejos alcohólicos son penca para cuando uno es chico o para las hijas ¿A mí qué me va a hacer? ¿Pegarme? ¿Agarrarme a chuchadas? Media wea, si me pega le pego, total no le debo respeto ni cariño.
Le pregunté al penquista si cachaba a alguien de la ciudad, me miró fijo como buscando señales de sarcasmo en mi rostro. Cuando cachó que era en serio se sentó en la cama haciendo saltar los paquetes sobre ella.
“Uno no viene a sociabilizar, cada persona a la que le diriges la palabra es un futuro testigo en tu contra.”
Me quedé helado, me imaginé que el Cuervo me hubiese dado otra de sus charlas, tanto por inocente como por dejarlo entrever a sus distribuidores. Asentí captando la indirecta de su silencio. Luego continuamos abriendo y re-empaquetando ese polvo café.
El argentino dejaba un rastrillo imperceptible de polvo sobre la mesa por cada ladrillo abierto y cada diez o quince minutos se jalaba el montoncito acumulado. El otro trabajaba en el baño sobre la cerámica y yo sobre un espejo. Fue la primera vez que sentí presión o más bien la carga moral de lo que hacía. Igual no era tan complicada la escuela, incluso los algoritmos y teoremas parecen sencillos al lado del riesgo que decidí correr metiéndome en esto ¿cuál será la probabilidad de que encuentre al viejo? ¿Y si me delata él mismo? El argentino se ha tirado como dos veces su raya de horse así que acelero el proceso, parto el montón de polvo en dos, luego en cuatro y así.
La mitad de los ladrillos que traje eran ahora un montón de bolsitas pequeñas. Ahora solo quedaba escondérselos al argentino porque como él pasaba por aduana tenía que llevarlos en el cuerpo en cambio el otro tenía más suerte, no te van a registrar las cosas en un terminal de buses. Con cinta metálica, la más resistente, decía y un traje de lycra de los tobillos al cuello se las fue pegando por tiras, como esas pulseras de pesas para los tobillos y muñecas, harto más rascas sí. Al principio el traje de lycra me perturbó porque era muy ceñido y le daba al argentino de bigote gracioso un aire fetichista bizarro, después no dejó de perturbarme aunque ahora era porque las tiras de paquetitos parecían músculos superficiales de heroína café. Se puso otro traje de lycra encima, para emparejar los desniveles y apretar los paquetes a su cuerpo, evita que se caigan, supongo, después su ropa de civil encima, se veía harto más ancho y cómo no si llevaba la mitad de mi carga encima.
“Está re pesado” y se rió “Acá ya terminamos” dijo el penquista sacudiéndose las manos, se quitó los guantes quirúrgicos y tomó su parte del encargo para guardarlo en su maleta. Me pasó un rollo de billetes cada uno, del encargo anterior me había explicado Cuervo y el penquista se fue con su maleta rodando, yo la veía avanzar y en mi mente me despedía de toda esa azúcar morena.
El argentino se demoró un poco más en salir, le pasé sus cosas pues no se podía agachar a tomarla, a diferencia del otro tipo me dio la mano y cuando se la estreché me agarró del brazo y me atrajo para darme un gran abrazo, me daba palmadas en la espalda “Si buscas a alguien pregúntale a las artesanas de la feria, ojalá las más grandes, ellas conocen a casi todos en este pueblo chico”. Se fue sin decir nada más.
Le hice caso al weon. Aunque no fuera de acá me dio confianza, o sea, no realmente pero al menos me había dado una idea de por dónde empezar a buscar. Primero que nada la feria, dónde cresta queda la feria ¿habrá más de una feria? ¿Cuál era, me dijo el nombre? Y de qué era en todo caso. Me di rabia por no haber pensado en eso antes de que se fuera el argentino de mierda. Agarré mis cosas, la pieza había quedado tal cual luego de que volviera a colgar el espejo. Ni un indicio, ni un grano de horse sobre la mesa ni el baño, todo perfecto para no ser recordado en la memoria de las mucamas, no sucio como para que dijeran “sí, hubo un tipo que dejó un espejo en el piso manchado con una especie de polvo” ni tan limpio como para que dijeran “bueno hace un tiempo un cabro arrendó una pieza por un solo día y la dejo impecable, como si ocultara algo” Solo la medida exacta de orden.
Bajé a la recepción pensando que quizás allí tendrían algún mapa de Osorno que dijera “feria” con una estrella encima y en efecto había folletos turísticos, todos una mierda publicitando lugares que quedaban a más de una hora de la ciudad pero al menos había un mapa del centro. Me paseé por la catedral, había un viejo entre un montón de frazadas y cajas de cartón aplastadas, sentado contra una pared, fuera ese mi viejo… Me acerqué a preguntarle, a un vagabundo nunca lo van a interrogar, menos si está pasado a copete.
Le pregunté primero por el hostal de don Leonardo Silva y después por la feria, me dijo que sin una ayudita no había respuesta, le pasé cien pesos y me empezó a putear. Que si tenía plata para andar mochileando no me costaba nada pasar luca, culiao barsa. Decidí buscar la feria yo solo porque pensé que sería muy arriesgado preguntarle a alguien más de por ahí, al menos caminar unas cuadras antes de volver a hacerlo.
Osorno era abochornado por la tarde y seco igual que Santiago, las calles angostas y con poca gente y de esa gente toda era fea y amargada. Me miraban como bicho raro por ir con la mochila de viaje y la maleta. Me gustaba pensar que cuando encontrara a mi viejo le contaría todas las vueltas que me di buscándolo hasta que di con él, me lo imaginaba riéndose orgulloso de tener un hijo con tantas ganas de verlo. Igual sigue siendo difusa su cara pero es canoso, eso sí, canoso de pelo blanco aunque jovial. Miro para atrás y ya no se ve la catedral pero sé que tampoco he caminado tanto. Quizás unas tres cuadras más y le pregunto a alguien.
Paso, paso, no pises la línea de la vereda, perro callejero con la cola lanuda y un chaleco entero sucio, me sigue media cuadra hasta el carrito de maní confitado de la esquina “Chao amigo” me despido, total un perro no sirve de testigo. Ya. Esta esquina se ve buena- me detengo- Le voy a preguntar al próximo que pase. No, a ese weon no, el próximo sí. (No pasó nadie más en al menos un minuto) Filo. Y me devolví hasta el puesto de maní, el perro lanudo acostado a un lado feliz masticando las sobras que se caían al piso. Pregunté por la feria que resultó estar casi al lado de la catedral, le eché la culpa al vagabundo, aunque realmente fue mi intuición poco acertada. Me acuerdo que mi viejita nunca se perdía, ni siquiera cuando fuimos por primera vez a la casa pituca de su último patrón. Quedaba en la calle Robles, por La dehesa y nosotros vivíamos por Pajaritos, en otras palabras ni nos podíamos imaginar cómo eran los barrios allá arriba o que la casa tendría esa entrada con muros bañados en enredaderas, la piscina, los parlantes en el living que salían de las paredes, la escalera en caracol, la cocina con los azulejos raros y aun así ella ni siquiera miró los nombres de las calles para llegar a su primera entrevista. Supongo que la desorientación vino de mi viejo, me lo imaginé perdido por estas mismas calles camino a comprar la misma marca de cerveza que tomé en mi primer carrete, sonrío como si ya lo conociera “Viejo loco” murmullé para mí mismo.
Pensar en él me hace querer ser alguien del que él pueda contarle a sus amigos sureños. “Mi cabro estudia ingeniería en Santiago” o alguna carrera de esas que hacen que tus viejos te mencionen hasta hablando con la cajera del supermercado. Lo imagino sonriendo y pensando que pasó tantos años sin ese orgullo de padre en su vida y yo bien pintoso, becado (no sé cómo chucha pero becado) haciendo una maqueta, leyendo un libro, haciendo cálculos en una pizarra. No sé si habrá una carrera que te haga hacer todas esas cosas al mismo tiempo pero puta, esa carrera quiero, la que te hace parecer un chico UDI y aunque regularmente me carga esa gente se siente correcto, porque mientras hago todo eso pienso en mi viejo canoso, tomando una cerveza con los sureños y haciendo un salud por mí.
Si me pregunta por mi vieja le voy a decir que murió, pero que murió sana. Aún si no le importa porque fue una cosa de una noche, pero no quiero nada que le haga ruido. Cuando lo encuentre tanto el Cuervo como mi vieja serán una mala pesadilla y me voy a ganar al viejo aún si al principio no me quiere reconocer como suyo. Espérate no más viejo.
Había guantes de lana sin dedos, mitones decía el cartelito de cartón, como veinte pares por cada puesto, todos iguales pero en distintos colores. Una de esas pedrerías que venden lápiz lazuli y cuarzo, de las que te ilusionan por estar entre puras chucherías baratas pero terminan costando como mínimo cuarenta lucas el collar. Me acuerdo que cuando pendejo pregunté una vez en la feria de Santa Lucía en un puesto así, quería una cagada de piedra amarrada con alambre a una collar de cuero, era el día de la mamá, 52 lucas me dijo la mina mirándome a huevo, yo me lo eché al bolsillo de la parca cuando atendía a unos gringos. Igual mi vieja lo vendió unos años después.
Había un puesto que vendía flores y chocolates artesanales. Atendía un cabro de mi edad con la que parecía era su abuela. “¿Leandro Silva?” Le dijo a su abuela y ella dejó de cortar tallos de rosas para preguntarme el segundo apellido. Le expliqué que al menos hace unos 25 años tenía un hostal, pero que no sabía si seguía y que no sabía otro nombre ni nada más.
Me preguntó si era uno que quedaba cerca del terminal, una casucha de madera verde con un cartel que decía algo sobre pieza para universitarios. Me emocioné, mi vieja me había hablado de eso, cuando ella fue le dijo que estudiaba periodismo siendo que no había salido de media todavía. No me acordaba hasta que la abuela lo mencionó.
La artesana y el chico compartieron una mirada de medio segundo y me vieron ahí parado con mi equipaje ahora casi vacío, en esa ciudad sin nada llamativo salvo por el dueño de un hostal que fue demolido para poner un edificio de oficinas y un local de computación en el primer piso, cuyo dueño (mi viejo) ya no tiene trabajo, ni recibió una paga por la compra del terreno ya que él es ahora imposible de hallar, dejando así la propiedad a nombre de nadie.
” ¿Por qué?” Leandro Silva de 56 años. Caballero amable dicen que era hasta que su hostal dejó de recibir visitas. Nunca completó el octavo básico y salvo por la casa que heredó de sus padres que usaba de arriendo y sus ahorros insuficientes para generar cualquier otra clase de ingreso, no tenía nada. Le gustaba salir con sus amigos taxistas a tomarse unos tragos los fines de semana y de ahí la idea de abandonar la casucha y cambiarse a vivir a la escalera de un local vecino a su antro favorito.
“Lo encontraron ahogado en su propio vomito hace unos meses en la calle. No le quedaba familia así que ni siquiera lo enterraron en el cementerio católico o alemán, ¿por qué dijo que lo buscaba?”
Me quiebro por dentro. Su tono fúnebre me da a notar que todos oyeron si quiera una vez de ese caballero que se murió intoxicado con alcohol en esta ciudad enana, sofocada, desconocida, sin nada de interés ya en ella. “No, por nada” Huir.
Meses pasaban, dentro crecía una vida destinada a morir. El vientre antes ya desbordante estaba ahora hinchado, un ser que subsistía a pesar de su alimentación a base de pocas calorías diarias de la mal llamada comida de una bomba de bencina.
Siempre monitoreada, siempre interrumpida por el cuerpo de un hombre nuevo que invadía el pequeño y frágil nido que se armaba él mismo allí dentro-Ya te dijimos que te fuerai de acá- Su pequeño corazón latía fuerte dentro del cuerpo sufriente de aquella chiquilla con cuerpo de mujer, los ecos de esas voces externas se camuflaban en una viscosa pared de órganos dejando oír apenas las vibraciones más graves. El aún incompleto ser de cuatro meses se estremecía con los latidos de su joven transporte viviente-¡Es que no tengo de donde má’ sacar plata, porfa solo dame unas lucas y me voy, Rodri porfa!- Chillaba llorando una quinceañera llamando la atención del resto de las mujeres en ese albergue.
“No me digai Rodri. Ya no volvai más Dafne, entiende que no y pobre de ti que soplí alguna wea, no seai mal agradecida. Te dimos techo, comida, plata. Lo único que teníai que hacer era ir donde te mandábamos, hacer tu trabajo, traernos los sobres y NO embarazarte. Aparentemente te costó mucho, vo’ la cagaste solita y sabiai que eso significaba perderlo todo, así que sale y si volví una vez más pidiendo plata vamo’ a tener que hacer lo mismo que con la Dani ¿Te acordai de la Dani, Dafne?”
Era la tercera vez que volvía a ese lugar. Desde que la habían echado de vuelta a la calle había tenido que pedir dinero y dejarse insultar por las señoras que notaban su creciente vientre. Ese trabajo le daba una mejor vida incluso que la que tenía antes de irse de su casa y por un descuido, cómo decían ellos, o mala suerte, cómo decía ella, o por un traficante santiaguino, como de hecho era, la había perdido. Siempre creyó que guardar los dos mil pesos que le pasaban por cliente era estúpido, solo había conocido a una chica que lo hacía, pero como ninguna de ellas tenía suficientes años de vida no conocían a personas que pudieran ayudarles a salir del mal rato de manera tan cómoda como Rodrigo se los ofrecía, por lo que ahorrar para escapar era simplemente un sueño sin fundamentos, por eso ella siempre las gastaba de inmediato en chocolates o completos de alguna bencinera.
Recordaba a ese hombre que la miraba ahora con disgusto en el tiempo que la buscó para ser reclutada. Siempre era lo mismo. Las encontraba pidiendo plata y les dejaba mil pesos. Hacía un seguimiento. Pasaba todos los días a chequear si seguían allí. En el caso de Dafne fueron tres semanas, ella ya reconocía su rostro y lo saludaba cuando pasaba a dejarle su generosa limosna. Luego usaba su encanto y las metía al negocio.
Un fuerte latido resonó en su acuática cuna de desperdicios. El sobresalto de su madre al volver oír el nombre de esa chica Dani que una noche se fue de paseo con Rodrigo y sus amigos para no regresar más.
No volver y olvidar era lo mejor que podía hacer por ahora. La mala suerte le había traído un parásito que hacía de su buena presencia una no tan placentera. Quizás después del parto su cuerpo volvería a su tamaño original y entonces la aceptarían de vuelta, el único problema era sobrevivir hasta entonces, no estaba segura si las pocas monedas que hacía al día podrían mantenerla en pie por tanto tiempo, esperaba que sí, y más que por el pequeño ser rezaba por su propia vida y el retorno a su vieja rutina. Ni siquiera sospechaba las malas condiciones en que lograría mantenerse, ni que ese niño dentro de ella apresurado por el persistente frío de invierno que enfermaba el cuerpo de su madre escaparía de entre sus piernas, desnutrido y ensangrentado apenas a los siete meses y medio de gestación.
Un doloroso golpe en su interior, la fuente rota que mojó los únicos pantalones secos que le quedaban, pero daba igual, buscaría otros en la basura. Corrió como pudo hasta la siguiente esquina donde un montón de contenedores de basura la refugiaron de la vista de cualquiera que pasase por la calle. Sangre escurriendo de su interior, el niño intentando aferrarse de sus entrañas como sabiendo que allí afuera solo le esperaba la lluvia, la muerte. La joven se desmayó por el agudo dolor luego de que su cuerpo acabase de luchar por liberarse del diminuto invasor. No fue sino hasta el alumbramiento que la muchacha recobró la conciencia para presenciar el grotesco espectáculo, su cuerpo sudaba haciendo de la brisa helada aún más terrible y aquel ser aún demasiado diminuto tanto en tamaño como probablemente en peso había caído al asfalto sobre el charco que era hasta entonces parte esencial de su acogedor nido, apenas un pequeño sonido, casi como el de un animal pequeño que aún no puede articular con su propia boca, un sonido gutural desde su incompleta garganta asimilando un llanto. La chica reaccionando ante aquel ruido en seguida acomodó sus prendas y anestesiada por la adrenalina echó a correr del lugar del parto de inmediato esperando que aquel quejido no llamase la atención de algún transeúnte. Huyó cuadras y cuadras manchada de sangre hasta un lugar lo suficientemente lejano como para desvincularse del hijo de su propio vientre.
El prematuro bebé permaneció allí acurrucado atado aún por su cordón a la placenta que lo ayudó a mantenerse vivo por un par de horas dejándolo conocer la esencia misma de la existencia, sufrimiento y soledad hasta su rápida despedida que no dejaría más rastro que la triste y traumática imagen en el encargado municipal que lo encontraría al final de esa semana, azul de frío y muerto.
Semanas después no podía superar la muerte de mi viejo. Lo veía bajando esas botellas una por una, acostado en cada esquina que pasaba y luego a mi vieja cocinando una dosis tras otra. Luego pensé en mí. Me pregunté qué sería lo mío, ¿el trago? ¿el horse? Me pregunto si el viejo habrá tocado guitarra alguna vez, o zampoña, alguna wea. Podría ahorrar y empezar a hacer música, o grafitear, eso podría ser lo mío.
Luego del viaje a Osorno no regresé a Santiago. Me quedaba heroína de lo que me robé del encargo, tenía la falopa y la plata que era del Cuervo, pero ningún lugar al que regresar, entonces, por qué no, me quedé con todo eso. Nací sin derecho a nada, crecí sirviendo a una familia que lo tenía todo, cuando murió mi vieja pensé que yo era el que espantaba todo cuanto podía llamar mío y creía que era así porque quería que así fuera, vine a buscar al viejo con la tonta idea en la mente de que él si se quedaría conmigo, que él no se alejaría porque yo no quería que lo hiciese pero no tenía idea de que ya se había apartado hace tiempo, estaba ahora en un plano en el que yo ya no lo podía alcanzar. Pensaba que quizás era lo correcto que nunca lo conociese, quizás me hubiera perdido más conociéndolo, pero al menos me hubiese perdido acompañado. Me quedé enclaustrado en una pieza barata, tirado en el piso entre agujas y pensamientos.
Hubo un día en que llamaron a la puerta y cuando abrí eran los pacos, no sabía qué había hecho mal para que me cacharan, si habría cámaras o quizás sospecharon los del hotel. Me encerraron en una celda personal esposado no sé cuánto tiempo.
Les preguntaba gritando qué pasaba, por qué me habían metido, que violaba mis derechos estar ahí sin saber por qué. Los pacos no me pescaban, ni siquiera me miraban, hablaban entre ellos y decían códigos que no conocía. Pensé que quizás el Cuervo estaba coludido con ellos y por no pasarle la plata me había mandado a buscar.
Un rato después de pensarlo ya estaba convencido de que esa era la razón, hasta que me sacaron para ir a un juzgado, pasaron muchas cosas entremedio que me dieron leves pistas, cargos por tráfico de drogas, eso estaba claro pero ver al penquista al momento de entrar, sentado junto quien era probablemente su abogado me lo dijo todo, al weon lo agarraron y había dado mi nombre, maricón.
El golpe del martillo es de lo último que recuerdo como hombre libre. La mirada del penquista que me miraba con lastima como diciendo “Sorry weon, era tu cuello o el mío” Entonces me di cuenta que desde que te metes en estas cosas nadie es tu amigo y no vuelves a tenerlos nunca, no tienes contactos ni proveedores, solo adictos que pueden apuñalarte en cualquier momento. Fue solo cuando llegamos a prisión luego de que cerraran la reja tras de mí que me di cuenta, esto iba a ser lo mío.
Los días no pasan acá adentro y muchas noches recuerdo la azúcar rubia que no alcancé a consumir, me persigue. Siempre me pregunto qué habrán hecho con ella. Si se la habrá pinchado algún paco o quizás solo la tiraron. Me los imagino tirándola en un inodoro como si nada, percibo cada grano cayendo en cámara lenta, como si fuesen lágrimas. Mis venas tiemblan extrañando el delicioso hormigueo. Recuerdo cuando me esposaron en el departamento y me hicieron caminar hacia la puerta, me voltee a verla, estaba sobre la cama en una bolsa abierta, perfecta como siempre, inmutable, caminé volteado hasta que salió de mi campo de visión y no la vi más; Igual como me imagino ese biólogo no volvió ni volverá a ver ese delfín albino, me torturo pensando que no volveré a caer en su dulce vicio, todavía la extraño. Mi padre murió como alcohólico, mi madre se fue en el sueño de drogadicta, yo me muero cada día aquí encerrado privado de lo único que nunca me abandonó en la vida y no puedo dejar de pensar que tal vez si hubiese sido buen cabro seguiría vivo.
31 notes
·
View notes
Text
M I - C A S A - ( II )
Salida de campo . 14/ Abril/ 2020, 7:23pm.
Comienzo el recorrido en la reja de mi casa, lo primero que veo de frente es la puerta del estudio, a mi mano izquierda la escalera hacia la azotea y junto a este un baño. Camino hacia la derecha y encuentro las paredes, donde hay una parte donde una conexión de cables expuestos. Camino de frente y encuentro las macetas donde hay plantas de mi tía y también en el patio está la moto de juguete de mi sobrino. Hay una silla de plástico que se usa para descansar. Hay una ventana que da hacia la sala, y otra ventana que da al estudio.
Paso por la puerta a la sala y encuentro los juguetes de mi sobrino, varias cajas con estos, una pista de carreras y una bicicleta. Hay una cómoda donde mi tía deja documentos, y al lado de esta hay un escritorio con la PC de la casa, la impresora, etc. En este momento mi hermana utiliza la computadora y revisa la tarea virtual del colegio de mi sobrino. Están escuchando música. Al lado del escritorio se encuentran mi sobrino y su papá trabajando en un libro para colorear. Se encuentran en una mesa. Sobre esta hay varias cartucheras, cuadernos y libros. Encima, en la pared hay un dibujo de león hecho por mi sobrino, un cartel con el nombre de mi abuela y un cuadro de Jesucristo. Giro sobre mis pasos y mi mamá está revisando su teléfono sentada en el sofá. Los otros dos sillones están vacíos. Al fondo de la sala está el aparador de la TV. Arriba está lleno de adornos de distintos viajes. Al medio está la TV, apagada porque a esta hora nadie la ve. Abajo un stereo, botellas de vino y otros licores, consolas de videojuegos. Al lado hay un esquinero con otros adornos, pero también con fotos familiares de mi primo, mi hermana, mi sobrino, mi abuela y de mi persona. Hay recuerdos de misas y flores. Abajo hay un trabajo mío de la universidad. Encima de todo hay un globo de feliz cumpleaños. Detrás y arriba del aparador de la tv hay un cuadro de la Sagrada Familia. Veo a mi sobrino quejarse y renegar por no querer hacer tarea. Sus papás le dijeron que guarde el libro de colorear junto a las crayolas, él lo hace de mala gana y el estuche no cierra, se le caen crayolas, las levanta y finalmente lleva el libro. Vuelve a sentarse para comenzar a hacer su tarea. Su papá revisa constantemente el celular.
Dejo la sala y entro al pasillo. Éste me lleva al baño a la izquierda. Me veo en el espejo, camino tres pasos hasta la ducha. El inodoro es color marfil, encima está el papel higiénico, en la ducha están las botellas de shampoo y los jabones. En el lavadero están los cepillos, peines, jabón para manos y encima el espejo. Apago la luz y escucho en la sala a mi hermana llamándole la atención a mi sobrino porque está desobedeciendo. Mi sobrino quiere armar un libro de rompecabezas, pero debe de terminar primer su tarea. Tiene tarea de ciencia y tecnología, sobre el sistema circulatorio. Le pide a su papá que lo ayude a resolver la tarea. Él demora en hacerle caso, pero finalmente lo hace. Me voy nuevamente de la sala.
Ahora estoy en la habitación de mi primo, está vacío. En las paredes hay escrituras con frases motivacionales y hay fotos con sus padres. Luego está su librero lleno de libros de filosofía, ciencias, idiomas, etc. El planchador y un colchón inflable. Su cama, una cómoda sobre la cuál hay objetos religiosos, su billetera e isopos. Al lado un ropero con sus prendas y zapatillas en el suelo. Salgo de su cuarto y está la puerta de la habitación de mi tío. No tengo permitido entrar ahí.
Ingreso a la próxima habitación, donde encuentro la cama de mi tía con sus pertenecías encima. Ropa, sábanas y unos lentes. Sigo caminando y encuentro el ropero de mi hermana con sus pertenencias y las de mi sobrino. Al lado está la cómoda que comparto con mi mamá donde guardo mi ropa y donde ella tiene sus productos de belleza encima. Hay un globo que le regalamos por el día de la madre. Al lado de esta cómoda (que es negra, por cierto), está la cama. No hay nadie en la cama ahora. Encima hay peluches varios con los que mi sobrino y yo jugamos, entre los cuáles hay un gatito y un Pokémon. En el cuarto también hay recipientes grandes con ropa, sábanas, toallas. Hay una mesa con pertenencias antiguas de mi abuela y fotos de ella, y sus imágenes religiosas. Al lado hay un zapatero que por fuera tiene un espejo. Me vuelvo a mirar en el espejo, hay toallas colgando. Más adelante una mesa de noche y abajo el espacio donde se deja la ropa sucia. Encuentro la puerta que da hacia el patio trasero o lavandería.
Aquí lo primero que noto es que no hay techo. Es un espacio abierto y arriba está cubierto por una lona verde, como para que no moleste demasiado el sol. Los perritos que tenemos se me acercan entusiasmados, mi tía está en este cuarto limpiando. Me pregunta que hago, le explico que la observación para un curso. Empiezo a caminar, me tropiezo con los platos de comida. Voy hacia mi mano derecha y encuentro el baño exterior, el lugar donde los perritos duermen. Es un baño que ya casi nadie usa, especialmente porque están las camas de los perros y el interior huele a ellos. Afuera hay varias escobas, trapos, trapeadores, baldes para agua o ropa, el lavadero tiene implementos de limpieza. Hay una gotera en un tubo debajo del caño y una olla está abajo para recibir el agua. Hay muchas más plantas aquí que mi tía misma ha sembrado. Luego veo la ventana que da al cuarto de mi tío. Por supuesto, él está adentro y escucho su tv prendida. Hay una planta que llega hasta el techo, es bastante larga y está sujetada a la pared por unos hilos. Mi tía sale de la lavandería con un balde de ropa lavada. Sigo caminando, veo el espacio donde los perros hacen sus necesidades, hay dos lavadoras y objetos apilados más al fondo. Termino con el lugar y regreso por mi habitación.
Camino por el pasillo, el baño está ocupado.
Vuelvo por la sala. Mi sobrino y su papá están haciendo la tarea. Están colocando lana de colores y bolitas en el dibujo de un corazón. Sigo por la sala y entro ahora a la cocina.
Entro a la cocina. A la izquierda encuentro el espacio en la pared donde colocamos las llaves de la casa, al lado está el intercomunicador. Hay un espacio donde está el botiquín con medicamentos, hay jarras con agua, azucarera, recipientes con café. Hay un microondas malogrado donde guardamos algunos objetos varios como velas o sacacorchos. Encima hay bolsas con pan y tostadas. Arriba en la pared hay un rollo de papel toalla. Debajo encuentro la vajilla con platos y cubiertos. Hay cuchillos, luego el lavabo, posteriormente están los recipientes con especias, debajo del lavabo hay diferentes verduras. Cebollas, papa, kion, etc. Hay botellas de aceite. Debajo también está el plato de comida de la gata, detrás los contenedores de comida para perros y para la gata. Al lado de este lado está la cocina, encima están las ollas con la comida del día, regreso sobre mis pasos y encuentro el refrigerador. En este hay varios imanes de alimentos y también hay imanes que son publicidades de negocios. Hay un calendario de comidas nutritivas. Al otro lado del refri hay un calendario. También encuentro la lista de comidas que se cocinan en la semana por el día en que se cocinarán. En la pared están los horarios y tareas del hogar que corresponden a todos en la semana. Abro el refrigerador por arriba. Hay carnes, hamburguesas, hieleras, una gaseosa y barras de chocolate. Procedo a abrir la puerta de abajo, hay mantequilla, bolitas de chocolate, salchicha, jamonada, tomate, queso, cremas en sobre, limones, ajíes, más mantequilla, hot dogs, varios estuches de hot dogs, jamonada con queso, botellas de Aloe vera, yogurts Gloria, licores selváticos que traje de un viaje, hay verduras varias, luego recipientes con comida guardada. Al lado del refrigerador hay un aparador. Encima veo cajas de panetón, al lado galletas de vainilla, snacks, más tostadas, otras galletas. Encuentro mi bolsa de pecanas y la cojo para ir comiendo en el camino. Está el microondas que si funciona, encima hay una libreta que le pertenece a mi mamá. Debajo hay bolsas con fideos, arroces, sobres para infusiones, sopas Ajinomen, latas de atún. Debajo hay botellas de agua para emergencia y sacos de arroz y azúcar. En la mesa de comedor encuentro la lista de comidas que se cocinarán la próxima semana. También hay maceteros con más plantas, más allá hay unas botellas de plástico que reciclamos, veo una tetera caliente y debajo el basurero. El recogedor y la escoba. Termino con la cocina.
Entro al estudio y encuentro a mi primo trabajando en su laptop. Está haciendo un trabajo por el que le van a pagar, está escuchando música tecno antigua. A su derecha está su librero con libros de la academia. Al lado está el librero que comparto con mi hermana, con libros de ambos, libros de mi sobrino, útiles para manualidades y adornos varios. Le invito pecanas a mi primo. Encuentro copas de shots que le pertenecen a mi juego de jenga. Me doy cuenta de que no deberían estar ahí y los llevo a su sitio. El tercer libero que hay me pertenece. Desde arriba: mis libros, adornos de Pokémon, bitácoras y sketchbooks, agendas, libros, álbum de fotos, una pesa de 2 kilos, en el cajón de abajo está el juego de jenga del que hablaba antes, está la otra pesa de 2 kilos, hay libros y revistas de diseño y fotografía, junto con trabajos de la universidad, cajas en las que guardo recuerdos como fotos y accesorios. Al lado del librero hay cajas vacías que usamos para guardar cosas cuando se necesiten. Encima está una lonchera que mi sobrino utilizaba hasta que cancelaron las clases y posteriormente la cuarentena. Giro sobre mi eje y encuentro mi escritorio. Veo mis audífonos, mi laptop, mi mouse, mi cartuchera, y mi libreta. Veo un trabajo que hice para diseño de la información, un boceto de infografía. Al lado hay lápices. En mi cartuchera hay pinceles, estilógrafos, etc. En el cajón encuentro más materiales como plumones, acuarelas, cintas, pegamento, tinta, lápices de color. Al lado de mi escritorio hay algunos juguetes de mi sobrino, al lado hay una silla de cartón que hice para Pensamiento para el diseño el año pasado, hay un sobre grande con papeles especiales que han sobrado de trabajos anteriores, encima hay una maqueta de hace años de composición, encuentro el trípode de mi cámara, el estuche de mi cámara con la cámara adentro, y mi bicicleta, que no uso en semanas tristemente. Veo por la ventana a mi primo ir a ayudar a mi tía a tender más ropa que acaba de salir de la lavadora. Salgo por la puerta que conecta al estudio con el patio/cochera.
Al salir voy a mi mano derecha. Encuentro el baño de afuera, lo abro y aprecio que se encuentra vacío. Me miro en el espejo. Debajo del espejo esta el lavadero, luego le sigue el inodoro y la ducha. Este baño lo usamos para ducharnos luego de regresar de hacer compras en estos tiempos. Vuelvo a salir del baño y ahora me dirijo a las escaleras.
Subo y veo varias plantas de mi tía, aquí está sin construir, el suelo es rocoso, no está tarrajeado, pero está limpio. Llego a la azotea. Hay una especie de pared de madera que nos deja ver desde adentro el exterior de la casa, la calle. Sigo caminando, encuentro el espacio donde la gata hace sus necesidades. Sigo caminando y veo el lugar donde está ubicada su cama, voy más allá y están mi tía y mi primo tendiendo ropa, conversando sobre lo que están haciendo. Me saludan, pero saben que estoy haciendo tarea. Regreso a la pared de madera y veo a la gata saltando al borde de esta y comenzando a rascar sus garras en ella. Camina lentamente por el borde y se me acerca, me mueve la cola. Se va. Finalmente sigo viendo al exterior. Afuera veo las casas de mis vecinos, las calles completamente vacías, pero se deja escuchar un poco las voces de personas en sus casas. Mi primo y mi tía terminan, él saluda a la gata de lejos y mi tía se ríe. Me despido de la gata y ella maualla. Camino detrás de ellos porque no hay mucho que ver en la azotea. Vuelvo a bajar por las escaleras tarareando.
Camino hacia la sala y pregunto a mi sobrino si terminó su tarea. Me enseña que la resolvió y le digo que salió muy bien. Se encuentra resolviendo el rompecabezas de animales, va en la página del papagayo, con su papá. Ahora me siento a verlo. No avanza muy rápido, piensa bastante las piezas y las va descartando. Volteo para ver a mi mamá, que sigue sentada, ahora está viendo noticias en Latina y me mira, le digo que sigo haciendo tarea. Las noticias hablan de los lugares donde debemos tener cuidado por el Coronavirus. Mi mamá pregunta a mi primo cómo sigue del estómago porque estuvo enfermo estos días, pero en este momento quiere comer yogurt. No le quieren dejar. Mi hermana mira la tarea que hicieron mi sobrino y su papá, se da cuenta que les faltó colorearlo antes de pegar. Se ríen.
Escucho a mi madre llamándome. Me dice que sobró arroz con leche de ayer y voy hacia la cocina. No he probado el arroz con leche que hizo anoche, así que me sirven y agradezco. Veo la hora y son las 9pm.
Termino de comer el arroz con leche en la cocina, doy un pequeño recorrido para terminar. Paso por la sala y todos siguen viendo las noticias. Salgo hacia el patio y luego camino hacia la reja otra vez. Doy por finalizado el recorrido.
3 notes
·
View notes
Photo
5 juguetes Caseros para Gatos
Antes de empezar a construir los juguetes caseros para tu minino, debes plantearte qué es lo que más le gusta hacer y cuáles son sus instintos. Algunos gatos tienen la necesidad de rascar para desgastar las uñas, a otros les gustan mucho las cajas de cartón, las alturas y esconderse. En cualquier caso, cuando hagas un juguete para tu minino, ten en cuenta su seguridad.
1. Puzzle
Los gatos son animales muy inteligentes y campeones en resolución de problemas, por lo que disfrutarán de ganarse sus premios tras resolver el puzzle.
Primero debes conseguir unos cuantos tubos de cartón, como los de los rollos de papel higiénico o los de cocina. Junta los rollos para crear una pirámide. Puedes poner cuatro tubos en la base, tres en el siguiente nivel, dos en el siguiente y un tubo en la cima. Ata estos tubos entre sí, rodeándolos con cinta de embalar o pegándolos con algún pegamento no tóxico,
Por último, pon premios dentro de los tubos y espera a que tu engreído descubra cómo conseguirlos. Tú decides el nivel de dificultad arrimando la pirámide contra la pared o poniendo cada vez menos premios para aumentar su precisión.
2. Serpiente de rollos de papel
Solo con tres tubos de papel de higiénico o de papel de cocina puedes diseñar una serpiente flexible y apariencia realista para tus mininos. Para ello tienes que unir los rollos de cartón por dentro con una cuerda y forrarlos con una tela. Con la lengua y los ojos parecerá una serpiente de verdad.
3. Muñeco con calcetines
La mejor forma de reciclar tu medias o calcetines disparejos es creado un muñeco blandito y atractivo para nuestra mascota, tal y como se muestra en la imagen.
Solo necesitas un par de calcetines, hilos, tijeras y un poco de napa que puedes sacar de una almohada vieja. En este proyecto puedes dar rienda suelta a tu imaginación y demostrar tus habilidades y creatividad a la hora de diseñar el compañero de juegos perfecto para el engreído de la casa; las posibilidades son infinitas pero aquí te dejamos una guía.
4. Rascadores
Muchas veces somos víctimas de las garras de nuestros mininos y los muebles de nuestra casa terminan marcados por sus uñas. Para evitar eso debemos construir rascadores y colocarlos en lugares estratégicos como la sala o el lugar en el que más suelen pasar más tiempos nuestros engreídos.
Para crear un rascador resistente y duradero necesitaremos un mueble de madera u otro material con buena base. Te recomendamos utilizar una silla vieja o un taburete. Lo primero que debes hacer es envolverlo con una cuerda gruesa asegurando los extremos con un poco de silicona (pegamento).
Mide y corta un pedazo de tela para que se ajuste a la parte superior de la silla, y asegúralo con el pegamento. Una vez que el pegamento seque, tu gato encontrará su mueble favorito y se divertirá rascando sin fin.
5. Laberinto
Los mininos son muy curiosos y una forma perfecta de entretenerlos es con un laberinto. Para hacer este juguete, solo necesitarás reunir los siguientes materiales:
Cajas de cartón
Tijeras
Cola o cinta adhesiva
Te recomendamos utilizar cajas del mismo tamaño para que se te haga más sencillo. Una vez conseguidas, sigue los siguientes pasos:
Corta la parte superior de todas las cajas.
Une las cajas pegando las paredes con cola o cinta adhesiva.
Para que sea más entretenido puedes colgar sus juguetes o bolas de goma. Deja volar tu imaginación para darle forma al laberinto pero ten en cuenta el tamaño de tu engreído y el tamaño de las cajas, así pueda divertirse cómodamente.
2 notes
·
View notes
Text
Glee «The rain of stars» Part II
Septiembre de 2041
-¿Papá?... ¿ya llegaste acaso?... —preguntó Noah bajando ya listo para el evento astronómico, aunque estaba tan abrigado que parecía y estaba presto para una excursión por el Himalaya que a una por la azotea de su edificio. -Lo soy bebé… —respondió dando unos pasos para zafarse del abrazo de su esposo— pero si ya estas listo y todo… ¿a que hora es que veremos el eclipse? -¡No Papá!... ¡la lluvia de estrellas!... —exclamó Noah tomándose la cara. -¿En serio bebé? -Si, es la lluvia de estrellas más esperada del año… -Pues no esperemos más entonces… ¿«Desmond» viene con nosotros?... —pregunto al ver que la cabeza del dinosaurio se asomaba por la abertura del cierre de la chaqueta térmica de su hijo. -Si, es el que no se «perturrbarra» en la azotea… —respondió Noah dando especial acento a las «erres» que pronunciaba. -Si ese es el caso… vamos cariño… —dijo Kurt olvidándose del cansancio para tomar a su hijo en brazos, como si tuviera la energía y el vigor de la primera hora de la mañana. -¿Como te fue en tu trabajo de actuar?... —preguntó Noah recostándose en su hombro. -Muy bien cariño, me aplaudieron y todo… ¿puedes creerlo?... -¿De verdad Papá?... -Muy verdad… -¿Y yo podré verte algún día? -Pues creo que el día que haga una obra que no incluya escenas para adultos, pues serás más que bienvenido y en primera fila… —respondió Kurt mientras se acercaba a la puerta, Blaine venía detrás con el bolso y la manta y sonreía complacido al escuchar el diálogo que sostenían su esposo e hijo— ahora cuéntame más sobre ese eclipse este que veremos…
-¡Lluvia de estrellas Papá! —exclamó volviendo a lo de tomarse la cara. -Pues te juro y el «Papáblen» me dijo que era un eclipse… —agregó abriendo la puerta y dejando a su hijo devuelta en el piso. -«Papáblen», ¿es verdad eso acaso?... —quiso saber Noah mirando a Blaine con cara de disgusto y con las manos en las caderas, tal y como Kurt se ponía cuando requería una explicación sobre algo. -El Papá esta bromeando contigo hijo, yo no he dicho eso… —respondió Blaine saliendo de los últimos, Kurt le hizo un par de caras chistosas a Noah y todos acabaron por reír mientras se subían al ascensor.
-¿Estás seguro y el Señor Murdoch, no puso problemas para que utilicemos su mirador privado?... —dijo Kurt mirando a ambos lados del pequeño pasillo que separaba el último de los pisos de la azotea del edificio. -Seguro, primero porque no estaremos en su «mirador privado»… —dijo Blaine bajando la palanca que abría la puerta de seguridad, la abrió para todos y se quedó parado a un costado para que Noah y su esposo subieran primero los peldaños que restaban— y segundo… —continuó diciendo mientras caminaba tras de ellos— el Señor Jenkins nos dijo que no habría problemas porque el Señor Murdoch esta de vacaciones en los Cayos de Florida con la nueva novia esa que tiene… —termino por decir llegando a la azotea, tomo un poco de aire y sonrió al sentir el frescor propio de las primeras noches de otoño, Kurt hizo lo mismo pero seguido de un tiriton bien divertido. -¡«Papáblen»!, ¡Papá!, ¡allí esta el telescopio!... —exclamó Noah señalando el aparato instalado en una de las esquinas del edificio, bien cerca de los generadores de electricidad. -Vaya que buen lugar para poner un aparato que será utilizado por un pequeño de 7 años… —dijo Kurt mirando a su esposo con cara de reproche. -No me mires a mi, el muchacho de la tienda lo dejo instalado allí, según él era la mejor ubicación, yo solo asentí en todo lo que me dijo. -¿Un muchacho?... —repitió Kurt levantando una ceja— ¿qué muchacho?... —repitió acentuando su gesto de suspicacia. -El que vino de la tienda óptica donde compramos el aparato —contesto Blaine mientras dejaba todo lo que cargaba cerca de uno de los escalones de concreto y que servían para simular los ductos de agua y calefacción. -¿El que coqueteo contigo desde que entramos a la tienda? -¿Que? -Ya sabes, ese rubio que parecía ser albino o que su madre lo había dejado remojando en cloro cuando bebé o algo así —respondió mirando de reojo a Noah que se mantenía con las manos atrás observando el telescopio y la computadora a la que estaba conectado. -Kurt… —dijo Blaine riendo. -Es la verdad… si tu te niegas a la verdad yo no puedo hacer nada… -Pues la única verdad es que el muchacho que vino, fue más que amable y solo se limitó a instalar esa cosa…—dijo Blaine apuntando el telescopio, Kurt lo miró por un rato bien largo antes de responder a aquello -Bien, te creeré..: o simplemente después le preguntaré al Señor Jenkins todo lo que necesite saber… -¡Ah!, el esposo confiado que amo… —dijo Blaine sonriendo, Kurt frunció la boca e hizo un gesto engreído con uno de sus hombros, luego giró como con paso de baile hacia su hijo y se acercó a él. -Y cariño… ¿tu sabes cómo funciona todo esto? —pregunto con las manos en la cintura. -No, al «Papáblen» le explicaron todo al «respepsto»… -¿En serio?… —dijo mirando a su esposo. -Vamos, nos explicaron a ambos… —añadió Blaine aproximándose a ellos— se supone y esto, está conectado con la computadora… por aquí…por lo tanto se supone que si encendimos esto, esto otro también se encenderá y podremos ver las imágenes y tomar las fotografías... —dijo Blaine tocando primero el cable USB, luego la computadora, después el telescopio y luego la computadora nuevamente, encendió ambas cosas pero solo visualizo una pantalla negra. -O eso se descompuso o en realidad está muy nublado… —advirtió Kurt mirando la pantalla con la cabeza ladeada, Noah lo miro a él e imitó el gesto pero de una manera más divertida -Tal vez es el cable… —dijo Blaine moviéndolo como si con eso solucionara el problema de la conexión. -Sigue en negro… -Lo se Kurt… y a propósito… para mi también es molesto cuando haces notar cosas que yo sé que están pasando… —advirtió Blaine reiniciando la computadora. -Solo estoy diciendo… —dijo haciendo el gesto de inocencia con sus manos— para que cuando tengas que buscar imágenes del espacio en Google, no digas que no te lo advertí… —agrego mirando hacia otro lado— ven cariño… —dijo haciéndole una seña a Noah— ¿que tal si esperamos bien arropaditos aquí mientras el «Papáblen» soluciona ese problema tecnológico?… —dijo Kurt tomando la mano de su hijo para guiarlo hacia los escalones, se sentó primero y desdobló la manta, se la puso en la espalda como capa de superhéroe e invitó a Noah a sentarse en su regazo, luego se envolvió junto con él para quedar más que abrigados. -¿Quien es «gugles» Papá?... —preguntó Noah sacando a «Desmond» de entre sus ropas para que pudiera mirar mejor todo lo que pasaba. -Pues es algo que estuvo muy de moda hace años y en donde uno podía encontrar todas las respuestas a todas las cosas… -¿Como un libro? -Como un libro… luego llegó el presidente Trump le puso tantas restricciones que ya casi nadie lo utilizo… -Un niño de mi escuela se vistió del presidente Trump, pero no dijo nada sobre un «gugles»… -Sera por que se concentró en las tres cosas buenas que hizo en su mandato… —explicó haciéndole un arrumaco, luego miró a su esposo que se complicaba cada vez más con la puesta en marcha del telescopio— tal vez deberías de llamar a ese muchacho en cuestión y preguntarle porque no funciona... -El telescopio funciona Kurt, es solo que no logro que lo que estoy viendo aquí, que es bastante… —dijo mirando por el lente— se plasme aquí, que es donde debería… —agrego presionando un par de teclas en el ordenador. -Por eso insisto y deberías llamar a alguien que sepa… -Yo se… —dijo mirándolo al tiempo que se apuntaba a si mismo— no es el primer telescopio que tiene nuestro hijo, por lo tanto se a lo que nos enfrentamos aquí… —agrego mirando toda la instalación, como si reflexionara en perspectiva en que lugar estaba la falla. -¡El otro era uno de lo más básico!, un tubo de papel higiénico prácticamente… esto es otra cosa… —Blaine lo miró con cara de poco amigos y Kurt acabó haciendo nuevamente el gesto de inocencia— ¿tienes hambre cariño?... al parecer aquí dentro hay muchas cosas deliciosas… —dijo estirando su mano para alcanzar el bolso elegante. -No, tal vez más tarde...¿Papá?... -¿SI bebé?... —dijo Kurt sacando para él el envase de la golosina desconocida pero supuestamente deliciosa. -¿Crees que la estrella del Tío Finn Hudson se pueda caer en esta lluvia de estrellas? -¿Como cariño? -La estrella del Tío Finn Hudson, la Tía Rachel Berry me la enseñó hace tiempo, temo que pueda caer con todas las otras. -Pues no lo creo bebé… según lo que dice tu libro del universo, este fenómeno es diferente e implica otras cosas que no son precisamente estrellas… —explicó acariciándole el cabello. -Si, meteorismos… —dijo Noah con convencimiento. -Más bien meteoritos cariño, lo otro es mas desagradable y no digno de admirar en lo absoluto… ¿sabes lo que yo creía cuando tenía tu edad? -No… -Pues creía que efectivamente eran estrellas, y si veía una, podía pedir un deseo y este se cumpliría… -¿Un deseo Papá? -Así es… algo que anhelaba y que por diferentes circunstancias no podía tener… aprovechaba de pedirlo cuando veía una estrella fugaz… -¿Y daba resultado? -Pues déjame decirte que si… sino, no te tendría a ti, ni a tus hermanos, ni tampoco al «Papáblen»… -¿Pediste a una estrella conocer al «Papáblen» acaso? -En realidad era a Justin Timberlake, pero bueno… -¡Ah!... —interrumpió Blaine dando un aplauso seguido de un gesto de victoria— les dije… —añadió enseñando como en la pantalla de la computadora se desplegaban las imágenes de lo que el telescopio estaba captando en ese instante. -¿Lo arreglaste «Papáblen»? —preguntó Noah levantándose. -Así es… mira… todo lo que veas por ese lente, se grabará en la computadora… —dijo iniciando algunos programas especiales para ello— así, después podrás mostrárselo a tus hermanos o compartirlo con Liverpool. -¡«Papáblen»!, ¡ya empezó!… ¡Papá! —exclamó moviéndose como si no pudiera más de emoción. -Mira entonces bebé… no te pierdas de nada… —dijo Kurt sonriendo. -¡Veo todas las estrellas!... —exclamó el pequeño mirando por el lente, luego se tomó la cara y dio oportunidad a «Desmond» de mirar también, Blaine sonrió y se le quedo viendo un instante, luego giró hacia su esposo que hacía lo mismo con él. -Justo a tiempo… —dijo Blaine acercándose. -Puedes decir «te lo dije»… no tengo problemas… —dijo Kurt moviéndose un poco para hacerle espacio en el improvisado asiento. -No… no me gusta jactarme de cosas que se son reales y que te llevarán a pedir disculpas y todo eso… —respondió Blaine subiendo al peldaño de arriba, se ubicó detrás de él y se sentó allí mismo, -Dijiste allí un par de cosas que no son verdad… pero las dejaré pasar en nombre de la lluvia estrellas— dijo Kurt se acomodándose inmediato entre las piernas de su esposo. -Ok… ¿tienes frío?... —preguntó frotándole los brazos. -No… bueno, sí, un poco, pero me agrada, ¿tú? -No… bueno, también un poco, pero también me agrada… —dijo abrazándolo. -¿Quieres compartir la manta?… como bien dijiste es enorme y alcanza para los tres. -No esta bien… ya me abrigo contigo… —añadió poniendo su cabeza en el lugar que le encantaba, entre el hombro y el cuello de su esposo. -Excelente elección Señor Anderson-Hummel… míralo… no puede más felicidad… —dijo mirando a Noah que observaba el fenómeno por el lente y luego por la pantalla. -No lo culpo… es muy bonito… —opinó Blaine mirando el cielo y los trazos luminosos que dejaban los meteoros que empezaban a ser más numerosos. -Lo es… y yo que pensaba perdérmelo… —agrego Kurt echándose un poco hacia atrás para buscar más comodidad. -Tenias derecho de descansar… -Pues ver a Noah así de feliz es mi mejor descanso… —dijo sonriendo— ¿sabes lo que me pregunto? -No… -Pues si la estrella del Tío Finn Hudson se caería con las demás… -¿En serio? -Si… luego llegamos a la conclusión que no eran estrellas y quedo tranquilo… ¿sabes que mas le dije? -Tampoco, pero me encantaría saberlo… —dijo Blaine dándole un par de besos en el cuello. -Pues le conté que cuando era pequeño, pedía deseos a las estrellas fugaces... -¡Ah!, yo también hacia eso, aun lo hago en realidad... le debo muchas cosas a las estrellas… -¿De verdad?... ¿como tenerme a mí por ejemplo? —dijo Kurt haciendo un gesto cargado de vanidad. -No… -¡Oye!... se supone y debías decir que si, para que mi ego llegara más arriba de esta azotea y pudiera perdonarte por estar a solas con ese muchacho desagradable y experto en telescopios… -No puedo mentir… —dijo Blaine riendo— pero sí puedo decir, que pedí volver a estar contigo cuando vi una en el tiempo que estábamos separados… -¿Estas hablando enserio? —preguntó moviéndose un poco para mirarlo a la cara. -Mucho… por eso te dije que le debía muchas cosas a las estrellas, entre ellas dejar de inventarte en la cama junto a mi por ejemplo… —Kurt soltó un suspiro lleno de amor y se estiró un poco para alcanzar los labios de su esposo, Blaine le tomo la cara y lo sostuvo junto a él como si quisiera que le beso no acabara nunca -Lo que acabas de decir fue muy dulce Blaine Anderson-Hummel… —dijo sonriendo y volviendo a acomodarse en él. -Tu eres el dulce, verte interactuar con Noah a pesar del cansancio que tenías… es lo mas maravilloso del universo… -¿Incluso más que esta lluvia de estrellas que tiene a nuestro hijo tan entusiasmado? —pregunto Kurt señalando el cielo y a Noah que se mantenía más que entretenido. -Más Kurt… mucho más… —sentencio envolviéndolo entre sus brazos nuevamente.
4 notes
·
View notes
Quote
Me desperté deprimido. Miré el techo, las grietas del techo. Vi en ellas un búfalo que se lanzaba sobre algo. Pensé que era sobre mí. Luego vi una serpiente con un conejo en la boca. El sol entraba a través de las rajas de las persianas y formaba una esvástica en mi vientre. El agujero del culo me escocía. ¿Sería que tendría otra vez hemorroides? Tenía el cuello rígido y la boca me sabía a leche agria. Me levanté y fui hacia el cuarto de baño. Odiaba mirarme en aquel espejo pero lo hice. Vi depresión y derrota. Unas bolsas oscuras debajo de los ojos. Ojillos cobardes, los ojos de un roedor atrapado por un jodido gato. Tenía la carne floja. Parecía como si le disgustara ser parte de mí. Las cejas retorcidas para abajo parecían enloquecidas, unos pelos de cejas enloquecidas. Horrible. Tenía un aspecto asqueroso. Y ni siquiera tenía ganas de mover el vientre. Estaba atrancado. Me dirigí al retrete a mear. Apunté bien pero no sé por qué salió de lado y se estrelló en el suelo. Intenté apuntar mejor y meé toda la tapa del retrete que me había olvidado de levantar. Arranqué un buen pedazo de papel higiénico y lo limpié. Limpié el asiento. Eché el papel dentro de la taza y tiré de la cadena. Fui a la ventana, miré hacia afuera y vi una cagada de gato en el tejado de la casa de al lado. Luego me di la vuelta, busqué el cepillo de dientes, apreté el tubo. Salió demasiado. Rebasó el cepillo y cayó al lavabo. Era verde. Era como un gusano verde. Metí un dedo, cogí un poco, lo puse en el cepillo y empecé a cepillarme. ¡Dientes! ¡Vaya una maldita cosa! Tenemos que comer y comer y volver a comer. Somos asquerosos, condenados a nuestros pequeños y sucios hábitos. Comer y tirarse pedos y rascarse y sonreír y marcharse de vacaciones. Terminé de cepillarme los dientes y me volví a la cama. No me quedaba ninguna energía, ningún ánimo. No era más que una chincheta. Un pedazo de linóleo. Decidí quedarme en la cama hasta el mediodía. Quizá para entonces la mitad del mundo se habría matado y sería sólo la mitad de duro de sobrellevar. Quizá si me levantase a mediodía tendría mejor aspecto, me encontraría mejor. Una vez conocí a un tipo que no defecaba desde hacía días. Al final simplemente explotó. De verdad. La mierda le salió volando de la barriga. Luego sonó el teléfono. Lo dejé sonar. Nunca contesto al teléfono por la mañana. Sonó 5 veces y luego paró. Ya. Estaba a solas conmigo. Y como era asqueroso, era mejor que estar con otra persona, con cualquier persona de las que andan por ahí con sus penosas triquiñuelas y juegos de manos. Me subí las mantas hasta el cuello y esperé.
charles bukowski - pulp
3 notes
·
View notes